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La era de Trujillo (página 2)

Enviado por Cesar Coste


Partes: 1, 2

A mediados de 1926 aparecieron los primeros signos de las intenciones relacionistas cuando en la prensa comenzó a discutirse la cuestión de las elecciones presidenciales deberían ser celebradas en 1928. En artículos que fueron publicados en esos, días, varios intelectuales y políticos sugirieron que Vásquez y los miembros del Congreso habían sido electos de acuerdo a la Constitución de 1908 y que, por lo tanto sus mandatos respectivos eran de seis años y no de cuatro por lo que debían cesar en sus funciones en 1930 y no en 1928.Y sugerían además que como el Vicepresidente de la República, Federico Velázquez había sido electo luego de proclamada la Constitución de 1924 que fijaba la duración de sus funciones del Poder Ejecutivo en cuatro años no tenía derecho a permanecer en dicho cargo más allá del 16 de agosto de 1928. Cual significaba que Vásquez duraría 2 años más y Velázquez no. Este tipo de opinión cobraba fuerza dentro del Partido Nacional y se le llamó la "Prolongación" la cual estaba evidentemente motivada por intereses de grupo dentro del mismo partido.

Aunque Horacio Vásquez en realidad no se juramentó bajo la Constitución que estipulaba los seis años de gobierno, el 7 de abril de 1927 varios senadores presentaron un proyecto de ley tendiente a modificar la Constitución para extender el período presidencial a seis años, esto es hasta el 16 de agosto de 1930. Este proyecto de ley fue prontamente aceptado. De manera que las elecciones que debían celebrarse dentro de un año, fueron pospuestas para celebrarse dentro de tres.

Los seguidores del Vicepresidente Velázquez protestaron, y trataron de evitar la prórroga a toda costa, incluso pretendiendo apelar a la ayuda de los Estados Unidos, sin éxito. Así el 16 de agosto de 1928, el Vicepresidente Velázquez cesó en sus funciones, y fue sustituido por José Dolores Alfonseca, quién tenía mucho enemigos dentro y fuera del Partido incluyendo a Trujillo.

La crisis económica de 1929 y el apoyo norteamericano a Trujillo

En 1929 surgió en Nueva York la crisis económica, iniciada en la Bolsa de Valores de esa ciudad, que en poco tiempo se extendió a todo el mundo occidental. A diferencia del periodo posterior a la Guerra Mundial, en el cual la economía norteamericana había vivido un amplio y halagüeño período de expansión, esa prosperidad se vio golpeada con el pánico nacido en Wall Street. El auge económico hizo, que se produjera más de lo que se podía vender, y que creciera desproporcionalmente el número de inversiones, trayendo como consecuencia que los valores de la acciones bajaran estrepitosamente.

No bien se recuperaban del caos bursátil, cuando las empresas comenzaron a quebrar, pasando sus trabajadores a engrosar el ejército de los desempleados. La crisis económica se generalizó. Millones de desocupados pululaban por las calles de las principales ciudades norteamericanas en busca de pan.

La crisis financiera que se originó en Nueva York, se extendió en cuestión de días a todo el sistema financiero mundial. Todos los países quedaron sumidos en la crisis. Por ende, casi instantáneamente los precios de los productos dominicanos de exportación cayeron a niveles mínimos; se deterioró abruptamente el nivel de ingreso de la población perfilándose además un colapso completo de las actividades productivas y del funcionamiento de las instituciones públicas. Lamentablemente, la única institución que cumplía con tales características era el ejército policiaco de Trujillo. Por su parte, los norteamericanos comprendieron que la protección de sus intereses globales de dominación requería la instauración de un régimen despótico que tuviese mayores poderes para contrarrestar las tendencias caóticas de la economía.

Entre otros factores que propiciaron el surgimiento de la dictadura se encuentran la división del Partido Nacional, la vinculación directa de Trujillo con el movimientovico que, planteando la necesidad de un «hombre nuevo», produjo el derrocamiento de Horacio Vásquez y las características personales de Trujillo.

Mecanismos de dominación utilizados

La Era de Trujillo un largo periodo de 31 años; se caracteriza por el militarismo, el uní personalismo y el despotismo de su máximo caudillo y exponente: Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Trujillo utilizó su ejército para imponer un dominio sobre el resto de la población dominicana por medio de la violencia, el terror, la tortura, y el asesinato. La banda La 42 fue responsable de muchas de estas acciones.

Se impuso por la fuerza y se mantuvo por la fuerza. Mostró al mundo una ficción de democracia, al colocar en la primera magistratura a testaferros políticos suyos que formalmente ostentaban sus cargos, aunque el verdadero poder estuvo en sus manos por 31 años.

Trujillo utilizó el poder político y militar para enriquecerse y para favorecer a los miembros de su familia y a sus allegados más íntimos, el gobierno fue para él un medio de engrandecimiento personal y no un instrumento al servicio público a pesar de los esfuerzos que hicieron sus seguidores por crear una ideología basada en una supuesta reconstrucción nacional inspirada en el más puro patriotismo.

Desde un principio el régimen de Trujillo, fue un régimen de rapiña su ambición sin límites lo llevó a buscar el control de todos los negocios que habían en el momento de su llegada al poder.

Nuevo proyecto de desarrollo capitalista: características económicas, sociales y políticas de cada etapa: anterior a la Segunda Guerra Mundial y posterior a la Segunda Guerra Mundial

En el régimen de Trujillo se implementó el principio de una sociedad capitalista y la visión de "progreso", que significaba para muchos la construcción de numerosas obras públicas como puentes, carreteras, edificios estatales etc. También fomentó tanto la agricultura como las industrias, sin otro deseo que organizar su "propia" empresa, o sea enriquecerse. El gobierno fue una maquinaria al servicio de su engrandecimiento personal y la reconstrucción del Estado fue un pretexto para el enaltecimiento de su gloria.

Cuando Trujillo llego al poder, el país estaba atravesando por una situación económica difícil producto de la caída de la bolsa de valores de New York, en el 1929. Las exportaciones dominicanas se redujeron, entre 1928-1931, aun 50 %. Esto fue debido a que el principal mercado de los productos dominicanos que se exportaban eran los Estados Unidos y las compras se redujeron sustancialmente.

La crisis económica se reflejó en la quiebra de muchos comerciantes, paralización de las inversiones públicas y aumento del desempleo. Esta situación se agudizó con el ciclón San Zenón, el cual destruyo la ciudad de Santo Domingo en el 1930.

Frente a la situación económica, Trujillo tomo las siguientes medidas:

  • Promulgó la ley de emergencia.

  • Redujo los gastos del gobierno.

  • Despido de gran parte de los empleados.

  • Paralizó la construcción de obras de infraestructura.

  • Declaró una moratoria en el pago de la deuda externa, solamente pagaba los intereses.

  • Disciplinó las finanzas. Aumentó los impuestos.

A consecuencia de esas medidas las exportaciones y las importaciones aumentaron. El país recibió 18 millones por concepto de las exportaciones para 1930; mientras que para el 1960 recibió 174 millones por el mismo concepto.

La aplicación de estas medidas solamente fue posible gracias al control que tenía Trujillo de los diferentes factores sociales y políticos del país. El progreso se sustentaba sobre la base de la explotación de los campesinos y los obreros. Muchos debían realizar trabajos obligatorios en la construcción de carreteras y puentes.

Trujillo no solamente promovió el control del país en términos políticos y sociales, también la economía fue convertida en un monopolio de la familia Trujillo. Toda la producción agropecuaria del país era controlada por el dictador. Los productores que se negaban a cederle su ganado y los terrenos al jefe terminaban en la cárcel o asesinados. El cultivo del arroz aumento a tal punto que el país pasó de importador a exportador del cereal. Los prestamos ofrecidos por el Banco Agrícola e Industrial y los diferentes canales de riego construidos incidieron en la propagación del grano.

El monopolio de Trujillo sobre la economía se puede verificar a través de las siguientes medidas:

  • El precio de la sal registro un gran aumento. Trujillo controlaba todas las minas de sal.

  • La producción de leche era controlada a través de la Central Lechera, propiedad de Trujillo.

  • Fue prohibida la importación de arroz lo que provoco un aumento en los precios del cereal. Todos los dominicanos fueron obligados a consumir el arroz producido en el país, controlado por una compañía del jefe.

  • Todo empleado público, de manera obligatoria, debía cambiar su cheque en el banco de una de las esposas de Trujillo, la señora María Martínez.

  • Trujillo controlaba la venta y distribución de la carne.

  • Lo mismo ocurría con los artículos de construcción.

  • La única fábrica de zapatos que existía en el país era de Trujillo

Después de la ley de emergencia, el llamado Tratado Trujillo- Hull fue el hecho económico más importante que definió nuevas modalidades de relación entre el imperialismo norteamericano y el estado dominicano. Siempre en relación con la deuda externa, que era un mecanismo político- económico más decisivo en la dominación que ejercía el imperialismo sobre la formación social dominicana, en este caso se obtuvo la eliminación de la receptoría norteamericana de aduanas y el traslado del control de estas al estado dominicano. El nuevo tratado o convención que eliminaba la hasta entonces vigente convención de 1924, replica de la de 1907. En lo adelante el estado no solamente podría ya disponer administrativamente, sino también realizar cambios en los aranceles aduaneros y manejar la política de endeudamiento interno y externo, cosas todas prohibidas en la convención de 1924.

El Tratado, sin embargo, imponía algunas cláusulas limitativas de la soberanía política del estado dominicano con el fin de asegurar el pago de la deuda externa en unos 30 años. Es evidente que el tratado Trujillo-Hull estuvo condicionado por dos factores: el primero, la política del New Deal de Roosevelt, que tuvo hacia América Latina la expresión de la política del buen vecino, un nuevo estilo de dominación por parte del imperialismo que acordaba márgenes mayores de autonomía a los estados nacionales dependientes; El segundo factor fue la propia evolución del estado trujillista que, por su forma de funcionamiento, requería superar las limitaciones que suponía la vigencia de la convención de 1924 a causa de la dinámica ya explicada del régimen y de las nuevas formas económicas de dependencia.

Casi al mismo tiempo que se firmó el Tratado, el Estado dominicano adquirió la sucursal en el país del Nacional City Bank, banco imperialista que actuaba controlando algunas funciones de importancia estratégica de la economía dominicana, como eran el manejo de las aduanas y del estado dominicano, como eran el manejo de los fondos de la receptoría de aduanas y del estado dominicano, los créditos a las compañías azucareras y a algunos capitalista nacionales de cierta importancia y el control de los mecanismos bancarios del comercio exterior. Todas esas funciones pasaron ser ejercidas por el sustito de dicho banco, el estatal Banco de Reservas, con lo cual el binomio del Estado y de la economía personal del tirano incremento sus márgenes de control de los procesos económicos.

El control de las aduanas y del sistema bancario fueron dos componentes decisivos en la utilización que hizo el tirano de las condiciones favorables de intercambio con el exterior, que se iniciaron en 1942 con la entrada de los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, para fortalecer su emporio económico y desarrollar las fuerzas productivas del país. Con dichos controles se posibilitó un concienzudo impulso a la acumulación de capitales que, cuando las condiciones lo permitieron, esto es, finalizada ya la guerra, se orientó hacia el crecimiento de la producción agrícola e industrial. Por un lado, se aumentó el proteccionismo aduanero a nuevas ramas, se justificó el mantenimiento de escaseces y restricciones en base a las privaciones de la guerra y a la carestía de los artículos importados, se elevaron los impuestos, se produjo un alza general de precios y, con ellos, de las ganancias, y por último, se manejó la concesión de créditos bancarios de una manera centralizada a favor de los intereses hegemónicos.

El promedio de precios de los productos de exportación subió más de un 200% entre el inicio y el final de la Segunda Guerra Mundial. Cierto que también subieron los precios de la importaciones, pero desde inicios de la guerra, con lo que la coyuntura a partir de 1942, se reveló plenamente favorable para la República Dominicana. Por lo demás, hasta 1945 se mantuvieron enormes restricciones a géneros fundamentales de las importaciones, como maquinarias, automóviles y repuestos, petróleo y derivados, alimentos, etc., debido a que eran necesitados por los Estados Unidos y otros países beligerantes. Por el contrario, la demanda de productos dominicanos se hizo ilimitada subiendo los precios en una alta proporción. Ello produjo un superávit total en la balanza comercial de unos 97 millones entre 1942 y 1945. Este superávit, enorme para la época, fue en gran medida captado por el tirano y utilizado en el inicio de una expansión económica en los años de las postguerra que incluyó el surgimiento de un sector industrial para un mercado interno y la compra de los ingenios azucareros por parte de Trujillo, amén de muchas otras cosas, como un desarrollo de la urbanización, el fortalecimiento del Estado en algunos cuerpos como la aviación y la marina de guerra, el saldo de la deuda externa, etc.

El Estado Burgués bajo el trujillismo. Diversas formas de dominación y manifestaciones ideológicas, incluyendo el papel de la Iglesia Católica

Matanza de Haitianos en el 1937

Este hecho se produjo en la zona Sur y Norte de la frontera, en los municipios de Azua, Santiago, San Francisco de Macorís, Moca y Samana. En la realización del mismo participaron miembros del ejército, personas residentes en las zonas donde había haitianos y presos, todos bajo la orden del gobierno.

Muchos de los muertos eran niños, mujeres y ancianos. Los crímenes fueron cometidos con machetes y cuchillos para aparentar que era un enfrentamiento entre dominicanos y haitianos. Estos episodios se produjeron a raiz de que los haitianos robaban ganado en la frontera. Los haitianos que trabajaban en las compañías azucareras estadounidenses no fueron afectados, para evitar denuncias y/o testimonios en los organismos internacionales.

La justicia era controlada por Trujillo, por lo que los juicios realizados a los que participaron en el crimen, constituyeron verdaderamente simulacros. No obstante, a algunos los condenaron a 30 años de servicios públicos. La cantidad de muertos oscila entre 4,000 y 20,000 personas.

Todavía no se ha precisado con exactitud las verdaderas causas del hecho ocurrido, no obstante se pueden citar algunas:

  • El régimen necesitaba tener el control del territorio, en la frontera existía un comercio ilegal y circulaba la moneda haitiana, el gourde.

  • Definición de la frontera, se consideraba que parte del territorio dominicano estaba ocupado por los haitianos.

  • Trujillo estaba interesado en mejorar la raza, consideraba que éramos de origen hispano exclusivamente.

  • El dictador aprovecho las diferencias culturales entre ambos pueblos.

  • Después de la matanza se proclamó como defensor de la nacionalidad dominicana.

Ese hecho produjo un escándalo internacional y por la intermediación de una comisión formada por Estados Unidos, Mexico Y Cuba, los gobiernos de Haiti y la Republica Dominicana llegaron a un acuerdo, firmado en Washington en 1938, según el cual el Estado dominicano pagaría la suma de 750,000 mil dólares por concepto de indemnización a los familiares de los asesinados. Pero finalmente solo se entrego medio millón.

El terror y la vigilancia policíaca constituyen los instrumentos del gobierno más eficaces de la dictadura. Prácticamente nadie se encuentra a salvo de la cárcel o la supresión física con razones políticas, ni siquiera los mas íntimos colaboradores del dictador son inmunes "Per se" a la vigilancia policíaca y a las graves consecuencias que automáticamente cae sobre el autor de cualquier desliz político. Los instrumentos que ejercen estas funciones son la Policía Nacional, El Ejercito, El Servicio de Inteligencia Militar (SIM), Partido Dominicano, y las diversas organizaciones paramilitares que dependen de estos organismos. Existe una división del trabajo en las múltiples tareas que envuelven estos servicios: vigilancia interna, grupos de choques, espionaje en el extranjero, contra-espionaje, control de las comunicaciones, control de la emigración, censura, etc. La organización es vertical todos estos cuerpos son coordinados por la oficina personal del dictador. A través de esta poderosa maquinaria represiva, toda oposición, critica o resistencia a colaborar con el régimen es suprimida violentamentamente; toda resistencia organizada ha sido aplastada. La sumisión de las clases sociales a la voluntad de la dictadura es patente.

La propaganda política trujillista es el terror perseguido por otros medios. Como tal ha sido utilizada por la dictadura desde sus comienzos. Pero fue a partir de la post guerra que su intensidad y la variedad de sus técnicas adquirieron un grado tal de perfeccionamiento que hubiese despertado la envidia del mismo personaje Goebbels. El terror policiaco, el hambre, la inseguridad del empleo, han preparado en la población creando en su seno un estado permanente de angustia que exagera la sensibilidad individual ante la dictadura e impulsa en las personas a refugiarse en la sumisión.

La prensa, la radio y la televisión, repiten sin cesar hasta el paroxismo los mismos "Slogans" que penetran en todos los rincones del país. La canción y la poesía popular han jugado un papel de primer orden en la difusión de la propaganda. Apoyada en el ritmo y la música, son el mejor medio de transmisión del pensamiento en el seno de un pueblo todavía semi-alfabeto. Los temas de esta propaganda no difieren muchos de otras propagandas totalitarias: la paz, el orden, el bienestar material y la Patria son asociados con la persona del dictador.

Esta estrategia concertada de la opinión se apoya sobre un grupo único: el Partido Dominicano. Pero en verdad toda organización, no importa cual fuere su carácter, es un centro de propaganda al servicio del régimen, el Partido solo dirige el concierto y lanza las consignas apropiadas al momento político.

Formar parte de ese partido era obligatorio y las personas que se resistían terminaban encarceladas o muertos. El dictador lo controlaba como una empresa personal. Todos los empleados públicos formaban parte de esa entidad y estaban obligados a pagar una cuota y participar en sus actividades. Todo dominicano debía tener los tres golpes: Cedula, La palmita, que era el carnet del Partido Dominicano, y el Registro Militar que se le entregaba a las personas cuando culminaban el Servicio Militar Obligatorio que implicaba una preparación militar mínima. Además el lema de dicha organización era "Rectitud, Libertad, Trabajo y Moralidad" que conformaban las iníciales de Rafael Leónidas Trujillo Molina.

La labor de la Iglesia Católica es digna de notar. En efecto, contrario a la nueva orientación de El Vaticano en la América Latina- que tiende a divorciar la iglesia de las dictaduras y a reformar su "política social" hacia las masas trabajadoras – La iglesia dominicana se ha identificado totalmente con la dictadura. La poderosa influencia que ejerce sobre la población ha sido puesta a su disposición: en el pulpito, en la prensa, y en los colegios católicos, se martillea diariamente al pueblo con la propaganda oficial del régimen. La iglesia ha ofrecido al régimen un arma psicológica formidable para someter espiritualmente a las masas. De esta manera, la aceptación pasiva de las miserias terrestres en espera de una recompensa ulterior y celestial, la sumisión de la razón a la fe y a lo irracional, la renuncia a toda autonomía personal y a la exaltación del principio de la autoridad del Estado encarnada en un Jefe constituyen un terrible instrumento de propaganda para la dictadura. En Conclusión la iglesia fue a lo largo del periodo trujillista, salvo en los dos últimos años, uno de los aparatos más decisivos de sostén de la tiranía, particularmente fue uno de los más íntimos colaboradores del déspota encabezada por el máximo prelado, de origen italiano, Monseñor Pittini.

La situación se tornó delicada para la tiranía cuando el clero cambió su oposición a partir de la llegada del nuevo Nuncio Papal, Arzobispo Lino Sanani, quien se había destacado en Argentina por su lucha contra el régimen de Domingo Perón. La iglesia enfrentó la tiranía con una famosa carta pastoral hecha pública el 31 de enero de 1960, leída en todos los templos en que se manifestaba su oposición a las represiones políticas y el rompimiento de la alianza que habían mantenido con el tirano.

El dictador reaccionó airado, Trujillo profirió insultos en contra de los religiosos y organizó turbas que se dieron la tarea de agredir verbal y hasta físicamente a los sacerdotes y a templos religiosos. También otro factor que incidió en la rotura de las relaciones fue cuando la iglesia le negó a Trujillo el título de "Benefactor de la Iglesia".

Tipos de oposición a Trujillo y sectores representativos: caudillista, burguesía tradicional, pequeña burguesía sectores populares

El estilo despótico mostrado por Trujillo desde su ascenso al poder provocó el temprano rechazo de la población y de sus propios colaboradores. En cuestión de semanas, dirigentes de la oposición debieron salir al exilio.

Mientras tanto, otras muestras de desaprobación al nuevo régimen tenían respuestas tales como la persecución e imposición de implacables castigos por parte del ejército.

De las aisladas oposiciones políticas conocidas durante la primera década del régimen de Trujillo se pasó a la oposición organizada, aunque clandestina, y agrupaciones políticas y sindicales. En el primer aspecto se destacan como ejemplos la creación del Partido Democrático Revolucionario (1943), de la Juventud Revolucionaria (1944), y de la Unión Patriótica Revolucionaria. Entre sus principales dirigentes estuvieron Pericles Franco, Francisco Henríquez Vásquez, Ramón Grullón, y los líderes obreros Mauricio Báez, Freddy Valdez, Justino del Orbe, entre otros. En 1946, aprovechando la apertura que de manera forzosa ofrecía la dictadura, surgió el Partido Socialista Popular, de orientación comunista, y bajo la influencia cubana e iniciativa de Antonio Soto, Roberto McCabe, Héctor Ramírez, Freddy Valdez y Mauricio Báez. De semejante finalidad, las tres primeras organizaciones contemplaron la formación de un frente común que asegura el fin de la dictadura.

El avance de estas organizaciones de oposición fue cortado de manera radical mediante el uso de una represión brutal.

En el campo de las reivindicaciones sociales fue notoria la participación de los dirigentes sindicales del país. A comienzos de la década de los 40, los trabajadores del sector azucarero iniciaron un plan de lucha que planteaba el aumento de los salarios y la reducción de la jornada de trabajo de doce a ocho horas. Con ese objetivo, en 1942, organizaron una huelga en el Central Romana por 48 horas.

Aunque los trabajadores debieron retornar a sus labores bajo las amenazas de las metralletas, la reclusión en la cárcel y otros métodos de represión, su iniciativa tuvo en lo inmediato efectos muy provechosos. De repente surgieron numerosas asociaciones sindicales que, en medio de un clima de abierta agitación, debieron enfrentar a la Confederación Dominicana de Trabajadores, orientada por la dictadura desde 1944. Esta acción del trujillismo estimuló la capacidad de organización de los trabajadores a tal grado que de los 10 sindicatos existentes en 1942, pasaron a 113 en 1945.

Este movimiento se propagó por todo el país, muy especialmente en las zonas donde estaban instalados los ingenios azucareros.

La Confederación de Trabajadores, dirigida por funcionarios de la dictadura, tuvo por contraparte a la Federación Local del Trabajo. Creada por iniciativa de Mauricio Báez, esta organización contó con periódicos como El Federado y El Trabajador, a través de los cuales difundían los mensajes reivindicativos que prepararon las condiciones para la huelga convocada en enero de 1946.

Aunque concentrada en los ingenios de La Romana y San Pedro de Macorís, esta huelga tuvo efectos en todo el este.

La fortaleza mostrada por el sector de los trabajadores llevo a los patronos a ceder ante las demandas señaladas. Esto provocó una ola de persecuciones que llevó a los principales dirigentes sindicales a la cárcel, al exilio o la muerte. Tan fuerte fue la embestida, que el año siguiente de la huelga el movimiento sindical estaba prácticamente liquidado.

En respuesta a este paso, que el gobierno temió se extendiera a otros sectores laborales, el régimen publicó una ley, la No.1094 del 17 de enero de 1946, para restringir el ejercicio del derecho de la huelga. La ley solo permitiría el recurso de la huelga si los sindicatos notificaban su intención a los patronos y al gobierno con 30 días de antelación.

La violación a la ley envolvía castigos a los huelguistas conforme el artículo 414 del Código Penal.

En febrero y marzo de 1946, ante los despidos arbitrarios que llevaban a efecto los dueños y administradores del Central Romana y ante la dilación de los mismos en cumplir con el acuerdo pactado después de la huelga, la agitación a favor de otro paro sacudió de nuevo aquel ingenio.

El movimiento estalló el día tres de marzo, y el gobierno envió el ejército que creó un virtual estado de sitio, y originó asimismo, una represión salvaje en contra de los principales activistas del movimiento.

No obstante, la acción represiva contra el movimiento laboral, la lucha de los trabajadores por mejoría en sus salarios y otras conquistas, llegó también a la ciudad capital, Santiago y otros pueblos del país, donde se producían asambleas y reclamos.

Además de las dificultades que estaba enfrentando en Washington, Trujillo también entro en conflictos con los gobiernos de Haití, Cuba y Venezuela.

En estos últimos países, residían centenares de exiliados dominicanos, una buena parte de los cuales se habían afiliado al Partido Revolucionario Dominicano, fundado en1939, entidad que dirigían Juan Bosch, Ángel Miolan y Juan Isidro Jiménez Grullón.

Y lo que es más importante: no solamente los gobiernos venezolano y cubano, presididos por Grau San Martin y Rómulo Betancourt, respectivamente, veían con antipatía la dictadura, sino que en sus pueblos apoyaban de manera decidida y abierta las actividades de los dominicanos exiliados y la prensa y la radio de ambos países mantenían una firme campaña de ataque en su contra que preocupaba seriamente a Trujillo. Tanto la radio de Cuba, como la de Venezuela, aunque de manera sigilosa, eran muy escuchadas en la República Dominicana.

Todo esta situación que vivía el régimen se reflejó en el ejército, donde el capitán Eugenio de Marchena, su hermano Freddy, que tenía rango de teniente de ese cuerpo, organizaban una conspiración que logró reunir a más de un centenar de oficiales y rasos, con el propósito de matar a Trujillo.

El complot en el que estaban implicados también civiles, fue descubierto y Marchena y su hermano fueron destituidos y arrestados. Un informe de la embajada de los Estados Unidos aseguraba que casi inmediatamente más de 100 guardias y oficiales fueron fusilados y asesinados.

Además, se destaca la conspiración de los sargentos o complot de los mecánicos en la base aérea de San Isidro de la Aviación Militar Dominicana, destacándose los señores Ulises Jacques Bencosme, Manuel Vargas Román y Pasito Espinosa, quienes tenían previsto dañar los aviones Vampiros; casi todos fueron detenidos, torturados y asesinados.

Cuba y Venezuela elevaron las protestas contra la dictadura cada vez más, pues el tirano se había envuelto en tareas conspirativas contra Grau y Betancourt. La conspiración contra el primero no pasó de la etapa de planificación, pero en la acción contra el segundo se dieron pasos firmes bajo la dirección del general venezolano López Contreras, principal cabecilla de la misma.

Esas conspiraciones eran la respuesta de Trujillo al apoyo que esos gobiernos venían ofreciendo a exiliados dominicanos que, preparaban una expedición armada en contra de su gobierno.

A mediados de 1947, Juan Bosch, Juan Isidro Jiménez Grullón, y otros líderes del exilio dominicano lograron la solidaridad de los regímenes democráticos que para ese tiempo existían en el continente. Arévalo y Jacobo Arbenz en Guatemala; Grau San Martin en Cuba; José Figueres en Costa Rica; Lescot en Haití; y Betancourt en Venezuela, apoyaron sin reservas a los patriotas dominicanos. Gracias a ellos se intentaron las expediciones armadas de Cayo Confites y Luperón. La primera, organizada al norte de la provincia cubana de Camagüey, contó con un número importante de soldados internacionalistas, entre ellos Fidel Castro. Sus planes fueron desactivados en septiembre de 1947 por la presión de Estados Unidos contra el gobierno cubano y a favor de su aliado de Santo Domingo. Dos años después, Guatemala serviría de escenario a la organización de la invasión de Luperón. Sus principales dirigentes eran Miguel Ángel Ramírez, Juancito Rodríguez y Horacio Julio Ornes Coiscou, contemplaron invadir Santo Domingo por las vías aérea y marítima, eligiendo objetivos militares en San Juan de la Maguana, La Vega y otros puntos del Cibao. Los dos primeros no fueron ocupados ya que sus encargados, Juancito Rodríguez y Miguel Ángel Ramírez, fueron detenidos al hacer escala en el aeropuerto mexicano de Cozumel.

Solo Ornes Coiscou logró llegar a territorio dominicano. Utilizando un Hidroavión, amarizó en la bahía de Luperón, provincia de Puerto Plata, el 19 de junio de 1949. Le acompañaban 19 expedicionarios, entre ellos costarricenses, nicaragüenses y norteamericanos. Este desembarco fue frustrado por el ataque y voz de alarma de un guardacostas que prestaba servicio en la zona. Quince de los veinte expedicionarios murieron, unos mientras el hidroavión intentaba levantar vuelo, otros en las montañas vecinas, donde fueron sorprendidos por tropas del ejército. Los cinco restantes, fueron detenidos entre estos se encontraba Ornes Coiscou. Luego, en una farsa jurídica que buscaba reflejar a nivel internacional una imagen que la dictadura no tenía, fueron condenados a 30 años de trabajos públicos.

Después del triunfo de Fidel Castro en la Sierra Maestra, mientras cursa una visita a Venezuela, en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, en 1959, el líder caribeño se compromete a colaborar con el derrocamiento de Trujillo, iniciando una colecta de fondos a tales fines, para ponerlos a disposición de las organizaciones Unión Patriótica Dominicana de Venezuela (UPD); El Frente Unido Dominicano de Cuba; El Frente Unido Dominicano de Puerto Rico; El Frente Unido Dominicano de Nueva York; el Partido Socialista Popular (PSP); el Frente Independiente Democrático de Venezuela; la Unión Patriótica Dominicana de Estados Unidos, de las cuales nació el Movimiento de Liberación Dominicana (MLD), y su brazo armado: el Ejército de Liberación Dominicana (ELD).

Dichas organizaciones suscribieron la Declaración de La Habana y aprobaron un programa mínimo de lucha contra la tiranía que contemplaba, en síntesis, los siguientes aspectos:

I. En lo político:

A. Derrotar la dictadura de Trujillo.

B. Crear un gobierno provisional que garantice los derechos civiles y políticos de los dominicanos.

C. Convocar una asamblea constituyente para elaborar una constitución democrática.

D. Derogar las leyes trujillistas.

II. En lo social:

A. Hacer una reforma agraria

B. Reformar la ley de tierras.

C. Permitir la libre organización de obreros y campesinos.

D. Hacer una campaña de alfabetización y promover la educación en todos los niveles.

E. Crear la seguridad social.

III. En lo económico:

A. Desarrollar el mercado interno. B. Proteger la industria nacional.

C. Revisar todas las concesiones del régimen trujillista. D. Reformar el sistema tributario.

E. Aplicar una política económica que garantice los derechos de los dominicanos.

IV. En lo internacional:

A. Practicar la solidaridad democrática. B. La igualdad.

C. La autodeterminación de los pueblos.

Conociendo los tentáculos de la dictadura, incluso en la Cuba de Fidel, se manifestaron opuestos correctamente a esta expedición armada los siguientes partidos: el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y su líder Juan Bosch; el Movimiento Popular Dominicano (MPD), y su líder Máximo López Molina; el Partido Vanguardia Revolucionaria Dominicana (VRD), y su líder Horacio Julio Ornes Coiscou.

Se opusieron a la acción el dirigente del PRD don Ángel Miolán, y Luís Aquiles Mejía, del MLD, quienes denunciaron el plan de invasión al Primer Secretario John M. Gates Jr., y a los Segundos Secretarios Robert G. Cox y Sam Moscowitz de la Embajada de Estados Unidos los días 26 y 29 de junio de 1959; el movimiento además fue infiltrado por el SIM trujillista por medio de Tomás Reyes Cerda, y posiblemente por otros agentes desconocidos.

Los jóvenes del MLD recibieron entrenamiento militar en el Rancho Mil Cumbres, cordillera de los Órganos, Pinar del Río. Los rebeldes, 250 en total, se hallaban divididos en cinco pelotones de 50 hombres cada uno; los pelotones en cinco escuadras de 10 hombres cada una, es decir, en 25 escuadras.

Rebeldes por nacionalidad

edu.red

Los expedicionarios, con una concepción guerrillera foquista, y armados con fusiles Springfield, Fal, carabinas Garand, Browning Automatic Rifle (BAR), carabinas Cristóbal M-1, M-2; ametralladoras calibres 30, 50, y de mano, Thompson 45; explosivos, minas, trampas para bobos, comunicaciones, etc., se dispusieron a ejecutar su plan tras recibir un fuerte entrenamiento; el 5 de junio de 1959 fueron trasladados al campamento de Cieguitas, en Holguín, en el Oriente de Cuba, desde donde se prepararon para salir hacia la República Dominicana. Dispusieron de un avión C-46, camuflado, y de dos embarcaciones: los yates Carmen Elsa y Tinina.

Las fuerzas insurgentes eran esperadas por Trujillo y, por Johnny Abbes García, con mucha anticipación. El 14 de junio de 1959, a las 6:25 P. M. aterrizó el avión en Constanza con 53 guerrilleros, aunque Trujillo creyó que sólo eran 18. Ese día se trata de implementar un plan de invasión contra Cuba de los partidarios de Batista desde la República Dominicana.

Los guerrilleros de Constanza estaban comandados por el comandante Enrique Jiménez Moya y el cubano Delio Gómez Ochoa; al dejar precipitadamente el avión dejaron sus equipos y armas, luego se dividieron en dos grupos, uno de 33 hombres que marcharon hacía El Río y Tireo, y otros 20, que fueron a Los Botados. Fueron perseguidos por las fuerzas de contrainsurgencia y atacados por la aviación con aviones Mustang P-51, Vampiros y P-57, con fuego de metralla, bombas y Napalm. El 17 de junio fue detenido Rafael Tomás Perelló, declarando a Ramfis sobre los desembarcos y sobre Ventura Simó. El día 19 de junio de 1959, habían sido capturados y eliminados 20 guerrilleros; el 20 de junio eran 42 los muertos y dos los presos. El piloto Ventura Simó fue presentado en la Cancillería, obligándole a leer un texto redactado por Ramfis; luego fue torturado y asesinado.

El 20 de junio se ventiló con el embajador Farland, reunido con el canciller Porfirio Herrera Báez y Moya Alonso un plan de Trujillo para invadir Cuba.

El 20 de junio desembarcaron por Maimón y Estero Hondo de dos lanchas: a) la "Carmen Elsa", capitaneada por los griegos Bellelis y Theodokakis, que trajo 121 combatientes, y "La Tinina", capitaneada por Francisco Martín Fernández, que trasladó 48 expedicionarios, escoltadas ambas naves por la fragata cubana Máximo Gómez de Cuba. Los 121 hombres del yate "Carmen Elsa" desembarcaron por Maimón, y estaban comandados por los doctores José Horacio Rodríguez Vásquez y Virgilio Mainardi Reyna; los del yate "Titina" eran 48 expedicionarios comandados por Rafael Campos Navarro y Víctor Manuel Mainardi Reyna alias Silín, quienes desembarcaron por Estero Hondo.

Contra los 53 combatientes de Constanza fueron usados 4,290 hombres y 142 aviones y helicópteros; fueron eliminados o capturados a los 17 días de iniciar su acción; sobrevivieron seis guerrilleros de un total de 53; en Maimón fueron eliminados 96 expedicionarios de 121; en Estero Hondo 48, y contra ellos se usaron 5,546 hombres, barcos, lanchas guardacostas, aviones, helicópteros, ametralladoras calibre 30 y 50, etc.; los que lograron sobrevivir fueron cruelmente torturados y ejecutados con sadismo por "El Pato", el generalito "hijito de papi", Ramfis Trujillo, y sus amigos de juegos macabros, Fernando Sánchez alias Tuntín, Luis José León Estévez alias Pechito, Evangelista Cabrera, César Báez, Juan Cambiaso Pimentel alias Molusco, Octavio Balcacer, Luis Sued, Máximo Bonnetti Burgos alias Mozo, Johnny Abbes García, etc.

Hacia 1960, las cárceles dominicanas estaban repletas y el asesinato público llegaba a su paroxismo con la muerte violenta de las Mirabal, tres hermanas cuyos esposos estaban encarcelados por conspirar contra el régimen y que realizaban un activismo abierto y disidente. La muerte de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal provocó un resentimiento antitrujillista en todos los sectores sociales. Parte de esta animadversión era producto también de la persecución que emprendió la dictadura contra el clero al negársele a Trujillo el título de "Benefactor de la Iglesia", manifestación del cambio radical del sector religioso frente al régimen. Una carta Pastoral hecha pública el 31 de enero de 1960 expresó la oposición oficial de la Iglesia frente al sistema de represión que imperaba. Para 1960 se había producido un bloqueo económico al país. Trujillo había provocado un atentado contra el presidente venezolano Rómulo Betancourt que originó las sanciones de San José de Costa Rica. "Todos los miembros de la OEA estuvieron de acuerdo en romper relaciones diplomáticas con la República Dominicana, establecer un embargo de armas y toda clase de implementos de guerra, suspender las relaciones comerciales y mantener estas sanciones hasta que el agresor cesara de ser una amenaza para la Paz''. Esto significó la pérdida del apoyo de los Estados Unidos al régimen, y el aislamiento a que fue condenada la república. Los Estados Unidos, principal patrocinador del régimen trujillista, consideraron oportuno eliminar al tirano y co-participaron a través de la CIA en una conspiración tramada con allegados a la dictadura. El asesinato de Trujillo, considerado como "ajusticiamiento", ocurrió el 30 de mayo de 1961.

Relaciones de los Estados Unidos y la dictadura trujillista en cada una de las etapas

El ascenso del General Rafael Trujillo al poder en 1930 puso en evidencia otra de las consecuencias de la Ocupación Militar Norteamericana: el indiscutible peso del ejército nacional en la vida dominicana en una forma totalmente diferente a como había ocurrido en el pasado, pues ahora, con la población desarmada, no había ningún grupo político capaz de hacer frente en el terreno militar a los soldados y oficiales entrenados por el Gobierno Militar entre 1917 y 1924. Trujillo fue el heredero de ese cuerpo de orden creado por los norteamericanos y no tardo en demostrar que sabía utilizar a cabalidad los métodos de control que se utilizaron durante la ocupación.

Paralelamente a la crisis económica, a que era la institución más fuerte que dejaron los americanos para la defensa del nuevo orden instaurado con la ocupación militar. Trujillo era un servidor del imperialismo que había sabido mantener buenas relaciones con sus antiguos maestros de la infantería de marina.

Para consolidar el poder y legalizarlo a los ojos del imperialismo y la clase dominante del país, en tanto distaba to9davia de tener el poder absoluto

La agudización de la crisis económica y política del régimen de Vásquez brindo a Trujillo la posibilidad de poderse lanzar al asalto del poder. Para ello se valió de los partidarios de Estrella Ureña, de los restos del partido Jimenista y de otras pequeñas fuerzas políticas; en contubernio con la guarnición del ejército de Santiago, organizaron un simulacro de rebelión armada que les dio el control sobre dicha ciudad. Trujillo logro la neutralización de los partidarios de Vásquez en el ejército y pudo obtener el acuerdo de la embajada norteamericana para hacerse dueño del poder político.

Trujillo gastaba cuanto fuese necesario para los fines políticos que perseguía. De ahí las cuantiosas sumas erogadas desde el comienzo de su régimen en propaganda, como los refleja el hecho de que enviaba a la mayoría de las unirvesidades y bibliotecas en diversas partes del mundo cualquier libro en el que se alabase su política gubernativa.

A menudo pagaba a senadores, periodistas y personas importantes en los Estados Unidos de América, entre ellos a Franklin Delano Roosevelt Jr., hijo del presidente estadounidense de ese mismo nombre, para que defendiesen su política.

Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, La Republica Dominicana proclamo su neutralidad. Pero al entrar los Estados Unidos de América en dicho conflicto bélico, luego de que Japón atacara su base naval de Pearl Harbor, Hawaii. Trujillo alineo su política exterior con la de los Estados Unidos, pero al mismo tiempo trato de minimizar la influencia estadounidense en la vida política y económica de la Republica Dominicana.

Se pueden citar diversas medidas en ese sentido; entre ellas, la firma, por parte del dictador, el 24 de septiembre de 1940 (durante un viaje realizado por el dictador a Washington) junto al Secretario de Estado de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos Cordell Hull, del tratado Trujillo-Hull, mediante el cual se abrogo la convención dominico-estadounidense de 1924, y el país recupero el control de las aduanas, que había perdido en 1905, recobrando su soberanía económica.

Trujillo también adquirió las sucursales que le First National Bank tenia en el país, y con las mismas fundo el Banco de Reservas de La Republica Dominicana, el 26 de octubre de 1941.

El 21 de julio 1947 el régimen trujillista acabo de pagar a los Estados Unidos la deuda externa, la que se elevaba en ese momento a 9, 271,855.55 dólares.

En 1947, se creó el peso. Hasta ese momento circulaba el dólar estadounidense como moneda oficial, desde el 30 de septiembre de 1899. Esta condujo a fundar el Banco Central de la Republica Dominicana.

Los beneficios en esos años y en los de la postguerra hicieron posible que el dictador comprara diversos ingenios a compañías estadounidenses.

En 1947, más de mil cubanos, dominicanos y otros latinoamericanos se reunieron en cayo confite, Cuba, para organizar una expedición que tendría como finalidad derrocar al tirano. La misma no llego a materializarse debido a las presiones que mantuvieron los Estados Unidos.

Ya había estallado la llamada Guerra Fría entre la Unión Soviética y Los Estados Unidos, y La Casa Blanca considero que Trujillo podía serle útil en ese conflicto de tipo ideológico.

Efectivamente, Trujillo se declaró "el campeón del anticomunismo en América", califico a todos sus enemigos políticos de comunistas, aunque la mayoría no lo era, para justificar la represión que desataba en su contra.

Ante el creciente desprestigio que tomo el régimen, al producirse el distanciamiento con la iglesia (la cual estaba apoyada por los Estados Unidos) y la continuidad del sometimiento a la violencia de sus adversarios, y al producirse el atentado contra el presidente Rómulo Betancourt, del cual escapo milagrosamente, La Organización de los Estados Americanos aprobó la resolución de ruptura de las relaciones diplomáticas de todos los Estados miembros con la Republica Dominicana, que incluía la interrupción parcial de las relaciones de económicas, comenzando con las suspensión del comercio de armas y e implementos de guerra de toda clase (lo que significó la pérdida del apoyo de los Estados Unidos al régimen). Luego se extendieron la suspensión de artículos como petróleo y derivados y camiones y piezas de repuestos.

Además, en enero de 1961, el presidente Dwigth Eisenhower retuvo dos centavos por cada libra de azúcar comprada a la Republica Dominicana.

Ante las reiteradas presiones ejercidas por los estadounidenses para que saliese del poder, Trujillo trato infructuosamente de establecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y otros países del bloque socialista, y lanzo una campaña antiyanki a través de las ondas de Radio Caribe.

Además la situación política de Trujillo empeoro mucho más al ser asesinadas, cumpliendo órdenes suyas, las hermanas Minerva, Patria y Minerva Mirabal, el 25 de noviembre de 1960. Este crimen consterno a todo el país.

Por lo que la muerte del tirano se estuvo planificando para que actuara un grupo, que debía efectuar el asesinato, compuesto por Antonio de la Maza, Antonio Imbert Barreras, Pedro Livio Cedeño, Roberto Pastoriza, entre otros.

Este grupo cumplió su cometido el 30 de mayo a las 9:15 de la noche, en el kilómetro 7 de la carretera Sánchez. Trujillo fue asesinado. Existe documentación de que su muerte fue auspiciada o en co-participación de la CIA de los Estados Unidos, ya que estos estaban interesados en salir del dictador. Siempre cuidándose de que la muerte de este no provocara el surgimiento de otra Cuba en República Dominicana.

Conclusión

La era de Trujillo constituye un periodo de caracteres económicos y políticos, implantando 30 años de violencia y sangre en nuestro país. Supo manejar todos los puntos cardinales de nuestro país y administrar todas las empresas del Estado.

De Trujillo podemos decir que era una hombre ambicioso, sin escrúpulos ni sentimientos que solo buscaba su bien particular a costa del pueblo que gobernó con puño de hierro.

Podemos concluir diciendo que la Era de Trujillo es como una cicatriz que vivirá por siempre en el recuerdo de todos lo dominicanos aun en los que no la vivieron porque su herida fue tan profunda que en las generaciones venideras seguirá presente, el recuerdo de Trujillo es historia que debemos de conocer y nunca olvidar.

"Después de muchos años de desgracia, terminada la fatalidad y el desorden, es tiempo de que pensemos mejor y de que busquemos hacer la felicidad del pueblo dominicano por medio de la Rectitud, la Libertad y el Trabajo"

Partes: 1, 2
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