La sociedad contemporánea en tránsito del autoritarismo al totalitarismo
Enviado por Oscar Yescas Domínguez
El mundo que nos tocó vivir en el inicio del siglo XXI sigue inmerso en una vorágine de cambios sociales que se suceden uno tras otro y en forma simultánea, creando un ambiente de incertidumbre social sobre lo que está pasando. Buena parte de la población que integra nuestra sociedad no tiene idea de lo que está sucediendo y sólo se limita a adaptarse a los nuevos cambios que se están presentando.
Los cambios sociales que vivimos cambian radicalmente los esquemas sociales dejando atrás la validez de los paradigmas y modelos teóricos utilizados en ciencias sociales. Si la mayoría de la población no sabe lo que está sucediendo, los científicos sociales que tenemos como tarea analizar la realidad social para diseñar estrategias de intervención en ella con el objetivo de implementar mejoras en su funcionamiento, no contribuimos a despejar la incertidumbre social ya que nos estamos viendo demasiado lentos para dar explicaciones a la comunidad que permitan entender nuestra compleja realidad y esto se debe en buena parte a que nuestros análisis son rebasados rápidamente por la dinámica vertiginosa de los cambios sociales que vivimos.
Otro elemento que impide la socialización del conocimiento científico es la presencia de un reduccionismo científico en el trabajo de los investigadores sociales y que consiste en pensar que la dinámica social puede ser explicada utilizando únicamente las aportaciones de una sola disciplina, dando lugar al surgimiento de los ismos (psicologismo, economicismo, sociologismo, etc.).
En el campo de la Psicología, la situación se agrava cuando se observa que aparte del psicologismo imperante, se encuentra el fenómeno del corrientismo psicológico, que consiste en asumir una actitud basada en el pensamiento de sólo una de las corrientes que existen en la Psicología es la buena y que todas las demás no sirven.
Lo cierto es que para comprender nuestra realidad de una manera objetiva e integral debemos ver más allá de nuestra propia disciplina y echar mano de todas las técnicas susceptibles de ser utilizadas independientemente de la corriente de la que proceda. El análisis de nuestra compleja realidad requiere de una tarea compleja que implica retomar aportaciones de la Psicología, Sociología, Economía, Administración, Ciencias políticas, Filosofía, etc.
Esto explica la ausencia de las aportaciones científicas para entender, comprender y explicar nuestra realidad, ya que es reducido el número de publicaciones que circulan con este tipo de contenido y si a eso le sumamos que buena parte de las escasas investigaciones relacionadas con este tema se publican sólo en revistas especializadas que tienen pocos lectores, entonces el impacto social que se tiene es mínimo porque la población general no tiene acceso a estos contenidos.
En la Universidad de Sonora donde laboro acostumbro decir a mis alumnos de Psicología que lo único que no cambia es la premisa de que todo está cambiando, que los cambios son tan vertiginosos que puede afirmarse con plena seguridad que en los últimos 50 años se han presentado más cambios que en los últimos 200 años y que la clave del éxito en estos tiempos de cambios sociales está en el desarrollo de nuestra capacidad individual, grupal, organizacional y comunitaria para generar nuevos comportamientos que nos permitan enfrentar con éxito los nuevos retos que se presentan.
Esta temeraria afirmación sobre los cambios presentados en los últimos cincuenta años nos da una idea de qué tipo de tiempos nos ha tocado vivir y para dejarlo en claro me remitiré a describir algunos de los cambios más relevantes que hemos vivido en los últimos años.
Empezando por la década de los sesentas los cambios culturales que se iniciaron con el surgimiento de grupos antibelicistas, la difusión de la música del rock, la rebelión de la juventud de aquella época que rechazaban el autoritarismo de sus padres y maestros.
Las movilizaciones y protestas sociales que plantearon la necesidad de una redefinición de las relaciones entre hombres y mujeres, de un nuevo modelo de sexualidad y la demanda de democratizar las instituciones, organizaciones y grupos sociales relevantes, fueron la característica principal de aquellos tiempos.
En la década de los setentas continuaron los cambios pero ahora se presentaron con un sustento teórico proveniente de las ciencias sociales que retomando aportaciones sobre todo con el surgimiento de la Psicología de grupos que retomaba las aportaciones de Elton Mayo, Kurt Lewin y otros autores como George Lapassade y Rene Lourau que con sus aportaciones los movimientos de las relaciones humanas o movimiento del potencial humano, así como el movimiento del análisis institucional que aportaron elementos para realizar un sólido cuestionamiento al verticalismo de las instituciones, a la existencia de una enorme distancia entre el discurso y la acción, así como a una evidente función ideologizante de las instituciones.
De esta manera las aportaciones de las ciencias sociales permitieron descubrir la importancia de la participación de los individuos en los diferentes grupos, organizaciones e instituciones a los que pertenecían para que éstas puedan lograr una armonía social y alcanzar sus metas, ya fueran éstas terapéuticas en el caso de los hospitales psiquiátricos, educativas en el caso de las escuelas o de rehabilitación en el caso de las prisiones.
Los movimientos de antipsiquiatría que cuestionaron los métodos de los psiquiatras, se reforzaron con el movimiento de la antipedagogía que cuestionaba la dependencia y verticalismo en la relación maestro-alumno, pero sobre todo el cuestionamiento se centraba en la finalidad última de la formación educativa: formar profesionistas que se integrasen al mundo laboral para hacer realidad el american way of life, una vida dedicada al consumo permanente y acrítico.
En esencia los movimientos sociales de aquella década cuestionaban las relaciones verticales y el autoritarismo utilizado en las instituciones baluarte del sistema social. Dentro de sus cuestionamientos se incluía la enorme distancia que existía entre dirigentes y dirigidos de aquella época, es decir, se cuestionaba el liderazgo imperante en las instituciones y organizaciones sociales que por lo regular era de estilo autocrático e impedía la participación de los individuos en los procesos de toma de decisiones. Con esto se evidenció la crisis de las instituciones que podría resumirse en pocas palabras en "una crisis de la relación dirigente-dirigido". Los líderes formales de las instituciones, organizaciones y gobiernos se encontraban cada vez más aislados de quienes decían representar, el ejemplo más claro eran los políticos que cada vez más se ubicaban lejos de la ciudadanía que los llevó al poder.
Los cambios continuaron su tendencia ascendente en la década de los ochentas pero de una manera más radical al grado de cambiar la geopolítica mundial con la caída del muro de Berlín, justo después de que Mijail Gorvachov impulsara la perestroika y la glassnot en la antigua URSS. En un intento de reducir la presión social que provocaba el autoritarismo soviético, impulsó la transparencia gubernamental y la participación social.
Los resultados ya los sabemos, los habitantes de algunas repúblicas soviéticas decidieron abandonar la URSS porque vivían bajo un régimen socialista no solicitado, sino impuesto y el detonante del cambio para ejemplificar esto fue la caída del muro de Berlín que condujo finalmente a la desaparición total de la antigua potencia soviética.
La desintegración de la Unión de Repúblicas socialistas soviéticas generó la impresión de la derrota del socialismo y el triunfo del capitalismo. Aclarar este punto sería tarea que ocuparía más espacio del que se pretende dar a este artículo por lo que se deja como tarea pendiente. El asunto importante es que después de 1989 el mundo cambió radicalmente al impulsarse una economía de mercado a nivel mundial en el marco del sistema capitalista.
Con la desaparición de la URSS desapareció la guerra fría entre el Este y el Oeste, es decir, desapareció el conflicto existente entre Estados Unidos y Rusia. Pero en su lugar surgió una guerra comercial donde el pez más grande se come al pez más chico al surgir el fenómeno de la globalización que concebiremos como la apertura de las fronteras para el libre tránsito de las mercancías.
El proceso de globalización que se inició en los noventas propició el fortalecimiento de una sociedad basada en el consumo como meta principal. Recordemos que el capitalismo se fortaleció con la desaparición de la URSS y las grandes empresas transnacionales se difundieron por todo el orbe mundial conquistando nuevos mercados para estimular la compra de sus productos y servicios.
Con esto se dio origen a una competencia desleal en la cual las grandes compañías transnacionales competían con las empresas de los países "conquistados" como México y el resto de países latinoamericanos donde la mayoría de las organizaciones son microempresas o pequeñas empresas que no tienen el capital, la tecnología o el personal capacitado que poseen las empresas transnacionales.
Debemos tener presente que en el sistema capitalista los medios de producción son propiedad privada y su función es producir para generar un consumo que permita obtener una ganancia económica (plusvalía). Los beneficios obtenidos en el ciclo producción y consumo no son para beneficio social, es destinado exclusivamente para beneficio de particulares.
Junto con los cambios políticos y económicos se presentaron también los cambios tecnológicos, que vinieron a brindar un nuevo elemento que aumentó la complejidad de los tiempos que vivimos. A fines del siglo pasado se presentó un desarrollo tecnológico sin precedentes, que propició la aplicación de la ciencia y la tecnología al proceso de producción, que a su vez permitió la creación en masa de un sinnúmero de productos que modificaron las condiciones de vida y sobre todo la forma como se realizan las relaciones interpersonales.
Como ejemplo de ello podemos señalar el surgimiento de internet, de los teléfonos celulares, de facebook, es decir de las redes sociales. La revolución de la tecnología de la información, en su expresión en las redes sociales, vino a fortalecer un espíritu libertario en nuestra sociedad, ya que como es bien sabido, la arquitectura de las redes sociales no puede ser controlada desde ningún lugar, ya que está compuesta de miles de redes informáticas que tienen innumerables formas de comunicarse entre sí.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, puede afirmarse que a diferencia de los cambios sociales que se presentaron en el siglo pasado la mayoría de los cuales se debieron a la participación social en movimientos colectivos, que enarbolaban las demandas de libertad, democracia y justicia, en el nuevo milenio se observa que la mayoría de los cambios sociales que estamos viviendo son impuestos por las élites gobernantes que obviamente buscan su beneficio particular.
En el inicio del nuevo milenio, se observan nuevos cambios que afectan a la población en general, pero junto a ellos se encuentra el surgimiento de una nueva clase mundial que de manera progresiva empieza a tomar el control económico y político de varios países en el mundo.
Esta nueva clase está integrada por los directivos de los organismos financieros internacionales, que determinan las políticas económicas a nivel mundial, los directivos de las grandes empresas transnacionales que se asocian con los presidentes de algunos países para la implementación de reformas estructurales que permiten modificar las constituciones de algunos países "para estimular el mercado".
En el caso de México el gobierno mexicano, los partidos políticos que dominan la cámara de Diputados y la Cámara de Senadores y los medios masivos de difusión lograron la aprobación de una serie de reformas a la constitución: la reforma laboral, la reforma educativa, la reforma hacendaria, la reforma energética, etc. Todo esto a pesar de que hubo masivas protestas de trabajadores, docentes, estudiantes y pueblo en general que fueron ignorados totalmente por la clase política que se atrincheró para votar a favor de las reformas que eliminaban derechos consagrados en la constitución mexicana.
Esto lo lograron porque esta nueva clase mundial ha contado con la colaboración de los dirigentes de los principales partidos políticos que gobiernan los países, quienes eligieron el beneficio personal aún cuando esto trae consigo un perjuicio social.
La generalización de la corrupción es un elemento que permitió lograr cambios estructurales en varios países.
Pero también se debió a la participación de otro sector que integra esta nueva clase política dominante, es decir, los propietarios de los medios masivos de difusión que contribuyeron a falsear la realidad social, manipular la información, mediatizar y criminalizar la protesta social, etc. Recordemos que los medios masivos de difusión son propiedad privada y sirven a intereses particulares. http://www.monografias.com/trabajos98/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales/impacto-psicosocial-medios-masivos-difusion-y-redes-sociales
Una característica importante de los cambios estructurales en las constituciones de varios países es que se eliminaron derechos laborales que habían sido conquistados a través de luchas realizada por las clase trabajadora, de igual forma se eliminaron beneficios a la población, ya que la tendencia de los cambios impulsados es hacia la privatización de todo tipo de productos y servicios.
Todos sabemos a qué conduce esta tendencia del Estado de desincorporar parte de sus servicios y subrogarlos a empresas privadas. En Hermosillo, Sonora, tenemos una herida muy grande abierta desde hace cinco años con el incendio de la guardería ABC, donde fallecieron 49 niños y quedaron lesionados más de 70. Todo porque el cuidado de los bebés se convirtió en un negocio lucrativo para particulares que en su ambición de lucro descuidaron las mínimas condiciones de seguridad en ese local y con el aval de las autoridades correspondientes que permitieron el funcionamiento de negocios de este tipo. https://www.youtube.com/watch?v=AqNN8twyUPU
Podemos decir entonces en base a lo anteriormente dicho que la situación actual de nuestra sociedad se caracteriza por un aumento del poder del capital frente al trabajo, una tendencia a la debilitación del movimiento sindical (con sus honrosas excepciones), una individualización y diversificación creciente en el mundo laboral, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo en condiciones de desigualdad respecto al hombre, una tendencia del Estado para desmantelar derechos laborales consagrados en las constituciones de diversos países para favorecer al capital privado, etc.
En síntesis nos encontramos en un momento histórico en el cual estamos siendo testigos, del surgimiento de una nueva sociedad, que tiene una nueva estructura social, que se manifiesta en diferentes formas, según la diversidad de culturas existentes en el mundo entero, pero que en esencia está definiendo una reestructuración histórica del modo capitalista de producción. (Manuel Castells, La era de la información.1999).
Por todo lo anterior, es que se puede decir que la mayoría de los cambios sociales que se han presentado en el nuevo milenio han contribuido a agudizar las contradicciones sociales en la medida de que incrementan la desigualdad económica, contribuyen a un aumento de la pobreza y marginación social a nivel mundial y propician la reducción de la capacidad adquisitiva y la eliminación de los derechos laborales y sociales de la clase trabajadora.
Es aquí donde surge un toque maquiavélico en la conformación de esta nueva situación que estamos viviendo. En la medida que se aplican las reformas estructurales que afectan a la población, se incrementa el número de protestas hacia las mismas. Para consolidar el nuevo orden social y contener las protestas sociales, la nueva clase política dominante ha reforzado, mejorado e inventado nuevas formas de control social de la población, para mantener el status quo.
Uno de los ejemplos más claros lo estamos viviendo en estos días a través de la implementación de una de esas estrategias de distracción y control social mediante la celebración del mundial de futbol en Brasil, evento que ha enfrentado una fuerte resistencia de la población que tiene necesidades sociales más urgentes de solucionar que la mera distracción con el futbol. Evento que en el caso de México permite tener a la población distraída mientras en la cámara de diputados se aprueban medidas que afectarán a la población en general en el contexto de la reforma energética.
Pero como era de esperarse esta andanada de cambios políticos y económicos que afectan a la clase trabajadora tiene como reacción el surgimiento de diversos movimientos colectivos que luchan contra esta tendencia privatizadora.
La escalada de agresiones contra la clase trabajadora y población en general ha fortalecido los movimientos que surgieron en el siglo pasado como el movimiento feminista, el movimiento ecologista, etc., pero también ha generado a su vez el surgimiento de nuevos movimientos sociales que enarbolan las demandas de democracia, justicia y libertad en todo el mundo y mucho más allá, el surgimiento de grupos de autodefensa, civiles que toman las armas para defender a sus comunidades como lo es el caso de Michoacán, Guerrero y Chiapas en México.
Así podemos ver un mundo inmerso en convulsiones sociales desde el surgimiento de la primavera árabe en los países árabes, pasando por el movimiento de los inconformes en Europa, el movimiento yosoy132 en México, las movilizaciones de docentes y trabajadores en contra de las reformas estructurales en México, el movimiento en contra de la privatización de la educación en Chile, las protestas en Brasil en contra de la celebración del mundial de futbol, etc.
Es decir, hay movimientos colectivos de protesta en varias partes del mundo, por lo que se ha denominado a este nuevo milenio "el milenio de los movimientos colectivos". Por eso se habla de que los tiempos que estamos viviendo son convulsos y críticos, totalmente inestables porque implican el choque de fuerzas sociales, un choque de movimientos colectivos contra el cuerpo de aparatos represivos en distintos países.
Precisamente por eso también la población en general no alcanza a comprender lo que está sucediendo en su entorno inmediato y en el mundo entero, ya que los tiempos que vivimos se caracterizan por una enorme complejidad, la cual es aumentada por el accionar de los medios masivos de difusión que contribuyen a distorsionar la realidad para beneficio de la clase en el poder.
Las respuestas que se han brindado a las demandas sociales que enarbolan los movimientos colectivos, ya sea en forma espontánea u organizada a través de sindicatos de trabajadores (SME, Mexicana, STEUS, etc.) ha sido un endurecimiento del trato hacia los mismos de tal forma que, podemos observar un tránsito paulatino de un autoritarismo de la clase política hacia el surgimiento de un franco totalitarismo en el estilo de gobernar y dirigir las instituciones de nuestra sociedad, al mismo tiempo que un perfeccionamiento en los mecanismos de control social, utilizando sobre todo a los medios masivos de difusión.
Por esa razón se puede afirmar que la democracia social ha dejado de existir en el nuevo milenio en nuestros países para ser substituida por un estilo autoritario en las formas de gobierno que poco a poco se desplazan hacia la derecha para asumir un estilo totalitario en la conducción de los pueblos, instituciones, organizaciones y grupos sociales.
En el caso de México podemos encontrar muchos ejemplos de este endurecimiento paulatino que conduce del autoritarismo a las expresiones de totalitarismo, a nivel nacional podemos mencionar las respuestas del gobierno mexicano a las movilizaciones del Sindicato Mexicano de Electricistas, a las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de trabajadores de la educación, a las protestas en contra de las reformas laboral, educativa, energética, etc.
El gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto que llegó al poder mediante la compra masiva de votos a través de la entrega de tarjetas de débito, toma decisiones sin importar el perjuicio social o las protestas que estas generen ya que simplemente las ignora o las reprime con el uso de los aparatos represivos del Estado.
En el caso del Estado de Sonora, el Gobernador Guillermo Padrés envuelto cada vez en escándalos de corrupción en sus últimos años de gobierno, se ha caracterizado por cerrar las puertas de Palacio de Gobierno a los grupos y organizaciones sociales que llegan ahí para expresar sus protestas y solo encuentran las puertas cerradas y bocinas que emiten música a todo volumen para acallar sus gritos. Parece increíble pero es cierto ya que como universitario y sindicalista me tocó ser objeto de este tipo de denigrante trato de un gobernante.
Precisamente éste es el contexto en el cual se encuentra la Universidad de Sonora, después de la huelga de 68 días que impulsó el Sindicato de Trabajadores y Empleados de esta institución (STEUS). http://www.monografias.com/trabajos101/testimonios-psicosociales-huelga-universitaria-basada-dignidad-steus-2-014/testimonios-psicosociales-huelga-universitaria-basada-dignidad-steus-2-014
La Universidad de Sonora sufrió un cambio después de la huelga del STEUS, es evidente que nuestra Alma Mater sonorense ya no es la misma, el ambiente de trabajo ha cambiado, el clima organizacional se ha modificado a su interior, es decir el clima psicológico, la percepción colectiva, los sentimientos y emociones colectivas han variado.
La situación ha cambiado porque durante los 68 días que duró la huelga aumentó considerablemente la distancia psicológica entre las autoridades universitarias representadas por heriberto grijalva monteverde y la comunidad universitaria.
El autoritarismo exhibido por las autoridades universitarias antes, durante y después del conflicto de huelga propició el uso de un nuevo tipo de lenguaje que refleja la separación existente entre quienes tienen la representación formal de la Universidad de Sonora y los integrantes de la comunidad universitaria, esto es, los trabajadores, los maestros y los estudiantes, que en sus conjunto suman más de 44,000 personas.
Las referencias expresadas por heriberto grijalva acerca de los trabajadores agrupados en el STEUS y los académicos integrados en el STAUS utilizando las expresiones de "ellos" y "nosotros" confirman que las autoridades no experimentan el sentimiento de pertenencia a la colectividad universitaria.
Más allá del lenguaje utilizado, las acciones realizadas que fueron en el sentido de empujar a los trabajadores al movimiento de huelga e intentar lo mismo con el STAUS, demuestran el poco interés que tienen por la Universidad de Sonora, por la cual los trabajadores administrativos y manuales, así como los académicos sentimos un gran amor y aprecio.
No les importó que, según sus cuentas, se perdieran más de 2,000,000 de pesos diarios durante los 68 días de huelga. El autoritarismo que dio origen a una prolongada y combativa huelga impulsada por un sentimiento de dignidad y rebeldía hacia el mismo, se mantuvo e incrementó durante todo el conflicto y no cedió en ningún momento, sólo hasta que las autoridades del trabajo emitieron su ya famoso laudo ilegal, se vieron forzadas las autoridades administrativas a aceptar las condiciones de levantamiento de huelga.
Pero después de la huelga, el autoritarismo exhibido, se ha convertido en verdaderas expresiones de totalitarismo en perjuicio de los integrantes de la comunidad universitaria. Veamos por qué afirmo esto:
Por un lado los trabajadores del STEUS al regresar a sus labores después de verse obligados a levantar la huelga, se sienten observados, en la mira, inspeccionados, supervisados, pero no con un fin constructivo de aumentar la eficiencia o la productividad, sino con un fin punitivo al grado de que sienten sobre sus cabezas la espada de Damocles, ya que tienen la amenaza del despido ante el menor error cometido.
Un caso concreto, una de las causas de la huelga pasada fue la negativa de los trabajadores de Servicios Escolares a ser reubicados en otro edificio ya que no fueron consultados al respecto. Sin embargo, al regresar de sus labores el primer día después de la huelga encontraron que no podían ingresar a sus áreas de trabajo porque habían cambiado las chapas de las puertas de acceso y sacado todo el equipo y mobiliario que fue llevado al nuevo local que previamente rechazaron los trabajadores. Los sindicalizados se vieron obligados a aceptar este cambio.
Como es de esperarse acciones de este tipo han generado sentimientos de temor, inseguridad, ansiedad y hasta angustia entre los trabajadores universitarios. Por si fuera poco esto, continúan los intentos de división al interior del STEUS, las autoridades administrativas desconocieron temporalmente la firma electrónica del Secretario y sólo reconocían la firma de la Secretaria del trabajo del STEUS, Dorotea Gámez, quien durante la huelga y en ausencia del Secretario General quien se encontraba en el Distrito Federal en entrevistas con autoridades educativas, trató convencer a los trabajadores a que levantaran la huelga, en un burdo intento de desmoralizarlos argumentando que la huelga no era legal.
Afortunadamente los trabajadores del STEUS cerraron filas y tomaron la decisión de expulsar de su organización a esta persona que cambió su camiseta de dirigente sindical por el traje de peón de las autoridades administrativas.
El ambiente de incertidumbre psicológica, la amenaza constante de despido y cambio progresivo de autoritarismo al totalitarismo, es el precio que los trabajadores del STEUS están pagando por haber desafiado al autoritarismo de las autoridades universitarias realizando una huelga basada en la dignidad.
Por el lado del Sindicato de Trabajadores académicos (STAUS), la situación tiene sus matices propios pero no es ajena a este tránsito del autoritarismo hacia el totalitarismo mostrado por las autoridades universitarias que intentan tener todo bajo control estricto todo lo que acontece dentro de la Universidad de Sonora de tal forma que no se cuestione la forma como se están administrando los recursos financieros y materiales.
Para empezar, las autoridades han intentado por todos los medios de declarar ilegal la prorroga que e STAUS acordó debido a la huelga del STEUS. Las autoridades universitarias se sienten respaldadas por el clima social adverso y contrario a las huelgas en la Universidad de Sonora creado por los medios masivos de difusión durante la huelga del STEUS.
Confían en que el STAUS se vea obligado a aceptar sus respuestas a las demandas contenidas en su pliego petitorio. A pesar de que el STAUS en un gesto de racionalidad y conciliación redujo su pliego de peticiones de 50 a 10 puntos, las autoridades se mantienen en el tope salarial del 3.5 y ni siquiera contemplan el 2.5 a prestaciones que ya otorgaron al STEUS. Con esta actitud las autoridades revelan una discriminación laboral hacia el STAUS.
Por otro lado y no menos importante es necesario mencionar que durante la huelga del STEUS y después de la misma, han surgido una serie de comunicados anónimos que contienen ataques, insultos, calumnias y difamaciones en contra de algunos integrantes del Comité Ejecutivo del STAUS, en contra también de los integrantes de la corriente sindical Dorada y también en contra igualmente de algunos miembros del STAUS que se caracterizaron por expresar su apoyo a la huelga del STEUS y por realizar críticas en forma pública a las autoridades universitarias por su forma de manejar el conflicto.
Dentro de estos últimos debo decir claramente que uno de los blancos principales de ataques es el autor de estas líneas que se caracterizó por una constante publicación de artículos de apoyo a los trabajadores del STEUS.
/trabajos101/testimonios-psicosociales-huelga-universitaria-basada-dignidad-steus-2-014/testimonios-psicosociales-huelga-universitaria-basada-dignidad-steus-2-014
La estrategia elegida por los autores de estos anónimos es enviar escritos difamatorios utilizando los correos institucionales de la Universidad de Sonora. Han llegado al extremo de imitar al grupo de anónimos que lucha en la clandestinidad en diferentes países en contra del poder establecido utilizando la máscara de la película V de venganza.
Lo curioso del asunto es que estos "anónimos universitarios" no luchan contra el poder establecido, es decir contra las autoridades administrativas, sino que eligen como blancos de sus ataques a dirigentes sindicales y académicos que se han destacado por ejercer una actividad sindical utilizando la crítica social a través de escritos que firman con sus nombres, revelando sus identidades como lo es mi caso.
Si el medio elegido por este desconocido grupo es cuestionable, lo es también los blancos elegidos para sus ataques ya que son (somos) personas que se han destacado por su militancia sindical y crítica social. Pero lo más cuestionable son los contenidos de sus mensajes, que no son otra cosa que ataques personales mediante insultos, calumnias, difamaciones, injurias y una total ausencia de argumentos como pudiera esperarse de algún universitario.
El sentido común indica que el surgimiento de este grupo es parte de una estrategia de ataque dirigida a debilitar la militancia sindical, a dividir a los académicos, acabar con la crítica hacia las autoridades (lo cual hace suponer que asumen una posición de defensa de las autoridades), inhibir la participación social y reforzar con ello el control social que las autoridades universitarias intentan lograr al interior de la Universidad de Sonora.
Históricamente la crítica hacia el poder establecido ha recibido como respuesta una acción punitiva, y aparentemente en la Universidad de Sonora, quienes realizamos una crítica social no somos la excepción.
Sin embargo, no lograrán callar nuestras voces, porque al menos en mi caso particular he hecho lo que considero pertinente basado en los valores adquiridos en mi formación familiar, pero sobre todo en el fuerte compromiso social que tengo gracias a mi formación como psicólogo social.
¿Qué podemos hacer ante esta tendencia que se observa en nuestra sociedad de un tránsito paulatino del autoritarismo hacia el totalitarismo?
La respuesta la tenemos todos nosotros, es decir, no estamos ante un problema de un individuo, estamos frente a una serie de agresiones que recibimos de una especie de delincuencia organizada que actúa en contra de la población. La respuesta que requiere esta nueva situación es el desarrollo de un nuevo comportamiento de nuestra parte que implique un cambio de actitud que deje de percibir como algo ajeno o negativo la participación social y política.
Necesitamos cambiar nuestras actitudes y valores personales, necesitamos una revolución de nuestras consciencias.
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Necesitamos cerrar filas fomentando la unidad interna en los diferentes grupos y organizaciones a las que pertenecemos. En el caso del STAUS, debemos seguir el ejemplo del STEUS que han rechazado todo intento de dividir sus filas y han expulsado a quienes se han prestado para debilitar a su organización.
Necesitamos también consolidar la unidad interorganizacional como lo es la unidad entre el STAUS y el STEUS y ampliar esta unidad con todas las organizaciones de trabajadores en el país que se encuentran en las mismas condiciones y que están luchando para defender su autonomía e independencia sindical. Una alternativa clara en este rumbo es la incorporación en la Nueva Central Sindical Independiente que surgió en el centro del país.
En conclusión, el mundo está cambiando, pero a través de la participación social podemos determinar el rumbo del cambio y revertir esta tendencia hacia el totalitarismo, alzando de nueva cuenta nuestras banderas de lucha de democracia, justicia y libertad.
Los tiempos que nos tocaron vivir son difíciles, ello nos exige salir de nuestro ámbito de confort y participar en la lucha por un mundo mejor. Un mundo mejor es posible, todo depende de nosotros. Si hoy vemos que alguien es agredido recordemos las palabras de Bertolt Brecht: "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí"
Autor:
Oscar Yescas Domínguez