Si ha esta realidad añadimos el hecho de la importancia básica que tenía la familia en la cultura del mundo mediterráneo de la época, que según Malina constituye la "institución central de un sistema social…la familia significa todo…es la suprema institución de intereses.", en este contexto cultural en que "…el éxito en la vida significa mantener vínculos con otras personas en camarillas de grupos importantes.
El grupo central de esta serie es el propio grupo de parentesco.", y siguiendo esta línea, no es de extrañar que los albores de la iglesia se encuentren en un tipo de organización caracterizado por el establecimiento de grupos de base familiar (entendiendo su sentido amplio, que engloba los parientes directos, esclavos, trabajadores contratados y en ocasiones los colegas de gremios de artesanos, comercio,…) en casas particulares.
La casa por tanto ofreció un clima de intimidad, privacidad y estabilidad, que promovió actitudes interactivas de compartir, creando lazos de cohesión, amistad, que llevó a un sentimiento de identidad de "pueblo de Dios" con una cada vez más marcada diferenciación del "mundo" exterior.
Las casas debían ser bastante amplias, en oriente solían utilizar para la celebrar sus reuniones la sala superior (bajo el techo) de la casa por ser la habitación más tranquila.
En occidente podían usar tanto el comedor de una casa romana de un cristiano adinerado, como (durante el buen tiempo) podían usar el patio de la casa, un huerto, un cementerio, donde colocaban una plataforma para el orador o lector y una mesa para la celebración de la Cena del Señor. La sala del baño o piscina de la casa podía usarse en el rito de iniciación del cristiano, el bautismo.
Tenemos algunos ejemplos de cristianos que donaban sus casas a la Iglesia (a los Apóstoles), para ser dedicadas como lugar de culto. Estas prácticas fueron habituales en el siglo II.
Desde mediados del siglo III, parece que se comenzó a utilizar y construir edificios para el uso concreto de la iglesia, verdaderos lugares de culto. La referencia más antigua que tenemos de este tipo de construcción dedicada a las reuniones de los cristianos "es la casa-iglesia de Dura Europos en el Eufrates (hacia el 250)" , los edificios de uso religioso (cristiano) fueron cada vez más comunes, en tiempo de Diocleciano ya eran numerosos y al comenzar su persecución de los cristianos ordenó su demolición.
En Hechos 20:7 se nos dice que los cristianos se reunían el primer día de la semana, también Justino confirma este hecho, también puede deducirse del consejo de Pablo en 1Cor.16:2, aunque algunos dirán que el hecho de guardar el dinero para la ofrenda no quiere decir que se reunieran ese día sino que cada uno podía apartar su donativo u ofrenda en su casa, para llevarlo posteriormente.
Los miembros judíos de las iglesias guardaban algunas fiestas más aparte de ésta, auque al igual que en la anterior lentamente también dejaron de celebrarlas, a excepción de la Pascua y el día de Pentecostés, que a su vez los cristianos gentiles observaban, debido a que conmemoraban dos grandes acontecimientos en la Historia del Cristianismo: la resurrección del Señor y el descenso del Espíritu Santo.
Sin lugar a dudas los ritos que marcaron más fuertemente el comienzo de la iglesia primitiva fueron el bautismo y la Santa Cena, pero por su complejidad en cuanto a sus múltiples significados y variaciones que han sufrido no voy a tratar en profundidad, sino que simplemente haré un breve referencia general para centrarme en los ritos considerados "menores" del culto.
Comentar simplemente que el bautismo se contempla como rito de iniciación cristiana. Tras el Concilio de Jerusalén donde se abolió la ceremonia judía de la circuncisión obligatoria como paso inicial para ser admitido en la comunidad de la Iglesia se consideró el bautismo como única condición visible de dicha admisión y se llevaba a cabo según la formula que dejó Jesús a los apóstoles: " En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo", siendo la manera de administrarlo por inmersión a ser posible en "aguas vivas" siendo permitido el rociamiento o aspersión en caso de que la inmersión fuese impracticable (forma a juzgar por las pinturas hechas en frescos era bastante habitual) como nos dirá la Didaché en el documento Padres Apostólicos .
Según las afirmaciones de Justino Mártir, hay constancia de que en algunas ciudades de Asia Menor (entre ellas Éfeso), en que era costumbre que después de ser bautizado (acto que denomina como "iluminación") el nuevo creyente es llevado a la congregación para orar por él, y a su vez interceder a favor de la propia congregación y todos los demás creyentes en todo lugar. Después de la oración se saludan siguiendo el consejo de Pablo sobre la costumbre del saludo con ósculo.
Los nuevos creyentes bautizados se reunían para conmemorar y festejar juntos la cena del Señor con una comida en común que conmemoraba la obra redentora de Cristo. Existen dos documentos básicos (además de las referencias que hace Pablo en su exhortación a los corintios), que aportan información sobre este rito.
El otro documento que quiero citar son los escritos apologéticos de Justino Mártir (citado también en el punto anterior) dirigidos al emperador Antonio como respuesta ante las acusaciones de quienes sospechaban del culto cristiano como inmoral, donde da a conocer la estructura que se sigue en la celebración del bautismo, santa cena, y culto, para poner de manifiesto que no hay nada secreto en estas celebraciones. Este documento también data del siglo II.
La Didaché afirmará que solo los bautizados participan de este rito, en que primero se pasaba el pan partido acompañado de una oración de acción de gracias, aparentemente fija y ritualista y después se pasaba la copa, tras haber comido se hacía otra oración. Al final de esta oración aparece la expresión "Maranatha" que ya se encuentra en la primera carta de Pablo a los corintios, y proviene del arameo "señor nuestro ven" o "nuestro señor ha venido". Parece ser que también se dejaba que los profetas diesen gracias libremente, seguramente con oraciones espontáneas.
En cuanto a los ritos menores que se daban en el culto en los primeros siglos del cristianismo y a pesar de la poca documentación que tenemos sobre estas prácticas, voy a reseñar algunas ideas básicas que nos ayuden a captar algunas ideas principales que regían la vida ceremonial de los primeros creyentes.
El orden de los cultos por lo que se sabe no seguía un modelo único, concreto y rígido sino que el culto se celebraba de forma flexible y espontánea donde el Espíritu Santo ocupaba un lugar importante guiando la reunión. Como ya se ha comentado existen varios textos y alusiones sobre la manera en que se llevaban a cabo las reuniones, pero no obstante no poseemos en ninguno de ellos la fórmula completa de cómo se vivía el culto.
A partir del siglo II la liturgia de los cultos fue adoptando formas y expresiones más rituales. El culto seguía llevándose a cabo alrededor de la celebración de la Santa Cena, o como comenzaría a llamarse, la eucaristía, palabra griega que quiere decir dar gracias, aunque debido a los excesos y desordenes que se daban al celebrar la mesa del Señor, (1Cor.10:21), donde se dice que era posible que "uno salga con hambre y otro borracho" 1ra Corintios: 11:21, se separó de la comida fraternal o ágape de la eucaristía propiamente dicha.
Según el texto de Petrología que sigo en este momento, el orden del culto se basaba principalmente en lecturas del AT, de las cartas de los apóstoles y finalmente del Evangelio. El ministro explicaba las lecturas que solían ser extensas y tenían por objeto inculcar un conocimiento más íntimo de la Palabra.
Un hermano solía dirigir un canto en Salmos o algunos himnos en los que participaba todo el grupo. Se hacían oraciones al final de las cuales la congregación confirmaba diciendo "Amen" y se concluía con la celebración de la Santa Cena, que hasta el 150dC, se celebraba conjuntamente con una cena fraternal o ágape, pero que por causa de los abusos que hemos descrito se pasó a celebrar por separado.
Para finalizar la reunión se daba el ósculo de la paz y la bendición apostólica como clausura del culto.
Aunque el doctor González, da como un hecho histórico, que desde sus inicios, los cristianos se reunían los domingos, hecho que no apareció hasta muchas años después de la resurrección del Señor, ya que lo que sabemos por Pablo, los cristianos se reunían cualquier día, para comer. Cuando el doctor Rafael Aguirre (1994) escribió su obra La Mesa Compartida, nos deja establecido, que la comida, fue el núcleo en torno al cual se forjó la Iglesia: En torno a la mesa se expresa la acogida, la reciprocidad, l servicio, el compartir la vida…; en una palabra, la fraternidad.
La misma plenitud del encuentro definitivo con Dios y con todos los hombres se describe como un banquete pleno de alegría. Pero lo que debe ser la expresión emblemática de la fraternidad puede convertirse trágicamente en el lugar donde se ponga de manifiesto la injusticia, la falta e solidaridad, el distanciamiento entre los pocos que tienen mucho y los muchos que apenas tienen nada. Donde debe expresarse de forma eminente la fraternidad, puede revelarse también su ruptura. Peligros nuevos amenazan a la mesa común recién conseguida.
Y es que comer junto, entraña una confraternidad indisoluble, porque los ritos de mesa, dado que constituyen el corazón mismo de una cultura, llevan anejos una verdadera constelación.
Las Escuelas Teológicas de Alejandría, Antioquia y Cartago
Para esta parte final de la investigación, en lo concerniente, en parte estará basado en la obra de Víctor Cano Sordo, titulada: Petrología e Historia de la Iglesia, y que con dicho titulo está disponible online. La Enciclopedia electrónica de Wikipedia es también una fuente, con lo son las dos obras del doctor Justo L. González.
A. La ESCUELA DE ALEJANDRÍA.
También llamada Didaskálion, fue uno de los centros teológicos de los primeros siglos del cristianismo, ubicada en la ciudad de Alejandría. Tuvo escuelas filiales en Cesarea de Palestina y en Panfilia. Esta escuela fue fundada aproximadamente hacia el año 180 por Panteno. Su método de estudio fue simbólico-alegórico, opuesto a los métodos literales propugnados por la Escuela de Antioquia.
Antes de su conversión al cristianismo, Panteno era profesional de la filosofía en Alejandría. Aunque carecemos de escritos personales de Panteno, según Filipo de Sida, su punto de partida habría sido la doctrina pitagórica. En tiempos del emperador Cómodo se hallaba al frente de la Escuela catequística de Alejandría, siendo el primer director conocido de la misma, y quien le dio su impronta característica y su singular organización. Su enseñanza fue sobre todo, por no decir exclusivamente, oral, y entre los auditores de sus lecciones sobre la Sagrada Escritura se cuentan el obispo de Capadocia Alejandro y sobre todo Clemente de Alejandría, sucesor suyo en la dirección y primer maestro alejandrino de quien se conservan obras escritas. Fue misionero y evangelizador de la India (según algunos autores fue a la Arabia del Sur o a Etiopía), donde encontró, según parece, el Evangelio original de san Mateo (en hebreo-arameo). Se ignora la fecha exacta de su muerte, pero se le supone fallecido en 216.
Después de Clemente, Orígenes nombrado profesor de catecúmenos y director de la escuela teológica de Alejandría, disfrutó de un periodo de creatividad hasta su enfrentamiento con el obispo local, Demetrio, que le llevó a exiliarse a Cesarea de Palestina. La causa, según lo sabemos por Eusebio y Focio, de este enfrentamiento fue la ordenación sacerdotal que Orígenes recibió en Cesarea, sin conocimiento de Demetrio, por parte de Teoctisto de Cesarea y Alejandro de Jerusalén. Hay que tener en cuenta que, según las ideas de la época, Orígenes no podía recibir las órdenes por ser eunuco, ya que se castró en su juventud en un arrebato de ascetismo.
El fundamento de la teología es la Sagrada Escritura: una exégesis correcta de la misma y el empleo de la filología (método alegórico utilizado ya por los filósofos griegos en sus mitos.
Su exégesis es literal: contra los herejes, y alegórica: para edificación de los fieles.
La filosofía que utiliza es el neoplatonismo (participación de las Ideas arquetípicas; exitus, salida de Dios, y reditus, vuelta a Dios de todo; como consecuencia: misticismo vida ascética e intensa contemplación.
En cuanto a su teología, la cual se usa en defensa de la divinidad del Verbo (consubstancialidad) exageración: modalismo (sabelianismo) San Cirilo recurrió a la unión hipostática.
Subrayaron lo divino del Dios-hombre.
Exageración: monofisismo y monotelismo
Difunden los privilegios marianos.
B. ESCUELA DE ANTIOQUIA.
Fue una escuela de teología cristiana del siglo Segundo, cuya producción teológica se caracterizó por un racionalismo aristotélico opuesto al platonismo imperante en otras escuelas cristianas. En ese sentido, se opuso a l interpretación alegórica de la Biblia, muy común en la Escuela de Alejandría. En ella se formaron importantes personalidades del cristianismo, algunas heterodoxas como Arrio y otras ortodoxas como Juan Crisóstomo. En esta etapa la escuela de Antioquia no fue una institución, sino una teología. Diódoro de Tarso fue el que fundo un verdadero centro docente en Antioquia, que alcanzó su apogeo en el siglo IV.
Las principales características de esta escuela fueron:
Orientación aristotélica, investigaciones meticulosas; análisis, síntesis, exageración: racionalismo.
Exégesis (sentido literal: filología; sentido típico: relaciones Antiguo Testamento-Nuevo Testamento; algunos exageraron la tendencia literalista;
Desarrollan la moral: especialmente San Juan Crisóstomo exageraciones: moral naturalista de sabor pelagiano.
Acentuaron la distinción de Personas, y la distinción en Cristo de lo divino y lo humano. Peligros: arrianismo, nestorianismo.
Como epígrafe a estas dos escuelas, traigo a colación una extensa cita de la obra de Cano Sordo, donde este, citando a Drobner dice: "Al interpretar la Sagrada Escritura, los antioquenos prestaban especial atención al sentido literal, histórico (sin reducirse a él). Los alejandrinos, en cambio, cultivaban con intensidad el sentido alegórico, moral y anagógico de la Escritura; trataban de descubrir en los textos bíblicos un sentido oculto, más profundo. Ese objetivo casaba bien con su valoración del cristianismo como «gnosis verdadera» que no necesita misteriosos libros esotéricos, sino que descubre los misterios en los textos trasmitidos y reconocidos por la Iglesia. En la dogmática, los antioquenos tendían a subrayar más las diferencias en Dios y en Cristo («teología de la separación»), mientras que los alejandrinos acentuaban más la unidad de las tres personas en Dios y de las dos naturalezas en Cristo («cristología de la unidad»). Por supuesto que esta tipificación tosca de las escuelas sirve tan sólo como punto de apoyo para la orientación básica y no debe caer en el esquematismo: en concreto, hay que examinar y valorar cuidadosamente en sí misma cada aseveración de las «escuelas»"
C. LA ESCUELA DE CARTAGO.
La escuela teológica de Cartago, la cual se inicia con Tertuliano, y es continuada por Cipriano, Minucio Félix, para tener su mayor luz en Agustín. Fue en esta escuela donde nació la literatura cristiana en lengua latina, ya que el griego era la lengua principal de la literatura cristiana. Aunque Clemente de Roma vivía en esa ciudad, y desde ella escribió su carta a los Corintios, ese documento fue escrito en griego.
Con Tertuliano se inicia la obra de Apología, no a la manera de Ireneo, sino en la defensa contra los ataque de los literatos. Escribe en un latín sentencioso. Se ha dicho que es el creador del latín eclesiástico. Aunque esta apreciación es exagerada, Tertuliano tiene mucha importancia en este tema pues introduce muchas palabras latinas luego empleadas en la teología.
Esta escuela, tuvo desde el principio un marcado interés en las Escrituras, antes de cualquier otro escrito, se tradujo la Biblia del griego al latín. Ya se mencionan, las cartas de San Pablo. También se puede demostrar que los escritos de Tertuliano hacen referencia a versiones latinas del Nuevo Testamento. Por lo tanto, se puede afirmar que en la segunda mitad del siglo II existían, al menos en el norte de África, versiones latinas del Nuevo Testamento.
Medio siglo después, las obras de Cipriano atestiguan versiones latinas del Antiguo Testamento, que se tradujeron no del hebreo sino de la Septuaginta. Los traductores eran de un estrato social no elevado. Por eso esas traducciones produjeron al principio en San Agustín un fuerte rechazo.
No creo, particularmente que esta que llamamos escuela de Cartago, sea una escuela teológica a la manera de la de Alejandría y su filial en Cesarea, donde tuvo todo el rigor de un Orígenes, o como la escuela de Antioquia. Sabemos que para los días de Agustín, este se empeño en catequizar desde el pulpito y por sus escritos.
Justo González nos dicen cuando trata del pensamiento teológico de occidente, que nace en Cartago, y quiere oponerlo al de Alejandría que: En África del Norte por otra parte, continúa la tradición iniciada por Tertuliano, y esta región produce escritores y pensadores tales como Minucio Félix, Amobio, Cipriano, el gran obispo de Cartago y ya a principios del siglo cuarto, pero perteneciente por su temática y situación al tercero- Lactancio, quizá el mejor estilista latino de la Iglesia antigua. De éstos, sólo podremos estudiar a aquéllos cuyo pensamiento resulta más significativo para la historia del pensamiento cristiano: Hipólito, Novaciano y Cipriano.
Las características que tuvieron los primeros pensadores de Cartago fueron:
En Tertuliano: se opone a la a la filosofía, y dice que es fuente de errores y herejías; no hay posibilidad de unión entre fe y filosofía; toma muchos elementos del estoicismo; confianza en las pruebas jurídica usa mucho la terminología jurídica en su moral; utiliza por primera vez el término trinidad y también "persona" referido a la Trinidad; señala en Cristo una Persona y dos Naturalezas.
En Minucio Félix: Se menciona la existencia de un Dios único, la inmortalidad del alma, la providencia divina.
En Cipriano tenemos como principales características: La Iglesia es el único camino de salvación; es necesario estar unidos al Obispo; no es sólo cuerpo, sino también madre. El primado de Pedro es la causa de la unidad. El bautismo es necesario; defiende la costumbre del bautismo de los niños.
Bajo el rectorado de Agustín, personaje que no debemos penetrar porque sale de nuestro marco de tiempo, esta escuela llegó a ser una verdadera universidad de teología, y la rectora del pensamiento Occidental, ya que en Roma, no existía la formación necesaria.
Conclusión
Con estos párrafos arribo a la parte final, que como todo trabajo que implique poner en ejecución el músculo del cerebro, es en sí dura y fatigosa, máxime, cuando un período de deciento años debe ser visto desde el punto de vista critico. Pero indiscutiblemente, finalizo con la satisfacción del deber cumplido, por tal razón puedo decir:
1. Que cando llegó el cumplimiento del tiempo, en el reloj del Cielo, y una de las personas de la Divinidad de encarno, para establecer su tabernáculo con los hombres, la situación política del imperio mas grande del mundo era favorable para la expansión del mensaje de Salvación, del Camino que conduce a la vida Eterna. Esa situación, política, militar, comercial y religiosa ya estaba preparada, como lo estuvo el monstruo marido que se tragó al profeta Jonás.
2. La vida del cristiano en los siglos dos y tres de nuestra era, fue el ejemplo para que otras personas vieran en ellos un modelo digno de imitación, no pudiendo pensadores tan elevados como el emperador Adriano entender, con un seguidor de Cristo, que podía ser esclavo, zapatero o campesino, como ama de casa o lavandera, vivir y morir con la dignada con que lo hacia un estoico, y estar por encima de un cerdo de la piara de Epicuro.
3. Fue la fricción con las fuerzas externas, como el caso del filosofo Polibio y el cristiano Marción, que la comunidad se solidificó y creo un Cano de sus escritos, así como otros se vieron en la necesidad de escribir en defensa de su fe. La necesidad de dar respuesta a los que demandaban de nuestras creencias, llevó a la fundación de las grandes escuelas y a la formación de corrientes teológicas de los siglos dos y tres.
Concluyo diciendo pues, que los datos que aparecen en este trabajo, los autores aparecen adjuntos a las notas, como es el caso de Ireneo, Justo González, Víctor Cano Sordo y la Enciclopedia Electrónica de Wikipedia. De mi parte estuvo el esfuerzo de ensamblar, cotejar, ordenar y salpicar con algunas notas, a manera de escoliaciones, y acotaciones las notas que fue pergeñando.
Si este trabajo escapa a las expectativas del Curso, pediré al Eterno hombres mas fuertes y piernas mas robustas, para que en una próxima oportunidad llegar a la meta; por lo cual puedo decir, que si no he hecho una gran labor, por lo menos, hice todo el esfuerzo que estuvo de mi parte, y eso Dios lo ha de tener en cuenta.
Autor:
Humberto R. Méndez B.
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