Acuerdos con otros bloques regionales
Se celebró el Acuerdo de Complementación Económica entre la Comunidad Andina y el MERCOSUR el 6 de diciembre de 2002, dando lugar también al diálogo político. Asimismo, se abrió la posibilidad de entablar negociaciones con cada uno de los estados integrantes del bloque andino. Finalmente, el 30 de diciembre de 2005 se creó una zona de libre comercio entre la Comunidad Andina y el MERCOSUR. Por otra parte, en noviembre de 2005 el Congreso Colombiano ratificó un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el MERCOSUR. En consecuencia, el acceso de productos colombianos aumenta el peso político de Colombia en las negociaciones que actualmente se llevan a cabo para un tratado de libre comercio (TLC) con los Estados Unidos.
2 – La Argentina y la Integración Regional.
Es de gran interés a mi modo de ver tener en cuenta el siguiente trabajo del doctor Pedro Andrieu , donde analiza a su modo de ver diferentes errores históricos en el proceso de integración regional de nuestro país con Norteamérica y América Latina.
Los Bloques Comerciales: Argentina, Mercosur y ALCA
El gran desafío económico de la región.
La economía de USA, la economía brasileña y la economía argentina tienen enormes diferencias de tamaño según las estadísticas del Fondo Monetario Internacional,:las mismas tienen, sin embargo algo en común, las tres son igualmente cerradas. ¿Qué quiere decir que una economía es abierta o que es cerrada? Se mide técnicamente por lo que se llama el grado de apertura de la economía, que es el promedio entre las importaciones y exportaciones de un país dado, en relación al Producto Bruto del mismo país. Es indicador está en torno al 7 o al 8 por ciento para Estados Unidos, para Brasil y para Argentina. Este es un dato que hay que tener muy en cuenta en el analisis del tema de este trabajo.
Si un país evaluara la posibilidad de entrar en guerra, y este es un ejemplo por lo menos desagradable, debería comenzar por analizar cual es el numero soldados con que cuenta, con qué armamento, etc. Consideramos que Argentina en dos instancias cruciales para elegir su rumbo en lo político, pero con altas implicancias en lo económico, se equivocó. Actualmente esta en otra encrucijada y es necesario "andarse con pie de plomo" para no errar nuevamente.
Se equivocó en 1890 en la primera Conferencia Interamericana, cuando estaba en medio de una gran crisis económica y financiera. Estados Unidos convocó ese año la primera Conferencia Interamericana, en la que planteó una zona de libre comercio, y la creación de un banco que vendría a resultar un pariente lejano de lo que después vino a ser BID, entre los temas mas relevantes. Y Argentina encabezó en esa Conferencia la oposición Latinoamericana a la zona de libre comercio o unión aduanera, algo que no quedó del todo claro, porque no se avanzó en la discusión. ¿Por qué Argentina encabezó la oposición latinoamericana? Porque mas allá de la grave crisis de ese año, Argentina estaba desarrollando su economía en una relación de muy estrecha complementariedad con la inglesa. Creía que le iba bien, fuera de la gran crisis que había en ese año 1890, y decidió seguir ese rumbo. El argumento principal en los debates en nuestro país era porque abrir nuestras fronteras, es decir, y por qué Estados Unidos lo planteaba en ese momento. Después de la guerra civil USA había dado ya grandes pasos en su crecimiento industrial y estaba buscando ampliar sus mercados, lo cual era lógico desde el punto de vista de su interés nacional. Frente a eso, se sostuvo en Argentina que abrir completamente las fronteras implicaba destruir la industria, una industria que en realidad no existía!. Era verdad que Carlos Pellegrini había dicho "Sin industrias no hay nación", pero no había realmente industria, con algunas excepciones menores.
Se equivocó por segunda vez, y consideramos que esta es la más lamentable de todas las equivocaciones, cuando el Pacto Roca-Runciman, cuando producida la crisis que comenzó en el año 1929 la absoluta falta de comprensión de lo que estaba sucediendo, y de visión, de la dirigencia argentina de la época, jugó todas sus fichas a hacer lo posible y lo imposible para tratar de restablecer la posición argentina en la economía internacional de entonces, como si la crisis y el consiguiente reordenamiento, no hubieran tenido lugar.
Fue tan ridículo esto, que quien denunció rápidamente el tratado no fue Argentina, sino que fue Inglaterra, por presión de los demás países del Commomwealth que habían firmado el tratado de Ottawa. En la primera reunión posterior al Pacto preguntaron por qué razón Argentina, que no era miembro del Commomwealth, tendría un tratamiento que consideraba privilegiado. La respuesta verdadera la dio poco después un miembro de la Cámara de los Comunes, públicamente, cuando dijo lo siguiente: "finalmente la Argentina es la mejor de nuestras colonias, y hasta se gobierna sola"
En realidad, según algunos autores, durante las negociaciones el propio Vicepresidente de Argentina, Julio A. Roca (h) sostuvo que desde el punto de vista económico Argentina era miembro del Imperio Británico. Además, se habían concedido grandes ventajas a los capitales ingleses invertidos en el país.
Más allá de todo lo que es anecdótico, fue muy grave el error y, en realidad, como estrategia del país, duró poco. Prevish que era el gerente y después, el jefe de la oficina de estudios económicos del Banco Central, con quien he tenido ocasión de conversar sobre estas cosas en Washington, poco tiempo después del fracaso del Pacto, comprendió rápidamente que esa estrategia no era ya viable. Le correspondió escribir el famoso mensaje de Pinedo al Senado en 1937, que fue la primera oportunidad en que la Argentina tomó una posición favorable a la sustitución de importaciones.
Como las actitudes de la dirigencia económica y empresaria argentina han sido siempre, y son, de gran aversión a la innovación y el riesgo, el impulso industrialista que estaba implícito en ese mensaje lo siguió el Ejercito con la creación de Fabricaciones Militares, la Marina en sus astilleros y la creación de la Flota Mercante, etc., pero el empresariado nacional, no reacciono realmente hasta después de la segunda guerra mundial, cuando dispuso de crédito oficial subsidiado, la inflación licuaba las deudas, y el mercado interno crecía muy rápidamente: esto es lo que realmente sucedio.
Argentina esta ahora en una encrucijada en lo que hace a su política exterior. La ubicación del país en el mundo en términos de la política exterior tiene una importancia que se puede expresar quizá expresando que es condición necesaria, pero no suficiente, respecto de la inserción de la economía argentina en la economía internacional Por supuesto el país estaría muchísimo peor si a la hora de negociar un "blindaje" financiero, como se hizo recientemente, en todas las negociaciones no hubiera tenido el gran apoyo de Estados Unidos y de otros países, eso es obvio. Pero poco después de haberse conseguido el blindaje, se ha levantado la pregunta: cuánto durara el blindaje? Entonces, parece evidente que el problema principal no está allí.
El problema que Argentina tiene, especialmente en nuestra relación con Brasil, es en gran parte el resultado de una sucesión de errores: los "nacionalistas" por ejemplo, en 1968-69 se dedicaron a tiempo completo a obtener el alejamiento del entonces Ministro de Economía, Krieger Vasena, porque se sostenía que destrozaba la industria del país con su plan de estabilización. Cualquiera que se tome el trabajo de revisar las estadísticas, va a encontrar que en 1968-69 con una estabilización que fue exitosa pero precaria, porque poco después del "Cordobazo" se perdió, de todas maneras nuestra producción industrial era comparable a la de Brasil.
El país entro desde 1970 en una gran inestabilidad política y de las políticas económicas, y luego del "Rodrigazo" a mediados de 1975, y mucho mas aun desde el golpe de marzo de 1976 y las políticas de Martínez de Hoz, en desindustrialización. Por el contrario, desde el golpe militar de 1964, Brasil estableció y continuó siempre una política de industrialización.
El resultado es que hoy tenemos un desequilibrio muy grande. A partir de ese desequilibrio tan grande, cualquier proceso de integración se vuelve muy difícil.
Es posible leer en los diarios todos los días, que, por ejemplo, los franceses se opusieron a algunas propuestas de encaminarse hacia algún tipo de organización federal, presentadas por Alemania. Pero el Mercado Común Europeo, además de todas las condiciones políticas favorables que se dieron, lo que significó la Guerra y la posguerra, etc., fue posible y se formo sobre la base de que las economías francesas y alemanas tenían poca diferencia de tamaño: solo pasaron a tener una diferencia mayor en tamaño con la reunificación de Alemania, muchos años mas tarde. Pero además, cuando llego la reunificación de Alemania hacía ya muchísimos años que el principal cliente externo de la economía francesa era Alemania y el principal cliente externo de la economía alemana era Francia, o sea, realmente había un intercambio y una interrelación muy firmemente establecidos. Al pasar a la última fase del Mercado Común eso se confirma cada vez más con la compra recíproca de grandes conglomerados empresarios. Solo hubo algunos problemas, que no pasaron a mayores, con la compra de bancos.
Entonces, esta es la cuestión. Lo que pasa en Argentina, más allá de todo esto, es que tenemos una economía que no funciona, y para hacerla funcionar, no va a existir una serie de blindajes, que sean útiles para eso. Necesitaremos los blindajes, como se necesita la anestesia en una operación o, quizá diversos tipos de procedimientos previos, para hacer posible la operación. El problema que tenemos en la Argentina y porqué estamos donde estamos, es porque, y esto no lo sostengo solamente yo, sino que lo dice un liberal como Roberto Alemann, durante muchos años se predicó que el problema era el Estado, que el problema era la inflación, etc., y no es que eran las empresas públicas no constituían un problema, no que la inflación, el déficits, no eran problemas, y graves. Efectivamente eran problemas graves, pero frente a ellos, el "pensamiento mágico" liberal lo que sostenía era que, quitados esos obstáculos, pongámoslo de esta manera, la economía argentina, el sector productivo de la Argentina iba a crecer mucho y se iba a modernizar mucho.
En esto también caímos en un tercer error histórico, ahora más cerca. En la época de la posguerra y de la Alianza para el Progreso y en nuestro país y en otros, del desarrollismo, se creía que el cuello de botella en el desarrollo era las deficiencias en la infraestructura. Como ejemplo de esta "fe mágica' en el impacto económico de la infraestructura, recuerdo que en una oportunidad, siendo Secretario General del Consejo General de Inversiones en esa época, por lo que recorría todo el país permanentemente, estaba yo hablando pacíficamente una vez en su casa con el ex presidente Frondizi, cuyas ideas y cuya gestión no compartía, hasta que de pronto irrumpió Rogelio Frigerio, y me dijo: si ustedes declararan que la energía del Chocón es para la región, brotarían las fábricas a su alrededor…
En el CFI habíamos hecho un estudio, precisamente, porque era el momento en que el gobierno tenia que decidir qué se iba a hacer con los precios de la energía, y demás aspectos relacionados, y el estudio no demostraba en absoluto eso. Sucedió lo que sucedió: jamás brotó tal cantidad de fábricas.
En estos últimos años hemos vuelto a cometer el error, el segundo gran error, el de creer que, digámoslo así, la transformación del sistema productivo del país es algo que ocurre un poco mágicamente. Y, además, esperamos que los "milagros" de nuestras transformaciones vengan desde afuera. Esto no es nuevo. Creo que en gran medida, por más alarde de nacionalismo que se haya hecho a lo largo del tiempo, es como una constante argentina.
Esta actitud permanente nos da, dicho sea de paso, una coartada magnífica, porque sí las cosas no salen como nosotros queremos, entonces estamos siempre listos para decir que la culpa es de la gente de afuera. Algo con lo cual no estoy de acuerdo: la culpa es nuestra
He tenido algunos indicadores a la vista, pero no pude incorporar los cuadros con los mas recientes a este trabajo, sino solo esta breve mención, porque menos de una hora antes entregarlo, recibí el Informe Económico del año 2000 del Ministerio de Economía. Una rápida mirada a las cifras muestra que en la última década ha habido solamente dos años que hemos tenido déficit en el comercio con Brasil, el ’92 y el ’93, todos los demás hemos tenido superávit, y el superávit acumulado es de 10 mil millones de dólares. El cuadro de al lado muestra que todos los años, menos uno, hemos tenido déficit con Estados Unidos y con el ALCA. Esto es lo que muestran las cifras publicadas por el Ministerio de Economía, no se trata de opiniones o comentarios.
A estas cifras hay que darles el valor que tienen. Son un elemento de la realidad. Es verdad que hay diferencias en las composiciones de lo que exportamos y de lo que importamos, tanto de Brasil, como de Estados Unidos, como de Europa, con de cualquiera de los bloques comerciales. Y otra vez, considero que la razón de esas diferencias es culpa nuestra.
En el gobierno de Frondizi, por ejemplo, se estableció una política automotriz, con la cual se instalaron algo así como diecinueve o veintiuna fabricas, que se estaban desarmando en otros lugares de la tierra. Los argentinos estábamos contentísimos, producíamos todo tipo de autos. Si hubiéramos sido sensatos, tendríamos que haber tenido solo una y a lo sumo dos fabricas, y quizás, de esa manera, hubiéramos llegado a tener alguna industria automotriz que hubiera tenido un tamaño suficiente, como para que cuando llegara una oportunidad de intercambio, como la del Mercosur, tuviéramos una industria automotriz bien posicionada. La realidad es que no la tenemos, y entonces la pelea con Brasil por la industria automotriz, en realidad, la mayor parte de la pelea se refiere solo a industria de partes componentes., y es la consecuencia de que tampoco ellas tienen la dimensión necesaria para poder ser competitivas en el nuevo mercado ampliado del Mercosur.
¿Qué problemas tenemos en la economía real argentina? Esta es una pregunta que nos tenemos que hacer ¿Y cuál es la importancia del tema de las exportaciones? Es la otra pregunta que nos tenemos que hacer.
Comenzando por la segunda, la importancia de las exportaciones es crucial, es máxima. El día en que decidimos ponernos el chaleco de fuerza con la convertibilidad, fuimos exitosos en obtener y mantener la estabilidad monetaria y cambiaria, aparentemente, ya que no nos hemos logrado sacar hasta el día de hoy el chaleco de fuerza, con lo cual hemos tenido un período de estabilidad monetaria que la Argentina no tuvo desde la década de 1920. Pero desde ese mismo día no hicimos "los deberes", que eran un requisito básico de todo sistema de convertibilidad. Se dijo hasta el cansancio que un régimen de convertibilidad requería equilibrio fiscal. Pero equilibrio fiscal, verdadero, no tuvimos ni un solo día.
Tenemos una sola excusa magnífica Equilibrio fiscal; la Argentina no tuvo nunca, jamás, nunca, lo que quiere decir la palabra nunca: nunca. Algún día, algún mes, quizá, pero de manera estable, en términos históricos, nunca. No forma parte de nuestras preocupaciones ni de nuestra idiosincrasia. Siempre hemos creído que Dios es argentino. Es mas, por lo menos hasta cuando yo era chico se decía: "total, con una buena cosecha esto se arregla"
Entonces, como además tenemos un mercado financiero interno muy reducido, y bajo la convertibilidad, si teníamos déficit, no podíamos emitir, teníamos que tomar fondos prestados, nos resultaba más barato tomar prestamos fuera del país, a tasa mucho mas baja que tomarla dentro del país.
¿Qué sucedió? En la década de los años ’90, las exportaciones del país se duplicaron, pero el Producto también se duplicó. Por lo tanto, nuestras exportaciones siguen dando vueltas en torno a ese siete u ocho por ciento del producto. Pero, detalle de la mayor importancia, después del Plan Brady, cuando bajo algo la deuda, ahora tenemos algo así como dos veces y media la deuda que teníamos en ese momento.
México que tumbó a la Argentina y a toda América Latina, no una vez, sino dos, en 1982 con la crisis de la deuda y el 20 diciembre del ’80; del ‘94 con el Tequila, hoy tiene una deuda externa muy grande, pero como al entrar a la Zona del NAFTA con Estados Unidos y Canada, aumentó mucho sus exportaciones, hoy México debe solamente un monto equivalente a un año de sus exportaciones, que es un indicador que los analistas financieros de todo el mundo miran muy atentamente. ¿Cuánto debemos nosotros? Nosotros debemos cinco años de exportaciones! Porque debemos cinco años de exportaciones, nosotros no podemos pagar nuestra deuda, y el resto del mundo lo sabe, claramente. ¿Es que esto lo descubrimos ahora? No, esto se sabe muy bien, hace mucho tiempo y algunos venimos hablando de eso, para el hartazgo de algunos amigos nuestros , desde hace mucho tiempo.. Pero parecería que los argentinos nos despertamos a la realidad solo cuando estamos con la soga al cuello.
¿Qué pasó con el sistema productivo argentino en estos diez años? Esta es la pregunta que hay que hacerse. ¿Hubo inversiones externas? Sí, hubo inversiones externas muy importantes, en nuestro país como en otros de América Latina. ¿Dónde fueron esas inversiones externas? Muy mayoritariamente esas inversiones externas, ni en la Argentina, ni en Brasil, ni en México, ni en ningún lugar fueron en los sistemas productivos. Sino que fueron a parar a los servicios públicos privatizados. Lo cual es lógico, para alguien que piensa en que tiene que invertir mirando desde afuera: los sectores relativamente mas seguros, y por ello, mas rentables, son los servicios públicos privatizados mediante concesiones del estado.
Los servicios, si no son monopólicos, tienen siempre reglas que hacen que sean cuasi monopólicos, por lo cual tienen otro tipo de demanda, en la mayor parte de los casos con un amplio margen de expansión en la cobertura, tienen otro tipo de seguridades establecidas pro el estado, y entonces, en todo el mundo, son los preferidos para las inversiones externas. Hubo inversiones externas en nuestro país, en el sistema productivo, algunas, como resultado de lo cual, prácticamente la totalidad de las cuatrocientas empresas más grandes del país, son de propiedad extranjera. Esas mismas cuatrocientos empresas exportan más del 80 por ciento de nuestras exportaciones. Esta es la realidad. La pregunta siguiente es: ¿Cuántas empresas hay en el país? Muchísimas más. ¿Qué pasó con el resto de las empresas productivas?
No sólo ahora la Sociedad Rural, sino las demás entidades del agro, hay que entender, aunque no lo dicen específicamente, que se están refiriendo a la producción de la Pampa húmeda, que hoy día hacen falta por lo menos 500 hectáreas para tener una unidad que pueda tener una dimensión económica suficiente.
Según el Censo del año ’88, que es el último censo agropecuario disponible, en el país teníamos, con menos de 500 hectáreas, 330.725 explotaciones, que son el 87.4 por ciento del total de las explotaciones. Por supuesto, cuando se miran estos números en términos de superficie, estos números no son iguales, porque las grandes explotaciones tienen un promedio mucho más grande, entonces el total del país tenemos como el 64 por ciento, que estaría arriba de eso. Pero este es un número engañoso porque en este caso entra la Patagonia, y otras áreas que no son competitivas internacionalmente en relación a la agricultura o ganadería.
Si tomamos la provincia de Buenos Aires, algo que se aproxime más a la realidad, aunque no todas nuestras exportaciones agrícolas provienen de ella, casi el 70 por ciento de las explotaciones, en cantidad de explotaciones, está por debajo de las dimensiones óptimas.
El año pasado, tras mil vueltas y peleas, finalmente se estableció un refinanciamiento del Banco de la Nación para productores agropecuarios que estaban muy endeudados. Como resultado, se anuncio en un comunicado de prensa se le refinanció sus deudas a unos 20.000 productores y que el total de la deuda refinanciada era de unos 800 millones de pesos. Resultaría así que el promedio de la deuda refinanciada era 40 mil pesos por productor, es decir que hay productores a la cuales se le dio 30 años para devolver 40 mil pesos. La pregunta que cabe hacerse, no hace falta ser economista para ello, es cual es la perspectiva de alguien que hay darle semejante plazo de refinanciamiento para devolver 40 mil pesos Realmente, ¿puede alguien en esos casos ponerse en condiciones de modernizar la explotación? No, es obvio que no puede.
En el comercio, Cornide, el presidente de la CAME, dice que ha desaparecido el 15 por ciento de los comercios de este país, con lo cual no tendríamos nada más que 425 mil locales comerciales. Los números del último Censo, del 93, darían un poco menos, pero no hace mayor diferencia para nuestro análisis.
Si se toma la estimación del INDEC, de una población de cerca de 37 millones de argentinos, dividiendo por esa cantidad de locales comerciales, da 87 y algo más. O sea, tenemos algún kiosco, boliche, negocio, talleres de servicio menores, etc. cada 87 habitantes. Ester indicador en si puede causar alguna sorpresa, y pero parecería que no dice mucho. Pero este indicador es sesenta y tantas veces mayor que el de Estados Unidos y cuarenta y tantas veces mayor que el del Mercado Común.
Los índices de estos sectores, nos están diciendo que este tipo de estructuras económicas, son absolutamente incompatibles con las de una economía moderna. Y que si el país va hacia tener una economía moderna, alguna vez, aunque no de un día para el otro, esa situación no va a poder seguir siendo así, porque no es así en ningún país que tiene una economía desarrollada.
Hace un par de días, el profesor Jeffrey Sachs de la Universidad de Harvard, quien merece respeto, mas allá de que normalmente estamos en desacuerdo con planteos suyos, escribió un artículo que apareció en el diario La Nación y da otras cifras que son de aquellas que a uno le golpean en la cabeza: la Argentina patentó en Estados Unidos, el año pasado, sesenta y tres patentes y Corea patentó tres mil seiscientas.
Un poco antes de las elecciones, tuvieron lugar en Buenos Aires algunos seminarios internacionales interesantísimos, sobre ciencia y tecnología y sobre educación. Participo el que dos veces había sido ministro de Ciencia y Tecnología de Corea. Lo oí con mucho agrado y además conversé con él por lo menos un par de horas, en dos ocasiones. El dijo públicamente, en forma muy sucinta, es lo siguiente: "Este seminario es muy interesante, lo veo al país mejor, estoy muy agradecido a la Argentina", dijo, "porque un día llegaron los de Siemens, nos querían vender una usina atómica y yo les pregunté: ¿Y esto que ustedes nos quieren vender, dónde existe, dónde funciona? Me respondieron: En Argentina"-.
Entre paréntesis, los coreanos fueron muchos más inteligentes que nosotros. Porque cuando nosotros, nacionalistas, compramos Atucha, hicimos de conejito de las Indias, porque esa usina no funcionaba absolutamente en ningún lugar de la tierra. La primera que funcionó fue en nuestro país, por eso cuando se quemó el tubo, hace unos años, como además para ahorrar plata tampoco compramos el robot, porque era muy caro, tuvimos que tener Atucha parada siete u ocho meses. Y además, inventar el robot, cosa que inventamos.
Vino este ministro de Corea semi de incógnito, fue a hablar a la Comisión de Energía Atómica y dijo públicamente que estaba muy agradecido a la Argentina porque de los muchos países que conocía el único que le había dado acceso a lo que necesitaba fue la Comisión de Energía Atómica, le mostraron la usina, le dieron toda la información, se volvió y tomó su decisión.
En otro viaje visitó los laboratorios de la Bell en Estados Unidos, que eran los laboratorios más grandes del mundo en telefonía, hasta que el juez Green ordenó partir la Bell en las ocho Baby Bell’s y eran los que estaban más adelantados en tecnología telefónica, y además se ocupaban de atrasar el desarrollo tecnológico, porque la Bell tenía grandes inversiones y por lo tanto no le convenía que hubiera renovaciones tecnológicas hasta que se hubieran amortizado los equipos que tenían. Fue una de las cosas que el juez Green, en Estados Unidos, tuvo en cuenta para ordenar la separación de todas estas empresas.
El Ministro coreano visitó ese laboratorio, le mostraron y se dio cuenta de lo que sucedía. Según dijo públicamente, de allí se fue a la India, y allí visito un laboratorio que tenia un número exorbitante, seis u ocho mil científicos y dijo: ustedes saben que los hindúes son gente tranquila, probablemente en el año 2.100 terminaran de producir algo. Regreso a Corea, hablo con el presidente de la República y le dijo: encontré que hay un nicho que podemos aprovechar. Entonces llamaron a las empresas, aportaron fondos del Estado, y cuatro años más tarde, eran y siguen siendo el primer productor de switchs electrónicos que se usan hoy en las centrales telefónicas electrónicas.
Entonces, dijo continuo el ex ministro coreano: "Es muy interesante toda esta discusión, pero yo les voy a decir una cosa, nosotros jamás hicimos ningún seminario de Política, Ciencia y Tecnología y nunca tuvimos ninguna política de ciencia y tecnología: Hicimos". Lo cual me recordó, inmediatamente, a Ortega y Gasset: "Argentinos a las cosas". Porque inmediatamente el coreano dijo: "Yo estoy absolutamente convencido de que Argentina puede, tiene la capacidad, tecnológica de identificar tres, cuatro o cinco cosas, de dedicarse y hacer las tecnologías de punta necesarias. Si ustedes piensan que Finlandia es el productor de punta de los teléfonos celulares es otro ejemplo" terminó el coreano.
El siguiente expositor fue el ingeniero Tizado, de Techint, que fue brevemente secretario de Industria; relato otra historia impactante. Dijo que por los años ´80 ellos se dieron cuenta de que no tenían demasiadas posibilidades de seguir vendiendo caños de gas en el país, dadas como estaban las cosas, la economía argentina estaba mal. El grupo tomó la decisión estratégica de seguir adelante. Eso significaba vender sus tubos en otros países, la China y otros, donde tenían el problema de que las diferentes composiciones químicas de los suelos requerían diferentes aleaciones en los tubos; no se podía fabricar el tubo acá y exportarlo así. Para eso necesitaban tecnologías que no tenían.
Fueron comprando tecnologías y un día fue a Japón. Tuvo largas conversaciones con una empresa japonesa, la cual le dijo que estaba de acuerdo en venderles la tecnología, pero que tenía que hacer un trámite al final, "Tiene que ir al famoso MITI" el Ministerio de Comercio, de Industria y Comercio Exterior. Una burocracia más, se dijo.
Fue contento al Ministerio, donde el funcionario japonés lo oyó prolijamente, le hizo preguntas y al final le pregunto: "¿Terminó?" "Sí terminé" "Bueno, no" le dijo el japonés. "¿Cómo?" "No." "¿Cómo que no? ¿Qué me quiere decir?"- -"Que no autorizamos la exportación de la tecnología."
Entonces el ingeniero Tizado contó que se fue al hotel, se puso a meditar un rato, después de lo cual averiguó cuál era el primer vuelo que salía para acá, se volvió, fue y habló con Roca y le dijo: "Estamos contra la pared. O vendemos todo esto y nos dedicamos a otra cosa o tenemos que fabricar la tecnología."
Decidieron producir la tecnología. Salieron inmediatamente a la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata, siempre en vinculación con la planta de Propulsora, después a la de la UBA. Empezaron a reclutar ingenieros, físicos y químicos que o sabían algo o que podían saber del tema. Ahí fue como me enteré de que Techint tiene un laboratorio, desde entonces, donde tiene cincuenta científicos con doctorados hechos en el exterior, que los hicieron porque ellos los mandaron a estudiar.
Con sus propios investigadores desarrollaron la tecnología, y las vueltas de la vida son tales que una noticia pequeña en los diarios argentinos informo el año pasado un comunicado del Gobierno de Japón en el que expresaba su beneplácito por la compra de una empresa por el Grupo Techint, lo que aseguraba su inserción en la economía mundial.
¿De qué empresa hablaba el gobierno japonés? De la empresa que no le vendió la tecnología por orden del gobierno japonés. Es más, la familia Roca, hizo bajo Mussolini la industria del acero en Italia, por lo cual en 1946 los echaron, vinieron para acá, cómo Edda Mussolini y otras muchos gente, e hicieron la industria que hicieron. Hace tres o cuatro años, cuando comenzó el proceso de privatización de la Finsider en Italia, compró la planta de Dálmine, (la Dálmine de acá, de Campana, tenia el mismo nombre de Dálmine), del lugar de Italia donde estaba la planta original que ellos habían construido.. Ellos la compraron. O sea, los nietos compraron lo que habían construido los abuelos. Y cabe mencionar esto aquí, porque cabria decir: ¡se pudo!
En los años ’80 se construyo la Petroquímica Cuyo, en Luján de Cuyo, que en el primer año de producción exportó, desde Luján de Cuyo a Japón, a Corea y a Alemania. Se puede: pero hay que hacerlo. Hay que hacerlo: y para eso, hacen falta empresarios, con la visión, el coraje, la capacidad de hacerlo.
Podemos seguir pasando el día reclamando contra los subsidios americanos y europeos a la agricultura: no está mal que reclamemos, porque tenemos razón. Pero si creemos que van a desaparecer mañana a la mañana los subsidios, y nos dedicamos a quejarnos, y nos sentamos a esperar a que desaparezcan, como país no vamos absolutamente a ningún lugar. Esto alguna gente lo ha entendido en Argentina, quizá se va notando en algunas cosas, por ejemplo, en la producción de soja, se va a triplicar!.
Han pasado otro tipo de cosas: los argentinos creemos que somos un país que exporta carnes. Hace varios años que este país exporta más pesca que carne. Exporta más pesca registrada; pero se considera que como mínimo no se registra el cincuenta por ciento, que nos la roban. Y como somos como somos, no vigilamos lo necesario.
Algunas cosas pueden parecer insólitas, pero están sucediendo: jamás tuvimos una base naval en la Patagonia, pero el Gobernador "progresista" de Santa Cruz está construyendo una base naval, en Caleta Paula. Y la base aeronaval de Trelew es sostenida en gran medida por la provincia de Chubut y hace poco que se compraron algunos aviones Orión que se pagaron con un aporte del presupuesto de la Secretaría de Agricultura. Es un país como el nuestro, parece absurdo todo esto.
Ahora ¿Por qué se preocupa por tener una base naval el Gobernador de Santa Cruz, y el de Chubut por tener los aviones? Porque son los que cuidan la frontera, y la frontera económica, para ellos, para sus provincias, es el mar.
Hace dos años o tres, el Departamento de Estado de los Estados Unidos produjo un informe económico que me azoró cuando se lo pedí al Agregado Comercial en una reunión, y me lo envió: dice que la Argentina es la principal frontera minera de la tierra. Es el lugar donde hay más proyectos mineros pendientes de realización.
En estos años últimos no se ha podido avanzar con muchos de esos proyectos, porque había un problema en el sudeste asiático, que es el principal mercado, pero se dio un enorme paso en el tratado de fronteras con Chile, porque nuestro negocio es hacer explotaciones binacionales, y sacar el mineral del otro lado de la cordillera, hacia el Pacífico, porque el costo de sacarlo por ahí, es muchísimo menor.
Seria posible continuar: exportamos más petróleo que productos agrícolas en este país.
La Argentina no es más lo que fue, pero mucho de lo que nos queda bajo propiedad nacional no sirve. El aparato industrial argentino, en manos de argentinos, el aparato comercial y las pequeñas propiedades agrícolas no sirven. No van a servir nunca más, y estamos viendo todos los días pedidos de rebajas impositivas, de rebajas en tasas de interés, etcétera, que son inútiles. No sirve de nada rebajarle los impuestos o rebajarle la tasa de interés a alguien que no puede vender.
El pequeño problema que nosotros tenemos, sobre todo con la cuota que nos toca de realismo mágico latinoamericano, es que a nosotros nos dijeron que se privatizaba, nos poníamos el chaleco de fuerza de la convertibilidad, etcétera, y ya todo estaría bien, pero esto no es así en absoluto.
La transformación de la mayor parte del aparato productivo nacional para ponerlo en condiciones competitivas, de tecnología, de tamaño, de gestión, no se ha producido en absoluto. Y si queremos exportar, y poder crecer, y pagar nuestras deudas, externas e internas, hay que hacerlo, urgentemente.
Puedo agregar a este trabajo realizado por el Dr. Andrieu otro comentario realizado por él, donde explica que la Argentina participo en distintos acuerdos de integración regional en América Latina desde la década del 60: en la Asociación latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y finalmente en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
En los 90 el desarrollo comercial del MERCOSUR fue satisfactorio entre 1991 y 1998 aunque la falta de disciplina en las políticas micro económicas, fue una fuente permanente de conflictos.
Entre 1999 y el presente, las crisis macro económicas recurrentes de sus principales socios generaron retrocesos en la integración del MERCOSUR. En los próximos años la argentina deberá revisar su estrategia comercial unilateral, aumentar su grado de apertura y reconsiderar la forma bajo la cual los acuerdos de integración económica resultan funcionales a esa estrategia.
El relanzamiento del MERCOSUR y su participación en el ALCA constituyen proyectos cuya compatibilidad y complementariedad son motivo de discusión y reelaboración en un escenario de comercio internacional menos dinámico que en los 90.
3 – MERCOSUR social.
En un articulo publicado el 18/02/2008 por el Diario Clarín Por: Carlos "Chacho" Alvarez Fuente: PRESIDENTE COMISION DE REPRESENTANTES PERMANENTES DEL MERCOSUR
Titulado Mercosur social, un salto cualitativo en la integración, siguiendo la línea de pensamiento del Dr Andrieu al resaltar la necesidad de replantear el papel del MERCOSUR en un contexto diferenciado del de los años 90 y apuntando a una búsqueda de mayores beneficios a nivel social y no tanto de grandes corporaciones económicas, explica:
"En los 90, nacido de la mano del modelo neoliberal, el MERCOSUR se constituyó en un espacio que propició la integración de la subregión en base a factores únicamente económico-comerciales. Así, la agenda comercial, la disponibilidad de mercados competitivos en cada país, la cantidad de bienes y servicios intercambiados se convirtieron, entre otros, en indicadores excluyentes de la percepción del avance o estancamiento del MERCOSUR, soslayándose por completo lo social. La estructura institucional y la metodología establecidas por el Tratado de Asunción de 1991 y sus Protocolos se corresponden con un contexto político-ideológico que impulsaba un modelo de integración compatible con las políticas orientadas por los principios del Consenso de Washington. Los hechos han demostrado que ese modelo, tanto a nivel nacional como del MERCOSUR, sólo ha sido funcional a los intereses de las grandes corporaciones, dejando a la gran mayoría de la población ausente de los beneficios de este esquema de intercambio comercial ampliado. La crisis social, económica y política que, aunque no simultáneamente, afectó a la región planteó crudamente la necesidad de repensar estrategias innovadoras para hacer frente a una realidad que era dolorosa y que no daba lugar a paliativos momentáneos exigiendo la presencia de un Estado activo que formulara y ejecutara una política social innovadora, de más largo plazo, de verdadero desarrollo humano integral. En este sentido, el MERCOSUR, creado sobre las mismas premisas de aquel Estado "prisionero del mercado" que eclosionó a fines de los 90 y principios del 2000, necesita ser repensado a la luz de las necesidades de nuestros pueblos. En consonancia de gobiernos comprometidos con el desarrollo humano y social, se dotó a la región del marco apropiado para reconvertir un proceso asentado únicamente en perspectivas económicas-comerciales, ofreciendo una oportunidad histórica para reformularlo, sustentado en un compromiso social real y en acciones concretas. Esto hace posible otorgarle un verdadero sentido de la integración: la complementación de acciones para elevar la calidad de vida de nuestros pueblos. La complejidad del mundo actual —que se ve sobre todo en las zonas de frontera— se debe a que, más allá de los límites internacionales que demarcan soberanías, las problemáticas sociales no se detienen ante estas divisiones, sino que las atraviesan, tornando imperiosa la articulación de acciones entre los Estados. Y es aquí donde junto con la dimensión económica, la dimensión social adquiere hoy centralidad en el proceso de integración como acción para la promoción de la persona y su realización individual en una sociedad inclusiva. De esta forma, está llamada a ser un eje articulador del proceso de integración a fin de constituir un espacio donde la persona, la familia, la comunidad —y no el mercado— sean los principales actores. Para esta tarea serán los próximos seis meses decisivos, porque bajo la Presidencia ProTempore de la Argentina avanzaremos hacia el reconocimiento de una mayor institucionalidad de esta dimensión promoviendo la constitución de una Comisión de Coordinación de Políticas Sociales del MERCOSUR que nos permita otorgar mayor coherencia a las iniciativas existentes y desarrollar proyectos integrales conjuntos que posibiliten que sus beneficios lleguen a nuestras comunidades. Tendremos entre otras importantes tareas la de generar un Plan Estratégico de Desarrollo Social coordinando las iniciativas que las reuniones y grupos de trabajo realizan en temas tan diversos como salud, juventud, mujer, medio ambiente, trabajo, entre otros. También seguiremos trabajando en la instalación del Instituto Social del MERCOSUR. Iniciativa conjunta entre las autoridades sociales y la Comisión de Representantes Permanentes del MERCOSUR, a partir de la necesidad de contar con una herramienta que potencie el trabajo, sistematice y actualice indicadores sociales regionales y colabore técnicamente en el diseño de políticas sociales regionales. Asimismo, nos hallamos en camino de generar la primera política pública pluriestatal de economía social en zonas de frontera, espacios especialmente propicios para potenciar los procesos de integración y en los que se entrecruzan múltiples problemáticas sociales. De esta forma, a la agenda de trabajo de construcción de indicadores comunes, de definición de ejes de trabajo, de cooperación horizontal, se le imprime un salto cualitativo. Todos estos pasos se dirigen a cumplir lo que nuestros presidentes vienen enfatizando en sus discursos: el desarrollo de un Mercosur integral, en el que se tengan en cuenta, y al mismo nivel, los aspectos comerciales, económicos, productivos, sociales y culturales; la necesidad de un Mercosur al servicio de los pueblos, la única forma de dotar a los procesos de integración de la legitimidad que precisan como condición necesaria para garantizar su éxito. Y, finalmente, un Mercosur que sea capaz de generar una verdadera ciudadanía. La creación de una pertenencia que se asemeje a la que sentimos por nuestra patria sólo es posible desde un Mercosur que sea capaz de construir ciudadanía. Como expresara nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en ocasión del acto de asunción como presidenta del Mercosur: "Debemos profundizar ahora, en un tiempo diferente para la América latina, para nuestra región que ha vuelto a reencontrarse con su propia identidad en gobiernos que han hecho de la democracia y de la inclusión social dos ejes irrenunciables de la actividad política". "
4 – Cumbre Unión Europea-América latina y el Caribe
En estos días se publico tanto en el diario Clarín como en La Nación un informe sobre la venidera cumbre conocida como la ronda de Doha.
La firma del acuerdo comercial quedó frenada en 2004. Y los temas más conflictivos se discuten en el ámbito de La Ronda de Doha de la Organización Mundial Del Comercio (OMC). Pero en abril habrá reuniones de alto nivel.
El embajador de la UE en la Argentina Gustavo Martín Prada cree que el acuerdo avanzará aunque la Ronda de Doha no tenga resultados positivos. Sostiene que los mayores beneficios para el MERCOSUR serán en las inversiones.
Por otro lado enumera las diferencias más importantes entre el Mercado del Sur y la UE y explica:
"Podemos decir que son de dos tipos. Unas, las que podríamos llamar "mercantiles ", que fueron las que en 2004 impidieron la firma del acuerdo. (…) Por ejemplo, el MERCOSUR es una de las regiones más competitivas del mundo en cuestiones agrícolas y liberalizar el comercio generaba problemas en ese sector de la UE; y , de manera simétrica, la UE es eficiente en temas industriales y de servicios, pero liberalizarlo era muy problemático para el MERCOSUR.
Esto es una parte. Pero además hay diferencias respecto a los distintos grados de integración en ambos bloques. Por ejemplo, en servicios o en compras públicas, la UE está integrada y el MERCOSUR no" (Ver anexo informativo)
¿Qué puede esperarse de la Cumbre Unión Europea-América latina y el Caribe, a realizarse en Lima en mayo próximo? Habrá por cierto una declaración final cuyo texto se está aún negociando. Estará centrada en dos temas privilegiados en esta ocasión: la cuestión social –pobreza, desigualdad y exclusión- y el desarrollo sostenible –medio ambiente, cambio climático y energía-. Pero sin perjuicio de la relevancia de ambos temas, buena parte de la atención sobre esta Cumbre estará concentrada en dos aspectos centrales de la agenda común a ambas regiones. El primero tiene que ver con la necesidad de colocar las relaciones futuras en el cuadro más amplio de los profundos cambios que se están operando en el mundo y en ambas regiones. En un contexto global con fuertes incertidumbres y con múltiples opciones para la inserción internacional de cada país y región no parecería razonable seguir visualizando estas Cumbres birregionales y sus agendas con planteamientos originados hace más de diez años. Su periodicidad y los métodos de trabajo empleados para su preparación y para asegurar el cumplimiento de las hojas de ruta que en ellas se aprueben requieren de una visión innovadora. Convendría que de Lima surja un mandato renovador, cuyos resultados sean luego sometidos a la Cumbre en España en 2010. El segundo tiene que ver con las negociaciones de la Unión Europea con América Central, con la Comunidad Andina de Naciones y con el MERCOSUR. Cada una tiene historia, dinámica, relevancia y grados de avance diferentes. Lo importante es que al concluir la Cumbre de Lima, se pueda tener una idea cierta sobre sus respectivos futuros. Es difícil que se produzcan avances sustanciales antes de Lima en las negociaciones entre el MERCOSUR y la Unión Europea. Se sabe que están condicionadas por los resultados aún inciertos de la Rueda Doha. Pero sí sería factible, de existir voluntad política, trazar una agenda de trabajo sobre la base del Acuerdo Marco de Madrid de 1995, plenamente vigente, y con contenidos precisos y de actualidad. Colocar tal agenda en la perspectiva de lo mucho que puede avanzarse en el plano de la facilitación del comercio, de la conexión física de los mercados, de los marcos reguladores que inciden en el comercio de bienes y de servicios, de las sinergias sectoriales y de la cooperación científica y tecnológica es algo que permitiría apreciar como valiosos los resultados de Lima.
5 – BIBLIOGRAFÍA:
- MODELOS, PLANES Y POLÍTICAS ECONOMICAS Y SOCIALES EN ARGENTINA De Pedro Enrique Andrieu Capitulo 13 Los bloques comerciales: Argentina, Mercosur y ALCA – el gran desafío económico de la región. (versión CD )
- www.servicios.clarin.com
- www.mecon.gov.ar
- Diario Clarín Sección Suplemento Económico Domingo 2 de marzo de 2008 Pág.6 Oscar Martínez.
- Diario La Nación Versión Digital Sección Comercio exterior Domingo 2 de marzo de 2008 Félix Pena.
Autor:
Alejandro G. Petricic
UNIVERSIDAD J0HN F. KENNEDY
Economía
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