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Macroeconomía (página 5)


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En el caso clásico un aumento de la demanda agregada conduce solo a un aumento de los precios, sin ningún efecto sobre el producto. En el caso keynesiano de salarios nominales rígidos, sin embargo, la expansión de la demanda agregada hace subir el producto y el empleo así como el nivel de precios. Como el salario nominal no cambia, el aumento del nivel de precios implica también una caída del salario real. En el caso de un shock de oferta positivo (por ejemplo, un avance tecnológico por una vez) la economía puede ahora producir más con el mismo nivel de insumos, ambos modelos permiten concluir un aumento del producto y una baja en el nivel de precios.

SINTESIS NEOCLASICA Y NEOKEYNESIANA

En la actualidad, se ha producido una renovación en el pensamiento básico de las dos posturas anteriormente descritas, pasando estas a denominarse síntesis neoclásica poskeynesiana o simplemente neoclásicos (de la cual Milton Friedman es uno de sus representantes más destacados) y la síntesis postkeynesiana o simplemente neokeynesianos (de la cual sus exponentes más importantes son James Tobin y Franco Modigliani). Según tales corrientes de pensamiento económico, el Gobierno puede gestionar la demanda agregada por medio de dos instrumentos principales en una economía cerrada (sin sector externo): la política fiscal y la política monetaria.

Cuando fluctúa el empleo, lo propio acontece con la producción, ya que la producción se genera usando insumos laborales. De igual forma como se mide el grado en que el empleo no llega a alcanzar el nivel de pleno empleo, también puede medirse el grado en que la producción no llega alcanzar el nivel que podría generarse si todo el trabajo se empleara a plena capacidad. El PNB potencial es nivel de producción que se puede alcanzar la economía, cuando todos los factores productivos, especialmente el trabajo, están a sus niveles de plena utilización. Como es normal que exista siempre algún desempleo de fuerza de trabajo y de otros factores de la producción, el PNB actual es menor al PNB potencial. Dos consideraciones, la teoría sobre ciclos no es buena todavía y las situaciones varían entre países. En conclusión, actualmente los neo keynesianos y los neoclásicos empatan.

Hasta 1970, las recomendaciones de Keynes gozaron de gran influencia en todo el mundo. La mayor parte de las economías crecían rápidamente, sin depresiones serias ni alta inflación. Pero luego surgió la estanflación, una combinación de estancamiento económico (crecimiento bajo o negativo sumado a un alto desempleo y a una alta inflación). Aquí las políticas macroeconómicas activas fueron inútiles. De esta manera renació el pensamiento clásico, modificado en base los avances de la teoría macroeconómica actual, denominándose así pensamiento neoclásico. Los neoclásicos reconocen que los salarios se pueden rigidizar a niveles excesivamente altos, que no producen el equilibrio de mercado debido a:

• Se puede producir, considerando que de hecho hay desempleo en la economía, porque la gente puede retirarse para cambiarse de trabajo;

• Rigideces institucionales (salarios mínimos altos, seguros de desempleo altos, sindicatos poderosos, salarios indexados a la inflación) pueden impedir que el salario real se mueva a su nivel de pleno empleo;

• Si el salario real se mantiene rígido, por encima del nivel de pleno empleo, se producirá desocupación.

Solo si se produce un aumento en la cantidad de factores productivos de la economía cambiara la situación. Por ejemplo, un mayor monto de capital incrementa el producto marginal del trabajo para cualquier nivel dado de trabajo y produce entonces un desplazamiento hacia la derecha en la curva de la demanda por trabajo. Pero, los trabajadores trabajaran mayor cantidad sólo si se le paga un mayor salario real. Esto hace que los empresarios disminuyan un poco sus expectativas y contraten una cantidad menor de trabajo que la que originalmente pensaban contratar. En el nuevo equilibrio, el empleo aumenta así como el salario real. Ahora el monto más alto de servicios laborales y el stock de capital incrementado desplazan el producto de equilibrio hacia un PNB de pleno empleo mayor, desplazándose la curva de oferta agregada en forma paralela hacia la derecha.

En la síntesis neokeynesiana, se supone que en el corto plazo el ajuste de los salarios es demasiado lento como para asegurar el pleno empleo, pero en el largo plazo, los salarios eventualmente se ajustaran lo suficiente como para restablecer el pleno empleo y el equilibrio clásico. Puede decirse entonces que la economía muestra propiedades keynesianas en el corto plazo y clásicas en el largo plazo. El mercado de trabajo no siempre estará en equilibrio debido a problemas de información lo que hará que los precios sean rígidos, lo que contribuye a provocar fluctuaciones macroeconómicos.

Los clásicos creen en la curva de oferta agregada vertical exactamente en la porción correspondiente al pleno empleo. Friedman sostiene que la mayoría de los shocks en la economía provienen del lado de la demanda y en particular de las políticas monetarias inestables del banco central. Lo mismo piensan los teóricos de las expectativas racionales, Lucas y barro. Otros piensan que los shocks son de la oferta y principalmente tecnológicos.

Los keynesianos creen en la pendiente positiva de la oferta agregada y en la inestabilidad de la demanda agregada. Esta última dada principalmente por estados de ánimo o confianza de los demandantes. Los neokeynesianos piensan también que los shocks pueden provenir de la oferta.

En resumen, se identifican dos tipos de shocks: Perturbaciones de la demanda (cambios en la política macroeconómica y estados de ánimo de los demandantes) y en la oferta agregada (cambios tecnológicos y cambios de precios en los insumos tales como el petróleo).

POLITICAS MACROECONOMICAS EN UNA ECONOMICA CERRADA AL COMERCIO EXTERIOR

POLITICA FISCAL

La política fiscal es aquel comportamiento del Gobierno que se centra en el ejercicio deliberado de su poder para allegarse recursos (principalmente fijando impuestos) y gastarlos en base a un presupuesto, con el propósito de que la economía alcance un bienestar general. Los objetivos de la política fiscal son amortiguar las oscilaciones del ciclo económico y mantener una economía progresiva con elevado nivel de empleo y libre de inflación o deflación excesiva. Lo anterior sugiere algunas líneas directrices para una política fiscal discrecional.

Durante una recesión, cuando se desea aumentar la demanda agregada a un nivel de pleno empleo no inflacionario, el Gobierno puede implementar una política fiscal expansiva de las siguientes maneras:

• Aumentando su gasto publico financiándolo con mayores impuestos o mediante deuda.

• Disminuyendo los impuestos y financiando su déficit con menores gastos o mediante deuda.

• Una combinación de las anteriores.

En este contexto, algunos postulan que una disminución de los impuestos es mejor que un aumento del gasto público debido a que:

• Hay escepticismo de que el Gobierno utilice adecuadamente dichos fondos.

El Estado crecería absorbiendo funciones de los privados.

• es más rápido y directo que un programa de gastos en carreteras, por ejemplo.

• Es más fácilmente reversible que el segundo.

Durante un boom económico, cuando la demanda agregada debe ser reducida al nivel de pleno empleo, el Gobierno puede implementar una política fiscal contractiva de las siguientes maneras:

• Disminuyendo su gasto publico cobrando menores impuestos o mediante pago de su deuda.

• Aumentando los impuestos y utilizando la mayor recaudación para aumentar sus reservas. • una combinación de las anteriores.

Algunos economistas plantean que:

• En épocas de recesión, la política fiscal expansiva debiera ser deficitaria. En efecto, debido a que el presupuesto gubernamental tiende automáticamente hacia el déficit durante las recesiones, como resultado de los descensos en la recaudación impositiva, el gobierno puede verse tentado a equilibrar su presupuesto, reduciendo el gasto público o aumentando los impuestos, incrementando aún más la crisis.

• Por otro lado, en épocas de boom económico, la política fiscal contractiva debiera ser superavitaria. En efecto, debido a que el presupuesto gubernamental tiende automáticamente hacia el superávit durante los auges económicos, como resultado de los aumentos en la recaudación impositiva, el gobierno puede verse tentado a equilibrar su presupuesto, aumentando el gasto público o disminuyendo los impuestos, incrementando aún más la expansión en cuestión.

En consecuencia, Keynes argumentaba que la política fiscal debe estar dirigida al objetivo de pleno empleo y estabilidad de precios y no a equilibrar el presupuesto gubernamental. Una solución a este problema de desequilibrio fiscal cíclico es la adopción de un presupuesto en base a un periodo de pleno empleo, incurriendo en déficits y superávits continuos pero que en el largo plazo se compensen.

POLITICA MONETARIA

Todo Banco Central tiene una función básica: regular la oferta de dinero y el crédito. Cuando la producción cae y el desempleo aumenta generándose deflación, el Banco Central intentara ampliar la oferta de dinero y el crédito. Por el contrario, si el gasto es excesivo, elevándose los precios y existiendo empleos vacantes, el Banco Central hará todo lo posible por frenar y reducir el volumen de dinero en circulación y el crédito. La política monetaria ha de navegar contra la corriente, compensando los excesos o las deficiencias de la demanda global para fomentar el crecimiento real y la estabilidad de precios. Para provocar una contracción o expansión monetaria, de manera de lograr un equilibrio en la economía, el Banco Central puede hacer lo siguiente, en orden de importancia:

• Realizar operaciones en el mercado abierto, en las cuales el Banco Central emite bonos que compran los particulares (produciéndose un traspaso de dinero desde estos últimos al primero quien los guarda en sus bóvedas, siendo esta una política monetaria expansiva) o pagando dichos bonos (produciéndose el efecto contrario, siendo esta una política contractiva).

• Variar los préstamos que realiza el Banco Central a los bancos comerciales, principalmente a través de variaciones en la tasa de interés (tipo de descuento). Cuando se aumenta dicha tasa se realiza una política contractiva y cuando ocurre lo contrario es restrictiva.

• Variar el encaje, es decir, las reservas que los bancos comerciales deben mantener en el Banco Central para asegurar el pago de los depósitos efectuados en ellos por las personas. Cuando se obliga a los bancos a mantener mayor encaje se lleva a cabo una política contractiva, y en el caso contrario es una política expansiva. Definir cuales metas debería intentar controlar el Banco Central es un problema difícil. El interés último de la política monetaria está en promover la estabilidad y el crecimiento de la economía en condiciones de baja inflación. Para este fin, las tasas de interés y los agregados monetarios son solo metas intermedias, que las autoridades económicas tratan de controlar con el objetivo de influir en sus metas ultimas, que son las variables como el producto, el empleo y la inflación. Hay quienes han instado al Banco Central a concentrarse en el control de estas metas finales, pero esa es una tarea de formidables proporciones. Aunque el producto, el empleo y la inflación son las variables que cuentan en último término, lo que tiene buenas posibilidades de controlar el Banco Central son solo algunas metas intermedias.

La lógica que opera en una política monetaria contractiva es la siguiente: los bancos tendrán menos dinero que prestar, lo que hará que el otorgar créditos sea más difícil, elevando así la tasa de interés y haciendo más rentable los depósitos bancarios o el mantener instrumentos financieros en general, con lo que descenderá la inversión pública y privada, produciéndose una disminución sobre la producción, los precios y el empleo. La gente por su parte, considerara muy rentable ahorrar una mayor proporción de su renta dado el alto interés que entregan los depósitos, generándose así un menor gasto en la economía, reforzado lo anterior por el alto costo del crédito.

En el caso de una política monetaria expansiva: los bancos tendrán más dinero que prestar, lo que hará que el otorgar créditos sea más fácil, bajando así la tasa de interés y haciéndose menos rentables los depósitos bancarios o el mantener instrumentos financieros en general, con lo que aumentara la inversión pública y privada, produciéndose un aumento de la producción, los precios y el empleo. La gente por su parte, considerara muy poco rentable ahorrar una mayor proporción de su renta dado el bajo interés que entregan los depósitos, generándose así un mayor gasto en la economía, reforzado lo anterior por el bajo costo del crédito.

EL MODELO IS – LM

El enfoque IS-LM fue desarrollado por el economista británico premiado con el Nobel, John Hicks.

La curva IS muestra las combinaciones de las tasas de interés y de los niveles de producción con los que el gasto planeado es igual a la renta, es decir, el mercado de bienes esta en equilibrio. En efecto, la curva IS relaciona el nivel de demanda agregada con el nivel de las tasas de interés manteniendo fijas todas las demás variables, tales como G y T. Dicha curva tiene una pendiente negativa porque un alza de la tasa de interés reduce la inversión, lo que hace bajar la demanda agregada y en consecuencia la renta nacional. Cuanto menor es el multiplicador del gasto y menos sensible es la inversión a las variaciones de la tasa de interés, más inclinada es la IS. En los puntos situados a la derecha de la curva, hay un exceso de oferta en el mercado de bienes, en los puntos situados a la izquierda hay un exceso de demanda de bienes. La IS se desplaza hacia la:

• Derecha con un incremento del gasto público o con un alza en el ingreso disponible futuro esperado, las que hacen subir la demanda agregada para cualquier nivel dado de la tasa de interés.

• Izquierda con un incremento de los impuestos o con una disminución en el ingreso disponible futuro esperado, las que hacen bajar la demanda agregada para cualquier nivel dado de la tasa de interés.

La curva LM o curva de equilibrio del mercado del dinero muestra todas las combinaciones de tasas de interés y los niveles de renta con los que la demanda de saldos reales de dinero es igual a la oferta monetaria, esto es, el mercado del dinero está en equilibrio. Es decir, sobre la curva LM, el mercado del dinero se encuentra en equilibrio. En particular, la curva LM muestra las combinaciones de demanda agregada y tasa de interés que son consistentes con el equilibrio del mercado monetario para un nivel dado de saldos reales de dinero (M/P). La curva LM tiene pendiente positiva porque un alza en la tasa de interés reduce la demanda de saldos reales de dinero. Para que la demanda por saldos reales sea igual a la oferta fija de dinero, tiene que aumentar el nivel de renta. Por lo tanto, el equilibrio del mercado de dinero implica que un alza de la tasa de interés va acompañada de un aumento del nivel de renta. Cuando el mercado del dinero se encuentra en equilibrio, el mercado de bonos se encuentra también en equilibrio. Por lo tanto, la curva LM también representa las combinaciones de tasas de interés y los niveles de renta con los que el mercado de bonos se encuentra en equilibrio. La curva LM se desplaza cuando varia la oferta monetaria. Un aumento de la oferta monetaria desplaza la curva LM hacia la derecha. En los puntos a la derecha de la curva LM, hay un exceso de demanda de dinero y en los puntos situados a la izquierda, hay un exceso de oferta de dinero. La posición de la LM depende del valor de M/P. Un aumento de M/P que puede provenir de un incremento en la oferta monetaria o de un decremento en el nivel de precios, desplaza toda la curva LM hacia abajo y a la derecha.

El análisis IS-LM supone que la demanda agregada es una función positiva del gasto público, una función inversa de los impuestos, una función positiva de los ingresos futuros esperados de las familias, una función positiva de la futura productividad marginal del capital esperada y una función negativa de la tasa de interés. El consumo es una función decreciente de la tasa de interés (suponiendo el caso normal en que las tasas de interés más altas llevan a un crecimiento del ahorro), una función creciente del ingreso disponible actual y una función creciente del ingreso disponible futuro esperado. La demanda por inversión es una función inversa de la tasa de interés y una función positiva de la futura productividad marginal del capital esperada. La intersección de las curvas IS-LM muestra los valores de la demanda agregada para los cuales la demanda del producto es consistente con las relaciones subyacentes de comportamiento del consumo y la inversión y esto significa que el mercado monetario esta en equilibrio.

Keynes planteo la teoría del multiplicador que postulaba que un alza en el gasto fiscal lleva a un aumento de la demanda agregada que es aún mayor que el alza inicial en el gasto fiscal. Sin embargo, esto no es real ya que el mayor gasto del gobierno debe financiarse lo que producirá en algún momento que suban los impuestos o la tasa de interés y dadas expectativas racionales los agentes económicos anticipan esto y mantienen el consumo y la inversión constantes. La única forma en que esto no ocurriera sería que el aumento en cuestión se produjera muy en el futuro.

Cuando hay un aumento del gasto fiscal o una disminución de los impuestos, la IS se desplaza hacia la derecha, pero como el M/P permanece invariable, un alza en el producto debe venir acompañada de un aumento en la tasa de interés. Se produce entonces un crowding out, esto es, un reemplazo de inversión pública por inversión privada. Cuando hay un incremento de la oferta monetaria, la LM se desplaza hacia la derecha haciendo subir la oferta agregada. En ambos casos, el efecto último de la política fiscal o monetaria depende de la curva de la oferta agregada:

• En el caso clásico, con una curva de oferta vertical todo el aumento de la demanda agregada termina siendo un incremento del nivel de precios, el producto no varía.

• En el caso keynesiano básico, con una curva de oferta de pendiente positiva, el incremento en la demanda agregada se reparte entre un aumento del producto y los precios.

• En el caso keynesiano extremo (caso estándar), con una curva de oferta horizontal, todo el efecto se expresa como un incremento del producto.

Hay tres casos especiales en el análisis IS-LM:

• La LM es vertical que se produce cuando la demanda por dinero no es sensible a la tasa de interés, esto es, cuando la velocidad de circulación de dinero es constante: Aquí una expansión fiscal no tiene efecto alguno sobre la demanda agregada. Un desplazamiento de la curva IS a la derecha solo resulta en un alza de tasa de interés, sin efecto alguno sobre el producto. El crowding out es total, el incremento del gasto público es ahora igual en magnitud a la reducción combinada del gasto privado de consumo e inversión. La versión extrema del monetarismo (clásicos) comparte la idea de la LM vertical y sostiene que los cambios en la política fiscal no tiene efecto sobre la demanda agregada. Por el contrario, plantean que la política monetaria es muy efectiva para desplazar la demanda agregada. De hecho, en este caso, un incremento de la oferta de dinero ejerce un vigoroso efecto para bajar la tasa de interés y aumentar la demanda agregada.

• La LM horizontal (lo que es una curiosidad teórica) que se produce cuando la demanda por dinero es infinitamente elástica respecto de la tasa de interés: Aquí la política fiscal es totalmente efectiva sobre la demanda agregada pero no así la política monetaria. Se postula que una LM horizontal se puede dar solo a tasas muy bajas de interés donde la gente tiene un costo de oportunidad muy bajo de mantener liquidez por lo que a la situación se le denomina Trampa de Liquidez.

• La LM con pendiente positiva que se produce cuando la demanda de consumo e inversión son inelásticas a la tasa de interés: Aquí la política fiscal es muy efectiva sobre la demanda agregada (no hay crowding out) pero no así la política monetaria.

El problema con el modelo IS-LM es que es estático y no tiene consideraciones intertemporales.

• Cuando se considera dichas dimensiones en la política fiscal: Un alza del gasto fiscal debe pagarse con impuestos actuales o futuros y en la medida que la gente se da cuenta de esto, la política fiscal es inoperativa de acuerdo a las expectativas de la gente (equivalencia ricardiana).

• Otro aspecto importante a destacar es que la economía tiene propiedades keynesianas en el corto plazo (la gente puede trabajar más que lo que dice el pleno empleo) pero clásicas en el largo plazo (no lo puede hacer indefinidamente). En el corto plazo, un aumento de los salarios nominales hace subir el producto; pero en el largo plazo, mayores saldos de dinero solo hacen subir los precios.

Pensamiento neoclasico y la politica fiscal

EXPECTATIVAS RACIONALES

Para los neoclásicos, la explicación de los ciclos económicos puede estar en una combinación de fluctuaciones de la demanda agregada y condiciones keynesianas en la oferta agregada. Friedman y los monetaristas (clásicos) postulan que las economías de mercado se autorregulan. Esto es, si se las dejan solas, tienden a regresar al pleno empleo por su dinámica propia. Además, afirman que las políticas macroeconómicas activistas son parte del problema, no de la solución. Por lo tanto, la verdadera clave para una macroeconomía estable radica a su vez en una oferta monetaria estable, es decir, una política monetaria no activista. Lucas, Barro y Sargent van más allá, postulando que la gente tiene expectativas racionales. Por lo tanto, si los individuos y las empresas forman sus expectativas respecto a los acontecimientos económicos futuros con actitud racional, entonces ellos se adelantaran al efecto de las políticas económicas y en consecuencia estas tendrán mucho menor impacto y eventualmente un impacto nulo.

Los neoclásicos piensan esto porque consideran que el mundo está integrado por individuos que actúan racionalmente, en su propio provecho, en unos mercados que se adaptan rápidamente a los cambios de las circunstancias. Se afirma que el Gobierno probablemente no hará más que empeorar las cosas si interviene. Sin embargo, el Gobierno si puede desempeñar un útil papel en las economías que se considera se ajustan lentamente. Por ejemplo, en las que los precios responden con lentitud, la información es escasa y las costumbres sociales impiden que los mercados se vacíen (equilibren) rápidamente. Esta teoría supone que:

• Los agentes económicos tienen una conducta maximizadora: Las familias y las empresas toman decisiones óptimas, lo cual significa que utilizan toda la información de que pueden disponer para tomar decisiones y que esas decisiones son las mejores posibles en las circunstancias en que se encuentran.

• Las expectativas son racionales, es decir, la gente hace las mejores predicciones estadísticas del futuro que se pueden realizar con la información existente: Esto implica que los individuos acaban entendiendo la política económica que se está aplicando y por lo tanto no es posible engañar a la mayoría de la gente todo el tiempo e incluso ni siquiera durante un periodo.

• Los mercados se vacían (equilibran). No hay razón para que las empresas o trabajadores no ajusten los salarios o sus `precios si eso mejora su bienestar: Por lo tanto, los precios y los salarios se ajustan para igualar la oferta y la demanda.

Un ejemplo simple en donde se aplican las expectativas racionales en aquel en el cual se supone que una economía empieza a sobrecalentarse y el gobierno propone una política fiscal contractiva consistente en una reducción del crédito tributario a la inversión. Mientras se estudia la Ley en el Congreso, la inversión subirá, dado que las empresas desean aprovechar el crédito mientras pueda. Así, la economía se sobrecalentará más.

Siguiendo con lo anterior, según los neoclásicos, otra distinción esencial que debe hacerse es entre cambios de política que se perciben como temporales y los que se perciben como permanentes: Un incremento transitorio del crédito tributario a la inversión, provocara una respuesta mayor en el gasto de capital que un incremento permanente, porque las empresas se apuraran en hacer sus inversiones mientras duran los incentivos.

Otro ejemplo, los gobiernos pueden recaudar menos ingresos a altas tasas de impuestos que a bajas tasas ya que la gente tiene menos incentivos a generar ingreso. Laffer dijo que partiendo de una tasa de impuestos de cero, tasas más altas recaudaran más impuesto, pero solo hasta cierto punto. Pasado de ese punto, la recaudación caerá porque la gente tendrá menos incentivo a generar ingreso.

CRITICAS A LA POLITICA FISCAL (EQUIVALENCIA RICARDIANA)

El gasto gubernamental no siempre es el adecuado plantean los neoclásicos, independientemente de cómo se lo financie. De hecho, cuando el gobierno gasta ejerce una demanda de recursos productivos y:

• Si la economía está en pleno empleo, dicho gasto implicara una reducción en la producción del sector privado, perjudicando el bienestar de la economía, tanto en el presente (por los bienes y servicios de consumo no producidos ni consumidos) y en el futuro (por los bienes de capital no producidos ni utilizados para generar crecimiento).

• Si la economía está en recesión, dicho gasto no implicara una reducción en la producción del sector privado puesto que hay factores de producción no utilizados, generándose mayor bienestar para la economía podrían postular los keynesianos. Incluso podría decirse que los keynesianos postularían que una reducción en los impuestos sobre las personas provoca un aumento del consumo. Por lo tanto, a menos que haya pleno empleo, una política fiscal expansiva puede provocar un aumento de la producción.

El enfoque neoclásico critica este último argumento, centrando la atención en la renta permanente y la capacidad de pago de las familias. Si se reducen actualmente los impuestos de una persona, financiando el Gobierno su déficit presupuestario con deuda que posteriormente deberá devolver. Entonces la gente pensara que será ella quien deberá devolver los intereses y el principal de la deuda emitida para financiar la reducción de los impuestos, mediante mayores impuestos futuros, por lo que su renta permanente no ha variado. Por lo tanto, el gasto de la persona no aumentara, lógicamente.

Por lo anterior y en conclusión, la equivalencia Ricardiana (como se le denomina a dicho argumento, el cual es apoyado por Barro) postula que el endeudamiento actual del Gobierno significa unos impuestos más altos en el futuro a objeto de amortizar la deuda. Así, no existe diferencia en la financiación de los déficits mediante impuestos actuales o mediante deuda (lo cual por definición son impuestos futuros). La proposición estricta de Barro y Ricardo de que los bonos del tesoro no son riqueza neta se basa en el argumento de que la gente se da cuenta de que sus bonos tendrán que pagarse en el futuro con unos impuestos más altos. De ser así, un aumento del déficit presupuestario que no vaya acompañado de una reducción del gasto público debiera llevar a un aumento del ahorro exactamente igual que el déficit. En particular, la equivalencia Ricardiana propone que bajo ciertas circunstancias, un cambio en la trayectoria de los impuestos a lo largo del tiempo (por ejemplo, impuestos más bajos ahora e impuestos más altos en el futuro) no afecta el gasto privado y por ende no afecta ni el ahorro ni la inversión a nivel nacional, como tampoco a la Cuenta Corriente. Esta concepción lleva a algunos resultados sorprendentes, como el caso en que una rebaja tributaria que aumenta el déficit fiscal no tiene efecto alguno sobre la Cuenta Corriente.

El consumo de toda la vida de las familias es igual al valor presente de los ingresos menos el valor presente de los impuestos. Mientras no varíe el valor presente de los impuestos, la trayectoria temporal de los impuestos no tiene importancia. El modelo supone que, a pesar de la rebaja de los impuestos en la actualidad y el consecuente aumento de su ingreso en la actualidad, las familias previsoras no cambiaran su nivel actual de consumo. La razón es sencilla, la rebaja de impuestos no afecta su riqueza porque los impuestos futuros subirán para compensar la disminución de los impuestos en la actualidad. Las familias ahorran el ingreso que reciben por la rebaja de impuestos con el fin de pagar el futuro aumento de impuestos. Sin embargo, esto no siempre ocurre debido a la existencia de restricciones de liquidez en la vida real, la incertidumbre, los efectos marginales de incentivos de impuestos, etc. Los adversarios a esta teoría argumentan también que los individuos tienen una vida finita, así las personas que se benefician de la reducción actual de los impuestos no pagaran la deuda en el futuro.

LA INFORMACION IMPERFECTA Y LAS EXPECTATIVAS RACIONALES

Los neoclásicos postulan que la expansión monetaria engaña a los agentes económicos cuando a pesar de que estos tienen expectativas racionales cuentan con información imperfecta. Esta situación ocurre cuando:

• Los productores creen que el incremento de precios (inflación) solo se aplica a sus propios productos, lo que los lleva a creer que es un cambio solo en los precios relativos, no en el nivel general de precios, entonces aumentan la producción.

• Los trabajadores están dispuestos a ofrecer más trabajo, porque consideran equivocadamente que el incremento en el salario nominal es un aumento del salario real.

Si estos agentes económicos tuvieran información completa, entenderían que los shocks de demanda nominal simplemente han hecho subir los salarios y los precios nominales, sin que cambien los precios relativos o los salarios reales. Con información completa, los trabajadores no ofrecerán más trabajo ni las empresas aumentarían la producción.

De acuerdo con Lucas, el mercado para cada uno de los bienes es como una isla. Los participantes en este mercado, como los habitantes de una isla, tienen toda la información al respecto, pero están aislado de otros mercados (o islas) y solo se informan con rezago de lo que están pasando en otras partes. En estas circunstancias, los productores, cuando sube el precio de mercado de su producto, no están seguros si el precio de su producto es el que ha subido en términos relativos al precio de otros bienes, en cuyo caso querrán incrementar la oferta; o bien, si son todos los precios los que han subido, en cuyo caso no les interesaría incrementar la oferta. Una persona o empresa que actúa en base a expectativas racionales mirara un incremento dado en el precio en un mercado local en parte como un incremento general de precios y en parte como un incremento relativo del precio. Por lo tanto, cuando la economía recibe realmente el efecto de un shock de demanda agregada global, cada productor piensa que, en algún grado, ha subido el precio relativo de su producto. Esta es una percepción errónea; de hecho, los precios relativos no están cambiando, solo está subiendo el nivel de precios agregado. No obstante, el resultado es que el shock de demanda agregada lleva a un incremento voluntario en la oferta agregada.

Uno de las implicancias de esta situación es que los cambios anticipados en la oferta monetaria no deben tener ningún efecto sobre el producto, sino solo sobre los precios, suponiendo que todos los agentes entienden el funcionamiento de la economía y tienen expectativas racionales. En esta teoría, solo los cambios no anticipados en la política monetaria pueden tener un efecto sobre el producto. Si todos los agentes económicos comprenden que va a tener lugar un incremento dado en la oferta monetaria, deben saber entonces que los precios subirán en igual proporciones (a medida que la curva de demanda agregada se desplaza hacia arriba a lo largo de una curva de oferta agregada vertical). Cuando los precios suben entonces en el monto anticipado, los productores no se engañaran en considerar que ha ocurrido un cambio en un precio relativo, de modo que la oferta agregada no sufrirá variación.

El problema con la teoría de Lucas y la posterior corroboración empírica de Barro es que el supuesto central de que los agentes no conocen un nivel general de precios y en consecuencia confunden los cambios de precios relativos y globales es poco plausible (creíble), ya que el IPC es conocido por todos y la gente continuamente compra diversos productos por lo tanto sabe lo que ocurre en cada mercado.

DISCUSION SOBRE LA POLITICA MONETARIA

Según un sector de los clásicos, los monetaristas, un factor fundamental que desplaza la demanda agregada es la cantidad de dinero en las manos de las personas. Si la gente tiene una gran cantidad de dinero, gastara mucho; si tiene poco dinero, gastara poco. De acuerdo con los monetaristas, la cantidad de dinero que el público desea mantener está estrechamente relacionada con su nivel de renta. Así:

• Si la oferta de dinero aumenta con mayor rapidez que la renta (es decir, con mayor rapidez que la cantidad que el público desea mantener) el público gastara la parte que no desea retener, lo cual provocara inflación, dado que la economía estaba en equilibrio (supuesto clásico).

• Si la oferta de dinero aumenta con más lentitud que la renta (es decir, no con la rapidez suficiente para proporcionar al público la cantidad de dinero que desea mantener) el público ahorrara lo que se había propuesto y gastara menos que lo que se había propuesto, lo cual provocara una deflación, dado que la economía estaba en equilibrio (supuesto clásico).

Nótese que se supone que siempre la economía estará en equilibrio variando solo el nivel de precios ante cambios en la oferta monetaria, quedando así la producción y el empleo siempre en equilibrio. Sus argumentos están basados en el concepto de Velocidad de Circulación del Dinero, la cual es la razón entre el producto nacional (igual al ingreso nacional) y el dinero: V = PNB/M. Se la puede mirar también como el número de veces durante un periodo dado (generalmente un año) en que cada unidad de dinero circula en la economía. La velocidad de circulación del dinero:

• No depende del nivel de precios;

• Pero si de las tasas de interés (ya que al comprar bonos el Banco Central, disminuye la cantidad de dinero y el dinero que queda en la economía tiene que circular más veces);

• Y del ingreso real (ya que al subir el ingreso real, aumenta la demanda por dinero y la cantidad de dinero actual debe circular más veces);

• y de la nueva tecnología (que hace más fácil usar el dinero).

Los monetaristas postulan que existe una estabilidad en la demanda de dinero de la economía, por lo tanto esto implica que la mejor manera de estabilizar la economía en términos del nivel de precios es estabilizando la tasa de crecimiento de la oferta monetaria a un bajo nivel. Así, como P = M * V / PNB y dado que V es relativamente estable y el PNB es exógeno, la forma de controlar el nivel de precios es la cantidad de dinero.

La conclusión lógica de los monetaristas es que existe una relación causa y efecto entre la oferta de dinero y las variaciones que se producen en la producción, los precios y el empleo. Así, la mayoría de los monetaristas rechaza la noción de que una política monetaria deba utilizarse para propósitos de estabilización de corto plazo. Aunque los monetaristas reconocen que el dinero afecta el PNB real en el corto plazo, afirman que los nexos entre el dinero y el PNB son largos y variables y de hecho, demasiado poco confiables para propósitos de estabilización en el corto plazo. En consecuencia su argumento es que la política monetaria debe orientarse al mediano plazo, en cuyo caso sugieren que un crecimiento bajo y estable del dinero producirá una tasa de inflación baja y estable. Las dudas sobre el manejo activista de la política macroeconómica según los neoclásicos se funda en: La curva de oferta agregada es vertical, de modo que las políticas macroeconómicas de expansión de la demanda tienen escaso efecto en términos del crecimiento del producto y del empleo, limitándose a hacer subir los precios.

• Los shocks privados a la economía son difíciles de identificar, y en especial en forma oportuna, lo que hace difícil si no imposible, contrarrestar estos shocks con políticas económicas.

• Dado que en forma rutinaria los políticos tratan de expandir la economía, aún más allá del nivel de pleno empleo, lo probable es que las políticas monetarias activistas sean inflacionarias en exceso.

• Los economistas no tienen suficiente conocimiento empírico sobre la forma de las curvas IS, LM y oferta agregada, como para escoger las medidas cuantitativas que podrían estabilizar la economía.

Las autoridades económicas que pretendan ser activistas están sujetas a presiones políticas que las llevan a adoptar políticas macroeconómicas de corto alcance que contribuyan a su reelección. Sin embargo, los Keynesianos establecen con razón, que esta relación entre dinero y reta ocurre solo en el largo plazo, pudiendo de hecho en el corto plazo verse afectado también el nivel de producción y el empleo ante cambios en la oferta monetaria. Esto se debe a la distorsión que puede provocar en la gente el contar con más dinero. Los oponentes al monetarismo no creen que V sea estable y que el PNB sea exógeno, de hecho creen que la oferta monetaria afecta el PNB.

Los mismos neoclásicos, en base a las expectativas racionales e información imperfecta, podrían estar de acuerdo con esto, postulando que la gente de hecho puede ser engañada en el corto plazo por una política monetaria que afecte la producción real, pero que, sin embargo, en el largo plazo la gente aprenderá de tales engaños y tendrá expectativas racionales acerca del comportamiento de las autoridades. Es necesario aclarar, sin embargo, que los monetaristas no afirman que los ciclos económicos se deban únicamente a variaciones en la oferta monetaria. Reconocen que la economía está siempre en un proceso de ajuste a las expectativas variantes de los empresarios y a la variaciones estructurales subyacentes en la pirámide de la población, en los hábitos del consumidor, la competencia dentro de la industria, etc. Pero si piensan que las variaciones en la oferta monetaria son la causa dominante de los ciclos económicos. En consecuencia, piensan que la política monetaria es la manera, de hecho la única, que el gobierno debe usar para contrarrestar los ciclos económicos. Sin embargo, los monetaristas están de acuerdo que los efectos de dicha política no son perfectamente claros, existiendo siempre desfases inciertos entre causa y efecto. Así, los monetaristas recomiendan al Banco central que desarrolle un crecimiento estable y predecible de la oferta monetaria, a una tasa constante previamente convenida, que diga relación al pronóstico de crecimiento de la economía o de la capacidad productiva de esta. Luego, olvidando completamente la política fiscal y cualquier otra complicación, dejar al mercado que se encargue del resto, fijando los niveles de equilibrio de la tasa de interés, de la tasa de desempleo y de la tasa de inflación. Advierte que si partiendo del equilibrio, el crecimiento de la oferta monetaria es mayor que el crecimiento de la producción se producirá inflación, y si es menor se producirá deflación y desempleo.

Los keynesianos son muy escépticos ante los anteriores argumentos, creyendo que una política fiscal es mucho mejor que una política monetaria. En particular, aunque los keynesianos no siempre están de acuerdo sobre la cantidad exacta de variación necesaria en los impuestos o en el gasto fiscal, si coinciden en la utilización de la política fiscal para lograr el pleno empleo. Esto no significa que los keynesianos hicieran caso omiso de la política monetaria. Sin embargo, para ello esta juega un rol secundario, pudiendo hacer muy poco por si sola para estimular la actividad económica. En particular, en una depresión, las políticas monetarias expansivas son completamente inútiles como medio de estimular la demanda agregada, un incremento en la cantidad de dinero puede no tener efecto alguno sobre el gasto (Trampa de Liquidez). Efectivamente, desde su punto de vista, el Banco Central puede realizar una política monetaria expansiva, que conduzca a bajas tasas de interés, pero esto no necesariamente asegura que las empresas quieran hacer inversiones, resultando este mecanismo inoperante para aumentar el empleo y la producción. Claramente, si en una recesión las tasas de interés ya están muy bajas y a pesar de esto los empresarios no quieren invertir, es muy difícil que el Banco Central pueda bajar aún más las tasas de interés, a menos que la tasa de interés real sea negativa. Para épocas más normales, los keynesianos son menos pesimistas respecto a la política monetaria, aunque les despierta duda la casi fe ciega que tienen los monetaristas en las fuerzas competitivas del mercado.

Pero los neoclásicos (encabezados por Friedman) sin embargo, todavía creen que la política monetaria es la herramienta más adecuada, aunque quizás pudiera reforzarse con políticas fiscales estabilizadoras. Friedman piensa que la política fiscal es útil para redistribuir el gasto entre el sector privado y el público, así como para formar la tendencia de las tasas de interés, pero que dicha política por sí sola no tiene efecto alguno sobre la inflación, el desempleo y la producción agregada. Efectivamente, los neoclásicos piensan que lo único que se lograra al implementar una política fiscal mediante gasto público es que se produzca un desplazamiento de inversión privada en favor de inversión pública, quedando la producción agregada sin cambios. Cuando el gobierno aumenta sus gastos o reduce los impuestos y financia su déficit presupuestario con endeudamiento en el mercado financiero (emitiendo bonos), provoca un exceso de demanda que eleva la tasa de interés haciendo que a las empresas les sea menos rentable el crédito y la inversión consecuente, produciéndose el desplazamiento en cuestión.

Los neokeynesiasnos están de acuerdo con dicho desplazamiento, pero no están de acuerdo con que el desplazamiento es total, postulando que es solo parcial y que la producción agregada de hecho aumenta resultando así que la política fiscal es eficaz. Pero contradicen los neoclásicos, si es el banco central quien compra tales bonos se provocara un aumento de la oferta monetaria y esta eventualmente será la que provoque una recuperación y no la política fiscal. Concluyen que la política fiscal pura (déficit fiscal sin aumento en la masa monetaria) tiene poco efecto sobre la demanda. Más aun, el solo hecho de querer intentar regular la actividad económica es un comportamiento arrogante y temerario. Según ellos, el gestor de política económica la mayoría de las veces adoptaría decisiones demasiado tarde y en forma extrema, siendo esto muy perjudicial para la economía.

La evidencia de la historia reciente no da apoyo irrestricto a ninguna de las dos corrientes, por lo que puede concluirse que tanto la política fiscal como la política monetaria son importantes. Lo que conviene es actuar pragmáticamente y relacionar la política optima con la experiencia pasada. La política monetaria es más rápida y ágil en su implementación que la política fiscal, para la cual generalmente se requiere aprobación del Congreso. De este modo, se ha llegado a la conclusión de que la política monetaria es más flexible y fácil de ser puesta en práctica, aunque si bien es cierto que su efectividad es mayor cuando se trata de reducir el gasto total que cuando se trata de estimularlo. Lo anterior debido a tres razones:

• Es más fácil aumentar la tasa de interés restringiendo el crédito, que disminuirlo puesto que lo máximo que puede hacerse es llegar a cero en cambio en el primer caso no hay límite.

• Al restringir el crédito, se obliga a los bancos comerciales a no prestar, pero cuando se hace fácil el crédito, no necesariamente estos prestaran.

• Al restringir el crédito, tampoco las empresas podrán tener acceso a este, pero cuando se hace fácil el crédito, a pesar de que los bancos comerciales quieran prestar, las empresas deben estar dispuestas a endeudarse.

En la actualidad, la mayor parte de los economistas consideran que debería adoptarse una combinación adecuada de acciones fiscales y monetarias con el objeto de lograr una tasa estable de crecimiento económico. No todos coinciden en la proporción de esta combinación, pero normalmente si están de acuerdo en el énfasis relativo: variaciones ocasionales en la política fiscal para orientar las grandes líneas de la economía con actuaciones monetarias flexibles y frecuentes por parte del Banco Central para ajustar los pequeños desequilibrios en las grandes líneas. Además, hay otras razones para favorecer una estrategia combinada. Durante un auge o una recesión es necesario tomar ciertas medidas, las que impactaran en diferentes grupos de agentes económicos. Si se utiliza una combinación de políticas, el efecto de cada una de estas puede mantenerse moderado y diseminarse los aspectos negativos y positivos, evitando colocar así una carga muy pesada o entregar beneficios muy amplios en un único segmento de la economía.

Por otro lado, la forma en que las dos políticas sean implementadas conjuntamente puede crear efectos colaterales adversos y contrapuestos. De hecho, la política fiscal es desarrollada por el Presidente y el Congreso, mientras que la política monetaria es desarrollada por el Banco Central. En términos de política macroeconómica es conveniente tener un sistema tributario estable en el tiempo y no errático porque esto último genera distorsiones en la economía. Es más, el Gobierno debería tener superávit fiscal durante los booms económicos y un déficit en las recesiones, a objeto de superar los ciclos económicos.

TEORIAS MACROECONOMICAS EN UNA ECONOMIA ABIERTA AL COMERCIO EXTERIOR

Anteriormente se enumeraron las ventajas del libre comercio. Sin embargo, diversas causas son expuestas también por los países para desarrollar una política de comercio exterior proteccionista, entre otras está el hecho que, la relación de intercambio tiende a deteriorarse en el tiempo según la diferencia en el grado de desarrollo de los diferentes países. Así, los países con mayor productividad tienden progresivamente a beneficiarse más aun del intercambio comercial, diferenciando cada vez más el nivel de valor agregado obtenido relativamente. Por tanto, la misma búsqueda de un mayor bienestar lleva a los países a imponer políticas de comercio exterior que facilitan o restringen el intercambio comercial internacional a su conveniencia. Los más comunes son:

• El establecimiento de la paridad de la moneda nacional con las restantes monedas;

• Los aranceles aduaneros (impuesto a las importaciones);

• Cuotas: número de unidades de un bien que pueden ser importadas durante un periodo de tiempo determinado;

• Restricciones no arancelarias varias, tales como trámites aduaneros (certificados de sanidad, de no contaminación, de cumplimiento de leyes laborales, calidad, etc.)

Esta política comercial proteccionista se justifica de diferentes maneras (a la vez que en algunos casos permite allegar recursos al fisco), las más comunes son:

• Tiende a proteger la industria nacional naciente, es decir, aquella que aún no está suficientemente desarrollada para sobrevivir a la competencia por parte de las industrias similares de otros países, así estas industrias deben ser cuidadas temporalmente hasta que logre la eficiencia tecnológica y las economías de escala que les permita competir con las industrias de otros países. De esta manera se aumentara las ventajas comparativas del país en el futuro y podrá así beneficiarse luego el país en mayor medida del comercio internacional.

• Reserva las fuentes de empleo y el nivel de salarios para sus propios ciudadanos.

• Un país debe ser autosuficiente en la mayor medida posible en la producción de los bienes que necesita para su defensa nacional.

• Es necesario que una economía sea diversificada de manera de tener cierta estabilidad

Sin embargo, en un principio el proteccionismo provoca un desplazamiento de los recursos de su uso más eficiente a otros menos eficiente y una restricción de la libertad de elección de los consumidores. Se tiene en consecuencia varios efectos contraproducentes por el proteccionismo:

• Las formas de protección se convierten en el disfraz de intereses particulares cuya eliminación posterior resulta extremadamente difícil.

• Algunas industrias nunca llegan a salir de la etapa naciente por ser ineficientes en sí misma en los países en cuestión.

• Un aumento en las restricciones a la importación, se traduce en precios más elevados para los consumidores nacionales. Por lo tanto si eventualmente se protegiera una industria debería ser vía subsidio.

• Se produce una reacción contra el proteccionismo en los países afectados. La cooperación internacional de los países, por ejemplo a través de la ONU, se entiende como un medio de asegurar la paz sobre bases sólidas de bienestar común.

Los bienes no transables solo pueden consumirse dentro de la economía en que se producen: no pueden importarse o exportarse. En principio, hay dos factores principales que determinan la naturaleza transable o no transable de un producto:

Los costos de transporte, que crean barreras naturales al comercio. Cuanto menor sean los costos de transporte como proporción del costo total de un bien, más probable será que el bien se comercie internacionalmente.

• El grado de proteccionismo comercial, que bloquean el libre flujo de bienes a través de las fronteras, incluso cuando los costos de transporte son bajos. Mientras mayores sean las barreras artificiales al comercio, menos probable será que un bien sea transable.

En consecuencia, la presencia de dos tipos de bienes en la economía, implica que:

• Si todos los bienes en la economía son no transables, una caída en la demanda agregada interna no puede compensarse con un incremento en las exportaciones netas, lo que provoca que los precios internos (de los no transables) pueden ser distintos de los precios externos (de los mismos bienes) sin que esto provoque que la demanda internacional por dichos bienes aumente.

• Cuando cambia la balanza comercial (las exportaciones netas) la estructura interna de producción (entre bienes transables y no transables) tiende a cambiar en la economía. En particular, en la medida en que las exportaciones netas bajan, la producción nacional se puede volcar a bienes no transables reemplazando la producción de transables. El problema es que cuando aumenta finalmente las exportaciones netas, la producción no puede reaccionar rápidamente para volver a producir transables. Un ejemplo es que la sociedad chilena aumento su ingreso vía exportación de salitre, la producción se volcó a bienes no transables, pero cuando se acabó el salitre nadie exportaba. EXPLICACION: Un gran cambio en la riqueza de un país como resultado del descubrimiento de recursos o cambios en los precios de los recursos es probable que lleve a una contracción en las manufacturas tradicionales. Esto debido a que el efecto riqueza positivo retira recursos del sector de transables tradicionales y los lleva al sector de no transables. Entonces, la mayor demanda por no transables puede satisfacerse solo por medio de una mayor producción interna de no transables, en tanto que la mayor demanda por transables puede satisfacerse por un incremento de las importaciones (con una caída efectiva de la producción interna). El tremendo aumento en los ingresos por exportaciones hace que el tipo de cambio real caiga considerablemente, a menos que sea equilibrado por el egreso de las exportaciones.

• Cuando un gobierno se ha endeudado fuertemente en el pasado y necesita ahora pagar su deuda externa y aumenta los impuestos, entonces declina el consumo. Si todos los bienes de la economía son transables, aumentara relativamente la producción respecto de la demanda agregada interna y subirán las exportaciones netas. Pero si algunos bienes son no transables, no aumentaran las exportaciones netas, tampoco se podrá, si los costos se mantienen, bajar los precios, y algunos productores desaparecerán, mismos que se deberán trasladar a la producción de productos transables.

• En resumen, la relación de precios de no transables respecto a los transables y la producción de los no transables declina, en tanto que sube la producción de bienes transables. Al desplazarse los trabajadores desde el sector no transable hacia el transable, es probable que haya un periodo de desempleo, al menos transitorio.

El tipo de cambio afecta la relación entre inflación y desempleo:

• Si todos los bienes producidos en la economía son no transables, aquella parte del IPC que se compone de bienes finales importados se ve afectado directamente por el tipo de cambio.

• Para los bienes transables, las variaciones del tipo de cambio se transmiten probablemente en forma directa a los precios internos, sin importar las condiciones de oferta y demanda agregadas.

• Respecto a los bienes intermedios importados (petróleo, metales, etc.) que se utilizan en la producción interna, un alza en el tipo de cambio hace subir el precio de estos bienes y esto hace subir el precio del producto final interno.

En resumen, hay tres canales diferentes por medio de los cuales el tipo de cambio afecta directamente el nivel de precios: a través de los precios de los bienes finales importados, a través de los precios de los bienes domésticos transables y a través de bienes intermedios importados que afectan los costos de la producción interna.

La fuerte influencia del tipo de cambio sobre los precios sugiere que la política cambiaria puede representar un papel directo en una política anti-inflacionaria más allá y por encima del papel indirecto del tipo de cambio sobre la demanda agregada y el nivel global de desempleo. Sin embargo, cuando todos o la mayoría de los bienes en la economía son no transables (no se aplica el PPP), fijar el tipo de cambio puede ser peligroso, si no está acompañada de otras políticas como la no indexación de los salarios. Si esto no ocurre y el salario nominal continua subiendo después de haberse fijado el tipo de cambio para controlar la inflación, los exportadores no podrán subir sus precios, pero tendrán costos más altos (salarios crecientes), lo que los hará perder competitividad.

Los términos de intercambio (TI) de un país, representan el precio de las exportaciones relativo al precio de las importaciones. Un aumento de los TI significa que el precio de las exportaciones aumenta en relación al precio de las importaciones. Con la misma cantidad física de importaciones se puede importar ahora una mayor cantidad de bienes. El ingreso real del país aumenta debido a la mayor disponibilidad de importaciones. Si se produce un alza en los TI y esta alza es:

• Transitoria, entonces ocurre un alza transitoria en el ingreso, por lo que el ahorro tendera a subir debido a la estabilidad del consumo. Partiendo de equilibrio, la cuenta corriente tendera a moverse hacia un superávit. En resumen, si una variación de los TI es transitoria, debe absorberse mediante cambios en la cuenta corriente, esto es, un mejoramiento de los TI debe convertirse en un superávit, mientras que una declinación en los TI debe conducir a un déficit.

• Permanente, las familias tenderán a subir permanentemente su consumo, permaneciendo el ahorro constante, como tampoco tiende a moverse la cuenta corriente a un superávit. Las familias ajustan sus niveles de consumo, el ahorro no varía y hay escaso efecto sobre la cuenta corriente. Es decir, se debe financiar un shock transitorio y ajustarse a un shock permanente. Esta es la política exigida por el FMI, aunque los gobiernos no siempre la cumplen. De hecho algunos gastan toda la mayor riqueza (se la farrean) y tienen problemas cuando la situación favorable se acaba.

El que una economía tome un préstamo en un periodo requiere pagarlo en periodos posteriores. Específicamente, los déficit comerciales deben equilibrarse más tarde (en términos de valor presente) mediante futuros superávit comerciales. Se puede concluir entonces que un cambio desde la situación de tomar un préstamo a pagarlo requiere también un desplazamiento correspondiente en los patrones de producción interna.

El paso de un déficit comercial al superávit requiere una caída en el consumo relativo al producto. Esto trae una caída en la demanda de bienes transables y no transables. Cae la producción de bienes no transables y aumenta el desempleo en el sector de bienes no transables. Tales trabajadores fluyen al sector transable, mismo que está creciendo porque puede vender sus productos en el mercado internacional. En conclusión, el superávit comercial resulta no solo de una caída en la demanda, sino también de un desplazamiento de la oferta desde la producción de no transables a la producción de transables.

Una de las sorprendentes regularidades de la economía mundial es que los países ricos son más caros que los países pobres, hablando en términos de una canasta de bienes. Las diferencias más pronunciadas radican en los precios de los bienes no transables. Un país será más caro en comparación con otro si la productividad relativa de su sector transable respecto al no transable es más alta que en el exterior. Lo que importa aquí es la diferencia en la productividad relativa y no en la productividad absoluta entre los dos países. En conclusión, un país rico tiende a ser más caro que uno pobre debido a que los costos laborales y la productividad son más altos en el país rico. Así, la alta productividad en los transables hace subir los costos salariales en la producción de no transables, en tanto que la alta productividad en los no transables hace descender los costos laborales en la producción de no transables. En consecuencia, un país es caro en términos relativos en el precio de sus no transables si la productividad es relativamente alta en la producción de sus transables, lo que hace subir los costos en la producción de sus no transables.

Cuando los países se enriquecen a través de una mayor productividad laboral, la tasa de incremento en la productividad tiende a ser mayor en el sector transable. En otras palabras el incremento en la producción esta sesgado en favor del sector transable. Se puede concluir entonces que los países ricos efectivamente tienden a ser más caros que los países pobres, no porque sean más ricos en general, sino porque son más ricos de una manera desequilibrada, con la productividad relativamente más alta en el sector de transables que en el sector de no transables. Más aún, si los dos países se conectan mediante tipo de cambio fijo, sus tasas de inflación serán diferentes porque el país local experimentara un aumento más rápido de los precios de los no transables. El ajuste estructural de la economía (cuando debe pasar de un déficit hacia un superávit) requiere de un desplazamiento, no solo en la producción sino también en los precios relativos. Específicamente, se requiere: una declinación en el consumo relativo al ingreso; una subida del tipo de cambio real, es decir, un aumento de la relación de precios transables respecto a los no transables; y un desplazamiento en la producción, desde bienes no transables hacia los transables. No siempre la devaluación es una política cambiaria devaluativa es una solución. Entre otras cosas porque toma tiempo que las exportaciones reaccionen a una devaluación; que las devaluaciones son redistributivas desde el sector no exportador al exportador. Un shock transitorio adverso hace caer el producto y el ingreso de la economía. Como las familias tratan de suavizar su consumo tomando deuda contra un mayor ingreso futuro, el ahorro agregado declina y se produce un deterioro en cuenta corriente. El país se endeuda en el exterior.

Equilibrio en el comercio internacional

COMERCIO INTERNACIONAL SIN MOVIMIENTO DE CAPITALES

Ahora el PGB está dado por C + G + I + EX – Im.

El multiplicador de una economía cerrada es mayor que el de una economía abierta, ya que ahora una parte del aumento del ingreso se gasta en bienes extranjeros. En este sentido, la importaciones son un escape al flujo circular interno de la renta. Resulto claro que en una economía cerrada el equilibrio interno es el objetivo final de la política económica. También, en una economía abierta el equilibrio debiera ser según algunos la piedra angular. Con una tasa fija de cambio, los déficits en balanza de pagos no pueden mantenerse indefinidamente. Su financiamiento requiere que el país utilice sus reservas internacionales, pero esta son finitas llagando en un punto a cero, con lo que teóricamente el país no podría importar más. En la misma situación pero con una balanza de pagos excedentaria, el país se vería obligado a aumentar indefinidamente sus reservas internacionales. Sin embargo, podría haber gastado este excedente para haber tenido un mayor consumo equilibrado.

En la práctica los economistas se ven enfrentados a dos frentes separados pero interrelacionados: equilibrio interno y equilibrio externo. Puede darse las siguientes combinaciones de situaciones:

Interno Externo

equilibrio Equilibrio

equilibrio Desequilibrio

desequilibrio Equilibrio

desequilibrio Desequilibrio

En una economía abierta se puede establecer que la velocidad de circulación del dinero ahora es: V = PNB * Tipo de Cambio / M. Entonces, si la velocidad de circulación del dinero es estable, cuando el tipo de cambio sube, la demanda por dinero también crece. Un aumento en el tipo de cambio lleva a precios internos más altos y por lo tanto a una mayor demanda por saldos monetarios. La velocidad renta del dinero es el número de veces que la cantidad de dinero da vueltas al año para financiar el flujo anual de renta (V = PNB / (M/P) entonces PNB * P = V * M es la ecuación cuantitativa que relaciona el nivel de precios y el nivel de producción con la cantidad de dinero. Dicha ecuación se convirtió en la teoría cuantitativa del dinero clásica cuando se afirmó que tanto V como PNB eran fijos. Se consideró que PNB era fijo porque la economía se encontraba en el nivel de pleno empleo y se supuso que la velocidad no variaba mucho. Ambas cosas no se cumplen en la realidad.

La teoría cuantitativa clásica es la proposición de que el nivel de precios es proporcional a la cantidad de dinero: P = (V * M) / PNB. Entonces, dada la cantidad nominal de dinero y la velocidad, se puede saber el PNB nominal. Ahora, si la velocidad es constante la alteración de la demanda de dinero provocaría una variación proporcional de la renta nominal.

POLITICA MONETARIA

En la economía cerrada, la política monetaria es autónoma en el sentido que la autoridad determina la oferta monetaria M y eso determina la posición de la LM. Así, si a partir del equilibrio, la autoridad reduce la oferta de dinero (la LM se mueve a la izquierda pero no la IS), existiría un exceso de demanda de dinero (oferta de dinero mayor a demanda de dinero) y subiría la tasa de interés. Puesto que la economía está cerrada, no entran flujos de capital desde el exterior y este sería el nuevo equilibrio. La mayor tasa de interés hace disminuir el consumo y la inversión, con lo que la demanda agregada disminuye y es menor a la oferta agregada. En consecuencia, las empresas disminuyen los precios pero esto no logra eliminar el exceso de demanda agregada. Entonces, las empresas ajustan a la baja la producción, disminuyendo los factores productivos empleados. Esto hace aumentar el desempleo y disminuye la renta de la economía, lo que traerá otra baja en el consumo y en la demanda agregada. En conclusión, en este escenario la política monetaria es efectiva.

Aquí, si a partir del equilibrio, la autoridad reduce la oferta de dinero (la LM se mueve a la izquierda pero no la IS), también existiría un exceso de demanda de dinero (oferta de dinero mayor a demanda de dinero) y subiría la tasa de interés interna, quedando esta mayor que la tasa de interés externa.

Pero, en una economía pequeña y abierta con alta movilidad de capitales, entrarían capitales para aprovechar el diferencial de tasas. Entonces, la tasa de interés interna debería tender a disminuir para volver a su nivel original y ser igual a la tasa de interés externa (la que ha permanecido invariable). Pero, la entrada de capitales provoca un exceso de demanda por moneda nacional (la oferta de divisas es mayor que la demanda de divisas). Bajo tipo de cambio flexible, la autoridad no interviene y la oferta monetaria permanece invariable (la LM no se devuelve). Entonces, el tipo de cambio debe ajustarse. En efecto, el tipo de cambio cae y esto tiene repercusiones en el comercio exterior del país. Las exportaciones netas se reducen lo que provoca una reducción en la demanda agregada. (La IS se desplaza a la izquierda hasta que se logra el equilibrio sobre la MC). En consecuencia, una estrechez monetaria tiene un efecto altamente contractivo sobre la demanda agregada y por lo tanto sobre el producto, si se suponen condiciones keynesianas sobre la oferta. La conclusión es que bajo tipo de cambio flexible y alta movilidad de capitales, el equilibrio debe estar en un punto en que la tasa de interés interna y externa sean iguales. La posición de la LM se fija por la política monetaria y no se mueve endógenamente. Por consiguiente, el nivel de equilibrio de la demanda agregada se encuentra donde la MC intercepta la LM, por lo cual la IS debe ajustarse endógenamente para interceptar la LM en el mismo punto. Este ajuste endógeno es causado por los movimientos del tipo de cambio. La IS debe desplazarse hacia la izquierda por efecto de la caída del tipo de cambio.

Aquí, si a partir del equilibrio, la autoridad reduce la oferta de dinero (la LM se mueve a la izquierda pero no la IS), también existiría un exceso de demanda de dinero (oferta de dinero mayor a demanda de dinero) y subiría la tasa de interés interna, quedando esta mayor que la tasa de interés externa.

Sin embargo, aquí no operara el arbitraje, debido al control a la movilidad de capitales. Entonces la tasa de interés seguirá subiendo hasta que el mercado monetario este en equilibrio. Una tasa de interés más alta aumenta el ahorro e disminuye el consumo y la inversión, tanto de bienes nacionales como extranjeros, con lo que la cuenta corriente pasa a tener superávit (importaciones menores que las exportaciones y no flujo de capitales). El superávit en cuenta corriente provoca que haya un exceso de oferta de divisas con lo que el tipo de cambio disminuye. Esto tiene como consecuencia que las exportaciones netas disminuyan también. En definitiva, la demanda agregada disminuye y la política monetaria es efectiva.

En una economía abierta con tipo de cambio fijo y libre movilidad de capitales, la autoridad monetaria no puede seleccionar al mismo tiempo la oferta monetaria y el tipo de cambio. Cuando se fija el tipo de cambio, las familias pueden convertir su dinero a moneda extranjera libremente. El escenario determinara igualdad de tasas de interés (el equilibrio debe estar sobre MC). A medida que las familias eligen cuanto de moneda nacional y extranjera quieren tener devolverán al Banco Central moneda nacional para que se las cambie por divisas. Así, la oferta monetaria cambiara y el Banco Central no tendrá control si quiere mantener un tipo de cambio fijo. Por lo tanto la LM es endógena, siempre debe ajustarse para buscar el equilibrio sobre MC.

• Un desplazamiento endógeno hacia la derecha significa que las familias están vendiendo activos externos para incrementar su tenencia de dinero local, con lo que el banco central acumula reservas externas durante el proceso.

• Un desplazamiento endógeno hacia la izquierda de la LM significa que las familias están comprando activos externos para disminuir su tenencia de dinero local, de modo que el Banco Central pierde reservas durante el proceso.

En conclusión, aun bajo condiciones keynesianas respecto de la oferta agregada, una expansión monetaria no tiene efecto alguno sobre el producto bajo tipo de cambio fijo y perfecta movilidad de capitales.

Bajo tipo de cambio fijo, el banco central cambiara las divisas por moneda nacional aumentando la oferta monetaria y la tasa de interés volvería a ser igual a la externa (La LM se devuelve).

En el caso de una emisión de dinero para comprar bonos en manos del público, sube la base monetaria y las familias encuentran que tienen más dinero del que desean mantener al niveles dados de tasas de interés, precios e ingresos. Entonces desearan comprar más bonos de gobierno o depositar dichos dineros en los bancos, pero el banco central retiro los bonos no vende más bonos y tampoco puede absorberse la oferta de dinero no deseado mediante cambios en la tasa de interés, porque el arbitraje internacional mantiene la igualdad entre la tasa de interés interna y la externa. Por lo tanto, la gente deseara invertir en el extranjero y aumentara la demanda por moneda extranjera, lo que presionara para que haya una subida del precio de la divisa o tipo de cambio.

Si a partir del equilibrio, aumenta la cantidad de dinero (LM a la derecha), la caída en la tasa de interés provoca una salida de capitales y un alza del tipo de cambio, lo que mejora la balanza comercial (desplazamiento endógeno de la IS a la derecha).

El equilibrio final se logra en la igualdad de las tasas de interés (sobre MC) y el aumento de la demanda agregada. Este incremento en la demanda proviene de un crecimiento de las exportaciones netas debidas al alza del tipo de cambio. Por lo tanto, para una economía pequeña y abierta con alta movilidad de capitales y tipo de cambio flexible, la política monetaria actúa a través de su efecto sobre el tipo de cambio y no a través de un efecto sobre la tasa de interés como sucedería en una economía cerrada. Cuando sube la oferta monetaria, sube la demanda agregada. Luego en el corto plazo, suponiendo que los salarios nominales no experimentan un alza instantánea, el producto se expande. En el largo plazo, después que los salarios nominales se han ajustado totalmente al incremento de la oferta monetaria, los salarios y los precios suben en la misma proporción que el dinero y el producto retorna a su nivel inicial. Es decir, con un incremento de la oferta monetaria, el tipo de cambio aumenta en la misma proporción en que en el largo plazo suben el dinero, los salarios y los precios. De este modo la oferta real de dinero no cambia en el nuevo equilibrio de largo plazo, como tampoco lo hace el tipo de cambio real porque tanto el tipo de cambio nominal como el nivel de precios suben en la misma proporción.

La variación de corto plazo en el tipo de cambio puede ser mayor o menor que la variación de largo plazo, dependiendo de cuan sensible sea el producto a una variación del tipo de cambio real, el alza inicial puede ser bastante grande. En términos técnicos, la depreciación del tipo de cambio puede sobrepasar su valor de largo plazo. En el momento de la expansión monetaria, el tipo de cambio sube de manera abrupta, en proporción mayor que el cambio monetario. Con el transcurso del tiempo, a medida que la economía se va ajustando al equilibrio de largo plazo, en especial a medida que los salarios y los precios van creciendo en respuesta al alto nivel del producto y el empleo, el tipo de cambio baja gradualmente hasta su valor de largo plazo. En el largo plazo, la depreciación es justamente igual en términos porcentuales al incremento de la oferta monetaria. También los precios suben gradualmente a su nuevo equilibrio de largo plazo, en tanto que el producto sube al principio y después retrocede hasta su nivel de equilibrio original. Un aumento de la oferta monetaria también hace subir el producto y causa depreciación de la moneda y la tasa de interés declina.

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