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La producción y el crecimiento (página 2)


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  1. LA PRODUCTIVIDAD: SU PAPEL Y SUS DETERMINANTES

Explicar las grandes diferencias que existen entre los niveles de vida en todo el mundo es en cierto sentido muy fácil. Como veremos, la explicación puede resumirse con una sola palabra: productividad. Pero las diferencias internacionales son en otro sentido profundamente desconcertante. Para explicar porqué las rentas son mucho más altas en unos países que en otros, debemos examinar los numerosos factores que determinan la productividad de un país.

¿Por qué es tan importante la productividad?

Comencemos nuestro estudio de la productividad y del crecimiento económico presentando un sencillo modelo basado vagamente en la famosa novela de Daniel Robinson Crousoe. Como tal vez recuerde el lector, Robinson Crusoe es un marinero perdido en una isla desierta. Como vive solo, captura su propio pescado, cultiva sus propias verduras y se hace su propia ropa. Podemos concebir sus actividades -su producción y su consumo de pescado, verdura y ropa- como una sencilla economía. Examinando la economía de Robinson Crusoe, podemos aprender algunas lecciones que también son válidas en las economías más complejas y realistas.

¿Qué determina el nivel de vida de Crusoe? La respuesta es evidente. Si Crusoe es bueno en el arte de la pesca, el cultivo de verduras y la producción de ropa, vive bien. Si es malo, vive mal. Como sólo consume lo que produce, su nivel de vida va unido a su capacidad productiva.

El término productividad se refiere a la cantidad de bienes y servicios que puede producir un trabajador en cada hora de trabajo. En el caso de la economía de Crusoe, es fácil ver que la productividad es el determinante clave de los niveles de vida y que el crecimiento de la productividad es el determinante clave del crecimiento de los niveles de vida. Cuanto más pescado pesque Crusoe por hora, más comerá. Si encuentra un lugar mejor en el que pescar, su productividad aumenta. Este aumento de la productividad mejora su bienestar: podría comer más pescado o podría dedicar menos tiempo a pescar y más a hacer otros bienes de los que disfruta.

Productividad:

Cantidad de bienes y servicios producidos en cada hora de trabajo realizada

El papel clave que desempeña la productividad en la determinación de los niveles de vida es tan cierto en el caso de los países como en el de los marineros extraviados. Recuérdese que el producto interior bruto en una economía (PIB) mide dos cosas al mismo tiempo: la renta total que ganan todos sus miembros y el gasto total en su producción de bienes y servicios. La razón por la que el PIB puede medir estas dios cosas simultáneamente se, halla en que en el conjunto de la economía las dos deben ser iguales. En pocas palabras, la renta de una economía es su producción.

Un país puede disfrutar, al igual que Crusoe de un elevado nivel de vida únicamente si puede producir una gran cantidad de bienes y servicios. Los estadounidenses viven mejor que los nigerianos porque los trabajadores estadounidenses son más productivos que los nigerianos. El nivel de vida de los japoneses ha crecido más deprisa que el de los argentinos porque la productividad de los trabajadores japoneses ha crecido más deprisa. De hecho, según uno de los diez principios de la economía del Capítulo 1, el nivel de vida de un país depende de su capacidad para producir bienes y servicios.

Por lo tanto, para comprender las grandes diferencias que observamos entre los niveles de vida de los distintos países o entre los -niveles de vida de distintos periodos, debemos centrar la atención en la producción de bienes y servicios. Pero la observación de la relación entre los niveles de vida y la productividad no es más que el primer paso. Nos lleva lógicamente a la siguiente pregunta: ¿por que son algunas economías mucho mejores que otras en la producción de bienes y servicios?

De qué depende la productividad

Aunque la productividad influye excepcionalmente en el nivel de vida de Robinson Crusoe, son muchos los factores de los que depende ésta. Por ejemplo, Crusoe será mucho mejor en el arte de la pesca si tiene más cañas de pescar, si ha recibido formación sobre las mejores técnicas para pescar, si esta isla tiene abundantes reservas de peces y si inventa un cebo mejor. Cada uno de estos determinantes de la productividad de Crusoe -que podemos llamar a:,rritctl,físicrr, capital humano, recursos naturales y conocimientos tecnológicos- tienen tina contrapartida en las economías más complejas y realistas. Examinemos cada uno de ellos por separado.

  • El capital físico. Los trabajadores son más productivos si tienen herramientas para trabajar. La cantidad de equipo y estructuras que se utilizan para producir bienes y servicios se llama capital físico o simplemente capital. Por ejemplo, cuando los carpinteros hacen muebles, utilizan sierras, tomos y taladradoras. Cuantas más herramientas tengan, más deprisa y con mayor precisión pueden hacer su trabajo. Es decir, un trabajador que sólo tenga herramientas manuales básicas podrá fabricar menos muebles a la semana que un trabajador que tenga un equipo de carpintería sofisticado y especializado.

Capital físico

Cantidad de equipo y estructuras que se utilizan para producir bienes y servicios

Una importante característica del capital es que es un factor de producción producido. Es decir, es un factor que interviene en el proceso (le producción y que anteriormente fue un producto

El carpintero utiliza un torno para hacer la pata de una mesa. El torno fue anteriormente el proceso de una empresa fabricante de tamos. El fabricante de tomos utilizó, a su, vez, otro equipo para fabricar su producto. Por lo tanto, el capital es un factor de producción utilizado para producir todo tipo de bienes y servicios, incluido más capital.

  • El capital humano. El segundo determinante de la productividad es el capital humano, que es el término que utilizan los economistas para referirse a los conocimientos y a las cualificaciones que adquieren los trabajadores por medio de la educación, la formación y la experiencia. Comprende las cualificaciones acumuladas en la escuela infantil, en la enseñanza primaria, en la enseñanza secundaria, en la universidad y en la formación en el trabajo para los adultos que pertenecen a la población activa.

Capital humano

Conocimientos y cualificaciones que adquieren los trabajadores por medio de ?a educación, la formación y la experiencia

Aunque la educación, la formación y la experiencia son menos tangibles que los tomos, los bulldozers y los edificios, el capital humano es en muchos aspectos como el capital físico. Al igual que éste, aumenta la capacidad de un país para producir bienes y servicios. Al igual que él, es un factor de producción producido. Para producir capital humano se necesitan factores en forma de maestros, bibliotecas y tiempo de los estudiantes. De hecho, los estudiantes pueden concebirse como «trabajadores» que tienen la importante tarea de producir el capital humano que se empleará en la futura producción.

  • Los recursos naturales. El tercer determinante de la productividad son los recursos naturales. Éstos son factores de producción aportados por la naturaleza, como la tierra, los ríos y los yacimientos minerales. Los recursos naturales son de dos tipos: renovables y no renovables. Un bosque es un ejemplo de recurso renovable. Cuando se tala un árbol, puede plantarse otro en su lugar para talarlo en el futuro. El petróleo es un ejemplo de recurso no renovable. Como es producido por la naturaleza durante muchos miles de años, sólo existen unas reservas limitadas. Una vez que se agota, es imposible crear más.

Recursos naturales

Factores que intervienen en la producción de bienes y servicios y que son aportados por la naturaleza, como la tierra, los ríes y los yacimientos minerales

Las diferencias entre los recursos naturales que poseen los distintos países son responsables de algunas de las diferencias entre sus niveles de vida. El éxito histórico de Estados Unidos se debe en parte a que disponía de una gran extensión de tierra idónea para [a agricultura. Actualmente, algunos países de Oriente Medio, como Kuwait y Arabia Saudí; son ricos simplemente porque da la casualidad de que tienen algunas de las mayores reservas de petróleo del mundo.

Aunque los recursos naturales pueden ser importantes, no son necesarios para que una economía sea muy productiva en la obtención de bienes y servicios. Por ejemplo, Japón es uno de los países más ricos del mundo, a pesar de que tiene pocos recursos naturales. El comercio internacional hace posible su éxito. Japón importa muchos de los recursos naturales que necesita, como petróleo, y exporta sus bienes manufacturados a economías ricas en recursos naturales.

  • Los conocimientos tecnológicos. El cuarto determinante de la productividad son los conocimientos tecnológicos, es decir, la comprensión de las mejores formas de producir bienes y servicios. Hace cien años, la mayoría de los estadounidenses trabajaba en la agricultura, porque la tecnología agrícola requería Una elevada cantidad de trabajo para alimentar a toda la población. Hoy en día, gracias a los avances de la tecnología agrícola, una pequeña parte de la población puede producir suficientes alimentos para alimentar a todo el país. Este cambio tecnológico ha permitido que quede libre más trabajo para producir otros bienes y servicios.

Conocimientos tecnológicos

Comprensión de la sociedad de las mejores formas de producir bienes y servicios

Los conocimientos tecnológicos adoptan muchas formas. Parte de la tecnología consiste en conocimientos que todo el mundo sabe: una vez que es utilizada por una persona, todo el mundo la conoce. Por ejemplo, cuando Henry Ford consiguió introducir la cadena de montaje en la producción, otros fabricantes de automóviles siguieron rápidamente su ejemplo. Otros tipos de tecnología son de propiedad exclusiva, es decir, sólo son conocidos por la compañía que los descubre. Por ejemplo, Coca-Cola Company es la única que conoce la receta secreta para fabricar su famosa bebida refrescante. Otros tipos de tecnología son de propiedad exclusiva durante un breve periodo de tiempo. Cuando una compañía farmacéutica descubre un nuevo fármaco, el sistema de patentes le reconoce temporalmente el derecho a fabricar en exclusiva ese fármaco. Sin embargo, cuando expira la patente, otras compañías pueden fabricarlo.

Todos estos tipos de conocimientos tecnológicos son importantes para la producción de bienes y servicios de la economía.

Merece la pena distinguir entre los conocimientos tecnológicos y el capital humano. Aunque están estrechamente relacionados, existe una importante diferencia. Los conocimientos tecnológicos se refieren a la comprensión de la sociedad del modo en que funciona el mundo. El capital humano se refiere a los recursos dedicados a la transmisión de esta comprensión a la población trabajadora. Por utilizar una metáfora que viene al caso, los conocimientos son la calidad de los libros de texto de la sociedad, mientras que el capital humano es la cantidad de tiempo que ha dedicado la población a leerlos. La productividad de los trabajadores depende tanto de la calidad de los libros de texto de que disponen como de la cantidad de tiempo que han dedicado a estudiarlos.

  1. Los economistas suelen utilizar una función de producción para describir la relación entre la cantidad de factores utilizados para producir y la cantidad de producción obtenida. Supongamos, por ejemplo, que Y representa la cantidad de producción, L la cantidad de trabajo, K la cantidad de capital físico, H la cantidad de capital humano y N la cantidad de recursos naturales. En ese caso, podemos formular la siguiente expresión:

    Y= A F (L, K, H, N)

    Donde F ( ) es una función que muestra cómo se combinan los factores para obtener la producción. A es una variable que refleja la tecnología de producción existente. A medida que mejora la tecnología, A aumenta, por lo que la economía produce más con una combinación cualquiera de factores.

    Muchas funciones de producción tienen una propiedad llamada rendimientos constantes de escala. Si una función de producción tiene rendimientos constantes de escala, una duplicación de todos los factores provoca una duplicación de la cantidad de producción. En términos matemáticos, decimos que una función de producción tiene rendimientos constantes de escala si, dado un número positivo cualquiera x,

    xY = A F (xL,.xK, xH,xN)

    Una duplicación de todos los factores se representa en esta ecuación por medio de x=2. El segundo miembro muestra la duplicación de los factores y el primero muestra la duplicación de la producción.

    Las funciones de producción que muestran rendimientos constantes de escala tienen una interesante implicación. Para verla, sea x = 1/L. En ese caso, la ecuación anterior se convierte en

    Y/L = A F( I, K/L, H/L, N/L)

    Obsérvese que Y/L es la producción por trabajador que es un indicador de la productividad. Esta ecuación establece que la productividad depende del capital físico por trabajador (K/L), del capital humano por trabajador (HIL) y de los recursos naturales por trabajador (N/L). La productividad también depende de la situación de la tecnología, reflejada en la variable A. Por lo tanto, esta ecuación es un resumen matemático de los cuatro determinantes de la productividad que acabamos de analizar.

    EL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y LA POLÍTICA ECONÓMICA

    Hasta ahora hemos visto que el nivel de vida de una sociedad depende de su capacidad para producir bienes y servicios y que su productividad depende del capital físico, del capital humano, de los recursos naturales y de los conocimientos tecnológicos. Pasemos ahora a examinar la cuestión que han de afrontar los responsables de la política económica de todo el mundo: ¿qué puede hacer la política económica para elevar la productividad y el nivel de vida?

    La importancia del ahorro y de la inversión

    Como el capital es un factor de producción producido, una sociedad puede alterar la cantidad de capital que tiene. Si la economía produce actualmente una gran cantidad de nuevos bienes de capital, mañana tendrá un stock mayor de capital y podrá producir una cantidad mayor de todos los tipos de bienes y servicios. Por lo tanto, una manera de elevar la futura productividad es invertir más recursos actuales en la producción de capital.

    Según uno de los diez principios de la economía, los individuos se enfrentan a disyuntivas. Este principio es especialmente importante cuando se examina la acumulación de capital. Como los recursos son escasos, para dedicar más recursos a la producción de capital es necesario dedicar menos a la producción de bienes y servicios para el consumo actual. Es decir, para que la sociedad invierta más en capital, debe consumir menos y ahorrar una parte mayor de su renta actual. El crecimiento derivado de la acumulación de capital no es gratis: obliga a la sociedad a sacrificar consumo de bienes y servicios en la actualidad con el fin de poder consumir más en el futuro.

    De momento es importante señalar que el fomento del ahorro y de la inversión es una de las maneras en que los gobiernos pueden fomentar el crecimiento y, a largo plazo, elevar el nivel de vida de la economía.

    Para ver la importancia de la inversión para el crecimiento económico, examinemos la Figura 1, que contiene datos de 15 países. El panel (a) muestra la tasa de crecimiento de cada país correspondiente a un periodo de 31 años. Los países están ordenados en sentido descendente de acuerdo con sus tasas de crecimiento. El panel (b) muestra el porcentaje del PIB que dedica cada país a la inversión. La correlación entre el crecimiento y la inversión es estrecha, aunque no es perfecta. Los países que dedican una gran proporción del PIB a la inversión, como Singapur y Japón, tienden a tener elevadas tasas de crecimiento. Los que dedican una baja; proporción del PIB a la inversión, como Ruanda y Bangladesh, tienden a tener bajas tasas de crecimiento. Los estudios que examinan una lista más exhaustiva de países confirman esta estrecha correlación entre la inversión y el crecimiento.

    Figura 1. EL CRECIMIENTO Y LA lNVERSICN. El panel (a) muestra la tasa de crecimiento del PIB per cápita de 15 países – en el periodo 1960-1991. El (b) muestra el porcentaje del PIB- que dedicó cada uno a la inversión en este periodo. La figura muestra que la inversión y el crecimiento están correlacionados positivamente.

    FUENTE: Robert Summers y Alan Heston, The Penn WoridTables y cálculos del autor.

    Sin embargo, la interpretación de estos datos plantea un problema. La correlación entre dos variables no indica cuál es la causa y cuál el efecto. Es posible que una elevada inversión provoque un elevado crecimiento, pero también puede ocurrir que un elevado crecimiento provoque una elevada inversión (o quizá que un elevado crecimiento y una elevada inversión sean ambos causados por una tercera variable omitida en el análisis). Los datos no nos indican por sí solos el sentido de la causación. No obstante, como la acumulación de capital afecta de una forma tan clara y tan directa a la productividad, muchos economistas consideran que estos datos muestran que una elevada inversión acelera el crecimiento económico.

    Los rendimientos decrecientes y el efecto de recuperación

    Supongamos que un gobierno, convencido por la evidencia de la Figura 1, adopta medidas que elevan la tasa de ahorro del país, es decir, el porcentaje del PIB dedicado a ahorro en lugar de consumo. ¿Qué ocurre? Al ahorrar más el país, se necesitan menos recursos para hacer bienes de consumo y se dispone de más recursos para hacer bienes de capital. Como consecuencia, el stock de capital aumenta, lo que eleva la productividad y acelera el crecimiento del PIB. Pero ¿cuánto dura esta tasa más alta de crecimiento? Suponiendo que la tasa de ahorro se mantiene en su nuevo nivel más alto, ¿se mantiene la tasa de crecimiento del PIB indefinidamente en un elevado nivel o sólo durante un periodo de tiempo?

    Según la visión tradicional del proceso de producción, el capital tiene rendimientos decrecientes, o sea, a medida que aumenta el stock de capital, la producción adicional generada por una unidad más de capital disminuye. En otras palabras, cuando los trabajadores ya tienen una gran cantidad de capital para producir bienes y servicios, si se les proporciona una unidad más, su productividad sólo aumenta levemente. Como consecuencia de los rendimientos decrecientes, un aumento de la tasa de ahorro sólo eleva el crecimiento durante un tiempo. Al poder acumular más capital gracias a que la tasa de ahorro es más alta, los beneficios derivados del capital adicional son cada vez menores a medida que pasa el tiempo, por lo que el crecimiento se desacelera. A largo plazo, un aumento de la tasa de ahorro eleva el nivel de productividad y de renta, pero no acelera el crecimiento de estas variables.

    Sin embargo, este largo plazo puede tardar mucho en llegar. Según los estudios de datos internacionales sobre el crecimiento económico, un aumento de la tasa de ahorro puede elevar significativamente el crecimiento durante varias décadas.

    Rendimientos decrecientes

    Propiedad por la que al beneficio derivado de una unida adicional de un factor disminuye a medida que aumenta la cantidad de ese factor

    Los rendimientos decrecientes del capital tienen otra importante consecuencia: manteniéndose todo lo demás constante; es más fácil para un país crecer deprisa si comienza siendo relativamente pobre.

    Efecto de recuperación

    Propiedad por la que los países que comienzan siendo pobres tienden a crecer más deprisa que los que comienzan siendo ricos

    Este efecto de recuperación puede explicar algunos de los desconcertantes resultados de la Figura 1. En este periodo de 31 años, Estados Unidos y Corea del Sur dedicaron una proporción similar del PIB la inversión. Sin embargo, Estados Unidos sólo experimentó un crecimiento del 2 por ciento; mientras que Corea experimenta un crecimiento espectacular de más de 6 por ciento. La explicación es el efecto de recuperación. En 1960, el PIB per cápita de Corea era menos de un décimo del estadounidense, debido en parte a que la inversión anterior había sido muy baja. Con un pequeño stock inicial de capital, los beneficios de la acumulación de capital fueron mucho mayores en Corea, lo que le permitió tener posteriormente una tasa de crecimiento más alta.

    Este efecto de recuperación se refleja en otros aspectos de la vida. Cuando una escuela enseña a final del curso el diploma de estudiante que «más ha mejorado», normalmente se trata de un estudiante que comenzó el año con unos resultados relativamente malos: a los que no estudiaron a comienzos de año les resultó más fácil mejorar que a los que siempre se esforzaron. Obsérvese que es bueno ser el que «más ha mejorado», dado el punto de partida, pero que incluso es mejor ser el «mejor estudiante». Asimismo, el crecimiento económico ha sido en las últimas décadas mucho más rápido en Corea del Sur que en Estados Unidos, pero el PIB per cápita sigue siendo más alto en Estados Unidos.

    La inversión procedente del extranjero

    Hasta ahora hemos visto que la política económica destinada a elevar la tasa de ahorro de un país puede aumentar la inversión y, por lo tanto, el crecimiento económico a largo plazo. Sin embargo, el ahorro de los residentes no es la única forma que tiene un país de invertir en nuevo capital, la otra es la inversión procedente de extranjeros.

    Cuando los extranjeros invierten en un país es porque esperan obtener un rendimiento. La fábrica de automóviles de Ford aumenta el stock de capital mexicano y, por lo tanto, la productividad mexicana y el PIB mexicano. Sin embargo, Ford se lleva parte de esta renta adicional a Estados Unidos en forma de beneficios. Asimismo, cuando un inversor estadounidense compra acciones mexicanas, tiene derecho a una parte de los beneficios que obtiene la compañía mexicana.

    Por lo tanto, la inversión procedente del extranjero no produce el mismo efecto en todos los indicadores de la prosperidad económica. Recuérdese que el producto interior bruto (PIB) es la renta obtenida dentro de un país tanto por los residentes como por los que no lo son, mientras que el producto nacional bruto (PNB) es la renta obtenida por los residentes de un país a ni dentro del país Como en el extranjero. Cuando Ford abre su fábrica de automóviles en México, parte de la renta que genera la fábrica va a parar a personas que no viven en México, por lo que esta inversión, eleva la renta de los mexicanos (medida por medio del PNB) menos de lo que eleva la producción en México (medido por medio del PIB).

    No obstante, la inversión procedente del extranjero es una de las vías a través de las cuales crece un país. Aunque algunos de los beneficios derivados de esta inversión fluyan de vuelta a los propietarios extranjeros, esta inversión aumenta el stock de capital de la economía, lo cual provoca un aumento de la productividad y de los salarios. Por otra parte, la inversión procedente del extranjero permite a los países pobres aprender las tecnologías de vanguardia desarrolladas y utilizadas en los países más ricos. Por estas razones, muchos economistas que asesoran a los gobiernos de las economías menos desarrolladas abogan por la adopción de medidas que fomenten la inversión procedente del extranjero: Eso significa a menudo eliminar las restricciones que imponen los gobiernos a la propiedad extranjera de capital nacional.

    Una organización que trata de fomentar la entrada de inversión en países pobres es el Banco Mundial. Este organismo internacional obtiene fondos de los países avanzados de todo el mundo y utiliza estos recursos para conceder préstamos a los menos desarrollados, con el fin de que puedan invertir en carreteras, sistemas de alcantarillado, escuelas y otros tipos de capital. También ofrece a los países asesoramiento sobre la mejor forma de utilizar los fondos. El Banco Mundial, junto con su organismo hermano, el Fondo Monetario Internacional, se creó tras la Segunda Guerra Mundial. Esta guerra enseñó que las dificultades económicas a menudo provocan convulsiones políticas, tensiones internacionales y conflictos militares. Por lo tanto, todos los países tienen interés en fomentar la prosperidad económica en todo el mundo. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional aspiran a conseguir este objetivo común.

    La educación

    La educación -la inversión en capital humano- es al menos tan importante como la inversión en capital físico para el éxito económico de un país a largo plazo. En Estados Unidos, históricamente cada año de estudios eleva el salario de una persona alrededor de un 10 por ciento por término medio. En los países menos desarrollados, en los que el capital humano es especialmente escaso, la diferencia entre los salario de los trabajadores, educados y los salarios de los que carecen de estudios es aún mayor. Por lo tanto, los gobiernos pueden mejorar el nivel de vida creando buenas escuela y animando a la población a aprovecharlas.

    La inversión en capital humano tiene, al igual que la inversión en capital físico, un coste de oportunidad. Cuando los estudiantes están en la escuela, no perciben los salarios que podrían estar ganando. En los países menos desarrollados, los niños suelen abandonar los estudios a una temprana edad, aun cuando el beneficio de los años adicionales de escolarización sea muy elevado, simplemente porque su trabajo es necesario para ayudar a mantener a la familia.

    Algunos economistas han afirmado que el capital humano es especialmente importante para el crecimiento económico porque transmite externalidades positivas. Una externalidad es la influencia de las acciones de una persona en el bienestar de otras. Por ejemplo, una persona que posea estudios puede aportar nuevas ideas sobre la mejor forma de producir bienes y servicios. Si estas ideas entran en el acervo de conocimientos de la sociedad, de tal manera que todo el mundo pueda utilizarlas, constituyen un beneficio externo de la educación. En este caso, el rendimiento de la escolarización para la sociedad es aún mayor que su rendimiento para el individuo. Este argumento justificaría las grandes subvenciones que se conceden a la inversión en capital humano en forma de educación pública.

    Uno de los problemas que tienen algunos países pobres es la fuga de cerebros, es decir, la emigración de muchos de los trabajadores que tienen un nivel de estudios más alto a países ricos, en los cuales pueden disfrutar de un nivel de vida más elevado. Si el capital humano genera externalidades positivas, la fuga de cerebros hace que las personas que se quedan sean más pobres. Este problema plantea un dilema a los responsables de la política económica. Por una parte, Estados Unidos y otros países ricos tienen los mejores sistemas de enseñanza superior, por lo que parece lógico que los países pobres envíen a sus mejores estudiantes al extranjero a obtener una titulación superior. Por otra, los estudiantes que han pasado tiempo en el extranjero pueden decidir no volver a su país de origen, y esta fuga de cerebros reduce aún más el volumen de capital humano del país pobre.

    Los derechos de propiedad y la estabilidad política

    Los responsables de la política económica también pueden fomentar el crecimiento económico protegiendo los derechos de propiedad y fomentando la estabilidad política.

    En una economía de mercado la producción es el resultado de las interrelaciones de millones de personas y empresas. Por ejemplo, cuando compramos un automóvil, compramos la producción de un concesionario de automóviles, de un fabricante de automóviles, de una compañía siderúrgica, de una compañía dedicada a la minería del hierro, etc. Esta división de la producción entre muchas empresas permite utilizar los factores de producción de la economía de la manera más eficaz posible. Para lograr este resultado, la economía tiene que coordinar las transacciones entre estas empresas, así como entre las empresas y los consumidores.

    Una importante condición previa para que funcione el sistema de precios es el de los derechos de propiedad toda la economía. Estos se refieren a la capacidad de los individuos de ejercer su autoridad sobre los recursos que poseen. Una compañía minera no realizará el esfuerzo de extraer el mineral de hierro si espera que se lo roben. Sólo lo estará si está segura de que se beneficiará de su venta posterior. Por este motivo, los tribunales desempeñan un importante papel en una economía de mercado: velan por el cumplimiento de los derechos de propiedad. Por medio del sistema judicial de lo penal, disuaden del robo directo y, además, garantizan por medio del sistema judicial civil que los compradores y los vendedores cumplen sus contratos.

    Aunque las personas que viven en los países desarrollados tienden a dar por sentados los derechos de propiedad, las que viven en países menos desarrollados comprenden que la falta de derechos de propiedad puede ser un gran problema. En muchos países, el sistema judicial no funciona bien. Es difícil hacer que se respeten los contratos y a menudo no castigan los fraudes. En los casos más extremos, el gobierno no sólo no vela por los derechos de propiedad sino que él mismo los incumple. Para hacer negocios en algunos países, las empresas han de sobornar a personas que ocupan poderosos cargos públicos. Esa corrupción dificulta el poder coordinador de los mercados. También reduce los incentivos de sus ciudadanos para ahorrar y de los extranjeros para invertir en ellos.

    Una amenaza para los derechos de propiedad es la inestabilidad política. Cuando las revoluciones y los golpes de estado son frecuentes, hay dudas de que los derechos de propiedad se respeten en el futuro. Si un gobierno revolucionario puede confiscar el capital de al-unas empresas, como ha ocurrido con frecuencia tras las revoluciones comunistas, los residentes de ese país tienen menos incentivos para ahorrar, invertir y poner en marcha nuevas empresas. Al mismo tiempo, los extranjeros tienen menos incentivos para invertir en el país. Incluso la amenaza de la revolución puede contribuir a reducir el nivel de vida de un país.

    Por lo tanto, la prosperidad económica depende en parte de la prosperidad política. Un país que tenga un sistema judicial eficiente, unos funcionarios públicos honrados y una constitución estable disfrutará de un nivel de vida económico más alto que un país que tenga un mal sistema judicial, unos funcionarios corruptos y frecuentes revoluciones y golpes de estado.

    El libre comercio

    Algunos de los países más pobres del mundo han tratado de acelerar el crecimiento económico adoptando medidas orientadas hacia el interior. Estas medidas pretenden elevar la productividad y los niveles de vida de un país evitando su interacción con el resto del mundo y son defendidas por algunas de sus empresas, que a veces sostienen que necesitan que se les proteja de la competencia extranjera para competir y crecer. Este argumento de la industria naciente, junto con una desconfianza general de los extranjeros, ha llevado a veces a los responsables de la política económica de los países menos desarrollados a imponer aranceles y otras restricciones comerciales.

    Actualmente, la mayoría de los economistas cree que los países pobres mejoran su bienestar adoptando medidas orientadas hacia afuera que los integren en la economía mundial. Cuando estudiamos en capítulos anteriores el comercio internacional, mostramos cómo puede mejorar el bienestar económico de los ciudadanos de un país. El comercio es en cierto sentido un tipo de tecnología. Cuando un país exporta trigo e importa acero, se beneficia de la misma manera que si hubiera inventado una tecnología para convertir trigo en acero. Un país que elimine las restricciones comerciales experimentará, pues, el mismo tipo de crecimiento económico que experimentaría tras un gran avance tecnológico.

    Las consecuencias negativas de la orientación hacia dentro son evidentes cuando se observan las pequeñas dimensiones de muchos países menos desarrollados. Por ejemplo, el PIB total de Argentina es aproximadamente igual que el de Filadelfia. Imaginemos qué ocurriría si el gobierno municipal de la ciudad de Filadelfa prohibiera a sus residentes comerciar con las personas que viven fuera de los límites de la ciudad. Al no poder beneficiarse de las ganancias derivadas del comercio, Filadelfia necesitaría producir todos los bienes que consume. También tendría que producir todos sus propios bienes de capital en lugar de importar equipo de vanguardia de otras ciudades. Su nivel de vida descendería inmediatamente y el problema probablemente no haría más que empeorar con el paso del tiempo. Eso es precisamente lo que ocurrió cuando Argentina adoptó una política orientada hacia dentro durante una gran parte del siglo XX. En cambio, los países que han adoptado una política orientada hacia fuera, como Corea del Sur, Singapur y Taiwán, han disfrutado de elevadas tasas de crecimiento económico.

    El volumen de comercio de un país con otros depende no sólo de la política que siga su gobierno, sino también de su .geografía. Los países que poseen buenos puertos naturales tienen más facilidad para comerciar que los que carecen de este recurso. No es una causalidad que muchas de las principales ciudades del mundo como Nueva York, San Francisco Hong-Kong estén situadas cerca del mar. Asimismo, como los países que carecen de costas tienen más dificultades para comerciar con otros, tienden a tener unos niveles de renta inferiores a los de aquellos que tienen fácil acceso a las vías acuáticas de todo el mundo.

    La investigación y el desarrollo

    La razón principal por la que los niveles de vida son más altos hoy que hace cien años se halla en que los conocimientos tecnológicos han avanzado. El teléfono, el transistor, la computadora y el motor de combustión interna se encuentran entre los miles de innovaciones que han mejorado la capacidad para producir bienes y servicios.

    Aunque la mayoría de los avances tecnológicos son fruto de investigaciones privadas de empresas e inventores, también existe un interés público en fomentar esta labor. Los conocimientos son en gran medida un bien público: una vez que una persona descubre una idea, ésta entra en el acervo de conocimientos de la sociedad, por lo que otras personas pueden utilizarla libremente. De la misma manera que el Estado desempeña un papel importante en la provisión de un bien público como la defensa nacional, también desempeña un papel importante en el fomento de la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías.

    En Estados Unidos, el Estado desempeña desde hace mucho tiempo un papel importante en la creación y la difusión de conocimientos tecnológicos. Hace cien años, patrocinaba la investigación sobre los métodos agrícolas y asesoraba a los agricultores sobre la manera de utilizar mejor su tierra. Últimamente, ha financiado a través de las fuerzas aéreas y de la NASA, la investigación aeroespacial, como consecuencia de la cual Estados Unidos es un destacado fabricante de cohetes y aviones. El Estado continúa fomentando el avance del saber con ayudas a la investigación procedentes de la National Science Foundation y de los National Institutes of Health y con desgravaciones fiscales a las empresas que realizan investigación y desarrollo.

    El Estado también puede fomentar la investigación por medio del sistema de patentes. Cuando una persona o una empresa inventan un nuevo producto, por ejemplo, un nuevo fármaco, puede solicitar una patente. Si el producto se considera realmente original, las autoridades conceden la patente, que reconoce al inventor el derecho exclusivo a fabricar el producto durante un determinado número de años. La patente reconoce en esencia al inventor un derecho de propiedad sobre su invento, transformando su nueva idea de bien público en bien privado. Al permitir a los inventores beneficiarse de sus inventos -aunque sólo sea temporalmente- el sistema de patentes aumenta los incentivos de los individuos y de las empresas para dedicarse a la investigación.

    CASO: LA DESACELERACIÓN Y LA ACELERACIÓN DE LA PRODUCTIVIDAD EN ESTADOS UNIDOS

    La tasa de crecimiento de la productividad no es en modo alguno constante y fiable. Entre 1959 y 1973, la productividad, medida por medio de la producción por hora trabajada en las empresas estadounidenses, creció a una tasa media del 3,2 por ciento al año. Posteriormente se desaceleró, por lo que entre 1973 y 1995 sólo creció un 1,5 por ciento al año. En 1995 se aceleró de nuevo, creciendo un 2,6 por ciento al año, en promedio, durante los seis años siguientes.

    Es fácil ver cuáles son las consecuencias de estas variaciones del crecimiento de la productividad. La productividad se refleja en los valores reales de los salarios y las rentas familiares. Cuando se desaceleró el crecimiento de la productividad, el trabajador representativo recibió menores subidas ajustadas para tener en cuenta la inflación y muchas personas experimentaron una sensación general de ansiedad económica. Una variación del crecimiento de la productividad, aunque sea pequeña, produce un gran efecto, ya que se acumula durante muchos años. Si no se hubiera producido esta desaceleración en 1973, la renta del estadounidense medio sería hoy alrededor de un 50 por ciento más alta. De la misma manera, la aceleración registrada en 1995 ya ha elevado las rentas reales alrededor de un 7 por ciento.

    Las causas de estas variaciones del crecimiento de la productividad son más escurridizas. Hay un hecho perfectamente demostrado: estas variaciones no pueden atribuirse a los factores de producción que son más fáciles de medir. Los economistas pueden medir directamente la cantidad de capital físico de que disponen los trabajadores. También pueden medir el capital humano por medio del número de años de estudios. Parece que la desaceleración y la aceleración del crecimiento de la productividad no se deben principalmente a las variaciones del crecimiento de estos factores:

    La tecnología es uno de los pocos culpables que quedan. Es decir, una vez descartadas otras explicaciones, muchos economistas atribuyen la desaceleración y la aceleración del crecimiento económico a los cambios de la creación de nuevas ideas sobre la forma de producir bienes y servicios. Como es difícil medir la cantidad de <:ideas>:, es difícil confirmar o refutar esta explicación, pero la hipótesis es razonable. La aceleración que experimentó el crecimiento de la productividad en 1995 coincidió con el rápido crecimiento de la tecnología de la información y de Internet.

    ¿Qué nos deparará el futuro en lo que al progreso tecnológico y al crecimiento económico se refiere? La historia no nos permite confiar mucho en las predicciones. Muchos expertos en predicciones no previeron ni la desaceleración de la productividad ni su aceleración antes de que llegaran.

    La historia sí nos permite, sin embargo, tener una idea de cuál es la tasa normal de progreso tecnológico. La Figura 2 muestra el crecimiento medio del PIB real per cápita en el mundo desarrollado desde 1870. La desaceleración de la productividad es evidente: alrededor de 1970, la tasa de crecimiento se desaceleró, pasando de 3,7 a 2,2 por ciento (la aceleración de la productividad no se observa en estos datos porque es demasiado breve y afecta principalmente a Estados Unidos). Esta figura nos enseña una importante lección: en comparación con la mayor parte de la historia, la anomalía es el rápido crecimiento de los años cincuenta y sesenta. Tal vez las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial fueran un periodo de avances tecnológicos excepcionalmente rápidos y el crecimiento se haya desacelerado simplemente porque el progreso tecnológico ha retomado a una tasa más normal.

    Figura 2. EL CRECIMIENTO DEL PIB REAL PER CÁPITA.

    Esta figura muestra la tasa media de crecimiento del PIB real per cápita de las economías avanzadas, entre las que se encuentran los principales países de Europa, Canadá, Estados Unidos, Japón y Australia. Obsérvese que la tasa de crecimiento aumentó significativamente a partir dé 1950 y descendió a partir de 1970.

    Fuente: Robert J. Barro y Xavíer Sala-i-ivlartin, Economic Growth, Nueva York, McGraw-Hill, 1995, pág. 6. Los datos de 1990-2000 proceden de World Devetopment Report 2002.

    El crecimiento de la población

    Los economistas y otros científicos sociales hace mucho tiempo que debaten sobre las consecuencias del crecimiento de la población para la sociedad. La variable más afectada por el crecimiento demográfico es la población activa: una gran población significa más trabajadores para producir bienes y servicios. Al mismo tiempo, significa más personas para consumir esos bienes y servicios. Aparte de estos efectos evidentes, el crecimiento de la población interactúa con los demás factores de producción de una manera menos evidente y más discutible.

    Los recursos naturales a prueba. Thomas Robert Malthus (1766-1834), clérigo inglés y uno de los primeros pensadores económicos, es famoso por su libro titulado Primer ensayo sobre la población, en el que realizó la que quizá sea la predicción más escalofriante de la historia. Malthus afirmó que el crecimiento cada vez mayor de la población pondría continuamente a prueba la capacidad de la sociedad para proveerse de lo necesario, por lo que la humanidad estaba condenada a vivir permanentemente en la pobreza.

    La lógica de Malthus era muy sencilla. Comenzaba señalando que «los alimentos son necesarios para vivir» y que « la pasión entre los sexos es necesaria y permanecerá casi en su estado actual». Llegaba a la conclusión de que «la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la de la tierra para producir bienes de subsistencia para el hombre». Según Malthus, lo único que frenaba el crecimiento de la población era «la miseria y el vicio». Sostenía que los criterios de las instituciones benéficas o del Estado de la pobreza eran contraproducentes, porque lo único que hacían era permitir a los pobres tener más hijos, poniendo aún más a prueba la capacidad productiva de la sociedad.

    Afortunadamente, la funesta predicción de Malthus erró el tiro por mucho. Aunque la población mundial se ha multiplicado por alrededor de seis en los dos últimos siglos, el nivel de vida es, en promedio, mucho más alto en todo el mundo. Gracias al crecimiento económico, el hambre y la desnutrición crónicas son menos frecuentes hoy que en tiempos de Malthus. Hay hambrunas de vez en cuando, pero casi siempre se deben a una distribución desigual de la renta o a la inestabilidad política más que a una producción insuficiente de alimentos.

    ¿En qué se equivocó Malthus? El crecimiento del ingenio de la humanidad ha contrarrestado con creces los efectos del crecimiento de la población. Los pesticidas, los fertilizantes, la maquinaria agrícola, las nuevas variedades de cultivos v otros avances tecnológicos han permitido a cada agricultor alimentar a un número cada vez mayor de personas. A pesar de haber más bocas que alimentar, se necesitan menos agricultores, porque cada uno es muy productivo.

    Dilución del stock de capital. Mientras que a Malthus le preocupaba la influencia de la población en el uso de los recursos naturales algunas teorías modernas del crecimiento económico ponen énfasis en su influencia en la acumulación de capital. Según estas teorías, un elevado crecimiento de la población reduce el PIB por trabajador, ya que un rápido crecimiento del número de trabajadores obliga a repartir entre más personas el stock de capital. En otras palabras, cuando la población crece rápidamente, cada trabajador está dotado de menos capital. Una cantidad menor de capital por trabajador da como resultado una productividad menor y un PIB por trabajador más bajo.

    Este problema es evidente sobre todo en el caso del capital humano. Los países que se caracterizan por su elevado crecimiento demográfico tienen un elevado número de niños en edad escolar, lo cual impone una carga mayor al sistema educativo. No es sorprendente, pues, que el nivel educativo tienda a ser bajo en los países que tienen un elevado crecimiento demográfico.

    El crecimiento de la población varía mucho de unos países a otros. En los países desarrollados, como Estados Unidos y Europa Occidental, la población sólo ha crecido alrededor de 1 por ciento al año en las últimas décadas y se prevé que crecerá a un ritmo aún más lento en el futuro. En cambio, en muchos países africanos pobres, la población crece alrededor de un 3 por ciento al año. A esta tasa, se duplica cada 23 años. Este rápido crecimiento demográfico hace que resulte más difícil proveer a}os trabajadores de las herramientas y las cualificaciones necesarias para lograr un elevado nivel de productividad.

    Aunque el rápido crecimiento de la población no es la principal razón por la que los países menos desarrollados son pobres, algunos analistas creen que la reducción de la tasa de crecimiento demográfico ayudaría a estos países a aumentar su nivel de vida. En algunos, este objetivo se logra directamente con leyes que regulan el número de hijos que pueden tener las familias. Por ejemplo, China sólo permite tener un hijo por familia; las parejas que infringen esta norma son condenadas a pagar elevadas multas. En los países en los que hay más libertad, el objetivo de reducir el crecimiento de la población se logra menos directamente informándola de las técnicas de control de la natalidad.

    Los países también pueden influir en el crecimiento de la población aplicando uno de los diez principios de la economía: los individuos responden a los incentivos. La decisión de tener un hijo tiene un coste de oportunidad como cualquier otra. Cuando aumenta el coste de oportunidad, la gente decide tener una familia más reducida. En concreto, las mujeres que tienen la oportunidad de recibir una buena educación y un empleo atractivo tienden a querer menos hijos que las que tienen menos oportunidades fuera del hogar. Por lo tanto, las medidas que fomentan la igualdad de trato de las mujeres permiten a las economías menos desarrolladas reducir la tasa de crecimiento de la población y quizá elevar su nivel de vida.

    Fomento del progreso tecnológico. Aunque un rápido crecimiento de la población puede reducir la prosperidad económica al reducir la cantidad de capital que tiene cada trabajador, también puede tener algunos beneficios. Al-tinos economistas han sugerido que el crecimiento de la población mundial ha sido el motor del progreso tecnológico y de 'la prosperidad económica. El mecanismo es sencillo: si hay más personas, hay más científicos, inventores e ingenieros para contribuir al progreso tecnológico, que beneficia a todo el mundo

    El artículo del economista Michael Kremer titulado «Population Growth and Techological Change: One Miltion B.C. to 1990» y publicado en el Quarterly Journal of Ecanonrics en 1993 corrobora en alguna medida esta hipótesis. Kremer comienza señalando que a lo largo de la historia del hombre, las tasas mundiales de crecimiento han aumentado conforme ha crecido la población mundial. Por ejemplo, el crecimiento mundial fue más rápido cuando la población mundial era de 1.000 millones (alrededor del año 1800) que cuando sólo era de 100 millones (alrededor de 500 a.C.). Este hecho es coherente con la hipótesis de que cuando la población es mayor, también lo es el progreso tecnológico.

    La segunda prueba de Kremer proviene de la comparación de las diversas regiones del mundo. El deshielo de los casquetes polares al final de la era glaciar (alrededor de 10.000 años a.C.) inundó el planeta y separó el mundo en varias regiones que no pudieron comunicarse entre sí durante miles de años. Si el progreso tecnológico es más rápido cuando hay más personas para descubrir cosas, las regiones mayores deben haber crecido más deprisa.

    Según Kremer, es lo que ha ocurrido exactamente. La región más próspera del mundo en 1500 (cuando Colón restableció el contacto tecnológico) comprendía las civilizaciones del «Viejo Mundo» de la gran región Eurasia-África. A continuación se encontraban las civilizaciones azteca y maya de las Américas, seguidas de los cazadores y recolectores de Australia y, a continuación, los pueblos primitivos de Tasmania, que carecían incluso de utensilios para hacer fuego y de la mayoría de las herramientas de piedra y hueso.

    La región aislada más pequeña era la isla Flinders, diminuta isla situada entre Tasmania y Australia. Como era la que tenía menos población, era la que tenía menos oportunidades de avanzar tecnológicamente y, de hecho, parece que retrocedió. Hacia el año 3000 a.C., la sociedad humana de la isla de Flinders desapareció totalmente. Krener llega a la conclusión de que la existencia de una gran población es una condición necesaria para el avance tecnológico.

  2. LA FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN

    En el presente trabajo hemos analizado los determinantes del nivel de vida de un país y los esfuerzos que pueden realizar los responsables de la política económica para elevarlo por medio de medidas que fomenten el crecimiento económico. La mayor parte de este capítulo se resume en uno de los diez principios de la economía: el nivel de vida de un país depende de su capacidad para producir bienes y servicios. Los responsables de la política económica que quieran fomentar el crecimiento del nivel de vida deben aspirar a aumentar la capacidad productiva de su país fomentando la rápida acumulación de factores de producción y asegurándose que éstos se emplean de la manera más eficaz posible.

    Los economistas discrepan sobre el papel que debe desempeñar el Estado en el fomento del crecimiento económico. El Estado puede ayudar a la mano invisible como mínimo manteniendo los derechos de propiedad y la estabilidad política. Más controvertida es la conveniencia de que subvencione a determinados sectores que pueden ser especialmente importantes para el progreso tecnológico. No cabe duda de que estas cuestiones se encuentran entre las más importantes en economía. Del éxito con que los responsables de la política económica de una generación aprendan las lecciones fundamentales sobre el crecimiento económico y las tengan en cuenta depende el tipo de mundo que heredará la generación siguiente.

  3. CONCLUSIÓN
  4. BIBLIOGRAFÍA

MANKIW, N. Gregory. Principios de la Economía. Traducción de Esther Tabasco Espáriz. Tercera edición. Madrid, España, editorial McGraw-Hill, 2004, 535pp.

 

Autora:

Solange Stephanie Cárdenas Mendoza

Lima, Perú.

Universidad de San Martín de Porres – Facultad de Ciencias Administrativas y Recursos Humanos – Escuela Profesional de Administración de Negocios Internacionales.

Asignatura: Microeconomía.

Profesor: Dr. Jorge Córdova Egocheaga.

Partes: 1, 2
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