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Literatura Hispanoamericana (página 2)


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2.4.2. TEATRO

El teatro continuó su proceso de maduración en gran cantidad de ciudades latinoamericanas, en especial Ciudad de México y Buenos Aires, en las que se convirtió en un importante vehículo cultural, y vivió un periodo de afianzamiento en otros países, como Chile, Puerto Rico y Perú. En México pasó por una completa renovación experimental, representada por el Teatro de Ulises (que comenzó en 1928) y el Teatro de orientación (en 1932), activados por Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y Celestino Gorostiza, y que culminaría con la obra de Rodolfo Usigli y continuaría con la de un nuevo grupo de dramaturgos, con Emilio Carballido a la cabeza. Por otro lado, entre los más destacados autores de teatro argentinos se encuentra Conrado Nalé Roxlo.

2.4.2.1. CONRADO NALÉ ROXLO

Conrado Nalé Roxlo (1898-1971), escritor y dramaturgo argentino nacido en Buenos Aires.

Cultivó la poesía, el teatro y el periodismo simultáneamente con humorismo y tono costumbrista bajo los seudónimos de Chamico y Alguien.

Como crítico y humorista escribió obras tales como: La medicina vista de reojo (1952), Libro de quejas y Mi pueblo —ambas de 1953—, Sumarios policiales (1955) y Las puertas del purgatorio (1956).

En su Antología apócrifa (1943) parodió y recreó diversos estilos literarios: el culteranismo, el humildismo de , la prosa de Valle-Inclán o el modernismo, etcétera.

2.4.3. ENSAYO:

Los ensayistas posteriores al modernismo han sido muy activos, han adoptado una dirección nacionalista y más universal, y han ofrecido una gran variedad de puntos de vista intelectuales. La generación del Centenario de la Independencia de 1910 tuvo representantes como José Vasconcelos, conocido por su sueño utópico de una "raza cósmica" (La raza cósmica, 1925), el erudito dominicano Pedro Henríquez Ureña, autor de Ensayos en busca de nuestra expresión (1928) y Alfonso Reyes, supremo mexicano universal, humanista completo y autor de Visión de Anáhuac (1917). Por otro lado, el ensayista colombiano Germán Arciniegas sobresale como un cualificado intérprete de la historia en El continente de siete colores (1965) y el argentino Eduardo Mallea, autor de Historia de una pasión argentina (1935), destaca entre los novelistas de ese país.

2.4.3.1. JOSÉ VASCONCELOS

José Vasconcelos (1882-1959), filósofo, educador y político mexicano. Nacido en Oaxaca, tuvo una gran influencia en los ambientes intelectuales mexicanos. Discípulo de Justo Sierra, formó parte del Ateneo de la Juventud, que en torno a 1910 se caracterizó por su oposición al positivismo y al régimen de Porfirio Díaz, impulsando una corriente crítica y de renovación ideológica y política.

Con Alfonso Reyes, Antonio Caso y otros, trascendió el positivismo en la búsqueda de otros órdenes autónomos de la vida natural, el arte de lo humano y la región del espíritu. En su Estética (1935) explicaba la evolución del Universo y la reestructuración de su sustancia cósmica, en los órdenes físico, biológico y humano. Comprometido con el movimiento revolucionario, apoyó a Francisco I. Madero en el Partido Antirreeleccionista y más tarde a los presidentes Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. Fue rector de la Universidad Nacional, a la que convirtió en institución revolucionaria. Los estudiantes, convertidos en maestros honorarios, salieron a las calles de las ciudades, enseñando a leer y escribir.

El presidente Obregón le nombró en 1921 secretario (ministro) de Educación y durante tres años, hasta su enfrentamiento con él y su exilio en Estados Unidos, llevó a cabo una verdadera "cruzada nacional" en favor de la educación popular. Impulsó, al mismo tiempo, la educación indígena, la rural, la técnica y la urbana; creó redes de bibliotecas, misiones culturales, escuelas normales y Casas del Pueblo, que convirtió en centros educativos básicos. Fomentó la lectura, editó colecciones de libros de los autores clásicos, apoyó la obra de los primeros muralistas y construyó el Estadio Nacional como lugar de espectáculos populares. En 1925 publicó La raza cósmica, que quizá sea su obra más conocida, donde expuso algunas de sus reflexiones sobre el indigenismo, a las que dotaría a partir de 1930 de una orientación política conservadora.

Regresó a México en 1929 y se presentó como candidato a la presidencia de la República. Pese al apoyo que recibió por parte de los opositores al dominio político de Plutarco Elías Calles, fracasó en su intento y volvió a su retiro personal. Su obra filosófica se caracteriza por una reivindicación del valor de la intuición emotiva, que opone a toda forma de intelectualismo y a la que sitúa en la base de su sistema metafísico (Tratado de metafísica, 1929). Vasconcelos pensaba que su sistema era un monismo fundamentado en la estética y otorgaba una gran importancia al ritmo y a una peculiar interpretación de las categorías matemáticas. El conjunto de su filosofía presenta una notable influencia de Pitágoras y de Plotino.

En sus obras posteriores, como las memorias Ulises Criollo (1935), La tormenta (1936) y El desastre (1938), y en Breve historia de México (1937) mantuvo una postura de enfrentamiento al oficialismo, reclamando la vuelta a los valores revolucionarios iniciales, la revisión de la historia nacional, el apoyo al mestizaje indio-español y la conciliación de las ideas de libertad y orden, en la búsqueda de un México nuevo.

2.4.4. NARRATIVA

A partir de comienzos de siglo, la novela latinoamericana en español ha experimentado un enorme desarrollo que ha pasado por tres fases: la primera, dominada por una gran concentración en temas, paisajes y personajes locales se vio seguida por otra en la que se produjo una extensa obra narrativa de carácter psicológico e imaginativo ambientada en escenarios urbanos y cosmopolitas, para llegar finalmente a una tercera en la que los escritores adoptaron técnicas literarias contemporáneas, que condujeron a un inmediato reconocimiento internacional y a un continuo y creciente interés por parte del mundo literario.

La narrativa de carácter regional tuvo en el argentino Ricardo Güiraldes, autor de Don Segundo Sombra (1926), la culminación de la novela de gauchos; al colombiano José Eustasio Rivera creador de La vorágine (1924), de la novela de la jungla y al venezolano Rómulo Gallegos Freire, autor de Doña Bárbara (1929), de la novela de las planicies. La revolución mexicana inspiró a novelistas como Mariano Azuela, autor de Los de abajo (1915), y a Gregorio López, que escribió El indio (1935). La situación de los indígenas atrajo el interés de numerosos escritores mexicanos, guatemaltecos y andinos, como el boliviano Alcides Arguedas, que trató el problema en Raza de bronce (1919), y el peruano Ciro Alegría, autor de El mundo es ancho y ajeno (1941), mientras que el diplomático guatemalteco Miguel Ángel Asturias, que recibió en 1966 el Premio Lenin de la Paz y en 1967 el Premio Nobel de Literatura, se reveló como un excelente autor de sátiras políticas en su obra El señor presidente (1946).

En Chile, Eduardo Barrios se especializó en novelas psicológicas como El hermano asno (1922), y Manuel Rojas se alejó de la novela urbana y cultivó una especie de existencialismo en Hijo de ladrón (1951). Otros escritores, entre los que se cuenta María Luisa Bombal, autora de la novela La última niebla (1934), cultivaron el género fantástico.

En Argentina, Manuel Gálvez escribió una novela psicológica moderna acerca de la vida urbana, Hombres en soledad (1938). En este país, así como en Uruguay, se desarrolló una rica corriente narrativa donde se hacía gran énfasis tanto en los aspectos psicológicos como fantásticos de la realidad. Así, el argentino Macedonio Fernández abordó el absurdo en Continuación de la nada (1944), mientras que Leopoldo Marechal escribió una novela simbolista, Adán Buenosayres (1948), y Ernesto Sábato una novela existencial, El túnel (1948). Jorge Luis Borges, por otro lado, fue en sus comienzos un poeta ultraísta y, más tarde, se convirtió en el escritor más importante de la Argentina moderna, especializado en la creación de cuentos (Ficciones, 1945), traducidos a numerosos idiomas.

Colaboró en varias ocasiones con Adolfo Bioy Casares y despertó el interés por la novela policiaca complicada y por la literatura fantástica. Bioy Casares fue pionero en el terreno de la novela de ciencia-ficción con La invención de Morel (1940), y el uruguayo Enrique Amorim inauguró la novela policiaca larga con El asesino desvelado (1944). Otro de los escritores que obtuvieron inmediato reconocimiento internacional por su brillantez y originalidad fue el argentino Julio Cortázar, en especial debido a su antinovela experimental Rayuela (1963). Entre los autores uruguayos centrados en la novela psicológica urbana se encuentran Juan Carlos Onetti con El astillero (1961) y Mario Benedetti con La tregua (1960).

La nueva novela mexicana evolucionó a partir del crudo realismo como consecuencia de la influencia de escritores como James Joyce, Virginia Woolf, Aldous Huxley y, especialmente, John Dos Passos y William Faulkner. Con un escenario y una trama de carácter local, a la que añadieron nuevas dimensiones psicológicas y mágicas, José Revueltas escribió El luto humano (1943) y Agustín Yáñez Al filo del agua (1947). Juan Rulfo escribió en un estilo similar su Pedro Páramo (1955), mientras que Carlos Fuentes, en La región más transparente (1958), alterna lo puramente fantástico y psicológico con lo regional, y Juan José Arreola, autor de Confabulario (1952), destaca por sus fantasías breves, de carácter alegórico y simbólico. Otros novelistas han experimentado con técnicas multidimensionales, como, por ejemplo, Vicente Leñero, creador de Los albañiles (1964), y Salvador Elizondo, que escribió Farabeuf (1965).

Entre los restantes novelistas latinoamericanos que han escrito en español y que han conseguido reconocimiento internacional, el antiguo regionalismo ha sido superado por nuevas técnicas, estilos y perspectivas extremadamente variadas. La etiqueta estilística realismo mágico se puede aplicar a muchos de los más destacados narradores —aquellos capaces de descubrir el misterio que se esconde tras los acontecimientos de la vida cotidiana. El novelista cubano Alejo Carpentier añadió una nueva dimensión mitológica a la novela ambientada en la jungla en Los pasos perdidos (1953), al tiempo que su compatriota José Lezama Lima consiguió crear en Paradiso (1966) un denso mundo mitológico de complejidad neobarroca.

Por otro lado, el peruano Mario Vargas Llosa descubrió a sus lectores variadas perspectivas escondidas en el aparentemente cerrado mundo de una academia militar en La ciudad y los perros (1962), mientras que el colombiano Gabriel García Márquez, galardonado con el Premio Nobel en 1982, se dio a conocer internacionalmente con su novela Cien años de soledad (1967), en la que, a través de una mágica e intemporal unidad, logró transcender el ámbito puramente local en el que se desarrolla la trama narrativa. Con la obra de estos escritores, la novela latinoamericana escrita en español no sólo alcanzó su mayoría de edad, sino que parece estar atrayendo la atención de un público internacional cada vez más numeroso.

2.4.4.1. MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS

Miguel Ángel Asturias (1899-1974), autor, diplomático y premio Nobel guatemalteco, nacido en la ciudad de Guatemala.

VIDA:

Estudió Derecho en universidades de su país y Antropología en la Sorbona de París, ciudad en la que recibió la influencia del poeta surrealista francés André Breton. En 1942 fue elegido diputado en su país y, a partir de 1946, fue embajador en México, Argentina y El Salvador, hasta que, en 1954, se exilió de Guatemala. Posteriormente, fue embajador en Francia, entre 1966 y 1970. Sus poemas y novelas, de contenido fuertemente antiimperialista, le valieron el Premio Lenin de la Paz en 1966 y el Premio Nobel de Literatura en 1967. La muerte le sobrevino, tras una penosa enfermedad, en 1974, cuando se encontraba en Madrid (España).

OBRA:

En su obra, al igual que en la del escritor cubano Alejo Carpentier, el mito se hace presente, pero a diferencia del cubano, organiza sus novelas en torno a los mitos precolombinos. Su primera obra Leyendas de Guatemala (1930) es una colección de cuentos y leyendas mayas (véase Mitología maya). La novela que le ha dado fama internacional es El señor Presidente (1946) en la que traza el retrato de un dictador de una manera caricaturesca y esperpéntica pero siguiendo una estructura regida por la lucha entre las fuerzas de la luz (el Bien, el pueblo) y las fuerzas de las tinieblas (el Mal, el dictador) según los mitos latinoamericanos. Es también un libro de protesta militante: la descripción de un régimen dictatorial en términos de terror, maldad y muerte. En las cuatro cadenas de episodios que integran la trama predominan el miedo y la crueldad. Este tema mítico vuelve a aparecer en Hombres de maíz (1949) aunque ahora la luz está representada por los indígenas y las tinieblas por los hombres de maíz, los colonizadores que llegan a explotar las tierras de los campesinos en beneficio propio. En esta obra, Asturias logra hermanar armoniosamente lo mítico-maravilloso con la dura realidad de la vida indígena.

Después escribió novelas y relatos entre las que destaca la trilogía formada por Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954) y Los ojos de los enterrados (1960). Otras novelas son Mulata de tal (1963), Malandrón (1969) y Viernes de Dolores (1972).

Su producción teatral es poco conocida y trata más o menos los mismos temas, como Chantaje o Dique seco ambas de 1964. Su novela Viento fuerte fue citada en el discurso de entrega del Premio Nobel, que le fue concedido por "sus coloridos escritos profundamente arraigados en la individualidad nacional y en las tradiciones indígenas de América".

2.4.4.2. MARIO VARGAS LLOSA

Mario Vargas Llosa (1936- ), escritor peruano, considerado uno de los más grandes novelistas hispanoamericanos de la segunda mitad del siglo XX, al lado de Julio Cortázar, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez.

CARACTERISTICAS:

Es básicamente un realista, y a veces un regionalista, cuyas obras reflejan la convulsa realidad social peruana (y en algún caso, latinoamericana), sacudida por conflictos de tipo racial, sexual, moral y político. Su representación artística de esa problemática no es, sin embargo, mimética o naturalista, sino que incorpora las técnicas narrativas más innovadoras de la novela contemporánea (multiplicidad de focos narrativos, montaje de planos espacio-temporales, efectos expresionistas, monólogo interior).

Es, por la fecundidad, riqueza y hondura de su obra creadora y por su continua presencia en el debate sobre asuntos relativos a libertad, violencia, censura y justicia, una de las personalidades intelectuales más activas e influyentes de la actualidad. Ha sido traducido a numerosísimas lenguas y ha obtenido los mayores reconocimientos literarios, entre ellos el Premio Rómulo Gallegos, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, el Premio Planeta , el Premio Cervantes y el Premio Casa de América. En 1995, fue elegido académico de número de la Real Academia Española, y en 1996 leyó su discurso de ingreso sobre Azorín. En 2002 fue nombrado presidente de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

PRIMERA ETAPA LITERARIA

Nació en Arequipa y estudió en ese lugar, Bolivia, Piura y Lima. En 1959 viajó a París y luego a Madrid, donde estudió y publicó su primer libro, Los jefes, una colección de cuentos (véase Cuento hispanoamericano). Pasó un largo tiempo en exilio voluntario, primero en París, después en Barcelona y finalmente en Londres, donde reside actualmente; entre 1974 y 1990 vivió en su país. En 1993 adoptó la ciudadanía española.

Alcanzó la fama por primera vez al ganar el importante Premio Biblioteca Breve, de Barcelona, con su novela La ciudad y los perros, que es una de las expresiones más características de ese momento de renovación en la novelística hispanoamericana que se conoce como "el boom", del cual era el representante más joven. La novela reelabora sus experiencias en el colegio militar Leoncio Prado, con imágenes de gran violencia, tensión dramática y cuestionamiento moral sobre autenticidad, responsabilidad y heroísmo.

La destreza técnica y el virtuosismo de su lenguaje narrativo son todavía mayores en las dos siguientes novelas: La casa verde (1966), que aprovecha memorias de sus años en Piura para componer un gran mural de acción y degradación sexual; y Conversación en la Catedral (1969), que transcurre durante los oscuros años de la dictadura de Manuel A. Odría (1948-1956) intentando un minucioso análisis de los círculos del poder, el mundillo del periodismo amarillo y los cabarés de mala muerte. En 1967 publicó su notable relato Los cachorros.

SEGUNDA ETAPA LITERARIA

La rigurosa objetividad y la indeclinable tensión con las que plantea sus conflictos, cede un poco en la segunda etapa de su producción novelística, que se distingue por toques de humor grotesco, como en Pantaleón y las visitadoras (1973), o por retratarse a sí mismo en su relato, como en La tía Julia y el escribidor (1977), en la que narra episodios de su primer matrimonio y sus comienzos literarios.

La guerra del fin del mundo (1981) es una vuelta al estilo de composición épica de su primera etapa y una rara incursión en el mundo sociopolítico del Brasil de fines del siglo XIX, siguiendo el modelo de gran reportaje establecido por Euclides da Cunha. En la última porción de su obra narrativa se entremezclan las novelas cuyo tema es esencialmente político, Historia de Mayta (1984) o Lituma en los Andes (1993), con las más ligeras, de corte detectivesco, como ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986), o erótico, como Elogio de la madrastra (1988).

El hablador (1987) señala un retorno al mundo de la selva, uno de sus ambientes favoritos, para contar una historia sobre identidades culturales y diferencias antropológicas. En su novela Los cuadernos de don Rigoberto (1997), a través de los recuerdos del protagonista, el autor se sumerge en el mundo de la fantasía creadora y del erotismo (véase Literatura erótica). La novela histórica La fiesta del chivo (2000) trata de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana y de la conspiración para asesinarlo. El paraíso en la otra esquina (2003) es una meditación sobre las utopías que encarnaron con su vida y obra la escritora y activista Flora Tristán y su nieto, el pintor Paul Gauguin.

Ha escrito además libros de crítica literaria: García Márquez: historia de un deicidio (1971); La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975); Entre Sartre y Camus (1981); La verdad de las mentiras (1990), un ensayo sobre la novela moderna con el que obtuvo en 2002 el Premio Bartolomé March de crítica literaria; Carta de batalla por Tirant lo Blanc (1991), sobre la novela de caballería; y La tentación de lo imposible (2004), un ensayo sobre Víctor Hugo y su novela Los miserables. Una importante porción de su obra ensayística puede leerse en Contra viento y marea 1983-1990) y El lenguaje de la pasión (2001), recopilaciones de artículos periodísticos sobre literatura, política, arte y los más variados asuntos.

Sus memorias tituladas El pez en el agua (1993) ofrecen un apasionante y minucioso recuento de su experiencia como frustrado candidato presidencial en las elecciones peruanas de 1990. Es autor también de las obras teatrales El loco de los balcones (1993), Khatie y el hipopótamo (1983), La Chunga (1986), La señorita de Tacna (1981) y Ojos bonitos, cuadros feos (1996).

2.4.4.3. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Gabriel García Márquez (1928- ), escritor, periodista y premio Nobel colombiano, considerado una de las figuras más representativas de la narrativa del siglo XX.

VIDA:

Nacido en Aracataca (departamento de Magdalena), muy pronto su familia abandonó esta población atlántica para trasladarse a Bogotá. Allí se formó inicialmente en el terreno del periodismo, aunque también estudió derecho. A mediados de la década de 1940 comenzó a publicar en varios periódicos sus primeros artículos, cuentos y crónicas de cine; en 1946 trabajó como redactor de El Universal, periódico de Cartagena de Indias; entre 1948 y 1952 en El Heraldo de Barranquilla y a partir de 1952 en El Espectador de Bogotá. Entre 1959 y 1961 fue representante de la agencia cubana de noticias La Prensa en Bogotá, La Habana y Nueva York. Debido a sus ideas políticas, se enfrentó con el dictador Laureano Gómez y con su sucesor, el general Gustavo Rojas Pinilla, y hubo de pasar las décadas de 1960 y 1970 en un exilio voluntario en México y España.

El compromiso político de García Márquez está integrado en su obra y se originó en el marco histórico de la Colombia del Bogotazo y todo el periodo de violencia que le siguió. Como otros escritores del boom de la Literatura latinoamericana defendió la Revolución Cubana pero, a diferencia de muchos de ellos, continúa apoyando a Fidel Castro y mantiene polémicas en la prensa y en encuentros con otros escritores sobre la actual situación de ese país, especialmente en lo que respecta a los derechos humanos.

En 1986, ya premio Nobel, y precisamente por la repercusión internacional que tiene cualquiera de sus actividades, promovió la fundación de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba) junto con el cineasta argentino Fernando Birri, participando en varios guiones cinematográficos, tanto de obras propias como en colaboración con otros escritores. Esta escuela, que impulsa la formación de realizadores del llamado Tercer Mundo, forma parte de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que también impulsó y de la cual es presidente.

OBRA:

Sus primeras novelas reflejan el ambiente de violencia e intolerancia que Colombia vivía en el momento en que las escribió: La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) y Los funerales de la Mamá Grande (1962). En estas obras ya se percibe una evolución estilística que va desde la prosa barroca y elaborada de La hojarasca y de algunos de los cuentos de Los funerales de la Mamá Grande, hasta el laconismo y la frase desnuda —al estilo de Graham Greene o de Hemingway— de otros relatos del mismo libro y de El coronel no tiene quien le escriba, una dramática historia en la que ya aparecen algunos de los personajes que intervendrán en su obra más conocida: Cien años de soledad.

Cien años de soledad (1967), escrita durante su exilio en México, narra en tono épico la historia de Macondo, pueblo que acaba sepultado y destruido por las guerras y el progreso, y la de sus fundadores, la familia Buendía, a lo largo de cien años. El nombre de Macondo era el de una hacienda próxima a Aracataca, que García Márquez convirtió en uno de los referentes geográficos literarios más inolvidables, como el escritor estadounidense Faulkner había hecho con su condado de Yoknapatawpha (Mississippi).

Esta novela, que escribió en dieciocho meses, muestra ya el estilo consolidado del autor, en el que están presentes sus mundos y obsesiones, y que, con pequeños matices, constituye el núcleo principal de toda su obra. Al parecer, el mundo mágico de García Márquez proviene de las leyendas y relatos fantásticos que leyó en su infancia y que le permitieron desarrollar una imaginación desbordada cargada de imágenes obsesivas. Por otro lado, su formación literaria le llevó a escribir historias lineales (con principio y final secuencial) sobre situaciones comprensibles y reales, y personajes identificables, situando como fondo la historia de Colombia y la denuncia de la injusticia social, es decir, el mundo real. De la combinación de estos dos mundos surge el realismo mágico, término que aunque no agrade a muchos autores y críticos, sirve perfectamente para explicar este género literario.

Otras obras narrativas son: El otoño del patriarca (1975), en torno al poder y la corrupción política; Crónica de una muerte anunciada (1981), historia de un asesinato cometido en una pequeña ciudad latinoamericana; El amor en los tiempos del cólera (1985), historia de amor que sigue las pautas clásicas del género pero con un trasfondo de sabia pasión, y El general en su laberinto (1989), narración ficticia de los últimos días de vida de Simón Bolívar, enfermo y despojado de su poder. García Márquez también es autor de los libros de cuentos La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972) y Doce cuentos peregrinos (1992).

Ha recibido numerosos premios, como el Rómulo Gallegos en 1973 y el Nobel de Literatura en 1982. Después de obtener este galardón fue formalmente invitado por el gobierno colombiano a regresar a su país, donde ejerció de intermediario entre aquél y la guerrilla. García Márquez ha despertado admiración en numerosos países por la personalísima mezcla de realidad y fantasía de sus textos periodísticos, como en Noticia de un secuestro (1996), un reportaje novelado sobre el narcoterrorismo colombiano.

En 1998 publicó La bendita manía de contar y su autobiografía Gabriel García Márquez, y decidió comprar la mitad de las acciones de la revista colombiana Cambio para poder hacer realidad sus ideas sobre el periodismo. En 2002 vio la luz la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, cuyas páginas repasan sus años de infancia y juventud, desde los recuerdos de su Aracataca natal hasta 1955. En 2004 retomó el género novelístico con la publicación de Memoria de mis putas tristes, una novela que narra la relación amorosa entre un anciano de 90 años y una adolescente.

CONCLUSIÓN

Puedo concluir este trabajo de la forma mas corta, pero precisa que mi conocimiento pueda hacerlo, después de haber realizado este arduo y a la vez importante aprendizaje.

Literatura hispanoamericana: aunque la literatura hispanoamericana sólo alcanza a definirse como fenómeno específico a partir de la independencia, no podemos referirnos a los escritores criollos fuera de la tradición literaria de España, que desde el momento de la conquista envió las últimas publicaciones de la península Ibérica. La primera noticia historiográfica de Europa es obra del descubridor, Cartas y diario, a la que seguirán la de otros cronistas como Hernán Cortés, Bartolomé de las Casas, Bernal Díaz del Castillo, Cieza de León, etc. Mención especial merece la crónica de Alonso Ercilla, la Araucana. Las crónicas alcanzan durante el s. XVII gran desarrollo gracias a las órdenes religiosas establecidas en el Nuevo Mundo. La implantación de la imprenta y la fundación de universidades facilitó el florecimiento de la literatura hispanoamericana, la implantación del teatro siguió un proceso parecido al de su nacimiento en la metrópoli: en sus inicios tuvo un carácter religioso. A mediados del s. XVIII casi todas las grandes capitales poseían teatros. La producción dramática hispanoamericana alcanzó su madurez con las obras de Juan Ruiz de Alarcón y sor Juana Inés de la Cruz.

BIBLIOGRAFÍA

Diccionario Enciclopédico Ilustrado: "OCEANO UNO"

BIBLIOGRAFÍA ELECTRÓNICA

http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761556433/Literatura_hispanoamericana.html

http://sololiteratura.com/

http://www.damisela.com/literatura/pais/

http://www.rincondelvago.com

http://www.monografias.com/trabajos5/hispa/hispa.shtml

ANEXOS

1. JOSÉ JOAQUÍN FERNÁNDEZ DE LIZARDI

2. OCTAVIO PAZ

 

3. JOSÉ VASCONCELOS

4. MARIO VARGAS LLOSA

CUADRO N° 1:

PRINCIPALES OBRAS DE JOSÉ VASCONCELOS

AÑO

OBRA

1907

Teoría dinámica del Derecho

1910

Gabino Barreda y las ideas contemporáneas

1916

La intelectualidad mexicana

1916

El movimiento intelectual contemporáneo de México

1916

Prometeo vencedor

1916

Pitágoras: una teoría del ritmo

1918

El monismo estético

1919

Divagaciones literarias

1920

La caída de Carranza. De la dictadura a la libertad

1920

Estudios indostánicos

1924

Ideario de acción

1924

La revolución de la energía, los ciclos de la fuerza, el cambio y la existencia

1925

La raza cósmica

1926

Indología

1929

Tratado de metafísica

1931

Pesimismo alegre

1932

Ética

1933

La sonata mágica

1934

La cultura en Hispanoamérica

1934

Bolivarismo y monroísmo

1935

De Robinsón a Odisea

1935

Estética

1935

Ulises Criollo

1936

La tormenta

1937

Historia del pensamiento filosófico

1937

Breve historia de México

1938

El desastre

1939

El proconsulado

1940

Manual de filosofía

1941

Hernán Cortés

1943

El realismo científico

1943

Apuntes para la historia de México. Desde la conquista hasta la revolución

1945

Lógica orgánica

1945

El viento de Bagdad

1946

Los robachicos

1952

Filosofía estética, según el método de la coordinación

1952

Todología

1959 (póstuma)

La flama

DEDICATORIA

A mi madre quien con buena voluntad me impulsara a hacer de mi trabajo el mejor, a ella por brindarme su apoyo moral cuando las vistas se me cerraban y se rendían, también por su apoyo económico sin el cual realizar este trabajo se me hubiera hecho sumamente dificultoso.

 

 

Berrios Guevara Yéiner Michael

http://spaces.msn.com/gatomich2000/

"A Ñ O D E L A I N F R A E S T R U C T U R A P A R A L A I N T E G R A C I Ó N"

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