Cabe en este punto describir que las relaciones interpersonales del cuerpo docente eran un círculo cerrado. La mayoría de ellos funcionaban como máquinas atomizadas, mientras que una minoría forzaba a través de su alto grado de compromiso, a que esta máquina se mantuviera en movimiento.
Fue precisamente esta minoría quien buscó el acercamiento para con la nueva gestión y esto posibilitó poner en conocimiento las pautas que regirían para la modalidad, pero a pesar de ello, en la praxis no se notaban cambios sustanciales. Este hecho, se produjo después de dos meses del cambio de régimen, cruzando la información que había registrado en dicho período y con los aportes de los profesores, pudimos diseñar el primer taller institucional, el cual giraba en torno a la búsqueda de la nueva identidad, centrado en el currículum. El taller tuvo la particularidad de contar con la participación de toda la comunidad educativa, incluidos los alumnos. El resultado del taller, nos permitió redefinir las nuevas líneas de base que posibilitaron construir el Proyecto Curricular vigente a la fecha, con las adecuaciones que nos demandaba la diversidad del alumnado y generando nuevas respuestas a las demandas de los alumnos y a las expectativas de los docentes. El nuevo Proyecto, elaborado en conjunto por toda la comunidad, se trabajó en forma horizontal y vertical, asegurándonos de no repetir contenidos e incluir en el mismo las necesidades puntuales del alumnado, como así también, las reglas de convivencias que regirían a partir de ese momento.
Al momento del ingreso al establecimiento, las puertas de comunicación interna, se encontraban exactamente igual a la única puerta de acceso al edificio: cerradas, siendo que la Dirección, por su ubicación geográfica, permite tener una visión panóptica de todos los movimientos del establecimiento, como así poder, a través de las puestas internas, acceder a todos los espacios institucionales, como ser sala de profesores, biblioteca, patio, etc.
Partiendo de la premisa que no existe educación sin comunicación, ni tampoco se puede generar el proceso de socialización para quienes se incorporan año tras año al proceso educativo, en la búsqueda de su incorporación plena a la vida social, se hizo necesario en primer lugar, abrir todos los espacios comunicacionales posibles y fijar desde la Gestión un posicionamiento epistemológico Hermenéutico, desde la mirada de GADAMER Y WEBER para el trabajo social. Esta idea permitió incorporar nuevos conceptos con el objetivo de reconstruir su significado, reconociendo en la tradición instituida y rescatando de la misma elementos que, a través de la nueva forma de comunicación, interpretación y comprensión no afectaría a la organización, causando asombro entre los miembros de la comunidad, el hecho de poder expresarse en forma libre, natural, espontánea y respetando lo consensuado en forma democrática y participativa.
Si damos vuelta la moneda, nos encontramos, con el otro rostro de las instituciones, ". cuya materialización no son reglas sino sistemas de significados; las percepciones, interpretaciones, creencias, etc., compartidos por los miembros de las organizaciones, han sido inducidas por la institución mediante una acción normativa persistente; pero también internalizadas por aquellos a quienes la institución con-forman, seducidos por su orden y predicibilidad."[1]. Situación que ante el cambio de régimen normativo, generó resistencias que llevaron a la institución prácticamente a la parálisis, dado que tanto la institución, como sus actores, veían afectada su identidad. Este último aspecto los llevaba a actuar en forma invisible y estancos frente al poder.[2]
El cambio empezaba a sentirse en el aire. A pesar de lo expresado en el párrafo anterior, el colectivo institucional al vivenciar la posibilidad de un diálogo abierto y sincero con las autoridades, los docentes con los alumnos, la supervisión de zona al ver que mi tarea excedía la asignada originalmente y ante estos pequeños resultados, cambia mis funciones, pasando a ser el Coordinador Académico en dicho centro educativo.
En mi, no había cambiado nada. Entonces me di cuenta que empezaba una nueva etapa. Todos comenzaron a pasar por la dirección rumbo a la sala de profesores, previo un saludo afectuoso, protector en algunos casos. Veía con placer que los alumnos ingresaban con otra cara, no entraban al aula sin esa libertad adolescente cargada de picardía y entraban con toda libertad a ese espacio, por mucho tiempo cerrado para darme un choque de manos, o simplemente un beso. Sin darnos cuenta, a través del diálogo nos empezamos a conocer, contarnos nuestras inquietudes, expectativas, esperanzas, sueños, tristezas, nuestros dolores, nos descubrimos como seres humanos comunes y corrientes y que, nos unía la idea de generar un espacio en donde todos debíamos respetarnos, cuidarnos y ser solidarios.
A raíz de esto, recordé que en casa tenía un equipo de música, de aquellos primeros que la tecnología había modernizado, ya no existen los discos y los cassettes, pero su radio aún funcionaba. Lo instalé en la dirección, en ese espacio que ya nos pertenecía a todos, y cuando la música fluía, rompiendo ese silencio abrumador, se empezaba a llenar de color, de alegría y armonía todo el espacio institucional. La libertad se incorporaba lentamente a la cultura institucional.
Los docentes, alumnos, preceptores, comenzaron a relajarse y a sentir que esa libertad, aparte de pertenecerles, les permitía cumplir con sus funciones y responsabilidades de forma amena y aportando un mayor compromiso, en la tarea que se les encomendaba. Los alumnos jóvenes y adultos, buscaron en nosotros las contenciones a sus angustias y problemas, y comenzamos a trabajar en red, es decir, lo que no podíamos solucionar nosotros, buscábamos la ayuda necesaria donde fuere.
Fueron los alumnos los primeros en demostrarnos su sentido de pertenencia, cuando juntaron dinero y colocaron el cartel que hoy engalana la puerta de ingreso con el nombre del Centro Educativo de Nivel Medio de Jóvenes y Adultos.
El colectivo docente, me presenta la inquietud de tener una jornada mensual, para intercambiar opiniones, sugerir actividades extra áulicas y esto se definió, fijando un calendario rotativo que terminaba siempre con una cena compartida entre todos; a la vez se convirtieron en la voz de los alumnos al solicitar que la música estuviera más cerca de las aulas, porque todos sentían la necesidad de escuchar música mientras desarrollaban sus tareas habituales haciéndolas más amenas.
La primera tarea común, fue un concurso de dibujo, para seleccionar el más representativo que hiciera alusión a la escuela de jóvenes y adultos para después transformarse en el logo que incrustaron en sus remeras y en sus vestimentas, para llevar en su pecho con orgullo, la organización socio educativa que los albergaba.
La verdadera toma de conciencia, en cuanto a nuestra responsabilidad como educadores y como agentes socio culturales, se produjo, cuando un alumno, con una carga de resentimiento y vergüenza, lo llevaba a no mirar a las personas de frente. Se sentía marginado y excluido de esta sociedad neoliberal que ni siquiera le brindaba un lugar de pertenencia, ya que vivía en un albergue nocturno, dependiente del Ministerio de la Solidaridad, destinado a aquellas personas sin hogar, que eran recogidas de la calle como perros y se les brindaban un paupérrimo servicio de alimento y una cama sucia para que pudieran estar "supuestamente contenidos".
ÉL se sostenía económicamente, limpiando los vidrios de los autos en las esquinas de la ciudad. A dicho albergue no podía regresar durante el día, puesto que se encontraba cerrado. Llegaba a la escuela con la única ropa con la que había andado todo el día. Su capacidad intelectual era increíble.
Un día, de repente observo sin querer que se retiraba de la escuela ofuscado, enojado, muy alterado, con el preceptor lo convencimos que nos contara lo que le que le pasaba, su respuesta fue tajante " la Prof. de Formación Ética", me dijo que si me quería quedar en el aula debía mirarla y dirigirse a ella con el título de Dra. y allí me contó su historia de vida y que se retiraba todos los días antes de finalizar el horario de clases, porque en el albergue no lo dejaban entrar después de las 22 hs. , en ese instante, la profesora en cuestión ingresaba pidiendo ayuda porque sin querer había ofendido a un alumno. Tal era su desesperación, que no se había dado cuenta de que el joven todavía estaba allí. Luego de una larga mediación les solicite a ambos que a solas se encontraran y que les cedía el espacio de la Dirección, para que con respeto pudieran darse la oportunidad de ayudarse mutuamente. Es oportuno mencionar, que esta docente, era quien hasta ese momento lideraba la resistencia interna al cambio. La sorpresa nos la llevamos todos, ambos salieron abrazados y llorando.
Al retirarme de la dirección, el resto de los docentes me consultaban que había sucedido, y sin dar detalles entre todos aguardamos el desenlace de este conflicto. Allí decidimos acompañar al joven hasta el albergue y acordar con el responsable del mismo la autorización, para que el alumno no perdiera ese espacio para descansar, que por el alimento no se preocupara, puesto que la escuela contaba con el servicio de comida caliente, a través de los programas compensatorios que el gobierno acercaba a cada institución. La docente, que se había comprometido con el alumno ayudarlo, en las medidas de sus posibilidades y de profesión abogada, redacto el escrito en los términos legales, que obligo al responsable del albergue como a las autoridades ministeriales a cambiar la modalidad del mismo. Esto permitió que aquellos individuos que hacían uso de estas instalaciones y que estuviesen escolarizados, pudieran ingresar a cualquier hora y contar con un espacio para cumplir con sus obligaciones escolares, y además poder higienizarse. Este joven, egresó siendo la primera escolta de la Bandera de Ceremonias y hoy es empleado de comercio, pudo alquilar un espacio que le diera sentido de partencia a esta sociedad consumista e individualista y todos los años nos acompaña en el inicio y en el final de clases. Todos aprendimos, que sin el otro no somos, que sin diálogo no hay aprendizaje, que la pobreza no está en la manera de vivir, sino en la dignidad con que enfrentamos la misma.
El establecimiento, como ya expliqué en párrafo anterior, contaba con el servicio de comida caliente, que por disposición de las autoridades del centro educativo de origen, sólo se recibían 30 raciones, cuando el total de alumnos era 150, teniendo que seleccionar todas las noches, quienes comían y quienes no, ante esta situación me comuniqué con los responsables del área ministerial correspondiente y a partir de ese día se incrementaron las raciones cubriendo la totalidad de los alumnos, y ante la necesidad de encontrar un espacio que nos permitiese a todos, compartir el pan, ese espacio compartido, el comedor, permitió consolidar las relaciones vinculares, allí encontramos el lugar para la comunicación, que a pesar de ser informal, no era menor su impacto, puesto que allí directivos, docentes , alumnos y personal de servicios, intercambiamos y planificábamos las acciones a seguir. Este programa social, se convirtió en parte del currículum, con esta experiencia enriquecedora, rompíamos con los conceptos sociales de autoridad, poder, etc., éramos simples compañeros, que compartir el alimento formaba parte de nuestro aprendizaje social, luego todos limpiábamos el espacio y volvíamos cada uno a cumplir con nuestras tareas habituales, dejándonos como enseñanza que la autoridad y poder no se imponen, se legitiman, cuando desde lo humano y lo profesional, podemos dar respuestas a las distintas problemáticas que se nos presentan a diario, aprendimos a ser SOLIDARIOS.
En relación al sobrante de raciones, por lo antes expuesto, y ante disposición, no se de quien ni como, se tiraba, observo al preceptor que a escondidas y en bolsas de residuos acercaba la comida al centro cultural, perteneciente a una comunidad HIPPIE, en ese instante sentí vergüenza, aproveché el momento para cruzarme e informarles a los miembros de esta comunidad, que enseñaban teatro, brindaban apoyo educativo, generaban charlas para la prevención de adicciones y cuidado de la sexualidad, que a partir de ese día, no tenían que retirar la comida en bolsas de residuos, sino que estaban invitados a compartir nuestra mesa, hecho que aceptaron encantados, y pudimos generar con ellos actividades sociales, culturales, etc. Incorporando de esta manera la diversidad y el respeto por la vida, conservando cada organización su propia identidad.
Como la asistencia en la modalidad, es irregular, debido a muchas variables, como ser el trabajo nocturno, enfermedades en las personas más adultas, embarazos que requerían cuidados especiales, el factor económico para el traslado de ida y vuelta hacia el establecimiento, o para la adquisición de material didáctico. Para dar una solución a lo descripto, habilité, a pesar de las quejas de la Directora del centro educativo de origen, los espacios que contenían los bienes del estado, que son patrimonio del mismo y que por lo tanto no veía objeciones para que los ex alumnos de la escuela, pudieran hacer uso del mismo, permitiendo con ello fijar un horario de consulta durante el día y el uso de la biblioteca por parte de los docentes y alumnos, cada vez que así lo requirieran. Aquí también se hace necesario manifestar que, la discriminación hacia el turno noche, no era el resultado del cambio de órbita jurisdiccional , conjuntamente con las raciones de comida, el estado proveía de zapatillas y material didáctico para todos los alumnos, descubriendo que en el turno noche nunca se habían distribuido y que todo esos elementos, se encontraban en los armarios de la sala de computación, verificada la información, dispuse la entrega de todas las zapatillas existentes, como así también del material de uso áulico, en cuanto a las cajas que contenían material bibliográfico, se procedió a inventariar el mismo y disponiendo su incorporación al fondo bibliográfico del establecimiento, informando a posteriori a las autoridades correspondientes.
Un hecho infortunado, nos permitió darnos cuenta que todos éramos una organización, nuestro abanderado, había sido detenido por consumo de estupefacientes en la vía pública, durante un fin de semana, a la salida de un boliche bailable, la policía comunica a la familia, y esta les contesta que no le importaba, que por ellos se podía morir allí adentro, que nadie se acercaría a llevarle ropa limpia y algo de alimentos, y el jefe del servicio penitenciario, cuando lo entrevista, le pregunta si tenía alguien a quien acudir, y le dio mi celular, en ese tiempo y sin que la comunidad se enterara, había acordado con el distrito policial cercano al establecimiento un operativo de prevención en la plaza, lugar donde los alumnos tanto del turno diurno, como el nuestro, eran presa fácil de convencer para consumir, engañados por esta cultura individualista, que pareciera estar empeñada en destruir a las jóvenes generaciones, mientras desde el poder público mira hacia el costado o es parte de estos grupos de delincuentes que nada les importa y nos están dejando sin futuro. En ese momento yo me aprestaba a cerrar el establecimiento custodiado por un móvil policial, recibo la comunicación del Jefe del Servicios Penitenciario, al principio me extrañó por el horario 23:15 Hs. y por sobre todo porque conocía mi teléfono personal, por mi mente pasaban distintas sensaciones miedo, incertidumbre, que esto obedecía a una amenaza, como no podía reaccionar el comisario que me acompañaba en dicho momento, tomó el celular y se presentó, allí su superior le explica y le pide conversar conmigo, me comentó lo que estaba sucediendo y me comunica que como ambas instituciones, integrantes del Estado, nos habíamos convertido en custodio de esta persona, ante el abandono de su familia, el joven no dudó en acudir a su escuela en busca de la ayuda que necesitaba, sus compañeros y algunos profesores que aún permanecían en la puerta del establecimiento, generó automáticamente una cadena solidaria, para acercarle, ropa, comida, asesoramiento legal. Al día siguiente fuimos todos, entonces el Jefe del servicio penitenciario, eliminó la condena con el compromiso de este joven de no abandonar los estudios, y someterse a un tratamiento médico que lo ayudara a salir de la crisis por la que estaba atravesando. Fue la escuela como organización socio educativa la que le permitió a este joven salvar su vida, él concluyo sus estudios, siendo el abanderado de dicha promoción, al igual que el otro alumno, cada comienzo y cada final de año están presentes.
Nos faltaba algo que nos aglutinara y nos diera el verdadero sentido de identidad, NUESTRA INSIGNIA PATRIA, una comunicación con un legislador provincial, con quien había tenido el gusto de trabajar con él en la Secretaría de Cultura, no dudó en ningún momento de atender el pedido, y el día en que se honra la memoria del creador de la misma "El general MANUEL BELGRANO", el legislador me entregaba la Bandera de Ceremonias, el sacerdote se aprestaba a su Bendición, instituyendo bajo los preceptos constitucionales la primera bandera que representaría al centro educativo en cada evento y presidir cada acto escolar.
Realmente fue un momento inolvidable, ya éramos una organización socio-educativa, o al menos, empezábamos a transitar por el entramado institucional y ha intentar reconstruir la nueva trama, la tarea recién empezaba, largas noches nos llevaron para conocer a fondo el marco regulatorio, que fue precisamente el nodo más difícil de enfrentar, la modalidad de jóvenes y adultos, tiene bajo su régimen de asistencia al cursado, varias opciones, la presencialidad, la semipresenciabilidad, el cursado a distancia, lo que obliga a los profesionales que nos desempeñamos en dicho ámbito, a tener la suficiente apertura, para generar a partir de un diagnóstico previo, a elaborar en función de su contexto áulico, todas las adecuaciones curriculares necesarias para que el alumno pueda alcanzar su meta, el de obtener su certificado de estudios secundario obligatorio para la legislación vigente en la Argentina. No fue una tarea fácil, pero no imposible, retomando el diagnóstico institucional, al que denominé de " aprestamiento", puesto que no pertenecía al establecimiento y la mayoría de los docentes no me conocían, para lograr la meta que era nada más ni nada menos, que organizar una institución socioeducativa, que garantizará el acceso a todas aquellas personas, jóvenes y adultos, que por una u otra razón, no habían concluido con sus estudios secundarios, que le permitiese acceder al mundo del trabajo o en el mejor de los casos, continuar con estudios superiores, teniendo además que garantizar la circulación del conocimiento con equidad, igualdad de oportunidades e inclusión social, sólo me quedaba una posibilidad que entrar al núcleo pedagógico, que es precisamente "EL PROYECTO CURRICULAR INSTITUCIONAL – PCI).
Es válido recordar que a partir de la década de los "90, la educación de adultos, hoy jóvenes y adultos, incorpora en su demanda nuevos grupos etáreos, siendo que en sus orígenes estaba destinada exclusivamente a personas adultas, la demanda por parte de los jóvenes, que habían quedado excluidos del sistema formal, y que aún se mantiene dicha demanda en forma creciente, obligó/a al estado a recibirlos en estas instituciones, sin la capacitación y la formación específica, que necesitamos todos los docentes que integramos la modalidad. Las escuelas que formamos parte de este subsistema educativo, carecemos de todo, no recibimos por parte del estado, ni la más mínima colaboración económica, ni estamos incluidos en la distribución de equipamientos tecnológicos, que nos permitan sostener el área administrativa, los registros de los alumnos, sus progresos, ni tener la posibilidad, salvo de llevarlo en forma manual y rudimentaria, los datos estadístico que permita hacer el estudio y el seguimiento de los resultados académicos que se producen durante el transcurso de los distintos ciclos lectivos, sumado a esto y con la justificación oficial de "NO HAY PRESUPUESTO", se crean escuelas año tras año, denominadas Anexos o Extensiones Áulicas, para acercar la oferta a los sectores que día a día ven más lejano la posibilidad de acceder a completar sus estudios, estas nuevas escuelas son adosadas a las escuelas que ya existen y, somos llamadas Escuelas Madres, estos centros, distribuidos al azar, sin un estudio previo de factibilidad, de recursos, son coordinadas en la mayoría de los casos por personas que sólo tienen un título de bachiller, lo que nos obliga a los directivos y a los secretarios docentes a ser nómades, puesto que no hay un solo día sin tener que pasar por estos establecimientos para verificar, si están abiertos, si los docentes cumplen con sus funciones, resolver las problemáticas que surgen en esos contextos, puesto que la población que asiste en su mayoría con la carga de la exclusión, sin trabajo, etc. Y los jóvenes se dedican a consumir todo producto nocivo para su salud, con el fin de buscar un escape a su propia realidad. Y aquí cabe preguntarse el porqué de estas políticas, que simulan cumplir con la norma, pero en realidad solo es una máscara.
Al cambiar la población y volverse más heterogéneas y sin una política que adecue los marcos normativos, que datan de la década de los "70, salvo algunas correcciones que se produjeron durante el período de implantación de la Ley Federal de Educación (1995), en lo referido a la adecuación de la estructura académica y al recorte de contenidos, todo lo demás se mantiene igual, lo que nos lleva a replantearnos hacia el interior de cada centro educativo un proyecto curricular contextualizado a cada centro educativo y al mismo tiempo los docente, contra reloj, deben experimentar un cambio profundo , conceptual y humano, para poder aproximarse a la realidad en la que estamos inmersos.
Para desarrollar el proyecto educativo institucional y por consiguiente su proyecto curricular, es necesario definir al currículum como un producto histórico y social y que se encuentra cruzado por amplios debates, entre los cuales podemos mencionar: aquellos que lo estudian en función a los sujetos a los cuales está dirigido, la cultura de los jóvenes, y otros al estudio del curriculum meramente prescripto. Es notable la presencia de encuentros y desencuentros entre lo que la escuela ofrece y lo que los alumnos esperan. Corresponde preguntarnos ¿Cómo se construye esta nueva cultura institucional? ¿Qué necesitan saber nuestros alumnos? ¿Cómo se entrecruzan estos caminos?.
La revisión de la propuesta formativa debe tener como unidad de cambio a la propia institución, siendo ésta, el eje del cambio a partir de sus necesidades e intereses. Por ello es necesario centrar la reflexión en torno a la escuela, entendida como el escenario principal sobre el cual han de pensarse e instalarse los procesos de cambio y mejora curricular. Esto supone analizar los distintos elementos intervinientes que posibilitan la decisión y la acción en ese ámbito. La función directiva, entendida como la forma de conducción, coordinación y desarrollo de proyectos y la conformación de equipos que, actuando como factores determinantes de innovaciones sistemáticas, permitan el equilibrio dinámico que las instituciones escolares requieren para sostener su contrato social.
La construcción de una gestión curricular en equipo con los docentes, es necesaria en tanto proceso tendiente a la obtención de coherencia interna. Para ello, es necesario construir un currículum orientado a la mejora de la calidad, esto es, construir una concepción global que permita y posibilite:
a) Captar la realidad institucional en forma global y en el marco de su propio contexto, de manera democrática y participativa pues comprende al conjunto de los integrantes de la comunidad educativa.
b) Establecer un plan de acción que abarque todas las dimensiones institucionales. Compuesto por un accionar sistemático, coordinado e integrado lo que facilitará ver al currículum como el eje vertebral de toda institución educativa.
c) Reconocer que la misión educativa de la escuela está focalizada en sus destinatarios y en el logro de más y mejores aprendizajes y competencias para ellos.
d) Alcanzar como finalidad el logro de la calidad educativa con equidad e igualdad de oportunidades.
e) Analizar las prácticas educativas y generar los cambios necesarios en la cultura institucional.
El currículum como artefacto pedagógico puede ser analizado como una práctica de significación que no sólo reproduce un tipo de cultura única y dominante, sino que asume un carácter fundamentalmente productivo y creativo. En contraste con posiciones más tradicionales, el currículum y la cultura no se ven como producto final y cristalizado sino como práctica de producción y de creación.
Reflexionando
Pobreza, exclusión, desigualdad, violencia, desocupación
Los términos mencionados en el subtítulo, son algunos de los tantos que aparecieron en los grandes titulares de nuestra vida cotidiana. Emparentados con la realidad social, cada turno de inicio de actividades y, sin pedir permiso y cumpliendo con la norma de puntualidad, se introducen en la escuela y rápidamente se incorporan al movimiento organizado de las actividades escolares.
Y nos plantamos aquí, en esto, en nuestro quehacer diario, y de aquí partimos. Nos ponemos en marcha. Nos proyectamos hacia nuevos imaginarios, distintos de los vigentes, para generar nuevos propósitos, nuevas expectativas, nuevas posibilidades.
Los cambios económicos, sociales, culturales y tecnológicos que han impactado en la educación, plantea la importancia del diagnóstico, para conocer la multiplicidad de causas macro y micro sociales a través de un análisis global. En este momento la sociedad ha variado sus demandas históricas y piden que las escuelas enseñen a vivir juntos. Es preciso asumir que aprender y enseñar a vivir juntos es tan importante como aprender a trabajar, a razonar, a experimentar o a emprender.
Es necesaria la educación permanente que recupere el Aprender Ser y Hacer tradicional pero también el aprender a aprender y el aprender a vivir juntos que en definitiva, es el gran desafío.
En el pasado, estar juntos era una resultante natural de la sociedad, donde existía un alto nivel de solidaridad orgánica, en donde se generaban altos niveles de cohesión, adhesión y compromisos muy fuertes entre los sujetos de esa sociedad, en donde imperaba un capitalismo industrial inclusivo, capaz de establecer vínculos entre los sectores sociales a través de relaciones de explotación y de dominación. Este carácter inclusivo implicaba la necesidad de postular un pensamiento hegemónico y una cultura que se basaba en instituciones capaces de funcionar sobre la base de la de oferta y de la demanda.
¿Qué esta pasando con el mundo del trabajo?
Capitalismo versus población, que ya no es necesaria, ya no hablamos de explotación, en la que, de alguna manera, se mantiene el vinculo patrón-obrero, ahora hablamos de exclusión, es decir, fuera, sin vínculos. Estamos en presencia de un nuevo capitalismo que genera los fenómenos de exclusión, que se definen precisamente por la mayor precariedad, la ausencia o la ruptura de los vínculos.
Partes enteras del mundo con población excluida. Esta nueva forma de organización social tiene potencialidad destructora del tejido social. Vivir juntos ya no es una cuestión natural, sino que debemos aprender a vivir juntos como un acto voluntario, buscándolo y deseándolo. Podríamos decir que hoy ser progresista es trabajar lo propio y los que nos une.
Se debilita el pensamiento hegemónico en la fuerte potencialidad excluyente del nuevo capitalismo y se asocia a nuevos patrones de funcionamiento de las instituciones responsables de la producción y la distribución de bienes culturales. Los nuevos mecanismos culturales se basan en la lógica de la demanda, y para formular una demanda es necesario dominar los códigos de acceso al mundo.
Vivimos un período de transición de una Sociedad Industrial a una Sociedad de Información con marcadas diferencias entre ellas, porque, mientras que la primera dependía del movimiento físico de las personas y mercancías, la segunda esta compuesta de una infraestructura tecnológica, cuyo principal elemento son las redes de telecomunicaciones.
El auge de las nuevas tecnologías de información y comunicación van creando nuevas realidades culturales y sociales. Se trata de transformaciones que tienen por núcleo a la estructura de conocimiento, de cambios revolucionarios que no solo transforman los modos de producción material sino que necesariamente inciden por sobre las producciones simbólicas. Esta nueva realidad está siendo posible gracias a la utilización conjunta e interactiva de dos tecnologías: computadoras y telecomunicaciones.
En este nuevo siglo, la multiplicación de la información y la progresiva facilidad para acceder a ella han alterado los antiguos objetivos de la institución escolar; enseñar y aprender. Desde sus comienzos, ir a la escuela significó para los alumnos aprender a leer, escribir, estudiar y calcular. ¿Qué significa hoy, cuando las enormes posibilidades de comunicación y los avances tecnológicos parecen rodear a la escuela?.
La escuela no puede mantenerse a la par de la velocidad de los desarrollos científicos ni de la inmensa cantidad de información disponible, pero tampoco puede, en nuestro país poner a disposición de todos los alumnos, videos y herramientas informáticas como medios para que accedan a los contenidos de las diversas disciplinas. Aún así, es posible ayudar a los jóvenes y adultos, a construir, estrategias para organizar la información. Leer y estudiar, en los tiempos de la informática, los videos y la proliferación de todo tipo de información en la wed, significa que debemos desarrollar estrategias de búsqueda y selección y plantearse con claridad los propósitos de la búsqueda. ¿Qué debe hacer la escuela al respecto?. Sin lugar a dudas, acercar materiales, crear espacios propicios para el trabajo y ayudar a sistematizar esa información.
Cuando los jóvenes y adultos tienen, la oportunidad de explorar libros, de ver películas de ficción o documentales, de participar de búsquedas en Internet, la escuela gana gracias ha estos medios, un tiempo importante de aprendizaje.
De la galaxia Gutember hemos pasado a una galaxia irreversiblemente tecnológica donde el libro no es el soporte fundamental para adquirir conocimientos. Los jóvenes y adultos de esta época reciben mensajes que no provienen solo de códigos lingüístico, sino de códigos de diferentes naturalezas mediatizados por otras formas tecnológicas comunicacionales.
Sabemos que la escuela fue, por excelencia, la primera institución que distribuyó al ciudadano la información básica y necesaria para insertarse en la vida cotidiana de la sociedad. Sin embargo con el crecimiento vertiginoso de los medios de comunicación, su rol tradicional entró en crisis con lo que sus recursos y rutinas perdieron significatividad para las nuevas generaciones.
En estos momentos la escuela se presenta como aburrida, rígida, burocrática y con un currículo intrascendente para la sociedad. Por otra parte, los docentes consideran que los alumnos aprenden más de la televisión que de la propia escuela. Podríamos decir que existe una competencia entre escuela-medios, situación que generan en los docentes la posibilidad de plantear tres alternativas: censurarlos, usarlos como recursos y aprovechar sus tecnologías y lenguajes para la producción de conocimientos.
Cuando los medios son censurados desde la escuela, surge la dicotomía entre los programas considerados buenos y malos, educativos y no educativos. Al utilizarlos como recursos, se intenta incluirlos como elementos didácticos para lo cual se traslada a la escuela la fascinación que los alumnos tienen frente a los medios aunque no siempre se tenga en cuenta las relaciones complejas que se establecen entre lenguaje, tecnología y conocimiento.
Asimismo, pareciera que se genera una pugna por la discusión valorativa adjudicada a los medios en oposición a los libros que tradicionalmente se planteó y aún se sigue haciendo, como el instrumento creíble para los procesos de enseñanza aprendizaje, propios de la escuela. Si por el contrario si se aprovecha la tecnología y los lenguajes específicos de los medios de comunicación, para la producción de conocimientos dentro del ámbito escolar, se generarían espacios dentro de la escuela que permiten transformar la información que circula socialmente y que al mismo tiempo facilitaría el proceso de aprendizaje enseñanza. Para que esto sea posible, es necesario que el docente incorpore el lenguaje y las tecnologías de los medios como objeto de conocimiento y a partir de allí se genere una relación creativa con ella y la información que brindan. Si bien la escuela tiene su propia agenda temática y los medios proponen la suya, estos entrecruzamientos son válidos ya que existen lugares de encuentro que se constituyen en el punto de partida para pasar de la información como espectáculo a la información para conocer.
En la actualidad es necesario redescubrir la escuela como lugar de encuentro entre las diversos grupos culturales que aportan miradas propias en relación a las temáticas que aborda la escuela, las que producen los medios masivos y las producidas por la vida cotidiana en su devenir. Es una realidad, un encuentro posible entre la información vertiginosa y cambiante que proponen los medios y el conocimiento que brinda la escuela.
Hoy, una escuela es una apuesta por la vida y el futuro. Siempre renueva su compromiso con la convivencia, el diálogo y el conocimiento, aún en las condiciones más difíciles. Todos los días, alumnos y docentes, se dan cita en la escuela para dar vida a la esperanza de construir un mundo más equitativo y solidario.
En una sociedad que se ha acostumbrado a convivir con crecientes niveles de violencia, nosotros, los educadores aunemos esfuerzos por transmitir a nuestros alumnos la necesidad de defender la vida por encima de cualquier valor.
No es la escuela la que promueve la violencia, no es la escuela la que genera pobreza y falta de horizontes. Muchos de nosotros, hemos vivido en condiciones adversas como los provocados por la última dictadura militar y también, fuimos fieles testigos del modelo de exclusión que se generó en los años ´90. Sin embargo, la escuela fue la única institución que continuo con sus puertas abiertas para cobijar a quienes el mercado marginaba, creando un clima de convivencia armónico y seguro, contrastando con el que imperaba fuera de sus aulas.
En este contexto, es difícil buscar soluciones para mejorar la convivencia fuera de la escuela. Deberíamos comenzar por defender a la escuela como el espacio público más favorable al aprendizaje, al intercambio de ideas y a la solidaridad.
¿ Puede la escuela prevenir la violencia? ¿Cómo podemos detectar los conflictos y qué estrategias debemos utilizar para resolverlos? ¿Qué estímulos son necesarios para integrar la escuela, la comunidad y la familia? ¿Contamos con información adecuada para abordar el tema de la violencia? ¿ Contamos con espacios de capacitación específica y para compartir experiencias? ¿Estamos preparados para trabajar en contextos difíciles?.
Debemos generar un modelo de enseñanza que estimule la pasión por descubrir todo el misterio que encierra el conocimiento. Comencemos por conocer cuales son los intereses de nuestros alumnos y agilizar la capacidad de la escuela para responder a sus necesidades. Pero también, debemos recuperar para nuestras escuelas su esencia pedagógica, erosionada por el impacto de la crisis. De esa manera, lograremos que ellos sigan aportando, desde su función específica, a la construcción de una sociedad pacífica y democrática.
Esta titánica tarea que la escuela debe cumplir, no puede hacerse sola, por lo que es necesario que la familia y la comunidad que pertenece a su contexto cooperen y apoyen este proceso de cambio.
Otro de los objetivos a conseguir apuntaría a recuperar el respeto hacia la autoridad del docente y hacia la escuela en su conjunto. El éxito de la tarea dependerá en buena medida de que las familias respalden y acompañen a los jóvenes y adultos en esta etapa tan contradictoria de la vida, a veces agravada por un contexto socioeconómico desfavorable y por el desafío de constantes cambios culturales.
La escuela es un espacio diferenciado en donde los jóvenes y adultos tienen cada vez más oportunidades de recibir información interesante y atractiva fuera de la escuela. Al mismo tiempo, cada vez es mayor la necesidad de que la escuela continúe siendo un espacio diferenciado donde intencionalmente se enseñe y se aprenda.
Ahora necesitamos reorientar las propuestas didácticas para que la escuela pueda proponer a los alumnos explorar, orientar las búsquedas y detener el zapping, para que pueda enseñarles a hacerse preguntas, a enmarcar los temas, a seleccionar los datos y a transformarlos en información pertinente.
Ante lo expuesto, no podemos dejar de pensar como se instala dentro de las instituciones educativas, la discriminación. Esta se manifiesta no solo por lo que la sociedad nos genera como individuos, sino también a través de lo que decimos o pensamos, o bien por las propias manifestaciones de los alumnos. Algunas veces son los mecanismos institucionales los que refuerzan las miradas discriminatorias, como por ejemplo los mecanismos evaluativos, la escuela reproduce y se hace eco de la discriminación social, y a la vez, también se las ingenia para generar sus propios mecanismos discriminatorios.
Si entendemos que la discriminación es uno de los modos que adopta la posición de los sujetos frente a lo diverso, lo diferente, en su uso diario la discriminación está vinculada con el prejuicio, con la estigmatización del discriminado. Supone llevar el prejuicio a la acción.
La discriminación son las acciones basadas en prejuicios sociales, religiosos, raciales xenófobos, sexuales y que estos a su vez son el vehículo para expresar resentimientos colectivos de aquella gente que no puede explicar con precisión su descontento y encuentra en el "otro", el " extraño", el "extranjero", el "diferente".
Dentro de las diferentes formas de discriminación resultantes de los prejuicios y que conllevan acciones que perjudican a las personas que son discriminadas, están la etnofobia, sexismo, intolerancia religiosa, discriminación de minusvalidades físicas y mentales, discriminación por aspectos físicos, edad, etc.
El encuadre que he elegido tiene que ver con la realidad planteada, fruto del trastocamiento de cambios socioculturales que juegan un efecto fundamental aportando sus creencias y sus valores, que se entrecruzan e interrelacionan en complejas redes de poder existentes en las escuelas.
Las categorías desarrolladas están relacionadas con la respuesta de la escuela a través de un proyecto de desarrollo curricular integrado.
Para ello he tomado en consideración los siguientes ejes temáticos, que intentan abordar todas las problemáticas planteadas anteriormente:
a) La escuela en tanto institución en contexto.
b) Los jóvenes y adultos como producto socio cultural en un tiempo y en un espacio.
c) La diversidad generadora de conflictos.
d) La respuesta de la escuela, el proyecto curricular, la transmisión, la formación del ciudadano y las relaciones de poder y por último, la investigación como retroalimentación del currículum.
En primer término consideraremos a la escuela como la representación de un espacio social y por eso está impregnada de la cultura de la comunidad a la cual pertenece, pero no de una manera automática, sino dinámica.
Por lo tanto ha sufrido las mutaciones que trastocan la época y por ende la sociedad, a nivel político, económico, social y cultural. Debido a las transformaciones económicas – tecnológica y el derrumbe del estado de bienestar, llega a su final el mandato fundacional de la institución escuela. Las nuevas formas de organización de la producción y los reacomodamientos tecnológicos generaron cambios profundos en el interior de la sociedad. Podemos decir, que la comunidad educativa refleja la crisis cuyo riesgo es la exclusión del sistema que corre paralelo al debilitamiento de la comunidad.
A esto debe agregarse que la reestructuración de la economía generó un alto nivel de desempleo, que se manifiesta en la relación escuela-trabajo, erosión de la tradición y disgregación de los lazos entre la sociedad –escuela – estado.
Los núcleos familiares ya no pueden cumplir con la función de ceder un determinado capital cultural, ese mínimo de conocimientos que el sujeto debe interiorizar.
El mandato de la escuela se evidencia en el sistema de normas, en la incapacidad de imponer reglas y en un proyecto educativo que cambia de significado, afectando la construcción misma de los saberes y de los sujetos sociales.
La sociedad y la escuela comparten " la crisis de lo previsible", de la temporalidad a largo plazo, inclusive podemos hablar de una actualidad caótica e impredecible y por ende en la incapacidad de las prácticas educativas para prever y solucionar los conflictos, para transferir un cuerpo de saberes.
Asistimos al fracaso de " las estrategias de intervención" porque los alumnos están inmersos en una compleja red de mensajes procedentes de los medios de comunicación. Esto es un emergente de un problema más profundo " el agotamiento de los mecanismos de transmisión intergeneracional" es decir, de los principios genealógicos y filiatorios.
Por lo tanto en …" una experiencia de baja intensidad, una escolaridad de poca exigencia y escasa marca subjetiva, va perdiendo eficacia el proceso de socialización" Si el alumno es el resultado de la herencia y transmisión de una cultura, lo que hoy está en juicio es la hegemonía que poseía sobre la información, porque ha entrado en cuestionamiento su función. Por ello, esta escuela tiene dificultades para legitimar el saber y para instalar una economía de repartos de bienes llamados simbólicos, es decir, un conjunto de significados construidos por hombres con objetivos orientadores de la formación del ciudadano. La crisis afecta severamente la relación docente-docente y docente – alumno, se desdibujan las asimetrías que hacían posible la relación, entra a ser cuestionado y su lugar reemplazado por otras formas de autoridad que presionan por entrar en el campo educativo.
A lo dicho anteriormente hacemos referencia a la idea de juventud como: " un producto socio –cultural –histórico y de carácter racional y para completar este concepto podemos decir: …" la juventud es un periodo en la educación para la vida activa… es decir un período de desarrollo de las potencialidades para hacer frente a la vida productiva, política y para administrar sus propios intereses en esta vida…"
Estas ideas se encuadran en un momento histórico particular determinado, occidental, moderno con profundas innovaciones económicas, tecnológicas y por ende a un tipo de familia particular, con nuevos formas de filiación. Por lo tanto la expansión del sistema educativo y en particular la escuela de jóvenes y adultos, exige capacitación, adaptabilidad al contexto y permeabilidad a los cambios.
Este concepto de juventud surge de las exigencias sociales de una prolongación de la etapa de preparación o aplazamiento para la vida productiva o para continuar con estudios superiores. Por lo tanto el mandato fundacional de la escuela media común que, respondía a estas pautas; las transformaciones económicas y sociales, descriptas anteriormente, modifican la vida de los jóvenes y adultos, la emergencia de un pensamiento débil, nuevas leyes de mercado que desembocan en el consumo compulsivo, en la satisfacción inmediata, en una cultura de la cultura individualista, y al ritmo que impone el neoliberalismo y lleva a sociedad a " vivir el momento".
En consecuencia la escuela reelabora su mandato, se reorienta su poder, su conexión con las raíces que le dieron origen, en un nuevo proyecto.
Pero esta sociedad comparte con la cultura post moderna sus cimientos, el consumo, la comunicación, y el individualismo, en donde el joven se encuentra ensimismado y el adulto desprovisto de identidad.
Las transformaciones de los medios de comunicación, no sólo generó el consumo de marcas, sino el intercambio transaccional de información. Así quedamos atrapados: lo que afecta la idea de identidad y pertenencia a una comunidad (Nación), la de sentirse ciudadano. Estos cambios provocaron una reconfiguración de los espacios y por ende la identificación de los ciudadanos pierde densidad.
La cultura ya no es homogénea sino una rearticulación de necesidades, el resultado es una profunda fragmentación del tejido institucional, situación que se nota más en la escuela de adultos, en donde la diversidad es el común denominador y el miedo a lo diverso la norma.
Esta situación provoca el aumento de la discriminación, la violencia, el rechazo al "otro" diferente, los desencuentros comunicativos son un hecho común en nuestras prácticas docentes y en las maneras de comunicarnos, manifestándose en los trayectos personales de los alumnos y de los docentes.
Este contexto no favorece el crecimiento personal del alumno y la proyección al futuro. La institución se encuentra ante un desafío, profundizar la crisis o revertir en la medida de sus posibilidades la situación de exclusión en el desarrolla de su tarea.
Para ello la escuela debe contemplar un Currículum integrado, que posibilite a todos sus actores reencontrarse con el hecho pedagógico.
Este Currículum, debe tener como base de sustento la investigación sistemática de las praxis , posibilitando a la institución retroalimentarse de sus propias experiencias y a su vez poder interactuar con otras instituciones lo que mejorará el rendimiento académico profesional. Para ello hay renunciar a la concepción unilateral de currículum como planeación del quehacer docente, para completar un concepto que incluya la faz investigativa, algunos autores sostienen que la investigación – acción, posibilitará al docente elevar su nivel profesional, a partir de la mirada sobre su praxis. No es investigar en abstracto, sino sobre la cotidianidad del desempeño profesional, la socialización de los resultados y la corrección de los posibles fracasos.
Algunas Ventajas comparativas:
Ante lo expuesto y ante la necesidad de revertir situaciones que no favorezcan la exclusión y la fragmentación social, se ha considerado construir un proyecto educativo, basado en el desarrollo del currículum integrado que contemple las situaciones de riego enunciadas. Este currículum tiene como base filosófica a lectura como elemento de apropiación de la cultura y de la palabra como herramienta de comprensión del hecho socio – educativo. Es fundamental para poder realizar un plan de acción sistemático cuyo denominador sea la palabra, comenzar con la toma de conciencia de los contextos emergentes que forman parte de la cultura instalada y procurar su reversión.
Parafraseando el título que dio origen a esta narrativa, debo confesar que no todo era oscuro, sentadas las bases y abierto el diálogo, nos permitía día a día disfrutar del encuentro, y ante la más mínima posibilidad de que algún alumno perdiera la continuidad de sus estudios, sin necesidad de consensuarlo, buscábamos entre todos la forma de retenerlo y contenerlo. Ya la escuela nos quedaba chica, conjuntamente con el centro cultural antes mencionado, comenzamos a realizar actividades artísticas, muestras de los trabajos institucionales, convirtiendo ese espacio público y despojado de los vende muerte, los vecinos, la iglesia, comenzaron a disfrutar de estos permisos que nos regalábamos una vez al mes, y al finalizar el ciclo lectivo la plaza se transformaba en el centro de la esperanza, porque allí, realizábamos la entrega de la certificación de la finalización de estudios, se procedía según los establecen las normativas, pero compartido con la sociedad, luego números musicales, artísticos daban el toque final, sabiendo que todos habíamos cumplido con nuestro deber, simplemente EDUCAR, dar con el corazón.
Hoy, la escuela forma parte de las seis instituciones, que están bajo mi Dirección y ante mi sorpresa, al momento de asumir mi nueva responsabilidad, ningún colega quiso tomar mi lugar, paro a pesar de ello, las puertas de la dirección permanecen abiertas, y la música sigue acompañándolos, y acompañándome desde las imágines para enfrentar este nuevo desafío.
Para ir cerrando, debo confesar que durante ese período, mi estado de salud no era el más optimo, pero a pesar de ello nunca deje de asistir y de encontrarme con mis pares, con los alumnos, y fueron ellos los que noche tras noche me entregaban sin darse cuenta la fuerza, el estímulo, el respeto, que nunca antes había recibido de nadie.
ERNESTO MARCELLINI
Bibliografía
BELTRAN LlAVADOR, FRANCISCO, Apunte de Cátedra " Organización de Instituciones Socioeducativas: Imposibilidades y desórdenes.
MARCELLINI, ERNESTO: Trabajo final – versión preliminar "Especialización en Ciencias Sociales con mención en Currículum y Prácticas Escolares" – FLACSO (2007-2008).
¿Como Olvidar?
Como olvidar los días grises;
¿Si son ellos los que me traen el brillo del sol?
Como olvidar las derrotas;
¿Si son las que me proporcionan las victorias?
Como olvidar los errores;
¿Si son ellos que me dan las lecciones?
Como olvidar la soledad;
¿Si ellas hicieron que mi suerte cambiara?
Como olvidar los planes fracasados;
¿Si el fracaso me puede enseñar a soñar?
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