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Actividades de ejercicios aeróbicos para atenuar la obesidad en féminas de 25 – 30 años (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Factores relativos al desarrollo, tales como un aumento del tamaño o del número de células adiposas, o ambos, se suma a la cantidad de grasas almacenadas en el cuerpo. Las personas obesas, en particular las que han desarrollado la obesidad durante la infancia, pueden tener una cantidad de células grasas hasta cinco veces mayor que las personas de peso normal debido a que no se puede reducir el número de células, se puede perder peso solamente disminuyendo la cantidad de grasa en cada célula.

El autor de esta investigación asume el concepto de sedentarismo dado por otros investigadores (definiendo como sujeto sedentario a aquel que realiza actividad física menos de tres veces a la semana y por menos 30 minutos cada vez) conlleva muchos riesgos para la salud, ya que predispone a múltiples enfermedades tales como, enfermedades vasculares y coronarias, osteoporosis, diabetes, hipertensión arterial, depresión, entre otras, y puede ocasionar otras como: obesidad, pérdida de masa muscular y de fuerza, baja del nivel de condición física y baja tolerancia al esfuerzo. Todo esto en conjunto lleva a un aumento en la probabilidad de lesiones, aumenta las licencias médicas, aumenta la discapacidad, la morbilidad (o probabilidad de enfermar) y la mortalidad de la población en general. Efectos fisiológicos del sedentarismo o inactividad física asociados a la obesidad:

Infarto cardíaco; Obstrucción de las arterias (vasos sanguíneos)

Diabetes mellitus tipo 2

Artritis degenerativa (osteoartritis)

Hipertensión arterial

Apnea de sueño

Dislipidemias (aumento de grasa en sangre)

Artritis gotosa (gota)

Trastornos depresivos

Por estas razones resulta importante reducir el sedentarismo, ya que la actividad física entrega herramientas para combatir todo lo anteriormente mencionado, y al mismo tiempo eleva el nivel de autonomía de las personas. Esto resulta de extrema importancia en la población adulta, la que está en constante crecimiento en el mundo y la que presenta las más altas tasas de sedentarismo.

Las personas sedentarias necesitan menos calorías. El aumento de la actividad física hace que las personas de peso normal coman más, pero puede que no ocurra lo mismo en las personas obesas.

No obstante, el sedentarismo es el factor más frecuente asociado con la obesidad. Se estima que más del 70% de los trastornos que sufre la mujer guardan relación directa o indirecta con la falta de actividad física. Esto porque ella a muy temprana edad pierde tejido muscular y gana tejido adiposo, producto de sus hábitos sedentarios de vida.

Un estudio, que analiza los hábitos de vida y el sedentarismo entre los jóvenes europeos, expone que mientras las tasas de obesidad aumentaron entorno a un 10% en la última década, la actividad física entre los más jóvenes se ha reducido cerca de un 15%.

Se considera una persona sedentaria cuando su gasto semanal en actividad física no supera las 2000 calorías, también lo son aquellos que solo efectúan una actividad semanal y que supongamos que las gastan, ya que el organismo nuestras estructuras y funciones poseen una característica de entrenabilidad que quiere de un estímulo al menos cada dos días.

Combata el sedentarismo practicando ejercicios físicos sistemáticamente.

Una actividad física periódica produce muchos beneficios ya que:

– Estimula las funciones cardiovasculares y respiratorias.

– Aumenta el aporte de sangre al músculo cardíaco.

– Ayuda a mantener la fuerza muscular y la flexibilidad de las articulaciones.

– Estimula la secreción de factores de crecimiento en los niños.

– Mejora la coordinación y la vivacidad.

– Influye favorablemente en la disposición de ánimo.

– Contribuye a aliviar la ansiedad.

– Contribuye a regular el apetito.

– Ayuda a dormir mejor y a trabajar de un modo más eficiente.

– Contribuye a la formación de huesos fuertes y a la prevención de la osteoporosis en una edad más avanzada.

– Quema calorías, lo que ayuda a controlar el peso corporal.

– La inactividad física y una vida sedentaria pueden ocasionar exceso de peso y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, como las cardiopatías, hipertensión arterial y diabetes.

-Debe tenerse en cuenta que se gasta energía tanto cuando se realiza un trabajo físico como con el ejercicio por placer.

– Las personas cuyo trabajo requiere un gran esfuerzo físico deben asegurarse de que coman lo suficiente para cubrir sus necesidades energéticas.

-Tanto los niños como los adultos que son más inactivos o cuyo trabajo requiera menos esfuerzo físico, deben hacer ejercicios o practicar un deporte para estar en forma y mantener el peso corporal apropiado.

-Caminar a paso rápido, nadar, correr, montar bicicleta son actividades ideales.

– El ejercicio debe realizarse periódicamente. Media hora de ejercicios, tres veces a la semana, es una meta saludable.

– La regla de oro es la moderación. La moderación tanto en el comer como en el ejercicio es el principio más importante.

La obesidad se puede clasificar de diferentes formas:

1. De acuerdo con la edad de aparición.

2. Desde el punto de vista causal.

3. Atendiendo a su mayor o menor grado de sobrepeso y de la talla.

4. De acuerdo a los diferentes índices.

5. En dependencia del grosor del pliegue cutáneo.

De acuerdo con la edad de aparición puede ser.

• Prepuberal

• Postpuberal

Prepuberal.- También llamada hiperplasia, es aquella que ocurre en la primera etapa de la vida, determina cambios en el tejido adiposo, al multiplicarse el número de células normales. Estas personas son muy difíciles de hacerlas bajar de peso.

Postpuberal.- Es aquella que se observa en el adulto, donde el numero de adipositos normales se hipertrofia, es decir, aumenta considerablemente el tamaño de la célula, por su gran contenido en grasa.

Desde el punto de vista causal pueden ser:

• Exógena o primaria

• La Endógena o secundaria a otros procesos patológicos

• Mixta

La obesidad Endógena. Según su Etiología.

a) Esta puede ser Exógena (debido a una sobrealimentación) o primaria:

Se da principalmente por un consumo excesivo de alimentos y poca o limitada actividad física, esto indistintamente del estado en el cual se encuentre el mecanismo termogénico del sujeto o cual sea la carga genética. Este tipo forma más del 99% de todas las obesidades.

b) Endógena o Secundaria: La que tiene por causa alteraciones metabólicas. Esta está condicionada por una alteración funcional de las glándulas de secreción interna tales como la tiroides, el lóbulo anterior de la glándula hipófisis, la corteza suprarrenal, las genitales y el páncreas, o por mal funcionamiento del aparato de regulación del metabolismo de las grasas en el sistema nervioso central SNC. Dentro de las causas endógenas, se habla de obesidad endocrina cuando está provocada por disfunción de alguna glándula endocrina, como la tiroides. Obesidad hipotiroidea, Obesidad gonadal

c) Obesidad Mixta:

Se produce como resultado de la aparición de causas endógenas y exógenas en un mismo individuo.

Es una enfermedad en cuya génesis están implicados diferentes factores, muchos de los cuales todavía no se conocen muy bien. Los genes, el ambiente, el sedentarismo, son condicionantes básicos que están implicados en la génesis de la obesidad así como los producidos por medicamentos o por distintas enfermedades.

En forma práctica, la obesidad puede ser evaluada típicamente en términos de salud midiendo el índice de masa corporal (IMC) (BMI body mass index por sus siglas en inglés), pero también en términos de su distribución a través de la circunferencia de la cintura o la medida del índice cintura cadera. Además, la presencia de obesidad necesita ser considerada en el contexto de otros factores de riesgo y comorbilidades asociadas (otras condiciones médicas que podrían influir en el riesgo de complicaciones).

Atendiendo al índice de masa corporal

Se utilizan varios métodos para clasificar la obesidad, entre ellos los más utilizados son el índice de masa corporal (IMC) y la distribución de grasa corporal. En la investigación se utiliza el Cálculo de IMC.

El cálculo del IMC es muy sencillo, basta con aplicar la siguiente fórmula:

Este es calculado dividiendo el peso del sujeto (en kilogramos) por el cuadrado de su altura (en metros), por lo tanto es expresado en Kg. / m².

IMC = peso en kilogramos / talla en metros al cuadrado

Ejemplo: persona de 60 Kilos y 1.7 metros de altura.

IMC= 60/(1.7)2= 60/2.89= 20.7 (normalidad).

El índice de masa corporal (IMC) es un método simple y ampliamente usado para estimar la proporción de grasa corporal. El IMC fue desarrollado por el estadístico y antropometrista belga Adolphe Quetelet.

La actual definición comúnmente en uso establece los siguientes valores, acordados en 1997 y publicados en 2000: índice de masa corporal IMC menos de 18,5 es por debajo del peso normal.

  • IMC de 18,5-24,9 es peso normal.

  • IMC de 25,0-29,9 es sobrepeso.

  • IMC de 30,0-39,9 es obesidad.

  • IMC de 40,0 o mayor es obesidad severa (o mórbida).

  • IMC de 35,0 o mayor en la presencia de al menos una u otra morbilidad significativa es también clasificada por algunas personas como obesidad mórbida.

El índice de masa corporal IMC sobreestima la grasa corporal en personas muy musculosas y la grasa corporal puede ser subestimada en personas que han perdido masa corporal (muchos ancianos). La obesidad leve como es definida según el IMC, no es un factor de riesgo cardiovascular y por lo tanto el índice de masa corporal IMC no puede ser usado como un único preeditor clínico y epidemiológico de la salud cardiovascular.

Una vía alternativa para determinar la obesidad es medir el porcentaje de grasa corporal. Médicos y científicos generalmente están de acuerdo en que un hombre con más del 25% de grasa corporal y una mujer con más de 30% de grasa corporal son obesos.

Sin embargo, es difícil medir la grasa corporal de forma precisa. El método más aceptado ha sido el de pesar a las personas bajo el agua, pero la pesada bajo el agua es un procedimiento limitado a laboratorios con equipo especial. Los métodos más simples para medir la grasa corporal son el método de los pliegues cutáneos, en el cual un pellizco de piel es medido exactamente para determinar el grosor de la capa de grasa subcutánea; o el análisis de impedancia bioeléctrica, usualmente llevado a cabo por especialistas clínicos. Su uso rutinario es desaconsejado. Otras medidas de grasa corporal incluyen la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la absorciometría de rayos X de energía dual.

Otra clasificación del índice de masa corporal IMC es la que plantea la Organización Mundial de Salud en el año 1997 y viene dada por.

Clasificación IMC Riesgo.

Bajo peso Menor de 18.5 Moderado a alto.

Peso normal 18.5-24.9 Normal a bajo.

Obesidad clase 1 25-29.9 Moderado.

Obesidad clase2a 30-34.9 Alto.

Obesidad clase 2b 35-39.9 Alto o muy alto.

Obesidad clase 3 Mayor de 40 Extremadamente alto.

Además es útil evaluar la composición corporal para precisar el diagnóstico de obesidad. La cual se obtiene a partir de la medición de los pliegues cutáneos, como se recomienda a continuación:

Pliegues cutáneos: estas mediciones se realizaron con el uso del caliper de grasa.

Subescapular: se realiza la medición debajo del ángulo inferior de la escápula, tomando el pliegue en posición inclinada, según el clivaje normal de la piel.

Suprailíaco anterior: el pliegue se toma sobre la espina ilíaca antero superior.

Pantorrilla: el pliegue se tomó de forma vertical aproximadamente cinco centímetros por debajo de la fosa poplítea, la pierna descansa ligeramente sobre la punta del pie, y la otra pierna de sustentación, se mantiene contraída soportando el peso del cuerpo.

Bíceps: se toma de forma vertical en la región mezo braquial (punto medio entre el acromio y el olécranon, en la parte anterior del brazo).

Tríceps: se toma de forma vertical en la región mezo braquial (punto medio entre el acromio y el olécranon, en la parte posterior del brazo.

Abdominal: se localiza en un punto situado al lado derecho del ombligo, al mismo nivel de este; adyacente al ombligo, pero sin atravesar el tejido periférico, la dirección es vertical.

?Determinación de la composición corporal.

Apoyándonos en la medición de los pliegues antes descritos, se calcula el por ciento de grasa de cada paciente utilizando la ecuación de Durnin y Womersley (1974) para mujeres de edades entre 16 a 68 años, que es el rango en que se ubican las pacientes.

D = 1.1567 – 0.0717 + Log 10 (pliegue del tríceps + pliegue del bíceps + pliegue subescapular + pliegue suprailíaco).

Donde D = Densidad

El por ciento de grasa se calcula mediante la siguiente ecuación:

% G = ((4,95) – 4,5) x 100 D

Donde % G = por ciento de grasa

El resto de los componentes de la composición corporal se calcula de la siguiente forma:

% de MCA = % G – 100

Donde % de MCA = por ciento de masa corporal activa.

El peso en grasa se calculó mediante la siguiente relación:

Peso corporal (Kg.) _______ 100%

Peso en grasa (Kg.) _______ % de G

Peso en grasa (Kg.) = % de G x peso corporal (Kg.) 100

Kg. De MCA = peso corporal (Kg.) – peso en grasa (Kg.)

Donde Kg. De MCA = Kg. de masa corporal activa.

Atendiendo al índice de composición corporal (ICC).

Ha sido el más usado para clasificar anatómicamente a la obesidad en:

Por la disposición topográfica de la acumulación de la grasa sobre el cuerpo.

Esta distribución puede tener un predominio superior llamándose a esta obesidad central o androide o un predominio inferior, conocida como periférica o ginecoide.

edu.red

Androide: También conocida como obesidad abdominal o tipo "manzana". Es más común entre los hombres y se caracteriza porque la grasa se acumula en el abdomen y el tronco, y por eso los riesgos son aun más elevados. En las mujeres también aparece sobre todo tras la menopausia porque la grasa se redistribuye y se localiza en esa zona. se caracteriza por un cúmulo de grasa en tronco y abdomen, con un valor del índice de composición corporal (ICC) mayor de 1,0 para hombres y mayor de 0,85 para mujeres. Esta asociada a una serie de complicaciones metabólicas, tales como hiperinsulinismo, diabetes mellitus tipo II, dislipidemia, gota, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares. Según algunos autores consultados el mecanismo que explica esta observación no está claro, pero podría deberse a una mayor captación hepática de ácidos grasos libres a partir de los adipositos abdominales, disminución de la extracción hepática de insulina, hiperinsulinemia y aumento de la resistencia insulínica.

Genoide: Distribuye la grasa fundamentalmente en el área glúteo-femoral, con valores del índice de composición corporal (ICC) inferiores a los mencionados previamente para cada sexo.

La medición de las circunferencias se realiza con una cinta métrica, en posición de pie. La cintura se mide por debajo del reborde costal y por encima de la cresta ilíaca, tomándose la menor medición a este nivel. Se considera como circunferencia glútea la mayor medición realizada a nivel de la prominencia glútea. El índice cintura cadera se calcula de acuerdo a la siguiente fórmula:

ICC = circunferencia abdominal/circunferencia glútea.

edu.red

Ginoide, se llama también obesidad subcutánea, glútea o tipo "pera" y aparece con más frecuencia en las mujeres. La grasa se acumula sobre todo en las caderas y glúteos.

Según la edad de aparición.

1.- Obesidad infanto – juvenil: Comienzo antes de los 18 años. Es predictiva de la obesidad del adulto. Los niños con sobrepeso tienen mayor probabilidad de ser obesos en la edad adulta. A su vez los adultos obesos que tienen historia de obesidad infantojuvenil sufrirán una obesidad más prolongada. En particular es la que observamos en la infancia. Se caracteriza por un aumento del número total de adipositos y por lo general presenta un patrón de distribución ginecoide. Suele ser hipercelular y puede ser resistente al tratamiento.

2.- Obesidad del adulto Obesidad que comienza en la edad adulta (post pubertad o hipertrófica):

Se observa en el adulto, se asocia a complicaciones metabólicas y cardiovasculares dado que presenta una distribución abdominovisceral.

La edad resulta un importante indicador, tanto para la terapéutica como para el pronóstico del obeso, entre ellos se distinguen los siguientes.

Atendiendo a al celularidad

1. -Hipertrófica

Se observa en el adulto, consiste en un aumento de tamaño del adiposito. Se asocia a complicaciones metabólicas y cardiovasculares dado que presenta una distribución abdominovisceral.

2.-Hiperplasia

En general es la que observamos en la infancia. Se caracteriza por un aumento del número total de adipositos y por lo general presenta un patrón de distribución ginoide.

1.2 Fundamentación de la actividad física en el tratamiento de la obesidad.

Si se pregunta: ¿Cuáles son las dos causas principales para el aumento de pacientes con obesidad en nuestros días? Sin dudar un momento, la respuesta sería: Primero, que actualmente se consume una ingesta calórica mayor de la necesaria para nuestras necesidades y segundo, que tenemos un nivel de actividad física mucho menor, porque ahora la vida de la sociedad es prácticamente sedentaria.

Un estudio reciente realizado indica que el 50% de las personas jóvenes y de edad media, tienen una vida sedentaria. Expresa que "En efecto, las personas se mueven mucho menos, la actividad física que se ejecuta es mínima, el gasto de calorías también representa una mínima cantidad con relación a las calorías que se consumen". Sin embargo, se sigue consumiendo una buena cantidad de calorías, más de las necesarias, diariamente.

Se sabe que lo que "sobre" de ingesto calórico, es ahorrado como tejido graso o adiposo, es decir en sobrepeso u obesidad. Por lo tanto una simple ecuación, un estado sencillo de cuentas nos da un primer resultado: mayores ingresos con menores gastos: Igual a ahorro. Entendidas así las cosas resulta fácil desde un punto de vista simplista aseverar que la falta de actividad física engorda y el remedio sería hacer ejercicios en cantidades suficientes para eliminar el sobrepeso.

Desafortunadamente este proceso no es así de fácil, porque no es totalmente cierto. Y no lo es, por una sencilla razón: La actividad física intensa, fuerte, aguda, no "quema" grasa en la proporción que se cree. Para eliminar 1 kilo de grasa se precisan más de 25 horas de gimnasia o jugar tenis continuamente durante 7 horas.

Por eso jamás se recomiendan actividades físicas intensas, fuertes o muy prolongadas en el tratamiento del sobrepeso o la obesidad; más adelante se expone cómo funcionan mejor los ejercicios discretos, no muy intensos, pero sí prolongados en el tiempo.

Entonces el criterio a reflexionar es: la falta de actividad física favorece la aparición de la obesidad; por el contrario hacer ejercicio es útil y necesario para su tratamiento. Ahora bien: Esta actividad física debe ser adecuada y personalizada. Debe ser dirigida, organizada, pautada, seguida, vigilada y modificada o suspendida siempre por un médico (o un equipo médico que cuente con deportólogo o técnico especializado). Finalmente, no debe ser agotadora (intensa, severa o aguda). ¿Entonces cómo debe ser?

Hay toda una serie de circunstancias que en una u otra forma vinculan la reducción de la actividad física con los problemas de sobrepeso u obesidad.

Está comprobado que en los niños, la falta de actividad física, por dedicar gran parte de su tiempo libre a ver televisión o a los videojuegos, ha incrementado la aparición de problemas de sobrepeso u obesidad.

Es frecuente que los problemas de sobrepeso u obesidad tengan como punto de partida un período de reposo prolongado: Accidente, convalecencia, etc.

Hay una relación inversamente proporcional, comprobada estadísticamente, entre el Índice de Masa Corporal (IMC) y la actividad física.

Se ha constatado que en cuanto a los programas de reducción de peso por métodos exclusivamente dietarios, se les agrega un plan de actividad física, los resultados son netamente superiores.

Se sabe que los efectos de la actividad física sobre la composición corporal son eficaces para mantener el peso perdido y para impedir que se recuperen los kilos rebajados, por ejemplo, si la persona obesa va a un sauna o un baño turco, posiblemente su peso disminuya, pero lo hace a expensas del líquido perdido; lo mismo ocurre en las dietas de comer grasas y proteínas, el cuerpo se deshidrata. Igual que si se toman laxantes o se usan diuréticos. Elimina agua y no pierde nada de la masa grasa que le sobra. Pues bien, está comprobado que la actividad física, sí disminuye el tejido adiposo excesivo y no la masa muscular; además actúa con más especificidad sobre el tejido adiposo profundo, justamente sobre la obesidad visceral que es en opinión de los estudiosos del tema, la más nociva de todas. Esta es la posible explicación al por qué la actividad física "reduce" más fácilmente los tejidos grasos de la obesidad abdominal, masculina (de tipo visceral o profundo), que la grasa de las regiones femoroglúteas, femenina (de tipo superficial).

Hasta ahora aparecen reflexiones sobre los buenos efectos comprobados de la actividad física sobre el tejido adiposo; cuando se examina la sangre de los pacientes con sobrepeso u obesidad se observa con mucha frecuencia que tienen cifras altas de insulina. La insulina elevada, hiperinsulinismo, conduce a la acumulación de grasa; por eso siempre se intenta por todos los medios de bajar esas cifras altas de insulina eliminando el azúcar que estimula su producción y fraccionando la dieta, (cinco veces al día: Desayuno, "medias nueves", almuerzo, "onces" y comida) para evitar ingresos elevados de hidratos de carbono en una sola comida. Todo esto lo puede lograr el ejercicio. Está comprobado que rebaja las cifras de insulina, por tanto actúa favorablemente en la tolerancia al azúcar, ya que hace más efectiva la actividad hipoglicemiante de la insulina, por lo que tiene, hasta cierto punto, un efecto" antidiabético".

Sobre los lípidos, se ha investigado su acción relevante: Incrementa las cifras del colesterol HDL o protector. Por eso en los pacientes que tienen cifras de colesterol total apenas algo por encima de lo normal y que no justifican por tanto el uso de medicamentos hipolimemiantes, la indicación que se les recomienda es practicar actividad física, además de la dieta.

La actividad física reduce el colesterol (LDL) y sobre todo los triglicéridos a los que utiliza como combustible para la actividad muscular. En relación a los sistemas orgánicos se presentan algunos de sus beneficios:

• Mejora la irrigación del corazón, ya que promueve la creación de nuevos vasos colaterales, que son la salvación de un paciente cuando se obstruye una arteria coronaria y el flujo sanguíneo se interrumpe.

• Disminuye el número de latidos por minuto, lo que es definitivamente una estupenda protección para el corazón. Se dice que la vida es tanto más prolongada cuanto menor sea la frecuencia con que late el corazón por minuto. Los corazones de los deportistas entrenados son impresionantemente eficaces y reducen su ritmo enormemente.

• Sobre el aparato respiratorio está claro que lo mejora, lo hace más eficaz, aumenta la capacidad vital respiratoria.

• Aumenta la fuerza y la masa muscular.

• Previene la osteoporosis.

El efecto positivo que tiene la actividad física en el campo psicológico reporta una clara mejoría del estado psicosocial en las personas obesas, se aumenta la autoestima, está comprobado según especialistas y estudiosos que mejora el humor, que mejora la convivencia, motivo por el cual se promocionan las caminatas en grupos que reciben todos los beneficios.

También debe reseñarse que al iniciar la práctica de un plan de ejercicio o una actividad física se logra una relación de cada persona con su propio cuerpo, con su propia imagen y que la búsqueda de mejorar esa imagen repercute favorablemente en una mejoría de su "imagen" psicológica.

La actividad física es una de las mejores terapias contra el aislamiento y la depresión. Pero a la actividad física hay que ir con alegría, hacerlo con gusto para que rinda frutos. Cuando se hace actividad física "por obligación", se convierte en una carga emocional. Por eso tal vez la actividad física rutinaria que hacen las amas de casa por ejemplo, se mueven arriba y abajo todo el día y no rinde tan buenos efectos como cuando se hace una caminata matutina, en un sitio agradable, con flores, mariposas, rayos de sol primaveral, ropa y zapatos cómodos y mejor aún en buena compañía.

Para lograr buenos resultados y un buen nivel de constancia o adherencia al plan de actividad física, deben ser tenidos en cuenta algunos aspectos importantes.

a. Es imprescindible un estudio y examen médico previos, ya que deben ser descartadas enfermedades cardíacas, del hígado, de los riñones o adaptaciones necesarias. Por ejemplo un paciente con pie plano, a quien le guste trotar, debe previamente disponer de plantillas y calzado adecuado y hacerlo en superficies blandas.

b. Intensidad: Se aconseja para un consumo calórico adecuado un sencillo esquema: No sobrepasar la cifra de 220 menos la edad para la frecuencia cardiaca máxima permitida.

c. Tipo de actividad física: Se recomiendan las de tipo dinámico que utilicen grandes grupos musculares de forma continua y repetida, por ejemplo: caminar, trotar y nadar, entre otras.

d. Duración: No hay una opinión unánime entre los especialistas al respecto:

En principio 30 minutos diarios, cinco días por semana. Se debe respetar un ritmo: Fase inicial de estiramiento y preparación, que sirve de "calentamiento"(5 a 10 minutos), actividad física propiamente dicha y tercero: Fase de enfriamiento, también de cinco a diez minutos.

e. El programa debe ser atractivo, practicable y aceptable. El criterio de Gómez

Cuevas (S/A), es que siempre debe comenzar de forma suave.

Antes de iniciar un plan de incremento de la actividad física se deben conocer las experiencias y estudios realizados, lo que ya está comprobado acerca del papel beneficioso del ejercicio en un programa de reducción de peso.

Los aspectos que están suficientemente comprobados y deben tomarse como normas generales están relacionados con la idea de que la actividad física aislada no es aconsejable como terapia única para los problemas de sobrepeso u obesidad, por lo que siempre debe hacer parte de un tratamiento integral, junto con cambios en el estilo de vida y en la alimentación. La actividad física puede asociarse con cualquier otro método ortodoxo en el manejo del sobrepeso o la obesidad.

La actividad física debe ser valorada, no sólo como facilitadora de una reducción de peso inicial, sino fundamentalmente, para mantener el peso perdido con el plan nutricional adecuado y para impedir el retroceso al estado anterior.

La actividad física debe ser tomada en cuenta como una estrategia acertada para lograr el cambio de hábitos, para mejorar la autoestima y como parte de la psicoterapia necesaria en el paciente, posibilitando que llegue lo antes posible al estado deseado y logre sentirse mejor.

El control de peso se consigue a largo plazo. La gente que pierde peso de forma rápida mediante dietas de choque u otras medidas extremas suelen recuperar todas (y, a menudo, más) las libras que perdieron puesto que no cambiaron sus hábitos de forma permanente. Por lo tanto, el mejor plan para controlar el peso es aquél que la persona pueda mantener de por vida.

La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared toráxica puede ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo. La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.

Los enfermos de obesidad padecen de un estado general insatisfactorio: pereza, somnolencia, fatiga rápida, disnea, dolores en la región del corazón y edemas, o sea esta anormalidad puede ocasionar sensibles alteraciones a toda la actividad del organismo, que con mayor frecuencia se reflejan en el sistema cardiovascular, teniendo lugar cambios distróficos del miocardio y el propio corazón se ve precisado a trabajar bajo una carga adicional por la crecida masa corporal.

Todo esto ocasiona insuficiencias circulatorias de primer y segundo grado.

La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos. Los trastornos cutáneos son particularmente frecuentes. Dado que los obesos tienen una superficie corporal escasa con relación a su peso, no pueden eliminar el calor del cuerpo de forma eficiente, por lo que sudan más que las personas delgada. Es frecuente, así mismo, la tumefacción de los pies y los tobillos, causada por la acumulación a este nivel de pequeñas a moderadas cantidades de líquido (edemas).

Sistemas que se ven afectados.

Atendiendo a lo antes señalado, se expondrá una síntesis de las principales complicaciones que puede ocasionar a las personas la obesidad.

Problemas cardiovasculares:

-Taquicardia de esfuerzo.

-Hipertensión arterial.

-Insuficiencia cardiaca.

-Angina de pecho.

Infarto de miocardio.

Arteriosclerosis:

-Causa de trombosis.

-Hemorragias cerebrales.

-Causa frecuente de retinitis.

-Diabetes mellitus tipo II.

Alteraciones metabólicas:

-Hiperglucemia, intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina.

-Hipercolesterolemia.

Problemas respiratorios:

-Aumento de la incidencia de catarros, bronquitis crónica, neumonía.

Problemas osteoarticulares:

-Aplanamiento de la bóveda de la planta del pie.

-Aplanamiento de los cuerpos vertebrales de la columna, con neuralgias y espondilitis deformante.

-Artrosis generalizada: especialmente en rodillas, caderas y columna lumbar.

-Atrofia muscular.

-Gota.

Problemas digestivos:

-Ulcera gastroduodenal.

-Estreñimiento, con frecuentes hemorroides.

-Aumento de la frecuencia de cirrosis hepática.

-Insuficiencia pancreática.

Problemas renales:

-Nefroesclerosis con hipertensión arterial.

-Retención líquida con edemas.

Problemas gonadales:

-Alteraciones menstruales variables.

Problemas sexuales:

-Disminución la libido, frigidez e impotencia (frecuentemente psicológica).

-Compulsividad e impulsividad sexual.

-Problemas de orden físico para realizar el acto sexual.

Problemas psicológicos:

-Miedo e inseguridad personal.

-Pérdida de la autoestima.

-Distorsión de la imagen corporal.

-Tristeza e infelicidad.

-Depresión.

Problemas sociales:

-Angustia por presión social frente a su obesidad.

-Aislamiento social.

-Dificultades para vestir, usar trasportes públicos.

-Sobreprotección familiar.

-Rotura del núcleo familiar o de la pareja.

Mortalidad:

-Incremento de la mortalidad general a consecuencia de las complicaciones, especialmente por enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II y cáncer. (Hay quien considera que cada kilo perdido equivale a 2 años de vida).

?Enfermedades asociadas a la obesidad

Según Duperly (2000) Pág. (27 – 31) las principales enfermedades asociadas a la obesidad son:

Hipertensión arterial: La frecuente asociación entre obesidad e hipertensión arterial ha sido ampliamente documentada. Tanto la presión diastólica como la sistólica se incrementan con el aumento del Índice de Masa Corporal (IMC). Igualmente se ha demostrado que la prevalecía de hipertensión arterial es aproximadamente tres veces mayor en pacientes obesos que en individuos normales.

Adicionalmente, el riesgo de desarrollar hipertensión arterial entre los 20 y los 44 años es cinco a seis veces mayor en individuos obesos. Recientemente se documentó epidemiológicamente el papel adicional del incremento de peso en el aumento del riesgo para hipertensión arterial. Sin embargo parece ser necesaria una predisposición genética relacionada con la regulación endotelial y el eje renina-angiotensina, además de la coexistencia de factores de riesgo como la obesidad para la aparición de la enfermedad.

Diabetes Mellitus tipo II: La acumulación de tejido graso intraabdominal ha demostrado contribuir en forma importante a los trastornos en el metabolismo de los carbohidratos. Es necesario aclarar el papel definitivo de la predisposición genética para el desarrollo de la diabetes. Aunque es innegable la importancia del sobrepeso y la obesidad como factor de riesgo en la aparición de la enfermedad, existe un importante número de individuos que no desarrolla la diabetes a pesar de ser extremadamente obesos. El sobrepeso y la obesidad constituyen, por tanto, un catalizador fundamental pero no una causa obligatoria de diabetes tipo II.

Dislipidemia: La presencia de obesidad no trae consigo un trastorno lipídico definido y aun en casos de obesidad extrema no ha sido posible identificar un fenotipo característico de la obesidad en el perfil de lipoproteínas. Sin embargo, la dislipidemia hace parte de la constelación de trastornos metabólicos asociados a la obesidad, probablemente Etipopatogenia de la obesidad y la influencia del ejercicio físico sobre las manifestaciones de esta enfermedad. Regulados por la insulinorresistencia. Se ha documentado primordialmente una elevación de los triglicéridos asociada a una disminución del colesterol HDL. Esta combinación de alteraciones lipídicas, en especial la disminución en la subfacción HDL-2 con alto poder antiaterogénico, es más marcada entre mayor sea el depósito de tejido adiposo abdominal. La disminución en la actividad de la lipoproteinlipasa a nivel de tejido adiposo glúteo femoral y la elevación de la lipasa hepática para los triglicéridos podrían explicar las alteraciones en el perfil lipídico, frecuentes en la obesidad visceral. La importancia de la dislipidemia en presencia de obesidad se debe analizar a la luz del riesgo cardiovascular asociado.

Hiperuricemia: La obesidad predispone igualmente a alteraciones en el metabolismo del ácido úrico que favorecen la aparición de gota. La distribución androide del tejido adiposo, eleva el riego de padecer artritis gotosa, y se asocia al síndrome de resistencia a la insulina.

Enfermedad cardiovascular: La enfermedad cardiovascular reúne en general a la enfermedad coronaria, la enfermedad cerebro vascular y la enfermedad vascular periférica. Las primeras dos son las principales causas de muerte en las naciones industrializadas y en muchos países en vía de desarrollo como Colombia. La obesidad no sólo predispone a los anteriormente mencionados factores de riesgo, sino que constituye además un factor de riesgo independiente para morbilidad y mortalidad por enfermedad coronaria.

Tanto el estudio de Framingham como el "Nurses Health Study" muestran una correlación positiva entre el IMC y el riesgo de enfermedad coronaria, considerándose el grado de sobrepeso, después de la edad y la dislipidemia, como el tercer factor preeditor de enfermedad coronaria".

Valenzuela (2002,107) hace referencia a afecciones tales como:

Síndrome de apnea del sueño: La apnea del sueño es definida como la interrupción del flujo aéreo durante el dormir por un tiempo igual o superior a 10 segundos, pudiendo ser de tipo obstructiva, central o mixta. En la obesidad, especialmente androide, se presenta con más frecuencia la apnea obstructiva, secundaria a un estrechamiento de las vías respiratorias por grasa periluminal, pudiendo manifestarse por ronquidos, hipoxemia, despertares nocturnos recurrentes, cefalea matinal, incremento del tono simpático, hipertensión pulmonar y sistémica, arritmias cardíacas, hipersomnia diurna, isquemia miocárdica, accidentes cerebro vasculares y eventualmente falla cardiaca derecha.

Colélitiasis: Los cálculos biliares son la principal patología hepatobiliar asociada al sobrepeso, afectando por igual a hombres y mujeres en todos los grupos de edades, ocurriendo con una frecuencia de tres a cuatro veces mayor si se compara con individuos normo peso.

Enfermedades osteoarticulares: El desarrollo con mayor frecuencia de osteoartritis en la obesidad, está plenamente confirmada, afectando con mayor intensidad a rodillas seguida de caderas y articulaciones carpometacarpianas de la mano. Entre sus factores causales destaca la sobrecarga mecánica a la cual están expuestas las articulaciones, que produciría degeneración del cartílago, reduciendo el espacio interarticular, favoreciendo la aparición de esclerosis subcondral, fibrosis y osteolitos. Sin embargo, dado que se afectan también con mayor frecuencia articulaciones que no están sometidas a una sobrecarga mecánica (manos), es posible que otros factores derivados del sobrepeso puedan alterar el cartílago y el metabolismo óseo.

-Cáncer: Los cánceres hormonas dependientes y gastrointestinales son los más frecuentes relacionados a la obesidad. Entre los primeros, destacan en la mujer el cáncer endometrial, ovario y posiblemente mamario (post menopausia), mientras en el hombre lo es el cáncer de próstata. La incrementada incidencia de estos cánceres se relaciona especialmente con la distribución abdominal de grasa, por lo que se piensa que estarían relacionados a los disturbios hormonales que ésta genera. Por su parte, los cánceres gastrointestinales más frecuentes observados son el de colon y vesicular, seguidos por el páncreas e hígado, y en ellos desempeñarían aparentemente un papel importante los factores dietarios, especialmente dietas hipergrasas y bajas en fibras, aunque es difícil de separar de otros factores de riesgo cancerígeno (tabaquismo, edad, historia familiar, grado de obesidad y distribución grasa).

Depresión: Trastorno emocional que se presenta como un estado de abatimiento transitorio o permanente. Presenta un conjunto de síntomas que afectan principalmente la esfera afectiva de la personalidad. Se manifiesta por decaimiento, irritabilidad y disminución del rendimiento en la actividad. (8) Su origen es multifactorial aunque se destacan factores desencadenantes tales como, el estrés, el consumo de determinadas sustancias y factores de predisposición genéticas.

Desórdenes reproductivos y alteraciones hormonales sexuales:

Desde hace mucho tiempo se conoce la relación existente entre grasa corporal y fertilidad, como también que en la obesidad se producen con mayor frecuencia irregularidades menstruales.

La grasa corporal desempeña un papel importante no sólo en el inicio de la menarquia, que es antes en niñas más obesas, sino también en la mantención de las menstruaciones, existiendo una cantidad mínima de grasa corporal (crítica) para que lo anterior ocurra, pero de igual forma los excesos de adiposidad pueden deteriorar la función reproductiva".

1.3 Métodos para el tratamiento de la obesidad

El tratamiento de la obesidad se apoya en cuatros pilares fundamentales:

Educación para la salud: El obeso debe conocer todo lo relacionado con la obesidad, por lo que la información constituye un pilar fundamental. Lo ayudará a comprender su problema y/o erradicarlo adecuadamente.

El apoyo psicológico: Es un aspecto de mucha importancia en el tratamiento de estos pacientes, ya que una gran parte de los obesos son muy ansiosos, y le da más apetito, además es importante descubrir las motivaciones que puede llevar a cada paciente a interesarse por el tratamiento de reducción del peso corporal.

Dieta: Sin ella no hay reducción de peso. La dieta debe ser hipocalórica, calculada para las 24 horas del día, fraccionada en seis comidas, individual, en dependencia del gusto del paciente y su familia, ya que surge de lo que come la familia, solo que reducida en cantidad. Debe ser calculada a razón de 20 calorías por kilogramos de peso ideal.

-Ejercicio físico: Los ejercicios más recomendados para ser realizados por los obesos son los aeróbicos, por consumir mayor cantidad de energía y crear menos productos de desecho nocivos al organismo (como el ácido láctico), así como por utilizar como fuente de energía, además de los carbohidratos, los lípidos. Estos procesos aeróbicos se logran con ejercicios de larga duración, sin ser excesivamente prolongados, efectuados con un ritmo lento o medio y la participación de grandes grupos musculares con esfuerzos dinámicos. Aunque hoy en día el ejercicio con pesas, es un componente importante en el entrenamiento de los obesos ya que hace aumentar el volumen muscular y esto contribuye a mantener un metabolismo basal elevado.

Los ejercicios más recomendados para ser realizados por los obesos son los aeróbicos, por consumir mayor cantidad de energía y crear menos productos de desecho nocivos al organismo (como el ácido láctico), así como por utilizar como fuente de energía, además de los carbohidratos, los lípidos.

Estos procesos aeróbicos se logran con ejercicios de larga duración, sin ser excesivamente prolongados, efectuados con un ritmo lento o medio y la participación de grandes grupos musculares con esfuerzos dinámicos.

Aunque hoy en día el ejercicio con pesas, es un componente importante en el entrenamiento de los obesos ya que hace aumentar el volumen muscular y esto contribuye a mantener un metabolismo basal elevado. Como podemos ver el tratamiento del obeso es multifactorial, aunque fundamentalmente está sustentado sobre la combinación de los dos últimos pilares (dieta – ejercicio).

La combinación de una dieta generalmente hipo energética (adecuada para la constitución y la forma de vida de cada sujeto), acompañada de ejercicios moderados permanentes, es una buena opción en la prevención y tratamiento de la obesidad. El ejercicio no solo conserva sino inclusive aumenta la masa muscular, la combinación de ambos enfoques permite que ni la dieta sea tan estricta ni el ejercicio tan vigoroso, lo cual facilita la permanencia del obeso en el programa de reducción de peso.

La acción terapéutica del ejercicio físico sobre los pacientes obesos se basa en el considerable incremento de los gastos energéticos que influye de manera normalizada sobre todos los tipos de metabolismo, la intensificación de los procesos lipolíticos en los diferentes órganos, el mejoramiento de la función de todos los órganos y sistemas, el incremento del grado de entrenamiento y de la capacidad de trabajo general del enfermo.

El ejercicio físico sistemático aumenta la síntesis de glucógeno en el músculo y en el hígado y disminuye los depósitos de grasa en los adipositos. Los músculos no entrenados durante una carga breve cubren su consumo de energía en lo fundamental por la movilización de la glucosa, en cargas físicas más duraderas, los ácidos grasos libres, aumentan la mayor parte del suministro de energía.

Los ejercicios en condiciones aeróbicas son más convenientes para ser realizados por obesos, por consumir mayor cantidad de energía y crear menos productos de desechos nocivos para el organismo, así como por utilizar como fuente de energía, además de los carbohidratos, los lípidos.

Para el éxito del trabajo con obesos, es necesario tener en cuenta que el programa sea ameno y que a su vez convine varias formas de trabajo para mantener el nivel de satisfacción y la permanencia de los pacientes en el área donde se realiza la actividad.

1.4 Influencia del ejercicio físico sobre las manifestaciones de la obesidad

El ejercicio físico es un componente del estilo de vida que educa, disciplina, desarrolla la voluntad y la persistencia, favorece la autoestima, genera confianza y un auto imagen mas positivo al permitir el logro personal

Se denomina Ejercicio fisco a los actos motores de carácter voluntario, que se ejecutan para dar cumplimiento a las diferentes tareas del deporte y la educación físico, que aunque se denominen activos o voluntarios, todos están determinados por una u otra causa.

No ha sido posible precisar cuándo el ejercicio físico empezó a tener objetivos definidos que respondieran a finalidades concretas, específicamente a fines terapéuticos, sin embargo se conoce que 2000 años, antes de nuestra era a.n.e, se practicaba en China un sistema de ejercicios que ha llegado a nosotros con el nombre de Cong-Fú, y que parece haber sido una institución con organización de tipo patriótico militar, dentro del cual se incluía la aplicación de Masajes, ejercicios respiratorios y articulares que eran recomendados para combatir las enfermedades.

En las culturas occidentales la utilización de los ejercicios físicos con fines terapéuticos tiene sus inicios en la cultura helénica. Los antiguos griegos consideraban a Esculiapo como díos de la medicina y en su honor dedicaban altares que no eran otra cosa que casas de salud, inicialmente dirigidos por sacerdotes, pero a los que poco a poco fueron asociándose practicantes laicos. A varios de estos templos se anexaron gimnasios para realizar los ejercicios prescritos, por lo que los tratamientos recibidos en estos centros no sólo estaban relacionados con métodos espirituales.

La palabra ejercicio aparece a menudo en los trabajos de Hipócrates, fundamentalmente el aspecto higiénico del ejercicio, siendo recomendado por él, para fortalecer los músculos débiles, apresurar la convalecencia y mejorar la actitud mental. En su tratado "De Las Articulaciones" demostró su profundo conocimiento de las relaciones que consideraba existentes entre el movimiento y el músculo. Las palabras más notables que escribió en relación con el ejercicio fueron las dedicadas a la rehabilitación médica, pues los griegos no sólo creyeron en ella, sino que también tenían una palabra para designarla: Analepsia y era prescrito, como ahora, por médicos y monitores de gimnasia.

Para reducir la obesidad, Hipócrates recomendaba las caminatas rápidas y frecuentes así como, aconsejaba precauciones para la realización de ejercicios rigurosos después de un reposo prolongado.

El más grande de la medicina romana Claudio Galeno consideraba que (…) "muchos se han librado de las enfermedades solamente por el deleite (…) así que no incurrir en daños será el primer requisito de todos los ejercicios que se hagan para beneficios al cuerpo…"ii (13) En su libro "DE HIGIENE" clasificó los ejercicios de acuerdo con su vigor, duración, frecuencia y empleó aparatos según la parte del cuerpo que estuviera afectada. "La atención debe centrarse directamente en el cuerpo en ejercicio, y éste debe detenerse en el momento que aparezca cualquier signo adverso… entonces impedir que el ejercicio se complete y ordenarle que se detenga" iii. (14) Otra actividad a la que Galeno dedicó sus mayores alabanzas fue el juego, en tal sentido expresó que "los mejores ejercicios son aquellos que no solamente entrenan el cuerpo, sino que también deleitan la mete. Hay tanto en ellos que pueden incitar la mente, que muchos se han librado de las enfermedades solamente por el deleite…" iv (15)

En la edad media, con el cristianismo, se olvidó la medicina griega y romana la cual fue conservada por los árabes y hebreos, así Rhazes consideraba que "(…) la salud se preserva con una cantidad adecuada de ejercicios y por otros medios no naturales y también por la limpieza del lugar donde vivimos."vi (16) Según Avicena para cada órgano hay un ejercicio y " si los hombres ejercitan sus cuerpos por el movimiento y trabajan el tiempo adecuado, no necesitarán ni médicos ni remedios" vii, (17) mientras que para Isaac Judaeus " nada es más dañino para la regulación de la salud, que la ociosidad." Viii (18)

Desde hace algunos años se recomienda cada vez más la práctica del ejercicio de forma regular. Esto es debido a que el cuerpo humano ha sido diseñado para moverse y requiere por tanto realizar ejercicio físico de forma regular para mantenerse funcional y evitar enfermar. Hipócrates, el maestro de la medicina, dijo: "Lo que se utiliza se desarrolla, lo que no se utiliza se atrofia".A diferencia de las máquinas, que se desgastan, los órganos vivos aumentan su capacidad de adaptación cuanto más usan. (19)

Es universalmente aceptado el hecho de que el ejercicio físico dosificado proporciona un estímulo fisiológico potente para disminuir el peso corporal de las personas a partir de la realización de este de forma prolongada ya que está demostrado que la utilización de los lípidos como fuente de energía ocurre solo en los casos de un esfuerzo muscular prolongado y moderado.

-Beneficios de los Ejercicios Físicos

Realizar diversas actividades físicas en la rutina del hogar. Es muy útil realizar variadas actividades, desde senderismo, ciclismo, caminar hasta la calle, evitar en los tramos cortos ir en un medio de transporte. No es necesario ser un deportista. Buscar otras maneras de hacer ejercicio cambia el sentido de la vida y de la acción diaria: ir a la escuela caminado, subir y bajar las escaleras un par de veces antes del baño por las mañanas, ayudar en el mantenimiento del jardín o dar un paseo hasta la casa de los amigos, nadar en el río o la piscina, en la playa si llegan las vacaciones, dando unas cuantas vueltas a la manzana antes de dormir y después agregar ejercicios que causen placer y los recomendados por el especialista siempre procurando el movimiento agradable y necesario para mejorar. El objetivo es hacer ejercicio aeróbico unos 30-60 minutos de tres a cinco veces por semana, pero se debe comenzar pausadamente.

Expresa la Dra.C. Martha Cañizares. Universalmente es aprobada la tesis de que la práctica de los ejercicios físicos contribuye al bienestar físico y emocional de las personas, (2009 Pág. 214)

El ejercicio físico se puede definir como una acción que involucra la masa muscular y produce una consiguiente elevación del metabolismo energético.

El ser humano está genéticamente preparado para esta función. En la utilización del ejercicio físico como un elemento promocional de salud, debe tomarse en cuenta ciertas consideraciones. En primer lugar, que los conocimientos actuales aportados por la fisiología del ejercicio requieren establecer una diferenciación entre actividad física, ejercicio, o entrenamiento. La actividad física cotidiana o habitual usualmente no permite generar cambios o adaptaciones a nivel de células, órganos o sistemas corporales.

El ejercicio físico o entrenamiento físico es una actividad compuesta por ejercicios dosificados en volumen e intensidad que permiten mejorar los niveles de capacidad funcional del individuo en cuestión.

Como resultado del entrenamiento físico se produce diversas adaptaciones metabólicas que pueden ser ventajosas para el tratamiento de la obesidad en que básicamente el aumento del potencial oxidativa, es decir, la posibilidad de metabolizar grasas e hidratos de carbono de manera aeróbica, produce adaptaciones periféricas muy deseables. Dentro de ellas la más importante es el aumento de la sensibilidad insulínica disminuida al parecer en una alta proporción de las personas obesas. En muchos individuos la asociación entre bajos niveles de ejercicios físicos y resistencia insulínica como resultado de hiperinsulinemia, es el vínculo entre la obesidad, especialmente la de tipo abdominal, con hipertensión, hiperlipidemia y enfermedad coronaria. La normalización del perfil metabólico (glicemia, perfil lipídico, tolerancia a la glucosa y sensibilidad insulínica) que se produce como consecuencia del ejercicio físico, permite la disminución de la morbimortalidad por estas causas.

El ejercicio físico, especialmente el de intensidad moderada, produce un aumento de la sensibilidad a la insulina al comienzo del ejercicio, la lipólisis se incrementa rápidamente en casi tres veces, aumentando de este modo la disponibilidad de ácidos grasos libres. Esto ocurre en todos los sujetos independientemente de su índice de masa corporal (IMC), ya que no se ha encontrado en ello ninguna alteración en este proceso. En la medida que los programas de ejercicio físico moderado facilitan la pérdida de peso, aun ejercicio físico de baja intensidad pueden mejorar la sensibilidad a la insulina a través de la pérdida de grasa corporal. El entrenamiento sistemático aumenta los transportadores de ácidos grasos al interior de las células, y también la densidad y actividad mitocondrial o enzimático oxidativa. Los obesos parecen tener una capacidad disminuida para oxidar grasa en el músculo esquelético, a pesar de que como se mencionara anteriormente, su respuesta lipolítica al ejercicio físico puede ser adecuada.

En sujetos entrenados, el ejercicio físico no solo produce un aumento de la oxidación de las grasas durante la ejecución del mismo, sino además hay un aumento de la oxidación en reposo. Un aumento en la capacidad para oxidar grasas puede ayudar a mantener el balance de este macro nutriente (y en consecuencia mantener el balance de grasa) con una masa grasa menor en individuos con predisposición a aumentar de peso. En individuos obesos aunque la evidencia aun no es concluyente, se ha podido observar en la mayoría de los estudios que la oxidación de grasas no varia como consecuencia del ejercicio de baja intensidad, que es el que por razones obvias se le recomienda a los obesos.

De estas observaciones se desprende la importancia de que en una primera etapa del plan de entrenamiento, el objetivo de este, sea el de aumentar la capacidad física del sujeto obeso, independientemente de la baja de peso y por sobre todo aumentar la tolerancia al esfuerzo, ya que los sujetos sedentarios y obesos dependerán en gran parte de la energía de origen anaeróbico, con la consiguiente formación de ácido láctico, lo que inhibe la glucólisis mediante la acción de este, sobre la enzima reguladora que es la fosfofructokinasa (PFK), y por ende la capacidad de trabajo disminuye. Existen diferencias en cuanto a la capacidad de perdida de peso por medio del ejercicio físico en función del sexo. Los hombres pierden peso con mayor facilidad que las mujeres aún siguiendo programas de ejercicios físicos de igual intensidad y duración. Las posibles explicaciones a este hecho se refieren a un menor efecto del ejercicio físico en la perdida de la grasa fémur-glutial en comparación con la abdominal, ha efectos termogénicos diferentes, y a una ingesta mayor de alimentos en las mujeres en respuesta al ejercicio físico. Según otros autores, la menor perdida de peso en las mujeres se debe no a una menor perdida de grasa, sino a un mayor incremento en la masa magra.

Algunos estudios aseguran que para lograr beneficios, el ejercicio físico debe generar al menos un gasto energético adicional diario de 200 Kcal. De los beneficios más directos que produce el ejercicio físico en individuos obesos, está la disminución de la presión tanto sistólica como diastólica en individuos hipertensos, también normaliza los lípidos sanguíneos, aumentando la HDL y disminuyendo los triglicéridos en los individuos con valores inicialmente altos, y una mejoría significativa de la sensibilidad a la insulina.

Se ha establecido que el ejercicio físico acelera la pérdida de masa grasa durante la restricción dietario, independiente de los cambios en la masa magra.

Dentro de las estrategias para mantener el peso corporal después de haber conseguido una reducción, el ejercicio físico constituye una importante herramienta. Se ha demostrado que un gasto energético de aproximadamente 1500 Kcal. O más por semana, permite mantener disminuciones de peso corporal significativas al cabo de 2 años.

Junto a una restricción dietario, el componente fundamental en el tratamiento de la obesidad es el ejercicio físico, siempre y cuando sea llevado a cabo de una manera dosificada, sistemática y con cargas de trabajo adecuadas a la condición física de cada paciente obeso. La evidencia muestra que un balance energético negativo mantenido por varios meses, donde se incluye un aumento del gasto energético, es mucho más efectivo en disminuir la grasa corporal. Para lograr los beneficios mencionados el ejercicio físico debiera generar al menos un gasto energético adicional diario de aproximadamente 200Kcal., o que equivale aproximadamente a caminar unos tres kilómetros, a paso normal.

La mujer debe hacer ejercicios físicos desde edades tempranas y gastar al menos 2500Kcal en ejercicio físico a la semana. El entrenamiento físico debe permitir realizar ejercicios físicos aeróbicos por periodos prolongados (35 a 60 min.), sin sensación de fatiga, mejorando la capacidad física de trabajo, y puede incluir una pequeña participación anaeróbica, para incrementar la masa muscular. En estas condiciones, en los primeros 30 minutos, el 50 por ciento de la energía proviene de los ácidos grasos, alcanzando a los 120 minutos el 80 por ciento.

La frecuencia ideal con que se debe realizar ejercicio físico es entre 3 y 5 veces a la semana, y nunca inferior a 3 veces por semana. La gran mayoría de los estudios indican que al cabo de varias semanas de haber comenzado un entrenamiento de resistencia aeróbica, o de fuerza muscular, se observa una disminución significativa de la cantidad de grasa del cuerpo (aunque esto es más evidente cuando se combina ejercicio físico y dieta). Por lo tanto, se puede concluir que una gran parte del aumento de la grasa del cuerpo que se observa entre los 20 y los 50 años de edad en hombres y mujeres, se puede evitar haciendo ejercicio físico de modo frecuente.

En las personas obesas se deben manejar cargas de trabajo que mejoren la calidad de las estructuras musculares y articulares, lo que implica ejercicios físicos de sobrecarga o con pesos adicionales sobre diversas palancas, que permiten a su vez optimizar el entrenamiento físico. Ross y colaboradores, evaluaron los efectos de restricción de energía y ejercicios de resistencia sobre el tejido magro, el músculo esquelético y el tejido adiposo en mujeres obesas. Los hallazgos dieron evidencias de que los tejidos magros y en particular el músculo esquelético se preservaron, mientras que la adiposidad se redujo sustancialmente como respuesta a la pérdida de peso indicada por la combinación de los ejercicios de resistencia y la restricción moderada de energía.

Según Kempen, K. P., la adición de ejercicio físico moderado a un programa de restricción de energía en mujeres obesas, tiene ventajas con respecto a los cambios de composición corporal, el gasto de energía y la utilización de sustratos.

Se especula que en los individuos susceptibles, el bajo gasto de energía física, son parte de un rango de mecanismos disponibles para suministrar una energía adicional para la rápida recuperación de peso corporal.

Se destaca el estudio hecho por Marks, B. I. y colaboradores, el cual examinó cuál combinación de dieta más ejercicio físico podía mantener la masa libre de grasa. Los resultados del trabajo sugieren que niveles moderados de restricción de calorías, ejercicio físico aeróbico y/o entrenamiento de resistencia, son igualmente efectivos en mantener la masa libre de grasa mientras se estimula la pérdida de grasa corporal.

En el trabajo con individuos obesos, es importante el desarrollo de la resistencia aeróbica por su influencia en la reducción del peso corporal y el desarrollo del sistema cardiorrespiratorio. Se entiende por resistencia aeróbica a la capacidad de resistir a la fatiga en los esfuerzos de larga duración e intensidad baja-moderada.

Importancia de la actividad física en la vida moderna.

La respuesta del organismo al ejercicio físico varia considerablemente de una persona a otra, ello depende de la edad, el sexo, el estado de salud y el grado de preparación anterior que tenga el practicante de Cultura Física. En la medida que aumenta la edad también lo hace la capacidad de trabajo, luego de la segunda década de vida este comienza a disminuir tanto en los hombres como en las mujeres, por otra parte los hombres tienen una mayor capacidad de trabajo que las mujeres en casi todos los grupos etarios. La realización de ejercicios físicos provoca en el organismo humano cambios como:

.Incrementa la capacidad de trabajo.

• Disminuye la frecuencia cardiaca en reposo.

• Incrementa el volumen sistólico.

• Disminuye la alteración de la frecuencia cardiaca ante una carga estándar.

• Permite una recuperación más rápida.

Se ha comprobado que el llevar una vida físicamente activa produce numerosos beneficios tanto físicos como psicológicos para la salud.

-Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.

-Reduce el riesgo de muerte prematura.

-Previene y o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.

-Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).

-Disminuye el riesgo de padecer diabetes no insulina dependiente.

-Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer (colon, mama).

-Ayuda a controlar el peso corporal disminuyendo el riesgo de obesidad hasta un 50%.

-Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.

-Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones, por lo que puede ser beneficiosa para la artrosis.

-Ayuda a conciliar y mejorar la calidad el sueño.

-Mejora la imagen personal.

-Ayuda a liberar tensiones, mejora el manejo del estrés, la ansiedad, la depresión y los sentimientos de soledad.

-Ayuda a combatir, mejorar los síntomas de la ansiedad, la depresión, aumenta el entusiasmo y el optimismo.

-En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente.

-Disminuye el riesgo de padecer dolores lumbares y de espalda.

-Incrementa el funcionamiento del sistema cardiovascular y respiratorio para mejorar la perfusión tisular y por ende el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos.

-Opera cambios en la mente del hombre hacia direcciones más positivas independientemente de cualquier efecto curativo. Un programa de ejercicio adecuado fortalece la psiquis humana.

-Aumenta la circulación cerebral, lo que hace al individuo más despierto, alerta, y mejora los procesos del pensamiento.

-Prolonga el tiempo socialmente útil del hombre así como al mejorar su capacidad física muscular eleva sus niveles productivos, por lo que retarda los cambios de la vejez. Asegura una mayor capacidad de trabajo y ayuda al aseguramiento de la longevidad.

Los ejercicios más recomendados para ser realizados por los obesos son los aeróbicos, por consumir mayor cantidad de energía y crear menos productos de desecho nocivos al organismo (como el ácido láctico), así como por utilizar como fuente de energía, además de los carbohidratos, los lípidos.

Aspectos importantes a tener en cuenta por las personas obesas durante el tratamiento

El paciente obeso debe convencer a su familia y tratar de convertir su dolencia en un asunto familiar buscando apoyo y colaboración. Debe recabar apoyo de todos en el hogar y si es posible, que hagan cambios en la dieta o el estilo de vida que puedan beneficiar a toda la familia. Los adolescentes que cuentan con el apoyo familiar tienden a obtener mejores resultados con los programas de control de peso. Debe tener en cuenta el convencer de forma cordial y aglutinando a los demás en torno al problema de salud para mejorar los hábitos alimentarios para una vida sana.

Es recomendable beber mucha agua u otras bebidas sin azúcar para saciar la sed y evitar los jugos y las sodas azucaradas. También es buena idea cambiar de la leche entera a la descremada o semidescremada y vigilar en especial los líquidos que se ingieren. Es alta la cantidad de calorías extra que pueden contener los jugos y otras bebidas que se toman a diario.

Las clases de cultura física terapéutica contemplan los siguientes fines:

-Contribuir a la disminución del peso corporal.

-Mejorar las funciones de los sistemas cardiovascular, respiratorio y locomotor.

-Incrementar la capacidad del trabajo general.

-Liquidar las alteraciones que acompañan a la obesidad o disminuir sus grados de manifestación.

El carácter terapéutico de los ejercicios físicos está condicionado en la obesidad por la estimulación y normalización del metabolismo de los carbohidratos, los lípidos y las proteínas.

Las actividades físicas sistemáticas:

-Contribuyen a la disminución de peso corporal.

-Ayudan a liquidar las alteraciones que acompañan a la obesidad o disminuir su grado.

-Aumentan la síntesis de glucógeno en el músculo, el hígado y disminuye los depósitos de grasa.

-Mejoran las funciones de los sistemas cardiovasculares, respiratorios y locomotores.

-Incrementan la capacidad de trabajo general.

La acción terapéutica del ejercicio físico sobre los pacientes obesos se basa en el considerable incremento de los gastos energéticos que influye de manera normalizada sobre todos los tipos de metabolismo, la intensificación de los procesos lipolíticos en los diferentes órganos, el mejoramiento de la función de todos los órganos y sistemas, el incremento del grado de entrenamiento y de la capacidad de trabajo general del enfermo.

La respuesta del organismo al ejercicio físico varia considerablemente de una persona a otra, ello depende de la edad, el sexo, el estado de salud y el grado de preparación anterior que tenga el practicante de Cultura Física. En la medida que aumenta la edad también lo hace la capacidad de trabajo, luego de la segunda década de vida este comienza a disminuir tanto en los hombres como en las mujeres, por otra parte los hombres tienen una mayor capacidad de trabajo que las mujeres en casi todos los grupos etarios.

La utilización de los ejercicios físicos terapéuticos ha tenido un largo proceso evolutivo, cuyo comienzo se pierde en los anales de la historia, que refleja el desarrollo del pensamiento científico del hombre. El mayor desarrollo social siempre ha condicionado una mayor utilización de los ejercicios físicos para mantener la salud del hombre de allí que mientras mayor nivel de salud se alcanza, más necesaria es la utilización de los diferentes métodos terapéuticos, incluidos los ejercicios físicos, para lograr mayores niveles de salud, de allí la interdependencia entre el desarrollo alcanzado por el hombre, incluyendo el social, y el alcanzado por la cultura física terapéutica. No parece lógico que una forma de tratamiento de tal antigüedad y utilidad y de probada eficacia como los ejercicios terapéuticos pueda ser pronto abandonada.

Rehabilitación en una palabra del siglo XX que en el campo de la medicina física ha pasado a designar cualquier tipo de tratamiento físico incluyendo los ejercicios físicos. Creemos que un día, cuando los médicos tengan una comprensión total de los razonamientos, técnicas, objetivos y limitaciones del movimiento prescrito, no se ocultarán tras vagos comodines sino que ordenarán explícitamente ejercicios físicos terapéuticos.

Conclusiones del capítulo I.

En este capítulo se analizaron los antecedentes históricos y los fundamentos teóricos en los cuales se sustenta el trabajo de la Cultura Física en su función de promoción de salud a través de los ejercicios físicos, a partir de los grupos de crónicas no trasmisibles desde el contexto comunitario, con un carácter socializador que lo hace ser más humanista, más integrador y más desarrollador.

Después de analizar los antecedentes históricos y los fundamentos teóricos se está en condiciones de abordar la propuesta de actividades aeróbicas para atenuar la obesidad en féminas de 25 a 30 años desde el contexto comunitario en la circunscripción nº 51 de Colombia- Las Tunas.

Relacionado con la base de los fundamentos teóricos y metodológicos que abordan las actividades de ejercicios aeróbicos y la aplicación de estas en los grupos de obesos, se asume que este concepto alcanza no sólo el desarrollo de capacidades físicas y habilidades motrices, sino que además lleva incluido la formación integral y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.

CAPÍTULO II: ACTIVIDADES AERÓBICAS PARA ATENUAR LA OBESIDAD EN FÉMINAS DE 25-30 AÑOS DE EDAD, DEDE EL CONTEXTO COMUNITARIO EN LA CIRCUNSCRIPCIÓN Nº 51 DE COLOMBIA-LAS TUNAS.

En este capítulo se precisa lo relacionado con las actividades aeróbicas para atenuar la obesidad en mujeres de 25 a 30 años de edad desde el contexto comunitario en la circunscripcion nº 51 de este municipio. Se continúa con la fundamentación del diagnóstico final donde se verifica la efectividad de la solución del problema científico.

2.1 Análisis de diferentes programas de ejercicios físicos para el tratamiento de la obesidad

Para ello se utiliza el método cualitativo indirecto análisis de documentos lo que permitió determinar cuales son los principales elementos que caracterizan los tratamientos y que permitieron confeccionar el que se propone, los resultados de la aplicación de dicho método se expone a continuación:

El programa realizado por el Dr. Gómez Cuevas (S/A) que se puede observar como anexo 2, cuenta con un total de 25 semanas divididas de la siguiente manera, las primeras 4 semanas se realizará una caminata de 1,500 metros en tiempo de 15 a 20 minutos, de la semana 4 a la 10 se realizará caminata/trote de 2,500 metros de 15 a 25 minutos, de la semana, de la semana 10 a la 20 se realizará trote de 3,000 a 4,000 metros de 20 a 30 minutos y de la semana 20 a la 25 trote de 4,000 a 4,500 metros y de 30 a 40 minutos.

Por lo explicado anteriormente este programa no puede ser aplicado en el tratamiento de las mujeres obesas de la circunscripción nº 51, porque este no cuenta con la atención individualizada de las pacientes que sufren de otras enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, asma, otras. El cual debería de contar con indicaciones metodológicas para cada una de las enfermedades antes mencionadas debido a que cada una de ellas se manifiestan con diferentes síntomas como respuesta del ejercicio y a su vez no tiene en cuenta el tipo de obesidad que padecen por lo que no se les puede aplicar los mismos ejercicios con la misma intensidad porque lo que puede llevarlos a una ejecución incorrecta de los ejercicios provocándole diferentes dolencias y lesiones, tampoco tiene en cuenta la combinación de ejercicios necesarios que es uno de los aspectos de mayor peso para mantener el nivel de motivación y satisfacción del paciente y así de esa manera lograr nuestro objetivo principal, ya que el solo cuenta con 2 ejercicios que son (trote y caminata), no especifica el trabajo de otras capacidades físicas tales como (coordinación, flexibilidad, fuerza,) que son muy importantes para este tratamiento, otro aspecto importante del que carece es el horario en el que se debe realizar la actividad física recordando que es recomendable la práctica del ejercicio en horarios donde el sol no esté tan fuerte, también debe contar con un aspecto fundamental la alimentación para poder obtener resultados favorables.

Mientras que el programa que se utiliza en nuestro país incluido en el anexo 1, tiene las siguientes características:

Este programa está dividido en tres etapas para mejorar el tratamiento rehabilitador de las pacientes obesas las cuales son:

1. Etapa de adaptación: Esta cuenta con una duración de 4 semanas que es el inicio del programa con una frecuencia de 4-5 veces por semana con una duración de 30 a 60 minutos donde las capacidades físicas a desarrollar son resistencia general, coordinación y amplitud articular y que tiene como objetivo fundamental transitar del estado sedentario en que se encuentran los obesos a la etapa de intervención, posibilitando una adaptación del organismo de los pacientes a la actividad física.

2. Etapa de intervención: Este cuenta con una duración de 2 a 3 meses con una frecuencia de 5-6 veces por semana con duración de 60 a 120 minutos en cada sesión y las capacidades físicas a desarrollar son: resistencia general, fuerza a la resistencia, coordinación y amplitud articular, esta etapa tiene como objetivo fundamental disminuir el peso graso de las pacientes, acercándolo al peso saludable ya que en esta etapa es donde se van a incrementar las cargas de esfuerzo y desde el punto de vista metodológico el paciente aprenderá lo relacionado con su enfermedad y el tratamiento a seguir en cada caso.

3. Etapa de mantenimiento: Este cuenta con una duración de toda la vida con frecuencias de 3 a 4 veces por semana con una duración de 50 a 60 minutos en cada sesión y las capacidades físicas a desarrollar son resistencia general, fuerza a la resistencia, coordinación, y amplitud articular, esta etapa tiene como objetivo fundamental mantener el peso y la condición física alcanzada en la etapa de intervención.

Consideramos que este programa tiene múltiples aspectos positivos tales como la división del mismo en tres etapas lo cual favorece a estas féminas a una mejor adaptación a las cargas llevándolas de lo más simple a lo más complejo, También se consideran favorables el tiempo de duración de cada sesión y las frecuencias semanales las cuales favorecen a la disminución del peso corporal.

Un aspecto negativo que se puede analizar es que no se toman en cuenta en este programa la atención individualizada a las personas que padecen de otras enfermedades asociadas a la obesidad, al igual que el tipo de obesidad por lo que eso puede afectar en el desarrollo de los ejercicios. En la segunda etapa no es seguro de que todas las pacientes pueden bajar el peso necesario o incluso habrán casos en que sea muy poco el peso que logren bajar por lo que deben de especificar que a estas personas se les debe de ampliar el tiempo en dicha etapa ya que todas no tienen la misma capacidad para poder asimilar los ejercicios propuestos. Por ello algunas no podrán avanzar a la 3ra etapa que es la de mantenimiento.

2.2 Diagnóstico y caracterización de la muestra

La Circunscripción nº 51 se encuentra ubicada en el Consejo Popular nº 1, al norte del área urbana del municipio Colombia, forma parte del reparto Borbollón, limita al norte con el asentamiento poblacional El Sao, al sur con el reparto El Triángulo, al este con el reparto Alba Flores y al oeste con la Circunscripcion Nº 16. El nivel escolar predominante es el nivel medio, con una diversidad de oficios predominando el agrícola.

Partes: 1, 2, 3
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