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Antropología sociocultural: Una visión general (página 3)


Partes: 1, 2, 3

Materialismo cultural

Marvin Harris

Diferenciaba las perspectivas EMIC y ETIC y apostaba por esta última como garante para un análisis objetivo. Su interés mayor descansaba en identificar rasgos culturales específicos y consideraba fundamentales el estudio de los procesos de producción y reproducción de la vida material para la investigación antropológica.

Tendencias contemporáneas

A partir de los años 60 la antropología presentó un complejo desarrollo que acentuó su carácter multiparadigmático. A partir de una fuerte crítica ideológica, el fin de la situación colonial y la liquidación del “mundo primitivo”, la antropología se replegó sobre sí misma y sobre las realidades específicas del mundo moderno. La nueva “antropología de lo cercano” tomó como dirección central lo simbólico y la significación (antropología simbólica, fenomenológica, interpretativa y postmoderna). Dentro de la antropología simbólica desarrollada en Inglaterra se destacaron V. Turner, M. Douglas y M. Sahlins. A pesar de la gran importancia de esta escuela, el punto de inflexión lo marcó la obra del Geertz, quien provocó que muchos antropólogos se volvieran hacia la producción metaetnografía, la teoría social o experimentaran nuevos temas o campos cercanos a otras ciencias sociales.

Victor Turner

Practicó la antropología simbólica, se destacan sus estudios sobre el ritual y la vida mental de muchas culturas. Los significados rituales son códigos de significados sociales y tienen gran influencia en la mente. Explicó el rito de paso: (i) separación del status social previo; (ii) limen y (iii) reagrupación en el nuevo status. La estructura social parte de disposiciones modeladas. La sociedad es una combinación de las estructuras sociales y la communitas (ideológico).

Marshall D. Sahlins

Cree que la evolución es diversidad y progreso. Defiende la evolución universal como la relación entre las culturas existentes y las etapas evolutivas. Existe por tanto una evolución específica, como la adaptación de una cultura general a su entorno, y una evolución general, identificada con la idea de progreso, con el tránsito de una sociedad específica hacia una sociedad más avanzada.

Clifford Geertz

Se caracteriza por su “descripción densa”. Cree que cada cultura ha de entenderse en sus propios términos (ETIC), y se nos revelan capa a capa, estableciendo un paralelismo entre antropología y arqueología. Adopta definitivamente una concepción semiótica de la cultura y defendió el conocimiento de lo social a través de la hermenéutica, la fenomenología, la semiótica y la crítica literaria.

Tema 3 – Antropología aplicada

9. ¿Por qué surge la antropología aplicada?

Surge de la necesidad de involucrarse directamente en los procesos de transformación social, de “resolver problemas” o responder a las necesidades de una comunidad. La antropología aplicada es necesaria para la elaboración de una estrategia de intervención que deberá ser puesta en práctica por los agentes de cambio. La misma se basa en determinados modelos conceptuales antropológicos.

10. ¿Qué es la antropología aplicada?

La antropología aplicada se refiere al uso de la ciencia antropológica para resolver problemas prácticos, ya sea suministrando información, proponiendo planes de acción o involucrándose en la acción directa (…) La antropología aplicada entra dentro de dos categorías, la investigación aplicada y la intervención aplicada. Gran parte de la primera responde a razones de política social (…) suele llevarse a cabo bajo rúbricas de “evaluación del impacto social”, “valoración de los recursos culturales” o “análisis de desarrollo tecnológico”. Las prácticas de intervención se centran casi siempre en comunidades no en individuos. Pretenden (1) identificar la percepción de las necesidades por parte de la comunidad como una parte importante del proceso de diseño de programas; y (2) fomentar el desarrollo de organizaciones autorizadas en las comunidades.

La antropología aplicada utiliza mucho más los métodos cuantitativos, especialmente los análisis formales y estadísticos, que el resto de los antropólogos (Basail).

11. ¿Qué importancia tienen los estudios antropológicos aplicados? Argumente la relación entre la antropología, desarrollo y la praxis social.

Su importancia está dada por la necesidad de acercar el análisis antropológico al diseño, ejecución y evaluación de políticas sociales y proyectos comunitarios y de desarrollo. Estos intentos planificados de transformación social necesitan de la mirada antropológica pues la adecuación cultural de un proyecto de desarrollo es una variable crucial que suele tener una incidencia directa sobre su éxito o fracaso. La antropología aplicada permite una dimensión más participativa y más respetuosa con las culturas locales y permite distanciarnos de enfoques etnocentristas que subestiman la capacidad de los actores locales en la identificación y evaluación de sus problemas, así como de sus potencialidades como los principales agentes del cambio. De lo que se trata es de descubrir las especificidades y potencialidades de cada hombre o grupo social y trazar estrategias que promuevan lo nuevo y a la vez devuelvan vitalidad como actores de procesos de cambio, dónde sean los mismos grupos sociales quienes decidan qué conservar y qué modificar.

12. Identificar los problemas más significativos de la antropología aplicada

Riesgos de vehicular:

Negación de la alteridad

Práctica y justificación del etnocentrismo

Relativismo a ultranza

Intervención para la dominación y no para la liberación de los seres humanos

Tema 4 – Las antropologías especiales

Antropología urbana. Antropología médica. Antropología de la religión. Antropología del turismo. Problemas centrales: transculturación, y pobreza, raza y racismo, tradición y “cultura popular”.

13. ¿Por qué las ciudades constituyen un objeto de estudio para la antropología?

La antropología urbana examina la organización social de la urbe considerando las clases de relación y modelo de vida sociales propios de las ciudades y comparando sus diferentes contextos culturales e históricos.Surge alrededor de 1950 – 60 y se centra en el estudio de las poblaciones urbanas, cuyo desarrollo acelerado en el capitalismo obliga a los antropólogos a hacer de las ciudades centro de sus estudios, sobre todo como el contexto en que se verifican un conjunto de prácticas y relaciones sociales que distinguen las culturas urbanas. La antropología urbana analiza los problemas característicos de las grandes ciudades: crimen, pobreza, hipercrecimiento urbano, emigración rural, naturaleza de los movimientos sindicales, los impactos de los diseños arquitectónicos, etc.

14. ¿Por qué la religión constituye un objeto de estudio de la antropología? Resume algunos de los principales aportes de la antropología de la religión en la bibliografía orientada.

Según David Parkin, el enfoque antropológico de la religión responde a dos tradiciones predominantes: la intelectualista y la simbolista. La primera, de Tylor, asume que la religión es un sistema explicativo mientras la segunda, derivada de Durkheim, considera la religión como marco de declaraciones simbólicas sobre el orden social, no como credo explicativo.

La definición intelectualista de Tylor nació de su teoría de la evolución cultural y del desarrollo de la razón humana. Vio la magia, la ciencia y la religión como manifestaciones del intelecto humano y, aunque diferentes entre sí, de coexistencia igual de probable en todas las culturas humanas.

Por su parte, Durkheim defendía la idea de que la religión tenía sus bases en un grupo social, no en las psiques individuales. Según él, divinidad y sociedad eran la misma cosa y lo social determinaba lo religioso.

Los intentos de definir la religión identifican que esta contiene la preocupación por distinguir entre lo sagrado y lo profano, y tiene sacerdotes, mitología, escrituras, posibilidades de existencia ultramundana, prácticas rituales, preceptos basados en una fe empíricamente indemostrable, y código ético y sanciones sobrenaturales para sus transgresores. Más allá de la posibilidad real de una definición concreta de religión, lo que puede afirmarse razonablemente es que todos los pueblos, han estado dispuestos a actuar, conforme a creencias culturalmente preescritas y que se consideran motivadas por fuerzas que pueden ser impersonales o personificadas, más allá de las sustentadas por el común de los mortales. Es entonces que comprendemos porque la religión constituye objeto de estudio de la antropología. Su papel central en las sociedades humanas, en la construcción de sentidos de los actos individuales y colectivos, su centralidad en la construcción cultural de los diversos pueblos a través de la historia y en todas las geografías, hacen de la religión uno de los temas centrales para la investigación antropológica.

Los sistemas religiosos de las sociedades cazadoras-recolectoras pueden ser muy complejos en relación con el mundo sobrenatural, las fuerzas de la naturaleza y el comportamiento de los espíritus y los dioses. Estas sociedades pequeñas, relativamente igualitarias, suelen carecer de los recursos necesarios para mantener una clase sacerdotal. Sin embargo, todos los grupos humanos, ya sean grandes o pequeños, poseen en un momento determinado de su evolución algún tipo de especialización similar a los chamanes o curanderos, hombres o mujeres de quienes se cree mantienen contacto directo con los seres y fuerzas sobrenaturales, y que reciben poderes especiales para solucionar problemas como las enfermedades. El chamán es muchas veces la única persona con un papel religioso especializado en este tipo de sociedades.

Por ejemplo, en las sociedades pequeñas que practican la agricultura, los sistemas religiosos comunales implican al pueblo en prácticas rituales complejas, y con frecuencia se produce una rotación de las responsabilidades sacerdotales. Cuando los grupos de parentesco constituyen los elementos principales de la solidaridad social, las ceremonias religiosas tienen como centro la familia y el parentesco.

El auge de los sistemas sociales centralizados, con un sistema de clases estratificado, casi siempre ha ido acompañado del desarrollo de los sistemas religiosos que implicaban la existencia de sacerdotes dedicados únicamente a las funciones religiosas, rituales para toda la población y una mayor tendencia a legislar tanto en el plano moral como político. Estos sistemas religiosos casi nunca eliminaban las prácticas del chamanismo individualizado (sobre todo para curar las enfermedades).

Las pruebas arqueológicas de las primeras ciudades-estado corroboran los estrechos vínculos que existían entre los dirigentes religiosos y los dirigentes comerciales y políticos, poniendo de relieve el aspecto conservador de la religión. Por otro lado, los movimientos de reforma social radical han sido religiosos y en las sociedades con niveles cambiantes de desarrollo tecnológico aparecen con regularidad nuevas formas religiosas. Por tanto, la religión unas veces está al servicio de la situación establecida y otras actúa como fuerza de un cambio radical.(Encarta 2008).

15. Exponga la importancia de la antropología de la salud.

La antropología médica estudia los problemas de salud humanos y los sistemas terapéuticos en sus contextos sociales y culturales más amplios (…) atiende tanto la investigación básica de la salud y los sistemas de curación como a la ciencia aplicada con miras a la mejora del cuidado terapéutico en ambientes clínicos o en programas de salud pública de prevención y control de la enfermedad.

Existen cinco enfoques básicos: biomédico, etnomédico, ecológico, crítico y aplicado, los que comparten tres premisas fundamentales. Estas premisas dan respuesta a la pregunta antes formulada, sobre la importancia de la antropología de la salud.

  1. La enfermedad y la curación son fundamentales en la experiencia humana y se comprenden mejor holísticamente en contexto con la biología humana y la diversidad cultural.
  2. La enfermedad representa un aspecto del entorno que sufre la influencia del comportamiento humano a la vez que requiere adaptaciones bioculturales.
  3. Los aspectos culturales de los sistemas de salud tienen importantes consecuencias pragmáticas en la aceptabilidad, efectividad y mejora del cuidado sanitario, en particular en las sociedades multiculturales.

Enfoque

Objeto de estudio

biomédico

Se centra en la biología humana y las consecuencias sanitarias de diferentes esfuerzos e incidencias.

etnomédico

Lo que piensan los miembros de diferentes culturas acerca de la enfermedad y cómo se organizan se organizan para recibir tratamiento médico, así como de la propia organización social de este.

ecológico

Cómo las pautas de comportamiento y culturales configuran las complejas interacciones del patógeno, medio natural y huésped humano para producir enfermedades infecciosas. Examina la influencia de los ambientes culturales, físicos y político-económicos en la distribución de la morbilidad y la mortalidad.

crítico

Subraya los enfoques marxistas. La medicina es también un conjunto de relaciones sociales e ideologías que legitima. Estudia las relaciones sociales entre sanadores y pacientes.

aplicado

Dos ramas: clínica y sanidad pública. Estudia las diferencias conceptuales entre las percepciones respectivas del médico y el paciente en lo tocante a la enfermedad y la dolencia.

Tema 5 – Estudios antropológicos en Cuba

Problemas planteados. Teoría y método antropológico en la obra de sus representantes más significativos: Fernando Ortiz. Direcciones fundamentales de la investigación antropológica

16. Describa la vida y obra de los dos más importantes antropólogos cubanos

Fernando Ortiz (1881-1969)

En 1883 su madre lo llevó a vivir a Menorca (Baleares), donde cursó la primaria y se graduó de Bachiller en 1895. Estudiante aún, publicó un cuento en un periódico de Menorca. En 1895, al comenzar la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, participó en la fundación de la publicación estudiantil El Eco de la Cátedra. En 1899 continúa sus estudios de Derecho en Barcelona y pronuncia su primer discurso público, de carácter político. En 1900 se graduó de Licenciado en Derecho en la Universidad de Barcelona. En la Universidad de Madrid estudió Filosofía del Derecho Jurídico, Legislación Comparada, Historia de la Literatura Jurídica e Historia del Derecho Internacional y se graduó de Doctor en Derecho (1901). Regresó a La Habana en 1902.

Entre 1903 y 1905 trabajó en el servicio consular de la República en La Coruña, Génova, Marsella y finalmente en París, donde desempeñó la secretaría de la Legación. En Italia cursó estudios de criminología e hizo amistad con César Lombroso y con Enrique Ferri. Colaboró en la revista del primero, Archivio di Antropologia Criminale, Psichiatria e Medicina Legale. En 1906 fue nombrado abogado fiscal de la Audiencia de La Habana.

Al año siguiente ingresó en la Sociedad Económica de Amigos del País. Profesor por oposición de la Facultad de Derecho Público de la Universidad de La Habana, enseñó, a partir de 1909, Economía Política, Hacienda Pública y Derecho Constitucional. En 1910 asiste como delegado oficial de Cuba al Primer Congreso Internacional de Ciencias Administrativas, celebrado en Bruselas. Ese mismo año reanuda la publicación de la Revista Bimestre Cubana, órgano de la Sociedad Económica. Se mantiene como su director hasta 1959. Fue designado, en 1911, para presidir la Sección de Educación de la Sociedad Económica. Editó la Revista de administración teórica y práctica del Estado, la provincia y el municipio (1912). Figuró entre los iniciadores de la Universidad Popular en 1914.

Entre 1917 y 1927 fue representante a la Cámara. En 1919 trabajó en el Código Crowder. Redactó el «Manifiesto del 2 de abril de 1923 de la Junta Cubana de renovación cívica». En 1923 fue elegido presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País. Con José María Chacón y Calvo fundó en 1924 la Sociedad del Folklore Cubano en la biblioteca de la Sociedad Económica. Ese mismo año funda la revista Archivos del Folklore Cubano, que dirigió durante los cinco años de su publicación. En 1925 se reformaron los estatutos de la Sociedad Económica a propuesta de una comisión de la que Ortiz fue principal animador. En 1926 tomó parte en la Tercera Conferencia Panamericana de Washington y fundó la Institución Hispanocubana de Cultura. Formó parte del Grupo Minorista.

Representó a Cuba en el Congreso Internacional de Americanistas, celebrado en Roma. Participó como delegado en la Sexta Conferencia Internacional Panamericana que tuvo efecto en La Habana en 1928. Ese mismo año la Sociedad Económica de Madrid le otorgó la medalla de Socio de Mérito. En 1929 editó el Boletín de Legislación, de corta vida. En 1930 fundó y dirigió la revista Surco (1930-1931). Ese año, en la sesión anual de la American Historical Association y otras academias de Estados Unidos, intervino para exponer las razones de orden económico y político con que Estados Unidos habían perjudicado el desenvolvimiento de la nación cubana, trató el problema universitario y combatió al régimen del dictador Machado. Fue nombrado socio de mérito de la Sociedad Económica en 1931. Vivió en Washington entre 1931 y 1933 y desplegó actividades contra el régimen de Machado, entonces imperante en Cuba.

Fundó en 1936 la Institución Hispanoamericana de Cultura de la que fue presidente hasta su desaparición, y la revista Ultra, órgano de difusión cultural, de la que fue editor y director durante once años. En 1937 creó y fue el presidente de la Sociedad de Estudios Afrocubanos. Organizó en 1941, en la Hispanocubana, la Alianza Cubana por un Mundo Libre, como órgano de lucha contra el fascismo. En 1942 dio inicio a un Seminario de Etnografía Cubana en la Universidad de La Habana. En el Segundo Congreso Nacional de Historia, celebrado en Matanzas en 1943, presentó su libro Las cuatro culturas indias de Cuba. Asistió, como delegado oficial de Cuba, al Primer Congreso Demográfico Interamericano celebrado en México (1943). Fue fundador, ese mismo año, del Instituto Internacional de Estudios Afroamericanos. Fue presidente del Instituto Cultural Cubano-Soviético (1945). Representó a Cuba en el Congreso Internacional de Arqueólogos del Caribe, celebrado en Honduras (1945), y en el Congreso Indigenista Interamericano de Cuzco. Más tarde, en 1952, representó a Cuba en el Congreso Internacional de Americanistas celebrado en Oxford (Inglaterra), y en el de Antropología y Etnología, de Viena. Dos años más tarde participó en congresos americanistas, indigenistas y de folklore celebrados en São Paulo y en La Paz.

Recibió el título de Doctor Honoris Causa en Humanidades de la Universidad de Columbia, en Etnografía de la Universidad de Cuzco y en Derecho de la Universidad de Santa Clara. Además de en las revistas que fundó y dirigió, colaboró en Cuba y América, Cuba Contemporánea, Universidad de La Habana, Revista de Arqueología y Etnología, Azul y Rojo, Revista Científica Internacional, El Mundo Ilustrado, Derecho y Sociología, El Mundo, El Cubano Libre, El Fígaro, Remedios Ilustrado, Diario Español, Ilustración Cubana, El Comercio, Letras, Alma Cubana, La Discusión, Bohemia, El Triunfo, La Razón, Revista de Administración, Gráfico, La Reforma Social, El País, Revista de La Habana, La Revista, Heraldo de Cuba, La Nova Catalunya, Revista de Avance, Social, Polémica, Revista Tabaco, Minerva, Diario de la Marina, Islas, La Gaceta de Cuba, Casa de las Américas; Archivos Venezolanos de Folklore; Traducción (Tampa, Florida); El Diluvio (Barcelona); La Nueva Democracia (New York); The Hispanic American Historical Review (North Carolina, EE.UU.). Pronunció numerosas conferencias. Era miembro, además, de la Academia de la Historia de Cuba.

Dirigió la Colección de Libros Cubanos, que durante años editó los mejores libros de autores nacionales. Se destacó como figura de primera importancia en la investigación del folklore afrocubano. Escribió varios libros de Derecho, entre ellos Base para un estudio sobre la llamada reparación civil (1901), tesis para el doctorado en la Universidad, y el Proyecto de código criminal cubano (1926), traducido al francés. Es autor de la Recopilación para la historia de la Sociedad Económica habanera (1929-1938). Tomó parte en la traducción de Introducción a la ciencia política, de James Wilford Garner, y en la de Cuba antes de Colón, de Mark Raymond Harrington. Sus obras La filosofía penal de los espiritistas y Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar fueron traducidas al portugués y al inglés respectivamente. (Tomado de Cubaliteraria).

Nos cuenta Guanche: La monumental obra de Fernando Ortiz (1881-1969), el más brillante científico social cubano de la primera mitad del presente siglo XX, ha servido de significativo precedente para la inmensa mayoría de las investigaciones que han incursionado en el conocimiento de los factores histórico-culturales de la nación cubana actual.

El proceso de maduración intelectual, reflejado ampliamente en su obra y acción, lo condujo a estudiar los más diversos aspectos de la vida cubana, tanto en el contexto latinoamericano y caribeño, como en sus vínculos con África, Asia, Europa y Norteamérica; sin perder de vista su objetivo fundamental: desentrañar los factores humanos de la cubanidad y sus variadas características culturales, así como aplicar esos conocimientos a la práctica cotidiana, en tanto promotor de acciones individuales y colectivas capaces de influir favorablemente en el desarrollo de la cultura nacional.

Para esta titánica labor, que implicó múltiples incomprensiones y enconadas discusiones, junto con el apoyo de innumerables colaboradores y seguidores – que siempre han sido mayoría, Ortiz también se valió del conocimiento aportado por la antropología sociocultural de su época.

En los primeros decenios del siglo XX el pensamiento antropológico ya había demostrado la significación básica del trabajo de campo y el papel decisivo de la convivencia temporal con las sociedades humanas que se pretendían conocer. Se debatían los alcances y limitaciones teóricas del evolucionismo y el difusionismo, como iniciales corrientes del quehacer antropológico, y se reconocía el sentido relativo de cada cultura respecto de otra, independientemente de su grado de desarrollo. El funcionalismo abría una nueva alternativa para profundizar en el estudio concreto de los diversos componentes de la cultura y sus portadores. Sin embargo, la interpretación de los contactos interculturales y sus transformaciones esenciales trataban de ser explicados mediante conceptos insuficientes para revelar toda la riqueza y complejidad de estos cambios.

De este modo, Ortiz se encuentra con una pretendida lectura de la "aculturación" para evaluar procesos etnoculturales efectuados en Cuba, que no se correspondían con el limitado alcance de este concepto.

La propuesta introducida por Ortiz en 1940, acerca del neologismo transculturación, en abierta oposición a la voz inglesaacculturation, no significó un simple cambio de prefijo para matizar el conocimiento de los procesos culturales y sus cambios; sino que se derivó de una profunda reflexión basada en múltiples investigaciones durante más de tres décadas sobre la problemática etnosocial cubana y sus nexos internacionales.

El alcance conceptual de la transculturación, lo define su creador como "las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque éste no consiste solamente en adquirir una distinta cultura […], sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial desculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse deneoculturación. Al fin, […] en todo abrazo de culturas sucede lo que en la cópula genética de los individuos: la criatura siempre tiene algo de ambos progenitores, pero también siempre es distinta de cada uno de los dos. En conjunto, el proceso es unatransculturación, y este vocablo comprende todas las fases de su parábola”.

Su argumentación rebasa ampliamente el contexto histórico-cultural de Cuba para insertarse, no sin dificultades, en las categorías del conocimiento antropológico internacional. Uno de los contenidos esenciales de su fundamentación, al referirse a los complejos procesos inmigratorios que sirven de génesis al etnos cubano contemporáneo, es la impactante compactación de relaciones interculturales entre el nivel de desarrollo de los emisores europeos de la migración y el de los receptores aborígenes de este lado del Atlántico. En ese sentido señala que: "Toda la escala cultural que Europa experimentó en más de cuatro milenios, en Cuba pasó en menos de cuatro siglos. Lo que allí fue subida por rampa y escalones, aquí ha sido progreso a saltos y sobresaltos" (2) . De este modo llega a otra idea clave cuando afirma que: "En un día se pasaron en Cuba varias edades; se diría que miles de`años-cultura', si fuera admisible tal métrica para la cronología de los pueblos".

En este ámbito histórico, la oposicióntransculturación vs. aculturaciónforma parte de la valoración orticiana a la dignidad cultural de cada pueblo, frente a concepciones prejuiciadas y discriminatorias que han lastrado los estudios antropológicos hasta nuestros días.

Cuando publica su Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar en 1940, recibe inmediatamente la aceptación de Bronislaw Malinowski (1884-1942), quien reconoce en suIntroducción que "la palabra acculturation, […] no hace mucho comenzó a correr y […] amenaza con apoderarse del campo, especialmente en los escritos sociológicos y antropológicos, de autores norteamericanos".

Porque el concepto detransculturación, cual concepción generalizadora de los cambios cualitativos de la cultura podía desde entonces, no sólo explicar la complejidad de estos procesos, sino al mismo tiempo sustituir otros de alcance más limitados como "cambio cultural", "aculturación", "difusión", "migración u ósmosis de cultura", entre otros. Pero la concepción de Ortiz no fue objeto de tanta divulgación ni aceptación internacional por múltiples factores, que tienen su raíz histórica en el propio desarrollo de la antropología norteamericana y en la alta capacidad divulgativa de ésta.

Malinowski no se equivocó, pues el concepto de aculturación fue mucho más allá de su limitado alcance inicial y se convirtió en una especie de panacea para explicar e interpretar diversos tipos de relacionas interculturales. Sin embargo, esta concepción se encuentra cargada desde su origen, de una esencia despectiva hacia los pueblos de menor grado de desarrollo socioeconómico. En esta dirección, el guía teórico del funcionalismo en antropología también reconocía que: "Es un vocablo etnocéntrico con una significación moral. El inmigrante tiene que `aculturarse' (to acculturate); así han de hacer también los indígenas, paganos e infieles, bárbaros o salvajes, que gozan del `beneficio' de estar sometidos a nuestra Gran Cultura Occidental. […] El `inculto´ ha de recibir los beneficios de `nuestra cultura'; es `él quien ha de cambiar para convertirse en `uno de nosotros".

Tanto fue el entusiasmo de Malinowski por el neologismo que clasifica a Ortiz de un "verdadero funcionalista"; pero el sabio cubano va mucho más allá del estudio sobre las relaciones y funciones del tabaco y el azúcar como plantas simbólicas de los procesos transculturales en Cuba. Ortiz aborda el análisis comparado de los diversos factores causales (históricos, demográficos, étnicos, económicos, psicológicos, estéticos, jurídicos, religiosos y otros), que condicionan el intrincado contrapunteo. Así, la concepción de la transculturación es un trascendental resultado que se convierte en nuevo punto de partida para futuras investigaciones, las que muestran entre diversos aspectos, las limitaciones de la aculturación para explicar procesos complejos.

(…) desde que Ortiz lanza su neologismo al lenguaje antropológico internacional se encarga de demostrar mediante varias obras fundamentales como El engaño de las razas(1946), La africanía de la música folklórica de Cuba (1950), Los bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba (1951), y Los instrumentos de la música afrocubana(1952-1955); entre otras monografías, el carácter complejo y altamente dinámico de los procesos de transculturación en los aspectos humano, musical, danzario, teatral y organológico (29) .

En la primera de las referidas obras y como parte de una denodada crítica a las teorías y prácticas racistas, a la vez que en defensa de la cultura como sustancial cualidad humana, escribe: "La historia americana no puede ser comprendida sin conocer la de todas las esencias étnicas que en este continente se han fundido y sin apreciar cuál ha sido el verdadero resultado de su recíproca transculturación".

Por ello, al año siguiente, cuando publica losPreludios étnicos de la música afrocubanavalora altamente el papel de la investigación etnológica como vía necesaria para comprender los contenidos esenciales de la cubanidad; esa cualidad étnica original y distinta de sus antecedentes primarios, que logra explicar mediante su concepción de la transculturación. En este sentido señala: "Entonces ya comprendieron algunos, […] que mi faena de etnografía no era un simple pasatiempo o distracción […] sino que era base para poder fundamentar mejor los criterios firmes de una mayor integración nacional".

Decía Ortiz que la verdadera historia de Cuba es la historia de sus transculturaciones. Primero fue el indio y luego la desaparición de éste por no acomodarse al impacto de la nueva cultura: la castellana. Después fue la transculturación de una corriente de inmigrantes blancos; españoles de diferentes culturas y, al propio tiempo, la transculturación de una gran cantidad de negros africanos, de diversas culturas. Además participaron otras culturas inmigratorias, pues llegaron a Cuba judíos, chinos, franceses, anglosajones, etcétera.

Decía Ortiz que: En todos los pueblos la evolución histórica significa siempre un tránsito vital de culturas a ritmo más o menos reposado o veloz; pero en Cuba han sido tantas y tan diversas en posiciones de espacio y categorías estructurales las culturas que han influido en la formación de su pueblo, que ese inmenso amestizamiento de razas y culturas sobrepuja la trascendencia a todo otro fenómeno histórico. Los mismos fenómenos económicos, los más básicos de la vida social, en Cuba se confunden casi siempre con las expresiones de las diversas culturas. En Cuba decir ciboney, taíno, español, judío, inglés, francés, angloamericano, negro, yucateco, chino y criollo, no significa indicar solamente los diversos elementos formativos de la nación cubana, expresados por sus sendos apelativos gentilicios. Cada uno de éstos viene a ser también la sintética e histórica denominación de una economía y de una cultura de las varias que en Cuba se han manifestado sucesiva y hasta coetáneamente, produciéndose a veces los más terribles impactos […]. .

El proceso de transculturación es: Un proceso en el cual emerge una nueva realidad, compuesta […] de caracteres, ni siquiera un mosaico, sino un fenómeno nuevo, original e independiente […] una transición entre dos culturas, ambas activas, ambas contribuyentes con sendos aportes, y ambas cooperantes al advenimiento de una nueva realidad de civilizaciones.

Luis Montané Dardé (1843-1936)

Médico y antropólogo. Fue el verdadero introductor de la Antropología Física en Cuba. Publicó memorias sobre diversas patologías e informes médico-legales, aunque su obra principal estuvo dedicada a la Antropología.

Nació en La Habana el 7 de abril de 1849, y falleció en Francia, el 28 de noviembre de 1936. Trasladado a Francia a los dos años de edad, realizó sus estudios primarios, en ese país. Cursó el Bachillerato en Letras en el Liceo de Toulouse, y más tarde obtuvo el título de Bachiller en Ciencias en París. En 1872, aún estudiante, fue nombrado Miembro Titular de la Société d´Anthropologie de París. En 1874 se graduó de Doctor en Medicina, en la Universidad de París, con la tesis: Etúde anatomique du cráne chez les microcphales, la cual constituye el punto de partida de los estudios antropológicos de Montané y resultó premiada por la referida Sociedad; este trabajo posee importancia para la historia de la Craneología.

Fue discípulo de los destacados antropólogos franceses Broca, Hamy y Quatrefages, con quienes se mantuvo en contacto, al igual que con los no menos conocidos Topinard, Letourneau y Verneau. Sirvió como Médico Ayudante Mayor en la Guerra Franco Prusiana. Ejerció la profesión de Otorrinolaringólogo, y fue uno de los primeros Médicos en desempeñar dicha especialidad en la Isla.

A su regreso a Cuba, en 1874, ingresó en la Real Academia de Ciencias Medicas, Físicas y Naturales de la Habana, tras la presentación de su trabajo: El cráneo desde el punto de vista Antropológico, institución de la que fue Miembro Numerario entre 1877 y 1883, así como Miembro de Mérito, a partir de 1895. Contribuyó, con otros científicos cubanos a la creación de la "Sección de Antropología" de la referida Academia, y a la fundación de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, el 7 de octubre de 1877, en la cual llegó a ocupar el cargo de Presidente; fue en esta última Sociedad donde presentó su trabajo titulado: Un caribe cubano. Estudio craneológico, en la sesión del 19 de abril de 1885. Ocupó, además, los cargos de Vicepresidente de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana, y de Director de la Sección Antropológica de la Sociedad Cubana de Historia Natural "Felipe Poey".

Dedicó gran parte de su vida a la enseñanza en la Universidad de La Habana, donde creó la primera Cátedra de Antropología, en 1900, y fundó el Laboratorio y el Museo Antropológico, que por acuerdo de la por entonces Facultad de Letras y Ciencias, ostenta desde 1903 su nombre. Participó en la organización de las Conferencias de dicha Facultad, entre ellas las denominadas: “En la Sierra de Banao” y “La Infancia de la Humanidad”. Colaboró, además, en la publicación de la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias.

Publicó memorias sobre diversas patologías, e informes médico-legales, aunque su obra principal estuvo dedicada a la Antropología; sobre esta ciencia escribió diversos trabajos que comprenden estudios comparativos de razas, pero sobre todo descripciones y mediciones de cráneos aborígenes, microcéfalos, hidrocéfalos y huesos fósiles, así como otros que van desde narraciones de viajes hasta biografías.

Como resultado de sus expediciones a distintas regiones de la Isla recolectó un buen número de piezas arqueológicas y antropológicas, que remitió a Francia para su estudio y las cuales pasaron posteriormente a formar parte de los Museos de la Academia y de la Universidad de La Habana. Entre dichas expediciones pueden mencionarse las siguientes: exploración de la Cueva del Purial, Sancti Spíritus; investigaciones realizadas en Oriente; trabajo sobre el indio de la Ciénaga de Zapata. Algunos de los restos encontrados se consideraron erróneamente como pertenecientes a un hombre fósil, autóctono de América, que Hamy denominó “Hombre de Sancti Spíritus”, y Ameghino, “Homo Cubensis”, aunque el propio Montané no concordaba totalmente con tal criterio.

Menor atención recibió su descubrimiento de dientes que probaban la existencia de un simio fósil (el primero conocido en La Antillas), lo cual fue definitivamente corroborado en 1987, y que fuera denominado por Ameghino como del Género “Montaneia”, en honor al Antropólogo cubano, quien fue uno de los primeros en dar a conocer los grupos descendientes de aborígenes, muy mezclados ya, que han perdurado en la región oriental de Cuba. (Tomado de Internet).

17. Caracterice brevemente las direcciones fundamentales de la investigación antropológica en Cuba

Los historiadores de la antropología cubana sitúan su comienzo en la primera mitad del siglo XIX, con la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Posteriormente, en 1877, surge la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba.

Durante la intervención norteamericana en la Isla se registran nuevos impulsos al desarrollo de la antropología en el país, no olvidemos que en estos años la investigación antropológica está al servicio de los diversos proyectos de coloniaje en el mundo. A través de la Orden Militar no. 212 del 4 de noviembre de 1899, se creó la Cátedra de Antropología General y Ejercicios Antropométricos de la Universidad de La Habana, siendo designado para dirigirla el destacado antropólogo cubano Luis Montané y Dardé.

En 1962, después del triunfo de la Revolución, se produce la Reforma Universitaria y se crea el Departamento de Antropología de la Escuela de Ciencias Biológicas en la Universidad de La Habana. Los criterios de Montané crearon una tradición dentro del ámbito universitario cubano, y la antropología física fue la rama que recibió un mayor impulso en su desarrollo.

En 1976, con el cambio institucional que se produce en toda la nación, también se modifica la estructura de la Universidad de La Habana. Se constituye la Facultad de Biología y el Museo Antropológico Montané asume las funciones de Departamento de Antropología.

En 1990 ocurren dos cambios muy significativos: se constituye la Sociedad Cubana de Antropología Biológica y se funda la Cátedra Honorífica de Antropología “Luis Montané” de la Universidad de La Habana en 1994.

El área donde la antropología física aplicada tiene su mayor desarrollo es, probablemente, la antropología biomédica. En el país, se han conducido estudios sobre patrones de salud y enfermedad de la población cubana, tales como investigaciones en los patrones de crecimiento y desarrollo de los niños cubanos (la primera en 1972), estudios sobre la enfermedad de Wilson y sobre las características de la menopausia en Cuba, entre otros.

Otra rama de mucho desarrollo ha sido la ergonomía. Se han obtenido datos y realizado análisis antropológicos con el propósito de crear mejores ambientes de trabajo, habitacional y de estudio. Entre estos destaca el atlas antropométrico de la mujer trabajadora. También se han obtenido avances en las áreas de la antropología del deporte y la antropología forense. Se han efectuado estudios sobre la evolución morfológica y fisiológica de los atletas de alto rendimiento, extendiéndose estos estudios hacia aquellos individuos que aspiran a ingresar en las compañías nacionales de ballet y danza. En el caso de la antropología forense destaca la labor en la identificación de los restos del Che y sus otros compañeros en Bolivia.

Por último destacamos las aplicaciones de la antropología física a la educación. Los institutos pedagógicos superiores incluyen en sus programas de estudio asignaturas que tratan los principios básicos de la ontología humana de significación para la educación: el ciclo de la vida, los patrones de crecimiento y los factores que sobre él influyen, la variabilidad en la maduración biológica, entre otros.

Bibliografía

Basail Rodríguez, Alain (Coordinador). Colectivo de Autores. 2003. Antropología Social. Selección de Lecturas.

Bohannan, Paul y Mark Glazer. 1993. Antropología. Lecturas, Mc Graw-Hill/Interamericana de España (2da Edición).

Enciclopedia Microsoft Encarta 2008.

Facultad de Filosofía e Historia, Universidad de La. Habana. Guía de estudio Antropología Sociocultural.

Guanche, Jesús. Avatares de la transculturación orticiana (en Internet)

Ramírez Pérez Leony. La antropología en función de los estudios socioculturales, en www.monografias.com

www.cubaliteraria.com

Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Antropolog%C3%ADa_cultural"

 

 

Autora:

Jacqueline Laguardia Martínez

Breve biografía del autor: Jacqueline Laguardia Martínez (La Habana, 1976). Graduada de Economía e Historia de la Universidad de La Habana y M.Sc. en Relaciones Económicas Internacionales y Gestión de la Política Económica. Es Profesora Adjunta de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana.

SUM 10 de Octubre

La Habana, Cuba, 2008

Partes: 1, 2, 3
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