Caracterización de la población adulto mayor en un Consultorio de Ciudad Habana (página 2)
Enviado por Gabriel Rodr�guez P�rez de Agreda
Modificaciones en la composición y propiedades de las membranas; las membranas de células viejas presenta una menor proporción de ácidos grasos con múltiples dobles enlaces en sus lípidos constituyentes, lo cual altera sus propiedades físicas. Igualmente se ha observado alteraciones en el número de receptores hormonales de las membranas, casi siempre por disminución.
Acumulación de sustancias, entre las cuales sobresale el pigmento fluorescente lipofuscina, mientras mayor cantidad de este tenga la célula, más vieja es. Se considera que la deposición de dicho pigmento es consecuencia de la senectud, y no viceversa. 2,3,4,5
La variedad de las modificaciones expuestas da una idea de la complejidad del proceso de envejecimiento. No obstante, es importante recalcar que estos cambios no son independientes entre sí, sino que pueden estar asociados, o ser unos consecuencias de los otros. Sin embargo, al menos desde el punto de vista teórico, debe considerarse que los cambios iniciales se localizan en el material genético o en las proteínas.
Igualmente se han elaborado diversas hipótesis sobre los mecanismos de envejecimiento que dan lugar a la aparición de las características expuestas anteriormente, muchas de ellas tienen su base en los mecanismos del flujo de información en la célula. Unas plantean la acumulación progresiva de errores, otras, agotamiento de genes, acortamiento progresivo de los telómeros, lo cual llega a interferir en la división celular, y por último se plantea la hipótesis de programación genética del envejecimiento.2,3
Lo cierto es que todo este proceso hace que la función fisiológica de muchos órganos y sistemas tienda a declinar con la edad. Algunos de estos cambios pueden no tener significado clínico mientras el organismo esté en reposo, y tener una repercusión importante ante situaciones de estrés, enfermedad, ejercicio, o administración de fármacos.
Todo lo anteriormente referido, cobra especial trascendencia de los 60 años en adelante. A su vez, dichas edades, determinan la inclusión de las personas que las presenten en el grupo de Adulto Mayor; siendo característicos en ellos los siguientes cambios:
Sistema endocrino: hay un aumento de células cromófobas hipofisarias, tendencia a la aparición de microadenomas en hipófisis, tiroides y suprarrenales, pérdida progresiva de tejido glandular sustituido por áreas de fibrosis (tiroides, suprarrenales, gónadas), pérdida de islotes de Langerhans pancreáticos, sustituidos por otros en número menor pero de mayor tamaño, y pérdida de receptores. Se produce por lo tanto una alteración de la tolerancia a la glucosa, aumentan los valores séricos de noradrenalina, vasopresina e insulina, mientras disminuyen los de estrógenos, aldosterona y andrógenos; también hay un descenso en la conversión de T4 en T3.
Aparato respiratorio: hay una calcificación de los cartílagos traqueales, disminución del número y actividad de los cilios, aumento en número y tamaño de las glándulas mucosas bronquiales, aumento del volumen residual y del "espacio muerto", pérdida del "resorte elástico" y de la elasticidad pulmonar, reorganización de la arquitectura alveolar con aplanamiento de los alvéolos y pérdida de superficie interna del pulmón. Pérdidas en el aparato de sostén (vértebras, discos, cartílagos costales y musculatura auxiliar). Por lo tanto hay un aumento del volumen residual, disminuyendo la capacidad vital en 20 a 25 ml/ por año a partir de los 25 a 30 años. Hay una disminución del flujo respiratorio máximo en el primer segundo, a razón de 25 a 30 ml/ año. Hay una disminución de la respuesta a la hipoxia, e hipercapnia, probablemente a causa de una disminución en la respuesta de los barroreceptores centrales y periféricos.
Sistema cardiovascular: hay un enlentecimiento del llenado diastólico precoz, aumento del llenado diastólico tardío, se mantiene el volumen diastólico final. Hay un incremento de las resistencias periféricas, así como una disminución de la capacidad de respuesta a la modulación beta-adrenérgica. Ante el esfuerzo, el aumento de la frecuencia cardiaca es menor que en el joven.
Aparato digestivo: hay una menor producción de saliva, pérdidas frecuentes de piezas dentarias, tendencia a la atrofia y a la desdiferenciación funcional de toda la mucosa gastrointestinal. Hay zonas de gastritis atrófica, reducción del número de glándulas mucosas y tendencia a la aparición de divertículos. Hay mayor incontinencia del esfínter esofágico inferior; hay un descenso de la secreción ácida y de pepsina; enlentecimiento del tránsito intestinal, y disminución en el hígado de la síntesis de proteína.
Sistema nervioso: pérdida de peso del cerebro (10% entre los 20 y 90 años), aumento del tamaño de los surcos interhemisféricos y de los ventrículos cerebrales, fibrosis, calcificación y osificación de las meninges; pérdida irreversible de neuronas, fenómenos de neuroplasticidad (neoconexiones dentríticas), cambios en la membrana plasmática neuronal, aumento progresivo de "hallazgos problema": cuerpos de Lewy, ovillos neurofibrilares, placas seniles, degeneración gránulo-vacuolar, distrofia neuroaxonal. Disminuye la habilidad para procesar nueva información. Hay una disminución de la memoria sensorial y de fijación, pero no se altera la de evocación.
Sistema nefrourológico: hay una reducción en el volumen y peso del riñón, despoblación nefronal progresiva, más acusada en la cortical, reducción progresiva de la superficie de filtración de la membrana basal glomerular, aumento de tejido mesangial, aparición de microdivertículos en la porción distal del túbulo, pérdidas en el tono muscular vesical, trabeculación de la mucosa vesical y pérdida de su elasticidad. Aumento progresivo del tamaño de la próstata, con pérdida del tejido noble e hiperplasia glandular. Disminución del flujo sanguíneo renal en un 10% cada 10 años. Disminuye la capacidad de concentrar la orina, así como la de excreción o conservación de sodio. Disminuye la capacidad para posponer la micción, habiendo una mayor prevalencia de las contracciones involuntarias del músculo detrusor.
Sistema hematopoyético: hay reducción a un tercio de la superficie medular activa entre los 20 y los 70 años. Mayor segmentación nuclear y granulación citoplasmática de los leucocitos. Disminución del tejido hematopoyético, con descenso de la actividad de la médula ósea. Los parámetros hematológicos no cambian; si se ha observado un aumento de la fragilidad osmótica de los hematíes.
Sistema ostimioarticular: se produce una pérdida de masa ósea, con tendencia a la osteoporosis. El cartílago articular tiene menor elasticidad, con una superficie más fina y friable. Aparición de pequeños desgarros (fibrilaciones). Pérdida de viscosidad del líquido sinovial. Aumento de la actividad osteoclástica y disminución de la osteoblástica, lo que trae como resultado una pérdida de masa ósea. Hay una reducción de la masa corporal magra, sobre todo a expensas del musculoesquelético. Aparece o se arrecia la sarcopenia, disminución gradual de masa muscular y la fuerza. Haya una mayor rigidez de los tendones, con pérdida de su contenido hídrico. También hay una degeneración y disminución del espacio intervertebral.
Piel y tejido conjuntivo: tendencia a la atrofia con pérdida de elasticidad, aparición de manchas, sequedad progresiva y en ocasiones aparece prurito. Hay una disminución del recambio epidérmico y de la irrigación sanguínea dérmica; igualmente, hay una pérdida y adelgazamiento de la unión dermoepidérmica. Se atrofian las glándulas sudoríparas, por lo que hay una disminución de la sudación; aparecen arrugas, encanamiento del pelo y alopecias. Se produce un retraso en la cicatrización.
Órganos de los sentidos: en la visión hay una tendencia a la miosis, con disminución de la reacción pupilar a la luz; hay un engrosamiento del cristalino, disminución de la acomodación y aparición de la presbicia; igualmente disminuye la sensibilidad a los colores y la capacidad de adaptación a la oscuridad y a la luz; en la córnea puede aparecer un anillo periférico de depósitos de lípidos. En cuanto a la audición podemos decir que hay una pérdida de la elasticidad de la membrana timpánica, cambios degenerativos en las superficies auriculares de los huesecilllos del oído medio; hay también, atrofia de células cocleares y descenso de neuronas auditivas, por lo que hay una mayor incidencia de la presbiacusia; disminuye la sensibilidad ante frecuencias altas.1,6,7,8
Por otra parte, se debe tener en cuenta que en estas edades también se producen modificaciones en el orden psíquico; el enlentecimiento de los procesos de aprendizaje, altera la retención y comprensión; hay deterioro de la memoria reciente, como ya se había dicho; disminuye la atención, el deseo sexual; pude haber desinterés por la vida, debido a la pérdida de seres queridos u otros sucesos; igualmente, pueden predominar los sentimiento de soledad, abandono y tristeza, así como una marcada irritabilidad. Es importante recalcar que estos aspectos no tienen el mismo comportamiento en todas las personas, pues el hecho de que un sujeto se adapte al proceso de envejecimiento depende mucho de la personalidad que éste ha desarrollado en etapas anteriores. Se plantea que "se envejece tal como se ha vivido". 9,10
Igualmente, existen indicadores que influyen o determinan en gran medida, la percepción, por parte de los ancianos, de su calidad de vida, entre ellos, los más importantes son:
Vulnerabilidad: aumenta en el envejecimiento por dos razones, una mayor probabilidad de incapacidad física y mental en estas edades; pudiendo influir, también la disminución de los ingresos monetarios, para la satisfacción de las necesidades básicas.
Dependencia: ha sido operativizada en relación a la necesidad de ayuda que tienen los ancianos, para la realización de las actividades diarias, tanto de las básicas (levantarse, bañarse, vestirse, ir al baño, comer), como las instrumentadas (realizar tareas domésticas, pasear).
Autoestima: es conceptualizado como la figura central de la salud mental, como una característica de madurez, realización personal y funcionamiento óptimo. Existen hallazgos empíricos que demuestran que la autoestima decrece con la edad. Puede considerarse, como el eje de la calidad de vida de los ancianos. 11,12
Basándose en lo anteriormente expuesto, se puede constatar que las personas mayores presentan unas necesidades sanitarias cualitativamente diferentes. En ellos coexisten un promedio de seis enfermedades, aunque el médico que lo atiende puede no ser consciente de la mitad de ellas. Por lo tanto, el cuidado de las personas mayores con múltiples trastornos requiere una gran habilidad diagnóstica, analítica, sintética e interpersonal. Con frecuencia la familiarización del médico con la conducta y la historia del paciente, (incluyendo su estado mental) es la base del reconocimiento precoz de un trastorno, que permite tomar decisiones que reporten ganancias en el sector de la salud, tratando en gran medida de evitar la hospitalización, ya que representa un riesgo para estos pacientes debido al confinamiento, la exposición agentes biológicos nosocomiales más resistentes a los fármacos, las pruebas diagnósticas y los tratamientos. Los pacientes ancianos hospitalizados con frecuencia experimentan confusión nocturna ("ocaso"), caídas, fracturas sin traumatismo identificable, lesiones por decúbito, incontinencia urinaria, impactación fecal y retención urinaria.
Todas estas recomendaciones están recogidas en los conceptos de la Geriatría, cuyas bases se desarrollaron en el Reino Unido durante la segunda mitad del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando un grupo de médicos propusieron una asistencia sanitaria para los ancianos de la misma calidad que para los adultos más jóvenes. En aquellos años existía la idea de que la vejez y la enfermedad eran conceptos sinónimos y que no había expectativas preventivas ni terapéuticas para los ancianos enfermos, y en consecuencia, se producía un inadecuado manejo de sus enfermedades agudas y muchos problemas se veían cronificados, aparecían complicaciones como la pérdida de la movilidad, la confusión mental o la incontinencia que se atribuían equivocadamente a la propia edad de los pacientes en lugar de a una falta del tratamiento adecuado en el momento oportuno. 8,9,13
Los primeros geriatras surgen en los hospitales de larga estancia de los años cuarenta y comienzan a comprobar cómo muchos de sus pacientes, a los que llamaban "ancianos enfermos crónicos" , eran capaces no sólo de mejorar sino también de recuperar la autonomía e incluso ser dados de alta tras el tratamiento adecuado. 13
En los años siguientes las unidades geriátricas se extienden en los hospitales ingleses, y surgió pronto el interés por conocer qué diferencias tenían los ancianos que ingresaban en las plantas de Medicina Interna de los que ingresaban en las de Geriatría.
En 1969, Bernard Isaacs, del Hospital Royal Infirmary de Glasgow, publica un importante trabajo comparativo en el que describe que los factores médicos que caracterizan a los pacientes geriátricos son la mayor frecuencia de una serie de problemas a los que denominó "síntomas", y que fueron referidos anteriormente, los ictus, las caídas, la pérdida de la deambulación, la incontinencia y las alteraciones mentales. Ésta es, probablemente, la primera descripción científica de lo que conocemos hoy como síndromes geriátricos.
Unos años más tarde, el mismo autor hace ya una exposición más refinada y teórica del tema describiendo a los que llama los 4 "gigantes de la Geriatría" y que considera el campo de acción de la especialidad, como son: la inmovilidad, la inestabilidad, la incontinencia y el deterioro intelectual. 8,9,13
Los síndromes geriátricos o gigantes geriátricos comparten entre sí una serie de características entre las que están: 1. Elevada frecuencia, su incidencia y prevalencia son elevadas entre la población mayor de 60 años en general, aumentando en los mayores de 80 años, las personas hospitalizadas o residentes en instituciones. 2. Tienen carácter sindrómico, cada uno de ellos constituye una forma de presentación (conjunto de síntomas y signos) de diferentes procesos causales. 3. Una vez que aparecen, generan un importante deterioro en la calidad de vida de las personas que los padecen y a menudo generan o incrementan la dependencia de otras personas. 8,9,13
Existen otros Síndromes geriátricos en sentido amplio (reconocidos por varios autores), entre los que están: úlceras por presión, deprivación sensorial, malnutrición, deshidratación, insomnio, estreñimiento e impactación fecal, depresión, hipotermia, fragilidad, yatrogenia.
Igualmente, hay trastornos que aunque se presentan en todas las edades, son más frecuentes en el anciano, entre los que están, la Artrosis, el Cáncer de próstata, el Carcinoma de células basales, la Demencia, la Fractura de cadera, la Diabetes Mellitus tipo 2, y su complicación más grave, el coma hiperosmolar, también son más frecuentes el Herpes Zóster, el Ictus, la Leucemia linfocítica crónica, la Osteoporosis, el Parkinson, la polimialgia reumática, la Insuficiencia Renal crónica, las Úlceras por presión, entre otras muchas; a su vez, dichos trastornos suelen coexistir en el anciano. La enfermedad de un sistema orgánico debilita a otro sistema, lo que supone el deterioro de ambos y conduce a la enfermedad, la dependencia y, si no se interrumpe, a la muerte. 6,8,9
Por lo dicho anteriormente es fácil deducir entonces que la prevención juega un papel primordial en la atención del adulto mayor, la cual es necesaria a todos los niveles, desde primaria, implementando vías de educación para la salud, y asesoramientos, hasta la secundaria, previendo la progresión de enfermedades y la terciaria, tratando de minimizar las complicaciones de las mismas. La prevención en general debe estar dirigida a fortalecer la capacidad funcional de estas personas, debe ser individualizada, y centrada en la enfermedad, la fragilidad, los accidentes y los problemas psicosociales. 1,8,13
Dichos conceptos cobran especial importancia en las sociedades modernas, donde se ha visto un aumento progresivo del envejecimiento poblacional. Definiéndose este como el aumento progresivo de la proporción de personas de edad avanzada en una población determinada. Las causas, aunque pueden ser las mismas en los distintos países, cobran un papel diferente en cada etapa; entre ellas se encuentran: disminución de la natalidad y la fecundidad, disminución de la mortalidad, y las migraciones, de ellas, las de mayor influencia son las dos primeras, mientras la tercera puede ser o no un determinante. 1,14
Según datos de la ONU, en 1950 habían alrededor de 200 000 000 de personas de 60 años o más; mientras que en la actualidad, la Organización Mundial de la Salud, ha informado que hay alrededor de 605 millones de personas en este grupo de edad, y para el 2025 se espera que esa cifra llegue a 1 200 millones (VER ANEXO 1) 14
Aunque el proceso de envejecimiento ocurrió primero en países ricos, ahora está ocurriendo, en un 70%, en países pobres. En América Latina y el Caribe, a partir del siglo XX, se han presentado importantes cambios demográficos con un rápido crecimiento de los grupos de personas adultas mayores, pues mientras que la población normal crece un 1,5%, este grupo crece en un 3,5% (VER ANEXO 2). En el 2006 existían 50 millones de adultos mayores, pero para el 2025 serán 100 millones y en 2050 aproximadamente 200 millones. 15
Justamente, este comportamiento ha hecho que desde 1970 las Naciones Unidas vengan llamando la atención sobre el envejecimiento de la población mundial y promoviendo acciones entre sus agencias y las instituciones gubernamentales y no gubernamentales de los países que representan. 15
Cierto es que el envejecimiento ha figurado en la agenda de dichos países desde la aprobación del Plan Internacional de Acción sobre el Envejecimiento en 1982; sin embargo las cumbres sobre pobreza, desarrollo social, y otros marcadores importantes, reflejaban, hasta hace poco una deficiente representación de este grupo, y aunque en la actualidad existen organizaciones que los respaldan, se considera que no es suficiente. 15,16
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en las Américas, inició en 1997, con los esfuerzos y recursos conjuntos de un grupo de científicos y expertos de diferentes instituciones de la Región y de los siete países participantes (Argentina, Barbados, Brasil, Chile, Cuba, México y Uruguay), un proyecto multicéntrico de investigación llamado "Salud, Bienestar y Envejecimiento en América Latina y el Caribe", (SABE), que fue el primero con estas características y permitió tener un diagnóstico de las realidades socio-demográficas y de salud de los adultos mayores en la Región. 17
Se identificaron, como problemas graves, la pobreza y la desventaja material, casi el 50 % dijeron que no tenían recursos suficientes para satisfacer sus necesidades diarias, el 33 % de las personas mayores en las zonas urbanas y un 50 % de las rurales, están en la pobreza; de ellos, un tercio no disponen de jubilación, pensiones o trabajo remunerado. Otros de los problemas fueron la discriminación, el aislamiento social, entre otros; todos ellos debidos, en gran medida, al aumento de la vulnerabilidad y dependencia de estas personas, producto del deterioro de sus capacidades y el padecimiento de distintas enfermedades; a su vez, dichos inconvenientes sociales complican el estado de salud y diminuyen la calidad de vida, favoreciendo la aparición de estados depresivos, sentimientos de soledad e inutilidad. 17
Cuba, es un ejemplo de país en desarrollo con significativas cifras de envejecimiento, que nos hace presentar uno de los procesos más importantes del mundo; en el 2007, el 15,3% de nuestra población eran ancianos, lo que se traduce en una cifra de 1 823 000 (VER ANEXO 3); y se plantea que dicha cifra puede aumentar al 25% para el 2025, lo que significaría 156 adultos mayores por cada 100 niños, y a más del 30% en el 2050. 18
El factor clave del proceso de envejecimiento en la población cubana ha sido la acelerada declinación de la fecundidad, que de una tasa de casi 6 para inicios del siglo XX, en el 2006 mostramos una tasa de fecundidad de 1,5 y un crecimiento poblacional por cada 1000 habitantes de – 0,2.
Además de esto existen otros factores que han contribuido a que nuestro país muestre dicho comportamiento, entre ellos están las migraciones acontecidas en el siglo XX; y el mejoramiento del nivel de mortalidad, que muestra una elevación de la expectativa de vida al nacer, de 55,7 años en la década del 50, a 77,5 en la actualidad. Igualmente se ha observado un aumento de la expectativa de vida geriátrica, o sea, la expectativa de vida a los 60 años, de 15,5 años en 1950 a 21,1 años para las mujeres, y 19,5 para los hombres, en la actualidad. Dichos indicadores se traducen en un aumento de la supervivencia de los cubanos, a más de un 75%. Lo que constituye más de la media europea y mucho más que la supervivencia en América Latina. . 18.19
Este comportamiento es heterogéneo, con un crecimiento mayor en las zonas rurales que en las urbanas y una mayor proporción en las provincias occidentales y centrales; entre ellas se destacan Villa Clara, Holguín y Santiago de Cuba, con cifres de 158 000 ancianos; pero es sin dudas Ciudad de la Habana, la provincia de mayor número, con 400 000 personas incluidas en este grupo de edad, cifra que se espera que aumente en un 23% para el 2020.
Dentro de dicha provincia, Plaza de la Revolución es el municipio de mayor índice de envejecimiento con más de 24 500 ancianos. A su vez, el Policlínico "Héroes del Moncada", enclavado en dicho municipio, presenta como característica particular, el atender a la población más envejecida. . 18,19
Dicha característica hace que la prevención (desde primaria hasta terciaria) y promoción de salud sean actividades vitales en esta área, previendo estados de dependencia, pues eso, como bien dijera el Dr. Juan Carlos Molina, "no es lo que quiere el adulto mayor, ni quiere nadie."; y favoreciendo un aumento de la calidad de vida, como única forma de que el envejecimiento resulte una experiencia positiva. Pero, para que ellas sean factibles, primero deben reconocerse las características propias de dicho grupo poblacional en el área de trabajo médico; precisamente para contribuir a la realización de dichas actividades, se realizó la presente investigación.
Problema:
¿Cuáles son los rasgos fundamentales de la población adulto mayor del Consultorio No 2 perteneciente al área de salud del Policlínico "Héroes del Moncada" en Ciudad Habana de enero a diciembre de 2008?
Objetivos:
Objetivo general:
Caracterizar la población adulto mayor del Consultorio No 2 perteneciente al área de salud del Policlínico "Héroes del Moncada" en Ciudad Habana, en el período comprendido entre enero y diciembre de 2008.
Objetivos específicos:
1. Describir la población adulto mayor en estudio según edad y el sexo.
2. Determinar la frecuencia de los factores de riesgo y las enfermedades crónicas en la población estudiada.
3. Definir las causas de hospitalización y de fallecimiento, así como su frecuencia, en dicha población.
4. Determinar la frecuencia de los distintos tipos de discapacidades en la población estudiada.
5. Identificar la frecuencia de los distintos tipos de trastornos del ánimo en la población estudiada.
6. Describir el comportamiento de los aspectos que permiten evaluar el estado de salud de la población estudiada.
Control Semántico 1, 20
Hipertensión arterial: aumento del tono o tensión en general; especialmente aumento de la presión vascular o sanguínea.
Dislipidemia: Alteración en los niveles de lípidos plasmáticos.
Diabetes Mellitus: Síndrome caracterizado por una hiperglucemia que se debe a un deterioro absoluto o relativo de la secreción y/o la acción de la insulina.
Insuficiencia renal crónica: Situación clínica derivada de la alteración e insuficiencia crónica de las funciones excretora y reguladora renal. (Uremia).
Enfermedad pulmonar obstructiva: Enfermedad caracterizada por bronquitis crónica o enfisema y obstrucción al flujo aéreo, que suele ser progresiva, se puede acompañar de hiperreactividad de la vía aérea y puede ser reversible en parte.
Tumor: Masa persistente de tejido nuevo sin función fisiológica, crece independientemente de tejidos próximos.
Ancianos frágiles: adulto mayor con estado de reservas fisiológicas disminuidas, lo que conlleva a un aumento del riesgo de incapacidad, pérdida de resistencia y un aumento de la vulnerabilidad.
Diseño metodológico
Contexto y clasificación de la investigación:
Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal, en el área de salud del Consultorio No 2 perteneciente al Policlínico Universitario "Héroes del Moncada" en Ciudad Habana, en el período comprendido entre enero y diciembre de 2008, ambos meses incluidos.
Universo y muestra:
Se trabajó con un total de 641 pacientes, de ambos sexos, con más de 60 años de edad, pertenecientes a dicho Consultorio.
No se aplicaron técnicas de muestreo, ya que se estudió al total de los pacientes que cumplieron con el criterio de inclusión, por lo tanto el universo se correspondió con la muestra.
Criterio de inclusión: Pacientes mayores de 60 años o con dicha edad, de ambos sexos, pertenecientes al Consultorio No 2 del área de salud mencionada.
Operacionalización de las variables:
Leyenda:
D: Variable Cuantitativa Discreta. NP: Variable Cualitativa Nominal Politómica
C: Variable Cuantitativa Continua. ND: Variable Cualitativa Nominal Dicotómica
O: Variable Cualitativa Ordinal.
Parámetros éticos:Esta investigación fue aprobada por el Comité Científico de la Institución (Policlínico Universitarios Héroes del Moncada); cumpliendo con todos los requerimientos éticos del mismo. Cumpliendo además con los cuatro principios éticos básicos de toda investigación realizada con seres humanos: el respeto a las personas, la beneficencia, la no-maleficencia, y la justicia.Métodos e instrumentos de obtención de datos: Revisión de las Historias clínicas familiares e individuales; Fuente Secundaria. Revisión del Análisis de la Situación de Salud del Consultorio No 2; Fuente Secundaria. Técnicas y procedimientos para dar salida a los objetivos:
Se realizó una revisión bibliográfica de las características propias de los adultos mayores para poder determinar los factores propios de cada variable y analizar su comportamiento, de acuerdo a los intereses de la investigación.
Para dar salida al objetivo No 1 se tuvo en cuenta el sexo y la edad de todos los pacientes incluidos en el estudio, dato que se obtuvo de la revisión de las Historias clínicas familiares. Para el análisis se utilizaron técnicas de estadística descriptiva, distribución de frecuencias absolutas y relativas, estas últimas en por cientos.
Para dar salida al objetivo No 2 se tuvo en cuenta los factores de riesgo y las enfermedades crónicas que presentaban los pacientes incluidos en la investigación, datos que se obtuvieron de la revisión de Historias clínicas familiares. Para el análisis se utilizaron técnicas de estadística descriptiva, mediante la distribución de frecuencias absolutas y relativas, estas últimas en por ciento.
Para dar salida al objetivo No 3 se tuvo en cuenta las causas de hospitalización y fallecimiento, de los pacientes incluidos en el estudio, dichos resultados se obtuvieron de la revisión del Análisis de la Situación de salud y posteriormente se pasó a la ampliación de dicha información, mediante la revisión de Historias clínicas familiares. Para el análisis se utilizaron técnicas de estadística descriptiva, mediante la distribución de frecuencias absolutas y relativas, y el mismo se realizó por separado para cada una de las variables.
Para dar salida al objetivo No 4 se tuvo en cuenta las discapacidades manifiestas por los pacientes incluidos en la investigación, dichos datos se obtuvieron de la revisión del Análisis de la situación de salud y de la revisión de las Historias clínicas individuales; para el análisis se utilizó la misma técnica que se refirió anteriormente.
Para dar salida al objetivo No 5 se tuvo en cuenta los trastornos ánimo manifiestos por los pacientes incluidos en la investigación, dichos datos se obtuvieron de la revisión de las Historias clínicas individuales; para el análisis se utilizó la misma técnica que se refirió anteriormente.
Para dar salida al objetivo No 6 se tuvo en cuenta el número de pacientes que clasificados como frágiles, los clasificados como ancianos necesitados, el número que eran casos sociales, y los que estaban en estadíos terminales; dichos datos se obtuvieron de la revisión del Análisis de la situación de salud; para el estudio de dichos datos se utilizó la misma técnica que se refirió anteriormente.
El procesamiento de los datos se realizó en una Computadora Samsung Pentium IV, con sistema operativo Windows XP, valiéndonos de los programas de Microsoft Excel, donde se realizó el análisis estadístico descriptivo. Debido a la falta de complejidad de los datos recogidos no se hizo necesario un programa más especializado; con el mismo se creó la base de datos; además de las tablas y gráficos, con los cuales se exponen los resultados en el informe final, para cuya confección se utilizó Microsoft Word del Office 2003.
Aclaraciones:
Debido a las características del estudio realizado, no hubo criterio de exclusión.
Las discapacidades visuales y auditivas se analizaron en los casos de pérdida completa de dicha función.
En la valoración del estado de salud, el número de ancianos en estadíos terminales y el número de casos sociales, están incluidos, respectivamente en el número de ancianos frágiles y el número de ancianos necesitados. Se separan para hacer un mejor análisis, pues son los de mayor gravedad.
Resultados
Tabla 1: Total de pacientes adultos mayores según edad y sexo, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Historias clínicas familiares e individuales.
Análisis de la Situación de salud, Consultorio No 2
Gráfico No 1: Total de pacientes adultos mayores según edad y sexo, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Tabla 1.
Tabla 2: Factores de riesgo en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Historias clínicas familiares e individuales.
Análisis de la Situación de salud, Consultorio No 2
Gráfico 2: Factores de riesgo en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Tabla 2.
No se muestra fila de Total de Factores de riesgo por sexo, porque algunos de ellos coexisten en un mismo pacientes, lo que alteraría el resultado.
Tabla 3: Enfermedades crónicas en adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Historias clínicas familiares e individuales.
Análisis de la Situación de salud, Consultorio No 2
Gráfico 3: Enfermedades crónicas en adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Tabla 3.
No se muestra fila de Total de Enfermedades crónicas por Sexo, porque algunas de ellas coexisten en varios pacientes, y esto alteraría el resultado, dando un valor por encima del real.
La enfermedad crónica de mayor frecuencia fue la Hipertensión Arterial, para un 92.7%, observándose una mayor frecuencia del sexo femenino, con un 62.6%. Fue seguida de la Enfermedad pulmonar obstructiva y la Diabetes Mellitus, con 53.5% y 44.3% respecitvamente.
La enfermedad crónica de menor frecuencia en dicho grupo poblacional fue la Insuficiencia renal crónica con solo un 0.2%, que se encontró en el sexo masculino.
Tabla 4: Causas de hospitalización más frecuentes en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Historias clínicas familiares e individuales.
Análisis de la Situación de salud, Consultorio No 2
Gráfico 4: Causas de hospitalización más frecuentes en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Tabla 4.
Las causas de hospitalización más frecuentes fueron las Enfermedades pulmonares, para un 18.1%, predominando en el sexo masculino, con un 11.0%
Tabla 5: Causas de muerte en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Historias clínicas familiares e individuales.
Análisis de la Situación de salud, Consultorio No 2
Gráfico 5: Causas de muerte en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Tabla 5.
El total de muertes representó un 1.6% del total de personas incluidas en el grupo estudiado, y se observó un predominio del sexo masculino, con un 0.9%.
Dentro de Otras enfermedades pulmonares se incluye edema agudo de pulmón y neumotórax. Tanto los pacientes que presentaron estas causas de muerte, como los que presentaron influenza y neumonía, eran pacientes con EPOC.
Tabla 6: Discapacidades en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Historias clínicas familiares e individuales.
Análisis de la Situación de salud, Consultorio No 2
Gráfico 6: Discapacidades en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Tabla 6.
No se incluye fila de Total de Discapacidades por sexo porque se recogieron datos de pacientes que presentaba al menos de 2 de dichas discapacidades, por lo tanto el resultado estaría por encima de la cifra real del mismo.
Se consideró discapacidad visual como la pérdida total de la visión; igualmente, discapacidad auditiva como la pérdida total de la audición.
En la población estudiada la discapacidad de mayor frecuencia fue la Intelectual, o trastorno cognitivo, con un 5.5%, y que se observó mayormente en el sexo masculino, con un 3.0%; seguida por la discapacidad motora con un 5.0%.
Tabla 7: Trastornos del ánimo más frecuentes en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Historias clínicas familiares e individuales.
Análisis de la Situación de salud, Consultorio No 2
Gráfico 7: Trastornos del ánimo más frecuentes en el adulto mayor, Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Tabla 7.
Tabla 8: Aspectos para evaluación del estado de salud del adulto mayor en el Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Historias clínicas familiares e individuales.
Análisis de la Situación de salud, Consultorio No 2
Gráfico 8: Aspectos para evaluación del estado de salud del adulto mayor en el Consultorio No 2, Policlínico "Héroes del Moncada", Ciudad Habana, enero – diciembre, 2008.
Fuente: Tabla 8.
Los aspectos que se miden en la evaluación del estado de salud son la cantidad de ancianos frágiles y necesitados, pero en la presente investigación se miden tanto el número de pacientes en estadíos terminales como el número de ellos que constituyen casos sociales, para ilustrar mejor el comportamiento de los aspectos anteriores.
Discusión
En la presente investigación el sexo que predominó fue el femenino, constituyendo más de la mitad de la población del grupo estudiado, lo que se corresponde con estudios internacionales como el de la Lic Alejandra de Gatica 21 en la población de Buenos Aires, donde del total de hombre los adultos mayores solo representaban un 13.5%, mientras que del total de mujeres, las incluidas en este grupo, representaban un 20.3%, los resultados de ambos estudios se explican debido a la mayor esperanza de vida de las mujeres, que según lo planteado por la Organización Panamericana de la Salud en el años 2006 era de 17 años para los hombres y 21 para las mujeres, y en las áreas desarrolladas de 19 y 23 años, a partir de los 60 años; supervivencia que no ha descendido a pesar de que las mujeres fuman más y desempeñan trabajos atribuidos tradicionalmente a los hombres. Según la literatura este comportamiento puede deberse, tanto a factores genéticos, como ambientales, que presupongan, en todos los casos, un aumento de la resistencia ante estados continuos de enfermedad. 6
Por otra parte se puede constatar una mayor frecuencia de las edades entre 60 y 74 años, lo que se corresponde con las estadísticas de nuestro país (VER ANEXO 3), y a su vez, constituye un factor positivo, pues mientras menos envejecida esté la población, más factible serán las acciones de prevención.
Puede observarse también que aunque el número de pacientes con más de 80 años, sea menor, la frecuencia de los mismos es bastante elevada, lo que guarda una estrecha relación con la baja mortalidad del área estudiada, constituyendo un indicador positivo del estado de salud en la misma. A su vez, dichas estadísticas se corresponden con las de nuestro país (VER ANEXO 4).
En cuanto al predominio de factores de riesgo, se encontró de mayor frecuencia el Hábito de fumar asociado al sexo masculino, lo que se corresponde con el estudio del Programa SABE 17, donde se refiere que en América Latina y el Caribe, en el grupo de adultos mayores, uno de cada cuatro hombres fuma.
Se ha comprobado que el hábito de fumar, en algunos pacientes susceptibles (aquellos que tienen predisposición genética, que son alrededor de un 15% de los fumadores), determina la reducción del volumen de espiración forzada (FEV), lo que guarda una relación directa con la aparición de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), en pacientes de cualquier edad; sin embargo, dicho factor de riesgo, unido a cambios propios del envejecimiento, incrementan el riesgo de padecer EPOC en los adultos mayores.
Entre estos cambios se encuentra la disminución de cilios, del diámetro de bronquios distales, bronquiolos, conductos alveolares y superficie alveolar, que determina una disminución de la superficie de intercambio gaseoso, la pérdida de elasticidad pulmonar, el aumento de la rigidez de la caja torácica, y otros que de por si provocan una disminución del flujo respiratorio; a los que se unen una mayor pérdida de los cilios del epitelio, y una hiperplasia de las glándulas mucosas, y de la musculatura lisa, producto del tabaco; todo lo cual va influir en un aumento de la obstrucción del flujo aéreo, aún cuando no se pueda determinar en que medida esto ocurre; a su vez, este rasgo va a ser la característica principal de la EPOC.22,23
Por otra parte, debe recalcarse que la mayoría de ellos fuma cigarro, esto hace que el riesgo referido anteriormente sea 14 veces superior, en vez de 6 veces como lo es en fumadores de pipa. 22
Igualmente, debe tenerse en cuenta, que la mayoría de los ancianos que no fuman, son fumadores pasivos, debido al por ciento elevado de fumadores en la comunidad; y aunque a ciencia cierta no se puede determinar el grado de influencia de este factor en la reducción de la FEV en aquellos que son susceptibles, si se sabe que influye en dicho comportamiento.
Lo referido anteriormente puede constatarse al observar la alta prevalencia de la EPOC, como segunda enfermedad crónica de mayor frecuencia en la presente investigación; y siendo nuestros resultados significativamente mayores que los obtenidos en otras investigaciones como la del Programa SABE 17, que en Ciudad Habana reportó un 13%, junto a Santiago y Sao Paulo, siendo la cifra más elevada, seguida por Montevideo con un 9%.
La autora del presente estudio, teniendo en cuenta que la frecuencia del hábito de fumar tiene una prevalencia similar entre las poblaciones comparadas y la referida en la presente investigación; y que las diferencias entre las características medioambientales, favorecen a la misma, considera que la no correspondencia de estos datos con los resultados obtenidos, puede deberse a que con frecuencia la enfermedad no se diagnostica hasta que es muy evidente desde un punto de vista clínico, o hasta que alcanza una cierta gravedad, por lo cual, dichos datos pueden ser menores que la cifra real de ancianos afectados. A su vez, dicho comportamiento puede deberse a una mayor gravedad de la enfermedad en los pacientes de la presente investigación, lo que se corrobora si se establece una relación entre la prevalencia de esta enfermedad y las principales causas de hospitalización y muerte en los ancianos estudiados; dicha relación se analizará posteriormente.
Un ejemplo que apoya la hipótesis anterior es el caso de España, donde, se estima que uno de cada cinco varones mayor de 65 años padece la enfermedad, y aún así se considera que sólo un 25% de ellos ha sido correctamente diagnosticado. 22
Igualmente, cabría valorar los estudios llevados a cabo por la OMS, donde la prevalencia de la EPOC en 1990 se estimaba en 9,34 enfermos/1.000 varones y en 7,33 pacientes/1.000 mujeres, incluyendo individuos de todas las edades; considerándose, posteriormente que dichos estudios infravaloraban la verdadera prevalencia de la EPOC en la edad adulta. Más recientemente, la iniciativa GOLD ha situado la prevalencia de la EPOC en un 2,5 a 3,5% para la población adulta y hasta en un 19% para las personas mayores de 65 años, y si se considera el consumo de tabaco, esta cifra aumenta a 25% en individuos fumadores de edad comprendida entre los 60 y los 69 años; lo que sí se corresponde con el presente estudio, siempre y cuando se tenga en cuenta que en las cifras anteriores incluyen solo una parte de los adultos mayores.22,24
Cabe destacar también, como semejanza entre las investigaciones referidas anteriormente, la observación de tasas de afectación mayores en los hombres que en las mujeres, lo que también se corresponde con el estudio, teniendo en cuenta además que el número de mujeres es marcadamente superior.
La EPOC es un grave problema de salud pública, ya que ocasiona un importante consumo de recursos económicos y sanitarios como consecuencia de su alta prevalencia y morbimortalidad, constituyendo una de las principales causas de hospitalización, por ejemplo, en España origina unos 10 millones de consultas al año en Atención Primaria y unos 93.000 ingresos, lo que supone 1.400.000 estancias hospitalarias. Su coste anual se estima, al menos, en 350.000 millones de pesetas (unos 2.100 millones de euros).
En la presente investigación, aunque no se precisa el costo, si se puede constatar que dicha enfermedad crónica, influyó de forma significativa en la frecuencia de hospitalizaciones de los ancianos estudiados, lo que se constata al observar que la primera causa de hospitalización fueron las Enfermedades pulmonares, aunque aquí no solo se incluye la EPOC, pues se reportaron casos de tuberculosis, influenza, edema agudo de pulmón, neumotórax, entre otros.
En cuanto a dicho comportamiento, la autora de la presente investigación considera, que si bien el medio ambiente de la comunidad donde viven estas personas, no fue el principal determinante de la aparición de la EPOC, sí favoreció, en gran medida la agudización de la misma, y por tanto la aparición de crisis; pues en dicho lugar se estaba construyendo un edificio, lo que genera polvo, y otros contaminantes, que arreciaron las crisis de asma bronquial en estos pacientes, aumentaron la frecuencia de bronquitis, entre otras enfermedades.
Por otra parte, la EPOC se manifestó como enfermedad de base en todos los pacientes que fallecieron por una causa respiratoria, lo que coincide con lo reflejado en la literatura, donde se refiere que las principales causas de agudización de la insuficiencia respiratoria son las enfermedades infecciosas, como la gripe, la depresión del sistema respiratorio por fármacos, las cirugías y los procesos cardiovasculares congestivos, embolismo pulmonar, así como contaminantes ambientales, entre otros. Manifestándose también, que entre un 11% y un 14% de los pacientes con EPOC que ingresan por las referidas complicaciones, fallecen, lo que también coincide con los resultados de esta investigación.
Sin embargo, dichos resultados no se corresponden con los estudios de la Licenciada Alejandra de Gatica 21 en la población de Argentina, donde obtuvo un predominio, como causa de hospitalización, y de muerte, las enfermedades circulatorias, con 22%, seguido de los tumores, con un 14.5%, lo que si se correspondió con nuestros resultados pero lo analizaremos posteriormente, y las enfermedades digestivas con un 14.4%.
En este caso cabría considerar el posible solapamiento de la EPOC con otras enfermedades, comportamiento que era bastante usual en los servicios médicos, y aunque ha decrecido, no se ha erradicado, pues en realidad, la EPOC es considerada como la cuarta causa de muerte en el mundo, aunque en los certificados de defunción esté incluida como segunda causa o causa contribuyente. Considerándose, además que la prevalencia del tabaquismo, aumentará significativamente, el número de personas afectadas por dicha enfermedad en los próximos años, y en el 2020 se cree que será la tercera causa de muerte en el mundo.23,25
Otro de los factores de riesgo analizados fue la postración, que constituye uno de los grandes problemas geriátricos; sin embargo los resultados obtenidos mostraron una baja frecuencia.
Dicho factor de riesgo se encontró en todos los pacientes en estadíos terminales, y en el resto las causas fundamentales fueron demencia y discapacidad motora.
Por otra parte, la autora de la presente investigación, teniendo en cuenta lo reflejado en la literatura consultada, considera que dicho factor de riesgo fue causa indirecta, o contribuyente de la aparición de complicaciones, que a su vez fuero causas de hospitalización y muerte.
Para analizar esto se debe tener en cuenta que, dentro de las complicaciones de la inmovilidad están: la hipotensión ortostática, las infecciones urinarias, la constipación, la rigidez articular, el tromboembolismo, el aislamiento, la úlceras por presión, las contracturas, la deprivación sensorial, entre otras, que son de elevada gravedad. Teniendo en cuenta esto, se puede establecer una relación entre la postración y los accidentes vasculares encefálicos, así como con algunas de las enfermedades pulmonares, fundamentalmente el edema agudo de pulmón, cuya etiología más probable debe haber sido el tromboembolismo, y que constituyó, también, causa de muerte; igualmente, dicha complicación constituyó la causa más probable de un número representativo de AVE, tanto los que fueron causas de hospitalización, como el que constituyó causa de muerte. Sin embargo, en el caso de las enfermedades pulmonares, la postración estuvo asociada a largos períodos de hospitalización, pues la mayoría, a pesar de haber ingresado por otra causa, presentó una infección respiratoria, que aumentó el período de estancia hospitalaria en la mayoría de los casos, aunque en uno de ellos, dicha infección constituyó la causa de muerte. 1,9
El alcoholismo fue otro de los factores de riesgo que se presentó en dicha población, sin embargo su frecuencia fue baja, lo que constituye un marcador positivo; y que explica, la baja frecuencia de hospitalizaciones y muertes por enfermedades asociadas a dicho factor de riesgo, como la cirrosis hepática, que sí presentan una frecuencia elevada en otras áreas de salud.
En cuanto a la Obesidad, que se vio asociada fundamentalmente al sexo femenino, los resultados obtenidos no coinciden con los del Programa SABE 17, por ser estos más altos. En el mismo, se refiere que el 61 % de los pacientes estudiados en América Latina tenían sobre peso y de ellos la mitad eran obesos.
La autora de dicho trabajo considera que la no semejanza con estos resultados constituye un aspecto a favor de la población estudiada, pues la obesidad se asocia con un aumento de la morbilidad y disminución de la expectativa de vida.
Por otra parte existe una relación directa entre dicho factor de riesgo y las enfermedades crónicas que se encontraron en la investigación, que se analizarán a continuación.
Pero antes de comenzar dicho análisis es necesario recalcar que el total de la población estudiada presenta al menos una de dichas enfermedades, correspondiéndose con los estudios realizados por el Dr. Enrique Vega García 25, quien expone que dos de cada tres personas mayores en América Latina y el Caribe tienen una de las enfermedades crónicas (VER ANEXO 6). Y es que justamente las modificaciones morfológicas, funcionales y bioquímicas, provocan una pérdida progresiva de la capacidad de adaptación y de reservas del organismo ante los cambios, por lo tanto la función normal de muchos órganos tiende a declinar y esto unido a los factores de riesgo permite la aparición de los referidos procesos que contribuyen a la morbilidad en esta edades. 10
En la presente investigación la enfermedad crónica de mayor frecuencia fue la Hipertensión arterial.
Según la literatura consultada, dicha enfermedad es al menos 2,5 veces más frecuente entre los individuos obesos y se calcula que el 60% de los hipertensos presentan obesidad. Por otra parte, está demostrado que la pérdida de peso tiende a reducir las cifras tensionales, facilitándose también el control farmacológico de la hipertensión. Heyden y otros investigadores han calculado que eliminando la obesidad desaparecería la hipertensión en el 48% de los hipertensos de raza blanca y en el 28% de los de raza negra. 26,27
Los estudios referidos anteriormente se corroboran en el presente estudio.
Igualmente, su prevalencia se asoció a la Diabetes Mellitus y la Dislipidemia, lo que está en concordancia con la literatura analizada, donde se explica que, la obesidad provoca un aumento del colesterol y los triglicéridos, lo que favorece la aparición de las dislipidemias; por otra parte dicha enfermedad favorece la formación de las placas de ateroma en los vasos sanguíneos, lo que provoca un aumento de la resistencia vascular, favoreciendo la aparición de la hipertensión. También es sabido que el hiperinsulinismo, presente en las personas diabéticas puede causar hipertensión al menos a través de tres mecanismos: aumento de la reabsorción renal de sodio, activación del sistema simpático y acción directa sobre la musculatura lisa arterial, donde existen receptores para la insulina, y la inducción de hipertrofia de la musculatura vascular lisa.26,27
Por otra parte, se puede constatar que los resultados referidos anteriormente se corresponden con los resultados de Marelys Yanes Quesada y colaboradores28 en un estudio de 329 pacientes con hiperglicemia previa, la frecuencia general de la HTA fue de 59.9%, por lo que se concluyó que los pacientes con trastornos metabólicos tiene mayor prevalencia de HTA. Así mismo se obtuvo correspondencia con el estudio realizado por P. Padilla Frías y colaboradores 29, en 160 pacientes diabéticos de tipo 2, donde 60.6% se reportaron como hipertensos y el 51.3% de los pacientes estudiados presentaron trastorno lipídico; lo que constituye una frecuencia más alta que la que se obtuvo en esta investigación, dicho comportamiento puede deberse a una menor frecuencia, en el grupo poblacional estudiado de la obesidad. Lo mismo sucede en un estudio realizado por Idolina Sánchez Rosales30 en 331 pacientes, se obtuvo una frecuencia de DM de 77.6%, reportándose además la presencia de otras alteraciones como la obesidad y los antecedentes de HTA; comportamiento similar al obtenido en esta investigación.
Por último, debe destacarse la correspondencia entre la frecuencia obtenida en la presente investigación, respecto al número de ancianos hipertensos, y los resultados obtenidos en el estudio SABE 17 en Ciudad de La Habana donde se constató que alrededor del 44% de las personas mayores de dicho estudio eran hipertensos; mientras que en otras ciudades como Montevideo, México, Sao Paulo, Buenos Aires y Santiago se constataron cifras de 45%, 43%, 53%, 49% y 52% respectivamente. Teniendo en cuenta, que, además de todo lo referido anteriormente, en el envejecimiento ocurren cambios que hacen posible el aumento de la incidencia de esta enfermedad en estas edades, entre ellos está: el incremento de la resistencia periférica, la disminución de la capacidad de respuesta a la modulación beta adrenérgica, y el aumento de la presión sistólica, entre muchas otras. 27,31
Otra de las enfermedades crónicas de mayor frecuencia en la presente investigación, asociada, como se vio anteriormente a la HTA, y la obesidad es la Diabetes Mellitus.
De los dos tipos de diabetes, se reportó un predominio de la tipo 2, lo que está en relación con el mayor número de mujeres en el estudio, y a su vez explica la alta relación entre esta enfermedad y la obesidad, dislipidemia e HTA, que como se refleja en varias investigaciones, es mayor en la tipo 2 que en la tipo1.
Numerosos estudios han puesto de manifiesto la existencia de una clara relación entre la obesidad y la diabetes tipo 2, manifestando que más del 70% de los diabéticos tipo 2 son también obesos; dicha relación es superior a la encontrada en la presente investigación, aún cuando se analizan ambos tipos de diabetes; la no semejanza en dicha correspondencia puede deberse al largo período de evolución de la enfermedad en la mayoría de los pacientes que la padecen, lo que ha permitido la corrección del peso corporal; igualmente debe destacarse que aún cuando la frecuencia de lo obesidad no sea elevada, casi todos presentan un peso corporal por encima del que debían tener. Dicho comportamiento se debe a la probabilidad de que la obesidad y la diabetes compartan la misma fisiopatología: la resistencia a la insulina en el hígado y tejidos periféricos, acompañada en las fases iniciales de hiperinsulinismo compensador y, más tarde, de fallo de la célula beta, momento en el cual aparece la diabetes tipo 2. En los obesos, la resistencia a la insulina es muy frecuente; localizada en los adipocitos facilita la lipogénesis mientras que en el hígado y músculo se ve favorecida la liberación de glucosa hepática y dificultada la captación de glucosa en las células musculares.24,26,32
Igualmente, es importante recalcar que los resultados, en este caso también tuvieron porcentajes más elevados que los obtenidos por el programa SABE 17, donde se reportó 15% para Ciudad Habana, 14% para Montevideo, 17% para Sao Paulo, 13% para Santiago, 12% para Buenos Aires y 22% para México y Bridgtown, resultando ser la cifra más alta.
Otra de las patologías crónicas encontradas fue la Cardiopatía isquémica, de elevada frecuencia en la población; sin embargo el porcentaje encontrado estuvo por debajo del reportado en el programa SABE17, donde se manifestó un 24% para Ciudad Habana y Montevideo, siendo la segundas ciudades de mayor afectación, pues la primera fue Santiago con un 34%.
La autora de la investigación considera que dicho resultado tiene gran importancia, no solo por la relación que guarda con el comportamiento de las hospitalizaciones y causas de muerte, sino porque se proyecta un aumento de la frecuencia de dicha enfermedad, pongamos por ejemplo el estudio del Dr. Enrique Vega García 25 en una población de 600 habitantes, en Ciudad Habana, hacia el 2010, 118 de ellos serían adultos mayores y de ellos 24 serían cardiópatas, lo que pone al relieve un aumento de la afectación.
Se sabe que existen cambios funcionales propios del envejecimiento, como el incremento del contenido de colágeno en las capas subendocárdica y subepicárdicas, el aumento de la pared cardiaca, de la acumulación de amiloide, entre otras que hacen que dicho grupo poblacional sea propenso a estas afectaciones; pero también se debe tener en cuenta que existe una elevada asociación entre esta entidad y otras, así como con determinados factores de riesgo, por lo tanto es importante recalcar la correspondencia que existe entre la Diabetes Mellitus y la Cardiopatía isquémica en la población estudiada, así como de esta última con las Dislipidemias, otra patología crónica; y con tres de los factores de riesgo presentados, la obesidad, el hábito de fumar y el alcoholismo, siendo este último el de menor relación con la misma, en la población estudiada. Lo anteriormente planteado explica la elevada prevalencia de la enfermedad que se hace referencia. 26
Otra de las enfermedades crónicas reportadas fue la Enfermedad cerebro vascular, asociada mayormente al sexo masculino, lo que se corresponde con los resultados obtenidos por el programa SABE17, donde se consta una tasa de prevalencia de 9.7% en Ciudad Habana, con predominio igualmente, del sexo masculino.
Igualmente es importante recalcar que la mayor parte de las lesiones vasculares cerebrales son secundarias a la hipertensión y la arteriosclerosis 3,8, la primera de gran prevalencia en dicha población, y la segunda, no se estudió, pero se sabe que está asociada a las Dislipidemias y la obesidad como factor de riesgo, cuyo predominio si se estudió, por lo tanto a partir de esto puede establecer una relación estrecha con dicha enfermedad.
Analizando la frecuencia de afectaciones por Tumores malignos, se puede constar que su frecuencia es bastante baja, lo que es un resultado positivo, teniendo en cuenta que dichas enfermedades constituyen la segunda causa de muerte en nuestro país.19
En cuanto a la Insuficiencia renal crónica se tiene que solo hubo un caso reportado, sin embargo, la autora del estudio considera que debería hacerse una investigación más detallada del comportamiento de dicha enfermedad. Su criterio se basa en los siguientes aspectos: 1- la IRC se puede deber a cualquier causa grave de disfunción renal, siendo la nefropatía diabética la más frecuente, seguida de la nefroangiosclerosis hipertensiva y de otras glomerulopatías. A partir de lo cual podemos percatarnos de que la Diabetes Mellitus y la HTA, constituyen factores de riesgo de orden primario; ambas enfermedades reportadas en gran parte de la población estudiada. 2- Los pacientes con una ligera disminución de la reserva renal generalmente se encuentran asintomáticos y la disfunción renal sólo se puede detectar con pruebas de laboratorio. 33
Se considera por tanto, que estas pueden ser las causas de que halla mayor número de pacientes con IRC, aunque no en sus fases avanzadas; por lo tanto se hace necesario hacer una estudio de la misma en dicho grupo poblacional pues aunque se sabe que el pronóstico depende de la causa y del daño que halla generado la misma, también se conoce que en sus inicios puede ser reversible y responder al tratamiento, pero si progresa hacia la cronicidad se convierte en una patología extremadamente invalidante y puede dar al traste con la vida del paciente. 33,34
Por último, se debe destacar que en la mayoría de las enfermedades anteriormente referidas se encontró como sexo más afectado el femenino, lo que se corresponde con el estudio realizado por la Licenciada Alejandra de Gatica 21, en la población de Argentina, donde encontró que las mujeres representaban el 62% de los afectados por enfermedades crónicas en el grupo de adultos mayores.
Igualmente es importante recalcar que gran parte de las enfermedades crónicas de mayor frecuencia, la HTA, la Diabetes Mellitus, sobre todo la tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y las cerebro vasculares, si bien no se pueden erradicar en dicha población, al menos podemos minimizar o evitar las complicaciones que ellas acarrean, o sea, aplicar la prevención terciaria; lo relevante de este punto es que según los especialistas, todas ellas tienen un nivel de prevención "eficaz". 35
Como se puede observar, los factores de riesgo de mayor frecuencia son los que predisponen a enfermedades circulatorias, cardíacas y cerebro vasculares; así como al agravamiento de otras, como las pulmonares. Si dichos resultados se asocian a la incidencia de enfermedades crónicas podremos analizar las causas del comportamiento de otra de las variables estudiadas, Causas de hospitalización, que a su vez guarda estrecha relación con Causas de muerte.
Antes de pasar al análisis de las causas, es importante recalcar las altas cifras de hospitalizaciones, que a pesar del pequeño número de muertes, si constituye un patrón negativo; pues la hospitalización representa un riesgo, debido al confinamiento, la exposición a fármacos, las pruebas diagnósticas y los tratamientos. Los pacientes ancianos hospitalizados con frecuencia experimentan confusión nocturna ("ocaso"), caídas, fracturas sin traumatismo identificable, lesiones por decúbito, incontinencia urinaria, impactación fecal y retención urinaria, y la convalecencia puede ser prolongada. 1,8,10
En los estudios de Ferrucci L 1 se destaca como resultado importante que en el año previo a que los ancianos se incapacitaran severamente, una gran proporción de ellos estuvieron hospitalizados (48-72%). Entre los que no se incapacitaron, solo una minoría (14,7%) estuvo hospitalizada.
Dichos resultados no coinciden con los referidos en la presente investigación, pues el número de ancianos incapacitados, posterior a la hospitalización se corresponde con el número de ellos que sufrió AVE, siendo esta la causa de la incapacidad.
Sí hay una correspondencia con lo referido al aumento del período de convalecencia, pues una parte de los pacientes estudiados que refirió hospitalización, fundamentalmente los que se asociaron a enfermedades pulmonares y descompensaciones metabólicas, manifestaron un aumento del período intrahospitalario, en el primer caso por infecciones adquiridas en dicho centro y en el segundo por la llamadas "complicaciones intrahospitalarias de los diabéticos", las de mayor prevalencia fueron las infecciones urinarias.
Aunque ya se analizó el comportamiento de la EPOC como causa de hospitalización y muerte; así como las principales complicaciones que ella traía consigo; sin embargo, es importante recalcar la relación que se establece, entre las infecciones, como complicaciones de esta enfermedad y la predisposición a las mismas en los pacientes diabéticos, pues en la presente investigación se encontró una asociación entre DM, causa de ingreso enfermedad pulmonar, mayormente neumonía, aumento de la estancia hospitalaria por infección urinaria adquirida en dicha institución, y en uno de los casos, agravamiento de la enfermedad pulmonar que dio al traste con la vida. Por lo tanto, se considera que dichos resultados se corresponden con los de Adalberto Infante Amorós y colaboradores36 en 1045 pacientes diabéticos de tipo 2, fallecidos y autopsiados, de lo que se obtuvo como resultado la existencia de un elemento morfológico de infección en 688 pacientes, siendo los pulmones y los riñones los órganos de mayor afectación.
La segunda causa de hospitalización la constituyó el AVE, que estuvo en estrecha relación con la alta frecuencia de la Enfermedad cerebro vascular, y además se corresponde con estadísticas mundiales que reflejan que el ictus, en los países occidentales, es la tercera causa más frecuente de muerte y la segunda causa de incapacidad de origen neurológico después de la enfermedad de Alzheimer.37
Otro de los aspectos a tener en cuenta es que la mayor parte de las lesiones vasculares cerebrales son secundarias a la hipertensión y la arteriosclerosis. Los principales tipos de AVE son la insuficiencia cerebral debida a trastornos transitorios del flujo sanguíneo o, más raramente, a encefalopatía hipertensiva; el infarto debido a embolia o trombosis de arterias intracraneales o extracraneales; la hemorragia, incluyendo la hemorragia parenquimatosa hipertensiva. 27
Teniendo en cuenta esto, se pude concluir que la causa de la elevada incidencia de AVE es, a su vez el predominio de los factores de riesgo, en dicha población, manifestado en la elevada frecuencia de HTA, recalcando que la muerte producto de AVE, fue a raíz de una hemorragia parenquimatosa hipertensiva. Otra causa del predominio de dicha entidad patológica fue la postración, más de la mitad de los pacientes que presentaban dicho factor de riesgo sufrieron un AVE.
También es importante recalcar que en todos los casos, el AVE reportó incapacidad, mayormente motora, y hasta el momento, los pacientes no han podido recuperar la función normal de los miembros y las estructuras dañadas, lo que se corresponde con el estudio realizado por el programa SABE 17, en el que se manifestó, que el 37% de la población de América Latina ingresada no había recuperado su nivel funcional basal a los dos años.
La descompensación metabólica fue otra importante causa de hospitalización, asociada a la Diabetes Mellitus como enfermedad crónica, y a complicaciones intrahospitalarias, predominando en el sexo femenino; la causa fundamental fue, ancianos medicados con hipoglicemiantes y seguimiento dietético, que no cumplieron bien el tratamiento y ancianos que sufrieron emociones muy fuertes o que manifestaron altos grados de depresión o estrés, estos últimos fueron los de mayor complicación.
Le sigue en frecuencia la crisis hipertensiva, de la cual ya se han expuesto los principales desencadenantes y la asociación de la misma con la aparición de otros estados morbosos.
Otra de las causas de ingreso fueron los IMA, asociados a las enfermedades coronarias como causa de muerte, dicho comportamiento, se correspondió con el alto predominio de la cardiopatía isquémica como patología crónica y la influencia de otros factores de riesgo.
Los accidentes reportados fueron todos en el hogar, asociado a pacientes necesitados, y a ancianos que conviven solos, la manifestación de mayor frecuencia fueron las caídas, lo que se corresponde con el estudio realizado por el programa SABE 17 en el que se reportó que el 30 % de la población de América Latina había sufrido al menos una caída en un año; correspondiéndose igualmente con la proyección para el 2010, de un grupo de 600 personas de Ciudad Habana, del Dr. Enrique Vega García 25, donde, según él habrían 29 personas que habrían caído y que sobrevivieron a dicho accidente.
Como consecuencia de los mismos, se reportaron, mayormente discapacidades motoras.
Los intentos de suicidio predominaron en el sexo femenino, en ambos casos fue por ingestión de fármacos; las causas fundamentales fueron la depresión, lo que no coincide con el estudio de la Licenciada Alejandra de Gatica 21, pues ella identificó, en la población argentina como causa de suicidio, mayormente la pobreza; además las tasas encontradas por ella fueron mayores, reportándose para los ancianos mayores de 80 años una tasa de 61.6 por cien mil.
Por último, se debe analizar la principal causa de muerte, que fueron los tumores malignos y que predominaron en el sexo femenino, dicho predominio se corresponde con los resultados obtenidos por el programas SABE 17 donde se observó que del total de personas muertas en el 2003 por tumores, el 77.3% eran personas mayores de 60 años (VER ANEXO 7).
Los tumores que fueron causa de muerte fueron de mama, faringe y colon.
Es importante recalcar, en cuanto a las causas de muerte que el comportamiento observado en la población estudiada se corresponde con el que predomina en nuestro país, donde las tres primeras causas son las enfermedades del corazón, los tumores malignos y las enfermedades cerebro vasculares.18,19; sin embargo el por ciento de muertes fue significativamente pequeño, lo que consideramos como un resultado positivo, y un marcador de la correcta actividad de prevención terciaria, en dicha área de salud, pues le frecuencia de enfermedades crónicas muestra una gran predisposición de la población a la muerte por complicaciones graves que son originadas por dichas enfermedades.
Otra de las variables analizadas fueron las Discapacidades, antes de comenzar a discutir el predominio de las mismas es importante recalcar que, gran parte de la población estudiada presentó al menos una de ellas, lo que, se considera como el primer resultado; que a su vez, se corresponde con los obtenidos por el programa SABE 17 (VER ANEXO 8), aunque estos son más elevados, reportando cifras entre 45% y 70%, dicho comportamiento puede deberse al grupo de edad que predomina entre estos ancianos, y a una menor frecuencia de la afectación por AVE.
Por otra parte, se puede observar que el predominio del sexo femenino constituye una semejanza de la presente investigación y la referida anteriormente, lo que a su vez coincide con el estudio de la Licenciada Alejandra de Gatica 21, y corrobora la referido en la literatura consultada, donde se reporta que aunque los valores de mortalidad son menos en las mujeres que en los hombres, la frecuencia de discapacidades en estas es mayor.
De dichas discapacidades la de mayor predominio fue la intelectual, o trastornos cognitivos, que predominaros en el sexo masculino, dichos estados se asociaron fundamentalmente a enfermedades degenerativas del Sistema Nervioso, entre ellas las de mayor relevancia fueron el Alzaimer y la Demencia senil, esta última predominó en las mujeres.
Como pude observarse, los resultados de la presente investigación coinciden con los obtenidos por el programa SABE 17, donde se reportaron que alrededor del 20 % presentaban de la población latinoamericana presentaba deterioro cognitivo. Igualmente, se corresponden con lo proyectado por el Dr. Enrique Vega García 25 para el 2010 en 600 personas de Ciudad Habana, 12 de ellas presentarán trastorno cognitivos.
La discapacidad que le sigue en frecuencia es la motora; las causas fundamentales fueron caídas, AVE, artritis y osteoporosis; estas dos últimas se asocian mayormente a las mujeres.
Se puede observar que dichos resultados se corresponde con los obtenidos por el programa SABE17, donde se manifestó que el 25.7% de la población adulta mayor de Ciudad Habana presenta incapacidad para realizar las actividades instrumentadas de la vida diaria, el 23% para caminar una cuadra, el 20% no puede empujar o cargar un objeto de gran peso, y el 28% no puede subir un piso sin descansar en el medio. En el presente estudio no se precisaron dichos indicadores, pero sí se sabe que la incapacidad motora se asoció, mayormente a ancianos postrados, o que no salen frecuentemente de sus casas.
Otra de las discapacidades estudiadas fue la visual, es importante aclarar que esta se consideró para la pérdida total de la visión. La autora de esta investigación considera que a eso se debe dicho comportamiento, pues se sabe que el déficit visual predomina en más de la mitad de la población estudiada, incluso en los que usan espejuelos.
Las causas fundamentales de la pérdida completa de la visión fueron complicaciones de la Diabetes Mellitus, manifiestas en la neuropatía diabética y AVE, fundamentalmente hemorrágicos.
La discapacidad en al habla se asoció fundamentalmente a ancianos en estadíos terminales, o con trastornos del Sistema Nervioso Central, en estrecha relación con la pérdida de la capacidad cognitiva, y con los trastornos auditivos, que solo se encontraron en estos pacientes, teniendo en cuenta que este se midió, como pérdida total de la audición, pues si se evalúa el número de pacientes que no oye bien, se encontraría una frecuencia mucho mayor.
Como puede observarse, gran parte de las discapacidades fueron resultados de trastornos degenerativos propios del envejecimiento, si bien en varios casos estuvieron mediados por procesos patológicos.
Otra de las variables estudiadas fue Trastornos del ánimo, antes de analizar los resultados obtenidos, se debe recalcar la importancia que tienen dichos trastornos en el comportamiento de los procesos patológicos pues pueden influir de manera decisiva en la forma en que el paciente se hace partícipe de su propia enfermedad; el de mayor frecuencia, reportado en el grupo poblacional estudiado fue la depresión, fundamentalmente en el sexo femenino.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |