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Los riesgos en la función del operador en adicción (página 2)

Enviado por Ismael Pi�ero


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CAP. I – LA FORMACIÓN EN EL TRATAMIENTO DE LA ADICCIÓN

  1. Antecedentes

Como antecedente de los comienzos de la capacitación en adicción, nos podemos remontar a fines de los años 40 en EE.UU., donde surgieron los primeros operadores y las primeras comunidades terapéuticas. En sus comienzos los operadores en su mayoría eran adictos que habían transitado por su propia recuperación en las primeras comunidades terapéuticas, como en los grupos de autoayuda existentes desde el año 1935. En los casos de haber tenido una experiencia de CT, continuaban formando parte del staff y se capacitaban paralelamente, pero predominaba en su trabajo el aspecto vivencial de su propia recuperación en la CT. A medida que fueron avanzando los estudios acerca de las intervenciones, los diferentes abordajes y la prevención, las carreras en el tratamiento de la adicción fueron desarrollándose hasta los masters universitarios, PHD, etc.

De alguna manera se puede mencionar la evolución de estas carreras de la siguiente manera:

  1. Es aquel pasante que colabora de una manera honoraria aunque a veces puede ser paga, en el acompañamiento de los residentes. Por lo general es un ex residente de la CT o está en la última fase de reinserción. Su tarea consiste en colaborar en el apoyo a los profesionales y demás miembros del equipo, mediante la organización de tareas educativas, recreativas y de laborterapia con los asistidos. Tiene amplio dominio y conocimiento de las normas de la CT, de los códigos, lenguaje y funcionamiento que le facilitan la inserción a los asistidos.

  2. Staff (staggio en Brasil)
  3. Orientador en adicción, monitor, acompañante terapéutico en adicción o auxiliar de operador.

En esta etapa ya comienza la formación teórica. Estas distintas formaciones son básicas y tienen una duración de 6 meses aproximadamente, están orientadas sobre todo a la prevención, facilitando elementos de detección de consumos, capacitación para brindar talleres y hacer derivaciones pertinentes. En el trabajo residencial, el orientador colabora con el operador o terapeutas en sesiones grupales, recreativas, de convivencia y en las tareas de laborterapia. En tratamientos ambulatorios, muchas veces hace de acompañante terapéutico del asistido, cumpliendo con tareas de ir juntos a grupos y/o compartiendo algunas horas diarias en otras actividades, sobre todo apuntando al aprendizaje de una vida sin drogas.

3) Operador socioterapéutico en drogodependencia o en adicción.

El operador es quien participa en varias actividades tales como: coordinar grupos, talleres, operar en sesiones individuales, entregar la medicación a los asistidos prescripta por el médico tratante o psiquiatra, implementar normas, supervisar tareas de convivencia y de laborterapia, utilizar herramientas de contención ante síndrome de abstinencia o crisis y cumplir con funciones educativas en general. En centros ambulatorios, también coparticipa en las sesiones familiares con los terapeutas familiares.

  1. El counselor es quien supervisa a los operadores, orientadores y staff en las CT. También cumple con actividades terapéuticas desde el inicio con el diagnóstico, el plan de tratamiento, grupos temáticos, prevención de recaídas, intervenciones familiares para generar una crisis, grupos de salidas de la CT, sesiones individuales, familiares, colabora en los proyectos de reinserción social del asistido (personal, familiar, laboral y educacional) y puede brindar talleres educativos en diversas instituciones. Tiene una formación más exigente que la de operador, en el conocimiento de aspectos legales institucionales, de consecuencias de usos, abusos, intoxicaciones y síndromes de abstinencia de las drogas, comorbilidad con otras enfermedades y metodologías de tratamientos.

  2. Counselor en adicción.
  3. Postgrados, Especializaciones, Masters y PHDs en adicción.

Esta etapa es la última de la carrera, está destinada a profesionales tales como médicos, psiquiatras, psicólogos etc. que profundizan en la materia, pudiendo dirigir Centros de Tratamiento, educar en universidades y desarrollar proyectos de políticas públicas o regionales. Pueden supervisar las CT y centros de tratamiento y se pueden especializar en distintas temáticas relacionadas a la adicción como ser juventud, enfermedades paralelas, etc.

1.2 La formación continua

Como en toda profesión es indispensable la disponibilidad para lograr una evolución mediante la formación continua. Esto implica desarrollarse en diversas temáticas relacionadas a la carrera, tanto sea, haciéndolo a través de carreras universitarias, como de talleres, cursos, seminarios, experiencias en convivencia (retiros), congresos, uso de literatura u otro material didáctico, cursos por Internet, entrevistas o encuentros con especialistas o en instituciones y muchas veces en actividades paralelas como meditación, yoga, psicodrama, etc.

El mundo de la adicción es muy vasto y el impacto que ésta enfermedad genera en la sociedad también lo es, de ahí que existen muchos rubros para especializarse, o simplemente para estar informado como para saber orientar, intervenir o derivar, tales como: adicción a otros objetos, como compras, deporte, juego, trabajo, relaciones, sexo, poder, comida, Internet, celulares, etc., enfermedades paralelas (HIV, cirrosis, enfermedades siquiátricas y otras), prevención, educación, epidemiología y familia.

Estas profesiones muchas veces se encuentran con la necesidad de brindar apoyo en la educación del asistido, ya que generalmente los adictos vienen de entornos donde se han perdido o nunca estuvieron las normas educativas. Para ello también es útil la formación en el área educativa para poder brindar normas de convivencia, disciplina, lenguaje, comunicación, hábitos, orden, organización e higiene.

1.3 El derecho de piso

Como toda profesión nueva, la de operador o counselor debe natural e inevitablemente atravesar por las diferentes etapas de crecimiento. A una gran parte de este proceso se le llama popularmente "pagar derecho de piso".

Uno de los factores que ha causado durante años la desvalorización en ésta profesión, es el hecho de que existe un claro predominio entre sus estudiantes y egresados, de adictos en recuperación o ex adictos.

Como se menciona anteriormente, los mismos adictos (dependientes, inmaduros, irresponsables, inútiles, etc.) culminaban muchas veces sus respectivos procesos de recuperación en la formación personal como operadores o counselors. Este único antecedente, el de haber sido adicto, ha sido utilizado negativamente por instituciones y profesionales bajo argumentos como incapacidad, falta de responsabilidad, falta de formación teórica, falta de reconocimiento académico, relaciones de dependencia como el siguiente: "el adicto debe desentenderse de su pasado y no continuar vinculado a sus pares", etc. También se han generado diversos cuestionamientos por el hecho de enfrentarse a una nueva profesión :tales como; temor (falta de control) ante algo nuevo y desconocido, incertidumbre, celos profesionales, descalificación, desconfianza, hostilidad, sobreprotección (control) y otros juicios de valores.

"Cuando Freud comenzó a luchar para establecer la psicoterapia como profesión, tuvo que tener mucho cuidado en diferenciarla de la hipocresía de la religión organizada de la época victoriana. Pero al apartarla, le quitó todo concepto de espiritualidad. Hoy, 100 años después, ya estamos establecidos como profesión y no corremos el riesgo de ser confundidos con la religión. Por lo tanto podemos volver a traer la espiritualidad al campo de la terapia y aceptar que estamos llamados a curar no sólo la mente sino también el espíritu, y que sin curar el espíritu, no podemos vivir en armonía con los otros". (*1) Cloe Madanes

Todas estas manifestaciones por un lado han perjudicado el desarrollo de estas profesiones y por ende postergado en alguna medida las posibilidades de brindar mayores respuestas a las necesidades sociales. Además han favorecido la devaluación en la tarea del operador, relegándolo a cumplir múltiples tareas de menor responsabilidad, con sobrecarga horaria, baja remuneración y escaso reconocimiento en el ámbito profesional.

Por otro lado, estos cuestionamientos también han colaborado para mejorar y perfeccionar las condicionantes en el desarrollo de estas nuevas profesiones generando una mayor profundización en los requisitos teóricos, lograr la formación de asociaciones de operadores y counselors, elaborar códigos de ética, lograr las diferentes habilitaciones académicas, ampliar los temarios en las capacitaciones, etc.

1.4 Reivindicando la profesión

Por primera vez en la historia, El Ministerio de Salud Pública del Uruguay ha incluido a los operadores socioterapéuticos en adicción en los equipos multidisciplinarios de tratamiento.

Este hecho se remonta a la aprobación del "Marco Regulatorio para los Establecimientos Especializados en el Tratamiento de Usuarios con Consumo Problemático de Drogas" con fecha de emisión del 29 de enero del 2007, "ante la necesidad nacional de actualizar la normativa reglamentaria referente a los protocolos de habilitación y tratamientos de los servicios dirigidos a drogodependientes."

Este lugar ha sido ganado en gran medida con la voz de los adictos que se recuperan, ya que son quienes se han beneficiado mayormente de las intervenciones de esta nueva profesión. También han colaborado los familiares que perciben el vínculo operador – asistido, y los profesionales u otros técnicos que hayan trabajado en conjunto, ya fuera en equipos terapéuticos como de manera individual.

El trabajo de operador o de counselor requiere de un alto contenido afectivo-emocional, ya que uno de los objetivos es ayudar al asistido en sanar esta área que generalmente es la más afectada, por haber roto su propio código de valores, bloquearse afectivamente y haber elevado exageradamente sus mecanismos de defensa. Este acercamiento requiere de un manejo apropiado de la distancia operativa, ya que el operador es quien comparte mayor tiempo con el asistido, esto hace que exista un conocimiento mutuo a través de la convivencia cotidiana. Es quien contiene en casos de crisis, quien educa y muchas veces cumple con funciones importantes para el asistido de confianza, afecto, puesta de límites (seguridad) y motivación.

"los temas de conversación en los que el operador participa con los asistidos están vinculados a cuestiones tanto profundas y aparentemente pertinentes a un tratamiento de rehabilitación como a temas triviales o generales…. esta realidad descrita plantea como es de prever algunos problemas propios de esta modalidad de relación terapéutica, pues si bien puede aparecer a la vista de un observador no entrenado como desordenada, talmente espontánea, distendida y sin objetivos definidos, quienes trabajamos en esto sabemos que todo contacto con los asistidos desde los aparentemente mas profundo hasta los mas triviales o incidentales, deben considerarse un tipo de intervención terapéutica de la que se debe dar cuenta a la hora reflexionar sobre ella". (*2) Lic. Juan Carlos Mansilla

Como se menciona anteriormente muchos operadores y counselors han atravesado su propia experiencia en la adicción y recuperación. Si bien éste no es un requisito necesario para cumplir efectivamente con esta tarea, se puede afirmar que por lo general en igualdad de condiciones: humanas, emocionales, didácticas, contenedoras, etc. quien haya pasado por la experiencia de su propia recuperación aventaja a quien no lo ha hecho, sobre todo en lo que refiere a la credibilidad del asistido y su familia.

1.5 Los roles del operador

El operador cumple con varios roles acorde a los ámbitos donde interactúa. Cumple con un rol dentro de un equipo de trabajo, formando parte de un grupo de profesionales, técnicos, administrativos, colegas y pasantes, tanto sea dentro de una institución o de forma privada sobre todo con algún profesional. El operador también cumple con un rol dentro del contexto social donde interactúa, con el deber de presentarse como una persona confiable en su conducta, más allá de sus aptitudes profesionales.

También tiene un rol fundamental en lo que refiere a su vínculo con los asistidos y en muchas ocasiones con sus familiares, y por último el operador es una persona que tiene una historia de vida con un presente pasado y futuro, con las dificultades que le hacen a la vida misma.

a) El operador en su contexto de trabajo

Para poder ser efectivo en la perspectiva multidisciplinaria el operador requiere de determinada flexibilidad y adaptación para trabajar en conjunto con otras disciplinas. Es necesaria la receptividad, para tomar en cuenta otros puntos de vista, la generosidad en aportar al equipo los datos que recabe, la disposición para sincronizar las actividades, la humildad para pedir ayuda, la complementación para apoyar las estrategias de trabajo y la participación en las instancias multidisciplinarias como reuniones de trabajo, de equipo, ateneos, etc.

b) El operador en el ámbito social

El operador cumple con un rol dentro de la sociedad. Como toda profesión que trabaja con gente carente, la del operador requiere de un especial cuidado en los aspectos personales. Para ello es necesario ajustarse al código de ética y cumplir con normas de conducta apropiadas para alguien que será un referente social en la tarea de propiciar cambios favorables para comenzar nuevos proyectos de vida.

c) El operador en su rol con los asistidos y sus familias

El operador cumple con un rol vincular con los asistidos y con sus familias en muchas ocasiones. El hecho de trabajar con gente carente requiere también el cuidado por el otro. Se necesita de un especial desarrollo de aptitudes tales como la empatía, la confianza, el interés por la tarea, la seguridad en el manejo de los límites, el amor, la dedicación, la intuición y la creatividad.

d) El operador en su ámbito personal

Como todo ser humano el operador tiene una historia, un presente y un futuro. Es necesario trabajar en sus propias problemáticas para poder enfrentar situaciones de transferencia, que le impidan operar adecuadamente.

CAP. II – LOS RIESGOS EN LA FUNCIÓN DEL OPERADOR

2.1 Riesgos Generales

Existen diversos tipos de riesgos en el desempeño de esta tarea, y éstos están asociados a los diferentes contextos personales y de vinculación.

Cualquiera de los ámbitos mencionados anteriormente son exponibles a situaciones de riesgo o daño.

En lo que refiere a los riesgos que puede sufrir el operador podemos mencionar los siguientes, sin excluir que muchas veces se puedan ver algunas características dentro de otras que se mencionan. La idea es poder detallar los mismos para identificarlos con mayor precisión.

1) Furor curandis – Se denomina así a la compulsión por intentar recuperar a toda persona próxima a sí mismo. Esto implica a familiares, vecinos, amigos, familiares de asistidos e incluso gente conocida fugazmente. Generalmente estos riesgos se suscitan en los primeros tiempos del ejercicio de la profesión, hasta que el operador se vuelve conciente acerca del alcance de su trabajo. Los otros riesgos que estas conductas le pueden ocasionar al operador son el de convertirse en alguien molesto y controlador, quitándole confiabilidad, seriedad, paciencia, seguridad y efectividad.

Esta característica muchas veces se acompaña de otra similar que es el "furor educandis", donde el profesional atraviesa por la compulsión en educar a sus asistidos acerca de sus conocimientos, considerándolos de vital importancia para el entendimiento y futura curación del mal. Esta conducta compulsiva, puede ser nociva, al tupir al asistido de información, impidiéndole asimilar los conocimientos adecuadamente, en lo que debería ser un proceso de entendimiento intelectual y posterior comprensión emocional.. Además es peligroso darle al adicto demasiada información porque la enfermedad también aprende y luego puede utilizar estos conocimientos de un modo defensivo para mantener su adicción.

(Con respecto a esto de ver a la enfermedad como un habitante interior, voy a mencionar una anécdota que viví hace unos años en Buenos Aires. Martín un amigo alcohólico, me contaba que cuando empezaba a tomar se convertía en Luismi, y que Luismi era una persona agradable que conquistaba chicas, se hacía de amigos en los boliches, era divertido, etc..Pero al continuar tomando, se transformaba en Roger. Ante la sorpresa y lo gracioso de este nuevo nombre, le pregunté como era Roger, a lo que me contestó: "Roger pudre todo lo que Luismi ganó, quiere robar a los amigos que Luismi hizo, a las chicas las quiere ultrajar, es viiolento, etc"."Qué problema!" Le contesté, "y a Roger ya no lo aguantás más?," continué, a lo que me contestó: "No puedo más con Roger, pero no se qué hacer". Entonces proseguí con mi idea: "Martín, el problema es que si no querés más a Roger en tu vida, vas a tener que sacrificar a Luismi". Se hizo un silencio y una mirada profunda y desconocida me atravesó, y continuó muy serio:

"Mirá que Roger……… está escuchando!!!")

2) Codependencia"Codependiente es aquella persona que ha permitido que su vida se vea afectada por la conducta de otra persona y esta obsesionado tratando de controlar esa conducta." (*3) Melody Beattie

Las conductas codependientes se caracterizan por volcar mayor energía y esfuerzo en las tareas de recuperación que el propio asistido. Pasan por controlar, perseguir, invadir y desgastarse exageradamente, postergándose en sus propias actividades. La codependencia es generalmente el primer destino que encuentra la enfermedad de la adicción en el adicto, cuando éste inicia su proceso de recuperación a alguna sustancia. Esto también implica la postergación del propio proceso en función del exceso de cuidado por el otro. Los riesgos a los que se expone el operador son como se menciona anteriormente el desgaste, la postergación, la hiperactividad y desproporción.

"la vocaciòn por curar a otros no siempre responde a razones sanas" y continúa describiendo al "curador enfermo" como "una persona autoritaria, dependiente de los demás, creador de una máscara de benevolencia, que espera curarse a sí mismo a través de un tercero y ser adulado". (*4) Thomas Maeder

Estas conductas codependientes del operador, le generan al asistido la dificultad de hacerse cargo de su propia recuperación, al descansarse en el operador y no poder experimentar la recompensa del esfuerzo, ya que "lo que no cuesta, no vale".

  1. Deformación profesional – Significa vivir en función de la profesión, diagnosticando, operando, analizando e intentando ayudar donde no corresponde. Estas conductas suelen suceder durante el proceso de aprendizaje y en los primeros tiempos del ejercicio de la profesión. Este riesgo influye negativamente en la imagen del operador ya que puede transformarse en alguien obsesivo, analítico y crítico. En síntesis, resulta muy adecuado para explicar esta conducta, citar la máxima de Hipócrates, el padre de la medicina, que decía: "el que sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe".
  2. Ilusión de control – Se refiere a mirar parcialmente el problema. Se puede estar dirigiendo la mirada a parte del problema, pero no a éste en su totalidad. El adicto por lo general es una persona muy adaptativa y puede mostrarse sumamente adecuado a los sistemas de tratamiento, sobre todo a los residenciales, sin embargo es necesario ver si realmente esta generando cambios profundos. Muchas veces el adicto cree que con haber logrado determinadas metas, eso significa que ya tiene su recuperación bajo control. Como operador es necesario ayudar a consolidar las bases de la recuperación del asistido, que van mucho más allá de determinados cambios circunstanciales. Para ello la tarea fundamental es ayudar al adicto a asumir su condición de adicto y de continuo cuidado.

    "las profesiones dedicadas a la ayuda son, de hecho a la sociedad adictiva lo que el codependiente al adicto, desde el momento en que ponen parches que permiten a las personas ir tirando para perpetuar una sociedad enferma. Es el mismo papel que la complicidad del codependiente representa para el alcohólico, impidiéndole afrontar realmente las consecuencias de su comportamiento adictivo, y por tanto, anulando la posibilidad de experimentar su enfermedad y su rehabilitación.

    Las profesiones dedicadas a la ayuda sostienen y amparan al enfermo justo lo necesario para impedir que el sistema tenga la posibilidad de cambiar al percibir su propia tendencia destructiva. Sin embargo, como toda adicción, un sistema enfermo es progresivo y fatal. No es bueno estimular su supervivencia". (*5) Anne Wilson Schaef

  3. Homeostasis – Es importante en el ejercicio de la profesión, lograr ser un agente de cambio. Muchas veces las instancias terapéuticas son utilizadas por los asistidos para que nada cambie, por ej: cuando el adicto asiste bajo presión familiar, pero se resiste a generar cambios, o asiste para amortiguar las consecuencias negativas de la conductas adictivas, pero no con el propósito de suspender las mismas, sino que simplemente para sentirse mejor y así juntar fuerzas para volver a ellas.
  4. Omnipotencia –En la práctica suele suceder que el operador crea que la única intervención efectiva es la propia, esto descalifica las demás intervenciones y por ende las demás profesiones. Esta actitud impide formar parte de un equipo de trabajo, es soberbia al no aceptar ayuda y pone en riesgo no sólo a su persona sino que sobretodo a la salud del asistido. Es necesario aceptar que como persona y operador se es limitado y que la adicción es una enfermedad bio-psico-social que requiere atención específica en cada área. El riesgo de la omnipotencia lo sufre sobretodo el asistido, al negársele posibilidades que están fuera del alcance del operador y los daños que puedan surgir por la negligencia en atender problemáticas que no hayan sido diagnosticadas.
  5. Complacencia – Como se menciona anteriormente es necesario la formación continua. Suele suceder que operadores ya recibidos no continúan con su formación. Se vive en un mundo dinámico donde surgen a diario actualizaciones y nuevas problemáticas tales como nuevas drogas, nuevos medios de vida, nuevas formas de delinquir, nuevas leyes, nuevas enfermedades, conflictos sociales, modelos de abordajes, políticas sociales, etc. El conocimiento nunca es absoluto y no es correcto estar ausente a estas dinámicas.

    Existe un dicho en el ámbito del tratamiento de la adicción que ayuda a esclarecer este concepto, "el ciudadano es inocente ante la ley, hasta que se demuestre lo contrario, pero el adicto es culpable (dentro de su entorno) hasta que demuestre lo contrario". Para esto es bueno ser desconfiado y permitirle al asistido que de a poco vaya ganando la confianza en sí mismo y de esa forma ir transmitiéndola al resto de la gente cercana.

  6. InocenciaTrabajar con adictos requiere de sutileza, ya que muchas veces se enfrenta a la enfermedad, y no a la persona. La enfermedad es manipuladora, mentirosa, seductora, amenazante, convincente y defensiva. Puede suceder que el operador no perciba tales conductas y por lo tanto no intervenga adecuadamente a favor de la persona.
  7. Transferencia – Los relatos y las historias de vida de los asistidos pueden muchas veces afectar la intervención del operador cuando éste siente identificación con las mismas y aún no las ha superado en su propia experiencia. Tales situaciones generalmente hacen que el operador desvíe la temática, se paralice, se ofusque y pueda reaccionar de manera inefectiva como dañina. Para impedir estos riesgos se alienta a que el operador trabaje consigo mismo a través de consultas de equipo, con otro profesional, un colega, en grupos terapéuticos o cualquier instancia de supervisión o terapia personal. En los casos que no pueda operar es recomendable derivar a otro colega.
  8. Reproducción del modeloSuele suceder en instituciones y en las profesiones de la salud que se reproduzcan las patologías que tratan, así como se dice que en una cárcel, el carcelero puede estar más preso que el preso, o en un Hospital siquiátrico, el siquiatra más loco que los locos, de la misma manera los equipos que trabajan en el área de la adicción pueden presentar características del adicto. Por lo tanto, en estas condiciones el operador puede formar parte de un equipo que esté afectado por características tales como la obsesión, la ilusión de control, la ilusión de poder, la negación, la rigidez, inmediatez y manipulación, propias del perfil del adicto. Es difícil para quienes estén involucrados, poder percibir estas conductas desde adentro de la institución, como también poder generar acciones que reviertan tales comportamientos. Para ello se requiere de una supervisión externa del equipo, o personal de cada integrante para poder lograr la objetividad necesaria para ver tales problemáticas. Es necesario en este aspecto también cuidarse del doble mensaje o del mensaje incoherente "hace lo que digo, pero no lo que hago" y del antibloque, que se refiere a cuando alguien de un equipo recomienda algo y otro del mismo equipo algo opuesto. Este tipo de comportamientos reproducen por lo general la comunicación disfuncional de la familia, generando inseguridad y margen para las maniobras del asistido.

11) Abuso de confianza– Por exceso de identificación o por algún beneficio secundario, el operador puede sobre involucrarse con el asistido. Esto está previsto dentro del código de ética, justamente para impedir abusos en el ejercicio de una profesión que puede influenciar a quien se asista. Muchas veces los asistidos vienen carentes afectivamente y encuentran con el operador una relación que les brinda seguridad, confianza y afecto. Si este vínculo no se cuida adecuadamente se puede confundir al asistido en acciones que lo perjudiquen, generalmente en favor del operador. Es necesario como operador tener claro cual es la función con el asistido, aunque el asistido pueda al principio confundirse, es de orden, ayudar al asistido a reencausar la relación, o en caso irreversible hacer la derivación pertinente.

  1. Estrés, Desgaste por Empatía y Burnout – Se incluye dentro de estos riesgos a todos aquellos relacionados con el estrés.

"Las autoras Maslach y Jackson han definido al "burnout" como un síndrome de estrés crónico de aquellas profesiones de servicios que se caracterizan por una atención intensa y prolongada con personas que están en una situación de necesidad o dependencia. Se caracteriza por un proceso marcado por el cansancio emocional, la despersonalización y el abandono de la realización personal". Previo al burnout existe por lo general el trastorno de estrés simple. "Las diferencias fundamentales entre el estrés simple y el síndrome de burnout es que mientras que el estrés puede desaparecer tras un período adecuado de descanso y reposo, el burnout no declina con las vacaciones ni con otras formas de descanso." (*6) Apuntes curso Miami/ Cetrad 2006/7

Estos trastornos están asociados a exceso de trabajo, falta de cuidado personal, cansancio, agotamiento emocional, irritabilidad, incapacidad de disfrutar de la tarea, victimización, etc. Para prevenir tales riesgos existen ejercicios de relajación, meditación, respiración, actividades personales extra trabajo, recreación, ejercicio físico y ayuda profesional. Este trastorno de burnout se ve muy seguido en el personal que trabaja en siquiátricos, como enfermeros, médicos, personal administrativo, etc.

2.2 Los riesgos agregados a la condición de ex adicto del operador

El hecho de ser ex adicto o adicto en recuperación (según se entienda el concepto de cronicidad de la enfermedad), expone a los operadores a otros riesgos además de los mencionados.

  1. Sustitución de la terapia personal por las instancias con los asistidos– Suele suceder que cuando el operador ejerce como tal, inadvertidamente comienza a prescindir de sus propias sesiones individuales o grupales. El hecho de estar en contacto con otros adictos, desde el lugar de ayudador, le pueden hacer considerar que en el acto de ayudar a otro, se está ayudando a sí mismo. Si bien en parte es cierto, el hecho de ayudar a otro lo saca del egocentrismo, y lo hace sentir útil, no es suficiente para poder experimentar una plena recuperación. Para recibir esta ayuda el operador necesita estar simétrico (con otro par) o complementario (en una jerarquía menor a la de su terapeuta). En su rol jerárquico con los asistidos, el operador debe mantener la autoridad, lo que le impide muchas veces reconocer sus carencias, problemas personales, dificultades de relacionamiento y sobretodo las manifestaciones de su adicción trasladadas a otras áreas (compulsividad, pensamientos obsesivos, egocentrismo, autodestrucción, estancamiento, acumulamiento de defectos de carácter, ilusión de poder y de control etc.). Este hecho sucede de una manera sutil y progresiva de no ser advertida por la misma persona o por un tercero.

    Así como sucede con la carencia o exceso de cualquier otra función educativa durante la niñez, cuando se llega a la adultez, la persona suele tomar una posición extremadamente opuesta, con la finalidad de que sus hijos no padezcan lo mismo, pero sin advertirlo, también genera una situación de riesgo y daño desde el extremo opuesto.

    Ejemplo: una niña que no fue atendida por su madre, cuando le toca ser madre, involucra a su hija en toda actividad, sea ésta de niño o no. O gente que sufrió de necesidades básicas en la niñez, en su estado adulto se vuelven materialistas. En las funciones normativas el adicto viene del caos o escasez de límites (en consumo) y se puede pasar al extremo opuesto; la rigidización (en recuperación), cometiendo excesos en las medidas disciplinarias, las sanciones, actos de poder y de control. Este exceso normativo puede ser doblemente riesgoso, por un lado hacia el asistido (atenta contra la persona, si bien pretende enfrentar a la enfermedad) y por otro, hacia el operador mismo, ya que puede ocasionarle múltiples daños, incluso, que lo lleven a la recaída.

    "Esto no significa que el sutil abuso de poder sea necesariamente fruto de un plan malintencionado por parte de la institución o los staff para limitar la libertad de los asistidos o atentar contra su dignidad. Muy por el contrario, cuando hablamos de esto pensamos en sutiles abusos de poder donde el mismo Ayudador esta entrampado y para nada se percibe como un abusador" (*7) Lic. Juan Carlos Mansilla

  2. Excesos disciplinarios – El adicto viene por lo general de entornos faltos de límites y necesita de la disciplina para comenzar su recuperación. Tienen serias dificultades para reconocer la autoridad y se disciplinan en los tratamientos, recuperando las funciones normativas a su vida.

    "De esta manera el asistido vive a la relación de dependencia con la institución como una garantía de que la droga no será necesaria para su vida. Pero por otra parte no logra independizarse de esa relación, no consigue reinsertarse "como si" fuese una persona común en su sociedad, y permanece en esa ligazón constante.

    Lo mencionado hace referencia a la cuestión ética de las instituciones donde quienes fueron residentes en tratamiento pasan a formar parte del Staff institucional sin tener una instancia de independencia considerable de esa institución, o de otras similares" (*8) Lic. Juan Carlos Mansilla

  3. Síndrome del Portón – Se denomina de esta manera (Brasil) al hecho de la adaptación del adicto a vivir en Comunidad. La CT no es la sociedad, tiene sus normas, sus códigos, su lenguaje, sus pautas de convivencia y por lo general es cerrada, con escaso contacto hacia y desde el mundo exterior. Justamente estas características son explotadas favorablemente para salvaguardar la vida del adicto y brindar un entorno saludable para su recuperación. Una vez egresado como residente, es necesario trabajar en las etapas de reinserción social, y más aún, si el mismo se prepara para trabajar en el ámbito de la adicción. El operador egresado y formado en la CT se acostumbra a la convivencia de la misma y ésta pertenencia le brinda una zona de comodidad, donde se siente protegido, seguro, útil, práctico, con conocimiento de las pautas de convivencia y afectivamente amparado. Estas condiciones le funcionaron y cuando pretende llevarlas a la vida cotidiana en sociedad se encuentra que estos códigos no son los que predominan en la vida social. Esta desilusión puede ser traumática y provocar daños personales y/o a terceros. Un defecto que predomina en este estado, es el de la "santurronería", se entiende por este término a la actitud exageradamente moralista, marcada por juicios, prejuicios y condenación, que apartan al operador de la vida cotidiana

    La experiencia de haber pasado por la adicción es un plus que favorece al operador, sin embargo, no es conveniente utilizarla desmedidamente. Es bueno remitirse a esta experiencia a modo de impacto, ante alguna posición demasiado resistente del asistido, para reforzar algún concepto o para generar identificación. El exceso del uso de la propia experiencia puede separar al asistido del operador al no identificarse en cada relato. Es necesario que quede claro para el asistido que se está ejerciendo el rol de operador, que es diferente al de padrino en las comunidades de 12 pasos o al de hermano mayor en las CT, donde sí predomina el uso de la experiencia personal.

  4. Utilizar en exceso su experiencia personal como adicto en las instancias terapéuticas.

    Estos juicios carecen del conocimiento de la formación, al creer que lo único que se transmite es lo adquirido en estas comunidades, sin tener en cuenta, la teoría, las actividades, las prácticas y el relacionamiento con otras profesiones y modelos de abordaje. El riesgo de no soportar tales enjuiciamientos es abandonar la profesión o alejarse de la recuperación personal que ofrecen dichas comunidades.

  5. Incapacidad de tolerancia al enjuiciamiento – existe en gran medida dentro de las comunidades anónimas de 12 pasos de esta región, una reacción negativa hacia el adicto que se recupera y se forma como operador. Si bien la profesión ha logrado ganar confianza dentro de las mismas, todavía se resiste a ser aceptada por personas y grupos más conservadores. Lo que predomina en estos juicios es "la inmoralidad de utilizar lo que fue dado gratuitamente desde las comunidades y cobrar por transmitirlo".
  6. Concentrarse en los relatos apológicos – suele suceder que el operador se sienta partícipe de engancharse en los relatos de sus asistidos, y dé lugar a entrar en detalles morbosos de estas experiencias, desatando la euforia y apología de su vida anterior. No sólo está poniendo en riesgo su propia recuperación, sino que está inconscientemente alentando a sus asistidos a revivir alegóricamente estos episodios, o como se dice "despertar el personaje".
  7. Baja tolerancia a la frustración – trabajar con adictos también requiere de una alta dosis

de paciencia, humildad y tolerancia, ya que el adicto es una persona sumamente defendida.

La recaída es muchas veces parte del proceso, para que la persona pueda confrontar su ilusión de control sobre la sustancia o sobre determinadas conductas de riesgo, es necesario como operador aceptar estos "fracasos" y poder verlos como oportunidades para cambiar, y no verlo como algo personal, "me recayó Fulano", generando de esta manera juicios, condena, frustración, ira, y otros sentimientos y comportamientos que no permitan experimentar estos "fracasos" como aprendizaje.

2.3 Código de ética del operador socio terapéutico en drogodependencia

Enunciados:

  1. Creer en la dignidad y valor de los seres humanos.
  2. Reconocer el tratamiento humano correcto y proporcionar la calidad de cuidado más alta a los que sufren directamente del abuso de sustancias.
  3. Mantener una relación profesional con todas las personas que atienda.
  4. Adherir estrictamente a las reglas establecidas de confidencialidad de las personas de acuerdo con todas las regulaciones gubernamentales actuales y prácticas del profesional.
  5. Respetar los derechos y puntos de vista de otros operadores y del resto de los profesionales.
  6. Respetar las políticas orgánicas y procedimientos de acuerdo con los estándares profesionales.
  7. Continuar su desarrollo profesional permanentemente a través de entrenamiento y capacitación continua.
  8. Respetar las características únicas de la relación con el paciente que prohíbe transacciones interpersonales, explotadoras entre el operador y sus asistidos.
  9. Evitar el uso de cualquier sustancia psicoactiva ilegal o el abuso de cualquier sustancia legal incluido el alcohol y cualquier medicamento prescripto.

10) Evitar exhibir calificaciones profesionales que excedan aquellas que

realmente hayan sido logradas por el operador.

Extraído del curso de operadores socio terapéuticos en drogodependencia que realiza el Instituto Uruguayo de la Familia y que esta avalado por el Ministerio de Educación y Cultura de dicho país. Este curso se realiza desde el año 2001 y tiene una duración de aproximadamente un año más un trabajo final monográfico.

2.4 Código de ética de el counselor en adicción

1er principio – No discriminar – acepto la diversidad entre colegas y pacientes sin importar la edad, género, orientación sexual, entorno étnico o racial, creencias religiosas o espirituales, estado civil, creencias políticas ni enfermedades físicas o mentales.

2° principio – Cuidado del paciente – Entiendo que la habilidad de hacer el bien está basada en un profundo compromiso con el bienestar de las personas. Actuaré en función del bien de las personas, ejercitando el respeto, la sensibilidad y la autocrítica. Entiendo que mi primer responsabilidad y lealtad profesional es el bienestar de mis pacientes, y debo trabajar para ello sin reparar en quien pague los honorarios.

3er principio – Relacionamiento con el paciente – Entiendo y respeto el derecho fundamental de todo ser humano de autodeterminación y de tomar las decisiones que considere acertadas para su interés. Seré abierto y claro acerca de la naturaleza, duración, posible efectividad, y costo de aquellos servicios que permitan a cada individuo estar informados para tomar decisiones en pro de su cuidado

4° principio – Confidencialidad – entiendo que la efectividad en mi profesión esta basada ampliamente en la habilidad de ser confiable, y trabajaré al máximo en mi habilidad de actuar consistentemente dentro de los límites conocidos del universo moral, para poder cumplir fielmente los términos de ambos compromisos, personales y profesionales, para salvaguardar consistentemente relaciones confiables y hablar desde la verdad así como yo la entiendo.

5° principio – Reconocimiento de los aspectos legales – Entiendo que las leyes y regulaciones existen para el buen ordenamiento de la sociedad y para restringir el daño y la maldad, y estoy conciente de aquellas leyes y regulaciones que son relevantes tanto personal como profesionalmente y las cumplo, reservándome el derecho de cometer desobediencia civil.

6° principio – Derechos y obligaciones Entiendo que tanto los compromisos y relacionamientos personales como profesionales crean una red de derechos como de correspondientes obligaciones. Trabajaré en lo mejor de mi habilidad para salvaguardar el derecho natural y consensual de cada individuo y cumplir con aquellas obligaciones que se requieran de mí.

7° principio – Relaciones duales – Entiendo que debo promover el desarrollo de un relacionamiento equitativo, en vez de tomar ventaja sobre personas que estén en situación de vulnerabilidad.

8° principio – Previniendo el daño – Entiendo que cada decisión y acción tiene un implicación ética que puede estar dirigida tanto para beneficiar como para dañar, y cuidadosamente debo considerar que antes de implementar cualquier acción o decisión, éstas tienen el potencial de producir daño de naturaleza física, psicológica, financiera, legal o espiritual

9° principio –El deber del cuidado – Debo operar bajo el principio del deber del cuidado y debo mantener un ambiente de trabajo y terapéutico en el cual pacientes, colegas y empleados puedan estar protegidos de eventuales, daños físicos, emocionales o intelectuales.

Estos principios son extraídos del código de ética del counselor de Naadac (Nacional Association on Alcoholism and Drug Abuse Counselors) que es la asociación americana de los counselors en alcoholismo y adiccion. (La traducción de estos principios es mía, de la página web de Naadac, bajo el subtitulo Ethic Codes)

CONCLUSIONES

Se han mencionado varias situaciones que pueden ser riesgosas en esta profesión, la intención ha sido citarlas y poder generar antecedentes acerca de las mismas, para poder abrir espacios de diálogo, profundización y poder tomar medidas correctivas en el momento en que puedan surgir, y/o anticiparse previniéndolas. Puede muchas veces resultar difícil advertir estos riesgos, porque son muchos los elementos que estén en juego, tanto para provocarlos como para que avancen imperceptiblemente

Como en toda actividad de prevención, la primera es estar informado acerca de las situaciones que puedan generar tales riesgos. Existen varias medidas para tomar, como puede ser realizar reuniones grupales de equipo, donde poder expresar las dificultades que puedan estar transitando los operadores o demás miembros. Estas reuniones pueden servir para compartir dificultades como desgaste, stress, frustraciones, transferencia, etc. Otra medida puede ser asistir a alguna terapia individual o grupal, donde también compartir las dificultades y trabajar sobre ellas. Los grupos de autoayuda también sirven como lugar para encontrar respuestas a las dificultades de la exposición a los riesgos mencionados. De una manera informal, se pueden encontrar espacios con otros colegas, o profesionales donde poder compartir a través de charlas, chat, consulta, etc. También es útil estar informado y actualizado mediante publicaciones, libros, artículos, material de internet, etc.

La vocación de operador, puede resultar muchas veces agobiante, frustrante, irritante y dolorosa, pero es a la vez inmensamente gratificante, cuando se puede ser un aporte en aquellas personas que deciden cambiar su modo destructivo de vida, por uno nuevo, de esfuerzo, amor, responsabilidad y autoestima..

BIBLIOGRAFÍA

(*1) Cloe Madanes"La Violencia del Hombre" Josey- Bass Publishers 1995

fragmentos bajo el subtítulo Espiritalidad.

Cloe Madanes (Argentina) es Terapeuta Familiar Sistémica, Co directora del Family Therapy Institute de Washington D.C. y autora de varias publicaciones como "Sexo, Amor y Violencia", "Behind the One Way Mirror", "Terapia Familiar Estratégica", "Handbook of Adolescent and Family Therapy", entre otras.

(*2) Lic. Juan Carlos Mansilla – "Sobre adictos y operadores terapéuticos" publicación

Programa Cambio. Juan Carlos Mansilla es Director del

Programa Cambio de Córdoba (Instituto de prevención y

rehabilitación de la adicción).

(*3) Melody Beattie- "Codependencia" o "Libérate de la Codependencia" Ed. Atlántida/Promexa. 1987 Hazelden Foundation.

Melody Beattie es counselor en adicción y especialista en el tratamiento de la codependencia. Además es autora de varias publicaciones como: "Más allá de la Codependencia"

(*4) Thomas Maeder – "Wounded Healers" (Sanadores Heridos o Curador Enfermo) Traducción mía, publicación mensual Atlantic Monthly" 1989, pág. 37

(*5) Anne Wilson Schaef"Más Allá de la Terapia" pag. 310 Ed. Edaf 1992

Psicoterapeuta doctorada en Psicología Clínica por la Washington University, conferencista, docente, especializada en el diagnóstico y tratamiento de la adicción y codependencia. Ha desarrollado gran parte de su actividad en el campo de las relaciones familiares y la psicología femenina, fundando el Woman´s Institute of Alternative Psichotherapy. Creadora de un método terapéutico conocido como Living Process Therapy, además es escritora de varias publicaciones como "Recobra tu Intimidad" (dedicado a la recuperación de la adicción a las relaciones), "Meditaciones Para Mujeres Que Hacen Demasiado", "The Adictive Organization", "When Society Becomes an Adict" entre otros.

(*6) Maslach y Jackson "Apuntes del Curso de Counselor de la Universidad de Miami –Cetrad" Cedido por la Lic y Doc. Nélida De Luca

(*7), (*8) Lic. Juan Carlos Mansilla "El Problema de los Valores y la Ética en la

Rehabilitación de Adictos" fragmentos bajo el subtítulo "Las relaciones entre la ética y el poder dentro del Modelo Socio terapéutico Educativo.

Publicado en Revista Mexicana Libberadictus, Junio 2004.

 

Julio Ismael Piñero

TITULO: Operador socio terapéutico en drogodependencia y Counselor en el tratamiento de la adicción, presidente del Programa Ser Libre de Uruguay dedicado a la educación, formación y tratamiento de la adicción.

PAIS de RESIDENCIA: Uruguay, ciudad de Montevideo

Universidad de Miami (Koubek Center ) y Grupo Cetrad

  1. Director: Lic. Claudio Cabrera

2007

  1. MONOGRAFIA

Entregada como requisito para la obtención del título

International Certificate in Counseling in the Treatment of Addiction – Level 1

 

"International Certificate in Counseling in the Treatment of Addictions" Level 1.

 

Partes: 1, 2
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