4. Medio ambiente y aislamiento como condicionantes de la economia local
Las características del medio físico, unidas a la ausencia, en la comunidad, de tecnologías apropiadas (sistemas de captación y distribución de agua para riego a fin de aumentar la oferta forrajera y hortícola; mejoramiento de las técnicas de cultivo para disminuir los efectos de las heladas tempranas, cortinas forestales paravientos), han favorecido la permanencia de pautas culturales de larga data. Junto a ellas se pueden observar elementos nuevos, muchos de los cuales tienen relación con la creación de la reserva. Otros se deben a la apertura del camino, con el consiguiente movimiento de personas.
La comunidad de Laguna Blanca vive en una economía de austeridad. De las 90 familias, sólo 8 son dueñas de la tierra, y han visto disminuir sus propiedades por herencia y su hacienda por enfermedades.
"Tenía 500 cabras y me quedan 30; tenían la sarna y se secaban, garbancillo y otras enfermedades. Antes, mi padre tenía como 30 vacas" (Informante Nº 7).
El área de tierra subdividida por herencia se encuentra concentrada entre Corral Blanco y La Puerta de Laguna Blanca. El resto de las tierras (aproximadamente los dos tercios) pertenecen a un propietario ausentista, quien las adquirió en 1972.
Al no tener propiedad de la tierra, la mayoría de la población está sujeta al pago de un canon anual por animal doméstico, en condición de pastajeros. Esta relación determina una quita importante de su riqueza.
A su vez, algunos propietarios menores arriendan parte de sus tierras.
4.2. Principales actividades productivas
4.2.1. Agricultura
Los lagunistos son esencialmente pastores, pero es frecuente que la gente cultive algunas especies para complementar la dieta. Solamente 5 familias (16.7%) no realizan cultivos.
Los cultivos principales son papas y habas, pero también siembran algo de trigo, maíz, alfalfa, verduras y hortalizas.
Tanto el maíz como la papa presentan diferentes variedades propias de la zona puneña (maíz capia y pizpito, papa morada, manzana, dulce, etcétera) y la gente las prefiere. Por ejemplo, la papa santafecina (papa propia del área pampeana) no es de su agrado porque "da menos producción y ocupa más espacio" (Informante Nº 25).
El cultivo de verduras y hortalizas se ha visto acrecentado en los últimos años, pues a través de la Comisión de Mujeres se ha provisto a las señoras de semillas de lechuga, acelga, cebolla, cebolla de verdeo (allí se denomina cebolla de aumento), perejil, zanahoria, remolacha, tomate, repollo, zapallo y coliflor.
Muchas señoras se han entusiasmado con las posibilidades que brindan estas nuevas especies (que ellas cultivan con buenos resultados) e, incluso, se ha dado el caso de una informante que está haciendo semillas de ellas: "Ya tengo semilla cosechada aquí; ya la he cosechado aquí también, ya criolla, ya de acá, que ya se sabe… y no hay que comprar…" (Informante Nº 35).
En La Lomita hay 17 personas (56,7%) que hacen huerta.
Hemos conocido cuatro personas que cultivan la quinoa, planta originaria de la región, cuyo uso se ha ido perdiendo, aunque sin desaparecer de la memoria de la gente.
"La quinoa es buena para sembrar. Sirve para la sopa, igual que el arroz. La hoja es como la lechuga, se come. Se hace hervir la hoja con la sopa. Hay que cocinarla" (Informante Nº 46).
Uno de los casos de plantación es de iniciación reciente. La mujer ha recuperado este cultivo y todavía cosecha poca cantidad. Sin embargo, ha conseguido hacer semilla y piensa obtener más rendimiento.
La siembra de todas las especies se realiza en recintos de tamaño variable (rastrojos) cercados con "pirca" para que no entre el ganado. No es fácil conseguir información sobre las medidas exactas de estos predios, ya que los mismos usuarios no las conocen. Las respuestas fueron: "es regular de grandor" o "no tomamos idea de cuánto sembramos y cuánto dejamos" (Informante Nº 16)
4.2.1.1. Tareas estacionales
4.2.1.1.1. Siembra
"Antes de sembrar hay que componer la tierra". "Se la compone dando vuelta con la pala toda la tierra, cultivar que se llama". "Después se le echa la semilla" (Informante Nº 46).
En primavera se comienza a plantar. Las habas se siembran en agosto y septiembre, las papas en octubre y noviembre, y la alfalfa en verano.
La verdura merece un tratamiento especial: se hace aparte un almácigo y después, según cómo éste esté, se hace el transplante en diciembre o enero.
Después de sembrar hay que regar cada seis u ocho días. Cada uno saca una acequia del río para llevar agua hasta su rastrojo, colocándole unas piedras en el extremo de manera de controlar la entrada del líquido. Si bien el propietario no cobra el uso del agua, a veces la corta porque "la gente no quiere palear, no quiere limpiar la acequia. Pero hay que palear, hay que ser unidos. Después la acequia se va secando, se va enterrando, si nadie la cuida" (Informante Nº 25).
Además del riego hay que ocuparse de desherbar, cuidar que no entren los animales al sembrado, cubrirlo con ramas o paja para que no lo coman los pájaros y no se hiele. Cuando hiela poco se pueden proteger las plantas tapándolas con paja, pero "cuando la helada es muy fuerte lo mismo penetra" (Informante Nº 25).
4.2.1.1.2. Cosecha
Durante la cosecha no se realiza ninguna celebración especial, ni se solicita la ayuda de vecinos o parientes.
El poco trigo que existe está listo para marzo, pero las papas y habas recién se cosechan en mayo. "La verdura se cosecha antes (abril)" (Informante Nº 16).
La alfalfa puede llegar a cortarse dos veces, en enero y en mayo, ya que no se siembra todos los años, pues una plantación dura mucho tiempo.
En general, con excepción de la alfalfa, todos estos productos, que son escasos, son para el consumo de la familia o para venta menuda o trueque en el lugar. El excedente muchas veces se usa para semilla o para alimento de los animales.
Gracias a la sequedad del clima no es difícil conservar los vegetales y algunos guardan las papas y las zanahorias tapadas con paja, en hoyos hechos en la tierra, fuera de la casa. Las habas, en cambio, se conservan dentro de la vivienda, peladas y embolsadas.
Durante el invierno se deja descansar la tierra, "haciéndola componer con la hacienda" (Informante Nº 46) para lo cual se encierran los animales en el rastrojo a fin de que la abonen. Se trata de no sembrar siempre en el mismo lugar, rotando los cultivos para que la tierra se recupere. Si no tienen otros rastrojos, se alterna plantando habas en el lugar adonde se había sembrado papas el año anterior y viceversa.
4.2.1.2. Dificultades que presenta la agricultura
La agricultura no les representa gastos, pues el propietario no cobra por tierra sembrada. "El sembrado no deja nada, no deja ganancia, por eso no pagamos" (Informante Nº 25)
Sí, en cambio, exige mucho trabajo y se lleva el tiempo que deben dedicarle a los animales.
"No se puede dedicar mucho al sembrado porque hay que cuidar la hacienda. No es sólo sembrar, hay que cosechar también. No se puede estar viendo las cabras, las llamas, cuidarlas de la sarna, de los leones, de los zorros. No se puede, también, dedicarse a la sembrada porque hay que desyuyar. Usted deja el sembrado, se va para otro lado a cuidar la hacienda, a correr los leones, los zorros y, al mismo tiempo, conchabar peones para curar… Cuando usted viene para ver… que están chatitas las plantas, que se han helado. Han entrado los cabritos, las mulitas. No se puede. Hay que ampararlas, hay que proteger para tener" (Informante Nº 25).
Estas dificultades pesaron para que muchas de las señoras aceptaran la propuesta que se hizo de tener una huerta comunal con un sector para cada una. Ellas debían preparar la tierra y sembrar mientras los empleados de la Dirección de Ganadería la regarían y vigilarían. Esto les permitiría dedicarse al pastoreo sin que la huerta quedara abandonada.
4.2.2. Ganadería
4.2.2.1. Cantidad de animales
La cantidad de ganado es variable. Es común que las familias grandes mantengan juntos los animales de todos sus miembros, para facilitar su cuidado, pero reconociendo la propiedad de cada uno.
Si bien no es fácil obtener información precisa sobre el número de animales, se puede ver que hay mayor cantidad de ovejas que de llamas, y las mulas y vacas son escasas. Aparentemente, a pesar de su origen americano, las llamas han aparecido recientemente en Laguna Blanca y esto podría ser una de las posibles explicaciones de su menor proporción con respecto a las ovejas.
Según dicen, "la llama empezó a cundir por acá hará 40 o 50 años". "Antes no sabía haber llama. Después empezó a cundir mucho por acá". "Antes sabía haber ovejas nomás" (Informante Nº 46).
"Primero que nada aquí había vicuñas y ovejas. Después trajeron las llamas" (Informante Nº 25).
También hemos recogido información sobre mayor abundancia de ganado en épocas anteriores. "Había gente que tenía 1000 o 2000 ovejas; ese campo por donde viene la ruta sabía estar tapado de hacienda" (Informante Nº 46).
…"Ahora hay poca hacienda, por los años será que comienza a aminorar"… (Informante Nº 46).
"Yo también, cuando me he casado, he tenido como 500 ovejas y se me murieron de todas formas. Hay una plaga de 'unca', que le llaman. Con esto se mueren y con unas pestes. Antes sabía haber 'unca' pero en pocas partes, ahora hay mucha" (Informante Nº 46).
Incluso, se llega a afirmar que antes el campo era mucho mejor para criar los animales. "La única enfermedad que había era la 'unca'. Leones no existían jamás. Tenían la hacienda botada un año redondo y no pasaba nada" (Informante Nº 25).
De acuerdo a estas observaciones, la actividad ganadera aparece en decadencia debido a factores internos (enfermedades y animales depredadores).
4.2.2.2. Formas de obtención de los animales
Puede ser que el ganado sea comprado con dinero en efectivo (algunos le han dado ese destino a lo que ganaron cuando salieron a trabajar fuera de la comunidad) pero no es esto lo más común.
Es frecuente que los padres, u otros familiares, den a los chicos algunos animalitos (a veces los que quedan "guachitos") como retribución por cuidar la majada de la familia. Sin embargo, ellos no lo toman como pago por trabajo, sino más bien como un regalo. "La haciendita que yo tenía la había conseguido natural de la hacienda no más, comienza a crecer y cundir, así no más" (Informante Nº 46).
De hecho, no parece haber número fijo de animales para retribuir por el trabajo familiar. Puede ser un cordero por año, pero eso está sujeto a variaciones.
Los hijos también reciben el ganado de sus padres al morir éstos. Todos heredan lo mismo. Se divide en partes iguales, sin distinción de sexo ni de edad.
Además, es posible conseguir ganado cuidando el de otros que le retribuyen dándole la mitad de las crías que nacen en el año ("el multiplico"). Este sistema se denomina "al partir".
Cuando se arma una nueva familia, tanto la mujer como el hombre contribuyen con el ganado que han obtenido mientras vivieron solos, y se forma el rebaño común. Es posible que éste se constituya formalmente recién cuando la pareja se ha casado legalmente; hasta ese momento se consideran dos rebaños distintos.
4.2.2.3. División del trabajo
A pesar de que un informante nos dijo que las mujeres tejen y cuidan el ganado, los hombres hacen el trenzado, construyen las pircas y buscan leña, mientras cualquiera de los dos sexos hace el hilado, nosotros no hemos notado una marcada división sexual del trabajo tal como existe en otras partes de la Puna argentina.
Es posible que el peso del cuidado del ganado recaiga sobre las mujeres (en general son ellas las encargadas), pero cualquier miembro de la familia (chicos o grandes, varones o mujeres) lo puede hacer y para eso se turnan.
4.2.2.4. Cuidado de los animales
El ganado menor necesita que se lo cuide y se lo lleve a comer a los lugares adonde el pasto es bueno. Por la noche debe traérselo otra vez hasta la casa para encerrarlo en el corral a fin de evitar el ataque de los animales predadores.
La exigencia del cuidado varía según los animales y las condiciones climáticas.
"Todos los días hay que sacar los animales del corral, invierno y verano. En el verano están más sueltos, pero en invierno se cuidan más porque hay zonda y con el viento se descampan. En el verano, con repuntarlos un poco es suficiente. Se los tiene repuntaditos no más" (Informante Nº 14).
Las ovejas necesitan más protección y control diario, en cambio las llamas, e incluso las cabras, se crían más sueltas y pueden llegar a estar alejadas de la casa por mucho tiempo. Por eso las ovejas están más desmejoradas en las épocas de escasez de pasto (agosto y septiembre).
4.2.2.5. Trashumancia
En el invierno disminuye el pasto en la zona baja y toda la gente lleva sus animales a los puestos ubicados en las alturas adonde todavía se conservan manchones verdes. A veces se traslada toda la familia pero, en muchos casos, se van turnando para subir, ya que siempre tiene que haber alguien arriba cuidando las ovejas.
Como el receso escolar es en invierno, es frecuente que la madre se traslade arriba, con los chicos, en abril o mayo para bajar en octubre. La permanencia en los puestos de altura –precarios y pequeños– es dura porque el clima es más riguroso y nieva frecuentemente.
Necesitan hacer pozos para la provisión de agua y taparlos, pues el viento Zonda arrastra tierra y arena. Quedan relativamente aislados, de manera que deben llevarse desde abajo todas las provisiones y enseres de la casa.
4.2.2.6. Arreglos para el cuidado
La gente que ha migrado a otras zonas del país para trabajar, cuando tiene animales los deja en Laguna Blanca para que se los cuide alguien de la comunidad, sea o no de la familia. Los tratos que se hacen están generalmente basados en el sistema de pago "al partir".
Este sistema también es utilizado por la gente que trabaja en la Dirección de Ganadería o por el mismo dueño de la tierra, que deja, a veces, ganado al cuidado de sus pastajeros, tal como en el relato siguiente. "Mi papá le cuida (al propietario) algunos animales que son llamas. No le paga nada porque él dice que están en su casa y, además, ya están amañadas. Antes le ha recibido al partir, cuando ha traído de otra parte" (Informante Nº 25).
En cambio, con cabras y ovejas, "tanto para mí, tanto para él. Cuando hay producción, si no hay producción, no… Por ejemplo, si las cabras paren una, dos, tres… El trajo las cabritas para que yo las cuide, ahora también hay mías allí, porque son al partir. Las ha traído en camión y las ha dejado. Entregó cincuenta o cuarenta y ahora quedan pocas porque hay 'unca', quedaron dos o tres no más" (Informante Nº 25).
4.2.2.7. Señalada y esquila
Además del cuidado diario de los animales hay ciertas tareas periódicas que, sobre todo cuando los rebaños son grandes, requieren la participación de varias personas. En los casos en que se tienen pocos animales la familia trabaja sola, sin ayuda externa.
La señalada se realiza en ciertas épocas del año (puede ser Carnaval o Pascua) y los que tienen mucha hacienda hacen una fiesta con la que agasajan a los vecinos o parientes que vienen a ayudarlos.
Los invitados colaboran sin recibir retribución, pero también se puede buscar la ayuda de peones conchabados especialmente, a los que se les paga por el día de trabajo.
A las ovejas, además de señalarlas, se les pone en la cabeza, el lomo o la punta de la cola, una"flor" de lana hilada y retorcida de distintos colores para que su dueño las reconozca de lejos.
La esquila (que se lleva a cabo en octubre o noviembre) no parece estar ligada a ningún tipo de ceremonia y la ayuda se debe pagar siempre.
"Hay que conchabarlos, decimos". En 1986 se pagaban A 3 (tres) por día y dicen que este año (abril de 1987) se pagan A 5 (cinco). "Se le paga también con lana, como quiera el peón" (Informante Nº 25).
Las ovejas suelen esquilarse todos los años, en cambio las llamas cada año por medio, porque la lana no alcanza a crecer lo suficiente como para que se pueda hilar bien.
El rendimiento de los animales no es uniforme. Las ovejas dan entre 1/2 y 1,5 kilo de lana, mientras que a las llamas puede sacárseles entre 1,5 y 2 kilos.
4.2.2.8. Especies
La mayor parte del ganado es ovino, pero también tienen manadas de cabras y de llamas así como algunos caballos, vacas, burros y mulas.
Aunque las ovejas no son propias de la región, parecen ser los animales preferidos. Se les dedica más atención y, salvo casos excepcionales, son el centro de la economía de la casa.
La raza predominante es la criolla, rústica, pero la Dirección de Ganadería está introduciendo razas más finas (Merino o Karakul) para la cruza, aunque no siempre tienen aceptación por parte de los pobladores.
Si bien reconocen que la hacienda fina rinde más en calidad y cantidad de lana y carne, la consideran mucho más delicada y vulnerable, y a su fibra menos resistente.
4.2.2.9. Tenencia de la tierra
Las tierras en donde se asienta la reserva pertenecen a distintos propietarios.
La mayor parte es de un comerciante que vive en Villavil y el resto se divide entre la Dirección de Ganadería y los herederos de un pequeño propietario. Los ganaderos deben pagar por el uso para pastaje, de acuerdo con la cantidad y el tipo de animales que tengan. A estos ganaderos se los denomina "arrienderos", "pastajeros" o "yerbajeros".
Para el pago se cuentan sólo los animales de un año para arriba, de manera que por el "multiplico" no se abona pastaje.
Este canon se puede pagar en dinero o en especies (animales, lana, hilo o telas), y el precio es fijado por el propietario año a año.
Los valores, en 1987, eran: Ovejas y cabras: A 0,60 por cabeza y por año
Burros: A 0,50 por cabeza y por año
Llamas: A 0,80 por cabeza y por año
A pesar de la escasez de dinero en efectivo, la gente prefiere pagar así porque el propietario fija tanto el precio del pastaje como el de los productos con que se abona, de manera que el pastajero siempre sale perdiendo. Esto solamente puede ser hecho por los que trabajan en la Dirección de Ganadería, ya que los otros, sólo excepcionalmente, cuentan con una entrada de dinero.
Cuando hay inflación los precios cambian año a año y el propietario prefiere no fijarlos mediante un contrato. Aparentemente, se hacen simples convenios de palabra y el único comprobante es una boleta en la que figura el importe del arriendo.
El terrateniente arregla las condiciones con el jefe de familia, que es el que figura en la boleta. Los otros miembros, que tienen animales en el mismo rebaño, le pagan a éste directamente.
Se ponen de acuerdo acerca del lugar que deben ocupar estableciendo los límites sobre la base de los aspectos sobresalientes del paisaje. Por ejemplo: "desde aquella loma hasta los pabellones" o "desde el alambre de ganadería hasta la orilla de la vega aquella que va por el bajo". También puede ser que se fije una franja de un ancho determinado contra la casa o el cerro.
Antes, las fracciones de terreno se delimitaban mediante mojones que marcaban líneas ("linderados"), colocados por los propietarios.
4.2.2.10 .Tamaño de las parcelas
No es fácil tener la certeza del tamaño de la parcela que ocupan, pues aparentemente tampoco ellos lo saben con exactitud o les resulta muy difícil precisarlo.
"El tamaño del campo que arrendamos es grande. Es grandísimo. No sólo ese ocupamos, ocupamos en Corral Blanco también, pero ese pedazo es más chico" (Informante Nº 44)
Otro informante alquila la parcela que está al lado de su casa. "Debe tener 1 km de ancho, no creo que más. De largo debe ser como 5 km." (Informante Nº 14).
Además, cada uno tiene su porción de vega establecida desde hace años, y allí llevan a abrevar a los animales.
El curso del río se usa para regar y para provisión de agua para el consumo humano, en cambio las vegas son sólo para que beban los animales.
4.2.2.11. Calidad del campo
La calidad de los campos está en relación con la humedad, la cantidad de pasto y la existencia o no de "unca" en las vegas. Esta peste se encuentra en los campos más bajos, más cercanos a la Dirección de Ganadería.
En las zonas altas de los cerros los cursos de agua no están contaminados, pero no es fácil llevar los animales allí porque "falta pasto y es más frío. No hay vegas ni hay nada" (Informante Nº 25).
4.2.2.12. Problemas de la actividad ganadera
El ganado, único bien de estos pobladores, no rinde lo que debería a causa de una cantidad de inconvenientes que se presentan para su cría.
La "unca" (fasciola hepática) aparece como la principal causa de muerte (sobre todo de las ovejas), pero no es ésta la única dificultad.
También está la escasez de alimento que se sufre a fines del invierno. Es el "tiempo de la flacura".
Ese "es el tiempo de las epidemias. El ganado se pone flaco por el frío y la mucha agua. Hay poco pasto, lleva el viento el pasto. El animal se muere bastante. A mí se me ha muerto mucha hacienda estos otros años, ahora no. El ante año se me murió bastante. Eran ovejas. Se murieron de la flacura y les agarró una enfermedad también" (Informante Nº 16).
Tanto el ganado menor como los camélidos sufren los embates de distintos depredadores, entre los que se destaca el puma ("el león")
Según la gente, "antes no había plaga de león. Ahora ya hay de más. Antes los pillaban porque sabían tener armas". (Informante Nº 7) (19).
"Las llamas se dan bien, pero ha entrado la plaga del león y eso las va liquidando. Nosotros hemos tenido como cien animalitos de llamas y han comenzado a mermar ahora. Han quedado pocas, cada vez menos. En vez de ir aumentando, van menos" (Informante Nº 14).
Hay también otros animales perjudiciales para la hacienda: zorros, hurones, cóndores, caranchos, buitres, etcétera.
"El zorro perjudica, pero nunca como el león. El zorro perjudica a los animales chicos, nomás: a los corderos, a los chivitos, a los tekes chicos, nomás. Cuando nacen, con días, con una semana o dos, ellos los comen" (Informante Nº 25).
La abundancia de depredadores y la insistencia de la gente en el sentido de que el puma ha aparecido recientemente en la zona hacen pensar en una posible relación con la creación de la reserva.
4.2.2.13. Uso del ganado
El ganado es su principal fuente de recursos. Tanto el animal mismo como sus productos sirven, además del consumo directo, para obtener bienes que ellos no producen o dinero.
Dinero es lo que menos consiguen porque los comerciantes que les reciben los animales, la lana o los tejidos, no se los compran, sino que los cambian ("cambalachean") por los artículos que ellos traen.
El propietario de las tierras también acepta ganado o sus productos como pago por el año de pastaje.
"Pero, otros años sabíamos venderlas a las telas porque él pone el precio pero… Es una persona a la que no se le puede hacer entender. Uno le dice 'es tanto', pero no. El dice: 'Yo digo cuánto vale' y se lo llevó y listo. Igual a la hacienda, que él pone el precio. Siempre nos lleva jodidos toda la vida y no vamos para adelante. En ocasiones es preferible darle la plata porque en las cosas siempre nos va a embromar, porque él es el que pone el precio. En la lana lo mismo, en el hilo, lo que sea" (Informante Nº 14).
En cualquier caso, el intercambio es desequilibrado porque el comerciante o el propietario fijan los precios de lo que dan y de lo que reciben sobrevalorando siempre al primero.
Como dice Pearse: "Otro obstáculo a la economía de los minifundistas es el mecanismo de mercadeo. Debido a la inferioridad contractual del campesino y a la concentración ordinaria de tres funciones comerciales en las manos de un mismo individuo (comprador del producto, otorgante del crédito y vendedor de bienes de consumo), todos los excedentes generados por la economía pequeña tienden a ser tansferidos al intermediario en lugar de quedar disponibles para su reinversión". (Pearse, A., 1979, página 64).
La carne de estos animales domésticos también constituye un elemento importante en la dieta de los pobladores.
La más común es la carne de cabra, pero a veces usan ovejas y, excepcionalmente, llamas o vacas. En los casos de animales grandes, la carne se conserva en forma de charqui.
4.2.2.14. Industrias derivadas de la ganadería
4.2.2.14.1. Hilado y tejido
Tanto hombres como mujeres saben hilar y tejer, aunque esta última técnica se practica menos que en épocas anteriores. "Antes, la gente de Laguna Blanca usaba todo de lana: saco, pantalón, todo de lana de oveja. De llama no, apenas el poncho, nomás." (Informante Nº 46).
Este tipo de ropa ya se usa muy poco, pero la falta de mercado fuera de la comunidad aparece como la causa fundamental de la desaparición de la actividad textil, pues todos dicen que ya no hay quien compre pullos o ponchos, y los pocos que compran los pagan muy mal.
No existe el telero como oficio único.
La actividad pastoril mantiene vigente el uso de sogas trenzadas de lana. Se hacen de la fibra que se saca de la pata de la llama.
En relación con el tiempo que insume y la cantidad de materia prima que lleva, la actividad textil deja un escaso margen de ganancia. (Ver cuadro Nº 7)
El hilado, en cambio, es más ventajoso porque con el huso la gente puede hacerlo en cualquier momento o lugar. Incluso mientras vigila la hacienda. Es una tarea practicada por todos (hombres, mujeres, grandes y chicos), y aunque el precio sea bajo, el comercio del hilo les resulta mejor que el de los tejidos, ya que agrega valor a la materia prima sin las dificultades de éstos.
El 95 % de los productores vende la lana, parte hilada y parte sin hilar.
Hay que tener en cuenta, además, que el poder adquisitivo de esta ganancia está en relación con el alto precio que los comerciantes fijan a sus propios productos.
4.2.2.15. La economía basada en la ganadería extensiva
En esta comunidad eminentemente pastoril, la ganadería extensiva es el eje de la economía. Camélidos y ovinos brindan lana, cuero, carne y leche. Al no poseer tierra en propiedad, el ganado y sus subproductos aparecen como valores de cambio y uso, y única posibilidad de ahorro y acumulación. Este rol estratégico que cumplen en la economía del lugar, unido a las condiciones ambientales, hace que la mayor parte del tiempo esté dedicada a su cuidado (20).
El arreo diario a las zonas de pastaje o la permanencia de todo o parte del núcleo familiar en los cerros durante el invierno ocasiona tempranas responsabilidades en los niños, y mayores en las mujeres en relación con otras comunidades rurales (21).
La lana de llama y oveja se hila y, en menor medida, se teje. La preeminencia del hilado sobre el tejido es cada vez mayor y está dada por ser la única actividad productiva factible de ser realizada juntamente con el cuidado del ganado (22). En esta economía con escasa monetarización, ganado, hilado y tejidos sirven para pagar el pastaje y adquirir bienes de consumo duraderos y no duraderos.
La situación económica se presenta en condiciones de extrema fragilidad; por su condición de monoproductora (ganadería y subproductos) y por la escasa tecnología disponible que la expone –ante factores climáticos o enfermedades del ganado– a una merma considerable de su patrimonio y, consecuentemente, a un aumento de la escasez.
Esta realidad es ilustrada con precisión por una lagunista: "Lo nuestro casi no tiene salida. A veces es como para tirar todo el trabajo y buscar un empleo, pero como no es tan fácil estudiar o ser empleada, entonces sigue la crianza."
"Yo pienso que la crianza es buena, no sólo para el criador, sino para toda la ciudad, porque si no se da la crianza nadie va a comer carne, nadie va a tener un poncho de llama, o un poncho de oveja o uno de vicuña, o una pollera. Siempre vamos a tener que seguir luchando en esta vida, porque si tiramos todo, nada vamos a tener."
"Mientras uno viva no hay que perder la esperanza y, si a los hijos les agrada, pueden seguir. Si no les agrada, nada que ver." (Informante Nº 25).
4.3. Heterogeneidad social y vida cotidiana de la población
El modelo de utilización de los recursos y organización de la producción lleva a suponer una sociedad simple y uniforme, con pocas diferencias en los niveles de vida. Sin embargo, lo anterior no implica que no exista estratificación, como grados de diferenciación social basados en el patrimonio y los ingresos o en la estimación social por el rol que cumplen en la comunidad (23).
Aqui va el cuadro Nº 7
Aqui va el cuadro Nº 7 , 2º parte
En Laguna Blanca –en el área más próxima a la estación experimental y a La Lomita–se asientan diecinueve de las veinte personas que cuentan con un ingreso monetario fijo, el que establece una primera forma de diferenciación en la comunidad.
Si bien –como ya se ha señalado– la tierra, en su mayor parte, está en manos de un propietario ausentista, existen ocho familias dueñas por herencia. A su vez, hay diferencias entre los grupos familiares según el tamaño y la composición de los rebaños.
Los asalariados permanentes, así como los mayores criadores, son los que están en condiciones de contratar mano de obra temporaria para el manejo del ganado, la esquila o la ampliación de su vivienda. El pago por estas tareas se efectúa en dinero o en especies (vellones de lana).
La posesión de un ingreso monetario fijo facilita, en algunas familias, el aprovisionamiento de alimentos en mayor volumen que el necesario para el consumo periódico y, consecuentemente, su venta a otras familias. Por lo menos siete de los asalariados realizan este tipo de comercio –muchas veces centrado en la venta de vino–, lo que les proporciona un ingreso adicional.
A su vez, algunos de estos asalariados y los grandes y medianos propietarios de ganado venden lana a los pequeños y, en algunos casos, les adquieren hilo o tejidos.
Entre las familias dueñas de la tierra (ocho en total), hay tres que arriendan parte de sus dominios, para el pastaje de animales, a habitantes del lugar o a la Dirección de Ganadería, bajo la forma de "al partir" o de retribución monetaria.
De una u otra manera, fracciones de la población mantienen una situación diferenciada del resto. Algunas de estas familias tienen excedentes monetarios que les permiten hacer préstamos de dinero, en situaciones de apremio, cobrando intereses. En febrero de 1987 este interés era de, aproximadamente, un 10% mensual.
Todas estas prestaciones, que suponen una ganancia al prestatario, señalan la presencia, la permanencia y la activación de un sistema de prestigio y poder a nivel de la comunidad local, y marcan la ausencia de la red tradicional de reciprocidad, de responsabilidad comunal y de gestión social de los recursos –característica de las comunidades andinas–. Esta es reemplazada por la acumulación individual de bienes, de carácter fundamentalmente "parasitario", a través de la intermediación comercial, el arriendo de tierras o el préstamo de dinero.
También se observa la presencia de situaciones de prestigio individual ligadas no ya a la posesión de medios económicos (tierra, ganado, ingreso monetario), sino a ciertas aptitudes (en poder de pocas personas) que les permiten cumplir determinados roles en la comunidad.
Por ejemplo, posesión de virtudes de carácter mágico–religioso (como la capacidad de curar) o de conocimiento de lectura y escritura (gestión en comisiones escolares o asesoramiento en cuestiones litigiosas).
El primer caso resalta la pervivencia de formas culturales tradicionales, en tanto que el segundo es el resultado de las necesidades de la comunidad frente a la ruptura de su aislamiento y su inserción cada vez mayor en la sociedad global.
4.3.1. Adquisición de bienes
La familia nuclear o extensa es la célula básica de la organización social y, debido a la debilidad de los lazos comunales, es la unidad de producción, consumo y distribución de bienes.
Esto no significa que estas unidades familiares sean autosuficientes. De hecho, nunca lo han sido, dado que al integrar un ecosistema con recursos limitados no han estado en condiciones de producir todo lo que consumían.
Sin embargo, a medida que las causas del aislamiento desaparecieron y un conjunto de familias se incorporó al asalariamiento permanente, las pautas de consumo se fueron modificando más rápidamente (por ejemplo, cocinas a garrafa, radiograbadores o relojes).
El trueque de mercadería existió siempre y aparece como un intercambio en donde cada una de las partes establece sus propias reglas, "cada uno pone el precio de su mercadería" (Informante Nº 6). Pero esto desaparece cuando hay precios establecidos o cuando hay un empleo institucionalizado de ciertas formas de pago, como la moneda.
Llamado "cambalache", el trueque está limitado a los tradicionales productos de la ganadería y la actividad artesanal. Se realiza con comerciantes de Belén, Villavil y Barranca Larga, quienes visitan el lugar periódicamente y son llamados "ambulantes".
Las áreas de penetración de estos comerciantes son diferentes y también lo es su clientela. Las diferencias se basan en a) el cuasi monopolio que el mayor dueño de la tierra ejerce sobre los pastajeros en Aguas Calientes y Corral Blanco, localidad esta última adonde tiene instalado un almacén, y b) la clientela a la que sirve un reciente proveedor, constituida casi exclusivamente por los asalariados quienes le pagan con dinero. A su vez, estos dos comerciantes ejercen su actividad a través del sistema de "fiado", lo que determina un permanente endeudamiento y, por ende, dependencia del abastecedor. "La casa de arriba está mala, le voy a pedir a Don Indalecio una 'platita' y, cuando venga mi marido, le va a vender una 'lanita'. Siempre le compro a él porque es muy 'esperador'. "(Informante Nº 11). "Compro en la proveeduría de Don Horacio pago con dinero. Le compro a él porque'adelanta'y da un poco más barato" (Informante Nº 14).
Las compras fuera de Laguna Blanca son poco frecuentes y se limitan a los productos difíciles de obtener de los proveedores habituales (especies) o que presentan precios más favorables y pueden ser fácilmente transportados (café o té).
Los asalariados permanentes son los que compran con dinero o lo combinan con el trueque. Estas familias que han ingresado en el circuito monetario, al disponer de dinero, obtienen mejores precios. Los que están fuera del circuito, en cambio, necesitan imperiosamente malvender sus productos tradicionales.
Algunos alimentos (maíz, trigo, frutas) son adquiridos, por lo general, a cambio de animales (Ver cuadro Nº 9).
Las ovejas son muy requeridas por los comerciantes, quienes las llevan "abajo", a los lugares adonde hay poco ganado ovino (Barranca Larga, Puerta de Corral Quemado). Por ejemplo, a Barranca Larga llegan algunos ambulantes con el ganado en pie y traen sus productos en burros y mulas.
Si bien la zona es recorrida por varios comerciantes, los dos antes mencionados ejercen una especie de monopolio y no existe, de ninguna manera, la ley de la oferta y la demanda.
Tienen lo que puede denominarse un "mercado cautivo" ya que, debido a las dificultades de transporte, la gente se ve obligada a comerciar con ellos aceptando la imposición de sus precios.
En este esquema de intercambio, la economía familiar resulta objeto de explotación múltiple, dentro de un sistema de relaciones asimétricas; por un lado, por el precio que el mercado –representado por el "ambulante"– le fija a los productos ganaderos y artesanales y, por el otro, por el que le impone a los bienes de consumo (duraderos y no duraderos) que requiere.
Por ejemplo, en 1988, en venta particular, ellos podían sacar A 100 por kilo de lana hilada de llama, mientras los acopiadores les pagaban A 31.
Dentro de este esquema, la dependencia de la comunidad de sus proveedores–compradores ha aumentado en el tiempo al surgir nuevas necesidades y desaparecer las formas de comercio que brindaban dinero o productos a su vez comercializables (vicuña, chinchilla y coca).
No es ésta una situación privativa de la puna catamarqueña.
En un estudio sobre la comunidad de Lucanas, en Perú, se señala que "el acercamiento al mundo urbano por medio de las vías de comunicación tampoco ha favorecido a la economía de la gran mayoría de campesinos comuneros, los cuales están cada vez más dependientes del mercado externo a la comunidad; los que sí han conseguido beneficios son los comerciantes y ganaderos que han visto aumentados sus ingresos, constituyéndose en la clase social privilegiada de la comunidad" (Saito Díaz y otros, 1977, página 69).
4.3.2. El consumo alimentario
Tal como han variado los requerimientos de bienes de consumo lo han hecho las pautas alimentarios de la población. Hace cincuenta años, las comidas tradicionales (sopa, locro y mazamorra) estaban basadas en papa, trigo, maíz y habas. Unos veinte años atrás habría comenzado a modificarse la dieta, al introducirse arroz, fideos y condimentos.
La dieta actual es monótona y reiterativa. Por la mañana es habitual algún tipo de ingesta, prevaleciendo el empleo de infusiones (mate cocido o té, con azúcar), dado que el mate cebado es muy "demoroso" (Informante Nº 22). El agregado de la leche en las infusiones es poco frecuente y éstas se acompañan con pan o tortilla.
Al mediodía, las comidas comunes son a base de carne, guiso con carne, fideos o arroz y carne hervida con papas. Excepcionalmente se menciona el locro.
Por la tarde y la noche no se ingiere nada o la ingesta es muy liviana, "comimos una sopita que hizo mi cuñada, con cogote de oveja y fideos" (Informante Nº 4).
A diferencia de otras zonas andinas, aquí la alimentación habitual se centra en el almuerzo.
Las excepciones están dadas por los pastores que salen a la mañana –especialmente en verano– a llevar la hacienda y regresan a la caída del sol. Se proveen de "pan y un pedazo de carne que cocino arriba, sobre las brasas; otras veces charqui sin moler, pasas de uva; carne cocida fría, quesillo, cuando hay". (Informante Nº 1).
Hay quienes no comen nada: "cuando voy al campo no llevo nada, masco un poco de cari, es como la rica–rica, y se me pasa el hambre" (Informante Nº 11). Al regresar se ingiere una infusión o se hace una cena, por lo general liviana.
En este consumo alimenticio típico hay un período (fines del invierno), conocido como la "época de la flacura", en el cual disminuye el aprovisionamiento de carne y papa, y faltan las verduras. Como resultado se registra un aumento en la ingesta de maíz, trigo, fideos y arroz; "cuando sufro sin papa como locro, sopita con cebolla, fideos y arroz" (Informante Nº 15).
La economía de escasez y la carga que representa el cuidado del ganado relegan cada vez más la preparación de comidas elaboradas. Se tiende a reemplazar el pan por la tortilla; empanadas y locro son comidas que gustan pero se hacen ocasionalmente porque son "muy trabajosas" (Informante Nº 5). Por eso mismo el queso es escaso y se convierte en un bien de cambio cada vez más preciado.
De la descripción sociocultural hecha surge que si bien en los últimos años se ha tornado más fluído el intercambio de elementos con la sociedad global, por el aumento de puntos de contacto (articulación), la cultura tradicional se ha adaptado y conserva su vigencia.
La base de la economía sigue siendo la ganadería, sustentada en prácticas tradicionales y con una clara relación con ciertos aspectos de la organización social (parentesco y formas de ayuda mutua).
Tal vez, la disminución del número de cabezas de ganado que mencionan los informantes sea un indicador de la pérdida de importancia de la ganadería, pero de todas maneras sigue siendo la actividad principal.
El ganado, especialmente las llamas, es el bien de mayor valor económico en la zona y su posesión permite marcar una estratificación social, ya que el tamaño de los rebaños es muy variable.
Quedan también resabios de antiguas prácticas agrícolas, aunque esos cultivos (quinoa), prácticamente han desaparecido, a pesar del valor proteico de ese cereal y de que la gente lo sigue valorando.
Si bien es destacable el peso de la cultura tradicional, no es ésta una sociedad, como ya dijimos, totalmente aislada ni estática.
Debido a diferentes causas, se nota la introducción de elementos nuevos que provocan, o pueden provocar, cambios que afecten a toda la estructura social (Ver Cuadro Nº 10).
A partir de la creación de la reserva se organizó un sistema de cargos rentados dependientes de la Dirección de Ganadería de la provincia, por lo cual hay un grupo de familias (residente en La Lomita) que puede disponer de dinero en efectivo. Esto las coloca en situación ventajosa frente a las demás, en lo que se refiere a la capacidad adquisitiva.
Con el pago en efectivo se tienen más posibilidades de negociación y de obtener mejores precios.
También los coloca en mejor situación frente al propietario para el pago del pastaje, ya que de esta forma él no puede imponer sus condiciones.
El sueldo fijo puede cambiar, también, el sistema de estratificación, ya que el bajo valor de los bienes que poseen hace que tener un sueldo, aunque sea mínimo, pese tanto como la posesión de un rebaño mediano.
Aunque no podemos ser categóricos en ese sentido, debido a la pequeñez del universo con el que trabajamos, las historias laborales de los jefes de familia muestran una tendencia a la disminución de pastores y de la actividad artesanal, así como un aumento en la cantidad de casamientos formalizados.
Lo primero tiene vinculación con la posibilidad de trabajar en relación de dependencia, y lo segundo, con la existencia de subsidios por matrimonio y esposa.
Hay que hacer la salvedad de que la disminución de la actividad artesanal es un problema que existe en todas las comunidades campesinas, ya que también tiene relación con el escaso valor agregado que se obtiene hilando o tejiendo la materia prima y con las dificultades que surgen para la comercialización de los productos elaborados.
La existencia de la reserva también va en desmedro de los rebaños, ya que la prohibición de caza ha facilitado la acción predadora del puma. De todos modos, esa prohibición no es acatada totalmente, ya que, cuando un puma hace mucho daño, la gente se une para matarlo.
Los elementos nuevos introducidos con la intención de provocar cambios que mejoren la posibilidades de vida de la gente no siempre fueron aceptados.
Por ejemplo, varios pobladores critican las cualidades de las ovejas no criollas (Karakul o Merino).
"La lana de la cruzada es más lerda para hilar, pero da más 'riende'. No tiene grasa ni se quiebra al hilar. Al tejer se quiebra porque es muy finita". "En cambio, la lana criolla tiene más resistencia. No tiene casi desperdicio y no se quiebra al tejer".
"La (oveja) Karakul es más andadora (que la Merino), más resistente, fuerte, pero siempre tiene enfermedad…".
"No está mal pensado que se cambie de hacienda, sino que a nosotros no nos da resultado. A cada uno de nosotros, 'los crianderos'. No sé si será por la zona o por falta de 'alfa' o alguna otra cosa. No estoy segura" (Informante Nº 25) (24).
Es evidente que no cualquier innovación, por mejor intencionada que sea, desplaza los elementos viejos si no se ofrecen claras ventajas.
En relación con la existencia de la reserva se nota también la acción de instituciones, ajenas al área de Ganadería, que introducen elementos de cambio en la sociedad.
Con el apoyo financiero de la Comisión Interamericana de la Mujer (OEA), se realizaron –durante un período de tiempo (1982–1984)– tareas de promoción social en las que participó el personal del CEIL. Se impulsó la creación de huertas y la ampliación de la variedad de especies sembradas, con la intención de enriquecer la dieta, pero no todas las mujeres continuaron con esta práctica. Aparentemente, el cuidado de la huerta no es compatible con el del ganado, ya que ambos exigen gran dedicación.
Sin embargo, hubo algunos casos exitosos, tanto por la variedad como por la calidad de lo cosechado, lo cual puede indicar que el clima y la altura no son limitantes.
También se crearon comisiones de mujeres para atender el problema de la sanidad animal y de las artesanías, una proveeduría y un taller de costura.
Los resultados iniciales fueron buenos, pero su acción se fue perdiendo a medida que dejó de viajar el personal que prestaba apoyo y, por consiguiente, los cambios observados fueron importantes pero no permanentes.
La Secretaría de Ciencia y Técnica de la provincia de Catamarca, participante en el mismo proyecto, ha realizado varias obras tendientes a proveer energía y agua potable (colocación de paneles fotovoltaicos, planta potabilizadora, acequias y cañerías). Además, se construyó un albergue escolar acondicionado térmicamente y un invernáculo para cultivos y se organizaron sistemas de forestación.
Todas estas obras se han hecho en forma prácticamente experimental y todavía no se nota su influencia en la vida de la comunidad, aunque algunas de ellas la tendrán, indudablemente, en lo futuro. Pensamos que el tendido de una red de agua potable (en una parte de la comunidad La Lomita) puede traer aparejada una redistribución espacial de las viviendas; el albergue atraerá más población escolar; la replicación del invernáculo enriquecerá la dieta, y la forestación facilitará la provisión de leña.
Pero en este caso también harían falta tareas de promoción si se tiene interés en que las innovaciones se repliquen. Por el momento, no se han extendido los cambios señalados a las otras poblaciones de la reserva.
Aquí va el Cuadro Nº 10
Independientemente de la creación de la reserva, tal como lo señaláramos anteriormente, se produjeron cambios en la forma de articulación con la sociedad nacional, especialmente desde que se abrió la ruta que une Belén con Antofagasta de la Sierra.
Esto facilitó la búsqueda de trabajo externo con la consiguiente emigración de la gente joven. La consecuencia evidente es la falta de mano de obra para el cuidado del ganado y el cambio cultural de los migrantes que, a veces, vuelven a la comunidad con otras costumbres.
El nuevo camino permitió el tránsito de vehículos y un aumento de la frecuencia de llegada de los comerciantes y acopiadores. Como ya dijimos, los principales son dos, y se plantea con ellos una relación diferente. Con el dueño de la tierra hay un antiguo trato que abarca el pago de pastaje, animales al partir y el comercio. En cambio, con el comerciante de Barranca Larga la relación es puramente comercial.
Esta intensificación del comercio ha provocado el ingreso de numerosos productos nuevos, acarreando cambios en las pautas de consumo de la gente.
De todos modos, estos productos no abundan, ya que los precios son muy altos, el poder adquisitivo de la gente es bajo y el intercambio es desigual.
Si analizamos los cambios habidos en la comunidad en los últimos años, éstos no parecen ser muy profundos.
El aislamiento de la zona y sus características económicas (productora de materia prima escasa y de baja calidad, con poca y dispersa población) no resultan atractivos para la inversión capitalista que, seguramente, provocaría cambios estructurales, no siempre beneficiosos.
Se ha promovido la acción de organismos, estatales y no gubernamentales, y éstos han introducido elementos nuevos, pero las características socio–económicas siguen siendo básicamente las mismas.
De todos modos, hay que tener en cuenta que, a pesar de la lentitud de su proceso de cambio, la sociedad no es algo estático y se puede hablar de cambios potenciales a partir de la creación de la reserva.
Esta debe servir no sólo para la preservación de la fauna y la flora, sino también para mejorar las posibilidades de vida de la gente que habita en sus tierras.
No hay que pensar que la creación de una reserva y las restricciones consecuentes deban, necesaria y permanentemente, repercutir en contra de la economía de las comunidades involucradas, pues una vez logrado el número deseado de poblaciones silvestres, éstas pueden convertirse en nuevas fuentes de ingreso.
Si aumenta la población de vicuñas, la comercialización de la fibra puede representar elevados ingresos para los residentes debido a su alto valor económico. De ese beneficio deberán participar todas las comunidades que pueblan la zona, las que recibirían, de parte de un ente específico (creado para la administración de la reserva y constituido por el Estado provincial, el propietario y los pobladores), una suma determinada por cada vicuña que habita en sus tierras o en las que ellos usan. El pago de este pastaje es una práctica tradicional en el lugar.
Según Hofman y otros, que se basan en una experiencia realizada en Perú, el monto pagado debe superar dos o tres veces el pastaje anual que se paga por llama.
Asímismo, parte de los recursos provenientes de la venta de la fibra puede ser destinada a ejecutar obras que beneficien a toda la comunidad (instalaciones para el manejo de ganado, como bañaderos y mangas; caminos; mejoramiento de escuelas y postas sanitarias; obras de irrigación y agua potable y saneamiento de las vegas) y al mejoramiento de los planteles de ganado doméstico, así como al desarrollo de mejores técnicas para el hilado y la tipificación de las fibras.
También puede pensarse en la explotación turística de la reserva, dotándola de las instalaciones necesarias, la cual debería, también, redundar en beneficio de los pobladores, ya que aumentaría sus posibilidades de trabajo y la circulación de dinero en efectivo en la comunidad.
En este análisis debemos distinguir dos procesos de cambio. El que se produce normalmente dentro de la comunidad como consecuencia de sus factores internos y aquel que se da por la acción de elementos exógenos.
Estos últimos no necesariamente son beneficiosos, pero son una consecuencia de una inevitable pérdida de aislamiento, y sus efectos se pueden adaptar, total o parcialmente en sentido positivo.
* Publicado en el Boletín CEIL, año 4, Nro. 7, octubre de 1981.
**Este trabajo ha sido posible por el permanente intercambio de ideas y trabajo en común desde su inicio desde 1980, con el Lic. en Biología Jorge L. Cajal, de la Dirección Nacional de Vida Silvestre, y los otros profesionales del área de Biología, Ciencias Agronómicas y Producción Animal que han aportado su colaboración en diversos momentos. El trabajo de campo en repetidas visitas ha sido posibilitado por la efectiva cooperación de la Dirección de Ganadería de la Provincia de Catamarca, agradecemos especialmente a sus autoridades. Fue publicado en el Boletín CEIL, año 10, Nro. 15, abril de 1987.
1. El fenómeno es común en las áreas de la Puna Andina. Glynn Custred ("La Puna de los Andes Centrales", pag. 63 en Jorge A. Flores Ochoa (compilador) Pastores de Puna. Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 1977) señala que "A más de 4300 m. cuando la humedad del suelo es abundante se encuentran lozanas praderas pantanosas y frías, alrededor de manantiales, orillas de las corrientes, lagos glaciales y superficies planas donde el drenaje es pobre. Por encima de la franja de 4500–4700 m. hay también lugares húmedos que contrastan con los escasos manojos de vegetación de las extensiones áridas. La existencia de estas manchas de vegetación se debe a suelos mineralizados y arcillosos, que almacenan agua todo el año y por tanto proporcionan habitat para los pastos. Estas praderas se denominan bofedales o mojedales (oqho–en quechua) y junto con los pantanos son característicos de la puna alta y por consiguiente de gran importancia para el pastoreo de altura".
2. Reboratti, Carlos: "Santa Victoria: Estudio de un caso de aislamiento geográfico", en Desarrollo Económico, Revista de Ciencias Sociales (Nro. 55, vol. 14, oct–dic. de 1977)
3. Jorge A. Flores Ochoa: "Pastoreo, tejido e intercambio" (págs. 133–54) y Juvenal Casaverde: "El trueque en la economía pastoril" (págs. 171–92) en Jorge A. Flores Ochoa (comp.) op. cit.
4. La información demográfica proviene de las carpetas por familia que el Ministerio de Bienestar Social de la provincia actualiza a través de un agente sanitario. La diferencia en las cifras proviene del registro de emigrantes recientes.
5. Un dato importante sobre el cual es necesario profundizar la indagación es el del porcentaje del valor de la producción que representa este arriendo. Obviamente que debe ser considerado en el contexto de relaciones de comercialización y "clientela" (incluyendo la cría de ganado "en sociedad") que pueden existir con el propietario.
6. oJorge A. Flores Ochoa: "Pastores de alpacas de los Andes" (pg. 15–52), y el conjunto del volumen mencionado. Hay por otro lado una abundante literatura comparativa proveniente de la antropología y la geografía humana, sobre pastores nómades, especialmente en zonas desérticas de Africa.
7. Con excepción obviamente de transacciones comerciales por trueque, escuela primaria (en parte del área), servicio militar, migraciones y trabajo estacional de hombres a cosechas.
8. Hasta entonces, secularmente, y aun hoy, buena parte de la comunicación e intercambio se hacía en caballares y burros en tropa en recorridos ajustados a la rigurosidad del medio. El ingreso aún esporádico (no hay servicio de transporte público), y sobre parte del área, de automotores es un factor significativo.
9. Nosotros participamos en la experiencia desde 1980, en el contexto de una asistencia técnica. La reserva depende de la Dirección de Ganadería de la Provincia de Catamarca, cuyos técnicos visitan periódicamente el área. La experiencia es apoyada por la Dirección Nacional de Fauna Silvestre y por el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL–CONICET). A partir de 1983 se inició el trabajo de promoción y participación social al cual nos referiremos más adelante.
10. FORNI, Floreal H.: "Laguna Blanca, una comunidad de pastores de llamas en la Puna Catamarqueña", Boletín CEIL Nº 7, CEIL, Buenos Aires, octubre de 1981.
11. Ha sido declarada en 1982, por el programa "El Hombre y la Biosfera" (MAB) de la UNESCO, parte de la red internacional de Reservas de la Biosfera (zonas protegidas representativas de los principales tipos de ecosistemas del mundo)
12. Decreto G/10949/83
13. CAJAL, Jorge L.: "Las Reservas" en Cajal, J.L. y Amaya, J.N.; Estado Actual de las investigaciones sobre camélidos en la Argentina, SCyT. Programa Nacional de Recursos Nacionales Renovables. Buenos Aires, Marzo 1985, pág. 166, estima en 900 vicuñas existentes en el área.
14. La información demográfica proviene de las carpetas por familia que el Ministerio de Bienestar Social de la provincia actualiza a través de un agente sanitario. La diferencia en las cifras poblacionales proviene del registro de migraciones estacionales y migrantes recientes.
15. Informe oral recibido de un antiguo poblador, propietario de campo y arriero.
16. REBORATTI, Carlos; "Santa Victoria: Estudio de un caso de aislamiento geográfico" en Desarrollo Económico, Revista de Ciencias Sociales (Nº 5, vol. 14, oct–dic. 1973)
17. Por el entonces Instituto Etnico Nacional en febrero de 1955 (un informe fue publicado por el diario "El Sol" de Catamarca). Participaron los Doctores Cáceres Freyre, Rex González, y los historiadores catamarqueños Bazán y Olmos.
18. Otra perspectiva que trata de explicar la persistencia de la alta fecundidad, basada en los estudios acerca de los primeros estadios de la industrialización europea y su difusión en áreas rurales (Wrigley, EA, 1969), señala las posibilidades que ofrece el trabajo a domicilio sin limitación legal por edad y sexo (Bendix, R. 1968), para incorporar los niños a la fuerza de trabajo y estimular consecuentemente la alta tasa de fecundidad.
19. Una señora del lugar, entrevistada, señaló que "antes sacaban 15 bolsas de trigo de 50 kilos cada una o más. Antes se cosechaba trigo, maíz y quinoa". "Todo esto se acabó en 1980". Otras entrevistadas datan con anterioridad la fecha de los cambios.
20. En un estudio efectuado pocos años antes de la construcción del camino, Raffino, Rodolfo A. y Cigliano, Eduardo M.; "La lumbrera, Antofagasta de la Sierra. Un modelo de Ecología cultural Prehispánica", Relaciones, Nro.7, 1973; señalan, luego de descubrir las rutas andinas, que "este sendero de herradura es posible que se deba haber utilizado desde épocas muy antiguas, probablemente prehispánicas; es evidente que será utilizado hasta que pueda construirse una ruta vial que comunique Antofagasta de la Sierra con el Valle de Hualfin, la que producirá un reemplazo, aunque tal vez no total, de las tropas de mulas por vehículos modernos".
21. El gran número de casos de "madres solteras" nos hizo pensar originalmente en un acentuado desequilibrio de sexos, pero el examen de la pirámide de edades y de tasas específicas de masculinidad en las edades más expuestas a la reproducción no confirmó la hipótesis TM general= 94; entre 15 y 40 años= 84). Si bien existe desequilibrio, la elevada "ilegitimidad" no encuentra su única explicación en el mismo. Hay, sin duda, una valoración de la reproducción y "normas permisivas referidas a la actividad sexual de los jóvenes" que legitiman esa forma de organización de la comunidad doméstica. En algunos casos la posterior formación de "parejas estables" puede relacionarse con la posibilidad de cierta independencia económica. Tradicionalmente esta independencia estaba dada por la posesión de un rebaño considerable, dentro del complejo sistema de rebaños familiares. La aparición de sueldos fijos estatales (a más de los de la reserva, posiciones de agentes sanitarios y policías) cumple la función de esos rebaños y, en algunos casos, la refuerza.
22. Una manifestación de esta disposición negativa es la reiterada referencia a la predación de los rebaños por parte de los pumas ("león" en su lenguaje), que ellos atribuyen a la imposibilidad de cazarlos con armas de fuego.
23. Un signo de la economía de "escasez" de que hablábamos es que los alimentos se guardan en "la proveeduría", que es un cuarto especial bajo llave. Como cambio significativo hay que mencionar la difusión de la cocina a garrafa de gas, usada para algunas ocasiones, y en cuanto a nuevos alimentos, la leche en polvo, el arroz, algunas especias ("mixtos"), fideos que reemplazan los locros, conservas, etc. Un cambio muy generalizado es el abandono del paico y el uso de jabón para lavar ropa.
24. El problema más sentido es la afección sufrida por los animales al pastar en las vegas infectadas por la "unca" o "fasciola hepática". Una vacuna por vía oral ha producido una gran reducción de la mortandad. La misma vacuna tiene un amplio espectro de cobertura para distintas enfermedades.
Desde el punto de vista metodológico, hemos empleado una metodología convencional cuantitativa para el tratamiento de los datos de registro y censo de población y ganados. Se han efectuado entrevistas y largas convivencias en la comunidad. A partir del inicio del programa mencionado se implementó la discusión de grupo y un esfuerzo sistemático para asegurar la mayor participación posible en la toma de decisiones.
26. En el marco de un "Taller de autogestión para la mujer campesina", a cargo de personal del Programa Regional de Tecnología Apropiada para la Mujer Campesina de la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA.
27. Presentado en el marco del Programa de Cooperación Franco–Argentina y ante una entidad no gubernamental
1. Excavación realizada por el Dr. Alberto Rex González y comentada en "Viaje a Laguna Blanca. Crónicas e impresiones". Federico Pais. Diario "La Unión". Catamarca. Febrero–Marzo, 1955.
2. 1 legua=5 km; 80 leguas=400 km; 32 leguas=160 km. 400 km x 160 km =64.000 km2 = 6.400.000 ha.
3. Cornejo, Atilio: Antecedentes históricos sobre la jurisdicción de la Provincia de Salta sobre el Territorio de Los Andes. Instituto San Felipe y Santiago. Boletín Nº 2. Salta, 1938. La propiedad inmobiliaria de Salta. Epoca virreynal. Buenos Aires, 1945.
4. Cfr. aspectos vinculados a la ganadería.
5. San Carlos, Departamento de la provincia de Salta, limítrofe con Catamarca; capital del mismo departamento.
6. San Antonio de los Cobres, fundada en el año 1902, era la capital de la antigua gobernación de Los Andes y funcionaba como centro político–administrativo y comercial. A partir del año 1948 pasa por allí el ferrocarril que llega al paso de Socompa en Chile.
7. Madrazo, Guillermo B.: Comercio interétnico y trueque intraétnico. En: Desarrollo Económico Nº 82, volumen 21, Buenos Aires, julio–setiembre de 1981.
8. Bolsi, Alfredo S.: La región de la Puna Argentina. En: Revista de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional del Nordeste. Nº 10. Resistencia, Chaco. Diciembre de 1968.
9. De acuerdo con Raffino, Rodolfo A. y Cigliano, Eduardo M. y, según datos de sus informantes, las jornadas serían: primera, de Laguna Blanca a Laguna Colorada, 50 km; segunda, de Laguna Colorada a Corral Quemado, 55 km; tercera, de Corral Quemado a La Puerta de San José 55 km y cuarta, de La Puerta de San José a Belén, 30 km. De: La Alumbrera. Antofagasta de la Sierra. Un modelo de Ecología Cultural Prehispánica. En: Relaciones. Sociedad Argentina de Antropología, Nº 7. Buenos Aires, 1973. pp 241–258.
10. Varios informantes señalaron que ya 40/50 años atrás no había chinchillas en el lugar.
11. "Los lagunistas son especialmente traficantes, y su tráfico comercial –de cueros de vicuña– es intenso, considerado como un medio principal de vida, realizando este con Chile, entre Socompa y Villavil". De Pais, Federico op.cit.
12. De Pais, Federico: op. cit.
13. Cruz, José: Vida y aislamiento. Un enfoque antropológico del ciclo vital en Laguna Blanca, Catamarca. En: Revista del Museo de La Plata, Tomo VI. La Plata, 1968.
14. Este análisis parte desde la creación del territorio nacional de Los Andes, cuya capital era San Antonio de los Cobres y cuyos límites fueron dados por decreto del 19 de mayo de 1904. Estaba formado por los departamentos de Susques, San Antonio, Pastos Grandes y Antofagasta de la Sierra.
15. El mayor propietario del área señala que "ya no quiero hacer más 'corridas' (capturas) de burros porque no rinden. Antes vendía a Río Cuarto, a un frigorífico para hacer embutidos. El año pasado (1985), vendí 200 a Belén y no me los pagaron. Voy a sacar los burros y poner ganado".
16. Aguas Calientes se encuentra a catorce horas a lomo de mula de la estación experimental de Laguna Blanca.
17. Lo que marca la importancia numérica y, quizá la antigüedad del ganado ovino en la comunidad.
18. Para la fiesta del Santo Patrono llegan a Laguna Blanca pobladores de todos los parajes, así como de localidades ubicadas más abajo: Barranca Larga, Villavil, Corral Quemado.
19. Con la creación de la reserva se confiscaron las armas de todos los pobladores. Sólo los guardafaunas quedaron en posesión de ellas.
20. "Los criadores nómadas no tienen la suerte de conocer períodos de ocio completo. Todos los días, sin excepción, el ganado requiere sus cuidados rutinarios, una celosa vigilancia contra los ladrones o los cuidados especiales necesarios cuando el ganado atraviesa por algún momento de crisis." Harroy, Jean Paul. La economía de los pueblos sin maquinismo. Madrid, Ediciones Guadarrama, 1973 (página 51.
21. "Las mujeres tienen responsabilidad y autoridad importantes y equiparables a las de los varones. Las familias de los pastores, en ese sentido, muestran mucho equilibrio, ya que la mujer no se halla sometida a los varones ni ostenta menos poder". Flores Ochoa, Jorge. El ecosistema del pastoreo andino en las tierras altas de los Andes Centrales. En: Sobrevivencia Campesina en Ecosistemas de Altura. Volumen II. Santiago de Chile, Cepal–Pnuma, 1983.
22. "En la comunidad andina, un objetivo primordial perseguido por la estrategia cultural andina es el de asegurar la supervivencia a través del aprovechamiento máximo del tiempo de trabajo disponible". Dorson, John. Comunidad Andina, Gestión de Recursos y Diferenciación Social. En: Sobrevivencia Campesina en Ecosistemas de Altura. Volumen I. Santiago de Chile, Cepal–Pnuma, 1983.
23. Stavenhagen, Rodolfo. Las clases sociales en las sociedades agrarias. México, Siglo XXI Editores S.A., 1969. Capítulo 2: Clases sociales y estratificación.
24. "La agronomía campesina serrana es aún mal conocida. La investigación económica sobre las prácticas y sistemas de cultivo campesino no tienen el mismo grado de adelanto que la investigación sociológica e histórica sobre el mundo andino. En los países andinos la investigación agronómica se ha orientado, básicamente, a los cultivos vinculados a la exportación, a la producción de las grandes empresas, ya sea de la costa, de la selva o de las punas altiplánicas. Por el contrario, se ignora gran parte de la agricultura y explotación campesina de las vertientes. La investigación agronómica está, o estaba, largamente basada en suposiciones. Se ha considerado preferible comenzar con semillas o sementales importados, especialmente animales, y a partir de ellos establecer un sistema de producción de categoría, incluso al precio de fuertes inversiones iniciales y de un fuerte gasto para el mantenimiento del sistema de producción. Por ejemplo, se importaban ovinos seleccionados, Corriedale o Merino, que requieren cuidados especiales y buenos pastos, o aun vacunos Brown–Suisse o Charolais, animales pesados que necesitan una alimentación seleccionada, cuyo costo de producción es elevado. Pero nadie se ha ocupado de comenzar con el ganado ordinario local o intentar su mejoramiento con un buen control sanitario o con una alimentación mejor ajustada a las necesidades fisiológicas de la planta o animal. Las variedades ordinarias le sacan mejor partido a las condiciones difíciles del medio. Mejor alimentadas y controladas pueden aumentar su rendimiento sin que esto signifique la disminución de sus aptitudes para resistir fuertes limitaciones". (Dollfus, O., 1981, página 127).
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- CAJAL, Jorge L.; "Las Reservas", en Cajal, J.L. y Amaya J.N., Estado Actual de las Investigaciones sobre camélidos en Argentina, SCyT. Programa Nacional de Recursos Naturales Renovables, Buenos Aires, Marzo de 1985
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Forni, Floreal. Estudios socio–antropológicos de la Puna catamarqueña. Floreal Forni Maria Isabel Tort, Dora Jimenez y Leonor Pessina. CEIL=PIETTE, Centro de Estudios de Investigaciones Laborales, CONICET, Buenos Aires, Argentina. 1993. p. 47.
Disponible en la World Wide Web: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/argentina/ceil/forni.rtf
Floreal Forni, Maria Isabel Tort, Dora Jimenez y Leonor Pessina
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