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Aproximaciones teóricas conceptuales en torno a la Comunicación Comunitaria y la Comunidad


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. La Comunicación en el espacio comunitario
  4. La Comunicación Comunitaria, elemento esencial para el desarrollo de la comunidad
  5. Comunidad, tendencias de su conceptualización
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

Resumen

El siglo XXI exige del hombre que se preocupe por el espacio más cercano donde se desempaña como ser social. A escala mundial las comunidades constituyen espacios privilegiados para la educación y para utilizar las herramientas de la comunicación al constituir un mecanismo intermedio entre la sociedad y el individuo.

Es por ello que la comunidad constituye un escenario inevitable y trascendente en el devenir histórico del hombre, si se razona la significación de la comunidad para el desarrollo del ser humano, se encuentran los puntos de partida para establecer el rol estratégico y determinante, que se le concede hoy al estudio y accionar en los procesos de la Comunicación Comunitaria, en los que ambas categorías coexisten y se presuponen.

Palabras claves:

Comunicación, Comunicación Comunitaria, Comunidad

Abstract:

The XXI century requires man who cares about the nearest place where you demists as a social being. Globally communities are privileged spaces for education and to use the tools of communication to be an intermediate mechanism between society and the individual.

That is why the community is an inevitable and important stage in the historical development of man, if the significance of the community for the development of human beings is argued, are the starting points for establishing the strategic and decisive role, which is granted today to study and engage in the process of community communication, where both categories coexist and are assumed.

Key words:

Communication, Community Communication, Community

Introducción

La comunidad es portadora de un extenso y rico caudal de conocimientos, habilidades, experiencias, mitos, leyendas y tradiciones que han sido acumuladas por los individuos y trasmitidas de una generación a otra por diversas vías. Resulta fundamental con estas, ampliar sentimientos de pertenencia, identificar a los individuos con su barrio, sus normas, costumbres y formas de relacionarse. Por ser un agente poderoso para lograr el accionar y la colaboración de los habitantes en el cumplimiento de metas comunes al trabajar por alcanzarlas y remediar sus problemas, que tienen como base la unidad y la participación de todos, ésta última, componente indispensable de la comunicación.

La Comunicación Comunitaria permite al hombre asimilar y transformar los valores heredados y crea en su interactuar con el entorno, la proyección consciente del futuro. Por lo cual, como ser social, juega un papel activo y protagónico que le permite ampliar la creatividad en un proyecto de vida no solo individual, sino colectivo. En la actualidad tiene gran relevancia la satisfacción de las necesidades comunicativas, espirituales y como elemento de influencia directa en la producción de medios materiales de vida para la sociedad.

En América Latina la Comunicación Comunitaria adquiere un significado especial debido a las particularidades socioculturales, políticas y económicas de la región a partir de su devenir histórico desde las culturas precolombinas hasta la actualidad. El vivir en comunidad significa adueñarse de procesos sociales e intelectuales que implican cambios políticos, y que unido al amor a la tierra se convierten en elementos identitarios de los latinos. De ahí que la Comunicación Comunitaria se convierte en una herramienta de la Educación Popular surgida en este espacio.

Paulo Freyre, un importante educador y pedagogo brasileño quien aportó una teoría nueva y revolucionaria sobre la Comunicación Educativa aboga por una participación integral, un diálogo y una remodificación crítica y creativa para que los participantes se asuman como sujetos de su propio destino donde las acciones estén focalizadas a la educación en la comunidad.

Desarrollo

La Comunicación en el espacio comunitario

La comunicación humana constituye un proceso básico, clave para la integración y existencia de la sociedad como un todo, es un proceso único configurado por diferentes niveles. Un primer acercamiento a la definición de comunicación puede realizarse desde su etimología, la palabra se deriva del latín "communicare", que significa "compartir algo, poner en común". La comunicación un fenómeno inherente a la relación que los hombres mantienen cuando se encuentran en grupo. Estas relaciones propiciaron cambios en la forma de producción social, así como en la conciencia social, los que estuvieron acompañados de transformaciones en sus procesos comunicativos. La actividad y la comunicación crean las necesidades para estimular o no las potencialidades subjetivas de la personalidad.

Por tanto el concepto comunicación marca las relaciones sujeto- sujeto. En este caso no sólo se revelan las acciones de uno u otro sujeto o la influencia de un sujeto sobre otro, sino además, el proceso de su interacción. Este es un proceso permanente, en el que el sujeto va descubre, elabora, reinventa y hace suyo el conocimiento. Un proceso de acción-reflexión-acción que él hace desde su realidad, desde su experiencia, desde su práctica social, junto con los demás integrantes de su comunidad. El emisor está junto al receptor, no para dirigir el proceso comunicativo sino para estimular ese proceso de análisis y reflexión, para aprender junto a él y de él, para construir juntos una realidad. (Kaplún, 1984: 29)

Según lo planteado por Kaplún un cambio de actitud consistente en el paso de un hombre acrítico a un hombre crítico es un proceso libre en el que el receptor debe tomar sus decisiones cada vez con mayor autonomía. Donde el objetivo es que el hombre piense y ese pensar lo lleve a transformar su realidad. Es decir la comunicación es un proceso permanente que integra múltiples modos de comportamiento, palabras, gestos, métodos, mímica, manejo de espacio, es un todo integrado del cual no puede aislarse una parte.

Sin embargo, desde los inicios del estudio de la comunicación coexisten dos formas de comprenderla. En la primera se entiende como el acto de informar, de trasmitir, de emitir, del verbo comunicar. En esta vertiente algunos autores la definen como: "el acto o proceso de transmisión que generalmente se llama comunicación, consiste en la transmisión de información, ideas, emociones, habilidades, etc., mediante el empleo de signos y palabras." (Berelson y Steiner, 1964; citados en Saladrigas, 2008:158)

Esta conceptualización evidencia la reducción de la comunicación -que implica compartir, interactuar- a la transmisión y difusión de informaciones, dicha forma responde a una sociedad basada en la hegemonía del poder. Por otra parte, al reconocer la abismal diferencia que existe entre comunicación e información se defiende una segunda vertiente, donde es vista a modo de intercambio, relación de compartir, de hallarse en correspondencia, en reciprocidad y como acción de comunicarse. Viéndose como un proceso más integral donde se reafirma su carácter social, toda vez que requiere de la interacción, el diálogo y la participación.

Así Antonio Pasquali la concibe como: "…la relación comunitaria humana que consiste en la emisión/recepción de mensajes entre interlocutores en estado de total reciprocidad," (Pasquali; citado en Saladrigas, 2008: 161). Desde este punto de vista la interacción es un elemento esencial para establecer el proceso comunicativo, fenómeno que ocurre mediante la relación establecida entre los miembros de la comunidad y de vital importancia para organizarse y realizar cambios.

Por otro lado la prestigiosa investigadora cubana Rayza Portal manifiesta que la comunicación:

"(…) no solamente es el intercambio de noticias y mensajes sino también el quehacer individual y colectivo que engloba el producto de las transferencias e intercambios de ideas, hechos y datos (…) que sostiene y anima la vida, es motor y expresión de la actividad social y la civilización, que ha llevado a los hombres y a los pueblos desde el instinto hasta la inspiración a través de una serie de procesos y sistemas de información, de impulsos y control; es fuente común de la cual se toman las ideas y fortalece mediante el intercambio de mensajes el sentimiento de pertenecer a una misma comunidad".(Portal, 2003: 2)

La doctora Rayza se manifiesta explícitamente por el intercambio colectivo en la comunicación y dentro de una misma comunidad, donde además de tener un papel fundamental en su integración constituye la vía para conocer las necesidades y problemas. Se convierte en la herramienta principal para la satisfacción de las primeras y la solución de las segundas, mediante el intercambio de experiencias y conocimientos de todos sus integrantes, que conducen a la transformación de la realidad comunitaria.

La Comunicación Comunitaria, elemento esencial para el desarrollo de la comunidad

El tema de la Comunicación Comunitaria es de suma importancia, sus referencias se remontan a finales del Siglo XIX vinculadas a la Educación Popular, desplegada en los países europeos, a pesar de que entre los años 1945 y comienzos de la década de 1960, se produce en Francia un cambio conceptual entre la Educación Popular y la Comunicación Comunitaria, donde esta última tiene sus espacios de ejecución en las nuevas instituciones fundadas, de tipo educacional, comunicativa, comunitaria, social y cultural.

En América Latina está presente otra teoría la "Comunicación Popular", en pleno auge en la región y pretende superar las limitaciones de la "Comunicación Alternativa", aunque comparte muchos de sus aspectos. Sus principales precursores lo constituyen Mario Kaplún, Raúl Leis, los hermanos López Vigil, entre otros.

Oscar Jara expresa que la Comunicación Comunitaria sería "lo opuesto a la comunicación masiva. Es aquella comunicación que utiliza medios grupales de elaboración artesanal, y uso restringido, como un boletín de una organización de base, un periódico mural, una presentación de teatro callejero, la utilización de un video o diaporama en una sesión de trabajo de un grupo" (Jara, 2002: 84).

Desde esta óptica, los procesos de comunicación forman parte activa del complejo tejido de relaciones sociales y culturales que se construyen históricamente. En ellos los sectores populares muestran, comparten y recrean las claves y códigos que le son propios, donde se manifiestan aquellas profundas intuiciones vitales, a través de las cuales se moldean los perfil es de su identidad y cultura donde se comparten e intercambian constantemente sus posiciones e intereses, de ahí la importancia que reviste la misma dentro de la formación de hábitos. Esto permite ubicarla en aquellos esfuerzos que se impulsan al interior de esas prácticas comunicacionales populares, con el fin de fortalecer el protagonismo social y político de los sujetos populares; con el propósito de dinamizar educativamente la capacidad crítica y creadora de la gente; con el fin de consolidar aquellos factores de identidad que permitan la liberación de aquellas potencialidades de las clases populares que han sido frenadas, deformadas y apropiadas por las clases dominantes, que han sido impregnadas de la lógica de la dominación.

Otros conceptos asociados a la Comunicación Comunitaria fueron expresados por diferentes autores, uno de ellos Carlos Núñez Hurtado en su obra "Permiso para pensar" refiere que la Comunicación Popular se plantea como "una posición activa, propositiva y no sólo reactiva, de la Comunicación Alternativa a la formulación y operación de verdaderas alternativas de comunicación, integrales, procesuales, dialógicas participativas y por supuesto dialécticas, en manos de las organizaciones populares y al servicio de sus luchas y sus causas" (Núñez, 1993:53).

Este autor concibe a la Comunicación Comunitaria como proceso de interacción social democrática que se sostiene sobre lo popular, basada en el intercambio, por medio del cual los seres humanos comparten voluntariamente experiencias bajo condiciones libres e igualitarias de acceso, diálogo y participación, parte de las formas cotidianas de comunicarse el pueblo y se centra en la educación y en la participación como alternativas de un modelo de gestión del conocimiento generado dentro de las comunidades.

Por otra parte, Ander Egg (1987: 62) concibe la Comunicación Comunitaria como "un conjunto de prácticas participativas que tienen como finalidad estimular la iniciativa y la participación de las comunidades en el proceso de su propio desarrollo y en la dinámica global de la vida sociopolítica en que están integradas".

En esta definición la participación es uno de los elementos fundamentales destacados por el autor, como proceso que incita y organiza a los actores sociales hacía proyectos que hacen posible el desarrollo de la comunidad. Sin embargo no refiere como esta actúa en el complejo ámbito de la cultura, en la que debe ser apreciada desde su condición de relación humana social hacia la naturaleza, visualizándose de estas dos líneas fundamentales: relación hombre-naturaleza y relación hombre-hombre y en la que también se asume como un complejo conjunto de elementos que conserva y sintetiza la práctica comunicativa y cultural acumuladas en su devenir histórico, que se traslada de generación en generación.

Rayza Portal y Milena Recio (2005: 33) refieren que la Comunicación Comunitaria es el tipo de "interrelación que se establecen entre los integrantes de una comunidad, como individuos aislados, familias o grupos, organización o institución laboral, con el fin de la transformación de esta ya sea espiritual o material". De lo anteriormente planteado no cabe dudas de que la Comunicación Comunitaria contribuye al desarrollo comunicativo y cultural ya que hace viable cambiar actitudes, modos de relacionarse, de comunicarse, de expresarse, de interpretar las cosas, de crear en los comunitarios y responde a sus necesidades e iniciativas propias. Constituye un instrumento que hace realidad y democratiza los procesos en la comunidad, en la cual la real participación se asume como un suceso voluntario de conciencia y auto responsabilidad por parte de los comunitarios.

Esto ayuda al desarrollo de la comunidad a la vez preserva, crea y transmite su cultura, al buscar la satisfacción espiritual de todos sus miembros, de ahí que potenciar la Comunicación Comunitaria mediante proyectos involucradores de todos los factores y miembros de la comunidad, consistirá en desarrollar el sentido de identidad comunitaria, al crear procesos de participación y sentimientos de pertenencia a una comunidad.

A partir de lo antes expuesto, la autora Rafaela Macías explica lo siguiente:

  • La Comunicación Comunitaria se asume como un proceso mediante el cual la comunidad se convierte en protagonista de su propio desarrollo, moviliza las formas de hacer pensar a las personas mediante la participación y el compromiso.

  • Transformación de la comunidad, producto de una mayor participación activa, consciente y creativa de cada individuo.

  • La participación es en definitiva una vía de formación del propio sujeto que le lleva a un constante compromiso en su medio. Su realidad física, una realidad viva y vivida por el sujeto, es un indicador básico que nos muestra la transformación de la comunidad.

  • Desarrollo personal del propio individuo que implica un crecimiento espiritual como resultado de su relación comprometida con el entorno material y social.

  • Desde esta posición comprometida de los individuos es desde donde surge la comunicación comunitaria y es su principal objetivo de movilizar a la población, implicar en su entorno, lo cual significa que las personas conozcan sus problemas, los jerarquicen y se hagan responsables de ellos, al buscar alternativas para resolverlos. (Macías: 2002; 111).

Esta escritora comparte la consideración de los investigadores analizados, de que la Comunicación Comunitaria es muy ventajosa, no únicamente por el caudal de su contenido teórico, sino por el valor de sus experiencias en el desarrollo de proyectos comunicativos. El desarrollo comunicativo y cultural son categorías necesarias para determinar todo acto humano, en sus formas de comportamiento, organización y niveles de vida, con un enfoque integrador del mismo, donde intervienen todos los factores de la comunidad, para la solución de sus propios problemas a través de alternativas novedosas e importantes.

Por otra parte los autores del Proyecto UNICORNIO de la Universidad de Oriente consideran que:

"La Comunicación Comunitaria es un proceso complejo, inscrito en el desarrollo comunicativo y cultural de las comunidades, asociaciones, sectores y grupos, dirigidos al logro de la real participación de la sociedad en la cultura. En este proceso, descubre las formas prácticas de facilitar la incorporación del desarrollo cultural, no sólo la memoria histórica, las tradiciones, costumbres, sino también, las nuevas propuestas de alternativas para la conservación, defensa y desarrollo del patrimonio cultural, la identidad cultural y la cultura" (Macías, 2002: 105).

En este concepto los autores consideran muy importante el papel de los grupos en la democratización de la cultura, en tanto dirige su atención a individuos reunidos en distintas agrupaciones, que reflexionan continuamente el contenido de las actividades que desarrollan, donde se destaca el elemental papel de las organizaciones de masas. Su argumentación se basa en resaltar un proceso de dinamización que ofrezca a cada individuo la posibilidad de ser agente activo de su propio desarrollo comunicativo y cultural, como elemento vital para el logro de esa transformación.

Se dirige a la toma de conciencia de los sectores populares, que una vez practicada por ellos, debe considerarla mediante la generación de políticas comunicativas y culturales. Esta idea lo define como un fenómeno primordial, aunque quedan interrogantes en cuanto a si es un arte, técnica, tecnología, disciplina o práctica social, la distingue además como un conjunto de prácticas, actividades y relaciones. Plantea la animación como una respuesta social que el sistema introduce, viéndola como una alternativa surgida del Estado y no de los grupos sociales a los que acceden las masas, y que solicitan de sentir y apropiarse conscientemente de su cultura.

Se personifica al hombre en su ejercicio consciente, viva, que accede a desarrollar una inteligencia social y creativa, desarrolla las potencialidades y capacidades para satisfacer los problemas que le son comunes. En estos aspectos está implícita no solo la pretensión, sino también la importancia de la Comunicación Comunitaria, que comprende diferentes ámbitos: social, económico, de participación y cultural a la que están sujetos por diversas razones, dentro de las cuales se destaca el hecho de que el desarrollo comunitario esté presente en los procesos de comunicación, en el cual se aprecia con fuerza la participación del hombre, creador y defensor por excelencia de los valores comunicativos y culturales.

Exponen la Comunicación Comunitaria como un modelo de intervención, que parte de un aspecto importante que es la comunicación, para posteriormente abordar lo que accedería su proceso de intervención sobre una situación determinada. Sus consideraciones muestran elementos que consisten en visionar la comunidad en una dimensión global e integral, al abordar importantes ideas que permiten entender que impulsan como alternativa de la comunicación cultural viva en el trabajo de las comunidades, como un proyecto de intervención para motivar, estimular a los comunitarios y que éstos a su vez, sean competentes para iniciar su propio desarrollo de comunicación comunitaria.

Comunidad, tendencias de su conceptualización

Al tratar la Comunicación Comunitaria es imprescindible tener en cuenta la comunidad, pasar buscar de un extremo a otro su realidad, elemento que no debe olvidarse, porque si no se da el cambio social de esa realidad, no hay comunicación comunitaria. En este aspecto se deriva el trabajo de comunicación comunitaria y cultural como soporte de la comunicación, al tener en cuenta que es una gestión abierta a todos, que tiene como fin ampliar el concepto y la práctica de la comunicación y cultura como participación que responda a las necesidades, aspiraciones, intereses e iniciativas convenientes de los grupos y las comunidades. Lo que implica que se movilicen y se involucren en el proceso de transformación y mejoramiento del entorno y de su calidad de vida, de forma consciente y comprometida.

Comunidad, es uno de los términos más utilizados en las ciencias sociales contemporáneas, pero al mismo tiempo es evidente que tanto en el lenguaje corriente como en el científico, designa una amplia gama de realidades que se hacen complejas de definir y clasificar para su estudio. Cada una de sus definiciones hace menor o mayor énfasis en determinados aspectos, que se corresponden con diferentes enfoques teóricos y necesidades prácticas, en dependencia de la ciencia que lo investigue.

Según Arias (1995; citado en Portal, 2005: 27) las definiciones de comunidad pueden diferenciarse, de forma general, por el énfasis que estas hacen entre: elementos estructurales, elementos funcionales, o aquellas que reflejan ambos elementos interrelacionados.

  • Elementos estructurales: se refieren fundamentalmente, al sistema de relaciones económicas, políticas y sociales físicamente determinadas, y a la demarcación de la comunidad, la definición de su extensión, sus límites.

  • Elementos funcionales: se refieren a la existencia de aspiraciones, necesidades, intereses o problemas comunes.

En la definición de comunidad deben vincularse elementos funcionales y estructurales. En este sentido F. Violich define la comunidad como: "un grupo de personas que viven en un área geográfica específica y cuyos miembros comparten actividades e intereses comunes, donde pueden o no cooperar formal e informalmente para la solución de los problemas colectivos." (F. Violich, 1971; citado en Arias, 1995: 54)

Violich logra una acertada relación entre elementos estructurales y funcionales, sin embargo su definición no incluye la relación comunidad-sociedad-país, donde cada uno de estos elementos incide sobre los otros. Así como no le otorga mucha importancia, desde el punto de vista funcional, al aspecto afectivo de las relaciones sociales: los sentimientos, los valores, las convicciones que se forman en ellas y que participan en la autorregulación de comportamientos y que favorecen el desarrollo del sentido de pertenencia.

Ezequiel Ander Egg, conocedor del trabajo comunitario en Latinoamérica ofrece una definición de carácter operacional, pues la misma es aplicable a unidades sociales muy diversas, por lo que puede considerarse como una definición general. Este autor expone que "la comunidad es una unidad social, cuyos miembros participan de algún rasgo, interés, elemento o función común, con conciencia de pertenencia, situados en una determinada área geográfica en la cual la pluralidad de personas interacciona más intensamente entre sí que en otro contexto." (Ander Egg, citado en Alonso et al., 2004: 16)

En su definición Ander Egg mantiene la integración entre los elementos estructurales y funcionales, y a la vez, concede importancia a lo que él llama "la conciencia de pertenencia", así como a la interacción humana, imprescindible para conducir al diálogo, al intercambio de experiencias y conocimientos a la formación de valores comunitarios, a la participación y la cooperación colectivas, y con esto, conducir a la transformación de la realidad comunitaria. Se considera una definición acertada, aun cuando no expone la necesaria relación comunidad-sociedad-país.

Héctor Arias, por su parte, aporta una definición donde destaca la importante relación comunidad-sociedad-país. Este autor define a la comunidad como:

"(…) un organismo social que ocupa determinado espacio geográfico. Está influenciado por la sociedad de la cual forma parte, y a su vez funciona como un sistema, más o menos organizado, integrado por otros sistemas de orden inferior – las familias, los individuos los grupos, las organizaciones e instituciones que interactúan, y con sus características e interacciones definen el carácter subjetivo, psicológico de la comunidad, a su vez que influyen de una manera u otra, en el carácter objetivo, material en dependencia de su organización y su posición activa o pasiva – respecto a las condiciones materiales donde transcurre su vida y actividad." (Arias, 1995:11)

Un grupo de investigadores, enfocados en el trabajo comunitario exponen que "la comunidad es un grupo social que comparte espacio donde la participación y cooperación de sus miembros posibilitan la elección consciente de proyectos de transformación dirigidos a la solución gradual y progresiva de las contradicciones potenciadoras de su autodesarrollo." (Alonso et al., 2004: 27-28)

En este caso, los autores otorgan mayor relevancia en la definición de comunidad, a los procesos participativos que permiten su autodesarrollo. Desde su perspectiva, cuando se habla de acción transformadora de la comunidad, se hace referencia a un proceso de modificación real, de cambio cualitativo progresivo. La comunidad constituye un mecanismo intermedio entre la sociedad y el individuo. En ella se materializan todas las interacciones del sujeto, ya que se concreta la relación sociedad- individuo. Es a nivel de comunidad donde cada individuo recibe de manera singular y simultánea, las influencias sociales como inmediatas. En ella el hombre actúa de manera individual o colectiva y refleja los aspectos sociales más generales.

En este sentido Rafaela Macías apunta:

"La comunidad está íntimamente ligada a los conceptos de cooperación y desarrollo que le imprimen a la sociedad un sello característico, una forma de vida colectiva, que la constituye en unidad compleja en permanente transformación y la distingue de cualquier otra, en ella se generan y desarrollan los sentimientos de solidaridad y de identidad que cohesiona al grupo y le imprime estabilidad y permanencia." (Macías, 2002: 42)

El estudio de la comunidad, demuestra que es trascendental el enfoque integral desde lo geográfico, histórico, social, económico, socio-psicológico, y el elemento de dirección referente al papel de los líderes populares y de las estructuras formales e informales para accionar coherentemente con las necesidades contextuales y los intereses comunitarios.

Conclusiones

La Comunicación Comunitaria constituye un proceso sustancial en la actuación intencional para transformar las actitudes de las personas mediante la práctica de actividades comunicativas, culturales y lúdicas hechas de un modo participativo. Más que un contenido, es un modo de actuar, donde cada actor social se convierte en agente de su propio desarrollo cualitativo en su comunidad.

Bibliografía

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Autor:

Alianny Sánchez Rodríguez

Lic. En Comunicación Social

Universidad de Las Tunas

Cuba