Religión y turismo en la dinámica del socialismo cubano (página 2)

Un enfoque sociopolítico del turismo y la religión en Cuba

Los elementos que indican la relación entre turismo y religión en Cuba han sido favorecidos por los crecimientos paralelos del turismo y del fenómeno religioso, conjugados con algunas tendencias a nivel internacional.

La religión ha sido un aspecto emergente en entrevistas no estructuradas que se han realizado a trabajadores del turismo con el objetivo de diagnosticar necesidades de aprendizaje e instrucción en este personal relacionado directamente con los turistas. Los entrevistados han expresado -de manera espontánea- la necesidad de profundizar en conocimientos sobre la religión en Cuba motivados, por una parte, por ampliar su cultura general sobre un tema, que no es muy conocido y del cual surgen muchas interrogantes de orden cultural, histórico y político, y por otra, por el interés que muestran los turistas extranjeros en el tema.

Existe un espectro de demanda que va desde la simple curiosidad, el interés por propósitos culturales más elevados -verbigracia académicos, artísticos, etc.- hasta un turismo con motivaciones esencialmente religiosas y que ha venido ganando espacio en nuestro mercado turístico al margen institucional.

La formación de un nuevo modelo de empresa turística, en correspondencia con el modelo socialista cubano, ha ido atravesando ajustes para encausar la relación ética entre eficiencia económica y justicia social, en un marco externo hostil a esta relación y en condiciones económicas muy difíciles, donde la agresión por desestabilizar al sector es sistemática y de variadas formas.

El país ha atravesado en los últimos diez años situaciones muy complejas desde el punto de vista económico y es en este marco de crisis económica que se amplía y desarrolla el turismo internacional como una de las medidas más importantes de la reforma económica para revertir la depresión. Si bien el conjunto de estas medidas ha dado resultado para sostener las conquistas sociales y el proyecto socialista, algunas han tenido impactos negativos que hicieron mella en el sistema de valores morales y provocaron la aparición de prácticas visibles de prostitución asociada al turismo y conductas corruptas en ciertos elementos de la sociedad.

Un aspecto que es de necesaria atención para comprender las características de la relación entre turismo y religión en el socialismo cubano es el referente a la política del PCC y el Estado hacia el tema, subrayando el hecho de que más del 90% de la empresa turística en Cuba es de propiedad social o estatal. La proyección de la Revolución y su dirección – y a su vez de la empresa turística cubana – hacia la religión, la iglesia y los creyentes, es signada por su carácter laico y su declaración de derecho.

En la Constitución de la República de Cuba aparece el reconocimiento explícito de garantía de la libertad religiosa y el derecho de todo ciudadano a creer o no, siempre en el marco de lo que establece la ley y sin menoscabo de ninguna de las expresiones religiosas existentes en el país.

A su vez, el carácter laico del Estado no le permite a este -ni a sus instituciones-, promover o difundir actividad o pensamiento religioso alguno. Se trata de una política que no va en contra ni a favor de ninguna expresión religiosa, ni oficial ni oficiosamente, "las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración" y existe la separación entre las instituciones religiosas y el Estado. Este carácter laico del Estado cubano tiene entre sus fundamentos una tradición revolucionaria con antecedentes históricos en las constituciones de las Repúblicas en Armas, constituidas en la segunda mitad del siglo XIX. (Ramírez Frías, 2002)

Es necesario ubicar el análisis en el proceso histórico cubano, como resultado y parte indisoluble del proceso de formación del pensamiento revolucionario de la nación cubana, que lleva en si una profunda vocación universal que le ha permitido fundirse en los ideales más avanzados del pensamiento de izquierda y estar en condiciones de asimilar lo mejor del legado del pensamiento humano, cuyos valores universales pueden encontrarse en diferentes expresiones religiosas y no religiosas.

En lo referente a la religión, el ideal revolucionario cubano no se manifestó de manera dogmática, más bien anticlerical, dado, entre otros factores, por las posiciones de instituciones religiosas oficiales contrarias a movimientos populares. También el pensamiento ateo estuvo presente en importantes figuras, pero no marcó una tónica única.

Los movimientos populares y las principales figuras que conforman el pensamiento patriótico, filosófico y político cubano no fueron permeados por sentimientos antirreligiosos, incluso muchos de los hombres que marcaron pautas en el proceso revolucionario, a lo largo de más de un siglo, han sido creyentes. Muestra de ello fue, como ya habíamos mencionado, el carácter laico que tuvieron preceptos de las constituciones de la República en Armas en el siglo pasado, al separar la Iglesia y el Estado y no favorecer ni discriminar religión alguna.

Esta herencia ha combinado hoy en día la influencia política con principios éticos: el derecho de cada ser humano a que tenga libertad de creencia y de poseer o no estas creencias. Unido a esto está el hecho de que los valores morales del socialismo propician que en la sustancia ideológica de la Revolución Cubana, sin ser religiosa, se integren también armónicamente los sentimientos más nobles de las religiones que inspiran al hombre.

Se trata de una interrelación dialéctica entre la conciencia política y la conciencia religiosa sobre la base de un puntal esencial que es la eticidad medular del socialismo.

La claridad de este fenómeno pasa entre otros factores, por la visión que se tenga de la conciencia religiosa en el socialismo y la comprensión de que es un fenómeno presente de manera natural en este tipo de sociedad, interrelacionado, más o menos, con sus distintos elementos.

La política y la ideología de la Revolución Cubana con un sistema de influencia de las masas y hacia las masas; el sistema de educación, los medios de difusión masiva y las múltiples actividades del pueblo y sus organizaciones revolucionarias no dejan de tener incidencia en la conciencia religiosa de los creyentes. El ser social actúa no solamente en la formación general de esa conciencia religiosa, sino en los diferentes matices del reflejo religioso, dados por la interrelación con otros elementos de la conciencia social, como la política, la ética etc., que inciden en la manera diferente de interpretar y asumir a Dios, o a lo sobre natural en sentido general. Interpretación y asunción incidente a su vez, en esta interconexión, en las otras formas de conciencia.

Junto a las transformaciones de la sociedad ocurren también cambios en la conciencia religiosa al estar esta en constante interconexión y mutua influencia con las restantes formas de conciencia social.

Es importante tener presente en esta relación el hecho de que la Revolución Cubana ha considerado asumir con fidelidad y originalidad las ideas de Marx, Engels, y Lenin a partir de escardar dogmatismos, voluntarismos y tergiversaciones y sumar los aportes con que han sido enriquecidas estas ideas. Al respecto Fidel Castro alertando cuidarse de ideas disfrazadas de ropaje marxista y sobre el debido enfoque para abordar ideas revolucionarias sin incurrir en posiciones dogmáticas, advertía en 1968 que:

¨… hay ideas que incluso se esgrimen en nombre del marxismo que parecen verdaderos fósiles;… ¨ tuvo el marxismo geniales pensadores: Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, para hablar de sus fundadores. Pero necesita el marxismo desarrollarse, salir de cierto anquilosamiento, interpretar con sentido objetivo y científico las realidades de hoy, comportarse como una fuerza revolucionaria… ¨

Veinte años más tarde el debilitamiento y posterior derrumbe del socialismo en Europa del Este demostrarían la necesidad de esta alerta.

Esto no quiere decir que en Cuba no se hayan cometido errores, como copiar fórmulas ajenas a sus condiciones histórico-concretas, pero su rectificación no ha sido una acción a partir de perestroicas o derrumbes de las experiencias socialistas en Europa, sino parte de un continuo proceso de perfeccionamiento llevado por la Revolución desde su mismo nacimiento convirtiéndose en un estilo y una cultura de rectificación.

En el ámbito de la religión, específicamente durante los años setenta, la introducción de aspectos dogmáticos del llamado Ateísmo Científico distorsionaron -en parte- una comprensión objetiva de la religión como fenómeno social, con enfoques alejados de los principios de la política hacia la religión, la iglesia y los creyentes presentes en el pensamiento de Fidel Castro y concretados en la praxis revolucionaria cubana desde 1959.

Una serie de hechos y procesos comenzarían a debilitar tendencias dogmáticas en la interpretación de la religión. Consideramos importante mencionar el discurso de Fidel Castro el 26 de julio de 1980 en la provincia de Las Tunas después de regresar de un viaje a Nicaragua, donde se subrayaba la alianza estratégica entre creyentes y marxistas como una fórmula explosiva; por otra parte la publicación del libro "Fidel y la Religión, conversación con Frei Betto" en 1985, lo podemos considerar un acontecimiento trascendente en el pensamiento comunista sobre la religión.

Los debates populares en 1990 sobre la base del documento "Llamamiento al IV Congreso del Partido" donde entre las diferentes problemáticas de la sociedad cubana se abordaba el tema de la religión; así como, la culminación de este proceso en la celebración del Congreso en octubre de 1991 cuyos acuerdos incluían el derecho de admisión en las filas del Partido Comunista a creyentes revolucionarios, fueron importantes hitos que posibilitaron eliminar prejuicios entre creyentes y no creyentes con una incidencia favorable en la unidad revolucionaria. (Ramírez Frías, 1999)

Las proyecciones del ámbito social cubano apuntan a consolidar ante todo esta unidad en una sociedad que, sin embargo, se mueve en un activo debate que va desde las posiciones oficiales e institucionales – incluyendo el sector del turismo -, y la diversidad de grupos sociales, hasta la familia y la cotidianidad de sus individuos. Esta confrontación de ideas en que bulle la sociedad cubana se erige sobre los puntales de la honestidad y el respeto, teniendo en cuenta las funciones de las instituciones religiosas, así como las diferencias que puedan existir en una sociedad diversa por naturaleza y el estimulo a las posiciones más constructivas que faciliten la participación conjunta de creyentes y no creyentes en las actividades de interés social. Esta acción conjunta es la que, por una parte, va fortaleciendo una conciencia de unidad, y por otra, aislando los elementos de subversión contrarrevolucionarios.

Religión, turismo y agresión político- ideológica contra Cuba

En este enfoque, con el objetivo de no caer en ingenuidades políticas, se impone también abordar la incidencia que ha tenido la manipulación de la religión por parte de los enemigos de la Revolución Cubana, con una distorsión de la visión objetiva del fenómeno religioso en el socialismo cubano.

En una larga etapa de la historia que llega hasta nuestros días, la religión ha sido empleada, desde posiciones de poder y en oposición a otras tendencias religiosas desde los oprimidos, como instrumento de opresión y de confusión ideológica.

Ya desde el principio del siglo XIX el sacerdote Félix Varela, genuino independentista cubano, cuyas ideas políticas conforman elementos importantes de la ideología de la revolución cubana denunciaba:

" Otra de las máscaras que mejor cubren a los pícaros es la religión…la suponen siempre perseguida y abatida se dan el aire de confesores, y a veces el de mártires de la fe…atribuyendo a las personas más honradas y aún a las más piadosas las ideas e intenciones más impuras y abominables. En una palabra, ellos conocen el influjo de las ideas religiosas, y saben manejarlas a su favor. Mas esta especie de máscara ya casi no merece el nombre de tal, pues sólo produce su efecto entre personas muy ignorantes." (Varela, Félix. 1997, p, 100)

Desde los primeros días después del triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959, las fuerzas opuestas a la revolución fabricaron y amplificaron en su propaganda la concepción de una oposición entre religión y revolución conformando una dramaturgia que hacía ver como un conflicto religioso lo que en realidad fue una confrontación de clases que, por otra parte, fue alimentada por jerarquías religiosas, principalmente la católica, donde prevalecía en gran parte del clero, español y franquista, una actitud de oposición a las transformaciones revolucionarias que respondían a los intereses del pueblo.

Hoy día las máscaras de que hablaba Félix Varela tratan de seguir confundiendo. Sus medios para engañar quizás son más sofisticados, favorecidos por una ofensiva irracional y la confusión ideológica globalizada

Desde el exterior han tratado de incidir en Cuba centros de subversión ideológica con fachada religiosa con el objetivo de desestabilizar y crear divisiones dentro del pueblo y específicamente en sus instituciones religiosas.

Las vías para su penetración han ido diversificándose, una de las principales formas ha sido a través del turismo y los eventos. Mediante esta vía, entre otras formas de entrada, han penetrado al país elementos dirigidos a introducir dudosas expresiones religiosas con marcado carácter evasivo y fundamentalistas, ajenas al espectro sociorreligioso cubano, con el claro objetivo de crear divisiones dentro del protestantismo cubano donde predomina el sentimiento ecuménico.

Esta agresión forma parte de la invasión de miles de sectas fundamentalistas en la América Latina que han propiciado fuerzas políticas de derecha. (Castro 1999 p 5, )

Además, han existido insistentes intentos de realizar en Cuba eventos religiosos por parte de figuras religiosas asociadas a la Nueva Derecha Cristiana en EE UU. Estos individuos han tratado de alquilar estadios, mediando grandes sumas de dinero, con la intención de realizar estos eventos al estilo norteamericano. En realidad, se convierten en grandes show religiosos.

El presidente de Estados Unidos, a partir de su primer mandato, creó una oficina con el apoyo de elementos de la Derecha Cristiana y su principal institución -la Coalición Cristiana- para su asesoramiento en los temas religiosos. En esta etapa, coincidentemente, se comenzaron a restringir diferentes licencias de viajes a Cuba desde EU menos las licencias religiosas.

La mencionada Coalición Cristiana organiza viajes de personal religioso con propósitos subversivos directamente desde Estados Unidos y por terceros países. De esta forma decenas de centros de subversión ideológica con fachada religiosa operan contra Cuba desde varios países de América y Europa.

En esta coyuntura el congresista norteamericano Jesse Helms, conocido enemigo de la Revolución Cubana, tuvo en sus planes canalizar fondos del gobierno de Estados Unidos a través de Instituciones religiosas para apoyar la llamada disidencia interna y subvertir a la Revolución Cubana.

A partir del segundo mandato de W, Buch aumentó la atención del gobierno de EE.UU. sobre los viajes vinculados a la religión, comenzó a condicionarse el otorgamiento de licencia de viajes con motivos religiosos a intereses políticos y gran parte de este personal y sus instituciones estadounidenses fueron tan presionados en este sentido que algunas de ellas, al no ceder, han perdido sus licencias de viajes a Cuba.

En el año 2005 las presiones continúan a tal punto que es aconsejable verificar cualquiera que se le haya otorgado una licencia religiosa para poder discernirlo del personal honesto que viaja a Cuba con el interés del vínculo fraternal; lo cual se ha puesto de manifiesto en la relación entre numerosas instituciones religiosas de Estados Unidos e instituciones cubanas, a pesar de los intentos por minar estas acciones.

En el documento Programa para una Cuba Libre (mayo del 2004), donde el Gobierno de EE.UU. traza la línea para la destrucción de la Revolución Cubana, se lee que "Las organizaciones religiosas pueden jugar un papel indispensable en la transición hacia una Cuba libre" (sic). Entre otros de sus párrafos se plantean las proyecciones para utilizar a Iglesias e instituciones religiosas para los fines señalados y especifica: "Los cuerpos organizados, asistencia como Cáritas de Cuba, Echo-Cuba, B´nai B´rith, y las organizaciones de socorro de las principales iglesias con conexiones cubanas (Bautistas, Metodistas, Episcopal, Luterana, Pentecostales, Presbiteriana) deben ser incluidos en cualquier plan de asistencia para la transición a corto, mediano y largo plazo."

Aparece también como una línea de trabajo de la Oficina de Intereses en Cuba. En el informe anual 2004 sobre libertad religiosa en Cuba se plantea claramente: "La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana sigue manteniendo contacto asiduo con diversos líderes religiosos."

Estas acciones están basadas en la idea esencialmente errónea de considerar a las instituciones religiosas cubanas como potenciales espacios en contra de la Revolución. (Berges, J. 1997)

La Derecha Cristiana ha creado instituciones como la International Love Lift, muy divulgada por el reaccionario televangelista Pat Roberson, para asentarse con filiales en países de América Latina. Poderosas instituciones religiosas norteamericanas de esta Derecha Cristiana, que cuentan en su poder con medios de difusión masiva, como televisoras de gran alcance (entre ellas la Trinity Broadcasting Network con más de 300 canales religiosos), han propuesto a agencias de viajes cubanas tentadores programas de turismo religioso que comprendería un mercado de miles de turistas.

Como se aprecia, en esta relación de acciones existe una especial atención del Gobierno de EE.UU. hacia la religión en Cuba y sus instituciones. Conciben erróneamente a estas instituciones como centros que nuclean una base social dentro de la sociedad civil opuesta a la Revolución.

Otros elementos a tener en cuenta en el enfoque político de la relación turismo y religión en Cuba nos obligan a continuar abordando el asunto para su mayor completitud y comprensión.

Debido a las ya mencionadas restricciones de viajes de cubanoamericanos y estadounidenses a partir de mayo del 2004, ha habido un aumento significativo de viajes por la vía religiosa autorizada. Podemos citar el caso del Sacerdocio Lucumí Shangó Eyeife, dirigido por José Montoya. Esta Iglesia llevó a Cuba, bajo licencia religiosa, a 60 personas de 1996 a julio del 2004, y entre esta última fecha y los primeros meses del 2005 la cifra de viajantes que declara Montoya con esta licencia, fue de 2500. Ante este significativo crecimiento se plantea la duda de si la real motivación de viaje es religiosa. No tuviera más complicaciones el asunto sino fuera porque, por este motivo, la contrarrevolución de origen cubano en Miami comenzó a realizar acciones en contra de esta situación, llamando la atención de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), institución norteamericana encargada de perseguir ingresos de terroristas.

Al ser la motivación religiosa una de las pocas opciones autorizadas de viajar a Cuba desde EE.UU., ha existido un verdadero bombardeo de textos e imágenes dentro de la divulgación turística en el extranjero, sobre todo en soporte on line, que tiende a la confusión.

Si en esta situación se dieran ilegalidades por el desconocimiento o incomprensiones de la política del Estado en este sentido o un descuidado interés comercial por obtener ganancias y que cierto personal del turismo cubano explotara por su cuenta esta demanda -desde instituciones estatales-, se reforzaría la imagen distorsionada de un Estado que estimula este turismo haciéndole el juego a la propaganda, que desde diferentes medios extranjeros, acusan al Estado cubano de manipular a la religión en función de un mercantilizado turismo religioso. Ejemplos demostrativos de esta campaña, durante los últimos cinco años, lo constituyen los fragmentos que citamos a continuación:

• "… No todos los santeros ni todos los babalawos ni todos los paleros son acogidos como buenos aliados para las autoridades del gobierno (cubano). Este último ha creado sus propias organizaciones… para aglutinar a ´los elegidos´ que colaborarán con el estado marxista en su lucha por ganar dólares al precio que sea necesario con vergonzosa comercialización religiosa,…" (Santería – Palo And Lukumí Organization- "What they think of us" marzo 1999)
• "Desde hace unos años, el gobierno cubano se ha percatado de que "lo negro" vende. Y a su antojo manipula el folclor, la religión y la cultura afrocubanos para atraer turistas…" (Cubaencuentro.com Marzo del 2005)

Algunos solo amplifican la idea:

• " Algunos sostienen que en Cuba, la Santería se usa para atraer a los turistas y para ampliar el apoyo político de los creyentes, anteriormente marginados" ( Lara, 2000:291)

Aparecen otros mensajes de desinformación, quizás por influencias de otra propaganda en textos sobre el turismo:

• "Por cierto, también en el turismo religioso hay espacio para la creatividad. En un aviso publicitario publicado en la prensa de Caracas, una empresa estatal de turismo cubana ofertaba el siguiente paquete: `Religiones tradicionales del pueblo cubano, Santería, Espiritismo y Cultos Congos. Asista a la exposición teórica de cada culto y por las noches participe en la ceremonia oficiada por Consagrados, Un Bembe Desao y una Embajada Espiritual`. Luego se especifica en el aviso los servicios de alojamiento y traslados, entretenimiento, excursiones y régimen de comidas" (sic)

Se evidencian la distorsión del real tratamiento del Estado cubano hacia estos temas, (el autor no cita la fuente). Aparentemente no existe la mala intención, pero el tratamiento de anuncio de feria que tiene esta promoción es para ofender a cualquier creyente sincero de estas religiones.

De acuerdo a nuestro análisis de la política del Partido y el Estado hacia la religión, inducir la actividad religiosa o promoverla desde el ámbito estatal del turismo es contrario al espíritu laico que la constitución prescribe para las instituciones estatales. A las instalaciones turísticas cubanas no le corresponde la promoción de actividades religiosas o la comercialización de símbolos o atributos religiosos.

Han existido coyunturas excepcionales, donde la dirección del Estado ha facilitado locales para ciertas actividades religiosas muy puntuales. Las características muy específicas de Cuba, las diversas situaciones que se pueden dar en la relación turismo-religión y la toma de decisiones al respecto no pueden aparecer en un documento orientador, ya que corresponden a la dinámica de la sociedad; de ahí que sea necesaria la consulta del personal directivo en el turismo con las instancias del Partido y el Estado. Por lo general las actividades de carácter religioso u otras como las descritas, son privativas de las personas e instituciones religiosas.

En conclusión, estas características del contexto político en que se enmarca la relación del turismo con la religión, unidas a la diversidad de expresiones religiosas en Cuba, requieren un equilibrado proceder de la aplicación y comprensión de principios éticos y políticos de la Revolución en instalaciones y actividades del sector turístico y una rigurosa preparación del personal de contacto en estos temas.

Las condiciones del socialismo son favorables para enfrentar estas contradicciones. Se hacen buenos oficios para enfocar al turismo por su lado esencialmente de comunicación y, por tanto, de manifestación de solidaridad que es el lado más idóneo de la relación entre el turista y la esfera religiosa.

El teólogo italiano Giulio Girardi reconoce que La Revolución Cubana es además un terreno fecundo para experimentar y desarrollar el pluralismo religioso, estableciendo nuevas relaciones entre el cristianismo, católico y evangélico, y las religiones de origen africano, en un espíritu de "macroecumenismo"… Por todas estas razones, la Revolución Cubana no es sólo un laboratorio político, económico y cultural de la alternativa de civilización, sino también un laboratorio teológico. ( Girardi, 2004)

La religiosidad popular cubana nos permite asimilar la relación con otras religiones en un marco de tolerancia y empatía, condiciones favorables al ecumenismo que puede propiciar el turismo internacional en Cuba. La gran importancia de esta idea es la necesidad de comunicación que existe en el mundo hoy, por un entendimiento entre creyentes y no creyentes, pero sobretodo, por una paz entre las religiones. La religión –históricamente- ha sido objeto de sentimientos de intolerancia que han provocado y provocan grandes conflictos mundiales, regionales y locales.

El cuadro de singularidades en Cuba, en el plano de la psicología social, y que parte de las formas particulares de vínculo entre sus raíces históricas, tanto europeas como africanas y en menor medida asiática, hace que el cubano admita, de modo natural, que diversas manifestaciones religiosas puedan establecer puentes entre si y que se sinteticen en la religiosidad popular cubana. Esto crea condiciones, ya no sólo para una tolerancia hacia otras religiones alejadas de la cultura cubana y su idiosincrasia, sino una actitud cualitativamente superior como es la empatía hacia estas manifestaciones.

No es casual que las históricas y hasta sangrientas luchas fratricidas presentes en otras sociedades del planeta no son ni han sido características del espectro religioso cubano, independientemente de contradicciones puntuales que han surgido producto de diferentes influencias, entre las que se encuentran los planes de penetración del gobierno de Estados Unidos para dividir iglesias, lo cual es materia de análisis del diferendo Cuba-EEUU, no del análisis de la religiosidad.

Además de una relación de respeto el turismo internacional en Cuba –sobre todo el turismo de eventos- propicia el mutuo descubrimiento de los auténticos valores existentes en diversas religiones favoreciendo una visión ecuménica, que se corresponde con lo más racional, sabio y humano en los momentos actuales.

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Autor:

MS.c Clemente Hugo Ramírez Frías

Dpto de Estudios Culturales Escuela de Altos Estudos de Hotelería y Turismo