Descargar

La etapa revolucionaria de León Morales

Enviado por León Morales


Partes: 1, 2

    La etapa revolucionaria de León Manuel Morales – Monografias.com

    La etapa revolucionaria de León Manuel Morales

    (Autobiografía Parte III)

    edu.red

    Pensamiento:

    "…La gloria no está en ser grande sino en ser útil…"

    Simón Bolívar y Palacios

    Libertador de La Florida, Nueva Granada, Venezuela, Ecuador, Perú y Panamá

    Fundador de Bolivia

    Carayaca, 5 de julio del 2.011.

    "LA ETAPA REVOLUCIONARIA DE LEÓN MANUEL MORALES"

    Escribir esta fase de mi vida personal es de gran importancia, ya que fue cuando pude entender mi papel ante la sociedad y mis semejantes, en donde comprendí que en mi patria había una lucha de clases entre ricos y pobres, opresores y oprimidos, explotadores y explotados y que estaba relacionado con la contradicción capitaltrabajo.

    Esos grandes cambios los experimenté desde niño en Catia la Mar, cuando pude visualizar el proceso revolucionario que miles de jóvenes venezolanos llevaron a cabo durante la década de los años sesenta del siglo pasado y que en mi primer trabajo relacionado con mi autobiografía di a conocer fehacientemente con lujo de detalles.

    Yo creo que en mi etapa infantil como alumno que fui en la Escuela Municipal Graduada "Miguel Suniaga" entre 1.957 y 1.959, sirvieron para ir amoldado en mi conciencia que nuestra patria vivía una dictadura que estaba siendo atacada por las diferentes fuerzas políticas que adversaban al gobierno del general Marcos Evangelista Pérez Jiménez en esos tiempos.

    En aquellas viejas instalaciones de esa escuela dirigida en ese tiempo por la maestra Josefina López había educadores que ejercían su magisterio solapadamente y con grandes temores ante la actitud siniestra de quienes dirigían la Seguridad Nacional (SN) en esos aciagos días.

    Lo que siempre me llamó la atención fue el valor temerario que en esos momentos esgrimía el maestro Santiago Martínez quién era un viejo militante del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y que valientemente vendía sus periódicos de Tribuna Popular, a veces burlando a los enemigos políticos de aquellos tiempos.

    Claro está, ese maestro era gran amigo de mi padre Santiago Francisco Sánchez Aranguren, quién daba clase en esa escuela en horario nocturno, en el entendido de que él pertenecía a la vieja guardia del partido Acción Democrática (AD).

    El maestro Santiago Martínez llegó a ser director en la Escuela Nacional Rural "Tarma" en el pueblo de igual nombre y que es mi lar natal, hasta que lo relevó del cargo un maestro que antecedió al maestro Nerio Cáceres, nativo del pueblo de Naiguatá y actualmente jubilado de la docencia.

    Debo reconocer, que ese maestro tuvo gran incidencia en la vida política de mi tío José Basilio Sánchez Aranguren egresado de la Escuela Normal "Miguel Antonio Caro" en Catia – Caracas y quién daba clase en 6º grado en la Escuela Municipal Graduada "Miguel Suniaga". Claro está, mi tío José Basilio llegó a ser miembro del PCV y entre la juventud de la época distribuía los periódicos de su organización política y revolucionaria.

    En infinidades de momentos, la Tribuna Popular estuvo en mis manos, pero me costaba entender sus escritos y lo que expresaban hacia los sectores que luchaban por dar al traste con el gobierno dictatorial de turno.

    Inclusive, en muchas ocasiones vi llegar a nuestra casa en el callejón "Arcaya" de Pariata a maestros como Tomás Gómez, quién nunca se pudo graduar en la normal. Sin embargo ejerció el magisterio por muchos años en diferentes escuelas del litoral central, fundando un instituto de enseñanza mercantil llamado IDEM en Maiquetía.

    Otro de los maestros fue Omar Higuera quién militaba en Acción Democrática (AD) y había sido secretario privado del Dr. Leonardo Ruíz Pineda. Habiendo sido el compositor del villancico "Tucusito, tucusito", a quién mi difunta abuela Catalina Aranguren Bravo de Sánchez le tenía gran aprecio y estima.

    Entre esos grandes preceptores públicos estaba el maestro Navas Coronado nativo del pueblo de Pampanito en el Edo. Trujillo, quién años después murió entre los educadores que murieron en el salto "La Llovizna" en Guayana en 1.961.

    Ahora bien, en la Escuela "Miguel Suniaga" habían maestros que tenían preferencias políticas por la dictadura de turno, entre ellos estaban la maestra Edith de Aguilar y su esposo quienes tenían grandes diferencias con mi tío José Basilio desde el punto de vista ideológico y de clase.

    Si más no recuerdo, creo que la maestra Edith daba clases en segundo grado y su esposo en cuarto grado, mientras que mi tío se desempeñaba muy bien en sexto grado. Ellos generaron una provocación que pudo haber traído males de índole político en contra de mi tío José Basilio, cuando la maestra Edith de Aguilar se atrevió aplazarme sin motivo alguno aparente, alegando que yo no estaba bien para pasar de segundo al tercer grado de primaria.

    Yo pienso que él formó muy buenos estudiantes, quienes después fueron brillantes profesionales en los ámbitos de las ciencias, en la educación y el mundo militar, ya que era un hombre de aprecio entre las familias Fulnaguera (de origen cubano) y Maza (de origen colombiano) en la calle Real de Pariata en Maiquetía.

    Luego vivimos la experiencia en la caída del régimen perejimenista, fueron momentos en donde hubo una gran plomazón que comenzó el 1º de enero de 1.958 y continuó hasta el 23 de enero de ese año.

    La vida democrática del país creíamos que comenzaba con buen pie, hasta que comenzaron a llegar los exilados políticos y fueron desplazando a quienes le habían echado un cerro de bolas aquí en nuestra patria.

    Hay que decir, que oficiales como el capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez y el coronel Roberto Casanova conocido como "El Turco" se atrevieron pistola en manos a obligar al Contralmirante Wolfang Larrazábal a dar el paso para que presidiera el nuevo gobierno que después pasó a manos del Dr. Edgar Sanabria.

    Los políticos del Pacto de Punto Fijo crearon su República a su antojo y traicionaron los postulados de la Junta Patriótica presidida por el periodista trujillano Fabricio Ojeda, generándose una serie de alzamientos militares de derecha que no tuvieron fuerza suficiente para dar al traste con el gobierno de Rómulo Bentancourt en esos tiempos.

    Hechos llamativos de eso tiempos fueron la toma del cuartel "Pedro María Freites" en Barcelona y el alzamiento del general de brigada Jesús María Castro León en las fronteras del Táchira con la República de Colombia en 1.961.

    En realidad esas insurrecciones militares carecían de apoyo popular y partidista, aliándose muchos de ellos con los jóvenes que a través del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) se desprendían de Acción Democrática (AD) y quienes más luego se unieron con los cuadros y militantes del Partido Comunista de Venezuela (PCV) para darle comienzo a la lucha armada y guerrillera por más de tres décadas en nuestra patria.

    Luego me tocó vivir El Carupanazo y el Porteñazo en 1.962, como el atentado en la Avenida "Los Próceres" en contra del presidente Rómulo Bentancourt. Muchas de esas experiencias también las viví en la Urbanización Páez en Catia la Mar en esos tiempos y que ya he narrado en mis trabajos anteriores.

    A mediados de los años sesenta comencé mis estudios en el Liceo "José María Vargas" en Maiquetía, específicamente en 1.964. Debo indicar, que ese era el instituto de educación media más importante en nuestro litoral central, al igual que el Licenciado "Aranda" en la calle "Los Baños", el cual era dirigido por el profesor cubano Rovira Pando, quién recogía dinero y recursos para financiar la Revolución Cubana.

    Allí teníamos como referencia política al "Chino" Leal quién era hermano de mi compañera de estudios en segundo año de bachillerato, Tirsa Leal, hoy en día abogada de la República. Él

    Chino llegó a ganar las elecciones en el Centro de Estudiantes de nuestro liceo en 1.965, siendo expulsado por el director López Borrego, quién era nativo de Cumana en el Edo. Sucre.

    Lo curioso de todo eso, fue que López Borrego retiró del liceo al Chino Leal a punta de revolver, ya que él era un reconocido dirigente de Acción democrática, mientras que el Chino lo era del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Inclusive, lo inscribió en el Liceo Privado "Santiago Apóstol" en Maiquetía. Poco tiempo después el Chino Leal fue asesinado por los cuerpos represivos del estado por los lados de la Urbanización 23 de enero en Caracas.

    Al irse el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa del Partido Acción Democrática (AD), una vez ganada las elecciones internas y luego desconocidas por Rómulo Bentancourt para imponer a su pupilo el Dr. Gonzalo Barrios, al crearse el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) tuvimos una buena participación en nuestro instituto de enseñanza de educación media, cuando Saturno Berroterán disidente de AD se lanza como candidato por la plancha del MEP al Centro de Estudiantes, siendo apoyado por todas las fuerzas progresistas que hacían vida política allí.

    La alianza dio como ganador a Saturno Berroterán, decidiéndose en el Partido Comunista de Venezuela ir hacia la vía de pacificación a partir de 1.968, reconociéndose la derrota militar en la lucha armada que para esa entonces librábamos en contra del gobierno del Dr. Raúl Leoni Otero, desde 1.963.

    Claro está, habíamos perdido buenos cuadros y militantes tanto en os partidos revolucionarios que estaban en armas como en la Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), tales como: Fabricio Ojeda, Livia Gouverneur, Argimiro Gabaldón, Chema Saher, Italo Sardi, Víctor Soto Rojas, Alberto Lovera, entre otros y otras.

    En la primera fase de mi vida andariega describí mi vida cuartelaría y lo que allí viví, pudiendo presenciar muchas de las acciones que se dieron en contra del movimiento revolucionario venezolano en esos instantes a lo largo y ancho del país.

    Debo acotar, que mi hermano Juan Francisco Morales si hizo vida activa en la juventud del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en la Escuela Técnica Industrial (ETI) del Oeste en Caracas.

    En las primeras de cambio, yo le adversaba sobre su formación ideológica, pero era que en parte no comprendía su rol como revolucionario en la lucha de los salidos de educación media y técnica sin cupos en la Universidad Central de Venezuela (UCV) a mediados de la década de los años setenta del siglo pasado.

    Hubo un detalle que me hizo comprender como se estaba dando la lucha de clase en la República de Chile con el gobierno del francmasón y Dr. Salvador Allende quién experimentó por vez primera la llegada al poder de la Unidad Popular a través de un proceso electoral, que de hecho no era garantía posible para producir con profundidad los cambios que a bien clamaban las masas populares en esa nación sudamericana.

    Yo recuerdo que cuando las fuerzas fascistas de la extrema derecha militar y política chilena tumbaron al gobierno del Dr. Salvador Allende el 11 de septiembre de 1.973, para esa entonces, yo pertenecía a una iglesia protestante llamada Ejército de Salvación (The Salvation Army), la cual estaba dirigida en nuestro país por un ciudadano chileno nacido en el Paraguay llamado Luis Enrique Lalut, quién dentro de esa estructura ostentaba el grado de capitán.

    Allí yo tenía el grado de sargento de bienvenida y nuestra iglesia la teníamos en la entrada de Piedra Azul en El Rincón de Maiquetía. Debo indicar, que me salió trabajo para irme a trabajar a bordo de las unidades flotantes de ultramar de la empresa Compañía Anónima Venezolana de Navegación (CAVN) y me vi en la necesidad de pedirle al capitán Luis Enrique Lalut que me diera un documento que yo lo pudiese mostrar en nuestras iglesias en los países de Europa que visitara en esos tiempos y de esa forma me atendieran como hermano que era en nuestra institución.

    En verdad no sé por qué motivo hablamos sobre la caída del Dr. Allende y yo me solidaricé con el presidente mártir, cuando de manera extraña el capitán Lalut se ofuscó y actuando como un hombre de pensamiento extremista de derecha justificó el golpe de estado y la muerte del presidente Allende.

    Yo salí a navegar en la Motonave "Caracas" el 20 de enero de 1.973, con destino al puerto de Cartagena y después de pasar por Barranquilla y Santa Marta partimos para Europa. Estando en Bélgica conocí en un bar del puerto de Amberes a un personaje quién vivía del chuleo y trabajaba en una plataforma inglesa en el Mar del Norte, su nombre y apellido era Carlos Casselli.

    Carlos Casselli era confidente de la DINA chilena en toda Europa, ya que él indicaba los movimientos de todos los hombres y mujeres de la izquierda chilena que estaban exilados en esos países, en pocas palabras fue un vulgar pajuo.

    Ese individuo con el tiempo llegó a ser miembro de la selección de futbol de su país, y lo precisamos en esos andares, ya que en el puerto de Le H"avre en Francia siempre venía a bordo un disidente chileno quién jugaba un papel preponderante en las grandes movilizaciones que se hacían en los países de Europa.

    En muchas ocasiones hablamos con ese mártir de la revolución chilena, quién en más de una ocasión llegó a comer con nosotros, mientras el buque estaba surto en ese puerto francés. En un viaje de regreso fuimos sorprendidos por el asesinato de ese amigo chileno, llevado a cabo por agentes de la DINA en Francia, siendo su delator el futbolista Carlos Casselli.

    Todas esas cosas despertaron en mi grandes interrogantes, pero lo que me llamaba la atención era la diferencia de clase existente a bordo de nuestras unidades flotantes entre lo que llamaban personal de oficiales y el personal subalterno, en donde hasta en la atención había una gran distancia, el trato no correspondía al que se les tenía que dar a unos trabajadores, sino que habían criterios muy marcados de índole militarista.

    Los oficiales eran atendidos por mesoneros tanto en las comidas como en las limpiezas de los camarotes y tendidos de sus camas, en las horas del coffe time gozaban de mejores atenciones que los contramaestres, marinos, mecánicos, aceiteros, limpiadores, mayordomos, cocineros y camareros, todo era una falacia.

    Esas contradicciones eran creadas en la propia formación que se les daba a los nautas en la Escuela Náutica de Venezuela en Catia la Mar, desde allí partían esos males. Pero quienes tenían que defender a los trabajadores subalternos a bordo de los 16 buques que tenía la CAVN en esos momentos, dirigían el Sindicato de Marinos Mercantes, Similares, Conexos y Afines del Distrito Federal y Edo. Miranda, todos oriundos de la isla de Margarita, siendo el Secretario General Gilberto Serrano.

    La sede del sindicato la tenían en La Guaira en la zona colonial y el secretario de reclamos era Hernández Arcay quién anteriormente había sido contador a bordo de aquellos viejos buques de la empresa, la cual fue fundada en tiempos del general Juan Vicente Gómez por el general Román Delgado Chalbaud, muerto en el desembarco del FALKE que se dio en Cumaná en 1.928.

    El sindicato estaba compuesto por gente que eran del partido Unión Republicana Democrática (URD) y Acción democrática (AD). El único y extraño caso era el de Hernández Arcay quién pertenecía al partido Comunista de Venezuela (PCV).

    A esos bandidos del sindicalismo solo lo veíamos abordo cuando llegaban los buques de viaje del exterior, en donde iban solo a echarse palos o para que le dieran algunas botellas de whiskey, chocolates o cigarrillos, o en otros órdenes de ideas, chulearse a alguien en los bares en donde hacíamos vida por los lados de Maiquetía y la Guaira.

    Ellos casi nunca rendían cuentas de su gestión, la mayoría de ellos eran trabajadores de la empresa, mientras que a Hernández Arcay le pagábamos éramos los trabajadores. Yo traté de ver como entraba a la actividad sindical como delegado del sindicato en los buques en donde laborara, pero no llegó a ser así debido a que no tenían referencias sobre mí, ya que la mayoría del personal eran margariteños, andinos, zulianos y muy pocos centrales.

    En una de las elecciones el señor Gilberto Serrano perdió las elecciones y en lo inmediato dividió el sindicato, creando la Unión Marítima de Venezuela. Y eso trajo como consecuencia que estando Hernández Arcay en la oficina del sindicato a tempranas horas de la madrugada se le acercó un viejo marino mercante quién trabajaba en la industria petrolera, saludándole cortésmente y sacando una pistola calibre 22 le disparó a ciegas a nuestro secretario de reclamos.

    El asesino se dio a la fuga de inmediato, pero fue capturado por unos funcionarios de la Policía Metropolitana (PM) abajo del edificio. Hernández Arcay sobrevivió en esos momentos porque se hizo el muerto y de inmediato llamó a la oficina de la CAVN en la plaza El Cónsul en Maiquetía, en donde Neptalí Marcano comisionó a una gente para que fueran rápidamente a mirar que había pasado en el sindicato.

    Hernández Arcay recibió seis disparos en su cuerpo, siendo atendido en lo inmediato en un centro médico de La Guaira, pero la bala que más daño le hizo fue la que se le alojó en una zona cercana a la columna vertebral.

    Luego fue llevado a un apartamento de una de sus hermanas en Caracas y meses después falleció ese digno dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV) a quién nadie recuerda hoy en día.

    En verdad, su asesino nunca dio una explicación sobre su actuación en ese crimen y hasta el presente aún no sabemos qué fue de su estancia en prisión y lo que fue su vida posterior. Ese hecho me dio aliento para ir en busca de algún pensamiento político que contribuyeses a cambiar mi vida, ya que la lucha de clase la había vivido desde niño en el seno de mi propia familia paterna.

    Yo considero que quizás uno de los momentos determinantes en mi proceso político individual comenzó a gestarse pero sin conciencia de clase, fue cuando fuimos abordados en la Motonave "Venezuela" por los cuerpos de seguridad francesa en el puerto de Le H"avre en 1.975.

    En los momentos de la inspección no sabíamos realmente que era lo que estaba pasando, sin embargo al comandante de nuestra unidad flotante le informaron que estaban buscando a un ciudadano de nacionalidad francesa que había asesinado a dos agentes de la Surete y un confidente en el barrio de Mompartnase en París en esos momentos.

    Las autoridades alegaban que el prófugo tenía pasaporte de otra nacionalidad latinoamericana. Lo interesante de esta situación fue que al regreso de viaje a Europa en 45 días aproximadamente, notamos que una señora mayor de edad con problemas en uno de sus ojos, pero muy linda pese a su edad, llamada doña Elba Sánchez de Ramírez y su menor hijo Wladimir Ramírez Sánchez a petición del general de brigada Parilli La Cruz quién era el cónsul de nuestro país en esa ciudad, abordaron el buque en el puerto de Amsterdam – Holanda, en el momento en que zarpábamos hacia Venezuela.

    Tan enigmáticos pasajeros llegaron desde Picadilly Street en Londres en overcraff a Amsterdam, ya que el general Parilli La Cruz les había manifestado que serían retenidos por Scotland Yard para tratar de capturar a su hijo primogénito Ilich Ramírez Sánchez quién había sido identificado en Francia como el asesino de los dos agentes de la SURETE y del confidente libanés.

    Yo recuerdo que llegaron con muy poco equipaje abordo, la tripulación desconocía realmente quienes eran esos pasajeros, tocándome a mi tener que serviles las comidas y limpiarle el camarote, ya que en esos momentos me desempeñaba como camarotero.

    El capitán Fucho Bello y el jefe de máquinas José Antonio Gómez "El Filosofo" les sugirieron que comieran en la mesas de ellos y de esa manera disfrutaban de tremendas tertulias, ya que doña Elba era una mujer muy culta e interesante, manifestando que ellos eran la familia venezolana con más años viviendo en Londres y que la meso-soprano lirica Mórela Muñoz cada vez que visitaba a Londres iba a su casa y pasaba ratos amenos con su hijo Ilich, ya que eran muy buenos amigos.

    Nos contó sobre el sonado caso del niño Vegas Pérez quién fue asesinado por asuntos de drogas en el seno de las familias más pudientes del país en esos momentos, ya que ella los había conocido en Inglaterra. Ellos eran amigos de la familia Márquez Añez y siempre notaron aspectos extraños en quienes les visitaban, ya que dejaron de hacerlo temiendo ser detenidos por Scotland Yard.

    Las historias y relatos contadas por doña Elba son de grato recuerdo durante esa travesía hacia nuestra patria, su hijo Wladimir era un imberbe joven de 17 años quién hablaba con gran fluidez el idioma inglés, mientras que en el puerto de La Guaira la esperaría su segundo hijo Lenín.

    Después de varios días de navegación arribamos al puerto de El Guamache en la isla de Margarita, en donde fue recibida por su amiga Estilita Torcart, comerciante renombrada en Porlamar quién la asistió tanto en ropa como en dinero.

    Al desembarcar en La Guaira fue recibida por su hijo Lenín y desde allí se fueron para su residencia en Caracas, de esa manera estaban más seguro y protegido de cualquier aprehensión de cuerpos de seguridad de otras naciones en donde estaba operando o había operado Ilich Ramírez Sánchez "Carlos", héroe de las luchas de resistencia del pueblo palestino en contra de las políticas de agresión por parte del estado sionista israelí.

    A bordo de la Motonave "Venezuela" nos dimos cuenta que venían tan renombradas personas, fue a través del contador del buque, el margariteño Ezequiel "Chiquelito" Silva, quién ya listo para zarpar a otro viaje a Europa, me hizo la siguiente pregunta:

    ¿Usted sabe quiénes fueron esas personas que desembarcaron aquí en La Guaira, amigo León?

    Y yo le respondí: "…no, contador…".

    Y él me dio la siguiente repuesta: "Esos pasajeros que desembarcaron son nada más y nada menos que la mamá del Carlos Ilich Ramírez Sánchez "El Chacal" y su hermano Wladimir. El que los vino a buscar es su hermano Lenín y van rumbo a un apartamento que tienen en la California Norte en Caracas.

    Yo creo que en otra parte de mi autobiografía describo lo que pasó años después con la vida de ese legendario guerrero de la resistencia palestina y árabe, después de haber sido entregado hace varios años atrás por el gobierno del Sudan en África, hoy se encuentra confinado a perpetuidad en una cárcel de máxima seguridad francesa.

    Esas vivencias dentro del mundo de la marina mercante me llevaron a ir elevando minuciosamente mi conciencia de clase. Y lo expreso cuando hubo etapas importantes de mis experiencias cuando me tocó navegar en la motonave General "Páez" perteneciente a la empresa VENCARIBE, con bandera venezolana pero con su base en el puerto de Buenos Aires en la República Argentina.

    Lo que pude observar en Brasil, Argentina y Uruguay fue el preludio de cómo se desarrolló el Plan Cóndor en todos esos países de América Latina, en donde una serie de dictaduras militares de extrema derecha asesoradas por antiguos nazis alemanes y fascistas españoles e italianos sometieron a los sectores revolucionarios a prisiones, torturas, asesinatos y a la desmembración de sus familias.

    Yo recuerdo que mis papeles los presenté en el edificio Potomac en San Bernardino, que fue el mismo hotel en donde el comandante Máximo Canales secuestró al futbolista argentino-español Alfredo Di Stefano. Ya que me habían llamado desde la Planta de Arrecifes para que fuera a Caracas a conversar con el señor Miguel Cárdenas en las oficinas de desarrollo y entrenamiento de la Electricidad de Caracas.

    Luego me enviaron a conversar con el señor Cruz García quién era superintendente en la Planta de Tacoa, la cual se llevó a cabo el 11 de febrero de 1.980. Al día siguiente me hicieron el examen sicotécnico en Caracas, saliendo bien del mismo.

    Pero mi accionar como militante revolucionario tuvo su avance fue cuando en ingrese como operador en la Empresa La Electricidad de Caracas en Marzo de 1.980. Allí me encontré en que habían varios sindicatos con denominaciones diferentes, uno dirigido por comunistas del PCV, adecos, copeyanos y dos cuadros importantes del partido Bandera Roja (BR), otro dirigido netamente por gente de Acción Democrática (AD) y un tercero que era el Sindicato de Operadores, cuyo asiento principal estaba en las plantas termoeléctricas de Arrecifes y Tacoa.

    Debo destacar, que en un principio estaba que participaba o no lo hacía, entendiendo que en ese sindicato había más elementos revolucionarios que en los otros, a pesar de ellos tenían los sindicatos mayoritarios, pero el nuestro a pesar de que éramos 150 operadores teníamos la ventaja que fomentábamos los mecanismos de producción en toda la empresa.

    La directiva del sindicato estaba dirigida por dos hombres importantes de la Liga Socialista (LS), Chuqui, su secretario general, quién era un trabajador con más de 14 años de labores en esa compañía eléctrica privada y Nectario Morales Rojas quién se desempeñaba como secretario de reclamos, con el aval de que era sobrino del capitán de navío Morales Luego, el mismito que estuvo comprometido en el atentado que se le hizo al presidente Rómulo Bentancourt en el Paseo de La Avenida "Los Próceres" en 1.962.

    En ese sindicato había algunos cuadros de Acción Democrática (AD) como Lindolfo Jiménez y un tipo de apellido Hernández. Este último a pesar de su militancia adeca era un hombre más fiel a sus principios de clase, mientras que Lindolfo Jiménez era un individuo capáz de vender hasta a su propia madre.

    Cabe decir, que los operadores fueron los trabajadores más explotados en esa vital empresa eléctrica privada, hasta que el Sindicato de Operadores logró cambiar las reglas del juego y en las conquistas laborales se logró el tabulador, pasando dichos trabajadores a ser los mejores asalariados de la misma.

    Sin embargo, siempre se mantuvo el espíritu de lucha hasta se comenzó a trabajar a mediados del año 1.980, en el cambio de la junta directiva de ese vital sindicato eléctrico. Hay que manifestar que no notábamos a ciencia cierta que había una profunda crisis política en el seno de nuestra organización sindical.

    La situación se puso tensa fue cuando se hizo una asamblea de trabajadores en la sede del sindicato portuario en Maiquetía en esos tiempos. Allí tratamos de cambiar la junta directiva y no se pudo, porque no había el quórum reglamentario y eso hizo que el ánimo de Chuqui por mantener la organización se viniera abajo, ya que Nectario Morales Rojas manifestó que él no deseaba ser parte de la junta directiva, pero que se mantenía como afiliado del sindicato.

    Allí consideramos que Nectario Morales Rojas nos había dado un golpe fatal, porque perder un dirigente de esa talla nos llevaba hacia un despeñadero con consecuencias si se quiere fatal. Yo creo que él se desubicó políticamente en ese momento, en el entendido que fue ascendido por la empresa a Operador de Unidad.

    Con él se hicieron varias conversaciones y en una de esas me dijo estas palabras: "…primo, usted es nuevo en la empresa, pero yo pienso que usted debe relevarme en el cargo…".

    En verdad estaba indeciso si participar o no en el proceso de conformación de los nuevos directivos del sindicato. Al fin no fui a la asamblea que se hizo en las instalaciones del Club en Picure y allí los trabajadores asistentes nombraron a los nuevos directivos sindicales.

    ¿Cuál sería mi sorpresa?

    Me llegó una llamada telefónica de Chuqui en donde me informaba que la asamblea había decidido que yo ería su nuevo secretario de actas y correspondencia. NO me quedó otro remedio que aceptar la nominación de los trabajadores.

    Ya no teníamos al camarada Nectario Morales Rojas como directivo sindical, quién había sido el hombre más aguerrido en los reclamos que se hacían en la empresa, ya no era el hombre de confianza de Chuqui y esa era una debilidad que preocupaba mucho para las nuevas discusiones de contrato colectivo que se avecinaban.

    En el litoral central se dieron una serie de conflictos laborales en diferentes empresas del viejo Departamento Vargas, tanto en el mundo aeroportuario (Marriot, Aeropostal) como en el puerto de La Guaira y en las mismas tuvimos una destacada participación como sindicato clasista y revolucionario.

    Luego fuimos a participar en la discusión del contrato colectivo con la Empresa en Caracas y se nos presentaron grandes dificultades, ya que íbamos en minoría en relación a las otras organizaciones sindicales que hacían vida en la empresa.

    En el Sindicato de Trabajadores de la Electricidad de Caracas que era un bastión con mayoría desclasada del Partido Comunista de Venezuela (PCV) dirigidos por Esteban Figuera y quienes habían dejado en minorías a las fueras de Acción Democrática dirigidas por el viejo Purroy, contábamos con la ayuda de dos dirigentes del partido Bandera Roja (BR), Iván Espinoza quién había sido recién electo secretario de Actas y Correspondencia del sindicato y Luís Espinoza quién dejaba esa secretaría y pasaba a ser delegado sindical en las oficinas de El Marques en Caracas.

    En esa asamblea que se dio en Caracas fuimos dejados a un lado ya que nos acusaron de extremistas y no nos dejaron participar en las discusiones del nuevo contrato colectivo, imponiéndonos los criterios que a ellos les dio en ganas y siempre bajo amenazas.

    Claro está, los directivos y asesores de la empresa notaron que teníamos una gran debilidad de criterio ideológico y de compromiso militante y por allí se fueron metiendo para preparar los escenarios para darnos el golpe fatal.

    Los directivos sindicales contrarrevolucionarios encabezados por los "Comunistas Pesuvecos" bajo la conducción de Esteban Figuera en Caracas y los adecos en el litoral central dirigidos por Fray Ávila se confabularon con los directivos empresariales y con las influencias que tenían en el Alto gobierno de la época incidieron para que la DISIP encubiertamente mandara una comisión desde Los Chaguaramos en Caracas con expresas órdenes de detener a nuestro Secretario General Chuqui.

    Esa detención del camarada Chuqui produjo sosiego en nuestros directivos sindicales, algo andaba mal y que nosotros internamente no podíamos controlar a bordo. Lo extraño fue que a nuestro sindicato llegó a formar parte de la junta directiva un individuo llamado Domingo Arnal, quién extrañamente llegó a formar parte de nuestro curso de operadores, casi al final del mismo en 1.980.

    Y en su elección no nos dimos cuenta que él había quedado de primer vocal y que en nuestros estatutos decía que el vocal suplantaba a cualquier directivo sindical que renunciara o estuviera ausente de sus funciones.

    Inclusive, ese individuo venía de ser trabajador en la planta Oscar Augusto Machado, fuera de nuestra jurisdicción y solapadamente nos los había impuesto la gente del Partido Bandera Roja (BR) como uno de sus cuadros más avanzados desde el punto de vista político e ideológico.

    Chuqui fue llevado a los calabozos de la DISIP en Los Chaguaramos, en donde fue sometido bajo amenazas constantes, con pretensiones de arremeter en contra de su familia si no renunciaba a la secretaria general del Sindicato de Operadores. Lográndose la intervención del Dr. José Vicente Rangel Vale, logramos su liberta a los 15 días de su detención.

    Luego nos vino la etapa más funesta de nuestra historia sindical, Chuqui en una asamblea de operadores nos manifestó que a partir de ese momento dejaba la secretaría general y a su vez renunciaba a su cargo de fogonero de 1ª en la empresa en donde había laborado por 14 años. Y en la misma quedó el nuevo operador Domingo Arnal como Secretario General de acuerdo a nuestros estatutos.

    Eso generó incertidumbre en nuestros operadores y en quienes creían en nuestros principios y formas de luchas en todas las estructuras organizativas de las empresas La Electricidad de Caracas y Luz Eléctrica de Venezuela, como las que había en Guarenas y Yaracuy. Sin obviar a la de Valencia, con incidencias en las empresas eléctricas del estado venezolano en otras regiones del país en donde incidíamos políticamente.

    Siendo Domingo Arnal, secretario general de nuestro combativo sindicato, en una ocasión nos fuimos a la casa de Jacobo Penso en el año 1.981, en donde produjimos algunas propagandas políticas para ser introducidas en la empresa. Claro está, él me hablaba mucho sobre la muerte del comandante Américo Silva en el Edo. Bolívar.

    Después decidimos participar en las luchas que libraban los Matanceros de Alfredo Maneiro a través de La Causa R, organización muy extraña de tinte anarquista más de derecha que de izquierda, quienes llamaron a encuentro clasista en Ciudad Guayana.

    Decidimos hacer un volante y llevarlo, siendo comisionado Domingo Arnal para que lo hiciera y lo reprodujera, ya que él era un cuadro del Partido Bandera Roja (BR). Ese viaje lo realizamos los dos por autobús, no contábamos con recursos suficientes.

    Al fin llegamos frente a las instalaciones de SIDOR en Matanzas y allí fuimos informados que el encuentro no se haría allí, sino en las instalaciones del Sindicato SUTTISS en la redoma de Manoa en San Félix.

    Al fin llegamos al sitio y pudimos notar que había una total desorganización, ya que no habíamos sido recibidos por la gente del Comité de Luchas Populares o CLP. En SUTTISS tuvimos que bañarnos en unos tambores de agua que habían allí apostados y la logística fue de muy mala calidad.

    Allí nos encontramos con CARLIN (militante del MIR por el Edo. Vargas) y Roger Cedeño (militante del Partido Bandera Roja en Vargas. Además había sindicalistas de SINTRASCENSORES en Guarenas, asistiendo Deborah Puerta por el Sindicato de Aeromozas de Aeropostal, entre otros.

    En la noche había un acto político en el centro de San Félix, el cual fue saboteado por los cuerpos de seguridad del estado venezolano, cuyo orador de orden esa noche iba a ser el Dr. Francisco Mieres, especialista en materia de hidrocarburos.

    Se produjo una desbandada que al final nos llevó a alojarnos en el apartamento del profesor Alejandro Arenas, educador mirandino con muchos años de actividad política en el Edo. Bolívar, siendo dirigente de SUMA Magisterio y quién poco tiempo después murió asesinado en la Penitenciaría General de Oriente en Maturín, conocida como La Pica.

    Esa noche algunos militantes del partido "Bandera Roja" (BR) pudimos discutir sobre los avances de nuestra organización política en todo el territorio nacional y en los lugares en donde teníamos incidencias políticas y sindicales. Inclusive, algunos de nuestros cuadros importantes murieron en las acciones militares que nuestro partido y el frente guerrillero "Américo Silva" desarrollaron en el oriente del país en 1.982.

    Las luchas sindicales en el litoral central del antiguo Departamento Vargas fueron vitales en todo el proceso de descomposición política que vivieron los sectores reaccionarios de la clase obrera y la burguesía nacional a través de los años venideros. Yo recuerdo cuando nos tocó recibir a un concejal de la Liga Socialista (LS) del pueblo de Marigüitar en el Edo. Sucre, a quién hospedé por varios días en mi casa, siguiendo instrucciones del joven militante Manuel Grillo Aguilar.

    En esos días se estaban realizando la camp aña electoral de los trabajadores del puerto de La Guaira, en donde apoyábamos la candidatura del camarada Jesús Vallejo, dirigente nacional de la Liga Socialista (LS), la campaña sindical fue muy dura y difícil, ya que la DISIP nos perseguía y nos agobiaba constantemente.

    Las reuniones las hacíamos en una casa que había por la línea del tren que pasaba por la calle Los Baños, diagonalmente hacía donde estaba la antigua sede de la Escuela Naval de Venezuela. Allí concurrían diversos sectores de reconocida militancia de izquierda, por el partido "Bandera Roja" estaban Irmen Díaz (dirigente sindical textilero), Eleazar Gómez Chávez (dirigente sindical portuario, Alexi Camargo (dirigente sindical portuario, proveniente de las filas de COPEI) y Keta Stephany (estudiante universitaria), por el Movimiento Obrero Independiente (MOI) estaba un dirigente sindical y reconocido deportista de Naiguatá de apellido Madriz.

    Durante la campaña sindical portuaria recuerdo que en una ocasión llegaron a las instalaciones de lo que es hoy el Complejo Cultural "Cruz Felipe Iriarte" en Maiquetía a buscar al camarada Jesús Vallejo para llevárselo detenido, tuvimos que agarrarlo y meterlo en un pote de basura, una vez que la comisión se fue del lugar se apareció el diputado Jesús Martínez y lo metimos en la maleta de su carro para que se lo llevara para Caracas y de esa manera protegerlo. Ya que él era el virtual Secretario General del Sindicato de Obreros Portuarios en esas elecciones que se iban a dar en esos días.

    El seguimiento de la DISIP estaba siendo dirigida en contra de nosotros por un joven de apellido Yánez, nativo de Carayaca, quién hacía poco tiempo atrás había sido expulsado de la Escuela Náutica de Venezuela en Catia la Mar.

    En una ocasión, cuando teníamos a las masas apostadas frente a la plaza El Cónsul de Maiquetía, ese agente Yánez nos seguía los movimientos con una mirada de pocos amigos, hasta que yo le dije a Irmen Díaz la vaina y este le abordó frente a la Cámara de Comercio con estas palabras:

    ¿Qué coño es lo que te pasa a ti con nosotros, nojoda?

    ¿Eres policía o pajuo?

    ¡Retírate o te mando a dar unos coñazos!

    Esas elecciones se dieron bajo una total presión, ya que todos los cuerpos de seguridad del estado estaban sobre nosotros y sobre nuestros jefes políticos en esos momentos. Hay que destacar, que un minoritario grupo de trabajadores se fueron con plancha propia y no entraron al factor de unidad sindical que manifestábamos en esos días. Claro está, hubo una gran sorpresa porque no ganamos las elecciones sindicales por la bicoca de 38 votos, que fueron los que sacaron aquellos compañeros disidentes en esa ocasión.

    Jesús Vallejo quedó electo secretario de organización, Eleazar Gómez Chávez salió elegido como Secretario de Finanzas, Camargo como secretario de actas y correspondencias y Omar León como vocal. La correlación de fuerza sindical cambiaba en el puerto de La Guaira y eso preocupaba aún más a las fuerzas de la reacción en aquellos días.

    Yo recuerdo que en aquellos tiempos contábamos con la colaboración de un viejo militantes del PCV que formaba parte del Movimiento al Socialismo (MAS) de apellido Marcano. Él era nativo de la isla de Margarita, pero había participado en la huelga petrolera de 1.936.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente