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Las leyes de la naturaleza y el determinismo de la misma (página 2)


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Ley natural es la misma ley eterna grabada en las criaturas racionales. Ley natural es la participación de la ley eterna en la criatura racional.

La ley natural, inscrita por el Creador en el corazón de todo hombre, consiste en una participación de la sabiduría y bondad de Dios, y expresa el sentido moral originario, que permite al hombre discernir el bien y el mal, mediante la razón. Se llama natural porque es propia de la naturaleza humana.

La definición de ley natural es introducida por SANTO TOMÁS DE AQUINO quien estipula que es "la participación de la ley eterna en la criatura racional", es decir: la verdad grabada en el corazón de todo ser humano, y que a su vez integra el derecho natural. ("Suma Teológica", Prima secundæ, cuestión 91 y 94). De ese modo la ley natural es una ley previa al hombre mismo, universal e inmutable (por semejanza a las leyes físicas o químicas cuya validez universal se puede verificar científicamente, del mismo modo la ley natural es accesible mediante la razón). Continuando en esta dirección, la ley natural es previa al sistema jurídico y éste se debe ceñir a aquélla para confirmar su propia validez. La adecuación a la ley natural sería, por tanto, un requisito necesario para la entrada de la norma en el sistema jurídico.

Las Leyes Naturales son condición previa para la existencia del universo. Todos los fenómenos observados en el mundo físico obedecen a estas leyes y por tanto ningún fenómeno natural puede darse sin que previamente existan leyes naturales preestablecidas. La ciencia nos enseña que el Universo se rige según un conjunto de leyes llamadas Leyes Naturales. Estas leyes son precisas y lógicas, y muchas de ellas tienen una naturaleza matemática (E=mc²).

La ley natural es el dictamen de la recta razón que prescribe lo que se ha de hacer o lo que debe omitirse.

El conjunto de leyes naturales, desde luego, conforma el derecho natural. Thomas

Jefferson afirmaba que todos los hombres nacían con ciertos Derechos inalienables: vida, libertad y búsqueda de la felicidad.

3.3. Origen de la Ley Natural

El origen de ley natural proviene del Latín: Ius naturale, no naturalis, (como suele escribirse en algunas ocasiones al creer que naturale es en italiano) y su marco teórico es eclesiástico, aunque es cierto que ya Aristóteles señalaba la existencia de un telos en todas las cosas que les movería a buscar su lugar o fin natural, y que en el hombre es la felicidad. Es allí entonces que se consigue introducir el concepto de lo inmutable y lo que está por encima del hombre, como origen supervisor de los sistemas legales producidos por éste.

¿Cuál es el origen de las Leyes Naturales entonces?

La Biblia afirma que las Leyes Naturales fueron establecidas por el creador.

El naturalismo niega la existencia de un Creador y postula que las Leyes Naturales, tales como la ley de la gravedad o las leyes de la termodinámica, no fueron creadas sino que llegaron a existir mediante procesos puramente naturales.

Si no fueron creadas y surgieron por procesos naturales, entonces:

¿Qué procesos naturales dieron origen a estas leyes?

¿Qué causa material provocó la existencia de Leyes Naturales antes de que éstas existieran?

¿Qué proceso puramente material causa la existencia de una Ley Natural?

¿Dónde se ha observado que un proceso puramente material de lugar a una

Ley Natural?

Según la observación científica los fenómenos naturales están sometidos a leyes, pero el naturalismo sostiene que las leyes que gobiernan el universo son el resultado de fenómenos naturales.

¿Cómo pueden los fenómenos naturales que están gobernados por leyes crear ellos mismos las leyes?

La teoría del Big Bang postula que las leyes que gobiernan la naturaleza son producto de una gran explosión.

¿Cómo puede una explosión generar un sistema ordenado de leyes permanentes?

Finalmente, ¿de dónde proviene la ley natural? La Teoría de la Ley Natural mantiene que ciertas leyes morales trascienden el tiempo, la cultura, y el gobierno. Existen estándares universales que aplican a toda la humanidad a través de todos los tiempos. Estos estándares morales universales son inherentes y reconocibles por todos nosotros, y forman la base de una sociedad justa.

3.4. Condiciones y Propiedades para ser Declarados Ley Natural

Regularistas y necesitaristas están de acuerdo en cinco condiciones necesarias para que una declaración sea ser una ley de la naturaleza.

¿Son estas cinco condiciones conjuntamente suficientes para una proposición de ser una ley de la naturaleza?

Regularistas decir "sí" y necesitaristas dicen "no".

CINCO CONDICIONES O PROPIEDAES PARA SER LEY NATURAL

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Los relativistas y discrimicionistas indica que solo hay tres propiedades:

TRES CONDICIONES O PROPIEDAES PARA SER LEY NATURAL

Leyes naturales

1

La ley natural posee un valor

objetivo

Está impresa por Dios en los hombres y no depende de ideas propias o pareceres subjetivos. Se puede juzgar

con acierto o error respecto a ella, pero la ley natural es

independiente de esas opiniones.

2

La ley natural es universal

Abarca a todos los hombres. A pesar de diferencias de razas y culturas, todos poseen la misma naturaleza

humana y por tanto los mismos derechos y deberes

fundamentales.

3

La ley natural es inmutable

Permanece a lo largo de la historia. Mientras el hombre sea hombre, no pueden alterarse las normas que le

afectan por el hecho de ser humano.

¿Cómo conocer la ley natural?

Las leyes físicas o biológicas pueden conocerse, y también la ley natural. En este caso se trata de analizar la naturaleza humana cuidando de no confundir lo propio

del hombre con los defectos humanos. Por ejemplo, en un alcohólico hay

inclinación a la bebida, pero esto no significa que emborracharse sea bueno y natural.

¿Un resumen de la ley natural?

El resumen mejor de la ley natural se contiene en los diez mandamientos.

¿Se puede saltar la ley natural?

El hombre puede actuar contra la ley natural -y contra leyes biológicas- pero con malas consecuencias. Por ejemplo, una madre puede matar a su hijo (aborto),

pero su conciencia le dice que no actúa bien.

Bases científicas y epistemológicas del desarrollo

Hay quienes consideran que los términos epistemología y gnoseología son sinónimos, aunque existe una mayoría de autores que reserva el uso del segundo para designar a la teoría general del conocimiento, mientras que el de epistemología lo emplean para referirse a la teoría del conocimiento científico o también teoría de las ciencias.

Los términos "epistemología" y "teoría del conocimiento", son más empleados por autores alemanes e italianos mientras que el término "gnoseología" lo utilizan con mayor frecuencia autores franceses. Durante los años más recientes, la epistemología es conocida también como "filosofía de la ciencia". Tal es la ubicación de la teoría del conocimiento dentro de ese gran contexto que es la filosofía.

No se debe confundir a la epistemología con:

La Gnoseología: Muchos autores franceses e ingleses identifican el término "epistemología" con lo que en español se denomina "gnoseología" o "teoría del conocimiento", rama de la filosofía que se ocupa del conocimiento en general: el ordinario, el filosófico, el científico, el matemático, etc. De hecho, la palabra inglesa "epistemology" se traduce al español como "gnoseología". Pero aquí consideraremos que la epistemología se restringe al conocimiento científico.

La Filosofía de la Ciencia: La epistemología también se suele identificar con la filosofía de la ciencia, pero se puede considerar a esta última como más amplia que la epistemología. Algunas suposiciones que son discutidas en el marco de la filosofía de la ciencia no son cuestionadas por la epistemología, o bien se considera que no influyen en su objeto de estudio. Por ejemplo, la pregunta metafísica de si existe una realidad objetiva que pueda ser estudiada por la ciencia, o si se trata de una ilusión de los sentidos, es de interés en la filosofía de la ciencia, pero muchos epistemólogos parten de que sí existe, o bien consideran que su respuesta afirmativa o negativa es indiferente para la existencia de métodos de obtención de conocimiento o de criterios de validación de los mismos.

La Metodología: También se puede diferenciar a la epistemología de una tercera disciplina, más restringida que ella: la metodología. El metodólogo no pone en tela de juicio el conocimiento ya aceptado como válido por la comunidad científica sino que se concentra en la búsqueda de estrategias para ampliar el conocimiento. Por ejemplo, la importancia de la estadística está fuera de discusión para el metodólogo, pues constituye un camino para construir nuevas hipótesis a partir de datos y muestras. En cambio, el epistemólogo a la vez podría cuestionar el valor de esos datos y muestras y de la misma estadística.

4.1. La Epistemología, Teoría del Conocimiento

La palabra epistemología se estructura con dos voces griegas: episteme, "conocimiento" y logos, "teoría". Se encarga del problema correspondiente a la relación sujeto-objeto. Entendiendo que el sujeto es el ser cognoscente y el objeto todo aquello sobre lo que el sujeto realiza su actividad cognitiva.

El problema del conocer ha sido abordado desde hace ya varios siglos, aunque es a partir del siglo XIX en el que se advierte un mayor interés en el desarrollo de la epistemología.

Como consecuencia de que este interés ha alcanzado proporciones mayúsculas en los últimos años, ha aparecido una gran cantidad de discursos científicos en torno las posiciones epistemológicas. De tal manera que intentar una clasificación de las mismas con un criterio incluyente es una tarea sumamente ardua. Por tal motivo, únicamente intentaré esbozar un pequeño resumen en torno a la cuestión que nos ocupa.

El dato más remoto corresponde al sofista Georgias quien cuestionó la posibilidad del conocimiento objetivo. Fue contemporáneo de Pitágoras, con quien compartió el presupuesto fundamental del relativismo: vivimos en un mundo de opiniones, siendo la verdad para cada uno de nosotros aquello que nos persuade como tal.

Las tres tesis de Georgias son las siguientes:

a. Nada existe.

b. Si algo existiera, sería incognoscible.

c. Si fuera conocible, sería incomunicable.

Platón y Aristóteles, en oposición a los sofistas, sostuvieron que existía un mundo de formas naturales y eternas, las ideas, sobre las que es absolutamente posible tener conocimiento exacto y cierto. Todo conocimiento se deriva de la experiencia. "El conocimiento real es idéntico a su objeto".

Tratando de conciliar métodos racionales con la fe, Tomás de Aquino, entre otros ayudó a restablecer la confianza en la razón y la experiencia, pues con el paso del tiempo había decaído el interés por el conocimiento racional.

Para los racionalistas Descartes, Spinoza y Leibniz, es el razonamiento deductivo la fuente y prueba del conocimiento.

En cambio, para Francis Bacon y John Locke, ambos empiristas, es la percepción de los sentidos tal fuente y prueba.

4.2. Clasificación del Conocimiento

Se ha intentado clasificar al conocimiento a partir de, por lo menos, tres posiciones:

d. Por su posibilidad. e. Por su origen y

f. Por su esencia.

POR LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO

BREVE DESCRIPCIÓN

DOGMATISMO

Parte de la certeza absoluta de la realidad relacional sujeto- objeto, por lo que para el dogmatismo el problema (como tal) del conocimiento es inexistente, ya que éste es una realidad.

ESCEPTICISMO

Opuesto al dogmatismo, niega la posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto, debido a que todo conocimiento está determinado por aspectos exteriores al sujeto y por los órganos de conocimiento del propio sujeto. Por ello, no es posible la existencia de verdad alguna.

SUBJETIVISMO

Tampoco acepta la existencia de ninguna verdad universal, pero en cambio si acepta la existencia de una verdad individual, dependiente de factores internos del sujeto que conoce y juzga.

RELATIVISMO

Coincidente con el subjetivismo, afirma que no existe ninguna verdad absoluta, pues toda verdad es relativa y dependiente de factores externos.

PRAGMATISMO

También niega la posibilidad del conocimiento, pero recuperando el concepto de verdad, que hace a un lado el escepticismo. Lo verdadero, para el pragmatismo, es lo útil.

CRITICISMO

Como puede verse, tanto el subjetivismo, como el relativismo y el pragmatismo constituyen derivaciones o modalidades del escepticismo, cuya antítesis es el ya mencionado dogmatismo. El criticismo es una tercera posición que, como el dogmatismo, acepta la posibilidad del conocimiento, pero examinando cuidadosamente todas las implicaciones del mismo. No acepta nada que no pase por la reflexión y la crítica. Por eso, se le ha definido como el justo medio entre el dogmatismo y el escepticismo.

POR EL ORIGEN DEL CONOCIMIENTO

BREVE DESCRIPCIÓN

RACIONALISMO

Establece que la razón es la fuente principal del conocimiento, y éste sólo es válido cuando es necesario y universal.

EMPIRISMO

Desarrollado en Inglaterra, niega la existencia de fundamentos científicos independientes de la experiencia como principio del conocimiento. Por ello, establece que la experiencia sensible es el origen único del conocimiento humano científicamente válido. Esta afirmación se deriva de una concepción básica del empirismo y que es la existencia de dos fuentes de ideas: la sensación y la reflexión. La sensación proviene directamente del objeto que se conoce y cuyo impacto se manifiesta en los cambios del sujeto. La reflexión consiste en tener conciencia de que algo nos ocurre internamente. De tal manera que lo objetivo radica en las sensaciones y la reflexión debe considerarse como auténticamente subjetiva. Apreciado así el asunto, las ideas derivan de las sensaciones primarias, y a la conocida afirmación cartesiana pienso, luego existo, se le opone otra: soy capaz de pensar porque existo. El empirismo presupone una ruptura entre el sujeto y el objeto, y algunos de sus principios más conocidos son estos:

· Principio de generalización: En circunstancias y condiciones similares, la relación observada entre determinados factores,

es extensiva a otros factores del mismo tipo.

· Principio de simplificación mecánica: Todo objeto complejo es susceptible de ser conocido a partir de cada una de sus partes.

· Principio de realidad: Todos los hechos quedan fuera e independientes de la conciencia

· Principio de posibilidad: Todos los fenómenos reales poseen

la condición de suceder o ser pensados.

·Principio de causalidad: Todo efecto procede de una causa.

INTELECTUALISMO

De manera análoga al criticismo, pretende mediar entre las posiciones antagónicas del racionalismo y del empirismo. El intelectualismo considera que tanto el pensamiento como la experiencia, contribuyen decisivamente en la producción del conocimiento.

APRIORISMO

Es otro intento por mediar los criterios racionalistas y empiristas, sólo que el apriorismo concibe la existencia de elementos a priori, que no dependen de la experiencia. Estos elementos no son contenidos, como los considera el racionalismo, sino formas del conocimiento. Afirma que los factores a priori son como recipientes vacíos que son llenados con contenidos concretos, por medio de la experiencia.

POR LA ESENCIA DEL CONOCIMIENTO

BREVE DESCRIPCIÓN

OBJETIVISMO

Afirma que en la relación del par sujeto-objeto, el primero es determinado por el segundo. Por lo tanto, al tomar y reproducir las propiedades del objeto, el sujeto es regido por su complemento, el objeto.

SUBJETIVISMO

Su idea central es la de que el sujeto determina al objeto a través de su conciencia, dependiendo del propio sujeto la verdad del conocimiento.

Una posición dialéctica, en cambio, implica la necesaria aceptación de la existencia de una relación entre el sujeto y el objeto.

Pero resulta fundamental hacer hincapié en la diferencia entre el elemental interaccionismo simbólico y la dialéctica. Para el primero, sólo es relevante lo vivido, mientras que para la dialéctica resulta importante el hecho concreto, pero sin soslayar el papel creador del sujeto, procurando que estos dos elementos interactúen permanentemente. Para la dialéctica, los problemas del mundo tienen su base en la contradicción, de ahí que el análisis comparativo de categorías opuestas sea la técnica fundamental de la dialéctica.

REALISMO

Para el existen cosas reales que no dependen de la conciencia. Es decir, las cosas son tal y como las percibimos, y sus características existen como cualidades objetivas, al margen de nuestra conciencia. Por lo anterior, esta doctrina afirma que el ser existe de manera independiente en relación al espíritu que lo percibe. Así, de manera externa a la mente, existe una realidad, debiéndose buscar a la verdad en la relación entendimiento (aquello que hace posible el conocimiento) y cosa (objeto del conocimiento). Tiene una gran semejanza con el empirismo, pues su principio fundamental consiste en que sólo es posible conocer los hechos de la realidad, partiendo de la intuición sensible del objeto y del contacto directo con la naturaleza.

IDEALISMO

Opuesto al realismo, niega la existencia de cosas reales independientes de la conciencia del sujeto. Afirma que todos los seres que no sean sujetos de experiencia, necesariamente son objetos ideales en el sentido de que su existencia se remite a ser percibidos. Esta corriente de pensamiento se apoya en la formula de Berkeley que establece que «ser = ser percibido». En conclusión, puede decirse que el idealismo reduce la realidad al ser y el ser al pensamiento.

FENOMENALISMO

Sus seguidores lo consideran como el punto intermedio entre el realismo y el idealismo, supone que no conocemos las cosas como son en realidad, sino como nos parece que son. No niega la existencia de cosas reales, pero sí la posibilidad de saber qué son esas cosas. Podemos aspirar únicamente a saber que las cosas son, pero no lo que son.

Cuestiones también de especial atención para los estudiosos de este campo son: el problema de las especies del conocimiento, que ha originado el estudio de la razón y de la intuición y el problema del criterio de la verdad, cuya preocupación central es la certeza de verdad o falsedad de los juicios.

4.3. La Epistemología Genética

James Mark Baldwin (1861-1934), en la primera década del siglo XX, al elaborar la primera epistemología genética, analizó como modos genéticos del desarrollo mental a la memoria, la sensibilidad, la imaginación, el simbolismo, el lenguaje, la comprensión, el razonamiento, el juicio, etc.

Sin embargo, el concepto de epistemología genética se asocia casi automáticamente con el nombre de Jean Piaget (1896-1980), debido a los grandes avances que esta teoría ha tenido a partir de sus ideas. Piaget la define como "el estudio del conocimiento como una construcción continua analizando su evolución desde los niveles más elementales hasta los estadios superiores, llegando finalmente al conocimiento científico".

Piaget enfatiza su interés en el estudio de los mecanismos de la inteligencia, de la percepción, etc., como recurso para su explicación causal.

Al igual que Baldwin, Piaget concibe la existencia de varios estadios del desarrollo cognoscitivo, con características específicas que obedecen a una serie de mecanismos de adaptación, mismos que, por medio de la actividad, permiten alcanzar nuevos equilibrios, explicándose así dicho desarrollo.

En contraposición a los empiristas e innatistas, afirma que el conocimiento, en sus orígenes no proviene de los objetos ni del sujeto en sí, sino de interacciones entre ambos y establece que ningún organismo es capaz de ofrecer una respuesta a un estímulo, si no posee un grado de sensibilidad específico para responder. Este grado de sensibilidad se construye por medio del aprendizaje y Piaget lo denomina nivel de competencia.

Aspectos muy importantes que aborda esta teoría son, entre otros: La estructuración del conocimiento.

La coherencia interna del conocimiento.

La búsqueda de una validación genérica del conocimiento. Las condiciones de generación del conocimiento.

Piaget identifica tres elementos en el acto de conocer: el sujeto, el objeto y la estructura. Establece que progreso de los conocimientos no se debe ni a factores hereditarios, ni al acopio de experiencias empíricas, sino a partir de un conflicto que surge entre la imagen del objeto y el objeto mismo. Ante el desajuste producido por el conflicto, el sujeto buscará lo que Piaget llama equilibración, resultado de una autorregulación.

Sin embargo, no se trata de equiparar al equilibrio con una balanza estática, inmóvil, sino entenderlo como actividad que realiza el sujeto para compensar las perturbaciones que recibe del exterior. Existen tres formas de alcanzar el equilibrio:

Por un proceso de reacomodación entre los elementos de la estructura. Por integración de nuevos subconjuntos sucesivos.

Por reestructuraciones interna y transformación radical, un verdadero paso cualitativo.

El sujeto y el objeto constituyen una unidad indisoluble de naturaleza dialéctica, que al interactuar, dan origen a hechos.

Piaget concibe a la estructura cognitiva como una internalización de acciones y operaciones realizadas por el sujeto al interrelacionarse con el medio.

Consideró también, de manera primaria, la importancia de explicar cómo un sujeto pasa de un conocimiento simple a uno más complejo.

En este aspecto, vale la pena citar que Brodzinsky y Siegel, entre otros autores, aun considerando que la propuesta de Piaget constituye hoy por hoy la alternativa más completa para explicar el desarrollo cognitivo, estiman que no se trata específicamente de una teoría del desarrollo cognitivo, sino más bien de una teoría del desarrollo psicológico.

Tal afirmación ha propiciado que los críticos de Piaget propongan algunos enfoques distintos, entre los cuales puede citarse aquel en el que centralmente se considera la manera diferente como cada sujeto aborda la realidad que lo circunda. Esta nueva modalidad psicológica es conocida como teoría de los estilos cognitivos, totalmente relacionada con las diferencias individuales.

Algunas cuestiones de oposición permanente hacia la epistemología genética son las siguientes:

La afirmación en el sentido de que el desarrollo madurativo finaliza a la edad de 15 años, y a partir de esa edad, solo podrán adquirirse conocimientos desde un punto de vista cuantitativo, pero nunca cualitativo.

La escasa importancia que esta teoría concede al factor socio-cultural, elemento que, en sus últimas obras, el propio Piaget reconoce no haber considerado suficientemente.

Sin embargo, y al margen de cualquier crítica, la obra de Piaget no únicamente es trascendente, sino además muy voluminosa, ya que incursionó en diversas áreas del saber humano: psicología, epistemología, sociología, lógica, filosofía, educación, etc., y aunque él mismo nunca se consideró pedagogo, es indudable el gran valor y la influencia de su pensamiento en la fundamentación del ejercicio educativo en nuestros días.

Finalmente, no son pocos los que consideran que todos los problemas epistemológicos podrían formularse de modo que obtuviéramos respuestas precisas por medio de trabajo experimental, gracias al andamiaje investigativo proporcionado por la epistemología genética, teoría que, aseguran, intenta dar una explicación del desarrollo del conocimiento científico en general.

En todo caso, me parece que vale considerar que la epistemología genética no es, en modo alguno, la cosmovisión de un sujeto. Porque una cosmovisión no constituye un conocimiento científico. Acaso sí, un conjunto de principios que determinan su conducta.

Tal vez, el desarrollo de la ciencia, más tarde o más temprano, puede propiciar la convergencia de diversas cosmovisiones, lo que se traduciría en una realidad más integrada. La ciencia cumpliría, así, una función colateral a la que le es propia.

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Fig. Nº 01 La ciencia es un juicio1 verdadero acompañado de razón Platón. Teeteto, 202, b-c

Fuente: Epistemología, www.wikipedia.org

El determinismo del desarrollo

5.1. Bases Conceptuales

5.1.1. Determinismo

(Del latín «determinare» determinar). Concepciones filosóficas contradictorias relativas al lugar que ocupa y al papel que desempeña la causalidad. Se da el nombre de determinismo a la teoría en que se afirma la condicionabilidad causal y universal de todos los fenómenos.

El determinismo es una doctrina filosófica que afirma que todo acontecimiento, incluyendo el pensamiento humano y las acciones, está causalmente determinado por la irrompible cadena causa-consecuencia. No hay milagros ni ocurren sucesos al azar.

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Fig. Nº 02 Determinismo

Fuente: www.objetivismo.org –

El determinismo sostiene que nuestra vida está regida por circunstancias que escapan a nuestro control de modo que nadie es responsable de lo que hace o deja de hacer.

Desde el punto de vista humano, el determinismo sostiene que no existe el libre albedrío.

Asimismo hay diferentes formas de determinismos:

a) Determinismo en Ciencias Sociales

Dado que las ciencias sociales estudian tanto la conducta individual, como la conducta de sistemas formados por diversos individuos, existen formas de determinismo que sostiene que el comportamiento global del sistema es determinista (sin afirmar nada sobre el determinismo de los individuos) y formas más radicales que sostienen el determinismo incluso a nivel de individuo. Estas formas de determinismos son:

– Determinismo ambiental

– Determinismo genético

– Determinismo educacional

– Determinismo psíquico

– Determinismo económico

– Determinismo cosmológico

– Determinismo de carácter social

– Determinismo geográfico

– Determinismo tecnológico

– Determinismo biológico

– Determinismo de clase

b) Determinismo en Ciencias Naturales

– Determinismo científico, que se basa: En física

La mecanica clásica y la teoría de la relatividad

La mecanica cuántica (teoría no determinista)

c) Determinismo religioso

– Determinismo teológico

Asimismo otros autores para distinguir las diferentes formas de determinismo las clasifican acorde al grado de determinismo que postulan:

– El determinismo fuerte sostiene que no existen sucesos genuinamente aleatorios o azarosos, y en general el futuro es potencialmente predecible a partir del presente.

– El determinismo débil sostiene que es la probabilidad lo que está determinada por los hechos presentes, o que existe una fuerte correlación entre el estado presente y los estados futuros, aun admitiendo la influencia de sucesos esencialmente aleatorios e impredecibles.

5.1.2. Desarrollo

Desarrollo significa expandir y dar extensión a lo que está arrollado o comprimido, acrecentarlo. Es la maximización de algo que es susceptible de crecer. Se desarrollan los seres vivos en su proceso de crecimiento, se desarrollan las ideas cuando luego de esbozarse, toman forma y se perfeccionan, y se desarrollan las culturas con nuevos descubrimientos e invenciones.

El derecho al desarrollo está reconocido internacionalmente como un derecho de los pueblos, como una manifestación de su autodeterminación para poder crecer y mejorar utilizando sus propios recursos y recurriendo a la solidaridad internacional.

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Fig. Nº 03 Desarrollo Económico y social

Fuente: Grupo Jomar SL – 2009

El desarrollo tecnológico de los últimos años, fue notorio, con invenciones revolucionarias, sobre todo en materia de comunicaciones, pero el desarrollo tiene un lado negativo y es que con la proliferación de las fábricas, y sus desechos industriales; de la agroindustria, y del parque automotor, se han acrecentado los problemas ambientales. Estas consecuencias negativas para el medio ambiente dio nacimiento a una nueva expresión: desarrollo sustentable, que es una forma de crecer y mejorar las condiciones de vida y el confort, pero cuidando la naturaleza.

En los seres humanos se llama desarrollo al cambio que se produce en los niños y niñas. Aparece aproximadamente a partir de los 10 o 12 años en las niñas y de los

13 o 14 años en el varón, caracterizado por manifestaciones físicas donde se adquiere la madurez sexual. En las mujeres se reconoce por la aparición de la

menstruación.

También se desarrolla la inteligencia humana a través de varias etapas, que comienzan con el nacimiento, y que alcanza su apogeo al comienzo de la vida adulta (alrededor de los 18 o 20 años). El desarrollo motriz también es paulatino, ya que el niño recién nacido es totalmente dependiente de su madre. Comienza a caminar alrededor del año de edad, a correr dos años más tarde, puede manejar un lápiz para escribir al comienzo de su escolarización, etcétera, variando el desarrollo en relación del proceso madurativo individual.

5.1.3. Tecnología

Tecnología es el conjunto de conocimientos técnicos, ordenados científicamente, que permiten diseñar y crear bienes y servicios que facilitan la adaptación al medio ambiente y satisfacer tanto las necesidades esenciales como los deseos de las personas. Es una palabra de origen griego, te???????a, formada por téchne (t????, arte, técnica u oficio, que puede ser traducido como destreza) y logía (????a, el estudio de algo). Aunque hay muchas tecnologías muy diferentes entre sí, es frecuente usar el término en singular para referirse a una de ellas o al conjunto de todas. Cuando se lo escribe con mayúscula, Tecnología, puede referirse tanto a la disciplina teórica que estudia los saberes comunes a todas las tecnologías como a educación tecnológica, la disciplina escolar abocada a la familiarización con las tecnologías más importantes.

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Fig. Nº 04 Tecnología y Estilo de Vida

Fuente: Irina Olalde – 2010

La actividad tecnológica influye en el progreso social y económico, pero su carácter abrumadoramente comercial hace que esté más orientada a satisfacer los deseos de los más prósperos (consumismo) que las necesidades esenciales de los más necesitados, lo que tiende además a hacer un uso no sostenible del medio ambiente. Sin embargo, la tecnología también puede ser usada para proteger el medio ambiente y evitar que las crecientes necesidades provoquen un agotamiento o degradación de los recursos materiales y energéticos del planeta o aumenten las desigualdades sociales. Como hace uso intensivo, directo o indirecto, del medio ambiente (biosfera), es la causa principal del creciente agotamiento y degradación de los recursos naturales del planeta.

5.2. Evolucionismo Social Clásico

El evolucionismo representa un conjunto de ideas que afirman que el universo, o alguna o todas sus partes, están sujetos a cambios irreversibles y cumulativos, de tal manera que la variedad y complejidad de las partes ha aumentado. Se opone a creer que el universo y sus partes son eternamente lo mismo o que ha sido lo mismo desde que ha sido creado. Estas teorías pueden referirse al universo en su conjunto o a la evolución humana, mental, cultural…

Herbert Spencer (1820-1903) y el concepto de la evolución. Fue el primero en usar el término evolución18, y aunque inicialmente no lo define, parece referirse a los cambios en la sociedad que otras veces se denominan «progreso». En sus

«First Principles» la evolución es definida como cambio desde la homogeneidad indefinida e incoherente a una heterogeneidad definida y coherente, a través de diferenciaciones e integraciones continuas.

Aquí se entiende perfectamente la idea de evolución como proceso de creciente diferenciación. En Spencer, la idea de las sociedades como un sistema era una parte fundamental de su evolucionismo. Explicaba el carácter sistémico de la sociedad afirmando que era algo análogo a un organismo: las partes que constituyen la sociedad son interdependientes (que es lo mismo que decir que forman una estructura). Es decir, está presente la idea de sistema o estructura donde el cambio en una parte produce cambios en las demás.

Edward Burnet Tylor (1822-1917). Esto implica una radical diferencia respecto a Spencer y Morgan a quienes lo que les interesaba era la evolución de las sociedades completas. Tylor estaba interesado en la historia de los elementos culturales separados más que en sistemas sociales totales. Ni usa mucho el concepto de evolución, ni trata de dar una definición formal ella. Lo aplica de manera bastante simplista a cualquier sucesión de formas específicas y no ofrece ningún criterio para mostrar el proceso evolutivo. A pesar de todo, presenta una postura evolucionista de carácter general.

Frecuentemente, dice que ningún estadio de la cultura aparece espontáneamente, sin que crezca o se desarrolle de un estadio anterior. También usa los «survivals» o supervivencias como medios para demostrar la secuencia evolutiva. Estas son definidas como los elementos de la cultura que han pasado por la fuerza de la costumbre a estadios posteriores de aquel en el que se originaron. Además, igual que Morgan –aunque menos elaborado-, Tylor divide la historia de las sociedades humanas en tres estadios: salvajismo (caza y recolección), barbarie (aparece agricultura, pueblos permanentes y vida urbana con mejoras en conocimiento, costumbres y gobierno) y civilización (aparece con la agricultura). La mayor diferencia con Morgan es que el evolucionismo de Tylor se aplica más bien a la religión, el mito y el lenguaje. De hecho, afirma que la religión primitiva tiene cierta racionalidad, y por ello la evolución de la religión demostraba una comprensión racional del mundo. En general, esa evolución era desde una creencia en seres animados, después en espíritus, después panteón politeísta y posteriormente, monoteísmo. Eso llevó a Carneiro a decir que "Tylor se presenta como un maestro de los hechos, mientras que Spencer se presenta como un maestro de la teoría".

Lewis Henry Morgan (1818-1881). Las bases de su evolucionismo aparecen en Ancient Society con afirmaciones como que "la humanidad comenzó su carrera en la parte más baja de la escala y fue subiendo desde el salvajismo a la civilización, a través de una acumulación de conocimiento experimental". Tanto el estado de salvajismo, como el de barbarie o el de civilización son tres condiciones distintas que estarían conectadas entre sí en una secuencia necesaria de progreso natural.

Morgan describe tres los estadios de la historia humana (o «períodos étnicos») que representan a un tipo de sociedad, están organizados en una secuencia evolutiva y son identificados primariamente por su nivel tecnológico. 1) El estadio más antiguo es el salvajismo con tres subperiodos: el más bajo representa el comienzo de la vida humana, del que poco se conoce y que termina con la subsistencia en base a la pesca y el uso del fuego; el estadio medio del salvajismo que comienza con pesca y fuego y termina en la invención del arco y la flecha; y el estadio superior, que comienza ahí para terminar con la cerámica. 2) Luego vendría el estadio más bajo de la barbarie (también con tres subperiodos). Desde la cerámica se pasa al estadio medio de la barbarie, que empieza con la domesticación animal en el Este y el desarrollo de la irrigación en el Oeste, para terminar en el desarrollo del hierro. El estadio superior de la barbarie va del hierro a la invención del alfabeto fonético y la cultura. 3) Esta última invención inaugura el último período étnico, el de la civilización.

5.3. Ciencia, Tecnología, Sociedad y Desarrollo.

La ciencia y la tecnología pueden palparse en lo cotidiano. Basta echar una ojeada a los objetos que nos rodean en nuestro diario vivir y preguntarnos por el contenido de conocimiento que ha hecho posible su producción. Subyacen a este conjunto innumerable de productos, procesos y equipos, infinidad de tecnologías «que no existían y no hubieran existido jamás si no hubiera sido por el talento y la creatividad del hombre».

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Fig. Nº 05 Ciencia

Fuente: Sor Albanis – 2011

Siendo el conocimiento la «materia prima» de la sociedad a fines del siglo XX, el presente material se presenta como una invitación a comprender la naturaleza de la actividad científica y tecnológica generadoras de conocimiento y a forjarse una visión general de su impacto en la sociedad. Somos testigos de excepción de una revolución productiva nueva, basada en el conocimiento. Es en este escenario donde, a manera de inducción y telón de fondo, cobra sentido «aprender a investigar» en los múltiples campos del saber. Este es uno de los lenguajes de la sociedad y de las organizaciones de nuestros días.

Uno de los tópicos en el debate actual sobre la ciencia y la tecnología consiste en determinar que tanto han servido para configurar a las sociedades modernas y trasformar a las tradicionales. Los progresos científicos como también tecnológicos han modificado radicalmente la relación del hombre con la naturaleza y la interacción entre los seres vivos. Hoy en día la ciencia y la tecnología calan los niveles más altos en la sociedad actual.

La ciencia y la tecnología no se pueden estudiar fuera del contexto social en el que se manifiestan. Entre la ciencia y la tecnología existe un claro estado de simbiosis; en otras palabras, conviven en beneficio mutuo. Aunque el efecto de ambas actuando conjuntamente es infinitamente superior a la suma de los efectos de cada una actuando por separado.

Y, sin embargo, ante estos progresos que no podían ni siquiera imaginar las autopistas del pasado, empiezan a surgir preguntas cada vez más serias sobre el lugar que incumbe la ciencia y la tecnología en nuestra sociedad; y además con una constancia tal que no se pueden ignoras tales problemas. Leí una frase escrita por Albert Camus, la cual me llamó mucho la atención, decía lo siguiente:

"El siglo XVII fue de las matemáticas, el siglo XVIII el de las ciencias físicas, el siglo XIX el de la biología y nuestro siglo XX es el siglo del miedo".

¿Es cierto esto?, Podríamos decir que sí; ya que la ciencia y la tecnología han tenido tanto auge, tanto desarrollo que hoy en día muchos temen que la ciencia y la tecnología lleguen a destruir el mundo. Muchas personas lo ven de la siguiente manera, ¿Cuántas personas han muerto en accidentes automovilísticos?, Si la ciencia y la tecnología no los hubiesen creado no hubiesen ocurrido. Pero dejan atrás la otra cara de la moneda, ¿Cuántas personas se han salvado gracias al transporte automovilístico? ¿Cuánto tardaríamos en trasladarnos de un lugar a otro?, Si no se hubiesen desarrollados estos inventos. Lo que une a la ciencia y la tecnología con la sociedad son las necesidades y los deseos de la sociedad.

Son muchos los que consideran la ciencia como una amenaza y no solo en nuestros tiempos, sino desde hace muchos años, es el típico caso de Galileo quien fue condenado por el Papa, ya que este consideraba que su nuevo método de considerar la verdad constituía un gran desafío a la autoridad tradicional. Aunque muchos consideran que esto se debe a que la sociedad no tolera aquello sobre lo que no dispone información o simplemente que no lo puede comprender.

Hoy en día, la tecnología es parte del sistema de vida de todas las sociedades. La ciencia y la tecnología se están sumando a la voluntad social y política de las sociedades de controlar sus propios destinos, sus medios y el poder de hacerlo. La ciencia y la tecnología están proporcionando a la sociedad una amplia variedad de opciones en cuanto a lo que podría ser el destino de la humanidad. Impacto de la tecnología en la sociedad

edu.red

Fig. Nº 06 Tecnología

Fuente: Sor Albanis – 2011

La tecnología se propone mejorar u optimizar nuestro control del mundo real, para que responda de manera rápida y predecible a la voluntad o el capricho de la sociedad, aunque no siempre sea en su beneficio. La tecnología es también la provincia de la industria y de la empresa comercial; para nada sirve si sus productos no responden a las necesidades de los consumidores.

Tradicionalmente la tecnología ha progresado por el método empírico del tanteo. La tecnología ha estado a la vanguardia en muchos campos que posteriormente adquirieron una sólida base científica. Se dice que los efectos la tecnología constituyen un "impacto". La tecnología derrama sobre la sociedad sus efectos ramaficadores sobre las prácticas sociales de la humanidad, así como sobre las nuevas cualidades del conocimiento humano.

Desde los primeros tiempos de la agricultura o desde fines de la Edad del Hierro, la cultura humana ha tenido una tecnología, es decir, la capacidad de modificar la naturaleza en un grado u otro. Se considera que la tecnología proporciona estimables beneficios a corto plazo, aunque a largo plazo han engendrado graves problemas sociales. Algunos autores consideran que los problemas que ha generado la tecnología son indirectamente provocados por la ciencia, ya que si no contáramos con los avanzados conocimientos científicos, no tendríamos una tecnología tan adelantada.

Los beneficios que trae consigo la tecnología moderna son muy numerosos y ampliamente conocidos. Una mayor productividad proporciona a la sociedad unos excedentes que permiten disponer de más tiempo libre, dispensar la educación y, de hecho, proseguir la propia labor científica. Todos nosotros necesitamos alimentos, vivienda, ropa, etc. Cuando quedan satisfechas esas necesidades básicas y la tecnología empieza a proporcionar beneficios cada vez más triviales, es cuando surgen esencialmente los problemas.

Si consideramos la situación actual de los países desarrollados, vemos que la gente o parece más feliz que en el pasado, y a menudo tampoco tiene mejor salud. Los desechos ambientales que produce la tecnología han creado nuevas formas de enfermedades y fomentado otras. El propio trabajo es hoy más monótono y decepcionante. El ser humano necesita realizar algo que estimule su cerebro, su capacidad manual y también necesita variedad.

La industria de base tecnológica ha dislocado la familia. Por ejemplo, el hecho de tener que dedicar mucho tiempo al transporte separa a menudo a un padre de sus hijos. La sociedad tecnológica tiende también a separar a la madre del niño pequeño. La facilidad de las comunicaciones incita a los hijos a irse muy lejos, y la familia ampliada a dispersarse más. Además de todo esto, a consecuencia de todo esto, se debilita la transmisión cultural de las técnicas (por ejemplo, la cocina, la educación de los niños, etc.) y los pedagogos tienen que intentar colmar esta laguna.

Normalmente, las sociedades están integradas por grupos coherentes en las cuales se reconoce la identidad personal y se ejercen presiones para coartar los actos antisociales. Si están demasiado aislados, estos grupos se vuelven opresivos. En un primer momento, los efectos de la facilidad de las comunicaciones parecen beneficiosos, porque liberan a la gente de las presiones locales, pero al persistir esta tendencia, se quedan a menudo aislados.

Es indudable que la tecnología ha servido para que las guerras sean mucho más calamitosas todavía, ya que afectan a todo el mundo, y no solamente a los civiles sino también a los neutrales y a los pueblos primitivos. La violencia y la delincuencia también se deben simplemente a la tecnología; por lo que podríamos considerar la tecnología como uno de los problemas más grandes de la sociedad actual, ya que la delincuencia es uno de los problemas más abrumadores y que más afecta a la sociedad actual.

Johannes Von Neumann, preguntó en un artículo de la revista Fortune: "¿Podremos sobrevivir a la tecnología?"

No podríamos terminar nuestra visión panorámica de los temas que afectan las relaciones entre la ciencia, la tecnología, el desarrollo y la sociedad, a finales del

siglo XX, sin señalar al menos resumidamente algunas de las grandes tendencias

internacionales en estas actividades. Deben mirarse los procesos de vinculación entre la ciencia y la tecnología con la sociedad como un campo de estudio de singular interés. Es allí donde se producen los mayores cambios en el alcance, en el significado y en la organización de la producción y la difusión del conocimiento.

Es visible la tendencia en las sociedades industrializadas a la producción de conocimiento consultando los intereses sociales, económicos y de mercado de manera más determinante. La generación de conocimiento se desplaza hacia el contexto de su aplicación e interactúa con otras instituciones sociales. Esto afecta la comunicación de la ciencia y la tecnología con la sociedad, la hace de dos vías.

Ciencia y tecnología vienen siendo cuestionadas por su contribución al bien público. Se viene abriendo paso la desmitificación de la ciencia y la tecnología. Ya no se las concibe como las fuentes exclusivas de donde mana el progreso infinito. Surgen los críticos que no justifican ya la ciencia por sí misma. A menos que ésta contribuya a satisfacer las necesidades humanas, en un contexto social, cultural y económico que le dé sentido, el mismo gasto de I&D en países como Estados Unidos es de validez cuestionable.

La controversia se hace presente para cuestionar el triunfalismo de la ciencia y la tecnología, buscando justamente hacer que la sociedad y sus instancias de control social señalen los caminos convenientes. Los frutos de la ciencia y la tecnología han sido amargos en más de una ocasión. Los estudios denominados de ciencia, tecnología y sociedad (CTS), han abierto un nuevo cauce desde las ciencias sociales para formalizar la controversia desde la ciencia misma.

5.4. Determinismo del Desarrollo

El desarrollo puede ser definido como una transformación constructiva de la forma en el tiempo irreversible a través de procesos de intercambio entre el organismo y el medio. Las nociones de forma (o estructura), construcción y transformación son de una relevancia crucial en este establecimiento axiomático de los escenarios para los modelos del desarrollo.

Una nueva forma de determinismo es que en la realidad encontramos fenómenos que pueden ser percibidos como factores de inercia y factores de cambio. En otras palabras, existen situaciones tendenciales y, al mismo tiempo, percibimos rupturas que las debilitan y pueden llegar a destruirlas. Encontramos acontecimientos que podrían llegar a perpetuarse, pero también descubrimos circunstancias que los atenúan y, en algunos casos, pueden llegar a aniquilarlos. Analicemos este ejemplo: Una importante tendencia mundial es la globalización, término anglosajón que en francés se tradujo como "mundialización". Observamos que el mundo rompe los esquemas nacionales y comienza a tender hilos de unión (económicos, sociales, culturales, etc.) en todas direcciones. Pero, al mismo tiempo, observamos que estos procesos están llevando a una enorme competitividad y ésta, a su vez, al empobrecimiento de quienes no triunfan en la palestra. Este efecto perverso de la gran tendencia de globalización se constituye en uno de sus "factores de ruptura".

En la teoría sustantiva, la tecnología constituye un nuevo tipo de sistema cultural que reestructura por completo el mundo social con objeto de establecer un control significativo (Feenberg, 1991, p. 7). Este sistema es caracterizado por la imposición de nuevas reglas que no toman en cuenta las características humanas existentes y tratan de imponer la supremacía del poder y la riqueza como formas de valorar a la sociedad mediante la tecnología. La política y la moral están fuera de este contexto. No existe una racionalidad tecnológica en el sentido de qué es lo deseable para el ser humano, sino únicamente, lo útil y productivo.

5.4.1. Historia de la Tecnología y Determinismo Tecnológico

Para analizar la historia de la tecnología son necesarios unos planteamientos previos y una metodología concreta, en virtud de los cuales se obtendrán unas respuestas u otras, una visión de la historia u otra, ya que cualquier historia es una construcción social. "Dependiendo de las preguntas, de la metodología de investigación y de las categorías conceptuales que maneja el historiador…Al hablar de historiografía de la tecnología, en este caso particular, lo que se pretende es realizar una valoración de aquellos elementos metodológicos y conceptuales que se presentan dentro de aquellos estudios que han tratado el tema de la tecnología desde la perspectiva histórica".

Desde este punto de vista las nociones conceptuales que caracterizan el determinismo tecnológico son:

– Visión triunfalista de la ciencia y la tecnología

– Idea de progreso heredada desde la industrialización

– La tecnología actúa como motor del cambio social "La tecnología determina la historia"

– Autonomía de la Tecnología

– El desarrollo tecnológico sigue una lógica "natural" interna propia

– El desarrollo tecnológico es lineal, acumulativo y conduce al progreso

– La misma tecnología causa los mismos efectos en todas las sociedades

Interpretación del desarrollo tecnológico según el concepto de "causa futura"

Por ello tradicionalmente los estudios de historia de la tecnología (meramente descriptivos y en base a los supuestos anteriores) han centrado fundamentalmente su atención en:

– La génesis de las innovaciones

– La historia de los aparatos

– El perfeccionamiento funcional de los inventos

– La genialidad de los inventores

Pero como cualquier otra corriente de pensamiento, y como señala Bruce Bimber en su artículo "Three faces of technological determinism", el determinismo tecnológico presenta distintas vertientes fundamentales:

? Interpretación Nomológica: La tecnología se desarrolla de acuerdo a una lógica independiente y natural sin ser afectada por los cambios sociales o culturales, pues la sociedad es consecuencia de la tecnología que es la causa. Explicación como producto lógico (La historia es determinada por leyes que el hombre descubre secuencialmente, y que al aplicarlas produce tecnología).

? Interpretación Normativa: La tecnología tiene un papel preponderante pero se admite la capacidad de la sociedad para darle significado político y cultural (desde el determinismo tecnológico esta interpretación se valora como no tecnológica).

? Interpretación de "Efectos no Anticipados": La tecnología juega un papel fundamental pero no a partir de una secuencia lógica sino mediante la influencia de la incertidumbre y la incontrolabilidad (desde un punto de vista determinista se considera que se rompe el esquema causa/efecto, y por tanto esta interpretación se califica de no determinista).

Todas estas interpretaciones, pueden considerarse versiones más o menos atenuadas del determinismo más ortodoxo, e incluso verse como evoluciones hacia una visión constructivista, pero todas ellas en mayor o menor medida tienen una raigambre determinista

5.4.2. Variantes del Determinismo Tecnológico

No es nada fácil caracterizar el determinismo tecnológico. Es un concepto que admite diversas interpretaciones, dada la pluralidad de contextos en los que ha sido empleado y de propósitos que han animado ese uso. Ha terminado así por convertirse en un concepto bastante vago, lo cual a su vez ha propiciado un uso aún más extenso. El determinismo tecnológico ha sido atribuido, con mayor o menor justicia, a autores tan dispares como Karl Marx, Ernst Jünger, Martin Heidegger, Lewis Mumford, Jacques Ellul, Herbert Marcuse, Langdon Winner, Lynn White, Jr., John Kenneth Galbraith, Marshall McLuhan, Alvin Toffler, Robert L. Heilbroner, Neil Postman, etc. Además, el discurso sobre el determinismo tecnológico puede hacer referencia a dos cosas que, en principio, son completamente independientes. A veces, sobre todo entre los filósofos, lo que se quiere decir es, como a continuación explicaremos, que la tecnología está sujeta a un proceso autónomo de desarrollo, que, por no obedecer a ningún agente externo a la propia tecnología, se puede considerar como determinado por una lógica interna. Pero entre los historiadores el determinismo tecnológico tiene un significado muy diferente. Entre ellos se entiende principalmente como la tesis que sostiene que la tecnología determina (o influye de forma decisiva en) el curso de la historia. Que, como escribía Marx en La miseria de la filosofía (en un exceso que, por cierto, puede compensarse con otros textos suyos no deterministas), "el molino a brazo os dará la sociedad con señor feudal; el molino a vapor, la sociedad con el capitalismo industrial." (Marx 1979, p. 161). Una de las obras clásicas que se consideran como exponentes de esta tesis es Medieval Technology and Social Change, de Lynn White, Jr. En esta obra, publicada en

1962, se liga la aparición del sistema feudal con el invento del estribo. El estribo, debido a la potenciación que permitió de la caballería al hacer de la carga a caballo un elemento central en las batallas, habría sido el catalizador de toda una serie de cambios sociales, como el vasallaje, que condujeron a lo que conocemos como feudalismo.

Ambas tesis son lógicamente independientes. Se puede creer que la tecnología es autónoma y asumir al mismo tiempo que los procesos sociales e históricos no están determinados por su desarrollo, y se puede pensar que determina dichos procesos si bien no sigue un desarrollo completamente autónomo de otros agentes sociales. Cierto es, sin embargo, que algunos deterministas fuertes y también algunos comentaristas unen ambas tesis y las presentan erróneamente como si tuvieran que ir necesariamente ligadas: la tecnología es autónoma en su desarrollo y determina los procesos históricos y sociales.

Un modo en que puede entenderse inicialmente el determinismo tecnológico es en analogía con el determinismo tal como se entiende en las ciencias naturales desde que fuera definido por Pierre-Simon de Laplace en 1814, es decir, como el sometimiento de todos los fenómenos naturales a leyes inmutables. El determinismo en ciencias naturales (particularmente en física) sostiene, en efecto, que el universo está regido por leyes universales no sujetas a excepciones. Los fenómenos físicos serían completamente predecibles si conociéramos dichas leyes y todas y cada una de las condiciones antecedentes de dichos fenómenos.

Una consecuencia del determinismo así entendido es la inevitabilidad del resultado que las leyes naturales dictan sobre el futuro. Sólo hay un estado de cosas en un momento futuro compatible con el estado de cosas presente. Y lo mismo puede decirse con respecto al pasado. Sólo hay un estado de cosas en cualquier momento del pasado compatible con el estado de cosas presente. Por tanto, dado un estado de cosas en el mundo, todos los demás estados están fijados conforme a las leyes naturales.

Lo que, interesa saber es si el determinismo tecnológico ha sido entendido alguna vez de una forma semejante. Trasladando a la tecnología lo sostenido por el determinismo físico, el determinismo tecnológico debería afirmar que todos los fenómenos tecnológicos obedecen a leyes naturales que dictan de forma necesaria la configuración que tomará la tecnología en cualquier momento posterior. Y, en efecto, hay quien lo ha entendido de forma muy cercana a esto. Bruce Bimber (1996) utiliza precisamente este sentido para descartar que Marx hubiera sido un determinista tecnológico. Bimber sostiene que, aunque hay al menos otros dos sentidos en el que se emplea el concepto habitualmente, el determinismo tecnológico en sentido preciso debe interpretarse como una explicación nomológica de la tecnología. Es decir, "el determinismo tecnológico puede concebirse como la idea de que a la luz de la situación pasada (y actual) del desarrollo tecnológico y de las leyes de la naturaleza, el cambio social no puede seguir en el futuro más que un único curso posible. Una empresa (por ejemplo, el ferrocarril) exige tecnologías posteriores (como el telégrafo o grandes centros de producción de acero organizados jerárquicamente) y una reserva de mano de obra, la existencia de capital, un sector de seguros y la banca, etc., para que el cambio económico social y cultural provocado inevitablemente por la adopción del ferrocarril siga un rumbo fijo y predecible." (Bimber 1996, p. 99).

Sin embargo, es sumamente discutible que esta posición represente adecuadamente lo que pretende expresar la idea popular sobre la tecnología que hemos descrito más arriba, entre otras razones porque en ella se asume una posición filosófica acerca de la naturaleza que más bien parece reservada al ámbito académico. Obsérvese que según esta caracterización el determinismo tecnológico no es más que un caso especial del determinismo físico. Vivimos en un universo gobernado por leyes universales deterministas y dichas leyes gobiernan también a la tecnología. Por lo tanto, así como el estado de los planetas dentro del Sistema Solar podría ser establecido para cualquier momento futuro, en tanto que conozcamos su estado actual y las leyes que rigen su movimiento, así también podríamos en principio trazar la trayectoria del desarrollo tecnológico si tuviéramos un conocimiento semejante de sus leyes y condiciones actuales.

Más acertado parece interpretar el determinismo tecnológico popular como la ausencia de control de la tecnología por parte del ser humano; como el desarrollo autónomo de la tecnología. Según esta interpretación, la sociedad no tiene capacidad para influir en el curso del desarrollo tecnológico. No hay posibilidad real de modificarlo. Estamos abocados a lo que dicte para nosotros la propia tecnología. Cabe distinguir dos versiones dentro de esta postura: (1) la tecnología (al menos en su forma actual) es intrínsicamente ingobernable y sigue leyes propias (un representante de esta postura sería Jacques Ellul); (2) hemos dejado que las instancias que deberían gobernar y controlar la tecnología no lo hagan (un representante sería Langdon Winner). Ambas versiones comparten, sin embargo, su aceptación del llamado "imperativo tecnológico": si algo es técnicamente posible, entonces terminará por realizarse. O expresado de otro modo: en tecnología lo posible implica lo necesario; todo lo que esté alguna vez disponible, será necesariamente usado. En la primera versión, el imperativo tecnológico se sigue como consecuencia inevitable de la ley interna del desarrollo tecnológico. En la segunda versión, en cambio, el imperativo tecnológico es un hecho que podría evitarse en las condiciones adecuadas.

Las tesis de Ellul han sido expuestas y analizadas en múltiple ocasiones. Valga aquí sólo un somero recordatorio. En el capítulo segundo de su influyente obra La technique ou l"enjeu du siècle, publicada en fecha tan temprana como 1954, Ellul expone una serie de características de la moderna tecnología que vienen todas a confluir en el mismo resultado: la tecnología actual es autónoma, esto es, sigue sus propias leyes de desarrollo con total independencia de los deseos humanos y de cualquier otro factor externo. "La técnica obedece sus leyes específicas, obedeciendo cada máquina en función de las otras. Así cada elemento del conjunto técnico sigue leyes determinadas por la relación con los otros elementos de este conjunto; leyes internas al sistema, por lo tanto, y en nada influenciables por factores ajenos." (Ellul 1990, p. 126). La técnica moderna crece por sí misma, se engendra a sí misma. Es sólo la situación técnica anterior la que marca cuáles serán las técnicas en uso en el momento siguiente. Unas innovaciones técnicas conducen a las otras. Esto implica, evidentemente, que nada puede hacer ya el ser humano por controlarla o reconducirla. Todo intento de hacerlo o bien está condenado al fracaso, o bien, si consigue tener algún efecto, no llevaría más que la aplicación de nuevas técnicas (de gestión, de gobierno, etc.) a los procesos tecnológicos ya existentes, con lo cual en última instancia sólo se conseguiría reforzar el propio sistema tecnológico. El hombre es una pieza más del engranaje, y sólo le cabe obedecer también sus leyes. En el mejor de los casos es un mero catalizador que desencadena y acelera el movimiento, pero sin participar en su manejo.

Son diversos los problemas que pueden atribuirse a esta caracterización del determinismo. En primer lugar, contempla la tecnología como algo homogéneo, inextricable, sin articulación interna ni niveles diferenciados. No permite, por ejemplo, hablar de tecnologías de fácil control en comparación con otras de control más difícil. El holismo de Ellul ve la tecnología como un todo que se acepta o se rechaza en su globalidad y que señala un camino único. Y puesto que esa globalidad no puede ser controlada por completo por los individuos o por los gobiernos, se concluye, dando un salto ilegítimo, que no es posible control efectivo ninguno de la tecnología. En segundo lugar, convierte a la tesis de la autonomía de la técnica en una tesis cuasi ontológica: hay algo en la propia naturaleza de la tecnología que la hace ingobernable una vez alcanzado cierto nivel de desarrollo o cierta forma concreta. Como el monstruo creado por el doctor Frankenstein, una vez que está en el mundo, se rebela ante cualquier intento de sumisión y exige incluso obediencia a su creador. Finalmente, postula unas supuestas leyes de su desarrollo que quedan en la más completa indefinición. Ellul sólo menciona el cálculo para la maximización de la eficiencia (cf. Ellul 1990, p. 69). Ahora bien, la historia antigua y reciente de la tecnología desmiente que las consideraciones sobre la eficiencia sean las únicas que intervienen. Otros factores importan, y no de forma desdeñable.

En todo caso es necesario reconocer que el determinismo tecnológico popular recoge en buena medida unas ideas parecidas. Ideas que pueden rastrearse incluso en obras literarias, como Frankenstein de Mary Shelley y, en general, en los relatos que varían sobre el tema del aprendiz de brujo. Si bien, en tales casos, la tecnología es vista más como un sujeto o una fuerza misteriosa con voluntad autónoma que como un engranaje impersonal siguiendo leyes propias.

Menos estricta, y por ello mismo menos inhibidora de la acción política y del activismo social, es la caracterización del determinismo tecnológico que efectúa Langdon Winner. Este autor trató el tema de forma detallada en su libro de 1977 Autonomous Technology, pero ha ido modulando y revisando ampliamente sus tesis en obras posteriores. Si en Autonomous Technology, pese a intentar mantenerse neutral sobre la cuestión, mostraba claramente su admiración y su simpatía por algunos deterministas, en particular por Ellul, y denunciaba la existencia de "sistemas técnicos apartados totalmente de la posibilidad de influencia por medio de una dirección exterior, que sólo responden a los requerimientos de sus propias operaciones internas" (Winner 1979, p. 37), con el tiempo se ha convertido en un promotor del "cambio tecnológico disciplinado por la sabiduría política de la democracia", lo que, según sus palabras, ha de llevar a resultados "muy diferentes de los recomendados por las reglas de la eficiencia técnica y económica" (Winner 1987, p. 73). En su segunda obra influyente, titulada The Whale and the Reactor, publicada en 1986, Winner sigue pensando que la tecnología actual está fuera del control social, siendo ella más bien la que controla a los seres humanos, pero lo presenta más decididamente como un hecho contingente que podría modificarse.

Por tanto, para Winner, no se trata de que la tecnología sea intrínsecamente autónoma e ingobernable. Es que con nuestra actitud pasiva, con nuestro "sonambulismo" voluntario, con nuestras prisas irreflexivas propiciadas por la propia rapidez de los cambios, hemos dejado que la tecnología fluya sin control popular y hemos tolerado que, en muchos casos, el control lo tome una minoría fuertemente comprometida con el propio sistema tecnológico. De este modo la tecnología ha terminado por dominar en nuestra sociedad a la economía y a la política, en lugar de ser al contrario, y su desarrollo ha quedado en manos exclusivas de expertos tecnócratas. Si para Ellul la tecnología, una vez alcanzado cierto nivel de complejidad, es autónoma por su propia naturaleza y sigue ya sólo leyes internas de desarrollo, para Winner hemos permitido sencillamente que una tecnología que podría estar guiada por nuestras necesidades y nuestros valores haya quedado al margen de los intereses públicos.

Winner cree que nuestra tecnología actual es muy poderosa y está reconstruyendo por completo las condiciones de la existencia humana. Cree además que, lejos de ser neutral, la tecnología, e incluso los propios artefactos, tienen implicaciones políticas y valorativas, creando en su despliegue nuevas "formas de vida", reestructurando los roles y las relaciones sociales. Todo ello son afirmaciones que podría asumir un determinista fuerte. Pero Winner cree también que las fuerzas sociales pueden moldear la tecnología. Por ello propone, como no podría hacerlo un determinista estricto, "tratar de imaginar y procurar construir regímenes técnicos que sean compatibles con la libertad, la justicia social y otros fines políticos clave" (Winner 1987, p. 73).

Recapitulando, hay tres formas posibles de interpretar el determinismo tecnológico:

1) La tecnología determina los procesos sociales y el devenir histórico.

2) La tecnología está determinada por leyes naturales.

3) La tecnología se determina a sí misma; sigue un desarrollo autónomo.

Lo que vengo denominando "determinismo tecnológico popular", es decir, el determinismo tecnológico tal como aparece reflejado en muchas proclamas sobre el progreso científico y técnico dirigidas al gran público desde los medios de comunicación, está mejor representado por la tercera de estas tres interpretaciones. Este determinismo se cifra en la convicción de que la tecnología actual, ya sea por haberse convertido en una fuerza en sí misma irresistible, ya sea por la desidia o ignorancia de los seres humanos, está fuera de control. Digamos de paso que, a su vez, hay una versión optimista y una versión pesimista del asunto. Para la versión optimista o cientifista está muy bien que no haya control externo sobre el desarrollo de la investigación científica y técnica porque esa es la mejor forma de garantizar el bienestar humano. El control de la ciencia y de la técnica es visto como una intromisión que coarta la libertad y que conduce al atraso cultural y económico. Esta suele ser la actitud que está detrás de los tópicos que mencionábamos antes ("no se pueden poner puertas al campo", "no se puede ir contra el progreso", etc.). La versión pesimista ve, en cambio, en este descontrol el inicio del camino al desastre. Un desastre ecológico sin precedentes y, quizás incluso, el fin de la civilización.

Por otra parte, bajo el término paraguas de "tecnología" se incluyen elementos diversos. Aunque en el uso común es habitual identificar la tecnología con las máquinas o los aparatos, lo cierto es que tales cosas son sólo la punta del iceberg de procesos más amplios y complejos. Por tanto, es inexcusable proporcionar una clarificación, siquiera sea somera, de qué aspectos de la tecnología son los que aparecen implicados fundamentalmente cuando se habla de la autonomía y el descontrol de la misma. Para ello me basaré en una clasificación efectuada por Niiniluoto (1984, p. 258). Según su opinión, la diversidad de referentes que poseen en la actualidad las palabras "técnica" y "tecnología" se puede concretar en la siguiente lista:

a) Los instrumentos o artefactos que el hombre ha creado para la interacción con la naturaleza.

b) El uso de tales instrumentos.

c) Las habilidades (o know how) requeridas para el uso de estos instrumentos. d) El diseño de los instrumentos.

e) La producción de estos instrumentos.

f) El conocimiento necesario para su diseño y producción.

Niiniluoto añade que lo peculiar de la técnica humana serían los aspectos d), e) y f), puesto que los otros aspectos los podemos encontrar en la técnica de algunos animales.

De acuerdo con esta clasificación, ¿a qué se refiere exactamente el determinismo tecnológico popular cuando asume la incapacidad para controlar la técnica? Es evidente que, al menos por el momento, no se refiere al descontrol de los aparatos o artefactos. No estamos aún en el mundo descrito por Isaac Asimov en su novela Yo, robot. Las máquinas siguen haciendo aquello para lo que fueron diseñadas, aunque tengan también efectos secundarios no previstos en su diseño. No hay una rebelión de las máquinas como la que auguran Marvin Minsky y Hans Moravec una vez que los robots hayan alcanzado un grado de inteligencia superior al humano (cf. Diéguez 2001). Tampoco parece que tenga mucho sentido hablar del descontrol de las habilidades. El descontrol se refiere fundamentalmente a la producción y al uso de la tecnología, y de forma derivada al conocimiento y al diseño, en la medida en que son elementos necesarios para la producción. Así pues, podemos decir finalmente que el determinismo tecnológico popular se basa en la idea de que la producción y el uso de la tecnología, para bien o para mal, escapa hoy al control humano (cf. Diéguez 2005).

5.4.3. Problemas para Justificar el Determinismo Tecnológico

El determinismo tecnológico parte de una intuición sin duda bastante sensata y extendida: no podemos hacer lo que queramos con la tecnología. El voluntarismo que mantiene que el desarrollo tecnológico depende exclusivamente de decisiones libres basadas en preferencias valorativas y que, en sus versiones más ambiciosas ha llegado a proponer la sustitución masiva y a corto plazo de la tecnología actual por "tecnologías alternativas", no es en la actualidad, a la luz de los acontecimientos de las últimas décadas, una posición creíble. Un error central del voluntarismo radica especialmente en subestimar la fuerza con la que la tecnología influye en nuestra cultura y modifica nuestros valores. Así, algunas tecnologías, como la píldora anticonceptiva, han hecho más por el cambio de los valores ampliamente aceptados en la sociedad que insistentes discursos políticos. Entre tecnología y valores se da una interacción mutua, no una influencia con dirección única, ya sea sólo de la tecnología sobre nuestros valores, como sostiene el determinista tecnológico, o sólo de nuestros valores sobre la tecnología, como sostiene el voluntarista o el determinista social (cf. Niiniluoto 1990).

Por otra parte, a estas alturas, el hombre no puede prescindir de la tecnología (si es que alguna vez hubiera podido). Sencillamente la sociedad en su conjunto no puede renunciar, so pena de muertes masivas, a la producción y uso de la tecnología.

Esta intuición difundida de la imprescindibilidad de la tecnología, unida a la idea de la enormidad de los intereses económicos en juego y de las intrincadas redes de influencia y poder que conforman el sistema tecnológico contemporáneo, es el sustento principal de la popularidad de la que goza determinismo tecnológico.

El determinista da por sentado que poco o nada se puede hacer. Sin embargo, sus argumentos para sostener esto son débiles y se basan en muchas ocasiones en generalizar la dificultad del control de ciertas tecnologías y en apelar a la sensación de impotencia que embarga a muchos frente al desarrollo tecnológico.

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