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Martí y la Religión


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

Este trabajo se encuentra orientado hacia el siguiente problema: El conocimiento de la influencia de la religión en Martí o más bien las huellas de esta en José Martí planteándonos como objetivo del mismo profundizar en uno de los modeladores de la personalidad del Héroe Nacional cubano como modesto monumento al hijo más ilustrado y lúcido de la nación cubana y de nuestro continente.

Alrededor de la figura de Martí, como ocurre con todos los grandes hombres, se ha tejido un sinnúmero de leyendas. Leyendas que, por serlo, resultan difíciles de destruir y acaban por arraigarse en la mente popular a fuerza de ser constantemente repetidas.

En dicha tarea abordamos algunos de los aspectos que identifican la vida de Martí como son:

  • Religiones en José Martí.

  • Influjo religioso en Martí.

  • La religión en la obra martiana.

  • El José Martí: Precursor de la independencia y la paz.

Para el desempeño del trabajo nos dedicamos al desarrollo de tareas científicas como la consulta de bibliografía especializada en el tema, así como escritos consultados mediante los medios informáticos, donde se aborda la obra martiana. También se utilizaron los métodos teóricos: análisis y síntesis, histórico- lógico, inducción y deducción, con el objetivo de recabar información relacionada con el tema objeto de nuestro trabajo.

Por lo que este trabajo ha permitido acercarnos a los efectos de la religión en José Martí, ya que resumen que la religión de Martí no fue otra que la del amor por Cuba y su libertad.

Introducción

La amplia obra de José Martí y su dedicación por entero a la causa de la libertad e independencia de América resulta en nuestros días un gran legado que fortalece el pensamiento del hombre americano en función del desarrollo de los pueblos de nuestro continente.

Se ha de aprender a conocer y a honrar a los hombres que pusieron su vida al servicio de la libertad y la justicia en América, aquellos hombres cuya vida puede servir de guía y espejo permanente para todos.

A los países les nacen hijos que sobresalen por su trabajo y por su talento, y les nacen otros que llevan en sí todas las virtudes y las nobles ansias de sus pueblos en tiempos decisivos de su historia, todas las patrias han dado hombres que se han puesto al frente de sus pueblos en su lucha por la libertad.

En Cuba, país pequeño de extensión, nació un hombre cuya vida es conmovedor ejemplo de sacrificio y heroísmo; uno de los hombres más nobles, valerosos y sabios que hayan existido.

A la libertad de su Patria consagró su vida y por ella murió; por la libertad de la Nación, luchó por la independencia y el engrandecimiento de la Patria mayor: nuestra América.

Este trabajo permitirá conocer uno entre los muchos modeladores que contribuyeron a la formación de la personalidad de ese hombre que fue José Martí Pérez ya que es una necesidad, potenciar el conocimiento de su vida y obra dedicada por entero a la independencia de Cuba, ya que su pensamiento es un componente esencial de la ideología de la Revolución Cubana

Se exponen las razones que fundamentan la influencia de diferentes religiones en la formación de la personalidad de Martí, que es poco mencionada y en nuestros días es importante conocer sus ideas que están presentes en toda la obra de la Revolución Cubana y su luz se proyecta en todas las tierras de nuestra América como él la llamara.

Se manifiestan los criterios de varias personalidades sobre Martí y la religión.

Nuestro propósito no es agotar este desafío teórico sino profundizar en el conocimiento de la personalidad del Héroe Nacional cubano como modesto monumento al hijo más ilustrado y lúcido de la nación cubana y de nuestro continente.

Desarrollo

Dos influencias decisivas experimenta Martí en La Finca El Abra de José Sardá, al leer la Biblia la de Moisés, en la identificación de la voluntad de Dios y la ley, y la de los Profetas y Jueces en el sentimiento insobornable de la Justicia. Derecho y Decálogo se identifican, y en El Presidio Político en Cuba se distinguen, como exaltaciones bíblicas, como dos soportes de toda la argumentación, la profanación por el gobierno español de los preceptos cristianos y la invocación emotiva a los derechos a la vida, a la libertad y a la felicidad, derechos naturales proclamados por las revoluciones norteamericanas y francesas.

Ese es el tenor que siempre conservaran sus discursos y alocuciones. Lo reconoce Sanguily cuando expreso: "Su tribuna, por lo mismo, semejaba una cátedra sagrada en que el original Apóstol aprecia como un infatigable misionero. Su oratoria extraña empapada de religiosa unción, fulminaba a veces con el acento irritado de los profetas aunque, por lo común, se abría mansamente como una rosa mística para exhalar celestiales aromas: ".

El amor enardecía su palabra, como le daba ímpetu y bravura así son los temperamentos propensos al amor y particularmente al amor humanitario, a las comunidades y personas, pero también a los seres y las cosas, y por eso se le considera de esencia religiosa.

Superada la opinión indocta, que el positivismo de revista puso en circulación a fines del siglo XlX, hoy nadie confunde religión con superstición y sectarismo; pero tratándose de una figura numinosa como la de Martí, es preciso usar el concepto con que se ha de usar la palabra religión y sus desinencias.

Spranger ha observado muy bien (en Formas de Vida) que el homo socialis se encuentra estrechamente vinculado al homo religiosus, y que regularmente toda creencia en la perfectibilidad del ser humano que tiene base hipotética y no científica, sin ser sentimiento mesiánico ni soteriológico comporta una fe de esencia mística.

La base de la ciencia es la fe en la ciencia con este criterio, muy acertadamente se ha podido englobar una categoría tan heterogenia a hombres extraordinarios como Moisés, Mahoma, Lutero, Rousseau, Marx, Freud, Einstein, cuyo parentesco de gens intelectuallis nadie osaría negar.

La frontera que delimita la jurisdicción del os sagrado y lo profano, de lo domestico y lo social, de lo mítico y lo histórico, de lo religioso y lo laico, de lo ético y lo jurídico, es tan móvil a imprecisa que puede decirse más bien que no existe tales fronteras sino una zona intermedia, una región en que ambas cualidades se mezclan y se confunden en un área mas o menos extensa y ancha.

Cuando se refiere a la vida biológica o psíquica, parece por ahora vedado al conocimiento científico; Nicolai Harteman admite, en su Nueva Ontología que el estrato categorial orgánico es incognoscible. El homo religioso permanece constante en este sentido lato con diversas gradaciones en una gama muy variada, y esto es típico en la personalidad de Martí.

Se anuncia en El presidio Político en Cuba como un sentimiento de repudio a lo impío, inhumano, despiadado, injusto que es la negación del Bien, sinónimo de Dios, y termina en una religión panteísta o social-política que une a los hombres, y en un círculo concéntrico menor a los cubanos como miembros de una ecclesia, de una familia espiritual sindesmica, de una fe que se abusa en el destierro y en el cautiverios colocando, fiel a la tradición judeocristiana, a la moral sobre todas las virtudes.

En El presidio Político en Cuba hay una constate preocupación `por Dios pero esta preocupación se vincula ya a lo ético. No puede decirse que el libro revele una concepción filosófica global, pero si la orientación que iba a presidirla. Asoma ya, como meta central. La idea del Bien.

La moral será siempre para Martí un imperativo de la misma fuerza que el primer mandamiento de la Ley mosaica, y puede expresarse así:"Amaras el Bien sobre todas las cosas" .Más todavía que la moral, que parece ser asunto de catecismo (aun la moral sin moralina), la honradez, que es una cualidad inherente a la condición humana.

El "amor intelectuallis" funda intrañablemente su religión del amor humano que tiene como primer mandamiento el amor al prójimo más que así mismo.

El amor era en Martí resultado de su ser, el comportamiento de su persona espiritual y corporal, y pudo haber dicho, como Antígona:"Yo no he nacido para el odio sino para el amor".

En el presidio experimenta, y lo declara, que el amor compasivo a los desdichados, compasión amorosa por la desdicha, aniquilado el odio en su alma hasta presentársele como supuesta su existencia "como fábula absurda" el simulacro de algo inexistente y una pasión imposible.

Hacia el final de su vida todavía se halla inculpe de sentimientos negativos:"Siento que las pasiones se han desprendido de mi como se desprenden al desnudarse las ropas" (Martí sólo reconoce pasiones positivas, fiel a su apotegma que posiblemente adoptó de Mendive:"No debe haber pasión sino por la justicia.

En este orden de ideas expresa Spranger:"Cuando se concibe el amor en este sentido supremo, no puede haber odio absoluto";"El odio (del homo sociales) se dirige entonces a lo nocivo, a lo falso, a lo feo y a lo impío puramente como entidad del valor, pero no a la persona.

Es el amor el fuego que inflama y alumbra la obra revolucionaria de Martí. El Presidio Político en Cuba donde expresa una clase de conmiseración confraternal con los más humildes y desgraciados seres, que se entiende por hermandad, identificación con el prójimo, proyección de si a su situación.

La persona física de Martí emanaba ese efluvio de amor que es perceptible a la sensibilidad a la sensibilidad de ciertas personas elementales ( y de algunos niños y muchos animales):"Cuando hablabase de él(de Martí), los corazones sentíanse unidos como por un rito.

Quienes han estudiado con devoción la vida y la conducta de Martí, se preguntan si fue religioso, lo que equivale a la pregunta si era cristiano sectario o, mejor dicho todavía si era católico, apostólico, romano. A este cristianismo, que era el de los padres de y el de los poderes públicos, perteneció Martí hasta la pubertad, pero luego fue cristiano por súper abundancia de amor y bondad.

Como se dijo de Simone Weil, habría sido cristiano sin conocer el cristianismo, y habría practicado como Pascal la geometría, sin conocerlo.

Es de seguro que la conversión se opera en la Finca El Abra de José Sardá, a la lectura de la biblia de la Biblia, cuya influencia es perceptible también en otras manifestaciones de su fe en la misión del hombre. No era libro que estuviera en los hogares católicos, ni seguro lo hubiera en su hogar.

La honda impresión que dejo en él la lectura es evidente en sus escritos, en El presidio Político en Cuba, de tono enfático condenatorio, de severidad profética y judicial. Efectivamente, aflora en los sentimientos y en la forma de expresión de ese folleto, un halito hebraico que es aprehensible en la hondura, tenacidad y devoción incondicional .El sobrenombre de Ismael que le confiere a su hijo, y el correspondiente simbolismo de soledad, abandono y expatriación, es otro dato de reminiscencia bíblica, como simeticos son el nombre y el destino de Abdala.

También es significativo que el concepto y significado de "pueblo "que Martí asigna al cubano ("Cuba para él era la tierra privilegiada de esos dones isla representativa y sacra de la libertad. En esa apasionada proyección patriótica de Martí con su pueblo, existía algo de participación mística de que nos habla Lévy Bruhi.

El Presidio Político en Cuba contiene, pues, directrices del alma del Apóstol, que más tarde debían de prolongarse y acrecerse a través de su vida en pleno, obteniendo un sincero y unánime amor a la humanidad (a lo cual, aunque no lo merecieran, pertenecían sus inquisidores);nacióle en lo más hondo del corazón un odio fecundo y creador a la injusticia y a la maldad como valores negativos y universales".

No se podría decir si el tono predominante en ese opúsculo es el profético o el judicial, pero anuncia y execra, exhorta y condena con igual vigor .Según Fernando Ortiz (en Martí y las razas),es innegable que el cristianismo de de Martí en ese folleto es semítica más que romano, romano más que cristiano ortodoxo eslavo más que católico, agustiniano . Martí es bíblico y evangélico en partes alícuotas, tanto en su sentido en la vida cuanto a su ideario social reivindicatorio.

Pero éste es el espíritu del El Presidio, no el de. Abdala. En El Presidio hallamos: la religiosidad unida al espíritu de libertad, justicia y dignidad que son las tres conquistas humanas para su pueblo por las que lucho Israel durante siglos, y que está en la misión de Moisés como profeta; legislador guerrero y caudillo.

Así pensaba Martí como ya se advierte en aquel opúsculo del presidio. Dios patria y libertad, son también bíblicos, pero en última versión se ha purificado de todo resabio teológico. Dios es un ideal de bien por el que se muere, la patria es Cuba, el hogar el templo del trabajo y la paz.

Al partir para España aún creía que por Derecho se iba a la justicia; cree en sus maestros (Varela, Luz y Caballero, Mendive) y en su prédica (la justicia, el honor, la legalidad, el amor al pobre, la confraternidad universal.

En los pasajes trascritos por Fernando Ortiz en "Fama Póstuma de José Martí". En Moisés pudo haber hallado Martí el arquetipo del salvador de su pueblo, dotado de las cualidades ideales: inteligencia, rectitud, sentido de la justicia y del deber, heroísmo, fuerza de voluntad.

Cualquiera que hayan podido ser las influencias directas, como puede ser, en ocasiones, el estilo bíblico, la firmeza en el propósito de cumplir una gran misión, la rectitud en la conducta, la magnanimidad, el heroísmo, el sentido solemne y reverencial con que Martí acepta la vida y exalta sus magnificencias, el culto al hombre pleno, independiente y amoroso, a la humanidad como entidad abstracta que asume el antiguo Jehová.

El amor a Cuba es en Martí el amor al pueblo cubano, al hogar grande cubano; su admiración por la belleza de la Isla es una resonancia de su creencia en las cualidades carismáticas del alma cubana. Una proyección de sí en cierto sentido. Y la defensa del pueblo de Cuba que hace en el Manifiesto de Montecristi y en la declaración a The New York Herald es de carácter familiar más que cívico, afectivo más que legal.

Hace años, Mauricio Pitchon publicó una recopilación de opiniones de diversas autoridades religiosas( judías , hindúes, musulmanas, católicas, protestantes) y en todas ellas asienten en que Martí fue esclarecido y venerable espíritu religioso .Ante todo un alma religiosa, porque era un alma sincera, en el concepto de Caryle:"La idolatría culpable es la idolatría sincera".

La sinceridad reviste de pureza el pensamiento y la vida de Martí. Puede decirse, no obstante, que no era religioso ni cristiano ni musulmán ni judío, pero que era de tal índole piadosa y comprensiva, venerante y sensitiva, que todas las religiones pueden considerarlo como suyo.

En algunas paginas de inspiración mística, concibe Martí, como muchos espíritus de su temple unificador, la posibilidad de una iglesia sincrética que una de las confesiones cismáticas, como se intento en los orígenes del cristianismo por Tertuliano, Orígenes, Marcación, Mani, que al fin fueron declaradas heréticos ignoramos porque.

La Civitas Dei, de San Agustín, es la última gran obra compuesta con ese propósito; pero esporádicamente esta intención, que volvemos a encontrar en Martí, reafloró en los grandes "" utopistas sociales"", como estudia Etienne Gilsón en su libro Las metamorfosis de la Ciudad de Dios. Incluso llegó Martí a una concepción semejante a la de Joaquín del Fiorem,, como expresa Fernando Ortiz:""Martí habla a veces de una futura iglesia nueva, iglesia natural. Parece panteísta. No ven la iglesia portentosa, la iglesia natural que se está levantando, como un árbol que tendrá por copa del cielo, del pecho de todos los hombres a la vez. Es la iglesia única, inexpugnable y hermosa, pararán como zorras en cadenadas, todas estas iglesias.

Para Martí las gentes abandonaban los templos, ¡porque la enseñanza es falsa , el carácter duro, el rico soberbio, el pobre desconfiado, y la época de vuelco y reencarnación, que pide para guía de los pudientes contra los míseros, y se rebajan al empleo de instrumentos de gobierno y defensa de castas y caen al suelo en una embestida de uñas!…Porque el cristianismo se siente como al morir, en los umbrales de la iglesia nueva donde, con el cielo por techo, se sentará el Cristo católico junto al Cristo hindú, Confucio de un lado y Wotan de otro, sin más clérigo que el sentimiento del deber, ni más candelabros que los rayos del sol, ni más incensarios que los cálices de las flores,.

Diferentes personalidades religiosas entre otras han expresado sus criterios acerca de la religión de José Martí, revelados por Fernando Ortíz. En ""Fama Póstuma de José Martí"".

En esta obra el maestro Ortiz recopila opiniones de sacerdotes y eclesiásticos, algunas de las cuales estimo pertinente transcribir: del fraile franciscano en La Habana, Ignacio Biaín: ""Todo él, Martí está saturado de lo trascendente cristiano, Martí fue un hombre que se dejo bañar en aguas limpias del mejor cristianismo"" ,de A Soegijapranata, obispo católico Samarang (Indonesia ):""se siente agradecido a Dios por haber permitido venir al mundo a JoséMartí"";el pastor metodista de Ceilán , tiene a Martí por ""ungido de Dios"" ;Michel Bishara, de la Iglesia Copta Oxtodorxa en Mahala, El Kobra (Egipto),escribe que la devoción a Martí responde a un versículo de la Biblia que dice: ""Acordados de nuestros pastores que os hablaron la palabra de Dios"";José I Cohen, rabino(Maestro hebreo que se encarga de trasmitir la religiosidad y La ley judías. Actualmente preside la liturgia y es consejero de la comunidad) de Atlanta, dice que los ideales de Martí están están caracterizados como los santos de la Santa Biblia; para el rabino E Brecker, de Cali(Colombiano),Martí era ""un enviado de la Alta Luz para dejar en cada oscuridad la lámpara ingenua de la Divinidad""; la cominidad Hebrea de Tesalónica(Grecia)dice, en un dialecto sefardí, o sea judeo español : José Martí"" según resale de su obra, exprimió el verdadero espíritu del judaísmo… la pureza celeste del espíritu judío"";Israel Brondie, gran rabino de Londres, dice de Martí que ""su mensaje está impregnado del perfume de las enseñanzas de los profetas de Israel""[;Benjamín Heler, presidente de las comunidades Israelitas de Argelia, escribe así :""El alcanza en la acción a nuestros auténticos profetas, y esto ha rendido al judaísmo servicios que no pudieron olvidarse"";el mahometano K. Kennab, ministro de Educación de Irak, dice de Martí que ""sus pensamientos y acciones sublimes recuerdan muchos grandes hombres de la Historia, la del Islam";W.Sangharakkhita Maha Thero, jefe monje, presidente de la Sociedad Budista Duta, de la India, incluye a Martí "" entre los hombres extraordinarios de tan excelentes virtudes innatas… que irradian paz y felicidad a su alrededor, según decía Buda"".Donad F.Fogelquist es coincidente:""La religión de Martí es el amor "";""La luz, palabra que figura en innumerables, hermosas metáforas de Martí, bien pudiera servir de símbolo de la vida y obra del santo cubano"".

La religión, para Martí como para los espíritus de su envergadura, no es cuestión de parroquia ni de pastoral: abarca la esfera de los grandes sentimientos impersonales y ancestrales,y la esfera de las altas ideas de los teólogos presocráticos y de los místicos medievales, no en los términos gramaticales y filosóficos con que ellas plantearon, sino con la misma profunda convicción de lo infinito, lo incognoscible y lo inefable.

Sin comparación posible ninguno de los amantes de Dios__que en versión castellana como la de Spinosa poseemos___, Martí es personal y sus inquietudes religiosas desembocan en la moral y en sus inquietudes religiosas desembocan en la moral y en la belleza, no en la mística o la ascética

El trato con Mendive Martí pasa sin violencia de la fe religiosa a la fe humanitaria, cuando recupera el cristianismo primitivo en un acto de revelación semejante al de Simone Wei.

Las conversaciones trascendentales y definitivas que podemos atribuir a Mendive y a su maestro Luz y caballero, son relativas a la religión y al derecho, vale decir, a la libertad, la justicia y la dignidad que son sus tres virtudes teologales.

El caudal emocional y ético del cristianismo familiar e infantil, es ""transferido", convertido en sustancia gentil, pagana (de pagus, campestre)profana y sacra, conservando integro sus atributos. Desde ese momento (1869) puede decirse que Martí es incrédulo pero religioso, y desde entonces su cruzada de "regular en el siglo", de "sacerdote laico revolucionario "es un credo al mismo tiempo que un imperativo categórico.

Todavía susosias es Lamennais, y El Presidio Político en Cuba es análogo a El Eco de las Cárceles, si bien escrito con más pasión, nobleza y dignidad de juez. Escribió Martí: ""La libertad es la religión definitiva.""

En su primera colaboración en la Revista Universal escribió:""Extinguido por ventura el culto irracional , el culto de la razón comienza ahora. No se cree ya en las imágenes de la religión,"y el pueblo cree ahora en las imágenes de la patria."" En la colaboración del 8 de junio de 1875:"" La religión católica tiene dos fases que merecen cada una especial atención. Es doctrina religiosa y es forma de gobierno."" ""Hay un Dios: el hombre; hay una fuerza divina; todo.""

No comprender que en Martí quedan las vivencias religiosa (los raigones) una vez desaparecidos los contenidos concretos de la fe religiosa, es privarse de todo posible entendimiento de su personalidad. A sí el sentimiento de justicia, también genuinamente semita, lo inclina al estudio del Derecho, aunque se apartó muy pronto de él, y lo encamina a la lucha por la conquista de la justicia con otras armas más eficaces y más dignas de la libertad y la igualdad verdaderas, de facto y no de jure.

El paso de lo religioso a lo profano se le facilita a Martí por la masonería, que es punto de empalme del tema judeo cristiano""Libertad, justicia y dignidad"", con el de la Revolución Francesa ""Libertad, igualdad y fraternidad"", que lo es asimismo.

El repudio a la hipocresía y la mentira es también de raíz religiosa en Martí, pues las considera faltas a la personalidad moral y no defectos de educación, como piensan los que son indulgentes con los pecados propios que otros cometen.

En el caso de Martí, la pérdida de la fe en la religión católica de los padres, es compensada automáticamente por una fe en las cualidades espirituales específicas del hombre y en sus posibilidades potenciales, como si, arrojada la envoltura y la cáscara, se hubiera reservado para si la pulpa y la semilla de la fe. Desde ese momento, sea con el auxilio del masón, librepensador y humanista Mendive, o por su propia, "vis vitalis"".

Los principios del cristianismo de Martí no son los de la fe y la obediencia, sino la limpieza de alma, la rectitud de conducta y el sacrificio de si, por amor, en bien del prójimo.

Sin duda: no hay misticismo, en ninguno de sus aspectos, en Martí, hombre realista, empírico y científico, pero si santidad como R. Otto la define. En la frecuencia de sus escritos y en la apercepción de su biografía, se siente la presencia de lo sagrado.

Lo venerable, lo inmaculado eran para Martí un hecho cierto sujeto a una ley natural, como la luz y el aire; una tendencia ingénita en las cosas, susceptible de modificación no neutralización. A este respecto, escribió en 1875(en la Revista Universal del 12 de agosto): ""Mal que pese a la rebelde juventud, la veneración es una ley; busca el humano espíritu algo que lo fortifique y lo consuele, y cobra ánimo para lo venidero por lo que en lo pasado tuvieron ánimo los otros; tiene el ser de hombre dos activas fuerzas, de las que nacen el propio mejoramiento y la ajena estima: el respeto y el amor. ""

Y en sus ""Cuadernos de Estudiante"" anota: ""Cuando yo era niño, muy niño, la idea no adquirida de Dios se unía en mi a la idea adquirida de adoración. Hoy se ha obrado en mi mismo, esta revolución que acato porque es natural; y me regocijo porque deslinda y piensa: la idea de Dios ha sobrevivido a mis antiguas ideas, la idea de adoración ha pasado para no volver jamás. ""

Simone Weil supuso que el ateo está más de Dios que quien lo adora insensatamente o el teólogo que le atribuye cualidades que ignora que tengan. El verdadero sacrilegio es el de los creyentes que afirman lo que no saben, y no el de los niegan lo que ignoran .A este respecto, escribe K. Dittmer (en Etnología general):"Hay pueblos que, sin tener altas religiones, deidades personificadas o un dios único, actúan éticamente, mientras que, por el contrario, ciertas religiones monoteístas, debido a su fanatismo y a su pretensión de dominio universal, han vertido torrentes de sangre."

La forma más alta a mi parecer y siguiendo el sentimiento martiano, es la de Meister Eckhart que decía que Dios era la nada, vale de decir aquello que, eliminados todos los atributos que suelen adjudicársele, queda como último residuo nada, para la epistemología; eso es Dios; lo puro, absolutamente esencial, intangible hasta para el pensamiento, lo inconcebible e inefable. "Piensa algo de Dios, y eso no es".

Martí manifiesta en sus obras escritas en plena juventud, el influjo religioso, puesto que en estas, ya sea en los personajes o el vocabulario empleado.

El patriotismo épico de Abdala es ahora patriotismo moral porque ha trasformado la indignación en conmiseración, y el protagonista no piensa en acudir a las armas sino en tomar el camino más seguro para lavictoria definitiva.

En El Presidio el patriotismo épico se ha trasformado en social humanitario, y la nación invadida y los habitantes son subrogados por la patria y el pueblo más infeliz. Un sentimiento de compasión y de comprensión, de indignación más que de piedad lo lleva a la defensa, que por ahora no podrá hacerse empuñando las armas, como lo demuestra la desorganización de la guerra contra España que Cuba libra hace un año.

La revolución de Céspedes arde en las provincias del este y levanta el entusiasmo y resistencia, ambiciones y disputas, y seguramente Martí ha oído en casa de Mendive que los patriotas no podrán vencer.

En El Presidio no es un guerrero sino un redentor quien se nos exhibe, y el relato es autobiográfico, contado en primera persona, asumiendo la responsabilidad de la denuncia. En este opúsculo de Martí se puede insertar junto a Job, a Rut, a Ester o como capítulo de las crónicas de cautiverio en Egipto o Babilonia. Es un cuento tremendo de la Biblia o de la Hagada.

Si en Abdala Martí pudo ser Judas Macabeo que sale a morir en defensa de su pueblo, su ciudad, su templo, y sus hermanos, aquí es Pablo de Tarso, preso en Jerusalén. Muchos nombres acuden a la mente, y todos de la leyenda religiosa judía en su teopeya por la libertad, la justicia y la dignidad, netamente diferenciada de la epopeya mitológica helénica.

El sobrenombre de Ismael que confierere a su hijo, y en correspondiente simbolismo de soledad y abandono y expatriación, es otro dato reminiscencia bíblica, como semíticos son el nombre y el destino de Abdala.

La conversión de Martí, entre la publicación de Abdala y la experiencia de las canteras de San Lázaro, debió de haber sido catártica, un trauma de fondo. Lo vemos ahora interesado en el aspecto humano y no político de Cuba; Cuba no es una colonia expoliada y explotada por España cuanto una colonia penitenciaria, un mercado de Trata y un patíbulo.

EL horror desplaza a la razón y Martí aprende a pensar con todo el cuerpo, a sentir en su cara la bofetada del prójimo y en sus espaldas el látigo del carcelero de todas las cárceles.

Consideramos que, como es justo que la convicción profunda de Martí en el presidio ha fijado un espíritu un complejo de redención, y comprenderemos con menos dificultad que su vida ulterior toda, se encamina en inflexible línea recta a la liberación del hombre humillado y castigado sin razón, a los humillados y ofendidos que se hallan en todas partes y que en el presidio morían irredentos.

Allí ve lo que antes conocía de referencias, y ya no podrá comer ni dormir tranquilo mientras un solo ser padezca injusticia. En párrafo lo dice, cuando la patria le dejó elegir entre libertad personal y el bien para sí y el sacrificio, la condena de vivir para los demás Martí elige este camino sin hesitar , que para el habría de ser un calvario de privaciones, suplicios morales y renuncia a los goces de la existencia egoísta.

Lo que elige es una misión, un deber, y en este caso la renuncia a cualquier beneficio y satisfacción personales en aras del bien común asume laq magnitud de una ofrenda religiosa de sí de una consagración. Pero hay que estar seguro de que se procede conforme a ley, que para el todavía es la voluntad de Dios. Esto no podemos olvidarlo.

En primer lugar intensidad y la firmeza del voto que le exigirá sacrificarlo todo, paz, bienestar y vida al servicio de los desconocidos sin defensa, y en segundo lugar la voluntad inquebrantable y la fe con que ha de llevar su propio holocausto sin esperar recompensa ni reconocimiento.

El novato de este culto laico a la humanidad castigada injustamente, tiene a la sazón diecisiete años y no cuenta para ello con oportunidad favorables ni alicientes externos. Es una obra absurda, una locura.

Todo lo ha de extraer de sí, de hacer por sí con sus manos y su inteligencia en tierra extranjera y hostil, enemigas de su patria España y los Estados Unidos.

Es su destino. Necesita ante todo adquirir y aprender a manejar las herramientas para su trabajo, las armas para su lucha, formarse, alcanzarla independencia personal que le permita no depender de un amo, de una obligación que lo someta. Es con su inteligencia que obtendrá su libertad y con su libertad la de los que no la tienen.

Tal era Martí, hombre ante todo; pero hombre en el más alto sentido; y humano también en el más elevado grado de lo que debe ser el mejor concepto de humanidad.

Por lo que se puede deducir que en Martí la religión o las religiones, que por la inteligencia sin igual que poseía pudo conocer muchas de ellas y que de todas tomo lo que para él fue importante constituyendo así uno de los modeladores de su personalidad. Teniendo en cuenta el infinito amor que sentía por su patria, que fue su verdadera religión.

No solo fue un gran patriota revolucionario que dedicó su existencia a luchar por la independencia de Cuba, sino que fue un hombre de alma pura que pasó por la tierra predicando y regalando amor, se sintió unido a todos los desdichados y escribió incansablemente.

Acerca de los seres más humildes. Dijo…"con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar.. Quiso que en el mundo hubiera justicia para los desamparados.

Fue ante todo un ser generoso que amó y luchó sin el menor vestigio de odio. Y que diría a su amigo Manuel Mercado en 1884….yo soy un loco incorregible que cree en la bondad de los hombres y en la sencillez y naturalidad de la grandeza.

En aquella alma pura, llena de amor por el negro, por el indio, por el hombre pobre, por el oprimido, por el niño, por la humanidad toda, no había lugar para otros sentimientos. La envidia, el rencor, el odio, la venganza, no tuvieron cabida jamás en Martí.

Todo lo antes expuesto nos revela que Martí se impuso una religión particular, la del amor por su patria oprimida, y por ella se otorgo la misión de entregarse a ella en cuerpo y alma hasta lograr su verdadera independencia o perecer en intento, pero de una forma u otra lo cumplió pues aún después de su muerte sus ideas continuaron vivas hasta el logro de su misión ver a Cuba libre e independiente.

Conclusiones

La religión, para Martí como para los espíritus de su envergadura, no es cuestión de parroquia ni de pastoral: abarca la esfera de los grandes sentimientos impersonales y ancestrales, y la esfera de las altas ideas de los teólogos presocráticos y de los místicos medievales, no en los términos gramaticales y filosóficos con que ellas plantearon, sino con la misma profunda convicción de lo infinito, lo incognoscible y lo inefable.

El paso de lo religioso a lo profano se le facilita a Martí por la masonería, que es punto de empalme del tema judeo cristiano "Libertad, justicia y dignidad"", con el de la Revolución Francesa ""Libertad, igualdad y fraternidad"", que lo es asimismo.

El repudio a la hipocresía y la mentira es también de raíz religiosa en Martí, pues las considera faltas a la personalidad moral y no defectos de educación, como piensan los que son indulgentes con los pecados propios que otros cometen.

Cualquiera que hayan podido ser las influencias directas, como puede ser, en ocasiones, el estilo bíblico, la firmeza en el propósito de cumplir una gran misión, la rectitud en la conducta, la magnanimidad, el heroísmo, el sentido solemne y reverencial con que Martí acepta la vida y exalta sus magnificencias, el culto al hombre pleno, independiente y amoroso, a la humanidad como entidad abstracta.

La sinceridad reviste de pureza el pensamiento y la vida de Martí. Puede decirse, no obstante, que no era religioso ni cristiano ni musulmán ni judío, pero que era de tal índole piadosa y comprensiva, venerante y sensitiva, que todas las religiones pueden considerarlo como suyo.

Bibliografía

  • ALMENDROS ALVERO HERMINIO. Nuestro Martí Editorial Pueblo Educación, La Habana, Cuba 1997

  • ESTRADA MARTÍNEZ EZEQUIEL. Martí Revolucionario. Casa de las América 1974

  • FERNÁNDEZ RETAMAR, ROBERTO Y IBRAHÍM HIDALGO. José Martí. Semblanza bibliográfica y cronología mínima. Editora Política Habana 1983.

  • MARTÍ PÉREZ, JOSÉ, Discursos, Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1974.

 

 

Autor:

Lic. Armando Martínez Socarrás.

Licenciado en Educación Primaria . Especialidad Defectología.

Especialización Logopedia .

Edad : 49 años

Fecha de realización 16 de enero 2011.

Coautor :

Lic. José Francisco García Suegras.

Municipio: Bahía Honda

"Año del 53 Aniversario del Triunfo de la Revolución."