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Hace cincuenta años (página 3)


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Como estaba cerca el día de la juramentación, las exigencias se multiplicaban, empezamos a practicar, todo lo aprendido en el orden cerrado, saludo, marchas, giros y todo lo necesario para ese gran día, antes, nos habían tomado las medidas en el Servicio de Intendencia, para la confección de los uniformes, el azul y el blanco, nos entregaron los zapatos blancos y los botines negros, correaje e insignias junto con los distintivos, una rayita como cadete de primer año, con varios días de antelación, empezamos a ensayar para el acto, las reprimendas y los castigos no cesaban, la compañía de cadetes quería que fuese un bonito espectáculo, sin comentarios negativos, de ahí las exigencias, en esos días, surgió el cambio del Capitán Conrado Palavicini Freites, y tomó posesión del cargo de Comandante de la Compañía de Cadetes, el Capitán Luís Alberto Padilla Castillo+, tan prusiano como el primero, este Capitán, implementó un castigo para todo aquel que fuera encontrado dormido en una guardia nocturna, la cual consistía, de treinta o sesenta días de calabozo y guardia nocturna todos los días, haciendo guardia en los peores turnos el segundo y tercero, también implantó un castigo desmoralizante, el cual consistía en parar de plantón al frente de la Escuela en la Avenida Bolívar, a los cadetes que habían cometido faltas disciplinarias, uniformados de gala, o mejor dicho de parada, con el arma al hombro, todo el que pasaba por allí se nos quedaba viendo extrañados de esa guardia a la edificación del Instituto, junto con el llegó otro oficial a remplazar al Teniente Luís Ramos Ojeda, con el grado de Teniente de nombre Diego Paz Orvaez, este oficial en sus años de cadete en la Academia Militar era integrante del equipo de gimnasia y cuando llegó a la escuela quiso rememorar sus años de cadete, lo primero que hizo fue conformar un equipo gimnástico de la EAM, todas las tardes había practica en el patio de ejercicio, el que llevaba la voz cantante de los cadetes de primer año, era el cadete Esteban Rodríguez, como en su vida civil, había sido luchador y representaba a el Enmascarado de Plata, era la atracción entre los civiles y militares allí presentes, un día el Mayor Roosvelt Adrianza Galvis, andaba con unas damas que visitaban la Escuela, les habló del equipo que un oficial de planta estaba formando, se acerco donde estaban ensayando y les pidió una demostración, para que las damas disfrutaran del equipo gimnástico y vieran lo que eran capaz de hacer, la gran mayoría de los cadetes se lucieron, parece ser que el Teniente sintió el escozor del orgullo, y se decidió a saltar por encima de un automóvil, el cual era un bonito Chevrolet, azul con crema, modelo 1955, del Teniente Jorge Eduardo Saavedra+, movieron el carro al sitio, donde se iba a efectuar el salto, el cual iba a servir de obstáculo para efectuar la proeza, el oficial acondicionó el lugar con las colchonetas, y todo lo necesario donde iba a caer, les explico a las damas y al Mayor, con la pantalla del momento, que siempre lo caracterizaban, dedicándoselo a las féminas, lo que iba hacer, como para impresionar a las integrantes del sexo débil , que allí se encontraban sentadas en la espera del salto mortal del Teniente Paz Orvaez, por fin se decidió, inicio la carrera, brinco sobre el trampolín, dando inició a el salto mortal entró en perdida y no pudo completarlo, cayendo de espalda o de platanazo, sobre el techo del carro del Teniente Saavedra, las risas y las burlas no se hicieron esperar, el mas perjudicado, el dueño del carro, por haberle abollado y haber dejado la figura de su grotesco cuerpo en el techo del automóvil, hasta ese día, duró el equipo gimnástico de la EAM. El Sub-teniente Jorge Machado Luengo fue nombrado administrador del comedor, entrando de lleno a la época del oscurantismo de la comida emulando así a la Edad Media, la cual desmejoró de una manera increíble, al extremo que los soldados comían mejor que nosotros, los cambios efectuados no eran los que nosotros queríamos porque permanecían el Teniente Pulido Tamayo y el Sub-teniente Rosas Marcano y de paso la comida desastrosa.

Era común en la Escuela, ver entrar al casino de cadetes, a un Sub-teniente en una moto de su propiedad, el cual era piloto de caza, y como había un piano, estacionaba su moto, y se ponía a tocarlo, lo mas antipático que el oficial ponía a un recluta a cuidarle la moto dentro del recinto, para que no permitiera que los cadetes de segundo año, se le acercaran, eran las ocurrencias del Sub-teniente Tito Rodríguez, o para que un cadete antiguo no se la robara en especial los de tercer año.

En la segunda quincena de Noviembre día Domingo 19, fue el acto de entrega de dagas y juramentación como cadetes de primer año, los oficiales Comandantes de pelotones, nos decían: el cadete tiene que ser pretencioso, demostrar marcialidad en la calle, demostrar que están orgullosos de ser cadetes de la EAM, no tratar a todo el mundo, saber escoger sus amistades y así seguía la perorata. Llegó el anhelado día, los cadetes de segundo año nos pasaron revista y nos corrigieron algunas imperfecciones en las insignias, correaje, gorra etc. nos pusieron a practicar el saludo con gorra, giro de vista, saludo estacionario o pie firme, de igual forma el equipo que debíamos traer consigo, el cual consistía de un peine, dos pañuelo, cortaúñas y pito, así todo lo que supuestamente habíamos aprendido en ese periodo preparatorio, de lo que si estábamos seguro, es que nadie, nos superaba en castigos físicos ni vejámenes, algunas veces pensábamos como la estarían pasando los que ingresaron a la Escuela Básica, porque la EAM era la menos prusiana de todas, llego el momento de irnos al patio de honor, uniformados flamantemente con nuestro anhelado azul pizarra cerrado y guantes blancos, se dio inicio al acto con un numeroso público y altas autoridades militares y civiles , se recibió el parte, se leyó la orden de la compañía y la resolución en la cual nos investían como cadetes de primer año y se ascendían los tres primeros cadetes distinguidos, de los cadetes de primer año, ellos fueron: Cadete de primer año Alexis Olmos Viloria, Cadete de primer año Sideret Reyes+, Cadete de primer año Mirabal Suárez, luego la entrega de dagas, la juramentación, el toque de oración, y a continuación un desfile ante el Pabellón Nacional, nos emplazamos de nuevo en nuestro sitio, esperando la retirada, para ver la calle de nuevo, una vez que participaron la finalización del acto y retirada se acerco el Teniente Pulido Tamayo y nos participó que iba a estar en la puerta principal y aquel cadete que no supiera saludar lo devolvería y no saldría a la calle, ese día, por estar de chupa medias por no decir jala bola me lleve un chasco con el funesto teniente Pulido Tamayo, me le acerque y después del saludo de rigor y el permiso para hablar con el , le presente a mis familiares, que habían venido al acto, mi sorpresa, en la formación de la noche, después del regreso de paseo, pregunto por un nuevo de apellido florido, quintín, rintintín, tirintintin, algo así, y que levantara la mano, como sabia que se refería a mi persona , la levante, después que me dijo cuanto le dio la gana, en presencia de toda la Compañía, me mando a correr al patio uniformado de azul, mi falta haberle presentado a mi familia.

La primera salida nos permitió, a muchos conocer a los bólidos del volante, unos hacia Caracas y otros hacia Valencia, los cuales tenían la habilidad de pasarnos por las alcabala de San Jacinto y Tapatapa sin que fuésemos retenidos o devuelto por los soldados allí de guardia, porque por lo general las ida a Caracas y Valencia eran sin permiso o sea nos íbamos, como dice el argot militar "volados" el bólido hacia Caracas era un señor de nombre Antonio Venero y otros que no recuerdo, los de Valencia uno de nombre Andrés Belisario, padre de un MTS (Av.) hoy día en la honrosa situación de retiro, Luís Rojas, Julio Méndez, los cuales estos últimos eran chóferes de la desaparecida línea de camionetas "Primero de Mayo" y oriundos de San Joaquín, Estado Carabobo.

Después del anhelado paseo por las calles de la otrora Ciudad Jardín, las cuba libres en la laguna seca y la visita obligada a el bar Princesa, otros mas osados a los bares del Castaño y otras actividades mas, regresamos a nuestro querido hogar, con esa primera salida, nos pudimos dar cuenta lo que significaba ser Cadete de la Escuela de Aviación Militar, de la cual estábamos mas que orgulloso de pertenecer a ella, se efectuó la formación en la noche para recoger las novedades acaecidas durante nuestra primera salida, ese primer día arrojo cuatro novedades, dos leves y dos graves, la primera leve de un cadete de primer año, paseando por las calles de Maracay y no cesaba de tocar una sinfonía o armónica, se determinó que era el Cadete Juan Eleazar Chacin, otra novedad leve la de un Cadete de primer año, que se estaba retratando en la plaza Girardot firme y saludando, se determinó que era el Cadete de primer año Gilberto Carache Demey, la primera novedad grave la de un cadete de primer año, que andaba con unos soldados del Cuartel Páez intercambiándose la gorra y el correaje, se determinó que era el cadete de primer año Héctor Díaz Giraud, la mas grave era el retardo del Cadete de primer año Luís Urrea, quien fue declarado desertor después de setenta y dos horas de ausencia, en relación al cadete Díaz Giraud, se le impuso una sanción, de formar a la cola de la compañía y que ningún cadete le dirigiera la palabra, posteriormente fue expulsado del Instituto, se le leyó una proclama, según el Comando, era algo ejemplar, luego se le dio la media vuelta, de Luís Urrea, muchos sabíamos que lo iba hacer o sea desertar, lo capturaron en Enero del año 1956 y lo expulsaron con media vuelta y enviado al castillo de Puerto Cabello, a pagar seis meses de fortaleza, hubo otras novedades pero que no trascendieron mas allá de una llamada de atención, una de ellas fue que el Cadete de primer año Veitia Calderin y el Cadete Hilarión Armas Sanoja, fueron llevado a la Escuela después del paseo, en un carro Ford convertible, cuyo dueño era un bicho raro, y con mucha fama en Maracay un tal Rauseo y otro de nombre Pata e" kilo, pero no paso mas allá de la mamadera de gallo. Después de nuestra juramentación muchos creíamos que las cosas en la escuela iban a cambiar, pero siguió igual, menos presión, pero de todas maneras nos llamaban reclutas, nuevo, moco, gaznápiro, lacra, y la mas lacerante cuando nos decían civil, el aliciente era la salida, pero teníamos que ganárnosla.

De todas maneras había que buscar la forma de pasar el tiempo y a la vez disfrutarlo, en una oportunidad el Brigadier Viana Lamas le ordeno al cadete Garaban Ordaz y al cadete Efraín Pérez Milano, que del comedor se fueran a la pieza a limpiarla y pulir el piso, y el cadete de segundo año Cesar Sánchez León, los iba supervisar, el brigadier, salió del casino a ver como iba la limpieza y encontró a los dos cadetes de primer año haciendo su trabajo, a todas esta el brigadier preguntó por el cadete Sánchez León, y Garaban que tenia todo a flor de labio, "sin levantar la vista y encogiéndose de hombros, le contestó al clase, no sabemos donde esta, mi brigadier, como el dijo que no le salía, y no le iba a parar bola a usted, se fue para el casino," imaginémonos por un momento, conociendo al Brigadier Viana Lamas, cual sería el desarrollo de este drama.

Voy a incluir unas anécdotas, que acontecieron con el recluta Juan Eleazar Chacin, en una oportunidad el Primer Brigadier Hipólito Antonio Otamendi Terán,+ se levantó para ir al baño, y oyó que alguien estaba siendo castigado, oía que decían, salto del paracaídas, nuevo, ejercicio de remar, recluta, sobre la espalda en posición, moco y así eran todas las ordenes, el Primer Brigadier, entro al baño a ver quien era el superior que castigaba al supuesto recluta, y solo encontró al nuevo, que el se daba la orden y el mismo la ejecutaba, el clase le pregunto, "¿Qué hace nuevo? Y el recluta le contesto "mi Primer Brigadier, me estoy imponiendo un castigo porque he faltado y merezco una sanción" el Primer Brigadier le pregunto "¿y cual es la falta? El recluta le respondió ¿Qué he murmurado mentalmente de Ud. mi Primer Brigadier? Le dijo esta bien nuevo, váyase acostar, en otra oportunidad nuestro compañero recluta, montaba el segundo turno de puerta de campo, y el recorrida era el Brigadier Mayor Pablo Simón Carcamo Ravelo+, cuando fue a pasar revista, encontró al recluta sentado y oculta la cara entre su cuerpo y el casco, el recorrida se le paro al frente y espero a ver la reacción del nuevo, en ese momento, supuestamente se despertó, por que estaba dormido, se paro firme se persigno y le dijo al Brigadier Mayor, "sin novedad en la guardia mi Brigadier Mayor" el recorrida le dijo "con la novedad que Ud. estaba durmiendo" y el recluta le dijo "jamás, mi Brigadier Mayor, solo oraba para que todo saliera bien en su guardia y la mía ,pero jamás me dormiría" esto aparentemente convenció al Brigadier Mayor, aunque siempre le quedaron dudas.

Una vez que fuimos juramentados como cadetes, nos encuadraron en los pelotones que conformaban la Compañía de Cadetes, empezamos las prácticas de parada y desfile para el diez de Diciembre, el gran aniversario de nuestra fuerza, la emoción nos embargaba por igual, al compás de las marchas militares magistralmente interpretada por la banda marcial, en columnas de a ocho, ensayábamos el paso redoblado, al compás de la marcha favorita, la doble águila, la alineación, cobertura, que el fusil no se moviera, el giro de vista con energía, ver hacia la tribuna, y esa serie de recomendaciones, de ver al hombre base, el nuevo Comandante de la Compañía se metía a formación y le corregía la postura del fusil, todos hacían el esfuerzo por que la escuela se luciera, y lo hiciera mejor que las otras unidades, el pupilo del Sub-teniente Luís Octavio Romero o sea el cadete Bernaez, le costaba el paso redoblado, y siempre perdía el paso, se la ingenió de la siguiente manera, cuando los oficiales que estaban presenciando el desfile o paso de los cadete estaban del lado izquierdo, Bernaez, redoblaba el paso solo con la pierna izquierda y si estaban del lado derecho redoblaba el paso con la pierna derecha, y así no perdía el paso, lo mismo hacía el cadete Bastidas Díaz, y de allí le viene el remoquete de traca tras.

El recluta Tarcisio Yépez Silva, era tan carrero en el momento de redoblar paso, que una vez estaba el sub.-teniente Luís Octavio Romero, corrigiendo a los reclutas y en ese momento grita "allá recluta Yépez Silva, levante la pierna levante la pierna," en ese momento un cadete de segundo año, le dijo "mi teniente permiso para hablar con Ud., el recluta Yépez Silva, no esta en formación, esta en la enfermería" y el teniente dijo "no importa, de todas maneras páselo anotado para que trabaje cuando salga de la enfermería, pero que levante la pierna" como nos habían entregado el fusil, nos habían juramentado, ya estábamos montando imaginaria, puerta principal y puerta de campo, nos asignaron otros puestos de guardia nocturna, las cuales era variables, el recluta Yépez Silva, estaba tan nervioso en su primera nueva guardia, en la entrada este de la Escuela, en el segundo turno, al frente de la cocina, donde comentaban que salía un oficial pidiendo parte y que a todos los que allí montaban guardia les había salido, resulta ser en la Escuela había una perra llamada Chuta, y esta se convirtió en la compañera de Yépez Silva, en su primera guardia donde supuestamente hacia la aparición el oficial muerto así, inventaron una orden que decía "recluta mandril, guardia de puerta este, y auxiliar la perra chuta"

Un día cualquiera de la semana, hubo una práctica de parada y desfile en la Base Aérea de Boca de Río, cuyo comandante era el Coronel Abel Romero Villates+, y a la vez era el comandante del desfile que se iba a efectuar el diez de Diciembre, para celebrar el trigésimo quinto aniversario de la fundación de la FAV, era una practica general, donde estaban todas las unidades de la Aviación, para la época el paso redoblado, era obligatorio en todas las unidades militares, oficiales y sub.-oficiales se disputaban la admiración de las autoridades, la consigna entre las unidades era "tenemos que ser los mejores" la Escuela de Aviación Militar, se erguía como la unidad que haría el mejor pasaje, y así fuimos convencidos a la practica, para oír los elogios por parte del comandante del desfile, hacia nuestra Alma Mater, se inicio la practica, abriendo el desfile la EAM, al estar cerca de la tribuna, oímos, la voz de mando de "vista a la de…..ree" iniciando nuestro paso redoblado, bien alineados y la pierna alzada noventa grado, con una marcialidad impecable, pero esa marcialidad y coordinación, fue un pestañear, porque de repente, el pasaje que estábamos efectuando, se convirtió en un verdadero desastre, cada quien llevaba un paso diferente, la murmuración y amenaza por parte de los antiguos contra nosotros, no se hizo esperar, igualmente los oficiales, que estaban comandando la formación, el resultado que todas las unidades presente en la práctica ese día, nos dieron en el rostro, particularmente la Escuela Técnica, que se lució en el pasaje, ante las autoridades presentes, y fue la mejor unidad, una vez terminado el ensayo, el Coronel comandante de la práctica, elogió todas las unidades felicitando a nuestra rival la Escuela Técnica y de paso no las enrostró como debía redoblarse el paso, la felicitación del Coronel no llegó a nosotros el cual critico duramente nuestro pasaje, y exhortó a los oficiales, que nos pusieran a trabajar mas, esperando que la próxima práctica, supiéramos redoblar el paso, a la vez le hizo una reprimenda a los oficiales de la EAM. Amenazándonos de excluirnos del desfile el 10 de diciembre, lo cual hubiera sido lo mas desmoralizante para todos nosotros, al terminar toda la concentración de las unidades, nos formaron a todos los cadetes en la avenida, al frente de la torre de control en presencia de todos los asistentes a la práctica, en columna de a ocho, nos ordenaron fusil detrás de la cintura, nos dieron la orden de paso redoblado mar, nos fuimos redoblando paso, hasta la alcabala, la avenida Miranda también sufrió los rigores de nuestras botas de baqueta con el redoble de paso, ahí abordamos los autobuses, los cuales se convirtieron en sala de tortura, sufrida por los cadetes de primer año, al llegar a la Escuela continuamos con el paso redoblado, se dio la orden de que los nuevos no caminan, ni corren, sino que deben permanentemente redoblar paso, y si estaba parado, debía estar haciendo carrera estacionaria, el cadete de segundo año, Tulio Díaz, inventó para nosotros los reclutas, la celebre línea Maginot, nos colocaba en línea de una fila y nos ordenaba, "paso redoblado, al patio de honor de frente marr…" fueron días muy duros, lo que incremento las solicitudes de baja del instituto, muchos reclutas en la noche, orinaron sangre, en la próxima practica, no tuvimos problemas, nos felicitaron por el trabajo desplegado, pero eso no fue razón, para que dejáramos de redoblar paso, la orden inicial estaba vigente, y seguimos con nuestro castigo, hasta que participamos el diez de diciembre, donde el pasaje fue perfecto, al llegar a la Escuela nos felicitaron tuvimos pernocta como recompensa a nuestra excelente participación.

Las actividades académicas habían finalizado, aparentemente no había nada que hacer en la Escuela, los cadetes antiguos se la ingeniaban, para ponernos hacer limpieza del dormitorio y arreglo de escaparate, por iniciativa del Alférez Rafael Quintero Torres, se programaron unos juegos Inter. Dormitorios, los cuales incluían todas las disciplinas deportivas, quedando campeón de los juegos el dormitorio número uno, se incluyeron en las competencias, unas carreras de burros, quedando como campeón absoluta una burra propiedad del alférez, el entrenador de la burra era el Cadete de primer año Ramón Bernaez.+

Por fin llegó el gran día de las vacaciones, todo era alegría a pesar de las cantidades de bolas que se corrían, que no había vacaciones sino salida todos los días, que iban a ser en dos grupos, que aquellos que tuvieran mas de treinta HCP no saldrían de vacaciones y pare de contar, a la larga todos disfrutamos de las vacaciones navideñas, a excepción de un solo cadete de primer año Albe Eugenio Castro López.

Cuando se sale por primera vez de vacaciones, la costumbre es vestirse de civil, manejar y hacer prácticamente todo cuanto nos puede acarrear la expulsión o separación del Instituto, esta anécdota me sucedió el 24 de Diciembre del año 1955, "estando en San Joaquín, Carabobo, disfrutando de mis vacaciones navideñas, como a las diez de la mañana, salí en traje de civil a la plaza del pueblo, a presenciar los preparativos para el baile de los pastores en ese sitio, una vez que curioseé, me fui al lobby del único cine existente en la población a ver los cuadros de película, los mismos para evitar fuesen rotos por vándalos los colocaban en una pequeña sala y estos se veían a través de un reja de metal, cual no sería mi sorpresa que cerca de donde yo estaba venía por la calle Bolívar del pueblo, un Buick color verde el cual identifique de inmediato, era el Capitán Comandante de la Compañía de cadetes, Luís Alberto Padilla Castillo+, lo que me quedo hacer, fue ponerme en cuclillas y pegarme lo humanamente posible de la reja a fin que pasara de largo y no me viera, pasando a la altura de donde estaba, oí que dijo ¡cadete! Y yo como buen lacio me pare firme y le dije "ordene mi Capitán" me dijo, váyase para la Escuela y preséntese al oficial de día, lo cual hice de inmediato, recuerdo que el oficial de día era el Teniente Luís Pérez Colombo+, instructor de vuelo, me le presenté y le conté lo acontecido, a todas esta el me dijo, unifórmese de campaña y hágale compañía a su compañero Castro López, arrepentido me fui al dormitorio y allí me quede hasta tarde, serían las cinco de la tarde, cuando vi que llegó el Capitán Padilla y me mando a buscar, después de la reprimenda de rigor me dijo vaya a uniformarse de azul y apúrese para que se venga conmigo, agarré mi equipaje, y me dejó en la puerta de mi casa en el pueblo, por supuesto que la perorata por todo el camino estuvo presente".

Después de disfrutar nuestras primeras vacaciones, a toda nuestras anchas, lo primero que hicieron era cumplir con la operación de pele, apriete y exprima, era un examen, que el enfermero de la Escuela, de nombre Teniente Juvenal Pérez Viloria+, efectuaba, para detectar alguna enfermedad venérea, que en nuestras salidas pudiéramos haber contagiado, está en la memoria, el teniente sentado en la puerta de la enfermería en un taburete, una descomunal cola de todos los nuevos, el, con su ojo clínico, apartaba los contagiados y retiraba a los sanos, le decía a uno, "de medio lado, para que no me chispee, si tiene gonorrea y salga la pus cuando exprima," era vergonzoso, en ese examen el pudor quedaba en entredicho, aquel cadete que le diagnosticaban una enfermedad venérea, lo arrestaban por casi un mes, así que había que cuidarse. En relación al día que regresamos de vacaciones a la Escuela, cuya fecha fue el 6 de enero de 1956, lo hicimos con unas ganas infinita de solicitar la baja, nos reintegrábamos tristes y desmoralizados, nos conseguimos a nuestro regreso unas noticias bastantes halagüeñas, como era el cambio a la Escuela Técnica del Teniente Ernesto Pulido Tamayo, así mismo la llegada de un nuevo Alférez, de nombre Juan Pablo Peñaloza Arenas (General de Brigada), como venía de USA, teníamos el concepto de que estaba desentrenado en el trote, y un día de deportes, comando un grupo de cadetes de primer año, para darle la vuelta a la base, muchos nos pusimos de acuerdo para reventarlo, apurando el paso, prácticamente los que nos reventamos fuimos nosotros, porque al terminar la primera vuelta, continuo con otra vuelta mas, como si nada, resulto que el Alférez era maratonista y jugador de fútbol, y eso no lo sabíamos, o sea que nuestra planeada maldad, se nos reinvirtió y salimos muy mal parados; todavía teníamos el ratón moral de las vacaciones de Diciembre, no nos habíamos recuperado, todo era una rutina, diana, formación, desayuno, clases en aula, baño, formación, casino, clases en aula, deporte, educación física, orden cerrado, limpieza de dormitorios, castigos, estudio libre, silencio y al día siguiente la misma rutina, razón por la cual, esperábamos ansiosos las vacaciones de carnaval, cual no seria nuestra decepción, cuando nos comunicaron oficialmente, que en carnaval no habría vacaciones, llegó el carnaval y muchos de nuestros compañeros, autorizado por el comando de la Compañía, en horas de casino, aprovecharon para disfrazarse, uno que se recuerda es el de Garaban Ordaz, que se disfrazo de civil y se fue al casino, a molestar a los cadetes antiguos, pasó el carnaval, y continuamos con nuestra rutina, la Semana Santa se avecinaba, el entusiasmo nos envolvía a todos, antes, llegaron tres Alféreces de USA, los cuales eran los últimos, que quedaban en el exterior haciendo curso, ellos fueron, Alférez José Bargraser Iglesias, Alférez Mayor (General de Brigada), Alférez Auxiliar Roberto Rivero Pérez, navegante, Alférez Arturo Rivera Fernández (General de Brigada), la presencia de estos Alféreces en la Escuela, minimizo en alta medida, los desmanes que los cadetes de tercer año, cometían con los cadetes de primer año, el Alférez José Bargraser Iglesias, fue ascendido a Alférez Mayor, una anécdota de lo que me pasó con el Alférez Mayor, me encontraba en el patio con el pana Demetrio Gerardo Jiménez, y murmuraba de los Alféreces, en una de esas murmuraciones que lo transportan a uno fuera del contexto real, le dije, ese Alférez Mayor, con pinta de maricón se la tira de yo no se que, es una cagada, resultando que lo tenía a un metro de distancia y oyó lo que dije, nos dijo, vénganse conmigo, y en el dormitorio, hicimos educación física toda la tarde, y de paso nota con nosotros, de los Alféreces que mas integración tuvo con los de tercer año era el Alférez Quintero Torres, como se mencionó anteriormente era dueño de una trompeta, y vivía a todas horas tocando tal instrumento, sin dejar dormir al resto del personal, mientras el tocaba, los cadetes antiguos, cometían todo tipo de tropelías con los de primer año, llego la Semana Santa, playas, montañas, procesiones etc..Todas esas cosas invadían nuestro cerebro, decepción total, no hay vacaciones, por medidas de seguridad, ni siquiera salida durante los días santo, ¿Qué hicimos? Lo mismo de siempre, y se repitieron las actividades rutinarias que se cumplieron durante el carnaval, "QUE DECEPCION TAN GRANDE" y pensar que el trecho a julio, estaba bastante largo y una serie de obstáculos, por vencer.

Entre el mes de abril a junio, les fueron anuladas las jerarquías de distinguidos a Olmos Viloria y Mirabal Suárez, ascendieron al cadete de primer año, Demetrio Jiménez y a Esteban Rodríguez, una mañana el sub.-teniente Juan Bautista Rosas Marcano, llamo al cadete distinguido Demetrio Jiménez y después de una reprimenda le dijo, ya esta, Ud. Porque es distinguido ya se cree que es dueño de la escuela, pero en realidad no se la razón el porque le dijo esto, así mismo, efectuamos varios ejercicios de cartabonear el paso, a cada uno se le entregó una brújula y un plano, en el cual estaba la salida, donde debíamos llegar, el ejercicio era durante las horas de la noche, siendo el sitio las edificaciones, de la hoy día UCV facultades de agronomía y de veterinaria, el instructor en esta materia era el sub.-teniente Luís Octavio Romero, también tuvimos mucha actividad en el polígono, en las practicas de tiro, algo muy agradable, era la ida a Valencia, una vez a la semana, a las instalaciones del IND, para tomar parte en las competencias de Basket Ball programada por esa entidad carabobeña, en la cual la Escuela estaba compitiendo, en el teatro de la Facultad de agronomía de la UCV. En Maracay hubo varias presentaciones musicales o sea conciertos y fueron muchas las veces que un grupo de cadetes asistimos a ellos, de igual manera se efectuó la segunda marcha de treinta y seis kilómetros, iniciándola a las seis de la tarde de un viernes, llegando a la Escuela a las siete de la mañana, del día siguiente, el itinerario era Escuela de Aviación, Base Aérea de Palo Negro, Santa Cruz de Aragua, Caguas, La Encrucijada, El samán de Guere, Maracay en la Escuela, después de la marcha hubo limpieza de armamento, arreglo de dormitorio y pernocta general, a excepción de los que estaban de servicios, ya para esa época muchos vivos, se habían autonombrado cargos que les resultaría ventajosos para salir a la calle, el Cadete de primer año Pedro Ortiz González, según el, era el masajista de todos los equipos de béisbol, atletismo, basket y otros, nunca se quedaba en la Escuela, cuando habían eventos deportivos, otro era el Cadete de primer año Rivas Rivera+, ayudante personal del capellán y siempre estaba de comisión en la iglesia, tampoco podían faltar los de relaciones publicas, como el Cadete de primer año Juan López Cordero, quien en llave con el sub.-brigadier Alfonso Navarro Villarroel, estaban pendiente de las corridas de toro, agrupaban a varios cadetes amantes de las fiesta, brava, los instruía, para que lo esperaran en las afueras de la plaza de toros, allí los formaba y se los traía en formación, hasta la puerta de sombra, le informaba al portero, que esa era el grupo de cadetes en comisión, para asistir a la corrida y sin esperar respuesta del portero decía, "al interior de la plaza de frente…mar" y así disfrutaban de la corrida de toros sin aflojar un centavo.

Existe una anécdota, en relación al Alférez Navarro Villarroel, siendo sub.-brigadier era un apasionado de las fiestas brava, cuando ascendió a Alférez, una tarde se fue a la Maestranza de Maracay, y el torero o el mataó, no podía matar al toro, el Alférez pasado de palo, desesperado, porque no veía el resultado final, o sea la muerte del toro, sacó el sable delante todo el público, y le gritó al torero, "mátalo con esto guevón, si no lo hago yo" cuando llegó la novedad a la Escuela, solo lo arrestaron, porque tenia fama de loco.

Las actividades de la Escuela, no variaron en absoluto, continuo la rutina diaria y cada día se acercaba mas el mes de julio, para el mes de mayo fuimos en comisión a San Cristóbal comandado por el Primer Brigadier Hipólito Antonio Otamendi+, el sub.-Brigadier Manuel Vásquez Ocanto+, a rendir honores en el puente Simón Bolívar, a los Presidentes de Venezuela y Colombia, General Marcos Pérez Jiménez y General Rojas Pinilla, los cuales iban a entrevistarse en el Puente Simón Bolívar, otra entrevista que se llevo a efecto fue la del General Marcos Pérez Jiménez y el General Alfredo Strossner Presidente de Paraguay, la cual fue con motivo de la Semana de la Patria del año de 1956.

Para mediados del mes de junio nos fuimos a Caracas para los preparativos de la Semana de la patria, llegamos a Fuerte Tiuna, al muy conocido "el Hospitalito y en unas carpas de campaña" el cual era todo un fangal, mucha plaga de zancudos puyones, de ahí íbamos a las practicas de parada y desfile, en el patio de la Escuela Militar, y luego almorzábamos en la sede del Instituto, una tarde nos informaron, que la Escuela, debía estar en el Congreso a las seis de la mañana, para una sesión plenaria, donde iba a estar presente el General Marcos Pérez Jiménez, y el General Alfredo Strossner, nos emplazaron a las seis de la mañana en los jardines del Congreso, y tal sesión, culmino como a las siete de la noche, convirtiéndose en el plantón mas largo que tuvimos durante los cuatro años de carrera, el cinco de julio de 1956, el gran desfile militar, por casi todas las unidades de las FAN de la época, al día siguiente, se estaban graduando los cinco Alféreces integrantes de la promoción Teniente Luís Del Valle García, en graduación conjunta, en el patio de honor de la Escuela Militar, después de la ceremonia castrense, nos fuimos a la regia fiesta de gala en ambas escuelas, donde se bailo hasta el amanecer, en plena fiesta, nos ordenaron que a las seis saldríamos para Maiquetía, a rendir honores al General Alfredo Strossner, por que regresaba a Paraguay, después de haber permanecido en el país uno quince días, se recuerda que el Teniente Luís Octavio Romero, quien estaba recién ascendido, nos decía el cadete que se desmaye no sale de vacaciones, y esa amenaza nos mantuvo como unos robles, regresamos a nuestra ciudad jardín y el 10 de julio con dos rayitas, como cadetes de segundo año, estábamos saliendo a disfrutar nuestras vacaciones.

1956-1957

Regresamos a la Escuela ya, como cadetes de segundo año, pero seguíamos siendo los nuevos de la Compañía de Cadetes, nos encontramos con nuevas caras que se confabularon con los cadetes genuinos o sea los que no eran básico, para hacernos la vida imposible, nuevos brigadieres y un lote de nuevos Alféreces, se convirtieron en los dueños de la escuela, el Alférez Mayor era Pablo Simón Carcamo Ravello, el Alférez Auxiliar Hipólito Otamendi Terán, y el resto de los Alféreces, a este lote se anexaron varios Alféreces que llegaron de los Estados Unidos graduados como pilotos ellos eran el Alférez Mariano Márquez Oropeza, (a) el curita Márquez, Alférez José Merlina Godoy, (a) el gallo Merlina, Alférez José Villegas García, Alférez Benito Adolfo Tovar, (a) el mojón Tovar, Alférez Iván Prado Montilla, ya estos nuevos Alféreces los habíamos conocidos en tercer año como brigadieres, pero fue por muy poco tiempo, el único que no estuvo en tercer año fue el ultimo Alférez mencionado, las actividades en la Escuela continuaron igual, a pesar de que se agregaba un elemento de gran satisfacción, como era el entrenamiento de vuelo, se corría el rumor, que los cadetes de segundo año, que éramos nosotros, íbamos hacer el entrenamiento de prevuelo solo, a partir del mes de Enero, a fin de detectar aquellos cadetes que tenían el potencial para ser pilotos, ya los cadetes de tercer año habían empezado a volar de igual manera habían descartado a varios, el primero de ellos fue el cadete Terán Díaz, haciendo el primer aterrizaje, no hizo los tres puntos sino que le entro de lleno a la pista, ocasionando graves e irreversibles daños al avión, luego siguió un cadete de nombre Justo Pastor Sandoval y así siguió la Pléyades de cadetes de tercer año descartados, de igual manera, como había descartados también habían los cadetes que fueron soltados solos, y siguieron su entrenamiento normal, una tarde, salieron los cadetes de tercer año a operaciones, para una conferencia relacionado con el vuelo nocturno, que estaban efectuando, y después iniciarían el entrenamiento de esta fase de vuelo, como a las nueve de la noche, nos informaron que se había caído un avión T-6 en la laguna, y que era probable que el cadete, había perdido la vida, esto trajo tristeza en el grupo de cadetes, nos preguntábamos ¿Quién era el piloto? Y nadie sabia con exactitud quien piloteaba el avión, toda la noche lo estuvieron buscando en la laguna, y no se encontró, por fin se supo que era el cadete de tercer año Chang Chirinos, muchos sintieron su muerte, otras expresiones eran, gracias a Dios que pelo gajo, por que era más malo que vomitar mamón, como a las nueve de la mañana, llegó la buena noticia de que el cadete había sido rescatado con vida de la laguna, y que estaba rumbo a la escuela, de igual manera muchos se alegraron y otros lamentaron su regreso, parece ser que el accidente le alborotó el diablo que tenia en su espíritu, porque vino peor de malo, la rutina de la Escuela se vio interrumpida por una novedad, que llegó de una entidad civil relacionado con un avión Vampiro, que estaba haciendo pasajes rasantes muy peligrosos en determinada población de Lara, previas investigaciones se determino y comprobó que había sido el Alférez Prado Montilla, una vez descubierto, lo mandaron al calabozo de la Escuela y allí duro varios días hasta que una tarde llamaron a formación, estando en formación traían al Alférez uniformado de azul con sable y todo, flanqueado por dos cadetes redoblantes, lo colocaron en el centro del patio de honor, allí el Teniente Luís Octavio Romero, le leyó una proclama, de las pocas cosas que se dijo del Alférez, que era una lacra, que había ensuciado la institución militar, y otras cantidad de barbaridades, por el solo hecho de haber efectuado unos pasajes rasantes, en un pueblo donde tenia una novia , lo degradaron y se le dio la media vuelta, el cadete que se encargo de quitarle las estrellas de Alférez y los distintivos de cuarto año, fue el cadete menos antiguo de segundo año de nombre, Plutarco Elías Zea, quien se fue de baja por mala conducta e inadaptado, a estas altura de mi vida, considero que se extralimitaron en el show que se monto, en ese momento me recordé del fusilamiento del General Piar, quien también lo llevaron al paredón, flanqueado por dos soldados redoblantes, después de la pantalla en la Escuela enviaron al Alférez preso al castillo de Puerto Cabello. Con relación a este Alférez, era prusiano, ya que su formación había sido en la Academia Militar, y en las formaciones, siempre pasaba revista y su predilecta era: como el decía, OIIIIDO A LOS RECLUTAS, NUEVOS, SACAR, DOS PAÑUELOS, CORTA UÑAS, PEINE, Y PETOOOO…

El cadete de segundo año, Damián Olivares, había conseguido ser furriel en el Comando de la Compañía, y de el recibíamos los datos si íbamos a salir o no, porque era el hombre clave en la administración de las notas, " Olivares, como estoy por allá arriba, el muy diligente, decía, no se Enrique, déjame averiguarte a la tarde, creo que tienes una nota" algo preocupante, si se tenía alguna fiesta o una cita con una amiga y así por el estilo, llegaba el momento crucial de saber como estábamos, "mira, Enrique averigüé y tienes dos notas, que suman mas de quince horas de patio, o sea tres sábados sin salida y dos domingos, eso si no pescas nota en la semana, tu sabes como es, tranquilo, veré que puedo hacer" "Olivares, preguntaba uno, ¿y cuanto valen esas notas? Vamos hacer lo siguiente, Enrique, dame cinco Bolívares y olvídate de las notas, es mas te las entrego" los adinerados sacaban su rifa con los que éramos limpios, como el cadete de segundo año Inojosa Lamas y otros, lo importante era salir, en una oportunidad siendo ya cadetes de tercer año, Damián Olivares, seguía sus funciones de furriel, una semana le impusieron cinco notas disciplinarias por diferentes faltas las cuales eran del Alférez Carlos Chacin Riviello, Olivares como era el único con acceso al Comando de la Compañía de Cadetes tomó sus notas y se las rompió y directo al cesto de la basura, se incluyó en la lista de los que iban a pernoctar y de paso incluyó al Alférez Chacin Riviello, el cual estaba arrestado ese fin de semana, llegó el sábado y vio al Alférez que estaba uniformado de campaña para irse al patio a pagar sus horas de confinamiento, Olivares se le acercó al Alférez y después del protocolo militar de rigor, le preguntó ingenuamente, "MI ALFEREZ: ¿Y UD. QUE HACE DE CAMPAÑA POR QUE NO ESTA DE AZUL?, O ES QUE UD. NO HA VISTO LA LISTA DE LOS QUE VAN A PERNOCTAR", el Alférez todo confuso fue a la cartelera y se encontró con que tenía pernocta, se regresó al dormitorio y se uniformó de azul, dice Chacin que a la media hora estaba brindándole cuba libre y cervezas a Olivares y de paso abrazado como dos buenos panas.

En una oportunidad el Teniente Juan Bautista Rosas Marcano, llamó al Cadete Distinguido de Segundo año, Sideret Reyes y le pregunto ¿Cuánto tiempo tiene sin salir? El Distinguido le contestó cuatro meses mi teniente, el Teniente le dijo "vaya a uniformarse de blanco, y se me presenta, cosa que hizo de inmediato, el Teniente le dijo váyase para la calle, pero no quiero que me llegue retardado y menos borracho, ¿entendido? Entendido mi teniente, el oficial le repitió lo mismo tres veces", la entrada era a las once de la noche día sábado, el Teniente Rosas Marcano, espero pacientemente al Distinguido Sideret Reyes, quien llegó a la una de la mañana y en completo estado de ebriedad con todo el uniforme vomitado, se le presento al Teniente y le dijo que había regresado sin novedad, esto enardeció al oficial, le quito el sable al recorrida y le partió el sable con unos planazos que le dio en el pecho y la espalda, lo mando a meter al calabozo uniformado de blanco, posteriormente lo expulsaban con media vuelta de la EAM.

Tal vez muchos no recuerdan, al celebre Margarito, quien era ordenanza en el Comando de la Compañía, con la jerarquía de cabo primero, resulta ser que este cabo, se le subieron las jinetas a la cabeza. Por el hecho de ser cabo, pretendía que nosotros los cadetes de segundo año, lo llamáramos mi cabo, en vista de no conseguir su cometido, se metió a pedrero, porque cuando veía a un cadete faltando, salía corriendo a peñonearnos con el Alférez Mayor o algún brigadier, estando, yo, fumando placidamente en la terraza Este, Margarito, me vio desde la calle, y salió a pasarle la novedad al Teniente Luís Octavio Romero, al día siguiente, el Teniente, me saco de formación, en la hora del almuerzo, me entrego tres cajas de cigarrillos Bandera Roja, una jarra de agua, me ordenó que me fumara las tres cajas de cigarrillos, y que después me tomara la jarra de agua, cumplí la orden al dedillo, GRACIAS MI CABO PRIMERO…

Una vez terminadas las actividades académicas, pasábamos a depender de la Compañía de Cadetes, y casi todos los días teníamos orden cerrado, limpieza de dormitorios, deportes y otra mas que al Comando se les ocurriera, una mañana día sábado, programaron deportes sin salir del recinto de la Escuela, uno de nuestros conductores se le ocurrió la genial idea de practicar lucha libre entre los cadetes, pero de años diferentes, quien se lucia era el cadete Esteban Rodríguez, que era luchador, también hubo una sesión de boxeo, y llamaron a boxear al cadete de tercer año Terán Díaz y al cadete de segundo año Juan Eleazar Chacin, cuando se iniciaron las acciones ambos se lanzaron golpes sin ningún daño aparente, en un intercambio el cadete de segundo año, le lanzo un derechazo al de tercer año y aterrizó en la mera boca del cadete, partiéndole el labio superior y el inferior, lo que trajo como consecuencias, parar el show boxístico.

Llego el mes de Diciembre, para la celebración de la semana de la Fuerza Aérea, una noche presentaron a la bailarina de Venezuela, Yolanda Moreno y su RETABLO DE LAS MARAVILLAS, en la Escuela de Aviación civil, la cual funcionaba en el hoy día Museo Aeronáutico, asistimos todos los cadetes de la Escuela a presenciar, un bonito e inolvidable espectáculo, el próximo evento era el desfile en conmemoración del trigésimo sexto aniversario de la Aviación Militar Venezolana, en la Base Aérea de Boca de Río, nuevamente salimos de vacaciones navideñas, nunca faltaban los vivos, como a los cadetes le daban el pasaje en dinero, de acuerdo al sitio donde iban a pasar vacaciones, muchos vivos que habitaban en Caracas y aun en Maracay, se las ingeniaban para escoger una ciudad bastante lejos, y así le daban mas dinero, como no existía control, porque se confiaba en la honestidad del cadete, estos vivos lograban su cometido, en recibir mas dinero del que le debían dar, esto había sido detectado por el comando, y solicitó la lista de los cadetes, incluyendo los sitios donde irían a pasar vacaciones, muchos hicieron lo anterior, dar lugares falsos, el día de salida de vacaciones, formaron los grupos por regiones, los metieron en un autobús, se los llevaron a la Base Aérea de Palo Negro, fueron embarcados en un C-123 y de allí el destino escogido, de acuerdo a la lista, por muchos impostores, no había marcha atrás, es de imaginarse, un maracayero en Cumana o en Ciudad Bolívar, el todo por obtener cien o doscientos bolívares mas.

Cuando regresamos de vacaciones el mes de Enero, nos encontramos con la buena nueva de que empezaríamos a volar en segundo año, algo que nos motivo enormemente, a la vez íbamos a tener contacto con nuestros compañeros, que vendrían de la Escuela Básica a volar con nosotros, pero solo los viernes y sábado, el resto de los cadetes, que estábamos en Maracay, lo haríamos el resto de la semana, así comenzamos un nuevo ciclo de nuestra vida como cadetes, voy a incluir una anécdota, donde soy el protagonista, "cuando regrese de vacaciones, venia enamorado de una joven en Valencia, con quien había pasado las navidades, la noche buena y el año nuevo, por supuesto con unas ganas muy grandes de irme de baja, completamente desmoralizado y una gran tristeza interna cada vez que recordaba aquellas inolvidables horas con mi novia, me daban ganas de llorar, y el llegar aquel antro de talibanes, era algo que mas me desmoralizaba, cuando llegué a mi pieza, empecé arreglar mi escaparate, distraído, pensando en la novia, no me di cuenta, que detrás de mi persona estaba el Brigadier Mayor Ramón Enrique Mendoza Ibarra, se dirigió a mi y me increpó, nuevo Ud. no pide permiso para continuar, con la moral por el suelo, y la tristeza que me embargaba, le dije, yo no tengo ojos en el rabo, este clase se enfureció de tal manera, que me pegó un grito, le dije con toda la confianza, no me grites, vale, me ordenaba, firme nuevo, firme nuevo, que firme del carajo, me tienes to…" jodio, y esto se termina hoy, lo seguí por el dormitorio bayoneta en mano, en ese instante nos vio el Alférez Peñalver Andonaegui, quien me había nombrado su ordenanza, nos dijo que pasa allá Brigadier Mayor, el le contestó, este nuevo que esta insubordinado, me grito el Alférez, Laurentin Rojas, firme, a quien obedecí, llamo al Brigadier Mayor, no se que le dijo, quien se retiro de inmediato del dormitorio, sin antes decirme, que lo buscara en el casino, el Alférez, me metió una educación física y luego me mando a retirar, a partir de ese seis de Enero, no vi. Mas calle hasta el veinte y ocho de junio, ya que los de tercer año me cargaron perreado. Pero por orden del Ciudadano presidente de la Republica, que no quería arrestados en ninguna dependencia militar, volví a pasear las calles de Maracay, gracias al Alférez Peñalver Andonaegui, me salve de que me botaran de la Escuela de quien siempre estaré eternamente agradecido, GRACIAS PANA." Con el entrenamiento de vuelo empezaron las anécdotas que nunca faltan, por ejemplo, el cadete de segundo año Ramón Esteban Aponte+, vivía con las piernas cubiertas de almohadillas, hechas de papel periódico, para poder soportar los palancazos que su instructor le daba durante el entrenamiento, tuvo la mala suerte de tocarle como tal el Sub-teniente Raúl Paiva, piloto de caza y muy exigente, otro anécdota es relacionado con el cadete de segundo año Ramón Bernaez, su instructor era el Capitán Edgard Jelámbi Terán, quien comentaba que el alumno que le toco, lo que le gustaba era pasear, por que no asimilaba nada, del cadete de segundo año Cristian Geddes Estévez, se comentaba que cuando el instructor le decía, nuevo baje la nariz o suba la nariz, el subía o bajaba la cabeza y no la nariz del avión, llego a ser un excelente piloto de transporte, en aviones C-130. Durante el aproche del T-6 la velocidad es de cien millas por horas, el Capitán Jelámbi Terán, cuando uno de sus alumnos, bajaba en el aproche por debajo de las cien millas, el con una tranquilidad absoluta le decía, "mantenga la velocidad por que de seguir así nos vamos a matar" y no le tocaba para nada los comandos, uno de los instructores mas agresivos y ofensivos era el Teniente Rodrigo Pérez Pérez a quien tuve como instructor en segundo año, y parte de tercer año, su palabra predilecta y ofensiva era "pajizo" posteriormente me asignaron a otro instructor el Teniente Méndez Portillo, piloto de Canberra, pero enemigo de las acrobacias, con relación al primero también era amigo de dar sus palancazos, cuando no se hacían las cosas bien, al aterrizar lo bajaba a uno del avión, con el paracaídas puesto y lo ponían a trotar delante del avión, así como habían instructores severos, también existían los conciente, que corregían los defectos sin castigo, ni algo similar, en tierra llamaban al cadete, y le explicaba como se hacia una determinada maniobra, casos de estos el Teniente Saavedra, el Teniente Ramírez Roa, el Teniente Wilfred Black Basso, el Teniente Luís Clemente Lanmerdof, y otros que entendían que volar no era fácil.

Las actividades de vuelo para el segundo año, comenzaban a las seis de la mañana para un determinado grupo de cadetes, hasta las diez de la mañana, y luego comenzaba el otro grupo de diez a una de la tarde, el grupo que se quedaba en la Escuela asistía a clases teóricas en aula, esto nos permitía estar fuera del alcance de los cadetes antiguos, particularmente los de tercer año, pero saciaban su sed de castigo, en las horas de estudio libre, durante la noche, era mas castigo que estudio.

Como he venido mencionando a lo largo de este recuento, con el lote de cadetes de tercer llegaron dos extranjeros, uno de nombre Hugo Borrel Icaza, panameño y otro de nombre Humberto Peña Majeski, de nacionalidad nicaragüense, se da el caso con este último mencionado, que una mañana como a las diez, estábamos en clase y salimos a receso, nos acercamos, al muro que daba al patio de honor y cual no sería nuestra sorpresa, cuando en la base de la torre del depósito del agua se encontraba este cadete, poniendo en práctica, sus vicios ocultos, sin que se diera cuenta que lo observamos desde el segundo piso y cuando se dio cuenta de que estábamos observando su aberración, nos ordenó que no les presentáramos a la hora del casino, para cumplir con una sesión de Educación física.

Terminamos la fase de prevuelo, y regresamos a nuestras actividades normales, la presión había bajado en un alto porcentaje, los únicos fiebrosos eran los cadetes recién llegados de la Escuela Básica, algo para recordar eran los ronquidos del Cadete de tercer año, del Negro Blanco, parecía un león, y todos los días pescaba notas y perdía las salidas por escandaloso en el dormitorio durante las horas del sueño; de vez en cuando venían los cadetes de primer año que eran de la aviación y estaban en la Escuela Básica en Caracas, ahí aprovechábamos los cadetes de segundo año, para saciar nuestra sed de venganza con los reclutas, que todavía no se habían insertado a la FAV.

Los preparativos para la Semana de la Patria, se estaban llevando a cabo, de igual manera, la graduación conjunta, en el patio de honor de la Escuela Militar, tendríamos nuevos Alféreces, y pasaríamos a tercer año, donde se materializaría el entrenamiento formal de vuelo, una vez que regresáramos de vacaciones de julio.

Los últimos meses del año lectivo no hubo algo trascendental, todo fue la rutina anterior, llegó el día de irnos a Caracas, permanecimos en la Escuela Militar unos quince días, lo mas importante que después de la practica de parada salíamos casi todos los días a la calle, una tarde hubo formación en el patio de Honor de la Escuela Militar, hoy EFOFAC, y el Cadete de segundo año Freddy Quintero Linares, (General de Brigada) llegó retardado a formación, estaban las cinco Escuelas en formación, en uniforme de parada y full armamento, la formación la comandaba el Director de la Escuela Militar, el Cadete con su armamento, llegó muy enérgico, delante todas las Escuelas, se paró firme ante el Director de la EMV, llevo el arma al hombro, con una energía envidiable y saludó llevándose la mano a la víscera de la gorra, lo que se oyó fue UUMMM, lacio. El cinco de Julio se efectuó el desfile, al día siguiente, hubo la graduación conjunta siendo el epónimo de la promoción de la Fuerza Aérea Sub-teniente José Urbano Soto Pérez, esa noche disfrutamos por todo lo alto de la fiesta de gala, que el ejecutivo nacional le ofrecía a las promociones que se habían graduados de Sub-tenientes y Guardias Marina, regresamos a nuestra escuela, con tres rayas como cadetes de tercer año, nos unimos los cadetes que estábamos en Maracay, con los que habían permanecido dos años en la Escuela Básica y allí nació la promoción del año 1959. Se efectuaron los ascensos, a Brigadier Mayor Cesar Ricardo Pocaterra Dun, Primer Brigadier Federico Prahl. Redondo, Brigadieres y Sub-brigadieres, después de estos ascensos salimos de vacaciones hasta el último de Agosto.

1957-1958

Al regresar de vacaciones, comenzando el mes de Septiembre, todo era expectativa con relación a las actividades de vuelo, y al entrenamiento, el cual íbamos a recibir en tercer año, ya no era un despistaje, sino el entrenamiento donde aquellos que tenían el verdadero potencial para ser pilotos, volarían solos y continuarían de fase en fase, hasta culminar las horas de vuelo, que lo formarían como piloto, y acreedor a las ansiada ala dorada de piloto militar, para el 12 de Septiembre de ese año, salían a la celebración de las Fuerzas Aéreas Peruanas, por su nuevo aniversario y la inhumación de los restos del aviador Jorge Chávez, un grupo de diez cadetes en los cuales se encontraban algunos cadetes de tercer año , ellos fueron, Cadete de tercer año Rafael Sandoval Parra, Cadete de tercer año Alberto González Amaré, Cadete de tercer año Julio Cesar Carpio Castillo y Cadete de tercer año Juan Raimundo Masón Kelendon. En cuanto a la actividad de vuelo era intensa, empezaba a las seis de la mañana y culminaba a las seis de la tarde, porque no solo eran los cadetes de tercer año, sino los alféreces, que estaban culminando el curso de pilotaje, iniciado un año antes, hubo la distribución de los cadetes a los instructores, que le darían el entrenamiento, muchos corrieron con suerte en tener un instructor conciente, y paciente, para impartir la enseñanza, otros tuvieron la muy mala suerte, en caer en manos de talibanes, que eran pilotos reconocidos, pero con una pedagogía muy arcaica para impartir instrucción, con un espíritu primitivo, que en vez de enseñar, para lo que estábamos estudiando, lo que hacían con su actitud, era que el cadete viera con miedo al instructor, estando mas pendiente de los palancazos que le podían dar, que la instrucción misma, porque desde el momento que el cadete empezaba hacer el prevuelo o sea la inspección de trescientos sesenta grados, ahí comenzaba el Karma del pichón de piloto, había momentos que los pichones de pilotos por nerviosismo o por no conocer el léxico aeronáutico, se confundían al solicitar el permiso a la torre de control, para taxear de la rampa a la cabecera de la pista, y lo hacían de esta manera, "Torre E-85 solicito permiso para rampar a la cabecera de la pista" ahí Satanás hacía acto de presencia, según el instructor, y le decía, bájese del avión y váyase rampando a la cabecera, lacio, pero era pura amenaza, porque nunca se supo de un caso de un cadete, rampando a la cabecera de la pista, sí lo castigaban, algunas veces, dando unas veinte vueltas al trote, alrededor del avión.

Nuestros instructores en tierra eran todos del ejércitos o terrestres como los llamábamos, y cuando tenían conocimiento de alguna falta cometida por nosotros en operaciones, ellos se la ingeniaban para castigarnos con líneas, una de esas que se recuerda y de paso risible, fue la que el Teniente Juan Bautista Rosas Marcano (QEPD), le impuso a un compañero de promoción, el cual no recuerdo, pero las líneas eran mil y debían decir lo siguiente: "DEBO MANTENER LA VELOCIDAD EN ASCENSO SIN POTENCIA" algo imposible, pero había que cumplir con la orden.

La promoción nuestra no se puede quejar en ese período de entrenamiento, porque no hubo sucesos que lamentar, el mas grave fue el que aconteció con el Cadete Gilberto Estrella, una mañana salió con su instructor a cumplir con una fase del entrenamiento, y una vez que despegó, virando sobre la Barraca, para ir a la zona de trabajo, el avión se les apagó, y tuvieron que aterrizar sobre el techo de una casa de la misma urbanización, fue puro susto, ningún daño que lamentar, solo el pago del techo, por parte de la Comandancia de la Fuerza Aérea, si hubo varios incidentes menores, como los muy temidos caballos de madera, entre esos podemos recordar algunos, sobre todo, acontecían en horas de la tarde, uno fue el del Cadete Carlos Eduardo Manríquez, a quien por apodo, le decíamos Jesucristo, una tarde aterrizando con un viento cruzado, fue a tener a la cancha de fútbol, hoy día Parque Aragua, dañando severamente el avión, otro fue el del Cadete Laurentin Rojas, (MI PERSONA) una tarde, aterrizando en las mismas condiciones, viento cruzado, hice un caballo de madera, dañando la punta del ala del avión, otro fue el del Cadete Luís Alberto Aponte (Murió en Brasil aterrizando en un C-130 era el Capitán de la nave), con daños menores en la punta del plano derecho, también hubo despegues desastrosos, pero el mas patético fue el que el Cadete Albe Eugenio Castro López, quien en su primer vuelo solo, taxeo hasta la cabecera de la pista trece, allí recibió las instrucciones para el despegue, al iniciarlo, supuestamente, se dejó dominar por el torque del avión, que era hacia la derecha, a mitad de carrera el avión viro hacia la derecha y logro despegar, levantando vuelo sobre la cancha de fútbol, otros incidentes fue el las celebres idas al aire, una que causo pánico y pensar lo peor, fue una tarde que el Cadete Andrade Díaz (QEPD), se fue al aire cuando venía aterrizar por la pista treinta y uno, viendo que estaba demasiado corto, dio potencia y pasó sobre la fila de aviones alineados en la rampa de estacionamiento, llevando el tren de aterrizaje afuera y los flaps totalmente extendidos. Corroborando lo dicho anteriormente en relación a los instructores talibanes, muchos de ellos, cuando un cadete iba a volar solo, no eran como un Capitán Jelámbi que le daba las ultimas recomendaciones al cadete para su primer vuelo, sino que le decían, con un desparpajo sin igual, "hoy lo suelto solo, espero que se mate, cuando este aterrizando, por que será una carga menos para la FAV." Y cuando el cadete venia aterrizar el instructor lo motivaba de esa manera desde la torre de control.

En vista del alto numero de cadetes que estaban recibiendo la instrucción de vuelo, se requerían mas oficiales instructores, empezaron a llegar muchos Sub-tenientes de los Escuadrones de caza, podemos recordar al Sub-teniente Atilio Merlina Godoy, al Sub-teniente Manuel Vásquez Ocanto (Era el Capitán del C-130 que se estrello en las Azores), el Sub-teniente Alirio Ruiz (Pereció en la laguna, piloto de Caza,) el Sub-teniente Villegas García (Pereció en Vigirima, en un T-34, buscando a un compañero que se había estrellado en el cerro) y otros mas antiguos como el Teniente Méndez Portillo (QEPD), el Teniente Hernández Urdaneta (QEPD), el Teniente Ramírez Guzmán ( Pereció en las Azores de Coronel) el Teniente Peñaloza Fernández, Teniente Luis Blanco, Teniente Domingo Martínez, con la instrucción de vuelo hubo muchos descartados, unos que no lograron volar solos, otros que en una fase avanzada por no poder dominar una determinada maniobra o notársele algún indicio de temor, era enviado a un check de descarte, y una vez descartado, se quedaba en la escuela montando guardia, o haciendo estudio libre, la razón, que en tercer año no habían los cursos para especialistas, en una determinada área aeronáutica, y no hallaban que hacer con los descartados de vuelo, voy a insertar tres anécdotas que me acontecieron, cuando estaba efectuando el curso de pilotaje, una tarde salí a volar solo y a practicar la fase de maniobra, una vez que termine mi trabajo empecé a descender y me metí entre unas nubes negras, dentro de las nubes recuerdo que el avión vibraba, y cuando vi el velocímetro, iba a doscientas diez millas picado a la vertical, corte motor y empecé a recobrar el avión, cosa que hice pero con un gran susto, esto me obligó aterrizar en la Base Aérea El Libertador, empezaron a buscarme en la laguna, el Teniente Méndez Portillo y mi compañero Miki González (Piloto de caza, General de División), se dieron cuenta que estaba aterrizado en Libertador y me ordenaron que despegara y me fuera a la Escuela, tal cual lo hice, como se me instruyó, no hubo sanción sino mamadera de gallo. En otra oportunidad, llegué a operaciones a buscar mi equipo de vuelo, pero no habían audífonos, le pase la novedad al Capitán Jelámbi Terán, Jefe de operaciones, el me dijo, le voy a prestar estos que me los trajeron de USA la semana pasada, y Ud. los va a estrenar, cuando regrese me los entrega, tal como se los estoy prestando, entendido mi Capitán, yo se los cuido, me fui a la zona de trabajo, cuando me reporte a la torre de control para entrar al trafico, me informaron que tuviera cuidado, con un avión que estaba lanzando paracaidistas, estaría como a cuatro mil pies de altura, cuando llegue a los tres mil, abrí la cabina y empecé a buscar el avión y los paracaidistas, en una de esas laxitudes que nunca abandonan a uno, saque la cabeza fuera de la cabina, los audífonos sin haber sido estrenado por el dueño, hicieron una caída libre emulando a los paracaidistas, Dios mío , ¿Qué hago ahora? Que dilema, como hacía para comunicarme con la torre y como hacia para informarle al Capitán de lo que me había pasado, si recuerdo que dure como quince días durmiendo en el calabozo por descuidado con el equipo de vuelo, mi causa del descarte de pilotaje, fue la siguiente, una mañana me fueron a chequear en formación de cuatro aviones, mi instructor en esa oportunidad era el Teniente Ramírez Roa (Fue asesinado por unos delincuentes en Caracas para asaltarlo), recuerdo a mis compañeros en ese vuelo al cadete Julio Carpio Castillo, Pablo Martínez Álvarez y Subteniente Vásquez Ocanto, con otro compañero, después del chequeo el Teniente ordenó irnos a la zona cada quien a trabajar por su cuenta, me pidió que le hiciera un loop, se lo hice, me pidió un tonel por la izquierda se lo hice, me pidió un imelman y en el tope se me embarreno el avión, se saco de la barrena y el me lo demostró, como se hacia para evitar la barrena, luego me dijo que hiciera un tonel por la derecha, después de hacer todos los procedimientos, inicié el tonel pero se me cayó, a todas esta el Teniente me lo demostró y me ordeno que lo hiciera nuevamente, inicié el procedimiento y después de recoger el avión a ciento sesenta millas, oí un golpe seco, las poleas que mantenían las guayas de los comandos, se habían reventado, y el bastón de mando no respondía como debía ser, si oí que el Teniente dijo, "Coño, le pregunte que paso mi teniente, tranquilo, tranquilo, cuando vi al piso del avión, me di cuenta del daño en las poleas, inmediatamente dijo, tenemos comunicación con la torre, tenemos potencia, así que vamos hacer una perdida característica a ver como reacciona el avión, me dijo por el intercomunicador, si el avión no reacciona con seguridad, hay que lanzarse en paracaídas", de paso yo estaba bastante asustado y mas me asuste cuando me dijo lo de lanzarnos, el avión muy noble reaccionó bastante bien, con la ayuda de los compensadores, logramos aterrizar en la Base Aérea Palo Negro, el avión era el T-6 E-87, al día siguiente, cuando llegue a operaciones, sin haberme recuperado de tan mayúsculo susto, mi Instructor el Teniente Méndez Portillo, me llamó y me dijo, agarre el E-97, se me eleva aquí y me hace dos barrenas por el lado izquierdo y dos barrenas por el lado derecho, la barrena por el lado derecho del T-6 era bastante complicada, por el torque de la hélice, y era un poco complicada para sacarla, me eleve a cinco mil pies de altura, hice por el lado izquierdo pero no me atreví hacerla por el lado derecho, al aterrizar solicite mi check de descarte, antes consulte con el Cadete Albe Eugenio Castro López, me aconsejo que no lo hiciera, pero no le oí el consejo, después me arrepentí, pero el mal estaba hecho, un año después en ese mismo avión, el E-87, haciendo un loop el Alférez Estrada Cruz (QEPD), se picó, y no pudo recobrar el avión. El calificativo de descartado era algo despectivo, y cuando algún Alférez piloto se refería a un cadete, que no había tenido la suerte de salir airoso en el vuelo, y tenia que dirigirse a el, lo hacía de la siguiente manera, "allá el descartado ese". En relación a los incidentes de vuelo señalados anteriormente estos tenían su sanción, unas descomunales líneas que había que presentar un día específico, de igual forma se sancionaban con sábado y domingo de patio y de vez en cuando con calabozo unos cinco días, las pernoctas en el calabozo no solo eran por asuntos de vuelo sino por faltas tontas que se cometían, como fumar en el baño, echar el carro, negligente en los movimientos de orden cerrado y otras nimiedades injustificables, una noche metieron al calabozo al Cadete Astolfo Zulbarán Romero, cual no seria nuestra sorpresa que en el silencio sepulcral de la noche, se oyeron unos desgarradores gritos, que decían ¡FANTASMAS, FANTASMAS, SAQUENME DE AQUÍ¡ era nuestro compañero que es de suponer que vio una figura o estaba soñando, quien lo sabe es el.

Las actividades de vuelo a pesar de que continuaron se minimizaron por las cercanía del nuevo aniversario de la FAV que se aproximaba a su aniversario trigésimo séptimo, ya la gran mayoría de los cadetes de tercer año, habían volado solos, y también muchos descartados de vuelo, el primer cadete de tercer año en volar solo fue Vladimir Dorta Díaz, alumno del Teniente Jorge Eduardo Saavedra (QEPD). Había mucha expectativa en esa oportunidad, por el plebiscito que se aproximaba, las medidas de seguridad se extremaron, muchos pilotos fueron enviados a su unidad de origen, después del plebiscito, llego el día del desfile en honor a la FAV con la presencia del Ciudadano Presidente de la Republica, General Marcos Pérez Jiménez, el cuerpo de Ministros y el alto Mando Militar, así como invitados especiales, tantos nacionales como extranjeros, una vez cumplido con todos los eventos relacionado con el mes de Diciembre, se corrían muchos rumores, de que no íbamos a tener vacaciones y siempre las mismas bolas de los años anteriores, al fin después del diez y siete de Diciembre salíamos de vacaciones hasta el seis de Enero, reintegrándonos de nuevo a la escuela y cumplir con nuestras actividades, faltando cinco días para regresar de vacaciones, el país se vio sorprendido por un alzamiento militar en contra del Presidente de la Republica General Marcos Pérez Jiménez, particularmente encabezado por oficiales de la Fuerza Aérea y cuyo foco de la rebelión estaba en la Base Aérea de Palo Negro, en lo que a mi persona atañe, me voy a permitir insertar las penurias que viví ese día: como era usual, pasaba y disfrutaba mis vacaciones en San Joaquín Carabobo, el primero de Enero de 1958, un avión T-6, pasó rasante sobre la población, lanzando unos panfletos y haciendo del conocimiento a la ciudadanía del movimiento militar, y las razones del alzamiento; como el Mayor Oswaldo Contreras, estaba pasando vacaciones en la casa de sus suegros, familia González, me le presente y le pregunte que debía hacer, el me dijo, preséntese a la Escuela, instrucción que no lo pensé dos veces, le comunique a mi hermana y ella me llevó hasta Maracay, me detuvieron en la alcabala de Tapatapa, y me enviaron a el Cuartel Sucre, que era el Batallón de Paracaidistas, allí me recibió el Teniente José Ignacio Leiziaga (QEPD), involucrado en el alzamiento militar, me envió a la Escuela de Aviación, en la que encontré como jefe de servicios el Capitán Francisco Marín Salazar (QEPD) y el Oficial de guardia al Sub-teniente Roberto Rivero Pérez, me puse a la orden del Alférez Arquímedes Ramírez, era el único que se había presentado en la Escuela, me llevó al parque y me entrego una ametralladora punto treinta con varios cartuchos, para que la emplazara cerca del abra de Madre vieja a el carnero, me fui al sitio, sin haber comido nada, allí estuve desde la mañana hasta las seis que me vino a buscar el Alférez, para que comiera, y una vez que comí me emplazó de nuevo en el sitio, como a las ocho de la noche, el Cuartel Páez, empezó a bombardear la Base de Boca de Río, para evitar que los oficiales alzados huyeran hacia Colombia, ahí abandone el sitio, y no conseguí a nadie en la Escuela, esperé hasta la mañana, la Escuela estaba sola, ya que el Jefe de los Servicios, el oficial de día y el Alférez habían picado cabos, cuando me levante me uniformé y salí a regresarme para San Joaquín, al salir a la puerta principal, venia pasando por todo el frente el Batallón Bolívar, en formación de combate, ni siquiera se dieron cuenta de mi persona, llegue a la línea Primero de Mayo, cerca de la plaza Girardot, me embarque en una camioneta de pasajeros y me quede nuevamente en San Joaquín.

El seis de Enero, nos reincorporamos todos los cadetes de vacaciones y empezaron a pedir informes, de los que no se habían presentado a la Escuela durante el intento de golpe militar, solo dos nos presentamos, el Alferez Arquímedes Ramírez y el Cadete Juan Enrique Laurentin Rojas, menos mal que nos presentamos, y lo comprobamos, por que estaba asentado en el libro del Oficial de día, todo el personal militar estaba acuartelado cien por ciento, todas las noches se montaban servicio en sitios en los cuales nunca se había montado guardia, como las cabeceras de la pista, la terraza, desde el sitio llamado las palmas, veíamos mucho movimiento en los hangares, armando los aviones T-6 y los oficiales en el casino y todos los días se llevaban a uno o dos detenidos, se corría la bola de que al Sub-teniente Luís León Viana Lamas, a quien le tumbaron el avión vampiro, cuando ametrallaba al Palacio de Miraflores, y tuvo que aterrizar de emergencia en Maiquetía, había sido fusilado en el Palacio Blanco, junto con otros disidentes, en fin era un momento de mucha incertidumbre, entre el seis de Enero y el veinte y tres de Enero sucedieron muchas cosas, un día fuimos de comisión a la inauguración del edificio de la Escuela Básica, hoy día Academia Militar, y se corría el rumor de que a el General Marcos Pérez Jiménez, lo iban a detener y en ultimo caso atentar contra su vida, se comento, que no sucedió nada, por la presencia de la delegación de cadetes de las cuatro fuerzas, se hablaba de la pastoral lanzada por Monseñor Arias, desde la Catedral de Caracas y firmada por hombres públicos de la época, en contra del Gobierno del General, también había rumores de llamado a huelga general, y muchos cambios de altos personeros del gobierno, uno que impacto a la comunidad en general fue el nombramiento del Coronel Nietos Basto, como Ministro de Educación, esto trajo como consecuencias que los estudiantes de la Universidad Central, vistieron a un burro con uniforme militar y lo pasearon por toda Caracas y al final de la protesta, lo amarraron al frente del Ministerio de Educación, todo eran rumores e incertidumbre, con esas noticias, regresamos a Maracay y continuamos nuestras actividades normales. Muchos de los oficiales de la Aviación, que no habían tomado parte en la asonada militar eran considerados leales al gobierno, se corría el rumor de que la Escuela iba ser tomada y era la razón de la guardia en la terraza , el Teniente Luís Octavio Romero nos decía "si tratan de tomar la Escuela hay que dispararle a los asaltantes, pero eso si mi amigo, a la cabeza, a la cabeza" en la mañana del veinte y tres de Enero, estábamos haciendo deportes, cuando de pronto sentimos un ruido de turbinas y eran los aviones Canberra, que habían sido recuperados y puestos a volar, como señal de que el General había abandonado el país, a raíz de la asonada, todos los aviones fueron desmantelados, y ningún avión podía volar sin la autorización del Comandante General de La Aviación, una vez caído el gobierno, nuestros aviones volvieron a surcar los cielos aragueños.

Nos mantuvieron acuartelados como un mes, hubo cambios en la Dirección de la EAM el nuevo Director era el Coronel, Antonio Briceño Linares, fue muy efímera su estadía como Director, ascendió a general de Brigada y fue cambiado a la Comandancia General, tomó posesión como nuevo Director el Teniente Coronel Francisco Miliani Aranguren ascendió a Coronel y fue enviado a Caracas a la Comandancia General, y tomó posesión como Director el Teniente Coronel Humberto Blanco Rondón ( QEPD, fue un General de Generales, muy prusiano pero justo al extremo, era Ingeniero civil) , en ese espacio de tiempo hubo algunos cambios en la Compañía de Cadetes el Comandante de la Compañía fue cambiado y vino un Capitán de nombre Alfredo Avendaño, con cara de bueno y una voz aterciopelada, también del ejercito, no molestaba pero si presionaba a los oficiales para que nos cargara a monte, hubo cambio en algunos oficiales a el Teniente Juan Bautista Rosas Marcano, (QEPD) fue enviado a su fuerza de origen, específicamente a un Batallón Blindado y posteriormente a la Escuela Militar., tomó posesión de su cargo el Teniente Jesús Ríos Morillo, el Teniente Simón Paredes Álamo por el Teniente Diego Paz Orvaez, el Teniente Carlos Guevara Yegres por el Teniente Luís Octavio Romero.

Como integrantes de la promoción teníamos dos extranjeros, uno guatemalteco el Primer Brigadier Federico Prahl Redondo y otro panameño Cadete Jurado Sánchez (QEPD) mejor conocido como chucha.

La rutina de la escuela seguía exactamente igual, pero la inventiva de los cadetes no se hacia esperar porque con la caída del General Marcos Pérez Jiménez era comentario en todo el país, la resistencia heroica de la barriada "La Charneca" a la que le atribuían la caída del Dictador, ese nombre caló en los cadetes del cuarto pelotón de fusileros, cuyo alojamiento era una edificación al norte de la Escuela, la cual fue acondicionada para ser dormitorio y habitada por los cadetes mas faltones de la Escuela y bautizada por ellos mismos como la Charneca, no esta demás nombrar algunos de estos cadetes, entre ellos: Aldao Cousiño, Escovino Carrero +, Rodríguez Lovera, Hilarión Armas+, Jesús Rivas Rivera+, Arístides Rojas Campos, Jorge Jurado Sánchez+, José Ramón Silva López, y otros que no recuerdo, no quiere decir que en los dormitorios numero uno y dos no había faltones, porque haciendo un balance general creo que todos los integrantes de la promoción aportaban su cuota de mala conducta. Relacionado con la inyección de estos nuevos oficiales anteriormente mencionados, esta se humanizo algo, a excepción del Teniente Guevara Yegres, que era una ladilla y muy terrestre, creía que estaba tratando con soldados, nuestro paño de lagrimas era el Teniente Simón Paredes Álamo, quien supo identificarse con la idiosincrasia del aviador y entendía muy bien a los cadetes, otro excelente oficial, prusiano, pero muy justo era el Teniente Ríos Murillo, no daba confianza pero se le podía plantear cualquier problema, lo oía y le buscaba solución. Cuando se culminó el año lectivo se programo una tremenda fiesta con orquesta y todo, las razones no las conocí, pero se bailó hasta el amanecer y después de la fiesta salimos de pernocta. Algo que siempre me extrañe, a estas alturas no entiendo el porque, nunca tuvimos la elección de una reina o algo similar.

Para esa época ya muchos compañeros de promoción que se habían destacado en vuelo, fueron becados a los Estados Unidos de Norteamérica, podemos recordar a los siguientes Alféreces: Pedro Nicolás Ortiz González, Pablo Parada Rodríguez, Gilberto Guerrero Gómez+, Julio Torres Uribe (General de División), Tomas Galicia Loaiza, José Miguel Ángel González, Adib Seguías Leothaud, Cosme Hildemaro Hernández Marzan (General de Brigada), José Casanova Amado, Otto Rodríguez Manzulbie, Pedro Guzmán Cacique+ (Piloto de caza, pereció en un vampiro en la laguna ), Homero Contreras Dávila (Piloto de caza y creador del team acrobático en aviones convencional), Francisco Mazóni Castilblanco+ piloto de Helicópteros pereció en Cocollar durante las guerrillas), Francisco Esteller Rivera, Jacobo Andrade Díaz, Rafael Serapio Malavé.

Con este lote de compañeros salió uno de nombre Rondón Pico, ya que el mismo se había destacado académicamente y en vuelo, pero presentaba el problema que era un asiduo amigo de la bebida, en plena instrucción de vuelo en USA. Parece ser que se extralimitó en unos tragos y fue suspendido y devuelto a Venezuela, lo que voy a narrar no me consta, pero se dice que cuando llegó al Aeropuerto de Maiquetía venia prendido, uniformado, y por gorra un sombrero de charro mejicano, pasó varios días en la Escuela hasta que le llegó la baja, en su vida civil se graduó con honores en la Universidad de Mérida, de donde era oriundo, como Licenciado en Educación, Summa Cum Laudem, posteriormente fue Profesor titular de la Escuela de Educación de la Universidad de Carabobo.

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