- Objetivos
- A manera de introducción
- La situación del Imperio Romano en estos dos siglos
- La expansión del Cristianismo
- La política religiosa del Imperio
- Los Padres Apostólicos
- Corrientes heterodoxas
- La vida cotidiana de los cristianos
- Las Escuelas Teológicas de Alejandría, Antioquia y Cartago
- Conclusión
Objetivos
1.1. Objetivo General: Presentar una visión general de la situación del Imperio Romano durante los siglos dos y tres, así como la situación de la Iglesia y sus hechos mas significativos.
1.2. Objetivos Específicos:
1. Analizar la situación política del Imperio Romano, así como su tolerancia religiosa, y la trayectoria de la Iglesia Cristiana en el período que nos ocupa.
2. Enumerar el aporte de los Padres Apostólicos, así como el de los primeros centros de enseñanzas teológicas en los siglos dos y tres.
3. Describir la expansión del Cristianismo, como su vida cotidiana y las primeras corrientes heréticas y heterodoxas que tuvo que afrontar en sus inicios.
A manera de introducción
El presente trabajo, que en su forma originaria contaba con seis partes, y en el cual se estudia la Iglesia Cristiana en los siglos dos y tres, esto es iniciando con Trajano y finalizando con Diocleciano. Si bien es cierto que en el mismo no penetramos la Edad de Oro de la Patriótica, si podemos afirmar, que en el mismo se núcleo el centro y la quintaesencia del pensamiento cristiano. desde la figuro de Policarpo y Justino, santos varones de llenos de fe y de bondad, hasta la recia personalidades de Tertulianos y Clemente de Alejandría, como la bastedad de conocimientos reunidos en el cerebro de Orígenes, son el abono donde florecerán posteriormente los cuatro grandes capadocios y el Obispo de Hipona.
Así es que el presente trabajo que consta de siete partes, nos permitirá tener una visión resumida y compendiada de la vida cotidiana de los cristianos en el período en cuestión, así como la forma en que se expandió el mensaje que ellos predicaban, gracias a la unidad política del imperio y a la tolerancia religiosa de sus leyes. No dejaremos de apuntar, que las persecuciones fueron un factor determinante en la expansión de dicho mensaje, pues aunque parezca paradójico, la convivencia de distintas creencias religiosas, fue la causa de fricción y celos entre los grupos heterogéneas.
Se verá resaltada en estas páginas, el pensamiento como vehiculo de expansión, en un círculo de personas, que en sus orígenes, eran gente del pueblo y de condición humildes, pero que tuvieron que enfrentar la critica de filosos y literatos que los querían indisponer con las autoridades de turno. Es por eso, que si el presente trabajo inicia con un rosario de emperadores crueles y sanguinarios, bestias sedientas de sangre, el mismo finaliza con pensadores sublimes y escuelas que pueden tener las categorías de verdaderas universidades, guiadas por verdaderos moralistas y hombres de vidas ejemplares.
La critica a cada uno de los capítulos, ha sido guardada para el final de cada uno, para que a semejante del escorpión, contenga su carga de veneno en la cola. No somos lo suficientemente breves como desearíamos, pero procuramos en todo lo posible ser: pequeño, dulce y punzante, como las abejas que liban el néctar de las flores.
La situación del Imperio Romano en estos dos siglos
Cuando hablamos de la situación del imperio romano, en los siglos dos y tres, esto es en el lapso de tiempo que se extiende de año 101 hasta el 301, debemos decir ante todo, que fueron doscientos años caracterizados por la violencia y la inseguridad política. También debemos decir, que fue en este período, que llegaron a conducir al imperio cinco emperadores de lustre y fuste. A estos se les conoce como a Los Cinco Buenos Emperadores, los cuales llevaron Roma a su máxima extensión territorial, económico y de poder: Nerva; Trajano, de origen hispano y gran conquistador; Adriano, querido emperador que realizó grandes reformas y visitó numerosas partes del imperio; Antonino Pío; y Marco Aurelio, pensador a la par que defensor de la fronteras.
Para tener una idea de la situación política del imperio, durante la época que nos ocupa, debemos decir que durante esos doscientos años, 99 emperadores se disputaron el poder, lo cual nos dice que la duración promedio de su gobierno fue de unos dos años y tres meses. Los tres emperadores que mas duraron en el poder fueron Antonino Pío, quien duro unos 23 años, seguido por Adriano con 21 años y Trajano con 20 años. Y Marco Aurelio, quien pasó 17 de sus 19 años de gobierno, en guerra
Pero no es de extrañar que entre el año 218 hasta el 222, hubo 9 emperadores; entre el 247 y el 253 hubo 15 emperadores; entre el 260 y el 262 hubo otro 15 emperadores; y finalmente, entre 270 y el 271 hubo 16 emperadores.
El siglo segundo se inicia con Trajano y el siglo tres finaliza con Diocleciano. Fueron los años de persecución contra los cristianos, como lo trataremos en el apartado 2.6. Es este período el tiempo en que el cristianismo se expande por todo el territorio delatado del imperios, tal y como lo resumimos en el apartado 2.2. Las corrientes heterodoxas y los Padres Apostólicos hacen su aparición, con la gran contribución de los Apologistas y las escuelas de formación teológicas llegan a su mayor auge, y eso lo desarrollamos en los acápites 2.4, 2.5 y 2. 7.
La expansión del Cristianismo
Rodney Stark, profesor de sociología de las religiones en la Universidad de Washington, ha aplicado a la primera cristiandad los métodos de análisis utilizados hoy para explicar los nuevos movimientos religiosos. Dice que el cristianismo se extendió tan rápidamente por la fuerza de su doctrina, su mensaje de amor misericordia que impulsaba al perdón, a la atención de los enfermos (durante las muchas epidemias que hubo en esos siglos los cristianos pudieron superarlas por su sentido de solidaridad). Agrega que las mujeres eran las primeras que se convertían, por la valoración que hace el cristianismo de ellas; y hubo muchos judíos que se convirtieron al cristianismo, sobre todo fuera de Palestina. El cristianismo se propagó mucho entre las clases sociales más privilegiadas económicamente.. En lo concerniente a la expansión del cristianismo en el Imperio Romano, en el Siglo primero, desde los tiempos apostólicos recibieron la luz del Evangelio, no solo Roma, sino también la Italia meridional, el litoral ilírico, las costas de Provenza y de España, Cirenaica, África proconsular (Cartago), a través de los que son los elementos orientales de Marsella, Cartago, Pozuolli, entre otros.A principios del siglo II: Tracia, Tesalia, Lacedemonia, Bizancio la iglesia de la Galia y de Africa. En España no faltan monumentos que constaten la propagación del cristianismo desde los primeros siglos. En el concilio de Elvira desde donde existe la leyenda de que S. Pedro envió 7 obispos a España.Desde el principio es muy probable la difusión entre: partos, medios, elamitas y habitantes de Mesopotamia. El reino de los partos será conquistado a principio del siglo III por los persas. En el estado independiente de Edesa se difunde rápidamente el Evangelio, y desde ahí a la iglesia de Arbela, detrás del Tigris. Expansión del cristianismo al final de las persecuciones antes del año 300 en Roma había millares de cristianos; en Italia, un centenar de comunidades más en el sur. En Cartago la mayoría de la población romanizada era cristiana (no así la población púnica y bereber del interior); con un centenar de comunidades con obispo propio. En el siglo III hay cristianos en Treveris, Colonia y Maguncia. En el siglo III hay mártires en Inglaterra, los cuales fueron la semilla de los misioneros.Como un dato importante debemos decir que hacia el año 300, el 10% de la población del Imperio era cristiana. El 50% lo era en el norte de África (zona alrededor de Cartago), la península de Anatolia, Armenia, Chipre, Creta, Valle del Nilo. Del 20 al 30% lo era en Bética, Tarraconense, Aquitania, Valles del Ródano y Saona, centro y sur de Italia, costa oriental griega, Tracia.
La política religiosa del Imperio
En el capitulo Segundo de su Historia del Cristianismo, y que tituló El Cumplimiento del Tiempo, el Doctor justo González, abre un apartado para hablarnos del mundo Greco-romano, que es el que nos sirve de marco de referencia para la Política Religiosa del Imperio Romano. Esto es lo que podemos leer: Pero hubo también otros aspectos de esa situación que sirvieron de reto y amenaza a los primeros cristianos. Puesto que el Imperio intentaba lograr la mayor uniformidad posible entre sus súbditos de diversos orígenes, parte de la política imperial consistía en fomentar la uniformidad religiosa. Esto se hacia mediante el sincretismo y el culto al emperador.
El sincretismo, que consiste en la mezcla indiscriminada de religiones, fue característico de la cuenca del Mediterráneo a partir del siglo III a.C. Dentro de ciertos límites, Roma lo impulsó, pues el Imperio tenía interés en que sus diversos súbditos pensaran que, aunque sus dioses tenían distintos nombres y atributos, en fin de cuentas eran todos los mismos dioses. Al Panteón romano se fueron añadiendo dioses provenientes de las más diversas regiones. (La palabra Panteón quiere decir precisamente "templo de todos los dioses".
Como una causa fundamental de la Política del Imperio, que permitió el crecimiento del cristianismo, y que la pregunta que se le formuló al hermano Faustino, el doctor Justo González la sintetiza de esta manera: Por los mismos caminos por los que transitaban los mercaderes y misioneros cristianos transitaban también gentes de muy variadas religiones, y todas esas religiones se entremezclaban y confundían en las plazas y los foros de las ciudades. El sincretismo era la moda religiosa de la época.
En tal ambiente tanto los judíos como los cristianos parecían ser gentes intransigentes, que insistían en su Dios único y distinto de todos los demás dioses. Por esta razón, muchos veían en el judaísmo y en el cristianismo un quiste que debía ser extirpado de la sociedad romana. Pero fue el culto al emperador el punto neurálgico que desató la persecución.
Muchas veces esas persecuciones tenían características políticas, pues el culto al emperador era uno de los medios que Roma utilizaba para fomentar la unidad y la lealtad de su imperio. Negarse a rendir ese culto era visto como señal de traición o al menos de deslealtad. Luego, no son pocos los casos en que resulta claro que, al mismo tiempo que un mártir moría por su fe, quien le condenaba lo hacía impulsado por sentimientos de lealtad política.
Además, estos dioses no eran celosos entre sí, como el Dios de los judíos y de los cristianos, y por tanto hubo quienes se dedicaron a coleccionar misterios, haciéndose iniciar en uno tras otro de estos cultos. Todas estas tendencias sincretistas, en las que se entrelazaban los viejos dioses con las religiones de misterio y con el culto al emperador, presentaron un fuerte reto al cristianismo naciente. Puesto que los cristianos se negaban a participar de todo esto, frecuentemente se les acusó de incrédulos y de ateos. Frente a tales acusaciones, los cristianos podían recurrir a ciertos aspectos de la cultura de la época que parecían prestarles apoyo.
Pero por lo pronto señalemos que hubo dos tradiciones filosóficas en las que los cristianos encontraron un nutrido arsenal para la defensa de su fe. Una de ellas fue la tradición platónica, y la otra el estoicismo.
Al igual que en el caso del platonismo, esto acarreaba el peligro de que se llegase a confundir la fe cristiana con estas doctrinas filosóficas, y que así se perdiera algo del carácter único del evangelio. No faltaron quienes, en un aspecto u otro, sucumbieran ante esa tentación. Pero ello no ha de ocultarnos el gran valor que estas doctrinas tuvieron en la primera expansión del cristianismo.
Según el apóstol Pablo, el cristianismo penetró en el mundo "cuando vino el cumplimiento del tiempo". Quizá alguno podría entender esto en el sentido de que Dios les facilitó el camino a aquellos primeros cristianos. Y no cabe duda de que mucho de lo que estaba teniendo lugar en el siglo primero facilitara el avance de la nueva fe. Pero también es cierto que esos mismos acontecimientos le planteaban a la iglesia difíciles retos que exigían enorme valor y audacia.
Los Padres Apostólicos
Se denomina con el nombre de Padres Apostólicos, a los os autores del cristianismo primitivo que, según la tradición, tuvieron algún contacto con uno o más de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Se trata de escritores de los siglos I y II. La expresión fue acuñada por Jean-Baptiste Cotelier en 1672 con su obra Patres aevi apostolici, padres de la edad apostólica. Este Cotelier fue primero ministro protestante, y luego se hizo sacerdote de la iglesia de Roma, en Francia. El consideraba que fueron cercanos a los apóstoles Bernabé, Clemente de Roma, Ignacio de Antioquía, Policarpo y el Pastor de Hermas.
Luego la lista se ha ido ampliando y reduciendo de acuerdo con los estudios de patrología. Por ejemplo, se considera también la carta a Diogneto como parte de los escritos de los padres apostólicos pero ya no la narración del martirio de Ignacio de Antioquia.
Dado que resulta complicado demostrar por medio de datos históricos que esos autores tuvieran un contacto con los apóstoles, normalmente se consideran los elementos literarios: uso del griego semejante al que se da en los textos canónicos del Nuevo Testamento, modo de expresar el contenido de la predicación y, por supuesto, los mismos contenidos relacionados con el Evangelio anunciado en los primeros años del cristianismo.
La mayoría de estos escritos son cartas de contenido pastoral y exhortativo. Casi ni se presenta la apología aunque sí alerta de herejías o posibles cismas.
Jean B. Cotelier (1672) incluyó en su edición de escritos de los Padres que florecieron en los tiempos posteriores a los apóstoles y que nosotros trataremos de apretar en este resumen:
1. Clemente de Roma, es el primer autor: tercer sucesor de Pedro y autor de una Carta a los Corintios. La Carta está motivada por las continuas disensiones en la comunidad de Corinto porque algunos presbíteros mayores habían sido substituidos por jóvenes como podemos leer en los Cáp. 40-58. Esta podemos resumirla de la siguiente forma: Contenido: 65 capítulos; un proemio: 1-3. La primera, que vendría a ser la parte Principal 4-39; luego vendría la parte mencionada de la sustitución de los ancianos por otros no tan ancianos, para ser rubricada por un paréntesis y exhortaciones sobre la unidad, caridad y humildad, a ejemplo de Cristo y en vistas de la escatología final, seguida de lo que se ha denominado oración final (59-65).
2. Los escritos de Ignacio de Antioquia. Escritas desde Esmirna. Fueron dirigidas estas cartas a las comunidades de Efeso, Magnesia y Tralia; desde Esmirna también le escribió a también a la iglesia de Roma. Desde Troas escribe a Filadelfia, Esmirna y a Policarpo, aquel santo varón, cuyo testimonio a dado consuelo a tantos cristianos, no mucho tiempo después también coronaria su vida con la palma del martirio, como muchos otros cristianos, pero que su sangre será semilla. Policarpo, Orígenes y Eusebio atestiguan que Ignacio padeció el martirio en Roma. Los estudios más recientes afirman que el viaje y la muerte de Ignacio se produjeron entre los años 105 y 135. Los temas tratados en las cartas, serian, contra los docetas, y la unidad de la iglesia de Cristo.
3. Policarpo de Esmirna. La carta de Policarpo a los Filipenses, que tiene 14 capítulos, se trata de una compilación de dos cartas, según vemos. Ignacio pide a los de Filipo que escriban a Antioquia. Estos escriben a Policarpo de Esmirna y le piden que envíe las castas de Ignacio que él posea. Policarpo escribe a los de Filipo y les envía lo que piden. Probablemente después los de Filipo escriben de nuevo a Policarpo contando la estancia de Ignacio en Filipo. Policarpo envía su segunda carta a Filipo no mucho tiempo después de la muerte de Ignacio, a quien vimos camino a Roma, para el martirio. Contenido: exhorta a la fe y a la conducta recta; previene contra los herejes.
4. Papías de Hierápolis, amigo de Policarpo, escribió la "Explicación de las sentencias del Señor", todo lo que de él conservamos, se puede resumir en una página, ya que solo son fragmentos, unas seis o siete citas solamente. De éste Papías se dice más que de lo que de él logramos saber hoy día.Se presume que vivió entre los años 90 y 140. Los comentaristas recientes tienden más hacia 130/140. Este Papías, tiene una tendencia antignóstica: se apoya en tradiciones orales, no en escritos. También en las tradiciones recogidas en Marcos y Mateo. Es escuro lo que sobre el se dice, y nada mas.5. La Didaché. La "Instrucción de los doce apóstoles" gozó de alta estima en la Antigüedad. En 1873 Filoteo Bryennios dio con el texto completo en Constantinopla. Es probable que se escribiera en Siria o en Palestina, y, porque no en Egipto. En este documento se describe el orden de la comunidad a principios del siglo II, y es una fuente histórica de referencia. Podemos decir que su estructura es la siguiente: constan de 16 capítulos: ética 1-6; doctrina de los dos caminos Cáp. 7-10; la eucaristía con comida, sin citar las palabras de la institución; trato con los profetas itinerantes y cristianos vagabundos Cáp.11-13; fuerte presencia de los ministerios carismáticos; figura del profeta itinerante; vida de la comunidad (14-15); escatología (16).
6. El Pastor Hermas: De la Enciclopedia Electrónica de Wikedia copio lo siguiente: "es una obra cristiana del siglo II que no forma parte del canon neotestamentario y que gozó de una gran autoridad durante los siglos II y III. Tertuliano e Ireneo de Lyon lo citan como «Escritura», el Code Sinaiticus lo vincula al Nuevo Testamento y en el Codex Claromontanus figura entre los Hechos de los Apóstoles y las cartas de Pablo."
Los autores y escritos presentados, y correspondientes a los Padres Apostólicos, son escritos edificantes y apologéticos, con los cuales se procura confirmar la fe de los hermanos. Han sobrevivido hasta nuestros días y visto con agrado, por el espíritu de piedad que emana del corazón de sus autores.
Corrientes heterodoxas
Antes de penetrar por el pórtico de este subtitulo, he necesario que haga una ligera aclaración, la cual es más de forma que de fondo, y la definición de las palabras: Heterodoxa y Herejía. Para los fines de este trabajo, tiene una misma significación como veremos inmediatamente. Ambos conceptos se pueden usar en forma indistintas, y así lo hace Justo González, el cual la denomina Herejía en el capitulo V de su Historia del Pensamiento Cristiano, y el capitulo 8 de su Historia del Cristianismo. Los que prepararon este programa de Historia del Pensamiento Cristiano, entendieron que eran palabras sinónimas, y aquí cave que digamos que si, que son sinónimas, pero que mantienen una diferencia.
Por Heterodoxa, debemos entender, como lo dice el Diccionario de la Lengua en su primera acepción: Disconforme con el dogma de una religión; en cambio que la Herejía es el error sostenido en materia de fe.
Hecha esta aclaración, encontramos que las herejías y las ideas heterodoxas entraron temprano a la iglesia, ya que personas de distintas religiones y culturas no abandonaban de un todo, sus ideas y creencias. Las cartas de pablo a los Gálatas y a los Colosenses, así como los escritos de Juan Y la primera carta de Pedro son una respuesta a esos errores. Pero esos errores, herejía o heterodoxia, son del siglo primero; aunque el gnotisismo se extendió durante siglos, pero es con Marción, donde nacen las herejías.
Justo González, en su Historia del Pensamiento Cristianos nos dice que cuando Marción fue expulsado de la iglesia, formó su propia iglesia marcionita, y esto fue lo que le hizo uno de los más temibles rivales del cristianismo ortodoxo. Los distintos maestros gnósticos eran sólo eso: maestros que nunca fundaron más que escuelas. Marción fundó una iglesia frente a la que ya existía, y esta iglesia llegó a tener tantos adeptos que durante algún tiempo pudo pensarse que resultaría victoriosa en el conflicto. Aunque después del siglo tercero el marcionismo comenzó a decaer, y pronto desapareció en el Imperio Occidental, antes de esa fecha fue una verdadera amenaza para la iglesia que se debatía en medio de las persecuciones.
Para tener una idea acabada sobre las ideas heréticas, en el período que nos ocupa, es necesario ir a la fuente primaria, que es Ireneo de Lión. De la obra de Ireneo, la que escribió Contra los Herejes, hemos tomado este pequeño muestrario, para que se tenga una idea, de cómo andaban las cosas en estos siglos.
1. Menandro fue su sucesor, de origen samaritano, que también aprendió la más elevada magia. El decía que la primera Potencia era desconocida para todos. El habría sido enviado desde los lugares invisibles como Salvador, para la salud de los hombres. Que los Angeles habrían hecho el mundo, los cuales, así como Simón, habrían sido emitidos por el Pensamiento.
2. Saturnino, originario de Antioquía cerca de Dafnes, y Basílides. Uno en Siria y otro en Alejandría, ambos enseñaron doctrinas diversas. Saturnino, siguiendo a Menandro, enseñó que hay un solo Padre, de todos desconocidos. Este hizo los Ángeles, los Arcángeles, los Poderes y Potestades. Siete de los Ángeles fabricaron el mundo y todo cuanto hay en él. El hombre sería hechura de los Ángeles, pues se les habría manifestado de lo alto una Potestad suprema de brillante apariencia.
3. Basílides, para parecer que había hallado cosas más verdaderas y profundas, extendió su doctrina al infinito. Según él, el Padre ingénito habría engendrado en primer lugar la Mente, después de la Mente al Verbo, en seguida, del Verbo engendró la Prudencia , de la Prudencia a la Sabiduría y la Potencia, de la Sabiduría y la Potencia las Potestades, los Principados y los Ángeles a los cuales llama «los primeros», y éstos han hecho el primer cielo.
4. Carpócrates y sus seguidores dicen que el mundo y cuanto contiene fue hecho por Ángeles muy inferiores al Padre ingénito. Jesús nació de José, y en todo era semejante al resto de los hombres. Los superaba sólo porque su alma, siendo recta y pura, recordaba todas las cosas que había visto, en el entorno del Dios ingénito; por tal motivo éste le habría infundido un poder para que pudiera escapar de los hacedores del mundo y para que, pasando a través de todos ellos, una vez liberada volviera a ascender hasta él. Lo mismo sucedería a las almas que lo siguieron y se hicieron sus semejantes. Dicen también que el alma de Jesús, aunque fue educada en las costumbres de los judíos, sin embargo los despreció, y por eso recibió poder para destruir los sufrimientos de los hombres que se les habían impuesto como castigo.
5. Cerinto, en Asia, enseñó que el mundo no fue hecho por el primer Dios, sino por una Potestad muy separada y distante del primer Ser (Authentía) que está sobre todo, y que no conocía al Dios que está sobre todas las cosas. También hipotizó que Jesús no ha nacido de una Virgen (pues le parecía imposible), sino que fue hijo de José y María de modo semejante a todos los demás hombres, y era superior a todos en justicia, poder y sabiduría. Y después del bautismo, desde el primer Ser que está sobre todo, el Cristo descendió sobre él en forma de paloma, y desde ese momento anunció al Padre desconocido y realizó los milagros; y al final el Cristo de nuevo se retiró de Jesús, y Jesús sufrió y resucitó, pero el Cristo continuó impasible, pues existía como un ser pneumático.
6. Los que se llaman ebionitas confiesan que el mundo fue hecho por Dios, pero respecto al Señor enseñan los mismos mitos que Cerinto y Carpócrates. Usan sólo el Evangelio según Mateo, y rechazan al Apóstol Pablo pues lo llaman apóstata de la Ley. Exponen con minucia las profecías; y se circuncidan y perseveran en las costumbres según la Ley y en el modo de vivir judío, de modo que adoran a Jerusalén como si fuese la casa de Dios.
7. Los nicolaítas tienen como maestro a un cierto Nicolás, uno de los primeros siete diáconos ordenados por los Apóstoles (Hech 6,5-6). Estos viven laxamente. El Apocalipsis de Juan expone ampliamente quiénes son. Enseñan que no hay dificultad alguna en fornicar y en el comer las carnes ofrecidas a los dioses.
8. Cerdón, tomando su punto de partida de los seguidores de Simón, vivió en Roma en tiempo de Higinio, el noveno en el episcopado desde los Apóstoles. Enseñó que el Dios anunciado por la Ley y los profetas no era el Padre de nuestro Señor Jesucristo; porque a éste lo conocemos, mientras el primero es desconocido; el primero es justo, el segundo bueno.
9. Los barbeliotas hablan de un Eón que nunca envejece, y que vive en un Espíritu virginal, al cual llaman Barbelo en él radica el Padre innombrable. Este decidió revelarse a Barbelo. Entonces el Pensamiento apareció para ponerse delante y pedirle el Preconocimiento (Prognosis). Habiendo también aparecido el Preconocimiento, a petición de ambos surgió la Incorrupción, y tras ella la Vida eterna. Barbelo se envaneció en estos frutos, y contemplando la Grandeza y deleitándose en su presencia, engendró la Luz semejante a sí.
10. Los ofitas cuentan la prodigiosa narración de que en la potencia del Abismo hubo una Luz primera, dichosa, incorruptible e infinita, que fue el Padre de todas las cosas, al que llaman el Primer Hombre. De él nació el Pensamiento como hijo suyo: éste es el Hijo del Hombre, es decir el Segundo Hombre. Sobre éstos está el Espíritu Santo, y sobre este Espíritu de lo alto se hallan separados los elementos agua, tinieblas, abismo y caos. Y dicen que el Espíritu vuela sobre éstos (Gén 1,2), al que llaman Primera Mujer. En seguida, según dicen, el Primer Hombre se regocijó con su Hijo al ver la hermosura del Espíritu, es decir de la Mujer, y habiéndola iluminado, de ella engendró la Luz incorruptible, y al Tercer Hombre, al que llaman Cristo, hijo del Primero y del Segundo Hombre, unidos al Espíritu Santo que es la Primera Mujer.
11. Los cainitas dicen que Caín nació de una Potestad superior, y se profesan hermanos de Esaú, Coré, los sodomitas y todos sus semejantes. Por eso el Hacedor los atacó, pero a ninguno de ellos pudo hacerles mal. Pues la Sabiduría tomaba para sí misma lo que de ellos había nacido de ella. Y dicen que Judas el traidor fue el único que conoció todas estas cosas exactamente, porque sólo él entre todos conoció la verdad para llevar a cabo el misterio de la traición, por la cual quedaron destruidos todos los seres terrenos y celestiales. Para ello muestran un libro de su invención, que llaman el Evangelio de Judas.
Merecerían una mención especial los valentinianos, una de las más importantes sectas gnósticas del siglo II, constituida por discípulos del famoso Valentín. Esta fue la causa principal por la que Ireneo escribiera su obra Contra la Herejía. Hacia el año 160 existía una escuela valentina, que pudo haber sido fundada por el mismo Valentín una o dos décadas antes. Valentín tuvo numerosos discípulos, de los que quedan algunos escritos, y de los que nos dan noticias numerosos escritores cristianos.
Ireneo de Lión nos dice que: Valentín fue el primero en tomar los principios antiguos de la secta llamada Gnóstica para aplicarlos a las características de su propia doctrina. Valentín la definió de esta manera: había una Díada innombrable, uno de suyos elementos se llamaba Inefable y el otro Silencio. Esta Dualidad emitió una segunda Dualidad, a uno de cuyos elementos llama Padre, y al otro Verdad. Esta Cuaterna produjo como frutos el Verbo, la Vida, el Hombre y la Iglesia. Esta fue la primera Ogdóada. El Verbo y la Vida emitieron las diez Potestades como arriba expusimos.
Hace mención Ireneo de un Ptolomeo y de Marco, de lo que nada se sabe. Pero es Simón el Mago, el que aparece en Hechos de los Apóstoles capitulo 8, quien da origen a la raíz de toda herejía. Los nombres y doctrinas se siguen a continuación son:
Su secta se dividió en dos ramas: la itala y la anatola, la primera, más sobria, pertenecen Ptolomeo, Florino y Heraklion. La rama anatolia u oriental, más complicada y menos conocida, tiene como representantes a Marcos el mago, Axiónico y Ardesianes.
Finalizo con el montanismo, porque a ella perteneció Tertuliano, el primer teólogo en lengua latina y creador de la escuela de Cartago. El origen de este movimiento se puede fijar entre los años 160 y 170 en Frigia; allí, un hombre llamado Montano se sintió transportado a estados de éxtasis durante los cuales profería advertencias proféticas. Luego se unieron a él dos mujeres, Prisca y Maximila, que también empezaron a profetizar.
Montano y sus profetisas anunciaban el final inminente del mundo, ordenando a sus fieles que se reunieran en un lugar determinado para esperar allí el descenso de la Jerusalén celeste. Esta profecía fue acogida rápidamente en distintos estratos de la sociedad, organizándose en comunidades que realizaron una propaganda muy activa entre cristianos y paganos.
El montanismo, a diferencia de la gnosis y del marcionismo, no pretendía anunciar una nueva doctrina sino más bien revalorizar ciertos elementos relativamente olvidados de la doctrina tradicional de la iglesia.
La vida cotidiana de los cristianos
Esta parte del trabajo, junta con la el capitulo que trata sobre la Heterodoxa, forman mi exposición oral, y que hizo que UD. Prof. Fortuna me sugiriera ahondar un poco en el culto de la época que nos ocupa. En lo concerniente a las persecuciones, que fueron mi gran énfasis, vuelto a decir, a manera de introducción, que un pueblo perseguido, es un pueblo que vive en la zozobra, en la expectación y en la intranquilidad.
Que sean mis primeras palabras sobre este tema, las dicha por el Hermano Vila, quien citando a un autor decía, que cuando en los inicios del cristianismo una persona se bautizaba, con ese acto estaba firmando su acta de defunción. Pensemos un momento, como seria la vida de esas personas, cuando después de la destrucción del Templo, por las legiones de Tito en el año 70 de nuestra era, y los cristianos quisieron diferenciarse de los judíos, y comenzaron arreciar las persecuciones.
Por no pertenecer a nuestro radio de acción, no entramos en detalles de las persecuciones de los días de Claudio, Nerón y Diomiciano, ya a finales del primer siglo, y que fue el encargado de enviar a Juan a Patmos, donde tuvo su Apocalipsis. Pero haciendo un recuento somero, sin necesidad de entrar en lujos de detalles, como podemos ver en Justo L. González, (1994), cuando en su Historia del Cristianismo, dedica los capítulos 5, 6, 7, 10 12 de esta obra, a narrar las vicisitudes de los cristianos. Los cristianos tuvieron un respiro con la llegada al trono de Constantino, pero eso fue a principio del siglo V.
Como mi trabajo no llega hasta Constantino, hagamos un poco de historia.
En el 111 Plinio el joven, gobernador de la Bitinia a orillas del Mar Negro, estaba regresando de una inspección de su popular y rica provincia cuando un incendio acabó con la capital, Nicomedia. Mucho se habría podido salvar si hubiera habido bomberos. Pero Trajano no queria que le mencionaran asociaciones. Es cuando Plinio recibe las informaciones de cómo tratar a los cristianos. El no tardó en aplicar la prohibición sobre el caso de las eterías, o asociaciones a un caso particular que se le presentó en el otoño del 112. Bitinia estaba llena de cristianos. «Es una muchedumbre de todas las edades, de todas las condiciones, esparcida en las ciudades, en la aldeas y en el campo», según le escribe al emperador Trajano."
Continúa diciendo "que ha recibido denuncias por parte de los fabricantes de amuletos religiosos, estorbados por los cristianos que predicaban la inutilidad de baratijas. Había creado una especie de proceso para conocer bien los hechos, y había descubierto que ellos tenían «la costumbre de reunirse en un día fijado, antes de la salida del sol, de cantar un himno a Cristo como a un dios, de comprometerse con juramento a no perpetrar crímenes, a no cometer ni latrocinios ni pillajes ni adulterios, a no faltar a la palabra dada. Ellos tienen también la costumbre de reunirse para tomar su comida que, no obstante las habladurías, es comida ordinaria e innocua».
Bajo Marco Aurelio (161-180), emperador filósofo, quien pasó 17 de sus 19 años de imperio guerreando. En las Memorias en que cada noche,bajo la tienda militar, anotaba algunos pensamientos «para sí mismo», se encuentra un gran desprecio hacia el cristianismo. Lo consideraba una locura, porque proponía a la gente común, ignorante, una manera de comportarse (fraternidad universal, perdón, sacrificarse por los otros sin esperar recompensa) que solo los filósofos como él podían comprender y practicar después de largas meditaciones y disciplinas. En un rescrito del 176-177 prohibió que sectarios fanáticos, con la introducción de cultos hasta entonces desconocidos, pusieran en peligro la religión del Estado. La situación de los cristianos, siempre desagradable,bajo él se puso más áspera, ya que el emperador filosofo no podía entender, ni soportar, que esa forma de vida sea para las personas del burgo. En el 260 fue capturado el emperador Valeriano con todo el ejército de 70 mil hombres, y las provincias del este fueron devastadas. La peste acabó con las legiones supervivientes y se propagó lentamente a lo largo del imperio. La vida regresó a un estado primitivo y selvático. La agricultura y elcomercio fueron aniquilados. En este tiempo de grave incertidumbre las seguridades garantizadas por el Estado se vienen abajo. Ahora son losgentiles quienes se vuelven «irracionales», y confían no ya en el orden imperial, sino en la protección de las divinidades más misteriosas y raras.
Sobre el Quirinal se levanta un templo a la diosa egipcia Isis, el emperador Heliogábalo impone la adoración del dios Sol, la gente recurre a ritos mágicos para tener lejos la peste. Y sin embargo también en el para esta época hay años de terrible persecución contra los cristianos.
Con Septimio Severo (193-211), fundador de la dinastía Siria, parece pronunciares para el cristianismo una fase de desarrollo sin estorbos. Cristianos ocupan en la corte cargos influyentes. Sólo en su décimo año de reinado el año 202, el emperador cambia radicalmente de actitud. En el 202 aparece un edicto de Septimio Severo, que conmina graves penas para quien se pase al judaísmo y a la religión cristiana. Las devastaciones más llamativas las sufrieron la célebre Escuela de Alejandría y las comunidades cristianas de África fue entonces cuando muere el padre de Orígenes, el gran apologista creador de escuela.. Maximino el Tracio (235-238) tuvo una reacción violenta y brutal contra quien había sido amigo de su predecesor, Alejandro Severo, tolerante hacia los cristianos. Fue devastada la Iglesia de Roma con la deportación a las minas de Cerdeña de los dos jefes de la comunidad cristiana, el obispo Ponciano y el presbítero Hipólito, quedando la comunidad acéfala entonces. Pero esa no fue la única comunidad que perdió a su cabeza visible, otras correrían la misma suerte..Bajo el emperador Decio (249-251) se desencadena la primera persecución sistemática contra la Iglesia, con la intención de desarraigarla definitivamente. Todos los habitantes están obligados a sacrificar a los dioses y reciben, después, certificados. Las comunidades cristianas se ven desconcertadas por la tempestad. Aquellos que rehúsan el acto de sumisión son arrestados, torturados, ejecutados. Los siete años sucesivos (250-257) son años de tranquilidad para la Iglesia, turbada solamente en Roma.
La persecución vuelven cuando el emperador Treboniano Gallo (251-253) hace arrestar al jefe de la comunidad cristiana Cornelio y lo destierra. En el cuarto año del reinado de Valeriano (257) se originó una dura persecución de los cristianos. No se trató de un asunto de religión, sino de dinero. Ante la precaria situación del imperio, el consejero imperial, más tarde, usurpador Macriano indujo a Valeriano a intentar taponarla secuestrando los bienes de los cristianos, los cuales fueron tomados en expiación, pero la perdida de los bienes, era lo menos que los cristianos podía perder. Sus vidas eran sometidas a la tortura, así como a las vejaciones. . Aunque con esto salimos de nuestro radio de acción, no quiero finalizar lo concerniente a las persecuciones sin decir que los primeros veinte años del reinado de Diocleciano no vieron molestados a los cristianos. En el 303, como un lance imprevisto, se disparó la última gran persecución contra loscristianos. Cuatro edictos consecutivos (febrero del 303- febrero del 304) impusieron a los cristianos la destrucción de las iglesias, la confiscación de los bienes, la entrega de los libros sagrados, la tortura hasta la muerte para quien no sacrificara al emperador. Solo en el 311, seis días antes de morir por un cáncer en la garganta, Valerio emanó un airado decreto con que detenía la persecución.
No debemos perder de vista, que lo que nos nueve en este trabajo, es la vida cotidiana de los cristianos, en el período de tiempo determinado. Para tener una día mas acabada, de esas personas, que vivían con la persecución a la puerta, vamos a insertar estas líneas del capitulo once de la Historia del Cristianismo del Dr. Justo L. González: hemos citado las palabras del pagano Celso acusando a los cristianos de ser gentes ignorantes cuya propaganda tenía lugar, no en las escuelas ni en los foros, sino en las cocinas, los talleres y las talabarterías. Aunque la obra de cristianos tales como Justino, Clemente y Orígenes parece darles un mentís a las palabras de Celso, el hecho es que, en términos generales, Celso decía verdad. Los sabios entre los cristianos eran la excepción más bien que la regla. Y en su obra Contra Celso, Orígenes se cuida de no desmentir a su contrincante en este punto. Desde el punto de vista de paganos cultos tales como Tácito, Cornelio Frontón y Marco Aurelio, los cristianos eran una gentuza despreciable, sin educación ni cultura. En esto no se equivocaban los paganos, pues todo parece indicar que la mayoría de los cristianos de los primeros siglos pertenecía a las clases más bajas de la sociedad.
Según el testimonio de los Evangelios, Jesús pasó la mayor parte de su ministerio entre pescadores, prostitutas e inválidos. El apóstol Pablo, que parece haber pertenecido a una clase social algo más elevada, dice sin embargo que la mayoría de los cristianos en Corinto eran gentes ignorantes, carentes de poder, y de linaje oscuro. Lo mismo es cierto a través de los tres primeros siglos de la vida de la iglesia.
Justo González, termina ese párrafo con estas iluminadoras palabras: Aunque sabemos de algunos cristianos de alta clase social, tales como Domitila y Flavio Clemente en Roma, y Perpetua en Cartago, por cada uno de estos personajes parece haber habido centenares de cristianos de baja posición social. En su mayoría, los cristianos eran esclavos, carpinteros, albañiles o herreros.
Volviendo de nuevo al capitulo once de la Historia del Cristianismo, y pergeñando, como nos aconseja el profeta Isaías, un poquito aquí y otro poquito allá, podemos decir, que fuel culto al verdadero Dios, y la acción del Espíritu Santo, que permitió, que ese pueblo ignorante y pobre, pudiera perseverar hasta el día de hoy, por esa razón, Justo González nos dice que: Lo que sabemos del culto cristiano nos da una idea del modo en que aquellos cristianos de los primeros siglos percibían y experimentaban su fe. En efecto, cuando estudiamos el modo en que la iglesia antigua adoraba, nos percatamos del impacto que su fe debe haber tenido para las masas desposeídas que constituían la mayoría de los fieles.
Desde sus mismos inicios, la iglesia cristiana acostumbraba reunirse el primer día de la semana para "partir el pan". En los comienzos de la iglesia, el cristianismo fue desarrollándose en un marco de fuerte persecución por parte del gobierno de Roma y de los propios judíos, lo que llevo a los nuevos conversos a renunciar a reunirse alrededor del templo y de las sinagogas.
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