Capítulo I
La noche que los asesinos decidieron apagar al periodista empírico, ya habían estudiado todos los pormenores de cómo iban a realizar el evento, con las operaciones de la manera más perfecta posible, según es norma científica de los sicarios gubernamentales de profesión.
De ahí que cuando al joven comunicador le dieron la voz de alarma eran las siete de la noche de aquel momento memorable, por lo que don San Juan sacó de la ciudad de El Memiso al periodista, que sería ejecutado dentro del proceso político que vivía la República de Lontana, durante los años inmediatamente posteriores al ajusticiamiento del perínclito varón, para consolidar el sistema neobenefactor.
Aquella noche estaba llena de poesía que se refractaba en un cielo de fondo azul, adornado por millones de estrellas, y el sol de la noche alumbraba como el del día. Una estrella fugaz se desplazaba cada sesenta y un segundos, pero el cielo seguía sobresaturado de esplendor y la ternura que solo emerge de la poesía pura y perfecta.
Papason era un corresponsal joven, conocido por todos en la ciudad El Memiso como el periodista empírico, el cual era tan temerario, que no le temía ni al dios de las tinieblas, por eso la noche que los encargados de dirigir los crímenes de Estado de la época, cuando Juan el Bautista, su tío materno, fue al parque central de El Memiso a buscarlo, para esconderlo, se negó rotundamente hasta que su padre Nazario, le explicó la seriedad del plan en su contra, y como se había sabido de boca de un ex-miembro de la institución, a quien los matones creyéndole activo, le preguntaron por el periodista y le explicaron que tenían orden de apagarlo en el banco del parque, desde donde él le hacía esquina a su novia Rosa Argentina, antes de ir a visitarla.
Esa noche del primer mes del año tenía que ser la culminación de las asechanzas, que se habían desatado en contra del corresponsal Papasón, después que publicó una noticia que tituló: Presidente miente a moradores de la ciudad de El Memiso, tras prometer la construcción de una escuela, pues las clases se impartían en un bar de nombre "Casino Los Tanos" propiedad del señor Alejandro Castillo, alias" El Rubio"
Cuando el joven periodista comprendió la gravedad de su situación, dejó el limpio en el lugar y se encaminó velozmente, para su casa donde encontró a la familia analizando, como era que lo iban a sacar del lugar sin que nadie lo viera ni sospecharan, hacia donde irían esa noche de luna, con un cielo estrellado, lleno de toda la belleza, que el creador puso a la naturaleza, para mostrar su grandeza.
Después de la publicación de la noticia aquella, a Papasón lo perseguían en busca de una oportunidad para desaparecerlo, como era la moda en esos días de terror y crimen, debido a que como los que gobernaban tenían tanto que ocultar los periodistas eran un peligro para ellos por su falta de honestidad y transparencia como siempre.
Parece que los organismos del Estado, prepararon un plan que iba de la intimidación al crimen, por eso desde que se inició la asechanza, todas las noches después de las doce, se escuchaban personas en el patio diciendo en voz audible: – Yo sólo quiero darle un solo tiro en la cabeza, para que él escriba su noticia. Entonces reían a carcajada intimidatoria.
Como el período de las asechanzas consistía en observar todos los movimientos que Papasón daba, desde las cartas que recibía, hasta cada una de las personas con quien conservaba o tenía alguna relación, pero cuando el joven periodista tuvo conciencia, de que los organismos policiales y castrenses de represión política, al servicio del sistema neobenefactor le daban seguimiento, creó la estrategia de doctrinar con teorías subversivas, a los jóvenes policías que la institución orientaba, para que se hicieran amigos de Papasón, lo visitaran en su casa y hablaran con él para sacarle las informaciones de sus supuestas actividades subversivas.
La táctica que utilizaba el periodista empírico consistía en decirles a los agentes todas las debilidades de la institución que los usaba. En una oportunidad había un policía que le ponía muchos temas al periodista, pero éste le contestaba criticando indirectamente a la policía hasta que hubo un momento cuando Papasón le dijo al agente:
– Escúchame un instante: Tú sabes que de los primeros que la policía abusa es de ustedes, que por un sueldo de hambre, los pone a ganarse el odio del pueblo de donde ustedes proceden, y donde tienen que vivir para que los enemigos que se crean, al usarlos de tontos útiles, para que en la mínima oportunidad los maten, mientras que los que los mandan a ustedes a abusar, y a maltratar a los ciudadanos, como fruto de la corrupción se hacen de grandes fortunas, que los ponen inalcanzables de la justicia, de sus enemigos, y ustedes cuando los votan de la institución de represión política, tienen que quedarse viviendo en los barrios con sus enemigos, para que las encuentren fácil para matarlos, o para hacerle como el pueblo le hizo a los cascos blancos en la fortaleza Ozama, durante las confrontaciones de abril de 1965.
El joven policía se quedó ruborizado y con el gran asombro que lo había paralizado, le preguntó a Papasón:
– Qué le hizo el pueblo a los Cascos Blancos en abril de 1965, y quienes eran los cascos blancos.
Entonces el periodista empírico le dijo burlonamente al agente de la asechanza, que daba vergüenza que la policía no les enseñara a sus miembros historia policial.
Pues déjame decirte que como la policía de la república de Lontana, siempre ha tenido una actuación al margen de la ley, abusando de los ciudadanos correctos, y protegiendo a los delincuentes comunes de Cuello Blanco y a los políticos, lo cual originó que el pueblo le cogiera un odio tan grande, que cuando se inició la confrontación de abril de 1965, los enardecidos gritaron, que el objetivo debía ser ir a la fortaleza Ozama a matar a los cascos blancos, y así fue, mataron una gran cantidad, y los que se salvaron quedaron sepultados en las aguas del Río Ozama, intentando escapar como ratas cobardes, de todos las gentes de quienes habían abusado.
Pocos días después de la conversación entre Papasón y el policía de la asechanza, otro agente menos pariguayo merodeaba al periodista empírico, tratando de engatusarlo mostrándole amistad, para iniciar la asechanza pero como el comunicador se había impuesto la tarea de doctrinar, en contra de su institución a todos los agentes que le enviaran en función de asechanza, para expiar sus movimientos. Tan pronto se entabló la amistad fingida entre los jóvenes, el periodista empírico le dijo a su víctima que la institución a la que él pertenecía, salvo contadas excepciones era una asociación de malhechores, integrada por los peores hombres de la sociedad, porque en la república de Lontana ningún ser humano que se respetara, trabajaba por lo que le pagaban a un agente del orden, para hacer desorden y proteger a los que debían perseguir.
Mientras el agente iba escuchando se le desorbitaban los ojos, y al final parecían dos tortas de casabe, pero cuando Papasón le dijo: pero el colmo lo cometió tu institución, cuando creó una policía de tránsito, que solo trabajaba poniendo multas, las mayorías de las cuales se sustentan en mentiras y abuso de poder, pues funcionan como un organismo recaudador que no le interesa más que aplicar multas. La función más importante que realiza a favor del tránsito, la policía, es contrariar los semáforos cuado están funcionando. El agente salió corriendo y como le explicó todo al coronel que lo enviaba, no volvió jamás a acercarse al periodista, ni el coronel envió más agentes, pues supo que estos, todo lo que Papasón le decía se lo explicaba a sus compañeros, los cuales comenzaron a tener cierta simpatía por esas ideas.
El nuevo método de asechanza se fundamentaba, en provocar al periodista, para justificar cualquier agresión. En cierta oportunidad Papasón estaba en el parque de El Memiso, conversando con unos amigos y de manera inesperada, se acercó al grupo, el sargento que era comandante del destacamento del sector, y le dijo a los tres amigos que dialogaban, que eran las diez de la noche y que el no permitía grupos a esa hora, pero cuando el periodista empírico se puso de pie y le dijo:
– Mire sargento, yo no acepto que ningún hombre me diga a mi a la hora que yo tengo que acostarme, nosotros estamos en un país libre, al que le ha costado mucha sangre para ajusticiar al perínclito y luego, las manaclas, abril y todo lo demás y lo que falta, y como usted debía entender, no estamos ni en guerra ni en estado de sitio, por lo cual es bueno que usted sepa, que nosotros nos iremos de aquí cuando nos de la gana.
La noche calló abruptamente sobre la calva kilométrica del sargento, y este se marchó diciéndole a Papasón:
– Excúseme señor periodista que lo suyo vendrá por otra vía.
Al día siguiente del incidente con el jefe de puesto, el periodista estaba en un sitio de diversión con su primo Candón, y cuando se marchaban los interceptó una patrulla, que intentó revisarlos lo que provocó que medio litro de ron que Papasón tenía en la mano, se lo estrallara en los pies al sargento que comandaba la patrulla, mientras le decía:- Qué es lo que están apuntando, si ninguno de ustedes tiene cojones para dispararme a mi.
El sargento miró detenidamente al periodista y como quien es iluminado de prudencia, mandó a los policías a que bajaran sus ametralladoras y que se marcharan, pero al día siguiente fue a la casa del joven a darle la querella a su padre. El periodista empírico estaba durmiendo la resaca, pero despertó y al escuchar al sargento, se levantó, y caminó hacia donde estaba la conversación y le dijo al querellante.
– Está como las mujercitas chismeando.
Entonces el sargento le dijo a don Nazario:
– Nosotros no ametrallamos a ese joven, porque usted es un hombre serio y yo vi que era hijo suyo, pero él insultó y provocó a una patrulla del orden público en servicio, y luego nos desafió y nos estralló un litro de ron a los pies.
El tiempo transcurrió y Papasón seguía su trabajo de periodista empírico en la ciudad de El Memiso, pero la asechanza y la provocación del Coronel Pérez N seguía igual, un hecho sucedía al otro sin pérdida de tiempo, y días después del penúltimo incidente, el chofer del Coronel se presentó al negocio del padre del periodista empírico, donde el joven trabajaba, con el propósito de informarle que el coronel Pérez N , estaba interesado en que él pasara por su oficina, para darle una noticia. Hubo un silencio de acero y luego el periodista empírico le dijo al agente:
– Dígale al coronel que si él quiere verme, que venga a buscarme que yo cuando quiero noticia voy a la fuente, y en esta ocasión a mi no me interesa su noticia.
Entonces al chofer del Coronel Pérez N con cierto asombró le dijo al periodista:
– Pero es el Coronel que lo mandó a buscar.
El periodista empírico sin pensarlo dos veces le contestó al chofer del Coronel:
– Y a mí que me importa que sea San Coronel, el Coronel es algo para usted que es policía, pero para mi es solo una buena "M". El resultado final de la digestión.
El agente abordó el vehículo en que andaba y se marchó sin decir más nada, solo don Nazario le dijo a su hijo en presencia de doña Basilia su esposa y madre de Papasón:
– Este muchacho se va a perder y va hacer que uno se pierda.
El sol derretía el pavimento de la calle cuarta, en época de un verano, que en la república de Lontana dura el año entero.
La asechanza en contra del periodista empírico se recrudecieron, cuando el medio de comunicación para el que trabajaba contrató a un agente que prestaba servicio en la fortaleza de la cuidad de El Memiso, para que le informara a Papasón, todos los abusos que se cometían en la cárcel, en contra de los reclusos, para que él lo comunicara como noticia inmediatamente.
En ocasiones el informador público usaba el término que más le molestaba al Coronel Pérez N , cuando escuchaba que el joven decía: "En vivo desde la penitenciaría nacional de El Memiso", porque el comandante hizo lo posible por tener alguna vez, al corresponsal frente a él y no pudo, pues el medio para el que Papasón laboraba, una emisora de primera línea, enclavada en el sentimiento de Lontana a tal nivel, que el gobierno la escuchaba con atención y respetaba su orientación, por su independencia e imparcialidad probada, de ahí el que ningún funcionario civil o militar, procurara no ser cuestionado por ese medio informativo, ni se atrevía a tocar a sus reporteros.
El agente informante ganaba por su función, dos veces más que lo que le pagaba la policía, por eso su trabajo era realizado con tanta eficiencia, que en una oportunidad el Coronel Pérez N mandó a un oficial a darle una pela a un reo, y durante ese trabajo el recluso murió, y diez minutos después salió en un avance, donde se daban todos los detalles del caso, y ese asunto conmocionó hasta al gobierno del Neobenefactor, que no usaba bota ni uniforme militar, pues lo consideraban un déspota ilustrado.
Por las noticias de asuntos muy íntimos sobre la penitenciaria, que no se sabía como el periodista empírico los conocía, se recrudecieron las asechanzas, y no había policía que se atreviera ni a mirar al periodista, mucho menos a conversar con él, salvo que quisiera ser cancelado de inmediato, por alta traición a la institución, de ahí que para el intermediario periodístico y el periodista empírico comunicarse, hubo que crear una estrategia comunicacional, en una reunión realizada discretamente, en la oficina del director de prensa del medio de comunicación.
Se acordó que cuando el agente tuviera alguna información, se dejaría ver del periodista empírico quien lo seguiría a una distancia que le permitiera ver donde iba a dejar, tirar o poner la nota sobre el hecho noticioso, para Papasón comunicarlo al medio informativo. La primera nota el corresponsal la recibió, después que el agente pasó por el negocio del padre del comunicador, y luego de comprar una menta caminó hacia el parque central de El Memiso, y al sentarse en un banco, en una acción relámpago le dejó una nota al periodista, que daba cuenta sobre una paliza, que el coronel Pérez N en persona, le propinó a un reo al que le rompió la columna vertebral.
El día de la reunión en la oficina del director de prensa, del medio de comunicación, el agente llegó disfrazado como un actor de cine, tenía unos bigotes muy pronunciados y unos lentes negros, que parecían caros, con un sobrero de los que les dicen de Panamá, unos pantalones de Casimir negros y un gabán blanco, para que nadie al verlo entrar a la estación pudiera identificarlo.
La estrategia de obtener noticia, de la principal fuente del sistema penitenciario, funcionó por mucho tiempo sin ningún problema, mientras el coronel Pérez N ya no sabía lo que iba a hacer, para neutralizar al periodista empírico, quien tuvo que extremar los cuidados por su seguridad, y dejar de estar fuera de la casa tarde de la noche. Papasón ya no andaba nunca solo, siempre lo acompañaba un grupo de amigos, quienes los rodeaban para que nadie pudiera tocarlo ni con la sonrisa de una rosa hermosa.
Cuando la noche dejaba ver su llegada con una mirada de sombra, los instrumentos de las asechanzas salían a merodear por todos los alrededores, donde pudiera estar Papasón para amedrentarlo, pero nunca pudieron lograr nada de éste, porque el periodista empírico no sabía lo que era temor, ni miedo y mucho menos sugestión, de ahí la falta de éxito de los propósitos del Coronel Pérez N quien tenía una sonrisita de asesino, la cual cuando veía a Papasón, la acompañaba de movimientos de cabeza, que parecían amenazas.
Por esos días la novia de Papasón, era una hermosa joven del Sur de Lontana, llamada Dora Valenzuela Del Universo la que él amaba con gran fervor, desde que la conoció una noche, después que Jesús Tellerías uno de los integrantes del Club, fue a buscarlo a su casa y le dijo:
– Al Memiso llegó una joven con Emérita, que del clan el único que te la puede conseguir eres tú, y no queremos que de otro clan se la consigan.
Ya la noche tenía tendido su manto negro sobre los lugares que les correspondían. El periodista empírico miró fijamente a Tellerías, y luego con la seguridad que lo caracterizaba en todo, le dio unas palmaditas en la espalda y le dijo:
– Yo la conquistaré. Voy a prepararme para llevar esa chica esta noche al Casino "Los Tanos".para que el prestigio de nuestro grupo permanezca en alto como el respecto que merecemos de los demás jóvenes de El Memiso.
Cuando el periodista empírico llegó al lugar donde estaba la joven propuesta, lo primero que hizo fue saludar con un derroche de confianza a Dora Valenzuela Del Universo a quien le extendió su mano derecha mientras le decía:
– mi nombre es Papasón. Yo soy el relacionista público de El Memiso. Sea usted bienvenida a este lugar.
La joven miraba al periodista empírico con una media sonrisa y cierto asombro cuando le dijo.
– Soy Dora Valenzuela, es un placer conocerle.
Papasón contempló a Dora Valenzuela Del Universo con cierta picardía, y Emérita la hermana de Pupito, quien aspiraba a convertir la amiga en cuñada, observaba molesta la galantería del comunicador. Ya el grupo había decidido ir a bailar para el Casino "Los Tanos", el bar de mayor prestigio que había en El Memiso, donde al entrar lo primero que el visitante tenia que ver, era un aviso que decía "vestuario formal", "nos reservamos el derecho de admisión". Papasón en su condición de intruso, se sentó al lado de Dora Valenzuela Del Universo y para que la joven quedara en el centro de ambos jóvenes Pupito su otro enamorado ocupo el extremo opuesto, el cual visiblemente molesto con el intruso le dijo a Dora Valenzuela Del Universo:
– Tengo que decirte algo.
Y el periodista empírico también dijo.
– Precisamente yo tengo que decirte algo.
Y de inmediato se puso de pie y expresó
– Con su permiso Pupito. Dora bailemos.
Maquinalmente se fueron a la pista, y en el primer merengón, se acoplaron durante cinco piezas consecutivas.
Al llegar de nuevo a la mesa encontraron a Pupito y Emérita largando chispas, pero cuando el otro enamorado de Dora Valenzuela Del Universo le dijo al periodista empírico:
– Papasón tú sabes que yo estoy enamorado de Dora, es decir que aclaremos esto, o tú o yo.
El periodista empírico entonces le contestó a su contrincante:
– Bueno, soy yo. Invitó de nuevo a Dora Valenzuela Del Universo a bailar, y bailaron hasta la última pieza de la noche, por que en cuestiones de conquistar el amor de una mujer, el que pestaña pierde.
El noviazgo del periodista empírico y Dora Valenzuela Del Universo, era intenso, el joven viajaba todos los días a la ciudad de la zona Colonial, donde vivía Dora Valenzuela Del Universo y se citaban frecuentemente, para un parquecito llamado "Cueva de las Golondrinas", donde pasaban horas infinitas de besos y abrazos eternos, acariciados por la brisa suave del mar caribe, entre la futura avenida del Puerto y el Malecón, próximo a la fortaleza Ozama, donde durante la confrontaciones de abril, el pueblo ajustició a los policías "Cascos Blancos", o se ahogaron en el río Ozama huyéndole al furor de los enemigos, que sus abusos les creó, como muchos años después, les pasaría a la policía de tránsito de la república Lontana.
Para esos años de amores del periodista empírico y Dora Valenzuela Del Universo, la ciudad de El Memiso era una zona de fiestas continuas, donde todos los fines de semana, las parrandas eran interminables, los jóvenes iban a bailar cada semana y los demás días que se le agregaban.
En la república de Lontana había tantos días de fiestas, como corruptos enquistados en los distintos estamentos de la dirección del estado. Para el periodista empírico conquistar a Dora Valenzuela Del Universo le proporcionó un gran prestigio, y reconocimiento ante todos sus amigos, que comenzaron a verlo como un gran manejador de la palabra ,que era capaz de conseguirse una novia por encargo, y amarla como si hubiera salido de él la iniciativa. Podía decirse que Dora Valenzuela Del Universo y el periodista empírico, estaban frecuentemente juntos en giras como en paseos, y en muchas ocasiones iban a playas y balnearios.
Los amores de Dora Valenzuela Del Universo y el periodista empírico fueron intensos y apasionados, pero a Papason le hizo mucho daño el caso más sencillo. Los novios habían pasado la noche bailando en el "Casino Los Tanos" y después de unos tragos demás, Dora Valenzuela Del Universo le quitó un anillo de lujo que su novio le había tomado de su dedo, pero cuando él llegó a su casa que fue a quitarse la prenda del dedo y vio que esta no estaba, salió para la casa de Rosario Brazoban su compañero de parranda, para que lo ayudara a buscar el anillo perdido , y como en El Memiso nunca hay energía eléctrica, buscaron dos velas y salieron agachados a buscar por más de dos kilómetros la prenda perdida, para darse cuenta al otro día, que cuando Dora Valenzuela Del Universo vio que su novio estaba borracho, le quitó el anillo discretamente, lo cual enfrió los amores en silencio, y sin despedida dejaron de verse, pero se inició seguido uno de los grandes amores del periodista empírico.
Pero en el intervalo del momento el comunicador recordó, que desde los primeros años de la fundación de El Memiso, hubo en la comunidad varios Bares, los cuales cada día resultaban más insuficientes, dada la creciente demanda de los residentes, a quienes se le agregaba cada día gran cantidad de personas que iban al lugar de todas las secciones aledañas, como de la ciudad de la zona colonial. Los bares de El Memiso tenían ocasiones de tanta demanda de sus clientes que cuando se ocupaban todas las mesas y sillas de los negocios, la gente iba a su casa a buscar o alquilaban las que necesitaban. En El Memiso las personas salían a bailar como única forma de diversión que existía en la comunidad.
El periodista empírico era uno de los grandes fiesteros de El Memiso. Como era costumbre de toda la población, él salía con su novia a bailar con la frecuencia que un trabajador salía a sus labores, y cuando se trataba de grandes celebraciones, podían pasar la noche entera bailando en cualquiera de los bares emblemáticos de la ciudad, iban a la casa a dormir un rato, y al otro día salían para los llamados pasadía, que eran las fiestas durante las cuales las personas pasaban el día y la noche comiendo, bebiendo y bailando.
Aunque con el tiempo los bares desaparecieron de El Memiso y quedaron solo en la historia, el bar" San Antonio "conocido como el Polvaso, El casino Los Tanos. La Barra de Nova. El Gabi Bar, La Piel Disco Terraza y Serve Trago .Alguno de esos bares eran sitios de encuentro para novios y enamorados, donde el amor y la ternura podían explayarse.
El derroche de fiestas y parrandas que con frecuencia se realizaban en El Memiso hicieron de ese lugar "Un Pueblo Fascinante"donde frecuentemente las agrupaciones musicales que estaban de moda amenizaban grandes fiestas. Para esos años el periodista empírico era uno de los galanes de El Memiso que no se perdía una sola de esas fiestas, siempre en compañía de su novia, y a veces de una de sus amantes, como de cualquier amiga ardiente. .El periodista empírico despertó y entonces recordó que:
Rosa Argentina Galaxia fue uno de los grandes amores de Papasón, él la conoció durante unas vacaciones que la joven fue a pasarse, donde su abuela paterna en la ciudad de El Memiso y al verse, un amor a primera vista lo sedujo a ambos.
En Rosa Argentina Galaxia el periodista empírico encontró para esos tiempos, el amor de su vida, aunque al principio cuando terminaron las vacaciones, ella tuvo que irse para el Norte de la república de Lontana, donde vivían sus padres y solo podían verse durante los tres meses de vacaciones escolares, y en el mes de diciembre.
Rosa Argentina Galaxia fue el primer gran amor del periodista empírico, no obstante a que las novias que este tuvo cada una en su momento fue especial.
El periodista empírico soñaba con convertir a Rosa Argentina Galaxia en la esposa de su vida. Ella era bella, tierna, educada, tranquila y dulce. El joven pensaba que eran almas gemelas.
Rosa Argentina Galaxia y Papasón se conocieron una mañana del mes de septiembre, mientras ella caminaba en compañía de su hermana Altagracia por la calle San Antonio de la ciudad de El Memiso, y el joven cruzaba por la calle cuarta para salirle de frente para ubicarla, piropearla y darle seguimiento, por eso al verla en compañía de su hermana le dijo:
Que impresionante mañana ¡eh! Hoy las vírgenes más hermosas que han pisado esta ciudad, dejaron su trono para llenar estas calles de su belleza.
El periodista empírico le extendió la mano a Rosa Argentina Galaxia mientras le comunicaba.
– Mi nombre es Papasón, soy periodista empírico, y me gustaría compartir contigo algunas palabras.
El joven saludó también a Altagracia mientras Argentina le dijo:
Mi nombre es Rosa Argentina Galaxia, soy de Rancho Manuel de Estero Hondo y estoy de vacaciones donde mi abuela Rosa, en la calle Padre Páez de aquí de El Memiso.
Entonces el periodista empírico dijo:
Me gustaría invitarlas a bailar esta noche.
Luego Rosa Argentina Galaxia con la sonrisa más bella de mujer alguna dijo:
Si mi abuela lo permitiera podría ser a las siete de la noche.
Ese fue el inicio de los amores más inocentes y tiernos del periodista empírico, puede decirse que Rosa Argentina Galaxia fue el primer gran amor que tuvo Papasón, porque a lo largo de su vida no logró olvidar, a aquella jovencita delgada de sonrisa dulce y franca que se hacía tuvi para dormir, se lo dejaba hasta después del medio día, y en la noche para hacerle competencia a la oscuridad se soltaba el pelo.
Después del baile de aquella noche, Papasón y Rosa Argentina Galaxia iban por lo menos interdiario, a bailar a aquel lugar romántico, lleno de intimidad donde identificaron sus amores por primera vez, pues en aquella oportunidad la joven pasó las navidades en El Memiso, donde su abuela Rosa. La mayoría de las noches, cuando no era José Mella era Radhames Cano, que acompañaba al periodista empírico, a darle una serenata a la amada.
Esas serenatas eran verdaderas veladas, donde el novio improvisaba hermosas poesías, y al otro día cuando la novia le solicitaba copias, no recordaba nada de lo que había declamado.
Cada vez que iban a dar serenata, los jóvenes esperaban la madrugada tomando tragos, o en la casa de Sonia Javier haciendo locrio de camarones. Las serenatas eran una expresión de finura y romanticismo, con las que un enamorado distinguía a su amada.
En mucha oportunidades, después que el novio o enamorado despedía la serenata, le abrían la puerta y se iniciaban fiestas, en la que podían amanecer bailando, le pedían la mano a los padres de la joven, se comprometían, o se reconciliaban viejos amores separados.
Una madrugada de cielo bellísimo, estaban Radhames y el periodista empírico, listos para rasgar las cuerdas de la guitarra, y darle inicio fugas a una serenata cuando doña Rosa que tras la visita de sus dos nietas de Estero Hondo, parece que dormía con alguno del grupo de nietos que tenía en la casa, y sin saber que muy cerca de donde ella dormía, en el jardín, frente a la ventana de donde estaban acostadas Rosa Argentina Galaxia y su hermana Altagracia ,se iba a iniciar una serenata memorable, dijo con la voz ronca con que hablaba:
Acoteja Daniel. Daniel Acotéjate. Acotéjate Daniel, muchacho ombe. Un Daniel expresado en el Cibaeño del siglo dieciséis cuando Antonio de Nebrija publicó la primera gramática de la lengua española.
Entonces Radhames Cano que era muy espontáneo para reír, cuando vio que las manos no serían suficientes para taparse la boca con el propósito de impedir que la risa saliera, se puso la guitarra hasta que inició la serenata.
Los amores de Papasón y Rosa Argentina Galaxia eran de besos y caricias, de abrazos y bailes, como de serenatas y largas horas de diálogos intelectuales, que preludiaban lo que serían al casarse.
Después de una noche de fiesta de besos, de caricias y ternuras Rosa Argentina Galaxia y el periodista empírico se sentaron en la terraza frontal de la casa de doña Rosa, y en amplio diálogo el joven decía a su amada novia:
Cariño no sé si tú piensas como yo, que creo, que más que un gran presupuesto para educación, ése ministerio debe tener concomitantemente un presupuesto de amor, de altruismo y equidad en la distribución de las riquezas, para usarlo todos los actores que integran el sistema educativo, en primer orden los padres y la sociedad en sentido general .Rosa Argentina Galaxia sonrió para decir tierna y amorosamente al periodista empírico: Yo creo que mientras la clase política no entienda, que las personas deben recibir por su trabajo la remuneración conforme a las utilidades de sus servicios, y no como se estila que los pagos más significativos, los reciben los políticos del poder establecido por no hacer nada, aparte de lo que le adicionan de la corrupción gubernamental administrativa. Alguien que los jóvenes no pudieron identificar rió estruendosamente, y de nuevo se hizo el silencio como antes de que existiera "La Tertulia".
Papasón disfrutaba la forma tan esmerada como Rosa Argentina Galaxia pronunciaba cada una de las palabras, con que se comunicaba. Parecía una arquitecta del lenguaje, que cada palabra que salía de su boca, era un edificio de lujo, que ella construía al hablar.
Uno de los acontecimientos más emotivos, que vivieron el periodista empírico y Rosa Argentina Galaxia, fue cuando después de las asechanzas, se produjo el cambio para la persecución, y la emisora donde trabajaba Papasón público una información que decía:
Del interior:
Persiguen periodista empírico.
Nuestro corresponsal tuvo que abandonar ayer la ciudad de El Memiso, para evadir los intentos de asesinato de los organismos de seguridad del Estado.
Como la madrugada de la noche previa a la gran fuga, los sicarios gubernamentales estuvieron iracundos en el patio de la casa del periodista empírico, porque no pudieron secuestrarlo debido a las deficiencias de las asechanzas que realizaban, por eso cuando la familia de Papazón recibió la información, de que la noche posterior seria el ultimátum, decidió desesperadamente sacar al joven de la ciudad de El Memiso.
Pero, debido a que la situación del periodista empírico era tan delicada sus familiares decidieron auxiliarse del señor San Juan para que lo sacara del pueblo. El señor había sido esposo de doña Candelaria Chachita, tía del periodista empírico, a quien después de vestirlo de mujer, le amarraron la cabeza con un pañuelo y discretamente se esfumaron en la noche rumbo al destino previsto.
El camino vecinal de El Memiso hasta La Culata se tornó inmenso aquella noche oscura y pesada. En el cielo no sonreían las estrellas, ni el sol de la noche. Podía decirse que los tres viajeros iban sumamente tensos. La mula a veces se detenía como si viera algo que los seres humanos no podían ver.
Como el periodista empírico iba de un recuerdo a otro, al cruzar por la loma blanca meditó, vio y escribió: Sobre lomo de oro hacia la Furnia, galopaba don Nazario todos los días , desafiando la llegada del sol de la mañana, para él salir en La Culata antes que el astro rey.
Nazario iniciaba la mañana derribando manglares para hacer carbón vegetal en compañía de Papito Martínez, Felipe Chucho, Niño Mañón a quien muchos años después los tigueres del barrio le apodaban saboreo, Mario, Candón y a veces Miguel Totona.
Del manglar de la furnia Nazario construyó dos casas en El Memiso con las que comenzó a salir adelante con su familia, hasta aportarle a su país once profesionales que era la cantidad de todos sus vástagos, porque por los nombres que le pusieron murieron cinco recién nacidos. El periodista empírico recuerda que a la primera hija de Nazario y Basilia que falleció desde que le pusieron Dionisia no resistió el nombre.
En la falda de la loma previa a la Furnia, Nazario tenía un rancho donde cada medio día, hacía un moro de coco para él y los trabajadores.
San Juan parece que decidió no hablar en todo el trayecto, no obstante a que encontraron mucho transeúntes en el camino, parecía que San Juan no quería que lo fueran a identificar. El periodista empírico lo entendió así y tampoco hablaba. Todo parecía indicar que esa noche nadie quería ser identificado, en el vientre de esa noche, de aquel enero cruel, porque los demás que la comitiva encontraba, tampoco saludaban ni decían nada como si la noche se había comido las palabras de todos.
El camino real era entre extensos cañaverales, que cerraban casi el camino por completo, y las casas que habían en todo el trayecto, quedaban tan distantes como inexistentes, y el periodista empírico cuando cruzaron por donde vivieron sus abuelos maternos pensó:
Cuando se duerme la tarde en mis ensueños/ la agonía de un mural de sol diferido/ como al despertar la mañana en tus ojos de clorofila / encienden mis recuerdos del lar materno /y un silencio imponente de vacio me llena de nostalgia / más allá de la sombra /inunda la ausencia de los que amamos/ ausencia llena de vacío existencial / porque donde vivieron mis abuelos / a esta hora y a cada instante / después de ellos circular a otra dimensión / la soledad vaga en el lugar / soledades llenas de vacío al universo /sin Andrea y su ternura/ y sin Agustín y su cariño / como sin Candelaria y Juancito / tanto como sin Danilo y los astros de Condón/ y Nazario hacia la Furnia galopando/ se fueron cabalgando en el tiempo/ rumbo al espacio infinito / creando soledades posteriores/ que no se llenan con recuerdos/ aunque los que ya pasaron / continúan latiendo en nosotros/ viven en nuestros recuerdos/ y en nuestros sueños de pasado eterno
Esa noche eterna el periodista empírico, mientras pasó por el frente del fundo, donde vivieron sus abuelos materno , iba lleno de poesía , atrapado por los recuerdos de su niñez , les llegaban borbotones , todos los episodios vividos en la Furnia con su padre don Nazario, y desde el anca de aquella mula gigante, el joven seguía declamando en su mente: Me trae la brisa en sus alas/ impregnadas como sobresaturadas/ éste olor que me remonta el alma/a esta hora elevada de ternuras/ me huele a furnia derribada/ me huele a caña , guarapo y mangle / y luego carbón encendido como mi fe/y porque la noche lo arropaba todo de poesía/ no le dio espacio a la tristeza.
En ese momento el comunicador recordó, el día cuando la banda terrorista de los doce años, que entraba a los liceos para agredir a los estudiantes, entró al liceo donde el joven cursaba sus estudios, y cuando él intentó marcharse, la banda lo golpeó cruelmente, y lo dejaron por muerto, tirado sobre la acera frontal del centro de estudios.
Como era próximo al medio día, la acera de frente al liceo expedía humo , pero cuando el periodista empírico cayó al recibir un carabinazo, el caliente lo reanimó, lo cual él disimuló para que lo creyeran muerto, aunque volvió a desmayarse, hasta que los bandoleros se marcharon disparando a diestra y siniestra, para sembrar el terror en el lugar . Después llegaron periodistas de distintos medios de comunicación, entre los que había uno de la emisora para la que trabajaba el periodista empírico, quien al conocerlo, lo subió al vehículo en que andaban y lo llevaron a una clínica, donde lo internaron, pero cuando volvió en si se marchó del lugar sin la anuencia de los médicos, para evitar que los bandoleros fueran a buscarlo al lugar, para rematarlo como acostumbraban.
Entonces el comunicador llegó corriendo a la villa de consuelo, para abordar el vehículo que lo llevaría a El Memiso, y de inmediato el señor Pasito Castillo le informó, sobre el rumor que había en su comunidad, hacia donde lo llevó en bola de humo.
Cuando se acercaron a la casa del informador público este vio, que la misma estaba rodeada como una isla, por una cantidad inmensa de las personas del pueblo, pues un estudiante llevó a la comunidad la noticia que corría, de que la banda colorada había matado al redactor.
En un instante de eternidad, al periodista empírico se le iluminó la mente de un recuerdo lejano, y escribió lo que continua: "La apuesta" No importa cuál sea el día, ni el año en que usted esté leyendo éste relato, con el que hoy diez de octubre del año dos mil diez, estoy honrando una apuesta que hizo mi madre Basilia con el señor Amarillo Moreno, cuando ella estaba embarazada de quien ahora esto relata. Cuenta el periodista empírico que esa apuesta la perdió su madre, el día que él nació el veinticinco de mayo del año mil novecientos cuarenta y nueve.
Después de todo lo previo, Mamolón se detuvo a pensar:
El absolutismo en El Memiso se amplía a todas las instituciones de la república de Lontana, donde el orden público está regido por la ley de sálvese quien pueda, porque en la república de Lontana, los políticos sobresalen en honestidad ante todos los del mundo, administran los poderes del estado y sus instituciones, como empresas propias de ellos, le dijo después Mamolón a don Mococoa, mientras filosofaban sobre las causas de la violencia social del país. Mococoa se quedó escuchando a su interlocutora y al final le indicó:
_ Mamolón eso es corrupción gubernamental administrativa, lo que puede decírsele también robo agravado, y además asociación de malhechores, que planifican la macroeconomía del estado a expensas de la miseria del pueblo, el cual mientras más crece la economía del país, mayor es su miseria.
Entonces Mamolón y Mococoa se rieron a coro, como si hubieran decidido ponerse de acuerdo, para reírse de su propia pobreza extrema.
La conversación entre doña Mamolón y don Mococoa fue concentrando uno a uno los a los habitantes de El Memiso y poco tiempo después la mayoría de los ciudadanos de la república de Lontana estaban reverentemente escuchando el dialogo, hasta que alguien que no se supo nunca quien fue, aprovechando el encanto general puso un micrófono y unas bocinas, y convirtieron la conversación en un mitin.
La primera en usar el micrófono fue Mamolón quien con vehemencia dijo:
¡Hay del gobierno! Que porque el pueblo le haya dado el poder para que administre honradamente sus bienes se enseñoree y dilapide o tome para sí el patrimonio de la sociedad, ése gobierno corrupto puede estar seguro que tarde o temprano, el pueblo le va a cobrar y la historia no lo absorberá.
El hormiguero humano deliró por más de media hora aplaudiendo y ovacionando al orador quien al final se despidió solo, con un: Muchas gracias
Entonces tomó el micrófono Mococoa y de inmediato el público deliró en aplausos y toques de pitos, bocinas, trompetas, sirenas y gaitas, pero de repente el silencio le abrió las puertas a las palabras del nuevo orador quien comenzó diciendo:
Que gobierno que se respete puede creer que un profesor, después de durar veinte años estudiando, puede ponerse a trabajarle al Estado por un sueldo casi honorifico, mientras sus funcionarios no ganan, sino que se apropian sin límites de los dineros del pueblo.
Además que policía o militar va a arriesgar su vida combatiendo una delincuencia de subsistencia cada día más desafiante y violenta ,por un suelto semi honorifico, porque todo el dinero que produce el Estado, se queda en la cúpula de los que dirigen sin equidad a la nación de la república Lontana.
Sabemos señores que todos los males sociales tienen su origen en las injusticias sociales, que se propician desde la dirección del Estado a través de las faltas de oportunidad para los ciudadanos lo que se pone de manifiesto en la falta de empleos, de educación, de salud, del alto costo de la vida, de los bajos sueldos a los que tienen el privilegio de contar con un empleo, tan mal pagado que normalmente adquieren la categoría de honorifico.
Cuando el público terminó de aplaudir, entonces le correspondió el último al periodista empírico, quien inició sus palabras diciendo:
Éste capitalismo feudal nos esclaviza, en la más horrenda miseria que puede soportar un pueblo, mirando como el grupito que dirige, se burla de la sociedad, exhibiendo las riquezas y los lujos que descaradamente, le han robado insaciablemente al pueblo de El Memiso, en la república de Lontana.
El periodista empírico no olvida la noche que tuvo que disfrazarse de mujer, para evadir las asechanzas y salir de El Memiso montado en la parte de atrás de un mulo alto y grande, que conducía don San Juan, quien lo llevó esa noche memorable a la casa de un tío materno llamado Benito, esposo de doña Gina Castillo madrina del fugitivo. La casa estaba en la finca del padre de doña Gina, el señor Juan Amparo Castillo, esposo de doña Mona de Castillo.
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