Luego de múltiples peripecias, el periodista empírico se estableció en la casa de su tía materna doña Lucía, quien vivía en la ciudad de la zona colonial de la segunda antilla mayor de un pueblo fascinante. Después de un corto período de restricciones por la peligrosidad de las circunstancias, el joven inició su vida social en la inmensa ciudad, donde estaba como el miércoles.
Zarandeados todos los moteles y hoteles de la Ovando y la Duarte, sus lugares favoritos eran la calle el conde, los parques Independencia, y el Colón, como todos los restaurant de la zona colonial. El periodista empírico se hizo citadino y aunque se lo hubiera propuesto no podría salir de ese entorno de lujo, diversión y glamur.
La noche de la huida el periodista empírico la pasó entre los cantos de los pájaros del campo, prácticamente sin dormir por si los sicarios gubernamentales los habían seguido. Cualquier sonido de las hojas captaba la atención de todos, pero cuando amaneció llegó don Andrés Morillo, a quien cariñosamente apodaban la uva, por su temperamento afable.
La misión de la uva era sacar al periodista empírico para la ciudad de la zona colonial, por eso llegó en una mula también muy grande y alta, y rápidamente salieron para la casa de doña Bangelista, donde el joven pasó varias semanas, y luego se estableció en la casa de su tía paterna doña Lucía, la esposa de don Vicente Ferrer Ortiz, evadiendo así las asechanzas de los doce años del neobenefactor.
Como la emisora donde trabajaba Papasón, se escuchaba en toda la república de Lontana, desde que Rosa Argentina Galaxia escuchó esa noticia, salió de su lejano Rancho Manuel de Estero Hondo, y aunque los familiares del periodista empírico, no le decían a nadie el paradero de éste, a ella le informaron todos los pormenores de los acontecimientos y la dirección del lugar para llegar al escondite. Luego como el periodista empírico sabía que mirando se posee, se detuvo a mirar a Esterbina en la ribera del río Aranama, y cuando ella le sonrió, él se marchó pensando en el asunto.
El tiempo no se detuvo en el ir y venir de Rosa Argentina Galaxia, pero cuando la soledad y la distancia, desesperaron al periodista empírico, con la suerte de que una hermana de la joven, se estableció en El Memiso en condición de pareja con un agente policial llamado Miguel Ángel Vargas, lo cual el periodista empírico aprovechó para motivar a su novia, para que estableciera en la ciudad de la zona colonial, luego el comunicador gestionó y logró, casi a fin de año, inscribir a su amada en el liceo donde él estudiaba, y ella tuvo gran éxito con él de maestro auxiliar.
Podría decirse que Rosa Argentina Galaxia, fue el primer y gran amor de Papasón y que durante ese tiempo su amor convertía los días en poesía de ternuras , pero ni ella ni él sabía que le esperaba la tristeza de los embates que producen los caprichos y los prejuicios, Rosa Argentina Galaxia nunca supo que la relación tan bella que tenía iba a ser destruida por una prima suya de conducta ligera, y que como la dimensión del amor del periodista empírico era tan grande, así mismo sobredimensionó el hecho de que una prima de su novia, le ofreciera más que lo que su novia le podía ofrecer, y a lo que él no aspiraba.
Muchos años después el periodista empírico recuerda los días de su felicidad con Rosa Argentina Galaxia, y ensimismado se queda encantado degustando los recuerdos de aquel amor viviente, que perdió su futuro como se pierde la brisa de la tarde, consumida por las sonrisas de las doncellas de república Lontana.
La falta de madurez y de orientación, hicieron sucumbir el amor más grande y hermoso, de la juventud de Papasón, por lo que sufrió como Rosa Argentina Galaxia, pero ellos por más que intentaron reconciliase no pudieron , parece que algo que escapó a sus voluntades se opuso invisiblemente, pues quince años después, siendo la ex-novia viuda y él soltero, lo intentaron y como ella no sabe porque él rompió con ella la primera vez, él no sabe porque ella después de admitir la reconciliación, al final como él primero, ella no dio el paso.
No obstante a que no se materializó aquel gran amor entre Rosa Argentina Galaxia y el periodista empírico, él la recuerda como la jovencita culta y tierna de la sonrisa más bella, que amó desesperadamente y que perdió aunque se querían , por una tontería de la que ella no tenía la culpa y que solo si usted escudriña las letras donde el periodista empírico retrata su alma lo sabrá, de lo contrario tampoco sabrá que a esta hora, mientras desnuda los sentimientos de su ayer tierno, la lluvia de este día sin sol me llena de ternura, mientras como un piano toca el techo de mi alcoba, y en mi lecho sin poder olvidar, añoro aquellos días pasados, cuando ignoraba tantas cosas, que me hice daño como le hice a ella, y hoy ella está con el hombre que el tiempo le dio para amar y yo con la mujer que Dios me dio.
Lo irremediable no siempre se olvida, porque debe servir para beneficiar a otros, que tienen derecho a disfrutar la felicidad, a la que el periodista empírico renunció sin justificación valedera, corroído por pruritos de una familia tradicional.
El periodista empírico renunció al amor de su vida, para deambular por muchos años de una mujer a otra, y solo volvió a encontrarlo después de muchos dolores, sufrimientos y amarguras, al pagar con creces el error que más soledad y tristeza le produjo.
Papasón recordó entonces la vez que miró al coronel Pérez N…, sentado en compañía de Elías en el parque central de El Memiso, y vio con amargura cuando el coronel lo miró con una sonrisita de veneno, pero todo pasa, mientras pasamos, y Rosa Argentina Galaxia la hija del Florita y Sijo, pasó con el privilegio excepcional de que se quedó en el tiempo, como algo hermoso e inolvidable en la vida de Papasón. Ella legó a la humanidad las poesías que le inspiró al periodista empírico, como el canto a la distancia donde expresa que : Siento el temor de que la distancia me traicione
Luego cuando las beligerancias entre los grupos castrenses y políticos, se acentuaron en contra del periodista empírico, este de común acuerdo con la dirección del medio de comunicación, decidió ponerse el nombre de Miguel Ángel Valdez para firmar las noticias, y seguir el combate en defensa de su comunidad.
Como la estación noticiosa admitió al periodista empírico con el nombre de Miguel Ángel Valdez, este siguió la misma orientación, aunque en la ciudad de El Memiso nadie lo conocía, ni veía por ningún lugar al nuevo comunicador, una mañana se acercó a Papasón un joven llamado Orlando Mella, el cual había realizado por correspondencia estudios de detective privado. Orlando Mella le dijo al periodista empírico:
– Mira, aquí en El Memiso no hay nadie llamado Miguel Ángel Valdez, y yo he concluido en que eres tú quien sigue reportando, ocultado en ese nombre.
El periodista empírico disimuló teatralmente, sin faltarle deseos para ruborizarse y solo le dijo:
– Mira, detective malo, yo pasé esa página, pero si por tú estar inventando yo tengo problemas, ya tú sabes que eres el responsable.
Después de la conversación de los jóvenes, el periodista empírico, ahora oculto en el nombre de Miguel Ángel Valdez, se quedó pensativo por la preocupación que le causaba, el hecho de ser descubierto por el gobierno despótico sin evolución, del neobenefactor y futuro padre de la democracia de El Memiso.
Cuando se produjo la aparente renuncia a las funciones de periodista empírico de Papasón, el coronel Pérez N… parecía que dudaba como Orlando Mella, por el hecho de que en la ciudad de El Memiso nadie conocía al nuevo comunicador, que apareció firmando con el nombre de Miguel Ángel Valdez. No obstante al nuevo periodista, el coronel no ordenó que cesaran las asechanzas en contra de Papasón, pues los policías de apellidos Lima y Rondón, seguían fielmente observando cada paso del periodista empírico, que se estaba ocultando bajo el seudónimo de Miguel Ángel Valdez. Las asechanzas en vez de desaparecer, con mayor discreción se ampliaron, hacia los amigos más cercanos y la novia del comunicador, a tal nivel que muchos decidieron alejarse de él, cuando consideraron que su vida corría peligro.
Como Papasón no quería entender que su vida estaba en peligro, por estar enfrentando al neobenefactor, nosotros vamos a tener que retirarnos de su alrededor, porque ahora la policía política del gobierno, también nos persigue a nosotros.
Expresó Landio, para luego agregar:
Bueno es verdad, ahora los grises nos tienen las mismas asechanzas que al periodista empírico.
Fue así como los amigos de Papasón comenzaron a retirarse de él, sin que el joven supiera la causa, pues sólo notaba que se había quedado solo, y que los amigos que siempre lo acompañaban a todas partes, no los veía en ningún lugar. El periodista ahora en vez de andar acorazado en el medio de fornidos y aguerridos jóvenes, que lo protegían como guardaespaldas, tendría que caminar solo.
El periodista supo pocos días después, de que sus amigos los abandonaran, que estos habían tenido que asumir esa conducta, porque sus padres le obligaron a dejar de andar con Papasón, por el peligro que eso significaba, lo cual obligó al comunicador a rectificar, cierta conducta de desafío al gobierno del neobenefactor.
El día que mayor soledad sintió Papasón después que sus amigos lo dejaron solo, fue el primer domingo de la acción al llegar la noche, que era el tiempo en que todos salían parar los lugares de diversión a bailar y a disfrutar juntos. El cielo estaba cargado de estrellas luminosas, quizás por falta de nubes, para ocultar su luz y el azul de un cielo, lleno de toda la belleza que podía ofrecer a la perfección del universo.
El periodista empírico lleno de la nostalgia que le producía el haber terminado los amores con Rosa Argentina Galaxia, la mujer que en el momento amaba con todas las fuerzas de su corazón y que por un prurito y cierto radicalismo cultural, sin ella saber ni tener culpa alguna, se había separado de ella amándola, así sumó todas las soledades y cuando de sus ojos comenzó a llover, se sintió profundamente solo y triste, hurtando de su mente los momentos más felices que vivió en compañía de Rosa Argentina Galaxia, yendo a bailar todas las noches del mes de diciembre, hasta el día de reyes, cuando terminaban las navidades.
Para esos tiempos existía en la ciudad de El Memiso un Club cultural, recreativo y deportivo llamado Enriquillo, el que por ser de duración efímera dio paso al Club San Antonio, el cual fue construido en el solar donde estaba la casa de doña Memén y Lalo Santana, con un sacrificio enorme de la juventud de esa época, realizando rifas y paseos como proyectando películas y otras actividades. Después de varios años de luchas y sacrificios, se terminó de construir, y la élite de los jóvenes de la comunidad, eran los miembros de la institución social.
En El Memiso los integrantes del Club Recreativo y Cultural San Antonio, constituían una especie de nobleza sin importar su procedencia social. Eran los jóvenes más cultos y sobresalientes de la comunidad. Todos eran estudiantes que ejercían algún oficio, y del grupo con raras excepciones emergieron los abogados, ingenieros, médicos, profesores, periodistas, contables y licenciados de todas las disciplinas. Ellos fueron los iniciadores del progreso en El Memiso, pues sacaron a la comunidad del anonimato en que vivió.
Los primeros intelectuales, escritores y poetas tuvieron sus lecturas iníciales en la biblioteca del Club, por donde desfilaron impartiendo charlas, los principales profesionales e intelectuales de la república Lontana.
Doña Memén y don Lalo Santana, nunca pensaron que cuando ellos ya no vivieran, donde estaba su hogar iba a existir, algo mayor que lo que ellos permitían a los niños, en la sala de su casa, por ser la única donde había televisión por esos años, cuando en El Memiso las calles eran sin asfalto, no había acueducto ni energía eléctrica, y las casitas eran todas de madera techada de zinc, con el piso de tierra, y al principal bar del lugar le llamaban "El Polvaso", porque cuando las personas estaban bailando, por ser el piso de tierra, una nube de polvo arropaba a todo el mundo.
La ciudad de El Memiso tenía varios lugares de fiestas, pues los habitantes del sitio eran propensos a las fiestas, para lo que se dedicaban muchas fechas, en las cuales pasaban hasta quince días bailando. Uno de los tantos lugares de fiestas lo tenía Manuelico el mocho, porque tenía una sola pierna, él llevó la primera Victrola a El Memiso, con lo que pasaban noche y día bailando. A la victrola había que darle manigueta, para que pudiera oírse la música.
Luego el primero que llevó una vellonera a El Memiso fue Luís, y por eso le pusieron hasta su muerte Luís vellonera. Este era un aparato con múltiples discos y el usuario le daba al echarle dinero, a la techa correspondiente y tocaba a su tiempo la canción. Se sabe que la vellonera de Luís llegó a El Memiso en una canoa por el río Dajao, porque todavía no había carretera para la ciudad de la zona colonial, hacia donde la otra manera de llegar, era a caballo o al once.
Sin lugar a dudas que el Club San Antonio, fue el faro de luz de la comunidad, pues a partir de su fundación, los jóvenes se socializaban, bajo la influencia de esa organización social, y los que no cualificaron para ser miembros, fueron influenciados y fundaron otro club llamado San Miguel y así luego surgió también la sociedad Amistad, integrada por los casados. Todas esas instituciones sociales, cumplieron un rol importante en el desarrollo de El Memiso.
Con la desaparición de las organizaciones sociales de El Memiso, surgieron los lugares de diversión, que suplantarían los afanes culturales, educativos y deportivos de los jóvenes, surgió una era de corrupción y libertinaje que deterioró los avances logrados. Las fiestas sociales que celebraban los jóvenes en sus locales del Club, comenzaron a efectuarse en discotecas y Bares, con la influencia de todo tipo de personas, y la perdición entró como un huracán, hasta distorsionarlo todo.
Luego el periodista empírico que suplantó a Papasón con : Miguel Ángel Valdez, seguía su trabajo sin que nadie supiera de quien se trataba, lo cual era el riesgo mayor, porque la gente decía que en El Memiso no existía el apellido Valdez, y nadie conocía a Miguel Ángel
No obstante a la nostalgia del amor perdido innecesariamente, surgió como por arte de magia maría Amparo Sideral, pues como a rey muerto rey puesto, Rosa Argentina Galaxia que nunca supo porque terminaron los amores de ella y Papasón, comenzó amores con otro hombre, con lo cual cerró las posibilidades de arreglo, dado el orgullo juvenil del periodista empírico, que se moría por ella, pero no tuvo ni el valor ni la experiencia, para ser franco y dialogar con la muchacha, que nunca dejó de amar.
María Amparo Sideral y Papasón se conocieron y pronto floreció una empatía recíproca, que los convirtió en novios con ciertas formalidades. Ella era una joven criada en la ciudad de la zona colonial, que procedía de una familia de educadores y gentes provincianas, lo cual parece que ella conjugó, en la elaboración de su exquisita personalidad dulce y tierna. Los jóvenes se hicieron interdependientes uno del otro, y pasaban mucho tiempo junto. María Amparo Sideral había llegado a El Memiso, para vivir en la casa de una hermana llamada Nara, que era esposa de un empleado de la oficina de correo de El Memiso, llamado don Felipe el que trabajaba en el correo de la comunidad
María Amparo Sideral fue uno de los grandes amores del periodista empírico, ellos salían a bailar con frecuencia no obstante a que a ella no la bailaron cuando chiquita, pero para el joven era un verdadero placer estar abrazado de ella, sintiendo su piel suave como seda para acariciarla y besarla, mientras trotaban en la pista ante la mirada desorbitada de toda una ciudad, don todo el mundo bailaba como trompo.
El periodista empírico amó a María Amparo Sideral con delirio, ella tenía una coquetería natural que la hacía tan femenina como ñoñita.Tenía una voz ronquita que inducía a amarla y a quererla sin límite. Era una mujer como la que cualquier hombre quisiera, para amarla sin espacio ni tiempo, a toda profundidad y anchura. María Amparo Sideral saltó al vacio y subió a las alturas una tarde, y el mundo seguido se llenó de ausencia, con un vacio que solo llena su recuerdo, con el aliento de su sonrisa eterna dibujada en el aire de cada día, como de cada noche, como las que vivieron en sus ojos, con los que convertía en poesía todo lo que miraba.
Pero cuando doña Grin la madre de María Amparo Sideral, supo que su hija tenía amores con el periodista empírico, y que se veían todas las tardes a solas, en la casa del joven en citas de amor interminables, en las que ambos sin pasar de la boca, se desesperaban frotándose con ternura, mandó a buscar a su hija Durante esos días en ocasiones la tarde amarraba la noche, y los jóvenes salían al jardín de la casa a reírle a las estrellas, cuando estas le sonreían desde las alturas de un hermoso cielo, imponente de todas las bellezas del universo sideral.
La madre de maría Amparo Sideral insistía para que le mandarán a su hija para la ciudad de la Zona Colonial, pero pocos días después los jóvenes se veían en casa de una tía de él llamada doña Lucía, hasta que doña Grin consintió los amores, y entonces el periodista empírico, iba a visitar a María Amparo Sideral a su casa materna, pues su progenitor había sido asesinado, en la escuela donde era director, por la intolerancia de grupos estudiantes, a raíz del establecimiento en la dirección del Estado del Neobenefactor. Tiempo después María Amparo Sideral no pudo resistir las imposiciones exageradas de doña Grin, y volvió a irse a vivir para la casa de su hermana Nara, quien ya no vivía en El Memiso, sino en un sector que tenía el nombre de varios lugares, donde se cultivan rosas y flores.
Después cuando el periodista empírico iba los domingos a visitar a María Amparo Sideral, pasaban la tarde en un parque que había antes de llegar a la casa donde vivía su amada. Era un lugar un tanto solitario, donde jardines, flores, árboles y arbustos creaban un panorama de paraíso terrenal, lleno de belleza, con un colorido impresionante, donde María Amparo Sideral podía explayar todas las ñoñerías, que la hacían dulce y tierna como el amor, porque ella era un amor sin límite, toda llena de ternura, toda llena de caricias, sueños y desvelos.
Puede decirse que los amores de María Amparo Sideral y el periodista empírico fueron más intensos que extensos. Ella estuvo sola en el amor del periodista, sin que él disgregara el tiempo en nadie más, que en prodigarle todo su amor a esa joven sencilla, de pelo negro y piel cobriza. Al verla llegar todas las tardes a las cuatro, para una sección de besos y caricias en la casa del joven, éste lo primero que recordaba era la primera vez que bailó con María Amparo Sideral, la salsa "Villarán Cuenca" en el "Casino los Tanos" de Alejandro Castillo, alias el Rubio. Ella no pisaba bien, pero él no la amaba para eso.
La última vez que el periodista empírico y María Amparo Sideral estuvieron juntos, acordaron ir al cine el domingo siguiente, pero cuando llegó el momento, al presentarse Papasón a su casa, ella estaba de mal humor, y renegó su compromiso. El joven se excusó, pero cuando se marchaba pensó:
– Esta no volverá a verme a mí jamás. Algunos años después el periodista empírico supo, que su ex-novia había muerto, y ella aunque indagaba con Mariza Arias, las causas o razones de la ausencia del periodista empírico, murió sin saberla.
Aunque dicen que el tiempo lo borra todo, ningunos de los que eran niños cuando iban a la casa de doña Memén a ver la semana aniversaria, que celebraba a todo dar, el Canal de Televisión del hermano del Perínclito, han olvidado esos momentos, pues se trataba de una semana de esplendor y lujo, donde se presentaban las principales estrellas del arte en esa casa gloriosa.
Recuerdan los niños de esos años que cuando la sala de la casa de donde doña Memén se llenaba, los niños que no cabían, observaban por hendijas, ya que se trataba de una casa de madera.
Después entre una y otra cuando al Coronel Pérez N se le fueron acabando los recursos para mantener vigente las asechanzas al periodista empírico, pensó en usar una de las mayores debilidades que tenía el joven, y puso sus ojos en la joven que en el momento, apasionaba a Papasón. Era una mulata escultural, esbelta y con un cuerpazo, que ponía a cualquiera a lamerse los dedos.
El comunicador se fijó en Adalgisa Estela de los Luceros, una tarde hermosa, estando sentado en el parque central de El Memiso, al verla llegar a la casa de doña Ismenia Pouveriet, con Jazmín Lavinia cargada, y seguido se puso a enamorarla. Su nombre era, Adalgisa Estela de los Luceros, quien sería en el discurrir del tiempo y en el momento histórico que le correspondió, el más grande amor del periodista empírico.
Pasado el tiempo, cuando los padres de Adalgisa Estela de los Luceros, supieron que la doncella tenía amores, le requirieron a su hija que mandara al periodista empírico a pedir su mano, pero con el padre del joven, quien se negó sin darle ninguna explicación a su primogénito, no obstante Papasón fue solo a pedir la mano de su amada, y cuando los padres de la joven quisiron poner como condición fundamental, que el padre del periodista empírico fuera como garante, para darle oficialmente de novia a su hija, el enamorado le dijo:
– Quien va a cumplirle a su hija y a ustedes soy yo, no es mi Papá. Soy mayor de edad.
Don Blanco y doña Minguita se quedaron pensativos, hasta que el padre de la joven dijo:
– Está bien, sigan sus amores, pero sería bueno que su padre algún día venga por aquí, para que hablemos un rato, porque lo que los padres hacen boca abajo, los hijos no deben pagarlo.
Doña Minguita se rió por largo rato, pero los jóvenes no entendieron las parábolas de don Blanco, ni el porque de tanta risa de la madre de Adalgisa Estela de los Luceros.
Después de la conversación para el periodista empírico pedir la mano de Adalgisa Estela de los Luceros, hubo un brindis de vino de uva y picadera, y entre las cosas que se dijeron en la celebración, fue que Papasón quedaba oficialmente como hijo de los padres de su novia, y así se comportó el joven todo el tiempo.
Pasado el tiempo de todo lo previsto, Adalgisa Estala de los Luceros y el periodista empírico dialogaban largamente en relación a la república Lontana cuando al joven crítico se le ocurrió decirle a su amada: ´Tú te ha fijado amor que en la república de Lontana todo el que llega a la dirección del estado inmediatamente considera que el país es una finca de su propiedad y que sus habitantes son sus esclavos que el único derecho que tienen es el de pagar impuestos para ellos enriquecerse y empobrecer cada día más a los ciudadanos .
Adalgisa Estela de los Luceros escuchó diferidamente al programita "El gallinero de la mañana" y después dijo: Creo que tú tienes razón, porque no cabe la menor duda que nuestros políticos han empobrecido el país, en la misma proporción en que ellos se ha enriquecido, llevando al pueblo a la más alta macroeconomía de miseria moderna.
Al final la situación del periodista empírico con Adalgisa Estela de los Luceros fue tan dramática, que él se atrevió a decir que tanto la quería, que no pudo amarla como ella deseaba, ni como él soñó durante ocho años de amores, tan extensos como intensos, "para nada. Y con un beso y un abrazo, los jóvenes salieron de la noche sonriente como estrellas en el firmamento, pero sin consumar lo deseado, y sin entender ni saber la razón, muchos años después quien quiso pudo inferirla, al conocer la esposa y la familia procreada con el periodista empírico.
Cuando el Coronel Pérez N quiso usar como informante, a la novia del periodista empírico, para que ella le diera todos los pasos que el joven diera o fuera a dar, la joven quedó depurada como una novia fiel, de ahí que los enamorados duraron ocho años de amores.
Entre todas las cosas importantes que Papasón aprendió de Adalgisa Estela de los Luceros fue , que cuando un hombre tiene a lo largo de su vida más de un amor, todos pueden ser grandes amores, cada cual en su época, pero es imposible tener dos grandes amores simultáneamente, sin generar grandes problemas. Adalgisa Estela fue para el periodista empírico, todo amor, toda dulzura, se amaron con delirio. Ella era una especie de compañía cotidiana del novio. Estaban en todas las fiestas de El Memiso, cada vez que el almanaque daba día festivo en Lontana, o en la ciudad de la zona Colonial ahí estaban. Eran unos amores sinceros y sin malicias, duramente los cuales Adalgisa Estela de los Luceros y Papasón lo que hacían mucho era bailar, fregarse y besarse apasionadamente durante largo tiempo.
Doña Dominga Marte madre de Adalgisa Estela de los Luceros, a quien sus amigas les llamaban Minguita, quizás por conocer algunas intríngulis, que ni el periodista empírico conocía, comenzó a sugerirle a su hija Adalgisa Estela de los Luceros, que atacara al novio para que se casaran, porque los amores antes de completar los ocho años que tuvieron, se habían hecho muy largos, pero la joven consentía mucho al novio, y nunca le dijo nada, porque ella consideraba que eso debía salir del deseo de Papasón.
Mientras el periodista empírico seguía su vida romántica, con una sucesión de novias, el coronel Pérez N preparó otra estrategia de asechanza, instruyendo a dos policías para que en las noches, penetraran al patio de la casa donde vivía el joven, para amenazarlo todas la madrugadas. Esa era la función del agente Rondón y Lima quienes eran amigos de un hermano de Papasón llamado Juan, con quien jugaban pelota y durante el día lo visitaban, pero si el comunicador estaba en la casa, ellos no hablaban con él ni él con ellos, porque aparentemente sólo le interesaba hablar de deporte.
No obstante cuando la noche presentaba su sonrisa negra, los fines de semana y los días festivos, Adalgisa Estela y el periodista se acurrucaban en un banco del parque central de El Memiso, y entre conciertos de besos y caricias, los jóvenes pasaban largas horas, analizando sus sueños de futuros esposos y las cosas propias de los jóvenes con mente sana.
Muchos años después que el periodista empírico intentó que su padre don Nazario le fuera a pedir la mano de Adalgisa Estela de los Luceros, por sugerencia del padre de la joven, Papasón supo que su progenitor había sido novio de una tía de su novia llamada Juana, y que cuando conoció a la madre del comunicador, la dejó por ella, lo que produjo grandes sufrimientos a Juana y a su familia, pero como la vida es una sucesión de sorpresas, a la sobrina no obstante a que no era la intención del joven, le esperaba lo mismo que a la tía.
Lo inesperado llegó un fin de año, cuando el periodista empírico se vio acorralado por el amor de dos mujeres que lo dejaron sin sentido, para hacer lo que el buen juicio, prudentemente tenía que aconsejar. Las dos mujeres eran dos encantos. Adalgisa Estela de los Luceros era un mujerón con un cuerpazo arquitectónico, que lo que la naturaleza, pudo haberle negado, se lo recompensó con unos glúteos bellos, una bocaza como un cielo abierto con estrellas y luceros, con luna y océanos.
El escándalo del siglo estalló cuando se descubrió que el periodista empírico había pasado la noche con una jovencita, que ya tenía un paso conocido, pero que sus padres aspiraban a una unión formal para ella, no a que se pusiera a picar sin responsabilidad. Todo comenzó un sábado cuando a la doncella , sus padres la mandaron de vacaciones para el barrio México de la Sultana del Este, y el periodista empírico previo acuerdo con la bella joven, la interceptó y después de pasar el día completo, gozando de lo lindo en una cabaña a todo dar, con un trago de fino licor por beso, y una suculenta alimentación, para darle riendas sueltas a los deseos de la carne entre enamorados, a los jóvenes le cogió el sueño por exceso de usar el amor cada dos horas sobre una cama de agua de una comodidad sin igual .
Al despertar livianitos, los jóvenes decidieron dejar el viaja de la sultana del Este, para el día siguiente, coincidencialmente el señor de la casa para donde la joven iba, llegó a la casa de los padres de ella antes de ella llegar a la casa de él, con lo que descubrió que no llegó el día anterior, por lo que la madre de la joven inició un escándalo inteligente, sin pie ni cabeza cuando fue a casa del periodista empírico a preguntar por éste, y la madre del mismo le dijo:
– Es la primera vez que él amanece fuera de la casa. ¿Pasó algo? Así comenzaron a salir ocho años de amores intensos. Se complicó todo de una forma tal, que no se entendía nada. Adalgisa Estela de los Luceros se sublevó influida por las mentiras que circulaban mezcladas con las verdades, y el sufrimiento para ella como para el periodista empírico, lo arropó de tal manera que no se entendían, mientras el otro amor emergió hacia la consolidación.
El periodista empírico vivió enamorado de Altagracia Milagros Del Atlántico desde que la conoció. Ella era una muchacha de color trigueño, con unos ojos como dos lagos de poesía, y una hermosa boca de mujer sensual, era toda belleza. Un encanto de mujer, que llamaba la atención de todos los hombres desde que la miraban, tenía una voz como ronquita, y las piernas más bellas que tuvo mujer alguna. Podía decirse que Altagracia Milagros Del Atlántico, era la estrella de El Memiso, por no decir que de Lontana. Podía ser miss universo, si hubiera concursado alguna vez.
Después emergió esplendorosa la noche más hermosa de un pueblo fascinante. Esterbina de las Maravillas llegó al Atracadero del río Dajao y con un beso al periodista empírico, se marchó deslumbrante de hermosura, con la preocupación de lo que espera.
Cuando estalló el escándalo por la relación entre el periodista empírico y Altagracia Milagros Del Atlántico, ya hacía mucho que llovían secretamente los comentarios del asfixie de los jóvenes. Ellos se citaban con clave para los moteles, así podía Papasón decir delante del padre o la madre de la joven, a la que custodiaban en la casa:
– Mañana a las diez de la mañana tendré una reunión de presidente. Y al otro día a las diez el bomboncito se aparecía en el motel donde el periodista empírico derrocharía toda su ternura, amor y cariño durante secciones maratónicas de jonrones inolvidables nadando de la alcoba al techo arrollado por las caricias ardiente.
Y si él decía aunque tenga sueño, mañana veré el sol a las nueve. El lugar acordado era el hotel sol de verano, a las nueve de la mañana. Entre claves los jóvenes tenían dos años saliendo, y cuando la madre preguntaba si ya tenían algo, porque eran sus deseos, el periodista empírico le contestaba con toda la cortesía habida.
– El día que su hija me acepte, usted será la primera en saberlo.
La verdad es que en ciertas oportunidades Papazón no sabía qué hacer, porque en algunos momentos llegó a tener dos mujeres, y una novia a quienes quería. De los amores del periodista empírico, los que más convergencias tuvieron al principio, fueron los de Altagracia Milagros Del Atlántico, porque llegaron cuando ya el joven no los esperaba, pues él había estado enamorado de la joven beldad, y ella no le hacía caso, de ahí que fueran amores, donde hubo múltiples conflictos y sufrimientos, no obstante a que a Papasón le gustaba esa mujer con locura, ella se convirtió en su delirio, era su amor desesperado, su pasión ardiente, la mujer que le hacía sentir todos los placeres que pueden poner a vivir a un cuerpo concomitantemente con su espíritu, y con su alma simultáneamente.
Esa mujer volvió loco al periodista empírico, y él quería complacerla en todo, traer a sus pies el universo, pero ella también amaba a su hombre con pasión desenfrenada. Se deseaban al verse y al estar ausente, se soñaban. Dormían abrazados y al despertar, se encendían las pasiones sin apagarse nunca. Altagracia Milagros era la mujer perfecta para el periodista empírico, pues siempre estaba no solo dispuesto, sino disponible. Con una sonrisa de aprobación se iniciaban sus ceremonias íntimas, y entre besos y caricias todo era amor y placer. No obstante a todas las contrariedades que tuvieron que enfrentar durante el tiempo en que se amaron, buscando la felicidad que no lograron encontrar.
La reminiscencia de las fiestas del periodista empírico y Altagracia Milagros Del Atlántico muchos años después gravitaban significativamente en la memoria histórica de la humanidad, porque aquellos amores se convirtieron en un patrimonio romántico de la humanidad.
Se recuerda que el único merengue que bailaron una noche en "El Gabi Bar" el periodista empírico y Altagracia Milagros Del Atlántico fue el merengue titulado" Plátano maduro no vuelve a verde", después todo era "Gavilán o Paloma", Todos los tiempos", El Manzano", y al final escogió la canción" Murió nuestro amor de verano" y le dijo al .periodista empírico: Cada vez que escuche esa canción, acuérdate de mí, lo cual se convirtió en un mandato inexorable.
Entonces el periodista empírico se detuvo a pensar y rememoró todo como lo había publicado el periódico "Albricias" : Altagracia Milagros Del Atlántico y el periodista empírico se desplazaban por unas de las calles de la ciudad de la zona colonial cuando se escuchó con insistencia la sirena de un franqueador y luego la sirena de decenas de yipetas de lujo y luces intermitentes y bocinas y escándalos de gentes habidas de poder y lujo como complemento de su personalidad dado los complejos de inferioridad disimulados que subyacen en los laberintos de esas personalidades generalmente mediocres y enfermas de deseos de reconocimiento y fama.
Luego Altagracia Milagros Del Atlántico le dijo al periodista empírico:
Párate antes que nos ametrallen que es que va a pasar el dios presidente inmortal efímero, el hombre por el que votamos para que administrara al país, y ahora él sus gentes piensan que son el último refresco del desierto ..
Después, los hombres del Coronel Pérez N que no le daban tregua a la familia del periodista empírico entraron en acción, pues todas las madrugadas estaban ahí, sin mancar o sin llegar tarde. Estaban ahí tratando de intimidar, para ver que iban a conseguir por cansancio, pues las asechanzas de los últimos tiempos, el oficial las ordenaba por sospecha, ya que el periodista empírico debía identificar quien era Miguel Ángel Valdez.
Las asechanzas de las madrugadas, ya tenían a la madre del periódista empírico afectada de los nervios, lo cual originó que se enfermara de hipertensión, pues el nerviosismo la perseguía permanentemente, mientras los sicarios gubernamentales no le daban tregua al comunicador. ,
Los agentes en ejercicio de las funciones de sus asechanzas, duraban hasta dos horas en el patio trasero de la casa de los padres de Papasón, tratando de intimidarlo a todos, rastrillando sus armas y profiriendo amenazas sin identificarse.
Todo parecía indicar que los sicarios gubernamentales le tenían miedo al periodista empírico.
La última vez que los agentes de las asechanzas, fueron a casa de Papazón, días antes de la fecha, en que el Estado de Lontana pagaba los sueldos a los empleados públicos y como el patio de la casa siempre había estado muy oscuro, fue siempre el lugar perfecto para los agentes, pero doña Basilia la madre del periodista empírico tuvo una idea brillante, puso dos bombillas muy discretamente en el patio, las dejo sin encender
Y cuando ya los agentes de las asechanzas llevaban un buen tiempo en sus funciones, prendió la luz y se asustaron tanto, que uno al salir huyendo le disparó a uno de las dos bombillas, y como la señora los vio y le voceo su nombre a los dos, no volvieron jamás, ni ellos ni otros.
Después de los conflictos, sentimentales, que virtualmente separaron intermitentemente, al periodista empírico y Adalgisa Estela de los Luceros. Altagracia Milagros Del Atlántico salió embarazada, porque mientras el hacha iba y venía, ellos seguían saliendo a gozar días enteros, a las tres caídas de manera natural, a los fines de demostrar ambas competencias. El embarazo fue muy traumático y mientras a la joven le crecía la cintura, el periodista empírico buscaba una casa, para mudarse con Altagracia Milagros Del Atlántico, las casas estaban como muela de gallina, pero la gran confusión que tenía el periodista empírico, era tal que todavía tenía pendiente a Marga Océano de los Planetas, quien había sido su primera mujer de combate, y ni ella ni él estaban dispuestos a dejar de hacer, algo que juraron una vez en un motel, que nunca dejarían de hacer.
También estaba pendiente la joven Adalgisa Estela de los Luceros, con quien el periodista empírico tenía compromiso para casarse, antes del conflicto, no obstante a que la misma, permanecía sublevada. Como es natural cualquiera no quisiera verse en una situación igual. De las tres mujeres que se disputaban al periodista empírico, con una guerra de propaganda y acciones secretas. La que mejor posicionada estaba era Adalgisa Estela de los Luceros, pues aunque él sintiera inclinación diferente por cada una de ellas, con la que sentía real compromiso era con Adalgisa Estela de los Luceros, quien él había sido desde niña su único y primer novio, fue él quien la enseñó a cada una de las cosas, que debe hacerle una novia a un novio, para darle placer y que él goce con ella, pero la situación se complicó tanto, que el periodista empírico no podía hacer lo que debía, aunque quisiera.
Papasón nunca pensó escoger otra mujer para casarse en ese momento, que no fuera Adalgisa Estela de los Luceros , aunque algunas que ya le había pasado su turno soñaban creían que él estaba buscando casa para casarse con ella, él nunca hizo ninguna diligencia para esos fines, porque no le interesaba tenerla, que no fuera para lujo y gozar con ella en ocasiones, por algunos problemas que ella tenía y Marga Océano de los Planetas no calificaba para esposa del periodista empírico, porque aunque ella estaba enamorada del joven, y tenían dos años de vida íntima, había un revolver de por medio.
Todo estaba debidamente claro para el periodista empírico hacer lo que debía, pero no obstante a él le resultó más que imposible, hacer lo que sabía que debía hacer. Tan imposible le resultó que estando Adalgisa Estela de los Luceros sublevada, Papasón logró llevar las aguas a su cauce, y se casaron por la ley, pero por más que lo intentaron, el cuerpo del periodista empírico, integralmente estaba como un hielo en un invierno antiguo. No logró consumar el matrimonio de ocho años previos de amores ardientes, donde los novios al verse sin tocarse largaban chispas.
Poco tiempo después Adalgisa Estela de los Luceros puso un divorcio a vapor, y a la velocidad de la luz estaban separados sin antes haber podido unirse, después del conflicto. El divorcio sin consumarse el matrimonio, no detuvo el amor del periodista empírico, quien no se conformaba a perder el amor de la mujer querida, por un accidente circunstancial propio de solteros, y que Papazón no había sabido manejar, debido a que se trataba de una mezcla de verdades, falsedades y rumores que tres mujeres y sus apoderados, manejaban a discreción de manera convencional.
Para esos días, cuando el periodista empírico supo, que el problema en que estaba metido, se complicaba cada vez que intentaba resolverlo. Se le tiró a doña Bertín, una de las tías maternas que Adalgisa Estela de los Luceros más escuchaba, y lo que logró fue empeorar la crisis, y luego el periodista empírico se le tiró a Juana , tía paterna de la joven, aquella mujer que había sido la novia del padre del comunicador, la cual él abandonó para casarse con la madre de éste, tampoco logró nada y mientras el tiempo pasaba el sufrimiento para ambos jóvenes era inmenso ,todo era confusión y dolor inmenso .La falta de experiencia había destruido los sueños construidos durante ocho años de amores sinceros.
En lo relativo a Marga Océano de los Planetas y el periodista empírico, estos se conocieron la noche de un domingo en El Memiso, mientras ella caminaba por el parque central, bajo un hermoso cielo lleno de lumbreras para engalanar todo el universo sideral, y el planeta tierra. Ella iba vestida con un pantalón blanco, que hablaba muy bien de la hermosura de su cuerpo esbelto, donde quedaban dibujadas todas sus formas femeninas, tan bien distribuidas que daban deseos al menos goloso de los hombres. Unos pantalones embusteros bastantes mentirosos, el periodista empírico se detuvieron a conversar por largo tiempo y de ahí salió de urgencia la primera cita de amor para un motel.
De la primera conversación entre marga Océano de los Planetas y el periodista empírico, como éste logró conocer lo fundamental de su vida, y se inició una relación amorosa, que los dos cultivaron cada día más y más.
Marga Océano de los Planetas era una mujer de experiencia, joven y buena hembra, tenía todas las características físicas, que a los hombres les gustan. Era sensual y femenina con un cuerpo hermoso, vestía provocativamente y siempre estaba disponible, dispuesta a complacer a su hombre. Era provocadora y le importaba poco, pasar un día entero en la cama, en función uno detrás del otro, como complicándose y complaciendo futuros deseos o pasados deseos. Lo cierto es que cualquier hombre, quisiera tener una mujer así. Su mirada era sensual y coqueta, tenía toda feminidad que a cualquier hombre lo derrite y amema.
Marga Océano de los Planetas siempre estaba alegre y contagiaba con su alegría, a todo el que tuviera a su alrededor. El periodista empírico era débil por esa mujer, como ella por él. Vivían asfixiados por el hábito de sexo a las tres caídas, que desarrollaron cuando vivían de un motel a otro, a donde iban de pasadía.
Con Marga Océano de los Planetas fue que el periodista empírico, creó el código indirecto, para en presencia de cualquiera citarse, y nadie saber lo que ellos se estaban diciendo, pues el mensaje se pronunciaba suelto y en cualquier contexto, porque se podía estar hablando de cualquier tema, y el comunicador decía:
– Mañana a las nueve me tomaré una presidente.
Al oír esa oración ya Marga Océano de los Planetas sabía, que se iban a juntar a las nueve de la mañana en el Hotel Presidente.
Solo al periodista empírico se le podía ocurrir, decirle a Marga Océano de los Planetas delante de quien fuera: En este país hay solo una estación al año. Mañana me voy a dar un sol de verano a las ocho.
Y a las ocho Marga Océano de los Planetas estaba en el Hotel "Sol de Verano". Así ocurrió una noche mientras el periodista empírico, Marga Océano de los Planetas y su esposo estaban en un Bar de El Memiso, llamado "Gabi Bar", era una noche de esas donde todo el mundo andaba de fiesta, y el establecimiento estaba repleto. Marga Océano de los Planetas invitó al periodista empírico a bailar un merengazo que sonó en el salón y como ellos no se quedaron cerca de la mesa, sino que se fueron para el centro de la pista de baile, donde el esposo de Marga Océano de los Planetas no los veía. El hombre que era de pequeño tamaño, se subió a una silla como un vigilante, para ver como su esposa estaba bailando con el amigo. El periodista empírico vio que lo estaban asechando, pero no pudo despegarse ni resistirse a los besos que Marga Océano de los Planetas le iba dando en su cara, mientras lo lamía desesperada, queriendo hacer esa noche, sin poder, lo que harían al día siguiente en el Hotel "Sol de Verano".
Resulta que después que Marga Océano de los Planetas y Papasón terminaron de bailar, cuando llegaron a la mesa, el esposo de la joven quiso marcharse, quizás porque quería de su esposa, lo que ya el amigo tenía contratado para el día siguiente el Hotel Sol de Verano. Pero como el periodista empírico ya no tenía motivos para quedarse en el Gabi, cuando los esposos se marchaban para disimular decidió quedarse un rato más, pero luego pensó irse a otro lugar de diversión, que estaba cerca de la casa donde vivían Marga Océano de los Planetas y su esposo, pero como el negocio estaba cerrado, mientras se dirigía a su casa, encontró a Marga Océano de los Planetas y su esposo discutiendo ácidamente.
El periodista empírico tuvo que mediar en la discusión para que Marga Océano de los Planetas no se fuera a esa hora de la casa, mientras le decía:
– Tú no vas hacer conmigo lo que te de la gana, vete para la sabana a buscar pecho blanco.
Cuando el comunicador escuchó esa expresión, se quedó atónito, pero logró que los ánimos se calmaran, aunque al final escuchó a Marga Océano de los Planetas, que le dijo al esposo imperativamente:
– Pues ya usted sabe que yo no deseo ser molestada, usted va a dormir en el mueble de la sala.
Al otro día entre ayes de placer, Marga Océano de los Planetas le dijo al periodista empírico, allá en el hotel "Sol de Verano".
– El problema fue que él quería comer primero que tú.
Los días posteriores llevaron a Papazón de El Memiso, a estudiar a la ciudad de la zona colonial, después de vencer grandes dificultades, pero previamente muchos años antes, para el joven poder inscribirse en el liceo que lleva el nombre del padre de la patria de la segunda antilla mayor, tuvo que comprometerse a llevar una silla de su casa al centro de estudio donde esperaba crecer interiormente, para reivindicarse, reivindicar a su familia y reivindicar a la comunidad de El Memiso.
Fue necesario viajar dos madrugadas de El Memiso para la ciudad de la zona Colonial para poder lograr las inscripciones y así hablaban de progreso. El tutor del periodista empírico era un tío de él y de su hermano Juan, quien andaba en los mismos de querer estudiar y para lo cual contrataron para que los llevara en la madrugada a esa diligencia, a un chofer más conocido como la bella, que por su nombre Julio Jerez, y justo a las cuatro de la madrugada se iniciaba el viaje rumbo a la búsqueda de la superación, pues en El Memiso no habían centros de estudios de esos grados.
Gracias a las diligencias de Juancito Mieses, quien era el tutor, en el segundo viaje su hermano Juan y el periodista empírico, pudieron ingresar a los estudios secundarios. Por esos días estaba en su apogeo en El Memiso, el Club cultural recreativo y deportivo San Antonio, lugar de la época de esplendor de la comunidad, donde se realizaban las fiestas privadas, para los jóvenes que eran miembros, y así como algunos invitados.
El periodista empírico rió cuando el profesor Rosario Concepción le recordó que una noche por un pugilato entre Raulito González y él, amaneció en el club, y Raulito en el parque frente al local, con el propósito de saber la hora exacta, en que el periodista empírico cerraría el edificio, en violación a lo que reglamentaban los estatutos, que establecían cerrar a las diez de la noche.
Como por las contradicciones tenía que haber una sanción para uno de los dos. Raulito pidió a la directiva que dada la violación por parte del comunicador, este debía ser expulsado, lo cual fue rechazado y el periodista empírico solicitó al jurado, que en razón de que él no violó ningún acápite del reglamento, porque cuando eran las diez cerró las puertas, y se quedó dentro del local leyendo los periódicos, y para evitar ser agredido por el joven.
Argumentó que por el buen nombre del Club, Raulito debía ser sancionado por haber escandalizado el buen nombre del Club, parándose en el parque a vocear cosas como un loco. Cuando cada quien presentó su defensa, presentó sus conclusiones por escrito, y dentro de los próximos diez días, el jurado determinó amonestar a Raulito en público, y sancionarlo prohibiéndole todos sus derechos por un mes.
El periodista empírico fue descargado de toda violación. Cuando pasaron los diez días que Raulito tenía para apelar la decisión del jurado. Al adquirir el caso, la irrevocabilidad de la cosa juzgada se puso que largaba chispas.
El periodista empírico dijo al solicitar un turno en una reunión de los miembros del Club Cultural San Antonio, que es bueno que los que tienen la razón, les ganen a los menos afortunados en los debates , y concluyó su intervención, pero al cerrarse ese caso se marchó a buscar a Marga Océano de los Planetas , pues su relaciones con el periodista empírico, iban en franco crecimiento ,debido a que cuando ambos querían estar juntos, ya no se conformaban con esperar el próximo día para pasarlo juntos en un motel de la ciudad de la zona Colonial, sino que se establecían en cualquier patio, o se iban al motel "Rancho de Papazón", propiedad de un señor llamado Manuelico y Como ya ni Marga Océano de los Planetas ni el periodista empírico disimulaban su relación, un vecino del joven lo llamó para decirle, que si algún día él estaba con una mujer ajena, si iba a tener tres secciones, cuando pasara la primera, que mirara por debajo de la cama para que viera un ataúd negro, que siempre se ve cuando hay esas cosas.
Papasón se asustó, pero aunque miró muchas veces, nunca vio nada, por lo que siguió bregando con Marga Océano de los Planetas sin ningún temor, aunque había peligro.
Como en la vida pueden pasar tantas cosas simultáneamente, mientras la vida seguía su agitado curso, el Coronel Pérez N no se conformaba y maquinaba en busca de una oportunidad para actuar en contra del periodista empírico, que ya todo el mundo sabía que no era ningún Miguel Ángel Valdez, por lo que en una ocasión el coronel mandó a una patrulla a play, que estaba cerca de la fortaleza para que le dieran una paliza al periodista empírico, quien jugaba pelota en ese lugar, pero había una confusión, la cual fue descubierta por un agente que observó , que la persona era un hermano, más alto y más fuerte. Al periodista empírico nunca le gustaron los deportes pues no le veía ningún mérito, al hecho de que un hombre le diera un garrotazo a una pelota, o que la aparara. Así se salvó Juan de ser apaleado, en representación del periodista empírico.
Pero debido a que el Coronel Pérez N no pegaba una, ante el último fracaso, debía estar empeñado en preparar otra estrategia, para hacerle daño al periodista empírico, solo porque ejercía su derecho y el de los ciudadanos , consciente de que el rol fundamental de un periodista verdadero, es ser representante de la sociedad civil, y cuando esos objetivos no se cumplen, el comunicador está en función de relacionista público , de propagandista o de publicista, pero nunca de periodista .Este profesional es un político en potencia ,maliciosamente disfrazado. Así pensó en voz alta el periodista empírico.
Luego cuando el periodista empírico le tocó viajar todos los días de El Memiso a la ciudad de la zona Colonial, tanto él como el grupo heroico, que se aventuró sin dinero para cubrir los gastos de sus estudios, demostraron que era una generación que sabía lo que quería. De ahí que al amanecer, cuando la belleza del sol anunciaba con su luz la llegada del día, era una oportunidad para salir rumbo al centro de estudios, y al llegar, pensar inmediatamente en la fórmula de cómo regresar a Casa, con hambre y sin dinero para pagar el transporte. Esa era la realidad de todos los jóvenes y la verdad es que el grupo era reducido, solo estaban Manuel A. Prensa, Ramón Antonio Quiñones, Rolando González, Darío Herrera, Orlando Mella, Lourdes González, Isabel González, Juan de la Cruz y su hermano, Editrudis Beltrán y Salvador Beltrán y luego se sumaron algunos más.
En el grupo de los estudiantes estaba además Oscar González quien se destacó por la forma en que lograba naranjas para su desayuno. Resultaba que cuando el joven regresaba del liceo para su casa, cruzaba por un mercado y al llegar cerca de las pilas de naranjas, discretamente la pateaba para recoger las que lograba alejar, y al otro día hacer un jugo, para realizar el viaje hacia el liceo, sin luego saber como regresar.
Darío Herrera era otro estudiante que creó sus estrategias para subsistir. De éste joven se creía que iba a ser actor, porque la estrategia que usaba era puro teatro. El se recostaba de un poste de luz del trayecto, por donde circulaban los vehículos para El Memiso, y transmitía tanta tristeza, que cualquier pasajero decía sube a ese joven, que yo le pagaré el pasaje, o un conductor se dolía y le daba una bola.
En cambio los trucos de Papasón para lograr bolas eran variados, pues los usaba según las circunstancias y uno era entablar una conversación y cuando ya se iba a quedar la ponía interesante, como terminan las telenovelas, con eso el periodista empírico lograba que al otro día, el chofer fuera a su casa a buscarlo, para que le terminara la historia. Ese truco lo usaba diario.
Entre los viajeros que pasaban crujías también había hembras, que iban a estudiar a ciudad de la Zona Colonial, como era el caso de Petra Jovanny, que algunos compañeros decían, que pasaba la semana de clases comiendo de una misma menta.
Además estaba también Bartola Tolina, quien en el momento que le tocó estudiar la situación económica de su familia empeoró, y tuvo que emplearse a rifar, para agenciarse algún dinero, no obstante a las persecuciones de la policía de El Memiso.
De esos días cuando un grupo de la juventud de El Memiso, decidió vulnerar los límites geográficos, para salir a buscar futuro por medio de los estudios. Hubo algunos estudiantes que fueron a parar a monte planta y a Monte Cristi, como a mucho otros lugares más acorde con la civilización modernas.
El Memiso siguió siendo un pueblo, donde sus habitantes por lo que más se preocupaban era por aprender a bailar bien y tener muchos hijos, pasar todos los días bailando y jugando cualquier cosa.
Los ciudadanos de El Memiso recordaban como en una oportunidad Ángel y Ramón Antonio, regresaron de la ciudad de la Zona Colonial al Memiso a pies, porque no tenían ni un centavo y no encontraban bola. Desde ese día cuando Ramón Antonio estaba en aprieto, decía que no volvería de nuevo al liceo, pero desde que comía algo, se ponía a estudiar, olvidaba todo, y de nuevo al otro día a luchar.
De todos modos se puede decir, que así se formaron los primeras bachilleres, y luego los primeros profesionales, que llevaron a El Memiso la luz del conocimiento, que hizo emerger a paso lento la comunidad. Para los días en que se inició la revolución del pensamiento juvenil de El Memiso, vivían en esa comunidad algunos ciudadanos de bien, que llegaron al lugar y contribuyeron con su escaso desarrollo, tal es el caso de Alejandro Castillo, que le decían el Rubio, el cual era procedente de la tierra del libertador de la primera de las Antillas Mayores, y su esposa doña Bayiya oriunda del Sur lejano. En un principio el rubio era quinielero y después construyó el principal lugar de diversión de El Memiso, donde solo se admitían personas distinguidas. Con el paso del tiempo el requisito dejó al negocio sin clientes.
Otro inmigrante de los que llegaron hacia El Memiso fue Raúl González, encargado por Salud Pública de prestar atención medica a la comunidad, donde era significativamente útil y apreciado, tanto él como su esposa Isabel Alarcón. Otra familia la constituía don Justo González quien llegó a El Memiso como guarda bosque y se estableció en El Memiso con su esposa doña Ismenia Pouverit, quien se dedicó a los negocios. La doña se destacó como una mujer trabajadora sin igual.
Papayé fue otra de las personas que configuraron con su trabajo a El Memiso, este señor de mediana estatura, era un mecánico incansable que enseñó su oficio hasta a las hijas, fue Papayé quien construyó los vapores que hacían el transporte por rio de la ciudad de El Memiso a la ciudad de la zona colonial.
Otras de las personalidades precursoras de la civilización de El Memiso, fue don José Correa y doña Momola o Aurelia Brand. El señor correa estuvo dedicado a múltiples ocupaciones ponía inyecciones y hacia cualquier útil de madera.
Don David Ortega fue otra de las personalidades que en El Memiso aportaron a su escaso desarrollo. David era un odontólogo empírico, que con acierto resolvía los problemas de sus pacientes.
El Memiso era una hermosa comunidad casi de familia, situada al norte de la ciudad de la Zona Colonial, donde sus residentes se caracterizaban por su afabilidad y honradez, no obstante a la falta de luces para prosperar en todo sentido. En esa comunidad el cielo es tan hermoso que en las noches carga millones de estrellas, como en los días llenos de sol y calor. Se convierte en poesías de ternuras.
Otro de los inmigrantes que llegó a Memiso y constituyó familia para quedarse fue don Juan Nazario, llamado en su lugar de origen por Talé. El llegó y aunque estaba bien artillado de variedades del sexo opuesto, un día conoció a la joven Basilia que iba con una sartén a vender dulces, para el Batey principal de los cañaverales de Chapita, se enamoró de ella y tiempo después se casaron, tuvieron quince hijos, pero sólo conservaron menos cuatro. Decía Guelo Rodríguez que el matrimonio más fecundo que se efectuó por esos años, fue el de Sila o Basilia y Juan Nazario, un joven apuesto, siempre bien vestido con pantalones de Casimir Ingles, y finas camisas con su sombrero de Panamá, y sus zapatos de doble tono. Juan Nazario era un joven alegre y de gran sentido del humor, trabajador impenitente y padre consagrado a su familia.
Después de algún tiempo sin que nadie conociera al nuevo corresponsal Miguel Ángel Valdez, el Coronel Pérez N decidió reactivar las asechanzas en contra del periodista empírico, y reinició las hostilidades, volviendo a la primera estrategia de ponerle un policía disfrazado de amigo, para tratar de conocer todos los movimientos del periodista empírico.
Cuando el periodista empírico habló con el nuevo agente, pudo notar que se trataba de un policía mucho más culto, porque cuando el comunicador le tiró el primer misil al decirle:
Usted pertenece a la institución menos confiable y más desacreditada que hay en El Memiso.
La reacción que tuvo el policía fue reírse primero y luego contestó.
Como todas licenciado
Entonces Papasón le ripostó:
Mire amigo, si bien es cierto que las instituciones en sentido general son una gran vergüenza para el que tiene, el departamento que tiene la policía de tránsito, el cual no cumple ni mínimamente con las responsabilidades que les corresponden , pues Lo primero es que son una asociación de brutos, violentos e indecentes, resentidos sociales.
Egoístas y tan abusadores como embusteros. La policía de tránsito de El Memiso más que para organizar y dirigir el tránsito, es un organismo recaudador del Estado, donde sus agentes están obligados a poner, una determinada cantidad de multas o contravenciones diarias, y si no encuentran violadores reales, escogen al azar a cualquiera y lo acusan de cruzar la calle con la luz roja, porque tienen que cumplir con una cantidad prevista de contravenciones, por lo cual mienten y atropellan. Seleccionan sus víctimas entre las personas más inofensivas, con capacidad económica según el tipo de vehículo en que ande, y los violadores reales de las leyes de tránsito parecen contar con su anuencia.
El periodista empírico se detuvo entonces a pensar que:
Mientras los que gobiernan a la república de Lontana, se vengan y se burlan de los que no son del partido en el poder, diciéndole que su país está de maravilla, como si el que padece estuviera en la luna, no obstante, en El Memiso los desempleados se alimentan con bostezos, como el mejor manjar rico en nutrientes de exquisitas calorías. Después de un pensamiento profundo el periodista empírico hizo un inventario histórico y determinó que la clase política que ha gobernado la república de Lontana le ha hecho más daño que bien al país, y tras contemplar la distancia ,pudo calcular que solo al subvalorar al doble y más todas las obras que realizan desde cualquier estamento de poder con ése modelo de realización amplían la pobreza de pueblo, la que se refleja en todos los males de la sociedad como asaltos, inseguridad total ,crímenes, sicariato, droga ,y violencia en todas sus manifestaciones.
Se hizo un silencio y el agente se marchó sin decir nada, con alguna nostalgia inocultable. Cuando terminó el diálogo del periodista empírico con el agente encubierto, enviado por el Coronel Pérez N para que se hiciera su amigo y pudiera espiarlo. La tarde estaba divinamente preciosa. Intentó llover y un arcoíris disipó el intento, para quedarse adornando el esplendor de un hermoso atardecer, donde un bello panorama dejaba ver la mano llena de la belleza del creador de la naturaleza.
El periodista empírico se detuvo a pensar como el arcoíris pone de relieve científicamente el pacto de Dios con Noé, en el cual Dios se compromete a no terminar el mundo otra vez con agua, de ahí que puede estar lloviendo a nivel de diluvio, y si asoma un arcoíris, termina de llover, así explica el libro de las buenas nuevas.
La tarde se fue durmiendo paulatinamente, y de repente la noche con un crespón de luto lo cubría todo. En el cielo las estrellas y demás luminarias resplandecían. Una estrella fugaz cruzó el cielo y todo se llenó de luz y de belleza. El periodista empírico se detuvo a pensar en la profundidad de sus recuerdos, y de su mente emergió el nombre de Agustín Figueroa, a quien todos llamaban con el seudónimo de "Padre de Familia". Agustín Figueroa siendo una persona sencilla, fue de los preservadores hasta la evolución actual de El Memiso.
Es posible que sin Agustín Figueroa proponérselo, fuera el que le creó la vocación al periodista empírico, cuando llegaba todos los días temprano al negocio de la familia, y le pedía al joven que le pusiera en la radio, un noticiario llamado "Noti Tiempo", o al noticiario denominado " Radio Mil Informando". Agustín Figueroa era el vecino más cercano que tenía Anita Adón, cuando ella escogió a Nazario y su esposa Basilia, que era su sobrina, para que construyeran la casa donde ella vivía, y que le dieran la mitad para ella vivirla en sus últimos días, pues ya estaba vieja y sin esposo ni hijos y luego cuando ella muriera que la enterraran y tomaran la parte de la casa, que ella ocupó y así se hizo.
Otras de las familias que vivían en El Memiso cuando este no pasaba de ser un asentamiento humano, saturado de precariedades, era la de Yomito Doñé y su esposa doña Mamita. Yomito tenía una estancia en las afueras de El Memiso, la cual regaló por asunto de Fe, pero como en esa época las calles de la comunidad no estaban asfaltadas, no había acueducto, ni había vías de comunicaciones con otros lugares, que no fuera por el río Dajao. Todo era polvo. Polvo, polvo por las noches, polvo en las mañanas, polvo por las tardes, y polvo a toda hora.
El Memiso era una isla sin estar rodeado de agua por ninguna partes, donde sobraba la escasez de todo, menos de la ignorancia. Contemplando el pasado en la distancia , Papasón pensó que cuando Marga se pasó de lista, perdió sin querer lo que planificó preservar para siempre , por pretender que fuera su amante quien desplazara de sus derechos al marido Mamito, quien sin poder con una, andaba buscando otra mujer, con lo que le dio derecho a la que tenía, para que ligara otro, con el agravante de que ella se asfixió del nuevo, y ya no quería al Mamito, mientras que él cuando se sintió despreciado, se reenamoró sin tiempo para reconquistar lo perdido y por donde pasaba no quedaban piedras sin ser arrojadas .
Pero en otro orden. La preocupación del Coronel Pérez N se ponía de manifiesto, en lo temprano que llegaba en su Jipeta del año, a cumplir con el deber de comandante de la fortaleza, y los subalternos más inteligentes se paraban como una vela de cirio, haciéndole el saludo y pensando que cómo era que el comandante siendo un hombre honrado, ganando no más de veinte mil Lonto cuyo valor estaba a la par con el euro , podía tener un vehículo tan caro, y vivir en un sector exclusivo de la ciudad de la Zona Colonial, de la República de Lontana.
Por la sonrisa con que Esterbina de las Maravillas Fascinantes inicia la mañana del día de mayor ternura, ella comenzó el recorrido hacia la sorpresa inesperada de aquella espera, que desespera.
El día que el periodista empírico vio por primera vez al Coronel Pérez N , en su Jipeta y supo que vivía en el exclusivo sector "Faraón", comprendió de inmediato porqué al Coronel no le gustaban los periodistas. No había ninguna duda, el axioma estaba claro, al que no le gusta la prensa es porque sus acciones carecen de transparencia, y no tiene como demostrar sus riquezas, como los políticos de la república de Lontana.
El periodista empírico se detuvo a rememorar en su mente, los tiempos gloriosos de El Memiso, y afloró a sus recuerdos el profesor Cosme Manuel Jiménez, como el principal de los pioneros, que se dispusieron a la hermosa, tarea de construir un liceo para estudios secundarios. El gestor de la idea para la creación del centro de estudios fue Orlando Mella, un joven que había terminado ese grado en la ciudad de la Zona Colonial, pero poco tiempo después tuvo que darle paso hacia la dirección, al profesor Cosme Manuel Jiménez quien era un maestro de mucha experiencia, procedente de la novia del atlántico, que se había establecido en El Memiso, donde realizó importantes aportes a la comunidad.
En la ciudad de El Memiso Agustín Herrera, era otra de las figuras que orientaban a los jóvenes, que luego sirvieron de soporte, para el escaso avance que había tenido la comunidad, donde hasta la tierra en que está, esta es usurpada por unos dueños, que usaron una hábil estratagema política poco ética, para apoderarse de lo ajeno, sabiendo que la historia no los absorberá.
Recuerdo que cuando se inició la revuelta constitucionalista de abril, o los enfrentamientos cívico militar, por la reposición del primer gobierno constitucional que se dio el pueblo, en la República de Lontana, todavía el Coronel Pérez N no era el comandante de la Fortaleza. De ahí que podemos poner de relieve, que el personaje de mayor trascendencia que tuvo la guerra de abril en El Memiso, fue Juan Bautista Brazoban, un hijo de doña Isabel Hernández, que cuando el Coronel de abril prestaba servicio como capitán en la fortaleza de El Triunfo, lo asumió de pupilo, y cuando se marchó del lugar, se llevó al niño con él.
En El Memiso se recuerda que cuando se inició la gesta constitucionalista el periodista empírico, era todavía un niño, pero entusiasmado por Juan Bautista Brazobán, sobre lo hermoso que era luchar por la dignidad nacional, estuvo a punto de irse a pelear, o a ponerse de sambá.
Juan Bautista Brasobán era primo hermano del periodista empírico, de ahí que la conversación entre ellos, se produjo discretamente en una ocasión en la que el joven estuvo donde su madre en El Memiso, y le dijo al periodista empírico:
En la ciudad de la Zona Colonial yo tengo todo tipo de armas. Tengo ametralladoras, revolver, pistolas y granadas. Es decir que ya tú sabes, desde que llegues allá yo te consigo de todo eso. Papasón se fascinó, pero no se precipitó, sabía que era un niño con las limitaciones propias de no haberse criado en la ciudad. En El Memiso se escuchaban los tiros de los cruentos enfrentamientos que se realizaban en la ciudad de la Zona Colonial, entre enemigos del pueblo y defensores de éste, pero la gran confusión reinante entre los grupos antagónicos, aumentaba las beligerancias de los bandos enfrentados.
Se recuerda que en una oportunidad, rumbo al lugar del conflicto, pasarían por El Memiso cinco tanques de guerra, procedentes de una base aérea cercana, y alguien se adelantó en llegar a El Memiso con la noticia de que iban tanques, para ametrallar la fortaleza del lugar, y como la misma quedaba prácticamente dentro de la población civil, la gente se metió en miedo, y cuando los tanques llegaron al lugar, rumbo a la ciudad de la Zona Colonial, la comunidad estaba como una ciudad fantasma, con la excepción de Juan de la Cruz, quien cuando su esposa Sila le pidió que se prepara , porque como todos los del pueblo ,se irían para La Culata y él le contestó:
Yo no voy a dejar mi casa sola. Vete tú con los muchachos para donde Agustín y Andrea.
Al salir de El Memiso yendo por el camino frente a la finca de Julio Hernández, iba toda la comunidad. Una ciudad entera autoevacuada por un rumor. Iban hacia los montes en vehículos, en motores, en bicicletas, en carros y a pies. Huyéndole a la verdad, porque ésta en muchos casos es muy mala de ver. Algunos duraron dos y tres días entre los cañaverales y montes de La Culata y San Joaquín, y otros más afortunados fueron acogidos por familiares que vivían en campos cercanos.
Serían las dos de la tarde de aquel infausto día, cuando se efectuó aquella gran huida. En una camioneta, Víctor Doñé iba velozmente con su familia, rumbo a una finca que tenían en las proximidades de San Joaquín .Víctor miraba nerviosamente a todos los que se desplazaban, en procura de proteger su vida de un rumor, que la gente creía que era la confirmación, de lo que decían los locutores de la emisora de los constitucionalistas, ya que estos pasaban todo el tiempo diciendo que La Victoria era de ellos .El silencio de acero en La Culata lo llenaba todo, el cual solo era interrumpido por el tableteo de las ametralladoras, de los grupos enfrentados allá en la ciudad de la zona colonial, donde todas las calles se sembraron de violencia irracional.
Al llegar a la estancia de Agustín y Andrea, lo primero que se veía era la casa de Juan Bautista y Tomasita, y después a una distancia igual, a la que había de la entrada a la casa de Juan Bautista afloraba la casa del cacique Agustín y su esposa doña Andrea, ambas en la parte más alta de la finca como dos castillos antiguos se veían las casas de Agustín y Andrea fue construida para una familia extensa, o quizás que ampliada conforme a las circunstancias. El frente estaba a la salida del sol y en la parte de atrás como un acueducto por falta de éste, había dos tanques dispuestos con dos caños, para recoger el agua que cayera sobre la amplitud de toda la casa. Desde el lugar se podía observar las noches más bellas del planeta, el cielo normalmente se sobresaturaba de millones de estrellas, que llenaban de esplendor el espacio, y de ternura el alma de quienes tenían el privilegio de disfrutar esa poesía de la naturaleza .Así era La Culata.
Cuando el periodista empírico quiso dejar de recordar todo aquel pasado, una profunda fuerza creadora lo obligó a decir que cuarenta y dos años, y dos meses después, luego de estar aquella madrugada, frente a la anatomía vacía de su padre Juan de la Cruz:
El periodista empírico meditó que : Cuando se duerme la tarde en mis ensueños, la agonía de un mural de sol anaranjado, como al despertar la mañana en tus ojos, enciende mis recuerdos del lar, y un silencio imponente de vacío, más allá de la sombra dormida, inunda la ausencia de los que amamos, ausencia llena de vacío existencial, porque donde vivieron mis abuelos, a esta hora y a cada instante, después de ellos circular a otra dimensión, la soledad vaga en el lugar, soledades que llenan de vacío el universo sin Andrea, y su ternura de amor sin Agustín. y su cariño de dulzura, como sin candelaria y Juancito, como sin Danilo y los astros de Candón, y Nazario hacia la furnia galopando, se fueron cabalgando en el tiempo, rumbo al espacio infinito.
Creando soledades posteriores que no se llenan con recuerdos, aunque los que ya pasaron continúan latiendo en nosotros, viven en nuestros recuerdos, y en nuestros sueños de pasado eterno.
En el instante que el periodista empírico iba a marcharse, se detuvo frente al cadáver de su padre Juan de la Cruz, dormido sin él ni nadie sospecharlo, y recordó cuando su abuela Andrea, contestando una inquietud de su nieto, muchos años después ,periodista empírico le dijo:
¡Ahí! Mi hijo y tú disque quiere ir para la universidad a estudiar. ¿Y cómo?, si nosotros somos tan pobres, que con fuerza sería eso. El periodista empírico se quedó callado mirando a su abuela, mientras pensaba:
Quizás tú no lo veas abuela, pero lo veremos. Yo nací para triunfar, no necesariamente para ser rico, porque quiero ser honesto, pero me desarrollaré, y venceré la pobreza de mi familia y lucharé para que en mi país no hayan tantos pobres, mientras un grupito de egoístas, concentra todas las riquezas materiales, que los hace miserables.
Como si la abuela Andrea estuviera en el lugar, mientras el periodista empírico pensaba o recordaba todas esas cosas de su pasado lejano, sintió decir:
Abuela no solo lo lograré, sino que hice cuatro carreras en esa universidad, y después me convertí en profesor ella. No fue fácil, pero yo estoy seguro que las cosas mientras más difíciles nos resultan para lograrlas, mejor sabor tienen, más la valoramos y mucho más las disfrutamos.
Le pasó la mano por la cara al cadáver de Nazario y caminó hacia otro lugar del Centro Comunal, repleto de los amigos del fenecido, quien murió sin darse cuenta que se estaba muriendo, cuando murió.
Algunos días después, cuando las personas que monteaban huyéndole a la guerra, supieron que le huyeron a un rumor, regresaron a sus hogares, y algunos tuvieron que resistir las burlas, de los que prefirieron esconderse en su casa, o se quedaron atendiendo su negocio, como fue el caso de Juan de la Cruz.
Al momento que se iniciaron las confrontaciones entre los dos bandos en que se dividió el país, a causa de la desposesión del gobierno del primer cuentista profesional, que alcanzó la presidencia de la República de Lontana, todavía en el país no se había descubierto el respeto a la legítima voluntad de los electores, ni se conocía la convivencia civilizada entre las personas. Sólo existía la ley del garrote, la ignorancia y los niveles más alarmantes de brutalidad y atraso.
La noche impuesta durante treinta y un años por el benefactor, gravitaba significativamente en lo que debía ser, el pensamiento en tinieblas de los habitantes de Lontana.
El periodista empírico tuvo un éxtasis durante el que vio como en república Lontana, el voto era una mercancía que se compraba y se vendía, pero el periodista aquel no entendía porque en la ciudad de El Memiso, solo había un ventorrillo de compraventa de votos, no obstante a que la cantidad de habitantes requería por lo menos diez establecimientos, para que cuando hubieran elecciones los votos pudieran fluir a la venta sin traumas, como hace el líder del este para ligar a la Liga aquella.
En el mismo éxtasis el hombre vio que los ventorrillos de ventas de votos, para elecciones presidenciales, congresionales y municipales debían ampliarse también hacia elecciones judiciales, aunque los líderes de los partidos tengan que comprar más votos a los electores, porque el liderato moderno en la república Lontana, es el que tiene mayor capacidad de compra.
El periodista empírico se detuvo a pensar en el éxtasis y recordó que como al líder máximo de la república Lontana sabe que a las personas no le interesa votar, el debe comprarle a buen precio el voto, cono durante un proceso electoral durante el cual el presidente compró tanto votos que después no tenia para honrar las deudas del estado. Adalgisa Estela de los Luceros pasó de prisa, y al escuchar lo que pensaba el periodistas empírico, se rio en español a carcajada.
El progreso huía de Lontana más rápido que la velocidad del sonido o que la velocidad de la luz. y El Memiso seguía siendo el único pueblo del mundo, donde la extracción de la arena de los ríos, con la deforestación de sus cuencas, extinguía la existencia humana, en busca de progreso, ante la indiferencia cómplice de las autoridades, que debían ser competentes.
Tiempos después de reiniciarse las asechanzas, el periodista empírico se inició en la labor docente, independientemente de que no era su intención. Muchos años después de su ingreso a la carrera de la enseñanza pública, el periodista empírico sospechó que todas las facilidades que recibió, para iniciarse como para destacarse, se debió a una hábil estrategia política de algunos funcionarios del sector , para neutralizar a un enemigo y ganar a un maestro para el sistema educativo.
Al principio el periodista empírico asumió las funciones docentes, como una sustitución de las funciones clubisticas que desarrollaba, cuando la gran ramera de El Memiso, planificó y logró extinguir al Club Cultural, Recreativo y Deportivo San Antonio con lo que logró descarriar a la juventud hacia la corrupción.
El periodista empírico se convirtió entonces, en vez de líder clubista por amor al arte, en docente comunitario remunerado, donde en vez de charlas culturales, impartía docencia para liberar a los sujetos de la ignorancia y sacarlos de las tinieblas. El periodista empírico dejó de ser promotor cultural, para ser un docente comunitario y luchar por una educación, para la liberación del sujeto, no para la alineación.
El periodista empírico emergió como maestro comunitario, y el mismo año que fue asignado, le ascendieron a director de la Escuela, y convirtió el Plantel en un centro de Educación comunitario, al servicio de los sectores rezagados por la escuela tradicional. El maestro comunitario fundó escuelas en la cárcel, en los bateyes, en los campos y en todos los lugares, donde la ignorancia no lograba combatir a la pobreza.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |