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Una visión jurídica de los Sistemas que aprovechan las Fuentes Renovables de Energía. Cuba (página 2)


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En su declaración final realiza una proclama de veintisiete principios dirigidos a la protección de la integridad del sistema ambiental y el desarrollo mundial, en el principio segundo se expresa: …"De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho internacional, los estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus propios recursos según sus propias políticas ambientales y de desarrollo, y la responsabilidad de velar porque las actividades realizadas dentro de su jurisdicción o bajo su control, no causen daños al medio ambiente de otros estados o de zonas que estén fuera de los límites de la jurisdicción nacional" [11]…

Del 26 de Agosto al 4 de Septiembre de 2002, se celebra la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible, en Johannesburgo Sudáfrica, dándole cumplimiento a la Resolución 199 del 55 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, su objetivo se trazó en interés de evaluar lo alcanzado en materia de desarrollo sostenible en los últimos diez años a partir de la Cumbre de la Tierra de 1992 y en lo fundamental la implantación de la Agenda 21.

A pesar de que los países desarrollados trataron de cuestionar el alcance del contenido de las responsabilidades comunes pero diferenciadas, minimizando su responsabilidad y no apoyaran la inclusión de expresiones que marcaran la necesidad de la asistencia técnica y la transferencia de tecnología sobre bases preferenciales, ni reconocieran la necesidad de nuevos recursos financieros para los países subdesarrollados, el papel desempeñado por el Tercer Mundo representados por el grupo de los 77 y China, se consigue que el Plan de Acción y la Declaración Política fueran aprobados [6].

La declaración final del evento enfatiza en el futuro del multilateralismo como algo necesario en un mundo complejo y volátil y si bien no tuvo los resultados de la Cumbre de Río, se destaca como un saldo positivo de ella, que no se haya retrocedido en lo logrado hasta ese momento.

En lo estudiado podemos identificar la prevalencia de tres tendencias mundiales en cuanto a temas y políticas medioambientales, que se constituyen además en barreras para la introducción y desarrollo de los sistemas que aprovechan las FRE: el "economismo", el "cientificismo" y el "tecnologisismo" [6].

Estas corrientes son hijas de un pensamiento lineal, que lleva demasiado lejos consideraciones importantes y legítimas, excluyendo otros factores igualmente significativos.

En el "economismo" prevalece el antropocentrismo, concediendo poco o ningún valor a la naturaleza aparte de su uso inmediato para la obtención de dividendos económicos, de acuerdo con este principio no existen "derechos" en el mundo natural que los humanos tengan la obligación de respetar. Este es un pensamiento político que justifica el sobreconsumo y agotamiento de los recursos naturales dada las ganancias que reportan, niega la penetración de alternativas de soluciones energéticas renovables, alegando sus altos costos de inversión en relación con la potencia nominal de los sistemas. En otros casos se justifica la no adopción de una norma jurídica que promueva la introducción de las renovables, alegando que la capacidad económica imposibilitaría el cumplimiento de la Ley por faltas de recursos para desarrollar estos sistemas.

El "cientificismo" le concede a la ciencia todos los poderes para resolver los problemas humanos, considera que la ciencia puede hacer lo mismo o más que lo que ha hecho la naturaleza. Le resta importancia a los métodos de aprovechamiento de las FRE al considerarlos sencillos y arcaicos, esta tendencia está considerada por algunos autores como una herejía [13], al ser una simplificación excesiva de las formas en que la ciencia se relaciona con los temas sociales y políticos de la sociedad humana.

El "tecnologisismo" se encuentra muy vinculado con las tendencias anteriores y tiene su origen en el desarrollo tecnológico, se fundamenta en un papel insustituible que está llamada a jugar la tecnología, enfrentándose a muchos problemas relacionados con el medio ambiente. Considera que las tecnologías basadas en el aprovechamiento de las FRE no son capaces de satisfacer las altas demandas que requiere el desarrollo económico y social de la humanidad, convirtiéndose en una corriente peligrosa cuando las soluciones tecnológicas halladas se alejan de la ciencia y de una más amplia gama de valores e intereses humanos, basándose en la aplicación de tecnologías depredadoras de recursos naturales e impactantes al medio ambiente.

La labor legislativa en Cuba en materia medioambiental se remonta a la época de la Colonia, ya se señaló anteriormente [10] la promulgación en 1884 de la Ley de Caza y otras cuarenta y dos normas legales que tenían relación con la actividad protectora de la naturaleza. Durante la intervención norteamericana fueron dictadas otras diez y durante la seudorrepública se promulgaron cuatrocientas dos normas de esta naturaleza. Esta situación no es ajena a lo mismo ocurrido en el mundo en esta materia [10].

La labor legislativa ambiental posterior al triunfo revolucionario, comenzó con el triunfo mismo de la Revolución la que con sus aciertos y desaciertos, se convirtió en voluntad política sobre la conservación de la naturaleza.

Se ha referido anteriormente el reconocimiento que la constitución cubana confiere a la protección del medio ambiente, así como la promulgación de la Ley 81. Ya con antelación se habían promulgado diferentes normas legales y que constituyen antecedentes necesarios o normas complementarias de la actual legislación [10]. Es importante destacar los avances experimentados por esta Rama del Derecho a partir del año 1994, con la creación del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, destacándose por un impulso importante y su papel protagónico en la iniciativa de la labor legislativa del país en materia de conservación de la naturaleza.

El surgimiento del Derecho Ambiental en el mundo y en Cuba no se puede ver identificado con factores de fácil apreciación. Si bien el desarrollo científico-técnico alcanzado permitió comprender el mundo en sus interrelaciones, este mismo desarrollo fue adquirido al precio de cientos de años de explotación despiadada de los recursos naturales, incluida la propia especie humana, que lo obligó a reevaluar el lugar que el hombre creía tener dentro de la diversidad del universo [10].

Esta toma de conciencia sobre el peligro que como especie corría, abonado en los primeros tiempos de su antropocentrismo, constituyeron el motor impulsor que determinó la necesidad de un nuevo derecho; un derecho que definiera la vida a partir de los datos y la información brindada por las ciencias naturales y sociales, un derecho que incidiera en otras ramas del derecho para ser más eficaz, un derecho que rebasara el egocentrismo en el que se había educado, un derecho que se erigiera sobre nuevos principios, con una visión más ética, más humana y más justa [10].

Pero cuando se analiza la propia dinámica del objeto del Derecho Ambiental Internacional, no se puede considerar como un tema consumado.

La diversidad de culturas, sistemas políticos, niveles de desarrollo alcanzado y otros muchos factores a nivel internacional, hacen muy difícil la labor normativa en cuanto a la solución de determinados problemas y la adopción de medidas concretas que pongan freno a la cadena de impactos causados por el hombre.

Existe un nivel de alternativas y soluciones que pueden ser encaradas en el marco nacional y que por el carácter y complejidad de las relaciones sociales que se derivan de su aplicación, deberán ser tenidas en cuenta por el ordenamiento jurídico.

Es ese el caso del aprovechamiento energético de las fuentes renovables que están llamadas en un primer momento, a poner freno a la carrera de impactos medioambientales que provocan las tecnologías tradicionales y convertirse luego en una fuente preferencial energética, creando un nuevo paradigma de independencia energética, económica, tecnológica y política.

Si alguna novedad puede atribuirse al presente trabajo, es que constituye la primera mirada con una óptica jurídica a la necesidad de ordenar el empleo de las fuentes renovables de energía y su introducción en la matriz energética nacional, pudiendo llegar más allá del análisis teórico y filosófico sobre el tema. De esta manera se ofrecen los fundamentos y principios que permiten impetrar la adopción de una norma jurídica específica, llamada a tutelar el aprovechamiento de estas fuentes.

Desde el punto de vista internacional la novedad está dada en la integralidad con la que se propone abordar el ordenamiento de las FRE, al considerar la ordenación sistémica de todas ellas, vinculadas a los intereses relacionados con las exigencias de los resultados del trabajo científico en las áreas del ordenamiento territorial, medioambiental sostenible, impacto sociocultural, además de los asuntos financieros y económicos a ellas asociados.

En las pretensiones normativas de otros países, el legislador es suficientemente agudo como para centrarse en los temas de incentivos económicos relacionados con el aprovechamiento de determinadas fuentes renovables, así como los asuntos vinculados con la aplicación de las tecnologías más adecuadas y modernas, que garanticen elevados niveles de eficiencia y aporte de electricidad al sistema centralizado.

En la esfera del pensamiento científico-técnico cubano, tanto en el ámbito de su expresión nacional como internacional, ha cobrado cada vez más interés el estudio y análisis de esta problemática de manera integral, abarcando casi todas las variantes de aplicación energética de estas fuentes.

Prueba de ello es la inclusión de estos temas en la agenda de trabajo de varios foros internacionales abiertos al debate, demostrando la amplia vitalidad de esta problemática en las diversas ramas del saber científico-técnico y que de hecho constituyen una fuente enriquecedora para la articulación del derecho vinculado con las FRE.

En el mes de Junio del año 2010 en el marco de la celebración del Congreso Internacional de Desastres, celebrado en el Palacio de las Convenciones en la Habana, fueron presentados dos trabajos cuyas temáticas se encuentran asociadas a la capacidad de los sistemas que aprovechan las FRE, para garantizar la estabilidad de la vida de la sociedad ante la ocurrencia de fenómenos naturales.

Ese propio año y lugar, en el mes de Diciembre, en el Simposio Internacional de Generación Distribuida, fueron presentados otros trabajos con temáticas asociadas a la factibilidad de introducir el aprovechamiento de las fuentes renovables en la matriz energética nacional.

Entre los trabajos presentados se destacan: "Capacidad del modo de GD, en interés de garantizar el servicio eléctrico a los sectores vitales de la sociedad en situaciones de desastres, aplicando un gestor de base de datos" [14]; "La energía renovable, una alternativa a la generación distribuida en Cuba" [15]; "Impacto Medioambiental de la GD, en las Cuencas Hidrográficas de interés nacional, con la Introducción de un gestor de base de datos a través de mapas" [16].

En el mes de Junio de 2011, en la VII Conferencia Internacional de Energía Renovable, Ahorro de Energía y Educación Energética celebrada en la Habana, se continuó manifestando la presencia en el debate de los temas relacionados con el aprovechamiento de las fuentes renovables, entre los trabajos presentados se encuentran los siguientes: "La ingeniería de energía renovable agroindustrial: un acercamiento del análisis funcional (Agroindustrial renewable energy engineering: an approach from functional analysis) [17], "Análisis de viabilidad de viento potencial de la pre-exploración – estudio de caso" [18]; "Estudio de factibilidad de sistemas fotovoltaicos conectados a red en las proximidades de la generación distribuida en la provincia Santiago de Cuba" [19].

En el propio año 2011 en el marco del XXII Congreso de Geógrafos Españoles celebrado en Alicante España, fue presentado el trabajo titulado "Estudio de Potencial Energético Renovable en la Isla de Cuba" [20].

En el ámbito nacional también el tema ha resultado de interés al debate: en el Primer Taller Nacional "Cuba FV", celebrado en la Universidad de La Habana en el mes de Septiembre de 2011, fueron presentados y analizados varios trabajos relacionados con la aplicación de la energía solar fotovoltaica, [21], [22], [23], [24], [25], [26], [27], [28] y en el mes de Noviembre en el II Taller Nacional "Tecnologías para el abasto de Agua y uso de FRE", fueron presentados otros trabajos en el orden teórico y práctico [29], [30], [31], [32], [33], [34], [35], [36], [37],

[38], [39], [40], [41], [42], que demuestran la factibilidad del uso de las fuentes renovables como una opción viable de diversificación del sistema energético cubano.

En este enfoque giran las principales razones y el leitmotiv que determina el desarrollo de una investigación de esta naturaleza, pues la cuestión medular radica en la carencia de una norma jurídica específica, que propicie la penetración ordenada de los sistemas que aprovechan las FRE en la matriz energética cubana.

La actual Ley eléctrica No 1287/75 y su Reglamento [43], concentra su atención en el desarrollo y comercialización de la energía generada con las tecnologías convencionales que funcionan a base de la combustión del petróleo, dejando un perceptible vacío sobre la materia.

Las consecuencias de tal situación dan al traste con la penetración ordenada de las tecnologías que aprovechan las FRE y por consiguiente, la reducción del consumo de petróleo que constituye un foco de contaminación ambiental de importancia.

Una evaluación crítica al perfil energético internacional actual, desde la visión del ordenamiento jurídico

La desregulación o lo que es peor, la manipulación regulativa, la privatización y la reestructuración, se dan la mano para generar puntos políticos de difícil manejo, capaces de distorsionar la voluntad política de los gobiernos, en la búsqueda de soluciones coherentes a los problemas del desarrollo.

Las investigaciones realizadas sobre la evolución histórica de la matriz energética mundial han demostrado, que el marco regulatorio ha evolucionado para dar respuesta en primer lugar, a la necesidad de promover, estimular y consolidar una matriz energética corporativa, centralizada, de sesgo mercantilista, exclusivista y esencialmente petrolera.

Una industria eléctrica que en sus inicios prácticamente regalaba el kWh generado, con precios muy ventajosos del petróleo y tecnologías asequibles, con la única limitante económica de los costes de la red.

Pero hoy la situación es diametralmente diferente; con precios muy elevados de los combustibles fósiles, especialmente el petróleo, promotor de la bien conocida dependencia energética. Con la penetración de sofisticadas y costosa tecnologías, que arrastran un pesado lastre de dependencia tecnológica para los países que las adquieren, convirtiendo en mayor el peso económico para su sostenimiento.

Un sector industrial que acumula un importante peso en los daños ocasionados al medio ambiente, que constituye otro factor considerable de encarecimiento del kWh generado, con estragos prácticamente irreversibles para el medio ambiente y la sociedad.

Por su parte, sigue siendo inaceptable el elevado número de personas sin acceso a la electricidad, en torno a los 1 300 millones, lo que representa cerca del 20% de la población mundial [56].

Una empresa que promueve la despiadada filosofía del Petrodólar, pues de ella se sostiene; que fomenta el sentido de exclusividad social, expresado en la cantidad de personas que hoy carecen del servicio eléctrico [57]; responsable en la práctica de políticas expoliadoras, que utiliza las ventajas energéticas como un instrumento de poder y chantaje político de las naciones ricas hacia los países subdesarrollados.

Es bien conocida la manera en que se ha manipulado la norma jurídica a escala internacional, para proteger y asegurar la existencia de este tipo de negocio energético. Las justificaciones pasan desde las consideraciones propiamente técnicas, hasta sociales y políticas, dada la imagen de utilidad social que se le atribuye y su influencia en el mantenimiento de la estabilidad de los sistemas políticos contemporáneos.

Se argumenta de una mayor eficiencia y de una elevada calidad del servicio de los sistemas energéticos convencionales, en relación con las tecnologías que aprovechan las FRE, cuando se conoce que en el fondo del fenómeno subyacen razones típicamente protectoras de intereses espurios, capaces de engendrar un pensado estado de ignorancia, hacia los terribles problemas fomentados por estas políticas.

El rendimiento o eficiencia energética de un sistema es la relación entre la cantidad de energía primaria introducida en el mismo y la cantidad de energía transformada que es capaz de entregar, entonces no se puede hablar de eficiencia o rendimiento cuando nos referimos a tecnologías, que desechan la mayor parte de la energía primaria de entrada, perdiéndose más al tener que transportar la electricidad por la red eléctrica y convertirla de alta tensión a un suministro adecuado para uso doméstico e industrial [58].

El sistema energético tradicional es intrínsecamente vulnerable: pudiendo producirse problemas técnicos locales en cascada relacionados con las condiciones climáticas, accidentes o incluso causadas deliberadamente. Independientemente de la tecnología empleada para generar electricidad con esta configuración obsoleta, estará sujeta de forma inevitable a algunos, o todos estos problemas. La clave radica en la necesidad de cambiar la forma de producir y distribuir la energía [59].

En Cuba, después de haberse heredado una industria energética con los rasgos descritos anteriormente, a partir del triunfo revolucionario se introdujeron cambios radicales en la política energética del país, implantando modificaciones considerables hacia un perfil energético de profunda eficacia social, lográndose en pocos años extender el servicio a casi la totalidad de la población.

La empresa eléctrica cubana no pertenece al patrimonio de nadie en particular, ni posee compromisos que desvirtúen el sentido social del servicio eléctrico. Los planes del desarrollo del país, aun cuando obedecen al principio de la planificación centralizada del Estado, se destinan al desarrollo económico y social equilibrado de los diferentes territorios en correspondencia a las posibilidades económicas.

La visión social del legislador cubano se eleva, al dejar plasmado en el Anteproyecto de la Ley Eléctrica [60], presentada para su aprobación al máximo Órgano Legislativo, en la Sección Segunda, Principios Básicos, Artículo 5, Inciso c, en el Principio de suministro universal, …Todos las personas naturales y jurídicas en el territorio nacional, tienen el derecho a ser clientes del servicio de energía eléctrica…, poniéndose de manifiesto el significado de la eficacia social del servicio energético que le confiere la Ley.

Limitaciones de índole económica han determinado que el 5 % de la población del país no reciba este servicio, pues residen en zonas aisladas distantes de la red eléctrica, donde es muy costoso extender el servicio del SEN y que pudieran ser beneficiados con la instalación de los Servicios Energéticos Renovables.

A pesar de ello es necesario reconocer que en el perfil energético cubano, persisten algunos rasgos de la filosofía energética tradicional, que en la práctica se materializan como limitaciones para el emprendimiento de una base energética sostenible:

  • La estructura institucional es de concentración y técnicamente unitaria, estando reconocida una única institución para realizar y comercializar la generación eléctrica, que concentra su gestión esencial en la generación mediante la explotación de tecnologías basadas en el consumo de petróleo, sobre esta no recae responsabilidad jurídica relacionada con el desarrollo de las FRE, aun cuando en su gestión administrativa y en algunas aplicaciones las considera.

  • Los métodos de planeación energética que se emplean responden al diseño de los sistemas convencionales, con grandes centros de generación distantes de los polos de consumo. Estos métodos resultan de muy poca utilidad para el desarrollo de una planeación energética sostenible.

  • A pesar de la introducción práctica de los conceptos de la generación distribuida, se mantiene su carácter centralizado como sistema, reduciendo las posibilidades de intervención de los territorios y la consideración de los recursos renovables que en estos se encuentran.

  • Se insiste en operar una praxis energética con tendencia a la satisfacción de cualquier necesidad a costa del consumo de electricidad, desestimulando y en algunos casos anulando las posibilidades del empleo de otras alternativas con el empleo de los recursos renovables.

  • La industria de generación eléctrica es típicamente petrolera, no considerando espacios relevantes para el desarrollo de las FRE, su gestión económica está concebida para el sostenimiento y desarrollo perspectivo de las tecnologías tradicionales de generación, basadas en el consumo de combustibles fósiles. En estas consideraciones el margen de atención al desarrollo de las FRE es limitado.

  • Como consecuencia de las necesidades del desarrollo de este esquema energético, se prioriza la superación y capacitación del personal basado en el empleo de las tecnologías tradicionales.

A manera de resumen se puede plantear que el análisis histórico de la influencia jurídica sobre el perfil energético a escala mundial y la realidad objetiva que ofrecen los países en desarrollo que no poseen reservas considerables de combustibles fósiles, advierten la aceptación y reconocimiento de la necesidad de un marco jurídico, que aborde explícitamente el ordenamiento de una matriz energética diversa, encaminada al abandono del camino petrolero, así como la dependencia tecnológica de la industria eléctrica y que particularmente pueda dar respuestas a las siguientes expectativas:

  • Nacionalización y socialización del esquema de generación, direccionando sus objetivos al cumplimiento de las premisas de la eficacia social de las energías.

  • Descentralización del Sistema Eléctrico (generación y comercialización) e incremento del papel de los territorios y sus ciudadanos en la gestión de los recursos que poseen bajo la premisa de autosuficiencia energética.

  • Otorgar un espacio institucional diferenciado a las FRE, que propicie la penetración y desarrollo ordenado de las mismas y que abra nuevas brechas hacia la competencia por alcanzar una elevada eficiencia en los sistemas de generación.

  • Considerar todas las fuentes de energía, incluidas las convencionales; pero reduciendo al máximo la explotación de las tecnologías que utilizan el petróleo u otros combustibles fósiles.

  • En los planes del desarrollo estratégico de la nación, considerar de manera explícita los recursos que se designen, para ser dedicados a la penetración de los sistemas que aprovechan las FRE, teniéndolos en cuenta dentro de la estrategia nacional para reducir al máximo el camino del petróleo y la dependencia tecnológica de la industria eléctrica.

Un breve repaso a la evolución del marco regulatorio de los sistemas que aprovechan las FRE

Arribar al concepto y definición sobre lo entendido por Marco Regulatorio Energético, es tarea bien difícil si de copiar no se trata, más si se tiene en cuenta la diversidad de influencias y lo amplio del tema a analizar; no obstante en el trabajo se pretende alcanzar una definición que permita analizarlo de forma integral, destacando las preeminencias ineludibles; pero procurando intencionalmente sobre todo, de resguardar el sentido de su eficacia social.

Conceptualmente el Marco Regulatorio Energético se puede definir, como el conjunto de normas jurídicas (Leyes, Decretos Leyes, Reglamentos, Resoluciones, Manuales, etc…), acuerdos y decisiones de los órganos del estado o el gobierno, mediante las cuales el Poder Estatal le imprime un carácter ordenador y regulador a la actividad energética, en relación con el resto de los elementos integrantes de la sociedad y para lo cual se prevé un nivel dado de vigencia social.

Está integrado además por diversas regulaciones de organismos internacionales, que en la materia de preservación del medio ambiente y los recursos naturales, diseñan políticas y programas que determinan los límites de incidencia e impacto del perfil energético a nivel internacional.

Estas normativas y regulaciones materializan la máxima expresión de la voluntad política del Estado y los organismos internacionales, en relación con las acciones presentes y futuras del desarrollo energético y su influencia en el escenario económico y social.

También lo integra un conjunto de normas y reglas técnicas, que persiguen alcanzar los más elevados niveles de economía, así como adecuados parámetros de calidad, eficiencia y confiabilidad de los sistemas y su inserción armonizada con el resto de los componentes y elementos que conforman el medio natural y la sociedad.

Al igual que lo sucedido con el Derecho Ambiental en su momento, las normas que integran el marco regulatorio de lo que hoy conocemos como sistemas que aprovechan las FRE, se localizan dispersas y regidas por un fuerte carácter utilitario.

Una buena carga de su expresión la encontramos en el propio Derecho Ambiental, regulando y protegiendo los recursos naturales que constituyen su centro potencial, otro tanto se inscriben como manifestación práctica de la voluntad política a nivel nacional e internacional, en diferentes tratados y documentos normativos.

Muy diversas han sido las aplicaciones que a través de la historia el hombre le ha dado a las FRE. La primera regulación que se tiene registro de ella, está relacionada con el aprovechamiento de la energía solar en la arquitectura y data de la antigua Grecia; Sócrates señaló que la casa ideal debería ser fresca en verano y cálida en invierno, explicando que "en las casas orientadas al sur, el sol penetra por el pórtico en invierno, mientras que en verano el arco solar descrito se eleva sobre nuestras cabezas y por encima del tejado, de manera que hay sombra" [47].

También en épocas muy antiguas y corriendo el año 212 antes de Cristo, se tiene la leyenda sobre la aplicación de la energía solar, en este caso con fines bélicos, cuando Arquímedes utilizó espejos incendiarios para destruir los barcos romanos que sitiaban Siracusa. Más tarde en el siglo XIII Roger Bacon propuso al Papa Clemente IV, una regulación para la introducción de la energía solar con fines beligerantes, basada en el empleo de espejos solares en las Cruzadas, pues "este espejo quemaría ferozmente cualquier cosa sobre la que se enfocara. Debemos pensar que el Anticristo utilizara estos espejos para incendiar ciudades, campos y armas" [47].

Una pretensión regulativa más específica y aguda la encontramos en Roma, recogida en el Código de Justiniano sobre la garantía de los derechos al sol, quedando incorporada en la ley romana y señalaba que "si un objeto está colocado en manera de ocultar el sol a un heliocaminus, debe afirmarse que tal objeto crea sombra en un lugar donde la luz solar constituye una absoluta necesidad. Esto es así en violación del derecho del heliocaminus al sol" [47].

Las tendencias por el normativismo jurídico de los sistemas que aprovechan las FRE ha despertado un especial interés en los últimos años, regionalmente los países europeos encabezan la iniciativa, con la promulgación y puesta en vigor de un conjunto de normas, que a manera de marco regulatorio favorecen y protegen la introducción de estos sistemas en la pretensión por diversificar la matriz energética. Alemania encabeza como líder indiscutible el desarrollo de los sistemas fotovoltaicos conectados a red, seguida de un grupo de países entre los que se encuentra España. [48]

Actualmente en la Unión europea existen algunas regulaciones como en Noruega y Suecia, donde incluyen en el comercio los certificados verdes y trabajan en un esquema que se basa en la directiva sobre renovables de la Unión Europea [49].

En Latinoamérica algunos países han promovido el aprovechamiento de las FRE, pero a pesar del esfuerzo, la contribución de estas en la matriz energética no se ha incrementado lo suficiente y la generación de electricidad continúa basándose principalmente en centrales térmicas que generan a base de portadores fósiles. Los estudios desarrollados demuestran la existencia de diversas barreras que impiden la introducción de estas fuentes, entre ellas se encuentran barreras políticas, legales, administrativas, económicas, financieras, técnicas, culturales, sociales y ambientales [50].

El análisis de estos inconvenientes ha promovido que en algunos de estos países, se comience un tratamiento diferenciado en cuanto a las renovables y se haya incursionado en la promulgación de Leyes, que promueven incentivos económicos con el objetivo de allanar dichos obstáculos, favoreciendo la introducción de los sistemas que aprovechan las FRE; tal es el caso de Argentina, donde se promulgó la Ley 25019/1998; el Decreto nº 1597/1999, Régimen Nacional de Energía Solar Fotovoltaica y Eólica y la Ley 26190/2006, Régimen de Fomento Nacional para el uso de FRE destinada a la producción de energía eléctrica; también se dictaron leyes y reglamentos provinciales [50].

En Uruguay se publicaron dos decretos, el No 267/2005 y el No 389/2005, así como el Poder Ejecutivo estableció los decretos No 77/006 y No 397/007. En la República Dominicana se promulgó la Ley No. 57-07, de Incentivo a las Energías Renovables y Regímenes Especiales, aprobada el 07 de mayo del 2007 y su respectivo reglamento promulgado el 11 de junio del 2008 [50].

Pero cuando se analiza el contenido de estas normas, se puede constatar que el legislador no ha visto la necesidad de encausar la ordenación del aprovechamiento de las FRE de forma integral, centrándose en impulsar de manera parcial los sistemas de generación que conectados a la red, que puedan aportar electricidad al sistema, aliviando de esta forma el consumo de los combustibles fósiles.

Por otro lado se puede notar una tendencia casi generalizada, de una marcada incidencia en los asuntos relativos a incentivos y favoritismos económicos, como si se desconociera el amplio espectro de relaciones sociales que pueden generarse con la introducción de los conceptos asociados a los servicios renovables y la capacidad que poseen estos para lograr un desenvolvimiento económicamente ventajoso. Sobre este asunto se tendrá más detalle cuando se analice las relaciones de los SER con el ordenamiento económico-financiero en el epígrafe 2.6.

Esta falta de perspectiva en la visión legislativa, impide apreciar el universo de relaciones y utilidades que desde el punto de vista integral, se encuentran asociadas a estas energías, lo que pone en juego en buena medida el concepto de eficacia social del servicio energético.

Un vivo ejemplo de lo planteado, lo constituye el Real Decreto 1578/2008 [51] de retribución de la actividad de producción de energía eléctrica mediante tecnología solar fotovoltaica en España, en el Artículo No 1 se dispone: …Constituye el objeto de este Real Decreto el establecimiento de un régimen económico para las instalaciones de producción de energía eléctrica de tecnología fotovoltaica a las que no les sea de aplicación los valores de la tarifa regulada previstos en el artículo 36 del Real Decreto 661/2007….

En Julio de 2004 fue promulgada en Alemania la Ley de las Energías Renovables; pero realmente en su contenido solo trata la energía del viento [52], y de una forma similar a la Ley española, se pone de manifiesto un marcado interés en los incentivos y ventajas económicas que favorezcan la introducción de los sistemas renovables.

Es evidente que hoy la mayoría de los países del mundo, ponen miras al desarrollo energético sostenible. Este escenario constituye una buena razón para emprender una alternativa sostenible de diversificación de la matriz energética cubana, mediante un Modelo de Desarrollo Energético Territorial ya propuesto [53] con un sesgo renovabilista y sostenible, donde las FRE sirven de hilo conductor a este propósito.

En Cuba, aunque hasta la fecha no se haya promulgado una Ley específica que ordene y promueva la penetración en la matriz energética nacional del aprovechamiento de las FRE, hay que reconocer con justicia todo el esfuerzo desplegado en la articulación de un marco regulatorio, que sin el alcance de una

norma jurídica, ha permitido emprender importantes tareas en el desarrollo de las fuentes alternativas a escala nacional.

En fecha tan temprana como el año 1975, se creó el Grupo de Energía Solar, en el que se forjaron los primeros investigadores cubanos dedicados exclusivamente al estudio de las FRE y su posterior introducción en el país.

En el año 1976, se aprobó el Programa Gubernamental "Investigaciones sobre el aprovechamiento de la energía solar en Cuba"; y a finales de la década de los setentas, se formó el Grupo Asesor de Energía, continuador del Grupo de Trabajo para el Ahorro de Energía perteneciente al MINBAS9.

Desde los años ´80 se comenzaron a realizar esfuerzos para el aprovechamiento de las FRE, puede decirse que el Estado Cubano decidió establecer una política bien fundamentada y dirigida hacia el uso de estos recursos. Para ello, se crea un grupo consultivo con el objetivo de coordinar y ejecutar de manera integral todas las acciones relacionadas con el uso de estas fuentes y en 1982 se realizó la primera instalación fotovoltaica con una potencia de 1 kW con celdas de silicio monocristalino[44].

En los años posteriores se continuó fomentando un ambiente favorable creando en 1983 la Comisión Nacional de Energía (extinguida en estos momentos) y a partir de 1984 se promovió la creación de los Grupos de Desarrollo e Investigación en los Órganos de la Administración Central del Estado en casi todas las provincias [44], para esa misma etapa se funda el CIES10.

La voluntad política desplegada por la revolución hasta 1989, propició el ensayo de diversas regulaciones con un marcado sesgo renovabilista en el campo energético, permitiendo el despegue de la actividad científica investigativa en el amplio campo de las FRE. Paralelamente se avanzó en el estudio del potencial renovable del país y se comenzó la producción de colectores solares planos y tanques-termo, desarrollados por varias instituciones nacionales, llegándose a instalar más de 350 sistemas de calentamiento termosifónicos en obras sociales [44].

edu.red

9 Ministerio de la Industria Básica

10 Centro de Investigaciones de Energía Solar

Cuba es el primer Estado en denunciar de manera oficial ante el mundo, sobre los acuciantes estragos causados al medio ambiente por las políticas consumistas de los países desarrollados, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro Brasil en Junio de 1992 [54], declarando la posición asumida por el país, a la vez que se plantearon soluciones y fórmulas para el desarrollo sostenible, a partir de la utilización de los recursos renovables, entrañando un compromiso ético ante la humanidad en el camino emprendido para el establecimiento de medidas de desarrollo sostenible, dentro de las que se encuentran las relacionadas con el sistema energético.

El derrumbamiento de la Unión Soviética en el año 1989 y el desmoronamiento del Campo Socialista, unido al recrudecimiento del bloqueo económico, llevaron a la caída de la economía cubana con la consecuente crisis energética nacional, la dirección del país se vio precisada en la adopción de drásticas medidas de ahorro de combustibles y como vías para el logro de este objetivo, el Parlamento Cubano aprobó en Junio de 1993, el "Programa de Desarrollo de las Fuentes Nacionales de Energía".

Entre los objetivos de este programa se encuentra: lograr mayor eficiencia en el uso del bagazo y los residuos agrícolas cañeros (biomasa), así como extender la utilización de las energías hidráulica, solar térmica, solar fotovoltaica, eólica, el biogás, así como los desechos industriales, agrícolas y urbanos [44].

Se planteó como un objetivo priorizado del programa, acelerar las investigaciones y trabajos relacionados con el uso de las FRE, además de fortalecer la formación de especialistas en el tema energético.

En esos años se crearon un grupo de entidades comprometidas con el impulso de las fuentes renovables: Centro de Estudio de Tecnologías Energéticas Renovables (CETER); Centro de Estudio Termoenergética Azucarera (CETA); el Grupo de Biogás de Villa clara; el Área de Investigación y Desarrollo de Hidroenergía; la División Comercial EcoSol; el Centro Integrado de Energías del Agua (CITA); el Centro de Estudios de Eficiencia Energética (CEEFE); el Grupo de Aplicaciones Tecnológicas de Energía Solar (GATES); el Centro de Gestión de Información y Desarrollo de la Energía (CUBAENERGÍA); y el Frente de Energías Renovables.

En este escenario de acción también figura con especial participación la Sociedad Cubana para la Promoción de las FRE y el Respeto Ambiental (CUBASOLAR), que fue fundada en el año 1994 [44].

En los Lineamientos de la política económica y social del país, aprobados el 18 de Abril de 2011 se plantea [55]: …A partir de las actuales condiciones del escenario internacional previsible, la política económica se dirige a enfrentar los problemas de la economía transitando por dos tipos de soluciones… en la segunda de las soluciones se refiere textualmente….Soluciones del desarrollo sostenible, a más largo plazo, que conduzcan a una autosuficiencia alimentaria y energética altas… Más adelante se expresan en el propio documento los diferentes elementos que rigen el desarrollo económico y que inciden en el desarrollo sostenible de los procesos energéticos:

247. Potenciar el aprovechamiento de las distintas fuentes renovables de energía, fundamentalmente la utilización del biogás, la energía eólica, hidráulica, biomasa, solar y otras; priorizando aquellas que tengan el mayor efecto económico.

246. Fomentar la cogeneración y trigeneración en todas las actividades con posibilidades. En particular, se elevará la generación de electricidad por la agroindustria azucarera a partir del aprovechamiento del bagazo y residuos agrícolas cañeros y forestales, creándose condiciones para cogenerar en etapa inactiva, tanto en refinación como en destilación.

242. Elevar significativamente la eficiencia en la generación eléctrica,…

245. Proseguir el programa de rehabilitación y modernización de redes y subestaciones eléctricas, de eliminación de zonas de bajo voltaje, logrando los ahorros planificados por disminución de las pérdidas en la distribución y transmisión de energía eléctrica. Avanzar en el programa aprobado de electrificación en zonas aisladas del Sistema Electro-energético Nacional, en correspondencia con las necesidades y posibilidades del país, utilizando las fuentes más económicas.

138. Prestar mayor atención a la formación y capacitación continuas del personal técnico y cuadros calificados que respondan y se anticipen al desarrollo científico-tecnológico en las principales áreas de la producción y los servicios, así como la prevención y mitigación de impactos sociales y medioambientales.

97. Garantizar que en la atracción de la inversión extranjera se satisfagan diversos objetivos, tales como: acceso a tecnologías de avanzada, métodos gerenciales, diversificación y ampliación de los mercados de exportación, sustitución de importaciones, aporte de financiamiento externo a mediano y largo plazo para la construcción del objetivo productivo y capital de trabajo para su funcionamiento, así como el desarrollo de nuevas fuentes de empleo.

  • 112. Promover la colaboración por la vía multilateral, en especial con instituciones del sistema de las Naciones Unidas, que canalicen a nuestro país recursos financieros y tecnología, de acuerdo con las prioridades de desarrollo nacionales.

  • 113. Priorizar, en las relaciones con las organizaciones de colaboración internacional, el apoyo material y tecnológico en el desarrollo de objetivos para el aprovechamiento de las diversas fuentes de energía renovable.

131. Sostener y desarrollar los resultados alcanzados en el campo de la biotecnología, la producción médico-farmacéutica, la industria del software y el proceso de informatización de la sociedad, las ciencias básicas, las ciencias naturales, los estudios y el empleo de las fuentes de energía renovables, las tecnologías sociales y educativas, la transferencia tecnológica industrial, la producción de equipos de tecnología avanzada, la nanotecnología y los servicios científicos y tecnológicos de alto valor agregado.

133. Sostener y desarrollar investigaciones integrales para proteger, conservar y rehabilitar el medio ambiente y adecuar la política ambiental a las nuevas proyecciones del entorno económico y social. Priorizar estudios encaminados al enfrentamiento al cambio climático y, en general, a la sostenibilidad del desarrollo del país. Enfatizar la conservación y uso racional de recursos naturales como los suelos, el agua, las playas, la atmósfera, los bosques y la biodiversidad, así como el fomento de la educación ambiental.

152. Actualizar los programas de formación e investigación de las universidades en función de las necesidades del desarrollo económico y social del país y de las nuevas tecnologías, e incrementar la matrícula en carreras agropecuarias, pedagógicas, tecnológicas y de ciencias básicas afines.

254. Proyectar el sistema educativo y los medios de difusión masiva en función de profundizar en la calidad e integralidad de la política enfocada al ahorro y al uso eficiente y sostenible de la energía.Como se puede apreciar la visión conservacionista del país, se da la mano con una resuelta voluntad política expresada por el estado, esta pretensión supone la penetración a una mayor escala que la experimentada hasta estos momentos, de las tecnologías energéticas que aprovechan las fuentes renovables, dando lugar al desarrollo de un conjunto de relaciones peculiares de tipos territoriales, energéticas, administrativas, económicas, sociales y otras, que aun cuando existen hoy, no han sido tratadas por el ordenamiento jurídico.

En estas condiciones se puede apreciar la necesidad de alcanzar un adecuado marco regulatorio, que favorezca la transición ordenada, gradual y progresiva de la actual matriz energética a un proceso de diversificación sostenible, donde el aprovechamiento de las FRE tienen reservado un espacio de atractiva preferencia, ahora dotadas de novedosas tecnologías, capaces de tomar partido en la competencia del mercado, frente a una base energética que sustenta su funcionamiento en combustibles cada vez más caros, agotados y contaminantes.

La eficacia social de la energía, un tema recurrente

El significado de la eficacia social de las energías, guarda una estrecha relación con los objetivos propuestos en el estudio. Los SER por su parte están llamados a demostrar su capacidad e importancia social, en la medida que quede definida la mayor eficacia de estos en comparación con los servicios energéticos tradicionales.

A este aspecto se debe la necesidad de determinar la forma en que puede ser medida la eficacia social energética, partiendo de la capacidad que tenga un determinado sistema para cumplir de manera eficaz las expectativas económicas, medioambientales y sociales esperadas del servicio que ofrece.

Existen algunas ciencias que han llegado a definir y plantear la forma de medir la eficacia, en el sentido del rigor científico con que analizan su objeto de estudio. Es el caso por ejemplo; de la física y en ingeniería mecánica, planteando que la eficacia energética (o eficacia termodinámica) es un número sin dimensión, que es el informe que indica lo que puede recuperarse provechosamente de la máquina, de lo que se ha gastado para hacerla funcionar [61].

La eficiencia energética por su parte se define, como la relación entre la cantidad de energía consumida y los productos y servicios finales obtenidos.

En economía, el término de eficacia energética se utiliza de manera sinónima al de eficiencia energética, que consiste en reducir los consumos de energía a igual servicio prestado, la eficacia energética se denomina con la letra griega (?) y se define su comportamiento mediante la siguiente ecuación [61]:

edu.red

Donde:

Output? (salida, resultado; producción, cantidad producida), es la cantidad de trabajo mecánico (en watts) o energía consumida por el proceso (en julios).

input? (entrada de datos; inyección; factor de producción, insumo; fuerza, intensidad, potencia) es la cantidad de trabajo o energía que se utiliza como entrada para efectuar el proceso.

Desde este ángulo eminentemente técnico, las tecnologías convencionales modernas que son capaces de aprovechar hasta un 30% de la energía primaria contenida en el petróleo, lucen más eficientes que los sistemas fotovoltaicos que sólo aprovechan entre un 10% y un 12% de la energía primaria del sol. Empero cuando el análisis se eleva al grado de su significación social, tendremos que verificar las consecuencias que se vinculan a la utilización de un combustible con precios muy elevados e inestables, donde el 70% se desperdicia en el proceso de generación desdoblándose en una suerte de costosa contaminación medioambiental y que tiene asociada numerosas complicaciones en función de asegurar la confiabilidad del servicio eléctrico, así como un determinado nivel de pérdidas vinculadas al proceso de transformación, distribución y transportación de la electricidad.

Los múltiples puntos de contactos y las diversas relaciones que se establecen entre el componente social y los servicios energéticos, hacen más amplio el rigor del análisis y más complejo el problema para llegar a definir el concepto y las formas de medir el grado de eficacia social que es capaz de alcanzar un determinado sistema energético.

En el estudio realizado sobre el asunto se ha podido constatar, que los diferentes análisis con enfoque social sobre el fenómeno energético, no se alcanzan definir de manera integral y completa el concepto de eficacia social de la energía y mucho menos plantear una fórmula para medirla.

En la parte introductoria del trabajo se realiza un apretado recuento sobre la evolución histórica del perfil energético a escala mundial, sus aciertos y desaciertos, así como la relación de estos con la cadena de impactos medioambientales que hoy enfrenta la sociedad a escala global.

Pero el análisis quedaría técnicamente incompleto, si no se valora con una visión integradora un conjunto de efectos que tradicionalmente no suelen ser evaluados, para determinar la viabilidad de introducción de las tecnologías energéticas de las que habitualmente se vale la industria para garantizar el servicio.

Se refiere esencialmente a los cuantiosos gastos que se derivan del abastecimiento de combustibles, lubricantes e insumos industriales, otros que están relacionados con la reducción de los impactos ambientales, la preservación de los recursos naturales y la dependencia tecnológica, que aun cuando algunos de ellos no graban de forma directa la gestión económica de la empresa, si representan una huella económica negativa en cuanto a la disponibilidad de recursos para enfrentar otras tareas del desarrollo social.

Por su parte los SER se integran a la sociedad mediante el aprovechamiento de las FRE (en el caso de Cuba: la solar, hídrica, biomasa, eólica y oceánica), que se encuentran disponibles y distribuidas en todo el territorio nacional, sin depender de abastecimiento externo para garantizar el servicio.

Con excepción de algunas tecnologías y componentes que necesariamente tienen que ser importados, los SER se garantizan a través de la intermediación de determinados métodos y procedimientos tecnológicos sencillos y la gestión de una definida cantidad de recursos humanos que se encuentran al alcance y pueden ser satisfechos por los territorios, es decir, con posibilidades reales de alcanzar una función energética equilibrada, coherente, sustentable desde el punto de vista económico y sostenible desde el punto de vista medioambiental.

Estas prestaciones sociales implican un conjunto de relaciones que se desenvuelven a base del aprovechamiento y el manejo combinado de todas las fuentes renovables que se encuentren disponibles y en proporción de intensidad y calidad con la demanda de la sociedad en un territorio dado.

Esta demanda debe satisfacerse mediante la aplicación de una visión integral del uso de las FRE, sin ambivalencias ni favoritismos por alguna de ellas y sin menosprecio de otras, reconociendo incluso la consideración de las convencionales para satisfacer determinadas demandas, donde las exigencias técnicas y las prioridades estratégicas del desarrollo así lo requieran.

De esta manera la eficacia social de la energía puede entenderse como: la capacidad que pueden tener determinadas fuentes energéticas, para asegurar el logro de las metas del progreso económico y social, sin tener que depender del abastecimiento de recursos exteriores al territorio aunque se consideren, de manera tal que se asegure el funcionamiento armónico de la economía y la sociedad en plena relación e intercambio respetuoso con el medio ambiente.

Esto quiere decir que el sistema energético del país no tenga que depender ni energética ni técnicamente del exterior, aunque en un determinado nivel o funciones los considere, de manera que se logre una aproximación razonable a la autosuficiencia energética del territorio; que la generación eléctrica no represente un peligro para la estabilidad medioambiental y que se logre un adecuado nivel de confiabilidad técnica, lo que es lo mismo que garantizar el objeto social a que está destinado el sistema.

De esta forma puede definirse el concepto de Eficacia Social Energética como: la relación existente entre los resultados económicos, medioambientales y de confiabilidad técnica logrados en un periodo de tiempo y las expectativas que en este mismo sentido se esperan del servicio durante el mismo lapso temporal.

En la actualidad los beneficios sociales en la introducción de tecnologías de generación eléctrica, comienzan a partir de los resultados del estudio de factibilidad económica y donde se prioriza el análisis del costo de inversión, que incluye entre otros los gastos relativos al precio de la tecnología, sin considerar los gastos asociados al ciclo de vida para hacer realidad su destino social, empero en este escenario las tecnologías que aprovechan las fuentes renovables lucen simplemente incompetentes ante las tecnologías tradicionales.

Este análisis puede alcanzar su mayor aproximación a la realidad, en la medida que se realice tomando en consideración de forma integradora todos los valores asociados a la introducción y operación de la tecnología, obtenidos durante el desempeño de las relaciones sociales de orden energético y económico, igualmente valorar las consecuencias derivadas de los riesgos de impactos medioambientales, así como el grado de confiabilidad técnica esperado o aportado según sea el caso.

Este último elemento puede ser el más complicado de calcular y establecer, encontrándose estrechamente vinculado a los factores técnicos asociados a la calidad del servicio que per se pueda asegurar un determinado sistema energético, reflejándose de manera pública mediante el cumplimiento del objeto a que está destinado el mismo.

Entonces queda demostrada la importancia del estudio de estas variables y establecer su relación, que sería lo mismo que determinar el grado de eficacia social energética de un sistema dado y de donde pudiera derivarse un análisis con un nivel superior de objetividad, a la hora de decidir la tecnología o el sistema energético que debe aplicarse para la satisfacción de una demanda planteada, con la aplicación de un determinado sistema, pudiendo seleccionarse en este sentido el que mejor nivel de eficacia social puede garantizar, que es igual a elegir la variante tecnológica que pueda recuperarse económicamente en el menor tiempo, que no dependa de recursos del exterior para su funcionamiento aunque los considere, que menos riesgos de impactos medioambientales represente y que pueda garantizar un elevado coeficiente de confiabilidad técnica y en consecuencia de resultados sociales.

Para sólo citar un ejemplo sobre uno de los elementos de cálculo que deben ser tomados en consideración en el análisis anteriormente expresado, podemos señalar los resultados de un estudio reciente donde se consideraron las cuestiones anteriormente señaladas y que fue realizado por especialistas de EcoSol Energía, empresa cubana líder en el suministro y aplicación de tecnologías y productos de avanzada para alcanzar soluciones energéticas eficientes y el desarrollo de la ingeniería asociada en Cuba, demuestra que los sistemas fotovoltaicos conectados a la red eléctrica, pueden recuperarse económicamente en la mitad del tiempo en que lo hacen los sistemas tradicionales de generación [21].

El análisis de lo expresado lleva a definir, que la elevación de la eficacia social de la energía, no es posible lograrla a través de la aplicación del tradicional esquema energético del que depende la sociedad contemporánea, siendo necesario desde el punto de vista económico, medioambiental, social y ético operar un cambio sustancial; pero gradual y progresivo del diseño de la actual base energética, primero reduciendo el consumo de energía generada a partir de la utilización combustibles fósiles, para llegar luego a establecer una relación energética de una elevada eficacia social, basada en un sistema de SER.

La consideración de estos conceptos, su estudio y vinculación a la dinámica que impone el desarrollo social, permitirán determinar los objetivos y alcance de la norma jurídica, así como el despliegue de los principios básicos mediante los cuales, deben desarrollarse en la práctica las relaciones derivadas de la aplicación de estos servicios.

Principales relaciones sociales que se derivan del empleo de las fuentes renovables de energía

La inquietud de todas las ciencias por estudiar y resolver el grave escenario de impactos medioambientales que enfrenta hoy la humanidad, obliga a emprender seriamente este tema no sólo en su carácter multidisciplinario, sino también en lo transdisciplinario, lo que quiere decir, la aplicación de un modelo basado no sólo en el exposición del campo técnico del perfil energético.

Actualmente es muy difícil alcanzar la determinación y solución de las problemáticas del desarrollo social, sin la participación del aporte de varias ramas vinculadas, especialmente las relacionadas a las ciencias sociales.

Se trata de incorporar al estudio el análisis integral del conjunto de valores históricos, culturales, sociales y principios éticos, que conjugados con la voluntad política del Estado, puedan configurar una estructura coherente de desarrollo sostenible.

En esta estrategia están llamadas a jugar un importante papel las ciencias, políticas, económicas, jurídicas y otras, las que conjugadas adecuadamente con las ramas técnicas, deberán encontrar nuevos caminos y soluciones sostenibles, al conjunto de relaciones sociales derivadas del desarrollo humano, entre las que se destacan por el nivel de eficacia social las relativas al perfil energético.

Las actividades y funciones derivadas del empleo de las fuentes renovables de energía, constituyen una fuente productora de muy diversas y peculiares relaciones, que se distinguen por su carácter territorial, diversidad e integralidad y una relación muy estrecha con el componente humano. La importancia de su comportamiento armónico y coherente implica el análisis de su desenvolvimiento con una visión integral y tutelada por el ordenamiento jurídico.

Son muy diversas las relaciones que en la naturaleza de este campo de acción se conjugan; pero se ha considerado señalar sólo las principales, entre las que podemos encontrar las relacionadas con los Preceptos Constitucionales, las Ciencias Políticas, las Ciencias Sociales, otras Ramas del Saber Científico Técnico, la Disciplina del Ordenamiento Territorial y las Técnicas de la Informática y las Comunicaciones (TIC) y las relaciones con el Componente Social Humano.

Relaciones con los Preceptos Constitucionales

La Constitución de la República en tanto que documento rector que refrenda las bases del sistema económico, el régimen político y la organización del poder político, no puede encontrarse ajena al objeto de las relaciones sociales que se derivan de la utilización de las fuentes renovables, en tanto que ellas se constituyen mediante la materialización del precepto de soberanía nacional refrendado en el Artículo No 3. de la Carta Magna cuando señala: … En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas se derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las leyes…

La facultad constitucional expresada en los artículos 14 al 17 y el 27, sobre el orden económico y social, permite definir los postulados que deben regir el desarrollo energético de la nación, basados en el siguiente contenido:

  • Ningún territorio puede sostener su desarrollo energético por encima de las disponibilidades de recursos que posee territorialmente.

  • El desarrollo energético tiene que responder a intereses económicos, sociales y medioambientales.

Al propio tiempo cuando se analizan los objetivos y alcance de la aplicación de servicios energéticos basados en el empleo de las fuentes renovables, aflora la necesidad de una declaración de principios de nuevo tipo, que sirvan de base instrumental para garantizar su cumplimiento, constituyendo el sostén del desenvolviendo de las relaciones generadas a partir del aprovechamiento de estas fuentes y la prestación de los servicios.

Estos principios son los siguientes:

  • Principio de servicio público y privado territorial.- Dado el carácter de la eficacia social de la energía, las actividades de generación y comercialización de los SER, constituyen servicios esencialmente públicos y su tutela será ejercida por el Estado a través de las autoridades de los territorios. Este servicio podrá ser realizado por personas naturales o jurídicas de acuerdo a la autorización y regulaciones que se establezcan en el reglamento.

  • Principio territorial de los servicios energéticos.- Las FRE se encuentran distribuidas en cantidad y calidad a lo largo y ancho del territorio nacional, su aprovechamiento, generación y comercialización se realizará principalmente en el modo de la generación distribuida, es decir aprovechar el recurso renovable allí donde su intensidad y calidad lo permita, consumiendo la energía donde se genera, lo que garantiza calidad y eficiencia en el servicio. Sin negar la posibilidad de que en determinadas condiciones, dadas las características de los territorios y por razones estratégicas del desarrollo económico y social del país, la generación de energía se realice en el modo centralizado, es decir generar el servicio en unas regiones, para completar la satisfacción de la demanda de otras zonas.

  • Principio de planificación energética perspectiva, descentralizada y territorial.- Las actividades de generación y comercialización de los SER estarán sujetas a planificación, que será realizada por los territorios bajo la dirección del Estado. Se priorizan los servicios de generación de electricidad que aporten al SEN, aliviando el consumo de electricidad a base de la combustión del petróleo y otros combustibles fósiles, sin dejar de considerar los SER que en el modo de la generación distribuida sustituyen el consumo.

  • Principio de suministro universal.- Todas las personas naturales y jurídicas en el territorio nacional, tienen el derecho a ser clientes de los SER acorde a las condiciones que se establezcan reglamentariamente. Todos los clientes recibirán este servicio en las condiciones de calidad y seguridad que se reglamenten.

  • Principio de coordinación técnica territorial.- Las actividades técnicas y operacionales del Sistema de SER, se coordinarán con las estructuras del territorio donde radican. Las relacionadas con las instalaciones que generan energía eléctrica y se encuentran conectadas al SEN, quedarán sometidas a la coordinación obligatoria con el Despacho de Carga, que ostenta su dirección técnica.

  • Principio de protección y uso sostenible del medio ambiente.- A pesar de que las FRE son parte integrante del medio natural y que sus formas de aprovechamiento no se realiza mediante métodos tecnológicos que lo modifican de forma irreversible, ninguna tecnología o acción del hombre es totalmente inocua, por lo que su aplicación estará sujeta al proceso de evaluación de impacto ambiental desde la etapa de proyectos, al objeto de minimizar sus efectos sobre el entorno.

  • Principio de armonía social territorial.- La aplicación de los SER, están llamados en primer lugar a cumplir un determinado grado de eficacia social. Esencialmente constituye la realización práctica de la voluntad política del estado expresada durante años, así como la adopción de una postura ética estatal, acorde con los reclamos de la sociedad por alcanzar una base energética respetuosa con el medio ambiente y sostenible. Su introducción debe realizarse mediante un proceso de conciliación comunitaria, lo que debe lograrse con la cooperación de las instituciones y especialistas de las ciencias sociales de los territorios.

  • Principio de cooperación científico-técnica territorial.- La introducción de las tecnologías para el aprovechamiento de los recursos renovables, debe realizarse mediante un proceso de estudio y consulta territorial en cooperación con las instituciones científicas y técnicas del territorio. En los momentos actuales existe en el país un amplio nivel de conocimientos científicos y técnicos relacionados con el aprovechamiento de las FRE. Constituye una tarea estratégica del Estado su aprovechamiento y aplicación.

  • Principio de tarifa diferenciada.- Los SER que se prestan a los clientes finales, estarán sometidos a unas tarifas diferenciadas de acuerdo a las características de estos y en las condiciones que se establezcan reglamentariamente.

  • Principio de autosuficiencia energética territorial.- Los SER se basan en el empleo de las FRE que se encuentran disponibles en intensidad y calidad, en el sitio donde se presta el servicio, su generalización se encamina hacia la autosuficiencia energética de las regiones del país, reduciéndose la necesidad del abastecimiento de recursos del exterior, aunque en determinadas condiciones los considere.

  • Principio de eficiencia y ahorro energético.- La naturaleza de los SER, permite que estos se realicen en condiciones de mínimo costo posible, constituyendo en si una efectiva promoción de ahorro energético, al convertir en un actor de la generación del servicio, al propio consumidor final. La introducción de estos servicios constituye una efectiva medida de ahorro por cuanto se libera el consumo de energía producida con la utilización del petróleo.

  • Principio de complementariedad sostenible.- Las propiedades de las fuentes renovables de energía y las características de los recursos naturales que le dan origen, implican que algunas de ellas no se encuentren disponibles durante las 24 horas del día, así como presentar intermitencias en cuanto a la disponibilidad de potencia energética que las mismas generan. Esta razón induce la idea de que con el empleo de una sola fuente energética puede ser difícil satisfacer determinadas demandas, pudiendo emplearse de forma combinada varias de ellas, incluso considerando de manera complementaria las fuentes convencionales. Su introducción permite la utilización de recursos que se encuentran disponibles a nivel del territorio y que no generan impactos irreversibles peligrosos al medio natural, garantizando la preservación de recursos para su disfrute por las generaciones futuras.

Relaciones con las Ciencias Sociales

Las Ciencias Sociales pueden ofrecer un extraordinario aporte en el campo de acción del empleo de las fuentes renovables de energía. Todo cambio en la base productiva o de servicios de la sociedad, requiere de un determinado grado de armonía en el que interviene decisoriamente el consenso y acuerdo social.

La utilidad de los resultados de las investigaciones sociales aplicadas, pueden contribuir a la comprensión y aceptación social de las soluciones energéticas alternativas, en base a la adopción de posturas conscientes por parte de la sociedad.

El mejoramiento de la calidad de vida no tiene lugar sin un desarrollo económico ascendente, donde la introducción de nuevas tecnologías juega un papel de primera importancia, para la aceleración de los procesos de producción y reproducción de riquezas materiales, dirigidas a la satisfacción de las necesidades siempre crecientes de la sociedad y donde la utilización ordenada de las FRE está llamada a garantizar parte de este crecimiento.

Por otra parte estas pueden dar respuestas al espíritu de compromiso ético de la sociedad cubana por alcanzar una matriz energética respetuosa con el medio ambiente, que sea capaz de asumir el cumplimiento de las necesidades de energía, en función de la elevación de la calidad de vida de la sociedad sobre una base sostenible.

Las posibilidades que brinda la instrumentación del aprovechamiento de las FRE de convertir al consumidor de energía en protagonista de su generación, abre un nuevo camino en la importante batalla por la elevación de la conciencia energética de los ciudadanos. La austeridad y el ahorro son objetivos que constituyen una premisa de garantía para la conservación de los recursos y su disfrute por las generaciones venideras.

Relaciones con otras Ramas del Saber Científico-Técnico

Es considerablemente amplio el campo del que se nutren las relaciones derivadas de la aplicación de las FRE con las otras ramas del saber científico-técnico, por ejemplo la física en las investigaciones y aplicación de nuevos materiales semiconductores para la fotovoltaica, la química y la metalúrgica en el estudio de nuevos plásticos más resistentes y los aceros para las palas y las torres de los aerogeneradores respectivamente, las ciencias biológicas para los catalizadores de los biodigestores, la geofísica y meteorología para la selección de las ubicaciones de los parques eólicos y embalses hidráulicos y se pudieran señalar otras que por razón de espacio no se pudieran detallar.

Pero por su importancia no queremos dejar de analizar un reducido número de ellas y son las que se encuentran vinculadas a las ramas de la electricidad y la electrónica, la disciplina de las Ciencias Naturales, las Técnicas Administrativas del Ordenamiento Territorial y las Técnicas de la Informática y las Comunicaciones (TIC).

Las ciencias investigativas y aplicadas de las ramas eléctrica y la electrónica, tienen planteado un enorme reto en el desarrollo de alternativas energéticas renovables eficientes y capaces de enfrentar las exigencias del desarrollo económico y social sostenible de la nación.

En el caso particular de nuestro país el proceso de introducción y maduración de las tecnologías renovables, tendrá que desarrollarse en condiciones económicamente complejas dada las limitaciones que en este sentido se presentan, a lo que el ingenio humano de los científicos, técnicos y especialistas de este sector deberá imponerse.

Ya es conocida la cadena de impactos económicos, tecnológicos y medioambientales que se encuentran asociados a las tecnologías tradicionales de generación y donde a pesar de todos los avances experimentados con la introducción de modernas y costosas tecnologías sólo se logra aprovechar aproximadamente un 30 % de la energía primaria contenida en el petróleo, perdiéndose el resto en una suerte de cadena contaminadora que encarece aún más el proceso al tener que invertir cuantiosos recursos en la reducción de impactos.

Existen otras alternativas de solución asociadas con un mejor aprovechamiento de la unidad de energía, como son las relacionadas con los coches eléctricos [67] conectados a la red, que logran aumentar en cuatro veces el aprovechamiento de la carga energética, a la vez que son capaces de acumular y entregar energía eléctrica al sistema, contribuyendo a la regulación de frecuencia.

A pesar de ello, el camino está señalado en la búsqueda de soluciones vinculadas al aprovechamiento de las fuentes renovables, las que a pesar del avance experimentado en los últimos años, se debe continuar trabajando en su desarrollo y aplicación, principalmente en las tecnologías y dispositivos de acumulación de energía que se encuentran vinculados a las mismas.

Las relaciones de la aplicación de las FRE con las Ciencias Naturales, constituyen el centro primordial de acción para el cumplimiento de lo establecido en la Ley. Los recursos naturales que le dan vida son estudiados por las ciencias naturales. La utilización del recurso solar es capaz de derivar varios servicios energéticos, entre los principales para nuestro país podemos señalar: la de generación de electricidad, calentamiento de fluidos (secado de productos, destilación y otros).

Una de las exigencias requeridas para el aprovechamiento de la energía solar, es la relacionada a la evaluación de su intensidad, calidad y estabilidad; además de la característica de las tecnologías captadoras, de lo que depende la eficiencia energética de las tecnologías que hacen posible este servicio.

En virtud de los resultados aportados sobre el conocimiento de las ciencias naturales, se ha podido definir que el territorio cubano se encuentra comprendido dentro del cinturón solar de la tierra [68], conociéndose la influencia ejercida por su característica insular, rodeado de grandes masas de agua y ubicado en una zona tropical con una elevada humedad relativa del clima. Se domina que la disponibilidad temporal de este recurso alcanza 362 días del año aproximadamente, que lo convierten en un factor determinante y atractivo para su empleo en sus diversas aplicaciones energéticas.

Esta información permite aportar a los inversionistas los datos iniciales, para la toma de decisiones del desarrollo energético del país con los dispositivos que aprovechan la energía solar, pudiéndose conocer que la irradiación promedio que incide sobre el territorio nacional es igual a 5,78 kWh/m2.día.

También se ha podido constatar que la energía eólica, es otro de los recursos renovables que presenta perspectivas reales de utilización en las diversas formas de su aprovechamiento. Los estudios desarrollados brindan información de la intensidad y calidad del potencial eólico que incide en los diferentes puntos del país, pudiéndose apreciar que no se puede hablar de amplias zonas con buena densidad de viento; pero que existen posibilidades donde se exhiben valores aceptables con atractivo económico, fundamentalmente cuando puedan estar conectados a la red eléctrica con el fin de brindar disponibilidad de energía al SEN.

Los datos aportados permiten determinar el empleo de esta alternativa en una de sus formas más generalizadas y es la que se encuentra asociada al bombeo de agua. Esta modalidad de la energía eólica está reconocida como una de las más antiguas en el mundo y en Cuba. Los molinos de viento se han empleado en muchas partes y funcionan con bajos potenciales de viento.

Durante la Edad Media los molinos de viento alcanzaron un importante auge en Europa, los construidos entre los siglos XV y XIX servían para el bombeo de agua en tierras que se encontraban bajo el nivel del mar, aserraderos de madera, fábricas de papel y prensado de semillas para producir aceite entre otros.

Otro de los aportes realizados por las Ciencias Naturales está relacionado con los resultados del estudio del potencial hídrico de Cuba, que constituye una de las fuentes renovables con más atractivos por sus bajos costos de implantación y los resultados energéticos que es capaz de aportar.

De igual forma se ha podido conocer la disponibilidad de biomasa que puede ser utilizada con fines de la generación energética, destacándose la ubicación de los centrales azucareros y las posibilidades reales de utilización de este recurso en el impulso hacia una generación energética sostenible.

En la figura 9 se pueden apreciar los resultados del estudio de los potenciales de las fuentes renovables de energía del país: potencial solar 9A, Potencial hídrico 9B, potencial eólico 9C y potencial de biomasa 9D. [53].

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Figura 9A. Potencial solar, 9B. Potencial hídrico, 9C. Potencial eólico y 9D. Potencial de biomasa

Relaciones con la Disciplina del Ordenamiento Territorial y las Técnicas de la Informática y las Comunicaciones

La ordenación del territorio es una disciplina con una visión amplia, que observa el espacio y que sirve de instrumento para planificarlo por muy pequeño que este sea, es capaz de encontrar el punto de conexión espacial en relación con otras disciplinas, permitiendo la generación de enfoques unidireccionales, como es el concepto de desarrollo sostenible: satisfacer las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las posibilidades de las del futuro, para atender y satisfacer sus propias necesidades [69].

Durante la introducción de las tecnologías que aprovechan las FRE la problemática relacionada con la utilización del espacio, es uno de los problemas más complejos a resolver. Existen algunas tecnologías como es el caso de los sistemas fotovoltaicos que requieren de espacios considerables para su instalación y no siempre la disponibilidad del suelo coincide con las pretensiones para su introducción.

Por su parte la ordenación energética persigue como objetivo central y concepto rector, el desarrollo equilibrado de las regiones y la organización física del espacio y dentro de él, la ubicación armónica de los elementos correspondientes al perfil energético, entre los que sobresalen los sistemas renovables de energía.

Los mecanismos de extracción y aporte no deben ser espontáneos, deben obedecer a diseños y planes de manejo integrado del territorio, que permitan la recuperación de lo que se extraiga basándose en el concepto de renovación de los recursos empleados.

Estos sistemas ofrecen posibilidades de inserción en el entorno y pueden aprovechar las capacidades potenciales energéticas locales en función del progreso sostenible y equilibrado, así como el fomento de las actuaciones que mejor persigan el fortalecimiento del espíritu comunitario.

En esos objetivos se encuentran reflejados los aspectos necesarios para el desarrollo de la sociedad, expresados de manera tan sencilla como clara, donde la calidad de vida de las personas es el factor primario y eje central en el que se promueven los objetivos del desarrollo económico.

El problema actual de gestión y organización de la información energética en el país, es capaz de generar gran cantidad de datos e informes, distribuidos en múltiples perfiles organizacionales y estructurales del sistema, estos se van produciendo de manera muy dinámica al ritmo de la prestación de los servicios energéticos con una intensidad y volumen, que sólo pueden ser considerados y tenidos en cuenta para su análisis y conservación, mediante las TIC11.

El carácter distribuido y diferencial de las fuentes renovables que se encuentran dispersas a lo largo y ancho del territorio nacional convierten en más compleja la tarea, haciendo prácticamente imposible su estudio y aprovechamiento adecuados sin la implementación de estas técnicas.

Su introducción a gran escala en el sector energético permite la realización de estudios integrados de proyectos de planeación y desarrollo, lográndose transparencia en la gestión administrativa y agilidad en los procesos de consulta, así como aseguran el nivel participativo de los sectores de la sociedad involucrados con la tarea.

Estas técnicas contribuyen al desempeño con criterios económicos de los servicios energéticos basados en la utilización de las FRE, es decir; garantizan rapidez, integralidad y eficiencia en la realización de proyectos, con una adecuada utilización del tiempo, fuerzas y medios en la gestión, reduciendo viajes, evitando reuniones, abaratando gastos por conceptos de comunicaciones, estadías, alojamientos e insumos de materiales de oficina.

Las relaciones con las TIC, aportan a estos servicios el concepto de modernidad y las facilidades operacionales durante la introducción de tecnologías modernas.

La significación de estas técnicas en el proceso de introducción de los servicios energéticos renovables, es imprescindible para perfilar las estrategias y el análisis de las tecnologías idóneas en correspondencia con la intensidad y la calidad del recurso renovable disponible a aprovechar.

Las TIC permiten el acceso a políticas, estándares, organizaciones y recursos tecnológicos que facilitan la producción, acceso y uso de la información geográfica de cubrimiento nacional, con el objetivo de ordenar los servicios energéticos y facilitar la disponibilidad, acceso y uso de datos, productos y servicios geográficos, en un entorno de cooperación entre instituciones estatales, académicas, de investigación, así como aquellas otras personas interesadas a conocer del tema, aplicando un adecuado nivel de asignación de roles y compartimentación de la información.

De igual manera constituyen un vehículo idóneo para la publicación de determinadas informaciones de interés público, relacionadas con los recursos renovables y sus aplicaciones, contribuyendo a la conformación de un estado de conciencia social respetuosa con la naturaleza.

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11 Técnicas de la Informática y las Comunicaciones

Relaciones con el Componente Social Humano

La electricidad es un fenómeno natural tan antiguo como el tiempo, su historia ha de considerarse como parte de la historia natural. Sus hitos iniciales puede situarse hacia el año 600 a. C., cuando el filósofo griego Tales de Mileto observó que frotando una varilla de ámbar con una piel o con lana, se obtenían pequeñas cargas (efecto triboeléctrico) que atraían pequeños objetos, y frotando mucho tiempo podía causar la aparición de una chispa [70].

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