Introducción
Pocos temas despiertan tanto interés académico y han llegado a producir publicaciones científicas en los últimos años como el tema de la cultura alimentaria. Las publicaciones e investigación en este tema, hacen que nos ubiquemos en un contexto que nos permite, profundizar y reflexionar, no sobre un concepto en lo particular como lo es el de la cultura, mas bien nos invita al hecho de formularnos preguntas y revisar las percepciones para entender todas aquellas expresiones tan diversas dadas en los planos de lo material y conductas de los sujetos. Es un hecho que los individuos que conforman un grupo o sociedad nos demuestran la existencia de un intercambio en sus formas de expresión y selección, medio por el cual se definen valores mediante la percepción que se convierte en un determinante del actuar del individuo; y el campo de la alimentación es un área en el que encontramos valores y expresiones culturales tan diversas.
Para investigadores y analistas del campo de la alimentación, se hace necesario el comprender y entender las relaciones que tienen los sujetos con los alimentos y en los que predomina una lógica propiciada por las formas de economía, convivencia y de socialización, estas conservadas o bien con diferencias a través de los tiempos, sobre todo de aquellas sociedades compuestas por instituciones y grupos tan diversos y dinámicos que se hacen llamar modernas civilizaciones, denotando la importancia significativa de los alimentos en las estructuras sociales para la funcionalidad de ellas.
Jesús Contreras señala, los avances científicos y tecnológicos desarrollados a lo largo de las últimas décadas permiten unos grados de análisis extraordinariamente pormenorizados, de tal manera que de cualquier "alimento" o producto puede expresar su composición cualitativa y cuantitativa hasta el más mínimo detalle (1). Por lo tanto, es necesario revisar las percepciones de los sujetos y el de nosotros mismos los investigadores al categorizar los alimentos y clasificarlos para conocer sus concentraciones o comprender mejor sobre ellos y el por que de su disponibilidad, frecuencia o elección en la dieta del hombre como parte de su cultura y estructura social.
La cultura abarca tantos aspectos objetivos como subjetivos, y la civilización aspectos concretos, objetivos, cuantificables para identificar mejor los avances tecnológicos de la cultura. A mayor complejidad tecnológica mayor civilización; lo cual no significa que por ello los aspectos subjetivos sean menos importantes para el desarrollo de la cultura.
De hecho la historia y las investigaciones nos han proporcionado los datos para el conocimiento del hombre y su cultura alimentaría, y destacan de ello el hecho de que en todas las épocas de la historia se ha planteado este como un problema para el hombre ya que los alimentos son el determinante de la supervivencia como un valor que reconoce el hombre sobre lo que ingiere y que es adquirido y producido para su beneficio, y que con el transcurrir de los años se antepone en muchas de las ocasiones por su valor apreciativo social al del conocimiento científico cuando se le señala que (la salud del individuo) es gracias al valor nutritivo del alimento, logro científico alcanzado hasta pleno siglo XX por métodos experimentales. "Es así como fundamentamos que la historia da significado al presente".
A satisfacción de las necesidades alimenticias es una condición indispensable de la supervivencia de los seres vivos. El hombre parece haber resuelto este problema de manera algo diferente a la que puede observarse en otros animales. El hecho de poder subsistir tanto a proximidad del polo como en las selvas ecuatoriales se debe a su fisiología generosa de omnívoro y a su carácter de animal social dotado de cultura, de la función simbólica y de la capacidad de poder recrear un micro-entorno que le resulte favorable. Sin embargo, es posible preguntarse si los esfuerzos que realiza para ajustarse a las normas que le dicta su cultura y que son propias del campo de lo simbólico, están siempre orientadas en el sentido más favorable de su adaptación en el plano biológico, tanto a corto plazo como individuo cuanto a largo plazo como especie humana.
La alimentación constituye precisamente un campo donde subsiste una relativa discontinuidad entre los dos ámbitos. Sabemos que en el hombre existen mecanismos internos de regulación de la alimentación que tienden a mantener ciertos equilibrios en el organismo y que a menudo fallan.
Para convencerse de esto basta observar las consecuencias patológicas de una alimentación sobreabundante en las sociedades industrializadas. Mientras que el tipo de vida tiende a reducir el gasto energético, se valoriza el consumo de proteínas animales, de alimentos grasos y azucarados y de productos excitantes o tóxicos cuyo valor nutritivo resulta por lo menos discutible.
¿Puede decirse que esta evolución es reciente, característica de nuestras sociedades urbanas situadas en un espacio completamente reconstruido, carente de ritmos naturales y sin tiempo para adaptarse a presiones de un nuevo tipo? No es nada seguro. En el plano de la alimentación hay que desconfiar del providencialismo ecológico, como también de la afirmación de que las sociedades tradicionales "poseen naturalmente el régimen alimenticio que más les conviene fisiológicamente".
Como observara Margaret Mead, las sociedades humanas hacen una selección entre las posibilidades alimentarias que les ofrece el medio y que los recursos técnicos disponibles ponen a su alcance. La supervivencia de un grupo humano exige por supuesto que su régimen alimenticio satisfaga las necesidades nutritivas. No obstante, el nivel de satisfacción de estas necesidades, cuya definición sigue siendo controvertida, varía cualitativa y cuantitativamente de una sociedad a otra. También cambia en el interior de cada una según la categoría de edad, el sexo, el nivel económico y otros criterios.
A menudo, hay potencialidades alimenticias que se descuidan o que se utilizan para satisfacer otras exigencias. El ejemplo más frecuentemente evocado es el de la población hinduista de la India, a la que el respeto de la vida animal condena, por razones religiosas y filosóficas, a un vegetarianismo de amplitud variable. Las población es de pastores que en principio disponen de leche y de carne en abundancia suelen consumir éstas con moderación. El rebaño está destinado a procurar otro tipo de satisfacciones diferentes de las alimenticias, por ejemplo la posibilidad de contraer matrimonio.
Son numerosas las poblaciones africanas ubicadas en zonas climáticas donde aún es posible el cultivo de cereales pero que prefieren, por resultar menos fatigoso, el de tubérculos y, especialmente, de mandioca, nutritivamente menos interesante. El hombre se alimenta como lo hace la sociedad a la que pertenece. Su cultura define la gama de lo que es comestible y las prohibiciones alimentarias que eventualmente lo discriminan respecto de otros grupos humanos.
La diferencia más perceptible entre lo recomendado por la cultura y aquello que resulta nutritivamente indispensable se observa particularmente en el ámbito de la alimentación infantil posterior al destete, hasta el punto de que casi podría verse aquí un mecanismo interno de selección destinado a rebajar la presión demográfica en las sociedades tradicionales. Fuera del seno no hay salvación. Luego del destete, el niño recibe casi siempre aquello que se considera como la mejor alimentación posible: el pan cotidiano. Tanto mejor si con éste obtiene la ración proteínica necesaria para asegurar su crecimiento y hacer frente a las infecciones. En la mayoría de los casos el niño es concebido como un hombre pequeño y recibe una ración adecuada a sus dimensiones pero no a sus necesidades específicas de proteínas.
No hay duda alguna de que las poblaciones que sufren de desnutrición por razones diversas, entre ellas ciertas opciones culturales disfuncionales, pagan también un tributo en términos de mortalidad (sobre todo infantil), de desarrollo físico y de longevidad. No obstante, la influencia de la desnutrición es difícilmente separable de la de las grandes endemias. En las sociedades tradicionales existe una diferencia notable entre los recursos alimenticios virtuales, aquellos que son conocidos y los que son efectivamente utilizados. Muy a menudo, la subsistencia descansa en unos cuantos alimentos básicos.
Desarrollo teórico
Un encuentro con la cultura
Rosa María Lara y Mateos en su libro recurren y registran diversos conceptos de cultura de aquellos investigadores de la antropología social que por sus aportaciones son considerados indispensables para la practica en los campos de la salud individual y social ya que nos permiten conformar un marco de referencia sociocultural para entender y atender en la practica las situaciones que se manifiestan y son abordadas por profesionales desde una perspectiva de salud.
Etimológicamente, CULTURA deriva del latín colore (cultivar). Su acepción primitiva se refiere al cultivo de la tierra (agricultura). Cicerón lo aplicó al cultivo del espíritu, y así surgió el significado humanista y clásico de la palabra cultura, que ha predominado hasta hace poco.
Para E.B.Tylor "CULTURA es la totalidad compleja que incluye conocimientos, creencias, arte, ley, costumbres y cualquier otra capacidad y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad". Young da la siguiente definición de CULTURA, señalando son "pautas más o menos organizadas y persistentes de hábitos, ideas, actitudes y valores que son transmitidos a los niños por sus mayores o por otros grupos mientras crecen".
Parsons, describe a la CULTURA como un "sistema de símbolos creados por el hombre, compartidos, convencionales, y por cierto, aprendidos, que suministran a los seres humanos un marco significativo dentro del cual pueden orientarse en sus relaciones reciprocas, en su relación con el mundo que lo rodea y su relación consigo mismos. Las anteriores definiciones son muy significativas y su valor adquiere una gran relevancia en referencia a los pronunciamientos que hacemos en el campo de la Cultura Alimentaria, ya que las anteriores definiciones nos permiten revalorar al alimento como un elemento de funcionalidad o disfunción dado que establece la sociabilidad, contribuye a la armonía entre algunos grupos e individuos, además de que representa valores, costumbres y tradiciones, y en algunos grupos o sociedades se distingue como un símbolo que en sus diversidades y características representa unidad, tradición, status, distinción, en ciertos casos conlleva una carga de significados espirituales o de éxito al ser considerado un elemento de transferencia de actitudes, sentimientos negativos o positivos para con los demás.
Es muy valida la puntuación que realiza Jeffrey M. Pilcher; cuando señala que las vinculaciones entre lo que la gente es y lo que come, tiene profundas raíces en su historia destacando las influencias manifiestas de género, raza y clase sobre ciertas preferencias en materia de comida desde épocas prehispánicas hasta la actualidad, y que incluso como grupo o comunidad se configura en la evolución de la cocina y su relación con la identidad nacional.
O bien como lo señala Jessica Kuper en referencia a algunas culturas africanas, al destacar que con frecuencia la ingestión de alimentos brinda ocasión de rezar, no sólo a fin de pedir la gracia divina, sino como rito de comunión en sí mismo. La idea de comer, tolera la de sacrificio. Cuando la idea de sangre y la de sacrificio se superponen en elaborada armonía en el punto culminante de la ceremonia religiosa resulta imposible agotar las significaciones que encierra la comida. En tales culturas, el alimento está sin duda por encima del teatro, la música, la danza y la poesía.
La cultura del hombre
El hombre, a diferencia de cualquier otro ser vivo se ha visto en la necesidad de hacer cultura para asegurar su existencia, controlar y dominar su entorno físico y social. Esta observación no es única ni reciente ya en diferentes tiempos lo han visualizado filósofos, naturistas, exploradores, antropólogos, sociólogos, misioneros, biólogos que por medio de un acercamiento y de ciertas habilidades, han podido incorporarse y hacer participativa sus acciones para la consecución de sus intereses.
Razón por la cual se reafirma que en sus estudios y escritos el fin inmediato de la creación cultural consiste en asegurar la existencia y subsistencia de los hombres controlando su ambiente físico y social, pero el fin ultimo y fundamental de la cultura es de proporcionar al ser humano una vida digna y feliz. Finalidad que en sus preceptos es de cierta manera compartida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en su definición de la salud señala y establece; "La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".
La cultura abarca tanto aspectos objetivos como subjetivos del hombre, y la civilización aspectos concretos, objetivos, cuantificables para identificar mejor los avances tecnológicos de la cultura. Posiblemente es aquí donde radica mucha o en mayor parte la confusión por definir en los estudios de carácter científico que es cuantificable en la apreciación de la cultura y que debe ser considerado como un valor categórico, que distingue a cierto grupo por sus manifestaciones y el orden de organización. Señala John Beattie, en su texto Otras Culturas lo siguiente: "Han ocurrido y continúan ocurriendo graves malentendidos por que la gente ha intentado medir las instituciones de otras sociedades diferentes y poco conocidas en términos de las categorías conocidas e incuestionables de sus propias culturas. Mientras más grandes sean las diferencias entre los intereses de las sociedades y menos completo el contacto ya establecido entre ellas mayor será el peligro de serias equivocaciones".
En el campo de la alimentación: comida, dieta y cultura son dimensionados a diferentes campos para su análisis; el histórico, biológico, económico, político y social. El hecho radica en que la humanidad por tener una relación con la alimentación se convierte en el actor principal y es ahí donde la comida, dieta y cultura ocupan un lugar relevante por la función que desempeña y que mucho tiene que ver con el conocimiento y el equilibrio de una sociedad o comunidad saludable en toda la extensión de sus instituciones.
Hablar de cultura es llegar a estudiar y conocer al hombre, despojándose de un etnocentrismo que no nos conduzca a la discriminación y tampoco nos aparte de razonamientos en la búsqueda de imponer nuestra propia cultura. La cultura es una experiencia propia del ser humano para resolver los problemas de su existencia, por lo tanto donde haya hombres, habrá cultura para sobrevivir. Las variantes regionales o locales son algo lógico ya que están en intima relación con la diversidad de recursos naturales que hay en su hábitat y con la inventiva creatividad del hombre: modas de vestir, modos de elaborar platillos y su cocina, formas de expresión artística, tecnología, etc. Apreciar una cultura estable no significa que se encuentre estática o sin dinamismo, no es tampoco sinónimo de atraso; de hecho cabe la posibilidad de descubrir que aprovecha y controla su entorno, situación que le permite su equilibrio y permanencia.
Foster y diversos autores han descrito como una cultura de ser estática, al pasar a una dinámica de cambio planeado presenta resistencias. Innumerables son las experiencias en este campo en el cual las comunidades o grupos sociales perciben el desplazamiento, modificación o la ruptura de lo tradicional por fuerzas que están a favor de modificar componentes de la cultura como lo es el alimenticio o de la alimentación. Sin embargo desde la plataforma de análisis que tiene la teoría de la cultura siempre será interesante el saber si trabajamos sobre necesidades sentidas por parte de la comunidad, lo cual puede hacer de nuestro cambio planeado un éxito una vez que hayamos respondido y participado conforme a los lineamientos que nos exigen trabajar e identificarnos junto con ellos, o en forma practica y operativa juntos con su cultura.
a) La cultura se aprende.
b) La cultura deriva de los componentes biológicos, ambientales, psicológicos e históricos de la existencia humana.
c) La cultura esta estructurada.
d) La cultura esta dividida en aspectos.
e) La cultura presenta regularidades que permiten su análisis, por medio de los métodos de frecuencia.
f) La cultura es un instrumento por medio del cual un individuo se adapta a su situación total y además, le provee los medios de expresión creadora.
g) La cultura es un todo que nos absorbe, pero de la cual nosotros solo absorbemos una mínima parte.
Los anteriores planteamientos nos lleva a la reflexión, análisis y el buen entender de las situaciones o maneras en las que actuamos y es por ello que en el proceder de las iniciativas personales como institucionales, de los programas y sobre todo de aquellos cambios que en su asociación conforman una interacción con el ser humano, con las comunidades y organizaciones; tomar muy en cuenta la inferencia en que lo hace Rosa María Lara y Mateos con respecto a la cultura al destacar lo siguiente: "No atender ni entender los problemas de salud, en su contexto sociocultural, ha sido causa de innumerables fracasos en las acciones médicas particulares e institucionales, injustificables por el enorme costo que representan".
A nivel mundial existe una amplia preocupación por garantizar la alimentación humana como un derecho humano básico que potencia la calidad de vida, al dotar de los nutrientes necesarios para el desarrollo. Ella en sí misma es un medio de prevención de enfermedades y anomalías en el funcionamiento biológico y psicológico del hombre. En este empeño una de las más importantes batallas es alcanzar una dieta balanceada que garantice una sostenibilidad en su utilización pero esta depende del conocimiento que se posea.
A pesar de los intentos de organizaciones mundiales por lograr una justicia social en materia alimentaria, se muestra hoy una pérdida de las culturas autóctonas y la proliferación de comidas poco nutritivas y que ponen por encima de su poder alimenticio sus dividendos en el mercado.
Existen múltiples experiencias en el tratamiento con una dieta adecuada y balanceada de alimentos. A pesar de ello, algunos autores opinan que el hombre a través de la historia ha contado con una nutrición donde generalmente los alimentos se seleccionan por su paladar y se ha olvidado que la mal nutrición afecta la vida y la salud de los pueblos.
Pocos temas despiertan tanto interés académico y han llegado a producir publicaciones científicas en los últimos años como el tema de la cultura alimentaria. Se revalora al alimento como un elemento de funcionalidad, dado que establece la sociabilidad, además de que representa valores, costumbres y tradiciones, y en algunos grupos o sociedades se distingue como un símbolo que conlleva una carga de significados espirituales y religiosos.
En el campo de la alimentación: comida, dieta y cultura son dimensionados a diferentes campos para su análisis; el histórico, biológico, económico, político y social. El hecho radica en que la humanidad por tener una relación con la alimentación se convierte en el actor principal y es ahí donde la comida, dieta y cultura ocupan un lugar relevante por la función que desempeña y que mucho tiene que ver con el conocimiento y el equilibrio de una sociedad o comunidad saludable en toda la extensión de sus instituciones.
Al transformarse los nuevos escenarios y contextos de donde provienen los nuevos alimentos que son accesibles para el consumo del ser humano, hay una conformación de su nueva cultura alimentaria. Estos cambios se ponen de manifiesto en países muy pobres y en las sociedades de consumo.
Desde el siglo pasado en nuestro país ha aumentado el conocimiento de integrar a la dieta alimentos de todos los grupos básicos que han permitido diseñar metodologías más adecuadas en su procesamiento y conservación, con el objetivo de diversificar la ingestión de los mismos. En este sentido y con el triunfo Revolucionario de 1959 se iniciaron profundas transformaciones económico-sociales que permitieron el desarrollo de un amplio trabajo político-cultural en el que se desarrollaron como concepción elemental la necesidad de educar a la población para asumir su propia dieta.
Uno de los sectores donde el tema de la cultura alimentaria tuvo una especial atención fue el Ministerio de Educación y en el de la Salud, en ellos se desarrollaron importantes programas dirigidos a garantizar un correcto trabajo con la alimentación, pero no se contaban con herramientas que permitieran dar una uniformidad al trabajo, aspecto que limitó en estos años los resultados.
Con el derrumbe del campo socialista en los albores de los 90 se agudizó la crisis económica y con ello el tema de la alimentación tomó un importante espacio. A pesar de la dura crisis, el país no cerró ningún centro y se vio obligado a buscar alternativas, especialmente en la búsqueda de soluciones locales. Para ello se implementaron programas alimentarios especiales y de producción que abarcó a toda la población.
Es cierto que los hábitos alimentarios fueron conformados como parte de la historia, modificar los hábitos de conducta, los modos de actuación en cuanto a la alimentación es necesario. Existen personas que poseen cierta cultura, pero no la practican y otras no lo hacen por desconocimiento. A pesar de su promoción, en ambas prevalece la costumbre. Para que esa modificación sea verdadera, profunda y duradera debe partir del conocimiento de los factores y los cambios que pueden hacerse en aras de una mejor salud.
Muchos científicos, instituciones y organizaciones han abordado el tema de la alimentación y la nutrición como aspecto indispensable para el crecimiento y desarrollo intelectual del ser humano en los que podemos citar a los doctores María Antonia Torres Cueto, Claudina E. Zaldívar, Vilda Figueroa Frade, Olimpia V. Carrillo Fornés … el M.Sc. Pedro J. Pascual Betancourt, Nitza Villapol, el MINED, MINSAP, el INHA, la FAO, OMS, UNICEF, Combinados Poligráficos, el grupo de proyecto de salud del CITMA de nuestra provincia y municipio entre otros numerosos autores.
En Cuba la dieta habitual de la mayoría de la población es poco variada e incluye un número reducido de alimentos y preparaciones culinarias ya conocidas y de nueva creación por lo que los conocimientos que tienen las personas no son suficientes sobre alimentación y nutrición a pesar de todos los programas priorizados informativos que tiene la Revolución.
En Cuba, las instituciones escolares y centros asistenciales, presentan dificultades y enfrentan el gran reto de cambiar las conductas alimentarias y nutricionales sobre la base no solo de una guía alimentaria como instrumento educativo y científico sino, además de otros medios y vías que le posibiliten elevar ese campo cultural de conocimientos y a la vez influir en el radio de acción o comunidad donde se encuentre, ya que estas guías carecen de algunos requisitos para el personal que las manipula, no están acorde al nivel de su preparación. Además el propio colectivo no sabe dar respuesta a muchas de las preguntas que a diario se formulan y solo ven esta preparación como algo casual y no con el carácter, la sistematización y la importancia que tiene, donde el ejemplo del profesional es fundamental en la teoría y la práctica.
En términos de observación entre algunos hábitos alimentarios y nutricionales incorrectos comprobados a través de visitas se señalan:
1 Desbalance nutricional.
Escasa bibliografía.
Poco interés, motivación y promoción sobre este tema.
Insuficiente dominio teórico-práctico en el tema.
Cada enseñanza en Cuba, se rige por una guía alimentaria y un documento llamado Consumo Social, elaborado por un grupo especializado a nivel nacional que se antepone a la guía con un orden jerárquico, hoy en la actualidad este documento está sujeto a cambios debido a la crisis alimentaria. En el sector de la salud ocurre lo mismo.
Dentro de la enseñanza general, los contenidos de la Educación para la Salud, están contemplados dentro del currículo en los diferentes niveles de enseñanza y se abordan según las necesidades en cada aula, tienen salida a través del sistema de trabajo en la escuela. Pero es en el Consejo de Dirección donde se trazan las estrategias a seguir y hoy existe una insuficiente preparación en su personal, incluyendo los tecnólogos de la salud, especialmente aquel que de manera directa trabaja con la alimentación.
Teniendo en cuenta las dificultades actuales en la preparación de una cultura alimentaria y nutricional en nuestros centros que ofertan alimentos, traemos algunas consideraciones que pueden ser causas y/o consecuencias de esta problemática y así buscar vías y métodos para facilitar el trabajo de los actores en esta esfera y puedan trasmitir esos conocimientos con mayor profundidad y cientificidad en sus colectivos.
Por todo lo anterior se tiene como objetivo diseñar actividades teóricas, metodológicas y prácticas que contribuyan a elevar la cultura alimentaria y nutricional en los directivos, promotor de salud, enfermeras y tecnólogos vinculados al tema.
El hombre y la alimentación a través de los años se han hecho presentes en diversos tiempos, lugares o escenarios, determinados los rumbos de las más grandes culturas. Esos elementos y el conocimiento de los contextos en los que tanto el hombre como los alimentos se han adaptado y desarrollado, demuestran la destreza humana y su determinación por establecer asentamientos, rutas de tránsito y comercialización, rutas de invasión e incluso lugares que ofrecen condiciones favorables y apropiadas para la subsistencia, o bien el desarrollo y expansión de diversas comunidades, además de sus costumbres y prácticas.
La alimentación y el hombre, son y debieran ser reconocidos en la diversidad de las cúpulas profesionales y científicas por conservar una relación que ha sido determinante en la evolución del hombre y el de sus comunidades, destacando su aportación a la humanidad y no debiendo quedar solo reducida a un concepto de necesidad e ingesta alimenticia fisiológico y biológicamente, sino el ser considerado como un eslabón que genera fuerza y que contribuye por medio de su interrelación, a la unión, situación que en muchas de las ocasiones ha determinado la supervivencia del grupo fundamentado y manejo por los estudios dietéticos y alimenticios bajo el marco del materialismo cultural, la ecología cultural y el socio ecologismo.
Pese a las sucesivas transformaciones del sistema educativo, éste continúa sobrecargado de objetivos y por tanto no es fácil introducir el aprendizaje de la cultura de la alimentación." Recientes estudios muestran el abuso por parte de nuestros escolares de "chucherías" con alto grado de grasas saturadas en las comidas y fuera de horas. Los hábitos de los niños reflejan los del ambiente en que viven y las presiones de las multinacionales. Se hace menester formular una propuesta de acción en el sistema educativo, en el ámbito de la escuela que es el lugar y la etapa de la vida más idóneo.
Desde las primeras edades, la formación de hábitos alimentarios adquiere enorme significación, por lo que constituye una vía importante para la instauración de las primeras normas morales que la sociedad le plantea a los niños, los hábitos constituyen una premisa valiosa en la formación de las cualidades de la personalidad. En Cuba se comienza a partir de la formación que reciben en los círculos infantiles y el trabajo con la familia.
Resulta imprescindible para la formación de hábitos alimentarios en los niños mantener condiciones estables y necesarias, para el desarrollo de este proceso, es importante mantener el estricto cumplimiento del hábito aprendido durante bastante tiempo, al efectuar el aprendizaje deben explicarse las razones de por qué es necesario actuar de la manera indicada y tratar de estimular al niño en los adelantos que vaya practicando diariamente.
En varios artículos, de diferentes autores relacionados con la alimentación y nutrición, se pone en evidencia como a pesar de efectuarse eventos internacionales dirigidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y otros de carácter nacional y municipal, todos ellos con amplio espectro promocional, existen graves problemas dietéticos influyendo en ellos elementos hereditarios, psicológicos, sociales y económicos.
El Instituto Nacional de Higiene y Alimentación plantea que en este tema el conocimiento no está unido a la actitud, por lo que no hay una dieta balanceada aún después de todas las transformaciones y prioridades, que ha llevado a cabo la Revolución y dichas organizaciones. El absolutiza el criterio del nivel de conocimiento, lo que requiere una perspectiva más integral en el análisis de algunos alimentos nuevos que se han incorporado a la dieta en los centros escolares, asistenciales y en la población.
En el desarrollo de la cultura alimentaria y nutricional de la población escolar ha jugado un importante papel el Programa Director de Promoción y Educación para la Salud del Sistema Nacional de Educación, donde él mismo es una expresión de la voluntad política del país, afectado en la actualidad en muchos de sus ejes temáticos si se tiene en cuenta el momento actual de crisis globalizada y en la que Cuba no está excepto a ella.
La comunicación y convivencia familiar se convierten en un medio muy valioso e indispensable para transmitir conocimientos, hábitos y actitudes en los menores, esto no ocurre siempre de forma positiva influyendo en problemas como la autoestima, la falta de respeto y solidaridad, la violencia con graves consecuencias, el mal ejemplo en sus modos de actuación que entorpece el desarrollo pleno y estable del escolar. El centro debe buscar vías más efectivas y acordes con los momentos actuales. Uno de los grandes problemas son las diferencias entre los estilos de vida y dentro de ellos los alimenticios. El Sistema Nacional de Educación y Salud mantienen un sostenido equilibrio en la oferta de todos los alimentos básicos que se requiere en cada enseñanza y unidad, ajustando sus planes a los centros agentes en cada municipio y comunidad, no obstante el alimento tradicional se impone en su jerarquía.
Las Escuelas de Padres son las vías más propicias para tratar diversos temas relacionados con la alimentación y la nutrición más aún, cuando en estos tiempos la Revolución Cubana junto a los demás gobiernos y países afectados por la crisis alimentaria, está haciendo un llamado para aplicar estrategias que favorezcan la economía, por consiguiente elevar la cultura alimentaria y nutricional ocupa un lugar primordial dentro de las prioridades de cada colectivo.
Se debe señalar que entre Educación para la Salud y la Cultura Alimentaria y Nutricional existe una estrecha relación, ya que esta última está sometida a la primera en la adquisición de conocimientos, hábitos y estilos de vida más sanos. Difieren en ellas sus valores, unidad, tradición, status, distinción, puede transmitir actitudes negativas o positivas de una generación a otra, influye en la distinción de la raza, géneros y clases sociales, es un elemento de sociabilidad entre grupos, individuos, países y naciones
En ambos sectores se trabaja por que los niños en la mañana consuman algún alimento, ya que un desayuno adecuado estimula la capacidad de concentración, el rendimiento intelectual y laboral, sino se ingiere un desayuno adecuado, su capacidad de concentración disminuye y tiene consecuencias negativas (aparece la mal nutrición) en el proceso docente educativo; todo lo cual repercute desfavorablemente en el aprendizaje, tornándose necesario que nuestros educandos y trabajadores gocen de una adecuada salud.
Todos estos factores deben integrarse en la dinámica escolar y familiar, hacer de la persona un sujeto protagónico de sus respectivas influencias, trascender lo biológico y potenciar lo formativo y lo social, tener un carácter activo, reflexivo, creativo, intencional, educativo y desarrollador.
La formación en cultura alimentaria y nutricional no es un proceso acabado, al igual que el proceso formativo en general, cada día aparecen nuevos conocimientos sobre el uso y manejo de dietas. Son destacables, los adelantos en importantes renglones de nuevos productos naturales, también aparecen nuevos alimentos artificiales que son el resultado de los adelantos de la química, de ahí que este eje debe incluirse en la propuesta de formación para toda la vida propuesto por la UNESCO.
Para educar en este tema deben tomarse estrategias de superación que incluyan la práctica, que estén al tanto de los más importantes indicadores de la ciencia sobre los alimentos, sus características y propiedades. Esto exige una perspectiva interdisciplinaria en el trabajo con la cultura alimentaria y nutricional que debe pasar obligatoriamente por el rescate de las tradiciones de cada pueblo o región.
La Industria Alimenticia cubana desarrolla hoy un amplio proceso inversionista que modernizará e incrementará la capacidad productiva en muchas de sus plantas. Además incluye el yogurt de soya, las pastas, cereales y granos, harinas integrales de trigo y maíz, el lácteo y sus derivados la carne de cerdo entre otros renglones, todos ellos a nivel provincial y municipal.
De acuerdo al Programa Director creado en el año 1999 por el MINED y el MINSAP de Salud Escolar es prioridad en estos momentos dar cabal y diario cumplimiento al eje temático que contempla esta problemática, pues tiene la escuela cubana actual que tomar alternativas en este proceso y de ahí ampliar y actualizar su cultura alimentaria y nutricional sobre la base de los objetivos y contenidos de dicho programa y aún más sobre los alimentos que se conocen y que son rechazados por la población así como los nuevos que se van a ir incorporando y que en otros países de Asia, África y América constituyen alimentos altamente nutritivos.
La consulta de diversos trabajos de investigación, documentos, folletos, revistas, de la comprensión y reflexión, las observaciones de actividades, las entrevistas a directivos, promotor de salud, tecnólogos, enfermera, personal vinculado a esta esfera y por la propia experiencia obtenida en los resultados de la labor como profesores y Metodólogos de Alimentación, Ciencias Sociales y Enfermeros del Centro de Higiene y Epidemiología han permitido la elaboración de actividades que estimulen elevar la cultura alimentaria y nutricional.
Se tiene en cuenta la complejidad y la universalidad del problema, las actividades pueden ser consultadas por directivos, personal de salud y enfermera de otros centros y de otros niveles de educación con el fin de apropiarse de los que les resulte útil y perfeccionarla, de acuerdo con las necesidades del centro, la familia y la comunidad, en lo práctico y teórico.
Por nuestra parte hemos insistido ahora suficientemente sobre los dos primeros requisitos para entrar en el sendero iniciático, es decir: alimentación y cultura, cada una de las cuales no puede ir sin la otra; por otra parte, es necesario agregar el trabajo cerebral, del que hemos hablado al principio del capítulo en que mencionáramos la dificultad de acción."
"En efecto, los verdaderos discípulos no pueden ignorar el trabajo mental que se opera, por ejemplo, para asimilar las buenas substancias de la alimentación (pranización de la comidas, magnetización de las bebidas, emanación del espíritu del bien sobre todas las personas, filtración de los efectos nefastos que vienen del exterior, etc…)."
"Igualmente puede darse una idea de la preparación cultural para estudiar las filosofías herméticas, y del trabajo cerebral del que hemos hablado no solamente en el hecho del estudio constante que reclama este dominio tan basto del esoterismo, sino también en la gimnasia continua del pensamiento en un plano universal."
"La disciplina de respeto a la jerarquía de la cual se hace mención en todas partes, no es en ninguna forma un dominio del Maestro sobre sus discípulos, sino una obediencia libremente consentida de parte del Adepto, quien ha reconocido la superioridad de que tiene necesidad."
Los Grandes Mensajes / 329
Las causas de las enfermedades se resumen, sobre todo, en un desequilibrio de nuestros elementos, que es debido en gran parte a la mala calidad de nuestra alimentación. Por el alejamiento de los métodos naturales y una falsa repartición de nuestros productos alimenticios, la enfermedad es una discordancia, una anormalidad, y la curación es el problema que consiste en llenar esas lagunas.
(El momento más favorable para tomar medicinas o medicamentos es cuando Marte y Júpiter están en el ascendente.).
Se nota cada día más la debilidad de nuestro organismo, y eso es debido a las ventajas constantes de las comodidades modernas; departamentos demasiado calientes, camas muy mullidas, vestidos múltiples, etc… Nuestros pies están escasamente en contacto con el suelo bienhechor; poco tiempo se está consagrado al aire libre, a la marcha, al ejercicio, al descanso verdadero en relajación completa. Nuestro cuerpo es menos resistente a causa del progreso, que le anima a la pereza sometiéndolo, al mismo tiempo, a un esfuerzo nervioso constante. La recuperación de esa energía no puede hacerse, a causa de la pobreza de los productos que se le ofrecen como compensación. Ya las malas costumbres son adquiridas y se necesita una gran maestría para tomar de nuevo el control. Así, las comidas espirituales vienen a veces a ayudar al ser humano, descontento de su lucha diaria y que sufre casi automáticamente.
El hombre, aquel Adán eterno, debería, sin embargo, tomar de nuevo su sitio verdadero en el Universo, eso, sobre todo en el sentido psíquico. Los sistemas intentaron establecer un orden social, pero el problema no es tan orgánico como espiritual.
Alimentación de acuerdo a las leyes naturales
"En nombre del amor a la pureza, el bodhisattva debe abstenerse de comer carne… Que el bodhisattva, que se está disciplinando a sí mismo para lograr la compasión, se abstenga de comer carne por temor a causar terror a los seres vivientes… No es cierto que la carne sea alimento apropiado y permisible… De nuevo, en el futuro puede haber gente que… estando bajo la influencia del gusto por la carne, de varias maneras montarán argumentos sofísticos para defender su comida… pero… de cualquier forma, de cualquier manera y en cualquier lugar, comer carne está prohibido incondicionalmente y de una vez por todas… No he permitido a ninguno comer carne, no lo permito, no lo permitiré…
Sutra Lankavatara. Traducción de Daisetz Suzuki
Por ser el primer requisito para abordar el sendero iniciático, también, por optimizar las funciones biológicas para una mejor salud, para un mejor desempeño en el trabajo, en el estudio o en los deportes, la enseñanza de reglas coherentes y con explicaciones lógicas acerca de la nutrición, es de lo más urgente que la Nueva Humanidad debe recibir.
TODO lo que se presente en el breve ensayo que estamos ofreciendo a Uds., viene de los textos, cartas, grabaciones y recomendaciones del Iluminador de la Era, el Sublime Maestre Avatar Dr. Serge Justinien Raynaud de la Ferrière y de su Discípulo Modelo, el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares; otros autores que se mencionen hacen parte de la bibliografía dejada por ellos.
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