El agua, una responsabilidad compartida. 2° Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo (página 3)
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Históricamente, los gobiernos han tendido a dejar de lado el desarrollo agrícola en favor de actividades industriales y urbanas. Las políticas nacionales y los factores económicos internacionales han tenido, en muchas ocasiones, consecuencias devastadoras para la población rural de los países en vías de desarrollo, impidiendo su contribución activa a la economía del país. Sin embargo, se reconoce cada vez más que la agricultura es el principal motor de crecimiento en la mayoría de las economías en vías de desarrollo. Aunque en el mundo se está alcanzando de forma paulatina la seguridad alimentaria, el 13% de la población, es decir, 850 millones de personas, en su mayoría habitantes de las zonas rurales, no tiene acceso a una cantidad de alimentos suficiente para disfrutar de una vida sana y productiva. Esto se da particularmente en una treintena de países, en su mayoría africanos, que tienen problemas tanto para producir alimentos suficientes para su población como para generar un mínimo de recursos que les permita importar los bienes necesarios inexistentes en sus países. Todos estos países son altamente dependientes de la agricultura. Los progresos necesarios para mejorar su capacidad de lograr la seguridad alimentaria dependen, sobre todo, del desarrollo de la producción local de alimentos. En la mayoría de los casos, es necesario aumentar sustancialmente la inversión en las zonas rurales, donde la gestión hídrica desempeña un papel clave para incrementar la productividad de la agricultura y de las actividades rurales conexas.
El sector agrícola afronta, en la actualidad, una serie de complejos desafíos. I
I
I
I Es necesario producir más y mejores alimentos con menor cantidad de agua por unidad de producción. La población rural debe disponer de recursos y oportunidades que les permitan disfrutar de una vida sana y productiva. Se deben utilizar tecnologías limpias, que aseguren la sostenibilidad medioambiental. La agricultura debe contribuir de forma productiva a la economía local y nacional. Finalmente, si todo sigue como hasta ahora en los sectores de la alimentación y de los medios de subsistencia rurales, será realmente difícil alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio que pretenden liberar a la humanidad de la pobreza extrema y el hambre, y garantizar la sostenibilidad medioambiental. CAPÍTULO 7 | EL AGUA PARA LA ALIMENTACIÓN, LA AGRICULTURA Y LOS MEDIOS DE VIDA RURALES Izquierda Riego por aspersión en una plantación experimental de espárragos, Brasil. Centro Ganado bebiendo a orillas de un río, Etiopía. Arriba Mujeres recolectando cereales en Rajastán, India.
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En las regiones de rápido crecimiento del sudeste asiático y del Pacífico, la industria representa actualmente el 48% del PIB total, un porcentaje que continúa aumentando. En los países pobres altamente endeudados, el porcentaje de PIB que aporta la industria pasó rápidamente del 22% al 26% entre 1998 y 2002. Por el contrario, en los países ricos, el porcentaje de PIB procedente de la producción de bienes manufacturados disminuye poco a poco. Hoy en día, este sector representa el 29% del PIB, mientras que los servicios se han transformado en el principal sector de la economía. La contaminación y los residuos industriales están poniendo en peligro los recursos hídricos, dañando y destruyendo los ecosistemas del mundo entero. Esto amenaza la seguridad hídrica de las personas y de las industrias consumidoras de agua. Las municipalidades están comprobando que la calidad del agua que suministran se ve comprometida por los residuos industriales. Al mismo tiempo, la contaminación también tiene un impacto económico directo sobre la pesca. Las industrias en los países desarrollados y en vías de desarrollo que requieren agua no contaminada, comprueban que su seguridad hídrica se ve cada vez más afectada a causa del déficit y del deterioro de la calidad del agua.
Frenar la contaminación industrial significa mejorar la gobernabilidad medioambiental. Es posible disociar el desarrollo industrial de la degradación del medio ambiente, reducir drásticamente el consumo de recursos naturales y de energía y, al mismo tiempo, contar con industrias limpias y rentables. Para que dicho desarrollo sea sostenible, es importante contar con las disposiciones legales e institucionales necesarias. Ya existe un gran número de iniciativas de gobernabilidad de este tipo, tanto a nivel nacional e internacional, como en el sector industrial y en las empresas. Algunos de los convenios internacionales y acuerdos medioambientales multilaterales más recientes y fundamentales relativos al uso industrial del agua y a los impactos de la contaminación son: s
s
s El Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación. Este convenio provee un mecanismo internacional regulador de la generación, traslado, gestión y eliminación de residuos. El Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), que regula la producción, manipulación, transporte y uso de ciertas sustancias químicas orgánicas de alta toxicidad que permanecen intactas en el medio ambiente durante largos periodos de tiempo y que se dispersan por extensas áreas geográficas. La Directiva Marco del Agua de la Unión Europea, relativa a la gestión integrada de cuencas hidrográficas en Europa. La Directiva coordina los objetivos de la política europea del agua y protege el agua en todas sus formas, ya se trate de aguas superficiales o subterráneas. La Directiva, basada en la gestión por cuenca hidrográfica, 24 RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
CAPÍTULO 8 Agua e industria
La industria es uno de los principales motores del crecimiento económico, especialmente en los Por países en vías de desarrollo. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en 2002, propuso un Plan de Acción que establece una estrecha relación entre los objetivos de desarrollo industrial, la erradicación de la pobreza y la gestión sostenible de los (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) adoptan políticas para la reducción de la pobreza. Resulta indispensable diversificar las economías, crear empleos, y añadir valor a los productos y materias primas. Arriba Planta industrial en Grangemouth, Escocia.
SECCIÓN 3 también incorpora la Directiva relativa a la Prevención y al Control Integrados de la Contaminación (IPPC, por sus siglas en inglés), destinada a aquellas plantas industriales que registran un elevado potencial de contaminación.
Los acuerdos destinados a frenar la contaminación industrial del agua deben reflejarse en las políticas nacionales para que sean realmente efectivos. Las medidas reguladoras y económicas son necesarias para la gestión del agua a nivel local, regional y nacional. Éstas, son esenciales para seguir mejorando la productividad industrial del agua y reducir su contaminación. Dichas medidas pueden ser instrumentos políticos e incentivos económicos, como por ejemplo tarifas escalonadas del agua para uso industrial, subvenciones para aquellas industrias que apliquen tecnologías medioambientales innovadoras o apoyo financiero y asesoramiento para las que destinen fondos a la investigación.
Dentro del propio sector industrial, se están haciendo esfuerzos para controlar la contaminación. Son muchas las industrias que están, además, mejorando sus estrategias de uso del agua, al verse influenciadas por el cambio de actitud de los consumidores, la presión ejercida para lograr una mejor gobernabilidad de las empresas y las medidas para reducir costes. En la última década, hubo un aumento exponencial en todo el mundo del número de empresas del sector industrial que trataron de obtener la certificación ISO 14001, norma medioambiental de carácter internacional. Las empresas que se adhieren a ella, ponen en marcha sistemas de gestión ambiental, practican auditorías ambientales y evalúan sus resultados al respecto. Sus productos se adhieren a normas de ecoetiquetado y sus vertidos son gestionados mediante una evaluación del ciclo de vida. Son cada vez más las empresas que reconocen que, de este modo, demuestran su compromiso con el medio ambiente y con la aplicación de medidas ecológicas, lo que mejora tanto su imagen corporativa como su competitividad.
Por lo que a la cantidad de agua se refiere, es importante tener en cuenta cuál es la productividad del agua usada. El valor industrial añadido (o número de unidades producidas) por unidad de agua utilizada varía profundamente según el país y el sector industrial de que se trate, dependiendo del valor del producto y del valor conferido al agua empleada en el proceso. Sin embargo, resulta ser un buen elemento de referencia para que las empresas realicen seguimientos de aquellas modificaciones más eficaces en los procesos que dan lugar a una mejor gestión medioambiental. Son varias las estrategias que se pueden emplear en la gestión industrial para obtener una mejor productividad del agua: auditorías, ajuste de la calidad del agua en función de los usos, reciclaje y reutilización del agua in situ y, en la medida de lo posible, utilizar agua depurada en lugar de agua dulce.
Cuando está en juego la calidad del agua, el vertido cero de efluentes debería ser el objetivo último de las empresas y las municipalidades. El vertido cero de efluentes implica el reciclado del agua y la recuperación de todos los residuos, evitando el vertido de 25 CAPÍTULO 8 | AGUA E INDUSTRIA 0% 100%
80%
60%
40%
20% Mundo Ingresos bajos Doméstico Industria Agricultura Ingresos medios Ingresos medios bajos Ingresos medios altos Ingresos Asia medios y Oriental y bajos el Pacífico Asia Central Europa y América Latina y el Caribe Oriente Medio y Norte de África Asia del Sur África sub- sahariana Uso industrial del agua vs. uso doméstico y agrícola
Uso del agua por sector Arriba Botellas de plástico tiradas al Río Pinheiros, Sao Paulo, Brasil. Fuente: Banco Mundial, 2002.
SECCIÓN 3 s
s
s
s
s la evaluación de procesos de producción menos contaminantes; la Transferencia de Tecnologías Ecológicamente Racionales (estrategia promovida por la ONUDI); la separación de los distintos flujos de aguas residuales para evitar la mezcla de sustancias contaminantes; la recuperación de las materias primas y la energía a partir de los residuos; la selección de tecnologías óptimas para el tratamiento de las aguas residuales.
Las medidas de carácter voluntario y las iniciativas de autorregulación permiten a las industrias supervisar el rendimiento y demostrar su compromiso con la mejora del medio ambiente. Las Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA) y los Sistemas de Gestión Ambiental (SGA) son dos de las formas básicas para ello. Las EIA estudian el impacto ambiental de nuevos proyectos o de la expansión significativa de proyectos en marcha, mediante evaluaciones científicas y consultas a las autoridades públicas y medioambientales. Un SGA (la norma ISO 14001, por ejemplo) contribuye a la puesta en marcha de la política medioambiental de una empresa mediante la atribución de responsabilidades, la definición de objetivos medioambientales y de procedimientos operativos, así como de sus necesidades de capacitación y la identificación de los sistemas de supervisión y comunicación que convendría aplicar. La norma medioambiental ISO 14001 proporciona a las compañías un marco reconocido a nivel internacional con el que pueden demostrar su compromiso medioambiental, a la vez que mejoran sus beneficios y su competitividad. Otras mejores prácticas medioambientales para fomentar el uso sostenible del agua son: s
s Las Auditorías medioambientales, que evalúan la efectividad del sistema de gestión empleado, su conformidad con la política y el programa medioambiental de la organización, así como el cumplimiento de la normativa medioambiental básica. Estas auditorías generalmente incluyen auditorías centradas en el agua y la energía. La Mejor Tecnología Disponible (MTD) es una herramienta que resulta útil para establecer normas relativas a la reducción de emisiones en muchos sectores industriales.
Prácticamente todos los procesos de manufacturación necesitan agua en mayor o menor medida, y su demanda industrial es legítima. La clave está en determinar de qué manera el agua empleada por la industria retorna al sistema y cómo se equilibran las necesidades del sector industrial con las de otros sectores. RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
sustancias contaminantes al medio ambiente acuático. En el caso de que el vertido cero no resulte ni técnica ni económicamente factible, existe toda una serie de buenas prácticas intermedias que se pueden aplicar en las fábricas para reducir el impacto industrial sobre la calidad del agua. Estas incluyen: Arriba Agua tratada in situ en una fábrica de caucho, Malasia.
26 Liberación de carbono orgánico total (COT) directa o indirectamente al agua en 13 países Miembros de la Unión Europea (2003)
Carbono orgánico total Plantas industriales para la obtención de celulosa de la madera u otros materiales fibrosos y la elaboración de papel o cartón (>20t/d) 240.771.200,00 kg
Instalaciones para la eliminación de residuos inocuos (>50t/d) y vertederos (>10t/d 123.851.400,00 kg)
Sustancias químicas orgánicas básicas 41 957 238,80 kg
Otros – 30 943,80 kg
Mataderos (>50t/d), plantas productoras de leche (>200t/d), otras materias primas animales (>75t/d) o vegetales (>300t/d) – 18.628.850 kg
Fuente: UE, 2004
El desarrollo económico requiere un suministro adecuado y continuo de energía para ser sostenible. El agua es un recurso fundamental para generar energía, sobre todo, energía hidroeléctrica, pero también para la generación de energía nuclear, para la tecnología de transporte de carbón en suspensión en el agua y los programas hidroeléctricos a pequeña escala, entre otros. La energía es, también, esencial para el suministro de agua dulce, como por ejemplo, en el bombeo de las aguas subterráneas, en la tecnología de desalinización, y en los sistemas de suministro y distribución. Reducir las ineficiencias de la producción energética (en la generación eléctrica, en la transmisión, la distribución y el uso) hará posible que las necesidades de energía eléctrica sean menores y haya un mayor ahorro de agua. Del mismo modo, reducir la ineficiencia y las filtraciones de los sistemas de distribución de agua (sobre todo, en la agricultura y en las municipalidades, al igual que en otras actividades humanas) posibilita un aumento de la eficacia del sector eléctrico y un gran ahorro potencial de agua en la producción de electricidad. del 90% de la energía que se genera es hidroeléctrica, mientras que en otros no se genera este tipo de energía. Europa hace uso del 75% de su potencial hidroeléctrico, mientras que África sólo ha desarrollado el 7% de su potencial. Esto es considerado como una posible piedra angular del futuro desarrollo de África, con un gran potencial de exportación de energía y planes para establecer una red eléctrica a lo largo de todo el continente. La energía hidroeléctrica aporta flexibilidad a las redes nacionales, por su capacidad de satisfacer repentinas demandas. Las centrales hidroeléctricas en el curso de los ríos son limpias, asequibles, y proveedoras de energía renovable y sostenible, independientemente de su tamaño. Sin embargo, los proyectos de generación hidroeléctrica que implican la construcción de grandes represas pertenecen a una categoría distinta. Aún sigue sin haber unanimidad alrededor del CAPÍTULO 9 | AGUA Y ENERGÍA
CAPÍTULO 9 Agua y energía
La relación entre el agua y la energía es, con frecuencia, subestimada. La experiencia demuestra que un análisis simultáneo del uso del agua y de la energía en la elaboración de políticas puede suponer un aumento significativo de la productividad y la sostenibilidad en el uso de ambos recursos. Sin Por embargo, en la actualidad, la estrecha relación entre el agua y el uso de la energía eléctrica (denominada nexo agua-energía), no se toma lo suficientemente en cuenta en la elaboración de (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) Se están perdiendo grandes oportunidades para fomentar un mayor desarrollo socioeconómico. En los países en vías de desarrollo, más de 2.000 millones de personas no tienen acceso a unas fuentes fiables de energía. Sólo en África, aproximadamente 526 millones de personas no tienen acceso a la electricidad. En muchos países en vías de desarrollo, el acceso a la electricidad sigue estando muy por detrás del acceso a un mejor suministro de agua. Si bien el mejorar el acceso a la electricidad no es uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), es uno de los objetivos adoptados en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002.
La energía hidroeléctrica puede llegar a ser aún más sostenible. La energía hidroeléctrica representa un 19% de la generación total de energía eléctrica en el mundo, si bien su relevancia depende de cada país. En 24 países, más Arriba La presa Ataturk en Turquía, es la más grande de un total de 22 presas y 19 centrales hidroeléctricas construidas en los ríos Tigris y Éufrates. Abajo Panel solar fotovoltaico para bombear agua, aldea de Kabekel, Gambia.
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SECCIÓN 3 s
s
s
s Priorizar, en caso de nuevas inversiones, los proyectos localizados en el curso de los ríos. Añadir fuentes de energía alternativa a la energía hidroeléctrica, por ejemplo, mediante la combinación de ésta con la energía eólica. Aumentar la capacidad hidroeléctrica de las infraestructuras ya existentes, como las presas de almacenamiento de agua o los diques. Prolongar la vida y mejorar la eficacia de los proyectos de energía hidroeléctrica existentes. Los proyectos hidroeléctricos a pequeña escala pueden ser una alternativa viable frente a proyectos similares de mayor envergadura. Éstos son especialmente apropiados para proveer una electrificación fuera de red a aquellas zonas rurales de población diseminada. Esto, suponiendo que los recursos hídricos disponibles sean adecuados, y que se tomen en cuenta las variaciones estacionales de la producción energética. Los proyectos a pequeña escala carecen
de la controversia propia de los grandes proyectos hidroeléctricos, ya que su impacto sobre el medio ambiente local es limitado. Su aplicación puede contribuir a aliviar la pobreza mediante un desarrollo socioeconómico sostenible, aumentando las oportunidades de empleo para la población local, mejorando la calidad de vida en el medio rural y promoviendo un desarrollo respetuoso con el medio ambiente. La inversión de las empresas privadas o de particulares en este tipo de proyectos puede fomentarse mediante políticas preferenciales como por ejemplo: la reducción de impuestos, las subvenciones y préstamos del Gobierno en condiciones favorables, y la estimulación de las capacidades indígenas para la manufacturación de equipos hidroeléctricos de menor tamaño.
El impacto de un sistema de suministro de agua de alto consumo energético puede ser nefasto en zonas con escasos recursos hídricos y energéticos. La intensidad energética mide la cantidad de energía empleada por unidad de agua suministrada. Algunas fuentes de suministro de agua consumen más energía que otras. La desalinización térmica, por ejemplo, requiere más energía que el reciclado de aguas residuales, mientras que el bombeo de agua consume una gran cantidad de recursos energéticos en todo el mundo. Aplicar la eficiencia energética en las industrias del agua y de las aguas residuales reduce los costos de funcionamiento y mantenimiento, las emisiones y los costos de capital de los nuevos suministros. La eficiencia energética mejora, además, la calidad del agua, la cobertura del servicio, la solvencia y la capacidad operativa de las instalaciones, además de conllevar toda una serie de beneficios relacionados. Se puede estimular la reducción del uso energético del agua y de los sistemas de aguas residuales, delegando la gestión energética y del agua a los niveles locales. Sin embargo, para que ello tenga éxito, es fundamental implicar a los responsables de la toma de decisiones en materia de agua y aguas residuales, y el primer paso, para ello, es la realización de auditorías que consideren los factores energéticos y el agua a la hora de calcular los beneficios. La implicación de los responsables proporciona, además, el apoyo necesario para aplicar medidas de eficiencia energética, asegurando así la sostenibilidad de los esfuerzos para reducir el gasto energético y las aguas residuales.
Las últimas inquietudes en materia medioambiental exigen una mayor inversión en energías renovables. Dichas inquietudes, relacionadas, sobre todo, con el cambio climático, la eliminación de residuos nucleares y la seguridad y garantías del suministro energético, han animado a los gobiernos a elaborar políticas destinadas a impulsar el uso de energías renovables y la Producción Combinada de Calor y Electricidad (PCCE). La inversión total mundial en energías renovables pasó de 6.000 millones de dólares en 1995 a aproximadamente 22.000 millones de dólares en 2003, y sigue creciendo rápidamente. La generación a gran escala de electricidad térmica e hidroelectricidad, así como la existencia de redes de transmisión y distribución, siguen dando a las economías de escala una ventaja significativa de costes sobre las alternativas renovables. En el pasado, muchos países concedieron subvenciones con el fin de promover una política centralizadora de suministro RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
mundo sobre la conveniencia de clasificar estos proyectos como suministradores de energía renovable y si deberían ser una inversión prioritaria en los países en vías de desarrollo.
La construcción de nuevas presas requiere más transparencia, rendición de cuentas, implicación de todas las partes interesadas y control del proceso contractual. Todo ello es esencial para fomentar la igualdad social y una buena gobernabilidad. En muchos lugares, las grandes presas se construyen más con la intención de emplearlas para almacenar agua, para la irrigación y la regulación de caudales, que para obtener energía hidroeléctrica. Las elevadas inversiones destinadas a la energía hidroeléctrica pueden ser más sostenibles mediante lo siguiente: Arriba Planta de energía por carbón en Bergheim, Alemania. Derecha Presa Kut Al Amara, Irak.
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Fuente: Asociación Internacional de Energía, 2004 SECCIÓN 3 GWh energético que favoreció a las centrales térmicas y las centrales hidroeléctricas de gran tamaño. Esta tendencia ha de ser revertida.
Las estrategias nacionales para aumentar el uso de las energías renovables pueden ir más lejos. Los gobiernos que adhirieron al Protocolo de Kioto deben reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar las inversiones en energías limpias. Estos objetivos pueden ser alcanzados mediante la implementación de una serie de reformas de las políticas nacionales destinadas a promover el uso de las energías renovables. Esto incluye la instauración de subvenciones para el desarrollo y la puesta en marcha de mini-redes que empleen energías renovables, la aplicación de medidas para promover la generación de energía distribuida, la disposición de fondos para inversiones en energía a pequeña escala en las zonas rurales (junto con el respaldo de los proyectos de microfinanciación) y la existencia de subvenciones fijas, como por ejemplo Se necesitan nuevos enfoques para fomentar la eficiencia energética con fines específicos. La mayor parte de la futura demanda energética mundial tendrá que satisfacerse mediante una mejora de la eficiencia. Mientras que los fabricantes de equipos consumidores de energía han mejorado con éxito el rendimiento de los componentes individuales, tales como bombas, compresores, ventiladores y hervidores, éstos sólo son útiles para el usuario cuando forman parte de un sistema. A través de la mejora del diseño y de la operatividad de los sistemas suministradores de energía, hay posibilidades de mejorar la eficiencia energética y de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector industrial. Además, es posible estimular la eficiencia energética a través de medidas tales como: s
s
s
s La incorporación de condiciones que permitan integrar los costes energéticos del ciclo de vida útil en las licitaciones para proyectos de inversión. El fomento de un mejor diseño y funcionamiento de los sistemas de bombeo, por ejemplo, mediante premios a la innovación en eficiencia energética. La exigencia de estándares y etiquetas de eficiencia energética en todo aparato y equipo. La implementación de medidas de mayor eficiencia energética en el sector industrial mediante el compromiso de iniciar el proceso de certificación según la norma medioambiental internacional ISO 9001/14001. 29 CAPÍTULO 9 | AGUA Y ENERGÍA Generación global de electricidad por fuente (1971-2001) 1971 1973 1975 1977 1979 1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 18,000,000
16,000,000
14,000,000
12,000,000
10,000,000
8,000,000
6,000,000
4,000,000
2,000,000
0 charbon pétrole gaz nucléaire hydraulique Carbón Petróleo Gas Nuclear Hidráulica combustibles renouvelables renovables déchets residuosgéothermique/solaire/éolienne Combinación energías et y Geotérmica/solar/eólica Suministro total de energía primaria por fuente (2002) bonificaciones tributarias a la inversión y amortizaciones aceleradas, además de otros incentivos económicos. Gas 20,9%
Nuclear 6,8%
Hidráulica 2,2% Combinación de energías renovables y residuos 10,8% Geotérmica/sólar/eólica 0,55 Petróleo 35,8%
Carbón 23,0% Fuente: Asociación Internacional de Energía, 2004
Los países en vías de desarrollo se ven afectados de forma desproporcionada por los desastres. Es habitual que las comunidades de los países en vías de desarrollo sean las más afectadas, registrando pérdidas que llegan a ser cinco veces superiores por unidad de Producto Interior Bruto (PIB) a las de sus homólogos más desarrollados. Dichas pérdidas suponen una regresión del crecimiento económico y del desarrollo social que,, a veces, puede durar décadas. Una mejor gestión del riesgo es una de las cuestiones clave a la hora de tratar de romper el círculo vicioso de la pobreza.
El Plan de Acción de Johannesburgo y los Objetivos de Desarrollo del Milenio han hecho especial hincapié en la relación existente entre la reducción de riesgos de desastres y el desarrollo sostenible. Ambos han demostrado también hasta qué punto el hambre y la enfermedad reducen la capacidad de las personas para afrontar los desastres naturales, además de poner de relieve la relación entre pobreza y facilidad de acceso a zonas seguras o a unos medios de transporte adecuados en situaciones de emergencia. Por tanto, los esfuerzos que se realicen para reducir los riesgos de desastres deben considerar, no sólo la recuperación de las comunidades tras el desastre, sino también el que éstas superen el umbral de la pobreza. Esto convierte la gestión de riesgos en una cuestión de política social que va de par con los procesos globales en marcha relacionados con el desarrollo sostenible. A la hora de evaluar los riesgos, se presentan dos grandes desafíos: los métodos y mediciones científicas utilizados, y diversos asuntos sociales y políticos. Esto se identificó en un estudio de 2004 de la OMM sobre los enfoques y actividades de gestión del riesgo basado en un análisis de 61 estudios de casos de los 5 continentes. Los métodos y mediciones científicos precisan de: s
s s
s s s datos que permitan hacer un mapeo de los peligros y evaluar los impactos; unos Sistemas de Información Geográfica (SIG) de fácil uso; una mayor precisión en las predicciones meteorológicas y de inundaciones; mejores conocimientos sobre los efectos del cambio climático; mejores métodos de evaluación de la vulnerabilidad; desarrollo de estrategias medioambientales y, con extrema urgencia, datos e información que permitan mejorar los servicios de predicción y alerta temprana. Las cuestiones sociales y políticas hacen necesario lo siguiente: s
s s s un enfoque integrado de gestión de riesgos que incluya una mayor integración de las políticas públicas relacionadas con los riesgos y más cooperación entre los responsables de la toma de decisiones y de la gestión de riesgos y del agua; el establecimiento de acuerdos transfronterizos; la participación pública en los programas de gestión del riesgo; la promoción de foros nacionales de prevención de desastres que ayuden a reforzar los marcos de gestión del riesgo, y los mecanismos de gestión y de coordinación institucional. EIRD (Estrategia Internacional de Reducción de Desastres) y
UNU (Universidad de las Naciones Unidas) RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
CAPÍTULO 10 Gestionar el riesgo: asegurar los beneficios del desarrollo
En la pasada década, el 90% de los desastres naturales ocurridos estuvieron relacionados con el Por agua. Los tsunamis, las inundaciones, las sequías, la contaminación y las oleadas de tormentas son tan sólo algunos ejemplos de todos aquellos peligros que pueden poner en riesgo a las sociedades y comunidades. Cuando dichos riesgos, probablemente, en aumento debido al (Organización Meteorológica Mundial), relacionados con el agua dulce que resultan ser más mortales, quebrando además el desarrollo socioeconómico, sobre todo en los países en vías de desarrollo. Los esfuerzos para reducir el riesgo de que se desencadenen desastres se han de integrar de forma sistemática en las políticas, planes, y programas de desarrollo sostenible y de reducción de la pobreza. Arriba Refugiados en el campo de Koren, Etiopía.
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SECCIÓN 4 Cada vez más, la gestión del riesgo se plantea en términos de prevención, como resultado de un cambio paulatino desde la reacción y la asistencia en caso de emergencia hacia estrategias destinadas a evaluar, prevenir y mitigar el riesgo. Un elemento clave es la elaboración de nuevos enfoques multi-riesgo que permitan la alerta temprana, la predicción, la preparación y la reacción. Estos enfoques constituyen un método ideal para salvar vidas y proteger las infraestructuras, sobre todo, gracias a los sistemas de observación y de telecomunicaciones ya existentes. Sin embargo, para que la gestión integrada de riesgos resulte efectiva, es necesaria una estrecha relación con los gestores de los recursos hídricos y considerar los puntos de vista de todos los sectores afectados. Las nuevas estrategias de prevención de riesgos se deben considerar parte integral del desarrollo y la planificación socioeconómica en su sentido más amplio.
El conocimiento de los riesgos relacionados con el agua ha mejorado pero, aun así, se necesitan estrategias más flexibles y adaptadas a la gestión del riesgo. El análisis de la gestión de riesgos ha evolucionado gracias a los avances en las técnicas de modelación y predicción. Mientras que en el pasado esta gestión se centraba en el control técnico de los riesgos, hoy día, las evaluaciones incorporan factores sociales y medioambientales, como por ejemplo el impacto de la variabilidad climática o los cambios en los fenómenos meteorológicos extremos. Otros componentes fundamentales de la gestión del riesgo son la sensibilización del público, la capacidad de reacción de las comunidades, la coordinación efectiva entre las autoridades nacionales y locales, y todo lo relativo a la percepción del riesgo. Las políticas de gestión de riesgos de desastre deben, también, prever los patrones sociales, presentes y futuros, de exposición y vulnerabilidad a dichos riesgos. En todo caso, se necesita más flexibilidad en el proceso de toma de decisiones para poder adaptarse con rapidez a los contextos cambiantes. Algunas estrategias de adaptación incluyen la capacidad de formulación de nuevas leyes en caso de que los riesgos cambien, un mejor acceso y difusión de la información y la creación de un sistema de indicadores más exhaustivo. Los indicadores son necesarios para evaluar la eficiencia de las fórmulas actualmente utilizadas para gestionar los riesgos y elaborar estrategias de reducción de riesgos de desastres. Los indicadores resultan fundamentales a la hora de identificar y hacer un seguimiento de las tendencias subyacentes a los desastres, el peligro, la vulnerabilidad y el riesgo. Los factores de riesgo incluyen, entre otros, la degradación medioambiental, el crecimiento de la población, la revalorización de los bienes situados en zonas inundables y la percepción del riesgo. Puesto que la elaboración de indicadores es una disciplina relativamente novedosa, los indicadores de riesgos relacionados con el agua todavía son escasos. Estos indicadores se ven además limitados por su diseño conceptual y la ausencia de datos. Los indicadores cuantificables son especialmente importantes en aquellos casos en que las decisiones implican la consideración de diferentes opciones de desarrollo con distintos grados de riesgo. Se necesitan, también, más recursos e investigación para desarrollar y demostrar la efectividad de los indicadores de riesgo, en consonancia con otros índices relacionados con el agua.
Hay muy poca información disponible sobre el agua y los riesgos, lo que supone un serio impedimento a la mejora de las estrategias de gestión de riesgos. La información relacionada con el agua y los riesgos resulta fundamental para desarrollar enfoques multi-riesgo e indicadores de riesgo que permitan operar sistemas de alerta eficientes, desarrollar programas de sensibilización, y facilitar a las instituciones su adaptación a los cambios medioambientales y sociales. La disponibilidad y el acceso a la información es, por tanto, fundamental para analizar los peligros y evaluar el grado de vulnerabilidad, si bien los conocimientos y la información sobre riesgos son, a menudo, inaccesibles o inexistentes. La pérdida de la memoria institucional y el acceso limitado a los datos o a la información son algunas de las dificultades encontradas. El conocimiento y la experiencia sobre riesgos se pueden perder con el paso del tiempo por motivos tales como la inexistencia de fondos para mantener las bases de datos, la falta de colaboración entre las administraciones para compartir información y la pérdida de memoria institucional cuando el personal abandona su cargo. Todo ello afecta al seguimiento de los procesos naturales que tienen lugar en las cuencas fluviales, la localización de la información almacenada, el mantenimiento de las estaciones, el funcionamiento de los modelos y la comprobación de la consistencia de las predicciones. De este modo, una mala gestión del conocimiento impide el desarrollo de políticas adecuadas de seguimiento de los riesgos y la implementación eficiente de estrategias de prevención o protección. CAPÍTULO 10 | GESTIONAR EL RIESGO: ASEGURAR LOS BENEFICIOS DEL DESARROLLO Izquierda Destrucción en la costa de Indonesia tras el paso del tsunami del 26 de diciembre de 2004. Abajo La Plaza de San Marcos inundada, Venecia, Italia.
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SECCIÓN 4 2. Identificar y hacer un seguimiento de los riesgos. 3. Hacer uso de la información y de la educación para crear una cultura de la prevención. 4. Reducir los factores de riesgo subyacentes. 5. Mejorar la preparación ante los desastres y la planificación de contingencias. 6. Conseguir apoyo internacional para los esfuerzos de reducción de desastres a nivel nacional y local. Muchas de las carencias y desafíos se analizan en el Informe de la Conferencia Internacional sobre Reducción de Desastres, celebrada en Kobe, Hyogo, Japón, en enero de 2005. Fuentes: – EM-DAT, base de datos internacional sobre desastres de OFDA/CRED. Universidad Católica de Lovaina. – Instituto Internacional de Investigación para la Predicción Climática (sección sequías) – CIESIN, IFPRI, WRI: proyecto Gridded Population of the World (GPW), Versión 2 (población) Recopilado y calculado por PNUMA/GRID-Ginebra Exposición física (personas por año) 0 – 10 10 000 – 100 100 000 – 1 000 000 1 000 000 – 10 000 000 10 000 000 – 35 000 Vulnerabilidad relativa (millones de personas expuestas fallecidas por año) 0 – 0.1 0.1 – 1 1 – 10 10 – 100 100 – 1 000 1 000 – 100 000 Sin datos Exposición física y vulnerabilidad relativa a las sequías (1980-2000) 32 RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
Se han identificado seis grandes objetivos prioritarios para la reducción de los riesgos de desastre durante los próximos diez años. Al revisar los progresos realizados en la implementación de la Estrategia de Yokohama para un mundo más seguro, la ONU/EIRD (Naciones Unidas/Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres) identificó los siguientes objetivos:
1. Asegurar que la reducción de los riesgos de desastres se lleva a cabo mediante una política nacional que tenga una buena base organizativa. Exposición física y vulnerabilidad relativa a las inundaciones (1980-2000) Fuentes: – EM-DAT, base de datos internacional sobre desastres de OFDA/CRED. Universidad Católica de Lovaina – Instituto Geológico de Estados Unidos: HYDRO1k Base de datos de elevaciones derivadas (cuencas hidrográficas afectadas por las inundaciones) – CIESIN, IFPRI, WRI: proyecto Gridded Population of the World (GPW), Versión 2 (población) Recopilado y calculado por PNUMA/GRID-Ginebra Exposición física (personas por año) 0 – 10 000 10 000 – 100 000 100 000 – 1 000 000 1 000 000 – 10 000 000 10 000 000 – 100 000 000
100 000 000 – 1 000 000 000
Vulnerabilidad relativa (millones de personas expuestas fallecidas por año) 0 – 0.1 0.1 – 1 1 – 10 10 – 100 100 – 500 Sin datos Fuente: PNUD, 2004 Fuente: PNUD, 2004
toma de decisiones en torno a la gobernabilidad y la gestión del agua se complican y, tanto los avances legislativos e institucionales como las directrices para el fortalecimiento de capacidades, constituyen un aspecto cada vez más crítico a la hora de asegurar un acceso compartido al agua eficiente y equitativo.
Reforzar los mecanismos institucionales y los marcos legales para lograr una Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH) es de vital importancia tanto para facilitar el proceso como para asegurar que la carga de los costes de transacción asociados se compartan de forma equitativa. La GIRH debe tener lugar en un entorno institucional propicio para su avance, lo que supone contar con estructuras para el fortalecimiento de capacidades, con principios reguladores y con mecanismos organizativos para fomentar la cooperación y la gestión de conflictos. Los tratados, convenciones y acuerdos, junto con las conferencias internacionales que movilizan a los políticos, administradores, ONG y comunidades de conocimiento son también elementos clave para establecer un entorno propicio.
A pesar de que el progreso registrado ha sido considerable, sigue habiendo problemas básicos, entre otros: s
s
s Cómo reunir a las partes implicadas para que cooperen en materia de gestión conjunta del agua en aquellos casos en que no existe ningún acuerdo. Cómo lograr que los países que han suscrito acuerdos, tratados u otros mecanismos de coordinación se responsabilicen de su implementación. Qué tipos de mecanismos se pueden emplear para incitar la observancia de los acuerdos. Involucrar a grupos desaventajados o sometidos desde el comienzo del proceso, sobre todo, a nivel local, puede evitar que los altercados se conviertan en hostilidades.
La evaluación de las situaciones en las que se comparte el agua resulta especialmente dificultosa debido a la mala calidad y escasez general de datos e información necesarios para una toma de decisiones equilibrada y documentada. El perfeccionamiento de indicadores mensurables podría mejorar el análisis de las tendencias relativas a la forma de compartir el agua, indicadores que pueden girar en torno a aspectos conflictivos concretos. Los indicadores propuestos a continuación hacen especial hincapié en la relevancia, validez, fiabilidad y capacidad de comparación a lo largo del tiempo y del espacio: CAPÍTULO 11 | COMPARTIR EL AGUA parte del proceso.
El acceso a un suministro de agua dulce apropiado es una cuestión muy controvertida en las relaciones interestatales en material de agua, si bien la cooperación, y no el conflicto, es cada vez más habitual. Los conflictos tienen lugar, sobre todo, entre aquellos usuarios que comparten la misma fuente, una situación, a menudo, exacerbada por los valores tradicionales, los hábitos y costumbres, los factores históricos y los caprichos de la geografía. Aun así, en un número creciente de casos, los tratados, acuerdos y principios del derecho internacional de aguas favorecen la consolidación de mecanismos para la resolución de conflictos. Los procesos de CAPÍTULO 11 Compartir el agua
Por los Recursos Hídricos (GIRH) busca una gestión del agua más eficaz y equitativa mediante la intensificación de la cooperación. Vincular las instituciones relacionadas con las aguas (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) Arriba Falúas en el río Nilo, cerca de Fileas, Egipto. Esta cuenca es compartida por 14 estados. Abajo La cuenca del Danubio es la cuenca compartida por un mayor número de países en el mundo: 18 estados ribereños.
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SECCIÓN 4 (m /per cápita/año) s
s
s
s
s Un indicador de interdependencia hídrica, ejemplificado por la afluencia de agua procedente de otras cuencas fluviales. Un indicador de cooperación, que considera el número de proyectos conjuntos, tratados u otros acuerdos formales significativos. Un indicador de vulnerabilidad, resultado de la relación entre la oferta y la demanda de agua. Un indicador de fragilidad, calculado en términos de deterioro medioambiental y malestar social (principalmente, pobreza y rivalidades), dentro de los países y entre ellos. Un indicador de desarrollo, que considera las competencias/compromisos para tratar y gestionar los conflictos relacionados con el agua. La GIRH favorece la planificación a largo plazo y en casos de emergencia mediante el aumento de la capacidad de respuesta de los sistemas vulnerables y el incremento de la diversidad y la flexibilidad. Los nuevos enfoques de gestión se basarán en principios de cooperación regional, centrándose en las cuencas fluviales y los acuíferos, y haciendo hincapié en las necesidades sociales y la sostenibilidad medioambiental. Además, deberán considerar los problemas conexos de los recursos naturales, reducir los posibles puntos de fricción y tensión, y eliminar las reivindicaciones conflictivas, mediante la gestión del riesgo y la valoración de las vulnerabilidades. Los instrumentos legales clásicos y los enfoques informales desempeñan un papel importante en la neutralización de los conflictos y en el avance de la cooperación, algo que se menciona sin cesar en los distintos estudios de seguridad, programas de gestión, directrices administrativas, convenciones y acuerdos bilaterales.
Las técnicas o enfoques que permiten una repartición justa del agua nos obligan a considerar y coordinar las necesidades y demandas de agua de todos los sectores. La transición hacia la GIRH también requiere estructuras institucionales para la cooperación y la integración, para el intercambio de conocimientos y experiencias, y para la repartición de responsabilidades. Por encima de todo, la voluntad y compromiso políticos se presentan como prerrequisitos importantes para lograr una cooperación efectiva en todos aquellos ámbitos que implican compartir el agua.
En el futuro, es posible que los temas especialmente polémicos estén relacionados con las aguas transfronterizas compartidas y la seguridad medioambiental. Compartir, lo que puede significar una mayor interdependencia, puede ser percibido por algunos como una amenaza a su soberanía. Sin embargo, en un mundo cada vez más globalizado y estrechamente relacionado, en parte debido a las tecnologías de la información y la comunicación, y a la colaboración comercial y política, lo más probable es que surjan políticas y programas que promuevan una mayor interdependencia y enfoques globales, que permitan afrontar retos medioambientales como el del comercio virtual del agua.
Los nuevos modelos que se definen para compartir el agua no deberían presuponer que las únicas soluciones aceptables son las óptimas. Toda aproximación razonable pasa así a formar parte de las necesarias soluciones transitorias que permitirán equilibrar el futuro ideal o deseado, y la solución real o pragmática y práctica. De este modo, la gestión del agua compartida podrá ser un instrumento realista y riguroso que posibilite una perspectiva ecuánime, y facilite una herramienta útil para mediar en conflictos o enfrentamientos prolongados originados por los recursos hídricos. Para concluir, se puede decir que, a la hora de analizar las experiencias de uso compartido del agua a nivel local, nacional e internacional, se observan tanto éxitos como fracasos. Parece cada vez más evidente que el agua es un catalizador para la cooperación y que, por tanto, no divide sino que une pueblos y sociedades. RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA Arriba Presa y central eléctrica de Itaipú en el río Paraná, Brasil/Paraguay.
34 Huellas hídricas mundiales a nivel nacional (2004) Huella hídrica 3 600 – 800 800 – 1000 1000- 1200 1200 – 1300 1300 – 1500 1500 – 1800 1800 – 2100 2100 – 2500 Sin datos Fuente: Chapagain y Hoekstra, 2004
La distinción entre el "valor" y el "precio" del agua se refleja en el modo en el que la sociedad percibe la "valía" del agua en sus diferentes usos. Valorar el agua supone reconocer el valor cultural, estético, social y medioambiental del agua y de los servicios conexos. Con la mayor apreciación de los valores no comerciales del agua, la sociedad exige reformas en la política hídrica que reflejen dichas consideraciones. Cuando se trata de estimar en términos financieros cuáles son los beneficios que la sociedad obtiene del agua, la técnica de la valoración económica facilita nuestra comprensión del valor del agua en su sentido más amplio. cuando se trata de reflejar el verdadero valor que la sociedad atribuye al agua y a los servicios hídricos, al menos facilitan la comprensión de las implicaciones que conllevan las distintas opciones de desarrollo, y contribuyen a mejorar la rendición de cuentas y la transparencia de la gobernabilidad y la gestión del agua. El objetivo perseguido cuando se utiliza el método de análisis costo-beneficio es mejorar la eficiencia en el uso del agua, por ejemplo en la agricultura, mejorando la relación entre el agua empleada y la cosecha obtenida, con el fin de que las distintas demandas de recursos hídricos puedan ser satisfechas. En un mundo en el que la competencia por los recursos se ha intensificado, mejorar la eficiencia en el uso del únicas en tanto que elemento esencial para la vida y los papeles innumerables que llega a desempeñar, el agua goza de numerosos valores, tanto sociales, culturales y medioambientales, como económicos. Todos estos valores han de ser considerados a la hora de elaborar políticas y programas relacionados con el agua si se pretende conseguir una gestión de los recursos hídricos que sea equitativa, eficiente y sostenible para el medio ambiente.
La valoración económica representa un método racional y sistemático para evaluar las prácticas relacionadas con la distribución y la gestión de los recursos hídricos. La valoración económica es un proceso mediante el cual se asocia un valor monetario a los costes y beneficios derivados de una mejora real, o prevista, de los servicios hídricos. Esto puede ayudar a todas las partes implicadas, a los planificadores y a quienes elaboran las políticas, a la hora de analizar las diversas opciones de gobernabilidad y de realizar una selección de las mismas con el objetivo de obtener unos resultados óptimos en materia social, medioambiental y económica; de acuerdo con objetivos tales como los ODM.
Los economistas han previsto técnicas alternativas para valorar y comparar los resultados esperados asociados a las diferentes estrategias de gobernabilidad. La amplia gama de valores sociales, culturales y medioambientales relacionados con el agua no siempre se tiene en cuenta en las transacciones de mercado. Si bien las técnicas más recientes siguen siendo imperfectas CAPÍTULO 12 | VALORAR Y COBRAR EL AGUA
CAPÍTULO 12 Valorar y cobrar el agua
La disponibilidad de agua a un precio asequible produce cada vez más inquietud a nivel político y económico. El aumento de la población y unos ingresos más altos estimulan la demanda directa e ONU-DAES indirecta de mejores servicios de saneamiento y abastecimiento, tanto de alimentos, bienes (Departamento de manufacturados y energía, como de servicios medioambientales. Teniendo en cuenta sus propiedades Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas) Izquierda Comercio de agua en la ciudad de Abomey, Benin.
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SECCIÓN 4 Las tarifas del agua son excesivamente bajas en muchos ámbitos de los sectores municipal y agrícola y, a menudo, ocurre que el tipo de tarifas aplicadas en la actualidad no cubre los costes. Como resultado de ello, las subvenciones y una inversión deficitaria (falta de mantenimiento, rehabilitación y expansión de los servicios hídricos) son habituales. Las tarifas han estado siempre por debajo de los costes, sobre todo, debido a la percepción general de que el agua y el saneamiento son bienes públicos. Por una parte, las protestas de la sociedad y la presión política han frenado el aumento de las tasas y, por otra, solicitar el pago íntegro por un agua limpia y unas instalaciones de saneamiento apropiadas situaría estos servicios fuera del alcance de la mayoría de las personas desfavorecidas. Como resultado de ello, las subvenciones por parte de otros usuarios del agua, de los gobiernos y de las instituciones donantes siguen siendo necesarias para lograr los objetivos de abastecimiento de agua y de saneamiento.
Reformar las políticas de cobro resulta fundamental para mejorar la rentabilidad de los servicios y la productividad del agua en todos los sectores. Implantar de forma generalizada una estructura de cobro actualizada que permita recuperar los costes, facilitar el buen mantenimiento y el incremento de los sistemas de abastecimiento de agua y conceder incentivos a la conservación y la reutilización resulta más que nunca necesario. La reforma también resulta necesaria para garantizar que el abastecimiento de agua y los servicios de saneamiento sean asequibles y accesibles a las poblaciones de bajos ingresos. La impopular medida de aumentar las tarifas tendrá que ser defendida, ello puede lograrse mediante reformas oportunas y programas educativos que tengan como objetivo hacer entender a los usuarios el coste total, y el valor de unos servicios apropiados de abastecimiento de agua limpia y de saneamiento. Es importante señalar que la disposición a pagar por parte de los usuarios, e incluso el éxito de la valoración económica, dependen en gran medida de la calidad y la disponibilidad de datos e informaciones relevantes. A pesar de su utilidad, la valoración económica no siempre sirve de guía a la hora de determinar la política de gobernabilidad idónea o la tarifa más apropiada. Durante años, se han propuesto numerosas técnicas de evaluación de los aspectos socioculturales y medioambientales relacionados con el abastecimiento y gestión de los recursos hídricos, si bien ninguna ha logrado reflejar plenamente todas las inquietudes y valores relacionados con el agua. Como consecuencia de ello, la toma de decisiones de gestión y distribución de los recursos hídricos entre usos que compiten entre sí, se lleva habitualmente a cabo a través de procesos políticos o de negociaciones asistidas por terceros y con la participación de RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
agua resulta cada vez más importante. La valoración económica es una herramienta que ayuda a evaluar los costes y los beneficios de las distintas estrategias de gobernabilidad y de los servicios hídricos.
El análisis costo-beneficio permite calcular tanto los beneficios netos potenciales de las políticas públicas propuestas, como los beneficios logrados con las políticas previas. Investigaciones llevadas a cabo en Asia durante las tres últimas décadas demuestran que el rendimiento económico de las inversiones públicas realizadas en irrigación fue modesto en comparación con el que se obtiene de otras inversiones (investigación, carreteras rurales y educación) o, incluso, con los intereses del capital. Otras investigaciones han demostrado la excelente relación coste- beneficio de las inversiones en abastecimiento de agua y saneamiento en zonas donde no existen las instalaciones necesarias. Estas conclusiones demuestran que una reasignación de recursos hacia la inversión en el suministro doméstico de agua y saneamiento podría suponer una mejora neta considerable del bienestar social.
Cobrar los servicios de abastecimiento de agua (doméstica o para fines comerciales, industriales y agrícolas) exige un consenso en torno a los principios y objetivos subyacentes. Éstos incluyen la recuperación de todos los costes y la protección de las necesidades de los pobres y los marginalizados. Además de ello, requiere un análisis exhaustivo y sistemático de todos los costes y beneficios derivados y, por último, una gama tarifaria que trate de equilibrar los múltiples, y en ocasiones competitivos, objetivos de la sociedad. A nivel mundial, el principio de el usuario paga se está convirtiendo en un criterio cada vez más importante a la hora de establecer las tarifas. Izquierda Bomba de agua pública en el Parque Nacional de Amboseli, Kenia. Derecha Barrio marginal a orillas del río Mekong, Vietnam.
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SECCIÓN 4 las distintas partes interesadas (usuarios del agua, diversos niveles gubernamentales y la comunidad científica, entre otros).
Los gobiernos deben mostrarse abiertos a iniciativas innovadoras para aumentar el abastecimiento de agua y los servicios conexos. Ello incluye a los pequeños suministradores privados, las alianzas público-privadas a diferentes niveles, la participación de la comunidad, los mercados de negociación de derechos de acceso, las transacciones de pago por servicios medioambientales y las políticas comerciales y de desarrollo que consideren el flujo de agua virtual. Teniendo en cuenta las características únicas del agua y su relación con la salud pública, la seguridad medioambiental y el desarrollo en general, el papel regulador de los gobiernos seguirá siendo esencial para la gobernabilidad del agua. La participación del sector privado, aunque no siempre conveniente, puede favorecer el desarrollo de sistemas y servicios de abastecimiento de agua eficientes, contribuyendo así a la realización de los objetivos de gestión sostenible e integrada de los recursos hídricos (GIRH).
El agua virtual, un concepto que considera el agua que contienen los diversos bienes y servicios, pretende optimizar la utilidad del agua, en tanto que factor de producción y, por tanto, fomentar un uso más eficiente del agua. Del mismo modo, el pago por los servicios medioambientales (PES, por sus siglas en inglés) reconoce la relación existente entre la tierra y los recursos hídricos y, por tanto, la importancia de gestionar los recursos terrestres para preservar la función que desempeñan los ecosistemas. En el marco de la valoración económica de las distintas opciones posibles para la consecución de los ODM, los análisis más recientes han privilegiado la definición tanto de los beneficiarios, como del coste de los servicios. Resulta fundamental poder entender mejor las múltiples facetas del valor del agua y las herramientas económicas relacionadas. Tanto los planificadores, como los responsables de elaborar políticas necesitan entender las posibilidades y las limitaciones de las técnicas de valoración, y el papel que éstas pueden jugar en la orientación de los debates y decisiones sobre la gestión y distribución de los recursos hídricos. También se necesitan técnicos que sepan expresar con claridad los conceptos económicos, hacer uso de las herramientas disponibles y ayudar a todas las partes implicadas a manifestar sus valores y preferencias. De este modo, las técnicas de valoración pueden favorecer la transparencia en la gobernabilidad del agua y mejorar las posibilidades de compartir informaciones. Sin embargo, el verdadero desafío a la hora de valorar el agua no consiste en dominar las técnicas econométricas necesarias para realizar su valoración económica, sino en la capacidad de reflejar en las decisiones de gobernabilidad y gestión los diversos valores del agua reconocidos por sus múltiples usuarios. CAPÍTULO 12 | VALORAR Y COBRAR EL AGUA Abajo Grupo de hombres y mujeres bañándose en el Ganges, India.
37 Sitios del Patrimonio Mundial con importante valor hídrico 5. Monumentos de Nubia, Egipto 6. Medalla del Patrimonio otorgada a la ciudad de Potosí, Bolivia 7. Xochimilco y el centro histórico de Ciudad de México, México 1. Venecia y sus lagunas, Italia 2. El puente viejo de Mostar, Bosnia-Herzegovina 3. Arrozales en terrazas de las cordilleras de Filipinas 4. Angkor, Camboya Éstos son sólo unos ejemplos de los sitios de la Lista del Patrimonio Mundial Cultural relacionados con el agua. Más información sobre este programa y éstos y otros sitios puede ser encontrada en http://whc.unesco.org/
Los niveles de intercambio de información hidrometeorológica son desiguales y se están deteriorando a nivel mundial. También se observa mayor incertidumbre y complejidad en el seguimiento de los efectos de la creciente variabilidad climática y del aumento de la población. Resulta urgente tomar medidas para mejorar la calidad de los conocimientos sobre el agua reforzando e incrementando la eficacia de la red hidrológica global. grupos vulnerables puedan hacerse oír en asuntos relativos a la gestión de los recursos hídricos. Así, por ejemplo, las mujeres se encargan de suministrar, gestionar y proteger el agua, pero Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
CAPÍTULO 13 Mejorar el conocimiento y las capacidades
Por La revolución de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha posibilitado UNESCO muchas de las mejoras observadas en la forma de recabar, almacenar, y compartir datos e (Organización de las información a nivel global. Estos avances han contribuido a la mejora de nuestra comprensión de los sistemas hidrológicos globales y la medición de datos hidráulicos fluviales desde el espacio. Sin embargo, sigue habiendo incertidumbre en los cálculos relativos al equilibrio hídrico global y regional, debido a las numerosas deficiencias detectadas en las redes de estaciones hidrológicas terrestres que conciernen a grandes extensiones del Planeta.
Los conocimientos locales deben ser el punto de partida de todo proyecto de desarrollo. A nivel internacional, se reconoce que el saber local e indígena es vital para el desarrollo sostenible y la gestión medioambiental. Muchas de las actividades que influyen en la gestión y utilización del agua, o que se ven influidas por éstas, son llevadas a cabo por la población local, que tal vez tiene una educación formal reducida, pero que conserva unos sólidos conocimientos acerca de los sistemas hídricos de los que dependen.
La educación es un instrumento clave que contribuye a la mejor preparación de las personas para tratar cuestiones relativas al agua a nivel local. La educación desempeña, también, un papel importante en la capacitación de las personas para resolver los problemas relacionados con la pobreza, la salud, el medio ambiente o el agua que les atañen directamente. Las personas que cuentan con una educación básica, no sólo tienen acceso a más conocimientos sobre buenas prácticas hídricas, el uso eficiente del agua y la higiene, sino que también disponen de la capacidad necesaria para considerar alternativas, tomar decisiones y disfrutar de una vida mejor. La difusión de la educación facilita, además, que los Arriba Programa de alfabetización en Buterere, Burundi. Derecha Investigación en marcha en el Centro de investigación sobre la calidad del agua en Delft, Países Bajos.
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SECCIÓN 4 siguen siendo, a menudo, ajenas a las decisiones de gestión y planificación de los recursos hídricos. Una educación más sólida puede proveer, tanto a las mujeres como a otros grupos, de las herramientas y la confianza que les permitan expresar sus necesidades, y participar en los procesos de planificación y de toma de decisiones relativos al desarrollo de los recursos hídricos.
Los gestores de los recursos hídricos deben poder evaluar sus necesidades de capacitación. Se requiere realizar con urgencia autoevaluaciones que permitan Izquierda Análisis de muestras de agua para detectar oligoelementos en Atenas, Grecia.
39 CAPÍTULO 13 | MEJORAR EL CONOCIMIENTO Y LAS CAPACIDADES
Desarrollo de capacidades: niveles, actividades, resultados y objetivos NIVEL INDIVIDUAL NIVEL INSTITUCIONAL AMBIENTE PROPICIO
Fuente: van Hofwegen, 2004. Desarrollo de los recursos humanos
Definición de estructuras, tareas y mecanismos internos de control Estructura de incentivos
Formación personalizada COMPORTAMIENTO RENDIMIENTO DEL SERVICIO PRESTADO
RENDIMIENTO DEL SECTOR Educación formal/informal, experiencia básica, vocacional, profesional
Formación, competencia orientada a las tareas, vocacional, en el puesto de trabajo, seminarios, talleres, cursos breves, exposiciones, formación personalizada Conocimientos
Habilidades
Actitud Definición de misiones, responsabilidades y mecanismos externos de control
Desarrollo de políticas, legislación, organizaciones, reglamentos y procedimientos
Índice de Conocimiento (2005) Leyenda (0 es el puntaje mínimo y 10 es el puntaje máximo) 0 < = IC < = 2 2 < IC < = 4 4 < IC < = 6 6 < IC < = 8 8 < IC < = 10 Sindatos Fuente: Instituto del Banco Mundial, 2005.
establecer prioridades, identificar carencias en la capacitación y mejorar la eficacia con la que una nación es capaz de responder a contingencias externas. Muchas veces, los esfuerzos para mejorar las capacidades a todos los niveles, se llevan a cabo sin contar con evaluaciones que permitan comprender de forma nítida y clara la situación, por lo que sería conveniente que las naciones realizasen autoevaluaciones tanto de su base de conocimientos como de las capacidades que tienen y de las que necesitan. Éstas pueden fortalecer la habilidad de una nación para priorizar los objetivos organizacionales y mejorar los métodos de autoevaluación, lo que incide en una mayor sensibilización y establece una cultura de supervisión de resultados. De esta manera, la evaluación se convierte en un proceso de desarrollo de capacidades en sí mismo. Los datos y la
SECCIÓN 4 institucionales para asegurar que las instituciones cuenten con: s
s
s un mandato claro y sólido para promover y asentar la institucionalización de una buena gestión y uso del agua a todos los niveles de la sociedad; un sistema organizativo que dé lugar a unas decisiones de gestión efectivas y eficientes; unos mecanismos mejorados de apoyo a la toma de decisiones basados en el análisis de las lecciones aprendidas y de los conocimientos indígenas. Los especialistas en estadística deben colaborar con los expertos en agua y las partes implicadas a nivel regional para adaptar las campañas de supervisión medioambiental y de desarrollo sostenible existentes. Esto es importante para que se integre una información más específica del sector hídrico a nivel global. La evaluación de las capacidades por sector puede generar la información sobre las capacidades existentes y las iniciativas asociadas necesaria para las bases de datos estadísticas. Además, dicha evaluación puede hacer que tomemos conciencia de los vacíos de capacidades y convertirse en sí misma en un proceso de mejora de las capacidades de las partes implicadas. Con más datos, se pueden identificar indicadores genéricos que hagan posible una evaluación global de las capacidades de las naciones para afrontar sus propios problemas relacionados con el agua.
Los indicadores deben informar tanto a los implicados a nivel local como a quienes establecen las políticas a nivel nacional. El desarrollo de indicadores sólidos y fiables puede ser de gran ayuda para los responsables de la toma de decisiones a todos los niveles. Los indicadores facilitan información sobre el progreso realizado para alcanzar los objetivos, determinan las carencias de conocimientos y contribuyen a la identificación y definición de los recursos necesarios para el desarrollo de las zonas más necesitadas. En este contexto, el desarrollo de capacidades puede resultar una herramienta poderosísima para mejorar la gobernabilidad efectiva de las naciones. Dicho desarrollo de capacidades depende de la voluntad política de los gobiernos actuales para implantar reformas, si bien resulta, también, necesario introducir nuevos sistemas de gobernabilidad y familiarizar a los responsables de la toma de decisiones y de su aplicación con las diferentes formas de gestión del agua.
La investigación es una herramienta importante para desarrollar conocimientos sobre la situación global del agua. Sin embargo, para que ello resulte efectivo se precisa una mayor difusión de los mismos. Si bien es cierto que el número de centros de investigación hídrica ha aumentado en los países desarrollados, en los países en vías de desarrollo estas instituciones siguen siendo escasas. Ante ello, se necesita mayor investigación sobre temas específicos propios a los contextos sociales y medioambientales de los países en vías de desarrollo. Una mejor cooperación horizontal (norte-sur y sur-sur) puede favorecer la investigación aplicada destinada a la resolución de problemas prácticos de los recursos hídricos en regiones específicas. La elaboración de índices específicos a los países relativos a los conocimientos y capacidades relacionadas con el agua facilitarían, en gran medida, dicho intercambio. Por último, las herramientas de traducción multilingüe, además de facilitar la transmisión de la información de un país a otro, también serían útiles para fomentar el intercambio de conocimientos valiosos y de mejores prácticas. 40 RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
información resultantes de la autoevaluación se deberían compartir con la comunidad internacional para, así, facilitar un mayor desarrollo de indicadores en este ámbito.
Es necesaria una mayor inversión en las redes de información hidrológica. Se ha detectado una grave disminución de las actividades de recolección de datos, sobre todo, en los países en vías de desarrollo, debido a la inestabilidad política e institucional, los problemas económicos, las limitaciones presupuestarias, el énfasis puesto en las nuevas infraestructuras y la falta de educación profesional. Del mismo modo que los seguros, el conocimiento es un bien que debería adquirirse para protegerse a largo plazo frente a un futuro incierto. Se necesita invertir más en la red básica de obtención de datos hidrológicos para contar con información que pueda evitar errores garrafales en la toma de decisiones relativas a los recursos hídricos en un futuro imprevisto. Las inversiones realizadas en las redes de supervisión desplegadas sobre el terreno son especialmente necesarias para completar los recientes avances registrados en el control a distancia y en los sistemas de información geográfica. Además, difundir la información bajo distintas formas en función de las necesidades específicas de las partes implicadas a todos los niveles, puede ser
eficaz para lograr una mayor sensibilización y un mayor compromiso con los objetivos de la GIRH.
A nivel institucional, hay tres necesidades importantes en materia de desarrollo de capacidades. Sería conveniente ampliar las capacidades Arriba Jóvenes profesionales reciben formación de expertos locales sobre el terreno, Indonesia. Derecha Madhukari Ganokendra (centro público) celebra en el pueblo de Rajapur, en el oeste de Bangladesh, reuniones mensuales para debatir sobre la asistencia a la escuela primaria y otros temas importantes para que la comunidad actúe al respecto.
1. Comunidad Autónoma del País Vasco. El País Vasco afronta los desafíos que comporta el mantenimiento de la sostenibilidad de los ecosistemas en una zona densamente poblada y muy desarrollada.
2. Cuenca del Danubio: La segunda cuenca hídrica más importante de Europa se extiende a través del territorio de 18 países, cada uno de ellos con sus propias características sociales, económicas y topográficas. Por ello, la aplicación de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea (UE) de forma uniforme a lo largo de la cuenca supone un gran desafío.
3. Etiopía: Etiopía es uno de los países más pobres del mundo. La existencia de fondos limitados hace que la capacidad de emplear los recursos hídricos para aliviar la pesada carga de las enfermedades, de la extrema pobreza y del hambre sea restringida. La ayuda financiera externa resulta, sin embargo, fundamental para satisfacer, incluso, las necesidades más básicas de agua y saneamiento.
4. Francia: En su calidad de país desarrollado, el principal desafío que afronta Francia consiste en satisfacer las necesidades hídricas de diversos sectores, a la vez que implementa la Directiva Marco del Agua de la UE.
5. Japón: Unas condiciones topográficas desfavorables combinadas con un régimen pluviométrico variable hacen vulnerable frente a los desastres relacionados con el agua a una proporción importante de la población de Japón. La nueva legislación establece las precauciones necesarias para mitigar dicho riesgo y, el avance de la tecnología junto con unos reglamentos rigurosos, aseguran también la sostenibilidad de los ecosistemas y de los recursos hídricos.
6. Kenia: Las graves sequías agravan las precarias circunstancias económicas de una pobreza creciente y afectan a la seguridad alimentaria de millones de personas en un país donde la desnutrición crónica es ya un problema. Desgraciadamente, una financiación inadecuada impide el desarrollo en todos los sectores.
7. Lago Peipsi/Chudskoe-Pskovskoe: Una mejora en las condiciones socioeconómicas de la región ha traído consigo un cambio positivo. Estonia, miembro de la UE y, como tal, sometido a la aplicación de la Directiva Marco del Agua, y la Federación Rusa colaboran en la elaboración de un programa de gestión conjunta de los recursos del lago. Los cambios institucionales observados en ambos países den lugar probablemente a una mejor respuesta del sector hídrico frente a los desafíos actuales.
8. Cuenca del Lago Titicaca: La pobreza sigue siendo la causa subyacente de los numerosos problemas sociales de esta región. Aunque persisten los esfuerzos para romper el círculo vicioso de la pobreza en Perú y Bolivia, éstos no han logrado provocar aún unos cambios significativos.
9. Mali: El acceso a unos recursos hídricos, sin embargo abundantes, sigue siendo un problema que impide el desarrollo económico del país y perturba los medios de vida de sus habitantes. Las malas condiciones de las infraestructuras hidráulicas y de saneamiento, junto con la pobreza, hacen que un porcentaje significativo de la población sufra de malnutrición y padezca enfermedades transmitidas por el agua. La escasez de datos y las limitadas capacidades técnicas de las instituciones son algunas de las principales causas que impiden la planificación y el desarrollo de programas y estrategias dirigidas a una mejor utilización de los recursos hídricos y al control de unos niveles de contaminación que van en aumento.
10. Estado de México: Una gestión racional de los recursos hídricos resulta fundamental en un país que se caracteriza por sus centros industriales, sus numerosas y variadas actividades económicas, y unos asentamientos urbanos densamente poblados. Con el fin de satisfacer las necesidades hídricas de los diversos sectores, se han puesto CAPÍTULO 14 | ESTUDIOS DE CASOS: HACIA UN ENFOQUE INTEGRADO
CAPÍTULO 14 Estudios de casos: hacia un enfoque integrado
La primera edición del Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo (WWDR1, por sus siglas en inglés) ilustraba diversos temas relacionados con el agua a través de 7 estudios de casos que implicaron a 12 países. En la segunda edición del Informe (WWDR2, por Por implicado a un total de 41 países. Del mismo modo que en el WWDR1, estos estudios de casos (Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos)
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SECCIÓN 5 en marcha planes de transporte del agua de las cuencas por todo el territorio mexicano. Entre los retos principales que deben afrontar los responsables de la toma de decisiones, se encuentra el poner freno a un uso insostenible de los recursos hídricos subterráneos y atajar la contaminación.
11. Mongolia (incluye una referencia especial a la Cuenca del Tul): Mongolia, un país en transición que trata de adaptarse a un nuevo orden económico y político, debe afrontar numerosos desafíos entre los cuales están la pobreza, un acceso limitado a un agua segura y al saneamiento, enfermedades y una calidad medioambiental deficiente. Para mejorar la situación actual, resulta tan necesaria la introducción de reformas como la aplicación de las leyes y reglamentos existentes. Sin embargo, los principales obstáculos siguen siendo unos fondos limitados, y la escasez de recursos hídricos y terrestres.
12. Cuenca del Plata: Aunque los esfuerzos de desarrollo pretenden mejorar los medios de vida de los más de 100 millones de personas que viven en la quinta cuenca más extensa del mundo, el aumento de la pobreza y de las desigualdades sociales suponen los principales problemas que deben seguir afrontando los cinco países de esta cuenca. La visión que comparten los países ribereños con respecto al uso sostenible de los recursos hídricos motiva su agrupación en torno al Comité Intergubernamental Coordinador, y provee las bases para la cooperación bilateral y multilateral.
13. Sudáfrica: Como país recién salido de un sistema de segregación racial, Sudáfrica trata de aliviar la pobreza mediante programas sociales destinados a los pobres y a los marginalizados, y procura fomentar el desarrollo económico, a la vez que se asegura la sostenibilidad de los recursos y de los ecosistemas. El fortalecimiento de capacidades se considera fundamental para implementar con éxito los programas y estrategias emprendidos. 42 Cuenca del Plata Mongolia Uganda Etiopía Kenya Mali Sudáfrica Comunidad Francia Autónoma del País Vasco Japón México Cuenca del Danubio RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
Zonas objeto de los estudios de casos
Lago Peipsi/ Chudskoe-Pskovskoe Océano Pacífico
Cuenca del Lago Titicaca Océano Atlántico Océano Pacífico Tailandia Sri Lanka
Océano Índico Fuente: AFDEC, 2006.
14. Sri Lanka: Debido al duro golpe que supuso el tsunami, Sri Lanka sufrió innumerables pérdidas sociales y económicas que han afectado gravemente a la frágil economía de la isla. Aunque se han registrado avances para lograr los ODM relativos al hambre, hay cientos de miles de niños que siguen sufriendo a causa de la malnutrición. La multiplicidad de instituciones sin unas responsabilidades claramente definidas y la legislación vigente impiden una mejor gestión y protección de los recursos hídricos y de los ecosistemas de la isla.
15. Tailandia: El desastre causado por el tsunami en diciembre de 2004 supuso graves pérdidas socioeconómicas que afectaron, especialmente, al sector turístico, que es el principal contribuidor a la economía del país. Mientras que los esfuerzos de recuperación siguen adelante, el país debe afrontar otros retos, como por ejemplo la sobreexplotación de los bosques y la excesiva contaminación provocada por la industria y los asentamientos urbanos. Además, todavía no se ha puesto en marcha de forma efectiva la reforma de la gestión de los recursos naturales, debido a la ausencia de sinergias y coordinación interministerial.
16. Uganda: El rápido crecimiento de la población, combinado con una degradación medioambiental incontrolada, causada por el incremento de la urbanización y la industrialización, suponen una seria amenaza para la sostenibilidad de los recursos naturales. El alivio de la deuda, auspiciado por la Iniciativa del FMI para la reducción de la deuda de los países pobres muy endeudados, supuso la condonación de una parte considerable de la deuda externa y permitió al país distribuir sus recursos financieros con el fin de combatir la pobreza. Aun así, el sector hídrico de Uganda sigue dependiendo, en gran medida, de los donantes externos para poder desarrollarse.
En el mundo, aproximadamente mil millones de personas, una sexta parte de la población mundial, viven en la extrema pobreza, asediadas por la enfermedad, el hambre, la sed, la indigencia y la marginación, siendo la subsistencia su forma de vida. Muchas familias pobres ocupan tierras sobre las que no tienen ningún derecho legal formal, se instalan en zonas que no son de su propiedad o en barrios marginales, o bien desarrollan actividades agrícolas en tierras marginales propiedad de terceros y donde el acceso al agua en buenas condiciones es limitado. Especialmente las mujeres y las niñas son las que tienen menos derechos sobre el hogar o los bienes familiares. Los hogares muy pobres sólo tienen acceso en contadas ocasiones a una infraestructura de agua corriente, de saneamiento o de suministro eléctrico, ya que las cuotas establecidas para muchos servicios, como el agua o la electricidad, junto con la conexión frontal y las cargas mensuales por consumo que conllevan, son normalmente demasiado caras para ellos.
Todo esto es terreno de cultivo para la transmisión de enfermedades, la vulnerabilidad ante la pérdida del hogar y las posesiones y, sobre todo, para una mala calidad de vida. Las familias pobres deben afrontar toda una serie de dificultades, con el problema añadido de la alimentación y la financiación, además de los apuros sufridos para mantener el consumo cuando sus ingresos se ven interrumpidos o las cosechas se echan a perder. Además, es habitual que las leyes, reglamentos y procedimientos relativos a los derechos legales y políticos, a la protección y la salud medioambiental, a la seguridad y la salud laboral, a la prevención del crimen y a la protección ante la explotación y la discriminación, sean insuficientes o no se apliquen. La competencia feroz entre los agricultores mas ricos o la competencia que surge como consecuencia de las necesidades industriales de agua, las tierras productivas y las actividades pesqueras, colocan a los pobres en clara desventaja. A menudo, resulta tremendamente complicado para los pobres reivindicar sus derechos y necesidades con el fin de disfrutar de un acceso justo a los bienes y servicios públicos.
El agua resulta fundamental para aliviar la pobreza. Aproximadamente el 13% de la población mundial, es decir, más de 800 millones de personas, no tiene acceso a una cantidad de alimentos suficiente para disfrutar de una vida sana y productiva. Suministrar el agua necesaria para alimentar a una población que va en aumento y equilibrar dicho suministro con el resto de demandas de agua supone uno de los grandes desafíos de este siglo. Garantizar la cantidad de agua necesaria para los caudales medioambientales y para la industria hará que aumente aún más el gravamen sobre los recursos hídricos. Además, proporcionar agua a los 1.100 millones de personas que todavía no tienen acceso a un suministro mejorado de agua y a los 2.600 millones de personas que no tienen acceso a un Arriba Arroyo en los Andes, Perú.
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CAPÍTULO 15 Conclusiones y recomendaciones para pasar a la acción
SECCIÓN 5 burocrática y a la falta de inversión, tanto en capacidades humanas como en infraestructuras físicas. La escasez de agua y el aumento de la contaminación son desafíos de origen tanto social como político, que se pueden afrontar modificando la demanda y el uso del agua, mediante la educación, una mayor sensibilización y a través de la reforma de las políticas hídricas. La crisis del agua radica, cada vez más, en el modo de regir el acceso y el control sobre los recursos hídricos y sus beneficios.
Muchas de las soluciones a los problemas hídricos se basan en una mejora de la gobernabilidad. El agua desempeña un papel fundamental en el fomento del desarrollo socioeconómico, la protección medioambiental y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Sin embargo, son muy pocos los países de bajos ingresos que consideran el agua como un elemento clave de sus planes y presupuestos nacionales. La mala gestión del agua es habitual y se caracteriza por la falta de integración, por un enfoque sectorial y por la resistencia institucional a los cambios entre los principales organismos públicos y en un contexto de competencia creciente. Tan sólo un número reducido de autoridades locales y de asociaciones cuentan con los recursos necesarios para asumir las responsabilidades que les han sido delegadas desde la administración central.
La solidez social y económica es imprescindible para lograr un desarrollo sostenible y alcanzar objetivos sociales. El Proyecto del Milenio de la ONU considera que, obtener un éxito a largo plazo en la consecución de los ODM, depende de la sostenibilidad medioambiental, sin la cual todo logro será efímero y desigual. Parte del problema radica en los modestos esfuerzos políticos que se dedican al desarrollo sostenible en comparación con el crecimiento económico global. Los problemas y desafíos que entraña el agua están relacionados entre sí y deberían tratarse de forma holística. Los diversos asuntos relacionados con el agua son interdependientes, y su distribución y gestión requieren una mayor preparación, siendo además esencial un enfoque flexible, tanto a nivel estratégico como local. La respuesta a estas cuestiones, incluida la consecución de los ODM, ha de considerar un enfoque holístico y centrado en los ecosistemas, conocido como la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH). La GIRH debe ajustarse a las condiciones socioeconómicas predominantes, si bien las circunstancias locales pueden presentar los siguientes obstáculos: s
s s s s s s s ausencia de una correcta coordinación entre las distintas actividades de gestión; inexistencia de las herramientas de gestión apropiadas; incapacidad para integrar políticas sobre recursos hídricos; fragmentación institucional; mano de obra no cualificada o sin formar; escasez de financiación; pésima sensibilización pública; participación insuficiente de las comunidades, de las ONG y del sector privado. Debido a éstos y a otros obstáculos y dificultades, son muy pocos los países que han alcanzado el objetivo del Plan de Aplicación de Johannesburgo (PAJ), según el cual la GIRH se debería haber incorporado a los planes nacionales de recursos hídricos a finales de 2005.
Contar con datos fiables es esencial para la GIRH. Adoptar un enfoque holístico en la gestión del agua requiere conocer los diferentes sistemas involucrados, no sólo los hidrológicos, sino también los socioeconómicos, políticos, institucionales y financieros. Sin embargo, es habitual que no haya datos sobre prácticamente ninguno de los temas relevantes relacionados con el agua o que éstos sean inconsistentes, no fiables o incompletos. Recopilar datos resulta en sí mismo insuficiente pues, tras ello, hay que sintetizarlos, analizarlos y compararlos con otras fuentes.
Se necesitan indicadores sólidos para poder supervisar los progresos. Para facilitar la comprensión, la protección y el acceso a los recursos necesarios, se deben analizar las tendencias y los avances realizados. Para ello, resulta necesario elaborar indicadores, tarea que resulta complicada por diversas razones, como por ejemplo la inexistencia generalizada de datos fiables y consistentes.
El sector hídrico requiere una mayor inversión. La falta de información y de indicadores fiables ha contribuido a la grave carencia de inversiones y a que la participación de los donantes en este sector sea reducida. Los inversores privados se desalientan al comprobar que el sector presenta riesgos elevados, y que los beneficios de la inversión son menores y a más largo plazo en comparación con los de otros sectores. Tanto los inversores del sector público como privado se ven también desanimados por una gobernabilidad incongruente. RESUMEN EJECUTIVO | EL AGUA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
sistema de saneamiento mejorado hará que el desafío sea todavía mayor. También es necesario combatir las enfermedades relacionadas con el agua, incluyendo el paludismo, que causa entre 300 y 500 millones de nuevos casos, y entre 1,6 y 2,5 millones de muertes al año. En muchas partes del mundo, se observa una disminución de la cantidad de agua disponible y de su calidad.
La insuficiencia de agua se debe, principalmente, a un abastecimiento ineficaz y no a un déficit del recurso. Dicha insuficiencia se debe, a menudo, a una mala gestión, a la corrupción, a la falta de instituciones adecuadas, a la inercia Arriba Grupo de mujeres involucradas en la microfinanciación, Andra Pradesh, India.
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SECCIÓN 5 Sin embargo, la información más reciente demuestra que las inversiones realizadas en el sector hídrico son cada vez más rentables, como lo muestran las intervenciones de despliegue inmediato consagradas a los pobres, y que incluyen un tratamiento y un almacenamiento mejorados del agua empleada en los hogares. En el sector de la irrigación, el riego por goteo y las bombas a pedal representan dos formas rentables de proveer a los agricultores pobres una tecnología hídrica a pequeña escala.
Se necesita más transparencia, una mayor rendición de cuentas e involucrar a todas l
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