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La Doctrina Betancourt (página 2)


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Capítulo II

Caso: República Dominicana (VI Reunión de Consulta)

La República Dominicana para 1960 contaba con treinta (30) años de una de las dictaduras más sangrientas y desalmadas en el continente americano, liderada por el dictador Rafael Leonidas Trujillo (Chapita Trujillo), quien asume el poder en 1930 como consecuencia en gran parte de las políticas intervencionistas de EEUU en Latinoamérica (política del garrote, diplomacia del dólar). Los primeros diez (10) años de este régimen se produjeron bajo la tutela de los norteamericanos a través de una especie de protectorado, con posterioridad a la firma de un tratado (1940) donde EEUU pone fin a la "ayuda" militar, aduanera y financiero-administrativo (enmarcada en la nueva política exterior norteamericana de buena vecindad) pero siempre considerando a Trujillo y su gobierno como un aliado incondicional.

Por otra parte, Rómulo Betancourt, líder y fundador del partido Acción Democrática (AD), el cual en sus inicios simpatizaba con las ideas revolucionarias de izquierda y que para finales de la década de los cincuenta asume una posición más de centro lo que le cuesta una fractura con el ala radical socialista (MIR), esto se da ya que este partido y sus militantes lideraron la resistencia contra la dictadura del General Marcos Evangelista Pérez Jiménez (unos en la clandestinidad y otros en el exilio) y raíz de ello los adecos fundamentan sus líneas partidistas más en principios y valores democráticos y de representación popular que en principios ideológicos.

La relación entre Trujillo y Betancourt de siempre fue de enemistad declarada y esto se debe en gran medida a las continuas críticas y denuncias del líder venezolano en el exilio al sangriento y violador de derechos humanos régimen de Trujillo.

Una vez Rómulo Betancourt en el poder (1959), enfoca su política exterior en confrontar todos los regímenes de fuerza del continente basándose en la Doctrina Betancourt la cual surge del discurso dado al Congreso el día que asume el poder (13 de febrero de 1959). Ya con relación a la política bilateral entre Venezuela y la República Dominicana se puede afirmar que desde el primer momento fueron malas ya que pocos meses de iniciado el gobierno de Betancourt, se suspende las relaciones diplomáticas con el dictador Trujillo.

"Demostró el Canciller en su informe al gabinete como el centro activo de las conspiraciones contra la democracia venezolana están en ciudad Trujillo y es el tirano quien personalmente dirige las operaciones que se traducen en libros, folletos, programas de radio, manteniendo además una red de espionaje en nuestro país" (El Nacional 1959)

Lo que detona el conflicto entre la dictadura de Chapita Trujillo y la democracia de Betancourt en el plano interamericano fue el atentado planeado por Trujillo en contra de la humanidad del presidente venezolano (24 de Junio de 1960) ya que días después del atentado el gobierno venezolano ejerció todos los mecanismos interamericanos posibles en contra del gobierno dominicano, en principio solicita que una comisión de la OEA se traslade a Venezuela para que haga una investigación de campo y sus conclusiones las presente a la Organización por medio de un informe; "La Comisión de la OEA conversó asolas con los implicados, Cabrera Sifontes ratificó la intervención dominicana" (El Nacional 19-07-1960)

Posterior al retiro de la Comisión el gobierno venezolano solicita una reunión de Consulta de Ministro de Relaciones Exteriores (VI) la cual fue convocada para los días 16 al 21 de agosto de 1960 en la ciudad de San José de Costa Rica, dicha solicitud es sustentada jurídicamente mediante el artículo 6 del TIAR y tiene como objeto fundamental considerar los actos de intervención y agresión del gobierno de la República Dominicana contra el gobierno de Venezuela (atentado contra la vida del presidente venezolano)

Previo a la cita interamericana se dieron varios preacuerdos, entre los mas relevantes es importante mencionar el pacto entre Venezuela y EEUU donde EEUU respaldaría a Venezuela frente a Dominicana y Venezuela apoyaría a EEUU frente a la condena anticomunista a Cuba, sólo que este pacto rompía con la línea política de ambos países y sería difícil ponerse de acuerdo para materializarlo en las reuniones. Un día antes de comenzar la reunión de consulta la delegación venezolana encabezada por el canciller Ignacio Luís Arcaya tenían la sensación de que su propuesta tendría profundo apoyo por parte de las demás delegaciones gracias al gran trabajo de lobby hecho semanas antes a la reunión "hoy se inicia la Conferencia con sólido apoyo a Venezuela" (El Nacional 16-08-1960), pero también existía el miedo de que la resolución no fuere lo enérgica que ellos esperaban por ello, en todo momento el ministro Arcaya se manejó activamente en búsqueda de una sanción ejemplar contra República Dominicana "La Delegación venezolana no aceptará conciliación en sus acusaciones contra la dictadura dominicana, declaró hoy el Canciller Arcaya comentando la versión de que Brasil gestiona conciliación Venezuela-República Dominicana…" (El Nacional 16-08-1960)

Transcurridos dos días de iniciada la VI Reunión la opinión pública manejaba distintas versiones pero la más sonada era la de medidas enérgicas en contra de Trujillo y una actitud conciliadora a favor de Castro (refiriéndose a la VII Reunión de Consulta que ocurriría de inmediato culminada esta) "la tendencia que ha cristalizado entre los delegados durante las últimas 48 horas es principalmente a favor de la adopción de medidas severas contra la República Dominicana y una actitud prudente y conciliatoria hacia Cuba" (El Nacional 18-08-1960). Dentro de la Reunión se manejan distintos grupos con posturas concurrentes en el sentido de sancionar de alguna manera a Trujillo pero discordantes en el grado de severidad de las sanciones que se le debe aplicar.

"La propuesta venezolana de sanciones a la República Dominicana cuenta con apoyo de varios grados por parte de un buen número de naciones Latinoamericanas incluyendo aquellas que ya han roto relaciones con el gobierno dominicano, pero otras como Chile, Uruguay, El Salvador y EEUU abogan por una actitud más moderadas." (El Nacional 18-08-1960)

Pero lo que sí es cierto es que EEUU por primera vez en la historia de las relaciones interamericanas se encontraba bajo presión para adoptar y votar por las sanciones en contra de su aliado Trujillo solicitadas por Venezuela, en Gran Medida por lo contundente de las pruebas presentadas a la reunión en el informe de la Comisión de la OEA y en parte para lograr reciprocidad en la condena a Cuba.

De las primeras plenarias Venezuela consigue el apoyo de al menos nueve países, los cuales respaldan la solicitud de Arcaya de aplicar todas las sanciones posibles con excepción de la intervención militar, por su parte el delegado de EEUU propone una condena sin sanciones y la pronta convocatoria a elecciones supervisadas por la OEA "el Secretario de Estado norteamericano Christian A. Verter… manifestó que si la República Dominicana rehúsa a aceptar una comisión de la OEA para vigilar las elecciones entonces la Organización podría considerar tales penas, llamadas sanciones" (El Nacional 19-08-1960)

Ya para el día 19 de Agosto en la mañana extraoficialmente e sabía que un proyecto presentado por una subcomisión donde se propone ruptura de relaciones diplomáticas declaración de condena y sanciones de carácter económico contra el gobierno de Chapita Trujillo pudiera ser acogida por consenso de todos los cancilleres "Los cancilleres resolvieron en sesión secreta e informal, anoche aprobar el proyecto de sanción contra Santo Domingo presentado por la subcomisión de los siete" (El Nacional 20-08-1960). Pero por la tarde surgen nuevamente las tensiones entre las posturas de un bloque (Ecuador, Panamá, Perú, Bolivia, Haití, Costa Rica, Uruguay, El Salvador, Guatemala, Colombia, Cuba, Paraguay y Nicaragua) inclinados a aplicar las sanciones rígidas (tal como lo propuso Venezuela) al régimen dominicano y la de EEUU que proponía "… se nombre un comité especial de observación para que garantice elecciones libres en la República Dominicana y luego se apliquen sanciones si no hay elecciones" (El Nacional 20-08-1960)

Venezuela viendo la posibilidad de un acuerdo poco enérgico amenaza con no asistir a la VII Reunión de Consulta si se adopta una resolución benigna. El activo trabajo de Venezuela en la Reunión y desde el país permitió reclutar apoyos a medida que transcurrían los días y ya para el 20 de agosto a un día de finalizar la VI Reunión de Consulta la postura venezolana contaba con el respaldo de diecinueve cancilleres dispuestos a sancionar a República Dominicana, lo que hizo que para horas de la noche la delegación dominicana se retirara de la reunión y se regresaran a su país, abordando el avión el canciller dominicano advirtió "que su gobierno ocurrirá ante la ONU, a pesar de haberlo negado en los primeros momentos por las sanciones aplicadas al gobierno de Trujillo" (El Nacional 21-08-1960).

El canciller del Brasil (Horacio Lafer) quien presidió la VI Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores en su discurso de clausura dijo "al sancionar el régimen de Trujillo se ha creado jurisprudencia y orientación en defensa de la democracia en América" (El Nacional 21-08-1960). Estas palabras confirman los postulados de la Doctrina Betancourt que no son más que la búsqueda de esfuerzos colectivos en el continente para aislar y erradicar los sistemas de fuerza en América.

Después de mucho esfuerzo el día 21 de agosto se firmó por consenso la resolución definitiva la cual reza en su parte más relevante:

Acuerda: aplicar las siguientes medidas:

a- Ruptura de relaciones diplomáticas de todos los Estados miembros con la República Dominicana;

b- Interrupción parcial de relaciones económicas de todos los Estados miembros con la República Dominicana comenzando por la suspensión inmediata del comercio de armas e implementos de guerra de toda clase. El consejo de la Organización de los Estados Americanos, estudiará, según las circunstancias y con la debida consideración de las limitaciones constitucionales o legales de todos y cada uno de los Estados Miembros, la posibilidad y conveniencia de extender la suspensión del comercio con la República Dominicana a otros artículos. ()

Esta resolución sin precedentes para las relaciones interamericanas fue acatada por EEUU de forma plena y en contra de su voluntad (por primera vez en la historia) tanto que el 26 de agosto (cinco días después de la resolución) un cable procedente de Washington D.C. anunciaba que EEUU rompía relaciones con Santo Domingo lo que significa la materialización efectiva y práctica de la Doctrina Betancourt en pro de un esfuerzo colectivo para aislar y neutralizar la dictaduras en América.

Este sonado caso ilustra clara e inteligiblemente como la Doctrina Betancourt se vale de las herramientas institucionales que ofrece la OEA (Reuniones de Consulta) para materializar en los hechos las tesis postuladas.

Capítulo III

Caso: Cuba (VII Reunión de Consulta)

Durante la década de 1950 eran varias las dictaduras que oprimían a los pueblos latinoamericanos, las cuales en su mayoría eran apoyadas por los EEUU (en nombre de la defensa contra el incipiente comunismo internacional que cada vez se comenzaba a infiltrar con más fuerza en el continente) y que como efecto dominó fueron cayendo a medida que finalizaban los años cincuenta o al menos varias de ellas como la de Manuel Odría en Perú 1956, Gustavo Rojas Pinilla en Colombia 1957, Marcos Pérez Jiménez en Venezuela en 1958 y para finales del mismo año la de Fulgencio Batista en Cuba. La caída de tales regímenes de fuerza fue causando furor popular entre la juventud latinoamericana con ideas revolucionarias las cuales poco a poco fueron tomando las ideas socialistas y comunistas con más fervor.

De hecho varios de estos gobiernos cayeron por revoluciones de este tipo como la que ocurrió en Cuba con Batista, de hecho era ya común que las sociedades reaccionaran después en algún momento en repudio a los repetidos despojos y crueldades cometidas por los dictadores, tal y como ocurrió en el caso de Batista y quién para el año de 1958 ya no contaba con el mismo apoyo ni interno ni externo, ya que luego de la ronda de visitas realizada por Nixon en calidad de vicepresidente de los EEUU por Latinoamérica a fin de reafirmar la política del buen vecino ese mismo año, los EEUU, al percatarse del creciente sentimiento antiimperialista y antiyanqui generalizado en el continente decide reducir el apoyo a los gobiernos de este tipo y por el contrario propiciar movimientos liberales, es más los propios EEUU le sugieren a Batista entregar el poder ese año, al tiempo que se conforma el frente unido contra el régimen, formado por los diversos grupos revolucionarios en los que destacaba el Movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro.

Al dictador darse cuenta de la amenaza armada latente y de la debilidad de sus propias fuerzas oficiales, este huye el 1 de enero de 1959, tomando el mando del país dicho grupo revolucionario al mando de Fidel Castro (a pesar de que éste no llega al poder absoluto sino hasta 1976 cuando decide a través de una nueva constitución, nombrarse presidente).

Al inicio del programa revolucionario, las ideas de reformas se centraban en ideas democráticas y de justicia, con elecciones presidenciales y con resguardo de derechos de propiedad privada, de hecho las relaciones del nuevo gobierno cubano con la Casa Blanca fueron de entendimiento y respeto, sin embargo, a medida que fueron transcurriendo los hechos las posiciones revolucionarias se fueron radicalizando tendiendo a la extrema izquierda a medida que se fueron realizando expropiaciones dentro de la isla, tanto a los mismos nacionales como a propiedades y negocios extranjeros, lo que comenzó a inquietar a la comunidad internacional, especialmente a los EEUU y que se concretó cuando Fidel Castro se declara marxista-leninista.

Durante la primera mitad del año de 1959, iniciándose la revolución no existía una tendencia política marcada hacia el comunismo, más bien la revolución se concentraba en mantener una actitud de no de alineación en contra o favor de alguno de los dos bloque que ya estaban claramente divididos a nivel mundial por dos súper potencias del momento (EEUU vs. URSS), sino más bien de asumir una posición neutral.

No obstante, a medida que transcurrió el año de 1959 especialmente luego de la visita de Castro a EEUU en el mes de abril su discurso antiimperialista se fue sintiendo con mayor fuerza, haciendo críticas de todo tipo a los EEUU por asuntos como el apoyo que este le había dado al régimen de Batista y a otros dictadores latinoamericanos y su calidad de explotador e intervensionista a través de sus empresas monopólicas establecidas en la isla.

Al mismo tiempo, se dieron numerosas ejecuciones a colaboradores del ex-dictador lo que sorprendió y provocó de inmediato un rechazo por parte de las democracias latinas que inicialmente apoyaba y veía con buenos ojos a la revolución. También se inicio una fuerte intervención del Partido Socialista Popular (PSP), el cual era totalmente de corte comunista en la dirigencia del país lo que fue generando inquietudes importantes en el sistema interamericano sobre todo a EEUU ya que esto representaba una especie de filtración comunista en territorios muy cercanos.

Al definirse completamente el discurso de Castro en contra del sistema capitalista de los EEUU, al llevar a cabo la reforma agraria en la isla con la cual fue expropiando propiedades americanas y al poner en práctica abiertamente una relación comercial (inicialmente) con la URSS a fin de dar a demostrar su posición "neutral" entre los bloques; las relaciones EEUU-Cuba se fueron haciendo cada vez más tensas, en muy corto tiempo siendo lo más preocupante para EEUU el intenso furor comunista de la isla el cual también ganaba adeptos y simpatizantes en otras partes del continente. Luego de firmados los acuerdos de intercambio económico con el Kremlin y observando la Unión Soviética (aunque desde lejos pero con mucho interés) los sentimientos latinoamericanos antiimperialistas como una oportunidad de conseguir apoyo para el bloque comunista al mismo tiempo que consigue una

…posibilidad de que su influencia penetrara en el hemisferio occidental de manera directa e importante. Sus iniciativas políticas hacia Latinoamérica habían obedecido al deber de socializarse con los movimientos comunistas y antiimperialistas de la región, y al deseo de intensificar los problemas que la potencia norteamericana pudiera encontrar en su vecindad inmediata. (Boersner, 1992 p. 208)

De igual modo la política soviética hacia América Latina estuvo concentrada en los partidos comunistas de estos países por lo que el PSP jugó un papel muy importante en la transición de la revolución cubana de instantes democráticos a intensa lucha comunista.

Pero el caso cubano al mismo tiempo representó una sorpresa para URSS dado su carácter particular e independencia revolucionaria, con autoría propia en la adopción de ideales comunistas (marxistas-leninistas) lo que hacía a la isla libre de subordinarse al gobierno de Moscú.

La Unión Soviética al percatarse del proceso cubano y de los beneficios que podía obtener geoestratégicamente frente a los EEUU, a través de su entonces primer ministro Nikita Kruschev el 3 de junio de 1960 ofrece protección contra posibles ataques o intervenciones de EEUU, desatando la larga cadena de acontecimientos por venir entre el eje Washington-La Habana-Moscú, dado que a partir de allí Cuba se comenzó a llenar de armamento soviético. Al mismo tiempo, se iba intensificando el deterioro de las relaciones comerciales dadas las trabas que se presentaron en el aspecto petrolero, ya que Cuba al denunciar el alto precio del crudo que recibía de EEUU lo sustituye por el de la URSS a precios mucho más bajos, el cual no quiso ser procesado por las refinerías norteamericanas instaladas en la isla, lo cual motivó la expropiación de estas por parte del Estado a lo que EEUU replicó reduciendo la cuota de importación azucarera proveniente de Cuba. Aunado a ello se encontraban las consideraciones de Washington a través de la CIA de invadir a Cuba.

En todo caso, queda claro que las pretensiones de URSS sobre América Latina especialmente en Cuba significaban una clara amenaza a los EEUU dadas las condiciones de Guerra Fría a lo que este se apresura a promover una serie de medidas o sanciones que condenen el comunismo cubano y su incompatibilidad con el sistema interamericano a lo que elabora una serie de denuncias contenidas en el informe de la Comisión Interamericana de Paz que sería presentado en la VII Reunión de Consulta en San José de Costa Rica. Parte de tales denuncias expresaban:

Las tensiones internacionales en América han sido acrecentadas por la naturaleza de las relaciones que se han sido acrecentadas por la naturaleza de las relaciones que se han ido desarrollando durante el año pasado entre el Gobierno Revolucionario de Cuba y los Gobiernos de la Unión Soviética, la China Comunista y de otros países pertenecientes al bloque chino-soviético. El mantenimiento de las relaciones comerciales y al bloque comunista de por si quizás no causaría preocupación en otros países. Empero las relaciones de una amistad creciente establecidas entre el Gobierno Revolucionario de Cuba y los Gobiernos de la Unión Soviética y de la República Popular China y con los de otros países asociados a éstos, son de tal naturaleza que crean una seria preocupación de parte de los otros gobiernos americanos, debida a las pruebas crecientes de la intención de las potencias comunistas de explotar dichas relaciones con el fin de intervenir activamente en los asuntos del Continente Americano…. El Gobierno Cubano ha seguido en forma Creciente las prácticas y ha adoptado las fórmulas que son típicas de sistemas políticos dictatoriales. (El Nacional 20-08-1960)

La dirección de extrema izquierda en la cual se encaminaban los ideales cubanos afectó, durante la primera mitad del año de 1960, no sólo las relaciones de Cuba con los EEUU sino también con otras naciones americanas, sentenciando de esta forma su propio destino de aislamiento que estaba por venir. Uno de esos casos fue el que se perpetró en Venezuela cuando el entonces presidente Rómulo Betancourt (quién nunca había simpatizado abiertamente con el líder cubano Fidel Castro) asumió como una injerencia del recién establecido gobierno revolucionario de Cuba, el apoyo que este le brindó de forma pública al grupo separatista del partido Acción Democrática el cual se logra dividir formando el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, al mismo tiempo que critica a el ala conservadora del partido acusándolos de subordinarse al imperialismo yanqui.

Todo ello, aunado al hecho de que Betancourt veía como una amenaza el posible despertar de una ola ultraderechista represiva en América Latina como reacción a los movimientos revolucionarios radicales cubanos, bastó para que Venezuela al lado de otros países como Costa Rica (su presidente José Figueres tampoco simpatizaba con el líder cubano) llegaran a un acuerdo casi de carácter implícito con los EEUU en que al apoyar estos y tratar de convencer al resto de los países latinoamericanos en pactar una resolución anticomunista indirectamente dirigida hacia Cuba, este cedería en convenir eficaces sanciones al régimen trujillista de República Dominicana con el cual EEUU mantenía buenas relaciones desde sus inicios y apoyaba, pero el cual al mismo tiempo había perpetrado atentados fallidos contra los respectivos presidentes de Venezuela (1960) y Costa Rica (1957) y se levantaba como único régimen de mayor fuerza y el más problemático para el momento a parte de las controversias nacientes con Cuba dentro del sistema interamericano.

A medida que se fue acercando el mes de agosto de 1960 las relaciones bilaterales EEUU con cada uno de los países de la América se fueron preparando a fin de conseguir apoyo en cuanto a las medidas que se querían obtener de las respectivas VI y VII Reuniones de Consulta de Cancilleres en el marco de la Organización de Estados Americanos, evidenciándose una vez más las estrategias sugerentes empleadas por los EEUU para poder reprender a Cuba.

Bajo lo expresado en los artículos 30 y 40 de la Carta de la Organización de los Estados Americanos de 1948 es convocada la VII Reunión de Consulta de Cancilleres para el 22 al 29 de agosto de 1960 en San José de Costa Rica (inmediatamente después de la clausura de la VI Reunión y de cuya resolución dependía mucho del alcance de la VII), por Perú (persuadida por los EEUU para que lo hiciera) alegando la amenaza de intervención de una potencia extracontinental en el sistema regional americano y la aceptación de esta intervención por parte de un Estado americano poniendo en riesgo la armonía de dicho sistema, específicamente se pretendían estudiar los casos de "confiscación de las refinerías, la reducción de la cuota azucarera, las expropiaciones de todas las empresas norteamericanas en Cuba, y la declaración de Kruschev sobre la disposición soviética a defender y proteger militarmente a la isla." (Boersner, 1992 p. 211)

Sin embargo, con la VII Reunión en la puerta todavía en el seno de la OEA se especulaba acerca de si era correcto nombrar a Cuba específicamente en la reunión o hacer propuestas anticomunistas y de injerencia extracontinental de forma indirecta, de igual forma se consideraban para entonces ideas referentes a más bien tomar ayudas de tipo financieras o económicas de hecho Venezuela (a pesar de las ya mencionadas diferencias ideológicas pero en vista del gran apoyo y simpatía que la Revolución Cubana gozaba en gran parte del continente) propone la creación de un fondo internacional latinoamericano a fin de indemnizar a las compañías norteamericanas expropiadas en Cuba, lo que fue enérgicamente rechazado por Castro. También "… la necesidad de cooperación económica para elevar los niveles de vida es la mejor respuesta a la amenaza comunista. Brasil, Ecuador y Bolivia informaron tener planes en borrador respecto a este punto." (El Nacional 22-08-1960)

El ambiente que se construía en vísperas de la VII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, era muy distinto al que reinaba en la VI, ya que aquí el mayor peso lo tenían las naciones latinas (como sucedió en la anterior) pero en contraposición a lo aspirado por los EEUU en cuanto a la aplicación de fuertes sanciones, ya que las respectivas delegaciones latinoamericanas consideraban peligroso el poder poner en riesgo la soberanía del pueblo cubano. Entre tanto el canciller cubano Raúl Roa intentaría en el debate una vez instalada la Reunión

"… demostrar que la nación agredida siempre es la más pequeña y que resulta improbable que Cuba pudiese atacar a los Estados Unidos, primera potencia militar y económica del mundo. Los indicios son de que los Cancilleres latinoamericanos se inclinarán por darle una solución moderada a la disputa cubano-norteamericana." (El Nacional 23-08-1960)

Durante el transcurso de la Reunión, Julio César Turbay canciller mexicano y presidente de la Comisión General de la misma, definió muy eficazmente las circunstancias verdaderamente trascendentales del momento sin desviación o parcialización alguna de las realidades que vivía el sistema regional americano. Por una parte dejó claro que EEUU debió tratar de forma más multilateral el asunto de la reducción de las importaciones de azúcar cubana como medida de castigo a las decisiones cubanas de expropiación, pero por otra parte también expuso de manera contundente las quizá la preocupante posición cubana de preferir ayuda económica soviética (entre otros tipos de ayuda) por encima de la colaboración directa de países hermanos americanos (habiendo incluso algunos identificados más que otros con el proceso cubano) a lo que hacía un llamado al canciller cubano Raúl Roa de explicar claramente las verdaderas intenciones de su país luego de aceptar y recibir armamento soviético, declarar desafiadamente su amistad con la URSS y la China Comunista y de poner a prueba su compromiso con el sistema interamericano (al que voluntariamente se había adherido en 1948),

Turbay lanzó entonces un llamamiento formal a Cuba, invitando a dicho país a someterse a la disciplina del sistema interamericano y afirmó que contrariamente a las acusaciones cubanas, constituía la mejor garantía para el mantenimiento de la soberanía de todos los pueblos que lo integran… El orador afirmó que las controversias surgidas entre los Estados Unidos y Cuba ofrecen a la Organización Regional Americana la oportunidad de poner a prueba la eficacia de sus procedimientos de soluciones pacíficas." (El Nacional 24-08-1960)

En fin, el ambiente de la Reunión parecía ser de conciliación cuando luego de las pronunciaciones de Turbay, las delegaciones manifestaron acuerdo general con pequeñas discrepancias en cuanto a la intensidad de la no intervención y a la autodeterminación del pueblo cubano, con lo que prácticamente se dejaba en manos de EEUU y de Cuba el resto del desarrollo de los acontecimientos. Por supuesto que EEUU hasta entonces no dejaba de emplear medidas de persuasión o de presión a los países que manifestaban mayor tendencia al apoyo cubano, aún y cuando la tendencia latinoamericana parecía ser general a lo que no parecía que podrían ser aplicadas (o al menos no todavía) sanciones enérgicas o coercitivas que intervinieran en la soberanía de Cuba.

Dentro de los países con mayor tendencia a apoyar la no aplicación de sanciones a Cuba y la defensa de la autodeterminación de sus ideales políticos y sistema de gobierno se encontraban Honduras, Panamá, Bolivia, Ecuador, Venezuela y México, de hecho estos dos últimos países elaboraron en conjunto un proyecto de resolución para la Reunión que fue presentada el día 25 de agosto en la cual se destaca el hecho de

"Que corresponde a Cuba, y sólo a ella, trazar los caminos que le parezcan más idóneos para realizar los anhelos de su pueblo. Declara que las Repúblicas Americanas continuarán apoyando a la hermana República de Cuba en su lucha que ha emprendido para alcanzar su mejoramiento económico y justicia social." (El Nacional 26-08-1960)

Igualmente, se pedía a Cuba que reiterara su fe en el sistema interamericano y su confianza en la Organización de Estados Americanos como vía para el mantenimiento armónico de las relaciones de sus Estados miembros.

A esto, Raúl Roa se pronunció de una forma que sorprendió a las delegaciones presentes, ya que su actitud fue más calmada, menos defensiva y hasta de apertura a posibles negociaciones con los EEUU.

No obstante, el 27 en la noche se celebró una sesión informal en cual no se encontraba presente Roa, y a la que 18 cancilleres (a excepción de Arcaya de Venezuela y Moyse de Haití) aprobaron un proyecto de resolución que, entre varias diferencias con la propuesta por México y Venezuela, destacaban el que no se mencionaba a Cuba por ninguna parte, es decir, se hacía alusión de forma indirecta, sorpresivamente varios de los países que inicialmente mostraban mayor solidaridad con Cuba cambiaron de actitud repentinamente, como ocurrió con el canciller mexicano quién hizo una propuesta para el punto dos donde "rechaza la penetración de las potencias china y soviética al utilizar la situación, política, económica o social de cualquier Estado Americano" (El Nacional 28-08-1960), también fue rechazado u omitido la proposición venezolana de que al punto segundo se le incluyera que "el rechazo a la intervención extracontinental no menoscaba el derecho de los países latinoamericanos de establecer relaciones comerciales y diplomáticas con todas las naciones del mundo". (El Nacional 28-08-1960). Lo que si significó un triunfo para la diplomacia venezolana fue la inclusión de un punto tres el cual condenaba la intervención intracontinental tanto como la extracontinental y la injerencia de un Estado americano en los asuntos internos del otro, lo que no fue muy bien visto por EEUU pero que a la final tuvo que aceptar.

Cuba al enterarse de la Resolución aprobada determinó que esta era demasiado fuerte para aceptarla y que sólo se encontraba se acuerdo con el punto tres y del cuatro al siete podría aceptarlos pero con ciertas modificaciones, asimismo se sintió fuertemente afectada por la percepción y posición asumida por el resto de los países latinos, pero lo que en realidad significó el aspecto fundamental del retiro de la delegación cubana de la reunión el día 28 de agosto, fue el hecho de que "todos los acuerdos propuestos contra la agresión de otro Estado americano no habían tenido ningún apoyo" (El Nacional 29-08-1960), ya que al mismo tiempo Cuba había propuesto en la Reunión que fuese debatido la "agresión" económica y de perpetración de incursiones aéreas sobre el país por parte de los EEUU, a lo cual no recibió apoyo alguno de los países latinoamericanos a lo que Cuba calificó de actitud inamistosa.

Al no suscribir o ratificar Cuba el texto de la resolución aprobada, la delegación de Venezuela en la figura de Arcaya no podía hacerlo tampoco, ya que por razones partidistas (URD apoyaba a la revolución cubana) el canciller estaba imposibilitado de firmar si Cuba no lo hacía, además era declarado "amigo de Cuba e inconforme con la idea de pagar el precio del anticastrismo por la previa condena a la dictadura dominicana" (Boersner, 1992 p.212), por lo que decide renunciar a la jefatura de la delegación siendo inmediatamente nombrado al cargo Marcos Falcón Briceño, quien funcionaba como embajador de Venezuela ante la OEA y quién suscribió la declaración final en cuyo texto destaca (además de lo ya mencionado con relación al rechazo de toda intervención intra y extracontinental y otros aspectos de la organización):

Cuarto: reafirma que el sistema interamericano es incompatible con toda forma de totalitarismo y que la democracia sólo logrará la plenitud de sus objetivos en el Continente cuando todas las Repúblicas americanas ajusten su conducta a los principios enunciados en la Declaración de Santiago… Séptimo: Reafirma su fe en el sistema regional y su confianza en la OEA, creada para lograr un orden de paz y de justicia que excluye toda posible agresión defender su soberanía e integridad regional y su independencia política… (El Nacional 29-08-1960)

La consideración por parte de Cuba de cerrarse a la aceptación de cooperación interamericana por la evidente falta de verdadera solidaridad, hizo que esta estrechara más bien sus relaciones con el URSS y China al mismo tiempo que intensificó su régimen de gobierno dirigiéndolo con el transcurrir del tiempo hacia una fuerte dictadura. Durante toda la década de los sesenta, la Isla y EEUU fueron abriendo un abismo entre sus relaciones diplomáticas haciéndolas inicialmente tensas y desestabilizadoras transformándose en frías y distantes hasta la actualidad.

Las decisiones tomadas por La Habana hasta entonces han sido totalmente separatistas del sistema interamericano. Pero también encontramos a la Doctrina Betancourt una vez más materializada en los instrumentos aplicados por la OEA en el momento, siendo que aún y cuando Cuba no abandona la línea dictatorial en la cual se encamina en los sesenta, en la resolución de la VII Reunión de Consulta de Ministros Exteriores se consigue institucionalizar de nuevo la condena a los regímenes totalitarios en el sistema regional.

Capítulo IV

Conclusiones

La Doctrina Betancourt tiene como basamento internacional La Carta Constitutiva de la Asociación de los Estados Americanos donde se "establece como prerrequisito irrenunciable que sus Gobiernos sean Producto de libres elecciones; apliquen la democracia representativa y respeten los derechos humanos de los gobernados." (Betancourt, 1967 p.114)

Llevada a cabo por Rómulo Betancourt (presidente de Venezuela 1959-1964), es definida por él mismo como el no reconocimiento automático y la ruptura de relaciones diplomáticas con todo aquel gobierno que surgiera de las armas y no de la elección popular, por lo que para el momento de su ascenso al poder nacional en 1959 comienza a ser llevada a cabo y se convierte en la política exterior que va a regir las relaciones venezolanas con el resto de los Estados americanos (y no americanos) durante la década de los sesenta dadas las circunstancias que se viven para la época y la establecida figura de la Organización de Estados Americanos como institución reguladora del sistema regional, encontrando así dicha Doctrina un terreno listo donde ser aplicada.

Entre la Doctrina Betancourt y la Organización de Estados Americanos existe una relación de interdependencia desde sus respectivos orígenes, porque si bien es cierto que la Doctrina encuentra basamento normativo en lo establecido en la Carta de la OEA de 1948, a su vez la OEA encontró en la Doctrina fundamento de acción en la ejecución de sus labores reguladoras y estabilizadoras de las relaciones en el sistema interamericano durante la década de los sesenta (donde poco antes habían caído varias férreas dictaduras en el continente y otras emergían con nuevas ideologías pero igualmente peligrosas para el equilibrio armónico del sistema).

Por lo tanto, si bien es cierto que la Doctrina Betancourt sirvió como fundamento ideológico para la sustentación de las decisiones tomadas en las distintas Reuniones de Consulta de Cancilleres (convocadas para considerar problemas de carácter urgente y de interés común para los Estados americanos, y para servir de Órgano de Consulta) a principios de los sesenta y que durante esta década la OEA logra por primera vez mantener al margen del sistema interamericano a los Estados cuyos gobiernos habían emergido de una forma distinta a la elección popular y/o reprimían a sus poblaciones fuertemente, privándolos de sus derechos más esenciales, lo que detiene la proliferación de regímenes de fuerza en Latinoamérica por ser ya bien conocidas las sanciones a los que estos podían ser sometidos, en la década siguiente (setentas) lamentablemente vuelven a surgir gobiernos dictatoriales sobre todo en Suramérica sumamente implacables (quizás de los más crueles y violatorios de derechos humanos como el caso Argentina y el caso Chile), lo que significa una pérdida importante de vigencia y de aplicación de la Doctrina en el continente.

Ahora bien, las Reuniones de Consulta como ejes de articulación para el tratamiento de las circunstancias que amenazaran el equilibrio de las relaciones continentales significaron efectivamente desde 1959 a 1970 una ruptura de las tradicionales Reuniones convocadas desde 1939, ya que durante esa década se logran no sólo los objetivos previos planteados en el marco de cada una de ellas, sino el ejercicio de la voluntad latinoamericana más allá de las pretensiones estadounidenses para cada caso (aún y cuando las medidas persuasivas por parte de EEUU siempre estuvieron presentes).

También es pertinente señalar que desde la V Reunión (1959, Santiago de Chile) a la X (1970, Washington D.C., EEUU), todas versaron, de acuerdo al transcurso de los acontecimientos que se fueron suscitando, en relación a los casos Cuba y República Dominicana, por lo que se puede inferir que fueron estos casos los que mayor atención requirieron siendo las Reuniones VI y VII (agosto 1960, San José de Costa Rica) las encargadas de encausar las primeras, pero determinantes, medidas que regirían las acciones de la OEA en contra de gobiernos que lleven a sus países por fuera de los lineamientos enmarcados en el sistema regional.

Actualmente, luego de más de medio siglo de evolución de la OEA se puede observar como hoy la organización ofrece a las naciones americanas un nuevo documento institucional (adoptado el 11 de septiembre de 2001 por 34 Estados americanos) denominado Carta Democrática Interamericana donde la esencia de la Doctrina Betancourt se puede percibir dando una idea de la gran relevancia que esta tuvo y sigue teniendo en el desarrollo de la Organización, ya que explica detalladamente de qué se trata la democracia (de forma más precisa) y describe cómo debería ser defendida contra posibles amenazas. Esta nueva Carta de la OEA tiene como propósito esencial promover y consolidar entre los países americanos la democracia representativa asumiendo un papel activo en la defensa de la democracia de los países miembros, al tiempo que hace respetar el principio de no intervención establecido en la Carta constituyente.

Fuentes

Belisario, F. (2004) Derecho Internacional Americano. Anauco Ediciones C. A. Caracas

Betancourt, R. (1967) América Latina: Democracia e Integración. Editorial Seix Barral. Barcelona

Boersner, D. (1992) Historia de las Relaciones Internacionales de América Latina (s/d) (s/d)

Fortaleciendo el Compromiso Democrático [Artículo en Línea] Disponible en: http://www.oas.org/charter/docs_es/porque_carta.htm [Consultado en 29/06/06]

Sexta Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores [Documento en Línea] Disponible en: http://www.oas.org/consejo/sp/RC/Actas/Acta%206.pdf [Consultado en 22/06/06]

Séptima Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores [Documento en Línea] Disponible en: http://www.oas.org/consejo/sp/RC/Actas/Acta%207.pdf [Consultado en 22/06/06]

Velásquez, R. (1980) Proyección Histórica de la Obra de Rómulo Betancourt. Editorial Centauro. Caracas.

El Nacional: compendio de artículo de años: 1948, 1954, 1959, 1960, 1961, 1962, 1964, 1965, 1966. (Especialmente los del mes de agosto de 1960).

 

Integrantes:

Mónica Gabriela Acosta Iturra

(Lugar de Nacimiento: Maracay, Edo. Aragua, Venezuela)

Farid Jorge Faroh Cano

(Lugar de Nacimientos: Caracas, Venezuela)

Caracas, 10 de Julio de 2006.

Partes: 1, 2
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