Descargar

El conflicto Palestino-Israelí (página 2)

Enviado por Nanu Nanu


Partes: 1, 2, 3

  • Unión Europea

La UE es vista por Israel como un actor favorable a Palestina. Es el mayor donante económico a la ANP pero continúa sin tener un peso resolutivo en las negociaciones.

Junto con EE.UU., Rusia y la ONU mantiene una política común hacia el conflicto, que pasa por la "Hoja de Ruta" y los dos estados, judío y palestino.

  • Rusia

Rusia ha sido históricamente un aliado de los países árabes y por ello es visto actualmente del lado palestino. Sin embargo, Rusia ahora busca fundamentalmente intereses económicos y comerciales en la zona, en la que residen gran cantidad de rusos judíos.

Tras el desmoronamiento de la antigua U.R.R.S., la influencia rusa en Medio Oriente se fue perdiendo hasta la actualidad. En los últimos años Rusia parece haber vuelto a darles importancia a la zona más peligrosa del mundo como es el Oriente Medio.

Como miembro del Cuarteto, la estrategia rusa en el conflicto es la misma que la del resto de los miembros del Cuarteto.

1.3.4. Naciones Unidas

El cuarto miembro del Cuarteto es el mayor en número y potencial pero a la vez el menos influyente. Naciones Unidas ha sido incapaz de solucionar el conflicto a lo largo de toda su historia por lo que la credibilidad ante los países árabes es prácticamente nula.

Su falta de exigencia a Israel ante el permanente y continuo incumplimiento de las resoluciones aprobadas por el Consejo y la asamblea de la ONU hacen que sea un mero invitado al conflicto y únicamente utilizado para dar cierta legalidad internacional a las negociaciones que se llevan a cabo entre el resto de actores del conflicto.

CAPITULO V

Evolución del conflicto tras la partición de Palestina

En el año 1956, Francia, Reino Unido e Israel se alían contra Egipto. Es así como se inicia la lucha por el control del Canal de Suez.

Este importante canal, operativo desde 1869, había sido construido con el dinero de Francia y Egipto, y supuso para Gran Bretaña el enlace entre la metrópolis y la India, motivo por el cual Londres compró su participación al gobierno egipcio. Tras la independencia de la India, el canal fue igualmente importante para el transporte de petróleo y otros productos.

Pero en 1952 el oficial del ejército egipcio Gamal Abdel Nasser perpetró un golpe de estado contra el gobierno del rey Faruk I y dio un giro arabista a la política exterior.

En julio de 1956, Nasser nacionaliza el canal de Suez, de manera que conservara las ganancias del canal, pertenecientes antes a Gran Bretaña y Francia. Israel, en cambio, tenía otros motivos diferentes para apoyar la incursión. Desde el fin de la guerra del 48, Nasser había sido una de las voces más alentadoras de la lucha de guerrillas que pretendía derribar el estado Judío y devolvérselo a los árabes.

El conflicto se inició el 29 de octubre de 1956, con la invasión por parte de Israel del Sinaí y la Franja de Gaza, alcanzando rápidamente el canal. Dos días después, los dos países europeos bombardean Egipto desde sus bases en Chipre y Malta.

Sin embargo, la Unión Soviética y los Estados Unidos frenaron la invasión. La URSS estaba ganándose la confianza árabe y era uno de los principales aliados de Siria. EEUU, en cambio, se quejó por no haber sido informado por sus aliados británicos y franceses de tal acción. La retirada se completó a principios de 1957.

Para Francia y Reino Unido, la retirada supuso la comprobación de que ya no eran las potencias más importantes. Por otra parte, la guerra tampoco fue fructífera para Israel, pues a pesar de que la entrada al Sinaí había sido fácil, el estado Judío no consiguió que Egipto cambiara de actitud.

Nasser, en cambio, se reforzó en el poder, alzándose ante el mundo árabe como un héroe. A pesar de las derrotas bélicas, el canal de Suez siguió estando nacionalizado.

  • El surgimiento de los palestinos. La OLP.

La subida de Nasser al poder era un claro ejemplo de los numerosos movimientos revolucionarios que se habían producido entre los árabes en los años 50. Los estados cambiaron de gobierno (muchas veces mediante golpes militares) y comenzaron a llamar a la unidad del mundo árabe.

En este contexto, la Liga Árabe nombra «representante de Palestina» a Ahmed Choukeyri, «hasta que el pueblo palestino esté en condiciones de elegir a sus representantes». La primera cumbre de jefes de Estado árabes, reunida en El Cairo en enero de 1964, decide sentar las bases de una "entidad palestina". El 28 de mayo comienza en Jerusalén el primer Congreso Nacional Palestino, que marca la creación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Aunque la OLP no puede decidir sobre su estrategia ni definir sus ambiciones o sus medios de lucha, está formada por una generación de palestinos que se han educado en las escuelas de la UNRWA, la oficina de la ONU encargada de los refugiados de Palestina, y que han estudiado en las universidades de Beirut o El Cairo. Estos militantes especulan sobre la derrota de sus mayores y luchan por la revancha. Esperan que la unidad de los árabes favorezca la "Liberación de Palestina".

Paralelamente emergen pequeñas organizaciones palestinas más autónomas. En los años 50, numerosos palestinos emigran a Kuwait en busca de trabajo. Uno de ellos, Yaser Arafat, funda en octubre de 1959 Al Fatah ("Movimiento de Liberación Palestina"). Esta organización predica que la liberación de la patria debe ser obra de los propios palestinos, y no de los países árabes, a los que pide en sus publicaciones que «rodeen Palestina con un cinturón defensivo y que observen la batalla entre nosotros y los sionistas». Desde enero de 1965, Al Fatah emprende acciones armadas contra Israel. Este activismo provoca en los refugiados una creciente simpatía hacia Al Fatah, que no tendrá relevancia importante hasta la guerra de 1967.

  • La guerra de los seis días

Tras la guerra de Suez, la ONU había instalado en el Sinaí a las tropas de interposición (UNEF) para evitar enfrentamientos entre Egipto e Israel. El 17 de mayo de 1967 Egipto solicitó formalmente a la ONU la retirada de estas tropas, y comenzó a remilitarizar el Sinaí y la frontera con Israel. Unos días después Egipto bloqueó los estrechos de Tirán. Israel alegó que este hecho era causa de guerra, pues contradecía las Leyes Marítimas de la ONU. El rey Hussein de Jordania se unió a la alianza entre Egipto y Siria.

El día 5 de junio Israel lanzó la "Operación Foco", que consistía en varios ataques contra las bases aéreas egipcias, e invadió la península del Sinaí, ocupando la Franja de Gaza. El 7 de junio, el ejército israelí cercó Jerusalén, reabrió los estrechos del Tirán y se hizo con el control de toda la península del Sinaí. Asimismo, las divisiones israelíes en Cisjordania ocuparon Nablús, Judea y Hebrón entre otras ciudades, llegando incluso a cruzar el río Jordán.

El día 8 de junio, Egipto e Israel firmaron una tregua que no fue aceptada por Siria, lo que provocó la campaña contra este país de los días 9 y 10 de junio, en los que Israel forzó la retirada de las tropas sirias. La presión internacional forzó al estado judío a firmar un alto el fuego.

Para Israel, la guerra supuso un aumento considerable de su territorio[21]con la incorporación de los Altos del Golán, Cisjordania (incluyendo Jerusalén), Gaza y la península del Sinaí. En el otro bando, la derrota militar de Egipto y Siria produjo una gran indignación en el mundo árabe. Nasser inventó la excusa de que habían sido Estados Unidos y Gran Bretaña, en lugar de Israel, quienes habían derrotado a Egipto con su armamento. Los gobiernos de ambos países rompieron relaciones con Egipto. La Unión Soviética sufrió un duro revés tras la Guerra de los Seis Días. Se comprometió a ayudar económicamente a los estados árabes, y solicitó una convocatoria especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En esta sesión, Israel reforzó nuevamente sus posiciones, al alegar que como estado legítimo tenía derecho a defenderse. La propuesta de retirada fue rechazada y ni siquiera se llegó a un armisticio, sino que Israel insistió en mantener las líneas del alto el fuego hasta que se completaran las negociaciones. El único resultado de la sesión especial fue una resolución adoptada el 4 de julio que se oponía a la anexión de Jerusalén, que Israel había decretado días antes. Esta resolución nunca se hizo realidad.

La Unión Soviética aceptó la petición de Egipto de reforzar su ejército y surtió al país árabe con una cantidad de material sin precedentes.

La derrota de Egipto, Siria y Jordania pone fin a las esperanzas de unidad árabe y corrobora la tesis de Al Fatah, que afianza su hegemonía entre los palestinos y su control sobre la OLP. Pero hay más grupos revolucionarios. Entre las organizaciones más conocidas de fedayin ("los que se sacrifican") las más importantes son el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), de George Habache; y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), de Nayef Hawatmeh. Estos grupos favorecen la lucha de guerrillas como única salida a la situación. Se instalan en Jordania, desde donde llevarán a cabo sus acciones en los territorios ocupados.

La revolución amenaza la estabilidad de los estados árabes y el dominio de Estados Unidos sobre el petróleo. Por eso, en septiembre de 1970 (el "Septiembre Negro"), los fedayin son aplastados en Jordania por el rey Hussein. La resistencia palestina se refugia en el Líbano. Para no desaparecer, se lanzan al terrorismo internacional, simbolizado por la organización Septiembre Negro: secuestros de aviones, ataque contra los atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972, etc.

Sin embargo, poco a poco esta organización comienza a cuestionarse la idea de la lucha armada como única vía para la liberación de Palestina y se inicia en la acción política y diplomática. Finalmente, en 1973 abandonan los ataques contra objetivos israelíes en el extranjero. En las cumbres de Rabat (1973) y Argel (1974) los países árabes reconocen a la OLP como «el único representante del pueblo palestino». Yaser Arafat es recibido triunfalmente en la ONU[22]La OLP abre representaciones diplomáticas en gran cantidad de países. Cambia, incluso, sus planteamientos fundamentales, pues desde 1969 Al Fatah reivindica «la edificación de un Estado democrático en que coexistan musulmanes, cristianos y judíos», es decir, sin la expulsión de los colonos.

En 1974 la OLP propone la construcción de un estado en Cisjordania y Gaza. Este nuevo objetivo presupone la coexistencia de los dos Estados, pero Israel (con EE.UU. detrás) rechaza toda conversación con interlocutores "terroristas".

  • La guerra del Yom Kippur

La Unión Soviética y los Estados Unidos no habían cesado en el intento de que Israel y Egipto firmaran acuerdos definitivos de paz, pero las conversaciones eran cada vez menos fructíferas.

Cuando Anwar el Sadat sucedió a Nasser en el poder, solicitó a la Unión Soviética más armamento y autonomía para usarlo, pero la potencia rusa se negó para no crispar aún más la situación en plena Guerra Fría. La respuesta de Sadat fue expulsar a los expertos rusos de Egipto.

Siria, en cambio, sí mantuvo su apoyo a Egipto. En junio de 1973, Sadat visitó Siria y acordó con Hafez al-Assad (su presidente) el ataque definitivo a Israel.

El 13 de septiembre, en el curso de unas maniobras aéreas según los sirios, o de un hostigamiento según los israelíes, trece aviones de combate rusos de aquel país fueron derribados por el ejército de Israel sobre el Mediterráneo, lo que provocó que Assad instara a su homólogo egipcio a iniciar el ataque cuanto antes.

El 6 de octubre de 1973, día del Yom Kippur, fiesta judía, Egipto y Siria lanzaron su ataque contra Israel, aprovechando que la mayoría de la población civil israelí se encontraría en las sinagogas y que las defensas estarían descuidadas.

Fue necesaria la intervención de la comunidad internacional para que finalizara la guerra el 26 de octubre. El Consejo de Seguridad de la ONU acordó el envío a la zona de fuerzas de interposición de países neutrales.

Egipto e Israel firmaron acuerdos separados en enero de 1974. De esta manera se estableció la salida del ejército israelí de la zona occidental del Canal de Suez y la creación de una línea de separación de 11 kilómetros en la que se desplegarían las fuerzas de las Naciones Unidas, limitándose el número de tropas de ambos bandos. Por su parte, las negociaciones sirio-israelíes culminaron en mayo. Israel se retiraba de la zona Este ocupada en los Altos del Golán durante el conflicto y hasta las posiciones del alto el fuego de 1967.

  • Negociaciones entre Israel y Egipto

Las negociaciones se prolongaron ante los deseos de Israel y Egipto de firmar una paz estable. De esta manera, en octubre de 1975, delegaciones de ambos países firmaron un Convenio en Ginebra, cuyo contenido implicaba el abandono por parte de Israel de los campos petrolíferos de Abu Rodeis y la concesión de varios pasos a las fuerzas de la ONU, a fin de que Egipto recuperase parte de la península del Sinaí.

Asimismo, Egipto se comprometió a levantar los bloqueos a Israel en el Mar Rojo y el Canal de Suez; y renunció a la guerra unilateral y a efectuar amenazas contra Israel salvo en caso de que el ejército israelí atacase un país árabe. La voluntad pacifista de Sadat se manifestó con su visita a Jerusalén, que provocó oposición en los demás estados árabes. Pero Israel respondió positivamente a la visita de Sadat y ofreció la retirada escalonada del Sinaí en el plazo de tres a cinco años (exceptuando zonas estratégicas) y el estudio de un autogobierno y posible aplicación del derecho de autodeterminación de Cisjordania.

La Conferencia de El Cairo se celebró el 14 de diciembre de 1977 y participaron representantes de Egipto, Israel, Estados Unidos y las Naciones Unidas. En esta conferencia se llevaron a cabo negociaciones bilaterales que hubieron de hacer frente a dificultades como el incremento de la colonización israelí en los territorios ocupados, el destino del Sinaí, Gaza y Cisjordania y el futuro de los palestinos. Israel hablaba de autonomía y de autogobierno, pero no aceptaba la idea de un verdadero Estado Palestino.

  • Los acuerdos de Camp David. 1978.

Ante el bloqueo de las negociaciones, el presidente norteamericano J. Carter decidió intervenir directamente como mediador, y por iniciativa suya, Sadat y Begin se reunieron con él en Camp David entre el 5 y el 17 de septiembre de 1978, estableciéndose como resultado de la reunión dos acuerdos: El primero fijaba un periodo transitorio de autonomía administrativa para Gaza y Cisjordania de cinco años, en el que se negociaría su estatuto definitivo. El segundo estipulaba la conclusión de un tratado de paz entre Egipto e Israel que sería firmado en un plazo de tres meses.

Estos acuerdos resultaban ambiguos y dieron lugar a malentendidos según fuera la interpretación egipcia o israelí, de ahí las dificultades posteriores para su total aplicación práctica.

Por otro lado, los acuerdos de Camp David reforzaron la hostilidad a la política egipcia por parte del mundo árabe. El 21 de septiembre, la cumbre de la Liga Árabe se reunió en Bagdad y rechazó formalmente los acuerdos de Camp David.

A pesar de que el acuerdo estipulaba tres meses de plazo para firmar un tratado de paz, dicha firma no se produjo hasta 1979. El tratado, firmado en Washington con Carter como testigo, estipulaba que, siguiendo un plazo máximo de tres años, Israel evacuaría sus fuerzas armadas y asentamientos civiles de la península del Sinaí. La frontera que había separado a Egipto del mandato de Palestina sería definitiva e inviolable. Se reforzó la apertura del Canal de Suez y el estrecho de Tirán. Los dos países se comprometían a normalizar relaciones diplomáticas, económicas y culturales.

Las cláusulas del tratado y el calendario de las operaciones sucesivas sobre los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza plantearon serios problemas ante las diferencias existentes entre egipcios e israelíes, diferencias que también empeoraban con la actitud de Jordania y la de los mismos palestinos.

La Liga Árabe rompió relaciones con El Cairo al calificar a Egipto de traidor. Según los oponentes a Egipto, Sadat había cambiado Sinaí por Gaza y Cisjordania. Los palestinos clamaron venganza y prometieron un baño de sangre: «Hemos de quemar todo lo que sea necesario para que este tratado de traición no logre sus objetivos», gritaba el líder palestino Arafat.

  • EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

La década de los 80 estuvo marcada por los ataques de Israel a Líbano y por el activismo palestino a través de las "Intifadas".

La situación entre Israel y los países árabes no mejoró. En junio de 1981, la aviación israelí atacó y destruyó la central nuclear iraquí de Tammuz, y en octubre de este año el presidente de Egipto, Sadat, fue asesinado en El Cairo por oficiales de su ejército.

No obstante, se presentó la posibilidad de entablar negociaciones a partir del plan de paz del príncipe Fahd de Arabia Saudí, que pretendía la retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967 y el derecho de los palestinos a tener una patria y vivir en ella, lo que implicaba el establecimiento de una administración interina en la ribera occidental del Jordán y la franja de Gaza bajo la supervisión de la ONU.

A pesar del apoyo casi generalizado a este plan, Israel se negó a negociar con los árabes sobre la base de las fronteras anteriores a 1967. De esta manera, a la anexión del sector árabe de Jerusalén que Israel había realizado en 1980, se unió la anexión de la estratégica zona de los Altos del Golán, en el mes de diciembre de 1981. Siria declaró que esta decisión suponía «la abrogación del alto el fuego y la declaración de guerra», mientras que el nuevo presidente de Egipto alegó que esta anexión contradecía los acuerdos de Camp David.

Con respecto a la península del Sinaí, Israel llevó a cabo su devolución a Egipto entre 1980 y 1982.

La invasión de Líbano llegó el 6 de junio de 1982, cuando el ejército israelí invadió el país por el Sur. Los objetivos de esta operación eran asegurar que el territorio situado al Norte de la frontera entre Israel y Líbano quedara desmilitarizado; imponer en Líbano un poder político bajo control cristiano, aliado de Israel; disminuir la influencia de Siria en la región; y desalentar cualquier esperanza de resistencia por parte de la población palestina de los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania.

La guerra de Líbano supuso una verdadera catástrofe para los refugiados palestinos: más de mil murieron asesinados, atacados bajos las órdenes de Ariel Sharon. Los que sobrevivieron a estos ataques fueron evacuados a Siria, Túnez, Argelia, Jordania, Yemen del Norte y del Sur, Chipre, Irak y Grecia.

Este conflicto generó una profunda división entre los grupos de resistencia palestinos, dispersos en varios países, que no se repararía hasta abril de 1987.

  • La Intifada

En 1987 estallaría la rebelión popular de la Intifada en Cisjordania, Gaza y en Jerusalén oriental. La Intifada o "la rebelión de las piedras"[23]. Una sublevación sostenida por los palestinos, armados de pequeñas piedras, contra uno de los mejores ejércitos del mundo. La OLP aprovechó la situación y se encargó de orquestar la Intifada.

La Intifada fue la culminación de un proceso que se inició el primer día de la ocupación militar de Cisjordania y Gaza. Las causas lejanas de la Intifada residían en la práctica por parte de Israel de una represión sistemática en todas sus formas, incluida la política, con el propósito de la integración de los territorios y la implantación de colonias.

A estas causas se unieron otras de carácter inmediato:

1ª) El gobierno israelí había fracasado a la hora de formular una respuesta adecuada al Plan Árabe del príncipe Fahd en 1982.

2ª) La cumbre árabe de Ammán en noviembre de 1987 estuvo esencialmente consagrada a la guerra entre Irak e Irán, perdiendo por primera vez la cuestión palestina el papel central en las preocupaciones de los jefes de Estado árabes.

3ª) Los palestinos de los territorios ocupados perdieron la esperanza de que el arreglo de las relaciones Este-Oeste llevara a las dos grandes potencias a ocuparse más activamente de la solución del conflicto árabe-israelí.

La Intifada ofreció dos importantes novedades con respecto a movimientos anteriores: en primer lugar, el destacado papel jugado por los Comités de trabajo voluntario, de los Comités de las mujeres y de los sindicatos profesionales, que supieron transmitir a la sociedad el sentido de convivencia y de solidaridad. En segundo lugar, la creación de una Dirección Nacional Unificada del Levantamiento, cuya tarea consistió en formular las reivindicaciones inmediatas y fijar las técnicas de resistencia según los mensajes de rechazo a la ocupación y afirmación de los derechos nacionales.

Los efectos y consecuencias que provocó la Intifada fueron los siguientes:

1º) La consolidación definitiva de la OLP como el único representante legítimo del pueblo palestino.

2º) El logro de la unanimidad en torno a la cuestión palestina, con las excepciones habituales de Estados Unidos e Israel.

3º) En la comunidad israelí surgieron por primera vez minorías en favor de la paz con los palestinos.

La OLP asumió el movimiento de la Intifada y se encargó de movilizar a la opinión palestina en torno al establecimiento en los territorios ocupados de un Estado Palestino confederado a Jordania.

  • La proclamación del Estado Palestino

La Organización para la Liberación de Palestina experimentó una importante reactivación a partir de 1987, pues se logró la unidad de todos los sectores y fuerzas palestinos.

En octubre de 1988 Yaser Arafat se reunió con el presidente de Egipto y con el rey de Jordania, que poco antes había declarado que dejaba de ser responsable de los territorios palestinos ocupados por Israel y que pretendía la creación de una confederación jordano-palestina.

El 15 de Noviembre de 1988 se reúne en Argel el Consejo Nacional Palestino para aprobar un acuerdo decisivo: la proclamación del estado Palestino, con la declaración de su independencia y la formación de un gobierno provisional en el exilio. Esta declaración contenía todos los requisitos necesarios para iniciar el ansiado proceso negociador. Con ello la OLP aprobaba el Plan de la ONU para la Partición de Palestina y la Resolución de 1967, en la que se pedía la retirada israelí de los territorios ocupados. Al mismo tiempo se solicitaba la convocatoria de una Conferencia internacional de paz para Oriente Medio, con la participación de todas las partes, con la condición del reconocimiento del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y su renuncia al terrorismo como medio de acción política. En diciembre de 1988 esta declaración de independencia fue explicada por Arafat ante la Asamblea General de la ONU reunida en Ginebra.

El Comité Central de la OLP nombró en 1989 a Yasser Arafat presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Se culminaba así un proceso en el que Palestina aparece como una entidad política y nacional.

  • Las negociaciones

La primera Guerra del Golfo propició un acercamiento entre israelíes y palestinos, a iniciativa de las potencias occidentales, que se produjo de la mano del Secretario de Estado norteamericano James Baker, que convenció a todos los interlocutores de que se reunieran en una conferencia de paz. La oposición israelí a negociar con Yaser Arafat fue la culpable de que no estuviera presente la OLP, aunque sí acudieron figuras palestinas destacadas dentro de los territorios ocupados: Faisal Husseini, Zakaria al Agha, Hanan Asrawi o Hanna Siniora.

Este principio de acuerdo dependía de la aceptación conjunta, en primer lugar, entre Estados Unidos y la Unión Soviética (que se alcanzó pronto debido al final de la Guerra Fría); y en segundo, de Israel y Siria, que posibilitaría la celebración de la Conferencia de Paz.

El 30 de octubre de 1991 se inauguró en el Palacio Real de Madrid la Conferencia de Paz a la que asistieron delegaciones de EE.UU., Rusia, Egipto, Israel, Líbano, Siria y una delegación conjunta Jordano-Palestina, así como de la C.E., el Consejo del Golfo, y la Unión del Magreb Árabe. La ONU asistió en calidad de observadora.

El argumento empleado tanto por árabes como por israelíes no cambió: «paz por territorios», los árabes; «paz por paz», los israelíes.

De las conversaciones bilaterales entre los países árabes e Israel podemos destacar:

 1) Los sionistas reiteraron que Jerusalén es su capital irrenunciable; los palestinos también.

 2) Israel estaba dispuesto a devolver la franja de seguridad ocupada en Líbano cuando lo pidieran los libaneses (no los sirios).

3) Los palestinos demandaban los territorios tomados por Israel en 1967.

4) Los jordanos ofrecieron a los palestinos la federación.

La Conferencia de Madrid supuso el inicio de varias conversaciones bilaterales, pues fue la confirmación de que las partes del conflicto sí podían sentarse cara a cara para negociar, aun cuando el entendimiento era, en muchas ocasiones, imposible.

Se celebraron nuevas reuniones en Washington y Moscú en las que se trataron temas como los refugiados, la cooperación económica y los problemas ambientales, además de la seguridad regional y los territorios ocupados.

Las elecciones israelíes, que dieron la victoria a Isaac Rabin; y, en menor medida, las estadounidenses, que cambiaron a Bush por Bill Clinton, impulsaron el empleo de un nuevo tono en las conversaciones.

El primer ministro israelí Rabin aceptó acatar la Resolución 242 de la ONU (retirada de Israel de los territorios ocupados en 1967) como base en las negociaciones con Siria. Respecto a Gaza y Cisjordania, Rabin indicó que la citada resolución sólo comenzaría a discutirse con los palestinos después del período transitorio de auto-gobierno. Es en este marco cuando ambos contendientes se reúnen en secreto en Oslo, al margen de las negociaciones entre israelíes y el resto de países árabes. Adoptan una "Declaración de principios sobre los acuerdos provisionales de autonomía". El gobierno israelí y la OLP admiten que «ya es hora de poner fin a decenios de conflicto, de reconocer nuestros derechos legítimos y políticos recíprocos, de esforzarse en vivir en la coexistencia pacífica y la dignidad y la seguridad mutuas y de alcanzar un arreglo de paz justo, duradero y global, así como una reconciliación histórica». En septiembre de 1993 se reunirían en Washington para presentar estos acuerdos[24]

Los acuerdos de Oslo prevén un periodo de autonomía de cinco años en Cisjordania y Gaza, durante el cual una Autoridad Palestina administrará la vida de los palestinos. El ejército de ocupación se desplegará fuera de las ciudades y pueblos pero seguirá controlando las fronteras exteriores, así como la seguridad de las colonias. Los contenciosos principales (trazado de las fronteras, Jerusalén, refugiados, colonias, etc.) se dejan "en suspenso" y serán objeto de negociaciones sobre un arreglo permanente, que se supone que comienza en el tercer año de la autonomía (en mayo de 1996).

Finalmente la posibilidad de la convivencia de dos estados fracasó. Aunque en 1995 se celebró con tono amistoso una nueva reunión en Oslo, varios factores ajenos provocaron el fracaso de los acuerdos: Isaac Rabin fue asesinado por un extremista israelí, ascendió la derecha al poder en 1996, los conflictos no cesaron durante las negociaciones, etc.

  • De 1996 hasta Camp David

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) se implantó con éxito tras la llegada triunfal de Arafat a Gaza. A comienzos de 1996 se celebraron elecciones para designar un consejo legislativo. La participación fue masiva.

La cuestión territorial no se llegó a zanjar en ningún momento. A pesar de las promesas, Gaza y Cisjordania siguieron sin alcanzar la libertad. El gobierno israelí dividió Cisjordania en tres zonas: el Área A englobaría las grandes ciudades y estaría bajo control absoluto palestino. El Área B, formado por la mayoría de pueblos palestinos, estaría bajo control mixto (civil palestino y militar israelí). El Área C continuaría ocupado.

Este reparto propiciaba que la Autoridad Palestina gobernase sobre territorios desperdigados por el 40 % de Cisjordania; y sobre las dos terceras partes de Gaza.

En la primavera de 1996 una serie de atentados suicidas, lanzados por el movimiento islamista Hamas[25]cristalizaron en la victoria de la derecha y de Benjamín Netanyahu en las elecciones israelíes. El movimiento Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) había surgido de la organización de los Hermanos Musulmanes, que fue, en los años setenta y principios de los ochenta, ayudada por los servicios de información israelíes para luchar contra la OLP. Hamas expresó en 1993 su hostilidad hacia los acuerdos de Oslo y creó una estructura clandestina, las brigadas Ezedine Al Qasam, que realizaron campañas de atentados contra civiles israelíes en aquella primavera. El gobierno de Tel Aviv replicó frenando las negociaciones.

En la primavera de 2000 se reanudaron las conversaciones sobre el estatuto definitivo de Cisjordania y Gaza. En lo sucesivo habría que abordar los expedientes más espinosos: el trazado de las fronteras, la suerte de los 3,7 millones de refugiados palestinos, las colonias, Jerusalén, etc. El primer ministro israelí Ehud Barak (que sustituyó a Netanyahu en 1999) convence a Bill Clinton de que convoque una cumbre entre él y Yaser Arafat para «forzar el destino». Esta reunión se celebra, de nuevo, en Camp David, en julio de 2000. El fracaso vuelve a ser total, pues tras este nuevo intento, el Estado palestino (concepto aceptado por Barak) dispone tan sólo de una soberanía limitada. La delegación israelí ofrece restituir casi toda Cisjordania, incluido el valle del Jordán; contempla la admisión en Israel de decenas de miles de refugiados palestinos (aunque no todos) y suaviza un dogma inamovible previendo por primera vez el reparto de "Jerusalén unificada", decretada en 1967 "capital eterna" de Israel.

Pero Arafat rechaza los acuerdos por estar, en su opinión, lejos del mínimo aceptable: el presidente de la ANP exige la totalidad del Jerusalén árabe tal y como era el 4 de junio de 1967. Al no firmar el compromiso, marchita su aureola ante los palestinos.

  • Intifada de AL-AQSA

El 28 de septiembre de 2000 Ariel Sharon impone su presencia de una manera provocadora en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. En tres días, el ejército israelí abate a 30 personas y hiere a 500. Los palestinos, a falta de toda consigna central, se rebelan. Reclaman, ni más ni menos, el fin inmediato de la ocupación. De este modo comienza la Segunda Intifada, conocida también como Intifada de Al-Aqsa[26]

Aunque la versión oficial de los palestinos atribuye el origen de la Intifada de Al-Aqsa al ataque de Sharon a la Explanada de las Mezquitas, es preciso puntualizar que algunos autores atribuyen el origen de esta Segunda Intifada a una campaña de la Autoridad Nacional Palestina iniciada antes incluso de los acuerdos de Camp David II, de manera que los grupos instigadores de la revuelta estarían esperando la ocasión oportuna, en este caso, la incursión de Sharon en la Explanada de las Mezquitas. Además, esta Intifada estaba envuelta en un islamismo mucho más radical que la primera, que respondía solamente a la presión israelí. Fue por eso que se denominó "Intifada de Al-Aqsa" (en honor a las mezquitas "profanadas" por Sharon).

El Informe Mitchell (realizado por una comisión internacional sobre la revuelta) concluye en 2001: «la visita se Sharon no causó la Intifada de Al-Aqsa, pero se produjo en un mal momento, y debió preverse que tendría el efecto de una provocación».

Se podría decir que fue una combinación de ambas cuestiones la que provocó la segunda Intifada. Los palestinos eran cada vez más pesimistas tras el fracaso de las negociaciones y el incumplimiento de las promesas israelíes.

La segunda Intifada tiene poco que ver con la anterior primera Intimada:

En primer lugar, tiene detrás al aparato político, burocrático y militar de la ANP, con la consecuente participación de policías palestinos y milicianos, y la posesión de armamento ligero. Esto recrudece la lucha de ambos bandos, pues Israel contesta a los ataques con tanques y helicópteros, lo cual imprime a los enfrentamientos una dinámica bélica.

Otra novedad es la entrada en escena de los árabes israelíes, que se manifiestan desde ciudades de Israel en solidaridad con sus hermanos de Gaza y Cisjordania.

El 6 de febrero de 2001 el septuagenario "halcón" Ariel Sharon obtuvo la victoria en las elecciones sobre Ehud Barak.

En marzo-abril de 2001, después de seis meses de enfrentamientos, la segunda Intifada ya había puesto fin al proceso de Oslo y se había retrocedido a la lógica de guerra de décadas atrás. Contra esto, el primer ministro apostaba sin escrúpulos por las medidas de fuerza. El resultado fue de 1.900 muertos palestinos y 623 israelíes a finales de septiembre de 2002.

Por otra parte, los ataques del 11-S[27]despiertan entre muchos musulmanes su lado más radical. Hamas se manifiesta violentamente en apoyo a Al-Qaeda, al grito de «¡Bin Laden, bombardea Tel Aviv!». Esta nueva situación, así como la presión del nuevo presidente estadounidense George W. Bush, incitan a Sharon a describir a Arafat como «nuestro Bin Laden» y legitimar la represión del levantamiento palestino incluyéndola dentro de la campaña planetaria contra el terrorismo global.

Uno de los aspectos más destacables de la Intifada durante 2001 y 2002 es el protagonismo creciente que adquieren los grupos islamistas, en detrimento de un Arafat indeciso ante la apuesta insurreccional y la retórica negociadora. De hecho, son estos grupos quienes imponen sus métodos al conjunto del movimiento nacional: Yihad, Al Fatah, las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa y, por supuesto, Hamas.

El cambio que experimenta la resistencia palestina no es sólo metodológico, sino también discursivo y cultural. Las expresiones de una racionalidad democrática, pragmática y laica, voces como la de la diputada Hanan Ashrawi («las manifestaciones pacíficas y populares son el arma más eficaz para combatir la ocupación… Además, con la vía armada no tenemos ninguna posibilidad de ganar»), son sepultadas bajo gritos de odio, fanatismo e irracionalidad.

Mientras, los israelíes se dividen en dos bandos: por una lado, buena parte de la opinión pública se apiña alrededor del liderazgo y dureza de Sharon y contemplan la expulsión de los palestinos al otro lado del río Jordán como una manera apropiada de afrontar el conflicto; por otro, ejecuciones extrajudiciales de combatientes de la Intifada, los cientos de víctimas colaterales de la represión (a menudo niños) y los excesos del ejército ponen en marcha multitud de grupos y plataformas en favor de la retirada de Cisjordania y de Gaza y en defensa de los derechos de sus habitantes árabes. Desde enero de 2002, por ejemplo, medio millar de oficiales y soldados en la reserva del ejército israelí declaran públicamente «no queremos seguir luchando más allá de la Línea Verde (la frontera hasta 1967) con el propósito de ocupar, deportar, destruir, bloquear, matar, causar hambre y humillar a todo un pueblo».

  • Cumbre de Beirut

En marzo de 2002, el Consejo de Estados árabes reunidos en su 14ª sesión ordinaria, reafirma la resolución tomada en junio de 1996 en la reunión extraordinaria de El Cairo, en la cual se reconocía una paz justa y global en Oriente Medio, en el marco de la legalidad internacional, según resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reafirmadas éstas, a su vez en 1991 en la Conferencia de Madrid.

Es en esta cumbre donde se fijan las condiciones para poner fin al conflicto entre Palestina e Israel, proponiendo al estado judío que de el primer paso, aceptando un estado palestino independiente, con capital en Jerusalén Este y que cumpla las resoluciones de Naciones Unidas, pasos estos imprescindibles para proseguir el camino hacia la paz.

  • El muro

El enquistamiento de la situación frente a los palestinos inclina cada vez más, a que los israelíes propugnen la separación física entre ambos pueblos. En 2002, el gobierno de Sharon decide construir un muro[28]entre Cisjordania e Israel. Esta barrera, denominada Muro del Apartheid o Muro de la Vergüenza por los palestinos, ha dividido también la opinión pública de todo el mundo: quienes defienden su eficacia frente a los atentados y quienes la condenan.

En junio de 2002 Israel comienza la construcción del muro, reforzado por cercas electrificadas, caminos de seguridad, torres de vigilancia, puertas, terminales y túneles. Toda esta infraestructura es administrada por Israel y controlada por su ejército, pero también es financiada, en parte, con aportes directos de países europeos y EEUU.

El muro mide en torno a 8/9 metros de alto y su extensión ronda los 700 km, cada 100 metros se refuerza con torres de 12 m de alto. Como se puede observar en el mapa incluido en el Anexo, el trazado del muro implica la anexión de partes de Cisjordania tomadas en 1967, consolidándose así la ocupación israelí de estos territorios.

El estado de Israel ha implementado una serie de puertas, túneles y terminales en puntos concretos del muro que son la única entrada/salida posible para los habitantes de ambos lados. Cualquier ciudadano, tanto israelí como palestino, que desee cruzar estos puntos debe poseer un permiso especial otorgado por el ejército israelí.

La principal intención de Israel, según su propio gobierno, con este muro es evitar los atentados suicidas provenientes de la zona palestina, que tantas bajas civiles ha ocasionado. Aunque en ningún momento se habla de consolidar posiciones y asentamientos israelíes, es una realidad más que evidente.

  • La Hoja de Ruta

El 30 de abril de 2003 se presenta al gobierno de Israel y a la Autoridad Palestina, una hoja de ruta elaborada por el Cuarteto (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y las Naciones Unidas) para lograr la paz entre Israel y Palestina teniendo como plazo máximo 2005.

Esta hoja de ruta era fruto de los fallidos encuentros entre Israel y Palestina en Camp David. Su intención, fondo, así como forma y método, eran realmente positivos para ambos países, implicando un cambio profundo en la situación permanente de conflicto existente.

Preveía el establecimiento de un Estado Palestino, al igual que los fracasados Acuerdos de Oslo, reclamaba un proceso de paz por etapas basado en el principio: "tierra a cambio de paz".

La Hoja de Ruta fijó tres fases claramente delimitadas:

Primera fase: hasta mayo de 2003. Implicaba el fin del terrorismo y la violencia, normalización de la vida de ambos pueblos, reforma de las instituciones palestinas, paralización de la colonización israelí de territorios palestinos (incluido el crecimiento natural de los asentamientos judíos).

Segunda fase: finales de 2003. Aprobación de una Constitución palestina y creación de un estado palestino con fronteras aún provisionales, pactadas por ambos países y la consolidación de instituciones palestinas. También se debe seguir con la continuación del desmantelamiento de las organizaciones terroristas. Además se establecen las bases para la retirada paulatina de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados desde 2000, y prosigue la congelación de la política de asentamientos israelíes

Tercera fase: 2004-2005. Solución permanente para las cuestiones pendientes: refugiados, Jerusalén, asentamientos y fronteras. En resumen fin definitivo del conflicto israelí-palestino. Se celebraría además una Segunda Conferencia Internacional que pondría final al conflicto israelí-palestino.

A esta Hoja de Ruta, Israel puso 14 condiciones innegociables, entre las que destacaban:

1) aceptación y reconocimiento, por parte de Palestina, del Estado de Israel.

2) desmantelamiento de las organizaciones terroristas como Hamas, etc…

El 19 de noviembre, al ver la carencia de apoyo de la Hoja de Ruta entre las dos partes afectadas, las Naciones Unidas publican la resolución 1515 en la que hacen suya la Hoja de Ruta e instan a las partes a la colaboración en la búsqueda de una solución pacífica al conflicto israelí-palestino.

Por desgracia, como todos ya bien conocemos, esta teórica e idílica solución al conflicto no llegó a buen puerto.

  • La retirada de Gaza

En agosto de 2005 el gobierno de Ariel Sharon inició la retirada de las colonias de Gaza[29]y de cuatro asentamientos de Cisjordania. Este "Plan de Desconexión", como lo calificó el Primer Ministro Ariel Sharon, era totalmente unilateral por parte israelí, rechazando toda coordinación de la retirada con la Autoridad Palestina, así como la mediación del presidente palestino: Mahmoud Abbas como interlocutor.

Aunque fue el mayor giro en la política israelí desde la guerra de 1967, al ser esta retirada unilateral dejó más cuestiones por resolver de las que solucionó. De hecho, Gaza permaneció cerrada al mundo, Cisjordania bajo ocupación, y lo que parecía ser la solución para el problema se transformó en una oleada de nuevas tensiones.

Uno de los motivos que impulsaron este cambio fue el "problema demográfico", pues el gobierno israelí temía que el continuo ascenso de población árabe en la zona contribuyera a la inestabilidad del estado judío.

Tras un intenso debate, la retirada se inició el 15 de agosto de 2005. La franja de Gaza y la zona de alrededor de los cuatro asentamientos de Cisjordania se cerraron a los visitantes y se iniciaron los procesos de evacuación y demolición de las infraestructuras de las comunidades.

A pesar de que el proceso fue más sencillo de lo inicialmente previsto, se vivieron escenas de angustia entre los colonos que rechazaban el traslado. El desalojo se completó con la retirada de la frontera entre Gaza y Egipto, el 12 de septiembre, mientras que en Cisjordania finalizó el 22 de ese mes. La retirada provocó la alegría, y a la vez la ira de grupos palestinos como Hamas, que pronto iniciaron una lucha contra las fuerzas de seguridad israelíes.

  • Muerte de Yaser Arafat y consecuencias

El dirigente palestino Yaser Arafat fallecía en París el 11 de Noviembre de 2004. Esta pérdida provocó enormes divisiones entre Al Fatah y Hamas por la disputa del poder. El sucesor de Arafat en la presidencia de la ANP, elegido en las elecciones del 9 de junio de 2005, sería Mahmoud Abbas, quien desde el principio predicó un mensaje de paz que habría de iniciarse con el fin de la Intifada de Al-Aqsa. Pero a pesar de sus intentos la violencia no cesó.

En enero de 2006 Abbas convocó elecciones legislativas, ganadas mayoritariamente por Hamas. Este movimiento, que niega al estado judío, no aceptaba como límite al estado Palestino la "línea verde" de 1967. La comunidad internacional rechazó enseguida al nuevo legislativo de Hamas. Este rechazo se manifestó, entre otras cosas, mediante un bloqueo económico declarado por Estados Unidos, Israel y la inmensa mayoría de los países europeos. De esta forma la ayuda financiera internacional que recibía la ANP queda en suspenso.

A lo largo de este año 2006, la situación era ambivalente: por un lado se completó el Plan de retirada unilateral israelí de la Franja de Gaza, lo cual, lejos de calmar la situación, agravó los ataques terroristas desde la Franja de Gaza con cohetes Qassam contra las poblaciones fronterizas israelíes como Sederot. Además la situación de seguridad y orden público en estos territorios se agravó muchísimo, produciéndose enfrentamientos constantes entre los propios palestinos de Hamas y Fatah.

En junio de 2006, militantes de Hamas y otras agrupaciones armadas palestinas de Gaza secuestraron al soldado israelí Guilad Shalit, desencadenando una respuesta militar limitada de Israel que no logró la liberación del soldado cautivo.

Por otro lado, Israel mantenía el control fronterizo, lo que dificultaba los viajes al exterior de los palestinos, y vigilaba de forma estricta el movimiento entre las ciudades palestinas (había desplegados más de 90 puntos de control en las carreteras). Además, Israel no sólo mantiene, sino que amplía constantemente los asentamientos de colonos israelíes en Cisjordania, lo cual sigue siendo fuente de conflictos.

En diciembre de 2006, Abbas declaró sus intenciones de convocar elecciones legislativas y presidenciales anticipadas, al explicar que los esfuerzos para formar un gobierno de unidad con Hamas habían fracasado. El grupo islámico calificó la convocatoria de "golpe de estado". Desde entonces, esta tensión se trasladó a las calles de Gaza y Cisjordania, que estallaron en numerosos enfrentamientos entre seguidores de Hamas y de Al Fatah.

En los primeros meses de 2007, Al Fatah y Hamas mantuvieron reuniones con el fin de alcanzar un acuerdo para formar un gobierno de unidad nacional junto con otras facciones palestinas. Paralelamente, Abbas se reunía con dirigentes como el rey Abdalá II de Jordania, o la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, buscando apoyo internacional para solucionar cuanto antes el problema interno que podría acabar en guerra civil.

La disputa entre ambos partidos se centraba en quién dirigiría el Ministerio del Interior, departamento clave para el control de las fuerzas de seguridad palestinas, y el programa que aplicaría ese Gobierno de concentración.

En esta última cuestión radicaba el escollo principal, porque no era previsible que Hamas aceptase las condiciones que exigían Abbas y el Cuarteto -Estados Unidos, UE, Naciones Unidas y Rusia- para poner fin al bloqueo económico que padecían los territorios ocupados desde el triunfo de Hamas en las elecciones de enero de 2006.

Es decir, Hamas debía:

1) reconocer la legitimidad de Israel.

2) renunciar a la violencia.

3) suscribir los acuerdos firmados por la OLP con el estado judío.

Finalmente, en febrero de 2007, Hamas y Al Fatah firmaron un acuerdo ("Acuerdo de la Meca", tratado más adelante) para formar un gobierno de unidad nacional junto con otras facciones palestinas, poniendo fin así a las disputas entre los palestinos.

  • El cambio de gobierno en Israel

Ariel Sharon sufrió en enero de 2006 un grave derrame cerebral que lo incapacitó para continuar en el gobierno. Ehud Olmert fue su sucesor en el cargo de Primer Ministro y, por lo tanto, líder de su partido, el Kadima, fruto de la unión de varios grupos políticos tras la caída del Likud. Los electores le dieron nuevamente el poder en el mes de marzo. El gobierno de Olmert se caracterizó, por seguir la línea férrea que marcó Sharon.

En el verano de 2006 Israel invadió Líbano con el pretexto de combatir a Hezbolláh.

El Consejo de Seguridad de la ONU redactó entonces un proyecto de resolución con el propósito de alcanzar un acuerdo de paz, que finalmente se aprobó por unanimidad, solicitando la delimitación de las fronteras internacionales del Líbano y la creación de una zona de seguridad desmilitarizada entre la "LINEA AZUL", anteriormente establecida y trazada por Naciones Unidas, cuando el ejército israelí fue obligado a retirarse en mayo de 2000 y las fronteras actuales, reconocidas internacionalmente, de Líbano.

La zona de seguridad debería llegar hasta el río Litani, a 30 kilómetros de la frontera con Israel, zona donde sólo podría operar el ejército libanés y la fuerza multinacional que enviaría Naciones Unidas.

A su vez, se le exigía a Israel la entrega al organismo internacional, de los mapas con la localización de los campos de minas ubicados en territorio libanés, y un acuerdo definitivo sobre las denominadas "granjas de Sheba", un pequeño sector que Israel conquistó a Siria en 1967 y que el Líbano reivindicaba como propio.

Esta fuerza multinacional, permanecería en el sur del Líbano durante dos años, con el fin de ayudar al gobierno de Beirut a elevar la capacidad de su ejército y, a la vez, extender su autoridad a la región que actualmente controlaba Hezbolláh. Pero la realidad es que hoy día todavía sigue manteniendo su presencia en terreno libanés aquella fuerza multinacional de Naciones Unidas, que sólo tenía previsión de ir para dos años.

Con respecto al conflicto con Palestina, se paralizó la evacuación de otros asentamientos en Cisjordania por la ascensión de Hamas al gobierno de la ANP.

  • Del acuerdo de la Meca al conflicto en la franja de Gaza

En respuesta a la iniciativa lanzada por el custodio de los santos lugares: Abdalah Ben Abdel-Azis, rey de Arabia Saudita, se reunieron en la ciudad santa de Mecca, dos delegaciones de Hamas y de Al-Fatah, del 6 al 8 de febrero de 2007, en el marco de los diálogos para la concertación nacional Palestina[30]

En este lugar se alcanzaron diversos acuerdos, entre los cuales cabe destacar:

1) Evitar toda forma de derramamiento de sangre, para lo cual se deben tomar las medidas y ajustes oportunos. Establecer el diálogo político como base única para solucionar las desavenencias políticas en el escenario Palestino.

2) Afirmar la necesidad de un gobierno de unidad nacional como base para la resistencia nacional frente a la ocupación.

3) Acuerdo definitivo para la formación de un gobierno de unidad nacional palestino, de conformidad a un detallado plan consensuado por ambas partes. Iniciando de inmediato los trámites.

4) Proseguir con las medidas para reformar y desarrollar la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

5) Reafirmar el principio de la institucionalización, y la pluralidad política, basada en la legislación adoptada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

La realidad de este acuerdo duró muy poco. De hecho, el pacto Fatah-Hamas sólo fue una realidad sobre el papel, ya que en la práctica, tanto unos como otros siguieron con sus respectivas políticas de lucha por el poder. Además el hecho de tener a Hamas como elemento unitario palestino, provocó a nivel internacional que el embargo económico, político y social al pueblo palestino, fuera cada vez a mayores.

Este ambiente de preguerra civil palestina se agravaba constantemente con los enfrentamientos entre Hamas, y sus lanzamientos de cohetes en la Franja de Gaza, y la respuesta del ejército israelí con bombardeos indiscriminados sobre la misma.

En junio de 2007, tras un saldo de más de 800 muertos debido a las sangrientas luchas internas entre Al Fatah, leal al presidente palestino Mahmoud Abbas, y Hamas, la totalidad del territorio cae bajo control de Hamas mediante un golpe de Estado.

En ese entonces, Israel y Egipto aumentaron su control sobre los pasos fronterizos con el territorio, considerando el control de la Franja por Hamas, como ilegal. En septiembre del 2007, en respuesta al continuado bombardeo con morteros, cohetes y misiles por parte del ala armada de Hamas contra ciudades y poblaciones civiles del sur de Israel desde Gaza, Israel declaró "territorio hostil" a la Franja de Gaza e impuso restricciones adicionales permitiendo la entrada solo de productos básicos.

En enero de 2008 Hamas hizo explosionar la cerca fronteriza que separaba al territorio palestino con Egipto, provocando la huida de miles de palestinos al territorio egipcio. Egipto reaccionó causando decenas de muertos.

Finalmente, en junio de 2008, con una Palestina más dividida que nunca y un Israel más inflexible que en años anteriores, se declaró una tregua de seis meses entre Hamas e Israel, reduciéndose significativamente el número de ataques con cohetes palestinos desde Gaza, aunque sin que se detuvieran por completo. Esta tregua se realizó bajo la atenta mediación de Egipto. La tregua incluía:

1) un alto el fuego definitivo por ambas partes.

2) el levantamiento del bloqueo israelí a Palestina.

El 19 de diciembre de 2008, Hamas decidió que no renovaría la tregua con Israel, haciendo caso omiso de las presiones e insistencias del gobierno egipcio y del presidente de la ANP Mahmud Abbas para que la renovara y evitara una escalada en la violencia.

A partir de este momento, Hamas intensificó sus ataques con cohetes, disparados desde el territorio palestino, sobre las poblaciones del sur de Israel.

  • El conflicto de la franja de Gaza. 2008-2009.

El conflicto de la Franja de Gaza de 2008-2009, denominado "Operación Plomo Fundido"[31] por las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF), fue una ofensiva militar desde el aire, tierra y mar, precedida por una campaña de bombardeo aéreo sobre la Franja de Gaza (Territorios Palestinos), que tuvo inicio el 27 de diciembre de 2008 y que finalizó el 18 de enero de 2009.

Fue dirigida contra objetivos de la infraestructura de la organización Hamas, principalmente puertos, sedes ministeriales, cuarteles de policía, depósitos de armas y túneles subterráneos que comunican la Franja de Gaza con Egipto. El conflicto fue descrito como la "Masacre de Gaza" en gran parte del mundo.

Según el gobierno israelí, el objetivo de la ofensiva era destruir la "infraestructura terrorista" y la capacidad militar de Hamas, como respuesta al lanzamiento de cohetes y proyectiles de mortero, contra objetivos civiles israelíes por parte de milicianos palestinos desde la Franja de Gaza, dado que desde que acabó el alto el fuego que precedió al conflicto hasta el inicio de la ofensiva, más de 200 proyectiles impactaron en el sur de Israel.

Este conflicto provocó el mayor número de bajas en los últimos cuarenta años de conflicto árabe-israelí, catorce de ellas israelíes, de las que once eran soldados y tres civiles. Aproximadamente 1.400 palestinos murieron a consecuencia de los bombardeos y los combates urbanos; centenares de ellos eran civiles, aunque existen importantes divergencias entre las cifras aportadas por distintas organizaciones.

La Franja de Gaza resultó seriamente dañada y miles de edificios fueron destruidos, la mayor parte de ellos residenciales. Tanto las Fuerzas de Defensa de Israel como Hamas fueron acusados de haber cometido crímenes de guerra durante el conflicto por distintos informes de Naciones Unidas, Amnistía Internacional y Human Rights Watch.

Inmediatamente después del inicio de la ofensiva, los grupos armados palestinos en la Franja de Gaza respondieron intensificando el lanzamiento de cohetes hacia Israel, y sus líderes hicieron llamamientos a la Tercera Intifada contra Israel y a la reanudación de los atentados suicidas.

El sur del territorio israelí se vio sometido a una situación de permanente alarma, y los cohetes alcanzaron en repetidas ocasiones las ciudades de Sderot, Ascalón, Ashdod y Beer Sheva.

Tras la intensificación de la diplomacia en los días previos, el 17 de enero de 2009 el primer ministro israelí Ehud Ólmert anunció un "cese unilateral de las hostilidades en la Franja de Gaza", con una duración de 10 días. En este período, el ejército israelí siguió desplegado en la Franja. Tras la declaración de alto el fuego, varios cohetes cayeron sobre territorio israelí y hubo combates entre milicianos palestinos y militares israelíes en el interior de la Franja de Gaza.

El día siguiente, 18 de enero, fue Hamas junto con otras organizaciones palestinas quien anunció un "alto el fuego inmediato". Éste, con una duración de una semana, tenía como objetivo la retirada del ejército israelí de la Franja de Gaza.

El ejército israelí no contemplaba un calendario de retirada mientras no cesase el lanzamiento de cohetes sobre su territorio. Finalmente y tras varios días de tensa calma, los portavoces de las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron el 21 de enero que el ejército hebreo había completado su retirada de la Franja de Gaza, retornándose al statu quo previo al conflicto y retomando Hamas el poder sobre la totalidad del territorio gazací.

  • Situación actual del conflicto

Si analizamos la situación actual de los tres elementos que componen un estado veremos que actualmente el estado palestino no existe.

1) El territorio palestino de Gaza se encuentra en manos palestinas, abandonada por las fuerzas israelíes desde 2005, pero Cisjordania se encuentra todavía en gran parte en manos israelíes, al igual que la parte este de la capital Jerusalén.

Por ello actualmente sólo Gaza podría considerarse como territorio totalmente palestino, aunque debe tenerse en cuenta que el espacio aéreo y parte del espacio marítimo que corresponde a la Franja de Gaza y el control de las fronteras siguen controlados por Israel.

2) En cuanto a la población, la situación actual continúa sin solucionar el problema de los refugiados, auque tanto el gobierno palestino como israelí son conscientes de que este problema es solucionable una vez que se haya establecido un nuevo estado palestino.

Actualmente podríamos considerar como población palestina a los residentes en los territorios de Gaza y Cisjordania.

3) Finalmente, en cuanto al poder, el gobierno de unidad nacional palestino resultante del acuerdo alcanzado en La Meca en 2007, si consiguiese acabar con la violencia entre palestinos y entre palestinos e israelíes, habría dado un gran paso hacia la creación de un nuevo estado palestino.

Actualmente tras el fin de los conflictos en la Franja de Gaza, en enero de 2009, la situación del conflicto palestino-israelí está estancada como antes del mismo. Aunque hay ciertos aspectos que han cambiado como los intentos de la Autoridad Palestina para reprimir a Hamas en Cisjordania, hasta tal punto que los mandos militares israelíes expresan públicamente su satisfacción por la cooperación de las fuerzas de seguridad palestinas en la persecución de los islamistas radicales[32]

Por otra parte es notable la postura de Estados Unidos, con su presidente Barak Obama al frente, intentando abrir de nuevo el camino hacia una solución a este conflicto que ya dura demasiados años[33]

Este intento se pudo ver plasmado en las reuniones que mantuvo, en el pasado mes de septiembre de 2009, en Nueva York, citando a la autoridad israelí Netanyahu y a la autoridad palestina Abbas. Lamentablemente el proceso de paz amenaza con morir antes de nacer, como ha sucedido otras veces, debido a las objeciones iniciales de ambos dirigentes previas a la reunión.

El líder estadounidense se ha embarcado en una apuesta difícil de ganar, exigiendo a los países árabes que ofrezcan gestos de normalización política y diplomática a Israel. Buen ejemplo de ello sería el permiso de sobrevuelo a la compañía aérea El Al, sería un primer paso a cambio de la congelación en la construcción de las colonias. Por otra parte exige a ambos que se ajusten a la malograda "Hoja de Ruta".

CAPITULO VI

Conclusiones y posibles soluciones al conflicto

  • Conclusiones

1) Ambos estados deben intentar volver a la "Hoja de Ruta":

Sería el único medio de normalizar la situación entre ambos, reconociéndose mutuamente y legitimándose, de forma que con el tiempo pudieran fijarse puntos clave a tratar y limar las asperezas que normalmente hacen fracasar cualquier acercamiento.

2) El consenso y la unidad nacional palestina es un pre-requisito para acabar con el conflicto:

Además del coste devastador en vidas humanas, la desunión de los líderes palestinos es totalmente incompatible con cualquier proceso de paz. El presidente Abbas no puede entablar negociaciones con Israel y la comunidad internacional si su principal rival político y una gran mayoría de su población se sienten excluidos y desencantados.

3) Los esfuerzos internacionales por excluir a Hamas con contraproducentes:

En el último año se ha observado la imposibilidad de excluir a Hamas de la política palestina, a pesar de privarle de los instrumentos para gobernar. Su apoyo popular quizás ha disminuido pero conserva el suficiente para mantenerse en el poder y hacer imposible un gobierno de otro grupo palestino. Por ello, el objetivo respecto a Hamas debería ser conseguir su evolución hacia la moderación y no su exclusión.

4) El Cuarteto y las tres condiciones marcadas para el levantamiento de la suspensión del apoyo financiero el gobierno palestino han provocado una situación de bloqueo político y diplomático:

Más que basarse en rígidas concepciones retóricas, el Cuarteto y la comunidad internacional deberían observar el comportamiento real y práctico de Hamas y así calibrar su política hacia dicha organización. La cuestión no debería ser si Hamas reconoce a Israel o no, algo que sería deseable pero que es bastante improbable, sino más bien si el gobierno palestino e Israel consiguen llegar a un acuerdo y establecer un alto el fuego y realizar un intercambio de prisioneros, si las negociaciones entre la OLP e Israel pueden retomarse, si el acuerdo de paz puede alcanzarse y si el hipotético referéndum que ratificase dicho acuerdo sería respetado.

  • Posibles soluciones al conflicto

  • Creación de un nuevo gobierno de unidad nacional palestino.

  • Cese de la violencia en los territorios de Gaza y Cisjordania e Israel.

  • Despliegue de una misión internacional de Naciones Unidas en los territorios ocupados.

  • Retirada israelí de los territorios ocupados respetando las fronteras de 1967.

  • Administración compartida entre gobierno palestino y Naciones Unidas.

  • Elecciones palestinas libres para un nuevo gobierno.

  • Consolidación del nuevo gobierno palestino.

  • Retirada de la misión y administración compartida internacional.

  • Reconocimiento internacional de Palestina como estado libre e independiente.

  • La Autoridad Nacional Palestina (ANP)

Los pasos a seguir de forma sucesiva para poner fin al conflicto cuanto antes, deberían ser[34]

Una vez formado el gobierno de unidad nacional palestino debería autorizarse la entrada de una misión internacional de Naciones Unidas en los territorios ocupados como primer paso a una posterior retirada de las tropas israelíes de los mismos.

Posteriormente, el gobierno de unidad nacional debería restaurar la ley y el orden antes de la llegada de esa misión, repartir el poder de forma equitativa reformando la OLP y realizar una serie de acciones respecto a Israel que haga cambiar la actitud israelí e internacional hacia el gobierno palestino.

  • Restaurar la ley y el orden

La prioridad más urgente para los palestinos sería la prevención de un posible resurgir de la violencia entre grupos armados. Como primer paso, los líderes palestinos deberían dar ejemplo y no incitar a las distintas facciones al enfrentamiento armado.

Por otro lado, los servicios de seguridad palestinos son débiles y se encuentran totalmente politizados, es decir, cada facción posee su servicio de seguridad propio. El reto más amplio que se le presentaría a la ANP es la reforma de esos servicios de seguridad de tal manera que se integren todas las facciones armadas en un solo servicio de seguridad bajo el control de la ANP.

  • Reparto del poder

La reforma de la OLP para integrar a nuevos grupos como Hamas y la Jihad islámica sería un paso muy importante para la consolidación de un nuevo sistema político palestino.

La ANP debería iniciar conversaciones con los diferentes grupos en el seno de la OLP para conseguir dicha integración.

Además, la ANP debería promover y poyar el establecimiento de un servicio social independiente de cualquier facción política como medio de reparto de poder en todas las instituciones de la ANP y para beneficio de todos los palestinos, no sólo de los de un determinado partido político.

  • Relaciones con Israel

Una serie de pasos importantes que debería acometer la ANP serían:

– Fortalecer el alto el fuego en Gaza y hacerlo extensivo a Cisjordania.

– Promover un intercambio de prisioneros entre Israel y Palestina. Esto solo podría hacer al Cuarteto flexibilizar su postura ante el gobierno de unidad nacional palestino y las tres condiciones impuestas al mismo.

– Dejar claro públicamente tres aspectos claves: que las negociaciones políticas con Israel las llevará en exclusiva el presidente Abbas, que cualquier acuerdo que se adopte será ratificado mediante referéndum nacional, y que tanto el gobierno como Hamas respetarán los resultados de ese referéndum.

  • Israel

Si Israel quiere acabar con los ataques en su territorio y contra población israelí en los asentamientos debe tener claro que sólo un gobierno de unidad nacional palestino conseguirá detenerlos.

Es por ello, que debería apoyar e impulsar el funcionamiento adecuado del gobierno palestino. Para maximizar esta gran oportunidad que este acuerdo ofrece debería realizar una serie de acciones que se detallan a continuación:

– Autorizar la entrada de una misión internacional de Naciones Unidas en los territorios ocupados y posteriormente estar dispuesto a abandonarlos.

– Liberar a un importante número de detenidos palestinos en el contexto de un intercambio de prisioneros.

– Apoyar el establecimiento de un alto el fuego mutuo en los territorios ocupados sabiendo que no será totalmente respetado por la población pero si apoyado por las autoridades palestinas.

– Retomar la transferencia de impuestos recogidos a los palestinos en territorio israelí a la ANP.

– Iniciar serias negociaciones con el presidente Abbas y los actores árabes regionales para alcanzar un acuerdo final y estable al conflicto palestino-israelí.

  • El cuarteto y otros actores internacionales

El éxito del final de la violencia entre palestinos y entre estos e Israel depende en gran medida de la política que adopten los actores internacionales del conflicto.

El mantenimiento del boicot económico y financiero al gobierno palestino hace peligrar la estabilidad de las instituciones palestinas. Por ello, los actores internacionales deberían rectificar su política e impulsar la unidad, estabilidad y consolidación de las instituciones palestinas, solidificar un alto el fuego, y apoyar a Hamas en una solución de dos estados, judío y palestino, del conflicto.

Para conseguir estos objetivos deberían darse una serie de pasos importantes:

– Tras la formación del nuevo gobierno de unidad nacional palestino, debe cesar el boicot económico y financiero a dicho gobierno.

– Establecer una misión internacional de apoyo al gobierno palestino en los territorios de Gaza y Cisjordania, en el que se desplieguen fuerzas de la ONU para garantizar el cese de la violencia entre palestinos y entre palestinos e israelíes y supervisar la retirada de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados.

El Alto Representante debería ser elegido de forma cuidadosa, así como los países que proporcionan tropas, entre los que deberían estar Jordania y Egipto además de países occidentales, especialmente europeos. Quizás no sería conveniente la presencia norteamericana por su marcada actitud en defensa de Israel. Se debería establecer una fecha de retirada fija para evitar el alargamiento de la misión.

– Realizar una administración compartida de los territorios de Gaza y Cisjordania entre el gobierno palestino y la ONU de forma interina, tras la retirada israelí de dichos territorios.

– Impulsar las negociaciones entre Israel y Palestina para conseguir una solución permanente al conflicto.

Bibliografía

Libros:

  • "Current Palestinian Government Structure", MIFTAH, 3 p.

  • FERNÁNDEZ GÓMEZ, Manuel, "El Conflicto Palestino-Israelí", Ed.Edilibro, 38 p.

  • ADWAN, Sami, "Historia del otro: Israel y Palestina, un conflicto, dos miradas" Intermón Oxfam Editorial, 2005

  • SAID, EDWARD, "La Cuestión de Palestina", Mondadori Editorial, 2002

  • JABER IBRAHIM, GHALEB, "Génesis de Israel", Editores Fundación Aragüaney, 2004

Páginas web utilizadas:

  • WordPress. Portal sobre el movimiento en Palestina. http://djiin.files.wordpress.com, fecha de consulta: 02/10/09

  • Stop The Wall. Portal sobre la campaña popular palestina contra el muro del Apartheld. http://stopthewall.org, fecha de consulta: 25/09/09

  • Periódico ABC. www.abc.es, fecha de consulta: 06/10/09

  • Anarchists against the wall. www.awalls.org, fecha de consulta: 06/10/09

  • Biografías y Vidas. Página de biografías de personajes históricos. www.biografiasyvidas.com, fecha de consulta: 06/10/09

  • Frontpage Magazine. Portal sobre noticias en el punto de vista de los Estados Unidos. www.frontpagemagazine.com, fecha de consulta: 06/10/09

  • www.geocities.com, fecha de consulta: 06/10/09

  • Periódico El Mundo. www.elmundo.es, fecha de consulta: 06/10/09

  • Periódico El País. www.elpais.es, fecha de consulta: 06/10/09

  • Historia del Siglo XX. Portal sobre todas las historias de Europa. www.historiasiglo20.org, fecha de consulta: 06/10/09

  • The Intifada in Palestine, The Palestinian side of the story. www.intifada.com, fecha de consulta: 06/10/09

  • Jerusalemites. Portal sobre noticias del conflicto en Jerusalén. www.jerusalemites.org, fecha de consulta: 06/10/09

  • Jewish Virtual Library. www.jewishvirtuallibrary.org, fecha de consulta: 06/10/09

  • www.marefa.org, fecha de consulta: 02/10/09

  • The PLO Negotiations Affairs Department. www.nad-plo.org, fecha de consulta: 25/09/09

  • www.nodo50.org, fecha de consulta: 25/09/09

  • Palestinian Academic Society for the Study of International Affairs. www.passia.org, fecha de consulta: 25/09/09

  • Zajel.org. Portal sobre noticias y el movimiento en Palestina. www.zajel.org, fecha de consulta: 02/10/09

Anexo

ANEXO I – HISTORIA DE LA OCUPACIÓN 1947-2004

Fuente: http://www.nad-plo.org/maps/wall/jpeg/killing.jpg

ANEXO II – ACUERDOS DE OSLO

Los acuerdos de Oslo fueron una serie de acuerdos negociados entre el gobierno israelí y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que actuó como representante del pueblo palestino. Fueron firmados en 1993 como una parte del proceso de paz entre los países, oficialmente llamado la Declaración de Principios.

Las conversaciones para llegar a un acuerdo fueron comenzadas por el gobierno noruego, que era razonablemente neutral en el conflicto. Los principales arquitectos de los acuerdos fueron Johan Jørgen Holst (el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega), Terje Rød-Larsen y Mona Juul. Las negociaciones transcurrieron en un total secreto en Oslo y sus alrededores, con reuniones en la casa del Ministro Holst hasta la firma del texto resultante el 20 de agosto y la consecuente ceremonia pública el 13 de septiembre.

En esencia, la base de todo era: la retirada de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza y Cisjordania, así como el derecho de los palestinos al autogobierno en esas zonas a través de la autoridad palestina. El gobierno palestino duraría cinco años de manera interina, durante los cuales el estatus sería renegociado (a partir de mayo de 1996). Las cuestiones acerca de Jerusalén, los refugiados, los asentamientos israelíes, la seguridad y las fronteras exactas fueron excluidas. El autogobierno interino sería desarrollado en fases.

Hasta un acuerdo definitivo, Cisjordania y Gaza fueron divididas en:

Area A – bajo control completo de la autoridad palestina.

Area B – bajo control civil de la Autoridad Palestina y control militar del ejército de Israel.

Area C – bajo control israelí.

La firma de los acuerdos supuso el reconocimiento de la autoridad palestina por Israel.

Fuente: http://www.nodo50.org/palestina/oslomap.jpg

ANEXO III – COLONIZACIÓN DE JERUSALEM 1947-2000

Fuente: http://www.passia.org/palestine_facts/MAPS/images/jer_maps/Jlem1947-2000.gif

ANEXO IV – MAPA DE ISRAEL TRAS LA GUERRA DE 1967

ANEXO V – YASER ARAFAT EN NACIONES UNIDAS

El 13 de noviembre de 1974 Yaser Arafat es recibido ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Tras 26 años de silencio forzado, un palestino pudo por fin hablar ante las Naciones Unidas. Los gobiernos occidentales también habían evolucionado; seguían apoyando a Israel, pero los árabes tenían el arma del petróleo, un arma que obligó a los occidentales a negociar y a escuchar la voz de los palestinos: «Yo soy un rebelde», comenzó. «La libertad es mi causa. Muchos de los presentes en esta sala, estuvieron en el pasado en la misma situación en la que hoy estoy yo. La posición de resistencia en la que estoy y en la que debo luchar. Ustedes también tuvieron que luchar para hacer realidad sus sueños. Hoy deberían compartir mis esperanzas».

En sus 40 minutos de discurso Arafat resumió cómo su pueblo había sido despojado de tierras, propiedades y nacionalidad, resultando arrojado a miserables campamentos de refugiados; y cómo aún allí fue perseguido por el Estado sionista cada vez que se rebelaba contra la injusticia que padecía. Reclamó su derecho a vivir en sus tierras y a ejercer sobre ellas una soberanía independiente. Terminó con esta frase: «Hoy he traído una rama de olivo en una mano y un fusil de combatiente por la libertad en la otra. No permitan que la rama de olivo caiga de mi mano. Repito, no permitan que la rama de olivo caiga de mi mano…».

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente