La ciudad de Chinameca , lugar donde nací , urbe rodeada de cerros, que forman parte de la cordillera Tecapa -Chinameca, en la que sobresale el Cerro El Limbo y la Laguna del Pacayal; con abundante flora, fauna, y grandes cultivos de cafetal .Su clima fresco y abundante agua, sus montañas y bosques semejando una túnica verde que cubría esta zona geográfica. Los cafetales, grandes pulmones que daban aire fresco y puro, su aroma natural de cafetal en flor, que aromatizaba a la población cortadora de café y que servia como fuente de inspiración de los poetas; lugar donde mi padre me llevaba a las cortas de café en la época de temporada.
En tiempo libre me reunía con los demás niños del barrio y jugábamos trompo, canicas, elevábamos pizcuchas y algunas veces jugábamos fútbol.
El seis de mayo de mil novecientos cincuenta y uno; fecha en que un terremotos de gran magnitud sacudió a la ciudad de Chinameca, Nueva Guadalupe, San Buena Ventura y Jucuapa; en esa época tenia cinco años de edad, y me encontraba jugando con mi hermana, cuando sentimos el primer movimiento telúrico, vimos como se movía y se abría la tierra, los árboles y las casas se caían y esto alarmó a todas las personas.
El pánico invadió a los niños, jóvenes y adultos; todos buscamos refugio en algunos lugares altos de la ciudad.
Existía la creencia de que el Cerro El Limbo iba a reventar en correntadas de agua, rocas y fuego y se llevaría de encuentro a toda la población, incluyendo las viviendas; pues nuestros antepasados creían que el Cerro El Limbo estaba sostenido por cuatro pilares gigantes de oro puro y que al no soportar el peso y con el temblor de gran magnitud, estos cederían y la ciudad de Chinameca quedaría sepultada.
Según contaban los ancianos de esa época, el Cerro El Limbo, hacia años que estaba por reventar; pues estaba enojado porque según la tradición y las creencias, cada año le llevaban un niño recién nacido y lo sacrificaban en el cráter de la laguna del Pacayal para que no hiciera erupción, pero que hacia bastante tiempo que los pobladores no hacían tal sacrificio.
Primeros estudios
Crecí en el Barrio de San Juan , y cerca de mi casa como a dos cuadras vivía una maestra empírica, con un carácter fuerte y con deseo de servirle a las demás personas ; tenia la vocación de enseñar a leer y escribir, y a su casa llegaban cipotes de mi edad a recibir clases gratis ; era la niña María Adriana como cariñosamente le decíamos ; utilizaba el método memorístico y el libro de Mantilla no debía de faltar acompañado de un puntero para ir señalando las sílabas.
Esta maestra empírica muy conocida y querida por todos, le enseñó las primeras letras a una cantidad de profesionales que aun la recordamos con cariño y estima.
A esta escuelita asistí unos seis meses y rápido aprendí a leer, escribir y las operaciones básicas de sumar, restar, multiplicar y dividir.
A los siete años de edad, me matricularon en primer grado en el Grupo Escolar Alberto Sánchez de mi ciudad natal y tuve una maestra muy activa, inteligente, amable y especialista en dar clases a niños de primer grado; cariñosamente le decíamos niña Evita Cáceres , siempre nos inculcaba los buenos hábitos y hacia énfasis en la inteligencia y la perseverancia.
Desde el segundo hasta el sexto grado lo estudié en la Escuela Anexa Fernando Pacheco, bajo la orientación de una maestra que me forjó muchos valores y virtudes; en sus clases dedicaba una parte formativa y nos daba ejemplos de niños que salían adelante por ser perseverantes; era la niña Margarita Anaya, que siempre predicaba con el ejemplo; de estatura alta, cabello rubio, con alto espíritu de servicio y con práctica de valores.
Progresaba en mi mente el deseo de superación, de sacar adelante a mi familia, y una de mis fortalezas era ser perseverante como me lo habían inculcado mis primeras maestras.
Logré matricularme en el Plan Básico, lo que es equivalente al Tercer Ciclo de ahora, el cual ya funcionaba en Chinameca y su duración de tres años de estudio.
El uniforme era beige y sobre la costura externa del pantalón llevaba una vena negra; zapatos negros, la camisa manga larga del mismo color que el pantalón y en los hombros o mangas se le bordaba una estrellita negra por cada grado estudiado; una corbata negra y un cincho negro.
Era una educación completa, teníamos un maestro para cada una de las asignaturas: música, dibujo, inglés, ortografía, moral, urbanidad y cívica, manualidades y las demás asignaturas propias del pensum educativo.
Al terminar de estudiar el Plan Básico ; aproveché la oportunidad de que en Chinameca , gracias a la iniciativa del Profesor Luís Samuel Cáceres, funcionaba la Escuela Normal , centro al que asistían alumnos de diferentes departamentos del país y sólo tenían que estudiar tres años después del Plan Básico para salir graduado de maestro normalista,.
En esta Escuela Normal se enseñaban las diferentes corrientes de la didáctica , Pedagogía, filosofía y sociología, dando énfasis a María Montesori, Juan Amós Comenio, Pestalozzi, Juan Jacobo Rousseau, Emilio Durkheim, y otros.
Con estos conocimientos se fortalecía al futuro maestro en conocer al ser humano y hacer de él un individuo pensante.
Me matriculé en este centro educativo y aquí conocí a maestros y compañeros estudiantes de diferentes cantones, Ciudades y departamentos; amplié mi círculo de amistades de las cuales conservo algunos amigos y amigas.
En el año de 1967 egresé y luego me sometí a los exámenes privados de científico y pedagógico, los cuales aprobé y me gradué de Profesor Normalista el mismo año.
Escuela Normal de Chinameca.
Promoción 1967.
En la época en que me gradué había una gran cantidad de maestros sin nombramiento oficial y tuve que esperarme hasta que llegó mi turno en el año mil novecientos setenta.
En el transcurso de 1968 a 1969 tuve que irme a trabajar a San Salvador .Trabajaba en el día en una fábrica y a la vez daba clases en la escuela nocturna Fabio Castillo de la ciudad de Ilopango, siendo Director el Profesor y Licenciado Guadalupe Solórzano.
En esta situación me encontraba cuando me nombraron por primera vez como Profesor auxiliar interino en la escuela del cantón Llano El Ángel de Ciudad Barios del departamento de San Miguel, en el primer semestre del año mil novecientos setenta.
Mi primer nombramiento
Primer semestre de 1970
Comenzaba una mañana fresca, y la brisa agitaba las flores de mi jardín, botando algunos pétalos de rosas, margaritas, claveles y narcisos que se juntaban con las del jazmín.
Me había levantado temprano para leer en el periódico las noticias más importantes; buscaba día a día el informe del Ministerio de educación con el listado de los nuevos maestros que serían nombrados con Ley de Salario. Terminando de leerlo estaba cuando llegó el señor Alfredo, un amigo y vecino a cuya dirección me llegaban las encomiendas.-
Sonriendo y con una gran alegría que se le notaba en su rostro, se me acercó y levantando la mano derecha me mostró un sobre rotulado por el Ministerio de Educación.
Me entregó un correograma en donde decía que el ministerio de Educación me nombraba como profesor auxiliar interino de la escuela Rural Mixta del cantón Llano El Ángel de Ciudad Barrios, departamento de San Miguel.
En ese momento sentí una inmensa alegría, la que transmití inmediatamente a mi familia; púes ese era mi primer nombramiento y tenia aproximadamente como dos años de estar esperando la oportunidad.
Después de darle las gracias a Dios, y al señor Alfredo por haberme entregado en su oportunidad el correograma, lo primero que hice fue buscar un mapa y ubicar el lugar; primero San Miguel, después Ciudad Barrios y en éste el cantón Llano El Ángel.
Luego consulté si llegaban buses al lugar de destino.
La ruta era salir de Chinameca, llegar al desvió de Moncagua y luego abordar el bus hacia Ciudad Barrios, el cual continuaba a otro pueblo mas al norte.
Después de comunicarle a mi familia y hacer un plan de viaje, tomé mi maletín con ropa de cama y de vestir, me despedí y me encaminé a la Terminal de buses que está enfrente del parque federal de mi municipio.
Me subí en un bus viejo que su recorrido era de Chinameca a San Miguel; era un armatoste grande, color verde y amarillo
Pálido, erosionado por el tiempo, repleto de pasajeros, y en cada desvío bajaba y subía pasajeros, hasta que llegamos al desvío de Moncagua, donde me bajé para esperar el otro bus.
Fue una larga espera, casi dos horas pues los buses en ese tiempo eran escasos. Tenia que aparecer del Oriente, ya que éste venia de San Miguel; ya estaba desesperado en el desvió de Moncagua, cuando vi aparecer un bus de color verde con franjas blancas a los costados y con la leyenda "La Perla de Oriente", con una parrilla de hierro corroído por el moho en el techo y escaleras a los lados.
El bus se detuvo y se parqueó a un lado de la carretera, me subí y luego siguió su marcha hasta llegar a Moncagua, de aquí salió con ruta a Ciudad Barrios.
La carretera estaba en pésimas condiciones, y los viejos hierros rechinaban, a veces teníamos que bajarnos para empujar el bus, pues el antiguo motor de éste ya no resistía y a veces se quedaba varado esperando que pasara otro automotor o una yunta de bueyes para que lo empujara.
Era un camino angosto, en algunas partes estaba empedrado y en otras era de tierra suelta, sin balastre.
Trepábamos y bajábamos cuestas, a tal grado que el motorista y el cobrador se bajaban a colocar grandes cadenas de hierro a las llantas del bus, para que éstas pudiesen agarrarse en el blando barro. Se pasaban algunos riachuelos y una cascada donde se arrastra un manantial de agua transparente, semejando una diadema de perlas que baja del cerro, como una larga cabellera de plata iluminada por la luz de la luna llena, que da vida a grandes huertos y a otros sembríos.
Llegamos a Ciudad Barrios, el bus se estacionó por una hora en la Terminal buscando más pasajeros y luego continuó su ruta.
Llegamos al cantón San Matías y como a treinta minutos, por fin llegamos al cantón de mi destino: Llano el Ángel.
El cobrador gritó: "los que vienen para Llano el Ángel, ya llegamos "; el bus se detuvo, y los pies me temblaban para bajar la parrilla porque se me habían dormido las piernas; me bajé y el bus continuó su recorrido.
La escuela estaba a la orilla de la calle, en la que trabajaban tres maestros, pero solo encontré a dos ya que la maestra, la niña Celina quien estaba con permiso por alumbramiento de su hijo, era a quien iba a sustituir interinamente.
Me recibió Don Chabelo, un Profesor de estatura pequeña, de complexión delgada, de piel morena, inteligente, amable y cortés; este maestro era originario de la República de Honduras y que por motivos desconocidos se encontraba trabajando como Docente en esta escuela. Lo saludé y le mostré mi correograma en donde decía que me nombraban como maestro interino en ese centro educativo.
Al leerlo, me dio la bienvenida, me presentó con la otra maestra y con algunos alumnos y padres de familia que se encontraban en la escuela cocinando los alimentos para los alumnos, ya que existía un programa de alimentación para esa comunidad educativa.
Tomé posesión de mi cargo, y me asignaron el segundo grado con 35 estudiantes.
Mis alumnos en su mayoría eran descalzos, mal vestidos, panzoncitos por la desnutrición, reflejando así la pobreza en la que Vivían.
En esa época también nos visitaba el Padre Monroy, que era un sacerdote filántropo y altruista, que llevaba a las diferentes comunidades alimento espiritual y material.
Don Chabelo vivía en Ciudad Barrios y él era el sub.-director de la escuela, por ayudarme para que no me quedara en el cantón, alquiló un cuarto más grande y me dio pupilaje.
Por las tardes salíamos a observar los grupos de jóvenes, niños y adultos que venían de las haciendas y fincas de café, con sus haces de leña y puchitos de café que durante el día habían pepenado.
Era hermoso ver los cerros, cubiertos con un manto de colores diversos, como una sombra gigante que protege a sus laboriosos habitantes, perfumándolos con el aroma de sus frescas flores del naranjal y el cafetal.
Pasaron los 3 meses de mi primer interinato, terminaba mi trabajo en el cual solo ganaba 150 colones al mes; me despedí de Don Chabelo y de la otra maestra, no así de la niña Celina a la que nunca conocí; ya que ella todavía no se había presentado a la escuela .
Los alumnos me hicieron una bonita despedida, la que siempre recuerdo con cariño.
Fue un día viernes como a las tres de la tarde cuando regresé a mi bella ciudad de Chinameca.
Cantón El Delirio de Ozatlán
Segundo semestre de 1970
En el mes de septiembre de 1970, se me nombró Director en propiedad de la Escuela Rural Mixta del cantón el Delirio, jurisdicción de Ozatlán, departamento de Usulután.
La satisfacción me invadió provocándome gozo y alegría, ya que era un nombramiento con Ley de Salario, un nombramiento fijo que sólo me lo podían quitar si renunciaba o si incumplía el Reglamento.
También la felicidad llego a mí familia, pues me había graduado de Profesor Normalista en el año de 1967 y no había tenido ninguna oportunidad de trabajar con Ley de salario, salvo el interinato que acababa de terminar.
Por la noche no pude dormir y sólo me preocupaba lo que encontraría en ese lugar.
Al día siguiente me levanté a las 5:00 de la mañana y después de asearme y tomar mi desayuno me despedí de mi familia.
Abordé el bus y le dije al cobrador que por favor me bajara en el desvío de Ozatlán; luego me acomodé en un asiento de la parte trasera cerca de la ventana para ir viendo el paisaje.
Primero llegamos a la ciudad de Jucuapa, que se encuentra a 15 minutos de Chinameca. Es una ciudad de clima fresco, ordenada, con su mayoría de casas nuevas y mixtas. Esta ciudad la reconstruyeron; ya que sufrió la envestida del terremoto de 1951.El comercio de esta urbe es fluido, debido a sus vías de comunicación con los pueblos vecinos.
Por fin llegamos al desvió de Ozatlán y un poco soñoliento me bajé del bus, le pregunté a un señor de sombrero agachado que se encontraba en el desvió, ¿cuál es la calle que conduce a Ozatlán? y él me señaló con el dedo índice de su mano derecha el lugar y me dijo que caminara como tres kilómetros cuesta abajo en una calle empedrada y que luego llegaría al pueblo
Comencé a caminar por una calle mal empedrada cuesta abajo, hasta que llegué a la Villa de Ozatlán.
La primera que encontré, fue una señora de edad avanzada con su cabeza blanca como el algodón, con su vestido largo hasta los tobillos, de un color blanco impecable, parecía como que venia de un acto religioso, tenía aproximadamente unos 75 años de edad .
Después de saludarla le pregunté por el señor Alcalde, y me dijo que el Alcalde era el dueño de la única farmacia que estaba frente al parque. Eran aproximadamente las once y media de la mañana de ese día martes.
Llegué a la farmacia y encontré a un hombre de buena apariencia, amable, de complexión fuerte, de estatura pequeña, con lentes gruesos; sus ojos pequeños y redondos demostraban su astucia como comerciante y gobernante, vestido de camisa mangas larga de color blanca y con una sonrisa que demostraba la sinceridad y seguridad de sus hechos .
Después de saludarlo le pregunté: ¿usted es el señor alcalde? y él, amable y cortésmente me contestó que si.
Me presenté con él y le mostré el Correograma, le solicité información de cómo llegar al cantón El Delirio, le dije que era originario de Chinameca y que no conocía el cantón.
Me contestó que el Sub.- Director de la escuela del pueblo era mi paisano y que lo buscara en la Oficina de Agricultura y Ganadería que estaba contiguo a la alcaldía, con el fin de que me apoyara.
Llegué al lugar indicado y después de esperar unos diez minutos, apareció el Profesor Miguel Ángel Portillo, éste se desempeñaba como Sub. -Director de la Escuela de Varones y amablemente me recibió extendiéndome la mano.
Platicamos un rato y luego me condujo al lugar donde él vivía; ahí me presentó con la dueña de la casa, y formalizamos un contrato para pupilaje.
Al día siguiente me trasladé acompañado de unos alumnos que eran del cantón el Delirio; pero que estudiaban en el pueblo.
Caminamos, salimos del pueblo y pasamos por una quebrada seca donde se veía aún el rastro de las crecientes de agua que pasaban por ese lugar ; luego continuamos por una vereda, por lomas, más bien huatales o potreros ya que se veía gran cantidad de ganado pastando en las laderas enverdecidas por grama; solo había sombra de los árboles de tempate que servían de cerca con alambre de púas, después de una hora y media de recorrido llegamos al cantón .
Localicé un señor que llevaba unos bueyes a darles de beber agua y le dije que yo era el nuevo profesor que venia a trabajar en la escuela.
Me indicó que la escuela estaba frente a mi y que no tenía rótulo porque estaba abandonada.
Era un ranchito de unos 36 metros cuadrados, sus paredes de varitas de maicillo, sin patio, su techo de teja, y estaba compartida como vivienda por una anciana de 80 años aproximadamente; después de saludar a la anciana y explicarle que era el nuevo profesor, me abrió el tapesco que servia de puerta y encontré una mesa de madera podrida y vieja, unas diez sillas de madera, quebradas y sin pintar, todo estaba sucio, lleno de estiércol de gallinas y basura por todos lados. Lo primero que hice fue limpiar la casa, luego salí a reclutar alumnos a las casas vecinas y a avisarles a las personas que a partir de ese día ya iba a funcionar la escuela.
Logré matricular a 12 estudiantes; pero al día siguiente llegaron 15 alumnos más, haciendo un total de 27; algunos recibieron las clases sentados en el suelo, mientras que el resto llevaba su silla. Yo era el director, profesor y ordenanza.
Formé la Directiva de Padres de Familia, y con suerte; los que quedaron como directivos eran personas activas y responsables, solo necesitaban la orientación para hacer mejoras en el centro educativo y en el cantón.
Se elaboraron proyectos como: Reparación del camino vecinal que conduce del cantón El Delirio al pueblo , compra del terreno y construcción del edificio de la escuela , introducción de agua potable, energía eléctrica y otros.
Entre los directivos que mas recuerdo por su colaboración están: señores Lorenzo Ramírez y sus hermanos, Julio Nieto, Narciso Ayala, José Benítez, Cristina Ayala, Humberto Juárez, Rodolfo Juárez, familia Gonzáles y otros; quienes confiaron en mí y realizamos algunos proyectos de mejoras del cantón.
Comencé a trabajar con primero y segundo grado, no por falta de alumnos si no por el espacio reducido y por ser maestro único nombrado en esta escuela.
En ese entonces los maestros trabajábamos mañana y tarde y los sábados por las mañanas. Con la Directiva efectuábamos rifas, bailes y solicitábamos colaboración a los demás padres de familia; el tesorero era Don Julio Nieto, una persona seria, honesta, responsable, honrado y el presidente Don Lorenzo Ramírez, persona líder del cantón.
Necesitábamos tener fondos económicos para llevar a cabo los proyectos, tomamos la decisión de hacer rifas, bailes, reuniones, encuentros deportivos, carreras de cinta, juegos como el palo encebado, carrera de encostalados, celebraciones del Día de la Cruz, solicitar donaciones a las personas altruistas, y otros.
El día de la Cruz se celebraba con un gran baile; el torito pinto y música, cohetes, carreras de cinta, payasos, canciones, poemas, etc. era una fiesta que se celebraba en la escuela con la participación de todos.
Todas estas actividades las hacíamos en conjunto: los padres de familia, alumnos, maestros y todos los vecinos de los demás cantones.
Después de dos años de actividad compramos un terreno de 500 varas cuadradas y gestionamos la construcción del edificio de la escuela, que fue aprobada por el Ministerio de Educación, pero teníamos problema de que no había camino amplio y en buenas condiciones para transportar el material hasta el cantón. Se organizó la comunidad, niños, Jóvenes y adultos con piochas, palas y azadones y comenzamos a ampliar el camino hasta que logró pasar el camión con el material.
Se logró la construcción de un edificio 3-3-6 para albergar a tres profesores y atender seis grados.
Solicitamos dos maestros más para atender de primero a sexto grado.
Conocí las fortalezas, las debilidades, las oportunidades y las amenazas de los campesinos, su cultura, gustos y preferencias.
Ya comenzaba una época difícil; púes en el pueblo se hablaba de la impunidad de funcionarios y empleados públicos; de espionaje y predisposición de ciertos comandantes locales, y que acompañados de algunos jefes de ANTEL y comandantes cantonales, convirtieron sus funciones en azotes del pueblo; y más que todo en contra de los Profesores.
El magisterio se comenzaba a organizar y juntamente con los transportistas efectuaban paros de labores y de transporte.
Lo anterior me abrigó más la esperanza de agilizar mi traslado a otro lugar donde poder continuar con mis estudios.
En ese tiempo había confianza en los maestros, respeto y moralidad; púes éste era como dice el dicho "el que repicaba y daba la misa en el cantón", cuando alguien se enfermaba llegaban a consultarle al maestro y éste con gusto les indicaba que hacer.
Se llegó a considerar al maestro como el segundo Padre de los niños que asistían a la escuela.
Las fiestas que se hacían para recaudar fondos eran bien organizadas; casi siempre se llevaba "El conjunto de Los Mata" pues sus integrantes eran del Cantón Hule Chacho, cantón cercano a Jiquilisco.
Era hermosísimo ver, aquel grupo de personas colaborando todos y bailando al son de la música, la chanchona, los pitos y las maracas.
Las hembras lucían sus trenzas y su cabello largo con chongas de colores a los lados de su cabeza, con sus vestidos hasta los tobillos y de colores fuertes; los varones con su ropa holgada, su cabello corto y bien ordenado.
Se percibía una mezcla de olores de diferentes tonos, pero sobresalía el jazmín y el olor a rosas.
Por ser el Director de la escuela era el primero en comenzar el baile y darles confianza e iniciativa y detrás de mi, se incorporaban los demás.
Esta ocasión la utilizaban para elegir a su pareja, a su futura esposa o esposo.
Viajaba todas las tardes a dormir al pueblo, donde teníamos una habitación juntamente con el agrónomo, el subdirector del pueblo y un compañero maestro del cantón El Delirio.
A veces salíamos a la calle a platicar con los amigos o nos quedábamos en la habitación escuchando música.
En ese tiempo conocí al profesor Paniagua, éste trabajaba en el cantón La Breña, más lejos que el cantón El Delirio, trabajaba y estudiaba en Usulután y me invitó a seguir estudiando.
Hasta ese momento yo estaba truncado, me había olvidado de continuar estudiando, por las faenas de mi trabajo y el gran amor que les tenía a esas personas, me sentía bien identificado y sus problemas eran también míos.
Tomé la decisión y fue así como me inscribí en el Colegio Centenario de Usulután y acompañé al profesor Paniagua hasta que me gradué de Bachiller Académico el día veintiocho de febrero del año 1977.
Esto me estimuló más el espíritu de superación; aunque veía difícil la forma de como salirme del cantón.
Pero un día sábado por la tarde que me reuní con el profesor Juan Antonio Moreira, este me presentó con un profesor que quería permutar conmigo .Y fue así como se me presentó la oportunidad de hacer una permuta para el Caserío El Coyolito, jurisdicción de Tejuela del departamento de Chalatenango. Los alumnos y padres de familia me hicieron una despedida donde hubo lágrimas y risas de felicidad y de tristeza.
Alumnos de la escuela rural mixta del cantón El Delirio, Ozatlán, Usulután
Caserío el Coyolito /Tejutla/Chalatenango
Febrero 1978
Me presentaron al Profesor Guandique, la persona con quien iba a permutar; él se vendría para la zona oriental y yo me trasladaría a un departamento que nunca había visitado; era precisamente Chalatenango.
Me abrigaba la esperanza de que aquí talvez pudiera tener más acceso o mayor posibilidad de poder seguir mis estudios universitarios.
Después de formalizar el trato, pasamos a la parte legal, cada uno con sus papeles de rigor.
Visitamos el Ministerio de Educación y nos entregaron el correspondiente documento en donde quedaba en vigencia la permuta. Un día después viajé en el bus que hacía su recorrido de Chinameca a San Salvador; se llamaba La Acosta, y salía a las dos de la mañana. Se tardó como tres horas y media en el trayecto. En San Salvador, abordé el bus de la ruta 125 que va a Chalatenango pasando por el puente Lempira hoy Colima.
Este está sobre el río Lempa, donde se ubica el embalse del Cerrón Grande y dando origen al primer lago artificial de El Salvador: el Lago de Suchitlán.
Es un paisaje hermoso y sus aguas límpidas reflejan al atardecer diversos colores como el arco iris, como los rayos de un Diamante y zafiro; su exótica flora y fauna, especies que dan vida en este paraíso terrenal. Y a lo lejos se veían desfilar canoas con pescadores que llevaban el sustento de su familia y las bellas señoritas comercializando la tilapia, mojarra, olomina y su famosa pupusa de pescado.
La escuela estaba a orilla de la carretera, y al llegar encontré a tres profesores laborando.
Me identifiqué con el Sub.-Director; aclarándole que llegaba en sustitución del Director; quien gustosamente me dio posesión de mi cargo.
Era un nuevo ambiente; nuestros alumnos eran: lugareños, olomegos, y hondureños; atendíamos desde el primero al sexto grado, con culturas diferentes.
Dentro del personal docente estaba el Profesor Eduardo; una persona muy conocida y que jamás le faltaba su motocicleta como medio de transporte; famoso jugador de un Club Deportivo, quien debido a su disciplina era fuerte, robusto y atlético. Muchas veces íbamos a observar las faenas de las personas, el atardecer, el amanecer, a nadar y pescar en el lago de Suchitlán.
Mi estadía aquí fue poca ya que una noche como a las 7:00 P.m. tuve la visita del señor Supervisor Escolar de la zona, el Profesor Carlos Quijada a quien por su amabilidad y carisma le decían Quijadita. Pequeño de estatura, delgado, piel blanca, cabello ondulado; tenia la chispa de un jovencito.
Al cien por ciento de los maestros bajo su jurisdicción los mantenía ocupados en diferentes talleres, conjuntos musicales, clubes y otros. Era habilidoso para tocar la guitarra y cantar y, él era el primero en participar en los diferentes clubes. Yo pertenecía al grupo de danza folklórica, y el maestro que nos enseñaba era un artista que le decían "El Indio Cuzcatleco".
Me hizo el planteamiento de que renunciara a la Dirección de la escuela y que me trasladara como Profesor auxiliar de tercer ciclo al Cantón las Cañas jurisdicción de la Reina del mismo departamento. Propuesta que acepté a condición de que me dieran una beca para la Ciudad Normal "Alberto Masferrer"; promesa que fue aceptada bajo las condiciones estipuladas.
Me reuní con el personal docente, alumnos y padres de familia, los cuales me hicieron una bonita despedida, en donde me mostraron el aprecio que me había ganado en poco tiempo de estar en esa comunidad.
Cantón Las Cañas/ La Reina/ Chalatenango
Agosto de 1978
El día lunes hice el mismo recorrido con la diferencia de que ya no me quedaba en el caserío El Coyolito.
Me bajé del bus en el desvió de Amayo y caminé como tres kilómetros y medio aproximadamente sobre la calle que conduce a Nueva Concepción.
Después de caminar vi la escuela; un edificio moderno ubicado a la orilla de la carretera donde funcionaba Parvularia y Educación Básica hasta el noveno grado.
Yo llegaba de profesor auxiliar de Tercer Ciclo Básico.
Me dirigí a la Directora Profesora Irma Juventina; persona simpática, amable, siempre se mantenía joven haciendo alarde de su nombre Juventina; poetiza y de fluido vocabulario. Me dio posesión y me asignó como orientador del noveno grado. Tenía como compañero al Profesor Alfredo, maestro, emprendedor que me proporcionó el apoyo necesario para mi estadía .Los alumnos de este lugar, eran ganaderos y agricultores.
En vacaciones estudiaba en la Ciudad Normal "Alberto Masferrer" la que funcionaba en el Sitio del Niño; aquí estaba gozando de la beca que me habían ofrecido.
Me daban estudio, pupilaje, alimentación y transporte para San Salvador; habíamos alumnos de diferentes departamentos del país.
Posteriormente me gradué de Profesor Docente Dos en la especialidad de Humanidades el veintiuno de diciembre de 1981.
Eran los primeros meses de 1980 y, en ese entonces se da la guerra civil de El Salvador, la cual duró de 1980 a 1992 durando 12 años de sufrimiento. Esta se daba entre la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) dando como resultado aproximadamente 75000 muertos y desaparecidos.
En el trayecto de mi camino, desde el Cantón las Cañas jurisdicción de la Reina, departamento de Chalatenango hasta Chinameca en el departamento de San Miguel, era común ver en los desvíos de San Vicente, Santa Clarita, Aguilares, Guazapa y otros lugares; cuerpos humanos mutilados, esparcidos por los alrededores de las carreteras; cuerpos colgados, amarrados de pies y manos, sin cabeza.
Era insoportable y una aventura viajar en tal situación.
En algunas ocasiones me vi envuelto en enfrentamientos en los que el motorista y sus pasajeros sufrían balaceras, en donde algunos civiles quedaban heridos y otros muertos. Fui testigo de horrendos choques de vehículos, viendo esparcidos en la calle los cuerpos de las personas.
En el desvió de Santa Anita cerca de San Vicente, existen dos cerros y en medio pasa la carretera, lugar propicio para los enfrentamientos. En un cerro se colocaban los soldados y en el otro los guerrilleros; las balas pasaban como brasas casi a la altura de un metro del techo del bus; éstas cruzaban el aire como una lluvia de luceros, sintiéndose el estruendo de las armas, la gritolera de los soldados y los guerrilleros. Esto sucedía en varias ocasiones .Me preocupé ; ya era imposible viajar por el peligro que se corría en la carretera y opté por solicitar mi traslado para una escuela de la zona oriental donde conocía y estaría mas cerca de mi familia.
Visite el Ministerio de Educación y específicamente al departamento de Recursos Humanos que eran donde daban los nombramientos y traslados, me entrevisté con el encargado y
le expuse mi caso y el riesgo al que me exponía. Al principio se puso renuente; pero dos días después me entregó el correograma de mi traslado para la escuela Dolores de Jesús Montoya de Santiago de María del departamento de Usulután.
Alumnos de la escuela rural mixta del cantón Las Cañas, jurisdicción de La Reina, departamento de Chalatenango.
Escuela Dolores de Jesús Montoya/Santiago de María
Junio 1980
Santiago de María.
Una ciudad con clima fresco, rodeada de cerros cubiertos de una extensa flora y fauna; casas con bonitos jardines, grandes y bien pintadas. Estas eran pocas ya que en su mayoría había grandes mesones de bahareque donde vivía el grueso de la población. Al llegar al parque observé que la mayoría de sus visitantes, vestían coloridos suéteres, chumpas y gorros de lana cubriendo sus cabezas; venían saliendo de misa; pues enfrente del parque está la iglesia Católica.
En la Dirección de la escuela encontré a la Directora, la niña Fanny, persona de fino vocabulario, con notable ética profesional; se observaba en ella su fina cultura; disciplinada y estricta con alumnos y maestros. Me presentó con la comunidad educativa y me asignó el noveno grado. Los alumnos en su mayoría eran de familias pobres económicamente; de clase social baja.
Creí necesario aprovechar la cercanía de mi trabajo a los centros de educación superior y me matriculé en la Universidad Modular Abierta de San Miguel en la facultad de Ciencias Económicas de la cual me gradué de Profesorado en Ciencias Económicas en el año de 1988.
El problema de la guerra se estaba agudizando más; el peligro aumentaba cada día y yo tenía que viajar para mi casa en Chinameca; esto me obligó a solicitar mi traslado para otro centro educativo.
La situación se me volvía problemática porque dejaba a unos cien alumnos a medio año; sin embargo en esa ocasión empezaba la Regionalización de Educación y en una visita que realicé al ministerio de Educación, me concedieron el traslado como profesor de planta de la Escuela de Varones Confederación Suiza de San Miguel; pero con la condición de que tomara posesión del cargo y que de inmediato se me destacara en la Región Oriental de Educación con cede en San Miguel como Colaborador Técnico.
Alumnos de la escuela Dolores de Jesús Montoya de Santiago de María, Usulután
Complejo Educativo Confederación Suiza, San Miguel
Septiembre de 1984
Nombrado en la Escuela Confederación Suiza de San Miguel; pero destacado como colaborador Técnico con sede en la Gerencia de la Región Oriental de Educación; era el momento preciso para continuar con mis estudios.
Estudiaba en la Universidad Modular Abierta los días sábados, domingos y los días de vacación.
Después de haberme graduado de Profesor en Ciencias Comerciales, continué con la Licenciatura en Administración de Empresas, obteniendo mi titulo Correspondiente el veintisiete de mayo del año 1994.
Al presentarme a la Gerencia de Educación, me ubicaron como colaborador Técnico, luego como Jefe del departamento de Infraestructura de Educación. Una de mis funciones era investigar, analizar y priorizar las necesidades de los centros escolares, atender a las comunidades educativas que presentaban solicitudes de los departamentos de San Miguel, Usulután, Morazán y La Unión.
Para agilizar los trámites, tenía como nexo al Profesor Roberto Alemán Osorio, que trabajaba en la Dirección de Infraestructura Educativa a nivel Nacional y que era originario de Chinameca. Atendíamos solicitudes relacionadas a Construcciones de escuelas, canchas deportivas, muros de contención, servicios sanitarios, dotación de pupitres y material didáctico.
En el año de 1988 se me da la función de Auditor Regional de la Zona Oriental de Educación y me asignaron 4 colaboradores, uno por cada departamento.
Realizábamos auditorias administrativas, financieras y de personal.
Visitábamos las escuelas públicas y los institutos Nacionales con el objetivo de darles asesoría para el buen funcionamiento de su centro escolar.
En una ocasión me delegaron para que fuera a recibir la construcción de la escuela del cantón San Felipe, jurisdicción de Pasaquina en la Unión y que al mismo tiempo se haría la inauguración. Me acompañaba el Ingeniero constructor, el motorista y un auxiliar de la oficina.
Llegamos sin novedad y se realizó el acto de la inauguración; no sin antes estar esperando al señor cura para la bendición del local y éste nunca aparecía porque la guerrilla lo tenía detenido como dos cuadras antes de llegar a la escuela.
El sacerdote no había llegado y las autoridades estaban preocupadas, los invitados ya estaban desesperadas, reunidos esperando la misa; era una situación difícil; pero el motorista que me acompañaba se ofreció a dar la misa y la bendición del edificio.
En los preparativos estábamos, cuando apareció el verdadero sacerdote, y procedió normalmente a su oficio.
Después del refrigerio dispusimos ir a cenar al lado de Honduras, solo nos pasamos el puente Goascorán y llegamos a la tienda libre que es muy conocida en ese lugar. Eran aproximadamente las 7 Pm. cuando sentimos los bombazos.
La mitad del puente que corresponde a El Salvador quedó a oscuras; nos regresamos de inmediato.
Logramos pasar al otro lado de nuestro territorio y escuchamos más seguido las explosiones.
Enfrente de donde está el puente que sirve de límite, se encuentra un cerro donde la guerrilla disparaba sin cesar.
Caía la gente civil y militar, guardias nacionales, soldados, policías, guerrilleros y personas civiles destrozados, heridos y ensangrentados.
Fue toda una masacre, botaron casi todos los puentes de acceso; el lema de ese enfrentamiento era "Hasta el Tope"
Regresamos a la bodega que tenía el ingeniero constructor en Pasaquina y nos encerramos.
Al tercer día de estar en esas condiciones; solo se sentían rumores y decidimos salir a la calle.
Vimos un guerrillero francotirador que estaba en lo más alto de la iglesia; de repente apareció un guardia nacional de civil y le disparó matándolo inmediatamente.
Nos habíamos quedado sin la batería del Vehículo porque había sido utilizada por los guardias Nacionales para hacer funcionar el comunicador de su patrulla; pero obtuvimos otra prestada e hicimos el viaje de regreso para San Miguel.
En la punta de la antena del radio del vehiculo, amarramos un pañuelo blanco en señal de paz y emprendimos el regreso.
Una semana después, atendiendo solicitudes de las escuelas de la zona norte de Morazán, Corinto y otros cantones; realicé un viaje de inspección, siempre acompañado de mi colaborador.
Llegamos en el vehículo oficial al cuartel de Gotera; nos presentamos con el jefe de la zona y nos mandaron al campo donde tenían los helicópteros. Nos subimos y en el iba el piloto y dos soldados más, uno en cada puerta con sus cananas cruzadas en el pecho y su equipo de armas largas.
Después de algunas indicaciones que nos dio el piloto, el helicóptero se levantó y en el lapso de unos minutos nos encontrábamos volando sobre los techos de las escuelas destruidas de los cantones ya mencionados.
Volábamos a una altura en donde las personas y animales se veían como unos puntitos esparcidos en los potreros, se veían las luces y se oían los disparos que la guerrilla le hacía al helicóptero.
Cada momento que pasaba sentíamos pánico; pero al mismo tiempo valor y coraje por estar cumpliendo con nuestro deber.
El piloto nos observaba a cada instante y al notar nuestra aflicción nos habló en unos Instantes; pero nosotros no lo escuchamos por el ruido del motor; sin embargo coincidimos que lo que quiso decirnos era que nos calmáramos. Después de cumplir nuestra misión de observar los techos destruidos de las escuelas de la zona, regresamos a Gotera y de ahí a San Miguel donde dimos el informe correspondiente al Gerente Regional de educación, y dimos gracias a Dios por haber regresado con vida.
En el año de 1989, me nombraron como Técnico de ODEPOR, que era una oficina de planificación a nivel de la Región Oriental.
A los jefes y Técnicos de departamentos en la región de educación nos mandaban a asesorarnos, nos impartían seminarios, cursillos y pasantillas en diversos lugares.
Fue así como logré obtener los diplomas siguientes: En 1985 "Diploma sobre Estructura del Plan Operativo Institucional" impartido por la OEA.
En 1988 Diploma "Planificación orientada a objetivos ZOPP" impartido por la región oriental de educación.
En 1988 "Diploma de Planificación Participativa" impartida por la Universidad de Oriente.
En 1989 "Diploma sobre "Gerencia participativa por objetivos" impartido por FEPADE.
En 1996 "Capacitación sobre Reforma Educativa" impartido por la UCA.
En mi tiempo libre trabajé como Docente en el Liceo Tecnológico Manuel Luís Escamilla de San Miguel, que era un centro dedicado a la formación de Docentes.
En ésta institución educativa impartí las asignaturas de: Teoría Educativa, Orientación Escolar y Ética Profesional.
Otros colegios dónde también laboré como Docente son: El Divino Maestro, El Corazón de Jesús y de María, el Instituto Regional de Computación y Administración; todos ubicados en la ciudad de San Miguel.
En una reestructuración que se hizo a la oficina de ODEPOR, mis funciones desaparecieron y una mañana llegó el Gerente de Educación con el correograma en mano que decía "Ruégale regresar a la escuela dónde está nombrado, tome posesión y comuníquese"
Alumnos del Complejo Educativo Confederación Suiza
San Miguel.
Regreso al Complejo Educativo Confederación Suiza
Así fue, cumplí lo que decía el correograma, regresé al centro educativo donde estaba nombrado, tomé posesión de mi cargo como Docente Dos de la Escuela Confederación Suiza de San Miguel.
Encontré un personal muy diferente a todos los anteriores, aquí había de todo ; la mayoría de Docentes tenía otros títulos, otras carreras ; habían Abogados, Ingenieros, Licenciados, Master, Agrónomos , Taxistas y Comerciantes .
La mayoría trabajaba una jornada en la escuela y la otra en lo particular; pues el sueldo que teníamos no estaba acorde con el incremento del costo de la canasta básica y por esta razón la mayoría de Docentes de las ciudades se dedica a otra actividad, buscando incrementar sus ingresos para poder subsistir juntamente con su familia.
Todos los años se celebraban el Día Internacional de Suiza, haciendo honor al nombre de la Escuela.
Siempre teníamos la visita del señor Cónsul de Suiza con su comitiva y todos los años traía regalos para la Escuela, para los niños y los maestros.
Uno de los mejores regalos fue la construcción de un pabellón del edificio escolar que nos sirvió para mejorar la cobertura escolar.
Recibíamos al cónsul de Suiza y a su comitiva con un acto especial, en donde participábamos maestros, alumnos y padres de familia; era extraordinario ver la alegría de todos, niños, jóvenes y adultos relacionándose con las autoridades suizas.
En este Centro Escolar me nombraron como Subdirector; rol que desempeñé durante toda mi estadía, ganándome la confianza, el cariño y el aprecio de todo el personal docente, padres de familia, alumnos, autoridades educativas y otros.
En el Complejo Educativo Confederación Suiza, que así se llama hoy, faltaba un poco de organización y mejoras en beneficios del quehacer educativo y de la comunidad en general, se involucró toda la comunidad educativa y organizamos los alumnos en diferentes comités, los cuales funcionaron en un 95%
Se construyó la cancha de básquetbol, se formó un grupo musical integrado por alumnos y maestros, se organizó el club de danza, se mejoró la biblioteca escolar.
Pero el logro mayor fue alcanzar una buena comunicación entre el Personal Docente, Alumnos y Padres de familia y por ende una mejor cobertura y calidad en la enseñanza en el "Complejo Educativo Confederación Suiza" de San Miguel.
Para entonces yo seguía estudiando en la Universidad Modular Abierta de San Miguel, después que egresé, escribí mi Tesis juntamente con dos compañeros de la misma facultad de Ciencias Económicas , ésta versó sobre " La Comercialización del Fríjol de Soya en la Ciudad de San Miguel", la que defendimos para obtener el titulo de "Licenciado en Administración de Empresas" .
Graduación de Licenciados en Administración de Empresas.
Profesor Francisco Antonio Ramírez.
Lo anterior me sirvió para poder trabajar como Catedrático de la Universidad Capitán Gerardo Barrios y de la Universidad Modular Abierta, las dos con sede en la ciudad de San Miguel. Llegó el día que publicaron un Decreto en el cual el Maestro podía retirarse sin límite de edad; tomé la decisión y a finales del año 2001, le comuniqué al personal del Complejo Educativo Confederación Suiza mi decisión.
Me hicieron una despedida, en la que participaron Maestros, Alumnos y Padres de familia; realizaron algunos números artísticos en donde se involucraron maestros y alumnos, y me entregaron una Placa de Reconocimiento por mi labor prestada a esa comunidad educativa.
Me estaba retirando con 32 años de servicio y los últimos años se los había dedicado a esa comunidad.
En el acto hubo lágrimas, risas, expectativas y con una gran emoción procedí a decir mi ultimo discurso: "Señor Director, compañeros maestros, queridos alumnos, personas invitadas y demás padres de familia: Comienzo estas palabras como agradecimiento y por su presencia en este acto, es un momento de felicidad y de tristeza, un acto en el cual culmina mi carrera como Docente ya que en ésta he permanecido 32 años sirviéndole a los Niños, Jóvenes y adultos.
Hoy acude a mi mente, lo que dijo José Martí: "Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive, es ponerlo a nivel de su tiempo, con lo que podrá salir a flote sobre él" . También acude a mi mente la gran cantidad de niños, jóvenes y adultos que fueron mis alumnos, que ahora son profesionales, orgullo de su familia y de su país.
Por siempre recordare aquellas tiernas manos de los niños que con una sonrisa angelical irradiando amor y alegría, día a día me saludaban con un hasta luego Profesor; a los maestros, compañeros con los cuales conviví en las diferentes aulas, los cuales siempre recordaré.
También acude a mi mente, los momentos de placer y de tristeza en los diferentes actos de esta escuela, gracias, muchas gracias".
Ya no continué con mi discurso por que el aire no llegaba muy bien a mis pulmones y me sentía desvanecido; pero volví y con gran impresión y con voz fuerte pronuncié lo siguiente: "gracias a Dios que me permitió llegar a jubilarme".
Acto de despedida del Complejo Educativo Confederación Suiza, en el día de mi jubilación.
Mi jubilación
El primero de Enero del año 2002 comienza mi jubilación, es mi primer día, y me encuentro alegre con mi familia y amigos, dándole gracias a Dios por haberme permitido llegar a esa fechas, ya que son muchos los compañeros maestros que se quedaron en el camino, y algunos se anticiparon ante la presencia del Todopoderoso.
Actualmente me estoy perfeccionando en la Cibernética y me dedico a mi empresa, donde por inercia, continúo con la didáctica y la pedagogía, colaborando en el desarrollo de niños, jóvenes y adultos en la asesoría laboral y empresarial, impartiendo cursos de computación y otros afines.
Tuve que subirme en el último vagón del tren de la globalización para no quedarme atrás; tenía que ponerme al corriente de la tecnología,
Cuento con el apoyo de mi familia, la cual es unida y progresista.
Un día de estos mirando uno de los recuerdos en el escritorio de mi oficina, observé una placa de reconocimiento la cual está hecha de vidrio en forma de una gota de agua pura y cristalina; pareciese estar formada por diamante de gema; por el valor que para mí y mi esposa significa.
La que me fue entregada por Raymundo, uno de mis sobrinos y en representación de todos mis hijos y demás sobrinos y sobrinas y los hijos de éstos , en un acto muy especial y con mucho cariño en un restaurante de la playa de El Cuco ubicada en el Océano Pacifico en el departamento de San Miguel, en la que dice : "Por todo su empeño en mostrarnos parte de la vida, enseñarnos sus conocimientos y los valores que son nuestro tesoro mas preciado; por inculcarnos perseverancia y proponernos metas, las cuales hemos alcanzado gracias a su esfuerzo y orientaciones, para el camino de toda la vida ; que Dios los bendiga y gracias por siempre : las personas que los amamos".Hijos: Sonia, Yanira y Wilmer. Sobrinos: Milton, Juana y Raymundo, fecha: San Miguel, diciembre 2007.
La satisfacción más grande de mi vida es ver que estas generaciones van a vivir en mejores condiciones en relación a nuestro pasado.
18 de mayo de 2008.
Anexos
Anexo número uno
Periodo de 1970-2001
En la época de mi desempeño como Docente, me vi involucrado en las siguientes circunstancias, hechos pedagógicos y educativos como consecuencia de las diferentes Reformas Educativas.
1968-1979
De 1967-1972 La relación entre los maestros y el Estado era difícil.
Los maestro teníamos un bajo salario y una ausencia de beneficios hospitalarios, sociales y económicos; esto provocó que los maestros se organizaran y se dé la primera huelga magisterial que duró aproximadamente dos meses.
Y en 1971 se da el segundo paro laboral que duró un mes entre junio y julio.
Desapareció el Plan Básico y apareció el Tercer ciclo
Se aumentó un año al bachillerato y se diversificó
Se creó la televisión educativa
Suspendieron todas las escuelas Normales del país
Se creó la Ciudad Normal "Alberto Masferrer"
1980
Aparecen las Subregionales con sus Directores de Núcleos
1989-1990
A principios del año 1990 se incrementó el analfabetismo.
Ampliación de la cobertura, mayor atención a la Parvularia y Básica, con prioridad en el área rural.
1990
Nace el Programa Educación con participación de la comunidad (EDUCO)
1991
Nace el programa Solidificación del alcance de la Educación Básica (SABE) esto permitió hacer cambios curriculares, capacitar maestros en servicio, dotar de libros de texto y atender necesidades de las comunidades.
Se promueve la educación de adultos y la Educación a distancia.
Amplían la Capacitación de Formación Docente.
1994-1999
Consulta y elaboración del Plan Decenal de le Reforma Educativa.
1995-2005
En 1998 se declaró el año de los valores, cada maestro en las escuelas y en su salón de clases facilitaba el desarrollo de este programa.
En el año de 1999 Se declaró el Año de la Solidaridad, con el objetivo de ir solidarizando el valor en las creencias, cada año se iría trabajando en un valor
Se planifica en relación a los ejes: cobertura, calidad, formación de valores, y modernización institucional.
1995
Se aprueba la Ley de Educación Superior.1996 Se aprueba la Ley de la Carrera Docente y la Ley General de Educación.
1999-2001
Se crea la figura del Asesor Pedagógico Se crea el sistema de Desarrollo Profesional Docente. Se da una modernización de los Institutos Pedagógicos.
Creación de los centros de Recursos de aprendizaje para educación Básica y media
Hay una reforma de las Direcciones y departamentos del Ministerio de Educación
Anexo número dos
Experiencias pedagógicas y educativas
1970-2001
Durante este tiempo logré trabajar en todos los niveles educativos; desde educación parvularia hasta educación universitaria.
Trabajé en centros oficiales y privados, en el área rural como en el urbano.
Algunas de las experiencias que recuerdo son:
Cuando laboré en educación Parvularia; me tocó bailar, cantar y narrar cuentos a los niños; entonces comprendí que el maestro tiene que ser artista en cada clase que imparta para hacer mas fácil el aprendizaje.
Por lo general en los primeros grados los alumnos son numerosos y en los cantones no hay escuelas de Educación Especial.
En una escuela Rural donde trabajé con primer grado, asistían 60 alumnos, y dentro de ellos había un alumno que necesitaba educación especial; tuve que hacer un esfuerzo para darle educación personalizada a éste alumno, sin descuidar a los demás estudiantes Al ver el resultado positivo, me sentí realizado ya que lo más grato para un Docente es saber que ha enseñado.
Cuando había deserción de niños en la escuela, llamaba a los padres de los alumnos y les hacía ver su función como padre, como amigo y como hermano que quiere lo mejor para su hijo o su familia y luego procedía a visitar a los niños desertores para ayudarles a resolver su problema.
Si la conducta de un alumno era negativa, yo no lo reprochaba; al contrario lo llamaba y platicaba con él haciéndole ver su error.
Cuando fui maestro de cuarto grado, un alumno hizo un desorden en clase; todos los demás estudiantes esperaban que lo castigara; sin embargo lo llamé y platiqué con él para descubrir porqué se portaba en esa forma y descubrí que el niño no había desayunado y por eso causaba desorden; de inmediato le di un abrazo y lo invité a la tienda escolar; desde ese momento el alumno se portó bien en clase.
En mis clases a mis alumnos siempre les daba la parte formativa primero y después la parte instructiva.
Al entrar al salón de clases por lo general mis alumnos ya estaban adentro y nos dábamos el saludo correspondiente.
Comenzaba hablándoles de temas de moral, urbanidad o cívica por lo menos 15 minutos y el resto de tiempo lo dedicaba al tema de la asignatura correspondiente.
Cuando un alumno daba quejas por algún motivo, yo siempre lo escuchaba con atención, para que éste se sintiera apoyado. Y después aplicaba la parte correctiva.
Dando clase en sexto grado en la asignatura de estudios sociales, estaba enseñando las capitales del mundo y sin querer, cometí el error de escribir en la pizarra que la capital de el salvador era San Salvador; pero cuando escribí el salvador, un alumno me corrigió; y yo al darme cuenta de mi error, inmediatamente pedí un aplauso para el alumno y les dije que yo lo había hecho para Ver si se estaban fijando en clase. Y que lo correcto era El Salvador
Participé como facilitador en el programa SABE, y en cierta ocasión me tocó explicar como modular la voz con niños de preparatoria, por ejemplo para decir puerta teníamos que decir peita. Para ello solicité la colaboración de un niño de cinco años, para hacer mas objetiva la clase.
En una escuela rural, teníamos que celebrar el día del niño; no teníamos dinero para invertirlo en la celebración; pero me reuní con los padres de familia y a mí me tocó hacerla de payaso para hacer reír a los niños.
En una escuela urbana donde trabajé, habían alumnos que andaban en malos pasos: prostitución, drogadicción, maras etc. Los involucré en algunos proyectos de la escuela, les daba charlas y algunas veces buscaba el auxilio de un profesional para hacerles conciencia sobre el valor de la vida y el amor a los demás.
Serví de consejero de padres de familia, alumnos y compañeros maestros.
En una de las escuelas urbanas que trabajé estaba matriculado un jefe de las maras en el último año de bachillerato; lo llamé y platiqué con él solicitándole que no me afectaran el centro educativo; traté de investigar su origen y me di cuenta que el estudiante carecía de amor, de estímulo, de cariño porque sus padres no estaban con él.
Levanté la autoestima del joven, ofreciéndole una beca para que continuara sus estudios universitarios; después de 5 años lo vi y éste ya era profesional en la rama de computación.
En la mayoría de las escuelas rurales donde yo trabajé se carecía de medicinas para el botiquín escolar y libros para la biblioteca; para solventar este problema, solicité en nombre de la comunidad educativa del cantón; medicina a las droguerías, farmacias y hospitales ; y solicitamos libros a las diferentes embajadas ,librerías y personas altruistas ; luego nos llegaba la medicina y los libros a través de la alcaldía del pueble , así formamos el botiquín escolar y la biblioteca de la escuela.
Por lo general en las escuelas rurales donde laboré no había material didáctico, y me tocaba elaborarlo de material desechable juntamente con mis alumnos; ejemplos de éstos eran los franelógrafos, mecheros, brújulas, lámparas etc.
Para concienciar a los padres de familia me valí de la escuela de padres y madres. Reunía a los padres de familia, investigaba la problemática que presentaba cada uno de ellos y les dábamos solución en conjunto.
Los técnicos del ministerio de educación planificaban los programas educativos a nivel de escritorio; esto casi nunca dio resultado positivo, porque ignoraban las verdaderas necesidades de la comunidad.
En vista de eso, yo como maestro rural observaba las necesidades de las familias en su hábitat y luego planificaba de abajo hacia arriba hasta llegar a la formulación de los objetivos que resolvieran los problemas de la comunidad, sin perder el objetivo del programa. Los resultados fueron positivos.
Siempre hice énfasis en la calidad de la enseñanza y no en la cantidad de documentos que pedía el ministerio de educación.
Cuando daba clases en el primer año de bachillerato y demás grados superiores, casi siempre iniciaba mis clases haciendo preguntas del tema anterior; de esa manera hacia que los alumnos estudiaran diariamente.
En los grados superiores, casi siempre me gustaba evaluar dejando un trabajo relacionado al tema, donde el estudiante me mostraba su desempeño en las tareas realizadas individualmente o en equipo.
"Perseverar es una cualidad humana que permite mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión. La perseverancia se pone de manifiesto frente a obstáculos y frustraciones en la persecución de metas, y en la adhesión a principios establecidos previamente.
La perseverancia es un valor también para alcanzar lo que se desea a pesar de las cosas negativas que puedan pasar, y es también muy importante al estudiante que se enfrenta al conocimiento, pues el estudio siempre implica paciencia y perseverancia para la consecución de los fines propuestos. Por eso se dice que la perseverancia está en la base de la fuerza de voluntad.
No por gusto en el folklore español existe un adagio que dice "El que persevera, triunfa", indicando la significación que tiene la perseverancia para obtener aquello que se quiere.
Esta cualidad se puede educar en el niño desde muy temprano, para ello, es necesario enseñarles la disposición para vencer las dificultades y constancia para cumplir las tareas propuestas. En este sentido se ha de realizar un trabajo sistemático en todas las actividades en que el niño participa, dándoles tareas que deba y pueda vencer, cuidando no estén por encima de sus posibilidades para evitar la frustración. Para ello se le brindará la ayuda necesaria y se estimulará su éxito, por pequeño que sea."
_____Asociación Mundial de Educadores Infantiles___
Tomado de la página Web http://www.webparalapaz.org/bloques/PDF/Perseverancia.pdf
Dedicatoria
Dedico esta autobiografía a mi esposa Margarita, quien me ha acompañado juntamente a mi familia, siendo un ejemplo para nuestros hijos y demás familiares, los que cariñosamente le llaman Maye. También se la brindo a todos mis hijos e hijas, quienes han sabido aprovechar mi esfuerzo y servirles de estímulo y ejemplo para superarse.
A mis queridos nietos y nietas, que son para mí, la esperanza, la alegría, el soporte para seguir viviendo.
Asimismo se la ofrezco con amor especial a mis padres, a mi hermano, hermanas, sobrinos, sobrinas y demás familia.
Autor:
Francisco Antonio Ramírez
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