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Familia en la modernidad y la posmodernidad

Enviado por Elizabeth


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Divorcio
  3. Modernidad
  4. El juego
  5. La maternidad
  6. Sexualidad
  7. Los niños
  8. Niños de antes
  9. Niños de hoy
  10. Rol de la mujer
  11. Rol masculino
  12. Conclusión

INTRODUCCION

 En este trabajo analizaremos los diferentes cambios y transformaciones que ha sufrido la familia a lo largo de la modernidad, para llegar a ser lo que es hoy en la posmodernidad. Para esto, consideramos importante poder estudiar cómo fue cambiando la sexualidad, la maternidad, el tema del divorcio, el rol de la mujer, el rol del hombre, la niñez y los juegos propios de cada época.

          A lo largo del recorrido iremos contando todas las transformaciones que surgieron en ambas épocas, con respecto a estos temas. Y a modo de cierre haremos una conclusión de lo que implica la familia como institución, y cómo está vista actualmente.

DIVORCIO

Posmodernidad:

Hay quienes aseguran que el divorcio unilateral, o 'divorcio exprés', debilitará a la familia ecuatoriana porque sentenciará a muerte a la institución del matrimonio. Quienes hablan así pierden de vista que, en estos tiempos posmodernos, los lazos familiares ya no se construyen únicamente alrededor de una pareja de casados -un papá y una mamá- sino que se desarrollan en torno a lo que se ha dado en llamar la 'familia extendida'.Son clanes que se forman espontáneamente, donde varias figuras entregan y reciben protección y afecto cumpliendo distintos roles: el tío fungiendo también de padre; el abuelo siendo además proveedor vivienda y alimento; los medios hermanos cuidándose entre sí por la ausencia de sus padres y padrastros; la íntima amiga viviendo bajo el mismo techo y haciendo de tía y hermana; etc., etc., etc.La estructura familiar ha mutado porque un número cada vez mayor de personas no sólo que se ha divorciado, sino que ha decidido no casarse jamás. ¿Por qué este éxodo masivo de la institución matrimonial? Albert O. Hirschman, un brillante economista que, entre otras cosas, se dedicó a estudiar los porqués del deterioro de las instituciones, tiene una respuesta.En su libro 'Exit, Voice and Loyalty', Hirschman dice que el primer impulso de alguien inconforme con los resultados que le brinda una institución es dejarla: abandona una iglesia, retira a sus hijos del colegio o se divorcia. Prefiere dejar la institución en vez de vocear su protesta porque siente que sus quejas no serán escuchadas. Hace esto incluso si el costo de abandonar la institución es alto. Este es el peor escenario, dice Hirschman, porque tiene que haber una fuga a veces demasiado grande de gente para que la institución comience a notar que algo anda mal con ella. ¿Qué hacer para que la persona vocee sus quejas en vez de abandonar la institución? Pues dándole a esa persona los mecanismos coercitivos para que sus quejas resulten en cambios institucionales palpables y no se queden en pura retórica, dice Hirschman.El 'divorcio exprés' hace precisamente aquello. El esposo o esposa podrá exigir a su pareja que enmiende sus errores -aquí y ahora- pues tendrá la amenaza creíble de separarse para siempre de forma fácil y rápida. Si la persona amenazada desea conservar su matrimonio no tendrá más remedio que cambiar. Este tipo de reglas fortalece a una institución porque permite que sus miembros tengan mayor control sobre ella y reciban beneficios tangibles por unirse a ella. Aunque suene paradójico, el divorcio unilateral aumentará la fidelidad hacia la institución del matrimonio. La gente seguirá casándose poco, pero habrá menos divorcios porque las personas pensarán mejor antes de cometer errores graves con su pareja.

 

Modernidad

El divorcio y sus causas

Las causas de divorcio dependen de la relación de la pareja, en la mayoría de los casos se deben a problemas de convivencia, por factores internos a la pareja, o por factores externos, problemas económicos, los hijos. Las causas de divorcio que la legislación de los diferentes países admite: Mutuo disenso Bigamia Situaciones delictivas enfermedades físicas o mentales Incumplimiento de los deberes conyugales Abandono malicioso violencia doméstica Alcoholismo o drogradiccion.

Las causales de divorcio admitidas en la legislaron venezolana vigente están taxativamente consagradas en los artículos 185 y 185-A del Código Civil, cuyos textos son los siguientes:

Artículo 185.- Son causales únicas de divorcio:

1º El adulterio.

2º El abandono voluntario.

3º Los excesos, sevicia e injurias graves que hagan imposible la vida en común.

4º El conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge, o a sus hijos, así como la connivencia en su corrupción o prostitución.

5º La condenación a presidio.

6º La adición alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia que hagan imposible la vida en común,

7º La interdicción por causa de perturbaciones psiquiátricas graves que imposibiliten la vida en común. En este caso el Juez no decretará el divorcio sin antes procurar la manutención y el tratamiento médico del enfermo.

También se podrá declarar el divorcio por el transcurso de más de un año, después de declarada la separación de cuerpos, sin haber ocurrido en dicho lapso la reconciliación de los cónyuges.

Artículo 185-A.- Cuando los cónyuges han permanecido separados de hecho por más de cinco (5) años, cualquiera de ellos podrá solicitar el divorcio, alegando ruptura prolongada de la vida en común.

En esencia todas las causales de divorcio consagradas en las copiadas disposiciones legales (exceptuando únicamente las señaladas en los dos últimos apartes del art. 185 CC y en el art. 184-A ejusdem) pueden resumirse en una sola: la injuria grave que haga imposible la vida en común. En efecto, las seis primeras causales de divorcio señaladas en el primero de dichos artículos, no son en realidad sino distintas formas o diferentes aspectos de esa injuria civil.

Entre nosotros, pues, existen en la actualidad las nueve causales de divorcio mencionadas en los Art. 185 y 185-A CC; pero ninguna otra circunstancia, por grave que parezca, puede servir de base para la disolución del matrimonio en la vida de los conyugues. La autoridad judicial no podrá admitir una demanda de divorcio que no este fundamentada en algunos de esos motivos; y si no obstante lo hiciere, procede entonces oponer la cuestión previa de prohibición de admitir la acción propuesta, cuando la misma no está basada en alguna en algunas de las causales que haya establecido taxativamente la ley, para el caso especifico del cual se trate; que por lo demás, es también regla del orden público.

Todas las causales e divorcio que admite nuestra legislación, exceptuando la interdicción por causa de perturbación mental grave (ord.7mo del art.185 CC); la separación de hecho prolongada (art.185-A CC); y la conversión de la separación de cuerpos en divorcio (penúlt. ap. del art. 185 CC), se basan en el concepto de divorcio-sanción y, por consiguiente, implican violación grave de deberes conyugales por parte de algunos de los esposos. Pero para que exista una irregularidad de esa naturaleza, por otra parte, es indispensable que el acto que constituye la causal en cuestión, pueda imputarse al cónyuge que aparece como culpable; es decir, éste tiene que haber procedido al respecto de manera consciente y voluntaria. Los actos llevados a cabo por un demente, sonámbulo, hipnotizado o en general, por una persona que no se halla en su sano juicio, no puede constituir base para una causal de divorcio.

En cuanto concierne a las seis primeros casos contemplados por el art. 185 CC y en lo relativo a la apreciación por el juez de la falta cometida por uno de los esposos y alegada por el otro como constitutiva de causal de divorcio, es necesario hacer una distinción: tanto el adulterio como la condenación a presidio, constituyen causales perentorias de divorcio. Esto quiere decir que una vez comprobada cualquiera de ellas, la autoridad judicial está obligada a pronunciar el divorcio, sin que le corresponda la facultad de estimar si en el caso especifico sometido a su consideración, los hechos probados, constituyen o no violación grave deobligaciones derivadas del matrimonio. En dichos casos, pues, la calificación de esa gravedad ya ha sido hecha por el legislador, con carácter de regla general.

Por el contrario, las restantes causales (abandono voluntario, excesos, sevicia, o injurias graves; conato de uno de los cónyuges para corromper o prostituir al otro cónyuge o a sus hijos, o connivencia en su corrupción y prostitución; y adicción alcohólica u otras formas graves de fármaco-dependencia), son facultativas. Tal característica significa que cuando el divorcio pretende basarse en alguna de ellas, corresponde al juez analizar detenidamente los hechos alegados y probados al respecto, tanto en su genero como en su especie, para determinar si en el caso concreto sometido a su conocimiento, pueden o no ser ellos calificados como infracción grave de deberes conyugales.

Además, los actos constitutivos de causales de divorcio deben, en principio haber ocurrido después de la celebración del matrimonio. La explicación de esa particularidad es muy fácil: únicamente puede haber incumplimiento grave de deberes conyugales cuando ya existe el vínculo entre las partes, pero no antes de haberse constituido el mismo.

Sin embargo, suele admitirse que la ocultación por uno de los esposos al otro, de hechos gravísimos o muy bochornosos del pasado, puede constituir (según las circunstancias) causal de divorcio (injuria grave).

 

Influencia del divorcio en el ámbito de la estructura familiar

Un divorcio es siempre percibido como una situación traumática, tanto para la pareja que da por terminada su relación física y afectiva, como para los hijos que experimentan la perdida significativa de la estabilidad familiar de diversas maneras, cuando esta separación ocurre sin proteger a los hijos del conflicto producido se genera una desorganización familiar.

El divorcio altera la estructura interna de los distintos tipos de familia dando como resultado que sus miembros tengan problemas en relacionarse y experiencia de desempleo, cosa que no ocurre en las familias intactas.

La desintegración familiar ha aumentado significativamente en los últimos años, lo que ha motivado a distintos investigadores a determinar de que manera la familia se ve afectada por el divorcio.

La mayoría de los padres que se divorcian se preguntan a sí mismos qué efectos producirá el divorcio en sus hijos y cómo lo afrontarán.

No importa la edad que tenga el niño, de igual manera tendrá mayor dificultad para adaptarse al divorcio si existen continuas discusiones en la pareja, otros factores que aumentan esta dificultad son: la pérdida de contacto ante una mala custodia de los padres; problemas económicos; cambios de dirección; pérdida de continuidad en el colegio y en las rutinas diarias; y problemas psicológicos con el padre que tenga la custodia.

Las investigaciones demuestran que los hijos de parejas divorciadas son más propensos a mostrar problemas de comportamiento, más síntomas de problemas psicológicos, menor rendimiento académico, más dificultades sociales y pueden ser discriminados por niños con familias estables.

Los niños que están en la escuela elemental saben comprender mejor esta separación, pero aun así pueden experimentar tristeza y depresión.

EL JUEGO

"El hombre sólo es hombre

de verdad cuando juega"

Friedrich Schiller

          "La edad del jugar es el momento oportuno para conocer el mundo y sentirse parte de él, proporciona el medio primario para integrar el mundo interno y el externo, pasar del significado simbólico de los objetos a la investigación activa de sus verdaderas propiedades y funciones, abriendo el camino para socializar con otros", destacala Lic. Pigini.

           La manera en que el niño se desarrolla durante su infancia prepara el terreno para el posterior éxito en la escuela y el carácter de la adolescencia y la edad adulta.

           El juego es un fin en sí mismo, no cuenta con objetivos a cumplir ni con finalidades que se alejen al mero placer de ejecutar el acto de jugar. Destacamos esta característica como algo primordial a saber ya que consideramos que la persona que juega sólo encontrará placer y satisfacción en esta acción.

       A continuación exponemos brevemente las posturas de Piaget, Bruner y Freud, quienes han valorizado la presencia del juego en la infancia.

Piaget

        Sostiene que el juego: es un fin en sí mismo, se opone al trabajo, es espontáneo, y colabora en la liberación de conflictos

  • El juego es un fin en sí mismo: lo define como una actividad que tiene fin en sí misma, es decir que no se pretende alcanzar objetivos ajenos a ésta, sino que la propia actividad resulta placentera.

  • Juego como oposición al trabajo: sostiene que el juego es una actividad desinteresada, a diferencia de otras en las que la atención se centra en el resultado. Agrega que el juego provoca más placer que utilidad, haciendo referencia así a que el jugar, en todo su proceso, produce placer y, al no tener objetivos definidos, tampoco tiene un producto concreto.

  • Espontaneidad del juego: se relaciona con la mencionada anteriormente. Un trabajo que responde a objetivos y a la presión de alcanzar un producto nunca puede ser espontáneo, pero el juego sí puede serlo. Al carecer de estructura puede darse lugar a lo espontáneo y a la creación sin miedo a equivocarse.

  • Liberación de conflictos: el juego puede ignorar o resolver los conflictos del niño. Plantea el siguiente ejemplo: "el niño al que no le gusta cierta comida, se le da la misma a un muñeco simbólicamente y éste la toma con mucho placer."

           

     Para finalizar con sus ideas, consideramos importante destacar que en el juego casi todo es posible, el sujeto puede adaptarse a lo que desea. Pero al hacer esto, está también aprendiendo características de la realidad y, en cierto modo, controlándolas. Sin embargo, desde el punto de vista de sus deseos, eso le proporciona una liberación, puesto que estos pueden cumplirse en el juego como él desea.

Bruner

       Según este autor, "el juego es un medio de minimizar las consecuencias de las propias acciones y, por lo tanto, de aprender en una situación menos arriesgada "

       Relaciona al juego directamente con la inmadurez con la que nace el ser humano. Para él, este componente característico del hombre es el potencial que le permitirá producir varias conductas que ayudarán a posibilitar una flexible adaptación. Considera que, durante esa etapa de inmadurez, es el juego el que le da al niño la posibilidad de experimentar conductas complejas sin la presión que supone alcanzar un objetivo. Es, entonces, a través del juego que el niño establece metas a partir de sus propias posibilidades, dejando de lado la frustración que produciría el hecho de no alcanzar los objetivos propuestos. El juego es facilitador, en un ambiente en el cual las consecuencias de nuestras acciones no tienen la misma magnitud que las desarrolladas en un contexto más cercano a la realidad.

Freud

        Afirma que "los niños repiten en sus juegos todo aquello que en la vida les ha causado una intensa impresión y que de este modo procuran un exutorio a la energía de la misma, haciéndose, por decirlo así, dueños de la situación" (Freud, 1920, p. 9)

        Es posible relacionar los conceptos elaborados por Freud y Bruner, si tomamos como denominador común la satisfacción del deseo. Ambos hacen referencia al juego como medio canalizador del deseo y las pulsiones (término empleado por Freud para hacer referencia a impulsos psíquicos que nunca quedan satisfechos por completo).

       Relacionando las declaraciones de los tres autores nombrados  encontramos un punto común: dentro de este espacio propiciado por el juego será posible la concepción de liberar tensiones, pulsiones y deseos insatisfechos.

Evolución del juego y su rol en la familia

     Muchas biografías de personas creativas hablan de sus largas horas que pasaron sentados junto a un río contemplando el paisaje, o sumidos en sus propios pensamientos, vagando por bosques, o soñando. Pero en estos tiempos modernos, vemos que ya no se dispone de tiempo de ocio, y los padres se inquietan e impacientan al ver que los niños no utilizan el tiempo "constructivamente", muchos de ellos sugiriendo que lo empeñen en algo más provechoso. La mayoría de los niños de clase media están llenos de actividades programadas, que apenas les dejan tiempo para sencillamente ser ellos mismos. Se ven constantemente obligados a desarrollar su talento y personalidad de acuerdo con el criterio de sus padres. A su vez, existen familias en las que le "enseñan" y esfuerzan a los niños y los hacen salir a trabajar desde pequeños, provocando esto que el tiempo para jugar o divertirse sea menor, y muchas veces hasta desplaza también a la educación.

      Como contratara de esta situación, existen casos en los que los niños pasan el día entero fuera de su casa, en un jardín o en una guardería, por las exigencias y responsabilidades de la sociedad actual en la que vivimos. Esto hace que el niño comparta escaso tiempo con sus padres, y al finalizar el día llegan todos cansados, por lo cual el juego que se comparte entre progenitor-hijo es ínfimo, y hasta a veces nulo.

    La modernidad nos introduce nuevas formas o modelos de estructura familiar que corrompen con las tradicionales, con padres ausentes, sea por razones laborales, personales, maritales, entre otras. Asimismo, surgen nuevos modelos de infancia a partir de la influencia del consumo, producto de las innovaciones tecnológicas, lo que trajo una tendencia a los juegos solitarios, como es el caso de losjuegos de computación, ya sean del tipo virtuales o en red por Internet.

     Si miramos la televisión, vemos que aparece como gran moda los programas de tipo interactivo, en general, para niños que se encuentran en la primera infancia. Las características de estos son que dan consignas para que los niños busquen un objeto o que repitan algún nombre, número o palabra. Si bien pretenden ser del tipo didáctico, los niños aprenden repitiendo algo, pero carecen de las construcciones necesarias para que sea un aprendizaje significativo. De alguna manera, si el niño se criase sin tener todo "tan resuelto", crece más sano, más fuerte y más capacitado para enfrentarse a "la vida". 

          Andrea B. Taborda, especialista en investigación educativa, hace hincapié en el tema: "Verdaderamente sería útil pensar acerca de esta temática y mirar el entorno, ver qué es lo que se puede ver, qué es lo que se quiere ocultar y qué mostrar, de qué se quiere escapar, a qué me quiero acercar". El secreto está en poder fructificar, poder potenciar estos medios que aparecen tan criticados, pero sabiendo que la crítica proviene del desconocimiento, del no saber a dónde se debe apuntar para el aprovechamiento de los mismos".

        Einstein habla de "juegos productivos", como por ejemplo, el rompecabezas, donde los niños adquieren el hábito y el goce de entregarse a lo que llama "pensamiento productivo". Haciendo estas cosas puede aprender a formar construcciones lógicas a una edad donde todavía no pueden formarlas con palabras. Mediante éste también perfecciona habilidades de pensamiento y manipulación, contribuyendo al aprendizaje. Si a un niño de esta generación optamos por prenderle el televisor ¿el niño adquiere tales habilidades? "Ningún programa de televisión puede fomentar semejante actitud frente a los obstáculos, ni tampoco ayuda a la capacidad del niño a crear totalidad partiendo de partes inconexas".

         Muchos padres prefieren que los chicos se encierren horas en un cyber, a una hora de juegos en la plaza. Los potenciales problemas de este uso excesivo van desde la obesidad por inactividad física, problemas de atención en una clase, hasta daños psicológicos por ver materiales inapropiados en Internet, violentos o con contenidos sexuales, que el padre no puede controlar.

       En la niñez se imita todo aquello que está a su alcance. No haber tenido ocio suficiente para cultivar su propia vida interior es, en gran medida, lo que empuja al niño a pedirles a sus padres que le conecten el televisor, videojuego, etc. Así vemos que las condiciones de la vida moderna y las actitudes de los padres "modernos" privan a sus hijos de aquellas largas horas y días de ocio para pensar por cuenta propia, que es esencial para desarrollar la creatividad.          

          Entonces, podemos reafirmar que la modernidad, como puede ver cualquiera que viva en los últimos años del siglo XX, es un fenómeno de doble cara, ya que nos insertan en el mercado gran variedad de juegos y juguetes innovadores, considerando que los mismos pueden ser una herramienta indispensable para el quehacer educativo, tanto como recurso a ser usado para estimular el aprendizaje escolar; tanto como medio potenciador del desarrollo de capacidades intelectuales y como canalizador de las frustraciones del niño frente a la pérdida del dominio al que lo somete la realidad externa. Pero también muchos de ellos obstruyen ese aprendizaje impidiendo el desarrollo normal del niño, creando una especie de "adicción" hacia los mismos y quedando la capacidad creativa del niño limitada.

        Coincidiendo con lo expresado por Patricia Sarlé en "Juego y aprendizaje escolar", nos parece sumamente imprescindible aclarar que, si bien el juego es una de las primeras manifestaciones cognitivas de los niños, es "un componente más social que evolutivo […]. Pues, la imaginación y la fantasía no brotan de la nada, tienen un soporte claro en el campo social en el que se mueven los niños." (Sarlé, 2001, p. 211). Por lo cual afirmamos que, los niños aprenden a jugar. Esto puede ser  visto desde diferentes aspectos, como ser: se apropian de juegos que se transmiten de generación en generación, así como también de reglas y significados que les permiten compartir esta actividad con otros. Por esta misma razón, es necesario comprender que el juego implica "un proceso que se debe aprender a seguir". (Sarlé, 2001, p. 212). Entendemos, entonces, que los niños "necesitan tiempo para conocer el formato del juego, tiempo para jugar y sentirse seguros, tiempo para elegir con quién jugar y a qué jugar." (Sarlé, 2001, p. 212).

La maternidad

Siglo XVIII El acuerdo matrimonial era el negocio más crucial de una familia, del éxito de éste dependía que se viera favorecido o no el estatus de la familia de origen de la mujer. En esta línea era de vital importancia la dote de una mujer. Es importante hacer una disquisición en este punto, en las clases con menores recursos no era la familia de la mujer quien proveía de la dote, sino que las mujeres mismas debían hacerse cargo de su propia subsistencia y estas consideraciones económicas en la elección matrimonial pasaban a un segundo lugar. El papel de su marido era el de proporcionar protección y sostén. Él pagaba sus impuestos y representaba a la casa ante la comunidad. El papel de la mujer era de compañera y madre". Es decir que la finalidad del mismo, era fundamentalmente la reproducción de la especie en un medio apropiado. Los hijos representaban la continuación de la propiedad y la futura seguridad de los padres en sus últimos tiempos.  El rol de la mujer era por excelencia ser madre y esto no era nada sencillo. Se sabe que en aquellos tiempos el índice de mortalidad infantil era muy elevado, por lo cual era frecuente que se tuviera una gran cantidad de hijos, de los que con fortuna podían llegar a la edad adulta sólo la mitad. Superado este tiempo de amenazas, la madre estaba a cargo de la educación del niño, aunque muy especialmente de la niña en cuyo éxito se reflejaba el propio. La madre era quien enseñaba cómo relacionarse con el mundo y una hija debía estar en condiciones óptimas para la negociación matrimonial. Por ello debía saber desde vestirse, hablar, administrar una casa con sirvientes, bailar, bordar, etc. No se excluían de esta educación los conocimientos culinarios ni los valores morales. "Una hija era lo que la madre había hecho de ella. Una mujer virtuosa se definía como la que dejaba la impronta de las virtudes de castidad, limpieza y sobriedad en su hijo". En primer lugar el matrimonio es la institución que otorga carácter social a la mujer y que es la maternidad la que permite perpetuarse y reflejar su virtud de madre. En resumidas cuentas, dependía del matrimonio y del desempeño de la maternidad la valoración de la mujer.Y la clave residía en sus futuras alianzas, del éxito en la educación que una madre daba a su hija dependía su futuro. De más está decir que la educación a un hijo por fuera de un matrimonio hubiese sido un escándalo inadmisible abiertamente condenado. Desde fines del siglo XIX se produjeron una serie de cambios en diversos órdenes que modificaron radicalmente el lugar de la mujer en la sociedad. Descubrimientos del orden científico y tecnológico permitieron la disminución de la mortalidad y el control de la natalidad. Ambos medios subvirtieron el orden establecido, ya no era más el hombre quien comandaba el cuerpo de las mujeres sino que empezaron a ser ellas quienes decidían por sí mismas.

De ahora en adelante, los hijos son criados por la madre, el padre, dos madres, dos padres, con hermanastros o sin ellos, con medios hermanos o sin ellos. Ya no es un insólito ni repudiado el ser hijo de madre soltera, hoy incluso se puede ser hijo de probeta. "Las mujeres, del siglo XXI, habían adquirido la posibilidad de quererse estériles, libertinas, enamoradas de sí misma, sin temer los furores de una condena moral o una justicia represiva". La ecuación mujer y madre se rompe como único camino a transitar, ahora más bien se formula que entre otros tantos modos de realización la mujer puede ser madre.

En la actualidad tener que elegir entre los intereses laborales y el cuidado de hijos Para reconciliar el cuidado hacia otros y los intereses profesionales, las sociedades modernas han intentado dividir al hombre y a la mujer en diferentes categorías morales (hombre-proveedor y mujer-ama de casa). Abordar el tema de la maternidad permite comprender la tensión mencionada debido a que constituye uno de los pilares fundamentales sobre los que se elige la concepción del ser femenino. Actualmente, los cambios sociales han erosionado las estrategias tradicionales -entre ellas las de maternidad- y, a su vez, no ofrecen caminos claros para la creación de otras nuevas.

 Las alegrías de la maternidad y de la paternidad se corresponden con las aflicciones del auto sacrificio y el temor a peligros desconocidos (Bauman 2005). Ahora bien, la mercadotecnia desarrollada en torno al cuidado y provisión de bienestar de los niños ha ganado un espacio sin precedentes en el mercado global. Sobre todo las madres, están dispuestas a servirse de sí mismas sacrificando parte de su tiempo, dinero, sueños y esfuerzos en pos del bienestar de sus hijos y, todo ello, sin garantías que las amparen. Detrás de este esquema de cuidados y reproducción, se asientan relaciones de poder. Cuando no hay políticas de estado que permitan conciliar el trabajo y la maternidad o redes de apoyo, las mujeres deben procurarse "soluciones biográficas a problemas producidos socialmente" (Bauman 2005: 66). En Argentina, en la actualidad, el recurrir al mercado es una posibilidad que sólo la poseen aquellos sectores de la sociedad que tienen los recursos suficientes y necesarios para ello. Las madres pobres, no cuentan con ese beneficio y, por ello, el recurso del mercado para proveer bienestar a los hijos (educación, salud, alimentación, vestimenta), se transforma en una quimera.

Al reconocer que la independencia económica de la mayoría de las personas en la sociedad moderna deriva de la remuneración por algún trabajo, la participación en el mercado laboral sienta las bases para el desarrollo de la autonomía personal y la autodeterminación de muchas personas, sobre todo las mujeres. En el ámbito específico de la maternidad, ésta se entrelaza entre la conformación tradicional de la identidad femenina y la emancipación de la misma, dependiendo de la heterogeneidad asociada a la estructura social y etérea. Diversos indicadores y hallazgos de estudios cualitativos soportan esta impresión. Así por ejemplo, en los sectores populares la maternidad sigue siendo una condición casi inevitable del futuro que ven muchas jóvenes

La preponderancia de la responsabilidad femenina sobre la crianza de los hijos aún se mantiene casi igual que en décadas anteriores. Las madres de las madres, las suegras o hermanas siguen participando activamente e influenciando las decisiones de cómo criar a los hijos. Otro elemento de continuidad en las sociedades latinoamericanas que se deriva de distintos trabajos y que parece trascender a los distintos sectores sociales, es la presencia de un imaginario respecto a lo que significa ser una "buena madre", definida como amorosa, que cuida a sus hijos guiada por una esencia "natural" y que realiza una entrega total (en tiempo, dinero y esfuerzos). Una buena madre, debe demostrar a los hijos su amor por ellos, no debe perder los estribos cuando se ve superada en la cotidianeidad de la crianza, debe ser paciente y tolerante, manifiesta su preocupación y lleva a cabo acciones tendientes a promover el bienestar de su bebé. No debe descuidar a sus hijos o no estar pendiente de sus necesidades o no satisfacerlas

Por otro lado, se observa que hoy, a diferencia de las madres de unas décadas atrás, las mujeres parecen tener un mayor margen de acción para decidir cuáles de las recomendaciones toman y cuáles no. Además, la oferta de sugerencias y opciones de maternidad, parece ser más amplia que en el pasado. A la familia, se agrega el mercado y el Estado, ambos con una fuerte presencia de "propuestas" para vivir la maternidad y organizar la vida privada y la pública. También, es cierto que en muchas ocasiones la elección se restringe a lo posible. En pocas palabras, junto a estos cambios que no han modificado la responsabilidad de las madres con respecto al cuidado y crianza de sus hijos, la mayor presencia/ausencia de la familia o las características del vínculo de la madre con su hijo, se advierten modificaciones en algunos de los modelos tradicionales para lograrlo.  Algunas no forman parte de la fuerza laboral aunque tengan oportunidades de empleo, porque prefieren dedicarse de tiempo completo al cuidado de los hijos. Las nuevas madres presentan cambios en las formas en que ejercen su maternidad. Valoran la participación del padre en aquellas actividades indelegables de la crianza y abogan por continuar con sus vidas sociales y proyectos individuales, inter-dependientemente con la maternidad.

En la mayoría de las madres jóvenes, los cambios alteran las formas en que se estructuran y organizan las familias, algunos de los cuales, producen nuevos dilemas morales. Por ejemplo, hay mujeres que se encuentran obligadas a ser económicamente autosuficientes incluso cuando continúan teniendo la responsabilidad del cuidado de los hijos/as. Las nuevas madres, cuentan con un gran acervo de información respecto al cuidado y atención de los hijos/as y miran hasta los más mínimos detalles que puedan ser indicadores de aciertos o fracasos en las decisiones que han tomado en el ejercicio de su maternidad. Son pocas las tradiciones o normas que les indiquen qué escoger entre todas las alternativas y, por eso, buscan nuevas formas de definir cómo debe ser el cuidado, a la vez que reproducen aspectos de lo que hicieron con ellas cuando fueron niñas.

La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan el sexo de cada individuo. También, desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociadas a la búsqueda del placer sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo en la vida.

Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente de tipo instintivo. Sin embargo, hoy se sabe que también algunos mamíferos muy desarrollados, como los delfines o algunos pingüinos, presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye, además de homosexualidad, variantes de la masturbación y de la violación. La psicología moderna deduce, por tanto, que la sexualidad puede o debe ser aprendida.

SEXUALIDAD

La sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud se define como: Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.

Se propone que la sexualidad es un sistema de la vida humana que se compone de cuatro características, que significan sistemas dentro de un sistema. Éstas características interactúan entre sí y con otros sistemas en todos los niveles del conocimiento, en particular en los niveles biológico, psicológico y social.

Las cuatro características son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el sexo genético (genotipo) y físico (fenotipo). El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo.

La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales significativas.

La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente los sentimientos de maternidad y paternidad, además de las actitudes favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres.

Es importante notar que la sexualidad se desarrolla y expresa de diferentes maneras a lo largo de la vida de forma que la sexualidad de un infante no será la misma que la de un adolescente o un adulto. Cada etapa de la vida necesita conocimientos y experiencias específicos para su óptimo desarrollo. En este sentido, para los niños es importante conocer su cuerpo, sus propias sensaciones y aprender a cuidarlo. Un niño o una niña que puede nombrar las partes de su cuerpo (incluyendo el pene, el escroto o la vulva) y que ha aceptado que es parte de él, es más capaz de cuidarlo y defenderlo. También es importante para ellos conocer las diferencias y aprender que tanto los niños como las niñas son valiosos y pueden realizar actividades similares. En esta etapa aprenden a amar a sus figuras importantes primero (los padres, los hermanos) y a las personas que los rodean, pueden tener sus primeros enamoramientos infantiles (que son diferentes de los enamoramientos de los adolescentes) y también viven las primeras separaciones o pérdidas, aprenden a manejar el dolor ante éstas. En cuanto a la reproductividad, empiezan a aprender a cuidar de los más pequeños (pueden empezar con muñecos o mascotas) y van desarrollando su capacidad reproductiva. También tienen grandes dudas sobre su origen, generalmente las dudas que tienen con respecto a la relación sexual necesitan la aclaración del sentido amoroso y del deseo de tenerlo que tuvieron sus padres. Les resulta interesante el embarazo y el nacimiento en un sentido de conocer su propio origen. Sobre todo será importante indagar la pregunta y responderla al nivel de conocimiento de acuerdo a la edad del menor.

La sexualidad adulta contiene los cuatro elementos en una interacción constante. Por ejemplo, si una mujer se siente satisfecha y orgullosa de ser mujer, es probable que se sienta más libre de sentir placer y de buscarlo ella misma. Esto genera un ambiente de cercanía afectiva y sexual con la pareja y un clima de mayor confianza que a su vez repercute en las actividades personales o familiares que expresan la reproductividad. En realidad podríamos empezar por cualquiera de las características en estas repercusiones positivas o también negativas.

Cada una de las características presentará problemas muy específicos. Así, encontramos en el sexo, los problemas de homofobia, violencia contra la mujer, desigualdad sexual, etcétera. En la vinculación afectiva se encuentran las relaciones de amor/odio, la violencia en la pareja, los celos, el control de la pareja. El erotismo presentará problemas tales como disfunciones sexuales o las infecciones de transmisión sexual. En cuanto la reproductividad se observan desordenes de la fertilidad, violencia y maltrato infantil, abandono de los hijos, etc.

Al igual que muchos animales, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro. El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual.

La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es producto de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades, y no están gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en casi todos los animales. Sin embargo, el motor base de gran parte del comportamiento sexual humano siguen siendo los impulsos biológicos, aunque su forma y expresión dependen de la cultura y de elecciones personales; esto da lugar a una gama muy compleja de comportamientos sexuales. En muchas culturas, la mujer lleva el peso de la preservación de la especie.

Desde el punto de vista psicológico, la sexualidad es la manera de vivir la propia situación. Es un concepto amplio que abarca todo lo relacionado con la realidad sexual. Cada persona tiene su propio modo de vivir el hecho de ser mujer u hombre, su propia manera de situarse en el mundo, mostrándose tal y como es. La sexualidad incluye la identidad sexual y de género que constituyen la conciencia de ser una persona sexuada, con el significado que cada persona dé a este hecho.

La diversidad sexual nos indica que existen muchos modos de ser mujer u hombre, más allá de los rígidos estereotipos, siendo el resultado de la propia biografía, que se desarrolla en un contexto sociocultural. Hoy en día se utilizan las siglas GLTB (o LGTB) para designar al colectivo de Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales.

Partes: 1, 2
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