La gripe porcina. Diversas visiones y propuestas coordinadas desde la antropología médica aplicada (página 2)
Enviado por Alfonso J. Aparicio Mena
Los primeros signos de infección por el virus A(H1N1) consisten en un cuadro gripal, con fiebre, tos, cefalea, dolores musculares y articulares, dolor de garganta y rinorrea, y a veces vómitos y diarrea.
Respecto al estudio del primer brote, ¿han recibido retroinformación del equipo de la OMS enviado a México para investigarlo?
Los equipos están enviando ya datos epidemiológicos, pero tendremos más información en los próximos días.
¿Se ha confirmado la transmisión entre cerdos y hombres?
No.
¿Se dispone de algún tipo de información sobre el impacto económico que ha tenido el brote hasta ahora?
No.
¿Por qué preocupa tanto la posibilidad de que se confirme la pandemia cuando miles de personas mueren cada año a causa de la gripe estacional?
Cada año se declaran epidemias estacionales, pero podemos combatir el virus con las vacunas estacionales. Una pandemia es una epidemia mundial, y en este caso la amenaza es un virus nuevo frente al que la población carece de inmunidad. (http://www.who.int/csr/disease/swineflu/frequently_asked_questions/about_disease/es/index.html)
El día 7 de mayo de 2009 se ofrece la siguiente información:
Declaración conjunta FAO/OMS/OIE sobre la gripe por el virus A(H1N1) y la inocuidad del cerdo
7 de mayo de 2009 — En relación con la propagación de la gripe por el virus A(H1N1) en curso, ha suscitado inquietud la posibilidad de que ese virus se encuentre en el cerdo y afecte a la inocuidad del cerdo y los productos porcinos.
No se tiene constancia de que los virus de la gripe se puedan transmitir al ser humano por ingestión de carne de cerdo procesada u otros productos obtenidos del cerdo.
El calor aplicado habitualmente durante la cocción (por ejemplo, 70°C/160°F de temperatura en el centro de la pieza) inactiva inmediatamente cualquier virus que pudiera encontrase en los productos que contengan carne cruda.
La carne de cerdo y los productos porcinos, si se manejan de conformidad con las prácticas higiénicas adecuadas que recomiendan la OMS, la Comisión del Codex Alimentarius y el OIE, no constituirán un foco de infección.
Las autoridades y los consumidores deberían asegurarse de que la carne procedente de cerdos enfermos o encontrados muertos no se procesa ni se destina al consumo humano bajo ninguna circunstancia. (http://www.who.int/mediacentre/news/statements/2009/h1n1_20090430/es/print.html)
En nuestro artículo, tomando la antropología como articuladora y coordinadora, entendemos que el problema denominado: gripe porcina, tiene características sociobiopsicoecoculturales, relacionándose con el modelo complejo de persona que aquí seguimos-defendemos: sociobiopsicoecocultural, también. Según ello, la imagen discursiva: gripe (como padecimiento, como alteración de la salud) haría referencia a un estado de experiencia (personal) de alteración-desequilibrio concreto en lo biológico, en lo social, en lo psicológico, en lo ecológico y en lo cultural de cada uno. El hecho puede ser observable y narrable. Desde un punto de vista antropológico para aproximarnos a su comprensión debemos usar la observación (externa), más las opiniones de terceros (procedimientos de obtención de información objetiva, especialistas, etc.), más la explicación de la vivencia del aquejado.
Dado que las informaciones de los medios y las de las instituciones oficiales de los países se expresan en su mayoría en la línea biologista, no resulta difícil acceder a las explicaciones del problema y a sus actualizaciones dentro de esa línea, recomendándose la web de la OMS para consultar.
Esbozaremos, por nuestra parte, aquí, un método por el que intentaremos comprender la dimensión sociobiopsicoecocultural del citado desequilibrio: el estudio de las interacciones de las personas dentro del contexto o los contextos en los que la enfermedad puede surgir-propagarse.
Estudio de las interacciones
El desarrollo completo de este aspecto equivale a otro contexto expositivo por lo que presentaremos aquí un boceto del mismo con el fin de mantener la línea de fondo del discurso y la unión de los distintos epígrafes.
Las personas se relacionan e interactúan: con su medio físico-natural-biológico, con su medio social-comunitario y con su medio cultural (organizativo-normativo, mundo de creencias, tradiciones, costumbres, ideas, realizaciones…). También se "relacionan" consigo mismas a través de sus pensamientos, emociones, actitudes y conductas. Las relaciones humanas pueden ser comunicativas (lingüísticas, corporales, otras), lúdicas, amorosas, sexuales, creativas, económicas, laborales, etc.
En contextos ganaderos (en este caso, granjas y explotaciones de cerdos) si reinan condiciones de equilibrio, las interacciones humanas con el entorno inmediato (físico, natural y biológico) no tienen por qué generar consecuencias de alteración para ninguna de las partes. Ahora bien, cualquier alteración de la estructura de ese contexto (soporte físico, partes que lo forman y estado de las mismas: medio ambiente, alimentos, espacio habitado, personas, animales, parásitos habituales, utensilios, instalaciones, elementos y medios de transporte, etc.) así como de sus funciones (en el tránsito de seres vivos, en los transportes variados, en los traslados y depósitos de elementos, en las condiciones funcionales de los medios y de las instalaciones, en la introducción de elementos nuevos o alteradores, en el cumplimiento de normas generales sanitarias o de organización, en horarios, en el trabajo, en actuaciones con intenciones e intereses específicos, en la vigilancia del estado de los animales, en la inspección del estado de las instalaciones, en la preparación de las comidas de los animales, en la higiene general, en la higiene de las personas, etc.) pueden traer consecuencias de desequilibrio y problemas diversos; entre ellos, el que estamos estudiando en este trabajo.
Es conveniente-necesario, pues, realizar análisis minuciosos del soporte material de los contextos ganaderos (a lo que nos hemos referido como elementos/partes: personas, animales, medios, instalaciones, espacio físico, alimentos, agua, etc.) desde diversas disciplinas científicas con el fin de conocer y/o determinar un posible origen de la alteración; si la alteración se produjo por malfunción de las partes (incorrecto trabajo de las personas, acciones indebidas, fallos, errores, enfermedades de los animales, etc.) o por ambas cosas. Valorar también la posibilidad de influencia ajena al contexto estudiado (circunstancia accidental o intencionada-planificada).
En los contextos ganaderos familiares/tradicionales (granjas pequeñas) de países denominados "no desarrollados" o "en vías de desarrollo", salvo sospecha de foco, resulta muy difícil llevar a cabo un estudio-análisis minucioso en todos los lugares.
En el contexto social abierto, las interacciones habituales con el entorno físico-biológico pueden traer consecuencias de alteración dependiendo no sólo del encuentro-contacto-trato con personas afectadas sino también del estado del escudo defensivo de cada cual, y de otros factores y elementos. Realizar un estudio-análisis como el mencionado para los contextos ganaderos medianos-grandes resultaría imposible en la gran sociedad (abierta). Lo que se hace es orientar, dar normas, examinar los casos posibles, atender a los enfermos, seguir los casos atendidos y estudiar los entornos inmediatos de los afectadas, desde la sanidad oficial.
Con este apunte tenemos una idea de cómo dentro de las interacciones de las personas con el medio físico en contextos específicos (ganaderos en este caso) y en contextos espaciales amplios (de la vida cotidiana), algunas (interacciones) pueden traer consecuencias perjudiciales para el bienestar y la salud.
Vamos ahora tan sólo a esbozar cómo las interacciones sociales-comunitarias también pueden tener implicación en el "paso del mal". Como expusimos antes, las relaciones humanas pueden ser de comunicación (lingüísticas, corporales, otras), lúdicas, amistosas, políticas, familiares, amorosas, sexuales, creativas, económicas, laborales, etc. Cuando los soportes físicos (los cuerpos) están bien, cuando las relaciones interpersonales son equilibradas a todos los niveles (físico, emocional, mental, cultural…), las interacciones son, o suelen ser, satisfactorias y enriquecedoras. Cuando por alguna de las partes no hay buenas intenciones o hay desequilibrio psicoemocional o físico, las interacciones entre unos y otros pueden traer consecuencias perjudiciales para determinadas personas. Sospechar que se puede tener la gripe porcina (u otro problema potencialmente dañino o peligroso) y relacionarse estrechamente con los demás puede traer repercusiones negativas a éstos. Ignorar los consejos generales y elementales de prevención e higiene puede ser perjudicial para todos. Indirectamente, las consecuencias emocionales negativas de las interacciones humanas cotidianas pueden colaborar al debilitamiento del escudo defensivo de las personas situándolas en estado receptivo de otros problemas (físicos y no físicos). Las actitudes negativas, el miedo, la desconfianza, la alarma, etc., pueden tener responsabilidad relativa en la ruptura del equilibrio del bienestar personal, generando comportamientos que pueden ayudar a propagar el mal del que hablamos y otros muchos. En definitiva, no basta con ponerse una mascarilla, o recomendar ponérsela, y ya está. Hay que ayudar al mantenimiento de la calma, evitando la tensión social y fortaleciendo el equilibrio de las personas y del grupo frente a la acción negativa del pánico, de la alarma exagerada y del "duplicado discursivo" de la gripe (perjuicio mediático).
El estado psicológico y el emocional de las gentes también puede ayudar o perjudicar. A nivel individual, cada cual gestiona en su interior el aporte personal de las interacciones (físicas, sociales y culturales). De esa gestión deriva su comportamiento y las "actualizaciones" de su actitud. Los "duplicados culturales" de la gripe porcina (como ideas y comunicaciones) pueden venir de los medios, de las opiniones de otras personas, de la propia oficialidad o de uno mismo. Dichos "duplicados" discursivos pueden dañar, a otros niveles, tanto como la enfermedad citada a nivel físico. El miedo, el estrés, la debilidad, el decaimiento interior, la soledad no deseada, las frustraciones, los desengaños, etc., pueden alterar las informaciones y comunicaciones recibidas, fabricando "gripes porcinas culturales" trasmisibles por la palabra y los actos a personas especialmente receptivas de nuestro entorno (niños, ancianos, convalecientes, enfermos, etc.). De esta manera las interacciones con estos duplicados discursivos (modificados, deformados y distorsionados) pueden traer consecuencias perjudiciales a las personas; o a determinadas personas inseguras, predispuestas o temerosas, alterando su construcción mental de la situación (general de la expansión de la enfermedad), predisponiéndolas a tener conductas que les pueden perjudicar a ellas en primer lugar (a nivel físico, mental y emocional) y a otras personas con las que se relacionen. Las ideas y las palabras corren más que los virus. Habrá que generar informaciones y discursos que ayuden; habrá que preocuparse por la correcta circulación de los mismos y contrarrestar cualquier imagen y representación comunicativas que colaboren negativamente al bienestar común.
La dimensión sociobiopsicoecocultural de la gripe porcina
Así pues, la llamada gripe porcina es un problema físico-biológico (consecuencia de la acción de un virus específico que ocasiona determinados problemas), pero también social (nos referimos a la dimensión social de la persona) convirtiendo a las gentes en potenciales propagadoras del virus, creando sentimientos personales de miedo a contagiarse y a la "estigmatización" social que implica el contagio. Es un problema ecológico (nos referimos a la dimensión ecológica de la persona) ya que altera su relación con el medio inmediato (de manera obligatoria si se está contagiado) y es un problema cultural (nos referimos a la dimensión cultural de la persona) ya que puede "duplicarse" mentalmente y "trasmitirse" (con muchas formas discursivas; en este caso, negativas) vía comunicación. Así es que lo que nos pasa, o nos puede pasar individualmente, también tiene repercusión en nuestro entorno humano.
Desde nuestra óptica antropológica pensamos que si sólo se atiende la dimensión biológica de la enfermedad, quedarán muchas otras "en el aire": secuelas y males muchos de ellos no físicos, en personas enfermas, en personas no enfermas y en general en la sociedad (o en sociedades bastante afectadas, como la mexicana). Podemos mencionar algunos de estos "males asociados o males consecuencia": crisis económica, pérdidas de empleos, malestar social, desequilibrios derivados de ellos –en las personas individualmente y en la sociedad-, alarmismo, confusión, desconfianza y un largo etcétera que costará tiempo reequilibrar y que tal vez no reciba la atención y la ayuda en todas sus expresiones, como recibió la dimensión biológica.
Visión desde la medicina tradicional china
La antropología aplicada a la salud es una ciencia muy versátil capaz de trabajar con otras ciencias, coordinando planes, aportando propuestas o diseñando proyectos exclusivamente antropológicos. Dado que la mayoría de lo que se difunde sobre la gripe, en general, y sobre determinadas gripes, en particular (porcina, aviar), proviene de la ciencia biologista y del modo de ver la salud y la enfermedad de la cultura occidental-convencional, en este epígrafe hemos querido aportar la óptica de un sistema de atención diferente (la medicina tradicional china –MTC-) con el fin de que sirva de contraste a la visión convencional.
A través de un ejercicio de intermediación cultural, intentaremos hacer un traslado rápido (y adaptado al tema) del simbolismo médico tradicional chino y de su "nomenclatura" dado que aquí no podemos seguir la línea de pensamiento exclusivamente asiática (relativa al proceso indagatorio, al análisis y a la relación de las informaciones y a la construcción de las ayudas y soluciones). Como para el estudio de cualquier otra ciencia, para el estudio de la teoría médica china es necesario preparación y tiempo, escalonando a través de él, el aprendizaje. Por ello diremos de manera resumida que en el simbolismo asociado al diagnóstico tradicional chino, lo que llamamos gripe (común) se correspondería con un síndrome de "Viento-Calor" (Conghuo, 1997), claves lingüísticas simbólicas haciendo referencia a las manifestaciones de: aparición súbita con escalofríos, fiebre tendente a subir, cefalea, mialgias, artralgias, lumbalgia y dorsalgia, así como malestar general. Se podrían añadir: estornudos, tos relativa, rojez-inflamación-dolor de garganta, congestión ocular; y, en determinadas gripes y/o casos/personas, vómitos y diarreas. La visión biologista nos dice que la gripe es una enfermedad infectocontagiosa de fácil propagación producida por virus. Según la MTC se padece cuando el escudo defensivo, débil y bajo, ha sido burlado y los factores patógenos (en este caso, externos: "Viento y Calor") penetran el perímetro exterior (piel, nariz, boca). Si no se detienen a tiempo, esos factores pueden alcanzar los pulmones (estructuras) y/o un sistema mixto y complejo relacionado con el pulmón y con otras estructuras del organismo (anatómicas y "energéticas") así como con sus funciones, dando lugar a problemáticas específicas de estructuras y órganos relacionados con la respiración. La visión biologista nos dice que si se produce un fallo respiratorio o se desencadena una neumonía, el desenlace puede ser una situación de extrema gravedad o la muerte. Esto, que podría afectar a enfermos de gripe porcina o gripe aviar, también puede afectar a enfermos de gripe común. De hecho, la gripe común se cobra miles de víctimas todos los años.
¿La causa, o causas?
Tanto para la MTC como para otras etnomedicinas y sistemas naturistas del cuidado de la salud no es tanto el virus específico sino la predisposición circunstancial de la persona (baja del escudo defensivo general por diversas razones: edad, deficiente-desequilibrada alimentación, estrés, infancia, convalecencia, cansancio, agotamiento físico, agotamiento nervioso, alteraciones emocionales, consumo de energía vital por esfuerzo sostenido a lo largo del tiempo, exceso de trabajo intelectual, otros excesos, etc.). A ello suma la MTC influencias circunstanciales del medio ambiente (animales, plantas, atmosférico, modificado artificialmente, profesional, contaminación urbana, comida y agua en mal estado), costumbres de higiene personal, familiar, laboral y otros hábitos perjudiciales (tabaco, alcohol, drogas, etc.) (Conghuo, 1997). En cualquier caso, es necesario individualizar la gripe en cada persona (afectada) ya que, según la MTC y otras etnomedicinas tradicionales y naturales, es mejor hablar de enfermos que de enfermedad.
El principio de tratamiento de la MTC (en este caso, en las personas y hablando en general) es "eliminar el Viento", reducir el "Calor patógeno" y favorecer las "circulaciones" (en MTC: de Qi, de Xue, de Yin–ye; algo así como: de energía vital-bioeléctrica, de sangre más energía vital y de líquidos corporales más energía vital). O dicho de otra forma: fortalecimiento del sujeto paciente y ayuda para la eliminación del patógeno, higienizando a la vez el cuerpo, las emociones, la mente y la persona a todos los niveles. Sin olvidar la atención del entorno implicado-relacionado (lo que llamamos anteriormente: contextos ganaderos -para el caso de gripes relacionadas con animales o supuestamente relacionadas- y contextos sociales amplios).
Prevención y cuidados, basándonos en la MTC:
-Protección frente a cambios climáticos bruscos.
-Reducción-eliminación del estrés.
-Evitar exposiciones prolongadas a la lluvia, al viento, al frío o al calor; sobre todo a uno de ellos después de haberlo estado expuesto a otro.
-Ser prudente y protegerse al acercarse a personas contagiadas.
-Evitar toser delante de alguien o hablar encima, por pura precaución, y especialmente si sospechamos que estamos enfermos (hablamos de la gripe común, lo que podemos extender al resto de las gripes).
-Favorecer la sudoración (cuando se tiene fiebre) en un ambiente estable (sin corrientes, sin cambios bruscos de temperatura).
-Rehidratación (si se han perdido muchos líquidos: sudoración excesiva, diarreas).
-Tomar alimentos y bebidas (agua) limpias.
-Evitar humos, tabaco, polvo, alcohol y sustancias perjudiciales y debilitantes.
-Evitar exposiciones prolongadas a los ambientes modificados artificialmente (aires acondicionados, climatizadores, ventiladores, calefacciones resecantes).
-Protegerse de productos químicos fuertes o peligrosos, olores penetrantes…
-Evitar situaciones de fatiga extrema, esfuerzo prolongado o acumulación de cansancio. En todo caso, descansar, dormir, reponerse y contrarrestar el estrés.
-Otros.
Las propuestas de la MTC (concretas para un problema) se hacen a las personas en particular, previo estudio específico e individualizado del problema en esa persona. Es el proceder habitual. Aquí diremos simplemente, y en general, qué se suele aconsejar. Desde la fitoterapia china para prevenir el contagio: Dryopteris Crassirhizoma, Isatis Indigotica, Glycyrrhiza Uralensis (infusiones) (Instituto de MTC, 1997) y otras posibles plantas o combinaciones. Desde la acupuntura: aplicación de agujas filiformes con el método que estime el profesional atendiendo al estado y características individuales del enfermo. Habrá que usar puntos que eliminen-reduzcan calor patógeno-tóxico; habrá que poner puntos que eliminen el viento y habrá que poner puntos que ayuden a reconstruir las defensas y reequilibrar las circulaciones. En todo caso, serán los profesionales los que aconsejen a cada persona lo que consideren.
La cultura naturista, sistemas de cuidado natural y etnomedicinas herbarias
Ponen énfasis frente a la gripe en: la higienización del cuerpo y el apoyo a la fuerza y a la protección naturales del organismo y de la persona (tanto en épocas de peligro-prevención como durante el padecimiento de los problemas), sin olvidar la atención al entorno inmediato y a las relaciones con él (contextos ganaderos y contextos sociales amplios: consejos de higiene laboral y social).
No se trata tanto de la neutralización del agresor y de un reequilibrio agresivos a posteriori sino de acciones a priori: protección, refuerzo, cuidados en las épocas y momentos previos a los periodos anuales de gripe común, por ejemplo (Firshein, 2000), (Holford, 1997). En el caso de desencadenamiento de problemas imprevistos: reforzar las medidas protectoras generales añadiendo otras específicas (fitoterapia, oligoelementos, ortomolecular, homeopatía, consejos alimenticios, de estilo de vida y otros medios y remedios propuestos por los especialistas). Estas baterías de ayudas tienen como objeto también, según las ópticas naturalistas, evitar/minimizar los efectos secundarios y los peligros ocasionados por el paso y acción de los virus.
El simbolismo de las etnomedicinas naturalistas es variado. Depende de sociedades y culturas. Los miembros de esos grupos (etnias o subgrupos dentro de una gran sociedad) pueden entender los remedios como recursos naturales capaces de hacer frente a los elementos-factores (también naturales-biológicos, físicos, climáticos, humanos…) causantes de alteraciones corporales como la gripe; pero también pueden entenderlos como elementos potenciadores de la "fuerza natural" (expresión amplia y con matices que puede referirse a las defensas –biología-, al reequilibrio emocional, al reequilibrio psíquico, al reequilibrio "energético" o al reequilibrio general de todas las dimensiones y componentes del ser humano, incluidos los espirituales), reservando la neutralización del agresor a ésta (la "fuerza natural"), una vez reconstruida-recuperada.
Bastantes de mis informantes me han expresado el uso de recursos de distintos sistemas terapéuticos, considerando que pueden complementarse unos con otros (según sus experiencias propias): MTC, más medicina convencional occidental, más ayudas tradicionales locales, más sistemas naturalistas internacionales. Desde la óptica de la antropología médica aplicada, esas asociaciones pueden ser correctas siempre que se articulen bien o que se coordinen los trabajos de los profesionales. En unos casos/circunstancias/personas habrá que usar más unos remedios que otros (incluyendo en remedios todos los medios terapéuticos: naturales, convencionales -de patente-, etc.).
Visión específica desde la antropología médica aplicada y la antropología clínica
No existe una manera universal y estandarizada de trabajar en/con antropología aplicada a la salud (antropología médica aplicada o antropología clínica) (Aparicio, 2008). Depende de la posición de partida de cada antropólogo frente al trabajo, de su formación complementaria (no enfocará su tarea de la misma manera un antropólogo-psicólogo que un antropólogo-médico, que un antropólogo-psicoanalista o que un antropólogo-etnomédico o naturalista. Cada uno construirá su plan de investigación y de intervención usando, combinando y articulando los métodos antropológicos y los de su otra formación). La óptica que ofrecemos aquí sigue un poco la línea ecléctica de todo el trabajo, haciendo hincapié en la visión de la gripe desde la MTC y desde posiciones naturales de atención y cuidado de la salud.
Desde una óptica antropológica aplicada al bienestar y a la prevención, con el apoyo auxiliar de disciplinas naturistas del cuidado de la salud, entendemos que la gripe porcina es una gripe cuyo cuadro no difiere esencialmente del resto de las gripes. No obstante, hay que escuchar a las autoridades sanitarias las especificidades que sobre esta gripe proporcionen por las consecuencias que puede tener. Desde la antropología clínica, entendemos que toda expresión de alteración de la persona manifiesta un hecho complejo, amplio e interrelacionado (sociobiopsicoecoculotural) que el aquejado experimenta (vivencia) y que se convierte en "duplicado simbólico" desde el momento en que se comunica (en que se hace discursivo). Ya hemos hablado de ello al principio. Y, como hemos dicho que las alteraciones son entendidas por nosotros desde su dimensión amplia y compleja: sociobiopsicoecocultural, los consejos que hemos expuesto, viniendo de distintas ópticas (MTC, naturalismo) y dirigidos principalmente al soporte físico de la persona, han de completarse con otros dirigidos a las dimensiones o elementos, como queramos decir, que homólogamente componen el ser humano como ser sociopsicobioecocultural. Ya hemos mencionado que una atención exclusivamente biologista, no basta (pensando desde nuestra posición de antropólogos trabajando en salud). Téngase en cuenta que la gripe porcina en México se ha convertido en algo que ha traspasado los límites de la biología afectando, en planos sociales, culturales, mediáticos, organizativos y económicos al equilibrio de toda la sociedad, de todo el país. Y eso es grave. En esa línea se expresan mis informantes locales.
Complementando los consejos expuestos anteriormente, he aquí algunos más relacionados con el estilo de vida y las costumbres.
En cuanto a la comida y la bebida, en general, es necesario que sean "limpias", refiriéndonos con tal término no sólo a la ausencia de gérmenes y elementos contaminantes-intoxicantes sino a que no contengan grasas saturadas (oxidadas), exceso de hidratos de carbono simples, exceso de azúcar o condimentos de tipo artificial, conservantes sintéticos, etc. La bebida, envasada, sin burbujas y sin azúcar añadido. No comer en lugares polvorientos o con materias y elementos contaminantes suspendidos en el aire. Comer en calma y, vital, muy importante: MASTICAR BIEN LOS ALIMENTOS (al menos 30-40 veces por bocado). Ir al baño regularmente (diariamente), comprobar que las heces son normales y orinar frecuentemente (no retener líquidos). Resulta mejor comer poco y frecuente que mucho y de grandes sentadas. Reposar la digestión. La Medicina China siempre advirtió que hay que tener cuidado con el hecho de comer, con lo que se come y con cuánto se come ante situaciones de alerta por epidemias etc. El escudo defensivo se debilita con los excesos alimenticios, al igual que con la deficiencia. Hay que situarse en el equilibrio, en el justo medio o compensar si nos pasamos (que no sea muy a menudo). Tomar abundantes frutas, verduras y hortalizas. Beber líquido y reponer las sales minerales perdidas por el sudor (tomando bebidas electrolíticas sin gas añadido), o fabricarlas con sal, limón o lima, agua segura y una pizca de azúcar morena. Bastante conocido es el "suero mexicano" usado contra la diarrea del turista y la deshidratación. Si se tiene fiebre, consumir productos hidratadores y refrigerantes, no comidas calóricas. Cuidado con los excesos de calorías. "Lo que no quemas, te quema". Lavarse las manos varias veces al día, sobre todo al manipular alimentos, al comer y después de ir al baño.
Desde criterios naturalistas y ortomoleculares se considera útil/necesario (dependiendo del estado individual de cada cual) consumir alimentos ricos en vitamina C. Dicho nutriente colabora en la reposición del escudo defensivo y es un importante antioxidante capaz de "hacer frente" a los gérmenes agresores. ¿Dónde lo encontramos? En: naranjas, limones, pomelos, kiwis, pimientos, escaramujos, coliflores, rábanos, coles de Bruselas, espinacas, plátanos, melones, manzanas, sandías, zanahorias, piñas, peras, papayas, arándanos, ajos, moras, fresas, guisantes, grosellas, frambuesas, uvas, apio, higos, habas, patatas, aguacates, soja, chirimoyas, mangos, granados, cocos, etc. Como suplemento nutricional, lo ofrecen diversas casas comerciales. Recomendamos formas naturales; mejor la forma ascorbato o Ester, que son más tolerables que el ácido ascórbico por algunas personas (formación de cristales). En todo caso, los expertos en medicina ortomolecular sugieren suplementar para la gripe común hasta 3000 mg./día de vitamina C (Holford, 1997).
Otros antioxidantes útiles para la gripe son: el Selenio (Se), que puede consumirse como suplemento en oligoelementos; de modo cuantitativo en productos ofrecidos por las casas comerciales y en fórmulas junto con otros elementos trabajando sinérgicamente también ofrecido por distintas casas comerciales de productos naturales. En alimentos lo encontramos en una gran cantidad. Por grupos diremos que: en carnes, pescados, huevos, cereales y legumbres. Por citar alguno específico diremos: avena, pan, cereales de maíz, tapioca, arroz, pasta, ajos, calabaza, champiñón, rábanos, cebolla, coles, patata cocida, nabos, pimiento, remolacha, judías, zanahoria, boniato, tomate, apio, naranja, plátano, mango, piña, pera, manzana, melocotón, nueces, pistachos, almendras, leche descremada, atún, langosta, cordero, jamón, pollo, buey, gambas, lenguado, mejillón, bacalao, etc. El Zinc, mineral importantísimo para nuestro organismo; es usado en atención natural de salud para muchas situaciones de alteración. Ayuda a la reconstrucción del escudo defensivo y lo podemos tomar como suplemento en oligoelementos. En este caso actuará como coenzima en procesos del metabolismo. Si lo tomamos en forma cuantitativa, habrá que ir a las ofertas de las casas comerciales. Dentro de los alimentos, lo encontramos en: ostras, carne picada, germen de trigo, yema de huevo, centollo, harina integral, leche desnatada en polvo, harina integral, buey, grano entero de trigo, queso de bola, cangrejos, nécora, gamba, camarón, ternera, guisantes, pan integral, lentejas, soja en grano, hígado, frutos secos, etc.
Alimentos ricos en vitamina A: hígado, mantequilla, margarina, queso, huevos, pez espada, almejas. De origen vegetal (productos que contienen betacaroteno que se transforma en nuestro interior en vitamina A): espinacas, zanahoria, borraja, albahaca, diente de león, acelgas, espárragos, calabaza, verdolaga, etc.
Otras ayudas desde la óptica de cuidado natural: los hongos de origen chino, muy conocidos en todo el mundo: "Coriolus Versicolor", "maitake", etc.; propóleo, echinácea, aloe vera bebible, arándanos-grosellas y uva negra (que proporcionan resveratroles y antocianidinas, importantes pigmentos antioxidantes), sambucus, sauce, orégano, tomillo, alfalfa, cebada, cebolla estofada, compota de cebolla con manzanas, levadura de cerveza, ajo y perlas de ajo, etc.
Las Flores de Bach no suelen ser usadas para regulaciones y apoyos exclusivamente biológicos, pero, como decíamos arriba, la gripe dentro de un contexto social alterado y afectado en el que la confusión y el miedo pueden causar mella a nivel emocional y psicológico en las personas en particular, también pueden resultar útiles, recomendadas por un profesional de FDB. Hay sin embargo una que puede ayudar para casos de mucha tensión, el Rescue Remedy; y otra, el Crab Apple, para eliminación de mucosidades (Bach, 1999).
Desde la Homeopatía, se pueden recomendar de manera general los productos conocidos por su eficacia en la gripe y será mejor consultar al homeópata para que él nos diga los que convienen a nuestra individualidad y a nuestra personalización del padecimiento (Horvilleur, 2000).
Como Oligoelementos (coenzimas) son útiles para la gripe en general: Mn-Cu (prevención, personas débiles). Cu-Au-Ag (prevención, personas débiles). Cu (estado gripal), Bi (estado gripal, garganta), S (estado gripal, higienizar). Cu-Au-Ag (posgripal, recuperación, largo tiempo).
Algunos otros productos recomendados por los naturistas: quercetina y bromelaína, Lisina (aminoácido muy útil contra virus) más vitamina C y bioflavonoides, etc. Como para la homeopatía, consultar al especialista en ortomolecular o al fitoterapeuta quienes propondrán a cada uno lo que mejor se adapte a su individualidad.
Otras recomendaciones para completar la propuesta de ayuda general sociobiopsicoecocultural: higiene personal, higiene alimenticia, higiene cultural. Procurar no caer bajo la influencia negativa de la confusión mediática, de la "gripe discursiva", a veces tan corrosiva a otros niveles como la física a nivel biológico. Selección y elección de noticias y fuentes de información serias y no alarmistas; evitar la escucha de programas de debate "aprovechando la ocasión". No frecuentar foros de autoalimentación alarmista, seguir la vida diaria ocupando la mente en el quehacer sencillo cotidiano, estar al tanto de las informaciones oficiales, tomar medidas de prevención que no supongan una teatralización surrealista de la vida de uno y de la de los que tenemos a nuestro alrededor. Procuremos no meter en nuestra espiral de preocupación a nuestros niños pequeños y a todos aquéllos que no tienen capacidad para analizar y a quienes determinadas influencias podrían perjudicar mucho; seguir cultivando las aficiones sencillas como leer, atender sus plantas, mirar buenas películas, dormir, descansar, jugar con los niños tranquilizándolos y trasmitiéndoles seguridad, contarles cuentos, leerles historias, ayudarles en sus deberes, no cerrarse al diálogo (la pareja, los amigos, la familia…), sacar los miedos, desbloquear las emociones, escuchar mucha música, cada cual la que le guste; evitar el sedentarismo, ser prudente en las relaciones sexuales, ser prudente en la alimentación, cuidarse en las aglomeraciones si no se pueden evitar. Evitar enfadarse. Algunos grupos originarios de Mesoamérica hablan de "coraje" con definiciones matizadas según las culturas de salud pero viniendo a decir que la alteración de la paz personal y la tendencia a saltar ante cualquier contrariedad, malentendido, molestia o provocación no es para nada beneficiosa para la salud y lesiona el escudo defensivo. Más, si se le añade la ingestión de determinados alimentos como por ejemplo el frijol negro (según tradición zapoteca).
Y no olvidar nunca las ilusiones de uno, teniendo cada día objetivos que cumplir.
En suma, crear y acrecentar una cultura del refuerzo de actitudes constructivas pensando más a menudo en los demás que en nosotros mismos (no cerrarse en el miedo ni en el egoísmo), intentando dar ejemplo con nuestra actitud para sembrar armonía, tranquilidad y paz en nuestro entorno.
La Medicina tradicional China señala que la gripe es el paso al interior de factores patógenos ("Viento-calor" o "Viento-Fuego") que han burlado la defensa superficial, penetrando por la piel, la boca o la nariz. Y señala que el problema mayor constituye la afección posterior de órganos como el pulmón, consecuencia del paso del virus. La gripe expresa un cuadro muy concreto y específico. Por ello, no sólo hay que tener en cuenta las ayudas nutricionales o de remedios para prevenir y ayudar al restablecimiento del equilibrio y la normalidad en la persona, como decíamos. También hay que vigilar no caer en el ESTRÉS, o contrarrestarlo si ya se ha caído; higienizar nuestra vida emocional; no cometer excesos de ningún tipo, insistimos, que puedan disminuir nuestra capacidad defensiva por pérdida o derroche de energía vital, cuidarse especialmente si se está convaleciente de alguna enfermedad; vigilar a los niños, ancianos y personas en situación de peligro o debilidad por razones de edad, pobreza, enfermedad, accidente o voluntad. Tener cuidado con el agua y las comidas de dudosa procedencia, protegerse de las inclemencias del tiempo, protegerse la nuca del viento (consejo extraído de la tradición médica china y de culturas de salud populares asiáticas que consideran en el cuerpo vías de circulación energética llamadas meridianos o canales en los que se encuentran puntos con capacidad de influencia sobre el organismo y la persona, manipulados, punturados o moxados. En la zona occipital hay dos puntos que proteger de las inclemencias del tiempo y, principalmente, del viento).
Por último, lo cultural de la gripe, desde una óptica exclusivamente antropológica, se relacionaría con lo discursivo y comunicativo (de lo que ya hemos hablado) a la vez que con los mundos de creencias, con las costumbres familiares y con las tradiciones locales de las gentes y grupos.
Desde nuestro punto de vista, ayuda, refuerza y reequilibra:
-"Cultivar y regar" buenas ideas.
-Controlar los pensamientos (que no nos controlen ellos a nosotros).
-Dejar de vez en cuando la mente en blanco y recargarse durante un tiempo en ese vacío ordenado.
-Hacer respiraciones lentas y profundas frecuentemente, relajando toda nuestra musculatura.
-Rezar, meditar, etc., a quien sea religioso (católico, budista, protestante, ortodoxo, etc.); frente a las gripes y frente a otros mil problemas.
-Observar normas, tradiciones y de organización a quien pertenece a comunidades con culturas propias, ancestrales.
-Todo símbolo o simbolismo que nos dé seguridad, que nos permita aconsejar y cuidar correctamente a los nuestros y a otros (si se es profesional trabajando en campos de educación o servicio social), que nos aleje del miedo, de la desconfianza y de la duda corrosiva.
En este sentido, creemos que los miembros de los grupos originarios, al menos en teoría, disfrutan de más serenidad ya que se acogen a los puertos seguros de sus tradiciones y costumbres.
La sociedad mixta e internacional es un espacio muy dinámico con pulsiones que nos atraviesan y nos mueven convirtiéndonos a veces en simples muñecos de las circunstancias.
Los etnomédicos mesoamericanos, en las áreas rurales poseen conocimientos desde antiguo con los que han atendido una y mil veces problemas gripales, usando medios físicos y simbólicos. Debemos confiar en las etnomedicinas. Ellas sin duda tienen cosas que decir y ayudas que ofrecer. Debemos recobrar los que pertenecemos a la sociedad internacional el valor y el poder de los símbolos para usarlos en nuestro beneficio (sano) y en el de los que nos rodean (sano también). Los símbolos son cada vez más importantes para algunos grupos como las compañías multinacionales quienes se sirven de ellos para llegar al centro de nuestra mente y a veces del corazón y vendernos sus productos. Los buenos símbolos reconstruyen los cimientos del ser, refuerzan las columnas de la personalidad y ayudan a que haya una circulación nerviosa equilibrada. Cuidado, pues, con los símbolos creados por el pánico mediático. No permitir que nos influyan y en su lugar fabricar otros útiles para la casa y para uno mismo. Los profesionales de los símbolos en los grupos originarios o en la sociedad mixta pueden ayudar, al igual que los profesores-educadores, los psicólogos, los psicoanalistas, los antropólogos y los consejeros espirituales (honestos y sanos) de las creencias de cada uno.
Dentro de los grupos originarios el procedimiento de la limpia lo considero de gran utilidad desde mi óptica antropológica. Y el rey de todos, a mi juicio, el TEMAZCAL, también es un buen aliado para ayudar a mantenerse sano y equilibrado; por tanto a prevenir diferentes problemas, uno de ellos: el de la gripe, por qué no. El temazcal toca todas las dimensiones de la persona. Es un medio de reequilibrio y de prevención sociobiopsicoecocultural (Aparicio, 2008).
Las ayudas desde el terreno simbólico alcanzan el terreno nervioso, el neuromuscular, el funcional en general y el estructural. El refuerzo del deseo de vivir tiene, o puede tener, alcances ilimitados.
Por mucho que la ciencia avance, el trabajo en salud en el futuro debe ser intercultural e interdisciplinar, conjugándose y articulándose saberes de diferentes contextos socioculturales. Los planes de mesas compuestas por profesionales y entendidos de distintas ópticas pueden dar verdaderos buenos resultados; tal vez mejores que los diseñados desde la oficialidad de cada país a partir de un solo criterio (oficial, convencional, exclusivamente biologista, dominante).
Reflexiones finales
Se pueden encontrar sitios en Internet con distintos niveles de información sobre la llamada gripe porcina. Ya expusimos que la OMS mantiene información puntual y datos de la extensión de la enfermedad en los países. También proporciona referencias sobre la gripe aviar y sobre otras enfermedades susceptibles de afectar a una población mayor que la habitual o mayor que la estimada. Sobre los virus responsables de las gripes también podemos hallar informaciones variadas; más técnicas o menos. En suma, el aspecto biologista de la gripe está cubierto, estudiado y difundido. Otras dimensiones del problema, según lo planteamos aquí como alteración compleja: sociobiopsicoecocultural, pueden conocerse si el interesado tiene claro qué buscar. Indirectamente, o de manera parcelada, expertos, investigadores y profesionales de diversas disciplinas y ramas de la ciencia ofrecen opiniones y estudios complementarios de las implicaciones de la gripe porcina en el terreno de la economía (por ejemplo, en México), en el terreno social y en otros. Determinadas posiciones críticas ponen en circulación representaciones discursivas sobre las informaciones mediáticas y oficiales y sobre la situación real (vivida en la calle) de la afección y su repercusión social. Estos exponen dudas, desconfianzas y hasta cuestiones como ¿qué puede esconderse detrás de esta alarma?, o ¿A quién, o a quiénes, está beneficiando? Los argumentos de tales posiciones, sin pruebas tangibles que los sostengan, se convierten en conjeturas y en más elementos culturales colaterales a sumar a la gran cantidad de comunicaciones (espontáneas/intencionadas) que circulan por la sociedad internacional y en especial por la sociedad mexicana, ejemplo de país especialmente tocado por el problema (entendemos problema no sólo como enfermedad sino como repercusión amplia del mismo a nivel económico, laboral, social, cultural, comercial, etc.).
Mis informantes locales (mexicanos), profesionales de la salud y usuarios de la sociedad mestiza (urbana) y de algunas etnias, me han expresado: desconcierto, percepción de hermetismo oficial, decepción oficial, dudas, recelos, desconfianza, sensación de ser manejados, sensación de ser objeto de intereses y malas intenciones sobre México a nivel internacional; también: tranquilidad, visión sosegada del problema, esperanza, a la vez que incredulidad respecto a las noticias de los medios (tv, prensa, radio), percepción de que sobre los pobres siempre recaen los males mayores, percepción de diferencias importantes a nivel de narración de la situación con sus vecinos del Norte, etc.
En el sitio oficial de la OMS (http://www.who.int/csr/don/2009_05_29/en/index.html), la actualización de la información sobre afectados y muertos por el virus Influenza A(H1N1), correspondiente al día 29 de mayo de 2009 señala a Canadá con 1118 casos y dos muertes; México con 4910 casos y 85 muertes; y Estados Unidos con 7927 casos y 11 muertes. Resulta curioso que en muchas informaciones difundidas en países europeos, como por ejemplo España, se haya hablado especialmente de México, o se centren los informadores en México. ¿Por el número de muertos a causa de dicha gripe? Miremos los datos: Estados Unidos cuenta con un considerable mayor número de casos, aunque con menos muertes. Algunos de mis informantes se quejan de la "discriminación mediática" y de "dirigir-desviar" hacia México la mirada internacional. Se preguntan, ¿Por qué será?
Desde nuestra posición antropológica, apoyada por las opiniones de los informantes locales, consideramos que, en el caso de México, las características de alejamiento de muchas personas (de centros de atención digamos oficial), las condiciones de pobreza de otras, la difícil o imposible nutrición equilibrada de muchas; y en general la falta de medios y de higiene de una gran parte, les dispone físicamente (escudo defensivo bajo) a poder contraer y padecer más enfermedades que quienes pueden alimentarse equilibradamente, sin carencias, y vivir una vida menos estresada y cansada (con mejores lugares de habitación, relaciones humanas satisfactorias, vestidos adecuados, condiciones de higiene beneficiosas o normales, acceso rápido a la asistencia, etc.). La sociedad global, personificada principalmente en las áreas urbanas, ha atraído y sigue atrayendo diariamente a muchos miembros de las etnias que intentan buscarse un futuro entre el asfalto, el hormigón, el metal y el brillo de los cristales y las luces de las ciudades. Lejos de los puertos seguros de sus tradiciones locales, muchos pierden el rumbo de sus vidas convirtiéndose en marionetas de las circunstancias y en buques a la deriva en medio de un mar-mundo agitado que no les acepta. Estos miles de personas van perdiendo la luz de la esperanza, convirtiéndose en candidatos a contraer no sólo la gripe porcina o la aviar sino cualquier otra enfermedad que se convertirá en enfermedad del cuerpo y también del alma, tocando toda la persona; por tanto, su dimensión sociobiopsicoecocultural. En el caso de afectados de clases acomodadas, también la gripe porcina es una enfermedad sociobiopsicoecocultural, vista desde nuestra perspectiva de antropología médica. Pero las posibilidades de salir antes y mejor de los problemas, o de determinados problemas, van paralelas al nivel de vida, a la posición económica y a las disponibilidades de asistencia especializada de las personas (diagnóstico precoz, atención inmediata, etc.).
En todo caso, el objetivo de nuestro artículo era reflexionar un poco sobre la llamada gripe porcina, a más niveles que al puramente biologista y mostrar ópticas no convencionales de aproximación comprensiva y de atención.
Desde la antropología aplicada a la salud (antropología médica, antropología clínica), consideramos todas las alteraciones de las personas: alteraciones complejas (sociobiopsicoecocultorales), necesitando incluirse en planes de atención homólogos, concediendo más importancia, según los casos, a unas atenciones que a otras. En el caso de la gripe porcina, es evidente que un estudio biologista se impone, así como el uso de remedios convencionales. Pero también sería bueno que en los planes de atención figurasen ópticas no convencionales (naturalistas, tradicionales, socioculturales); o al menos que se tuvieran en cuenta los asientos socioculturales de aquéllos a quienes se ha de atender desde posiciones terapéuticas diferentes a las de sus contextos originarios o a las de sus grupos familiares, de creencias o sociales.
Por ejemplo, aportar antibióticos a una población aquejada por infecciones bacterianas está muy bien; pero quedarse sólo en eso es, o puede ser, entendido por miembros de los propios grupos originarios como un acto de "neocolonialismo" más: el "neocolonialismo salvador" de muchas ONG´s o de departamentos gubernamentales o instituciones internacionales que, en la práctica, imponen el sistema terapéutico occidental convencional a cuyo lado marchan triunfantes las compañías multinacionales farmacéuticas. Es la idea de algunas gentes de etnias mesoamericanas que han tenido no buenas experiencias al respecto. Idea que, en su mayoría, comparto. Miembros de grupos indígenas me han confesado el miedo a la biopiratería y a la explotación con fines terapéuticos de sus espacios tradicionales por empresas trasnacionales. Los medicamentos de patente pueden ser útiles y necesarios (unos más que otros). Pero, ¿hay que usarlos e imponerlos forzosamente y en todas las ocasiones en sustitución del temazcal, del té de hierbas, de la sobada o de la limpia? ¿Hemos de olvidar en Europa las sabias enseñanzas de nuestros abuelos respecto a una terapéutica doméstica práctica y útil para problemas sencillos y situaciones cotidianas de malestar no graves? ¿Todo ha de pasar por el estricto control y por la visión del sistema y los profesionales de la medicina alopática, convencional occidental? Resumiré las respuestas diciendo que no, que no debería ser así; que una sociedad abierta y progresista valora lo bueno del pasado y lo conjuga y articula con lo bueno del presente, que la interculturalidad en salud es el verdadero futuro. Lo demás, es la imposición de un sistema que, beneficiando relativamente (unas veces sí, otras no) a la generalidad complementando la atención, beneficia aún mucho más a unos cuantos a nivel económico.
Como antropólogos no podemos defender que se imponga un sistema, o unos sistemas, sobre otros, de manera unilateral, sólo porque la sociedad (y la cultura) que domina en el mundo es la occidental convencional, ahora, sociedad global. Todos los pueblos del planeta han desarrollado modos y procedimientos propios para atender los problemas de salud de sus poblaciones. La ciencia sólo es un logro cultural más, alcanzado en Europa, siguiendo su línea natural de progreso. El resto de las sociedades del planeta que no han tenido los previos históricos y culturales de Europa, no los van a tener y no tienen por qué tenerlos. Han tenido y seguirán teniendo, cada una, los suyos, sus líneas individuales de progreso, diferentes las unas de las otras. El temazcal mexicano, por ejemplo, fue, y sigue siendo, un medio de prevención y cura de gentes de las etnias estupendo. Pero no sólo vale para cuidar y limpiar el cuerpo sino también otros niveles de constitución de la persona definidos algunos de ellos en el mundo de creencias y en el simbolismo de esas sociedades (Aparicio, 2008). Los antibióticos son maravillosos y necesarios. Salvan vidas continuamente. Pero a su lado también existen medios y remedios (naturalistas, tradicionales, culturales-simbólicos) que, como el temazcal mesoamericano, no sólo pueden ser, sino que son, perfectamente válidos apoyando la confianza de muchas gentes que los conocen-usan, y reforzando las capacidades de "autoempuje" hacia la recuperación del bienestar.
La "batalla" contra las "enfermedades" ha de librarse en los laboratorios de investigación biológica y farmacológica, en el cuerpo individual de las personas, en el cuerpo social, en el traspaso de saberes antiguos sobre utilidades terapéuticas de plantas, minerales y espacios; en las escuelas, en los medios de comunicación, en la calle, en las familias, en la economía, en la política, en las religiones y creencias…, teniendo muy en cuenta los "duplicados discursivos" de los males y sus consecuencias-efectos sobre la persona individualmente y sobre los grupos. Ya sabemos aquello de: "A río revuelto, ganancia de pescadores". Cuidado, pues.
El trabajo en investigación biológica es fundamental; pero sin olvidar que se es, o se padece, no sólo lo que los otros (especialistas y no especialistas) ven en nosotros sino lo que nosotros mismos expresamos sobre nuestro bienestar/malestar, procedente de nuestra experiencia de vivirlo o sufrirlo (gripe porcina o cualquier otro problema).
AGRADECIMIENTO.
Un agradecimiento especial a las personas (profesionales de la salud y usuarios) de México y España que han colaborado aportando informaciones además de sus opiniones y experiencias para la realización de este artículo.
Bibliografía
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Bach, E. 1999. La curación por las flores. Edaf. Madrid.
Conghuo, T. (comp.). 1997. 101 enfermedades tratadas con acupuntura y moxibustión. Ediciones en lenguas extranjeras. Beijing.
Firshein, E. 2000. La revolución de los farmaconutrientes. Edaf. Madrid.
Hahn, R. 1995. Sickness and Healing, an anthropological perspective.. Yale University Press. New Haven and London.
Holford, P. 1997. La biblia de la nutrición óptima. Robin Book. Barcelona.
Horvilleur, A. 2000. Guía familiar de la homeopatía. Salvat Ediciones.
Kleinman, A. 1980. Patiens and Healers in the Context of Culture. University of California Press. London.
Instituto de Medicina Tradicional China de Yunán. 1997. Medicina Interna. Fundación Europea de Medicina Tradicional China. Barcelona.
http://www.who.int/es/
Autor:
Dr. Alfonso Julio Aparicio Mena
Dr. en Antropología de Iberoamérica; P.Dr. en medicina tradicional china. Docente y profesional de la salud natural. Miembro del IIACyL, Instituto Investigaciones antropológicas de Castilla y León y de AGIR, Associaçao para a Investigação e Desenvolvimento Sócio-Cultural (Portugal).
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