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La sexualidad humana y su educación. Conceptualizaciones y relaciones necesarias (página 2)


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A pesar de existir en el centro donde se realiza esta investigación bibliografía que habla del tema, estar instalados los software educativos, la Enciclopedia Encarta y la existencia de algunos videos que tratan sobre la sexualidad, trabajos de investigación realizados, existen problemas actuales que se afrontan en la provincia, municipio y localidad en la esfera de la sexualidad, específicamente en la muestra escogida para la investigación, entre los que se encuentran:

  • La inmadurez psicológica de los jóvenes.

  • Pobre preparación de los jóvenes sobre temas relacionados con la sexualidad.

  • Insuficiente interdisciplinaridad (los temas de la sexualidad sólo se trabajan en la asignatura de Biología).

  • Autoritarismo, imposiciones y tabúes que impiden una comunicación entre los jóvenes y sus padres.

  • Relaciones sexuales precoces, promiscuidad, matrimonios precoces y embarazo (que ocasionan abandonos de estudio).

  • Insuficiente trabajo por parte de salud pública sobre este tema en la escuela.

Es importante resolver estos problemas ya que los jóvenes adquirirán los conocimientos necesarios para adquirir una conducta responsable ante la sexualidad y establecer la adecuada relación que debe materializarse entre esta y sus modos de actuación ante la sociedad, trasmitir sus experiencias , para el logro del objetivo deseado en correspondencia con la formación política, ideológica y los valores revolucionarios, sobre la base de los fundamentos de la escuela cubana y su didáctica en las condiciones educativas actuales.

Por lo tanto se revela la siguiente contradicción: Necesidad de que los jóvenes adquieran una conducta sexual responsable y la insuficiente preparación que manifiestan en la esfera de la sexualidad.

Desarrollo.

Con el decursar de los siglos en las sociedades clasistas patriarcales, y aún a pesar de las grandes transformaciones que ha traído consigo el decursar de la historia, la sexualidad ha sido formada tradicionalmente en la cultura del no, la prohibición, la represión, el miedo, el silencio, los sermones moralizantes y la incomunicación.

Por ello esta problemática ha sido una necesidad de resolver a nivel mundial, teniendo en cuenta según cifras establecidas que aproximadamente el 25 % de la población mundial, y de ella el 10 % de la cubana se ubican en las edades enmarcadas en la adolescencia que han adquirido la capacidad reproductiva, que suele ser manejada por muchos de ellos, en tanto no se les prepare lo suficiente para ser capaces de un adecuado ejercicio de sus nuevas potencialidades sexuales, sin correr riesgo innecesarios. Tal capacidad física no implica en modo alguno haber adquirido una capacidad psicológica y social par enfrentar una sexualidad responsable y feliz.

En las últimas décadas en América Latina, varios proyectos de Educación Sexual han impactado en sus escolares y su familia abriendo un horizonte que se ampliará en los próximos años. Las diferentes alternativas de los países latinoamericanos, auspiciados por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) tienen en común que priorizar la Educación Formal de los jóvenes. Sus componentes principales comprenden las acciones de Educación Sexual formal a estudiantes, y capacitar a docentes a través de acciones como la comunicación sexual que forma una tríada mutuamente complementaria.

En Cuba desde hace aproximadamente tres décadas se vienen desarrollando programas dirigidos a elevar los niveles de educación sexual y reproductiva de la población por parte de diferentes fuerzas sociales, como el Ministerio de Salud Pública, la Federación de Mujeres Cubanas, El Centro Nacional de Educación Sexual y el Ministerio de Educación, entre otras. Históricamente en se le ha conferido especial atención a esta materia, por ello desde la década del 60 fue un objetivo central de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) lograr una adecuada educación de la sexualidad desde edades tempranas.

Para ello convoca a los Ministros de Educación y Salud Pública, para la realización de diversas acciones de acuerdo con sus respectivos campos de acción, Las mujeres cubanas en 1959 crean una organización nacional de activismo voluntario que se identificaron rápidamente con la salud y la Educación Sexual de la población cubana. Desde la mitad de los años 70 en los Institutos superiores Pedagógicos se investigó las temáticas sobre sexualidad y se desarrollaron ciclos de conferencias a profesores y estudiantes.

En el Congreso Nacional de Educación y Cultura celebrado en 1971 se pasó balance a las experiencias surgidas en la primera década de la Revolución, trazó nuevos objetivos propiciando un sistema de orientación a la familia. Su eje consistía en las escuelas de padres y cumplimiento por la orientación psicológica y pedagógica a través de los medios de difusión el tratamiento del tema de sexualidad. En 1972 se crea el Grupo Nacional de Trabajo de Educación Sexual. En 1973 se introdujo contendido sobre sexualidad humana, en las asignaturas de Biología y sus textos. Las mismas se ampliaron con los sucesivos perfeccionamientos del plan de estudio.

En el primer Congreso del PCC fue aprobada la resolución sobre el pleno ejercicio de igualdad de la mujer que establece.

  • Desarrollar un plan educativo de los aspectos tendentes a lograr una educación integral a lo largo de todas las edades desde los círculos infantiles hasta las actuales generaciones.

  • Perfeccionar los métodos de formación de los jóvenes en los principios y valores de la sociedad que creamos, en las profundas concepciones ideológicas del marxismo–leninismo, entre ellas las referentes a la igualdad de la mujer y la valoración de toda su dignidad y belleza del papel de pareja humana.

  • Que la educación que debe impartirse en el hogar y en la escuela debe ser una educación sexual adecuada a cada etapa de la vida del niño, del adolescente y el joven.

Las tesis aprobadas en el Primer Congreso orientaron la política a seguir en el trabajo de la Educación Sexual, por lo cual éste recibió un fuerte impulso que se concretó en el Programa Cubano de Educación Sexual que precisó las tareas correspondientes a los Ministerios de Educación y Salud Pública, la FMC, y la UJC.

En su clausura Vilma Espín se refirió que cuando se habla de Educación Sexual no es hablar meramente de instrucción sexual, sino que hay que hablar de la preparación de los niños, de los adolescentes, para el matrimonio y la familia.

En 1977 se une al Poder Popular para dar atención a la salud sexual de niños y adolescentes, o sea, desde los años setenta y con mayor énfasis en el último quinquenio, el Ministerio de Educación viene desarrollando la educación sexual formal como parte del programa nacional en coordinación con el Centro Nacional de Educación Sexual, que demanda la preparación de los cuadros de dirección y del personal pedagógico conjuntamente con la elaboración de textos y medios didácticos, orientaciones metodológicas, materiales educativos dirigidos al estudiantado y familia, entre otros.

En el curso escolar 1977 y 1978 comenzó de una forma sistemática la educación sexual de los niños en la escuela a partir del tercer grado y a través de la asignatura del Mundo en que Vivimos. Conjuntamente con los nuevos programas comenzó la orientación a los padres en este sentido mediante cartas enviadas por el Ministro de Educación que son leídas en las reuniones de padres con hijos entre 10 y 14 años, entre las que se pueden citar.

  • ¿Cómo surgen realmente los niños?

  • . ¿Cómo llegan los espermatozoides al óvulo?

  • ¿Cómo interviene el padre en la reproducción?

En la década de los 80 se logró introducir contenidos de la educación sexual en el ciclo de formación pedagógica general. En el año 1990 se introduce la asignatura de Cívica en noveno grado donde se amplían la comprensión humana de la vida en familia y sexual. En 1990 se realiza una investigación denominada " Fenómeno de la prostitución cubana ", para detener los riesgos que corren los jóvenes para la salud. En el año 2002 se dispuso de materiales educativos para grupos de personas infectadas con el SIDA.

En 1994 en un evento de carácter internacional se enunciaron los siguientes derechos de la vida sexual.

– Derecho a una sexualidad plena y responsable.

-Derecho a la equidad de género.

-Derecho a una familia

-Derecho a la planificación familiar.

-Derecho a la salud sexual.

En 1996 producto de investigaciones realizadas se detectan los primeros casos de personas infectadas con el VIH y marcando un lento pero progresivo crecimiento en el año 2000.

En mayo de 1996 fue firmado un programa de colaboración entre el Ministerio de Educación (MINED), y el Fondo de Población de las Naciones Unidas que permitió la puesta en práctica de un proyecto de educación sexual encaminado en un 60% a las Secundarias Básicas. En Cuba, el (MINED) con la experiencia acumulada de más de 20 años, inició en 1996 el proyecto " Educación formal para una conducta sexual responsable que contribuye a la consolidadación del Programa Nacional y a la planificación sistemática de actividades a desarrollar en los cursos de superación integral, como parte de la política educacional del país encaminada a la formación integral de las nuevas generaciones.

El desarrollo del Proyecto desde el curso escolar 1996–1997 en provincias seleccionadas, tuvo logros progresivos que hicieron posible su ampliación a los diversos territorios del país. El equipo nacional de Dirección decidió realizar en 1998 una evaluación como parte de las acciones para dirigir la marcha del proyecto y determinar los resultados que se podían generalizar, por lo que se acuerda realizar en el 2001 la segunda evaluación nacional, que abarcó nuevos territorios.

En el año 2002 se dispuso de materiales educativos para grupos de personas infectadas con el SIDA. En el 2003 tuvo lugar en la Habana del 10 al 14 de marzo la Plenaria del XVI Congreso Mundial de Sexología, bajo el título: Salud Sexual y Reproductiva, una prioridad en la salud pública global. En la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo, Egipto, en 1994, se puso de manifiesto que los servicios de salud reproductiva utilizados hasta el momento habían descuidado en gran parte, los requerimientos de los jóvenes como grupo.

En esta ocasión se planteó la necesidad de basar todas las sociedades en la información que ayude a los jóvenes en la toma de decisiones certeras. Asimismo, exhortó a establecer programas que incluyan mecanismos de apoyo para la educación de la sexualidad en los jóvenes, así como la salud reproductiva, las ITS, la infección por el VIH y la prevención del SIDA. En la última década, en América Latina, varios proyectos de educación sexual han impactado en los escolares y sus familias, abriendo nuevos horizontes.

Se han realizado diversas investigaciones y estudios sobre la sexualidad, pero sin embargo se demuestra que los resultados alcanzados distan aún de las aspiraciones y anhelos de la sociedad cubana, los trabajos que se realizan hablan ampliamente de la educación sexual, pero aportan pobre información sobre la educación de la sexualidad, estos trabajos no se apoyan en las nuevas tecnologías. Por lo que es necesario investigar en este sentido, porque se considera que proponiendo un sistema de actividades para fortalecer la educación sexual en los estudiantes del cuarto semestre se pueden mejorar los problemas que existen sobre sexualidad.

Servirá de material de apoyo al profesor en la preparación de sus clases, y el empleo por parte de los estudiantes para prepararse sobre el tema, y estará a disposición de la comunidad a través de escuelas de padres, y otras actividades, de ahí la importancia que la autora le concede a esta investigación.

El estudio de la sexualidad humana a lo largo de todas las épocas, ha despertado gran interés, lo que no siempre se ha abordado desde un enfoque sistémico integral, que permita su análisis desde diferentes aristas (psicológicas, pedagógica, biológica, higiénico, social), trayendo consigo serias limitaciones.

Teniendo en cuenta lo antes expuesto, al emprender la elaboración de un sistema de actividades para la educación de la sexualidad de los estudiantes de la FOC, esto se ha tenido en consideración de conjunto con la definición de cuatro ideas básicas que expresan la orientación predominante que deberá seguirse en el desarrollo de este proceso.

La determinación de estas ideas fue el resultado de un profundo análisis de la situación actual de esta esfera educativa, así como de los fundamentos de orden sociológico, psicológico, epistemológico y pedagógico. Las ideas básicas son:

  •  1. La sexualidad es una esfera de la personalidad, que necesita ser educada acorde a las características individuales y a las necesidades sociales en todas las edades de la vida; pero en la juventud cobra una significación y relevancia vital su educación.

  •  2. La educación de la sexualidad exige en su concepción de nuevas fórmulas, más libres, flexibles y justas basadas en el enfoque humanista crítico que se materializa en una educación sexual alternativa y participativa que respeta la diversidad sexual y promueve la equidad de géneros.

  •  3. Las actividades extradocentes constituyen un espacio educativo importante para la educación de la sexualidad, pues cuentan con una estructura e identidad propia que amplía su función educativa, que no las restringe a su función complementaria de la actividad docente, sino desde una visión potenciadora de ese vínculo (actividad docente-actividad extradocente).

  •  4. La educación de la sexualidad requiere en su instrumentación de métodos y procedimientos atractivos, dinámicos, motivantes que propicien la realización de un proceso desarrollador conducente a la construcción de conocimientos social e individualmente válidos para el joven, basado en la problematización, reflexión y vivenciación.

Al analizar la primera de estas ideas básicas, se requiere del estudio de conceptualizaciones necesarias como sexualidad, personalidad y educación, en el marco de su esencia y de las relaciones que se establecen entre ellas, a partir de sus características, posiciones e importancia de esta en el sistema de la personalidad.

En el establecimiento de la relación sexualidad – personalidad, se hace necesario la diferenciación entre los conceptos sexo y sexualidad. Cuando se habla de sexo se refiere de forma específica a las características biológicas y físicas que identifican a un individuo como femenino o masculino en el momento del nacimiento, las que le confieren determinadas funciones ante el otro sexo, especialmente en el acto sexual y en la reproducción.

La definición anterior es válida no solamente para la especie humana, sino también para los animales, pues todo espécimen perteneciente a un sexo es un ser biológicamente sexuado. Sin embargo, solo los sexos de la especie humana (hombre y mujer) pueden llegar a convertirse en seres psicológicamente sexuados, al desarrollar formas de conductas, comportamientos y relaciones sociales con este mismo carácter (sexuado), acorde a las normas y exigencias que la sociedad de su época impone para cada sexo.

Visto así, se coincide con el análisis realizado por Beatriz Castellanos en su tesis doctoral (1994:24), al plantear que:

".la sexualidad, es entonces un aspecto propiamente psicológico de la vida sexual, donde se conjugan procesos, prioridades y formaciones psíquicas que están en la base del establecimiento de formas de conducta y de relación social interpersonal y que en el transcurso de su desarrollo, adquiere el carácter de fenómeno personológico, de manifestación vital de la personalidad. De este modo, se asume que existe una relación orgánica e indisoluble entre sexualidad y personalidad".

En esta relación orgánica e indisoluble entre sexualidad y personalidad es preciso tener en cuenta la posición e importancia que ocupa la sexualidad dentro del sistema de la personalidad, y que esta a su vez se sustenta en la concepción que se asuma acerca de la personalidad, de los factores que la determinan, y de las fuerzas motrices que intervienen en su formación y desarrollo.

A partir de estas consideraciones, se comparte el criterio dado por Fernando González Rey (1995:19), al definir la personalidad como

".una organización estable y sistémica de los contenidos y funciones psicológicos que caracterizan la expresión integral del sujeto en su funciones reguladora y autorreguladora del comportamiento"

Y al considerar la sexualidad como:

".el conjunto de fenómenos y procesos de la vida psicosexual que se encuentran orgánica y funcionalmente integrados al sistema general de la personalidad" (Ruiz, X., 1996:12).

Independientemente de que cada persona experimenta y manifiesta la sexualidad de forma individual, única e irrepetible, a partir de sus sentimientos, actitudes, valores y convicciones con relación a ella, esta no debe ser caracterizada considerando únicamente las experiencias individuales, sino también la influencia de los factores sociales y fundamentalmente la que ejerce la cultura del medio en que se desenvuelve el ser humano.

La comprensión de la necesidad e importancia de la educación de la sexualidad viene dada desde la concepción filosófica que se asuma, en este caso, la filosofía materialista dialéctico histórica respecto al propio proceso educativo en su sentido más amplio (proceso de formación de la personalidad) al concebir esta como un fenómeno eminentemente social que le posibilita al ser humano apropiarse de toda la experiencia cultural anterior, al mismo tiempo que lo prepara para vivir y desarrollarse acorde al progreso social de su tiempo.

La teoría histórico cultural del desarrollo humano concibe al sujeto como un ser social que a partir de sus condiciones biológicas se desarrolla integralmente, en las relaciones que establece con los demás y le permite apropiarse de forma activa del conjunto de conocimientos, actitudes, valores e ideales que forman parte de la cultura de la sociedad en que vive y al mismo tiempo, se autodesarrolla, ya que transforma y enriquece la herencia socio cultural, lo que constituye su aporte o legado para nuevas generaciones.

El carácter activo de los procesos psíquicos, en función de la práctica educativa y del aprendizaje en particular, se expresa en la relación dialéctica de dos niveles evolutivos de desarrollo, el nivel de desarrollo real o efectivo, dado por las capacidades reales que tienen los escolares para apropiarse de todo el acervo socio-histórico-cultural necesario y se representa en el conocimiento que ya se asimiló y se puede utilizar de forma independiente; y el nivel de desarrollo potencial, dado en las potencialidades que tienen éstos aún por desarrollar, en el proceso de apropiación, que para ellos requiere de ciertos niveles de ayuda por parte de las personas (maestros), padres, coetáneos) con los que se relaciona.

La distancia que media entre estos dos niveles evolutivos de desarrollo es a la que Vigotski denomina "Zona de Desarrollo Próximo", lo cual debe ser aspecto de consideración permanente por todos los implicados en la dirección del desarrollo psíquico de los alumnos como elemento esencial de la formación de la personalidad.

Se puede apreciar que la teoría histórico-cultural tiene una raíz profundamente humanista y precisamente en el contexto social actual se percibe la necesidad de priorizar la consideración de un enfoque verdaderamente humanista para la educación de la sexualidad y la personalidad.

El proceso educativo de la sexualidad desde esta óptica, adquiere un carácter profundamente humano, personalizado, democrático y contextualizado, en el que se combinan las necesidades personales y sociales, lo que permite capacitar a las personas independientemente de su sexo, para crecer con libertad y responsabilidad en todas las dimensiones de su vida (individual, pareja, familia y social).

De acuerdo a los rasgos y características, A. González y B. Castellanos (2003:161) definen a la Educación Sexual desde un enfoque Alternativo y Participativo:

".como el proceso activo que potencia al individuo para el encuentro libre, pleno y responsable con el otro sexo y con la propia sexualidad, en correspondencia con sus necesidades y la del contexto, garantizando el protagonismo y la capacidad de elegir los límites personales de la sexualidad, así como el respeto a la de las personas con que se relaciona".

La anterior conceptualización se asume en este trabajo, al considerarla como la más completa, abarcadora e integral de las cualidades y relaciones, que deben distinguir y manifestarse en el proceso educativo de la sexualidad en particular y de la personalidad en general, al enfatizar en el fomento de relaciones positivas entre ambos sexos en correspondencia con los principios morales de la sociedad basados en la igualdad, el respeto, la ayuda mutua, así como en el desarrollo en el individuo de actitudes, valores, convicciones y conocimientos que le permitan comprender su sexualidad como parte y expresión de su personalidad. Al hecho de asumir esta definición se arriba a partir del análisis conceptual realizado en diferentes bibliografías.

Tal es así, que respecto a la educación de la sexualidad o educación sexual (término más empleado), existen diferentes concepciones, que aunque todas tienen un alto valor, no es posible apreciar en sus definiciones, de forma integral la unidad entre lo biológico, lo psicológico y lo social, entre lo social y lo individual, entre lo cognitivo y lo afectivo y la relación entre libertad y responsabilidad en una misma concepción. Por lo general está presente una u otra, lo que afecta la visión educativa integral que esta esfera de la personalidad necesita.

En este sentido Reneé Behar de Huino (1992:20) en un evento en Argentina planteó:

"La educación sexual se inscribe en el marco de la educación permanente en un concepto integral del hombre en el que lo biológico, lo afectivo y lo social interactúan simbióticamente"

Una muestra del análisis anterior, se encuentra en conceptualizaciones como las siguientes, en las que se expresa claramente la intención social de ver la educación sexual como un proceso de capacitación, de preparación para la vida, pero no explícita el cómo lograrlo, ni bajo que requerimientos:

  • "Proceso de preparación de las nuevas generaciones para el amor, el matrimonio y la familia" (GNTES., 1988: 32).

  • "Proceso de preparación de las nuevas generaciones para el encuentro con el otro sexo y la propia sexualidad, en correspondencia con los intereses y exigencias del individuo y la sociedad socialista". (González. A y B. Castellanos., 1988: 47)

Otras definiciones abordan con mayor énfasis la educación de la sexualidad desde una perspectiva individual, como por ejemplo:

  • "Proceso educativo permanente que permite educar la sexualidad de manera que el individuo pueda vivirla positivamente con responsabilidad y de manera plena". (Durán, A., 1990: 33).

  • "Proceso cuyo objetivo básico es posibilitar que cada persona viva su sexualidad de forma sana, feliz y responsable" (Harimaguada., 1992: 33).

Además del análisis conceptual realizado, se precisa entonces, la necesidad de considerar otros requerimientos en el marco del proceso de educación de la sexualidad, por ejemplo, ésta no se debe brindar solamente para llegar a la relación íntima de pareja (coito), sino que esta debe basarse en el amor, el respeto, el cultivo de los sentimientos, la formación de valores éticos y morales, integrada a dos aspectos esenciales, el carácter instructivo y el educativo:

".ya que la información, cuando no se vincula con lo afectivo y no se expresa en el comportamiento, representa una carga muerta y formal, ajena a la personalidad…" (González y B. Castellanos., 2003:171)

A partir de estos elementos se concibe a la actividad extradocente como un espacio que posibilita el desarrollo de estos valores.

Dentro del proceso de educación de la personalidad, la educación de la sexualidad cuenta con identidad propia, pues independientemente de que se encuentra estrechamente relacionada con la educación moral, no deben identificarse como similares u homólogas, ni diluir a la sexualidad dentro de la moral, ya que esta última,

".consiste en un complejo de principios que rigen la conducta personal, estableciendo modelos de comportamiento y ordenando la convivencia social" (Di Tella.T., 1989: 407)

Es decir,

".la educación moral abarca la conducta del hombre, sus actitudes y sentimientos ante la vida, la sociedad, la naturaleza, el trabajo, el estudio,…" (MINED., 1984:98)

Esto se debe a que aún en el campo de la Pedagogía, existen especialistas que enfocan la educación de la sexualidad como una esfera indiferenciada, diluyendo la educación de la sexualidad dentro de educación moral, al considerar que la educación moral contempla como una de sus aristas fundamentales las actitudes que asume el individuo hacia determinados aspectos de la vida, como por ejemplo, la actitud que asume hacia la relación de pareja, hacia la familia, hacia las amistades, etc., concibiendo así que estas, contienen a la sexualidad, aspectos entre los que innegablemente existen vínculos (fundamentalmente en función de la formación de valores éticos en la personalidad), sin embargo no tienen en cuenta que la educación de la sexualidad conforma un sistema que a su vez se integra al sistema más amplio y general del proceso educativo.

A partir de la amplia experiencia teórica investigativa adquirida en el campo de la educación de la sexualidad, ha quedado demostrada la necesidad de que esta tenga sus propias vías de acción, que desarrollen sus métodos, principios y tareas particulares, que garanticen su plena efectividad, dirigiéndola a la formación y desarrollo de la esfera psicosexual de manera directa, sin dejar de considerar su influencia indirecta en coordinación con otras esferas educativas. Por lo que ambos enfoques de actuación se complementan.

En tanto, en la sociedad que se construye hoy en Cuba, la intención es que el amor sea el elemento que determine la moral sexual y familiar, libre de ataduras socioeconómicas, religiosas, como base del establecimiento de relaciones armónicas y enriquecedoras entre hombres y mujeres con vistas al logro de la igualdad y equidad entre ellos y ellas, y el disfrute de una sexualidad libre, plena, feliz y responsable, lo que corrobora el planteamiento de Monika Krausse "según la moral sexual en nuestra sociedad la sexualidad constituye fuente de felicidad y placer para la pareja humana" (Krausse. M., 1988:9), o sea, que en esta moral sexual se amplía el espectro respecto a las funciones de la sexualidad, al no verla solo como vía de perpetuar la especie mediante la reproducción, sino, también como fuente de afecto, comunicación y placer.

También resulta indispensable tener en cuenta, que los conocimientos acerca de la sexualidad humana se ofrezcan de acuerdo con las características propias de cada edad, con cientificidad y sistematicidad, lo que presupone que las distintas agencias educativas (familia, escuela, comunidad, la sociedad en general) influyen con la suficiente y necesaria preparación y responsabilidad consciente al respecto, pues como dijera Makarenko A. (1977:88)

".la educación de la sexualidad como la educación en general del individuo recaba la participación de la sociedad en su conjunto".

Sin dudas dentro de las agencias educativas la escuela juega un papel determinante, ya que asume la educación de la sexualidad como una tarea eminentemente pedagógica, de conjunto con la participación de otros especialistas, como médicos, psicólogos, entre otros.

En su rol mediador entre la sociedad y el individuo la escuela, debe responsabilizarse con la dirección científica del desarrollo de todas las esferas de la personalidad, (incluyendo la sexualidad), sino también con la orientación de la familia y la articulación de las fuerzas sociales de la comunidad en este sentido, en función de contrarrestar los efectos de la influencia de modelos rígidos, esquemáticos impregnados de un fuerte carácter sexista tanto en la educación familiar como escolar, que se arrastran como consecuencias de las sociedades patriarcales tradicionales que dictan los roles que deben asumir cada sexo.

No obstante a la claridad que existe, en cuanto a la función socio educativa de la escuela como encargada fundamental de transmitir y reproducir los conocimientos, conductas y valores de la sociedad, aún en ella subsiste la reproducción de determinados estereotipos sexuales a pesar de los esfuerzos que se hacen en el campo de la educación de la sexualidad por desarraigar estos males, que se manifiestan de forma más o menos oculta y consciente, en las actividades que se organizan y conciben, tanto docentes como extradocentes, en el lenguaje que se emplea, y hasta en los libros de textos de las asignaturas del currículo, según informa una investigación realizada por un colectivo de autores de la Universidad Pedagógica "Enrique J. Varona" en 1994.

Ante esta situación se impone la sensibilización y concientización de la necesidad de transformar la escuela con sus educadores y sus diferentes formas organizativas, en función de educar la sexualidad de las nuevas generaciones sustentada en la búsqueda de alternativas educativas que promuevan la equidad de géneros y el respeto a la diversidad sexual.

CONCLUSIONES

  • En la determinación de los fundamentos teóricos y metodológicos del tema de investigación se precisa que éstos están sustentados en principios, leyes y conceptos de la filosofía de la educación, en la sociología de orientación marxista-leninista, martiana y fidelista, en la pedagogía socialista que tiene en consideración la formación integral de la personalidad del individuo

  • Los análisis teóricos y empíricos desarrollados han permitido realizar el diagnóstico del estado del problema investigado e identificar que no se ha realizado un trabajo sistemático, profundo y coherente por parte de los profesores de la asignatura Biología General, que contribuya a fortalecer la educación sexual en los estudiantes, lo que se evidencia en la diferencia entre el número de estudiantes ubicados en el nivel alto de fortalecimiento de la educación sexual y el número significativamente mayor de estudiantes ubicados en el resto de los niveles (medio y bajo).

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Autor:

MSc. Mayli Hernández Cuadrado.

Lic. Nancy Raquel Ruiz Rodríguez.

Enviado por:

José González Saavedra

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