Según Schopenhauer el hombre sólo es consciente de una pequeña parte de esa voluntad cósmica que envuelve a todos los seres, puesto que, sólo se conocen los efectos en el después del devenir[55]la mayor parte de su accionar está oculta a los hombres, lo que para Freud es el gran dilema del yo, pues tiene que satisfacer al Ello, al Super-yo y a las representaciones del mundo externo, por lo cual, sólo es consciente de muy pocas de sus acciones porque aunque no quiera actúa inconscientemente satisfaciendo de manera económica a sus tres "jefes".
La voluntad adquiere así una característica muy importante, la de no tener cuerpo, no se puede objetivizar, «la voluntad es ciega no "ve" lo que hace, no es inteligencia de sí sino obrar sin inteligencia; no tiene amor ni odio para lo que crea, es indiferente para con su obra, sólo quiere ser lo que ya era, repetirse»[56]. Lo anterior, se puede interpretar como el sometimiento del hombre a una fuerza externa llamada voluntad, que no le permite ser lo que él quiere ser; en palabras de Freud no todo lo que el hombre hace es consciente como se pensaba.
Así, según Schopenhauer, la voluntad prima sobre la autoconciencia del hombre[57]En términos psicoanalíticos, hay pensamientos que como fenómenos aparecen sin saber su procedencia, sin poder expulsarlos y que dominan al Yo. Freud afirma "el yo no es amo de su propia casa"[58], para designar la incapacidad que tiene el yo para dominar conscientemente todos los procesos físicos y mentales.
Ahora bien, el pensamiento de Schopenhauer está emparentado con el pensamiento de Kant, lo que significa que conocía con gran claridad sus planteamientos y que también, hizo uso de las formas a priori del conocimiento, el espacio y el tiempo para explicar la composición de la voluntad.
Con lo anterior, se puede explicar el significado del inconsciente en Schopenhauer y en Freud. "…lo inconsciente schopenhaueriano es el atributo más primitivo y originario de la voluntad, aquello que aparece como impulso ciego, esfuerzo misterioso, sordo, oscuro que atraviesa estructuralmente todo lo dado, el inconsciente freudiano, plantea una dimensión de lo psíquico irreductible a la conciencia, del cual el sujeto es el lugar de sus efectos, cuya causa él desconoce fundamentalmente"[59]. El primer planteamiento de lo inconsciente como misterioso lleva a concluir la imposibilidad del estudio del mismo, por lo cual se desconoce su naturaleza y composición. La curiosidad del profeta de la sospecha lo lleva a hondar en la investigación de lo inconsciente y a tener conocimientos claros del mismo.
El estudio de Freud lo llevan a negar la metafísica sin desvincularlo de la filosofía, porque son validos los recursos utilizados en el estudio de la conciencia y la mente humana[60]Al contrario, se enlazan con la elaboración de una metapsicología que él define como "la forma de aprehensión racional apropiada a la objetivación del inconsciente"[61]. Esta metapsicología se encuentra marcada por el pensamiento kantiano, pues retoma la cosa en sí, pero no en su sentido completo porque mientras Kant la mantiene en el orden de exterioridad-mundo, Freud la hace funcionar hacia la interioridad del ser humano, poseedora de dinámica y energía que busca el exterior llevando claramente a la conclusión que la cosa en sí de Kant, no es la misa de Freud[62]
2.1.2 Representaciones y percepciones externas. La otra parte del pensamiento de Schopenhauer está basado en el principio de inmanencia: "todo lo que existe, existe para el pensamiento; el universo entero es objeto sólo por referencia a un sujeto, sólo es percepción para un espíritu perceptor"[63].
En la existencia de las cosas, el universo mismo al que se refiere Schopenhauer, también se halla ubicada la pregunta de su origen que se debe a la observación hecha por los filósofos de la naturaleza. "La mayoría de los filósofos primitivos creyeron que los únicos principios de todas las cosas eran los de índole material…"[64]. La anterior y primera inquietud sobre el origen de las cosas, es la misma pregunta metafísica que se hace sobre el origen de lo real con la observación detenida de los fenómenos de la vida humana y del mundo en general[65]
Así, el mundo es la misma representación que constituye lo real o existente, lo que para Freud son las percepciones externas. Al parecer, Freud tuvo como referencia este principio, pues el universo representa el mundo exterior, uno de los tres factores incidentes en el papel que desarrolla el Yo. Ahora, es innegable la existencia de las percepciones externas para un sujeto que contempla lo que existe.
Pero, ¿qué son las representaciones o qué es la representación? Los planteamientos de Schopenhauer establecen como primera fuerza imperante: "el mundo es mi representación", en palabras de Kant, el mundo se reduce al conjunto de fenómenos o de representaciones[66]Es patente el fenomenismo; la realidad se convierte en lo que aparece en los objetos, aclarando que estos son los entes ajenos o externos al agente observador.
2.1.3 Los instintos y la voluntad de vivir. Anteriormente, se veía cómo Schopenhauer planteaba la voluntad como una fuerza que busca existir, que está preparada para ser y se manifiesta en la voluntad de vivir; asimismo, los seres en la esfera de la voluntad se convierten en contingentes, lo que necesariamente obliga al exterminio de unos para dar paso a otros.
La contingencia de todos los seres lleva a Schopenhauer, a "negar el valor de la existencia de modo categórico: la vida es dolor, caducidad y miseria; la existencia un completo sin sentido. La única salvación que el hombre puede esperar es el reposo en la nada"[67]. Al parecer, no vale la pena vivir, todo lo que la existencia del universo posee no es suficiente para la total felicidad del hombre, el dolor que el hombre padece no se compara con los bienes, pues estos no le son suficientes. De ahí que Schopenhauer abarca en una frase su pesimismo: "en esencia, toda vida es dolor"[68].
Sigmund Freud respecto a la muerte alude que no es simple inercia de la naturaleza, sino que el peligro mortal se encuentra en el empuje ciego hacia el deseo que se repite[69]constantemente en el devenir de la voluntad, que nunca terminará y donde finalmente reina el instinto de muerte, el Thanatos, a lo inorgánico o inanimado.
Esta última afirmación de Freud marca claramente la relación estrecha con el pensamiento de Schopenhauer; de igual manera, el nuevo pensamiento freudiano se distancia de otros en búsqueda del sentido y del bien. "Así, no es de extrañar que Freud encontrara en Schopenhauer un anclaje para esta teoría; Freud reconoce no solo su carácter especulativo, también la base biológica a la que acude"[70].
La argumentación fatídica de Schopenhauer alude que los seres contingentes poseen un principio o razón de ser, más conocido como principio de razón suficiente*, una ley para el entendimiento, pero sin valor para la cosa en sí (la voluntad); por lo tanto, el mundo y lo existente carece de razón, que parece absurdo, pues se contradice. Así, el hombre está destinado al sufrimiento y a la desgracia[71]En la filosofía Antigua, los epicúreos afirman que el dolor es la única causa que puede comprometer la felicidad y que su plenitud se halla consiguiendo en el máximo de placer y éste se define como la ausencia de dolor[72]En cambio, Freud, sostiene que soportar la vida a la tarea propia de los hombres, también que la dicha del hombre no está contenida en el plan de la Creación[73]
Pero, el último escalón de la voluntad se encuentra en el hombre, en el cual "alcanza su mayor grado de conciencia: sabe qué quiere y conoce lo que quiere. ¿Y qué quiere? La vida, la vida individual, ante todo por el instinto de conservación y con mayor profundidad la vida de la especie, por el instinto de procreación, es pues la voluntad de vivir, o querer vivir"[74]. En este planteamiento se encuentra la tercera gran consonancia entre el pensador Sigmund Freud y Arthur Schopenhauer, pues vale recordar que el primero plantea la existencia de dos clases de instintos: uno de muerte y otro de vida, siendo este último la voluntad de vivir, del pensador alemán.
Con la astucia de un desconfiado, Freud ha logrado establecer desde el campo de la razón la ciencia del inconsciente que ha dado al mundo la posibilidad de conocerse a sí mismo y de manera más clara; ha superado la incapacidad del pensamiento científico que tenía para mostrar clara y distintamente a la luz de la razón. Freud es la respuesta a datos inefables, que la teoría del inconsciente ocultó hasta él.
Freud y su propuesta sospechosa
Es enorme el campo de acción de las ciencias, desde la partícula más pequeña en la Tierra hasta el inmenso cosmos en el cual se encuentre puesto el planeta, hay seres tratando de hallar verdades que expliquen su existencia. Tan complejo es el universo, pero cuanto más lo es el hombre. Ahora bien, en el siglo XIX un inquieto observador, Sigmund Freud ha establecido un paradigma, complejo como todas las acciones y movimientos de los seres humanos, una nueva manera de ver al hombre, de acercarse a él y su entorno, pero ante todo entrar en las profundidades de lo que desconoce y existe en él. "Freud busca resolver lo misterioso y sobrenatural de los actos humanos, el absurdo aparente de ciertos hechos –síntomas, sueños, lapsus-, mediante un proceso causal que tiene su propia lógica y sus leyes de funcionamiento, preservando su inconsciente de cualquier noción de fuerza ciega y oscura, zona de sombra, opacidad muda e inefable…"[75]
LA HERMENÉUTICA DE LA SOSPECHA
Es conveniente precisar el calificativo de "profeta de las sospecha"; ¿a qué hace referencia? ¿Cuándo nace? ¿Quién lo planteó?
El término fue utilizado por primera vez por Paul Ricoeur, al referirse a "la teoría de una hermenéutica como pluralista y conflictiva"[76], desde este punto de vista, el trabajo de la interpretación de los símbolos y la realidad no es unívoca según el planteamiento de Ricoeur, asimismo, "la filosofía se convierte en una hermenéutica ilustrada por los diversos estilos de interpretación. Dos son para él estos grandes estilos, el primero considera el signo y el lenguaje general como disfraz y máscara que es necesario reducir"[77]. El segundo estilo de interpretación "…considera el lenguaje como una sugerencia, un logos que impulsa a la escucha del mensaje oculto e invita a una reinvención o hallazgo del sentido encubierto"[78]. Por lo anterior, describe que: «Es la hermenéutica de "la sospecha" provenientes de los tres grandes desconfiados: Freud, Marx y Nietzsche, unánimes en considerar la conciencia como falsa, y al lenguaje como encubridor de esta falsedad que se abriga en la noción del sujeto consciente »[79]. Los tres dan un giro a la ilusión de la conciencia, una crítica radical del sujeto como conciencia, cuyo cuestionamiento parte desde la escuela cartesiana[80]
Así, los desconfiados o mejor conocidos "profetas de la sospecha" han llevado más allá, el trabajo filosófico común, para plantear nuevos paradigmas como el inconsciente, pues "Ricoeur analiza esta hermenéutica reductora a través sobre todo de la obra de Freud"[81]. Es así, como nace la hermenéutica de la sospecha, un inmenso estudio sobre el consciente e inconsciente, aquello que la filosofía nunca tocó como objeto de estudio profundo. Aunque algunos filósofos se hayan referido a él; como Espinoza quien dice: "la conciencia es inconsciente de sus actos"; San Agustín, afirmaba: "si me engaño existo"; Leibniz se refiere a lo inteligible como experiencia interna; Maine de Biran de "El hombre doble"; Rimbaud, dirá: el yo es un otro; Silesius, va mas allá de Descartes al decir: "pienso luego soy pensado por mi"[82].
Freud en desconfía de los sistemas anteriores a él, por lo cual quiere fundar una nueva ciencia, para lo cual no duda en relacionarla con la filosofía. Pero, ¿cuál fue el trabajo que se propuso y que realizó Sigmund Freud para ganarse el título de profeta de la sospecha?
Acercamiento preliminar a la teoría del autor
Hubo dificultades en el desarrollo del pensamiento freudiano, las que, al parecer, incentivaron la orientación crítica de sus estudios que, posteriormente, lo llevaron a realizar la bien llamada revolución científica, en el campo de la psicología y la sociología y al establecimiento de un nuevo paradigma basado en el descubrimiento de lo inconsciente[83]
Este paradigma tiene como base el conjunto de coordenadas puestas después del estudio del inconsciente, colocando a Freud como inaugurador de una nueva revolución, de una nueva concepción del hombre[84]Ahora, una nueva visión del hombre desde nuevos parámetros lleva a una observación y curiosidad, que puede causar escándalo, por el sólo hecho de ser novedosa.
¿Qué se entiende por psicoanálisis?
…«No existe hecho humano que no se encuentre afectado y trastornado por la doctrina psicoanalítica: el niño se convierte en un "perverso polimorfo"; el "pecaminoso" sexo de la tradición se coloca en primer plano, con objeto de explicar la vida normal y, sobre todo, las enfermedades mentales; el "yo" y su desarrollo se enmarcan dentro de una nueva teoría; las enfermedades mentales se afrontan apelando a técnicas terapéuticas antes impensadas,…»[85].
Esta es la novedad de los planteamientos de Sigmund Freud, métodos que pueden explicar situaciones de la vida cotidiana de los hombres; basado solamente en teorías comprobadas sobre la sexualidad. Nunca antes se había pensado en esta clase de acercamiento a las profundidades del inconsciente del hombre, sólo un desconfiado que plantea su existencia (del inconsciente) y que da gran relevancia a la problemática del hombre. Estudios antropológicos tan profundos que dan una nueva visión, aunque se muestren como hechos extraños, pero más allá de lo novedoso se convierten en herramientas para comprender y para contemplar la profundidad del hombre, que antes de Freud se desconocía[86]
La novedad del pensamiento freudiano termina influyendo en fenómenos como el arte, la moral, la religión e incluso la educación, pues choca contra la realidad existente antes de dichos pensamientos. De allí, que "el psicoanálisis es y ha sido desde entonces tema polémico"[87]. Hubo inconformidad por parte de muchos filósofos y psicólogos, incluso hasta de sus mismos discípulos[88]a muchos de los pensadores contemporáneos no les es posible acepar tales planteamientos. Quizá por "extraños", pues nadie había escuchado algo parecido, o al menos, no comprendieron la complejidad de la teoría.
El problema del choque mencionado anteriormente puede hallar su razón en la utilización del lenguaje, que por ser novedoso complica el entendimiento; por ejemplo términos como complejo de Edipo, censura, sublimación, inconsciente, superyó, transferencia, etc., hacen parte hoy del lenguaje común del desarrollo de la humanidad, por su validez y son herramientas de trabajo para la aplicación del psicoanálisis. Que se hacía necesario, pues es una teoría novedosa y sin precedentes de un profeta de la sospecha que habla de al conciencia.
2.3.1 Definiciones del Psicoanálisis
Psicoanálisis: "Nombre que se da a un método específico para investigar los procesos mentales inconscientes y a un enfoque de la psicoterapia. El término se refiere también a la estructuración sistemática de la teoría psicoanalítica, basada en la relación entre los procesos mentales conscientes e inconscientes"[89].
Psicoanálisis: "Disciplina técnico-científica fundada por Sigmund Freud que trata de estudiar la significación de la conducta humana a través de las estructuras profundas de la personalidad (especialmente el inconsciente) y las relaciones objetales"[90].
El psicoanálisis para Sigmund Freud si se toma como una ciencia, es una subdivisión de la medicina o de psicología, que sería una mera cuestión académica carente de todo interés práctico. Aunque, no lo convence porque cree que el punto en cuestión es la aplicación del análisis del tratamiento. Pero lo admite sólo por no ir en contra de la ciencia[91]"Freud postula que la vida psíquica no es un continuo de la energía física sino un derivado de ella, por lo cual no puede ser percibida y estudiada con los métodos de las ciencias naturales"[92].
"Es necesario remarcar que el psicoanálisis no es exclusivamente un práctica terapéutica:
Es un método de investigación de las actividades inconscientes.
Es un corpus de saber sobre la vida psíquica y
Es un método de tratamiento de las enfermedades"[93].
Antropología freudiana
El ser humano ha ido evolucionando en su búsqueda del saber, llevando a plantearse interrogantes acerca de su misma composición física. Él, como objeto del conocimiento se ha visto definido por modelos de evolución. Entre estos, el modelo evolutivo de Sigmund Freud, basado en una teoría sexual. "El desarrollo del individuo exige una serie de adaptaciones a nuevas situaciones y estas exigen la puesta en marcha de una serie de mecanismos. Freud describe los siguientes mecanismos: identificación, desplazamiento, fijación, regresión, proyección y formación reactiva[94]
El estudio antropológico parte de afirmaciones como esta: "existen procesos psíquicos inconscientes y que es en ellos donde hay que buscar la explicación de muchas anomalías del comportamiento y de otras perturbaciones menos importantes"[95]. Así, el estudio interno del ser es tan complejo que sólo vale desglosar sus componentes para entenderlos, por eso para empezar, uno de los principales temas de la teoría freudiana es: el psicoanálisis, desde aquí se comprende la novedosa propuesta antropológica de Freud.
Consciente e inconsciente
Es aquí donde los planteamientos de Freud alcanzan su reconocimiento, una nueva estructura de la conciencia que incomodó a muchos porque no la creían posible, pero detrás de ella se encontraba la verdad.
Freud compara la estructura de la conciencia con un iceberg (Anexo B): «la parte pequeña que emerge es el "consciente" (es decir, la parte racional, consciente; pensamientos sentimientos recuerdos) mientras la parte sumergida es el inconsciente, es decir, una parte psíquica enteramente desconocida para la conciencia del sujeto por la presencia de fuerzas mentales (llamadas por Freud resistencias),…»[96]. Aquí vale la pena destacar otra novedad del "desconfiado", pues la comparación hecha anteriormente no se logra con métodos científicos conocidos, sino a través del mismo psicoanálisis. Por esta razón, Freud no aceptaba el hecho de llamarlo rama de la medicina, pues es un tratamiento práctico que merece ser una disciplina.
La explicación del iceberg es apropiada para dar a entender la teoría freudiana, pues la conciencia del individuo o la parte que emerge es pequeña mientras que la mayor parte de los trabajos mentales se realizan debajo de la superficie en completo misterio, pero hay que añadir que "Freud distingue tres planos de la conciencia: el consciente, el preconsciente y el inconsciente"*, lo anterior significa que el inconsciente se fracciona en dos partes, en preconsciente y en inconsciente como tal.
Ser consciente es pues un término descriptivo que se basa en la percepción más inmediata y segura[97]es la misma realidad que se presenta ante los sentidos (intuición) de la cual no cabe duda que es, pero se convierte en un estado transitorio, en un momento que ya no lo es aunque se presente con condiciones similares, es como el río de Heráclito "donde ciertamente no es posible entrar dos veces"[98]. Entonces, consciente es la representación que se halla presente en la conciencia aunque se redunde en su definición.
Llamamos inconsciente a un proceso psíquico cuya existencia nos es obligado suponer, por cuanto deducimos de sus efectos, pero del que nada sabemos. Estamos entonces con él en la misma relación que con un proceso psíquico de otra persona, con la sola diferencia de que es nosotros donde se desarrolla. Y si aun queremos ser exactos, diremos que llamamos inconsciente a un proceso cuando tenemos que suponerlo activo de presente nada sepamos de él[99]
Al inconsciente pertenecen las representaciones latentes, de éstas se tiene algún fundamento para sospechar, pues se hallan instaladas en la vida anímica como ocurre en la memoria[100]Anteriormente, se creía que la idea latente era así por la debilidad y que cuando tomaba fuerza se volvía consciente; Freud cree que hay ciertas ideas latentes que por más fuerza que tomen, nunca se volverán conscientes, es así como la parte inconsciente se divide en dos partes: preconsciente, se denomina a las ideas latentes que llegan a ser conscientes, e inconscientes, las ideas que no se harán conscientes por más fuerza que tomen[101]Ahora bien, no se pueden separar los términos consciente e inconsciente, puesto que afirmar uno es la negación de otro, es decir, que una idea es consciente o inconsciente, pero no de las dos maneras al tiempo.
El sistema inconsciente se halla formado por impulsos o instintos que no llegan, que no se separan y que actúan a la vez en cualquier condición, lo anterior indica que de ninguna manera, se anulan entre sí, sino que consiguen conciliar un fin coexistiendo de manera inconsciente. "Los procesos del sistema inconsciente se hallan fuera del tiempo; es decir, que no aparecen ordenados cronológicamente, no sufren modificación ninguna por el paso del tiempo y carecen de toda relación con él"[102], también los procesos inconscientes no tiene relación con la realidad y dependen exclusivamente de su fuerza.
Ahora, fácilmente surgen preguntas acerca de la transformación del inconsciente ¿puede una idea inconsciente volverse preconsciente, es decir, pasar de la imposibilidad de volverse consciente a al menos tener la posibilidad de serlo? Es aquí donde se plantea la teoría de los sueños.
Durante el día, todo individuo realiza una serie de actividades y de pensamientos, en la noche estos pensamientos y recuerdos de las acciones se ponen en contacto con los deseos inconscientes que desde la infancia están presentes en su vida anímica, por lo general están reprimidos* y no pueden ser conscientes; por medio de la energía del inconsciente se ponen en funcionamiento y surgen en la conciencia como un sueño[103]También aclara Freud que "…sólo puede hacerse consciente lo que ya fue alguna vez una percepción consciente (…( y desde el interior tiene que intentar transformarse en percepciones exteriores,…"[104].
Estructura de la psique
El consciente adquiere otros nombres para identificarse, es el Yo, asimismo, el inconsciente que lo componen el Ello y el super-Yo. Además, en la estructura psíquica influyen las representaciones externas, que aunque no pertenezcan al cuerpo mental, sí lo hacen al trabajar.
3.6.1 El ello. « "Es" pronombre alemán de la tercera persona del singular neutro que corresponde al español "Ello" y al pronombre latino "Id" »[105]. Está formado por los instintos** que Freud clasificó en dos grupos: los instintos sexuales o el Eros o instinto erótico y el instinto de muerte que es un instinto de agresividad, de odio y de destrucción, "cuya misión es hacer retornar todo lo orgánico animado al estado inanimado…"[106]. Mientras que los instintos de muerte tienden a llevar al individuo a lo inorgánico, los instintos de vida o eróticos tienden a la reproducción continua de la vida[107]Además, el ello está conformado por materiales olvidados por la conciencia, que son las vivencias de la infancia, que están, pero no son conscientes.
La lucha entre Eros y el Thanatos
"El instinto de vida se manifiesta mediante el amor, la creatividad, espíritu constructivo. El instinto de muerte, mediante el odio y la destrucción"[108]. El Eros es considerado como el instinto de vida y el Thanatos es el instinto de muerte. Estas dos fuerzas contrarias a menudo entran en conflicto y no se puede desmentir ninguna de ellas, ni poner prevalencia una sobre la otra. Así las pulsaciones emocionales no son manejadas por el hombre ni tampoco se puede resistir a ellas.
Ahora bien, como no se puede separar y son pulsaciones indispensables, no vale reducirlas a los valores del bien y del mal[109]porque no se hace referencia a un calificativo de acción, sino a la composición antropológica, es decir, que no depende del hombre o de su voluntad.
De ninguna manera, una pulsión o instinto (Thanatos o Eros) puede actuar aislada, pues ambas están conectadas entre sí o, de alguna manera, una está cargada con otra, lo que la modifica o en ocasiones la subordina en determinadas condiciones[110]Lo más curioso de esta lucha entre pulsiones, es que se hallan plenamente coordinadas, de tal manera que no llegan a contradecirse; cuando son inconciliables se activan al mismo tiempo sin anularse de uno a otro sino que forman un fin intermedio[111]
Dentro de este planteamiento se encuentra uno de los pilares que identifica a Freud como un profeta de la sospecha, pues ninguna de las acciones de los seres humanos está hecha según su propia voluntad.
3.6.2 El Yo. o consciente, tercera parte de la conciencia, «que por una parte, deriva del inconsciente y se diferencia de él bajo el influjo del mundo real externo. El Yo es por tanto, el fruto de la experiencia propia y equivale al "individuo consciente de sí",…»[112]. La realidad de los hombres, la intuición, la que aparece como un fenómeno a los sentidos del hombre es lo que Freud considera como el consciente, la razón o la reflexión, mientras que el ello representa las pasiones indómitas[113]
El yo en comparación con el ello es como el jinete que maneja y refrena la fuerza de su cabalgadura, superior a la suya con una diferencia: el jinete lleva a cabo sus acciones con sus propias energías, mientras que el yo, con energías prestadas. Pero, algunas veces el jinete se ve obligado a dejarse conducir por la cabalgadura, de esta misma manera, el yo en ocasiones se ve obligado a transformar en acción la voluntad del ello, como si fuera la suya propia[114]Ahora bien, vale aclarar que el yo o consciente hace parte del ello, éste sea inconsciente, es decir, el iceberg de la mente o sique es una unidad, sólo que sus partes se hallan sumergidas o no. El yo es, entonces, el consciente de sí, de lo que piensa y de su realidad, por así decirlo, es el juez entre el mundo externo e interno, pues en ambas dimensiones puede observar.
Para referirse a la segunda parte del inconsciente, el super-yo, hay que enmarcarlo en la relación con el ello, pues es inconsciente de todas maneras, sólo que tienen propiedades diferentes.
3.6.3 El super-yo (ideal del yo). Ahora, en la relación super-yo – yo, el primero no es más que una fuerza, que se explica a través del complejo de Edipo* y de la represión del mismo[115]¿Cómo actúa esta fuerza o super-yo? La conciencia o yo ordena sin ser consciente, ser como el padre o no serlo con mayor o menor intensidad según la eliminación se haya sustituido el complejo de Edipo[116]es decir, nada de lo que se cree consciente es cien por ciento consciente, pues el super-yo lleva al extremo su fuerza o ideal adquirido previamente, pero regulado siempre por el yo que determina y elije sin percatarse de la influencia del super-yo.
…«el super-yo es la parte de la mente que se opone a los deseos del ello reforzando las restricciones morales y luchando por lograr una perfección "ideal"»*. De esta manera, entran en juego los tres campos de la psique; el ello, el yo y el super-yo. El ello, la parte instintiva y egoísta, no tiene moral, lo mismo que el yo; por lo cual éste último se plantea la satisfacción de los impulsos, mientras el super-yo frena y limita la actividad del yo y del ello por ser la parte moral de la estructura[117]En definitiva, el papel del super-yo consta de equilibrar los impulsos instintivos a través de sanciones o de culpa de la conciencia. "Muchos de nosotros dice Freud, no robamos, asesinamos, no porque no queramos sino porque nuestro super-yo consigue mantener estos deseos a raya"[118].
Respecto al sistema inconsciente vale aclarar que no por ser inconsciente deja de ser importante y que sólo el yo por ser consciente tiene validez; el sistema inconsciente posee una gran vitalidad y mantiene una serie de relaciones con el preconsciente entre la que se destaca la cooperación[119]Así también, hay que declarar que "todas las percepciones procedentes del exterior (percepciones sensoriales) y aquellas otras a las que damos el nombre de sensaciones y sentimientos, son conscientes"[120]. Finalmente no se pueden establecer fronteras precisas entre los diferentes componentes de la psique.
Análisis de la estructura mental
Es fácil distinguir gráficamente (anexo A) que el yo (ego) es una parte del ello (id), modificada por las percepciones exteriores; de la misma manera el super-yo se sumerge en ello, asimismo se distingue que es éste, el más alejado de las percepciones del mundo exterior y sólo entra en relación con éstas a través de yo. "El yo se esfuerza en transmitir a su vez al ello dicha influencia del mundo exterior. El yo se esfuerza en transmitir al ello dicha influencia del mundo exterior, y aspira a sustituir el principio de placer, que reina sin restricciones en ello por el principio de la realidad. El yo representa lo que pudiéramos llamar la razón o la reflexión, opuestamente al ello que contiene las pasiones"[121].
El grafico (Anexo B) no determina con exactitud lo que en realidad es estructura de la mente, además, posee un error, el espacio el espacio que ocupa el ello inconsciente debería ser incomparablemente mayor en comparación con el yo consciente[122]
Las actuaciones del yo que se creen conscientes muchas veces no son así, pues el yo se halla involucrado en varios procesos que no son precisamente los de ser consciente de la realidad. Un proverbio advierte la imposibilidad de servir a la vez a dos señores. El yo posee más dificultades pues tiene que servir a tres severos amos y se esfuerza por conciliar sus exigencias y sus mandatos. Tales exigencias parecen siempre entrar en conflicto y a su vez se vuelven inconciliables; nada, pues, tiene de extraño que el yo fracase en repetidas ocasiones durante el desarrollo de su tarea. Sus tres amos son el mundo exterior, el super-yo y el ello[123]Ahora bien, el yo,
"En su empeño de mediación entre el ello y la realidad se ve obligado muchas veces a revestir los mandatos inconscientes del ello –con sus racionalizaciones preconscientes–, a esfumar los conflictos del ello con la realidad, a fingir, con insinceridad diplomática, una atención a la realidad, aun aquellos casos en los que el ello ha permanecido rígido en inflexible. Por otra parte, es minuciosamente vigilado por el rígido super-yo, que le impone determinadas normas de conducta, sin atender alas dificultades por parte del ello y del mundo exterior y le castiga, en caso de infracción, con los sentimientos de inferioridad y culpabilidad. De este modo, dirigido por el ello, observado por el super-yo, rechazado por la realidad, el yo lucha por llevar a cabo su misión económica, la de establecer una armonía entre las fuerzas y los influjos que actúan en él, y comprendemos por qué, a veces, no podemos menos de exclamar: « ¡Qué difícil es la vida!»[124].
El yo, "siempre que le es posible procura permanecer de acuerdo con el ello; superpone sus racionalizaciones preconscientes a los mandatos inconscientes del mismo; simula una obediencia del ello a las advertencias de la realidad, aun en aquellos casos en los que el ello permanece inflexible, y disimula los conflictos del ello con la realidad y con el super-yo"[125].
Entonces, la primera función que realiza el super-yo es la observación que es simplemente preparar el juicio y el castigo; lo cual se cree son las funciones de lo que se llama conciencia moral. El ser humano se siente inclinado a realizar algo que le causa placer, pero deja de hacerlo con el fundamento de que la conciencia no lo deja[126]
Ahora bien, la segunda función del yo tomada en sus determinaciones se ve afectada por el super-yo el cual se "hace riguroso en extremo: riñe, humilla y maltrata al pobre yo; le hace esperar los peores castigos,…"[127]. La anterior prueba, que el yo aunque es consciente, se ve, en muchas ocasiones sometido a fuerzas inconscientes, en este caso a las del super-yo que tiene energía propia y busca intensiones de su interés.
Para explicar la conciencia moral y la labor del super-yo es necesario remitirse a la niñez. Un niño es amoral, la influencia de los padres lo gobiernan otorgando pruebas de cariño, de amenazas o de castigos[128]de la misma manera super-yo vigila, dirige y amenaza al yo como los padres al niño[129]
Entonces, al super-yo se le han atribuido las funciones de auto-observación, conciencia moral e ideal. Es claro que a él pertenecen todas las restricciones morales, funciona como un abogado de todas las aspiraciones que tiene un individuo, es decir, las respalda o las enjuicia[130]El super-yo actúa severamente o exige al yo según su formación como se veía anteriormente en la comparación de éste con los padres de un niño; ahora, es un juez que da veredicto sobre la maldad o bondad de un objetivo que se quiere alcanzar. Éste es el ideal del yo, título adquirido por la anterior razón porque busca que el yo sea según califique el super-yo.
Lo siguiente puede parecer una contradicción o puede desmentir lo anteriormente planteado: el super-yo y el yo son inconscientes de alguna manera, en algunas de sus partes, lo anterior quiere decir que el sujeto no conoce nada de lo que ellos contienen[131]Pues, la mayor parte del iceberg (Anexo B) se encuentra sumergida; sitio que el Yo desconoce, debido a la profundidad del mar inconsciente.
Anteriormente se dio a conocer que el individuo, es consciente o inconsciente y que éste último se fracciona en dos partes, a saber: el preconsciente y el inconsciente como tal, pero de todas maneras son inconscientes. Freud explica:
Advertimos que no tenemos derecho a llamar sistema de lo inconsciente al sector anímico ajeno al yo, toda vez que la inconsciencia no es un carácter exclusivo. Por tanto, no emplearemos ya el término «inconsciente» en sentido sistemático y daremos a lo que hasta ahora designábamos así un nombre mejor y ya inequívoco. Apoyándonos en el léxico nietzscheano y siguiendo una propuesta de G. Groddeck, lo llamaremos en adelante el «ello»[132].
De esta manera, se contempla el nacimiento de uno de los tres términos que componen la psique. Entonces, ahora se contempla el inquietante mundo del yo, el ello y el super-yo, del cual tanto se habla, pero que es difícil de comprender.
Ahora, es necesario precisar las posibilidades que tiene el inconsciente para convertirse en consciente. Lo anterior es sinónimo de pasar del ello al yo, este proceso ocurre a través de dos caminos distintos: uno es directo y el otro debe traspasar el ideal del yo, es decir, el super-yo. Ésta es otra demostración sobre la angustia que vive el yo al tener que responder ante sus amos; también es evidente el papel del yo al servir como mediador entre el contenido del ello y el mundo exterior[133]
Actualidad de Sigmund Freud
El desarrollo de la ciencia a través de la historia, ha tenido grandes dificultades, con el paso del tiempo se ha visto sometida a un modelo normativo de racionalidad científica que ha puesto a la ciencia como una empresa racional[134]Estos requerimientos de la ciencia influyeron en el desarrollo del pensamiento freudiano.
Lo anterior, puede justificarse en la actualidad por las rigurosas medidas que se tomaron, para obtener toda investigación una verdad que puede en cualquier momento desmentirse. Así,
(…( 2. Normalmente, se rechazan teorías simplemente porque presentan anomalías, así como tampoco, en general, se las acepta por el mero hecho de estar confirmadas empíricamente.
3. los cambios de las teorías científicas, y las controversias sobre ellas, se resuelven en cuestiones conceptuales, más que de apoyo empírico.
4. Los principios específicos y "puntuales" de racionalidad científica que los científicos emplean al evaluar teorías no están fijados de manera permanente, sino que se han modificado sustancialmente a través de la historia de las ciencias.
6. Hay un espectro de niveles de generalidad de las teorías científicas que desde las leyes, en un extremo, hasta los amplios marcos conceptuales, en el otro. Entre estos niveles, parecen variar significativamente los principios de puesta a prueba, comparación e evaluación
9. La coexistencia de las teorías rivales es la regla, y no la excepción, de modo que a la evaluación de las teorías es una actividad primordialmente comparativa[135]
"Así pues, echando una ojeada retrospectiva a la obra de mi vida, puedo decir que he sido el iniciador de muchas cosas y he prodigado numerosas incitaciones de las que algo saldrá en el futuro. Yo mismo no puedo saber si será mucho o poco. Pero tengo derecho a formular la esperanza de haber abierto el camino a un importante progreso en nuestro conocimiento"[136]. Estas palabras de Sigmund Freud en su momento pudieron haber sido igual a un cuestionamiento o una incertidumbre por desconocer el valor que sus teorías tenían para la ciencia y la filosofía.
Hoy todo el mundo conoce la importancia de la antropología freudiana respecto a los temas más sobresalientes que ella contiene. Pues, sus planteamientos parten del hombre, de sus enfermedades psíquicas, del enigma de su conciencia, de las acciones inconscientes que realiza y en un punto distante de la cultura a la que pertenece el hombre.
3.8.1 Cuestionamiento de la teoría. Las hipótesis y métodos introducidos por Freud fueron polémicos durante su vida y lo siguen siendo en la actualidad, pero pocos discuten su enorme impacto en la psicología y la psiquiatría"[137]. Ya se advertía en el capítulo segundo las grandes controversias que había suscitado Freud en su momento, ahora, se mantiene por esa misma línea, pero en un campo diferente al filosófico. Ahora bien,
Si atendemos a la recepción de la biología evolucionista de Darwin, de las teorías psicoanalíticas de Freud, del conductismo de Skinner o de la moderna mecánica cuántica, se repite la misma pauta. Junto con la enumeración de las anomalías empíricas y de los problemas empíricos resueltos, tanto los críticos como los partidarios de una teoría traen a menudo a colación criterios de valoración teórica que no tiene nada que ver en absoluto con la capacidad de una teoría para resolver los problemas empíricos del dominio científico en cuestión[138]
3.8.2 Aporte al desarrollo de la ciencia. Con los postulados de los "profetas de la sospecha" se enlaza una nueva visión ante la ciencia y el pensamiento filosófico que generó un despertar que hoy continua, un desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología que permite al hombre mejor calidad de vida. "Sin Newton, Darwin, Freud y Marx (por mencionar tan sólo los casos más obvios) nuestra imagen del mundo sería muy diferente de la que es"[139].
Las teorías experimentales han dado al hombre el desarrollo que hoy provee, estas proporcionan explicaciones detalladas de los fenómenos naturales. Sigmund Freud desempeña un papel fundamental en el desarrollo de estas teorías con su investigación, sobre lo que él llama el complejo de Edipo. Cabe advertir que no sólo Freud ha dado sus aportes a la ciencia de hoy, sino que también otros lo han hecho, por ejemplo: Einstein con la teoría del efecto fotoeléctrico, Marx y su teoría de la plusvalía, además, teorías como la atómica, la teoría de la evolución, o teoría cinética de los gases[140]
Así mismo, los avances del pensamiento freudiano ayudan en la actualidad a calificar como verdadera o fantasiosa la realidad de algunos testimonios de personas que creen tener visiones o sensaciones de fenómenos extraordinarios. "Toda tendencia reviste en seguida la forma que la representa como satisfecha, y no cabe duda de que complaciéndonos en las satisfacciones imaginarias de nuestros deseos, experimentamos un placer, aunque no lleguemos a perder la conciencia de su irrealidad"[141].
3.8.3 La religión y el pensamiento de Freud. Respecto a la posición de Freud en la religión, fue declarado ateo y rechazaba todo Credo. Aun así, se ocupó del fenómeno religioso[142]Respecto a lo anterior, no cabe ninguna discusión, por importante o fundamentada que sea, ahora, vale la aplicación de las investigaciones freudianas en la actualidad.
Freud respecto a la región se refiere en 1901 en "Psicopatología de la vida humana" con una visión naturalista comparándola con un conjunto de procesos psicológicos proyectados sobre el mundo externo[143]Así mismo en un breve ensayo titulado "Los actos obsesivos y las prácticas religiosas",
…da comienzo a la aplicación de los métodos psicoanalíticos a la interpretación delas manifestaciones religiosas. En este breve ensayo, publicado en el primer numero de la revista "Zeitschrift für Religionspsychologie", compara los rotos del neurótico obsesivo (per ej. el tener que lavarse las manos un numero excesivo de veces) con algunas prácticas religiosas (rezar, hacer genuflexión, arrodillarse, etc.) poniendo de relieve cómo en ambos casos se daba un sentido de constricción interior, acompañado del temor mas o menos difuminado de incurrir en desgracia (castigo) sise omitían tales ritos[144]
De la misma manera Freud explica que la relación del hombre con Dios, proviene del complejo paterno afirmando que Dios es un padre transfigurado, ya que la necesidad de la religión tiene su raíz en este complejo, en otras palabras, esta relación es como la del niño con el padre en sus primeros años de edad[145]
Conclusión
Ante la anterior sustentación y exposición de uno de los temas centrales del pensamiento de Freud, ¿cómo negar que realmente sea un profeta de la sospecha? El paradigma de la conciencia ahora tiene una cara desvelada, gracias al trabajo incansable, que ante las críticas prosiguió con sus investigaciones, haciéndose acreedor al título de profeta de sospecha.
La ubicación del autor en su contexto es indispensable para entender, desde la misma posición filosófica hasta el mismo pensamiento individual. Lo anterior, debido a que muchas veces los innovadores planteamientos son rechazados, cuestionados, desfigurados por las críticas y, en repetidas ocasiones destruidos, pero nunca surge la pregunta del por qué se hizo, por qué tal filósofo piensa así de determinado tema.
La inserción de Freud en un proceso evolutivo del pensamiento filosófico y científico, hace que sus planteamientos sean creíbles y demostrables. Así, en la comparación con otros pensadores y autores contemporáneos halla su propia fundamentación que significó mucho en la conquista de tan honorable puesto como profeta de la sospecha.
La relación Schopenhauer – Freud, es accidental, pues el propósito del segundo nunca consistió en imitar, copiar o continuar un proceso del pensamiento anterior a él. Esta conclusión es uno de los pilares que sostiene a Freud como profeta de la sospecha. Pues, la principal característica de estos hombres es salirse de los esquemas normales de pensamiento e investigación. De lo contrario, nunca se hubieran hecho merecedores al título.
Los avances en la investigación antropológica, dieron pasos gigantescos con la ayuda de Freud. Se obtuvo grandes soluciones a problemas comunes, los cuales hallaban respuestas mediocres en suposiciones, en creencias, en imaginaciones y hasta en mitos. La ciencia filosófica de Freud es pues, un cimiento inamovible, que sólo con el estudio profundo de sus obras puede comprenderse.
La conciencia halla en Freud el rostro que casi nunca mostró, pero fue descubierto por el buscador desconfiado, con razones altísimas que le permitieron afirmar de ella las propiedades experimentadas. Freud crea una filosofía de la conciencia, fundamentada en el conocimiento positivo, así, tal trabajo en la estructura de este gigantesco proyecto sólo puede entenderse desde lo increíble, por lo minucioso y delicado de los materiales de su constitución.
Ahora, tal estructura está formada por el Ello, el Super yo y el Yo. Este último es la conciencia misma, es el comunicador de la realidad o percepciones con la realidad de las pasiones del Ello y los condicionamientos morales del Super yo. Trabajo que lo hace esclavo de tres amos, todos mencionados, pero para más claridad éstos son: el Ello, El Super yo y las percepciones externas a quienes tiene que responder de manera económica.
El trabajo realizado por el Yo, que en la actualidad es el ser consiente de sí mismo, se realiza casi en su totalidad de manera inconsciente. Sus acciones no son más que órdenes que recibe de lo profundo del inconsciente, manifestadas en pasiones y normas morales; además, el Yo se encuentra condicionado por las normas de la realidad externa a las cuales tiene que acogerse por el sólo hecho de pertenecer a los parámetros de la normalidad de la misma realidad. De lo anterior, se entiende la exclamación: "¡Qué difícil es la vida!"[146].
La teoría de Freud no se reduce a un simple biologismo, que demuestra una función de la estructura física del hombre, sino al contario, es una completa teoría filosófica que sostiene positivamente, según lo demostrado, que la conciencia lleva el control o el timón del hombre, pero en todo momento se halla sometida a órdenes inconscientes.
Las críticas reducen el pensamiento freudiano a la sexualidad y a los impulsos de esta naturaleza, argumentando que en ella encuentra Freud las bases de sus planteamientos, sin tener en cuenta las demostraciones que a su vez refutan tales críticas. Sin embargo, se concluye que Freud, sólo planteó lo investigado y comprobado, sin ir en contra del desarrollo del pensamiento.
Los aportes de Sigmund Freud a la ciencia tienen valor y que hoy son apremiantes para la mejor comprensión del complejo problema del hombre. Así mismo, nunca antes en la historia, un hombre había entrado en lo profundo, en las entrañas, en lo escondido del hombre: la conciencia.
Bibliografía
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YARZA, Iñaki. Historia de la Filosofía Antigua. Pamplona: Eunsa, 1987. 253 p.
www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1021.
WWW.foropsicoanalíticopaisvasco.org.
WWW.nonopp.com/ar/Psicologia/99/Freud_filosofia.htm.
WWW.noticiasdegipuzkoa.com/ediciones/2006/05/06/opinion/d06opi5.182627.php.
WWW.xtec.es/~irebollo/temas/filosofia.htm.
Anexos
ESTRUCTURA GRÁFICA DE LA PSIQUE
"EL ICEBERG DE LA CONCIENCIA"
DEDICATORIA
A quien no veo pero sé que está allí…
A quien me llama cada día a ser mejor…
Al que su Espíritu manda para hacerme compañía en la soledad…
A mi Padre que me ama tanto, que no alcanzo a comprenderlo…
Al que amo como Él me ama…
EDUAR ARLEYO ERAZO.
AGRADECIMIENTOS
Gracias Padre del cielo por tu bondad, a Ti principalmente, a tu Hijo por ser camino hacia la verdad y a tu Santo Espíritu por su fortaleza e inteligencia. "Si Padre porque así lo has querido, porque así te ha parecido mejor".
También a ustedes Padres Formadores, por su paciencia, amabilidad y aceptación de este trabajo monográfico. A todos lo que de alguna manera se reportaron con ayuda espiritual y económica. Pero, de todas las personas anteriores quiero dar un agradecimiento especialísimo al Pbro. Héctor León Zapata, quien amablemente asesoró esta monografía y a la Lic. Gloria Alegría encargada de las correcciones ortográficas y sintácticas.
Finalmente, agradezco al curso Tercero de Filosofía, a Sebastián Barrera, a Ely Ernesto Rojas, a Alexander Palacios y a Mauricio Jiménez. Gracias compañeros por mantenerse unidos para el buen desarrollo de este trabajo.
Autor:
Eduar Arleyo Erazo Gallardo
SEMINARIO MAYOR "SAN JOSÉ"
TERCERO DE FILOSOFÍA
Monografía Para Concluir el Ciclo Filosófico
ASESOR
Pbro. HÉCTOR LEÓN ZAPATA MARTÍNEZ
Popayán, 22 de septiembre de 2008
[1] Cf. URDANOZ, Teófilo. Historia de la filosofía. Siglo XX: Neomarxismos. estructuralismo. Filosofía de inspiración cristiana. T. VIII. Madrid: Católica, 1985. p. 408.
[2] FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. Barcelona: Altaya, 1993. (Grandes obras del pensamiento) p. 548.
[3] Cf. http://www.nonopp.com/ar/Psicologia/99/Freud_filosofia.htm. Acceso el 7 de febrero de 2008.
[4] FOLIAS EN CLASE DE FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA con Edilberto Botía, Presbítero. Seminario Mayor “San José”. Popayán, agosto de 2007.
[5] FISCHL, Johann. Manual de historia de la filosofía. Barcelona: Herder. 2002. p. 328.
[6] VERNEAUX, Roger. Historia de la filosofía contemporánea. Barcelona: Herder, 1977. p. 7
[7] Cf. ídem.
[8] Cf. Ibíd., p. 19.
[9] Ibíd., p. 20.
[10] Ibíd., p. 32.
[11] Cf. "Arthur Schopenhauer." Microsoft® Encarta® 2007 [DVD]. Microsoft Corporation, 2006.
[12] Cf. "Karl Benz." Microsoft® Encarta® 2007 [DVD]. Microsoft Corporation, 2006.
[13] Cf. Línea del tiempo. Microsoft® Encarta® 2007 [DVD]. Microsoft Corporation, 2006. Categoría: ciencia y tecnología; lugar: Europa, años 1800-2005.
[14] Cf. http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1021. Acceso el 7 de febrero de 2008.
[15] Cf. FISCHL, Johann. óp cit. p. 340.
[16] Cf. VERNEAUX, Roger. óp. cit. p. 15.
[17] Ibíd., p. 17.
[18] Cf. FISCHL, Johann. óp. cit. p. 341.
[19] Cf. ídem.
[20] Ibíd., p. 349.
[21] http://es.wikipedia.org/wiki/Materialismo. Acceso el 2 de marzo de 2008.
[22] NICOLA, Abbagnano. Diccionario de Filosofía. Sevilla: Olimpia, 1987. p. 1193.
[23] Cf. VERNEAUX, Roger. óp. cit. p. 45.
[24] Ibíd., p. 58.
[25] ídem.
[26] Cf. FISCHL, Johann. óp. cit. p. 493.
[27] Cf. QUINTANILLA, Miguel A. Diccionario de Filosofía Contemporánea. Salamanca: Sígueme. 1985. p. 149.
[28] ídem.
[29] Cf. ídem.
[30] FISCHL, Johann. óp. cit. p. 511.
[31] Ibíd., p. 514.
[32] VERNEAUX, Roger. óp cit. p. 47.
[33] Cf. Ibíd., p. 48
[34] Ibíd., p. 50-51
[35] Cf. QUINTANILLA, Miguel A. óp. cit. p. 149.
[36] FISCHL, Johann. óp. cit. p. 374.
[37] Ibíd., p. 375.
[38] VERNEAUX, Roger. óp. cit. 72-73.
[39] Ibíd., p. 74.
[40] Cf. Ibíd., p. 75.
[41] ídem.
[42] Cf. http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1021. Acceso el 7 de febrero de 2008.
[43] Cf. URDANOZ, Teófilo. óp. cit. p.408.
[44] DE CASTRO KORGI, Sylvia. En entorno a el Malestar en la Cultura: Un debate de Freud con la Filosofía. En: Universitas Philosophica 34-35, (pp 13-34) junio-diciembre 2000, Bogotá, Colombia. p.17.
[45] ídem.
[46] Ibíd., p. 16
[47] VERNEAUX, Roger. óp cit. p. 45-46.
[48] Cf. DE CASTRO KORGI, Sylvia. p. 16.
[49] VERNEAUX, Roger. óp cit. p. 48.
[50] Cf. DE CASTRO KORGI, Sylvia. p. 19.
[51] ídem.
[52] FISCHL, Johann. óp. cit. p. 334.
[53] Cf. VERNEAUX, Roger. óp. cit. p. 49.
[54] QUINTANILLA, Miguel A. óp. cit. p. 450.
[55] YARZA, Iñaki. Historia de la Filosofía Antigua. Pamplona: Eunsa, 1987. p. 34.
[56] Contingencia: significa además de movilidad contradictoriamente opuesta a necesidad, es decir, la posibilidad de ser, de no existir de un objeto. Lo contingente excluye no solamente lo necesario, sino también lo imposible, designando, por lo tanto una esfera intermedia, es decir todo aquello que puede ser o no ser
[57] Cf. FISCHL, Johann. óp. cit. p. 334.
[58] QUINTANILLA, Miguel A. óp. cit. p. 450.
[59] Cf. DE CASTRO KORGI, Sylvia. p. 20
[60] ídem.
[61] Ibíd., p. 21.
[62] Cf. Ibíd., p. 22.
[63] ídem.
[64] Cf.http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=1021
[65] VERNEAUX, Roger. óp cit. p. 47.
[66] YARZA, Iñaki. óp. cit. p. 24.
[67] Cf. DE CASTRO KORGI, Sylvia. p. 16.
[68] Cf. VERNEAUX, Roger. óp cit. p. 47.
[69] QUINTANILLA, Miguel A. óp. cit. p. 451.
[70] Cf. DE CASTRO KORGI, Sylvia. p. 26.
[71] Cf. Ibíd., p. 25.
[72] Ibíd., p. 24.
[73] Principio formulado por Leibniz, “todo debe tener una razón suficiente por la cual, es lo que es y no otra cosa”. En cuatro órdenes: ser, llegar a ser, obrar y conocer.
[74] Cf. VERNEAUX, Roger. óp cit. p. 50.
[75] Cf. YARZA, Iñaki. óp cit. p. 192.
[76] Cf. DE CASTRO KORGI, Sylvia. p. 26.
[77] Cf. VERNEAUX, Roger. óp. cit. p. 50-51.
[78] DE CASTRO KORGI, Sylvia. p. 22.
[79] URDANOZ, Teófilo. óp. cit. p. 407.
[80] Ibíd., p. 407-408.
[81] Ibíd., p. 408.
[82] ídem.
[83] Cf. ídem.
[84] ídem.
[85] Cf. http://www.xtec.es/~irebollo/temas/filosofia.htm. Acceso el 7 de febrero de 2008.
[86] Cf. http://www.xtec.es/~irebollo/temas/filosofia.htm. Acceso el 7 de febrero de 2008.
[87] Cf. http://www.xtec.es/~irebollo/temas/filosofia.htm. Acceso el 7 de febrero de 2008.
[88] REALE, Giovanni y ANTISERI, Darío. Historia del pensamiento filosófico y científico: del romanticismo hasta hoy. T III. Madrid: Herder, 1988. p. 805.
[89] Cf. ídem.
[90] QUINTANILLA, Miguel A. óp. cit. p. 407.
[91] Cf. CERDÁ, Enrique. Una psicología de hoy. Barcelona: Herder. 1985. p. 53.
[92] "Psicoanálisis." Microsoft® Encarta® 2007 [DVD]. Microsoft Corporation, 2006.
[93] QUINTANILLA, Miguel A. óp. cit. p. 407.
[94] Cf. FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. p. 100.
[95] CERDÁ, Enrique. óp. cit. p. 52.
[96] http://www.xtec.es/~irebollo/temas/filosofia.htm. Acceso el 7 de febrero de 2008.
[97] CERDÁ, Enrique. óp. cit. p. 53.
[98] Ibíd., p. 52.
[99] DACQUINO, Giacomo. Religiosidad y psicoanálisis. Madrid: central catequística salesiana, 1982. p. 36.
[100] FOLIAS EN CLASE DE PSICOLOGÍA GENERAL con Diego Luís Vásquez, Presbítero. Seminario Mayor “San José”. Popayán, primer semestre 2006. p. 13.
[101] Cf. FREUD, Sigmund. El yo y el ello: Tres ensayos sobre teoría sexual y otros ensayos. Madrid: Alianza, 1983. p. 12.
[102] YARZA, Iñaki. óp. cit. p. 33.
[103] FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. p. 613.
[104] Cf. Ibíd., p. 178.
[105] Cf. Ibíd., p. 180.
[106] FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. óp. cit. p. 208.
[107] La represión es el estado en el que las representaciones se hallaban antes de hacerse conscientes.
[108] Cf. Ibíd., p. 183.
[109] FREUD, Sigmund. El yo y el ello: Tres ensayos sobre teoría sexual y otros ensayos. p. 17.
[110] DACQUINO, Giacomo. óp. cit. p. 36.
[111] Se definen como “instintos” aquellos impulsos innatos que tienden a una satisfacción particular. Tales tendencias fundamentales primitivas, de cuya presencia y manifestación puede no tenerse conocimiento alguno, están presentes ya desde el nacimiento mientras que algunos aspectos del temperamento y, sobre todo, los elementos del carácter, se forman durante el crecimiento psicológico.
[112] FREUD, Sigmund. El yo y el ello: Tres ensayos sobre teoría sexual y otros ensayos. p. 32.
[113] Cf. DACQUINO, Giacomo. óp. cit. p. 37.
[114] REALE, Giovanni y ANTISERI, Darío. óp. cit. p. 814.
[115] Cf. Traducción de BARBERI, Marco et al. Atlas Universal de filosofía. España: Océano s. f. p. 978.
[116] Cf. Ibíd., p. 979.
[117] Cf. FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. p. 207.
[118] DACQUINO, Giacomo. óp. cit. p. 37-38.
[119] Cf. FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. p. 620.
[120] Cf. FREUD, Sigmund. El yo y el ello: Tres ensayos sobre teoría sexual y otros ensayos. p. 20-21.
[121] Complejo de Edipo: de la obra de teatro griega Edipo rey, de Sófocles. Según Freud todos los varones inconscientemente desean matar a su padre y poseer sexualmente a su madre. No hay que olvidar que es un deseo inconsciente del que los niños no pueden percatarse. Como esos impulsos son inaceptables la conciencia los bloquea, pero el deseo de cometer incesto se mantiene en el ello inconsciente, donde genera una grave intranquilidad. Dicho complejo se presenta en la etapa fálica (de 3 a 6 años de edad), la tercera del modelo evolutivo de Freud.
[122] Cf. Ibíd., p. 27.
[123] Cf. ídem.
[124] FOLIAS EN CLASE DE PSICOLOGÍA GENERAL con Diego Luís Vásquez, Presbítero. p. 15.
[125] Cf. Ibíd., p. 14.
[126] Ibíd., p. 15.
[127] Cf. FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. p. 211.
[128] FREUD, Sigmund. El yo y el ello: Tres ensayos sobre teoría sexual y otros ensayos. p. 16.
[129] FREUD, Sigmund. El yo y el ello: Tres ensayos sobre teoría sexual y otros ensayos. p. 20.
[130] Cf. FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. p. 622.
[131] Cf. Ibíd., p. 621.
[132] ídem.
[133] FREUD, Sigmund. El yo y el ello: Tres ensayos sobre teoría sexual y otros ensayos. p. 45.
[134] Cf. FREUD, Sigmund. Los textos fundamentales del psicoanálisis. p. 602.
[135] Ibíd., p. 603.
[136] Cf. Ibíd., p. 604.
[137] Cf. Ibíd., p. 605.
[138] Cf. Ibíd., p. 609.
[139] Cf. Ibíd., p. 613.
[140] Ibíd., p. 615.
[141] Cf. FREUD, Sigmund. El yo y el ello: Tres ensayos sobre teoría sexual y otros ensayos. p. 44.
[142] Cf. LAUDAN, Larry. El progreso y sus problemas. Madrid: Encuentro, 1986. p. 9.
[143] Ibíd., p. 10.
[144] http://www.noticiasdegipuzkoa.com/ediciones/2006/05/06/opinion/d06opi5.182627.php. Acceso el 16 de agosto de 2008.
[145] http://www.foropsicoanalíticopaisvasco.org. Acceso el 16 de agosto de 2008.
[146] LAUDAN, Larry. óp. cit. p. 78-79.
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