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Un apunte sociológico sobre la anorexia

Enviado por picarolider


Partes: 1, 2

    Indice1. Introducción 2. Factores socioculturales 3. Factores Individuales 4. Factores Familiares 5. Conclusiones 6. Bibliografía

    1. Introducción

    El clamor sociocultural de la delgadez ha penetrado como un ariete irresistible en las filas de la población femenina adolescente y joven de los países occidentales. El descontento con la imagen corporal de uno mismo afecta al 85% de la población joven femenina y al 40% de la masculina. Existen tres manifestaciones que afectan a la problemática alimenticia: el temor fóbico a aumentar de peso, la imagen corporal propia distorsionada y, como resultado, el sometimiento a una dieta severa, realización de ejercicios de forma convulsiva, alteraciones en la conducta social y otros, son los que constituyen los síntomas básicos de la Anorexia, una enfermedad, cuyos primeros relatos datan de la Edad Media y hasta hace pocas décadas compartía con otros trastornos, que afectan sobre todo a mujeres, la calificación de Enfermedad Misteriosa. La maravillosa historia de cuento de "Sissi Emperatriz" fue acuñada en nuestras mentes a golpe de bellas escenas protagonizadas por la angelical Romy Schneider. Todo era de ensueño, admirábamos y envidiábamos al personaje y su mundo. Sin embargo, muy pocos conocen las verdaderas vivencias que marcaron su trágica existencia. Esta es una historia de suntuosidad y decadencia, de palacios de cuento que se derrumban, de desequilibrios y fatalidades. Sissi fue una de las primeras mujeres en padecer una de las enfermedades que hasta hace poco creíamos de nuestro tiempo: La Anorexia. La preocupación por el tema de la belleza es algo que en alguna ocasión y de una manera u otra han padecido todas las mujeres. La cuestión es que, lo que en una época preocupaba tan solo a la juventud, hoy en cambio, es algo que permanece durante toda la vida. Sin embargo, una cosa es que haya inquietud y otra bien distinta que se convierta en un problema, y tememos que, al menos en nuestra generación sea más un problema que una inquietud. Es difícil poder explicar el origen de la Anorexia, debido a que dicho trastorno está provocado por múltiples factores, lo que significa que existe una combinación de causas sociales, individuales y familiares que desempeñan un papel importante en el desarrollo y mantenimiento, no solo de este trastorno sino de cualquier trastorno de la alimentación existente en la actualidad. Incluso más que considerarles como factores causales definidos y diferentes, lo mejor sería verles como factores que pueden hacer a una persona más vulnerable a desarrollar un trastorno alimenticio.

    Los trastornos alimentarios no afectan únicamente a la manera de comer, en realidad, se desarrollan como resultado de problemas en la percepción y en la forma en que una persona se ve a sí misma y en relación con su mundo, problemas que son causados por múltiples factores que se vuelven cíclicos y se realimentan a sí mismos. Algunas personas se sienten incapaces de enfrentarse con éxito a las tensiones y retos de la vida diaria y si además concurren ciertos factores precipitantes o situaciones de estrés, el sujeto vulnerable puede elegir el camino de "hacer dieta" como la Solución a los problemas que le afectan. A continuación, los efectos de la desnutrición y semiinanición agravan los problemas subyacentes y cronifican el problema de la alimentación. En resumen, una persona está predispuesta o es vulnerable al desarrollo de un trastorno alimentario como resultado de una combinación de factores (sociales, individuales y familiares). El trastorno alimenticio se precipita por algún acontecimiento estresante o en un momento preciso del ciclo vital y luego se perpetúa por muchos de los factores causales originales, junto a los efectos del trastorno alimentario en si mismo. A continuación abordaremos profundamente los factores precipitantes.

    2. Factores socioculturales

    Las Presiones Sociales Hacia La Delgadez Lo que se conoce como la "Segundo Ola del Feminismo", es decir, el movimiento feminista surgido en los Estados Unidos y Europa durante los años sesenta y setenta, se inspiró en los principios de la izquierda y fue compañero de viaje del movimiento hippy. No es extraño, por lo tanto, que dicho movimiento fuese enormemente beligerante con el Mito de la Belleza. A la libertad sexual de esa época se sumaron otro tipo de libertades y entre ellas, estaba la de liberar nuestro cuerpo de cualquier tipo de ataduras: eliminación de sostenes y fajas, vestidos amplios que no marcan las líneas del cuerpo, calzado cómodo, fuera maquillajes, etc. Los citados elementos no eran sino un testimonio de la opresión hacia la mujer, elementos hostiles a la libertad personal y ejemplo de represión El objetivo era llegar a ser lo más natural posible, ya que la naturalidad comportaba, además, la comodidad, por lo tanto…Veinte años después las cosas han cambiado mucho en nuestra sociedad y las feministas no han sido ajenas a ese cambio. Según Naomi Wolf: "actualmente un conjunto considerable de mujeres posee más medios económicos que nunca, mas oportunidades y más derechos legales, pero en lo que hace referencia al nivel de satisfacción con nuestro propio cuerpo, quizás nos sintamos peor que nuestras todavía no liberadas abuelas". Nuestras abuelas eran totalmente ajenas a esta inquietud. Entonces, y hasta hace bien poco, el atractivo físico de la mayor parte de las mujeres finalizaba al contraer matrimonio o con la maternidad, y el de las restantes con la menopausia. En nuestros días, afortunadamente, se han introducido nuevos elementos gracias a los cuales se ha producido una modificación sustancial en la percepción de nuestro cuerpo. En la actualidad, ni el propio matrimonio ni la maternidad o la menopausia suponen una limitación equiparable a la que existía en otros tiempos. Las mujeres nunca han tenido un nivel de bienestar semejante al que hoy disfrutan, y no cabe la menor duda que eso tiene su influjo en el tema que estamos abordando. En definitiva, vivimos la cultura del aspecto físico como nunca antes en la historia se ha vivido, con las consecuencias que ello produce en nuestra vida. Si hace veinte años, las feministas de la ideología izquierdista en general, lucharon en contra de conceder excesiva importancia a la presencia exterior, hoy, por el contrario, se puede afirmar que lo que prevalece es la apariencia física.

    Transcurridos veinte años… ¿estamos atrapados por el mito de la belleza?. Todos y todas conocemos cuales son las trampas que entraña el Mito de la Belleza, no obstante, conviene recordarlo constantemente:

    • Es Objetivo. El mito nos indica que la belleza es objetiva, que no se fundamenta en la subjetividad personal, sino en la imparcialidad y en la razón. En este ámbito no existe interés económico, ni ideológico, ni de ninguna otra especie. El mensaje tiene su base en la neutralidad.
    • Es Ahistórico. El mito actual no es algo que proviene de la moda, por el contrario siempre ha existido. Históricamente siempre se ha concebido mayor relevancia al cuerpo femenino que al masculino, de modo que la belleza ha sido considerada invariablemente como un atributo de la mujer. Sin embargo el modelo de belleza ha ido modificándose a través de la historia. – Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira.
    • El vinculo de la Belleza con la Sexualidad y con el Amor. En esta cuestión lo que nos vende el mito es que cuanto más bella tanto más atractiva seré sexualmente, cuanto más bella más fascinante.
    • El vinculo de la Belleza con la Salud. No cabe la menor duda de que los modelos de belleza actuales parecen más cercanos a la enfermedad que a la salud. Es el caso de la Anorexia. Y un nuevo dato: el 50% de las mujeres europeas sigue algún tipo de dita alimenticia sin consultar a su médico.
    • No tiene Edad. Nadie ignora que el cuerpo va cambiando con los años y que lo que en un periodo de vida era beneficioso en otro puede ser perjudicial. Todos y todas sabemos que con la edad…, los productos que nos venden para conservar la juventud no sirven de nada, sin embargo, el afán de prolongar la juventud viene de muy antiguo. No obstante, no debemos olvidar la fuerza que otorgamos a la industria que se mueve a su alrededor.

    Los Medios de Comunicación prometen que las mujeres con bajo peso y esbelta figura serán más felices, más sofisticadas, tendrán más éxito profesional y en las relaciones sociales y en general, vivirán mejor. Aunque es absurdo pensar que el éxito se asocie solamente a la delgadez, algunas mujeres a menudo se valoran a si mismas en función de la adecuación de su cuerpo a las normas sociales y no toman en cuenta sus capacidades, inteligencia o personalidad a la hora de valorarse como personas. La sociedad constantemente nos comunica que una de las más importantes funciones de la mujer consiste en tener un aspecto atractivo y los medios de comunicación lo perpetúan y refuerzan, haciéndonos creer que el cuerpo femenino o masculino expresan la esencia o la totalidad de las personas, es decir, que "de un simple vistazo podemos conocer totalmente a una persona". El atractivo de una mujer depende de su capacidad de mantener un aspecto juvenil, en especial, conseguir mantener una imagen corporal que recuerde el de una chica prepuber. En definitiva, resulta esencial que las mujeres aprendan a juzgarse por otros patrones de medida para que puedan mejorar su autoestima, porque la apariencia juvenil desaparecerá con los años y los cuerpos perderán su figura inevitablemente, mientras que las cualidades personales y la cultura siempre se pueden valorar y mejorar.

    Los Roles Sociales De Las Mujeres Hoy en día a las mujeres se les bombardea con el mensaje de que deberían convertirse en "supermujeres". Además de tener un cuerpo perfecto, deben alcanzar el éxito profesional, tener un matrimonio ideal y ser unas madres modélicas. Estos objetivos propuestos a través de los Medios Audiovisuales no son realistas: mujeres delgadas, saludables, sexys, bonitas y exitosas. Algunas mujeres llegan a pensar y desean tener todas estas cualidades y poder igualarse a estos prototipos de mujer moderna. Estos roles entran en ocasiones en conflicto con los nuevos roles de tener iniciativas y de ser capaces de satisfacer sus propias necesidades, provocando sentimientos de fracaso en algunas mujeres. Mientras los hombres tienden a culpar a los factores externos de los fracasos y se apropian de los éxitos, las mujeres tienden a culpabilizarse de los fracasos y atribuyen los éxitos a factores externos; quieren que sus cuerpos sean como los modelos irreales de los anuncios y se culpabilizan si no lo consiguen, dañando indudablemente su autoestima. Con toda esta presión para conseguirlo todo o la perfección, algunas mujeres llegan a sentir que sus vidas están fuera de su control, llegando, a veces, a pensar que el peso corporal es la única área que pueden controlar o incluso, piensan que si consiguen el cuerpo perfecto la profesión o la pareja ideal aparecen por si solas. Para otras, la dieta y los trastornos alimentarios pueden ser una salida o vía de escape de la rutina y preocupaciones cotidianas. La manipulación del peso y de su físico se convierte en una exclusiva ocupación, disminuyendo sus capacidades para enfrentarse a otros retos en la vida.

    Si estamos ante una enfermedad eminentemente femenina, reflexibamente llegamos a suponer que la subordinación de la mujer está detrás. Que los padecimientos de las mujeres, los modelos y las explicaciones de la realidad de los varones estarán en la génesis del trastorno. No están asociadas a la Anorexia ninguna estructura genital, ni dotación hormonal concretas, ni una determinada distribución corporal del tejido adiposo sexualmente específica… La Anorexia Nerviosa sí está asociada y mucho, prácticamente del todo, con el papel sexual, es decir, con el conjunto de comportamientos, cogniciones y sentimientos que son comunes a los individuos de un sexo dado en una comunidad dada, y que se adquieren merced al proceso de tipificación sexual. Es el medio social en que uno nace y se desarrolla quien decide el papel sexual que en líneas generales le acompañará a lo largo de toda su vida. Y el papel femenino dominante a estas alturas del siglo XX, entre muchas otras desventajas, y también ventajas, conlleva la susceptibilidad a contraer trastornos de la ingesta como el que estamos comentando. Es evidente que la mujer debe comer en público guardando unas formas que no son las mismas que se exigen a los varones. Comer mucho o incluso cantidades medianas de alimento, en presencia de otras personas, suele ser considerado vergonzoso o impropio de su condición si quien lo hace es una mujer. En el caso de los varones, puede y suele ocurrir lo contrario, la comilona no solo es aceptada, sino que suele ser exhibida.

    La forma corporal ideal también señala diferencias entre ambos sexos. En nuestra sociedad el cuerpo femenino ideal se enmarca dentro del patrón "tubular". El varón, por el contrario, aún no aceptando la obesidad, si persiste en perseguir un modelo de desarrollo corporal máximo, de significativo volumen muscular, con anchas espaldas, determinando una imagen general de potencia física, en cualquier caso siempre de tamaño y apariencia superior al de una mujer. Es obvio que nuestra cultura, dominada por los varones, requiere que las mujeres sean más delgadas en orden a limitar simbólicamente su poder. "La mujer, mucho más que el varón, tiende a identificarse ella misma con su cuerpo. Su cuerpo es mucho más autoimagen que en el hombre el suyo". La sociología del género encuentra en el trastorno de la Anorexia, un ejemplo idóneo. Pensamos en una afección que está definida, construida socialmente en una configuración cultural donde hay desigualdad a favor de los varones, que recoge en su diagnostico y atención clínica a casi exclusivamente mujeres y que consiste, básicamente, en estar obsesionado con la apariencia del propio cuerpo, o sea, con las señales externas de valía, así definidas en una sociedad asimétrica en las relaciones entre hombres y mujeres.

    La "Idealizacion" De Los Trastornos De La Alimentación Anorexia ¿Todavía no has dado con el régimen adecuado? Prueba con un desorden alimentario: su éxito es creciente (el 62% de jóvenes británicas padecen uno) y no habrá peso que te resista. Lo primero es sentirse deprimida y despreciable. Aprende a odiar tu cuerpo y convéncete de que estás gorda (aunque lo más probable es que no lo estés). Si has optado por la Anorexia Nerviosa, dedícate obsesivamente a hacer ejercicio, a tomar laxantes y a fumar, y sobre todo, no comas. Lo más probable es que tu peso disminuya en un 30%. Una mujer de 1.70 m de altura puede bajar a 28 Kg, por ejemplo. No olvides llevar ropa holgada: aunque tu cuerpo esquelético te parezca normal a los demás podría no parecérselo. ¿Y si decides volver a comer?. No es fácil. La Anorexia es prácticamente lo único sobre lo que ejerces cierto control. De hecho, incluso una terapia intensiva te proporciona una posibilidad entre tres de curación (y tienes el 15% de probabilidades de morir). Si no puedes permitirte la terapia (muchos seguros no la cubren), lo mejor será quizá salir de viaje: la Anorexia (corriente en las sociedades ricas, con abundancia de alimentos) es desconocida en tiempos de guerra o en los países pobres. La Anorexia no es nada fascinante, sin embargo, ha quedado asociada a chicas muy inteligentes, de clase social alta, elevados rendimientos académicos y perfeccionismo. En la medida en que en nuestra sociedad se valoran mucho algunos rasgos como el autocontrol, el perfeccionismo y la búsqueda del éxito, éstos han llegado a convertirse en aspectos característicos de algunas personas con trastornos alimentarios. Uno de los mitos que se ha ido desarrollando progresivamente sería el que éstos trastornos alimentarios sólo afectan a "chicas ricas", cuando en realidad, la Anorexia afecta a individuos de todo tipo de clases sociales, razas, edad y sexo. A través de esta imagen de algo excepcional y minoritario se crea la apariencia de que dichos problemas no son graves y se oculta su real implantación entre la población general. A menudo, la gente bromea diciendo que "No le importaría tener un poco de Anorexia", pero en realidad, no es un asunto para tomarlo a broma, porque las personas que padecen Anorexia se encuentran tan obsesionadas por los alimentos y el comer, que apenas les quedan energías para poder desempeñar su trabajo o desarrollar sus estudios. Estas personas que comenzaron sus dietas para ser más populares o más atractivas entre sus compañeros, debido a la naturaleza de los trastornos alimentarios (actitudes y creencias sobre los alimentos, el modo de comer, el temor intenso a engordar junto a los efectos psicofísicos del adelgazamiento excesivo) solo consiguen aislarse más socialmente y sentirse más descontentas consigo mismas.

    Desde la perspectiva de los expertos en la materia surgen dos Modelos principales: Striegel-More, proporciona una importancia básica al Modelo Cultural de Delgadez: "Para que sean consideradas atractivas, las mujeres han de ser percibidas como bellas, y en tanto que, ser delgada es condición central de la belleza femenina, las mujeres físicamente atractivas son percibidas como más femeninas que las que no lo son… Si pensamos ahora en la adolescencia, donde han de enfrentarse a aumentos de peso y grasa que son normales, situadas en el polo opuesto al modelo social, su autoestima decrece mucho". El otro Modelo podemos representarlo, por ejemplo, en Schutze: en él " el deseo generalizado propio de nuestro tiempo, de adelgazar" no es una causa básica sino un determinante de la dirección en que puede ir el conflicto psicológico central, en función de los rasgos de personalidad y las reacciones del entorno. Estamos hablando de Anorexia Restrictiva, y además puberal, la Anorexia más genuina, que tiene como elemento central, las dificultades del medio familiar y los conflictos del desarrollo puberal somático.

    En definitiva, tres Cuestiones al respecto: Estos conflictos del desarrollo están marcados por las exigencias cada vez mayores de la pubertad y la adolescencia en cuanto a su independencia, su identidad y unos factores adicionales, cada vez más agobiantes, del entorno no familiar, donde la "presión sexual" es cada vez más temprana, es decir, que incluso aquí, en la modalidad Anoréxica Puberal, está actuando la presión cultural-sexual. La gran masa de diferentes Anorexias tienen una relación causal muy directa con la presión a la delgadez. Por tanto, se consideran las Anorexias como fenómenos multifactoriales.

    Moraleja: La búsqueda de la delgadez nunca permite alcanzar una felicidad duradera, De hecho, los naturales objetivos humanos de alcanzar la felicidad y la satisfacción personal cada vez se hacen más lejanos, a medida que la persona se va hundiendo en su trastorno de la alimentación. Lo que hay que descubrir y estimular, no es tu trastorno de la alimentación sino las cosas que te permitan alcanzar tu objetivo de ser feliz. Necesitas aprender formas para conseguir la felicidad y darte cuenta que la búsqueda de la delgadez te cierra el camino hacia las cosas que quieres alcanzar.

    Los medios de comunicación y su influencia en los prejuicios contra la obesidad Si nos encontráramos en una sociedad que a lo largo de los siglos hubiera valorado la obesidad, posiblemente, sus representaciones, Venus, La Gioconda, etc., serían obesas, los Efebos griegos serían obesos, en definitiva, todos los modelos o musas que han inspirado a pintores y escultores serían obesos. No ha sido así, salvo algunas excepciones, como es el caso de Rubens, los cuerpos que nos ha cedido la historia plástica son generalmente proporcionados, sin volúmenes excesivos. ¿Eran en su época reflejo de la realidad?, seguramente no (en muchos casos la mayoría de la población sería bastante más delgada), pero aún cuando no eran reflejo de lo real, si eran reflejo de lo ideal. Sin duda la estética, basada fundamentalmente en la proporción, a marcado los cánones.

    La preocupación por la estética ha pertenecido siempre a las elites, pero se supone que siempre ha sido admirada por la mayoría. Eso no quiere decir que en Grecia la mayoría de la población aspirara a tener cuerpos como los de sus esculturas, quizá el cuerpo no tuviera entonces la importancia que le damos ahora. El problema de hoy es que aspiramos a ser una escultura, porque todos los días vemos esculturas (televisión, revistas, etc.) y además nos dicen que es más saludable ser así, incluso que es imprescindible ser así para vivir más y tener mejor calidad de vida, para gustar, para tener éxito, para tener amigas/os, etc. Indudablemente en los tiempos de auge de la civilización griega ninguno de estos condicionamientos existía. Hagamos unas reflexiones a continuación sobre algunos valores implantados con fuerza en nuestra sociedad actual.

    Cuatro Reflexiones: Respecto a la Valoración de la Belleza: La búsqueda del ideal parece una constante histórica, y queramos admitirlo o no, todos y todas estamos en ella. Respecto a la Valoración de los Medios de Difusión y Publicidad: Valoramos con exceso su fuerza y con frecuencia tiramos hacia ellos los balones, por tirarlos fuera, es más sencillo. Respecto a la Eficacia de Cualquier Solución: Si no se establecen la causas de un problema, difícilmente las acciones que emprendamos aportarán soluciones. Respecto a la Ferviente Fe en el Poder de la Alimentación: Han surgido doctrinas respecto a éste y a otros muchos aspectos relacionados con el cuerpo y la salud que están convirtiendo en manía colectiva el hacerse con la verdad sobre lo bueno y lo malo de lo que se ingiere. Para vender una colonia, un detergente, un coche o una enciclopedia analizaremos cual es el publico objetivo, como es, que le gusta, su edad, nivel cultural, etc. Las personas que protagonicen la campaña serán atractivas para este público, porque debemos conseguir que se identifiquen con estos/as protagonistas. Estas personas son generalmente delgadas, tienen buen tipo, son guapas o por lo menos resultan agradables físicamente.

    Son los estereotipos de la publicidad, que en muchos casos tanto perjudican en el camino de la igualdad, referida ésta sobre todo al papel de la mujer como guapa y solo guapa y por lo general, tonta. Pero si somos sinceros y sinceras, todos y todas queremos ser guapas/os – por lo menos lo suficiente como para gustar, agradar, ser admiradas/os. La publicidad persigue que los actores y actrices de los spot nos gusten, nos agraden (siempre que sea ese su papel en el spot). En el caso de la Anorexia dudamos que la publicidad sea causa, aunque lo es indirectamente, en la transmisión de valores en la época de desarrollo de niñas y jóvenes, y esto, a nuestro juicio, incide peligrosamente (por supuesto, junto a otros factores) en el proceso que lleva a muchas jóvenes a la Anorexia.

    Hay personas que son sin duda más frágiles ante las modas, las captan inmediatamente, ¿son gente menos formada, son jóvenes en el momento de mayor indefinición e inseguridad?. Este sería quizás el punto más importante a analizar porque, desde nuestra perspectiva , la publicidad al influenciar especialmente a los/as más jóvenes de la población puede contribuir – no a crear anoréxicas – pero si a bombardear su ya potencial predisposición hasta lograr su enganche, mediante alguna dieta que se publicita con insistencia. Píldoras, ¿No sería estupendo poder comer hasta la saciedad sin engordar ni un gramo?. ¡Pues ahora es posible!. Al parecer, esta gran píldora naranja elimina la mitad de cada gramo de grasa que digieres. Los medicamentos para suprimir el apetito (resto de píldoras) interceptan las señales cerebrales del hambre o te llenan de fibra. Pero prepárate a sufrir efectos secundarios: las píldoras para cortar el apetito pueden provocar insomnio, diarrea, problemas cardíacos, perdida de deseo sexual y la muerte. Aunque las modas las seguimos, en mayor o menor medida, todos y todas a grandes rasgos, no todos nos incorporamos a ellas por estar en la cresta de la aparente modernidad, sino que podemos seguirlas también por pasar desapercibidos/as. Es la pescadilla que se muerde la cola. La publicidad utiliza lo que está de moda, pero también lo pone de moda.

    Hay que distinguir, sin embargo, que si bien puede ponerse de moda un determinado producto con una campaña de publicidad, no veremos nunca que la publicidad implante una moda que lleve consigo un cambio de costumbres socialmente admitidas, o de ideas o de valores o de modelos sociales. Los medios de difusión, bien orquestados, pueden llegar más lejos que la publicidad, aunque precisamente sus opiniones contrastadas impiden que se orqueste un objetivo común de convencimiento social. Algo así ha ocurrido con la moda de la delgadez, pero también con las drogas y con el tabaco. ¿Podemos pedir a la publicidad que haga un esfuerzo a favor de romper el estereotipo físico?. A nuestro juicio tememos que no va a tener mucho eco, pero si se le puede pedir que incorpore modelos menos perfectos, que utilice gente más común o que investigue, por lo menos, si no cabe una mayor diversidad de modelos, sobre todo en relación a la mujer. Incluso, podemos afirmar que hemos avanzado algo, porque hasta hace muy poco tiempo, jamás se veía a una mujer entrada en años anunciando un producto ni tampoco presentando un telediario o un programa de televisión, parece que hoy en día, se empieza a admitir que las mujeres no nacen con 20 años y mueren con 25. Es evidente que la Discriminación contra los Obesos es uno de los prejuicios que todavía la sociedad actual aprueba y los medios de comunicación refuerzan. Si deseamos entender los trastornos alimentarios debemos comprender que la sociedad estigmatiza la obesidad, por tanto, si queremos combatirlos debemos hacer desaparecer dichos prejuicios.

    El mundo clandestino de los gordos es, de hecho, una subcultura en abierta ruptura con la sociedad es un estilo, una actitud. Existen cuatro Estereotipos comunes que son falsos y que perpetúan la Discriminación de las personas obesas:

    1. Los Gordos Comen Más que los No Obesos: En 19 de 20 estudios realizados hasta 1979, se demostró que las personas obesas comían lo mismo o menos que las no obesas, por tanto, estos datos contradicen la visión de que los sujetos obesos están más gordos porque comen más.
    2. Los Gordos tienen Más Problemas Psicológicos que los que No lo Son: Varios estudios han demostrado que las personas obesas no tienen más ni menos problemas emocionales que los delgados, incluso, no aparecían diferencias en personalidad o nivel de adaptación, a pesar de que los obesos debían enfrentar fuertes presiones sociales en su contra.
    3. La Obesidad Moderada se asocia a un Incremento de la Mortalidad y un Mayor Numero de Problemas de Salud: Algunos estudios han extrapolado a los individuos con una obesidad moderada los riesgos de la obesidad extrema para la salud. Sin embargo, el estudio de Framingham (U.S.A.) demostró que los mayores niveles de mortalidad se daban en las mujeres que se encontraban por debajo de su peso y la menor mortalidad aparecía entre las mujeres con un peso en un 10-20% superior a su peso medio. Aunque el hecho de estar por encima del peso medio se ha asociado a un incremento de la tensión arterial y de la mortalidad por causas cardiólogas, se especula que estos riesgos pueden ser consecuencia del ciclo de hacer dietas, perder peso y luego recuperarlo.
    4. El Tratamiento Dietético o el Régimen, a Largo Plazo, Resulta un Exito: Varios estudios que han seguido a sujetos que hacían régimen de adelgazamiento durante largos periodos de tiempo, han demostrado que la eficacia de las dietas a largo plazo puede calificarse, como mínimo, de muy pobre. Se ha calculado que solo un 5% de las personas obesas lograban mantener una perdida de peso de 10 Kg durante 2 años o más. Si las dietas "funcionan", ¿por qué siguen saliendo, cada mes, nuevos libros de dietas que son best-sellers en las ventas?, ¿por qué vuelven tantas veces los mismos clientes a los centros de adelgazamiento?. La mayoría de las personas consideran que esto se debe a una mala capacidad de autocontrol, creencia que indica un desconocimiento sobre la realidad de muchas dietas y solo sirve para mantener los sentimientos de baja autoestima entre las mujeres entorno a los temas del "control del peso".

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