Descargar

Consumo de cocaína y el narcotráfico en el Perú (página 2)


Partes: 1, 2

Primera etapa:

Las hojas de coca se mezclan con agua y sustancia alcalina.

La mezcla se tritura y se agrega queroseno, removiéndose la mezcla.

Segunda etapa:

Se separa el queroseno y se desecha la hoja de coca. Se agrega agua y ácido sulfúrico. Se filtra y se echa cal o amoniaco. Se seca, resultando la pasta de coca.

Tercera etapa:

A la pasta de coca se le agrega acetona o éter. La solución se deja reposar y se filtra, se echa amoniaco. Filtrado, lavado con agua, secado, creando la cocaína base.

Cuarta etapa:

La cocaína base bruta, se disuelve en éter etaica, se filtra se agregan ácido clorhídrico y acetona. Filtrar, secar, obteniendo clorhidrato de cocaína.

El polvo creado es de color mate, cremoso. Granuloso, húmedo y suele contener agregados, su uso habitual suele ser en forma de cigarrillos.

SUSTANCIAS QUÍMICAS QUE CONSTRUYEN LA

COCAÍNA DE CONSUMO

ETAPA

SUSTANCIA

QUÍMICA

SUSTITUTO

De hojas de coca a

la pasta

Queroseno, Ácido

Sulfúrico, Carbonato

sódico.

Gasolina, Benceno,

Carbonato de Sodio,

Hidrosido Sádico.

De pasta a base de

cocaína

Ácido sulfúrico,

Permanganato

Potasico

Ácido Clorhídrico,

Dicromato Potasico,

Hidrisído Sádico

De la base de

cocaína al

clorhidrato de

Cocaína.

Éter etílico, Acetona,

Acido Clorhídrico.

Cloroformo,

Metimetilo Acetona,

Gas Cloruro de

Hidrógeno.

3. CALIDAD Y NIVELES DE PROCESAMIENTO

El clorhidrato de cocaína difiere, en muchas ocasiones, en su acabado final, esto está motivado por los productos químicos empleados en su elaboración. Existen varias "calidades", que al igual que en su presentación es diferente, lo es también en sus efectos:

  1. Tal vez la mejor es la denominada "Yen", cuya presentación es muy blanca, escamosa y brillante. Su pureza es inigualable y roza el 98%. Esta cocaína produce efectos muy estimulantes sin rebasar la barrera de la euforia paranoica.
  2. Existe dentro de la variedad de las blancas, la tipo "Tiza", con una presentación polvorienta y sin brillo que hace honor a su nombre. Sus efectos son altamente euforizantes.
  3. Por último mencionar a las amarillentas, que suelen desprender un olor característico a Keroseno o gasolina. Sus efectos rozan la taquicardia y es quizás la más euforizante.

4. FORMAS DE CONSUMO

El consumo de cocaína incluye las formas de administración más variadas.

Aunque la masticación de hojas de coca produce efectos estimulantes, no se pueden comparar con el grado de estimulación que se obtiene con la administración de la cocaína, ya sea por vía nasal o intravenosa. La cocaína suele tomarse fundamentalmente de dos formas:

a. INHALADA O "SNIFADA":

Por las fosas nasales, procedimiento muy en boga y de aumento progresivo en los últimos años en los países desarrollados de Europa y América. De esta manera la cocaína se absorbe al torrente sanguíneo promedio de los tejidos nasales y la absorción a la corriente sanguínea es casi tan rápida como cuando es inyectada

b. INYECCIONES SUBCUTANEAS O INTRAVENOSAS:

La inyección es el acto de usar una aguja para que fluya directamente a la corriente sanguínea.

Es la forma de administrarse la cocaína por sí sola o mezclada con otras sustancias y generalmente este método es utilizado por aquellos que tienen un grado de adicción irreversible o de difícil recuperación.

5. SÍNTOMATOLOGÍA DEL CONSUMIDOR

Entre los consumidores son típicos los cambios de carácter y la hiperexcitabilidad, pasando de la euforia a la apatía o al mal humor, constricción de los vasos sanguíneos periféricos, dilatación de las pupilas, aumento de la presión sanguínea y de la temperatura del cuerpo, reducción de la fatiga, estigmas locales como hileras de pinchazos o cortes y lesiones en el interior de las fosas nasales, las cuales afectan a estas y al tabique intermedio, sienten picores y hormigueos. Al tomarla por vía nasal, tienen sensaciones de frío y anestesia en cara, nariz y boca, tienen sensación de moqueo acuoso, y tener polvo a la altura de la solapa y hombros, por cuyo motivo se limpia con la mano dichas zonas de forma persistente. La hiperactividad producida en el sujeto por la borrachera de cocaína es activa, mientras la morfina es pasiva.

Son personas de carácter celoso, colérico y brutal; entre sus alucinaciones más comunes se encuentran las visiones de insectos a los que buscan, y la percepción de sonidos como el de un reloj de pared o el crepitar de leña seca.

Los efectos de esta droga tendrán la intensidad y duración según la absorción del organismo, cuanto más rápida sea la absorción, más breve será la duración. Extendiéndose (según cada caso) hasta 30 minutos, al ser aumentado su uso, aumentará también la tolerancia disminuyendo el tiempo de acción de los efectos.

6. EFECTOS FARMACOLOGICOS

La cocaína fue utilizada en un principio como analgésico, pero dado su estrecho margen riesgo-beneficio, fue sustituida por nuevos analgésicos de síntesis con menor riesgo.

La cocaína, fundamentalmente es un estimulante del S.N.C. y los efectos que produce en el sujeto por esta estimulación son, euforia, excitación, locuacidad, sensación de gran fuerza física y agudeza mental.

Los efectos de la cocaína difieren mucho, dependiendo del tiempo y la cantidad consumida. En una primera etapa ejerce una acción estimulante y euforizante muy fuerte, dando sensación de estar uno por encima de los demás. A medida que su consumo se acentúa y se prolonga en el tiempo, la cocaína comienza a ejercer una acción de adicción psíquica importante. Esto provoca que el adicto comience a aumentar las dosis y pronto comenzará a notar sus efectos negativos. El cocainómano sufre tras su consumo fuertes paranoias y su sistema nervioso se deteriora con gran rapidez. Su aspecto físico se vuelve descuidado, se producen estados de agresividad y en ocasiones arritmias cardíacas, perforación del tabique nasal e inhibición sexual.

Todo esto va acompañado de una serie de manifestaciones físicas que son el resultado del efecto estimulante de la cocaína a nivel de los distintos aparatos y sistemas del organismo, apareciendo como manifestaciones sobre el sistema cardiovascular (taquicardia, hipertensión, alteraciones del ritmo cardiaco, arritmias, paro cardiaco), y sobre el aparato respiratorio (respiración irregular, aumento de la frecuencia respiratoria, parada respiratoria).

Todas esas manifestaciones van a depender de la dosis, de la vía de administración y de la forma de consumo. El consumo continuado de cocaína se justifica por una fuerte dependencia psíquica que produce. Esta, se consume habitualmente por vía inhalatoria (ya que por vía oral, es prácticamente inactiva) y por esta vía normal de administración (inhalada), no produce dependencia física, de forma que, tras su consumo, el sujeto no sufre síndrome de abstinencia, o al menos, no manifiesta trastornos físicos, aunque si se han descrito algunas modificaciones o alteraciones del estado de animo del individuo como, insomnio, irritabilidad, depresión, cansancio, alteraciones de la memoria, paranoia, etc.

Sin embargo, cuando la cocaína se consume, por vía intravenosa, si que produce dependencia física, y el sujeto sufre síndrome de abstinencia tras la interrupción del consumo.

Su consumo continuado produce cuadros de tipo paranoide, que, a diferencia de los producidos por las anfetaminas no ceden con el cese del consumo.

Dentro de su círculo social, los efectos se manifiestan:

  1. Deterioro de las relaciones humanas.
  2. Aparición de elementos perturbadores de la familia.
  3. Deserción escolar y universitaria.
  4. Violencia física y psicológica debido a los efectos de la cocaína en la personalidad del individuo.

Capítulo II – El consumo de la cocaína como problema social

1. EL CONSUMO DE LA COCAÍNA.

La coca o cocaína, es una droga que será tan letal de este siglo como lo fue la heroína en el anterior, el consumo es desmesurado, es preciso que todo el mundo sepa que la cocaína provoca efectos muy negativos a medio y largo plazo.

Además de ser una droga muy cara que crea problemas de delincuencia, y sociales en sus consumidores y va segando la salud de ellos a la vez.

La cocaína es adulterada, y no se sabe que químicos o sustancias nocivas puede llevar, esta manera aumentan los riesgos de sufrir graves problemas circulatorios, cardiacos o cerebrales.

TOXICIDAD

En el uso no médico es a menudo frecuente la intoxicación por sobre dosis y síntomas tóxicos. La intoxicación se basa en una estimulación severa en el sistema nervioso central que provoca convulsiones y en casos severos fallas respiratorias.

La muerte, si la dosis es lo suficientemente alta, puede ocurrir sin importar la vía de administración aunque es más frecuente en el caso de la administración intravenosa.

2. TIPOS DE CONSUMO

Basándonos en las características conductuales del consumo podemos diferenciar el uso "recreacional" del consumo compulsivo que caracteriza a la enfermedad adictiva.

Bajo la denominación de consumidores "recreacionales" es posible clasificar tres subtipos.

  1. Experimental. Esta persona ha probado la droga una o pocas veces. Como la experiencia fue neutral o aún negativa, el o ella no volverán a usar la droga. El consumidor experimental de cocaína, por ejemplo, ha inhalado algunas "líneas" de cocaína y ha encontrado que la droga no le produce la euforia esperada o por el contrario le produce disforia. Luego de una segunda experiencia similar con la droga, el o ella no volver a usa la droga nuevamente.
  2. Ocasional. Este es el llamado consumidor "social" quien recurre al uso de drogas de manera ocasional. Este consumo ocurre casi siempre en un ambiente social tal como una fiesta. El consumo es de bajo nivel, y el consumidor experimenta pocas consecuencias adversas como resultado. En el caso de un consumidor ocasional de cocaína, la cantidad raramente excede el 1/4 de gramo y la vía de administración es intranasal. Recordar que la mayoría de los adictos pasaron por esta fase al comienzo de su carrera de consumo.
  3. Abuso. Esta persona puede ocasionalmente abusar de la droga intoxicándose. El consumidor de cocaína que entra en esta categoría es el que consume cantidades crecientes de la droga (1/2-1 gramo) y frecuentemente comenzará a experimentar con la inyección intravenosa de la droga o fumando base libre. Este tipo de abuso es el resultado de una decisión cognitiva y conciente de abusar de la droga y difiere cualitativamente del consumo adictivo. La transición de consumidor social a un abusador es una diferencia de grados; la transición entre el abusador y el consumidor adicto es una diferencia de tipo. El abusador puede, por una cantidad de razones, escoger el limitar su consumo de droga y revertir hacia ser un consumidor social.
  4. Consumo compulsivo. Este tipo de consumo es el que se presenta cuando el paciente ha desarrollado dependencia hacia la cocaína. Se caracteriza por ser episódico y compulsivo. O sea que el paciente puede no consumir todos los días, pero cuando lo hace es de manera compulsiva y con perdida del control. Los intentos de control por parte del dependiente son infructuosos y comienza a notarse uso a pesar de daño. Con el consumo compulsivo o adictivo se presentan los fenómenos de tolerancia y dependencia química.

3. LA DEPENDENCIA

Anteriormente se pensaba que la cocaína solo producía habituación psicológica y no dependencia física. Sin embargo, hoy día no es útil la separación semántica entre fa dependencia psicológica y la dependencia física. La necesidad psicológica de continuar el uso es una parte de la adicción tanto como la

necesidad física de evitar el síndrome de abstinencia. Con la cocaína, la dependencia psicológica es mucho mayor que la dependencia física, sin embargo, la evidencia clínica sugiere que existe un verdadero síndrome de abstinencia que sigue al uso prolongado de cocaína: depresión, aislamiento social, deseo de usar, temores, dolores musculares, disturbios en el apetito, cambios en el electroencefalograma, cambios en los patrones de sueño son definitivamente muestras de algo mas que una simple dependencia psicológica.

La definición moderna de la dependencia a la cocaína utiliza el término dependencia química que incluye el consumo compulsivo, la pérdida del control sobre el consumo y uso continuado a pesar de consecuencias negativas. Otro de los síntomas característicos de esta dependencia es la negación, que incluye la minimización, la racionalización, la justificación, como parte del componente psicológico de la dependencia.

La dependencia a la cocaína es considerada como una enfermedad primaria, crónica, progresiva y frecuentemente mortal si no se detiene. Existe tratamiento disponible actualmente y se basa en la abstinencia total y terapias de grupo, ya sea de manera intrahospitalaria como ambulatoria.

Existe también una comunidad a nivel mundial cada vez más grande de personas que han superado la adicción activa y que se están recuperando de esta enfermedad.

4. CRACK Y COCAÍNA

La cocaína es una de las drogas adictivas más potentes. Una vez que una persona ha probado la cocaína, no puede prever ni controlar hasta qué punto seguirá usándola.

Las principales formas de administración de cocaína son la aspiración o inhalación, la inyección y el fumar (incluso cristales de cocaína y crack). "Crack" es el nombre vulgar de la cocaína obtenida a partir de clorhidrato de cocaína y convertida en cristales que se pueden fumar. En lugar de ser necesario emplear el método más volátil de tratamiento de cocaína con éter, la cocaína crack se trata con amoníaco o bicarbonato de sodio y agua y se calienta para retirar el clorhidrato, con lo que se produce una forma de cocaína que puede fumarse. El término "crack" se refiere al crujido que se oye cuando se fuma (o se calienta) la mezcla, presuntamente causado por el bicarbonato de sodio.

Hay un gran riesgo, ya sea que la cocaína se inhale, se inyecte o se fume. Al parecer, el uso compulsivo de cocaína puede acelerarse si la sustancia se fuma en lugar de absorberse por vía intranasal. El fumar permite que dosis extremadamente altas de cocaína lleguen al cerebro muy rápido y produzcan un estímulo intenso e inmediato. El usuario de drogas inyectables está expuesto al riesgo de transmitir o contraer la infección por el VIH/SIDA si comparte agujas u otro equipo de inyecciones.

5. CAUSAS DEL PROBLEMA DEL CONSUMO DE LAS DROGAS EN EL PERÚ.

Entre las causas que afecta a la ciudadanía:

  • El consumo de la cocaína se genera en la adicción, que es una enfermedad con una etiología multicausal (factores ambientales, socioeconómicos, culturales, psíquicos, biogenéticos y farmacológicos). El consumo de la cocaína y de cualquier otra sustancia viene a ser una "conducta adictiva" que es sólo un síntoma de la enfermedad (adicción) y no la enfermedad en sí.
  • La situación geopolítica del Perú, la precaria salud mental de la población y la pobreza extrema contribuyen a nuestra posición como país productor de hoja de coca, materia prima para la elaboración del alcaloide. El estado carece de la capacidad política, legal, económica e inclusive logística para combatir el cultivo ilegal y la producción de estupefacientes.
  • La juventud peruana accede en su mayoría a un sistema educativo empobrecido que no fortalece su autoestima y fomenta la aparición de antivalores. Los medios de comunicación tampoco son de gran ayuda en su papel de vehículo educativo potencial. Además no se les provee de información adecuada respecto a su salud por lo cual su ignorancia respecto al tema es total en la mayoría de los casos. (CEDRO- Internet).
  • La familia peruana, no posee las herramientas necesarias para prevenir y protegerse de la influencia del entorno. Además los medios de comunicación promueven la difusión de paradigmas estereotipados y que distorsionan la realidad. El papel del estado en política preventiva es casi nulo relegándose ésta función a ONGs privadas.
  • Un urbanismo mal planificado que favorece la tugurización y que separa al individuo aislándolo de su entorno primario (familia) y dificultando su comunicación con ellos. Esto es una percepción más amplia de los efectos de la alienación que produce la sociedad de consumo y la estimulación de las necesidades artificiales. Este urbanismo mal planificado además trae consigo la escasez de lugares de distracción adecuados probablemente debido a la discriminación presente en la sociedad peruana.
  • La facilidad de acceder a las drogas en el país. Debido a nuestra condición de productor, la cocaína es barata, fácil de conseguir y además se encuentra ya en todos los niveles sociales.

6. CONSECUENCIAS SOCIALES POR CONSUMO DE LA DROGA EN EL PERU

A nivel social, conduce al deterioro de la calidad de vida, los jóvenes consumidores o micro-comercializadores cometen actos delictivos debido al deterioro de su salud mental y se tornan peligrosos para el resto de la sociedad. En algunas sociedades, la aparición del narcotraficante es vista como sinónimo de mejora económica evidenciando así el nivel del problema de la insatisfacción de las demandas elementales por parte del estado. Algo que caracteriza a las organizaciones que producen y comercializan cocaína, llamados cárteles o mafias, es la violencia organizada y su alianza con otros tipos de delincuencia, principalmente el terrorismo. Es conocido el caso de las FARC y de Sendero Luminoso, organizaciones que obtuvieron y obtiene gran parte de su financiamiento mediante el narcotráfico.

Algo más grave aún y que genera consecuencias indirectas gravísimas para el desarrollo del país es la corrupción de funcionarios estatales e incluso de personajes de las altas esferas políticas que son puestos al servicio de estas agrupaciones, convirtiendo al Estado en una especie de narco-estado. Implica además que algunos delincuentes con multitud de crímenes en su prontuario gocen de beneficios legales obtenidos mediante el soborno y la extorsión.

Describir las situaciones que aparecen por la existencia del problema delincuencia juvenil, pandillaje, violencia. La cocaína en sus diversas formas aparecen vinculadas a la violencia. Su abstinencia conduce a estados de depresión profunda Esto debido a su acción fisiológica.

La cocaína es una droga que despierta la agresividad, un estimulante que da una sensación de poder, de que estás en la cima del mundo. Pero es un poder ilusorio que desaparece cuando se desvanecen los efectos de la cocaína, sin que el individuo haya aprendido nada. Provoca un estado muy falso, sin aprendizaje, que lleva al individuo al escape temporal de sí mismo.

Esta droga a la juventud la distorsiona y crea bases para una nueva sociedad anormal, como es el caso de:

  1. Deserción escolar y universitaria, descenso abrupto en el desempeño y en la salud mental de muchos jóvenes en edad educativa o en su inicio laboral. Esto afecta enormemente el potencial humano del Perú, el cual es un país joven.
  2. Distorsión de los valores en la juventud: Al criarse en una ambiente hostil, los jóvenes crecen con una percepción distorsionada del mundo, lo cual afecta directamente a sus expectativas y su forma de plantear el futuro, así como su manera de relacionarse con otras personas.

Capítulo III – Consumo y narcotráfico de la cocaína en el Perú

1. EL NARCOTRÁFICO

El narcotráfico es un problema cuyas dimensiones supranacionales se han expandido notablemente en los últimos años Desde Juego es un negocio ilícito que se desarrolla a través de diversos territorios nacionales, desde el cultivo, elaboración, distribución y comercialización de la droga y, finalmente, el lavado de dinero y la inversión de las utilidades. Asimismo, evoluciona y se acondiciona a los nuevos escenarios que se presentan, como lo evidencia la proliferación de las drogas sintéticas que han adquirido mayor relevancia, lo que a su vez plantea el desafío de combatir también la desviación de precursores químicos.

Se trata, al mismo tiempo, de un problema que afecta seriamente la gobernabilidad de los sistemas democráticos, por las consecuencias sociales y políticas que es capaz de provocar. En efecto, tiene un alto componente de violencia, la que utilizan las bandas, mafias y carteles tanto para proteger sus intereses como para intimidar y atacar a agentes del Estado y particulares que representan una amenaza para a negocio ilícito. Implica, además, un alto potencial de corrupción, dado que pare favorecer sus actividades clandestinas buscan comprometer a los integrantes de las fuerzas policiales, del Poder Judicial e incluso " corno ha quedado en evidencia en otros países- a autoridades legislativas y ejecutivas. Por último, su actividad económica, en especial la relacionada con el lavado de activos contribuyen a generar una economía subterránea que llega a condicionar la economía formal

2. LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRAFICO EN PERÚ

Si bien es cierto, la hoja de coca tiene un uso tradicional en el Perú desde hace unos 2.000 años, durante el virreinato español hubo una posición ambigua al respecto: mientras se intentaba erradicarla en el actual territorio de Ecuador, era usada en Perú y Bolivia, como medio de pago a los trabajadores mineros y agrícolas, quienes la consumían para soportar el riguroso clima, la accidentada geografía y las duras condiciones laborales que padecían.

Esta situación se prolongó durante la época republicana y en ciertas regiones, hasta hace unos 45 años, circunstancia que explica en parte, una actitud controversial de la población tradicionalmente usuaria de la hoja de coca, frente al posterior empleo que se le dio a esa planta, como insumo básico para la producción de cocaína, luego contrabandeada por las mafias del narcotráfico.

En etapa más reciente, el escenario se complicó para el Perú, debido a la alianza con el narcotráfico forjada en la década del noventa, por grupos terroristas como Sendero Luminoso (SL) y el MRTA; que todavía mantiene SL brindando protección a los narcotraficantes, a cambio de financiamiento y provisión de recursos logísticos, para los casi 500 efectivos que conformarían su golpeada organización, según el informe "Estrategia nacional para el control de drogas", emitido en marzo del 2004, por el Gobierno de EE.UU.

La población campesina involucrada

Estadísticas del independiente "Centro de información y educación para la prevención del abuso de drogas" (Cedro) y la estatal "Comisión nacional para el desarrollo y vida sin drogas" (Devida), revelan que hasta el año 2003, existían unos 20.700 campesinos cocaleros, pertenecientes a núcleos familiares de 5 a 6 personas en promedio.

Es decir, unos 124.200 peruanos dependen del cultivo de la hoja de coca para su sustento, situados mayormente en los valles del Alto Huallaga, y el Valle del Río Apurímac-Ene (VRAE) entre los departamentos de Ayacucho, Cusco y Apurímac, donde se aglutina la más fuerte actividad de las once "cuencas cocaleras" del país: Marañón, Monzón, Apurimac, Putumayo, Huallaga, Aguaytía, Pachitea, Ucayali, Urubamba, Tambopata y últimamente, San Gabán.

Consumidores de drogas

En cuanto a la demanda de drogas, esta exhibe una tendencia creciente; el "Estudio epidemiológico sobre uso de drogas en el Perú", efectuado en el 2003 por Cedro, en 7 ciudades de las 3 regiones naturales del país, indica que uno de cada 10 pobladores ha probado marihuana; el uso de pasta básica de cocaína alcanzó al 4.1% y los consumidores de cocaína llegan al 3.9% de la población entre 12 y 64 años; habiéndose detectado por primera vez, un reducido empleo de heroína.

Una pesquisa de Devida -en similar período- arroja datos más concretos:

213.608 peruanos entre 12 y 64 años fumaron marihuana; frente a 81.782 entrevistados que aceptó haber consumido cocaína y una cifra casi igual (81.743), pasta básica de cocaína; en relación a drogas sintéticas como el éxtasis, se pudo registrar a 12.617 usuarios. Sobre el particular, un dato adicional: en el Perú se vende la droga de peor calidad -que es la más dañina- pues la de alta pureza es "exportada".

Perú: segundo productor de cocaína del mundo

Otra encuesta en octubre de 2004, del oficial "Instituto nacional de estadística e informática" (lNEI) y del privado "Instituto de estudios peruanos", entre 8.000 familias del Perú, concluye que 7.500 toneladas de hojas de coca al año, son para el consumo legal, frente al cálculo anterior de 9.000 toneladas; además hay un serio problema en la comercialización de las hojas de coca, por la "Empresa nacional de la coca" (ENACO), que sólo puede comprar 3.000 toneladas al año; ello implica, que casi 2/3 del consumo tradicional circule fuera del ámbito legal de ENACO.

El sondeo del INEI, descubre que de los 27 millones de peruanos, cuatro consumen hoja de coca en forma tradicional o eventual, masticándola como energizante al mezclarla con cal y ceniza, una costumbre desde la época PRE incaica (acto de chacchado, en quechua); de esa cantidad, unos dos millones la usan en ritos ancestrales, festividades, velorios o curaciones y casi un millón en mates e infusiones.

A su turno, DEVIDA dice que hasta el 2003, en el Perú se cultivaron unas 42.250 hectáreas de hoja de coca, que producen 52.700 toneladas de hoja de coca; de ese volumen, 43.700 toneladas van al narcotráfico. De todas maneras, estas cifras se mantienen bajas ante las de 1994, cuando el Perú encabezaba la lista negra de proveedores de cocaína del mundo, debido a las 108.000 hectáreas de coca sembradas.

Pese a los grandes esfuerzos del Estado peruano para luchar contra el flagelo del narcotráfico, en el Perú se producen todavía unas 140 toneladas de cocaína pura al año, que se traducen en 120 toneladas disponibles para la exportación ilegal, una vez que se restan el consumo interno y 9 toneladas que en promedio decomisan las fuerzas del orden. Por lo tanto, el Perú continúa siendo el segundo productor mundial de cocaína, después de Colombia con 440 toneladas y en tercer lugar se ubica Bolivia, con 60 toneladas de cocaína anuales.

Varias investigaciones confirman que la cocaína de Perú, se "exporta" a través de tres vectores casi equivalentes: por Bolivia hacia Brasil, Argentina y Chile; mientras por los puertos de la costa peruana se envía droga hacia México, EE.UU. y Europa; asimismo, la vasta región amazónica peruana, facilita el contrabando de droga por las fronteras con Colombia, Brasil y Ecuador, cruzando para ello, los ríos selváticos y el amplio espacio aéreo.

Cultivos alternativos a la coca: horizonte lejano

Con visión optimista, el gobierno peruano destaca que el "Programa nacional de desarrollo alternativo", ha beneficiado a 28.000 familias campesinas, con 110 aulas de escuela, 176 postas médicas, 131 locales comunales, 91 sistemas de agua potable, 17 proyectos de electrificación, 37 puentes y 89 caminos construidos; simultáneamente, desde 1995 hasta el 2003, se habría acrecentado la producción y mercadeo de 32.000 hectáreas de cultivos lícitos: café, cacao, piña, palmito, maíz, arroz, algodón, camu camu, barbasco, entre otros.

Toda vez que el narcotráfico -junto al terrorismo y la pobreza– es percibido como una amenaza para la seguridad y estabilidad, concita la atención de la comunidad internacional; en ese contexto, el Perú recibe apoyo para la lucha antinarcóticos y el desarrollo alternativo, principalmente de EE.UU., que impulsa proyectos de inversión por 300 millones de dólares hasta el 2006; pero también cooperan: España, Japón, Italia, Alemania; la ONU y OEA; la Comunidad Andina, Unión Europea, Banco Mundial y el BID.

Empero, sería un error fatal del gobierno peruano y de la comunidad internacional, desconocer que los recursos asignados desde el exterior y aun los que destina el Perú, son claramente insuficientes para consolidar una economía legal sostenible, tendiente a desplazar de manera eficaz a la narco-economía que impera en las regiones cocaleras, no sólo por la codicia frente al dinero del narcotráfico, sino también por la aguda pobreza y marginalidad de amplios sectores de la población, los cuales no encuentran otro medio de subsistencia, que sembrar hoja de coca.

Por consiguiente, el desarrollo alternativo será viable, cuando exista una estrategia multinacional y multilateral, que promueva de manera sistemática, suficientes mercados para los diversos productos sustitutos de las plantaciones de coca; en cambio, una represión generalizada contra los campesinos cocaleros, puede desembocar en una mayor convulsión social ylo fortalecer opciones político-campesinas, capaces de derrocar a gobiernos democráticos pero ineptos, como sucedió en Bolivia y Ecuador.

Nuevos cultivos ilegales

Desde 1999, los sembríos de amapola -unas 1.600 hectáreas-, que sirven como materia prima para fabricar heroína, muestran un crecimiento y expansión, encontrándose especialmente en los Departamentos de: Amazonas, Huanuco, Apurímac, Cajamarca y en la sierra de Piura y Lima.

Resulta, que en respuesta a los severos programas de erradicación en su país, los narcotraficantes colombianos han promovido la siembra de amapola en el Perú, proporcionando semillas, asistencia técnica y préstamos en efectivo a los campesinos. Inclusive, la Dirección antidrogas de la Policía Nacional (DIRANDRO), descubrió algunos laboratorios de heroína, en el Norte y en la selva del Perú.

Igualmente, en San Gabán – Puno, 730 kilómetros al Sudeste de Lima, cerca de la frontera con Bolivia, hay unas 3.500 hectáreas de hojas de coca frente a las 400 hectáreas del año 2003. Ahí la coca es nueva y han deforestado para sembrarla. Un operativo policial en octubre de 2004, comprobó que campesinos migrantes llegados a esa zona con "tecnología de punta", son auspiciados por narcotraficantes de Colombia, México y Brasil, para que amplíen los sembríos ilegales.

Pero el asunto es más alarmante: en San Gabán, las fuerzas del orden confiscaron pasta básica de cocaína e insumos, y destruyeron "pozas de maceración" para su elaboración; corroborando a la vez, que para incentivar el cultivo, el precio de la arroba (11.5 kilos) de hoja de coca, es de 45 dólares, mientras que en ciertos valles cocaleros del Huallaga (principal zona productora), es de 35 dólares.

Cabe precisar, que el Ejecutivo peruano se ha fijado una meta nacional de erradicación para el 2004, de 12 mil hectáreas de hoja de coca ilegal, habiendo cumplido gran parte de lo programado; ante lo cual, se prevé que alcanzará la cifra establecida. A la par, pese a que la ONU confirma que han disminuido las hectáreas de coca cultivadas en el Perú en los últimos años, no está tomando en cuenta, que la densidad de plantas de coca por hectárea, se ha multiplicado.

Un informe de Devida, aclara que si hasta hace un par de años, crecían unas 80 mil plantas por hectárea, hoy se pueden sembrar 300 mii. Casi cuatro veces más!. Esta mayor productividad se debe al aumento de la demanda de coca impulsado por un mayor precio de la arroba de hoja de coca: siguiendo un patrón trazado en otras regiones, en la selvática Cuenca del Monzón, se cotiza en 45 dólares la arroba, cuando en diciembre del 2003, estaba en 25.

Sinuosa ruta de los insumos para el narcotráfico

Muchos de quienes procesan droga, obtienen los insumos o precursores químicos, directamente de las empresas distribuidoras de EE.UU., China, Chile, Francia, Alemania, Holanda y Venezuela, así como del contrabando.

La comercialización de tales insumos es controlada por el ministerio de la Producción, que tiene inscritas 2.128 empresas, de las cuales 755 funcionan en Lima, 223 en La Libertad y 141 en el Callao. Las demás están desperdigadas en el resto del país; las compañías que desvían estos productos, son generalmente nuevas y sus "propietarios", personas desocupadas captadas como testaferros por los narcotraficantes. No obstante, otras entidades formales, se valen de una doble facturación para evadir el control.

Sobre el particular, las cifras de la Dirandro, evidencian la ardua lucha que se ha venido dando contra la venta ¡legal de insumos químicos: en 1994 se decomisó 31.343 kilos; en 1995, 12.274 kilos; en 1996, 4.788; en 1997, 39.488; en 1998, 19.551; en 1999, 31.951 kilos y en el 2000 sólo se requisó 1.543 kilos.

En contraste, durante el 2002 se retuvo más de 300.000 kilos y mientras el 2003, fueron unos 734.563, en lo que va del 2004, las autoridades incautaron un millón 336.665 kilos. En esa línea de acción, según la nueva legislación peruana, ya no serán 19, sino 26 los insumos fiscalizados y sólo podrán comprarlos, quienes hayan sido autorizados.

Narcotráfico vs. Medio ambiente

En los últimos 25 años, la deforestación vinculada a los diversos aspectos del cultivo de coca y a la elaboración y transformación de drogas, podría haber alcanzando hasta 900,000 hectáreas en todo el Perú, aunque en realidad es necesario hacer estudios más rigurosos sobre e! tema, que consideren la ubicación de las zonas afectadas y sus posibilidades de recuperación.

La preparación de terrenos para el cultivo de coca, usualmente ha conllevado la remoción de grandes superficies de terreno, eliminando toda planta competitiva, a lo cual se añade el proceso de defoliación que durante las cosechas aumenta la exposición del terreno a las lluvias tropicales, agudizando la eliminación de los nutrientes del suelo y empobreciéndolo.

Otro factor involucrado en la deforestación, ha sido el empleo de agroquímicos con el fin de lograr mejores rendimientos de coca, lo que empeora, cuando muchos terrenos ideales para instalar cultivos de panllevar, ricos en nutrientes y capacidad productiva, ubicados en las cercanías de ríos con gran riqueza en fauna y flora, sufren una severa contaminación con materiales residuales del procesamiento de droga. Estudios oficiales calculan, que como consecuencia de la producción de droga, son eliminados en el suelo y en los ríos, unos 15 millones de litros de agua mezclada con kerosene, 8 millones con ácido sulfúrico y 1.600.000 litros con acetona, cal viva, carbonatos y otras sustancias.

Destruyen parques y reservas naturales

La presencia de cultivos ilícitos, esencialmente coca y amapola, en las Áreas Naturales Protegidas (ANP) del Perú, representa una amenaza concreta a! mantenimiento de la calidad biológica, la estabilidad de los procesos ecológicos y la biodiversidad de especies y paisajes contenida en estos terrenos.

Las proyecciones más benignas, sugieren que en estas áreas habrían unas 4.000 hectáreas de cultivos ilegales, provocando efectos catastróficos, ya que para elaborar un kilo de pasta básica de cocaína se utilizan 100 kilos de hoja de coca, 1.4 kilos de ácido sulfúrico, 1 kilo de carbonato de sodio y 128 litros de kerosene.

El cuadro más patético, aparece en el Parque Nacional (PN) Tingo María, ya que sus 14.000 hectáreas se encuentran prácticamente aprisionadas en la cuenca cocalera del Alto Huallaga, amenazando seriamente su riqueza biológica: 144 especies vegetales y 104 especies de animales superiores; más aun, si el 20% de su territorio está ocupado por 500 núcleos familiares, cada uno con unas 7 hectáreas cultivadas.

Nuevos reportes basados en imágenes satelitales, muestran estos cultivos ilícitos, en el PN del Manu (zona de amortiguamiento del Alto Madre de Dios); de igual forma, en el PN Bahuaja Sonene (zona de amortiguamiento en sector Colorado, Alto Inambari y Putinapunco), cerca a la frontera con Bolivia, donde incluso se ha detectado un aeródromo clandestino. Aparte, han sido afectados, el PN Cordillera Azul; el PN de Otishi; Santuario Nacional Tabaconas y PN Yanachaga Chemillén.

Siniestra tendencia

El crecimiento de tales sembríos dentro de las ANP, tendría varias motivaciones: una propensión de los agricultores cocaleros y otros vinculados a la cadena de producción de cultivos ilícitos, a evadir las acciones de interdicción de las fuerzas del orden, movilizando sus cultivos hacia regiones con cobertura boscosa, de poco tránsito, escaso control policial, así como de difícil y costoso acceso.

Otro elemento que fomentaría dichas plantaciones en las ANP, sería la alta rentabilidad que estaría alcanzando la hoja de coca. En los últimos meses se ha comprobado -igual qu e en otras regiones- que la demanda de esta planta por parte de los cárteles del narcotráfico, colombianos y mexicanos, se ha acrecentado.

Todo apunta, a que la masa monetaria en las cuencas cocaleras peruanas está ascendiendo, debido a problemas en la oferta de coca colombiana, por la ofensiva que han emprendido las Fuerzas Armadas colombianas sobre las zonas cocaleras y de amapola, controladas por los terroristas de las FARC y el ELN, unido al reinicio del programa de la Fuerza Aérea colombiana, para la supresión del tráfico aéreo destinado al traslado ilegal de drogas, armas y dinero. El indicio que mejor pondría de manifiesto el nuevo "boom" de este cultivo, es el exorbitante precio alcanzado por la semilla de coca. Este producto que hasta hace poco se obsequiaba, hoy se vende a ¡50 dólares la lata! Es decir, los cocaleros ahora pueden producir más coca que antes por hectárea y luego venderla a un excelente precio.

El despegue de la coca, ha provocado la bonanza en los poblados del VRAE, donde se produce droga o provee de hoja de coca para el 80% de la cocaína peruana. De acuerdo a la policía antidroga, en dicha región opera una mafia integrada por mexicanos del Cártel de Tijuana, que acopia la droga en grandes cantidades para luego llevarla hacia Brasil, contratando a cientos de mochileros que son protegidos por los terroristas de SL.

Aún hay algo más perturbador, por el proceder de muchos cocaleros (no todos): aquel "pobre agricultor", que siembra sólo una hectárea de coca en el VRAE y cosecha dos veces al año, estaría recibiendo unos 22 mil dólares anuales, monto superior al que le podría brindar cualquier producto lícito; lo que explica en parte, el rechazo a programas de desarrollo alternativo.

Ello sucede, por que el "negocio" para estos malos agricultores, ya no es sólo el cultivo de hoja de coca. Los narcotraficantes les han enseñado a instalar su propia poza de maceración para producir pasta básica de cocaína, convirtiéndose así en "pequeños" narcotraficantes. Por cierto, en noviembre de 2004, la policía intervino 94 laboratorios de pasta básica de cocaína y decomisó 1.650 kilos de droga en dicha región del Valle del río Apurímac-Ene (VRAE), verificando que en Mayapo, Llochegua, Sivia, Quistovalle y otros, el 80% de los campesinos elabora droga.

Resultados concretos, pero insuficientes.

Desde el año 2001, cuando se suspendieron los vuelos de interceptación antinarcóticos que efectuaba la Fuerza Aérea del Perú, debido a un accidente donde murieron inocentes, la misión de combatir al narcotráfico corresponde a la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas sólo brindan apoyo logístico o participan en operaciones conjuntas, donde los narcotraficantes y los terroristas de SL, actúan en forma coordinada.

El dinamismo de la DIRANDRO, ha permitido que en el 2003, destruya o decomise 42.082 kilos de drogas diversas y en el transcurso del 2004, intervenga a 8.130 personas vinculadas al narcotráfico, incaute 14.500 kilos de drogas variadas y erradique más de 5,000 hectáreas ilegales de hoja de coca.

Adicionalmente, el golpe asestado al narcotráfico en octubre del 2004, es uno de los más fuertes de este año, según el balance del operativo "Monzón 2004" expuesto por el Ministerio del Interior. El resultado de esta exitosa intervención en la zona de Tingo María (Huanuco), dejó la destrucción de 125 laboratorios para elaborar pasta básica de cocaína y la incautación de 2.500 kilos de dicha droga, junto a insumos y materia prima.

Para la ejecución de estas acciones antinarcóticos, se utilizaron dos helicópteros de fabricación rusa Ml-17 "HIP" y siete helicópteros estadounidenses UH-1 H modelos "Huey 1" y "Huey II", que se sumaron a las fuerzas policiales a través de un convenio antidrogas firmado con

EE.UU.

A propósito, enfatizando la interdicción antidroga, el gobierno de EE.UU. entregó en calidad de donación, ocho helicópteros a la Policía Nacional del Perú, hasta fines del 2004 y ocho helicópteros en el 2005. Seguro es consciente, que una vulnerabilidad de la estrategia antinarcóticos peruana, es el bajo volumen de cocaína incautada anualmente: sólo el 6.4% de la producción potencial total.

El lavado de activos

Aunque es muy difícil determinar la cantidad de dinero lavado por el narcotráfico, asumiendo que el gramo de cocaína pura, puede llegar a costar 100 dólares en los países industrializados, y que el Perú produce 140 toneladas de esa droga cada año, es posible vislumbrar la magnitud del dinero movilizado por los mafiosos.

Bajo ese enfoque, se estima que en el Perú podrían lavarse unos 800 millones de dólares anuales; cifra creíble, ya que la Sociedad nacional de industrias y el gobierno peruano, consideran que únicamente el contrabando y la piratería, representan cada año, unos 600 millones de dólares, y estas son ramas del crimen organizado, empleadas para el lavado de activos ilegales.

En definitiva, el poder corruptor del narcotráfico está presente en muchas esferas de la sociedad peruana; por ejemplo, el gobierno de EEUU. incorporó en junio del 2004, a la compañía peruana Aero Continente, en su lista de entidades sujetas a sanciones -incluido el bloqueo de sus bienes en EE.UU. y prohibición de negocios de estadounidenses con ella-; afirmando que dicha empresa, es una "fachada financiera controlada por el cabecilla peruano de la droga, durante más de dos décadas, Fernando Zevallos González".

Panorama general

Siendo la lucha contra el narcotráfico una política de Estado en el Perú, dicho flagelo aún constituye una seria amenaza para su seguridad y estabilidad, al tener efectos devastadores en lo social, económico, medioambiental y político; mientras tanto, el Estado peruano debe esforzarse por consolidar una estrategia equilibrada, donde junto a la interdicción antinarcóticos, se afiancen programas viables de sustitución de cocales por cultivos alternativos; en tal sentido, es necesario un apoyo más integral de la comunidad internacional hacia el Perú, de acuerdo al principio de responsabilidad compartida; a fin de enfrentar en mejores condiciones, a las mafias de las drogas que disponen de ingentes recursos y manifiestan una tendencia a estrechar lazos con el terrorismo.

Conclusiones

El consumo de la droga ya sea por las fosas nasales como por medio de inyectables, ambas formas de administrarse muchas veces son mezcladas con otras sustancias y generalmente el adicto suele morir no por la droga sino por la combinación con otras sustancias químicas que son muy letales para la salud.

  • Surgen argumentos que nos permiten visualizar algunas aspectos que explican quizás el porqué cada día se incrementa el tráfico de droga en nuestro país. Es de conocimiento general la crítica situación económica que padece nuestro país actualmente, muchas personas se encuentran desempleadas, motivo este que a muchos les parece suficiente razón para recurrir a esta clase de actividades ilícitas como lo es el tráfico de drogas.
  • Cabe destacar que ese tipo de males sociales se deben combatir con el desarrollo de valores dentro de la sociedad, una mejor educación, oportunidades de progreso económico y una mejor calidad de vida.
  • Una de las grandes ventajas que tiene a su favor los carteles de la droga es que brindan a todo aquel que realice el tráfico de estas sustancias, cuantiosas cantidades de dinero, viajes al exterior y una vida llena de bienes materiales antes no poseídos.
  • Ante esta clase de circunstancias se comprende el papel fundamental que juega la familia en la formación de individuos con altos valores morales o viceversa

Bibliografía

  • Alfredo López. "El consumo de la cocaína en el Perú". 2003.
  • Nelson Manrique – Cocaína: Cáncer Social. 2004
  • José Antonio Vela. – El Narcotráfico y sus Consecuencias 2004
  • Perú: Problema Agrario en debate " Sepia III 2003 editora Sepia – Perú

WEB SITE

  • …………… Día: Lunes 14 de Julio 2008 hora: 9.20 PM
  • http://www.elmundosalud.elmundo.es ……………Día: Miércoles 9 de Julio 2008 hora: 4.40 pm
  • http://www. muevamueva.com… Día: Jueves 19 de Junio de 2008 hora: 1.15pm

 

 

Autora:

Marjorie Ivette Velásquez Paz

Fecha de culminación del trabajo:

Jueves 17 de Julio de 2008

Universidad Particular de Chiclayo

Facultad de Ciencias de la Comunicación

Escuela Profesional de Periodismo

Docente:

Sandra Isabel Valdiviezo Carhuachinchay

VI – Ciclo

Julio de 2008

Biografía del Autor:

Mi Nombre es Marjorie Ivette Velásquez Paz , tengo 20 años, nací un 16 de diciembre de 1988 en la ciudad de Chiclayo Región Lambayeque.

Curse mis estudios Primarios en los colegios Inmaculada Concepción (Chiclayo), Ana Sthall (Distrito La Victoria) y Rosa Maria checa (Chiclayo), donde finalicé la secundaria.

Actualmente estudio Ciencias de la comunicación en la especialidad de Periodismo en la Universidad Particular de Chiclayo cursando el VI Siclo.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente