Diferencias y similitudes en las teorías del crecimiento económico (página 2)
Enviado por IVÁN JOSÉ TURMERO ASTROS
En el esquema, el conocimiento es el eje transversal a las categorías de estudio, y las redes aparecen como el elemento conector entre el capital físico, determinado por la tecnología, y el capital humano, que comprende la fuerza de trabajo calificada. Los procesos que se tejen tienen un componente básico en la confianza, el cual gira alrededor de la articulación interempresarial y dan lugar al capital social.
Elementos determinantes del capital social El preámbulo de nuevos valores dentro de las propuestas de mejoras, simboliza no sólo revaluar los instrumentos teóricos políticos e institucionales relevantes a los procesos de desarrollo; en el fondo, significa pensar en la noción de calidad de vida, en el sentido no solamente material, sino también como reflejo de las relaciones sociales entre todos los seres humanos.
El centro de todo desarrollo debe ser el ser humano y, por lo tanto, el objeto del desarrollo es ampliar las oportunidades de los individuos. Esto se traduce en aspectos tales como: el acceso a los ingresos, no como fin, sino como medio, para adquirir bienestar; la vida prolongada, los conocimientos, la libertad política, la seguridad personal, la participación comunitaria, la garantía de los derechos humanos.
Las teorías acerca de la alineación de capital humano y el desarrollo de Recursos Humanos conciben al ser humano como medio y no como fin, el ser humano como instrumento de producción, como bienes capital, sin fines ulteriores y beneficiarios. La perspectiva de Bienestar Social los considera más como favorecidos pasivos del proceso de perfeccionamiento que como seres que participan en él; situando su mayor énfasis en las políticas de distribución en lugar de las estructuras de producción. Posteriormente, el enfoque delas Necesidades Básicas habitualmente se concentra en el grueso de bienes y servicios que requieren los grupos desposeídos: alimento, vivienda, ropa, atención médica y agua.
La discrepancia esencial entre los enfoques se sitúa en el modo de cómo se debe posesionarse y conquistar el desarrollo. Según Haq, "El paradigma de desarrollo humano actualmente es el modelo más holista. Este contiene todos los aspectos del desarrollo, incluyendo el crecimiento económico, inversión social, potenciación de la gente, satisfacción de las necesidades básicas, seguridad social y libertades políticas y culturales entre otros aspectos".
De lo anterior, se entiende que el Desarrollo Humano es un concepto que abarca múltiples dimensiones, comprendiendo que es el resultado de un proceso complejo que incorpora factores sociales, económicos, demográficos, políticos, ambientales y culturales, en el cual participan de manera activa y comprometida los diferentes actores sociales; es el producto de voluntades y corresponsabilidades sociales que está soportado sobre cuatro pilares fundamentales:
1. La productividad: Reside en desarrollar la productividad mediante la intervención de la gente en el proceso productivo. Este es un factor primario del Desarrollo Humano, que se traduce en invertir en las personas y en el logro de un ambiente macroeconómico posibilitante.
2. La equidad: Es la expulsión de barreras que obstruyen las oportunidades económicas y políticas, permitiendo que todos disfruten y se beneficien en condiciones de igualdad. Radica en conceder y avalar la igualdad de oportunidades para todos los sectores y grupos humanos.
3. Sostenibilidad: Radica en afirmar, tanto para lo contemporáneo como para el futuro, el libre y completo camino a las oportunidades; en restaurar todas las formas de capital humano, físico y ambiental. Para alcanzar un auténtico desarrollo se debe reponer todo el capital utilizado para garantizarle a las futuras generaciones la igualdad de opciones y de recursos para el logro de sus satisfacciones.
4. Potenciación o empoderamiento (Empowerment): El foco está en el desarrollo por la gente. Esta estrategia no es consistente con la dignidad humana y además no es sostenible en el tiempo. El empowerment significa que las personas están en capacidad de ejercer la elección de sus oportunidades por sí mismas. Esto implica que las personas puedan tener influencia en las decisiones que se tomen y diseñen. Para ello se requiere de libertades económicas para que la gente se sienta libre de excesivos controles y regulaciones.
El Desarrollo Humano, dada la definición del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) " no es una medida de bienestar, ni tampoco de felicidad. Es en cambio una medida de potenciación, que propicia las oportunidades para las futuras generaciones y basado en el respeto del ambiente".
La noción de progreso humano, procede de la noción de desarrollo como causa de expansión de las capacidades humanas, que ha sido formulado por Amartya K. Sen. Sen basa su noción de "capacidades" en la obra del filósofo moral John Rawls, y en su "Teoría de la Justicia". Para Rawls, la privación se define en términos de disponibilidad de "bienes primarios", algunos de los cuales se refieren a bienes materiales, otros a "libertades básicas".
Según Rawls, las personas deben tener la opción de perseguir fines diferentes, cualesquiera que sean. Las "capacidades" de Amartya Sen se refieren tanto a lo que la persona puede ser o hacer ("opciones") y lo que llega efectivamente a ser o hacer ("logros"), y no a los bienes de los que dispone. El disfrute de una larga vida, una mayor educación, la dignidad y el respeto de sí mismo son elementos que permiten ampliar la gama de opciones disponible para el individuo.
El suministro de bienes es una situación necesaria, pero no suficiente, para aumentar esas opciones. El paso a los bienes, en términos generales, logran provee la base de un nivel de vida más alto, pero no son per se sus elementos constituyentes. El desarrollo, para Sen, debe estar centrado en la persona y no en los bienes, superando el reduccionismo del homo economicus.
en un perfil de pensamiento crítico sobre el desarrollo iniciada en los primeros años setenta, que ha cuestionado la preocupación exclusiva por el crecimiento de la producción de bienes, y se ha centrado en los problemas de la distribución, de la necesidad y de la equidad.
8. El crecimiento económico y el territorio
El espacio geográfico, como perspectiva de análisis del crecimiento económico adquiere importancia en la actualidad, dado el proceso de globalización e internacionalización de la economía. La región, en todos los casos, alude a un territorio y a la dotación de recursos productivos. Sin embargo, en ella se da un conjunto de interacciones que conforman un sistema compuesto por subsistemas productivos, institucionales y culturales, que encierran en sí un cúmulo de relaciones, tales como: las relaciones capital – trabajo, los flujos de intercambio, las relaciones monetarias, las organizaciones y procedimientos para la toma de decisiones y las pautas de comportamiento social.
El territorio, como escenario de localización de firmas, responde a la flexibilidad de las dinámicas sociales que potencializan u obstaculizan la continuidad de los procesos productivos y sus encadenamientos, que trascienden los límites fijados administrativamente y las mismas relaciones sociales. Existen dos posibilidades tienen entonces los espacios geográficos para convertirse en espacios ganadores:
1) Los sistemas productivos locales, 2) Los medios innovadores.
Las diferencias entre ambos son considerables y generan ventajas competitivas desiguales. Como lo expresan Méndez y Caravaca, los sistemas productivos locales apoyan su crecimiento en la explotación de recursos naturales y humanos a bajo costo, lo que genera externalidades negativas en los planos socio laboral y ambiental; los medios innovadores se centran en el conocimiento y la capacidad de hacer efectivas las innovaciones.
El crecimiento en las firmas genera progreso económico, y al mismo tiempo, unas condiciones macroeconómicas adecuadas permiten que las empresas puedan mantener su competitividad interna y externa. La deficiencia de espíritu empresarial ha producido la lentitud en el desarrollo de América Latina, comparativamente con los países asiáticos que emprendieron estrategias de desarrollo basadas en el conocimiento tecnológico y de recursos humanos, el respeto a la iniciativa privada, en un marco de sana competencia, donde el Estado regulador juega un papel central en los mercados imperfectos y el fomento empresarial.
Los sistemas regionales se recomponen, en parte por la misma dinámica de las empresas. Esta relación interdependiente amerita el diseño de instrumentos de política para responder a los cambios en los modelos productivos, a los procesos de urbanización y a las economías de aglomeración industrial. En otras palabras, la política afecta favorable o desfavorablemente las decisiones que toman en el espacio sectorial y en el espacio geográfico.
Las políticas tendientes a redistribuir la actividad económica tratan de fomentar el establecimiento de empresas en regiones desfavorecidas, incidiendo en los factores que determinan las decisiones de localización de las firmas, para lo cual se apela a la asignación de primas de localización a los agentes mediante: subvenciones en función del número de empleos generados, desgravaciones fiscales, condiciones preferenciales de crédito, o rebajas sobre ciertos costos del manejo de la administración pública (reducción de tarifas de ciertos servicios públicos), etc.
Porter, asume que la competencia local tiene un impacto positivo en el crecimiento, ya que acelera la imitación y el grado de innovación de las firmas. Esta teoría asume que la competencia local acelera la adopción de nuevas tecnologías y como consecuencia, estimula el crecimiento económico. Esta discusión es importante tenerla en cuenta, ya que el crecimiento económico en ciertas regiones o en ciertos países, depende del grado de especialización o de diversificación de su aparato productivo y del nivel de competencia local que se establezca en ese mercado.
La globalización impulsa nuevas dinámicas de acumulación que provoca cambios importantes en los territorios, tanto en los factores productivos como de las firmas asentadas y con posibilidad de localizarse allí. Estas dinámicas afectan con distinta magnitud las estructuras económicas y sociales de los espacios regionales. Además, este proceso supone el paso de una economía semicerrada a un sistema dinámico, abierto e insertado en la economía mundial, lo que determina procesos de reestructuración a nivel regional en torno a las políticas de desarrollo, flexibilización y estabilización.
9. EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DESDE LA DINÁMICA DEL PROCESO INDUSTRIAL: ANÁLISIS DEL CICLO DE VIDA INDUSTRIAL Desde la perspectiva de los negocios sustentables, un análisis de ciclo de vida es una herramienta de diseño que investiga y evalúa los impactos ambientales de un producto o servicio durante todas las etapas de su existencia (extracción, producción, distribución, uso y desecho).
El análisis del ciclo de vida (ACV) es una herramienta que se usa para evaluar el impacto sobre el ambiente de un producto, proceso o actividad a lo largo de todo su ciclo de vida mediante la cuantificación del uso de recursos. El Análisis del ciclo de vida de un producto típico tiene en cuenta el suministro de las materias primas necesarias para fabricarlo, transporte de materias primas, la fabricación de intermedios y, por último, el propio producto, incluyendo envase, la utilización del producto y los residuos generados por su uso.
El ciclo de vida de un producto (como un ladrillo) o una actividad está formado por dos tipos de sistemas, que revisten un interés especial para los evaluadores ambientales. Los estudios de ECV se realizan con la finalidad de responder a determinadas preguntas, y son esas preguntas las que conforman el diseño del estudio. Una de estas preguntas podría ser:
El ACV es una de las herramientas con las que se cuenta para evaluar los productos, envases y procesos. Las otras herramientas se comentan en otras secciones y entre ellas figuran:
> Evaluación de riesgos ambientales > Gestión de riesgos para el ambiente > Análisis de riesgo comparativo > Análisis del impacto socioeconómico > Análisis del impacto socio económico En otras palabras, la evaluación del ciclo de vida trata de incrementar la eficacia. Y dado que tiene en cuenta cada una de las fases en la vida de un producto, se identifican y logran realizar mejoras.
El crecimiento económico no se basa en que los mismos agentes productivos creen nuevos bienes y servicios sino que crecen algunos sectores económicos que se van renovando cada cierto tiempo y desaparecen otros que no tienen la misma capacidad de mantenerse en constante cambio.
Este ciclo de vida comprende la entrada de nuevas empresas que buscan un espacio introduciendo la innovación de nuevos productos y procesos en el mercado existente, con el pasar del tiempo este surgimientos de empresas empieza a desacelerarse y desaparecer aquellas que no lograron consolidarse y mantenerse en el mercado.
Existen cuatro razones principales que garantiza la supervivencia de una empresa, la cuales son:
1) Las nuevas empresas brindan nuevos puestos de trabajo.
2) Las nuevas empresas están involucradas en un significativo porcentaje de innovaciones en la economía.
3) La existencia de políticas e instituciones que garanticen la formación de nuevas empresas y potencialice el desarrollo regional.
4) El ciclo de vida se relaciona con la existencia de diferencias interregionales en las tasas de formación de empresas.
La economía de una sociedad no es posible analizar y comprender si se estudia individualmente ni los elementos que la conforman: la producción, distribución, cambio, consumo, para esto se necesita tener una visión que comprenda la vida social. Existen diferentes visiones como son: el estructuralismo y funcionalismo que se diferencia lo que las enlaza, el primero piensa que el enlace está en los elementos de la sociedad, en cambio el funcionalismo piensa que está en las instituciones.
La economía neoclásica transita de manera directa de un sistema teórico universal con respecto a la elección racional y el comportamiento, a teorías de los precios, bienestar económico y así sucesivamente. Sin embargo, la economía institucional no supone que su misma concepción de la mediación humana, fundada en los hábitos, sea suficiente para transitar hacia la teoría operacional o el análisis. Se requieren elementos adicionales, como la necesidad de mostrar grupos específicos de hábitos comunes está incrustada en instituciones sociales específicas y son reforzadas por ellas. De esta manera, el institucionalismo se mueve de lo abstracto a lo concreto. En lugar de modelos teóricos estándares de individuos racionales dados, el institucionalismo se basa en investigaciones psicológicas, antropológicas y sociológicas de cómo se comportan las personas. En efecto, si el institucionalismo tuviera una teoría general, ésta indicaría cómo efectuar análisis específicos y diversos de fenómenos concretos.
Las instituciones no sólo se limitan e influyen a los individuos, según Hodgson, estamos constituidos por instituciones. La teoría económica y la sociología económica convierten la acción económica en el punto de partida de los análisis teóricos. Para la primera, esta acción es guiada por la racionalidad económica que conduce a los individuos a realizar la mejor elección en un contexto de escasez; para los segundos, no está aislada de la búsqueda de reconocimiento, sociabilidad y poder.
La acción económica es una forma de acción social, esta acción está históricamente determinada y las instituciones económicas son construcciones sociales que no se pueden explicar por simples motivos individuales. Las instituciones están circunscritas a un conjunto de redes sociales, no surgen automáticamente, se construyen socialmente gracias a la movilización de recursos, a partir de limitaciones determinadas por el desarrollo histórico anterior de la sociedad, la política, el mercado y la tecnología.
10. Crecimiento económico y "desarrollo"
La percepción del progreso o desarrollo ha sido manejada, en referencia a la historia contemporánea, en dos sentidos distintos. El inicial, se refiere a la evolución de un sistema social de producción en la contextura que éste, por razón de la acumulación y el progreso de las técnicas, se hace más eficaz, es decir incrementa la productividad del conjunto de su fuerza de trabajo. Conceptos tales como eficacia y productividad son ambiguos cuando nos enfrentamos a sistemas sociales de producción. Este sentido es el que desarrolla Schumpeter en su teoría del desarrollo económico.
La hipótesis del desarrollo ha ejercido una indiscutible influencia sobre la mente de los hombres que se empeñan en comprender la realidad social. Desde el bon sauvage con que soñaba, desde "el principio popular" de Malthus hasta la concepción walrasiana del equilibrio general, los científicos sociales siempre han buscado apoyo en algún postulado enraizado en un sistema de valores que llegan a ser explícito (Furtado, 1979:13). El mito del desarrollo congrega un conjunto de Hipótesis que no pueden ser verificadas. La función principal del mito es orientar, a nivel intuitivo, la construcción de lo que Schumpeter llamó la visión del proceso social, sin la cual el trabajo analítico no tendría ningún sentido.
Así pues, el desarrollo radica tanto en una serie de cambios espontáneos y discontinuos en los causes de la corriente, como en las alteraciones del equilibrio existente con anterioridad, y en ello se diferencia básicamente de la corriente circular o de la tendencia al equilibrio. Si no fuera por ellos, el sistema capitalista caería en un estado estacionario de equilibrio walrasiano en el que todo e lproducto nacional se imputaría a los factores de manos de obra y tierra (Galindo y Malgesini, 1994:111).
La acumulación de capital físico, el conocimiento, las potencialidades del territorio, y el marco institucional fortalecen el desarrollo tanto endógeno como exógeno, que requiere estimular la construcción de un tejido social basado en los valores y en el desarrollo del ser humano. La mayoría de las teorías de desarrollo asociadas a la modernidad, se basan en la omnipotencia de la técnica, la ilusión con respecto al conocimiento científico, la racionalidad de los mecanismos económicos, las nociones de progreso y crecimiento como el destino natural de todos los hombres, y la fe en la planificación y en la organización burocrático – racional para asegurar que el ser humano se encuentre con su destino (Cardona, et. al., 2003:16).
El incremento de la economía, tal como se manifiesta en el crecimiento de la población y de la riqueza, no se debe entender como desarrollo. Este fenómeno no representa características cualitativas. El desarrollo, en nuestro sentido, es un fenómeno ajeno a lo que puede observarse en la corriente circular o en la tendencia hacia el equilibrio. Es un cambio espontáneo y discontinuo en los canales de la corriente, según Schumpeter (1963), es una perturbación del equilibrio que altera y desplaza en forma definitiva el estado de equilibrio que antes existía.
El perfeccionamiento no es, según Schumpeter (1963), un fenómeno que pueda explicarse administradamente. Debido a que la economía está afectada por los cambios del mundo que la rodea, las causas y la explicación del desarrollo deben buscarse fuera del grupo de hechos que describe la teoría económica. Por tal razón, Schumpeter (1963) distingue al desarrollo del mero crecimiento de la economía, porque este último no representa fenómenos cualitativos distintos, sino sólo procesos de adaptación. En este orden de ideas, se debe considerar esta visión como un fenómeno histórico, que reposa sobre el desarrollo precedente y, a su vez, que todo proceso de desarrollo crea las condiciones necesarias para el siguiente.
La obra de Schumpeter fue difusa pero significativa. Por haberse agitado por el problema del desarrollo, este autor se ubica en una posición especial entre la tradición historicista y la neoclásica. Partiendo de la concepción wickselliana de demanda de capital como factor de inestabilidad, Schumpeter formuló una teoría del empresario innovador, agente transformador de las estructuras productivas, de evidentes afinidades con la visión dialéctica de la historia que sirvió de fundamento a la sociología económica de Marx (Furtado, 1987:43).Según Schumpeter (1963), lo que interesa en la dinámica de la economía capitalista no son los automatismos del mercado de competencia pura y perfecta, en los cuales nada ocurre, sino las formas imperfectas de mercado generadoras de renta de productor, aceleradoras de las acumulación, concentradoras del capital. De ahí su interés por descubrir las fuerzas que crean tensiones y provocan modificaciones en los parámetros de las funciones de producción.
La imagen del desarrollo estaba en el centro de la visión del mundo que prevalecía en aquella época. Su sustrato era ver al hombre como un factor de transformación del mundo, y por lo tanto de la afirmación de sí mismo, de la realización de sus potencialidades, lo que era posible dentro de un marco social con niveles aceptables de necesidades básicas satisfechas y con altos grados de equidad. El ser humano precisa transformar su medio para poder potencializar sus capacidades, y es en este medio en donde se genera el proceso del desarrollo.
Las sociedades son desarrolladas en la medida en que el hombre logra de forma cabal satisfacer sus necesidades y renovar sus aspiraciones.
Existe un plano en el cual es posible utilizar criterios hasta cierto punto objetivos al tratar el tema del desarrollo humano desde la concepción de la satisfacción de las necesidades humanas: cuando se estudian las satisfacciones elementales, tales como la alimentación, el vestido, la habitación.
También es verdad que la ampliación de la esperanza de vida de una población constituye un indicador de mejoramiento en la satisfacción de sus necesidades elementales. Pero en la medida en que nos alejamos de ese primer plano se va haciendo más urgente la referencia a un sistema de valores, pues, según Furtado (1979), la idea misma de necesidad humana, cuando se refiere a lo esencial, tiende a perder nitidez fuera de determinado contexto cultural.
En tenacidad, según Furtado (1979), la idea de desarrollo posee por lo menos tres dimensiones: 1) La del aumento de la validez del sistema social de producción; 2) la de la satisfacción de las necesidades elementales de la población; y, 3) la de la obtención de objetivos a los que aspiran grupos dominantes de una sociedad y que compiten en la utilización de recursos escasos. El aumento de la eficacia del sistema de producción no es una condición suficiente para que se satisfagan mejor las necesidades elementales de la población, incluso se ha observado la degradación de las condiciones de vida de una masa poblacional como consecuencia de la introducción de técnicas más avanzadas.
La especulación sobre el desarrollo, al incitar una progresiva aproximación de la teoría de la acumulación a la teoría de la estratificación social y a la teoría del poder, se constituyó en un punto de convergencia de las distintas ciencias sociales. Las primeras ideas sobre el desarrollo económico, definido como un aumento del flujo de bienes y servicios más rápido que la expansión demográfica, fueron sustituidas en forma progresiva por otras referidas a transformaciones del conjunto de una sociedad a las cuales un sistema de valores presta coherencia y sentido (Furtado,1987:39). Medir flujos de bienes y servicios es una operación que sólo tiene consistencia cuando esos bienes y esos servicios se vinculan a la satisfacción de necesidades humanas definibles, es decir, identificables de forma independientes de las desigualdades sociales existentes.
Ciertos estándares de pensamiento económico han dejado de reconocer el desarrollo como un problema teórico relevante, porque lo conciernen bajo la cuestión de la óptima formación del mercado y la distribución económica, en función de la más eficiente asignación de los recursos y de una justa distribución de la riqueza. Esta subordinación del tema del desarrollo al tema de la distribución se ha hecho desde dos ópticas distintas y en cierta medida opuesta (Razeto, 2000:7). Se argumenta desde una óptica neoliberal, que la elaboración de teorías y modelos de desarrollo empezó cuando ciertos economistas y políticos supusieron posible acelerar los procesos de crecimiento mediante políticas de intervención estatal que, limitando el libre juego del mercado, redistribuyeran la riqueza y reasignaran los recursos en función de objetivos nacionales de industrialización; pero tal intervención del Estado en la economía sólo distorsionaría los mercados provocando desequilibrios que terminan frenando el crecimiento esperado. El problema importante, desde esa perspectiva, no es el desarrollo económico en sí mismo sino la óptima y equilibrada organización del mercado, libre y abierto, siendo el desarrollo su lógica consecuencia A partir la teoría crítica, se denuncia el "desarrollismo" y se argumenta que las dificultades de la economía proceden de un modo de acumulación del capital que se sostiene sobre la ilegal distribución de la riqueza. Esto se manifestaría en la división del mundo entre naciones desarrolladas y subdesarrolladas, donde las primeras se sostendrían sobre una inequitativa organización mundial del mercado capitalista que concentra la riqueza y excluye del desarrollo a vastas regiones del mundo.
Se puede decir que Nurkse (1965), no dar el brazo a torcer que en los países pobres, las propias fuerzas del mercado perpetúan la pobreza; dado que para salir de ella se requiere invertir para aumentar la productividad, ello resulta difícil, no sólo por el escaso ahorro de los pobres, sino por la falta de incentivo de beneficios para construir plantas de alta productividad, cuando el mercado local existente para su producto es demasiado pequeño. De igual forma, Hirschman (1958) señala que la mayoría de los países pobres sólo poseen recursos para invertir en unos pocos proyectos modernos, y que, por tanto, pueden intentar el crecimiento equilibrado sólo a largo plazo, mediante un proceso secuencial de construir primero una y después otra planta, corrigiendo con cada paso el desequilibrio considerado como más dañino para acercarse de forma gradual a una estructura más equilibrada.
El nombre de la "Ley de Pareto" fue proporcionado a este principio de la Economía por el Dr. Joseph Juran en distinción de este economista quien realizó un estudio sobre la distribución de la riqueza, en el cual descubrió que la minoría de la población poseía la mayor parte de la riqueza y la mayoría de la población poseía la mayor parte de la pobreza. Con esto estableció la llamada "Ley de Pareto" según la cual la desigualdad económica es inevitable en cualquier familia.
A esta misma situación, Giddens (1999), establece que el capitalismo no permite acceder a una nueva y superior fase del desarrollo por que establece un tipo de relaciones sociales de producción que pone límites al desarrollo de las fuerzas productivas. Asimismo, establece, que: "El capitalismo es económicamente ineficiente, socialmente divisivo e incapaz de reproducirse a largo plazo". Por tal motivo, emerge que el "desarrollo" está basado en la concepción de la distribución de la riqueza. La teoría de la justicia distributiva se centra en las causas de la desigualdad y aporta los fundamentos filosóficos y económicos para esclarecer los debates sobre la desigualdad (Solimano, 1998:33). Si las desigualdades de ingreso y riqueza que se observan en una sociedad reflejan, en buena parte, las diferencias individuales en sus dotes iníciales de riqueza, talento, origen familiar, raza, género, factores según Solimano (1998), que en su mayoría escapan al control del individuo, ósea, que constituyen un conjunto de factores moralmente arbitrarios". Entonces la desigualdad pasa a ser un problema ético, pues un conjunto de factores claves para la creación de la riqueza son "externos" al individuo.
Las discrepancias de entrada, fortuna y consumo que se observan también destellan las diferencias individuales en materia de esfuerzo, ambición y disposición a asumir riesgos. En la medida en que este último conjunto de elementos refleja preferencias individuales y pertenece al ámbito de la responsabilidad personal, no toda desigualdad de ingreso o riqueza constituye un problema ético desde el punto de vista de la justicia distributiva. Las políticas orientadas a incrementar las capacidades individuales de generación de ingresos y su productividad son vitales, según Solimano (1998), para compatibilizar el crecimiento económico con una mejor distribución del ingreso y una menor pobreza. Según este autor, la educación constituyen ejemplo claro; dota a la gente de mayor capital humano y capacidades productivas, y promuévela movilidad social.
El mismo Adam Smith estudia la economía como una parte de la política. Debemos avanzar unos años, tal vez hasta John Stuart Mill, para comprobar la emancipación neta de la economía respecto a la política y la moral en el ámbito del saber económico. Esta separación responde a la que se opera entre la economía y la búsqueda de lo necesario para la vida buena. El "principio de necesidad" – correspondiente a la naturaleza – es reemplazado por el "principio de maximización", que también, aunque con otros términos, conocía Aristóteles. Se produce, como señala Polanyi (1971), una escisión entre un principio de uso y uno de ganancia, que ocasiona un divorcio entre los móviles económicos y los fines sociales.
En cambio, la ciencia económica moderna ha pasado a ser una técnica que da cabida a la tentativa de alcanzar el máximo posible para los individuos que concurren al mercado, sin considerar su relación con lo adecuado. El mismo instrumento, el mercado, que es una herramienta útil para la coordinación de los intereses individuales que se ajustan a la necesidad, sirve para sacar el máximo provecho de los recursos como un fin en sí mismo. La economía neoclásica canoniza esta última tentativa como un principio científico y se aboca a su logro.
Nuestra familia actual se rinde ante el éxito del dinero. La economía, su ciencia y su influjo se hacen sentir sobre el resto de las actividades y saberes del hombre. Según Crespo (2003), el modelo maximizador tiende a generalizarse. El mercado es un instrumento que se procura aplicar a todos los ámbitos, aún a la misma política. Hemos pasado de una situación en que la economía estaba subordinada a la política a otra en la que tiende a imponerle sus moldes.
La libertad, en exposiciones como la de Popper, es una especie de bienes de resoluciones. Esto asimismo lo había previsto el Estagirita. "Así, dice en La Política, ha surgido la segunda forma de crematística, pues al perseguir el placer en exceso, procuran también lo que puede proporcionarles ese placer excesivo.
11. Crecimiento económico sostenible y "desarrollo"
¿Qué es crecimiento económico? Debemos recordar, en primer lugar, que desde la segunda mitad del siglo XX se ha producido un crecimiento económico global sin precedentes. Por dar algunas cifras, la producción mundial de bienes y servicios creció desde unos cinco billones de dólares en 1950 hasta cerca de 30 billones en 1997, es decir, casi se multiplicó por seis. Y todavía resulta más impresionante saber que el crecimiento entre 1990 y 1997 (unos cinco billones de dólares) fue similar al que se había producido desde el comienzo de la civilización hasta 1950.
Se trata de un crecimiento, realmente exponencial acelerado, que viene medido en cada país por el Producto Interior Bruto (PIB), magnitud que indica el valor monetario de la producción de bienes y servicios finales durante un período de tiempo (normalmente un año) y que es usada como una medida del bienestar material de una sociedad. Y el proceso no ha hecho sino acelerarse en los comienzos del siglo XXI, en particular en los llamados países emergentes (China, India, Brasil) que cubren más de la mitad de la población humana.
Y cabe reconocer que este extraordinario crecimiento ha producido importantes avances sociales. Basta señalar que la esperanza de vida media en el mundo pasó de 47 años en 1950 a 64 años en 1995 y 68 años en 2011, con cifras que superan los 80 años para los países más desarrollados. Esa es una de las razones, sin duda, por la que la mayoría de los responsables políticos, movimientos sindicales, etc., parecen apostar por la continuación de ese crecimiento. Una mejor dieta alimenticia, por ejemplo, se logró aumentando la producción agrícola, las capturas pesqueras, etc. Y los mayores niveles de alfabetización, por poner otro ejemplo, estuvieron acompañados, entre otros factores, por la multiplicación del consumo de papel y, por tanto, de madera. Estas y otras mejoras han exigido, en definitiva, un enorme crecimiento económico, de haber alcanzado a la mayoría de la población.
Desarrollo sostenible Sabemos, sin embargo, que mientras los indicadores económicos como la producción o la inversión han sido, durante años, sistemáticamente positivos, los indicadores ambientales resultaban cada vez más negativos, mostrando una contaminación sin fronteras y un cambio climático que degradan los ecosistemas y amenazan la Biodiversidad y la propia supervivencia de la especie humana. Y pronto estudios como los dirigidos por Donella Meadows sobre "Los límites del crecimiento" establecieron la estrecha vinculación entre ambos indicadores, lo que cuestiona la posibilidad de un crecimiento sostenido, advirtiendo de un serio peligro de extralimitación en el crecimiento económico, crecimiento de la población y deterioro del planeta que puede calificarse de auténtico "ecocidio", neologismo con el que se hace referencia al deterioro del medio ambiente y los recursos naturales como consecuencia de la acción directa o indirecta de los seres humanos sobre los ecosistemas.
Han detectado así nueve límites interdependientes que se refieren a la concentración de CO2 en la atmósfera, la acidificación oceánica, la concentración de ozono estratosférico, la fijación de nitrógeno y el vertido anual de fósforo al mar, el consumo de agua dulce, la proporción de tierras cultivadas, la pérdida de diversidad biológica, la carga de aerosoles y la contaminación química.
Con esto se puede llegar a las siguientes conclusiones:
Los nuevos modelos de desarrollo deben caracterizarse en: Situar a los seres humanos en el centro de las preocupaciones; crear todas las condiciones para que los seres humanos puedan desarrollar plenamente sus capacidades, así como utilizarlas; estructurar un sistema de relaciones nacionales e internacionales que lo convierta en una actividad realmente participativa (tanto de cada ser humano en el plano nacional, como de cada país en el internacional) así como que contribuya al fortalecimiento de la soberanía y a la eliminación de las disparidades e injusticias que existen actualmente; además, adoptar tecnologías que no sean nocivas para el medio y de criterios para la correcta valoración de los recursos ambientales.
El logro del desarrollo sostenible impone un gran reto al mundo académico: el de la elaboración lo más rápidamente posible de modelos alternativos de desarrollo con vista a enfrentar el nivel alcanzado por la degradación del medio ambiente y para dar respuesta a las acuciantes necesidades de las poblaciones que viven en condiciones de atraso y subdesarrollo.
El incremento económico, ha sido parte primordial del estudio macro y microeconómico. Desde uno u otro punto de vista, se considera a la empresa como un importante componente de la función de producción, pero se ha subestimado el estudio de la organización económica y la importancia del tamaño de las empresas, además de la existencia de distintas formas de organización del trabajo y acumulación del capital.
La investigación eficaz en el área del incremento económico, se ha disminuido en el gran desagregado macroeconómico y en la actividad de las grandes empresas. Esto enfrenta las posiciones clásica y neoclási ca con la postura Schumpeteriana frente al papel en el crecimiento y desarrollo económico; las primeras asociadas a impulsar empresas pequeñas, y la segunda a favor de las grandes empresas, ya que son las mejores equipadas para aprovechar las oportunidades de innovación.
Los neoclásicos consideraban a las empresas como una caja negra, que se diluye en cuanto" no tiene importancia describir o analizar lo que pasa dentro de ella o que la eficiencia económica es independiente de la organización interna de la empresa" (Santos, 1996:298). Este postulado parte de dos supuestos: la organización interna depende de factores tecnológicos determinados por la función de producción; y la existencia de grandes empresas con jerarquía dentro del mercado está asociada a un monopolio tecnológico o a un comportamiento estratégico anticompetitivo (Rodríguez, 2001:55).
Para Castells (1995:13), la peripecia forma de organización económica es aquella que se construye en torno a la empresa red, como un nuevo modo de acción. No son solamente redes de empresas sino firmas que trabajan en redes que constituyen cooperación entre ellas, redes de subcontratación y de relación con empresas más grandes. De esta manera, emerge como el factor económico la red de empresas como una estrategia de competitividad.
A partir de esta postura, las unidades productivas MiPyME solicitan un análisis específico debido a que en forma usual presentan un mayor surgimiento y desaparición, lo que se convierte en una elevada tasa de rotación o renovación y en una cierta inestabilidad, pues el impacto de las oscilaciones cíclicas de la economía se experimenta de forma más intensa.
Si el mayor riesgo de desaparición se sitúa en los primeros años de existencia (entre tres y cinco años), momento en que fracasan muchas iniciativas que no consiguen implantarse en el mercado de forma competitiva, en los años siguientes se mantiene un alto grado de movilidad espacial. La gran empresa, en cambio, suele tomar sus decisiones con mayor conocimiento y realizar fuertes inversiones en capital fijo allí donde se instala, por lo que su estabilidad es mayor.
Lo que cuenta a la hora de pagar sus altas remuneraciones a los empresarios es la escasez del talento y el riesgo corrido por el empresario, riesgo no sólo de pérdida de fortuna sino también de pérdida de fama".
La escasez puede afectar cualquiera de los elementos necesarios para una economía productiva: tierra, trabajo y capital. El capital, que es una reserva de bienes acumulados para producir ya sea otros bienes o el dinero para adquirirlos, es uno de los recursos más escasos, sobre todo en países en vías de desarrollo. Las empresas que producen los bienes que la gente necesita disponen de tres fuentes de capital: fondos generados internamente, préstamos de instituciones financieras y financiamiento captado en los mercados de capital. Las pequeñas unidades productivas cuentan con limitaciones en el acceso a la información y su capacidad de riesgo es mayor. La gran empresa, por el contrario, suele tomar sus decisiones con mayor conocimiento y realizar fuertes inversiones en capital fijo, por lo que su estabilidad tiende a ser mayor y su ciclo de vida más extenso en el tiempo.
La disciplina económica clásica y neoclásica sostienen que las empresas relativamente pequeñas, impulsadas por la motivación competitiva, son más propicias para el progreso tecnológico; por otro lado, la postura Schumpeteriana afirma que las grandes empresas son las mejores dotadas para explotar las oportunidades de innovación (ACS y Audretsch,1994:126). La flexibilización estructural de las MiPyME podría generar una mayor competencia laboral y acelerar el proceso de acumulación de capital de trabajo lo que establecería un ciclo de vida mayor en este tipo de firmas, caracterizadas por su corta duración en los mercados.
Las economías de escala en las actividades de investigación, desarrollo e introducción de innovaciones fueron factores de gran importancia en la explicación de la supremacía de la gran empresa. En otras palabras, según (Motta, 1998:47), hasta finales de la década de 1960, el "modelo" de empresa eficiente fue el de la gran empresa, capaz de beneficiarse de las economías de escala características de la producción en masa de productos estandarizados para un consumo masivo. En contrapartida la pérdida de importancia gradual de las MiPyME parecía inevitable.
El lazo entre tamaño y menos costo por unidad producida no es automático ni aparece de forma espontánea. Surge tan sólo cuando el capitalista cuenta con un volumen de capital suficiente para ampliar su industria o fundar una de tamaño superior a la media. El tamaño de una empresa, entonces, tiene incidencias no sólo sobre el costo del producto; también, supone una estructura de mercado distinta a la de la competencia perfecta pues, si así lo quieren, las grandes industrias pueden utilizar sus ventajas para desplazar a las que se encuentran en una situación difícil. De esta manera se explica la tendencia del capitalismo a la concentración y centralización del capital (Zerda y Rincón, 1996:14).
En cuanto a este modelo de la gran empresa, a partir de 1960 y comienzo de la década de 1970, empieza a entrar en crisis. Motta (1998) cita dos aspectos relevantes:
1. Se desacelera el crecimiento de la productividad y las economías de los países industrializados entran en una etapa de lento crecimiento.
2. Se generan una serie de cambios que afectan el funcionamiento de la economía. Estas dichas modificaciones se refieren a la introducción de nuevas formas de organización de la producción, a la creciente globalización de la economía y a los cambios de la demanda, cada vez más direccionada a la satisfacción de necesidades con un mayor grado de finalidad.
La ciencia económica no ha logrado la construcción de una teoría de crecimiento que incluya dimensiones asociadas a la comprensión de fenómenos y la aclaración de las causas que han conducido a la simultaneidad del estancamiento en la actividad económica y la inflación. Han faltado teorías que expliquen con mayor profundidad los determinantes de la distribución y concentración del ingreso; se ha mostrado incapacidad de los agentes económicos de anticipar perfectamente el futuro, lo que genera un estado de incertidumbre constante en el sistema; las asimetrías productivas entre países desarrollados y en desarrollo; los altos niveles de endeudamiento externo; la estructura actual del Estado y otros muchos más han sido objeto de estudio por los economistas, pero los frutos son pocos, tanto teórica como empíricamente.
Este vacío se explica porque la convergencia hacia el crecimiento económico es un juego de oferta y de demanda y se basa en la interacción y en la combinación eficiente de distintas variables y diferentes agentes dentro de un mercado que tiene contexto territorial y sectorial. La tendencia hacia un desarrollo autosostenido precisa de variables determinantes como: la inversión en capital humano, el régimen de incentivos, recursos financieros, información oportuna y el ordenamiento institucional.
La ciencia económica moderna ha pasado a ser una técnica que da cabida a la tentativa de alcanzar el máximo posible para los individuos que concurren al mercado, sin considerar su relación con la realidad que hacemos medible. Se ha vuelto complejo que la lógica de interacción del mercado, que permite la coordinación de los intereses individuales que se ajustan a la necesidad, sirve para sacar el máximo provecho de los recursos como un fin en sí mismo.
En este cuaderno de trabajo se consideraron los diferentes enfoques y postulados sobre el crecimiento económico, que llevan a mostrar que este es un campo de conocimiento que debe seguirse explorando. Se evidencia que ha sido parte fundamental del análisis del crecimiento las dimensiones macro y microeconómico, por los aportes desde procesos de acumulación inestables y la heterogeneidad estructural, productiva y territorial.
Además, generan desequilibrios en los procesos sistémicos, y, por lo tanto, la explicación a la convergencia es necesario adaptarla de acuerdo a cada región, a cada país y cada sector industrial. Se le apuesta a reflexiones donde crecimientos sostenidos de la renta nacional dependen necesariamente del nivel de ahorro, tanto la propensión marginal como la propensión media al ahorro, ya que son dinamizadores del nivel de stock de capital. A esto, se le suma, la institucionalidad para canalizar estos recursos apropiada, oportuna, eficaz y transparentemente.
La homogeneidad de la estructura social y productiva en un ambiente territorial determinado permite alcanzar niveles de especialización productiva, de innovación técnica, de profesionalidad de la mano de obra. De esta manera, se garantizan tanto las ventajas de la gran dimensión (rendimientos crecientes a escala) como los de la pequeña empresa (flexibilidad productiva). Estos dos factores son determinantes para el desarrollo productivo y la endogenización del crecimiento en un territorio determinado.
Tanto la formación social local, como factores que atañen a la estructura productiva son fundamentales para lograr la convergencia económica. Para esto se debe tener en cuenta: 1) Una articulación social pronunciada, que facilita la movilidad social; 2) El nacimiento de un nuevo empresariado; 3) El consenso social; 4) competencias laborales difundidas en el ambiente, resultante de la sedimentación histórica de conocimientos referentes al ciclo productivo y a las técnicas utilizadas; y 5) La flexibilidad del trabajo.
El ahorro dentro de la economía, y según las teorías revisadas, juega un papel fundamental dentro del crecimiento económico. Kaldor, muestra una teoría de la distribución alternativa a la keynesiana, que sirve además de pieza fundamental a la hora de desarrollar su modelo de crecimiento. De esta forma, la tasa de beneficio que genera una sociedad depende de la propensión al ahorro que se tenga respecto a la renta que proviene de los beneficios.
En los planteamientos de Kaldor (1963), se enumera un grupo de factores que especifican el proceso que conllevan al crecimiento económico: 1) El crecimiento sostenido en el largo plazo del ingreso per cápita; 2) El crecimiento del capital físico por trabajador; 3) El hecho que la tasa de retorno del capital sea constante; 4) El aprovechamiento de las ventajas comparativas y el equilibrio dinámico; 5) La acumulación de capital físico y social; 6) El progreso tecnológico, la especialización del trabajo y el descubrimiento de nuevos métodos de producción.
De igual manera, para Harrod y Domar, el ahorro implica la posibilidad de alcanzar un crecimiento equilibrado con pleno empleo.
Harrod indica que no existe ningún mecanismo seguro para evitar que una economía consiga igualar las tasas natural y garantizada, al ser esta última inestable. Por su parte Domar, señala que el problema radica en la existencia de una inversión con un nivel bajo para las necesidades de la economía. Estos dos factores pueden ser ajustados a través de un nivel de ahorro creciente y productivo.
Keynes afirmó que los postulados de la teoría clásica sólo son aplicables a un caso especial y no al caso general. Más aún. Los postulados de cada teoría del crecimiento sólo son aplicables a casos específicos y no al cuestionamiento general de la convergencia en el crecimiento económico. Este factor lleva a pensar que no es sólo la generalización de la teoría la que construye dogmas para hacer crecer sostenidamente una economía, sino que son factores particulares de cada una de éstas las que sustentan las realidades específicas de cada nación.
El desarrollo y el crecimiento económico contienen una dinámica donde se entrecruzan producción de formas de conocimiento, relaciones de poder, instituciones del desarrollo y practicas desplegadas. Analizar la relación conocimiento–poder implica entonces analizar a los técnicos y a las instituciones del desarrollo antes que a sus "beneficiarios".
Las dinámicas macroeconómicas y estructurales (meso y microeconómicas) permiten establecer el proceso y las decisiones de los empresarios en términos de inversión y generación de empleo. Asimismo, es expresión de la relación entre el incremento del producto y la dinámica industrial, que está asociada con la intervención del Estado y la creación de un ambiente favorable para el funcionamiento competitivo de las empresas.
La función empresarial es la fuerza que cohesiona la sociedad y hace posible su desarrollo armonioso, dado que los desajustes que inevitablemente se producen en tal proceso de desarrollo tienden a ser igualmente coordinados por la misma. Las firmas productivas se enfrentan a la necesidad de ser entes flexibles y competitivos ante la transformación de las estructuras económicas, lo que ha establecido que las relaciones de producción expliquen la dinámica social.
En este contexto uno tiene que mostrar cómo las estructuras complejas son construidas mediante la relación que existe entre sus elementos. Nuestro problema no es la utilización plena de todo el conocimiento, sino más bien el mejor uso que podamos lograr frente a una situación dada. La teoría económica es una disciplina muy abstracta y compleja que guarda poca relación con el mundo de la observación y de la experiencia.
Sin embargo, la economía se describe como una ciencia social encargada de estudiar un aspecto importante de la sociedad y, por lo tanto, es de suponer que esta disciplina sea capaz de aportar bastante al entendimiento de las sociedades y de sus problemáticas complejas. La complementariedad esencial entre los factores de producción y entre distintos sectores productivos es la base para fundamentar una teoría del crecimiento.
El desarrollo de refinados modelos econométricos y de inferencia estadística no puede cumplir la función de suministrar un marco conceptual realista de cómo opera un sistema económico. La aplicabilidad de los distintos modelos teóricos de crecimiento económico a la realidad de los países es compleja, ya que cada estructura productiva responde a diferentes factores del mercado y de la misma construcción social de cada comunidad. Además, los territorios y las ventajas que de este surgen son radicalmente distintos en cada país. Los axiomas, por lo tanto, serán diferentes, sin embargo, son supuestos necesarios para la elaboración de un modelo de crecimiento industrial.
La apuesta hacia delante es continuar explorando desde la macro y la micro, y profundizar en la empresa como un importante componente de la función de producción, pero se ha subestimado el estudio de la organización económica y la importancia del tamaño de las empresas, ademas de Ia existencia de diversas formas de organizaci6n del trabajo y acumulaci6n del capital.
– Para el desarrollo de este trabajo se inició con el análisis del modelo de crecimiento de Harrod (1939) – Domar (1946), el cual amplía las ideas de Keynes, a través de la macroeconomía dinámica.
– Posteriormente, en el ámbito de la teoría del crecimiento, el modelo de Solow y el proceso de acumulación del conocimiento, el estudio se centra en indagar la posibilidad de que los países menos desarrollados alcancen, en el largo plazo, a los más avanzados: este es el terreno de los análisis de convergencia del crecimiento.
– En el tercer punto del trabajo se explicaron las 3 leyes del crecimiento económico de Kaldor, quien llega a la conclusión de que el nivel de acumulación se alcanza en aquel momento en que el nivel de beneficio real sea igual a la tasa mínima de beneficio correspondiente a un tipo de interés determinado.
– La postura Postkeynesiana: la edad de oro de Joan Robinson, afirma las perspectivas del beneficio por encima del promedio son un síntoma de que la demanda se ha ampliado más que la oferta en las líneas de producción en cuestión, o que el ahorro en futuros costos atribuible al uso de más capital es mayor por unidad de inversión en estas ramas que en otras. Así, el mecanismo nivelador de los beneficios de los empresarios funciona en tal forma que conduce a la corriente de recursos para inversión en los canales más útiles.
– La esencia del proceso social, tal y como Hayek lo entiende, se constituye de la información o conocimiento, de tipo personal, práctico y disperso, que cada ser humano, en sus circunstancias particulares de tiempo y lugar, descubre en todas y cada una de las acciones humanas que emprende para alcanzar sus fines y objetivos particulares, y que se plasman en las etapas de ese camino que supone la vida de cada ser humano.
– En los postulados del crecimiento endógeno se asume que la creación del conocimiento es correlacional con el incremento de la inversión productiva. Una firma que incrementa las competencias laborales simultáneamente produce mayor eficiencia. Este efecto positivo de la experiencia en productividad es llamado aprender haciendo o, en este caso, aprender invirtiendo.
– En el crecimiento económico y capital humano se llegó a la conclusión que el capital emocional es la disposición de identificar, convocar, aprovechar, controlar y orientar las emociones a favor de propósitos constructivos. Y entendemos por capital relacional a la actitud humana de relacionarse para establecer tejidos de interacciones que aseguren el crecimiento conjunto como consecuencia del crecimiento personal, y el crecimiento personal como consecuencia del crecimiento del conjunto.
– En el crecimiento económico y el territorio, se puede decir que este último es un componente fundamental del sistema productivo; su evolución y comportamiento están indisolublemente relacionados con el desarrollo económico. El sistema económico del país toma cuerpo en cada ciudad y en la red urbana, articulándose al territorio a través de un complejo sistema de relaciones urbano regionales.
– El crecimiento económico desde la dinámica del proceso industrial: análisis del ciclo de vida industrial: El ciclo de vida de las firmas productivas, como agentes dinamizadores del crecimiento económico, es relevante determinarlo, para establecer la dinámica con la que opera el funcionamiento del aparato productivo. El estudio del ciclo de vida industrial representa la dinámica del surgimiento y desaparición de firmas en el tiempo.
– El crecimiento económico y "desarrollo": El desarrollo contiene una dinámica donde se entrecruzan producción de formas de conocimiento, relaciones de poder, instituciones del desarrollo y practicas desplegadas. Analizar la relación conocimiento–poder implica entonces analizar a los técnicos y a las instituciones del desarrollo antes que a sus "beneficiarios".
– El concepto del crecimiento se entendería, dado todos los planteamientos esbozados en el capítulo de crecimiento económico sostenible y "desarrollo", como el aumento de tamaño con la adición de material por medio de la asimilación de nuevos procesos productivos; esta medida es cualitativa y se contrapone al concepto de desarrollo económico, el cual implica expandir o realizar las potencialidades y llegar en forma gradual a un estado más completo, mayor o mejor para toda la sociedad.
– En el capítulo del aporte de las unidades productivas micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme) al crecimiento económico, se explicoó que las empresas que producen los bienes que la gente necesita disponen de tres fuentes de capital: fondos generados internamente, préstamos de instituciones financieras y financiamiento captado en los mercados de capital. Las pequeñas unidades productivas cuentan con limitaciones en el acceso a la información y su capacidad de riesgo es mayor. La gran empresa, por el contrario, suele tomar sus decisiones con mayor conocimiento y realizar fuertes inversiones en capital fijo, por lo que su estabilidad tiende a ser mayor y su ciclo de vida más extenso en el tiempo.
> Marleny Cardona Acevedo, Francisco Zuluaga Díaz, Carlos Andrés Cano Gamboa, Carolina Gómez Alvis. Diferencias y similitudes en las teorías del crecimiento económico. Edicion Eumed.net.
> Definicionde.com. 21 de febrero de 2016. http://definicion.de/economia/ > Expansion.com. 21 de febrero de 2016. http://www.expansion.com/diccionario-economico/crecimiento- economico.html.
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA "ANTONIO JOSÉ DE SUCRE".
VICE-RECTORADO PUERTO ORDAZ DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA INDUSTRIAL INGENIERIA FINANCIERA.
DIFERENCIAS Y SIMILITUDES EN LAS TEORÍAS DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO.
Profesor: Iván Turmero.
Ciudad guayana, febrero de 2016.
Autor:
Acevedo Abel.
Castillo América.
Rodriguez Richard.
Salazar Yuanmar.
Segovia Ronniel.
Silva Elias.
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