Cacería del oso andino en el Perú (página 3)
"Cuando el oso no consume alimentos vegetales, que consisten en preferencia de una pandanáceae (Phytelephas), persigue corzos, jabalíes o mata a los bueyes que mueven los rodillos de los trapiches y hasta ataca a viajeros solitarios" (Tschudi 1838-1842).
"Este oso generalmente se alimenta con vegetales, pero oí una vez ha probado la carne se ceba de tal modo, que se convierte en azote de las haciendas, llevándose los animales de cría para devorarlos (Acosta 1849).
5.2 Uso de las partes del oso andino En su estudio "Supersticiones y Medicina Quechuas", Cavero (1988) señala que desde la época de los incas, los Qallahuayas usaban grasa y fragmentos del oso, entre otros animales, para curar enfermedades. Sin embargo, Cobo (siglo XVI, publicado en 1890) en su obra "Historia del Nuevo Mundo" en la que hizo una recopilación de la medicina tradicional en el Perú, no menciona ninguna aplicación médica de las partes del oso. Sólo se conocen aplicaciones específicas y detalladas de las partes del oso en la medicina tradicional a partir del trabajo de Valdizán & Maldonado (1922) "La Medicina Popular Peruana":
"La carne de este animal es muy estimada, por ser eficaz para extinguir el gálico (sífilis); y su piel puesta a los pies, los hace sudar, obrando de este modo el mismo efecto. Usan también su unto (grasa) para suavizar, y ponen expeditos los nervios entumidos, y aun se dice que es útil para soldar relajaciones. La grasa, obtenida como la del cerdo, y conocida con el nombre de sebo de oso, es empleada para dar brillo y fortificar el cabello (Norte); en pomada, en el acné de la cara (Cutervo), y en frotaciones en los dolores reumáticos (Huancayo). La sangre del oso es tomada como un gran tónico y reconstituyente (Hualgayoc). La tintura preparada con los huesos y en frotaciones, se emplea para calmar los dolores reumáticos (Cutervo). La carne se come para combatir la fatiga (Huancayo)".
En base a la información obtenida, es posible que el uso de las partes del oso en la medicina tradicional en el Perú se haya iniciado desde la época de los incas, de forma limitada, usando sólo la grasa y fragmentos de huesos, pero que su aplicación actual, tan variada y generalizada, se haya iniciado posteriormente, a finales del siglo XIX.
Como se puede ver en la Tabla 27, existe una gran diversidad de usos de las diferentes partes del oso andino. En las entrevistas, las unidades de conservación del norte: Laquipampa (16%), Cutervo (12%), Alto Mayo/La Escalera (11%), señalaron más usos de las partes del oso en la medicina tradicional (Figura 127). En un análisis específico sobre el uso de las partes del oso como alimenticio, medicinal, fortalecedor, afrodisíaco y mágico religioso, la grasa es la parte más comúnmente conocida como producto medicinal (17%), la carne (17%) como producto alimenticio, la sangre (9%) como fortalecedor y el hueso peniano (7%) como afrodisíaco. Respecto al uso medicinal de las partes del oso, la grasa es la más conocida con el 26%, seguida de la sangre (15%), hueso y garra (12% cada uno) (Figura 128).
Actualmente, existen comunidades que consumen la carne, vísceras y patas del oso, sin embargo este hecho está más relacionado con la eventualidad de cazar un oso. Algunos de los comentarios de los pobladores fueron: "Normalmente, salimos a "tamiyar" (buscar y cazar animales para consumo) venado y sajino, pero si se nos cruza un oso en el camino, no perdemos la oportunidad y lo cazamos" (Cañachacra, Pasco); "Yo trabajo en la extracción de la "sangre de grado" adentro en el bosque, y cuando vemos un animal grande como el oso, lo cazamos para comer" (Padre Abad, Ucayali); "El Estado no mandaba víveres para el rancho (comida), por eso el jefe del cuartel nos ordenaba ir al bosque a cazar cualquier animal grande, casi siempre cazábamos venado pero a veces encontrábamos oso" (Huancabamba, Cajamarca); "Viajamos a los Chilchos con un grupo de arqueólogos, pero nos perdimos. Después de caminar varios días teníamos mucha hambre, un día vimos un oso y lo cazamos para comerlo" (Chachapoyas, Amazonas). Estos hechos coinciden con la actitud de los hombres del periodo precerámico y periodo inicial, en Colombia y Perú respectivamente, que debido a los pocos restos óseos de oso andino encontrados en los sitios arqueológicos en comparación de otras especies, se puede deducir que la cacería de éste se realizaba de una forma oportunista, sólo cuando los cazadores salían a realizar sus faenas y en el camino observaban un oso (Flores 1975, Peña & Pinto 1996). Sólo en algunas zonas de Mal Paso (Pasco), nos comentaron que siembran maíz para atraer a los osos con en fin de cazarlos y alimentarse de él.
La carne del oso le puede representar una fuente de proteína ocasional (entre 30 y 50 Kg) y adicional a su familia e incluso a la comunidad. Además, al cazarlo eliminan el riesgo de que el oso pueda entrar a sus cultivos o comer algún ganado. Adicionalmente, usan la grasa en la preparación de sus alimentos, ya que ésta puede ser muy abundante por oso, dependiendo de la época, llegando a proveerles 12 litros de aceite o 20 Kg de grasa. Este uso alimenticio también está reportado en otras comunidades dentro del Parque Nacional Huascarán (INRENA 1995) y en otros países como Bolivia (Salazar & Anderson 1990), Ecuador (Flores et al. 2000) y Venezuela (Herrera et al. 1994, Torres et al. 1995).
En el Perú, la grasa también es usada por sus propiedades curativas para el asma, resfrío, dolor de riñones, dolor de cintura, dolor muscular, brillo y fortificación del cabello, susto, fortalecimiento de los huesos y nervios, herpes, dislocaduras, golpes, reumatismo, fracturas, infecciones al hígado, acné y cicatrización de heridas; a su vez, lo usan para que los niños crezcan fuertes y sanos, y los hombres tengan más fuerza. Todos estos usos alimenticios, medicinales, fortalecedores y mágicos-curativos lo han hecho el producto más ampliamente difundido y apreciado por los pobladores. De forma similar, otras culturas han aprovechado la grasa de otros úrsidos, para los indios Norteamericanos, un oso negro les puede proveer de 38 a 57 litros de aceite, que es usado para curar enfermedades, purificar sus almas y alimentación; esto es para ellos, el principal motivo de la cacería del oso (Jiménez 2003). Por otro lado, en la actualidad, algunos restaurantes ubicados en las grandes ciudades de China, Corea y Japón, existe el consumo de la carne y patas de osos como una exquisitez (Mills & Servheen 1994).
"Uno de los animales comunes es el oso, que lo hay en la parte alta del Perú, y en la septentrional, y en muchos países del mundo antiguo, pero en la Luisiana abunda mas que en otras partes: allí se hacen crecidas matanzas de ellos, y el aceyte que se saca de sus mantecas es el que se gasta para condimentar los alimentos. La carne se aprovecha; pero lo principal son las piernas y brazuelos, de que hacen jamones a modo de los del puerco" (Ulloa 1772).
Los huesos en conjunto, también forman parte importante de estas creencias medicinales, sin embargo a diferencia de la grasa, éstos presentan diferentes propiedades curativas dependiendo del tipo de hueso que estén consumiendo. Según los vendedores y pobladores entrevistados, éstos están clasificados en tres grupos, dependiendo de su función. El hueso peniano es usado por los hombres solamente con fines afrodisíacos; el cráneo del oso es usado por los chamanes y curanderos como objeto de atracción de las energías positivas y alejamiento de los malos espíritus, que son los que originan las enfermedades y los "daños" (sesión en la que los chamanes invocan a los "espíritus maleros" para originarles desagracias a una persona). Finalmente, todos los demás huesos (fémur, húmero, radio, escápula, etc.) son usados específicamente como medicinales, principalmente en tratamientos para la artritis, fuerza física, fuente de calcio y fracturas. En Venezuela, se reporta estas mismas propiedades curativas (Herrera et al. 1994), y el uso del hueso peniano como vigorizante sexual (Torres et al. 1995).
Uno de los motivos por los que las personas del campo confían en el uso de las partes de los osos como medicinal, podría deberse a que ellos conocen que el oso se alimenta de plantas que normalmente los campesinos ingieren para curar sus enfermedades.
Al igual que en Venezuela (Herrera et al. 1994, Torres et al. 1995), existen otras partes que son usadas principalmente como amuletos para la atracción de los espíritus benignos, como los dientes, garras y cráneos. En países como Singapur e Indonesia también usan las garras, dientes caninos y piel del oso malayo (Ursus malayanus) como herramientas mágicas para la buena suerte (WSPA 2002b).
5.3 Visión del hombre frente al oso andino En las entrevistas el 85% señaló que existían dos clases de osos, uno "carnívoro agresivo" y otro "vegetariano inofensivo". Al margen de la diferenciación de los hábitos alimenticios del oso por parte de los pobladores, las descripciones de su coloración en relación a su carácter, se diferencia y contradice de área en área. En base a las diversas marcas y coloraciones observadas en el rostro y pecho de las pieles de los osos cazados, cuando los pobladores ven un individuo, lo cazan sin tomar en cuenta las diferencias que ellos resaltan ("oso carnívoro o herbívoro"). La existencia de los tipos de osos, se reportan también desde hace siglos atrás:
"…respecto al mechón de pelo, es seguro que este no podía provenir de un tapir, no de mono ó mico, que no llegan a estas alturas, pero sí podía ser de osos, que no faltan en esta cordillera, como tampoco en las otras dos en las cuales hay dos especies, el negro, que es bastante raro, y el frontino, que es más común y cuyas huellas he visto con frecuencia en la cordillera central, así como palmas abiertas y árboles sajados por este animal, en la proximidad de las colmenas de abejas silvestres. Parece que en la cordillera occidental, este oso es más común que en las otras (Acosta 1849).
Figuras 129. Diferentes marcas en el rostro y pecho del oso andino
Por lo general, lo consideran una especie no agresiva, ya que refieren que existe una mayor población del oso "vegetariano inofensivo" (Figura 130). Sin embargo, acotaron que este oso podía tornarse agresivo,
cuando se encontraba herido de bala, o en caso de ser una hembra, querían quitarle sus crías.
Otras personas comentaron que "el oso es un cristiano", otros incluso lo señalaron como "un amigo" en Yanachaga Chemillén, o como "el hermano mayor" en Megantoni; éste último también ha sido reportado por Shepard & Chicchón (2001) para los Machiguengas que habitan en el lado este de la Cordillera de Vilcabamba.
De forma similar en Colombia, para los nativos U'wa o Tuneba, el oso andino conocido como Manoba, es el "hermano mayor" que siempre los cuida y los acompaña, por ello no los cazan. En la Sierra de Perijá, Venezuela, los pobladores de la etnia Yukpa llaman al oso Mashiramu, quien es hijo de un Yukpa (Tavoukcha) y una mona; éste tiene el cuerpo cubierto de pelos para ocultar su semejanza con el hombre (Torres 2001).
Al igual que en otras regiones del Perú (Weber 1987), la mayoría de las personas (92%) comentaron conocer el cuento del "Oso Raptor", y tener temor de ser raptados. Aunque éste no sea una causal de la cacería del oso, incrementa la imagen negativa hacia la especie. Incluso en algunas zonas como Leimebamba (Amazonas) y Carpish (Huánuco) señalaron que "la osa se lleva a los hombres y el oso a las mujeres". Sin embargo, este no es un cuento reciente, existen crónicas de estas historias como hechos reales, desde hace siglos atrás en diversas comunidades de la costa, sierra y selva:
"Un Obispo de estas tierras Yndias me certificó que auia allado en la Provincia de Carangue (cerca de Quito) una Yndia preñada de un Oso, y la hizo tener en guarda, y pario un monstruo muerto. En la Provincia de Paltas en el Pueblo llamado Numbacola (termino de Loxa) arrebato un Oso una moza (de 15 ó 16 años), y la llevo a unos asperos riscos donde tenia su cueba, y alli la hizo dueña y dejo en cinta, y la pobre moza no podia (ni osaua) bajar de tan arriscado lugar, y tomo por ultimo remedio ajustarse con la voluntad, y modo de vivir de el Oso, y ansi se sustantaua de la carne que el bruto le traia y esta comia cruda como fiera silvestre, vino el tiempo de parir, y fue su parto una criatura muy semejante a racional, y solo desagrado á la barbara madre, un largo rabo que tenia semejante á el de su padre; y enfadada de aquella fealdad quando el Oso era ido á caza, se lo corto como mejor pudo, y en breue murio aquella criatura, por la mucha sangre que le salio la mal avisada madre visto el daño que auia hecho temiendo la cruel venganza que en ella tomaría el Oso se hizo mas animosa de lo que asta alli auia sido, y trepando por entre las peñas se puso en parte donde pudo ver algunos Yndios, y dando boces fue oia, y socorrida, y con sogas la sacaron por la parte de arriba y al cabo el Oso la fue siguiendo por el rastro, y vino a ser muerto por mano de los Yndios" (Cabello de Balboa 1576 – 1587).
"El río que sale de Cochabamba divide estos dos valles, y no es provechoso para sacar acequias por correr casi al fin de él. Crían allí osos muy grandes, que trastornan las mujeres; y ellas, viéndoles, ninguna resistencia hacen" (escrito en 1589 por Lizárraga, publicado en 1916).
"No debe tenerse por fábula lo que cuentan del oso, en cuanto a la inclinación que tiene a las mujeres. Es en este partido a donde abundan (se refiere a Piura), y es crecido el número de pastores, se han experimentado algunas desgracias; pero entre ellas la más notable y digna de admiración es la que se vio en el pueblo de Salas. Esta fue que habiéndose descuidado una india pastora, que apacentaba su ganado cabrío en las inmediaciones donde esta fiera habitaba, recogiendo la infeliz su rebaño, la aprisionó; llevósela violentamente a su cueva, y allí saciaba su brutal apetito con la desdichada. A los cuatro meses se supo de ella; y pasó un gran número de gentes, y entre ellos el Dr. Don Fernando Cortez, cura (que conocí de canónigo en la santa iglesia catedral de Lima), y la sacaron de su opresión y miseria; pero tan destrozada, que murió al tercer día, confesando sus trabajos y desgracias, dando noticia del método y manejo con que la sustentaba, que era llevarle a la gruta todo el bastimento que le era necesario" (Lecuanda 1793).
"El oso robó, una vez, una mujer de los runas. Cargándola se la llevó a una barbacoa entre las ramas del kukindu. La hizo sentar y le sirvió fruta del monte. La pobre mujer, pensando en su marido, estaba llorando de pena. Entonces llegó su marido y la vio arriba. Sin hacer ruido se paró y con su pukuna ¡tiu! lanzó una flecha. Un poco después le clava otro virote ¡fiu! así hasta vaciar su matiri. Ya empezaba el oso a marearse. El runa se fue a cortar dos palos con punta, que prendió al pie del kukindu. Mareado con el veneno ya se bajaba el oso. Topó su nalga en la punta del palo. Sube otra vez. Baja otra vez. Topa su trasero. Sube. Por fin cae muerto a tierra el ukumari. El marido bajó a su mujer y la llevó a casa. Llevaron también la carne del oso, la ahumaron y comieron; era sabroso" (Mercier 1979).
Esta humanización del oso, se debe principalmente a que éste presenta algunas características similares al ser humano, como el pararse en dos piernas, la similitud de algunos huesos y el tipo de dieta omnívora. Esta percepción también se reporta en otras culturas con otras especies de úrsidos (Jiménez 2003).
Como lo señalamos anteriormente, otras personas ven al oso como un animal perjudicial, sin embargo, también hay personas que lo ven con admiración e indiferencia. Estas diversas formas de ver al oso andino se registran desde el periodo inca (aproximadamente 1200 d.C.):
"Otros adoravan una estrella, que llaman Machacuay, a cuyo cargo estan las serpientes y culebras, para que no les hagan mal, como a cargo de otra estrella que se llamaban Chuquichinchay, que es vn Tygre a cuyo cargo estan los tygres, ossos, y leones. Y generalmente de todos los animales, y aves que ay en la tierra, creyeron q uviesse un semejante en el cielo, a cuyo cargo estava su procreación y augmento, y assi tenian cuenta con diversas estrellas…" (Acosta 1590) "A este tono qualquier cosa que tenga estrañeza entre las de su genero, les parecia que tenia divinidad, hasta hazer esto con pedrezuelas y metales, y aun rayzes y frutos de la tierra, como en las rayzes que llaman Papas… Adoraban también ossos, leones, tygres, y culebras porque no les hagan mal. Y como son tales sus dioses, asi son donosas las cosas que les ofrecen, quando los adoran" (Acosta 1590).
"Las tribus pre-incas adoraron a este animal por su fiereza y teníanle por dios" (Garcilaso de la Vega 1609).
"Adoravan la piedra esmeralda, particularmente en una provincia que hoy llaman Puerto Viejo; no adoravan diamantes ni rubíes porque no los huvo en aquella tierra. En lugar dello adoraron diversos animales, a unos por su fiereza, como al tigre, león y osso, y, por esta causa, teniéndolos por dioses, si acaso los topavan, no huían dellos, sino que se echavan en el suelo a adorarles y se dexavan matar y comer sin huir ni hazer defensa alguna" (Garcilaso de la Vega 1609).
"… Los incas reunían anualmente a unos 25,000 ó 30,000 indios, que tenían la tarea de conducir a todos los animales silvestres en un contorno de 20 a 25 millas a un chaco inmenso. En el círculo, que se ajustaba cada vez más, se duplicaban o cuadruplicaban las filas de los indios, de tal manera que ningún animal tenía la oportunidad de escaparse. Los nocivos, como los osos, los pumas y zorros fueron muertos sin excepción; de los ciervos, corzos, vicuñas y guanacos se sacrificaba un cierto número" (Garcilaso de la Vega 1609).
"… Primer castigo de este reino. Castigos y prisiones y cárceles de los Ingas para la justicia que tenían en este reino para el castigo de los malos, zankay, cárceles de los traidores y de grandes delitos como de la Inquisición; zancay, debajo de la tierra hecho bóveda, muy oscura, dentro criado serpientes, culebras ponzoñosas, animales de leones y tigre, oso, zorra, perros, gatos de monte, buitre, águila, lechuzas, sapo, lagartos. De estos animales tenían muy muchos para castigar a los bellacos y malhechores delincuentes, auca, iscaysongo, suua uachoc, hanpioc, incacipcicac, apuscachac; a estos dichos le metían, hatun huchayoc, para que lo comiesen vivo…" (Guaman Poma de Ayala 1613, Figura 134).
Figura 134. Castigo para los traidores en la época inca
(A principios del siglo XX) "… En una de sus visitas que hacía en Huancabamba, obligadamente tenía que atravesar El Chaupe nombre muy antiguo; circunstancia en que de un árbol saltó hacia el camino el oso juguetón. Lo vio a la distancia ponerse en dos patas y caminar lentamente hacia él. Relata que la mula muy dócil y ligera, dio media vuelta y a todo galope retrocedió a fin de encontrar al guía quien se había retrasado. Su informe, lo calmó. ¡Señor Duda, no tema! El oso de los ojos blancos es juguetón, es más, él no se alimenta de carne, se alimenta de los frutos del árbol de romerillo… En el blasón, el león es símbolo de nobleza y de poderío, por lo que los nativos, una vez que tuvieron a su disposición el arma de fuego, no la utilizaron para cazar el oso, el león, el tigre, para ellos constituía una cobardía y una crueldad. La caza debería hacerse con cerbatana, usando flechas envenenadas, dardos que daban una muerte dulce sin derramamiento de sangre, digo dulce para comenzar con un ligero adormecimiento y sueño. Se tenía por dignas majestades silvestres. Transcurren los años, la tradición permite olvidar las costumbres y el arma de fuego hirió indiscriminadamente aún a los cachorros" (Duda 1993).
"En el cerro Galleras vive el oso ukumari. Al canto de los barrancos come cogollos de palmera. Cuando está así comiendo, no hay que molestarle. Tenemos que pasar calladitos. Subir ese cerro es peligroso. El oso tiene la costumbre de cortar ramas y de wicopear a la gente para matarla. Una vez, la wangana anduvo por el camino del oso. Este se enfureció, siguió la manada y mató a toditas. Ahí están amontonadas las wanganas. Al pasar los Avila-runas, se aprovecharon y se llevaron todo ese mitayo. Por los ríos Pukunu y Wataraku, en los cerros vive el oso. En la cabecera del Sunu está el Sumaku, un cerro bien alto, un volcán peligroso. Se ve la candela, el humo en la cumbre. Por estos cerros no hay árboles sólo hierba" (Mercier 1979).
Figura 135. Un Napu-Runa armado de su pukuna (objeto con que dispara las flechas) y matiri (donde lleva sus flechas envenenadas) para cazar un oso
5.4 Venta de las partes del oso andino en los mercados De los 45 mercados visitados (ubicados en los 24 departamentos), se encontró la venta de individuos, partes de oso andino y "frotación de oso" en 60% de éstos (27 mercados en 14 departamentos), de los cuales el 23% se ubicaron en Lima y el 20% en Lambayeque (Figura 140). El mercado visitado en Lima, conocido como "La Parada", es uno de los principales centros de acopio de todo tipo de productos en el Perú. Según los vendedores, los dos mercadillos "Hierba Santa 1 y 2" que contienen aproximadamente 100 puestos de venta de productos de medicina tradicional abastecen a su vez a las tiendas más pequeñas distribuidas principalmente en la capital y a los chamanes y curanderos más famosos del país.
Sin embargo, Lima presenta el 42% de la venta total de la "frotación de oso" y sólo el 4% de partes de oso original. En Lambayeque ocurre lo contrario, encontrando allí el 33% del total de partes de oso genuinas y sólo el 3% de "frotación de oso" (Figura 141). Lambayeque, además de presentar una población silvestre de oso andino distribuido en el bosque seco tropical y bosque montano, tiene una larga historia de caza (Baca 1957), además allí confluyen las principales vías de acceso de los departamentos de la selva norte: Amazonas, San Martín y Cajamarca (Figura 142), donde también existe una importante población de esta especie; por ello los vendedores de Lambayeque presentan principalmente partes de osos genuinas, de las que se van abasteciendo cada cierto tiempo.
En general, los mercados ubicados en los departamentos de la zona norte (Lambayeque, Piura, San Martín y Cajamarca) presentan una mayor venta de partes de oso genuinas, este resultado también coincide con las áreas donde las personas entrevistadas señalaron conocer una gran cantidad de propiedades (medicinal, alimenticio, afrodisíaco y amuleto) como Laquipampa (Lambayeque), Cutervo (Cajamarca), Alto Mayo/La Escalera (San Martín) y comunidades de Piura; y en donde se comprobó que existe una gran influencia de los chamanes en la medicina folklórica, que usan partes de animales en sus "curaciones".
La "frotación de oso" fue el producto más comúnmente encontrado en los mercados visitados (38%), siguiéndole la grasa natural (17%), las patas (14%) y piel (10%) (Figura 143). En el "Mercado de brujos" de La Paz (Bolivia), se encontró la venta de grasa de oso (se desconoce el peso) a US$ 2.3 (S/. 6.9) (Paisley 2001); en Perú, 10 ml de aceite puede costar entre US$ 0.45 y 3 (S/. 1.35 y 9). Cada garra tuvo un precio de US$ 1.5 a 14.5 (S/. 4.5 a 43.5), dependiendo del tamaño, y la pata completa tenía un valor entre US$ 4.35 y 17.4 (S/. 13.05 y 52.2). No se tienen costos de garras de oso andino en otras regiones, pero WSPA (2002b) reporta la venta de garras de oso malayo en Singapur entre US$ 1.4 y 6.6 (S/. 4.2 y 19.8), patas a US$ 11.1 (S/. 33.3) y dientes caninos a US$ 2.2 a 11 (S/. 6.6 a 33).
La carne de oso sólo fue ofrecida para su venta en el mercado de Chiclayo (Lambayeque) y de Sullana (Piura), con un costo entre US$ 8.5 y 10 (S/. 25.5 y 30); sin embargo, ésta hay que solicitarla con días o semanas de anticipación y asegurar su compra por medio de un adelanto en el pago. En la Feria de Oyotún (Lambayeque) también se reporta eventualmente la venta de la carne de oso, pero ya que ésta es vendida directamente por el cazador, el costo es de US$ 1.7 (S/. 5.1).
En Indonesia, una porción de sopa hecha con patas de oso (malayo o negro asiático) para 10 personas tiene un costo de US$ 220.2 (S/. 660.6) (WSPA 2002b), en algunos casos deben hacer el pedido con 15 días de anticipación.
Productos elaborados en base a la grasa de oso "frotación de oso" A diferencia de los países asiáticos donde se elaboran diversos productos en base a la bilis y vesícula biliar, en el Perú sólo se encontró una crema medicinal conocida como "frotación de oso", que es un producto común entre la medicina tradicional peruana. En la mayoría de los casos se ha podido verificar que sus registros de inscripción son falsos. De las 16 diferentes presentaciones, el 81.2% no lleva ningún registro según la ley peruana o el que señala es falso, y el 18.8% se ha verificado su registro (Superintendencia Nacional de Administración Tributaria – SUNAT, http://www.sunat.gob.pe). De las tres empresas registradas, dos de ellas se encuentran en Lima. Es de esperar que estos productos sean elaborados en la capital y luego repartidos a otras áreas del país.
A excepción de uno, éstos productos señalan que su componente principal es la grasa de oso, sin embargo, el bajo costo (15 gr a US$ 0.15-0.9 (S/. 0.5 – 2.7)) y las características físicas que presenta (color, olor, textura), los muestra como falsos. El producto elaborado por Laboratorios La Salud, vendido como "frotación de oso", contiene en sus componentes alcanfor, mentol, salicilato de metilo y excipientes, y presenta las mismas características que las cremas que señalan que contienen grasa de oso, mula, culebra e iguana. Todos estos productos, al igual que la "frotación de oso", dicen curar problemas de huesos, enfermedades bronquiales, golpes y dolores musculares.
Todo esto indica que la "frotación de oso" usa el nombre del oso como un "gancho", debido a la gran fama como medicinal que tiene la grasa del oso al natural. Además de los bajos costos de su adquisición, la gran demanda de la "frotación de oso", se debe a la amplia lista de enfermedades que cura, entre las que destacan los problemas en las vías respiratorias. Al respecto, según el Ministerio de Salud (http://www.minsa.gob.pe), las infecciones de las vías respiratorias es justamente una de las principales causales de mortalidad en el Perú con el 30%.
Es posible que la "frotación de oso" ocasione algún tipo de disminución del dolor, debido a que entre sus componentes principales está en salicilato de metilo, que es un éster que se emplea como agente aromatizante y que se absorbe a través de la piel, hidrolizándose y transformándose a ácido salicílico, el cual actúa como analgésico. Además, contiene extracto de árnica, que tiene propiedades de antiséptico, astringente, antiinflamatorio, anticoagulante y estimulador de la circulación; y posiblemente contenga extractos de otras plantas con propiedades antiinflamatorias. Sin embargo, su uso podría ser contraproducente para la persona que presenta alguna enfermedad, porque lejos de curarla, la "frotación de oso" sería sólo un paliativo.
Tabla 32. Relación de productos conocidos como "Frotación de oso" en el mercado peruano
Venta de vesícula de oso andino A comparación de algunos países de Asia y Norteamérica en donde existe una gran demanda de la bilis de oso y productos derivados, en los mercados que se visitaron sólo se encontró una vesícula deshidratada a la venta, a partir de lo cual se puede concluir que no es un producto que tenga una demanda importante. Esto queda corroborado con los resultados de las entrevistas a los pobladores, ya que sólo tres personas (Alto Mayo/La Escalera, Calipuy y Laquipampa) indicaron usar la bilis para curar alguna enfermedad (epilepsia, ataques cardiacos y paludismo).
En cuanto a la exportación de la vesícula biliar de oso andino a países asiáticos, este hecho necesita una investigación más detallada, ya que sólo se conoce dos reportes no verificados (Amazonas y Cusco); pero eso no significa que no puedan existir más casos1, ya que se conoce que en Ecuador, cazadores locales vendieron vesículas biliares de oso a turistas coreanos a US $150 (S/. 450) cada una (WSPA 2002a).
1 Por ejemplo, el año 2004 compradores coreanos contrataron pescadores para la cacería de lobo marino chusco (Otaria byronia), con el fin de extraerles el hueso peniano. Este hecho recién se hizo de conocimiento público a raíz de que se encontraron una gran cantidad de cadáveres en las orillas de una isla cercana a las costas del departamento de Ica, varios años después.
De los casos reportados de la venta de vesículas, sólo en dos de ellos se pudo conocer los precios de las mismas. Éstos fueron muy variables (US$ 5.8 (S/. 17.4) en Lambayeque y US$ 580 (S/. 1740) en Cusco), como sucede también en otros países con gran demanda (Figura 145). Una posible explicación sería que en algunas ocasiones se venden vesículas de cerdo o vaca como si fueran de oso, ya que son similares (Highley & Chang 1994, Chestin 1998).
Figura 146. Movimiento del comercio de la vesícula biliar de oso (Complementado de WSPA 2002a)
5.5 Venta de individuos En todos los casos registrados sobre la venta de individuos (mercados y comunidades), éstos se hicieron directamente por el cazador; a excepción de uno, todos los osos correspondían a oseznos menores del año de edad. Los precios se mostraron muy variables: Arequipa US$ 1000 (S/. 3000), Mochumí (Lambayeque) US$ 500 (S/. 1500), Motupe (Lambayeque) US$ 87 (S/. 261), Mal Paso (Pasco) US$ 29 (S/. 87) y Sandia (Puno) US$ 50 (S/. 150). Esta diferencia de costos, entre Arequipa y Mochumí, con los demás, puede deberse a que los oseznos de los dos primeros iban a ser vendidos en grandes ciudades (Arequipa y Chiclayo) donde existe un mayor movimiento económico. En cambio, la venta en Motupe, Mal Paso y Sandia, se realizaba cerca al área de extracción del osezno.
En algunos casos el INRENA decomisa osos que son maltratados en circos o restaurantes, en otros, reciben osos que son donados por sus dueños. Cuando son criados como mascotas, entre el tercer y cuarto año son sacrificados para su consumo (principalmente en los pueblos más alejados a las ciudades) o vendidos, debido a que los costos de su mantenimiento se hacen altos y porque temen que el oso les haga daño (Figueroa & Stucchi 2005). Estos casos han sido reportados en Cutervo (Cajamarca), Pozuzo (Pasco) y Lucmabamba (Cusco); los dos primeros fueron sacrificados y el tercero decomisado.
Un caso similar ocurre con los osos malayos, éstos son vendidos como mascotas entre los 3 a 24 meses de edad, y tienen un precio muy variado dependiendo de quien realice la venta. Si son vendidos directamente por el cazador, el precio puede ser entre US$ 11 a 67 (S/. 33 a 201) por animal, y si lo vende una tienda, su valor asciende hasta US$ 222 (S/. 666). Una vez adquiridos los osos, los dueños los mantienen hasta que éstos se convierten en "una molestia", debido a su mayor tamaño y necesidades. Por este motivo los dueños terminan matándolos y extrayéndoles la vesícula biliar para su uso como medicina (WSPA 2002b).
En el Perú, las áreas de cautiverio y custodia que cumplen con los mínimos requerimientos para el mantenimiento de osos son muy escasas (Figueroa & Stucchi 2005), o no tienen capacidad para recibir a más animales. Actualmente, varios de estos centros mantienen osos en condiciones de hacinamiento.
Figura 147. Piel de osa que era mantenida en pésimo estado de cautiverio y atacó a un niño en Florida (Junín)
La cacería del oso en el Perú se debe principalmente a que los pobladores consideran a este animal perjudicial para sus cultivos de maíz (50%) y ganado vacuno (41%). Con algunas excepciones, tanto el uso de las partes del oso, el mantenimiento como mascota y la venta de las partes, no se presentó como un objetivo de caza, sino más bien como un hecho oportunista.
La mayoría de las personas entrevistadas saben que la cacería del oso es un hecho ilícito, sin embargo no consideran que atentan contra la ley cuando cazan a un oso para la defensa de sus cultivos y ganado. En algunos casos, esta "defensa" es un pretexto para obtener un beneficio alimenticio, medicinal, económico-comercial o por afición.
En algunas áreas de la selva central, existe una cacería dirigida hacia el oso andino, ya que se ha observado cultivos de maíz dentro del bosque montano, como "atrayente" para este fin.
Existen cazadores "especializados" de osos, que mantienen una relación directa con los vendedores de partes en los mercados, y quienes proveen cada cierto tiempo de partes de osos a los mercados o trabajan según pedidos especiales.
Las percepción y actitud que presentan los pobladores frente al oso andino en el Perú son muy variadas (respeto, admiración, temor, odio, indiferencia), éstas se ha presentado a lo largo de la historia, incluso antes de la llegada de los españoles.
No existe ningún control por parte del Estado peruano sobre la cacería de osos para representaciones culturales en las que usan partes de esta especie, principalmente las pieles.
El consumo de la carne del oso se da de forma generalizada en las comunidades entrevistadas, debido a que lo consideran una de las mejores carnes "de monte" por su agradable sabor, incluso mejor que la carne del cerdo, que es muy apreciada por la gente del campo.
Las partes del oso andino son productos importantes en la medicina tradicional del Perú, porque le atribuyen propiedades curativas a todo nivel, principalmente la grasa (26%), sangre (15%), hueso y garra (12% cada uno). Este es un hecho muy enraizado en la cultura popular peruana, ya que forma parte de ésta desde la época incaica.
Actualmente, la mayoría de los pobladores de las áreas rurales carecen de cobertura médica y centros donde se pueden adquirir productos farmacéuticos básicos. Por ello, estas personas confían en las aplicaciones de la medicina tradicional, al ser el único recurso que tienen para tratar sus enfermedades.
Se encontró un mayor comercio de partes de osos en los departamentos ubicados al norte del Perú (Lambayeque, Piura, San Martín y Cajamarca), este hecho está relacionado con las fuertes creencias de las propiedades curativas por parte de los pobladores, la presencia de chamanes y curanderos que usan estas partes, la existencia de un importante número de osos silvestres en la región y la existencia de extensas vías de transporte que conectan toda la zona norte.
Es muy posible que la venta de diversas partes de oso que se realiza en los grandes mercados del norte corresponda a un mismo individuo. El proveedor o cazador conoce que la venta de individuos y partes de esta especie está penalizada y por ello en vez de vender un individuo, es más rentable y menos riesgoso la venta de las partes del oso a diferentes tiendas en un mismo mercado.
En el Perú no existe un comercio especializado de vesícula biliar de oso andino hacia países asiáticos; la venta de partes de osos se realiza principalmente a nivel local.
En la mayoría de los casos, la "frotación de oso", que representa uno de los productos más difundidos del oso en provincias y ciudades, es una mezcla de extractos de hierbas, salicilato de metilo y extracto de árnica, que no contiene grasa de oso. La venta de este producto incrementa la creencia de su valor medicinal y esto representa un factor negativo para la conservación de la especie.
No existen estudios científicos sobre las propiedades curativas de las partes del oso andino en la medicina tradicional. Sus aplicaciones, se basan en las tradiciones orales.
A pesar que desde 1970 las leyes peruanas vedan indefinidamente la caza del oso andino y otras especies de fauna silvestre, y que desde 1975 el Perú aprobó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre (CITES), comprometiéndose a proteger ciertas especies en peligro, éstas no se cumplen. La cacería y el comercio de individuos y partes de oso andino, casi siempre queda impune. En el caso de la venta de partes, el INRENA sólo realiza el decomiso de éstas sin ejecutar otras acciones drásticas, según la ley, con el fin de que no se repitan estos hechos.
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Un agradecimiento especial a Marcelo Stucchi por el préstamo de material bibliográfico, fotográfico y su apoyo en las entrevistas en los mercados de los departamentos de Amazonas, Apurímac, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Junín, Pasco y San Martín.
A mis padres Mercedes y Walter, quienes siempre me han brindando su cariño y apoyo incondicional.
A Trinidad Tapia por la información recopilada en Puno, su hospitalidad y apoyo en la visita a Sandia. A Alejandro Zegarra y Paul Viñas por el préstamo de sus fotografías y su valiosa información sobre la cacería del oso en Ayabaca y Huancabamba (Piura). A Héctor Vela por su información y fotos en la comunidad de Chisquilla (Amazonas). A Carlos Prentice por el préstamo de la foto de la cacería del oso en la sierra de La Libertad. A Alfredo Quispe por el préstamo de la foto e información de las "Danzas de los Chunchos de Esquilaya" en Puno. A Diana Gálvez y Cecilia Chávez, por el préstamo de sus fotos del oso en cautiverio en Porcón (Cajamarca) y Tingo María (Huanuco), respectivamente.
A Eduardo Carranza por el envío de bibliografía sobre la medicina tradicional en el Perú. A Victor Watkins de World Society for the Protection of Animals (WSPA) y Lorena Hidalgo de Traffic América del Sur, por el envío de bibliografía relacionada al tema de estudio.
A aquéllos que me apoyaron en las entrevistas en las comunidades, a Humberto Cristóbal, Edgar Blásido y Dionisio Vásquez (Yanachaga Chemillén, Pasco); Ismael Peña y Manuel Díaz (Cutervo, Cajamarca); Pedro Cárdenas y Raúl Quispe (Machu Picchu, Cusco); Ubaldo Churana y Milton Cabrera (Manu, Cusco); Paola Godoy, Vladimir Ruiz y Javier Rebaza (Calipuy, La Libertad); Alfonso Saldaña, Jorge Canta, Luis Alberto Manrique, Federico Llanos y Elizabeth Terán (Amazonas); Napoleón Durand, Pepe Cabrera, Pablo Mesones, Santos Díaz, Britaldo Céspedes, Carlos Otoya, Miguel Torres, David Roncal, Julio Benítez y Walter Olazábal (Laquipampa, Lambayeque); Segundo Pinedo, Jorge Palomino, Freddy Aranda, y Aquiles Quispe (Tingo María, Huánuco); David Araníbar, Eriberto Huaquisto y Fernando Zegarra (Sandia, Puno); Miguel Ruiz (Lamas, San Martín); Felipe Senperi (Megantoni, Cusco); René Valencia, Carlos Pineda, Gualberto Suárez, Selwyn Valverde, Lorenzo Champa, Rodolfo Narvaes, Christian Alegre, Raúl García, Nelson Santillán, Marco Zapata, Cerapio Rodríguez, Jesús Gómez y William Tamayo (Huascarán, Ancash); Claudia Reátegui, Laura Pacheco y Francisco Domínguez (Piura).
A Siegfried Kastl quien fuera Director de FANPE-GTZ, por el financiamiento de la primera parte del presente estudio y sus recomendaciones sobre el desarrollo del mismo. A Rocío Rojas y Rodolfo Vásquez del Jardín Botánico de Missouri por el financiamiento de las entrevistas a las comunidades de Yanachaga Chemillén (Pasco).
A Vicente Urios de la Estación Biológica Terra Natura por el financiamiento de mis estudios de segundo año del doctorado para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados. A Asunción Menargues quien a lo largo de todo el 2007 estuvo apoyándome en las coordinaciones con la universidad.
Caceria del Oso Andino en el Perú.
Asociación para la Investigación y Conservación de la Biodiversidad – AICB
www.aicbperu.org /[email protected]
Las fotografías donde no se señalan los créditos han sido tomadas por la autora. Cita Sugerida:
Figueroa, J. 2008. Cacería del oso andino en el Perú. Memoria para la obtención del Diploma de Estudios Avanzados. Centro Iberoamericano de la Biodiversidad – CIBIO, Universidad de Alicante. España. 95 pp.
Autor:
Judith Figueroa Pizarro.
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