En esencia, los mismos ideales y propósitos que informan nuestra actitud frente a la integración fundamentan el sentido de nuestra concepción acerca de lo que deberían ser las relaciones interamericanas. Ya es tiempo de superar la vieja práctica del ocultamiento y el eufemismo. La retórica de la vieja diplomacia pareció preferir siempre eludir el enfoque frontal de los problemas. Tal preferencia formó parte conspicua de un modo de ser y de un estilo político característicamente incompatible con la naturaleza de una posición de veras revolucionaria que implica un nuevo lenguaje y una nueva manera de encarar situaciones y problemas. Por otra parte, nada tenemos que ocultar. Nuestra abierta y confesa posición revolucionaria nos demanda luchar contra todo aquello que constituyó parte y fundamento del orden tradicional de nuestra sociedad. Aspecto importante de este orden fue una particular manera de encarar la problemática internacional de nuestro tiempo. Es más, la diplomacia que hemos abandonado fue en su época la expresión de un determinado modo de entender, de definir y de aceptar las relaciones entre otros países y el nuestro, y en particular entre nuestros países y los países poderosos.
Estas relaciones siempre fueron planteadas en términos de virtual subordinación del Perú a los centros hegemónicos de poder extranjero. De esa manera se consagró a nivel internacional el predominio de las grandes empresas sobre la economía del Perú. De tal suerte llegamos a ser en el pasado un país de soberanía recortada e ilusoria, justamente por el hecho de constituir una nación de economía sujeta a la influencia de intereses económicos foráneos. Por eso la indeclinable posición nacionalista de la Revolución Peruana y su lucha militante por la reivindicación total de nuestra soberanía, tornan irrenunciable nuestra absoluta fidelidad al propósito de afianzar el carácter nacional de nuestra economía.
Comprendemos muy bien que una posición como la nuestra despierta la suspicacia, la crítica y el rechazo de aquellos intereses foráneos que la revolución inexorablemente tiene que afectar. Sabemos que tal posición puede conducir a fricciones y conflictos con algunos gobiernos extranjeros. Pero sabemos también que esto sólo puede ocurrir con los gobiernos que cometen el profundo error histórico de creer que la causa de sus pueblos y el interés de sus naciones pueden ser confundidos con la causa y los intereses de empresas cuyas finalidades especificas poco o nada tienen en común con los intereses del Perú como nación y, en verdad, con los bien entendidos intereses de sus propios países de origen.
Todos reconocemos en América Latina que la insurgencia de movimientos nacionalistas y revolucionarios siempre ha planteado situaciones conflictivas de intensidad variable con el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica. La explicación radica fundamentalmente en la circunstancia de que esos movimientos han enfrentado inevitablemente la dura oposición de los intereses económicos de aquellas empresas estadounidenses que llegaron a nuestros países en connivencia con gobiernos conservadores y entreguistas.
Todo este fue lo característico de nuestra historia. Tal era el modo usual de "gobernar". Comprendernos que no se trata aquí de encontrar responsabilidades unilaterales. Culpables fueron, tanto o más que las empresas extranjeras, los gobiernos que por uno u otro motivo cedieron a sus presiones y, en condiciones lesivas a nuestros intereses nacionales, entregaron las riquezas, los recursos naturales y el trabajo de nuestras gentes. Pero todo esto pertenece al pasado. Porque por obra de la revolución de nuestra Fuerza Armada, el Perú hace tres años y medio empezó a dejar de ser un país sometido a tutela extranjera. Nada nos apartará de continuar luchando para que la riqueza del Perú sea de modo verdadero riqueza de sólo los peruanos. Y los Estados Unidos deberían comprender y respetar la honda raíz de justicia que hace irrenunciable nuestra causa.
Lo anterior, sin embargo, no debería confundirse con una simplista posición antinorteamericana. El Perú, seguramente al igual que los demás países de América Latina, nada tiene en contra del pueblo norteamericano, cuya historia y cuya grandeza como nación conocemos y respetamos. Mas si tenemos motivos fundados de rechazo a la acción predatoria y perniciosa de la penetración imperialista. Y nada tenemos en contra del Gobierno de los Estados Unidos, sino en tanto ese gobierno pudiera actuar en base a la errada y anti-histórico noción de que debe situarse al lado de los intereses de algunas empresas fundamentalmente explotadoras y no de parte de la causa de pueblos a los que se llama hermano, ni en verdad, al final de todos los análisis, de parte de la bien entendida causa del propio pueblo norteamericano.
Todos en el hemisferio deberíamos comprender que hemos ya empezado a vivir una etapa distinta de nuestra historia contemporánea. En esta nueva etapa ya no será posible defender y mantener las viejas hegemonías del pasado. Es imposible será también continuar justificando una presión puesta al servicio de intereses privados en desmedro de pueblos e ideales que se proclama defender y respetar.
Ya en el seno mismo de la gran nación norteamericana, las voces de sus hombres más preclaros han comenzado a levantarse en demanda del abandono permanente de la política discriminatoria y estéril, a todas luces opuesta al rumbo de los tiempos.
Lo que con más urgencia requieren las relaciones interamericanas son políticas de pueblo a pueblo, políticas de grandeza, políticas de realismo, políticas de auténtico sentido histórico, situadas por encima de esa innegable pequeñez que supone el definir los vínculos entre naciones en función de los intereses de empresas económicas. Sólo de tal manera podremos construir en esta parte del mundo un sistema internacional basado en el respeto a la soberanía de los pueblos y unido al propósito común de preservar la justicia y la paz verdaderas.
Queremos vivir en paz con los pueblos y gobiernos del hemisferio del cual formamos parte. Pero en paz auténtica, que para nosotros es inseparable del respeto a la justicia. Es ya centenaria la sentencia inmortal que Benito Juárez, el gran revolucionario mexicano, legara a los pueblos de América Latina: "El respeto al derecho ajeno es la paz". Así también nosotros lo entendemos. Hoy más que nunca debemos reivindicar la plenitud de ese enunciado. Él significa que la paz verdadera no puede existir cuando existen relaciones de subordinación de unos países a otros. Ni tampoco cuando se desconoce o se cuestiona el derecho de los demás a actuar con libertad.
NUESTRO NO ALINEAMIENTO
Nuestra Revolución se dirige a crear una sociedad basada en la transformación de poder económico y político a las instituciones libres y autónomas del pueblo; en la participación plena de sus hombres y mujeres en todos los asuntos de la vida económica, social y política de la nación: en la predominante, pero no exclusiva, propiedad social de la riqueza; y en la efectiva existencia de una verdadera democracia que surja desde la base popular. Estos son criterios fundamentalmente divergentes de aquellos que constituyen la médula misma de los planteamientos capitalistas o pro-capitalistas, comunistas o pro- comunistas. Por eso siempre fuimos muy claros en señalar nuestra profunda incompatibilidad final con toda forma de capitalismo y también con toda forma propia de los enfoques comunistas.
Corolario sustancial de nuestra posición es la consideración del proceso peruano como una gran experiencia nacional, conceptual e ideológicamente autónoma, propia de nuestro pueblo y por entero alejada de cualquier influencia originada en centros extranjeros de poder ideológico, político, económico o cultural. Lo que nos permite mantener en el plano internacional una política de veras independiente frente a los intereses de las grandes potencias en pugna. Consecuencia lógica de esta concepción es nuestro ingreso al grupo de Países no Alineados.
En la medida en que seamos capaces de mantener la esencia nacional, autónoma, independiente y propia de nuestra Revolución, ella continuará triunfante como hasta hoy. Y en esa medida habremos de enfrentar victoriosamente el ataque abierto o encubierto de quienes sostienen posiciones pro-capitalistas o pro-comunistas que son, en esencia contrarias a la Revolución Peruana. Pero el esfuerzo que demanda este enfrentamiento decisivo es el precio que el Perú debe pagar para alcanzar los objetivos de su auténtica liberación definitiva. Somos conscientes de todo lo que implica una militante actitud de lucha contra el dominio extranjero. Somos conscientes de que el destino del Perú está indisolublemente unido al destino de América Latina; somos conscientes de nuestra pertenencia fundamental al sector de naciones explotadas y dominadas, poro insurgentes, que integran el Tercer Mundo; y somos conscientes de que nuestros más profundos intereses nacionales se hallan en conflicto inevitable con los intereses económicos y políticos de las grandes potencias que pugnan por la supremacía mundial y que siguen estrategias similares y convergentes de influencia, control y dominio de los países menos fuertes y desarrollados de la tierra.
No hay, pues, un solo imperialismo, sino en el sentido de aludir al esencialmente unívoco fenómeno de dominación de un país sobre otro. Pero tal ocurre de manera similar a partir de varios centros de poder imperial.
El No Alineamiento del Perú expresa con fidelidad esta realista visión del panorama actual del mundo y nuestro rechazo a todas las formas de penetración económica, cultural, militar o política en que se manifiesta la posición finalmente imperialista de las grandes potencias, extraña y contraria a los pueblos del Tercer Mundo. Por ende, para nosotros los peruanos, la transformación revolucionaria de los países pobres de la tierra, debe ser obra enteramente nuestra, resultado de un pensamiento y de una praxis totalmente independiente y totalmente autónomos.
Esta revolución continuará su marcha victoriosa, porque el Perú la reclama y necesita. Hay en nosotros una sentida y profunda vocación de patriotismo. No nos mueve la ambición ni el apetito de poder. Nos mueve únicamente un hondo deseo irrenunciable, el de servir a nuestra Patria. Cada día que pasa, es para nosotros un día de esfuerzo, de laboriosa entrega a este alto ideal del Perú. Es por ello que no vamos a dejar inconclusa esta gran obra de justicia.
Sentirnos día a día, en su esforzada construcción, el propio palpitar de nuestro pueblo. Es el ancho corazón del Perú el que nos alienta y nos impulsa. Poco a poco estamos dejando para siempre atrás el pasado de esta Patria hasta ayer engañada y hundida en la explotación y en lo injusticia, en la verdadera falta de libertad para su pueblo. En esto está la esencia más radical de nuestro compromiso político y humano. Y a él hemos entregado la propia razón de nuestra vida. Qué importa que algunos no puedan o no quieran comprenderlo. Lo sienten hoy, y más lo sentirán mañana, los hombres y mujeres humildes de esta nación secularmente desgarrada por el desaliento y la pobreza, por la desesperanza y el engaño, por la miseria y la ausencia de fe.
A todo esto quiso y quiere responder nuestra Revolución. Ella representa algo nuevo en la vida del Perú. No la manchemos con la disensión y la violencia, con la perfidia y con la mezquindad. Sepamos todos situarnos a la altura de esta hora luminosa del Perú. Estamos construyendo un futuro mejor para todos los hombres y mujeres de esta tierra que es nuestra vida misma. Estamos humildemente aprendiendo a ser mejores, porque muy bien sabemos que aún quedan en nosotros vestigios y resabios de lo ominoso de nuestra herencia del pasado. Nunca hemos reclamado, por eso, ni perfección ni acierto permanente. Lo que sí reclamamos es tan sólo el honesto reconocimiento de que por vez primera se empieza a construir en el Perú un destino más justo.
Convocamos por ello a lo mejor de nuestro pueblo para impulsar la obra que estamos realizando. Nadie tiene derecho a malograr este empeño esforzado del Perú. Los hombres de la Fuerza Armada y de las Fuerzas Policiales lo seguiremos defendiendo unidos en la convicción sentida y profunda de que la nuestra es una tarea de justicia. Se la debemos al Perú, a su pueblo, a este duro presente que vivimos y a ese mañana que vivirán, con más libertad y más justicia nuestros hijos, simiente de nuestra eternidad como nación americana.
NUESTRA FIDELIDAD AL LEGADO DE AYACUCHO
Hay a lo largo de toda nuestra historia un claro mandato de unidad. El, halló en Ayacucho una alta y perdurable expresión de gloria. De rumbos distintos y lejanos, pero históricamente, próximos y comunes, vinieron hace siglo y medio, innumerables hermanos de América Latina a luchar por una causa que sabían suya, tan suya como nuestra, porque era la causa de la libertad latinoamericana. Los grandes Capitanes de la Gesta Emancipadora fueron con claridad conscientes del designio unitario, que vive en nuestra historia. Pero también sintieron así seguramente, los luchadores anónimos, que combatieron a sus órdenes aquellos que, dejaron sin nombre, pero con nítida huella perdurable, la herencia de su esforzado sacrificio: que, por igual contribuyó a hacernos libres. Aquella fue por eso gesta de hombres y pueblos que unidos presintieron y tuvieron conciencia, de su pertenecer común a un solo destino colectivo; a una sola historia, a una sola causa de independencia nacional.
Nuestros pueblos, insurgieron a la vida republicana bajo el signo plural de su unitaria voluntad latinoamericana, de su sentido propósito emancipador, de su clara vocación de libertad; y de su honda adhesión a los principios de justicia. Nuestras repúblicas, así, surgieron a la vida para que en ellas fuesen construidas: sociedades soberanas y justas; patrias emancipadas de hombres libres. Estos grandes ideales fueron la esencia misma de los propósitos y de la fe que alentaron en el corazón y en los sueños de los Próceres de nuestra Independencia. Ellos dieron grandeza singular a su epopeya. Ellos dieron sentido a la esperanza de los miles y miles de hombres y mujeres que recorrieron el suelo de América Latina para abrir el camino de su perdurable libertad.
Su lucha fue, sin ápice de duda, una gran epopeya revolucionaria. Y aquí radica, la más esclarecida significación de su legado a nuestros pueblos. Porque esos grandes ideales conservan hoy, la plenitud de su valor. Somos consecuentes, de que es aún muchísimo lo que es preciso hacer en América Latina; para dar concreción al sueño de sus libertadores. Por eso, a siglo y medio de iniciada la experiencia de nuestra libertad, somos aún deudores de quienes entonces empezaron a labrarla. Porque sabemos, que nuestra común historia republicana no ha conducido hasta hoy a modelar sociedades basadas en la observancia fiel de los principios y de los ideales que fueron la más alta inspiración de la epopeya emancipadora.
Hoy nuestros pueblos sienten palpablemente esta profunda deuda con su propia historia. Brumosa o claramente el sentimiento de esta responsabilidad está en el fundamento mismo de la vasta insurgencia popular por la justicia que se percibe con nitidez en todas las latitudes de América Latina. Nuevamente los viejos sueños convocan a los pueblos. Otra vez los mismos caminos de la historia llevan el mensaje de un idéntico ideal de unión, de libertad y de justicia. Y la afirmación de nuestro común destino latinoamericano, independiente y soberano, vuelve a impulsar el sentimiento de nuestra indispensable unión. En una hora conturbada y problemática del mundo América Latina empieza a recobrar una presencia singular y autónoma. Nuestros pueblos inician el reencuentro con su historia. Y el sentido más hondo y más ilustre de la heroica gesto libertaria.
Ilumina de nuevo el firmamento latinoamericano. Nuestras naciones sólo pueden ser libres a plenitud en la medida en que sean, también a plenitud, dueñas de su destino. Lejos de todo afán retórico, esta es una exigencia real y verdadera. Significa decidir el rumbo soberano de nuestros Estados, sin sombra de presión o interferencia extranjera, controlar sin restricciones nuestra propia riqueza, y reconocer nuestra capacidad para construir en cada uno de nuestros países formas sociales, políticas económicas de organización autónomamente decididas por nosotros de acuerdo a nuestra propia realidad y con plena conciencia de que nuestro camino en la vida y en la historia debe ser construido tan solo por nosotros, con nuestra propia inteligencia, con nuestras propias manos, con nuestro propio corazón.
Es esto lo que significa ser una Patria de veras soberana. No podemos ser políticamente libres si el sustento económico de nuestras sociedades sufre la interferencia o el dominio de cualquier poder extranjero. Porque la independencia y la soberanía son interdependientes valores de totalidad. De allí que nuestra autonomía nacional sólo pueda ser entendida como la plena conjunción de sus dimensiones: política, económica, social y cultural.
Y tampoco podremos ser jamás sociedades verdaderamente libres sino en la medida en que seamos capaces de ser al mismo tiempo sociedades enteramente justas. Porque la libertad y la justicia son valores inseparables. En tanto exista injusticia social en nuestros pueblos ellos jamás conocerán la verdadera libertad: en tanto grupos de privilegio acaparen riqueza y poder mientras millones de compatriotas nuestros viven en la miseria y en tanto, en fin, los pocos vivan a expensas de los muchos, será ilusorio hablar de libertad y de justicia en nuestro continente. Esas continuarán siendo simples palabras, aunque grandes palabras, desprovistas de contenido real y verdadero para los millones de hombres y mujeres que forman nuestro pueblo, esencia de la Patria Latinoamericana. En tales condiciones sólo podríamos aspirar a ser contradictorias democracias señoriales finalmente al servicio de reducidas minorías que viven de espaldas a su pueblo y a su historia.
Concretar los grandes ideales de nuestra primera independencia, significa, así, luchar contra todas las formas de injusticia, contra todas las formas de discriminación, contra todas las formas de presión extranjera, para que los hombres y mujeres de nuestros pueblos se aproximen cada vez más a ser los forjadores y conductores de su propio destino. Libres como Estados de la dominación foránea y libres como pueblos de la explotación económica y política, las naciones de América Latina, podrán aportar al mundo la voz de una presencia autónoma, que defiende con autenticidad su propia causa y la causa de otras naciones en pugna similar por su liberación total y definitiva. Sólo de esta manera podremos articular una posición de veras nuestra y en consecuencia, situada enteramente, al margen de las presiones y de los intereses de las grandes potencias que disputan, una efímera y pueril supremacía en nuestro mundo.
Crisol de razas, de pueblos y culturas, América Latina debe representar una presencia militante que proclame la indispensable necesidad de trascender lo que hasta hoy ha sido norma de la política y de la economía en el campo de las relaciones internacionales. La extraordinaria apertura histórica que hoy estamos viviendo nos brinda la oportunidad impar de ser los forjadores de nuevas ideas, y nuevos planteamientos. En un momento en que los grandes sistemas sociales y políticos, hasta hoy dominantes, enfrentan honda crisis en que, se opera una profunda revisión de los viejos valores y de los conocimientos que han modelado; la organización total de las sociedades contemporáneas: y, en que, todo el conjunto de la vida humana, parece confrontar, una honda revaloración y un hondo reajuste; América Latina, debe afianzar el sentido de su propia y plural independencia para forjar, reivindicando los grandes valores de su historia y recogiendo los múltiples aportes que le brinda la experiencia mundial contemporánea su propio y autónomo camino.
Nada de esto podrá, sin embargo, ser logrado, si olvidamos la esencia del mensaje de Ayacucho. Nuestra unión abrió el camino de nuestra libertad. Al cabo de ciento cincuenta años, nuestra unión, es lo único que puede permitirnos consolidar y ampliar ese legado inapreciable. Nuestros destinos nacionales son interdependientes. Ninguno de nuestros países puede, por separado, culminar, ni preservar por siempre, sus grandes ideales. Únicamente, podremos prevalecer en la medida en que nos mantengamos solidarios y luchemos unidos, por la causa más alta de nuestros pueblos. Sólo de esa manera, podremos pagar, la ingente deuda histórica que nos legó el pasado. Y sólo así podremos culminar la inconclusa tarea de hacer de nuestras naciones, Patrias: de libertad y de justicia.
Grandes y singulares peligros nos asedian en la hora presente. Todos confrontamos fundamentales problemas irresueltos. El viejo ímpetu de dominación de las grandes potencias, que hemos conocido muy bien a lo largo de nuestra historia, adopta hoy sutiles nuevas formas. Nuestras economías sufren el impacto de distintos y refinados mecanismos de penetración y de control. Nuestras ingentes riquezas naturales no son aún explotadas en beneficio directo y cabal de nuestros pueblos. Formas diversas de influencia cultural distorsionan y desdibujan el sentido de nuestra propia tradición; de nuestros valores; de nuestra personalidad histórica. Y al propio tiempo, poderosos intereses internacionales tratan de minar la paz y la unión de nuestros pueblos; estimulando el surgimiento de rivalidades que nos enfrenten a hermanos contra hermanos. El hombre latinoamericano, indaga por su propio rumbo en medio de todas estas múltiples acechanzas y problemas. Y nuestros pueblos buscan en sus Gobiernos y en sus dirigentes, la orientación necesaria y la indispensable decisión para enfrentar resueltamente, esta compleja realidad. Nosotros no podemos desoír esa demanda; ni debemos eludir esa responsabilidad.
Esta es la posición del Perú y de su Gobierno Revolucionario. La entregamos, al veredicto y a la comprensión de los pueblos hermanos. Al defenderla, somos consecuentes con el antiguo, ilustre, y vigoroso ideal, de nuestros libertadores; de cuya grande, e inacabada obra, somos continuadores. Y al hacerlo, creemos rendir, el más alto testimonio de lealtad, al ejemplo preclaro y perdurable de quienes, al culminar la epopeya que nos hizo libres, entregaron sus vidas por el mismo ideal que nosotros aquí estamos ahora defendiendo.
El requisito para el desarrollo real de nuestros países y la consecución de los más altos ideales de sus pueblos es, sin duda alguna, el mantenimiento de la paz. Por eso el Perú propuso, como parte principal de la Declaración de Ayacucho, dos planteamientos concordantes con la esencia misma de una posición pacifista. El primero de ellos se refirió a la necesidad de adoptar una política general para limitar la adquisición de armamentos con fines bélicos que permitiera derivar la mayor cantidad posible de recursos al desarrollo económico y social de nuestros países.
El segundo planteamiento consistió en proponer que nuestros países, actuaran de manera conjunta, ante cualquier situación difícil, que pudiera afectar su convivencia pacífica; y asumieran el compromiso de que, en caso de conflicto entre dos o más de ellos, los gobiernos de las otras naciones, actuaran de manera inmediata y directa, a través de sus Cancilleres y Ministros de Defensa, a fin de restablecer sin dilación alguna el imperio de la paz.
Nuestra profunda adhesión a los ideales de paz y amistad entre nuestros pueblos inspiró estas propuestas peruanas. Las entregamos a la conciencia de América Latina en la íntima convicción de que al hacerlo servíamos a la causa más alta de sus problemas.
El primero de los planteamientos del Perú ha sido plenamente incorporado en la Declaración de Ayacucho lo mismo que parte sustantiva del segundo. Los peruanos sentimos alta complacencia porque tal haya sido el resultado de nuestra gestión en torno a problemas que juzgamos fundamentales.
El Perú considera indispensable concretar lo antes posible, mediante la adopción de medidas específicas, los planteamientos principistas contenidos en la Declaración, particularmente en lo que se relaciona al problema crucial de la limitación de adquisición de armamentos con fines bélicos agresivos.
Referencias bibliográficas
SIGLAS Y ABREVIATURAS QUE SE USAN (por orden de aparición)
D | : Discurso | |||
CADE | : Conferencia Anual de Ejecutivos | |||
VLVR | : Velasco: La voz de la Revolución | |||
II | : Segundo Tomo | |||
I | : Primer Tomo | |||
E | : Entrevista | |||
ONI | : Oficina Nacional de Información | |||
CAEM | : Centro de Altos Estudios Militares | |||
EOFAP | : Escuela de Oficiales de la Fuerza Aérea del Perú | |||
FF.AA. | : Fuerzas Armadas | |||
CEPAL | : Comisión Económica para América Latina | |||
BID | : Banco Interamericano de Desarrollo | |||
P. del G.R. | : Política del Gobierno Revolucionario | |||
LA | : Latino Americano | |||
M. | : Mensaje | |||
CNA | : Confederación Nacional Agraria | |||
CIECC | : Consejo Interamericano p ara la Educación, la Ciencia y la Cultura | |||
CIAA | : Consejo Internacional de Americanistas | |||
SIP | : Sociedad Interamericana de Prensa | |||
CIMP | : Centro de Instrucción Militar del Perú | |||
IPC | : Internacional Petroleum Company |
I. LA REVOLUCION PERUANA
D: 21.1.74 ( Visita del General Torrijos )
Su autonomía conceptual
D: 28. 7.73 ( Mensaje a la Nación )
D: 3.10.73 ( Aniversario d la Revolución )
D: 19. 9.73 ( Visita del Presidente de Rumana )
D: 15.11.70 ( CADE 70-VLVR. H-11/12 )
D: 29.7.74 ( Almuerzo Comando Conjunto )
El nuevo ordenamiento económico – político y el modelo societal
D: 15.11.70 ( CADE 70-VLVR. H-9/14 )
D: 28. 7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. 1 – 76/77 )
D: 5.74 ( Revista O"Globo –Brasil )
Democracia, humanismo y revolución
D: 11.10.69 ( Manifestación de Chiclayo – VLVR. 1 – 142/3)
D: 3.10.73 ( Aniversario de la Revolución )
D: 3.74 ( Revista Actualidad Pastoral – Argentina )
Revolución, moral social y conciencia política
D: 28. 7.72 ( Mensaje a la Nación. VLVR. II – 369/70 )
D: 17.12.70 ( Solidaridad Institucional – VLVR. II – 48 )
D: 9.10.71 ( Día de la Dignidad -VLVR. II – 261 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. l – 274/5 )
D: 17.12.70 ( Solidaridad Institucional -VLVR. II -49 )
D: 21. 6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 91 )
D: 1.10.71 ( Manifestación de Tacna : VLVR. II – 219 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 109 )
D: 9.10.71 ( Día de la Dignidad – VLVR. II – 267/8 )
D: 9.12.70 ( Día del Ejercito – VLVR. II – 42 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 105/6 )
D: 2.10.71 ( Manifestación de Moquegua – VLVR. II. 228 )
D: 3.10.69 ( Aniversario do la Revolución – VLVR. I – 105 )
D: 28. 7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 229 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Trujillo – VLVR. I – 159 )
D: 26.10.69 ( CADE 69 – VLVR. I – 171 )
D: 19.11.70 ( Apoyo de empresario de la Revolución – VLVR II – 34
II. LAS FUERZAS ARMADAS Y LA REVOLUCION
El Ejército
21.12.71 ( Revista ONI. Pág. 53 )
La Marina
23.12.71 ( Revista ONI. Pág. 66 )
La Fuerza Aérea
20.12.71 ( Revista ONI. Pág. 67 )
Las Fuerzas Policiales
27.12.71 ( Revista ONI. Pág. 70 )
EL CAEM
D: 19.12.69 ( Clausura CAEM – VLVR. I – 181/2 )
III. GOBIERNO, PUEBLO Y FUERZA ARMADA
La fuerza armada, ¿por qué?
D: 1.10.71 ( Manifestación de Tacna – VLVR. II. – 214 )
D: 7.11.68 ( Entrega de Pabellón Nacional – VLVR. I – 7 )
D: 23.12.70 ( Clausura EOFAP – VLVR. II. – 60 )
D: 9.10.71 ( Día de la Dignidad – VLVR. 11 – 264 )
D: 28. 7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. 1 – 252 )
Nuestro propósito y compromiso
D: 15.11.70 ( CADE 70 – VLVR. II – 8 )
D: 28. 7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. 1 – 60 )
D: 24. 6.69 ( Promulgación Ley de Reformo Agraria – VLVR 1 – 44 )
D: 8.10.69 ( Manifestación de Piura – VLVR. 1 – 115 )
D: 9.10.74 ( Día de la Dignidad )
D: 29. 7.72 ( Almuerzo a las FF.AA. – VLVR. II – 377 )
D: 28.7. 70 ( Mensaje e la Nación – VLVR. I. 222)
D: 28. 7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 370 )
D: 6.4. 70 ( VI Congreso LA de Industriales VLVR. I – 215 )
Nuestra segunda independencia
D: 29. 7. 74 ( Almuerzo a los Comandos Conjuntos de FF.AA. y P. )
D: 9.12.70 ( Día del Ejercito – VLVR. II – 39 )
D: 8. 9. 70 ( Sesquicentenario desembarco Paracas – VLVR. I. -264)
Un gobierno para los de abajo
D: 27. 9.71 ( Manifestación de Cuzco – VLVR. II – 175/6 )
D: 30. 9.71 ( Manifestación de Puno – VLVR. II – 207/8 )
D: 8.10.69 ( Manifestación de Piura – VLVR. I – 117 )
D: 28. 7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 219 )
D: 8.10.69 ( Manifestación de Piura – VLVR. I. – 115 )
D: 24. 6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I. – 51 )
D: 3.10.71 (Aniversario de la Revolución – VLVR. II. – 243)
Lo que nunca antes se hizo
D: 30. 9.71 ( Manifestación de Puno – VLVR. II – 207 )
D: 29. 7.72 ( Almuerzo FF.AA.- VLVR. II – 375/6/9 )
La tarea de gobernar
D: 24. 6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 44 )
D: 9.12.70 ( Día del Ejercito – VLVR. II. – 43/4 )
D: 17.12.70 ( Solidaridad Institucional – VLVR. II – 50 )
D: 23.12.70 ( Clausura de EOFAP – VLVR. II – 59 )
Lo que somos y nuestra legitimidad
D: 28. 7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 140/1 )
D: 21.12.70 ( Clausura Escuela Naval – VLVR. II – 54 )
D: 28. 7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 140 )
D: 24. 6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 46 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 93 )
D: 8.10.69 ( Manifestación de Piura VLVR. I – 118)
D: 28. 7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I -70 )
D: 9.10.71 ( Día de la Dignidad – VLVR. II – 264 ) Un equipo
D: 24. 6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 91/2 )
D: 3. 4.70 ( Asociación de Oficiales en Retiro VLVR. I – 199 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución VLVR. I – 91 )
D: 9.12.70 ( Día del Ejercito VLVR. II – 40/1 )
D: 23. 7.72 ( Día de la Aviación Militar – VLVR. II – 336 )
Un nuevo estilo
D: 28. 9.71 ( Municipalidad del Cuzco – VLVR. II – 185 )
D: 27. 9.71 ( Manifestación del Cuzco – VLVR. II – 175 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. – 270 )
D: 3.10.69 ( Aniversario do la Revolución – VLVR. – 92 )
D: 24 .6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 103 )
D: 17.12.70 ( Solidaridad Institucional – VLVR. II – 47 )
D: 9.12.70 ( Día del Ejército – VLVR. II – 43 )
Hasta cuándo
D: 24. 6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 104 )
D: 29. 9.71 ( Municipalidad de Juliaca – VLVR. II – 191/2 )
D: 20.3.70 ( Identificación de FF.AA. y P con el Gob. – VLVR. II- 192 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 180 )
D: 20.3.70 ( Identificación de FF.AA. y P con el Gob.- VLVR. I – 192 )
D: 29.7.74 ( Almuerzo Comando Conjunto)
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 103 )
El Plan de Gobierno
D: 29. 7.74 ( Almuerzo, Comando Conjunto )
D: 28.7.74 ( Mensaje a la Nación )
D: 29. 7.74 ( Almuerzo Comando Conjunto )
D: 28. 7.74 ( Mensaje a la Nación )
Pueblo y Fuerza Armada
D: 7.11.68 ( Entrega del Pabellón Nacional -VLVR. I – 9 )
D: 28. 7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 59 )
D: 8.10.69 ( Manifestación de Piura – VLVR. I – 115 )
D: 30.9.71 ( Manifestación de Puno – VLVR. II – 210 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Trujillo VLVR. I – 158 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Chiclayo – VLVR. I – 147 )
D: 9.10.74 ( Aniversario de la Revolución y Día de la Dignidad )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 59 )
D: 29.7.72 (Almuerzo a las FF.AA. VLVR. II – 376)
Civiles y Militares
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 107 )
D: 9.10.74 ( Aniversario de la Revolución y Día de la Dignidad )
D: 1.10.71 ( Manifestación de Tacna – VLVR. II – 219 )
D: 29.7.72 ( Almuerzo a las FF.AA. – VLVR. II – 378 )
D: 24.6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 54 )
D: 1.10.71 ( Manifestación de Tacna – VLVR. II – 213/4 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 106/7 )
D: 28.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 227/8 )
IV. DESARROLLO Y REVOLUCIÓN
Desarrollo y Proceso Revolucionario
D: 28.10.71 ( II Reunión del Grupo de los 77 – VLVR. II – 282 )
D: 14. 4.69 ( XIII Sesión de la CEPAL -VLVR. I – 35 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 104 )
D: 14. 4.69 ( XIII Sesión de la CEPAL – VLVR. I – 35 )
D: 3.10.69 (Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 104 )
D: 14. 4.69 ( XIII Sesión de la CEPAL – VLVR. I – 36 )
D: 22.12.71 ( Clausura CAEM – VLVR. II – 312 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 278 )
D: 22.12.71 ( Clausura del CAEM – VLVR. II – 311 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 120 )
Desarrollo Crecimiento Económico y Transformaciones Estructurales
D: 21.11.71 ( CADE 71 – VLVR. II – 294/5/6 )
D: 22.12.71 ( Clausura del CAEM . VLVR. II – 312 )
D: 24.6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 96/7 )
D: 10.5.71 ( XII Asamblea del BID – VLVR. II – 71 )
D: 30.9.72 ( Manifestación de Pucallpa -VLVR. II – 386 )
Desarrollo y Estado
D: 10.5.71 ( XII Asamblea del BID – VLVR. II – 82/3
Desarrollo y Planificación
D: 30.9.72 ( Manifestación de Pucallpa – VLVR. II – 388/9 )
D: 30.9.72 ( Manifestación de Pucallpa – VLVR. II – 386 )
D: 30.9.72 ( Manifestación de Pucallpa – VLVR. II – 384 )
Desarrollo y Financiación
D: 10.5.71 ( XII Asamblea del BID – VLVR. II – 84/6 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 64/5 )
D: 10.5.71 ( XII Asamblea del BID – VLVR. II – 85/6/7 )
D: 10.5.71 ( XII Asamblea del BID – VLVR. II – 84 )
Desarrollo o Industrialización
D: 14. 2.69 ( II Congreso de Industrias Manufactureras, ONI. II – 84 )
D: 6.4.70 ( VI Congreso LÁ. de Industriales VLVR. 1 – 211/2 )
D: 26.10.69 ( CÁDE 69 – VLVR. I – 163/70 )
D: 21.11.71 ( CADE 71 -VLVR. II – 293 )
D: 21.11.71 ( CADE 71 – VLVR. II – 292 /3 )
Desarrollo, Desocupación y Subempleo
D: 19.11.72 (CADE 72 Revista P. del G.R. ONI. X – 104/5 )
V. LA REFORMA AGRARIA
D: 11.10.69 ( Manifestación de Trujillo – VLVR. I – 155 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Chiclayo – VLVR. I – 138 )
D: 11.10.69 ( Manifestación do Chiclayo – VLVR. I – 137 )
Autenticidad y naturaleza concepcional
D: 11.10.69 ( Manifestación de Chiclayo – VLVR. I – 143 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 75 )
D: 2.10.71 ( Manifestación de Moquegua VLVR. II – 226 ) La Ley
D: 24. 6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 46/7/8 )
D: 24.6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 50 )
D: 3.10.71 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. II – 239 )
D: 24 6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 43)
D: 26.10.69 ( CADE 69 – VLVR. I – 165 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 67 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 82 ) Su aplicación
D: 11.10.69 ( Manifestación de Chiclayo – VLVR. I – 137/8 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Trujillo – VLVR. I – 157/8 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Chiclayo – VLVR. I – 146 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Chiclayo – VLVR. I – 145 )
D: 11.10.69 ( Manifestación do Trujillo – VLVR. I – 154)
D: 24. 6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 94/5/6 ) D: 28. 7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 110/111 )Los bonos
D: 24. 6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 48/9 )
El Tribunal Agrario
D: 28.7.70 (Mensaje a la Nación – VLVR. I – 237/8 ) Una nueva fisonomía
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 111 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 110 )
D: 28.7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 367 )
Reforma Agraria y Participación
D: 28.7.71 (Mensaje a la Nación – VLVR. II – 112/3 )
D: 28.7.70 (Mensaje a la Nación – VLVR. I – 239 )
Lo que queda por hacer
D: 24.6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 43 )
D: 24.6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 53 )
D: 2.10.71 ( Manifestación de Moquegua – VLVR. II – 226/7 )
D: 24.6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 43 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Trujillo – VLVR. I – 155/6 )
D: 27.9.71 ( Manifestación del Cuzco – VLVR. II – 176/7 )
D: 24.6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 51/2 )
D: 27.9.71 ( Manifestación del Cuzco – VLVR. II – 176/7 )
Campesinos y Técnicos
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 113/4/5 )
La Confederación Nacional Agraria
D: 9.10.74 ( Aniversario de la Revolución y Día de la Dignidad )
M: 28. 9.74 ( Instalación del Congreso de la CNA )
D: 9.10.74 ( Aniversario de la Revolución y Día de la Dignidad )
D: 28.7.74 ( Mensaje a la Nación )
La Comunidad Industrial
D: 15.11.70 (CÁDE 70 – VLVR. II – 24 )
D: 15.11.70 (CADE 70 – VLVR. II – 22/3 )
D: 28.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 249/50 )
Las Empresas Estatales
D: 9.10.74 ( Aniversario de la Revolución y Día de la Dignidad )
La Propiedad Social
D: 3.10.73 ( Aniversario de la Revolución )
E: 24.12.73 ( Revista Panorama Internacional – Argentina )
0: 3.10.73 ( Aniversario de la Revolución )
E: ( Revista Le Monde – Francia )
D: 3.10.73 ( Aniversario de la Revolución )
VII. LA REVOLUCION Y EL EJERCICIO DE LA POLITICA
D: 9.12.70 ( Día del Ejercito – VLVR. II – 44 )
D: 9.12.70 ( Día del Ejercito – VLVR. II – 43 )
D: 26.10.69 ( CADE 69 – VLVR. I – 163 )
D: 9.10.71 ( Día de la Dignidad – VLVR. II – 267 )
D: 2.10.71 ( Manifestación de Moquegua – VLVR. II – 226 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 95/6 )
En lo Económico
D: 28.7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 367/8 )
D: 28.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 245/6 )
D: 3.10.71 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. II – 240 )
D: 28. 7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 368 )
D: 28. 7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 246/7 )
D: 28. 7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 127)
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 284 )
D: 3.10.72 ( Manifestación de Iquitos – VLVR. II – 396 )
M: 4.11.74 ( VIII Congreso Mundial de Minería )
D: 28. 7.69 ( Mensaje a la Nación – VIVR. I – 72/3 )
D: 28. 7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 71 )
D: 28. 7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 360/1/ 2 )
D: 9.12 .71 ( Aniversario Batalla de Ayacucho Revista ONI. 20 )
En lo cultural y educativo
D: 8.2.71 ( II Reunión del CIECC – VLVR. II – 71 )
D: 8.8.70 ( Clausura del XXXIX CIAA – VLVR. I – 259 )
D: 8.8.70 ( Clausura del XXXIX CIAÁ. VLVR. I – 258/9 )
D: 8.2.71 ( II Reunión del CIECC – VLVR. II – 65/71 )
En nuestras relaciones internacionales
D: 3.10.72 ( Manifestación de Iquitos – VLVR. II – 397 )
D: 24.6.69 ( Ley de Reforma Agraria – VLVR. I – 53 )
D: 31.1.69 ( CIMP. VLVR. I – 17 )
D: 28.7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 356 )
D: 3.10.71 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. II – 242/3 )
D: 31.1.69 ( CIMP – VLVR. I – 17/8 )
D: 28.7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 346 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 65 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 123/4 )
D: 20.6.72 ( Inauguración del Edificio del Acuerdo de Cartagena –
VLVR. II – 327/8 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 62/3/4/ ) D: 3.10.71 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. II – 243 ) D: 28.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 232 ) D: 28.7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II 363 ) D: 28.10.71 ( Sesión Inaugural del Grupo 77 – VLVR. II – 277 ) D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 285 )
VIII. PARTICIPACIÓN, MOVILIZACIÓN SOCIAL Y TRANSFERENCIA DEL PODER
Qué es, para qué, cómo
D: 28. 7.74 ( Mensaje a la Nación ) De quiénes
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 280/1 )
D: 3.10.70 ( Aniversario da la Revolución – VLV. I – 276/7 )
D: 28.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 250/1/2 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. Í – 286 )
D: 27.9.71 ( Manifestación del Cuzco – VLVR. II – 181 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 279/80 )El SINAMOS
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 120/1 )
D: 24.6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 101 )
D: 29.9.71 ( Municipalidad de Juliaca – VLVR. II – 200 )
D: 29.9.71 ( Municipalidad de Juliaca – VLVR. II – 193 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 121 )
D: 28.7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 359/60 )
IX. PARTIDO, SINDICATOS Y REVOLUCIÓN
Pluralismo, militancia y partido
E: 25.2.74 ( Revista Visao – Brasil )
D: 28.7.73 ( Mensaje a la Nación )
E: 25.2.74 ( Revista Visao – Brasil )
Partidos y Revolución
D: 7.6.73 ( Mensaje en Reencuentro con el Pueblo )
D: 7.10.71 ( Manifestación Popular de Lima – VLVR. II – 254 )
D: 28.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 219/20 )
D: 3.10.71 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. II – 235 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 123 )
Sindicatos y Revolución
D: 24.6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 97)
D: 11.10.69 ( Manifestación de Chiclayo – VLVR – I – 145 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 117 )
D: 11.10.69 ( Manifestación do Chiclayo – VLVR. I – 145 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Trujillo – VLVR. I – 156 )
X. UNIVERSIDÁD Y REVOLUCIÓN
La construcción de la libertad
D: 30.7.71 ( Universidad de San Marcos- VLVR. II – 147/8/9/50)
Critica y discrepancia
D: 30.7.71 ( Universidad de San Marcos – VLVR. II – 150/1 )
D: 23.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 221 )
D: 30.7.71 ( Universidad de San Marcos – VLVR. II – 153 )
D: 28.7.72 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 354 )
Crisis, nueva ley y participación real
D: 30.7.71 ( Universidad de San Marcos – VLVR. II – 151/2 )
E: 23.2.74 ( Revista Visco – Brasil )
Universidad y heterodoxia
D: 19.9.69 ( Clausura CAEM – VLVR. I – 183/4 )
D: 24.6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 91 )
D: 19.9.69 ( Clausura del CAEM – VLVR. I – 185)
D: 22.12.71 ( Clausura del CAEM – VLVR. II – 305/6 )
D: 8.8.70 ( Clausura del XXXIX Congreso CIÁA – VLVR. I – 257 )
XI. PRENSÁ Y REVOLUCIÓN
La distorsión de la verdad
D: 28.7.73 ( Mensaje a la Nación )
Hacia una auténtica libertad de expresión
D: 28.7.74 ( Mensaje a la Nación )
D: 29.7.74 ( Almuerzo Comando Conjunto )
D: 28.7.74 ( Mensaje a la Nación )
XII. MORALIZACIÓN Y MORALIDAD
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 69)
Una naturaleza institucional distinta
D: 15.11.70 ( CADE 70 VLVR. II – 8 )
D: 24.6.71 ( Día del Campesino – VLVR. II – 94 )
D: 17.12.70 ( Solidaridad Institucional – VLVR. II – 47 )
D: 27.8.71 ( Almuerzo, Fuerzas Policiales -VLVR. II – 158/9/60 )
Una justicia ágil y veraz
D: 28.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR I – 240 )
D: 3.10.71 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. II – 244 )
D: 28.7.70 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 240 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 133)
Las autoridades
D: 28.9.71 ( Municipalidad del Cuzco – VLVR. II – 185/6 ) Los servidores públicos
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 277/8 )
La Contraloría General
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II – 131/2/3 )
XIII. LA CONTRAREVOLUCIÖN
Su verdadera causa, su estrategia
D: 28.7.73 ( Mensaje a la Nación )
Los Argumentos para el ataque
D: 28.7.73 ( Mensaje a la Nación )
D: 3.10.69 ( Aniversario do la Revolución – VLVR. I – 103/4 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 86 )
D: 3.10.59 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 92 )
D: 11.10.69 ( Manifestación do Chiclayo – VLVR. I – 139 )
D: 28.7.73 ( Mensaje a la Nación)
D: 3.10.69 ( Aniversario do la Revolución – VLVR. I – 97/8 )
D: 28.7.73 ( Mensaje a la Nación )
Dónde están y quiénes son los enemigos de la revolución
D: 3.10.72 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. II – 399/400/1 )
D: 27.9.71 ( Manifestación del Cuzco – VLVR. II – 178/9 )
D: 28.7.71 ( Mensaje a la Nación – VLVR. II- 139 )
D: 27.8.71 ( Almuerzo, Fuerzas Policiales – VLVR. II – 160/1 )
D: 30.9.71 ( Manifestación de Puno – VLVR. II- 206 )
D: 3.10.72 ( Manifestación de Iquitos – VLVR. II 401/2 )
D: 30.9.71 ( Manifestación de Puno – VLVR. II -207 )
Prensa y contrarrevolución
D: 22.12.71 ( Clausura del CAEM – VLVR. II – 306/7/8/9/10 )
La SIP y el intervencionismo
D: 9.10.74 ( Aniversario de la Revolución y Día da la Dignidad )
Oligarquía y contrarrevolución
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 101)
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 100)
D: 11.10.69 ( Manifestación de Trujillo – VLVR. I – 154 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 102/5 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 102/4 )
D: 20.3.70 ( Identificación de FF.AA. y P. con el Gobierno – VLVR. I – 192/3 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 273 )
D: 11.10.69 ( Manifestación de Trujillo – VLVR. I – 153 )
D: 11.10.69 ( Manifiesto de Chiclayo – VLVR. I – 140 )
D: 3.10.71 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. II – 233 )
D: 8.10.69 ( Manifiesto de Piura – VLVR. I – 115 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 269 )
D: 20.3.70 ( Identificación de FF.AA. y P. con el Gobierno – VLVR. I – 193/4 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 101/2/3 )
D: 8.10.69 ( Manifiesto de Piura – VLVR. I – 114/5 )
D: 9.10.69 ( Día de la Dignidad, Trujillo – VLVR. I – 130 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 278/9 )
D: 3.10.70 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 273 )
D: 8.10.69 ( Manifiesto de Piura – VLVR. I – 118 )
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 67 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 96/7)
D: 28.7.69 ( Mensaje a la Nación – VLVR. I – 67/8 )
D: 3.10.69 ( Aniversario de la Revolución – VLVR. I – 100 )
D: 29.9.71 (Municipalidad de Juliaca – VLVR. II – 199/200 )
XIV. ANTI-IMPERIALISMO Y REVOLUCIÓN
D: 1.9.71 (Visita, Salvador Allende – VLVR. II – 165/6 )
D: 20.6.72 (Inauguración del Edificio del Acuerdo de Cartagena – VLVR. II – 323 )
IPC: Reivindicación y dignidad
D: 9.10.69 (Día de la Dignidad – VLVR. I – 132/3 )
D: 9.10.69 (Día de la Dignidad – VLVR. I – 132 )
D: 3.10.72 (Manifestación de Iquitos – VLVR. II – 396 )
D: 9.10.71 (Día de la Dignidad – VLVR. II – 261/2 )
D: 9.10.69 (Día de la Dignidad – VLVR. I – 125/6/7/8 )
D: 9.10.69 (Día de la Dignidad – VLVR. I – 127 )
D: 6.2.69 (Mensaje a la Nación – Cobros IPC. VLVR. I – 25/6 )
D: 28.7.69 (Día de la Dignidad – VLVR. I – 62 )
D: 31.1.69 (CIMP, VLVR. I – 15 )
200 Millas: Soberanía
D: 28.7.70 (Mensaje a la Nación VLVR. I – 234 )
D: 8.2.71 (II Reunión del CIECC – VLVR. II – 70/1 )
D: 20.6.72 (Inauguración del Edificio del Acuerdo de Cartagena – VLVR. II – 323 )
D: 9.10.69 (Día de la Dignidad – VLVR. I – 125 )
La Cerro: Voluntad anti-imperialista y emancipadora
M: 1.1.74 (Expropiación de la Cerro )
Anti-imperialismo y recursos naturales
D: 3.11.74 (VIII Congreso Mundial de Minería )
Anti-imperialismo y seguridad
D: 23.12.70 (Clausura EOFAP – VLVR. II – 60 )
D: 9.10.70 (Día de la Dignidad – VLVR. II – 264 )
D: 14.4.69 (XIII Período de Sesiones de la CEPAL- VLVR. I – 37)
D: 20.12.71 (Clausura EOFAP – Revista ONI – 64 )
Perú, Tercer Mundo y anti-imperialismo
D: 28.10.71 (II Reunión del Grupo de los 77 – VLVR. II – 273/4/5/6/7/8/9/280/287 )
D: 28.7.69 (Mensaje a la Nación VLVR. I – 64 )
D: 28.10.71 (II Reunión del Grupo de los 77 – VLVR. II – 286/7 )
D: 28.10.71 (II Reunión del Grupo de los 77 – VLVR. II -281 )
XV. REVOLUCIÓN, INTEGRACIÓN Y NO ALINEAMIENTO
Nuestra vocación unionista
D: 20.6.72 (Inauguración del Edificio del Acuerdo de Cartagena – VLVR. II – 319/20/1/2/8 )
D: 14.4.69 (XIII Período de Sesiones de la CEPAL – VLVR. I – 38 )
D: 20.6.72 (Inauguración del Edificio del Acuerdo de Cartagena – VLVR. II – 326/7 )
D: 20.6.72 (Inauguración del Edificio del Acuerdo de Cartagena – VLVR. II – 322/3/4/5 )
Nuestro no alineamiento
D: 7.7.73 (Mensaje en Reencuentro con el Pueblo )
D: 20.9.73 (Visita del Presidente de Rumanía )
Nuestra fidelidad al legado de Ayacucho
D: 9.12.74 (Firma Declaración de Ayacucho )
In memoriam:
Juan Velasco Alvarado
Carlos Delgado Olivera
Autor:
Rubèn Ramos
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