HISTORIA SOBRE LA TEORÍA DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
En 1896 el científico sueco Svante Arrhenius (1859-1927) fue el primero en proclamar que los combustibles fósiles podrían dar lugar o acelerar el calentamiento de la tierra. Estableció una relación entre concentraciones de dióxido de carbono atmosférico y temperatura. También determino que la media de la temperatura superficial de la tierra es de 15oC debido a la capacidad de absorción de la radiación infrarroja del vapor de agua y el dióxido de carbono. Esto se denomina el efecto invernadero natural. Arrhenius sugirió que una concentración doble de gases de CO2 provocaría un aumento de temperatura de 5oC. Él junto con Thomas Chamberlin calculó que las actividades humanas podrían provocar el aumento de la temperatura mediante la adición de dióxido de carbono a la atmósfera. Esta investigación se llevó a cabo en la línea de una investigación principal sobre si el dióxido de carbono pudiese explicar los procesos de hielo y deshielo (grandes glaciaciones) en la Tierra. Ésto no se verificó hasta 1987.
Después de los descubrimientos de Arrhenius y Chamberlin se olvidó el tema durante un tiempo. En este tiempo se pensaba que la influencia de las actividades humanas eran insignificantes comparadas con las fuerzas naturales, como la actividad solar, movimientos circulatorios en el océano. Además, se pensaba que los océanos eran grandes captadores o sumideros de carbón que cancelarían automáticamente la contaminación producida por el hombre. El vapor de agua se consideraba un gas invernadero con mayor influencia.
En 1940 se produjeron desarrollos en las mediciones de radiaciones de onda larga mediante espectroscopia de infrarrojo. En este momento se comprobó que el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera provoca una mayor absorción de radiación infrarroja. También se comprobó que el vapor de agua absorbe radiaciones diferentes que el dióxido de carbono. Gilbert Plass resume estos resultados en el año 1955. Él concluye en que la adición de dióxido de carbono a la atmósfera capta la radiación infrarroja que se perdería en la atmósfera externa y al espacio, provocando un sobrecalentamiento de la Tierra.
El argumento que los océanos absorberían la mayoría del dióxido de carbono permanecía intacta. Sin embargo, en 1950 se encontró evidencia suficiente que el dióxido de carbono tenía una vida en la atmósfera de 10 años. Además, no se conocía todavía que pasaría a una molécula de dióxido de carbono cuando se disuelve en el océano. Podría ser que la capacidad de retención de dióxido de carbono por los océanos fuera limitada, o el dióxido de carbono se liberara de nuevo a la atmósfera después de algún tiempo. Se llevó a cabo una investigación que demostraría que los océanos no eran sumideros de carbono para todo el CO2 atmosférico. Sólo un tercio del CO2 antropogénico puede ser retenido por los océanos.
En los años finales de la década de los cincuenta y principio de 1960, Charles Keeling usaba la tecnología más avanzada para producir curvas de concentración de CO2 atmosférico en la Antártica y Mauna Loa. Dichas curvas han sido uno de las señales y pruebas mayores sobre el calentamiento de la tierra. Las curvas muestran una tendencia de disminución de las temperaturas registradas entre los años 1940 a 1970. Al mismo tiempo investigación sobre los sedimentos oceánicos muestra que ha existido no menos de 32 ciclos de calor-frío en los últimos 2,5 millones de años en lugar de solo cuatro como se pensaba. De esta manera, comienza la alarma de que una nueva edad de hielo se aproxime. Los medios de comunicación y muchos científicos ignoraron los datos científicos de entre 1950 y 1960 en favor de un enfriamiento global.
En los años 1980, finalmente, la curva de temperatura media anual global comienza a aumentar. La gente comienza a cuestionar la teoría de una edad de hielo. En los años 1980 la curva comienza a mostrar aumentos de la temperatura global tan intensos que la teoría sobre calentamiento global comienza a ganar terreno. Las ONG medioambientales (Organizaciones No Gubernamentales) comienzan a establecer la necesidad de protección global del medio ambiente para prevenir un calentamiento global de la Tierra. La prensa comienza a intervenir y pronto se convierte en primeras noticias a escala global. Se publican fotos de chineas humantes al lado de fotos de capas de hielo derretidas o desastres naturales como inundaciones. Tan fuerte fue el poder de los medios de comunicación que crean una presión social que comienza a calar en la gente, sobre el cambio climático e impactos negativos. Stephen Schneider predijo por primera vez el calentamiento global en el año 1976. Esto le convirtió en el mayor experto y líder con relación al calentamiento global.
En 1988 se reconoce finalmente que el clima es más caliente que antes de 1880. Se reconoció la teoría del efecto invernadero y se estableció el Panel Intergubernamental sobre el cambio climático (IPCC) por el Programa medioambiental de las Naciones Unidad y la Organización Mundial Meteorológica. El propósito de esta organización es predecir el impacto de los gases de efecto invernadero teniendo en cuenta modelos previstos sobre el clima e información bibliográfica. El Panel consiste en mas de 2500 científicos y expertos técnicos de mas de 60 países de todo el mundo. Los científicos pertenecen a distintos campos de investigación como climatología, ecología, economía, medicina y oceanografía. El IPCC se reconoce como el grupo de cooperación científica pionero más grande de la historia. El IPCC informa sobre el cambio climático mediante informes en 1992, 1996, 2001 y la versión más reciente en enero de 2007.
En los años noventa los científicos comienzan a cuestionarse nuevamente la teoría de efecto invernadero, debido a datos no fiables en la información y los modelos que se están publicando. Se empieza a cuestionar la base científica de la teoría, por ser datos relativos a la temperatura global media. Se cree que las mediciones llevadas a cabo no eran correctas y que se omitía los datos sobre el papel de los océanos. Las tendencias o periodos de enfriamiento no se explicaban con estos datos sobre el calentamiento global y los satélites muestran record de temperatura diferentes de las establecidas en un principio. Comienza a dar importancia a la idea de que los modelos de calentamiento global han sido sobrestimados con relación a la tendencia de calentamiento de los últimos 100 años. Esto causo que el IPCC revisara los datos y relaciones establecidas desde un principio, pero esto no les hizo reaccionar reconsiderando si la tendencia al calentamiento global existe realmente o no. Actualmente es bien sabido que 1998 fue el año más cálido registrado, seguido de 1990, 1991, 1994, 1997, 2000, 2002, 2003, 2005 y 2006; por lo que los 10 años más calientes han sido registrados desde 1990.
Los registros sobre el clima de la IPCC son debatidos todavía por muchos científicos, dando lugar a nuevos proyectos de investigación y respuestas de reacción a los escépticos del IPCC. Esta discusión sobre el cambio climático continuó hoy en día y la información es constantemente revisada y renovada. Los modelos se debaten, adaptan y actualizan con nuevas teorías de forma continua.
Por ahora no existen demasiadas medidas referente al cambio climático. Esto se debe a la incertidumbre que existe sobre la teoría del cambio climático. Pero el cambio climático es un problema global y difícil de resolver por los países de manera individual. Por esto, en 1998 se estableció el protocolo de Kyoto en Kyoto, Japón. Este es un instrumento para la participación de todos los países firmantes para reducir las emisiones de gases invernadero como (CO2, CH4, N2O, hidroflurocarbonados, perfluorocarbonados, y SF6) al menos 5,2% por debajo de los niveles de 1990 en el periodo de servicio de 2008 al 2012. El protocolo de Kyoto fue firmado en Bonn (Alemania) en el año 2001 por 186 países. Sin embargo Estados Unidos, el mayor emisor del mundo de gases de invernadero por un lado, y Rusia por otro, no lo han ratificado, y sólo prometen adoptar medidas paleatorias no forzadas. Aunque en Estados Unidos varios estados han decidido adoptarlo por su cuenta. El protocolo es insuficiente, ya que les reconoce a las naciones en desarrollo, entre los cuales están China e India, el derecho a incrementar sus emisiones. Los países del sur del Río Bravo (Latinoamérica), también caen dentro de los que pueden aumentar sus emisiones hasta un límite prefijado.
Desde 1998 en adelante la terminología sobre el efecto invernadero empieza a cambiar como resultado de los medios de comunicación. El efecto invernadero como término se empieza a usar cada vez con menos frecuencia como teoría y las personas comienzan a referirse a la teoría como calentamiento global o cambio climático.
EL EFECTO INVERNADERO
El Efecto Invernadero es un fenómeno atmosférico producido por algunos gases presentes en la atmósfera que permite mantener la temperatura del planeta al retener parte de la energía proveniente del Sol. Sin este fenómeno natural se estima que la Tierra presentaría fluctuaciones climáticas que resultarían intolerables para la vida, registrándose 80ºC de día y –130ºC por la noche, con una temperatura media de -18ºC; en vez de los actuales 15ºC.
La energía que emite el Sol se encuentra constituida por radiación ultravioleta, infrarroja y luz visible. Cerca del 30% de la energía proveniente del Sol, que está constituida por radiación ultravioleta e infrarroja, es dispersada de manera inmediata y vuelve al espacio. Pero la atmósfera no supone obstáculo alguno para la radiación solar de onda corta. Es por ello que el 70% de la energía que llega desde el Sol, compuesta por luz visible, es absorbida en un 33% por componentes atmosféricos (como el aire, el polvo o las nubes) y el restante 66% la atraviesa hasta llegar a la superficie terrestre.
La energía que llega a la superficie de la Tierra (que representa un 46% del total de la energía solar que intercepta el planeta) es absorbida en un 70%. El restante 30% es reflejado y emitida hacia el espacio en forma de radiación infrarroja (efecto que se conoce con el nombre de "albedo"). Pero la presencia de los gases de efecto invernadero absorben y produce la reflexión de una porción de estos rayos, que son retransmitidos a la superficie terrestre:
(1)
De esta manera, pérdida efectiva de calor se vea disminuida y como consecuencia hay una gran cantidad de energía retenida entre la atmósfera y la superficie de la Tierra. Este efecto de calentamiento es la base de las teorías relacionadas con el calentamiento global.
Gases de efecto invernadero
Los gases de efecto invernadero son aquellos que tienen la propiedad de absorber y reflejar la radiación infrarroja y, consecuentemente, aumenta la cantidad de calor que retiene la Tierra. Los gases de invernadero más conocidos son:
Dióxido de carbono (CO2)
El dióxido de carbono es actualmente responsable de más del 54% del efecto "ampliado" de invernadero. Este gas se da naturalmente en la atmósfera, pero la combustión de carbón, petróleo y gas natural está liberando el carbono almacenado en estos "combustibles fósiles" a una velocidad sin precedentes. Análogamente, la deforestación libera el carbono almacenado en los árboles. Las emisiones anuales actuales ascienden a más de 7,7 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, o sea, casi el 1% de la masa total de dióxido de carbono de la atmósfera. El 75% del CO2 emitido a la atmósfera por el hombre se debe a la combustión de combustibles fósiles (energía y transporte principalmente) y en un 25% a cambios de usos del suelo y deforestación.
El dióxido de carbono producido por la actividad humana penetra en el ciclo natural del carbono. Cada año, se intercambian de forma natural muchos miles de millones de toneladas de carbono entre la atmósfera, los océanos y la vegetación terrestre. Los intercambios en este sistema natural masivo y complejo están equilibrados con precisión; los niveles de dióxido de carbono atmosférico parecen haber variado en menos del 10% durante los 10.000 años que precedieron a la industrialización. Sin embargo, en los 200 años que siguieron a 1800 la concentración aumentado de 282ppm a 380ppm, lo que supone un 36% de aumento. Aún cuando la mitad de las emisiones de dióxido de carbono producidas por la actividad humana es absorbida por los océanos y la vegetación terrestre, los niveles atmosféricos siguen aumentado, y desde 1900 hasta la actualidad su concentración a aumentado en 82ppm, lo que supone un crecimiento de 29% en poco más de 100 años.
La situación aun presenta otro inconveniente, si se considera que el dióxido de carbono en la atmósfera se estima que permanece de 100 a 300 años, por lo cual, aunque las emisiones se detuvieran ahora mismo, las concentraciones de CO2 no disminuirán , sino que se mantendrán estables por lo menos algo más de un siglo.
Metano (CH4)
El metano de las emisiones pasadas actualmente contribuye en un 12% al efecto ampliado de invernadero. El rápido aumento del metano comenzó más recientemente que el del dióxido de carbono, pero la contribución del metano se le ha ido poniendo a la par rápidamente, estimándose que su concentración atmosférica se incrementó en un 100%. Sin embargo, el metano tiene un tiempo de vida atmosférico efectivo de sólo 7-10 años, mientras que el dióxido de carbono persiste durante un periodo mucho más prolongado.
Para tener en cuenta las diferencias en la absorción del calor entre los gases, se ha introducido el concepto de calentamiento global potencial, en el que todos los gases se comparan con el CO2, que tiene un potencial de calentamiento global de 1; pero el metano tiene un potencial de absorción 23 veces mayor al del dióxido de carbono, por lo que concentraciones menores de este gas contribuyen igualmente de manera considerable al calentamiento global.
El metano proviene principalmente de las actividades ganaderas, pantanos, digestión de los seres vivos, la biomasa (materia viva), los arrozales, los escapes de la gasolina y la industria minera.
Oxido Nitroso (NO2)
Los niveles de óxido nitroso se han elevado en un 15%, principalmente debido a una agricultura más intensiva, además la deforestación y la combustión de combustibles fósiles. El óxido nitroso es 296 veces más eficiente absorbiendo calor que el CO2. Su contribución al efecto invernadero se estima en un 6%, y su vida alcanza los 140-190 años.
Clorofluorocarbonos (CFC´s)
Los clorofluorocarbonos (compuestos del flúor) fueron usados durante largo tiempo como refrigerantes y propelentes en los aerosoles, también en sistemas de aire acondicionado y espumas plásticas. Contribuyen al 7% del efecto invernadero y permanecen 65-110 años en la atmósfera.
Ozono (O3)
El ozono es un estado alotrópico de los átomos de oxígeno, por lo que tiene propiedades químicas y físicas diferentes. La más importante de ellas tal vez resida en que presente en pequeñas concentraciones en la atmósfera puede reflejar una gran proporción de los rayos ultravioletas que se dirigen a la Tierra. Sin embargo, también contribuye al efecto invernadero al retener los rayos infrarrojos que escapan del planeta, su contribución al efecto invernadero es del 12%.
RELACIÓN ENTRE TEMPERATURA Y CO2
Para entender mejor el calentamiento global es favorable analizar como se han desempeñado las temperaturas a lo largo de la historia, comparar esas magnitudes con las manifestadas durante los últimos años, las fluctuaciones que presentan, los patrones que se desarrollan, observar si se ha producido un aumento exponencial como el presente; y mejor aun, comparar las tendencias térmicas con las variaciones en la concentración de CO2 atmosférico, para intentar comprobar que este último influye directamente en la temperatura global.
Hace pocos años se publicó un gráfico que compara las temperaturas y las correspondientes concentraciones de CO2 durante los últimos 425.000 años. Estos datos fueron obtenidos del análisis del hielo antártico. Ocurre que cuando la nieve cae atrapa pequeñas burbujas de aire que quedan encapsuladas en el hielo y ofrecen una muestra representativa de la atmósfera en el pasado. De esta manera, se evalúa la concentración de CO2; y mediante el análisis de las concentraciones presentes de los tres isótopos del oxígeno (oxígeno 16, oxígeno 17 y oxígeno 18), se puede establecer la temperatura que presentaba la Tierra.
Durante la mayor parte de los últimos 425.000 años (excepto los últimos 150 años), la concentración de CO2 ha variado entre 180 ppm y 280 ppm; pero el valor actual es de 380 ppm, y se prevé que si no se realiza ningún esfuerzo por reducir las emisiones, para el 2040 la concentración de CO2 se habrá duplicado.
(2)
Resultado del sondeo de hielo de Vostok (Antártida). Completado con datos de concentración de CO2 de Law Dome y de Mauna Loa (Hawai).
El gráfico anterior tiene múltiples detalles que convienen entender para comprender la relación entre el CO2 y la temperatura, y concluir si el aumento del CO2 actual pudo haber originado la tendencia de aumento de la temperatura y ocasionaría potenciales aumentos en el futuro:
Cuando la concentración estuvo en su máximo, el mundo era más cálido que en la actualidad; mientras que cuando la concentración estuvo en sus puntos más bajos, se correspondieron con las temperaturas más bajas registradas. Esto evidencia que existe al menos algún tipo de relación directa o indirecta entre ambas variables.
La realidad es que existe una estrecha relación recíproca entre la temperatura global promedio y la concentración de CO2. Es evidente que un aumento o descenso de la concentración de CO2 afectará a la temperatura, debido a que este gas regula en gran medida con que intensidad se manifestará el efecto invernadero. Por otro lado, la concentración de CO2 atmosférico es influida por la temperatura; esto se debe a que existe un intercambio permanente de CO2 entre la atmósfera y los océanos. Una razón fundamental del descenso del CO2 atmosférico es que a medida que las temperaturas bajan los océanos más fríos disuelven más CO2. Pero el gas se disuelve y también es liberado en la atmósfera, por eso un aumento de la temperatura disminuye la capacidad del océano de retener al CO2 y este escapa a la atmósfera.
Aunque una disminución de la concentración de CO2 provocaría el descenso de la temperatura, en ocasiones las reducciones de CO2 atmosférico a lo largo de la historia no empiezan hasta después de que se haya iniciado un periodo de enfriamiento; mientras que cuando el clima se está calentando, se libera más CO2 a la atmósfera, aumentando aún más las temperaturas globales. Esto se denomina bucle de respuesta positiva. Entonces, al finalizar una edad de hielo, las concentraciones permanecen bajas durante algún tiempo hasta el período de calentamiento. Pero a medida que el clima se enfría, la concentración de CO2 disminuye y esto tiene un mayor efecto de enfriamiento. Esto significa que no siempre los cambios de CO2 no pueden ser el motor que inicia estos importantes cambios climáticos.
Ahora, si sabemos que la temperatura actual de la Tierra está sólo 3ºC por debajo de los registros máximos, según el gráfico anterior, no resultaría lógico que la concentración de CO2 atmosférico siga creciendo alcanzando niveles aun no observados y creando la potencialidad de experimentar temperaturas que se correspondan a dichos niveles. Pero hay que considerar un factor que es el que está originando estos cambios irracionales para la naturaleza de los últimos 425.000 años: las actuales 7,7 toneladas métricas de CO2 anuales emitidas por las actividades humanas posteriores a la Revolución Industrial, como la quema de combustibles fósiles, la tala de árboles y el uso indiscriminado de los suelos.
Para observar con mayor claridad la relación entre la temperatura y el CO2 atmosférico podemos analizar su evolución durante el último milenio en el siguiente gráfico:
(3)
Nuevamente las correspondencias entre ambos son muy claras. Se puede observar que el actual aumento de la temperatura es precedido por un crecimiento exponencial del CO2 atmosférico que comienza a manifestarse en el momento exacto cuando comienza la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII. Esto resulta otra evidencia de que la responsabilidad del cambio climático reside en las actividades industriales humanas que liberan CO2.
CAMBIO CLIMÁTICO EN LA ACTUALIDAD
Actualmente el calentamiento global y el cambio climático que lo prosigue se manifiestan de diversas maneras, ya sea en las características climáticas o geográficas, o en los ciclos biológicos y comportamientos de los ecosistemas. A continuación se presentarán situaciones que evidencian el calentamiento global y hacen especular sobre cuales serán las consecuencias en el futuro.
Las temperaturas
Si bien a lo largo de los últimos 120 años, que es donde se tiene registros, la temperatura a ascendido y descendido en reiteradas ocasiones, la tendencia es clara y en el gráfico siguiente nos habla de un aumento de 0,6ºC en poco más de un siglo. La temperatura media global se estima en este momento en 14,5ºC.
(4)
Si observamos el progreso de las temperaturas durante las últimas dos décadas el patrón es difuso pero la tendencia se mantiene. De hecho los 10 años más calientes registrados hasta el momento han ocurrido en los últimos 17 años, siendo 1998 el más cálido registrado.
(5)
En el cuadro anterior se ve reflejado un aspecto curioso que demuestra la fragilidad del clima mundial, la influencia de las concentraciones de CO2 sobre la temperatura y como las plantas ayudan a disminuir estas concentraciones. Ocurre que cada año presenta valores máximos de temperatura en los meses de calor del hemisferio norte, mientras que los picos anuales más bajos se encuentran en los meses más fríos del mismo hemisferio. Las plantas verdes desarrollan en los meses cálidos el proceso de fotosíntesis, debido a que sólo en esta época tienen hojas; donde utilizan CO2 y energía solar para producir hidratos de carbono y liberar oxígeno. En consecuencia, las plantas verdes disminuyen levemente los niveles de CO2 atmosférico y consecuentemente el efecto invernadero, lo que induce al descenso de las temperaturas.
Además del aumento de la temperatura a escala global, en el siguiente cuadro se observa que en muy pocas regiones oceánicas la temperatura a disminuido, mientras que en las grandes masas continentales del hemisferio norte como Eurasia y Norteamérica se han registrado los máximos incrementos.
(6)
Durante la última década, se han triplicado en el mundo las catástrofes naturales debidas al clima con respecto a la década de los 60, y en 2005 se produjo un récord de huracanes: 15, tres más que en el último registro, establecido en 1969. En Japón el máximo fue de 7 tifones en un año, pero en 2004 hubo 10 tifones. Mientras que ese mismo año hubo un huracán en Brasil, cuando antes se creía que era imposible la formación de uno en América del Sur.
Los últimos estudios sugieren que hay un vínculo entre la intensidad del huracán y el calentamiento global. Estos indican que una mayor temperatura en los océanos produce mayor humedad en la atmósfera, lo que induce a un aumento proporcional en la velocidad y magnitud de los huracanes.
Fusión de grandes masas de hielo
El recalentamiento global producido por la contaminación atmosférica de gases de invernadero antropogénicos está derritiendo los hielos de la Antártida y Groenlandia de manera que alarma a los científicos, aunque era algo previsto. Lo grave es que el proceso es más rápido de lo que se pensaba y debe esperarse para muy pronto el alza del nivel del mar en cantidades significativas.
Gran parte de la Antártica y Groenlandia está rodeada por barreras de hielo flotantes, que están siendo afectadas por el aumento de la temperatura del mar, y adelgazándose rápidamente. Estas barreras hacen de soporte para los glaciares que cubren estos continentes polares, cuando esas barreras desaparecen, derretidas por el alza en la temperatura del mar generada a su vez por el calentamiento global, los glaciares aumentan su velocidad de caída y se precipitan al mar antes de lo usual, derritiéndose a su vez.
Los investigadores de la NASA han publicado recientemente un informe en la revista Science, donde describen los cambios medidos en el grosor de las capas de hielos basándose en los avances técnicos y en las observaciones realizadas durante la década pasada. Estos sentenciaron:
"Las capas de hielo polar están cambiando en una escala de tiempo relativamente corta, esto es en décadas en lugar de miles de años. Las más precisas mediciones actuales nos dicen que los cambios a gran escala son generalizados". "Estas observaciones van contra el modelo aceptado sobre las capas de hielo, que careciendo de las capacidades observacionales modernas, se basaban generalmente en presunciones de estado estacionario". "Las capas de hielos de la Antártica y Groenlandia juntas, contienen agua, en forma de hielo, suficiente como para hacer subir el nivel del mar en 70 metros". "El mar sube (actualmente) de nivel a razón de 1,8 milímetros por año impactando la circulación del océano y el clima. En épocas pasadas de deglaciación rápida, el derretimiento de las capas de hielo hizo subir el nivel del mar a una velocidad mayor que hoy. Esta es la amenaza real de las capas de hielo".
Las personas que investigan la dinámica de las masas de hielo terrestres siempre han creído que ante un incremento sostenido de la temperatura media global, las masas de hielo no polar (glaciares de montaña) responderían rápidamente, reduciendo su volumen en apenas unas décadas. La respuesta de las masas de hielo polar, sin embargo, sería mucho más lenta. Pero la predicción a fallado parcialmente, ya que los casquetes polares también responden rápidamente.
Durante las últimas décadas la evolución de los casquetes polares se ha seguido de una forma mucho más precisa debido a la disponibilidad de imágenes de satélite con mayor resolución espacial y a la mejora de las técnicas de análisis de las mismas. Cada vez se conocen más detalles acerca de lo que está pasando en las masas de hielo polar continentales (principalmente la Antártida y Groenlandia) y oceánicas (Océano glacial ártico) debido al incremento de temperaturas de las últimas décadas, y cuanto más se sabe sobre los casquetes polares, más certezas se tienen de que, aunque su retroceso está siendo más lento que el de los glaciares de montaña, también está siendo más rápido de lo que se suponía.
La Antártida
La gran masa de hielo continental que cubre la Antártida ha experimentado variaciones muy diferentes en su zona oriental y occidental. La enorme placa de hielo de la Antártida Oriental ha ganado 25 Gt de hielo por año, pero, incluso aquí, existen dos glaciares, ("Totten" y "Cook"), cuya superficie ha disminuido (5 y 2,4 km3 al año respectivamente). Por el contrario, la placa de hielo de la Antártida Occidental ha perdido 50 Gt de hielo por año. El sector de la misma correspondiente al glaciar "Pine Island" retrocedió 1,2 Km y disminuyó su grosor 1,6 m por año entre 1990 y 2000, lo que ha causado una "dulcificación" del agua del cercano Mar de Ross.
Este par de fotos satelitales de la península antártica tomadas en 1986 y 2002 son muy elocuentes:
(7)
En un lapso de 16 años esta región antártica a perdido más del 30% de su masa de hielo.
Es interesante destacar que, aunque la mayor parte de los glaciares de la Antártida que están retrocediendo están situados sobre el agua, las pérdidas de hielo en el borde exterior oceánico de los glaciares han provocado una aceleración en el flujo de hielo de la parte interior, situada sobre el continente, en dirección hacia el océano, lo que hace que puedan registrarse avances futuros en el glaciar que no suponen un aumento de la masa de hielo total.
Groenlandia
Entre los años 1990 y 2006, la masa de hielo continental situada sobre esta isla ha perdido 100 Gt de hielo al año. En el periodo 2000-2004 los dos glaciares mayores de Groenlandia, el "Helheim" y el "Kangerdlugssuaq", aumentaron su descarga de hielo en el océano, experimentando un gran retroceso. Sin embargo, al mismo tiempo que retrocedían, disminuía su grosor y aumentaba la velocidad del flujo del hielo desde el continente al océano en el interior de los mismos. Esto terminó provocando un avance de su borde exterior oceánico, que en 2006 se encontraba en una posición muy similar a la de 2000. Este avance, al igual que en la Antártida, resultaba engañoso, puesto que lejos de suponer un incremento en la masa de hielo del glaciar, no era sino una respuesta a la pérdida de hielo en el borde exterior oceánico del mismo. No hay que olvidar que, aunque parezca que no lo hacen, los glaciares se mueven. Un glaciar es en realidad un lentísimo "río de hielo" y, según pierde hielo, su borde exterior tiende a expandirse. Se estima que si estos cambios en los glaciares de Groenlandia son el resultado de los cálidos veranos recientes, un calentamiento continuado durante las próximas décadas podría causar un enorme retroceso en los glaciares de la isla.
El derretimiento de la masa de hielo de Groenlandia durante el verano es cada vez mayor y se está extendiendo. El derretimiento provoca la formación de grandes lagunas en la superficie de los glaciares y el agua de estas se cuela por las grietas existentes en la masa de hielo hasta alcanzar el lecho del glaciar. La presencia de una mayor cantidad de agua en esta zona acelera (aún más) el flujo de hielo en dirección al océano.
Los datos obtenidos por los satélites muestran que el hielo de Groenlandia se está derritiendo y se transvasa al océano a un ritmo cada vez más rápido. En 1996 esta cantidad de agua alcanzó los 90 kilómetros cúbicos, mientras que en 2005 ascendió a 220, un aumento de 245%. Para entender estas cifras, basta saber que un kilómetro cúbico de agua es un 58% más de lo que consume toda la ciudad de Londres en un año con sus más de 7 millones de habitantes.
El Océano Glacial Ártico
A diferencia de la Antártida y Groenlandia, la masa de hielo existente sobre el Océano Glacial Ártico no se sitúa sobre continente alguno, por lo que el derretimiento de la misma no supone cambios apreciables en el nivel del mar, aunque sí resulta indicativo del aumento de la temperatura media global. Es importante señalar que la extensión de los hielos en el Océano Glacial Ártico no es la misma, sino que varía entre los distintos meses del año, alcanzando una superficie máxima en marzo (al final del invierno) y una superficie mínima en septiembre (al final del verano).
En las últimas décadas, el área helada del Océano Glacial Ártico, en el Polo Norte, se ha reducido un 10%, mientras que el grosor de la capa de hielo del Ártico se ha reducido en un 40% en sólo 40 años.
A partir de imágenes de satélite, se han estudiado los cambios en la extensión de la masa de hielo del Océano Glacial Ártico, mes a mes, entre los años 1979 y 2006, y se ha encontrado que durante este periodo, en cada uno de los meses del año, la extensión del hielo ha ido siendo cada vez menor año tras año. La menor extensión se alcanzó en septiembre de 2005. En este mes los hielos ocuparon 5,56 millones de km2, lo que resulta una extensión un 21% menor respecto a la extensión media de los hielos para ese mismo mes entre los años 1979-2000.
Los hielos del Océano Glacial Ártico han reducido su extensión debido al gran aumento que ha sufrido la temperatura superficial del aire en esta zona en cada uno de los meses del año (especialmente en primavera), y a los cambios que han tenido lugar en los patrones de circulación atmosférica y oceánica durante el periodo 1979-2006.
La transición hacia un Océano Glacial Ártico libre de hielo durante el siglo XXI debido al calentamiento global parece cada vez más posible. Las incertidumbres, en todo caso, versan sobre el momento concreto en el que esto ocurrirá, en cuan rápida será esta transición y en que impactos provocará este "nuevo estado" en el Ártico y en el resto del globo.
Glaciares no polares
Se calcula que nueve de cada diez glaciares en todo el mundo se están derritiendo, y se estima que el 75% de los glaciares de los Alpes suizos haya desaparecido en 2050. Vasta con ver la cima del monte Kilimanjaro (Tanzania, África) ubicado en el lado oriental de África, es la cima más alta del continente con 5.895m, e históricamente a estado cubierta por una gran cantidad de nieve.
(8) (9)
Pero en los últimos años el 82% de esa nieve a desaparecido. Se predice que para el 2020 las nieves que cubren al Kilimanjaro desaparecerán definitivamente.
Las regiones polares del planeta se están calentando mucho más rápido de lo que se esperaba, así Alaska es ahora 6 grados Centígrados más cálida que hace 35 años. Al descongelarse el polo norte, la turbera enterrada en la tundra se pudre, liberando dióxido de carbono, lo cual acentúa el efecto invernadero y produce mayor calentamiento el cual a su vez incrementa la putrefacción y la liberación de dióxido de carbono. La tundra ártica ha sido un deposito de carbono durante los últimos 9000 años, sin producir emisiones, hasta 1982. El gas metano de la putrefacción de la tundra es 20 veces más potente que el dióxido de carbono en crear el efecto invernadero.
Las temperaturas promedio del verano Antártico han aumentado 2,5 grados Centígrados desde 1940.
Las plataformas de hielo a lo largo de la costa de la Península Antártica han venido rompiéndose perdiendo 7000 kilómetros cuadrados recientemente (50 años).
Groenlandia, el segundo glaciar más grande del mundo, adelgaza su capa de hielo aproximadamente un metro por año. Hoy día los submarinos nucleares pueden emerger a la superficie perforando la capa de hielo Ártico, sabiendo que sólo pueden emerger en zonas donde el hielo tiene un grosor menor a un metro.
Otro gran problema que supone la pérdida de los casquetes polares está relacionado con el albedo, fenómeno en el cual la superficie terrestre refleja los rayos solares sin absorberlos y devolviéndolos al espacio. El hielo tiene un gran efecto de albedo, reflejando el 90% de las radiaciones que recibe, por lo que las capas polares actúan como espejos evitando a la Tierra la absorción de una gran cantidad de energía. Pero la desaparición de estos no sólo presupone la pérdida de estos espejos sino también la presencia de agua en dichos lugares. El agua tiene un muy bajo efecto de albedo, absorbiendo el 90% de las radiaciones. Todo esto supone mayores temperaturas para el planeta y para las aguas circundantes de las masas polares, lo que acelera el ritmo de deshielo.
Sintetizando, las masas de hielo están experimentando cambios importantes, aunque la importancia de los distintos procesos varía entre las mismas. No están ocurriendo las mismas cosas, ni con la misma rapidez, en Antártida, Groenlandia o el Océano Glacial Ártico, sin embargo, hay un hecho indiscutible, y es que las masas de hielo han experimentado una gran disminución durante las últimas décadas.
Suba del nivel del mar:
Los últimos informes del IPCC, basándose en los registros costeros de múltiples estaciones, concluyen que se habría elevado unos 18 centímetros en el pasado siglo XX (entre 1,5 y 2 mm/año). La velocidad con que ahora aumenta el nivel del mar es el doble que hace más de 150 años cuando la actividad humana no producía gases de efecto invernadero. El nivel de los océanos aumentaba 1 milímetro al año entre hace 5000 y 200 años en el pasado. Pero desde entonces el nivel aumenta en 2 milímetros por año. El siguiente gráfico refleja esta realidad a través del análisis que registraron los tres satélites Topex durante el periodo 1994-2006, 12 años donde el crecimiento del océano a sido de 45mm.
(10)
Esta subida del nivel global de los océanos es causada por dos factores. El primero es la llegada al océano de las aguas provenientes de fuentes tales como hielo derretido de los glaciares y las capas polares entre otros. La mayor parte de la subida del mar del siglo XX, unos 14 cm, habría sido debida al deshielo continental. La evidencia corriente sobre el calentamiento global incluye la amplia retirada general de los glaciares en 5 continentes. Por ejemplo:
– La capa de hielo del Pico Kilimanjaro puede desaparecer completamente en 20 años. Cerca de una tercera parte del hielo del Kilimanjaro ha desaparecido en los últimos 12 años y el 82% se ha desvanecido desde que fue puesto en mapas por primera vez en 1912.
– El hielo marino del Océano Ártico se está adelgazando.
– Masas impresionantes de hielo antártico se han desplomado en el mar con una rapidez alarmante.
El segundo factor es la expansión termal del agua de los océanos. A medida que la temperatura de las aguas oceánicas aumenta y los mares se hacen menos densos, ellos se expandirán, ocupando una mayor superficie del planeta. Un aumento de la temperatura aceleraría la tasa de aumento del nivel del mar. El calentamiento del agua provocó un aumento de unos 4 cm. Esta subida de 4 cm ha sido calculada a partir de las mediciones de temperatura del agua del mar. Durante el período 1955-2003 se dedujo un calentamiento global del océano de 0,04ºC.
Desde el final de la última edad de hielo, hace 18,000 años, el nivel del mar ha subido más de 120 metros. Los datos geológicos sugieren que los niveles globales promedio del nivel del mar pueden haber subido a una tasa promedio de 0.1 a 0.2 mm por año en los últimos 3,000 años. Sin embargo, los datos de los medidores de mareas indican que la tasa global de aumento del nivel del mar durante el Siglo XX fue de 1 a 2 mm por año. Hay varios ejemplos de estos cambios:
– A lo largo de costas relativamente llanas como las del Atlántico, o a lo largo de costas que bordean los deltas de ríos fértiles y altamente poblados, una subida de 1 mm en el nivel del mar causa un retroceso de la costa de 1.5 metros. Ya estamos viendo el efecto del retroceso de las costas en los EE.UU.
– En la pantanosa Costa del Golfo de la Florida, los efectos del aumento del nivel del mar pueden ser observados en el número de palmas reales muertas en los bordes de los pantanos salobres que dan al mar.
– A lo largo de la costa Atlántica de los EE.UU., la erosión está angostando las playas y destruyendo casas vacacionales. A medida que el nivel del mar sube y las comunidades costeras continúan creciendo y bombeando agua de sus acuíferos, la intrusión de agua salada en los depósitos subterráneos se convertirá en un gran problema.
– Las naciones isleñas de baja altura en el Pacífico se inundarán o verán sus acuíferos de agua potable invadidos por agua salada.
Tuvalu está formado por nueve atoles coralinos entre Australia y Hawaii. Su punto más alto se encuentra a 5 metros (15 pies) sobre el nivel del mar. A medida que el nivel del mar ha subido, Tuvalo ha experimentado la inundación de sus áreas bajas. La intrusión de agua salada está afectando sus aguas potables y la producción de alimentos. Los líderes de Tuvalo han predicho que la nación se verá sumergida en 50 años. En marzo del 2002, el primer ministro del país le pidió a Australia y a Nueva Zelanda que proveyeran hogares para su gente si su país desapareciera bajo las aguas, pero la petición de esta nación ha sido ignorada.
Otras naciones isleñas amenazadas incluyen las Islas Cook y las Islas Marshall. Durante la última década, la isla Majuro (parte de las Islas Marshall) ha perdido hasta un 20% de su costa playera.
Además de las naciones isleñas, los países con costas bajas se ven amenazados por la subida del nivel del mar. Una subida de 1 metro inundaría la mitad de los campos de arroz de Bangladesh. Millones de bangladeshis se verían obligados a emigrar. Otras tierras bajas productoras de arroz incluyen áreas en Vietnam, China, India y Tailandia. La subida del nivel del mar crearía millones de refugiados climáticos en las Filipinas, Indonesia y Egipto.
Redistribución de las precipitaciones
Una modificación en la temperatura global altera los patrones de corrientes marinas y vientos: Eventualmente esto genera una redistribución de las precipitaciones y sequías.
Las regiones de América del Norte, el norte europeo, Australia, la Pampa argentina y la India han experimentado un aumento en sus precipitaciones en los últimos 30 años. Mientras que en Chile, China, el desierto del Sahara, la península arábiga y el sur de Europa las precipitaciones se han reducido.
(11)
Una mayor temperatura global implica mayor evaporación de agua que produce mayores precipitaciones, pero paradójicamente la tierra se vuelve más seca. Esto se debe a que si bien genera mayores precipitaciones, también evapora el agua de la capa superficial de tierra secándola.
Cambios biológicos
Antes de la llegada de la edad industrial, la concentración de CO2 en la atmósfera era de 280 ppm (partes por millón). Hoy el nivel es de 380 ppm. Esto representa un aumento de cerca del 30% en menos de 200 años. Para la tierra, esto es una tasa de cambio sin precedentes, aproximadamente 10,000 años de cambio comprimido en 100 años. La tierra está acostumbrada a cambios lentos, no rápidos. Los cambios lentos le dan tiempo a la biosfera y a las especies de adaptarse. Cambios rápidos pueden causar un desorden biológico.
Existen varios ejemplos sobre el cambio registrado en las últimas décadas en los ciclos biológicos. Hace veinticinco años en Holanda la llegada de las aves migratorias se daba hacia el 25 de abril, y los polluelos nacían el 3 de junio, justo cuando las orugas comenzaban a salir y servían de alimento a las crías. Veinte años después, las temperaturas más altas hicieron que las orugas nacieran dos semanas antes; el nacimiento de los polluelos se adelantó algunos días, pero no los suficiente como para evitar que una gran porción de ellos muriera de hambre.
En el Ártico se están comenzando a registrar con frecuencia el ahogamiento de osos polares, que nadan hasta 100km sin encontrar hielo alguno y acaban pereciendo.
Muchas ciudades en EE.UU. fueron fundadas a altitudes a las cuales por las bajas temperaturas que presentan los mosquitos no podían acceder, pero temperaturas más altas permiten que estos lleguen hasta dichas ciudades. Menos días de heladas muchas veces no llegan a matar a las plagas, lo que supone una proliferación en el transporte de plagas.
Investigadores de la NASA informaron en 2003 que 1.700 especies de plantas, animales e insectos han empezado a mover su hábitat en dirección a los polos a razón de 6,4 kilómetros por década en los últimos 50 años. Este nivel de migraciones no va tan rápido como el movimiento de las zonas de temperatura que han estado avanzando hacia los polos a 40 kilómetros por década entre los años 1975 y 2005. El ritmo de extinción de especies se ha acelerado 1000 veces con respecto al histórico y en los últimos 25 años surgieron 30 nuevas enfermedades humanas, incluyendo nuevas formas de tuberculosis.
Todos estos ejemplos apuntan a una misma causa, el aumento de la temperatura media global y su impacto sobre las condiciones del medio y ciclos biológicos.
PROYECCIONES PARA EL 2100
Temperatura
Según las proyecciones, las regiones interiores han de calentarse más rápidamente que los océanos y las zonas costeras. El motivo es sencillamente la demora producida por el océano, que impide que la superficie del mar se caliente tan rápidamente como la tierra. La importancia de esta demora depende de la profundidad a que penetra el calentamiento en los océanos. En la mayor parte de los océanos, los primeros cientos de metros de agua de la superficie no se mezclan con las aguas más profundas. Estas capas superiores se calentarán en unos pocos años, mientras que las profundidades del océano permanecerán frías. El agua se mezcla hacia abajo en las profundidades oceánicas sólo en unas pocas regiones muy frías como el Atlántico al sur de Groenlandia y el Océano Austral cerca de la Antártida. En estas regiones el calentamiento se verá demorado debido a que la cantidad de agua que deberá calentarse para que la misma temperatura cambie en la superficie será mayor.
Las temperaturas han ido aumentando de entre 0,6 ºC en el pasado siglo. El aumento de temperaturas más elevado fue entre 1910-1945 y luego de 1975 hasta la actualidad. De acuerdo con las proyecciones de la IPCC la media global de temperatura del aire será 3,5-5,5 ºC mayor para el 2100 si no se toma pasos adicionales para reducir las emisiones de CO2 y otros gases invernadero, en un mundo globalizado y rico (A1).
(12)
Para comprender los escenarios IPCC hay que tener en cuenta la siguiente clasificación:
A1: escenario de un mundo globalización, con énfasis en riqueza humana. Globalizado, intensivo, guiado por las fuerzas del mercado.
A2: escenario regionalización con énfasis en riqueza humana. Regional, intensivo. B1: mundo globalizado, con énfasis en sostenibilidad y equidad. Globalizado, extensivo con desarrollo sostenible.
CCC: si las concentraciones de CO2 se mantuviesen constantes a partir de este momento.
Aun si las emisiones actuales de gases invernadero paran de repente la temperatura de la Tierra seguirá aumentando. En consecuencia, la cantidad total de lluvia global aumentara. De cualquier manera, existirán regiones que recibirán menos lluvia antes y, anualmente el número de días de lluvia intensa o temperaturas muy altas aumentará.
El aumento de temperatura es posiblemente superior cerca de las zonas polares. Es posible que el derretimiento del hielo polar tenga como consecuencia que el Paso Noroeste sea posible utilizarlo como vía de transporte comercial. Las predicciones indican que para el 2090 el total del polo Norte se habrá derretido.
También habrá mayores golpes de calor durante el verano y menores periodos fríos en invierno. Las estaciones sin hielo ni permafrost en latitudes del Norte se afianzaran, pero además el aumento de las inundaciones de invierno y las sequías de verano afectaran negativamente el crecimiento de los cultivos.
Nivel del mar
Se prevé que el nivel medio del mar aumente de 9 a 88 cm para 2100. Con respecto al futuro las predicciones del IPCC para el año 2100 refuerzan la subida y calculan que para entonces habrá subido al orden de los 50 cm (lo que supondría un ritmo medio de 5 mm/año) con una gran incertidumbre. Esta subida futura en el transcurso del siglo XXI será alcanzable en su mayor parte a la expansión térmica del agua (unos 30 cm) y en menor medida al deshielo de los glaciares no polares (unos 20 cm) y del manto de Groenlandia (unos 10 cm). La Antártida, por el contrario, en la que se encuentra el 85 % de todo el hielo terrestre, contribuiría más bien a una bajada de unos 10 cm del nivel del mar ya que con el calentamiento habría mayores precipitaciones de nieve y una mayor acumulación en el manto de hielo austral. De todas maneras este supuesto calentamiento de la Antártida no se ha manifestado todavía.
A medida que el calentamiento penetra más profundamente en los océanos y el hielo se sigue derritiendo, el nivel del mar ha de continuar aumentando mucho tiempo después de que las temperaturas de la superficie se hayan estabilizado.
Las predicciones de la IPCC dicen que los niveles del mar aumentaran unos 18 cm pare el 2040 y unos 48 cm pare el 2100 en el escenario rico globalizado.
(13)
El aumento del nivel del mar puede parecer pequeño, pero la mayoría de la población mundial vive en áreas que serán afectadas por futuras inundaciones si estas proyecciones son correctas, como las costas orientales de China e India. Esto pondría en riesgo a millones de seres humanos que habitan no sólo poblados y ciudades pequeñas, sino también grandes urbes, como es el caso de Nueva York, Tokio, Calcuta, Hong Kong, entre otras. El número de refugiados ambientales aumentará de unos actuales 40 millones a casi 250 millones si el nivel del mar aumenta 40cm.
El consejero del ex primer ministro británico Tony Blair aseguró que de derretirse la mitad de Groenlandia y la mitad del lado occidental de la Antártida el nivel del mar subirá 12 metros inundando: 30% de la península de Florida; 50% de la costa de san Francisco; los Países Bajos; Beijing y Shangai (China), donde habitan 40 millones de personas; Maniatan; Calcuta en los campos bajos de Bangladesh (India), donde habitan 60 millones de personas; entre otras regiones.
Concentración del dióxido de carbono
Los modelos del ciclo del carbono proyectan para el año 2100 concentraciones de dióxido de carbono de 490 a 1260 partes por millón. Los científicos afirman que el mundo debe rebajar sus emisiones de gases causantes del calentamiento global entre un 50% y un 70% sólo para estabilizar el actual nivel de gases de la atmósfera.
Las predicciones realizadas a través de los modelos climáticos de la IPCC muestran las concentraciones de CO2, y consecuentemente los niveles de temperatura y nivel del mar continuarán subiendo mucho después de que se produzca un receso de emisiones.
(14)
Este cambio climático afecta cualquier aspecto medioambiental como la calidad del aire, la calidad del agua, la desertificación, biodiversidad, forestación y perdida del ozono estratosférico.
Otras consecuencias del calentamiento global
– Incremento de las precipitaciones a nivel planetario, pero lloverá menos días y más torrencialmente.
– Derretimiento del hielo polar y expansión oceánica. Esto tiene como resultado inundaciones de áreas costeras, pantanos, zonas húmedas y deltas de ríos. Algunas islas pequeñas pueden incluso desaparecer completamente debido a las inundaciones.
– Aumento del número y severidad de tormentas tropicales y ciclones
– Inundación y erosión de cultivos agrícolas. Esto daña los cultivos y el suelo y disminuye la cosecha.
– Cambios en ecosistemas y degradación de la biodiversidad.
– Evaporación de suministros de agua, causando escasez de agua potable. – Penetración de agua salada en las aguas subterráneas.
– Climas más extremos, causando veranos más calientes y más secos e inviernos más fríos – Enfermedades más contagiosas debido a que el ambiente es más propicio para patógenos y algunos insectos peligrosos, como el mosquito de la malaria.
– Pérdida de capacidad productiva agrícola en grandes zonas de Asia y África, que están densamente pobladas.
– Desplazamiento de las especies hacia altitudes o latitudes más frías, buscando los climas a los que están habituados. Aquellas especies que no sean capaces de adaptarse ni desplazarse se extinguirán.
– Alteración de la corriente del golfo fría y caliente debido al Océano Atlántico, posiblemente causando una Nueva edad del hielo en Europa. Este es un punto controvertido pero posible. Ocurre que el clima de la Tierra es como un gran motor que distribuye el calor a través del viento y de las corrientes marinas desde el Ecuador hacia los polos. La corriente del Golfo trae agua caliente desde el Ecuador que provee de vapor de agua y nubes a Europa occidental; esta corriente de agua cálida superficial se enfría, volviendo al agua más densa, por lo cual esta desciende y vuelve en una corriente contraria hacia el sur. El sistema permite que el lado occidental de Europa goce de un clima templado.
Luego de la última edad glaciar hace unos 18.000 años, un gran bloque de hielo situado sobre lo que hoy es Canadá y el norte de EE.UU. comenzó a derretirse y liberó toda su agua dulce y fresca al Océano Atlántico Norte a través del río Saint Lawrence. Esta agua se diluyó con el agua cálida de la corriente del Golfo, haciendo que esta última pierda su temperatura, mientras que el agua fría de las profundidades comenzó también a perder su concentración salina que la volvía más densa en comparación con el agua superficial. El resultado de todo esto fue que el flujo de intercambio de la corriente del Golfo se frenó sumergiendo a Europa en una edad glaciar que duró 900-1000 años.
Se cree que este cambio se produjo en menos de 10 años, lo que supone que cambios de esta magnitud pueden manifestarse de repente. Actualmente ese gran bloque de hielo de América del Norte no existe, pero si está Groenlandia, cuyo derretimiento de hielo continúa y podría causar un efecto similar.
POSTURA ESCÉPTICA
Hay poca duda de que la concentración de CO2 en el aire ha aumentado significativamente desde el comienzo de la revolución industrial y hay pocos que no atribuyan este incremento al creciente uso de combustibles fósiles por parte de los seres humanos. También hay poca duda de que la Tierra se ha calentado ligeramente en el mismo periodo, pero para los escépticos del cambio climático y sus consecuencias no hay ninguna razón convincente para creer que el aumento de temperatura haya sido causado por el aumento de CO2 y es improbable que los futuros incrementos en el contenido de CO2 en el aire vayan a producir un calentamiento global.
En contra de la actual creencia popular que casi nadie se atreve a criticar, la temperatura global no parece estar aumentando de forma apreciable como consecuencia de las emisiones de CO2 que resultan de la utilización de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural. No hay evidencia científica firme de que vaya a ocurrir un calentamiento significativo como resultado de la actividad humana, y de todos modos las consecuencias de un calentamiento moderado serían básicamente positivas. La base científica del calentamiento global es demasiado débil como para tomar medidas políticas coactivas drásticas, enormemente costosas y de dudosos beneficios. El racionamiento energético (asignación política de recursos) y los impuestos sobre la energía (confiscación y redistribución de riqueza) causarían graves perjuicios económicos y empobrecimiento generalizado, especialmente a los pobres y a los países menos desarrollados: menos uso de energía, menos transporte, menos actividad industrial, menos calefacción, menos aire acondicionado.
Los ciudadanos reciben indicaciones de que la evidencia científica es definitiva, indiscutible, concluyente e indudable, cuando en realidad los expertos científicos muestran fuertes desacuerdos y escepticismos acerca de la evidencia, tanto teórica como observacional. Muchas personas están en favor de actuaciones políticas sobre el presunto problema del cambio climático. Algunas pueden estar sinceramente preocupadas pero mal informadas, y la mayoría simplemente acepta de forma acrítica lo que aparece en los medios de comunicación.
1. Una correlación débil a corto plazo entre el CO2 y la temperatura no prueba nada sobre la causación. Quienes proponen la idea de que el incremento de contenido de CO2 en el aire conduce al calentamiento global señalan a la débil correlación que se dio en el siglo pasado entre la concentración de CO2 atmosférico y la temperatura global del aire como prueba de su argumento. Sin embargo, habitualmente restan importancia al hecho de que correlación no implica causación y a que 100 años no es tiempo suficiente para establecer la validez de dicha relación respecto a la historia de la temperatura de la Tierra.
La observación de que dos cosas han crecido juntas durante un periodo de tiempo no dice nada sobre que una sea la causa de la otra. Para establecer una relación causal se debe demostrar que la causa precede al efecto. Además, se debería poder demostrar esta relación en varios ciclos de incrementos y disminuciones para ambos parámetros. E incluso si se cumplen estos criterios, como en el caso de las relaciones sol / clima, muchas personas no están dispuestas a reconocer que las variaciones en la causa realmente producen las variaciones análogas observadas en el efecto.
Al considerar así las siete mayores transiciones de temperatura en el pasado medio millón de años: tres terminaciones glaciares y cuatro comienzos glaciares, se evidencia de que los incrementos y las disminuciones en la concentración de CO2 atmosférico no solo no precedieron a los cambios de temperatura del aire, sino que vinieron de cientos a miles de años después. También ha habido largos periodos de tiempo durante los cuales el CO2 atmosférico permaneció sin cambios mientras la temperatura del aire descendía, al igual que ha habido periodos durante los cuales descendía el contenido de CO2 mientras la temperatura del aire permanecía sin cambios o ciertamente subía. Por lo tanto, la historia climática del pasado medio millón de años no proporciona ninguna evidencia en absoluto para sugerir que el actual incremento de la concentración de CO2 en el aire vaya a conducir a un calentamiento global significativo.
2. La interferencia antropogénica con el sistema climático y sus efectos de calentamiento global no se conocen bien. Los seres humanos influyen sobre el clima con la agricultura, la actividad industrial y las ciudades. El incremento de población está cambiando las relaciones entre áreas de cultivo y bosques, lo cual altera el albedo o coeficiente de reflexión de la superficie terrestre. La construcción de presas, con la consiguiente disminución del flujo de agua dulce al mar, aumenta la salinidad de los mares y altera la circulación de las corrientes marinas.
Se cree que entre las influencias humanas están la suavización de las temperaturas extremas, el enfriamiento de la estratosfera y la disminución de la frecuencia de los huracanes. No se sabe cuál es el nivel adecuado o peligroso de gases de efecto invernadero, y por lo tanto resulta absurdo intentar estabilizar o reducir un nivel dado de los mismos: cualquier objetivo es arbitrario y no tiene base científica.
3. Las fuertes retroalimentaciones climáticas negativas impiden un calentamiento catastrófico. Las retroalimentaciones negativas fuertes representan papeles importantes en el sistema climático de la Tierra. Si no lo hicieran, no existiría vida en el planeta, pues alguna perturbación habría llevado el alocado viaje del mundo a un estado de frío cósmico o de calor horrendo, y sabemos por el registro fósil que ninguno de estos extremos ha ocurrido jamás, incluso en miles de millones de años, y a pesar de un gran incremento en la luminosidad solar a través del tiempo geológico.
Considérese a este respecto el vapor de agua que se añadiría a la atmósfera por la mayor evaporación en un mundo más cálido. Es muy probable que la humedad extra condujera a la producción de más nubes y con más contenido de agua, y ambas consecuencias tenderían a enfriar el planeta al reflejar más radiación solar de vuelta al espacio.
Un mundo más cálido también significaría un océano más cálido, lo que muy probablemente conduciría a un incremento en la productividad de las algas marinas o fitoplancton. Este fenómeno, a su vez, incrementaría la producción biótica de ciertas sustancias sulfúreas que se diseminan en el aire, donde se oxidan y se convierten en partículas que funcionan como núcleos de condensación de nubes. Así, el resultante incremento del número de partículas formadoras de nubes produciría más gotitas de nube y menores, que reflejarían una mayor cantidad de radiación solar entrante, y este fenómeno también tendería a enfriar el planeta.
Todos estos efectos enfriadores relacionados con las nubes e inducidos por el calentamiento son muy poderosos. Por ejemplo, se ha demostrado que el calentamiento predicho como resultado de la duplicación de contenido de CO2 en el aire podría ser totalmente contrarrestado por:
– un incremento del 1% en la reflectividad del planeta,
– un incremento del 10% en la cantidad mundial de nubes de bajo nivel,
– una reducción del 15 al 20% en el radio medio de las gotitas de las nubes estáticas de la Tierra
– un incremento del 20 al 25% en el contenido de agua líquida de las nubes.
Además se ha demostrado que la producción de nubes de alto nivel sobre los océanos ecuatoriales inducida por el calentamiento anula prácticamente el poderoso efecto invernadero del vapor de agua de esa región, la cual es responsable de gran parte de la subida de temperatura en el escenario de calentamiento global inducido por el CO2.
La mayoría de estas importantes retroalimentaciones negativas no se encuentran adecuadamente representadas en los actuales modelos climáticos. Lo que es más, muchos fenómenos relacionados se ponen en marcha cuando aparece el calentamiento global. Por ejemplo, en respuesta a la subida de temperatura entre la latitud 25º norte y el ecuador, se multiplica el flujo tierra-aire de varios gases sulfúreos por un factor 25 como consecuencia de los incrementos de actividad microbiana en el suelo inducidos por el calentamiento, y este fenómeno puede conducir a la producción de más núcleos de condensación de nubes al igual que ocurre con los procesos biológicos sobre el mar. Por lo tanto, resulta que cualquier número de combinaciones de estas varias retroalimentaciones negativas podría impedir el impulso del calentamiento facilitado por futuros incrementos en el contenido de CO2 en el aire.
4. Los niveles elevados de CO2 atmosférico son benéficos para la biosfera. Del efecto de fertilización aérea por el enriquecimiento de CO2 atmosférico derivan varios beneficios: un crecimiento vegetal mejorado, una eficiencia mejorada del uso del agua por las plantas, una mayor producción de comida para los seres humanos y los animales, además de un gran número de otros beneficios biológicos demasiado numerosos para ser descritos en esta breve declaración.
Y estos beneficios no son predicciones, son reales. De hecho, ya son evidentes en los registros de largo plazo de los anillos de los árboles, que revelan una historia de tasas de crecimiento de masa forestal crecientes con una progresión muy paralela a la revolución industrial. También se pueden ver en la propagación de plantas leñosas en áreas donde antes solo crecían hierbas.
La atmósfera da testimonio del incremento de valor de toda la biosfera en la amplitud anual de su ciclo estacional de CO2 que se encuentra en expansión. Se ha documentado que esta «respiración de la biosfera» oscilatoria: su inhalación de CO2, producida por el crecimiento de las plantas terrestres en la primavera y el verano, y su exhalación de CO2, producida por la descomposición de biomasa en el otoño y el invierno, ha estado creciendo más cada año en respuesta al constante aumento de estimulación y crecimiento producido por el actual incremento del contenido de CO2 en el aire.
5. Un calentamiento global moderado tiene efectos positivos. En general el calentamiento es mejor que el enfriamiento. El calentamiento y el incremento del CO2 atmosférico son mejores para la agricultura (menos heladas, épocas de cultivo más largas, mayor crecimiento de las plantas, más lluvias, menor necesidad de agua), para el crecimiento de los bosques, disminuye los extremos climáticos, permite ahorros energéticos en calefacción y es mejor para la salud: los periodos fríos en la historia de la humanidad son desastrosos por las hambrunas y las enfermedades.
6. Los efectos de crecimiento mejorado del CO2 crean un impulso de enfriamiento. El dióxido de carbono es un poderoso fertilizante aéreo que mejora directamente el crecimiento de casi todas las plantas terrestres y de muchas acuáticas a medida que aumenta su concentración atmosférica. Y al igual que una mayor productividad de las algas marinas incrementa la emisión de gases sulfúreos a la atmósfera, lo que finalmente produce más nubes y más brillantes sobre los océanos del mundo, los aumentos en la productividad de las plantas terrestres inducidos por el CO2 conducen a mayores emisiones de gases sulfúreos sobre la tierra, que de la misma manera terminarán enfriando el planeta. Además, muchos materiales biogénicos no sulfúreos del entorno terrestre representan papeles importantes, como los aerosoles que crean núcleos de agua e hielo, y la presencia aerotransportada de estos materiales también mejoraría con el incremento de los niveles de CO2 atmosférico. Por lo tanto, es posible que la incorporación este efecto de enfriamiento multifacético inducido por el CO2 en el conjunto de ecuaciones que comprenden la generación actual de modelos climáticos globales en realidad podría inclinar las escalas climáticas a favor del enfriamiento global a causa del continuo crecimiento de emisiones de CO2 antropogénicas.
7. El calentamiento global contribuye a la expansión de insectos portadores de enfermedades infecciosas. En realidad el factor dominante de la transmisión de enfermedades es el aumento de los contactos humanos causado por el incremento del transporte aéreo, marítimo y terrestre. Las epidemias de malaria y fiebre amarilla han ocurrido en zonas frías, y no ocurren en algunas zonas ricas tropicales.
El peligro real para la humanidad es la posibilidad, señalada por los geólogos, de una próxima edad de hielo. El periodo cálido interglacial actual puede terminar pronto y el efecto invernadero podría suavizar esta amenaza.
Los problemas medioambientales pueden resolverse mediante el conocimiento científico, el avance tecnológico y el desarrollo económico. El mercado libre fomenta la eficiencia de los medios de transporte y plantas de energía, y la correcta asignación y defensa de derechos éticos de propiedad impide las agresiones contaminantes.
8. El aumento del nivel del mar debido al calentamiento global es una falacia muy extendida. El nivel del mar lleva varios siglos ascendiendo levemente: no se sabe por qué (tal vez por movimientos tectónicos que reconfiguran los fondos oceánicos), pero no es por cambios climáticos o por influencias humanas. El aumento de la temperatura produce varios efectos contrarios sobre el nivel del mar, y el resultado neto no es claro: por un lado, el nivel del mar tiende a aumentar debido a la dilatación del agua causada por el aumento de su temperatura, y a la recepción de agua procedente de la fusión parcial del hielo de glaciares y casquetes polares; por otro lado, el nivel del mar tiende a disminuir por el aumento de la evaporación seguido de más lluvias sobre las regiones polares que aumentan la acumulación de hielo en las mismas. Los datos históricos recientes muestran que al aumentar la temperatura baja el nivel del mar.
El avance y retroceso de los glaciares es un fenómeno complejo que no sólo tiene que ver con los cambios climáticos. Muchos glaciares se derritieron parcialmente y retrocedieron a comienzos del siglo XX, pero no se puede extrapolar una media del siglo pasado al futuro.
Podemos ver que el nivel realmente ha estado aumentando desde 1850 hasta 1930-40. Y el ascenso estaba en el ritmo de 1 milímetro por años. Eso terminó en 1940, y no hubo ningún ascenso del nivel hasta 1970.
La medición de las mareas es un asunto muy complicado, porque da diferentes mediciones de acuerdo al lugar en el mundo en donde se miden. Los geólogos saben que Hong Kong es un área en hundimiento por la compactación de sedimentos, y es el único registro que no debería ser usado. El IPCC (Panel Internacional del Cambio Climático) eligió a Hong Kong para medir el nivel del mar, que da un ascenso de 2,3 milímetros anuales. Si esa cifra es correcta, entonces Holanda no se estaría hundiendo, estaría ascendiendo.
Si uno mira el registro de 300 años, en el Siglo XX el nivel del mar estaba subiendo y bajando. En 1970, uno debería ver una aceleración, pero en vez de ello, la subida del nivel casi se terminó.
9. El presunto consenso científico sobre el cambio climático es falso. De todos modos el conocimiento científico no depende de votaciones democráticas u opiniones mayoritarias. Buena parte de la comunidad científica se opone a la actuación precipitada e ignorante de los burócratas internacionales para combatir un problema inexistente. Los mismos presuntos expertos, obsesionados con la toma de conciencia de la sociedad, hace años hablaban de los riesgos de un enfriamiento global inminente: disminución de la productividad agrícola, hambrunas, muerte, violencia, anarquía.
La ciencia es frecuentemente distorsionada para promover agendas políticas. Los informes gubernamentales sobre este tema son documentos políticos que presentan las opiniones de científicos del clima combinados con científicos no expertos en física atmosférica, economistas, expertos en política, burócratas, especialistas en relaciones públicas, y representantes de países con poco nivel científico. Informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas fueron manipulados de forma clandestina para distorsionar los testimonios de los asesores científicos, de modo que la versión oficial fuera conforme a los intereses de los políticos.
Los institutos científicos oficiales, dependientes de los subsidios recibidos de sus respectivos gobiernos, son curiosamente los que apoyan las tesis que interesan a los políticos. Requiere valor para un científico oponerse a las versiones oficiales y arriesgar las becas o subsidios que pueda recibir. Los científicos que no dependen de ayudas estatales pueden ser más independientes.
10. La adaptación histórica humana
La historia del clima terrestre muestra muchos cambios climáticos naturales grandes y rápidos, reflejados en los hielos polares, en los núcleos de sedimentos oceánicos y en los anillos de los árboles. En los últimos 2 millones de años ha habido unas 17 Edades de Hielo.
El clima cambia constantemente y los seres humanos son capaces de adaptarse. Ahora hace más frío que hace 1000 años, durante los períodos templados de la Edad Media, cuando se podía cultivar vino en las islas británicas y los vikingos colonizaron Groenlandia (la Tierra Verde). Entre 1450 y 1850 se produjo la Pequeña Edad de Hielo. Hubo un claro calentamiento de origen natural entre 1880 y 1940 (antes de que aumentaran notablemente las emisiones de CO2). Aparte de un enfriamiento global entre 1940 y 1975, que llevó a temer un enfriamiento global y una nueva edad de hielo, no ha habido un cambio apreciable en los últimos 50 años (salvo un ligero enfriamiento en los últimos veinte años), en contra de las predicciones de los modelos informáticos. Se ha informado erróneamente y de modo sensacionalista la aparición de lagunas en el Polo Norte como pruebas del calentamiento global.
CONCLUSIÓN
En un principio creíamos en una "naturaleza benigna", esto significa que la naturaleza es un sistema robusto que responde bien a los desordenes causados por el hombre siempre volviendo de nuevo a su estado natural. Pero desde hace tiempo advertimos una "naturaleza perversa / tolerante", lo que significa básicamente que la naturaleza puede tolerar desordenes hasta cierto punto. Si los desordenes son pequeños, la naturaleza volverá a su equilibrio. Grandes desordenes suponen una amenaza al funcionamiento de la naturaleza.
El clima definitivamente está cambiando, el aumento de la concentración de CO2 atmosférico durante los últimos dos siglos de industrialización presenta actualmente sus consecuencias; las temperaturas y el nivel de los océanos indican un aumento, los casquetes polares se derriten y los ecosistemas dan indicios de adaptaciones a las nuevas condiciones.
La controversia nace de cara hacia el futuro, en cómo responderá el clima frente a estos cambios, y si la magnitud de los sucesos aumentará afectando poblaciones, sociedades, sistemas de producción, economías y ecosistemas; o si el complejo sistema climático amortiguará los cambios y reducirá las consecuencias. Las teorías y explicaciones se abren hacia los dos caminos, pero más allá de estas se erige el factor más determinante, concreto y predictivo que es la realidad presente. Esta refleja cambios considerables en la Tierra con tan sólo seis décimas de grados centígrados de aumento de la temperatura en los últimos 120 años, y habla de que a medida que se presenten temperaturas más altas la envergadura de las alteraciones será mayor, potenciando a su vez las causas del aumento de la temperatura en un sistema sinérgico. Por mínimos que sean los cambios afectarán los patrones climáticos como las corrientes marinas y los vientos, reubicando las precipitaciones y las zonas cultivables, lo que seguramente afectará a las poblaciones ya asentadas con relación a estas áreas.
Hasta el momento no se ha tomado ninguna medida concreta para detener el calentamiento global. El protocolo de Kioto, emblema entre los tratados internacionales para intenta frenar los efectos del calentamiento global, ni siquiera es apoyado por las grandes potencias emisoras de gases de efecto invernadero como EE.UU., China, India, Australia, Rusia, entre otras. Además, su objetivo de reducción de 5,2% de las emisiones de gases de efecto invernadero es deficiente frente a la afirmación de los científicos de que hay que reducir entre un 50-70% las emisiones de CO2 para mantener la concentración en la atmósfera estable.
Muchos proponen medidas para lograr un mejor desempeño en los procesos de obtención y utilización de la energía, o utilizar fuentes de energía alternativas no contaminantes, impulsadas por campañas de educación, información, e incentivos y desincentivos económicos. Pero la realidad es que no existe un remedio inmediato al problema, y las consecuencias son inevitables. Sólo se puede reducir la magnitud de estas y prepararnos frente a los potenciales cambios.
No hay mejor frase que refleje nuestra situación actual frente al futuro respecto del cambio climático que la pronunciada por Winston Churchill en la década de 1930, cuando hubo una gran tormenta que azotó Europa y este apercibió a lo británicos que debían prepararse para sucesos similares debido a que el clima iba a cambiar, y cuando nadie le creyó dijo: "La época de dilatarse, de medidas parciales, de recursos calmantes e inesperados, de retrasos, está terminando. En su lugar estamos entrando en un periodo de consecuencias".
BIBLIOGRAFÍA
– GORE, Albert; "An Inconvenient Truth". 27 de octubre de 2006
– "Máxima velocidad de aumento del nivel del mar en 150 años". www.neofronteras.com, 28 de diciembre de 2005.
– "Efecto invernadero". www.monografías.com
– http://www.ipcc.ch/present/graphics.htm
– www.climatecrisis.net
– http://www.grida.no/climate/ipcc/emission/015.htm
– http://www.co2science.org
– "Causas y efectos de los cambios climáticos". www.monografías.com
– "Contaminación atmosférica". www.monografías.com
– "Cambio climático". Wikipedia
– http://www.mitosyfraudes.org/Calen7/MornerEstudio.html
– www.liberalismo.org
– http://www.ocean.fsu.edu/faculty/chanton/chanton.html
Autor
Gorrini, Federico Alberto
Fecha de nacimiento: 06 de diciembre de 1989
Residencia: Coronel Suárez (pcia. Buenos Aires, República Argentina).
Antecedentes: curso el último año de Técnico en Industrias de Proceso, en la Escuela de Educación Técnica Nº 1 de Coronel Suárez
Trabajo
País: Argentina
Ciudad: Coronel Suárez (pcia. Buenos Aires)
Fecha: 16 de julio de 2007
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |