- Introducción
- La clonación
- La persona como valor absoluto
- Problemas éticos de la biotecnología
- Conclusiones
- Bibliografía
En el desarrollo de este informe si bien se hablará de ciencia, se centralizará particularmente en la ingeniería genética. Tratando temas como la clonación de humanos, la utilización de la clonación terapéutica, los problemas éticos de la biotecnología, la posición que tiene la Iglesia acerca de este tema y una conclusión grupal acerca del trabajo realizado y del tema estudiado
Introducción
INGENIERIA GENETICA
Todo organismo, aún el más simple, contiene una enorme cantidad de información. Esta información se encuentra almacenada en una macromolécula que se halla en todas las células: el ADN. Este ADN está dividido en gran cantidad de sub-unidades (la cantidad varía de acuerdo con la especie) llamadas genes. Cada gen contiene la información necesaria para que la célula sintetice una proteína. Así, el genoma va a ser la responsable de las características del individuo. Los genes controlan todos los aspectos de la vida de cada organismo, incluyendo metabolismo, forma, desarrollo y reproducción.
Vemos entonces que la carga genética de un determinado organismo no puede ser idéntica a la de otro, aunque se trate de la misma especie. Sin embargo, debe ser en rasgos generales similar para que la reproducción se pueda concretar. Y es que una de las propiedades más importantes del ADN, y gracias a la cual fue posible la evolución, es la de dividirse y fusionarse con el ADN de otro individuo de la misma especie para lograr descendencia diversificada.
Otra particularidad de esta molécula es su universalidad. No importa cuán diferente sean dos especies: el ADN que contengan será de la misma naturaleza: ácido nucleico. Siguiendo este razonamiento, y teniendo en cuenta el concepto de gen, surgen algunas incógnitas: ¿Son compatibles las cargas genéticas de especies distintas? ¿Puede el gen de una especie funcionar y manifestarse en otra completamente distinta? ¿Se puede aislar y manipular el ADN?
La respuesta a todas estas preguntas se resume en dos palabras: Ingeniería Genética.
La Ingeniería Genética es una rama de la genética que se concentra en el estudio del ADN, pero con el fin su manipulación. En otras palabras, es la manipulación genética de organismos con un propósito predeterminado.
La ingeniería genética puede definirse como "La manipulación deliberada de la información genética, con miras al análisis genético o al mejoramiento de una especie". Con el descubrimiento de la estructura del material genético, en 1953, nace la biología molecular y con ello se inicia una nueva etapa en la historia de la biología. El año de 1970 marca otra etapa importante: el comienzo de la manipulación enzimática del material genético, y por consiguiente, la aparición de la ingeniería genética molecular, que constituye la más reciente evolución de la manipulación genética.
Beneficios de la Ingeniería Genética
La ingeniería genética tiene un gran potencial. Por ejemplo, el gen para la insulina, que por lo general sólo se encuentra en los animales superiores, se puede ahora introducir en células bacterianas mediante un plásmido o vector. Después la bacteria puede reproducirse en grandes cantidades constituyendo una fuente abundante de la llamada insulina "recombinante" a un precio relativamente bajo. La producción de insulina "recombinante" no depende del, en ocasiones, variable suministro de tejido pancreático animal. Otros usos de la ingeniería genética son el aumento de la resistencia de los cultivos a enfermedades, la producción de compuestos farmacéuticos en la leche de los animales, la elaboración de vacunas, y la alteración de las características del ganado.
Un caso de enorme utilidad es, por ejemplo, el de los cerdos, cuya sangre ha sido modificada al introducir en ella genes humanos, produciéndose así cerdos cuyos órganos al ser transplantados a seres humanos producirían menor rechazo que si no se hubiera efectuado esta modificación transgenética. Mediante procedimientos similares se ha logrado también la producción de salmones de crecimiento rápido en beneficio de una mejora en la alimentación de la humanidad. La producción, ya lograda en octubre de 1997, de embriones de ranas sin cerebro, facilita la obtención de órganos para el transplante, mejorando así la calidad y cantidad de vida del ser humano.
Se ha trabajado tanto en este campo que actualmente ya se han producido 10,000 especies de animales transgenéticos como por ejemplo ratones sensibles al cáncer o a la obesidad o a la enfermedad de Alzheimer cuyo objetivo es precisamente lograr curar estas enfermedades en los seres humanos.
La tecnología transgénica también se está usando de manera intensiva para producir en la leche de los animales proteínas humanas terapéuticas. Estas proteínas son extraídas de la leche de los animales, filtradas y empleadas como productos farmacéuticos. Se obtienen de una hembra escogida por su habilidad para producir en su leche altas concentraciones de proteínas específicas y esta habilidad se ha logrado al introducir genes de otra especie los cuales han tenido como efecto una mayor producción de las glándulas mamarias.
Las pruebas comenzaron primero en ratones y después de ver el efecto positivo se hicieron con otros animales como las ovejas. Esto se origina también en Escocia cuando en 1987 se introdujo un gen en el material hereditario de un ratón hembra y se constató que dicho gen era activo únicamente en las glándulas mamarias; así se abrió el campo de lo que ahora se denomina el ordeño de medicamentos.
Precisamente Dolly es clon de una oveja especializada en dar en su leche altas cantidades de proteínas humanas terapéuticas. La producción de proteínas terapéuticas en la leche de las ovejas se logró introduciendo genes humanos en el animal.
Proyecto de Genoma Humano
El Proyecto Genoma Humano (PGH) fue un proyecto internacional de investigación científica con el objetivo fundamental de determinar la secuencia de pares de bases químicas que componen el ADN e identificar y cartografiar los aproximadamente 20.000-25.000 genes del genoma humano desde un punto de vista físico y funcional.
El Genoma Humano es la secuencia de ADN de un ser humano. Está dividido en 24 fragmentos, que conforman los 23 pares de cromosomas distintos de la especie humana (22 autosomas y 1 par de cromosomas sexuales). El genoma humano está compuesto por aproximadamente entre 25000 y 30000 genes distintos. Cada uno de estos genes contiene codificada la información necesaria para la síntesis de una o varias proteínas (o ARN funcionales, en el caso de los genes ARN). El "genoma" de cualquier persona (a excepción de los gemelos idénticos y los organismos clonados) es único.
Conocer la secuencia completa del genoma humano puede tener mucha relevancia en cuanto a los estudios de biomedicina y genética clínica, desarrollando el conocimiento de enfermedades poco estudiadas, nuevas medicinas y diagnósticos más fiables y rápidos. Sin embargo descubrir toda la secuencia génica de un organismo no nos permite conocer su fenotipo. Como consecuencia, la ciencia de la genómica no podría hacerse cargo en la actualidad de todos los problemas éticos y sociales que ya están empezando a ser debatidos. Por eso el PGH necesita una regulación legislativa relativa al uso del conocimiento de la secuencia genómica, pero no tendría por qué ser un impedimento en su desarrollo, ya que el saber en sí, es inofensivo.
La clonación
La clonación humana consiste en la creación artificial de embriones humanos, con patrimonio genético idéntico al de otro ser humano. Se trata de una técnica de reproducción asexual y agámica, encaminada a producir individuos biológicamente iguales al individuo que proporciona el patrimonio genético. Se puede hacer de varias formas, de entre las cuales aquella a la que se hace mayor referencia consiste en sustituir el núcleo de un ovocito (célula reproductora femenina) y transferirle un núcleo con el material genético del individuo que se quiere clonar. Se hace con dos finalidades fundamentales: reproductiva y "terapéutica".
La clonación humana reproductiva persigue el objetivo de obtener un hijo con un genoma idéntico al donante del núcleo.
La clonación humana llamada "terapéutica" pretende curar enfermedades mediante la generación de un embrión humano al que se deja desarrollar sólo hasta el estadio de blastocito, para tomar células de su masa interna, ocasionando la muerte del embrión, para obtener las llamadas células estaminales. Se llama "terapéutica" porque a partir de estas células estaminales embrionarias se pueden obtener diversos tejidos que se querrían utilizar para múltiples finalidades terapéuticas. Incluso se piensa que se puedan llegar a "fabricar" órganos que sirvan para realizar trasplantes en individuos adultos evitando el problema del rechazo inmunológico, pues el órgano dañado se podría reparar a partir de células estaminales obtenidas de un embrión clon del individuo adulto al que se quiere hacer el trasplante.
La iglesia y la clonación humana
DECLARACIONES sobre la cuestión de la clonación humana del presidente de la Subcomisión de Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal y obispo de Salamanca, monseñor Braulio Rodríguez:
«Puede que desde la ingeniería genética se puedan combatir enfermedades, pero lo que es imposible para las personas es hacer seres humanos sin lo que el ser humano es: ese compuesto de cuerpo y espíritu». «Aunque una persona pudiera ser igual a otra en sus cromosomas y genes, lo que es imposible es poder crear un ser humano igual a otro, porque eso no está en el poder de los hombres».
«Se pretende que se hagan estudios cara una posible investigación terapéutica en favor del ser humano. Pienso que existe siempre ahí detrás una especie de mito de Prometeo. Se trata en el fondo de querer llegar a las fuentes de la vida, sabiendo que la vida se nos da y nos supera».
«Es querer saltar unas barreras que nos pueden llevar a terribles consecuencias. Eso ya se está diciendo y eso no lo digo yo, que no soy autoridad, sino los mismos científicos. Uno puede entrar en fronteras que está muy bien abrirlas en teoría, pero luego la práctica lleva a consecuencias inauditas y, desde luego, muy terribles. No creo que eso sea bueno para la humanidad».
«En el fondo, en medio de ese deseo de los avances científicos y de la tecnología, que cada vez es mejor, está un poco ese manipular al hombre por el hombre».
La persona como valor absoluto
La vida humana encierra un valor inconmensurable, prácticamente divino, desde su comienzo hasta su natural término. La sacralidad de la vida humana hace acto de presencia al menos por tres razones: la razón del origen, de la naturaleza y del destino.
En la primera página del Génesis, bajo un ropaje en apariencia ingenuo y mítico, se narran acontecimientos históricos: la creación del universo y del hombre. El hombre no es cabalmente un producto de la materia, aunque la materia sea uno de sus componentes; goza de alma espiritual, irreductible a lo corpóreo. Las almas son creadas directamente por Dios, sin intermediarios. Por esto cabe decir con todo rigor que cada vida humana es sagrada, pues desde su comienzo, es decir, compromete la acción del Creador. Pero ya desde el momento de la concepción, el alma rige todo el desarrollo del embrión y, salvo accidentes o atentados, lo llevará a la relativa perfección que cabe alcanzar en la tierra.
¿Qué resulta de la acción creadora de Dios con la participación de los padres, en la generación? Una imagen de Dios. Esta es la gran revelación sobre la naturaleza humana: Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Para Dios, todos y cada uno de los seres humanos poseen un valor excepcional, único, irrepetible, insustituible.
Al plantearse la hipótesis de la clonación de un ser humano, nacen importantes interrogantes: ¿Es un clon persona con valor en sí mismo? ¿Tienen alma los clones? ¿Permite Dios la manipulación de la vida? ¿Qué determina que es lo Bueno?
Con respecto al primer interrogante, se puede decir que cierta posición niega la calidad de personas a los eventuales clones, fundándose en la característica única e irrepetible, necesaria para al Ser Humano. Califica a la persona como "un ser integral, vivo, psico-social único, espiritual, con trascendencia", y establece que su origen es la concepción, mediante la unión de óvulo y esperma. En base a esta definición, intentan descifrar todas las prerrogativas de la persona, diciendo que es un ser único, integral, e irrepetible, sujeto de derechos y obligaciones, capaz de autodeterminarse, llamado a comunicación y a la vivencia social. Bajo la exclusiva lógica de este pensamiento, niegan la posibilidad de conferir personalidad a un ser clónico, porque no es ni único, ni singular ni irrepetible: no es sujeto (sólo le confieren el extraño status de "un individuo dentro de la generalidad"); como derivado de ello, al no ser persona no podrá ser sujeto de derechos ni de obligaciones, ni será capaz de autodeterminarse. Además, sostienen que se debería prohibir la clonación, por los inconvenientes que de realizarse, se presentarían.
Todo individuo posee una dignidad que le viene dada por el solo hecho de ser persona. La dignidad de hijo hace que toda persona tenga un valor absoluto en sí mismo más allá de cualquier diferencia o deficiencia. Por este motivo no puede ser utilizado como medio de nada ni reducirse a algo objetivamente medible, cuantificable ni como un objeto moralmente neutro a entera disposición de la ciencia.
El científico que hace un "clon humano" produciría, no crearía un ser humano. El único que crea es Dios. Y, como producir personas no es lo mismo que producir objetos, no se puede aceptar sin más que esté en las manos de un científico el traer hombres al mundo. El ser humano, según el orden de la naturaleza debe ser engendrado, de ninguna manera producida. En ese sentido se puede decir que el científico, si rompe el curso natural de la concepción de una vida humana, se apropia un poder sobre la persona que nadie ni nada le puede conceder… En un alarde de poder tecnológico éstos jugarían a ser Dios, lo cual es sumamente peligroso. La misma naturaleza, salida de las manos de Dios, podría tarde o temprano pasar la factura, como generalmente sucede.
El ser clonado, si no es persona debería asignársele cierta naturaleza jurídica, que, por cierto, no será la de "individuo dentro de la especie". Si no son personas, y bajo el régimen jurídico actual, correspondería decir que son cosas muebles semovientes, ya que se trataría de entes vivos, animales. Aquí encontramos otra contradicción, qué surge evidente al analizar el texto legal: "Las cosas son muebles e inmuebles por su naturaleza, o por accesión, o por su carácter representativo" (Art. 2313 del Código Civil). Para determinar los elementos que debemos tener en cuenta al fijar la naturaleza, recurrimos a su definición: "naturaleza: esencia y propiedad característica de cada ser". Los elementos definitorios y característicos de la naturaleza de los clones serán coincidentes con los de la persona: serán entes que presentarán las características genéricas de la Humanidad, con los idénticos caracteres físicos y síquicos, parecerán seres humanos, hablarán como seres humanos, tendrán pasiones y deseos humanos… No podremos sino concluir que son personas. De otra forma, se caería en la desgracia de considerarlos cosas, a pesar del hecho de ser integrantes del género humano, y consiguientemente nos ubicaríamos bajo el mismo fundamento que sirvió para, de alguna forma, "legitimar" la esclavitud.
En conclusión: de llegar a presentarse el caso de la concreción de un clon humano, no existirá otra alternativa más que aceptar su condición de integrante del Género Humano y en virtud de ello reconocer su personalidad, absolutamente equiparada y dotada de los atributos, derechos y garantías concedidos a resto de los hombres.
La segunda pregunta dice: ¿Tienen alma los clones? El alma (ÁNIMA = ALIENTO VITAL) es aquello que anima y da vida y es común a todos los seres creados. Como mencionamos anteriormente, las almas son creadas directamente por dios, sin intermediarios. El origen de cada persona humana es muy singular, pues aunque en su génesis intervienen los padres, poniendo la base material, biológica, a la vez Dios interviene produciendo de la nada el alma espiritual y la infunde en el minúsculo cuerpo engendrado por los padres. La espiritualidad del alma distingue esencialmente al hombre de las demás criaturas de este mundo, hace que el cuerpo humano no sea como los demás cuerpos, sino un cuerpo personal, con características específicas muy netas, apto para ser convertido por la gracia santificante en templo del Espíritu Santo. Según esta caracterización, los clones no tendrían alma, ya que no están hechos a imagen y semejanza de Dios.
En cuanto a la ciencia, los científicos coinciden en que un clon humano y su donante de ADN serían personas separadas, es posible deducir teológicamente que cada uno de ellos tendría, con su propio cuerpo, un alma, infundida por Dios, evidentemente. Si supusiéramos que son simples fabricaciones de maniquíes no tendría razón tanta defensa de los "clones humanos".Muchas personas se preguntan ¿cómo puede permitir Dios esa manipulación de la vida? Esa pregunta suena un poco a reclamo, algo así como "dónde está Dios cuando los hombres hacen eso". Dios deja al hombre a que obre con libertad y responsabilidad. Por eso el "progreso" de la biotecnología no puede ir por donde le plazca, porque cuando menos se lo espera uno, se devuelve violentamente contra los seres humanos, en formas de armas biológicas, químicas, atómicas, de tristes recuerdos. El clamor a la "libertad" en esos ambientes cerrados de laboratorios alcanza unos extremos insospechados, hasta el abuso caprichoso y prepotente de manipular la vida humana en el momento mismo de mayor fragilidad. La libertad del hombre es infinita y usada de manera responsable y orientada al bien le permite a este realizarse y ser feliz.
Ahora bien, ¿Qué nos determina que es lo que está bien y lo que está mal? Esta pregunta puede ser amplia en algún sentido, ya que es subjetivo de cada persona. Sin embargo, podríamos decir que es nuestra conciencia lo que nos permite diferenciar lo bueno de lo malo y optar por uno de ellos. La conciencia es la parte más subjetiva del hombre, más espiritual. Toda conciencia es indicativa, evaluativa y normativa. Eliminar la conciencia del hombre es reducirlo a un ente meramente biológico.
Problemas éticos de la biotecnología
La lectura interpretativa del significado antropológico de la clonación humana, nos conduce a las siguientes valoraciones:
La clonación querida con fines reproductivos es contraria a la dignidad de la persona humana, pues despersonaliza el acto de la generación, vacía de significado humano la procreación humana y sustituye el diálogo y donación esponsal por una técnica. El hijo no es querido por sí mismo, sino tan sólo como medio para saciar los deseos de los padres. Se somete a la persona humana a un dominio despótico de otros seres humanos, quienes determinarían arbitrariamente incluso su identidad biológica y los fines de su existencia, con lo cual se lesionan sus derechos humanos fundamentales. Además valen para este caso, todos los juicios morales negativos a la aplicación de las técnicas de fecundación extracorpórea, y las condenas a sus derivaciones, como son la maternidad subrogada, la crio-conservación de embriones, la destrucción de embriones, etc.
La clonación querida con fines terapéuticos, es también contraria a la dignidad de la persona, pues además de lo que tiene en común con la clonación reproductiva, tiene el agravante de concebir una persona humana con la intención deliberada de manipularlo, utilizándolo como residuo biológico para suministro de órganos y tejidos de repuesto. La finalidad aparentemente "humanista" de la clonación no es coherente con el medio usado: manipular a un ser humano en sus primeras fases vitales a fin de obtener material biológico necesario para la experimentación de nuevas terapias, llegando así a matar a ese ser humano, contradice abiertamente el fin que se busca: salvar una vida (o curar enfermedades) de otros seres humanos. El valor de la vida humana fuente de igualdad entre los hombres, hace ilegítimo un uso meramente instrumental de la existencia de uno de nuestros semejantes. No existe diferencia entre este uso del ser humano y el que se conoció en los campos de concentración del siglo pasado.
Debemos resaltar que la clonación, independientemente de las finalidades que se persigan, ya sean reproductivas, terapéuticas o experimentales, siempre implica la generación de individuos humanos destinados a ser destruidos. Se trata, pues, de una acción deliberada que implica un homicidio voluntario.
Por tanto, con base en las razones antropológicas y morales que se han expuesto: DECLARAMOS QUE LA CLONACIÓN DE SERES HUMANOS QUERIDA CON UNA FINALIDAD REPRODUCTIVA, TERAPÉUTICA O MERAMENTE DE INVESTIGACIÓN, ES SIEMPRE OBJETIVA, INTRÍNSECA Y GRAVEMENTE INMORAL, PORQUE ATENTA CONTRA LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA QUE ES ÚNICA E IRREPETIBLE, QUE HA DE SER QUERIDA COMO FIN EN SÍ MISMA, Y A LA CUAL SE HA DE RECONOCER UN VALOR ABSOLUTO Y SE HA DE ACOGER COMO UN DON CUYO PRIMER Y FUNDAMENTAL DERECHO ES A SU PROPIA VIDA.
Siendo pues, inmoral e ilícita, nos manifestamos por la prohibición legal global de toda clonación humana, contra toda experimentación con embriones o células embrionarias que no esté orientada al bien del mismo embrión o feto, y contra toda experimentación que no respete las exigencias éticas fundamentales para la experimentación con seres humanos, ya que la vida humana no puede ser objeto de destrucción, manipulación o comercialización. En este caso, la destrucción de un embrión humano es un homicidio directo y procurado de un inocente, el más frágil y la más bella creación de Dios.
Por ello, tampoco es lícito ni puede ser objeto de una legislación justa el permitir la utilización o importación de células estaminales embrionarias ya obtenidas, eventualmente, por otros investigadores o disponibles en el comercio. Esta posibilidad recuerda el trágico comercio de esclavos, en que los seres humanos eran arrancados de sus familias y de su medio ambiente para ser llevados a realizar trabajos forzados, prácticamente con poder de vida y muerte sobre ellos. Por otro lado, esto implicaría una injusticia muy grande, el hecho de que unos países se convirtieran en "maquiladores" de embriones humanos para exportarlos a otros países en donde está prohibido hacerlo. Incluso se podría dar el caso de que países que cuentan con grandes recursos económicos subsidiaran a instituciones de países menos desarrollados para tener las instalaciones y los medios técnicos necesarios para esta "maquila". Esta absurda posibilidad de crear "embriones humanos para exportación" es tan contraria a la dignidad humana, que se impone un "no" rotundo. No queremos que ningún país, y mucho menos el nuestro, ni sus instituciones, caigan en un atentado semejante al consentir un tráfico de seres humanos inocentes e indefensos.
En el penoso caso de que se llegase a aprobar una legislación que pretendiera hacer legal la clonación humana, la producción y utilización de células estaminales embrionarias o la investigación en células estaminales embrionarias obtenidas mediante importación, los científicos y biotécnicos católicos tienen el grave deber de oponer objeción de conciencia para no participar en dichas investigaciones y procedimientos. Urgimos una vez más al Estado a reconocer dicho derecho de los ciudadanos.
Los científicos "no pueden considerar el rechazo moral de la clonación humana como una ofensa; al contrario, esta prohibición devuelve la dignidad a la investigación, evitando su degeneración demiúrgica. La dignidad de la investigación científica consiste en ser uno de los recursos más ricos para el bien de la humanidad."
¿Aunque se pueda realizar podemos permitirlo? ¿Todo lo posible es éticamente permisible?
Como punto de partida, es posible: 1) la clonación de seres humanos (que implicaría exclusivamente la generación de un nuevo ser humano a partir de células extraídas a otro); y 2) la aplicación de técnicas de clonación en seres humanos (más amplia que la anterior, implica la utilización de estas técnicas con diferentes fines). Puede sostenerse que las técnicas de clonación podrían aportar muchos y provechosos beneficios, siendo aceptable la clonación en seres humanos. Sin embargo, debería evitarse la clonación de seres humanos, por los siguientes motivos.
En primer lugar, la utilidad o necesidad de llegar a recurrir a la clonación de un ser humano parece poco probable. Las hipótesis elaboradas diciendo, por ejemplo, que "podría crearse un clon para obtener la médula ósea necesaria para su transplante a un enfermo de leucemia, dada la imposibilidad de encontrar donante compatible…" no pasa de mera especulación sobre algo que sí es posible, pero es simplemente inconveniente: debe imaginarse el tiempo necesario para el desarrollo del clon impediría la concreción del transplante.
Además, sería infinitamente más conveniente clonar sólo las células de la médula, proceso que podría requerir unos pocos días, ahorrando tiempo cuya prolongación resulta fatal. Idénticas especulaciones podrían hacerse con otras patologías que precisen transplantes, e idéntico fundamento servirá en contra. Es cierto que en la actualidad sólo se puede lograr el desarrollo artificial de piel y algunos tejidos diferentes, y la ciencia no puede desarrollar artificialmente ciertos órganos. Pero no es menos cierto que desde la década de 1950 se experimenta exitosamente en el desarrollo de tejidos complejos, como ser corazón, músculos, hígado y tejidos conjuntivos, lográndose incluso que cumplan relativamente con sus funciones orgánicas. El vertiginoso avance de la ciencia permite esperar resultados positivos a mediano plazo.
Otro de los factores que nos llevan a ser contrarios a la clonación, es la posibilidad aberrante de la utilización de clones humanos como fuente de "repuestos", es decir, como fábricas vivientes de órganos destinados a ser transplantados, para luego desechar las porciones anatómicas no deseadas. El sólo planteamiento de la posibilidad de destinar a los clones para tales fines, causa una inmediata repulsión. Aquí, la calidad del ser humano sería por completo dejada de lado. El hecho de aceptarlo implicaría echar por la borda toda construcción racional acerca de la persona, el ser humano, la vida, y el derecho.
Conclusiones
La clonación de seres humanos debe ser considerada como extremadamente mala, al separar la procreación de la unión sexual, y al hacer de la llegada al mundo de nuevos hombres una producción técnica. También se tiene que tener en cuenta que cada ser humano clonado que tenga deformidades o extremidades suplementarias, seguiría el mismo camino que los ratones deformes la eliminación de los mismos o mejor dicho la muerte. Y nosotros como sociedad "civilizada" no podemos concebir esto. Por mas clon o no que sea sigue siendo un ser humano, y no se puede matar a la gente por sus defectos físicos. Por eso creo que no hay que intentar clonar a las personas, porque si lo realizamos estamos aprobando que se maten personas por solo ser deformes y diferentes a nosotros, por el solo hecho de buscar una raza mejor o tratar de ser inmunes a ciertas enfermedades o quien sabe que cosas se le puede cruzar a un loco que tenga el poder de realizar este tipo de cosas. La verdad que uno no sabe la magnitud que puede tener esto en la sociedad y las consecuencias de toda esta manipulación genética. Por eso repruebo la clonación de seres humanos, para que no se mate gente indiscriminadamente, pero tampoco me gustaría que los clones deformes vivan, por que como es la sociedad mundial, tendría un nuevo tipo de discriminación en la lista, y ese seria "el clon", seguramente al ser "diferente" de nosotros lo discriminaríamos, como lo hacemos con tantas otras personas que son diferentes a nosotros(por que casi todos tienen dos brazos, dos piernas o una o son de otro color.etc) pero aquí estaríamos hablado de encotrarnos a una persona con 5 brazos, dos cabezas y la verdad que por mas ser humanos que sea lo estaríamos marginando y discriminando mas que a cualquier otra cosa, así que aquí tenemos además de un problema ético, político y económico, uno sociológico "la discriminación" y la "marginación" de estos "clones".
La cuestión no es tanto si se está a favor o en contra de la ciencia y la tecnología en términos generales, sino con qué tipo de ciencia y tecnología estamos de acuerdo. Nosotros estamos a favor de aquellas aplicaciones médicas que contribuyan a la curación de personas que han enfermado, para corregir las anomalías y detener el progreso de la enfermedad.
El nacimiento de la oveja Dolly, hace unos años, ha creado una polémica entre los científicos y la sociedad, ya que en un futuro se especula de que estas técnicas podrían llegar a ser aplicadas en humanos.
En nuestra opinión creemos que ya no es solo el hecho de aplicar esta técnica sobre los hombres, sino el motivo de porqué se hace. Se podría decir que se desarrollan por meros motivos económicos o que se realiza por poner en práctica todos los conocimientos que se han obtenido hasta ahora. Por ello, se debe imponer un límite para la utilización de estas técnicas, porque no todo lo que se sepa debe de ser llevado a cabo sin tener en cuenta una mínima de moralidad.
Otra cuestión sería quién debe imponer ese límite, si el gobierno, el paciente o los científicos. Pero todo esto es muy relativo y complejo para imponer unas leyes para todos los casos. La respuesta no es algo precisa puesto que deberíamos tener en cuenta el caso, que tipo de paciente y las circunstancias que le rodean.
Bibliografía
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BLAZQUEZ, Niceto- PASTOR, Luis Miguel , Bioética fundamental, Madrid, Editorial Católica, 1996
CASTILLA, Blanca, Comienzo de la vida humana. Aspectos filosóficos, Cuadernos de Bioética, 1997, p.lll3ss
COLOMBO, Roberto, Statuto biologico e statuto ontologico dellé embrione e del feto umano, Anthropotes, 1996, XI, p.132ss
"INGENIERIA GENETICA" < http://www.monografias.com/trabajos5/ingen/ingen>
EN LINEA [CONSULTA : 20/11/10]
Autor:
Braian RV