La salud mental, una aproximación a su estudio en poblaciones vulnerables (página 2)
Enviado por César Agustín Flores
La vulnerabilidad es entonces el grado por el cual un individuo, una población o una organización es incapaz de anticiparse, enfrentarse y recuperarse de los impactos que le puedan ocasionar43.
Las tres características necesarias para poder definir a una población vulnerable consistiría en un bajo nivel sociocultural; una carencia de redes de apoyo (redes sociales de contención); y el aislamiento emocional44. Algunos factores que aumentan la situación de vulnerabilidad son la pobreza, hogares con mujeres proveedoras, familias reconstituidas e inseguridad.
Ahora bien, para relacionar el tema de la vulnerabilidad con la salud mental, se deben hacer algunas consideraciones, a fin de situar de que forma la salud mental de las personas o grupos, puede situarlas en una condición de vulnerabilidad.
De acuerdo con Sandoval y Cols.45 El tema de salud mental se ha posicionado en la agenda legislativa como un problema de salud pública. Con base a lo anterior se han aprobado la Reforma a la Ley General de Salud, y el Sistema de Salud Mental, que incluye un modelo de Atención en Salud Mental que contempla la creación de nuevas estructuras de atención que busca cerrar definitivamente los hospitales psiquiátricos asilares. Sistema tradicional que mantiene a las personas "enfermas mentales" recluidas y bajo un sistema de tratamiento farmacológico, aislados de su entorno familiar y comunitario.
Para darse una idea de las condiciones del sistema de salud mental en México, confróntense los datos de la OMS40. El gasto público en salud equivale a 6.5% del PIB, del cual solamente el 2% de ese total se asigna a la salud mental, la mayoría de este financiamiento cubre principalmente el mantenimiento y operación de los hospitales psiquiátricos; por lo que las acciones enfocadas al trabajo comunitario se ven reducidas, sobre todo si se observa que el principal eje de atención de la salud mental es el tercer nivel,
esto se observa en los 46 hospitales psiquiátricos existentes frente a las 13 unidades de internamiento psiquiátrico en hospitales generales y los 8 establecimientos residenciales. Además, el país cuenta con tan solo 544 establecimientos ambulatorios de salud mental que ofrecen atención a 310 usuarios por cada 100,000 habitantes, mientras que en los hospitales psiquiátricos se atienden a 47 usuarios por cada 100,000 habitantes.
Dentro de algunos factores sociodemográficos que afectan a la salud mental, han sido mencionados el desempleo, el bajo nivel educativo, el pertenecer a una zona rural, a un grupo indígena, a una población migrante o a un grupo minoritario que padezca discriminación. Todos estos factores aumentan la probabilidad de padecer algún padecimiento que incluiría el consumo de alcohol y otras sustancias psicotrópicas, así como la ansiedad, la depresión, y retrasos en el desarrollo físico o mental, entre otros40.
Otros factores que se asocian a una pérdida de la salud mental son la presencia de violencia intrafamiliar, o el encontrarse en situación de riesgo a traumas ocasionados por situación de vulnerabilidad (niños en situación de calle, personas con discapacidad, madres adolescentes y adultos en plenitud), que por sus condiciones son más proclives a padecer algún padecimiento físico o mental45.
De igual forma deben destacarse la importancia de las relaciones interpersonales, dado que son necesarias para el desarrollo óptimo de la salud mental, especialmente de los infantes, no es de extrañar que el ausentismo provocado por algunos de los padres debido a la necesidad de trabajar para generar mayores oportunidades de crecimiento económico, incremente las posibilidades de presentar problemas mentales, provocando como mínimo un incremento en los niveles de estrés que podría resultar en depresión y ansiedad. Asimismo la pobreza se ha asociado con falta de apoyo y de estimulación, ambientes caóticos, estrés psicológico y bajo control en las familias, por lo que se ha encontrado asociación entre la pobreza y mayor prevalencia enfermedades mentales como depresión y ansiedad36.
La salud mental se relaciona primordialmente con la pobreza exigiendo a los afectados por estos padecimientos mayor proporción de los ingresos que generan, lo cual se refleja en consecuencias que disminuyen o frenan el potencial de desarrollo y su sustento primordial. Por tanto, todos los afectados por fenómenos como la pobreza, la marginación, la exposición a la violencia entre otros factores son considerados sujetos vulnerables, en riesgo para su adecuado desarrollo, bienestar o crecimiento personal y psicológico.
Hincapié Rivera y Cols.27 mencionan que dentro de los aspectos a considerar en relación con la situación de salud mental también se encuentran: una realidad cargada de violencias, tales como conflictos armados, desplazamiento social, secuestros y extorsiones, altos índices de pobreza, desempleo. etc.
La situación no queda sólo ahí, derivados de los problemas de salud mental que viven las personas expuestas a circunstancias como las antes descritas, se dan los efectos o consecuencias que repercuten sobre las personas mismas que las padecen, o sobre sus familias, comunidades o grupos de pertenencia. Algunos de los efectos sociales que genera la pérdida de salud mental se pueden ubicar en los siguientes rubros: Ausentismo laboral, el cual puede variar de 35% a 45% en los países desarrollados; depresión, la cual produce una falta de energía para producir que se refleja en una falta de apego a las responsabilidades familiares y personales; alcoholismo y adicción a drogas, presentes en la mayoría de las acciones violentas (homicidios, suicidios y violencia intrafamiliar y social, pandillerismo y delitos en general, así como contagio por VIH–SIDA); por su parte, el retardo mental, la esquizofrenia y los cuadros demenciales dañan la relación del sujeto con su entorno social; finalmente, el suicidio ha aumentado más de 212% en las últimas dos décadas45.
En las comunidades, la repercusión de los trastornos mentales es importante y diversa, algunos de las afectaciones más importantes, se pueden resumir en los siguientes tres puntos: 1) por ser una causa del costo de la asistencia sanitaria; 2) por generar la pérdida de productividad; y 3) por su relación con algunos problemas legales (incluida la violencia) asociados a determinados trastornos mentales. Sin embargo, es importante señalar en este último punto que la mayoría de los actos violentos son cometidos por personas "normales" que por enfermos mentales36.
Recomendaciones de trabajo en el ámbito de la Salud Mental
En el 2001, la OMS realizó tres recomendaciones en materia de financiamiento que permitirían apoyar la situación de la salud mental: 1) liberar recursos para el desarrollo de los servicios comunitarios mediante el cierre parcial de los hospitales; 2) financiar provisionalmente la inversión inicial en nuevos servicios, para facilitar el paso de la atención de los hospitales a la comunidad; y3) mantener fondos paralelos a fin de mantener financiando cierto nivel de atención institucional incluso después de establecidos los servicios de base comunitaria36.
La Organización Mundial de la Salud ha recomendado a los gobiernos pertenecientes a la organización, a invertir en recursos que permitan informar sobre los principales determinantes demográficos y socioeconómicos de la salud mental, el estado de salud mental de la población general y de las personas en tratamiento (incluidas categorías diagnósticas específicas por edades y sexos), y los sistemas de salud, para ello se requiere de algunos indicadores que podrían incluir, por ejemplo, el número de camas en hospitales psiquiátricos y hospitales generales, el número de ingresos y reingresos en hospitales, la duración de la estancia, la duración de la enfermedad en el primer contacto, las pautas de uso de los tratamientos, las tasas de recuperación, el número de visitas ambulatorias, la frecuencia de las visitas de atención primaria, la frecuencia y dosificación de la medicación y la dotación de personal y el número de instalaciones de capacitación36.
Se ha dicho que es necesaria la reformulación de la política de atención a la salud mental, partiendo de información actualizada y fiable acerca de la comunidad, los indicadores de salud mental, los tratamientos eficaces, las estrategias de prevención y promoción y los recursos de salud mental, y debe ser revisada periódicamente para modificar o actualizar los programas si es preciso"36.
En materia de política de salud existen dos tareas que son muy importantes en el manejo de la salud mental, la primera es reunir y analizar información epidemiológica que permita definir los determinantes psicosociales básicos de los problemas mentales, con lo cual se podrá aportar información cuantitativa sobre la magnitud de los problemas en la comunidad; la otra tarea importante consiste en llevar a cabo un estudio amplio de los recursos y estructuras existentes en las comunidades y las regiones, así como un análisis crítico de la medida en que estén respondiendo a las necesidades definidas.
Algunos métodos de medición en la salud mental sugeridos en el mismo informe de la OMS son 1) encuestas de población; 2) acopio sistemático de datos sobre los pacientes tratados en los niveles terciario, secundario y primario; y 3) el uso de datos de mortalidad. Toda esta información requiere ser analizada y estudiada considerando los niveles local y regional para que pueda cotejarse y analizarse sistemáticamente a nivel nacional36.
En el informe de la Salud mental en el Mundo, la OMS propone 10 recomendaciones que han sido recibidas de manera positiva por parte de cada uno de los Estados Miembros, estas recomendaciones se pueden resumir de la siguiente manera46:
1. Dispensar tratamiento en la atención primaria
2. Asegurar la disponibilidad de medicamentos psicotrópicos
3. Prestar asistencia en la comunidad
4. Educar al público
5. Involucrar a las comunidades, las familias y los consumidores
6. Establecer políticas, programas y legislación a escala nacional
7. Desarrollar los recursos humanos
8. Establecer vínculos con otros sectores
9. Monitorear la salud mental comunitaria
10. Apoyar nuevas investigaciones
Otros puntos sugeridos por la OMS sobre la promoción de la salud mental se describen a continuación36:
1. Programas dirigidos a mejorar la calidad en las relaciones de los lactantes y niños con sus padres.
2. Intervenciones específicas a diversos grupos vulnerables como los niños, mujeres, personas con capacidades diferentes y de la tercera edad.
3. La participación de la escuela en actividades que promuevan la capacidad para resolver problemas, el pensamiento crítico, la comunicación, las relaciones interpersonales, la empatía y otros factores que permitan desarrollar a los niños y adolescentes una mente sólida y positiva.
Con respecto a la situación de la investigación en materia de salud mental, la propia OMS ha reconocido "En muchos países en desarrollo hay una falta manifiesta de investigaciones científicas sobre la salud mental en lo que respecta a la epidemiología, los servicios, los tratamientos, la prevención y sensibilización y las políticas"36.
Y de forma más concreta ha señalado que:
"En este sentido, a México le falta mucho por hacer ya que solamente un 30% de estos los establecimientos de salud mental cuentan con protocolos de evaluación y tratamiento para condiciones claves de salud mental [ ] el porcentaje de cursos de actualización y/o de educación, relacionado con temas de salud mental [ ] es menor al 15%"40 (Pág. 7).
De manera tal, que es urgente para los profesionales de la salud mental, emprender la tarea de realizar investigaciones científicas en algunos de los terrenos, áreas o niveles, tales como: servicios, tratamientos, epidemiología, prevención etc. Nuestra postura es que dadas las condiciones de violencia que vive el país, la labor fundamental debiera situarse en los aspectos preventivos, realizando diagnósticos o exploraciones en la Comunidad o en grupos o sectores de la población, sujetos a situaciones de riesgo o vulnerabilidad, como son los colectivos expuestos a la violencia social, a fin de contar con elementos suficientes para emprender programas de atención a la salud mental colectiva.
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Autor:
Irma Aída Torres Fermán1
Francisco Javier Beltrán Guzmán2
Atenógenes H. Saldívar González1
Dolores Lin Ochoa1 Ma. Del Carmen Barrientos Gómez1
Héctor Pérez Monsiváis1
Axel M. Navarro Hernández3
1 Profesores e investigadores de la Facultad de Medicina Humana "Alberto Romo Caballero" del CUTM de la UAT. Dra. Irma A. Torres Fermán; Dr. Atenógenes H. Saldívar; Dra. Dolores Lin Ochoa; Dra. Ma. Del C. Barrientos Gómez
2 Vocal del comité de Investigación de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Facultad de Medicina de Tampico "Dr. Alberto Romo Caballero" del CUTM de la UAT.
3 Asistente de investigación
REVISTA ELECTRÓNICA MEDICINA, SALUD Y SOCIEDAD Universidad Veracruzana, Veracruz, México.
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