- Introducción
- Carrera Política
- El Partido Revolucionario Cubano
- El Plan de la Fernandina
- Camino a la Guerra
- Muerte
- Visión política
- Enfermedades
- Pensamiento Religioso
- Descendencia
- Poemas de José Martí
- Conclusiones
- Referencias
Introducción
Este personaje de la poesía no solamente se dedica a la poesía también es pensador, periodista, filosofo, poeta cubano de origen español.
Yo este personaje lo conocí por un poema que titulo "Cultivo una Rosa Blanca" ese poema yo lo dedique el día de las madres a tan solo a la edad de 7 años.
Es un poema muy hermoso, corto y lindo ya que es fácil de aprender aquellos que aman la poesía y les gusta leer libros de poemas u obras.
En esta Antología podrán saber todo acerca del pensador, periodista, filósofo y poeta de origen español, José Julián Martí Pérez, como sus carreras en la política, sus obras, etc.
Conozcamos a José Martí uno de los grandes personajes de la poesía de origen español.
Cultivo una Rosa Blanca
Cultivo una rosa blanca
En Junio como en Enero,
Para el amigo sincero,
Que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca
Carrera Política
Estudios y primera deportación
José Julián Martí Pérez nació en la calle Paula No. 41, La Habana, el 28 de enero de 1853, hijo de Mariano Martí de Valencia y Leonor Pérez Cabrera, de Tenerife, en Canarias.
En 1866 se matrícula en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Ingresa también en la clase de Dibujo Elemental en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de La Habana, más conocida como San Alejandro.
El 4 de octubre de 1869, al pasar una escuadra del Primer Batallón de Voluntarios por la calle Industrias No. 122, donde residían los Valdés Domínguez, de la vivienda se oyen risas y los voluntarios toman esto como una provocación. Regresan en la noche y someten la casa a un minucioso registro. Entre la correspondencia encuentran una carta dirigida a Carlos de Castro y Castro, compañero del colegio que, por haberse alistado como voluntario en el ejército español para combatir a los independentistas, calificaban de apóstata.
Por tal razón, el 21 de octubre de 1869 Martí ingresa en la Cárcel Nacional acusado de traición por escribir esa carta, junto a su amigo Fermín Valdés Domínguez. El 4 de marzo de 1870, Martí fue condenado a seis años de prisión, pena posteriormente conmutada por el destierro a Isla de Pinos(actual Isla de la Juventud), al suroeste de la principal isla cubana. Llega allí el 13 de octubre. El 18 de diciembre sale hacia La Habana y el 15 de enero de 1871, por gestiones realizadas por sus padres, logró ser deportado a España. Allá comienza a cursar estudios en las universidades de Madrid y Zaragoza, donde se gradúa de Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras.
Del 2 de enero al 24 de febrero de 1877 estuvo de incógnito en La Habana como Julián Pérez. Al llegar a Guatemala trabaja en la Escuela Normal Central como catedrático de Literatura y de Historia de la Filosofía. Retorna a México, para contraer matrimonio con Carmen el 20 de diciembre de 1877. Regresa a Guatemala a inicios de 1878.
Segunda deportación
Concluida la guerra llamada «De los 10 años» en 1878 vuelve a Cuba, el 31 de agosto, para radicarse en La Habana, y el 22 de noviembre nace José Francisco, su único hijo. Comenzó sus labores conspirativas figurando entre los fundadores del Club Central Revolucionario Cubano, del cual fue elegido vicepresidente el 18 de marzo de 1879. Posteriormente el Comité Revolucionario Cubano, radicado en Nueva York bajo la presidencia del Mayor General Calixto García, lo nombró subdelegado en la isla.
En el bufete de su amigo Don Nicolás Azcárate conoce a Juan Gualberto Gómez. Entre el 24 y el 26 de agosto de 1879 se produce un nuevo levantamiento en las cercanías de Santiago de Cuba. El 17 de septiembre Martí es detenido y deportado nuevamente a España, el 25 de septiembre de 1879, por sus vínculos con la conocida como Guerra Chiquita, liderada por el citado general García. Al llegar a Nueva York, se establece en la casa de huéspedes de Manuel Mantilla y su esposa, Carmen Miyares.
El Partido Revolucionario Cubano
Martí logró llevarse consigo a su esposa e hijo el 3 de marzo de 1880. Permanecen juntos hasta el 21 de octubre, en que Carmen y José Francisco regresan a Cuba. Una semana después resultó electo vocal del Comité Revolucionario Cubano, del cual asumió la presidencia al sustituir a García, quien había partido hacia Cuba para incorporarse a la fallida Guerra Chiquita.
Entre 1880 y 1890 Martí alcanzaría renombre en la América a través de artículos y crónicas que enviaba desde Nueva York a importantes periódicos: La Opinión Nacional, de Caracas; La Nación, de Buenos Aires y El Partido Liberal, de México. Posteriormente decide buscar mejor acomodo en Venezuela, a donde llega el 20 de enero de 1881. Fundó la Revista Venezolana, de la que pudo editar sólo dos números. En esa época trabajó para la casa editorial Appleton como editor y traductor.
El 30 de noviembre de 1887 fundó una Comisión Ejecutiva, de la cual fue elegido presidente, encargada de dirigir las actividades organizativas de los revolucionarios. En enero de 1892 redactó las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano. El 8 de abril de 1892 resultó electo Delegado de esa organización, cuya constitución fue proclamada dos días después, el 10 de abril de 1892. El 14 de ese mes fundó el periódico Patria, órgano oficial del Partido. Entre 1887 y 1892, Martí se desempeñó como cónsul de Uruguay en Nueva York.
El Plan de la Fernandina
En los años 1893 y 1894 recorrió varios países de América y ciudades de Estados Unidos, uniendo a los principales jefes de la Guerra del 68 entre sí y con los más jóvenes, y acopiando recursos para la nueva contienda. Desde mediados de 1894 aceleró los preparativos del Plan Fernandina, con el cual pretendía promover una guerra corta, sin grandes desgastes para los cubanos. El 8 de diciembre de 1894 redactó y firmó, conjuntamente con los coroneles Mayía Rodríguez (en representación de Máximo Gómez) y Enrique Collazo (en representación de los patriotas de la Isla), el plan de alzamiento en Cuba. El Plan Fernandina fue descubierto e incautadas las naves con las cuales se iba a ejecutar. A pesar del gran revés que ello significó, Martí decidió seguir adelante con los planes de pronunciamientos armados en la Isla, en lo que fue apoyado por todos los principales jefes de las guerras anteriores.
Camino a la Guerra
El 29 de enero de 1895, junto con Mayía y Collazo, firmó la orden de alzamiento y la envió a Juan Gualberto Gómez para su ejecución. Partió de inmediato de Nueva York a Montecristi, en República Dominicana, donde lo esperaba Gómez, con quien firmó el 25 de marzo de 1895 un documento conocido como Manifiesto de Montecristi, programa de la nueva guerra. Ambos líderes llegan a Cuba el 11 de abril de 1895, por Playitas de Cajobabo, Baracoa, al noroeste de la antigua provincia de Oriente.
Tres días después del desembarco, hicieron contacto con las fuerzas del Comandante Félix Ruenes. El 15 de abril de 1895 los jefes allí reunidos bajo la dirección de Gómez, acordaron conferir a Martí el grado de Mayor General por sus méritos y servicios prestados.
El 28 de abril de 1895, en el campamento de Vuelta Corta, en Guantánamo (extremo este de la provincia de Oriente), junto con Gómez firmó la circular «Política de guerra». Envió mensajes a los jefes indicándoles que debían enviar un representante a una asamblea de delegados para elegir un gobierno en breve tiempo. El 5 de mayo de 1895 tuvo lugar la reunión de La Mejorana con Gómez y Maceo, donde se discutió la estrategia a seguir. El 14 de mayo de 1895 firmó la «Circular a los jefes y oficiales del Ejército Libertador», último de los documentos organizativos de la guerra, la que elaboró también con Máximo Gómez
Muerte
El 19 de mayo de 1895 una columna española se desplegó en la zona de Dos Ríos, cerca de Palma Soriano, donde acampaban los cubanos. Martí marchaba entre Gómez y el Mayor General Bartolomé Masó. Al llegar al lugar de la acción, Gómez le indicó detenerse y permanecer en el lugar acordado. No obstante, en el transcurso del combate, se separó del grueso de las fuerzas cubanas, acompañado solamente por su ayudante Ángel de la Guardia. Martí cabalgó, sin saberlo, hacia un grupo de españoles ocultos en la maleza y fue alcanzado por tres disparos que le provocaron heridas mortales. Su cadáver no pudo ser rescatado por los mambises (soldados cubanos). Tras varios entierros, fue finalmente sepultado el día 27, en el nicho número 134 de la galería sur del Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.
Visión política
Su visión política era liberal y demócrata. Además, su obra política y de propaganda muestra estas tres prioridades: la unidad de todos los cubanos como nación en el proyecto cívico republicano de postguerra; la terminación del dominio colonial español; y evitar una expansión estadounidense. Es casi unánime la información sobre su gran capacidad de trabajo y frugalidad, lo que, siendo evidente, junto a su palabra persuasiva, le valió reconocimiento por la mayoría de sus compatriotas.
Enfermedades
La salud de José Martí no era buena. Estudios recientes realizados han mostrado que padecía sarcoidosis, diagnosticada en España a los 18 años. Probablemente a partir de esta enfermedad padeció afectaciones oculares, del sistema nervioso, problemas cardíacos y fiebre. También se ha investigado que padecía un sarcocele (tumor de testículo, de tipo quístico), con abundancia de líquido alrededor del tumor. Para aliviar sus dolores los médicos puncionaban el tumor con periodicidad. Finalmente fue operado por el Dr. Francisco Montes de Oca, que le realizó una exéresis total del testículo, extirpando el tumor.
Fue precursor del modernismo, junto a Manuel González Prada (Perú), Rubén Darío (Nicaragua), Francisco Gavidia (El Salvador), Julián del Casal(Cuba), Manuel Gutiérrez Nájera (México), Manuel de Jesús Galván (República Dominicana), Enrique Gómez Carrillo (Guatemala), José Santos Chocano (Perú) y José Asunción Silva (Colombia), entre otros. Es todavía tema de debate entre los especialistas su importancia relativa en el modernismo.
Pensamiento Religioso
José Martí no asume una posición antirreligiosa, sino que hace críticas a las religiones establecidas, por sus desviaciones, por el abandono en un momento de su desarrollo histórico de los principios que la originaron y de los fundamentos de la religiosidad.
"Un pueblo irreligioso morirá, porque nada en él alimenta la virtud. Las injusticias humanas disgustan de ella; es necesario que la justicia celeste la garantice."
Habiendo recibido Martí una educación religiosa fue capaz de darse cuenta y profundizar en las diferencias estimadas por las distintas religiones, logró demostrar a través de su propia experiencia lo necesario de la conciencia, la razón y la voluntad, elementos que relaciona con claridad en la actuación del hombre en la vida, la que siempre concebía relacionada a la honradez, la justicia y los sentimientos humanos. Las convicciones religiosas las veía con agrado cuando estaban en defensa de los aspectos expresados anteriormente, todo lo que fomentara su limitación y desarrollo constituían un elemento de freno al pensamiento sano y creador del hombre.
Influencia de Martí
Su influencia en los cubanos es grande. En general es considerado por sus compatriotas como el principal modelador de la nacionalidad cubana tal como la conocemos hoy. Su prestigio se refleja en los títulos que popularmente se le conceden. «El apóstol de la independencia» y «el maestro» son los más usados.
Descendencia
Martí tuvo un solo hijo: José Francisco Martí Zayas-Bazan, apodado "Ismaelillo" (1878-1945). José Francisco se alistó en el Ejército Cubano durante la guerra de 1895, a los 17 años tan pronto como averiguó que su padre había muerto. En ese momento estudiaba en Rensselaer Institute of Tecchnology, en Troy, New York. Se unió a las fuerzas del general Calixto García y con gran modestia declinó usar a Baconao, el caballo blanco de su padre, el cual le había sido enviado por Salvador Cisneros Betancourt. Calixto García lo promovió a capitán por su valor en la batalla de Las Tunas. Fue asistente de William Taft antes de que éste fuera presidente de Estados Unidos. Durante la república, alcanzó el rango de general y fue Secretario de Defensa y de la Marina, bajo el mando de su amigo íntimo Mario García Menocal, en 1921. En 1916 se casó con María Teresa Vancés, la pareja no tuvo hijos.
Poemas de José Martí
Penachos Vívidos
Como taza en que hierve
Ora en carreras locas,
De transparente vino
O en sonoros relinchos,
En doradas burbujas
O sacudiendo el aire
El generoso espíritu;
El crinaje magnífico;-
Como inquieto mar joven
Así mis pensamientos
Del cauce nuevo henchido
Rebosan en mí vividos,
Rebosa, y por las playas
Y en crespa espuma de oro
Bulle y muere tranquilo;
Besan tus pies sumisos,
O en fúlgidos penachos
Como manada alegre
De varios tintes ricos,
De bellos potros vivos
Se mecen y se inclinan
Que en la mañana clara
Cuando tú pasas -hijo!
Muestran su regocijo,
Valle Lozano
Dígame mi labriego
Otros, con dagas grandes
¿Cómo es que ha andado
Mi pecho araron:
En esta noche lóbrega
Pues, ¿qué hierro es el tuyo
Este hondo campo?
Que no hace daño?
Dígame de qué flores
Y esto dije -y el niño
Untó el arado Riendo me trajo
Que la tierra olorosa
En sus dos manos blancas
Trasciende a nardos?
Un beso casto.
Dígame de qué ríos
Regó ese prado,
Que era un valle muy negro
Y ora es lozano?
Homomagno
Homomagno sin ventura
La hirsuta y retostada cabellera
Con sus pálidas manos se mesaba.
"Máscara soy, mentira soy, decía;
Estas carnes y formas, estas barbas
Y rostro, estas memorias de la bestia,
Que como silla a lomo de caballo
Sobre el alma oprimida echan y ajustan,
Por el rayo de luz que el alma mía
En la sombra entrevé, – no son Homomagno!
Mis ojos sólo; los mis caros ojos,
Que me revelan mi disfraz, son míos:
Queman, me queman, nuca duermen, oran,
Y en mi rostro los siento y en el cielo,
Y le cuentan de mí, y a mí de él cuentan.
Por qué, por qué, para cargar en ellos
Un grano ruin de alpiste mal trojado
Talló el Creador mis colosales hombros?
Ando, pregunto, ruinas y cimientos
Vuelco y sacudo, a delirantes sorbos
En la Creación, la madre de mil pechos,
Las fuentes todas de la visa aspiro:
Muerdo, atormento, beso las calladas
Manos de piedra que golpeo.
Con demencia amorosa su invisible
Cabeza con las secas manos mías
Acaricio y destrenzo: por la tierra
Me tiendo compungido y los confusos
Pies, con mi llanto baño y con mis besos.
Y en medio de la noche, palpitante,
Con mis voraces ojos en el cráneo
Y en sus órbitas anchas encendidos,
Trémulo, en mí plegado, hambriento espero,
Por si al próximo sol respuestas vienen;
Y a cada nueva luz -de igual enjuto
Modo, y ruin, la vida me aparece,
Como gota de leche que en cansado
Pezón, al terco ordeño, titubea,-
Como carga de hormiga,- como taza
De agua añeja en la jaula de un jilguero."
Remordidas y rotas, ramos de uvas
Estrujadas y negras, las ardientes
Manos del triste
Homomagno parecían!
Y la tierra en silencio, y una hermosa
Voz de mi corazón, me contestaron.
Amor de Ciudad Grande
De gorja son y rapidez los tiempos.
Corre cual luz la voz; en lata aguja,
Cual nave despeñada en sirte horrenda,
Húndese el rayo, y en ligera barca
El hombre, como alado, el aire hiende.
¿Así el amor, sin pompa ni misterio
Muere, apenas nacido., de saciado!
Jaula es la villa de palomas muertas
Y ávidos cazadores!
Si los pechos
Se rompen de los hombres, y las carnes
Rotas por tierra ruedan, no han de verse
Dentro más que frutillas estrujadas!
Se ama de pie, en las calles, entre el polvo
De los salones y las plazas; muere
La flor que nace.
Aquella virgen
Trémula que antes a la muerte daba
La mano pura que a ignorado mozo;
El goce de temer: aquel salirse
Del pecho el corazón; el inefable
Placer de merecer; el grato susto
De caminar deprisa en derechura
Del hogar de la amada, y a sus puertas
Como un niño feliz romper en llanto;-
Y aquel mirar, de nuestro amor al fuego,
Irse tiñiendo de color las rosas,-
Esa, que son patrañas!
Pues ¿quién tieneTiempo de ser hidalgo?
Bien que sienta
Cual áureo vaso o lienzo suntuoso,
Dama gentil en casa de magnate!
O si se tiene sed, se alarga el brazo
Y a la copa que pasa se la apura!
Luego, la copa turbia al polvo rueda,
Y el hábil catador, – manchado el pecho
De una sangre invisible,- sigue alegre,
Coronado de mirtos, su camino!
No son los cuerpos ya sino desechos,
Y fosas, y jirones! Y las almas
No son como en el árbol fruta rica
En cuya blanda piel la almíbar dulce
En su sazón de madurez rebosa,-
Sino fruta de plaza que a brutales
Golpes el rudo labrado madura!
¡La edad es ésta de los labios secos!
!De las noches sin sueño!
¡De la vidaEstrujada en agraz!
¿Qué es lo que faltaQue la ventura falta?
Como liebreAzorada, el espíritu se esconde,
Trémulo huyendo al cazador que ríe,
Cual en soto selvoso, en nuestro pecho;
Y el deseo, de brazo de la fiebre,
Cual rico cazador recorre el soto.
¡Me espanta la ciudad! ¡Toda está llena
De copas por vaciar, o huecas copas!
¡Tengo miedo ¡ay de mí!
De que este vino
Tósigo sea, y en mis venas luego
Cual duende vengador los dientes clave!
¡Tengo sed,- más de un vino que en la tierra
No se sabe beber! ¡No he padecido
Bastante aún, para romper el muro
Que me aparta ¡oh dolor! De mi viñedo!
¡Tomad vosotros, catadores ruines
De vinillos humanos, esos vasos
Donde el jugo de lirio a grandes sorbos
Sin compasión y sin temor se bebe!
!Tomad! ¡Yo soy honrado: y tengo miedo!
Musa Traviesa
Mi musa? Es un diablillo
Contándolo, me inundaCon ala de ángel.
Un gozo grave:-!Ah, musilla traviesa,
Y cual si el monte alegre,Qué vuelo trae!
Queriendo holgarse
Al alba enamorando
Yo suelo, caballero
Con voces ágiles,
En sueños graves,
Sus hilillos sonoros
Cabalgar horas luengas
Desanudase, Sobre los aires.
Y salpicando riscos,
Me entro en nubes rosadas,
Labrando esmaltes,
Bajo a hondos mares,
Refrescando sedientas
Y en los senos eternos
Cálidas cauces,
Hago viajes. Echáralos risueños
Allí asisto a la inmensa
Por falda y valle, -
Boda inefable,
Así, al alba del alma
Y en los talleres huelgo
Regocijándose,
De la luz madre: Mi espíritu encendido
Y con ella es la oscura
Me echa a raudales
Vida, radiante,
Por las mejillas secas
Y a mis ojos los antros
Lágrimas suaves.
Son nidos de ángeles!
Me siento, cual si en magno
Al viajero del cielo
Templo oficiase:¿Qué el mundo frágil?
Cual si mi alma por mirra
Pues, ¿no saben los hombres
Virtiese al aire;Qué encargo traen?
Cual si en mi hombro surgieran!
Rasgarse el bravo pecho,
Fuerzas de Atlante;
Vaciar su sangre,
Cual si el sol en mi seno
Y andar, andar heridos
La luz fraguase: - Muy largo valle!,
Y estallo, hiervo, vibro,
Roto el cuerpo en harapos,
Alas me nacen!Los pies en carne,
Hasta dar sonriendo
Suavemente la puerta-!No en tierra!- exánimes!
Del cuarto se abre,
Y entonces sus talleres
Y éntranse a él gozosos
La luz les abre, Luz, risas, aire.
Y ven lo que yo veo: Al par da el sol en mi alma
¿Qué el mundo frágil?
Y en los cristales:Seres hay de montaña!,
Por la puerta se ha entrado
seres de valle,
Mi diablo ángel!
Y seres de pantanos
¿Qué fue de aquellos sueños,
Y lodazales?. De mi viaje,Del papel amarillo,
De mis sueños desciendo,
¿Del llanto suave?
Volando vanse,
Cual si de mariposas
Y en papel amarillo
Tras gran combate
Cuento el viaje.
Volaran alas de oro
Por tierra y aire,
Mis libros lance,
Así vuelan las hojas
Y siéntese magnífico
Do cuento el trance.
Sobre el desastre,
Hala acá el travesuelo
Y muéstreme riendo,
Mi paño árabe; Roto el encaje-
Allá monta en el lomo -!Qué encaje no se rompe
De un incunable; En el combate!-
Un carcax con mis plumas
Su cuello, en que la risa
Fabrica y átase;
Gruesa onda hace!
Un sílex persiguiendo
Venga, y por cauce nuevo
Vuelca un estante,
Mi vida lance,
Y !allá ruedan por tierra
Y a mis manos la vieja
Versillos frágiles, Péñola arranque,
Brumosos pensadores,
Y del vaso manchado
Lópeos galanes! La tinta vacie!
De águilas diminutas !
Vaso puro de nácar:Puéblase el aire: Dame a que harte!
Son las ideas, que ascienden,
Esta sed de pureza:Rotas sus cárceles!
Los labios cánsame!
¿Son éstas que lo envuelven
Del muro arranca, y cíñese,
Carnes, o nácares?
Indio plumaje: La risa, como en taza
Aquella que me dieron
De ónice árabe,
De oro brillante,
En su incólume seno
Pluma, a marcar nacida
Bulle triunfante:Frentes infames!,
Hete aquí, hueso pálido,
De su caja de seda Vivo y durable!
Saca, y la blande: Hijo soy de mi hijo!
Del sol a los requiebros
El me rehace!Brilla el plumaje,
Que baña en aúreas tintas
Pudiera yo, hijo mío,
Su audaz semblante.
Quebrando el arte
De ambos lados el rubio Universal, muriendo
Cabello al aire,
Mis años dándote,
A mí súbito viénese
Envejecerte súbito,
A que lo abrace.
La vida ahorrarte!-
De beso en beso escala
Mas no: que no verías
Mi mesa frágil;
En horas graves!Oh, Jacob, mariposa,
Entrar el sol al alma
Ismaëlillo, árabe!
Y a los cristales!
¿Qué ha de haber que me guste
Hierva en tu seno puro
Como mirarle
Risa asonante:De entre polvo de libros
Rueden pliegues abajo
Surgir radiante,
Libros exangës:Y, en vez de acero, verle
Sube, Jacob alegre,
De pluma armarse,
La escala suave:
Y buscar en mis brazos
Ven, y de beso en beso
Tregua al combate?
Mi mesa asaltes:-
Venga, venga Ismaelillo
!Pues ésa es mi musilla,
La mesa asalte,
Mi diablo ángel!
Y por los anchos pliegues !
Ah, musilla traviesa,
Del paño árabe
Qué vuelo trae!
En rota vergonzosa
Canto de Otoño
Bien; ya lo sé!: -la muerte está sentada
A mis umbrales: cautelosa viene,
Porque sus llantos y su amor no apronten
En mi defensa, cuando lejos viven
Padres e hijo.-al retornar ceñudo
De mi estéril labor, triste y oscura,
Con que a mi casa del invierno abrigo,
De pie sobre las hojas amarillas,
En la mano fatal la flor del sueño,
La negra toca en alas rematada,
Ávido el rostro, – trémulo la miro
Cada tarde aguardándome a mi puerta
En mi hijo pienso, y de la dama oscura
Huyo sin fuerzas devorado el pecho
De un frenético amor!
Mujer más bellaNo hay que la muerte!:
por un beso suyo
Bosques espesos de laureles varios,
Y las adelfas del amor, y el gozo
De remembrarme mis niñeces diera!…
Pienso en aquél a quien el amor culpabletrajo a vivir,
– y, sollozando, esquivo de mi amada los brazos:
– mas ya gozode la aurora perenne el bien seguro.
Oh, vida, adios: – quien va a morir, va muerto.
Oh, duelos con la sombra: oh, pobladores
Ocultos del espacio: oh formidables
Gigantes que a los vivos azorados
Mueren, dirigen, postran, precipitan!
Oh, cónclave de jueces, blandos sólo
A la virtud, que nube tenebrosa,
En grueso manto de oro recogidos,
Y duros como peña, aguardan torvos
A que al volver de la batalla rindan
-como el frutal sus frutos-
de sus obras de paz los hombres cuenta,
de sus divinas alas!…
de los nuevosárboles que sembraron,
de las tristeslágrimas que enjugaron,
de las fosasque a los tigres y vívoras abrieron,
y de las fortalezas eminentesque al amor de los hombres levantaron!
¡esta es la dama, el Rey, la patria, el premioapetecido,
la arrogante moraque a su brusco señor cautiva espera
llorando en la desierta espera barbacana!:
este el santo Salem, este el Sepulcro
de los hombres modernos:
-no se viertamás sangre que la propia!
No se batasino al que odia el amor!
Únjase prestosoldados del amor los hombres todos!:
la tierra entera marcha a la conquista
De este Rey y señor, que guarda el cielo!
Viles: el que es traidor a sus deberes.
Muere como traidor, del golpe propio
De su arma ociosa el pecho atravesado!
¡Ved que no acaba el drama de la vida
En esta parte oscura! ¡Ved que luego
Tras la losa de mármol o la blanda
Cortina de humo y césped se reanuda
El drama portentoso! ¡y ved, oh viles,
Que los buenos, los tristes, los burlados,
Serán een la otra parte burladores!
Otros de lirio y sangre se alimenten:
¡Yo no! ¡yo no!
Los lóbregos espaciosrasgué desde mi infancia con los tristes
Penetradores ojos: el misterio
En una hora feliz de sueño acaso
De los jueces así, y amé la vida
Porque del doloroso mal me salva
De volverla a vivi. Alegremente
El peso eché del infortunio al hombro:
Porque el que en huelga y regocijo vive
Y huye el dolor, y esquiva las sabrosas
Penas de la virtud, irá confuso
Del frío y torvo juez a la sentencia,
Cual soldado cobarde que en herrumbre
Dejó las nobles armas; ¡y los jueces
No en su dosel lo ampararán, no en brazos
Lo encumbrarán, mas lo echarán altivos
A odiar, a amar y a batallar de nuevo
En la fogosa y sofocante arena!
¡Oh! ¿qué mortal que se asomó a la vidavivir de nuevo quiere? …
Puede ansiosaLa Muerte, pues, de pie en las hojas secas,
Esperarme a mi umbral con cada turbia
Tarde de Otoño, y silenciosa puedeIrme tejiendo con helados copos
Mi manto funeral.No di al olvido
Las armas del amor: no de otra púrpura
Vestí que de mi sangre.
Abre los brazos, listo estoy, madre
Muerte:Al juez me lleva!
Hijo!…Qué imagen miro? qué llorosa
Visión rompe la sombra, y blandamente
Como con luz de estrella la ilumina?
Hijo!… qué me demandan tus abiertosBrazos?
A qué descubres tu afligido Pecho?
Por qué me muestran tus desnudos
Pies, aún no heridos, y las blancas manos
Vuelves a mí?Cesa! calla! reposa!
Vive: el padre
No ha de morir hasta que la ardua lucha
Rico de todas armas lance al hijo!-
Ven, oh mi hijuelo, y que tus alas blancas
De los abrazos de la muerte oscura
Y de su manto funeral me libren!
Bosque de rosas
Allí despacio te diré mis cuitas;
Allí en tu boca escribiré mis versos!-
Ven, que la soledad será tu escudo!
Pero, si acaso lloras, en tus manos
Esconderé mi rostro, y con mis lágrimas
Borraré los extraños versos míos.
Sufrir ¡tú a quien yo amo, y ser yo el casco
Brutal, y tú, mi amada, el lirio roto?
Oh, la sangre del alma, tú la has visto?
Tiene manos y voz, y al que la vierte
Eternamente entre la sombra acusa.
¡Hay crímenes ocultos, y hay cadáveres
De almas, y hay villanos matadores!
Al bosque ven: del roble más erguido
Un pilòn labremos, y en el pilòn
Cuantos engañen a mujer pongamos!
Esta es la lidia humana:
la tremendaBatalla de los cascos y los lirios!
Pues los hombres soberbios ¿no son fieras?
Bestias y fieras! Mira, aquí te traigo
Mi bestia muerta, y mi furor domado
-Ven, a callar; a murmurar; al ruido
De las hojas de Abril y los nidales.
Deja, oh mi amada, las paredes mudas
De esta casa ahoyada y ven conmigo
No al mar que bate y ruge sino al bosque
De rosas que hay al fondo de la selva.
Allí es buena la vida, porque es libre-
Y la virtud, por libre, será cierta,
Por libre, mi respeto meritorio.
Ni el amor, si no es libre, da ventura.
¡Oh, gentes ruines, las que en calma gozan
De robados amores! Si es ajeno
El cariño, el placer de respetarlo
Mayor mil veces es que el de su goce;
Del buen obrar ¡qué orgullo al pecho queda
Y còmo en dulces lágrimas rebosa,
Y en extrañas palabras, que parecen
Aleteos, no voces! Y ¡qué culpaLa de fingir amor!
Pues hay tormento
Como aquél, sin amar, de hablar de amores!
Ven, que allí triste iré, pues yo me veo!
Ven, que la soledad será tu escudo!
Flores del cielo
Leí estos versos de Ronsard:"Je vous envoie un bouquet que ma main
Vient de trier de ces fleurs épanouies", y escribí esto: Flores?
No quiero flores! Las del cielo Quisiera yo segar!
Cruja, cual falda
De monte roto, esta cansada veste
Que me encinta y engrilla con sus miembros
Como con sierpes,- y en mi alma sacian
Su hambre, y asoman a la cueva lòbrega
Donde mora mi espíritu, su negra
Cabeza, y boca roja y sonriente!-
Caiga, como un encanto, este tejido
Enmarañado, de raíces!
-Surjan Donde mis brazos alas,-
y parezca Que, al ascender por la solemne atmósfera,
De mis ojos, del mundo a que van llenos,
Ríos de luz sobre los hombres rueden!
Y huelguen por los húmedos jardines
Bardos tibios segando florecillas:-
Yo, pálido de amor, de pie en las sombras,
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