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Inmigración y Plástica: dibujantes


    1. Caras y Caretas
    2. Crítica
    3. El Mundo
    4. Hortensia
    5. Anteojito
    6. Primera Sudamericana
    7. Cine de animación
    8. Notas

    En esta monografía me refiero a algunos de los inmigrantes que se dedicaron al dibujo. Entre ellos hubo quienes se destacaron en crítica política y social, publicidad, cine y literatura infantil. Me refiero asimismo a descendientes de inmigrantes que dibujan actualmente y a quienes dibujaron inmigrantes.

    Caras y Caretas

    Varios inmigrantes europeos y americanos dedicados al dibujo trabajaron en la revista. Entre ellos, Mayol, Cao Luaces, Aurelio Giménez; Cándido Villalobos, Mario Zavattaro, Juan Carlos Alonso, Julio Málaga Grenet, Nicanor Alvarez Díaz ("Alejandro Sirio"), Víctor Valdivia, Federico Ribas y Luis Macaya.

    Adrián Pignatelli investigó la historia y características de Caras y Caretas, publicación que reunió a destacados dibujantes nacidos en otras tierras. El señala que la revista "Nació bajo el signo del liberalismo conservador; conoció la apertura democrática y la experiencia inédita de tres gobiernos radicales. Después, fue testigo del primer golpe militar y pudo comprobar los excesos y la corrupción que imperó en la década infame, antes de apagar definitivamente las rotativas en 1939".

    "Había nacido a fines del siglo pasado, aprovechando hábilmente los avances técnicos de la época. Porque así como el adelanto de la litografía había significado un importante paso, su uso periódico fue decayendo ante los adelantos mecánicos introducidos en la impresión por sistemas tipográficos, como el empleo de cromos y fotograbados, prácticamente estrenados por este semanario. Asimismo, por su contenido, donde abundaban noticias nacionales e internacionales -no sólo relacionadas con la política o la economía, sino también con el arte, las ciencias y la cultura en general- la convertían en una revista popular y variada. Por sus páginas desfilaron caricaturistas y renombrados escritores que hicieron historia en el periodismo gráfico. Caras y Caretas fue, además, la iniciadora en cuanto al empleo de la fotografía en sentido periodístico, pudiéndose encontrar excelentes trabajos de prestigiosos profesionales".

    "La revista Caras y Caretas tuvo su origen en Montevideo en 1890, sobre la base de una idea de Eustaquio Pellicer, un poeta humorístico nacido en Burgos, España. Pellicer había comenzado a escribir a los 15 años, cuando publicó en su pueblo natal un pequeño periódico llamado Don Javier. Luego, lo hizo en La Broma y en El Pabellón Nacional, de Madrid. Cuando emigró a estas tierras, trabajó en La Pellicerina y en Caras y Caretas, ambas publicaciones editadas en la capital uruguaya".

    "El 20 de junio de 1892 se trasladó a Buenos Aires, a raíz de una invitación de su amigo Bartolomé Mitre y Vedia, hijo del ex presidente y fundador del diario La Nación. Cabe señalar que su llegada a esta ciudad coincidió con el cierre del periódico Don Quijote, verdadera escuela de dibujantes. Entonces, Pellicer y su amigo decidieron reflotar Caras y Caretas en Buenos Aires. El sería su director, aunque un acontecimiento de fuerza mayor se lo impidió: Ia no aceptación de la independencia de Cuba por parte de España produjo que los naturales de ese país no fueran bien vistos en estas tierras. No parecía prudente presentar una revista dirigida por un español, más aún cuando ésta pretendía llegar a un público masivo. Fue así que Pellicer no pudo ocupar la dirección. La misma hubiera recaído en Mitre y Vedia, pero un nuevo escollo se presentó: el general Mitre no vio con agrado que su apellido estuviera involucrado en una revista destinada a satirizar y ridiculizar a sus adversarios políticos. Por tal motivo, se nombró para esa función a un escritor costumbrista que alcanzaría una bien ganada fama: José S. Alvarez, quien firmaba sus trabajos con varios seudónimos, pero que quedó inmortalizado con uno: Fray Mocho. El principal dibujante fue Manuel Mayol, un caricaturista político que firmaba como ‘Heráclito’ ".

    "Caras y Caretas apareció en Buenos Aires el sábado 8 de octubre de 1898. Los canillitas lo voceaban ‘El Caricareta’. Varios diarios anunciaron su aparición, como fue el caso de La Prensa: ‘El festivo semanario, anunciado con tanto gracejo por sus fundadores, ha aparecido ya, y su número primero no sólo ha cumplido sus promesas colmando las esperanzas del público, sino que ha excedido unas y otras’. El señor Bartolomé Mitre y Vedia, que debía ser su director, anuncia en esta primera entrega haber renunciado a ese cargo y haberse separado de la empresa con gran sentimiento suyo, por causas de fuerza mayor relacionadas sin duda con las exigencias de otras ocupaciones".

    "También, el diario El Nacional le dio la bienvenida: ‘Algo retrasado llegó a nuestras manos Caras y Caretas. Su primer número ha sabido responder a las esperanzas que el público cifró en ellas, siendo de esperar que este interesante semanario crítico-jocoso se abra camino entre los de su género. Le retribuimos complacidos el saludo que a su aparición envía a la prensa deseándole vida próspera y feliz’ ".

    El director "Se llamaba José S. Alvarez y le decían ‘El Mocho’. Era del tiempo en que los José y los apellidos como el suyo estaban muy repetidos y la gente recurría a los apodos para identificarse. (…) En Caras y Caretas con el seudónimo de Fray Mocho, publicó los ‘Cuentos y cuadros de la ciudad’. Enfermo, viajó al Paraguay en busca de alivio. Luego regresó a Buenos Aires, donde murió el domingo 23 de agosto de 1903, a los 45 años. Lo sucedió en la dirección de la revista Carlos Correa Luna".

    "Los dos dibujantes que se destacaron, en la primera época del semanario, fueron Manuel Mayol y José María Cao y Luaces. Mayol era de origen español y de una apariencia física netamente gallega. Era un dibujante litógrafo que había trabajado en Don Quijote, donde firmaba con el seudónimo de Heráclito. (…) En cuanto a Cao, había nacido en Lugo. Llegó a Buenos Aires en 1886 cuando contaba con 23 años. Empezó ganándose el pan haciendo caricaturas relámpago a los transeúntes que poblaban el Paseo Colón. Luego, se vinculó a un taller de grabados y comenzó a colaborar en varias revistas, entre ellas El Sudamericano. Colaboró activamente en Don Quijote, firmando como ‘Demócrito II’. Cuando se incorporó a Caras y Caretas, en 1898, también aparecían dibujos suyos en su propia revista, llamada El Cid Campeador, su primera experiencia editorial. Cao se retiró definitivamente de Caras y Caretas en 1912 y junto a muchos de sus compañeros de la revista editaron Fray Mocho, en homenaje al famoso cuentista. También trabajó en el diario La Nación y en Crítica. Cao falleció el 27 de enero de 1918".

    "Cabe preguntarse : ¿cuáles eran las diferencias entre Mayol y Cao? Si bien los unía un denominador común, y que era el talento para reflejar la realidad, ya que ellos no eran solo dibujantes, sino ‘periodistas dibujantes’, los trabajos de Cao apuntaban más hacia lo político y resultaba más evolucionado. En cambio, Mayol, no sólo se dedicaba a lo político, sino que le prestaba atención a lo cultural".

    "Los primeros números constaban de 24 páginas y el 25% era ocupado por publicidad. En el Nro. 1 aparecía Alvarez como director, Pellicer como redactor y Mayol como dibujante. Claro que había otros que se destacaron en estos primeros años. Entre los dibujantes podemos nombrar al uruguayo Aurelio Giménez; los españoles Cándido Villalobos y Francisco Redondo, y el italiano Mario Zavataro. A Redondo se lo conoce como el autor de la primera historieta cómica hecha y publicada en nuestro país, ‘Sarrasqueta y Obes’. Por su parte, Zavattaro era famoso por las brillantes caracterizaciones y descripciones que realizaba de los gauchos. Entre los escritores de estos primeros años se encuentran Banchs, Cané, Del Valle Inclán, Joaquín González, Lugones, Payró y Rodó, entre otros".

    "Caras y Caretas se autodefinió como ‘semanario festivo, literario, artístico y de actualidad’. Aparecía los sábados y su redacción, dirección y administración se ubicaba en San Martín 284. Un dato por demás curioso: el precio de tapa comenzó siendo de 0,25 ctvs; a partir del número 13 bajó a 20 y así se mantuvo hasta 1939".

    "La revista constaba de dos portadas. Ambas contenían ilustraciones sobre hechos de actualidad. La primera estaba impresa a color y la segunda, en blanco y negro. Generalmente, estas portadas eran separadas por páginas que contenían noticias de índole internacional y culturales, además de la publicidad, que iba insertada -salvo en los últimos años- en las primeras y en las últimas páginas. Las portadas eran dibujadas por Cao o por Mayol, aunque a veces encontramos trabajos firmados por Zavattaro o Giménez.

    Luego de la segunda portada, se encontraba la sección ‘Sinfonía’, una suerte de editorial. Hasta su partida del semanario, Pellicer fue el encargado de escribirla. La primera columna marca la tendencia y el sentido que pretendían darle al semanario. Más allá del carácter ingenioso y divertido que tuvo esta primera columna, en la sección ‘Sinfonía’ se tomaba postura frente a temas importantes y a hechos cotidianos que preocupaban a la gente. De la misma manera que la editorial de un diario refleja la opinión del mismo, la brillante pluma de Pellicer volcaba en ‘Sinfonía’ la postura de Caras y Caretas respecto a temas como el fraude, la situación económica, etc. ‘Menudencias’ era otra de las secciones fijas de la revista. Iba sin firma, y era pequeños comentarios sobre temas de actualidad".

    " ‘Caricaturas contemporáneas’ eran dibujos a una página, a color, de personalidades de la política nacional e internacional, de la economía, de la cultura o de las ciencias. Estaba a cargo de Cao, Zavattaro, Mayol o Giménez. Asimismo, publicaban acuarelas de Fortuny, con el título de ‘Páginas artísticas’. Cuando en 1912 Cao y otros colaboradores dejan Caras y Caretas, la publicación abrió sus puertas a jóvenes elementos. Uno de ellos fue Ramón Columba, quien comenzó a descollar cuando dibujó la caricatura del dirigente conservador Marcelino Ugarte, al que asoció gráficamente con el criminal Santos Godino, conocido como el ‘Petiso Orejudo’ ".

    "Otros integrantes que engrosaron la nueva generación fueron los dibujantes Juan Carlos Alonso, nacido en El Ferrol, el peruano Julio Málaga Grenet y Juan Carlos Huergo. También, trabajaban Nicanor Alvarez Díaz, oriundo de Oviedo, que firmaba con el seudónimo de Alejandro Sirio y el boliviano Víctor Valdivia. Cerraban este grupo el español Federico Ribas, conocido como ‘Mirko’, el catalán Luis Macaya y Ramón Caballé. Las últimas páginas estaban ocupadas por pasatiempos, tales como el ajedrez, o consejos para la familia, como ‘El cuidado de las manos’ o ‘Cómo debe llevarse la

    sombrilla’.

    "La primera tira que encontramos fue ‘Aventuras de Viruta y Chicharrón’, en 1914. Pero como lo aseguran los especialistas, el primer personaje de historieta que apareció en nuestro país, lo hizo en Caras y Caretas, y se llamaba ‘Don Goyo Sarrasqueta y Obes’. Era una creación de Manuel Redondo, y solía aparecer escrito en tercera persona. Enfrentaba las más variadas situaciones: tal es así que en 1915 encontramos la tira ‘Sarrasqueta en la guerra’. En 1919 apareció la historieta ‘El L.C. Timoteo y el pesquisa Doroteo’ creado por Macaya y en 1927 Hersfield publicó a ‘Abraham Kancha, experto en, Uper’ un personaje mitad criollo, mitad judío, que lo presentaba así: ‘¿Romperme una hoieso? Ni vos, ni la negro Kin Charol, ni Firpo, ni nadie mi dieja groggy’ ".

    "En el anuario correspondiente a 1904, Caras y Caretas anunciaba una novedad para la época: un concurso infantil de caricaturas, para niños de hasta 12 años. Debían optar por dibujar, a pluma o con tinta negra, a Mitre, Roca, Pellegrini, Guido Spano, Riccheri, Beazley, Mansilla, Uriburu y Quintana. El premio consistía en 100 juguetes de la casa ‘A la Ciudad de México’, que se repartirían entre los ganadores".(…) También, el semanario llamó a un concurso, en 1910, para dibujar la portada del número del 25 de Mayo, el que ‘tendrá que simbolizar la independencia de los pueblos americanos’. Una curiosidad: todos los premios eran en dinero en efectivo, pero no pesos, sino francos. En 1914, la revista lanzó el concurso de postales, donde los lectores debían enviar dibujos con una leyenda, que eran publicados en la primera página. Por cada dibujo publicado se le abonaba al autor 5 pesos" (1).

    Crítica

    "A fines de los 20 –afirma Germán Cáceres- Natalio Botana, el director de ‘Crítica’, inicia una renovación en el periodismo argentino que permite también dar una salto cualitativo en la evolución de la historieta. (…) En ‘Crítica’ se publicó la primera historieta argentina seria, El Tigre de los Llanos (1929), y su responsable fue Raúl Ramauge. Narraba la vida de Facundo Quiroga sin utilizar globos y recurría a extensos textos explicativos" (2)

    El diario Crítica dio trabajo a muchos exiliados e inmigrantes. Entre ellos se contaban León Poch y Bruno Premiani.

    "León Poch, nacido en Polonia, llegó a Buenos Aires en 1928, siendo un adolescente de 15 años y al darse a esta tierra, ella le dio –con la revelación de su vitalidad de pueblo joven- todo lo que él necesitaba para la formación de su personalidad. En Buenos Aires estudió; en Buenos Aires optó por la ciudadanía; en Buenos Aires se manifestó su vocación y en Buenos Aires formó su hogar, donde nacieron sus tres hijas, porteñas".

    "Realizó estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes bajo la dirección del Maestro Pío Collivadino; obtuvo el título junto con el primer premio ‘Carlos Ripamonte’. Eligió como medio de vida la actividad publicitaria, alternada luego con el periodismo. La gran oportunidad se la dio don Natalio Botana al incorporarlo al equipo estable de dibujantes del diario ‘Crítica’. En esa misma época nació su vínculo con la revista ‘Patoruzú’, para la que dibujó ininterrumpidamente –desde su aparición hasta el cierre, durante cuarenta y dos años- sus inolvidables ‘Temas porteños’. Colaboró también en muchas otras publicaciones periodísticas".

    "Grandes del teatro –Maurice Schwartz, Joseph Buloff, Ben Ami y otros- montaron sus obras en Buenos Aires y en Nueva York sobre bocetos de escenografías de Poch. Su obra ha trascendido por medio de muestras individuales y colectivas; murales y tapices embellecen numerosas instituciones, establecimientos de enseñanza y residencias particulares; sus cuadros forman parte de pinacotecas de Buenos Aires, Nueva York, Jerusalén y Sidney. No hizo envíos a Salones Nacionales, excepto dos únicas veces: al Salón de Santa Fe y al Salón del Fondo Nacional de las Artes, y en ambas oportunidades recibió la más altas distinciones. Se editaron 2 carpetas: ’24 Dibujos.de Israel’ y ‘Judíos de mi infancia’ con 32 dibujos y glosas del poeta y escritor Simja Sneh".

    "Sus ojos de 90 años aún siguen descubriendo nuevas formas, colores, luces y sombras en un mundo cambiante que sin embargo no le es ajeno porque siempre ha mantenido joven la mirada" (3).

    El 27 de julio, en el marco del Segundo Encuentro Internacional "Recreando la Cultura Judía. Literatura y Artes Plásticas", se presentó en la AMIA Cosas y casos judíos. Finalizada la proyección de un video emitido días antes por ATC, Guillermo Roux, Sergio Langer, Moishe Korin y el nieto de Poch se refirieron al autor, que se encontraba allí.

    En este libro, escribe el autor: "La vida de un pueblo no se teje sólo con grandes acontecimientos: en el complejo entramado de su historia y de su cultura, numerosos personajes (famosos o no) y hechos poco conocidos dibujan perfiles, matices y densidades sorprendentes. El pueblo judío, tanto durante su existencia como nación independiente como en los largos años que ha debida actuar dentro de otras culturas, ha sobresalido por sus valiosos aportes sin perder los rasgos que lo diferencian de los otros pueblos. Todos y cada uno de los judíos han sido y somos artífices de esta titánica tarea. Con amor al pueblo judío –sin pretensiones de realizar una obra literaria o histórica- me dediqué a recuperar de la oscuridad algunos de aquellos personajes y hechos poco conocidos pero interesantes, que permiten iluminar un poco más la importancia de estas contribuciones judías a la cultura, ciencia y las artes de la humanidad. Lo hice en mi lenguaje, el dibujo; con textos breves y directos, despojados de adornos pero elocuentes como los hechos mismos. Espero lograr transmitir a los lectores el amor y el orgullo que siento por el rico quehacer de mi pueblo, sobre todo a los jóvenes, porque ellos han de continuarlo" (4).

    Para lograr su objetivo se vale de dibujos y textos, sustentados en una importante bibliografía integrada no sólo por libros sino además por publicaciones en varios idiomas. A partir de este material, fue ideando imágenes y explicaciones acerca de hechos y personalidades fundamentales, y de curiosidades de la cultura judía. Por ejemplo, explica por qué el Moisés de Miguel Angel tiene cuernos, de dónde proviene el apellido Rothschild, quién fue Theodor Herzl, quién fue la primera víctima judía del Santo Oficio en tierra americana, por qué se usa cinta roja en la muñeca, entre otros temas.

    La claridad y belleza de los dibujos y la concisión de los textos que los acompañan hacen de este libro una obra interesante para chicos y grandes, para los judíos y quienes no lo somos, ya que informa acerca de cuestiones que trascienden una colectividad y se vuelven de importancia para todos, sin distinción de credo.

    "En 1931-señala Cáceres-, el eximio dibujante italiano Bruno Premiani empieza una larga y prestigiosa trayectoria con "Visto y Oído", una página semanal sobre temas de actualidad" (5).

    Tres años después lo conoce Poch, quien escribe: "A Bruno Premiani, nacido en Trieste en la primera década del siglo XX lo conocí en el diario Crítica en el año 1934, donde formábamos parte del equipo de dibujantes y ligados por una amistad que duró hasta el fin de sus días. Además de ser un extraordinario dibujante, era un hombre de una sólida cultura y saber, imbuido de los valores del arte renacentista y de las grandes ideas humanistas y morales. Como no-judío, sus conocimientos de judaísmo que trajo de Italia eran algo escasos, pero su sed por conocer más y más era insaciable. Entre sus historietas de ‘Vidas Célebres’ y ‘Grandes Obras Literarias’ –publicadas y admiradas en varios países- nunca faltaba alguna figura judía. (…) Fue también un multifacético conocedor de la anatomía y razas equinas y como tal, autor de un bien documentado libro ‘El Caballo’. Esta obra ricamente ilustrada es considerada hasta hoy, a través de sus numerosas ediciones, un verdadero clásico. Para su último libro, que estaba escribiendo, sobre Esoterismo, Cristianismo y sus orígenes judíos, se nutría constantemente de mi biblioteca, para este último tópico, hasta que la muerte lo sorprendió en 1984. Acerca de esta obra, él mismo solía expresar con frecuencia que ‘los curas nunca me lo van a perdonar y además estoy seguro de no encontrar aquí a un editor que se atreva a publicarlo’ " (6).

    El Mundo

    Sylvina Walger señala que "La trayectoria de Mafalda abarca el período comprendido entre los años 1964 y 1973, en tres publicaciones: ‘Primera Plana’, ‘El Mundo’ y ‘Siete Días Ilustrados’. Bastante antes de la despedida oficial de la tira, en junio de 1973, Quino –y nadie más que él- se había dado cuenta de que se encontraba agotado y no podía insistir sin repetirse".

    "El fracaso de la campaña Mansfield y la gran amistad que unía a Quino con Julián Delgado, jefe de redacción de la revista ‘Primera Plana’, desaparecido cuando era director de ‘Mercado’ –el 4 de junio de 1978- determinaron que Mafalda se formalizara como tira. Delgado intuye que puede ser un éxito entre los lectores de ‘Primera Plana’, donde se publica hasta el 9 de marzo de 1965. Durante este período, Quino produjo 48 tiras a un ritmo de dos por semana".

    Quino, descendiente de españoles, creó al almacenero don Manolo y su hijo Manolito, personajes de Mafalda: "Al cabo de dos semanas de publicar en ‘El Mundo’ advierte que necesita más personajes para enriquecer la tira, y el 29 de marzo de 1965 aparece Manolito –Manuel Goreiro- inspirado en el padre de Julián Delgado, propietario en Buenos Aires de una panadería situada en Cochabamba y Defensa, en el histórico barrio de San Telmo" (7).

    En "La vida es un dibujo Cómo les fue de grandes a los verdaderos Felipe, Guille y Manolito", Andrea Rodríguez relata la historia del inmigrante español que inspiró el personaje: "Sólo tres de los personajes de Mafalda estuvieron inspirados en la vida real. Guille es hoy flautista de la Orquesta Sinfónica de Chile. Felipe adhirió a la revolución cubana y es funcionario del gobierno de Fidel. Manolito vendió la panadería poco antes de morir. Su hijo es uno de los 82 periodistas desaparecidos durante la dictadura. Por primera vez hablan los verdaderos personajes que Quino inmortalizó en la tira más célebre que dio la Argentina. A Manolito, lo cuentan sus familiares".

    " ’¡Crece de una maldita vez, raquítico condenado!’, le grita Don Manolo a un malvón. Un cuadro antes, Manolito le cuenta a Mafalda que a su padre no le funciona bien eso de hablarles a las plantas para que crezcan. En esa tira, Julián Delgado reconoce a su abuelo Anastasio, que no era almacenero, como los Manolos de la historieta, sino panadero. Anastasio leía Mafalda en Primera Plana, la revista que la hizo famosa. Se divertía con la historieta. Murió hace diez años, sin enterarse que él era quien había inspirado a Quino para el personaje de Manolito. O de Don Manolo, porque padre e hijo eran idénticos".

    "Sólo tres de los protagonistas de la historieta que marcó los años 60 y 70 —y que todavía hoy mantiene vigencia— están inspirados en personas reales, según admitió su autor, Joaquín Lavado, Quino. (…) El auténtico Manolo había llegado de España en la década del 20, solo, sin parientes ni conocidos en la Argentina. En Soria, su pueblo natal de Castilla, era pastor de ovejas. La primera noche en Buenos Aires se alojó en el Hotel de Inmigrantes y al día siguiente salió a buscar trabajo: lo encontró como ayudante en una panadería. Cinco años después tenía su propio negocio, un despacho de pan. Como repartidor conoció a Mercedes, la empleada doméstica gallega de una de las tantas casas adonde llevaba su mercadería en canasta, como Manolito. Se casaron. Tuvieron varios despachos, cada uno más grande que el anterior, hasta que por fin pudieron comprar una panadería. Ya eran dueños de una importante —la Panadería y Confitería Delgado, en Defensa y Cochabamba, que antes había sido de la familia Canale, los de las galletitas— cuando Quino los conoció".

    "La vinculación con Mafalda es doble: Julián Delgado, el hijo menor de Anastasio y Mercedes, era amigo del humorista desde la época de Tía Vicenta, a fines de los cincuenta. Como jefe de redacción de Primera Plana, fue quien le pidió a Quino la tira, que apareció por primera vez el 29 de septiembre de 1964. Julián está desaparecido desde 1978. Un grupo de tareas militar lo secuestró cuando dirigía la revista Mercado. Anastasio era, y no era, parecido a Manolito, coinciden su nieto Alejandro, y su nuera, María Ignacia, la esposa de Julián".

    "Al nieto, los gritos al raquítico malvón le recuerdan una anécdota del abuelo, cuando ya había vendido la panadería y cada fin de año preparaba pan dulce en su casa. ‘Una vuelta se le quemaron todos y entonces decretó que nunca más hacía pan dulce. Porque no, porque coño y joder: esa cosa básica del ser español. Brutito es la palabra que lo define bien’, dice y se ríe con los recuerdos".

    "Manolito, el amigo de Mafalda, andaba siempre sacando cuentas. Como no le alcanzaban los dedos de las manos para sacarlas, usaba sandalias para disponer de diez más: decía que sus pies eran una IBM. Pretendía convertirse en Rockefeller, tener una cadena de supermercados. Y era bruto en serio. Anastasio no. ‘El abuelo se mataba por estudiar. Cuando hace diez años nos enteramos de que él era Manolito, en un reportaje que le hicieron a Quino en la tele, nos matábamos de risa, porque para nosotros era el abuelo sabio, que nos daba consejos. Hablaba siempre de su maestro en el pueblo, con quien se carteaba. Y estudiaba por correspondencia: cuando tuvo su primer despacho de pan, hizo un curso de contabilidad, para aprender a llevar los libros’, cuenta el nieto".

    "Anastasio hasta comenzó a escribir un libro, algo improbable en los Manolos de Mafalda. Iba a llamarse Pantalón de pana, porque era la historia de un inmigrante. Pero no supo cómo hacerlo. Eso sí: con el seudónimo de Aniceto Gordillo escribía para una publicación de los panaderos. Por eso estaba orgulloso de su hijo periodista, aunque cuando Julián recién se iniciaba en Tía Vicenta libró la misma batalla que Don Manolo con Manolito: quería que su hijo continuara con el negocio familiar. No tuvo suerte".

    "El panadero tenía, como Don Manolo, una pelusa en la cara, ‘porque se afeitaba siempre de noche y entonces a la mañana ya le había crecido un poco la barba. También usaba el pelo cortado al ras sobre la nuca’. Hay otra anécdota familiar en la que Anastasio aparece como Manolito: ‘Quiso aprender relojería, también por correspondencia, pero contaba que no lo logró porque no podía ponerse el monóculo, se le caía. Eso parece bien un cuento de gallegos’ ".

    "Después de haber trabajado duro toda la vida, Anastasio perdió casi todo: vendió la panadería para retirarse a descansar, pero lo estafaron en la compra. Murió a los setenta y cuatro. Dice su nieto que Anastasio ‘no era tan terrible con la plata como Manolito’. El amigo de Mafalda vendía manteca rancia con tal de no perder un peso. ‘Es manteca con alcurnia", se justificaba. Dice Alejandro Delgado que su abuelo Anastasio no llegaba a tanto: ‘A lo sumo, una masita del día anterior’ " (8).

    Clarín

    La historieta ha sido también el medio elegido para evocar la inmigración que llegó a la Argentina entre 1850 y 1950, y la dura realidad que lleva a los descendientes de esos emigrantes a tentar suerte en los países de los que vinieron sus abuelos.

    Ha dibujado inmigrantes Roberto Fontanarrosa, quien "nació en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe un 26 de noviembre de 1944. En 1957, con tan solo 12 años, inicia el Curso de los ‘12 famosos artistas’ que la Escuela Panamericana de Arte dictaba por correspondencia. Fontanarrosa publica su primer chiste en la revista rosarina "Boom". Había sido contratado para ilustrar la tapa de la revista, pero, por esas causalidades de la vida le dejan a cargo la sección de humor porque no habia nadie disponible para hacerlo".

    "En 1972, sale la revista cordobesa Hortensia, hito del humor gráfico nacional. En ella publicaron dibujantes de la talla de Caloi, Bróccoli, Amengual, Crist, Ian, entre otros. Según propias palabras de Fontanarrosa: ‘Hortensia fue el trabajo donde ya me dejé de complejos y me lancé definitivamente a la historieta, copiando sin asco a Hugo Pratt’. Hortensia fue la cuna donde nacieron Inodoro Pereyra y Boogie, el aceitoso para luego deleitarnos con libros de los personajes. Fontanarrosa, además escribió libros de cuentos y novelas. Colaboró en la realización de guiones para obras de Les Luthiers. Sus libros fueron publicados en muchos países del mundo y su humor se mantiene permanente en los lectores que lo admiran".

    También en 1972, "a los 28 años de edad, publica su primer libro de chistes: ¿Quién es Fontanarrosa? En 1973, Clarín rediseña su contratapa contratando dibujantes argentinos. Los lectores del diario empezaban a leerlo de atrás hacia delante" (9). En ese diario aparecieron algunos de los inmigrantes dibujados por el rosarino.

    Los inmigrantes se integraron a la sociedad que los recibió. Inodoro Pereyra se encuentra con don Nino. El italiano lleva en el hombro un loro, al que le ha enseñado a cantar el himno de su tierra (10). Décadas después, la situación cambia. En una viñeta referida a las perspectivas de los universitarios en la Argentina, un abuelo dice al nieto: "Vos, Cachito, tenés que aprovechar las oportunidades que ahora, te brinda el país… Yo, como vine de Italia sin nada, tuve que ir a una escuela pública… Vos, en cambio, hoy por hoy, tenés la posibilidad de ir a levantar la cosecha…" (11).

    Hortensia

    En junio de 2002, en La Voz del Interior, anunciaba Verónica Molas: "Desde hace una semana, Negrazón y Chaveta subidos a una moto llaman la atención del público desde un gran cartel publicitario ubicado cerca de plaza España. Se viene Hortensia: una recopilación de 500 chistes y varios escritos publicados en la revista integrarán la exposición que el municipio local está preparando como tributo merecido a la figura de Alberto Cognigni, creador de la legendaria publicación en 1971. Es también un tributo al humor local, consignan los organizadores, para recibir a los turistas en las próximas vacaciones de invierno. Un día antes, tendrá lugar la avant premiere de la muestra (con invitación mediante, que se podrá retirar en la sede del Museo Genaro Pérez), de la que participarán casi 100 personalidades que pasaron por Hortensia (como Roberto Fontanarrosa y Cristina Wargon, entre otros) quienes serán distinguidos".

    "Alberto Pío Augusto Cognigni nació el 11 de noviembre de 1930 y murió el 16 de junio de 1983. Estudió Bellas Artes en la Universidad Nacional. Trabajó en La Voz del Interior, Los Principios, Comercio y Justicia y Córdoba, además de las revistas Gente, Jerónimo, Así es y Campo Afuera. Cofundó y dirigió el periódico Nuevo País. Recibió importantes distinciones. Su nombre y los seudónimos ‘El irresponsable’ (con el que firmaba las editoriales), ‘Pío’, ‘Alberto’ o ‘Augusto’ quedaron en la memoria del género".

    "Hortensia marcó una verdadera escuela al compaginar ese material popular llamada ‘humor cordobés’. Cognigni junto a Crist fundaron la revista que reunió a nombres como Juan Parroti, Gonio Ferrari, Miguel Bravo, Alfredo, Pequi, Marcelo Amuchástegui, el ‘Pelado’ Alonso, Spedale, el ‘Gordo’ Oviedo, el ‘Sapo’ Cativa, Benceno, Pippo Viale, Roberto Di Palma, Chamarín, Carlos Jiménez, Marino, Martino, Ian, Cier, Roberto Fontanarrosa, Cuel, Ortiz, Manuel Peirotti (Peiró), Hermenegildo Sábat, periodistas, publicistas, profesionales, empleados públicos y dibujantes de plantas industriales, ‘una especie de periodismo paralelo’, dijo Cognigni en 1979".

    "Hortensia tuvo más de 250 números editados y un pico de ventas que superó los 100 mil ejemplares. Desapareció del mercado en 1989, pero antes trascendió con su popularidad las fronteras de Córdoba" (12).

    Ian, uno de los dibujantes más destacados de Hortensia, nació en Polonia en 1935, "llegó a la Argentina en 1946. Comenzó en 1965 en La Voz del Interior publicando ‘Chispazos’ " y colaboró asimismo en Los Andes y Clarín (13).

    Anteojito

    Manuel García Ferré "llegó a nuestro país a los 17 años, dejando atrás los sinsabores de la Guerra Civil en su España natal. En Buenos Aires combinó sus estudios de arquitectura con la creación publicitaria, hasta que, en 1952, logró su primer éxito: Pi-pío, personaje adoptado por la revista Billiken. Desde entonces se dedicó de lleno a los dibujos animados. En 1959 formó su propia empresa de publicidad, con la que realizó más de 800 comerciales, entre ellos Los gatitos de lanas San Andrés, ganador del primer Martín Fierro otorgado a una animación".

    "En la década de 1960, los personajes infantiles de los principales medios gráficos y televisivos eran originarios de Estados Unidos y Japón. En 1963, García Ferré le dio vida a Hijitus, un niño humilde dotado de superpoderes que combatía a villanos como el Profesor Neurus, acompañado por personajes entrañables como Larguirucho, conquistó a los más pequeños desde las páginas de Anteojito y, entre 1967 y 1974, desde la televisión, apareciendo en breves tiras diarias y diversos programas didácticos".

    "En 1964, García Ferré creó uno de sus más relevantes éxitos: la revista Anteojito. Dirigida al público infantil, se pobló de personajes de singular genialidad, como Calculín y Petete. Fue el inicio de una labor editorial dedicada a los niños, que incluyó la publicación de clásicos de la literatura hispanoamericana y gran cantidad de material didáctico. Dejó de publicarse en enero de 2002" (14).

    Primera Sudamericana

    Esta colección, destinada a pequeños y jóvenes lectores, es dirigida por la escritora y periodista Canela. Algunos de los libros que la integran han sido ilustrados por Alejandro O’Keefe, Andy Crawley y Feliciano G. Zecchin, descendientes de inmigrantes.

    "Alejandro O’Keefe (de bisabuelos irlandeses) nació en 1959 en Rosario, donde se crió con lápices, pinceles, una camiseta de Rosario Central y alguna pelota de fútbol. Su padre, dibujante gráfico, le dio, casi sin querer, el estímulo necesario para seguir esta profesión. Estudió en la Facultad de Humanidades y Arte de Rosario y trabaja como ilustrador en distintos medios y editoriales. Ha sido distinguido por ALIJA y comparte con Luis María Pescetti el premio White Ravens, otorgado por la Internationale Jugendbibliothek de Alemania. Actualmente publica una tira en el diario Clarín" (15). Ilustró los libros Viaje en globo, Pahicaplapa y Un bandoneón vivo, editados por Sudamericana.

    En Un bandoneón vivo dibujó un nieto de rusos que intenta aprender a tocar ese instrumento. Acerca de las ilustraciones que dieron origen al libro de Oche Kalifa, escribe: "Que uno guarde imágenes en su memoria, no es ninguna causa de asombro. Lo que resulta asombroso es la forma en que esas imágenes aparecen después de algún tiempo. Así fue como, sin proponérmelo, un día me encontré dibujando cosas de aquel patio de la casa de mi abuela en Rosario. Eso me trajo bellísimos recuerdos y cierta nostalgia. Me dije: ¿será esa cosa tanguera que llevamos la mayoría de los rosarinos? Sin dudarlo, lo ubiqué a mi amigo Oche (nadie mejor para esto) y le propuse que escribiera un cuento para chicos con espíritu de tango. El texto superó mis expectativas. Lo ilustré con un placer especial, y dibujando soñé que era Gardel" (16).

    "Andy Crawley nació en San Isidro, provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1963. Según la leyenda familiar, con un tapiz bajo el brazo. Estudió psicología, dibujo y pintura. Publica ilustraciones, textos, comics, juegos, animaciones y textos en libros, diarios, revistas y sitios de Internet. Pero también fue carpintero, publicitario y actor" (17).

    Acerca de las ilustraciones que realizó para El caballo alado, de Margarita Mainé, escribió: "Cuando recibí estos cuentos pensé en demasiadas cosas. Como si la idea del destino despertase ideas enruladas que se multiplican… Mosaicos de ideas, dije en voz baja. ¡Mosaicos! ¡¿Qué mejor forma de ilustrar estas historias llenas de arabescos?! Corrí a buscar libros para aprender algo más. En las siguientes dos semanas estuve rodeado de pilas de libros enrulados que parecían multiplicarse con las ideas y los bocetos de los personajes. Empecé a sentir una energía especial: algo estaba por salir".

    "Hice un inventario de la situación: cuando cerraba los ojos surgían las escenas, tenía tinta china negra, plumas Perry N° 275 Xfine y recortes de papel Guarro de 250 gramos. Entonces me senté con la pluma cargada de tinta en la mano e intenté la trama de esta guarda: Después dibujé la trama de la guarda de la autora, de a una línea por vez. Calenté agua para el mate, lo preparé y me serví un pedazo de queso con pan árabe. En determinado momento y gracias a este abigarrado ritual, las imágenes que estaban allí simplemente comenzaron a derramarse por el brazo, la tinta, el papel, y en tres días el trabajo estuvo terminado. ¿Será cosa del destino?" (18).

    Feliciano García Zecchin nació en Buenos Aires en 1975. "Estudió diseño gráfico y se dedicó a la creación de historietas ya la ilustración. Trbajó para la editorial Caliber de Estados Unidos, la revista PC Computers y el diario La Nación. En 1997 ganó el Primer Premio de Historieta que otorga la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, y en 1999 obtuvo el Premio Eternauta al mejor comic del año por 4 segundos. Para Editorial Sudamericana ilustró Interland y El desafío de la sexualidad. Cuando no dibuja toca el saxo, pero poco, porque casi siempre dibuja" (19).

    Sobre las ilustraciones que realizó para Cartas de amor, de Jorge Accame, escribió: "No son muchos los trabajos que hice específicamente para niños. Pero igual creo que el dibujante siempre hace su labor para el niño que todos llevamos dentro, y es desde su propio niño de donde salen su vocación y su magia. Es importante que sepan que los dibujantes son, en gran parte, como niños grandotes. Cuando leí estos cuentos, sentí que estaban escritos para el adulto que los niños llevan dentro. Por eso, para mantener el tono a la hora de dibujarlos, intenté encontrar ese adulto que habita en el niño que llevo dentro del adulto que soy. Como se imaginarán, me enredé en un lío enorme, y aun hoy no tengo muy en claro cómo ni para quién dibujé este libro realmente" (20).

    Cine de animación

    Algunos dibujantes nacidos en otras tierras se destacaron en este tipo de cine. Son ellos Quirino Cristiani, Juan Oliva y Manuel García Ferré.

    En el catálogo de la exposición "Dibujos animados hechos por argentinos", expresa César Da Col que en la misma se realiza "un homenaje a quien fuera uno de los grandes pioneros de la animación mundial el ítalo-argentino Quirino Cristiani cuyo corto ‘Sin dejar rastros’ fue censurado por el Gobierno Nacional en 1918. El dibujo animado argentino tiene una historia riquísima y muy respetada a nivel mundial. Cristiani realizó en Argentina el primer largometraje de animación a nivel mundial, ‘El Apóstol’, en 1917" (21).

    Cristiani, nacido en Italia en 1896, fue dibujante, director, guionista y animador. "Figura relevante en el cine de animación, en 1917 realizó El apóstol, primer largometraje con dibujos animados de la historia, de una duración de una hora y diez minutos. Se trataba de una sátira sobre el presidente Hipólito Yrigoyen, su política personalista y otros acontecimientos de actualidad. En 1916, integrando el equipo de Actualidades Valle, primer noticiero argentino semanal que se emitía cada jueves en los cines, realizó el corto animado La intervención en la provincia de Buenos Aires, que duraba dos minutos y medio. En 1931 estrenó Peludópolis, un nuevo acercamiento humorístico al yrigoyenismo. Esta producción llegó a manos de Walt Disney, quien le propuso a Cristiani trabajar en los Estados Unidos, propuesta que rechazó" (22).

    Señala Da Col que "Juan Oliva y José Burone Bruché son también pioneros, el catalán Oliva fundó la ‘Compañía Argentina de Dibujos Animados’ y con Burone Braché se formó, entre otros, el conocido Mordillo" (23).

    "En los 60 aparece el andaluz García Ferré con su estudio. De una serie publicitaria nacieron ‘Anteojito y Antifaz’ que dieron el puntapié inicial para la aparición de la revista homónima y para las ‘Aventuras de Hijitus’, primera serie exitosa animada de la televisión nacional, a la que luego siguieron los cinco largometrajes de la productora, donde ‘Manuelita’ (1999) batió record de taquilla" (24).

    "La labor cinematográfica de García Ferré se inició en 1973 con dos filmes: Las aventuras de Hijitus y Mil intentos y un invento, una historia animada por el inefable dúo Anteojito y Antifaz. Petete "fue uno de los principales protagonistas de las producciones de García Ferré. En 1975 llegó al cine y hasta tuvo su propia enciclopedia escolar: El libro gordo de Petete. En 1983 se estrenó Ico, el caballo valiente, película que batió todos los récords de espectadores en el género infantil". En 1999 se estrenó Manuelita, una recreación del personaje de María Elena Walsh. Pantriste es, hasta ahora, el último personaje de García Ferré y principal protagonista de su película Corazón, las aventuras de Pantriste (2000), donde reaparecen muchas de sus primeras creaciones" (25).

    …..

    Dibujando hicieron crítica política, publicidad, cine, literatura infantil. Son los dibujantes de sangre inmigrante, a los que se suman los dibujantes que eligieron como personajes a aquellos que cruzaron el mar.

    Notas

    1. S/F: "Caras y Caretas" de Adrián Ignacio Pignatelli. Publicado en Historia de Revistas Argentinas. Tomo II . AAER
    2. Cáceres, Germán: "Orígenes de la historieta argentina", en El Muro/La guía cultural de Buenos Aires.htm
    3. S/F: en Poch, León: Cosas y Casos Judíos. Buenos Aires, Milá, 2003.
    4. Poch, León: Cosas y Casos Judíos. Buenos Aires, Milá, 2003.
    5. Cáceres, Germán: op. cit.
    6. Poch, León: op. cit.
    7. Walger, Sylvina: "Explicación", en Quino: Mafalda Inédita. Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1988.
    8. Rodríguez, Andrea: "La vida es un dibujo Cómo les fue de grandes a los verdaderos Felipe, Guille y Manolito". Veintidós, Año 2, N° 71; Buenos Aires, 18 de noviembre de 1999.
    9. S/F: Homenaje a Fontanarrosa.htm
    10. Fontanarrosa, Roberto: "Inodoro Pereyra ‘El renegáu’ ", en Clarín Viva, 24 de febrero de 2002.
    11. Fontanarrosa, Roberto: en "Qué hacer con la Universidad", en Clarín, Buenos Aires, 16 de mayo de 1999.
    12. Molas, Verónica: "El humor de ‘Hortensia’ revive en el Cabildo", en La Voz del Interior on line.htm Córdoba, 23 de junio de 2002.
    13. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
    14. ibídem
    15. S/F: en Califa, Oche: Un bandoneòn vivo. Ilustraciones de O’Kif. Buenos Aires, Sudamericana, 2002.
    16. O’Kif: en Califa, Oche: Un bandoneòn vivo. Ilustraciones de O’Kif. Buenos Aires, Sudamericana, 2002.
    17. S/F: en El caballo alado, por Margarita Mainé. Ilustraciones de Andy Crawley. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
    18. Crawley, Andy: "Del ilustrador", en El caballo alado, por Margarita Mainé. Ilustraciones de Andy Crawley. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
    19. S/F: en Accame, Jorge: Cartas de amor. Ilustraciones de Feliciano G. Zecchin. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
    20. García Zecchin, Feliciano: "Del ilustrador", en Accame, Jorge: Cartas de amor. Ilustraciones de Feliciano G. Zecchin. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.
    21. Da Col, César: Catálogo de la exposición "Dibujos animados hechos por argentinos", Julio de 2001.
    22. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.
    23. Da Col, César: op. cit.
    24. Ibídem
    25. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

    Trabajo enviado por

    María González Rouco

    Licenciada en Letras UNBA, Periodista Profesional Matriculada