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Importancia de la obra poética de Georgina Herrera en el contexto cultural cubano actual

Enviado por Joel Suárez Abreu


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Resumen
  3. Conceptos fundamentales. La poesía cubana en el período de 1930 a 1958. Su desarrollo histórico. El triunfo revolucionario y su trascendencia cultural
  4. Estrategia metodológica de la investigación
  5. Georgina Herrera. Su producción poética. Su vida
  6. Conclusiones
  7. Recomendaciones
  8. Orden de citas
  9. Bibliografía
  10. Anexos

RELACIÓN ENTRE EL AMADO Y LA MUERTE

Temida

como su boca y sus dos manos

Reclamada

tanto como su boca

y sus dos manos.

Mordida por ella

y sostenida

como por su boca y sus dos manos.

CAPITULACIONES

Vuelve conmigo al sitio

que fue trono para los dos,

en el que rey o vasallo tú,

esclava yo o señora,

nunca

supimos si en la obediencia o el mandato

radicó la dicha.

Georgina Herrera Cárdenas

Introducción

No siempre tenemos el privilegio de asomarnos a una vida como lo hacemos hoy. No es nuestra intención convertirnos en biógrafos, ni pretendemos que este trabajo sea el más completo ni extenso que se haya realizado sobre la vida y obra de Georgina Herrera y su incursión en la cultura cubana.

No haremos una síntesis biográfica de esta figura femenina, sino que estaremos abordando hechos de esta escritora, que tal vez sea más conocida por foráneos que por los pobladores de su natal Jovellanos, es ella la verdadera anfitriona de este trabajo.

Resumen

La poesía cubana a los largo de los siglos se ha mantenido como un ejemplo fehaciente del desarrollo de nuestra cultura. Sin duda alguna es, precisamente esta, uno de sus pilares más sólidos, en el cuales el proceso etnocultural formativo de la nación cubana se ha marcado de forma precisa. Así, nuestra poesía ha transitado por diversas etapas o períodos, siendo un reflejo de los problemas, esperanza, anhelos y frustraciones de nuestra existencia como colonia primero y luego dentro de los primeros cincuenta años de vida como república.

Ser negro ha sido un estigma a lo largo de nuestra historia. La república no significó la eliminación de la discriminación racial y cultural heredada de la vida colonial con relación al negro, que solamente encontramos en la llamada poesía negrista, que ha sido adoptada en ocasiones como representativa de lo nacional, como es el caso de Nicolás Guillén.

No obstante dentro de esta poesía lo concebido como "negro" es motivo para recrear la musicalidad, el ritmo y la sonoridad como recurso poético que acompañaron la denuncia social, y en ocasiones lo pintoresco.

Con el triunfo de la revolución el aspecto discriminativo-racial en nuestra sociedad ha sido paulatinamente objeto de eliminación. En el caso de la mujer negra como autora y en consecuencia como sujeto protagónico de la expresión de lo subjetivo poético, no hubo ni antes ni después del 1959 ningún caso en el que de manera orgánica se abordara el tema, con excepción de Nancy Morejón, Premio nacional de literatura.

No es nuestra autora, la única mujer en la literatura cubana posterior al triunfo de la revolución perteneciente a la raza negra, pero sí una de las que con mayor fuerza y convicción profunda, expresa su sentir, con una marcada experiencia vital. Todo lo anterior le confiere importancia y actualidad al tema seleccionado: Importancia de la obra poética de Georgina Herrera en el contexto cultural cubano actual.

Para nosotros es sintomático que Georgina Herrera, no siendo la única en presentar poéticamente su condición femenina, sí aúna la dualidad ya mencionada que parte de su origen negro y pobre antes del triunfo revolucionario y su dignificación plena.

La autora cuenta con una amplia participación en eventos y publicaciones de libros, así como reconocimientos; sin embargo carece de una amplia divulgación en nuestros medios culturales.

El problema científico es, entonces, cómo demostrar la importancia de Georgina Herrera en la poesía cubana.

Las preguntas científicas planteadas son:

  • ¿Qué fundamentos teóricos sustentan la necesidad de demostrar la importancia de Georgina Herrera como poetisa?

  • ¿Cómo se inserta la temática de la mujer negra de forma orgánica dentro de su poesía?

  • ¿Qué significado tiene dentro de la expresión de nuestra identidad nacional la obra de Georgina Herrera?

El objetivo general es valorar la importancia de la obra de Georgina Herrera, como ejemplo de poesía dedicada a la mujer negra dentro del contexto cubano actual.

Nuestro trabajo corresponde al tipo de investigación cualitativa y tiene su basamento filosófico en la dialéctica materialista marxista-leninista que subraya el estudio del fenómeno en su desarrollo y el carácter activo del hombre, esto a su vez, constituye el sustento de los métodos utilizados del nivel teórico y del nivel empírico. Estos son, el analítico-sintético, el histórico-lógico, el inductivo deductivo, y el paso de lo abstracto a lo concreto. Como procedimientos empleamos la lectura, análisis, selección, valoración, comentario y generalización.

La significación de la investigación radica en su contribución al fortalecimiento del valor "Identidad nacional", y como novedad científica se reconoce el hecho de contribuir a la formación de dicho valor mediante el estudio de la obra de la autora.

Las tareas a desarrollar para dar cumplimiento a las preguntas científicas formuladas son:

  • Determinación de los fundamentos teóricos que sustentan la necesidad de demostrar la importancia de Georgina Herrera como poetisa.

  • Caracterización de las principales líneas temáticas abordadas en la poesía de la autora.

  • Determinación de la significación de la obra poética de Georgina Herrera Cárdenas dentro de la expresión de nuestra identidad nacional.

  • Valoración de los resultados que se obtengan.

Capítulo I.

Conceptos fundamentales. La poesía cubana en el período de 1930 a 1958. Su desarrollo histórico. El triunfo revolucionario y su trascendencia cultural

1.1 Los conceptos fundamentales a tener en cuenta durante el desarrollo de nuestro trabajo son:

Cubanidad: Nos ajustamos a lo planteado por Don Fernando Ortiz cuando expone que "La Cubanidad no puede entenderse como una tendencia ni como un rasgo sino, (…), como un complejo de combinación o calidad, como una específica cualidad de cubano" (1).

Cultura: Adoptamos el criterio expuesto por Alicia Casanova y Ana Iris Carcassés al definir que "Por cultura privilegiamos un concepto que sitúa al hombre como sujeto de un proceso de asimilación-transformación de valores que hereda y crea en su constante interacción con el medio y que le permite proyectar conscientemente el futuro" (2).

Época revolucionaria: Etapa cultural abierta a partir de 1959 en la cual desde los momentos iníciales del triunfo revolucionario se ha prestado la debida atención a los problemas de la descolonización política y cultural, con una política en este último aspecto definida y encaminada a subrayar nuestra identidad, desterrando toda forma de dependencia imperialista, así como también a determinar los rasgos esenciales de nuestra cultura propia (3).

Etapa Neocolonial: Época cultural que, de acuerdo con el Dr. José Antonio Portuondo, "Termina en 1930, como consecuencia de la crisis general del capitalismo monopolista determinado por el crac. norteamericano de 1929" (4).

Identidad: Entendemos por tal el conjunto de valores, normas, principios, formas de pensar y actuar, costumbres, tradiciones, rasgos distintivos y peculiares, así como aspectos que ofrecen singularidad al ser humano como individuo o a un colectivo social, hechos, procesos o fenómenos. Supone carácter propio derivados de una constante formación y desarrollo, en un momento dado. La identidad cultural implica la preservación de esta de todo tipo de coloniaje o subordinación a patrones foráneos impuestos por metrópolis imperiales.

Identidad Nacional: Esta resulta "una determinación básica en la historia cubana desde hace más de un siglo. Como todas, es hija de una lenta y prolongadísima acumulación de rasgos, tomados, creados, reelaborados o recreados, de la vida cotidiana, los materiales míticos, las creencias, las expresiones artísticas y los conocimientos adquiridos de numerosas etnias, de sus choques, relaciones y fundiciones, de comunidades locales y regiones que compusieron el país" (5).

Literatura de la Liberación: Etapa posterior a 1930 que se extiende hasta 1959 en el campo cultural. Según Portuondo en la misma la presencia cultural imperialista en Nuestra América va "más allá del proceso normal de transculturación entre pueblos contemporáneos, en un mundo en que los medios masivos de comunicación lo hacen cada vez más permeable a todo tipo de intercambios de fecundaciones y de síntesis. Se hace notar como necesidad que "Lo que hay que combatir con todas las fuerza disponibles es el intento ´desculturizador´ de los Estados Unidos en los países sometidos a su imperio, en los cuales la prensa, la radio, la televisión, el cine y los diversos medios masivos de comunicación constituyen instrumento al servicio de sus principales órganos de propaganda y de penetración ideológica" surge toda una literatura de la liberación, es decir comprometida con el quehacer cotidiano de nuestros pueblos y se advierte una toma de conciencia "de una realidad que trasciende, no sólo en nuestras fronteras nacionales sino también continentales" a lo cual le es ajena toda oposición de idiomas o razas (6).

Negrismo: Expone René Depestre "considerando las realidades espirituales que la palabra abarca nos sentiríamos más inclinado a hablar de fórmulas que de principios negristas". Los primeros usos de la palabra los hayamos en los años 20 del pasado siglo, y sus cultivadores han sido más blancos que negros (7).

Poesía negrista: Como plantea Ángel Augier bajo esta Denominación, además de la de poesía afrocubana, ha sido encasillada esta corriente iniciada en 1928. Cultivada también esporádicamente por poetas blancos a través de líneas pintoresquitas, con temas populares, influidos por la moda negrista europea. Poesía que con Nicolás Guillén y sus primeros Motivos de son, en abril de 1930, y su cuaderno Sóngoro cosongo (1931), hace "del autor el primero en derivar una poesía genuinamente cubana. Según René Depestre, Nicolás Guillén representa de manera propia un vanguardismo que se caracteriza porque con él se comienza a "hablar en negro de verdad" (8).

Raza: Por su significación esta palabra aún forma parte de los estudios antropológicos burgueses. Sus orígenes se remontan a los estadíos históricos en los cuales las sociedades humanas ya divididas en clases (esclavismo) comenzaron a establecer divisiones entre grupos humanos por la pigmentación de la piel, localización geográfica, religión o cultura. Se establecieron entonces rasgos definitorios para diferenciar física o biológicamente a los seres humanos de acuerdo con aspectos determinantes, clasificatorios inclusive de conducta, pensamiento, como hereditarios. Conlleva, por tanto, un sentido u orientación "racista", al punto de asociarse a la supremacía de unos seres humanos sobre otros.

Véase al respecto las definiciones ofrecidas en el Pequeño Larousse Ilustrado (9), o el Diccionario Enciclopédico Grijalbo (10). Resultan, por lo demás, aleccionadores los estudios de Don Fernando Ortiz, (11) y Alejandro Lipschutz (12). Por nuestra parte nos identificaremos con las palabras definitorias (13), de nuestro José Martí en su artículo "Mi raza".

Transculturación: Término acuñado por Don Fernando Ortiz que engloba el mestizaje biológico y cultural entre diferentes pueblos que dan origen a otra cultura. Incluye el proceso de integración, asimilación e identificación de elementos de una cultura por otra en ocasiones forzosa y que puede llegar a fundir ambos en una nueva cultura (14).

Vanguardia (Cuba) Denominación genérica que se dio en nuestro país a la nueva forma de experiencia procedente de las diversas tendencias literarias y artísticas europeas que ya se cultivaban en la isla en los 20 del pasado siglo. Fenómeno mayoritariamente poético, los órganos más caracterizados del vanguardismo cubano fueron la Revista de Avance (1927-1930) y el suplemento dominical del Diario de la Marina dirigido por José Antonio Fernández de Castro. Surgido del seno del Grupo Minorista nace el vanguardismo cubano entre 1925 y 1930. Tuvo un breve período de desarrollo (15).

1.2 Como expresa Don Fernando Ortiz al referirse a la cubanidad, esta "en lo humano es, sobre todo, una condición de cultura. La cubanidad es la pertenencia a la cultura de Cuba" (16). Uno de los componentes esenciales de nuestra cubanidad por razones que parten de nuestras raíces históricas en ese constante "mestizaje de carnes y cultura", le corresponde al negro. En el caso de la poesía, habría de esperarse al arribo de los años 20 del pasado siglo, dentro de la etapa cultural neocolonial, para dar lugar a la llamada "poesía negrista o mulata".

La presencia del vanguardismo en la poesía cubana, no sólo tuvo una corta existencia, sino también sirvió de base para que luego de su experiencia un conjunto de autores experimentados en esta nueva poesía liberada de las viejas formas anteriores, siguiera su propia orientación, hacia caminos diferentes en la auto expresión, en la búsqueda de una mayor autenticidad. Son los casos de Mariano Brull, José Zacarías Tallet, Regino Pedroso, Emilio Ballagas, Regino E, Boti, Manuel Navarro Luna y Nicolás Guillén, entre los cuales tenemos a un cultivador de la poesía "pura" como Mariano Brull, otros como Emilio Ballagas y (en su fase inicial) Nicolás Guillén, dentro de la poesía "negrista", y autores como Regino Pedroso y Manuel Navarro Luna en la poesía de carácter social. La mayoría de ello, como el mismo Ballagas, Tallet, e inclusive Guillén, atravesaría por diversas fases evolutivas en su creación. La poesía denominada "negrista" se hizo presente en nuestro país con "Bailadora de Rumba", de Ramón Guirao, en 1928, poema en el cual ya se manifiestan en lo descriptivo y su plasticidad lo que constituye el rasgo más definidor del negrismo, su exteriorismo. Como bien analiza Cintio Vitier en su libro Lo cubano en la poesía (17), fue el cubismo el movimiento pictórico que puso de moda el negrismo en Europa, así como la llegada del Jazz norteamericano a ese continente, en especial a Francia, una vez finalizada la Primera Guerra Mundial. Cintio Vitier menciona a autores como Felipe Pichardo Moya, José M. Pobeda y Regino E. Boti, que sirvieron como base para que entre nosotros se produjera este tipo de poesía. Ejemplo de ella lo es "La Rumba", de Tallet, de esta vertiente en la poesía cubana de autores en su mayor parte blancos interesados en el negro como sinónimo de lo popular en el orden temático, aun sin sobrepasar la percepción y reflejo de lo negro como no sea a través de sonoridad rítmica y descripciones que desembocan en lo pintoresquista. La presencia del negro en la poesía cubana como tema de la corriente negrista queda claro que no transgredió el marco de una visión de lo popular en la que ritmos y costumbres sobresalieron como elementos artísticos.

Es con los primeros Motivos de son, en abril de 1930, que Nicolás Guillén abre un nuevo sendero en el ámbito cultural cubano, al situar ahora al negro "como protagonista de poesía con todos sus atributos raciales" (18), desde el momento mismo en que a través de ello nos adelantamos más allá de lo pintoresquista hasta encontrar la denuncia del hecho social que lo relegaba, discriminándolo, a un plano injusto entre la población. En el cuaderno Sóngoro Cosongo (1931) Guillén entrega al final del mismo sus "Motivos de son", a los cuales nombraría poemas mulatos, con lo cual reconocía en el prólogo que "el espíritu de Cuba es mestizo". Guillén Toma una posición social ya acendrada de Cuba como conjunto racial y social. Los poemas que integran, su primer libro, Motivos de son se producen en 1927, luego de la publicación del poemario Salutación Fraterna al taller Mecánico, de Regino Pedroso, con el cual quedaba iniciada la poesía social en nuestro país. Lo anterior se efectúa dentro de la situación política, económica y social nacional frente a la crisis económica de 1929 y la dictadura de Gerardo Machado (1925-1933). Precisamente la lucha contra esta dictadura y el fortalecimiento de la organización de la fuerza obrera favorecen el interés hacia esta poesía social. En el caso de Nicolás Guillén la poesía de tema negro se muestra unida al reflejo de la denuncia social.

Con Nicolás Guillén entraremos en la etapa cultural de la que el Dr. José Antonio Portuondo designara como Literatura de la liberación. Se trata con este autor "de una expresión lírica genuinamente cubana" (19), que a partir de la visión del negro desde dentro hacia fuera, se sobrepasa a si misma en lo racial, y llega a constituir "una formidable contribución del hombre negro a la poesía española, lo cual puede dar pie a nuestra poesía nacional".

Aún hoy se continúa empleando de forma ambigua los calificativos de "Poesía negrista", poesía "Afrocubana", poesía "de la negritud", y poesía "negra". Por nuestra parte nos unimos a René Depestre cuando señalo que "negros, blancos, indios, mulatos, mestizos y demás ardides semánticos de la colonización son otras tantas singularidades históricas americanas", y añade "Las categorías de poesía blanca, poesía hispanoamericana, poesía negra" surge pura y simplemente de la semiológica romántica colonial, cuando no del "etnoeuropeocentrismo" nos acogemos, en delante de acuerdo con los propósitos de nuestro trabajo a las definiciones "poesía de autor (ora), negro (a)" siempre que resulte necesaria su especificación.

De acuerdo con lo hasta ahora analizado no hallamos ni en la producción poética de la etapa neocolonial ni en la de la literatura de la liberación otro autor que se exprese "en negro de verdad" como no sea Nicolás Guillén dentro de la vertiente popular, continuada por este en otras obras dentro del período.

Con el derrocamiento de Machado se inició una larga etapa caracterizada por represión al movimiento obrero y estudiantil, la sucesión de gobiernos encabezados por los partidos políticos de turno en contuvernio con las grandes empresas nacionales y extranjeras, norteamericanas en su mayor parte. La corrupción administrativa y el gansterismo se entroniza. El 10 de marzo de 1952 un golpe de estado encabezado por el general Fulgencio Batista lo llevaría al poder y con él un baño de sangre obrera y estudiantil se iniciaría como consecuencia de su dictadura pretendiendo ahogar las ansias libertarias de nuestro pueblo. En esos años las tendencias predominantes en la poesía, junto a la de carácter de protesta y denuncia social fueron la de una lírica marcada por su subjetividad e intimismo, neo-romanticismo, y la de la poesía "trascendentalista" de Orígenes, encabezada por su principal mentor, José Lezama Lima. Esta, muy alejada de lo popular por el predominio de lo imaginativo y el despliegue de una amplia cultura literaria también contó, en paralelo, con una nueva promoción de jóvenes escritores que se refugiaron en los temas relacionados con la memoria y el recuerdo de la infancia. Trátase de Lezama Lima, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Eliseo Diego, El sacerdote Ángel Gaztelu, Virgilio Piñera, y otros, en todos los casos estamos ante una obra en la cual el negro no figura temáticamente, ni como resultado de su propia experiencia como componente social nacional.

En la labor poética de la década del 50 del siglo XX se comenzó a hacer notar la irrupción de otros nuevos poetas en los que se orientaban sus quehaceres hacia la poesía de tipo coloquial o conversacional, abierta temáticamente al mundo de lo cotidiano, simplificadora de los aspectos formales y de gran riqueza en la elaboración de imágenes. Entre los jóvenes de entonces ya desfilaban nombres como Alcides Isnaga, Rolando Escardó, Roberto Fernández Retamar, Fayad Jamis, Cleva Solís y Rafaela Chacón Nardi.

1.3 Si consultamos la antología Las mejores poesías cubanas, realizada por Cintio Vitier y publicadas en 1959, hallamos que dentro de la producción de los años 40 y 50 únicamente está incluida una mujer, Dulce María Loinas. Dejando detrás los posibles criterios selectivos, lo cierto es que en ambas décadas solamente cabria agregar a Mirta Aguirre y Fina García Marruz para completar con las referidas Cleva Solís y Rafaela Chacón Nardi el cuadro de voces femeninas que por su calidad poética han vencido el paso del tiempo. Se trata de aquellos "momentos más altos, significativos y perdurables" (20), ya que otros nombres de autores con poemarios publicados entre ambas épocas resultaron "floración fresca, humilde y bella, poco notadas casi siempre en sus días, olvidada en los nuestros", casi innecesario resulta agregar que entre los autores, no se vislumbra ninguna mujer de extracción social pobre y mucho menos negra.

Sin pretender entrar en una perspectiva sociológica, no es ocioso recordar que entre nuestras masas populares la condición de mujer y de negra además, resultaba en esos años la heredera por excelencia de males como la discriminación racial y sexual, al igual que al analfabetismo y la pobreza más descarnada, dejados por la sociedad colonial a la republicana. No es un hecho casual que la poesía "negrista" ya aludida en otra parte de nuestro trabajo no incluya cultivadoras femeninas. En la población negra como indica Don Fernando Ortiz, la autodenigración, consecuencia de siglos de sometimiento y la hostilidad del medio social conllevaron a que "esa aptitud negadora de su propia personalidad" halla resultado "frecuente y duradera" (21), cuanto más que a la mujer de color (expresión racista sobreviviente) el libro, la literatura escrita por unos otros no pasaba de ser por lo general representativa de un mundo cultural ajeno a su persona, manejado por la clase dominante que la excluía de elementos de participación activa social en accione transformadoras. Escamoteada su identidad, la cubanía, y con ella la nacionalidad era ocultada su imagen bajo una triple negación: por su cultura ancestral, por la pigmentación de su piel, y por la cuestión de género, es decir de sexo.

1.4 Con la época revolucionaria surge un nuevo capítulo en la cultura cubana en esta etapa abierta, con la llegada de la revolución al poder se fortalece debido a su labor integradora de todos los factores sociales y culturales alrededor de una política en este ultimo campo mencionado, definida y coherente en cuanto a la preservación de nuestra identidad, liberándola de cualquier reducto de coloniaje y preservando nuestras mejores expresiones de la cultura popular tradicional, así como también estimulando el trabajo creativo de nuestros autores en todas las manifestaciones artísticas literarias. En ese sentido el hecho trascendental de la campaña de alfabetización de 1961, permitiendo el acenso de todos por igual al libro, y con él a la poesía.

Desmantelando el aspecto racial discriminatorio mantenido durante nuestros primeros 50 años como república, ahora los hombres y las mujeres marginados de siempre por su piel encuentran el espacio literario que hasta ese momento les era ajeno por resultar no alcanzable, puede afirmarse que es con la revolución que la mujer negra logra real y poéticamente su ser hasta ayer negado, al poder desarrollar sus actitudes y canalizar su sensibilidad en lo estético, la publicación de sus obras y el reconocimiento cultural pleno a todos los niveles. La elevada y sostenida calidad poética de Nancy Morejón, Premio Nacional Literatura, hace de la autora un ejemplo de lo anteriormente expresado. Una verdadera identidad nacional solamente es alcanzable cuando todos los seres humanos que conforman la nación como fenómeno social, se distinguen, entre otras características por poseer una comunidad de cultura; este rasgo, también presente en la nacionalidad es imposible de pensar como integralmente alcanzado en ambos (nacionalidad y nación) por su mestizaje si la mujer negra como importante factor social no resultaba incorporada a la construcción de la cultura. Poesía volcada desde dentro de un sentido nacional con un "color definitivo" el "color cubano" (22)

La cultura cubana de los primeros 50 años del siglo XX debe mucho –al igual que la actual- al componente negro en cualquiera de las manifestaciones artísticas sin embargo, la mujer negra en la poesía constituía un motivo, más que una presencia creadora, con la revolución es imposible dejar de percibir una ratificación de lo que significa dejar detrás un coloniaje interno que en nuestro caso adopta los más sutiles ropajes de un racismo cultural.

Capítulo II:

Estrategia metodológica de la investigación

2.1 Como ha quedado expresado en el capítulo anterior correspondiente a la Introducción, nuestro trabajo es del tipo cualitativo. Esto responde al hecho de trabajar únicamente al nivel teórico con bibliografía tanto activa como pasiva en torno a la autora Georgina Herrera Cárdenas y la valoración de su obra poética dentro del contexto cubano actual. en esa dirección están encaminado los métodos en cuanto a dar cumplimiento al objetivo general por medio del empleo de la dialéctica Marxista Leninista utilizada al contemplar el medio social en que se inicia la labor de la autora, así como el desarrollo y madurez alcanzado luego del triunfo de la revolución y la publicación progresiva de sus libros. El método analítico-sintético, mediante el manejo bibliográfico como fuente esencial de información. El método histórico-lógico, al estudiar los antecedentes y el contexto cultural que ha rodeado la vida y elaboración poética de la autora. El paso de lo abstracto a lo concreto, al proceder luego de la lectura de la producción de esta y la selección de algunos poemas considerados como representativos de la línea temática más frecuentemente abordados, para lo cual –además- aplicamos el inductivo-deductivo. Los procedimientos, como también se indica en la Introducción responden a los métodos utilizados. Estos son: lectura, análisis, selección, valoración, el comentario y la generalización.

Capítulo III:

Georgina Herrera. Su producción poética. Su vida

3.1 Nacida en el poblado de Jovellanos, en 1936, Georgina Herrera Cárdenas, luego de una breve visita a La Habana en 1951, se establece definitivamente en esta en 1956.

Su personalidad y su obra son lo suficientemente atrayentes como para motivar el presente trabajo. Se ha dedicado a la labor dramatúrgica y poética. De esta última, los títulos publicados son: Poemarios GH (1962).-Gentes y cosas (1974), Granos de sol y luna (1978).-Grande es el tiempo (1989).-Gustadas sensaciones (1996).-

3.2. Raza y pobreza, dolor que marca su vida para siempre.

Fiel a la discusión personal en torno a la situación de la mujer negra en la sociedad cubana y desde una perspectiva histórica muy conectada con su tiempo, la autora pone su pensamiento a favor de esta problemática, entregando testimonio y parte de su propia existencia, muy lejos de toda contemplación narcisista del dolor de las experiencias vividas, para entregarlas llena de objetividad y lirismo, separándola de todo sentido crítico y haciendo de la mujer negra el centro de su trabajo. Georgina Herrera Cárdenas, quien es natural de Jovellanos, Matanzas, nació el 23 de abril de 1936, y estudio la primera enseñanza en su pueblo natal, vivió en la calle Clemente Gómez No. 98, dirección que actualmente es la calle 15 No. 2216 % 22 y 24 pero como ella misma comentó "los recuerdos más tristes y más felices de mi infancia los tengo de Clemente Gómez No.98" (23).

Nació en una etapa en la que los prejuicios sociales, los tabúes, la pobreza y la discriminación racial la hicieron apreciar la rudeza de la vida y por sobre todo el ser negra y pobre, condiciones que marcaron de forma decisiva su historia personal, hasta el punto en que dijo "en aquellos tiempos la discriminación era tan fuerte, que hubo un momento en el que yo no quería ser negra, no me sentía bien siendo negra. Quería ser blanca" (24). Esto fue el reflejo del momento que le tocó vivir y que laceró toda su existencia, pero que le permitió acumular experiencias únicas que más tarde fueron el pilar fundamental de su obra.

El instante histórico, el propio aislamiento que la sociedad le impuso fue provocando en la entonces niña, la necesidad, de inventarse historias, y crear sueños, que más tarde transcribió en poemas, "En ese tiempo escribí mi primer poema, lo titulé Romance del niño porfiado"(25).

Su infancia, su escuela, su mundo con reyes magos que llegaban a ella con los bolsos vacíos, sin importarle que fuera una de los mejores de su clase, la Cuba de entonces llena de gobiernos corruptos, de ricos y pobres, de blancos y negros, de ciudades y campos, de vicio, de prostitución, acentuaron la vida de todo los cubanos, pero a nuestra poetisa le dio fuerzas, que con un impulso de rebeldía la impulsó a escribir.

"Al preguntarle cómo había llegado a la poesía, afirmó ser esta una pregunta que debía responder con halago: Si existe la parapsicología parece que me tocó la gracia divina porque en mi casa no había ni asomo de esa experiencia, […] oigo a mis amistades de todo lo que leían, de los libros que habían en sus casas, de las amistades que recibían, y yo vivía en un estado de pobreza que decía que mi padre tenía embullo por ser más pobre que nadie"(26).

"En una ocasión pensé que para poder volver atrás, para recordar el pasado y abrir hondas y viejas heridas, necesitaría mucho apoyo espiritual, y de ese meditar surgió el poema titulado Dudas"(27). (Ver anexo 1).

Por lo expuesto podemos afirmar, que el resultado de la vida de Georgina Herrera, ha permitido que de forma orgánica inserte en su poesía la temática de la mujer negra, vista desde la propia piel de una poetisa negra y pobre que ha convertido sus vivencias en eje central de su carrera.

3.3. En busca de la luz.

Llegó a La Habana en 1956 por segunda vez, con la intención de vivir en la gran ciudad, como resultado de esta experiencia, en la entrevista que le realizara Paneque dijo: "pero yo no quería comerme a La Habana, quería compartir con ella, que me protegiera" (28).

En esta nueva oportunidad, ya su llegada no fue alegre, ni llena de curiosidad como la primera vez, contaba con una veintena de años y procedente del interior del país, el futuro se le hacía incierto, se había marchado de Jovellanos disgustada con su padre, lo que provocó que su tía intentara convencerla de que regresara, pero Georgina estaba dispuesta a dejar su pueblo natal sólo en la memoria y a buscar la luz en la capital. En un solar que su pobre familia tenía por casa, aquellos solares eran el resultado de las históricas condiciones de vida degradante de negros y negras, mulatos y mulatas, que desde la etapa colonial se vieron sometidos a la discriminación racial, mantenida por los diferentes gobiernos de la República neocolonial.

Su primer trabajo fue como doméstica en casa de una señora llamada Irene, que tenía algo así como una casa de huéspedes y un negocio de comida a domicilio; por veinte pesos mensuales limpiaba dos veces a la semana, lavar un día y planchar al otro, cocinar diariamente, dándole derecho a desayuno y almuerzo. Así fue pasando el tiempo y comenzó a estudiar secretariado en las noches, pero por ser negra nunca pudo ejercer la profesión. Su último trabajo como doméstica lo realizó en 1960.

Ya con el triunfo revolucionario y algunas publicaciones en el periódico Excélsior aunque no le pagaban por esto, le permitía darse a conocer y hacer contacto con otros intelectuales, como fue el caso de Joaquín González Santana que le presentó al dramaturgo argentino, Samuel Fedman, quien trató de abrirle paso, la llevó a conocer a un importante escritor y ensayista, profesor universitario, y cuenta La Yoya que aquel día en que le presentaron, "me miraron de arriba abajo, con una clase de cara, y me dije: "¿Qué se habrán creído el par de comemierda estos, tan comunistas como se hacen?" (29), aquello apenó a Samuel y más tarde la llevó a conocer gentes en la editorial Puente, quienes se interesaron en su poesía y le enseñaron cómo mejorarla, y así se publica su primer libro titulado, Poemarios GH.

3.4. El tema de la mujer negra como centro de la poesía de Georgina Herrera (La Yoya).

Después de transitar por diferentes aspectos de la vida de esta mujer cubana y por demás negra, que nació poetisa en circunstancias excepcionales que le dieron una cosmovisión de la vida, que refleja en toda su obra. Así en cada poesía nos va entregando temas llenos de objetividad, donde muestra el aspecto racial y la pobreza que le tocó vivir, sin hacer de su obra un libro de confesiones, nos entrega con gran fuerza lírica lo étnico, de una forma sencilla y con la mayor nobleza que pueda leerse en las letras cubanas de cualquier tiempo.

Durante un intercambio que sostuvo con el público la autora aceptó, que al principio el tema de la racialidad en sus diferentes vertientes. Lo veía como un problema personal, pero en el decursar de su vida y su trato con otras personas comprendió que no, "Yo soy una negra legítima, todo lo que tenga que ver con la mujer, con la gente pobre, todo lo que sea injusto. Pero si hay algo injusto, porque no fue buscado sino impuesto, es la esclavitud, al traernos para acá" (30).

De su libro "Gentes y cosas" escribió Eliseo Alberto Diego para la revista Cuba Internacional de diciembre del 1974 "Creo no equivocarme al afirmar que con su reciente libro, "Gentes y cosas" […] Georgina Herrera. Continúa entre nosotros una de las más hondas raíces de la creación poética femenina en Cuba: La poesía del dolor, del desgarramiento, su origen y sus consuelos es en Georgina Herrera como lo que fue en la Avellaneda y Luisa Pérez de Zambrana en el siglo pasado" (31).

Su libro Grano de sol y luna fue incluido en el "Curso de Cuba" del profesor Antonio Turull de la universidad de Bristol, Inglaterra, quien orientó a sus alumnos, leer y comentar este, al mismo tiempo que el libro Tengo de Nicolás Guillén, como testimonio gráfico (ver anexo2). Este libro fue también presentado en un coloquio en Londres por el profesos Robert Pring-Mill de la universidad de St. Catherine´s Collage (ver anexo 3).

Del libro Grande es el tiempo tenemos el poema "África" dedicado a sus raíces ancestrales, reverencial, con un acostumbrado lirismo, nos muestra su amor por sus antecedentes genealógicos, por su condición de mujer negra (ver anexo 4).

Inspirada en un personaje histórico, dedicó el poema cuyo título es homólogo al nombre del mismo "Fermina Lucumí", de forma sencilla y clara nos ofrece la historia de esta heroína arrancada de su tierra natal, que se subleva y decapita a su enemigo (ver anexo 5).

"Oriki para las negras viejas de antes" poema que dedicara no sólo a las negras de su familia, sino también a las del barrio de su pueblo de Jovellanos, las mismas que influenciaron en la niñez de la autora y que hoy las refleja como tema de su poema (ver anexo 6).

Una de sus más recientes publicaciones en la que nos entrega un derroche de elementos que demuestran la presencia de la mujer negra no sólo en nuestra sociedad, sino también en nuestra cultura, en su libro Gustadas Sensaciones, en el que se pueden leer poemas como "Para festejar a Oggún", donde revela los trabajos que pasa una mujer de la raza negra para hacerle una fiesta de homenaje a este guerrero Orisha (ver anexo 7).

También presentó el poema "Autorretrato", en que con una resumida pero clara manera, nos deja ver su vida y en pocas palabras transita desde sus sueños hasta sus tristezas, dando otra vez más, muestras de marcas que la vida ha dejado en ella (ver anexo 8).

Una elegía al color oscuro y profundo de su piel es el poema "Elogio al color azul" en el que de manera reiterativa vuelve a hacer de la mujer negra eco y eje de su temática poética (ver anexo 9).

La importancia de su poesía para la cultura cubana es de gran interés, sin embargo no ha sido homenajeada a pesar de haber pasado los 70 años. Dedicada al tema de la mujer negra en la poesía como hemos referido en estas páginas, aunque no podemos dejar de mencionar algunos premios y distinciones como el otorgado por el 80 aniversario de la radio cubana (ver anexo 10), la medalla Alejo Carpentier, Raúl Gómez García y distinción por la Cultura Nacional (ver anexo 11).

Conclusiones

  • La obra poética de Georgina herrera Cárdenas se inscribe inicialmente dentro de una línea muy particular de autosuperación y esfuerzo continuado, en un medio histórico y social (años 1951 a 1958) caracterizado por su hostilidad a la presencia del negro en los campos culturales nacionales.

  • Alejada de cualquier perspectiva racista, exteriorista o simplificadora de nuestra conformación etnocultural, Herrera Cárdenas sobrepasa en su obra la estrecha perspectiva racial para, llegar desde su propio interior como mujer a ofrecer un sentido del nosotros colectivo, sinónimo de nación.

  • El mayor grado de desarrollo poético alcanzado por la autora y su reconocimiento social se corresponde con el período abierto a partir del triunfo revolucionario de 1959. Como resultado, en él tenemos no sólo el despliegue de las nuevas posibilidades de realización social y cultural surgido entonces para la mujer, sino también de su propio afán de creación.

  • Las temáticas fundamentales abordadas a lo largo de su creación poética, son: su condición de mujer negra, sus orígenes pobres, nuestra historia nacional, los recuerdos personales (sobre todo lo relacionado con su pueblo natal), el erotismo, el internacionalismo y sus vínculos con nuestra nacionalidad.

  • Por sus orígenes no olvidados de mujer negra y pobre, así como por su conciencia de la universalidad del hombre a través de sus problemas y conquistas, la autora presenta valores sumamente impactantes dentro de nuestra cubanidad y el mantenimiento de nuestra nacionalidad.

Recomendaciones

Debido al alcance de la obra poética de la autora, sus estrechos vínculos mantenidos con su pueblo de nacimiento (Jovellanos) y su íntima relación con el mundo cultural nacional, recomendamos:

  • La realización por parte de la Dirección Municipal de Cultura a coordinación con el Gobierno Municipal y la esfera del Partido dedicado a la atención cultural, de un concurso poético que lleve su nombre, dedicado a estimular la labor creativa entre los adolescentes en particular y población en general.

  • Mantener en funcionamiento una cátedra denominada Georgina Herrera dedicada a la divulgación no sólo de la obra poética de la autora, sino también de la obra de los jóvenes poetas cubanos.

Orden de citas

  • (1) Ortiz, Fernando (2006), "Los factores humanos de la cubanidad". Cultura cubana. siglo XX, t I, La Habana, editorial Félix Varela, 222pp (p.33).

  • (2) Casanova, Alina y Carcassés, Ana Iris (2006). "Acciones dinamizadoras de la participación de los cubanos en la cultura". Cultura cubana. siglo XX, t II. La Habana, editorial Félix Varela, 219pp (p.115).

  • Partes: 1, 2
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