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La dimensión preventiva del proceso educativo

Enviado por jorgepar


    1. Resumen
    2. Desarrollo

    Resumen:

    La labor educativa que realizan las escuelas no puede estar ajena al contexto de los escolares, de sus posibilidades adaptativas y de aprendizaje, para desarrollarse a pesar de las condiciones de su existencia. En él se recogen ideas sobre los supuestos teóricos del trabajo preventivo y la adaptación de este enfoque en la dirección de la educación de la personalidad.

    Palabras claves: educación, diagnóstico, prevención, riesgo, desventaja social, proclives, intervención y equiparación de oportunidades.

    Desarrollo:

    La globalización que afecta las esferas económico, cultural, y de la información, la mundialización de las relaciones y la movilidad creciente de las personas, la indudable revolución en los medios de comunicación e información representa, tanto una oportunidad si son explotados como instrumentos del desarrollo de la inteligencia y la ampliación cultural, como un reto si no son administrados con riguroso cuidado los contactos de los jóvenes con estos medios. Al unísono muchas sociedades y sistemas educativos sufren serios problemas de integración social, violencia interétnica, el aumento del desempleo, la explotación infantil, la discriminación sexual o racial, la erosión de los valores morales, los cambios del rol de los lazos familiares en la educación de los niños, el incremento de las drogas, las enfermedades, la pérdida de puntos de referencia que tienden a reforzar sentimientos de inseguridad, desconfianza y pesimismo, que suelen ser particularmente peligrosos porque siempre tienden a conductas violentas, a conflictos, y la esperanza de resolver estos problemas está ligada a la educación, considerada como instrumento principal de desarrollo de la humanidad.

    Es necesario que se logre entonces una lógica transformación de la educación, el docente debe enseñar, instruir, evaluar, pero debe también educar, demostrar capacidad para autodesarrollarse, favorecer la formación del ciudadano y su integración activa a la sociedad, fomentar la inteligencia, el juicio crítico, la autoestima elevada, la autodeterminación y aspiraciones tendientes a un futuro de paz, de equidad, de solidaridad y tolerancia.

    El logro de estos fines obliga a reflexionar en las diversas dimensiones de la Educación, con énfasis en aquellas que apuntan a la formación ciudadana de las jóvenes generaciones.

    Analizando la definición de Educación a lo largo de su historia, desde enfoques y concepciones diversas encontramos que los autores consultados coinciden en la función formativa, Herbard considera que sólo tiene valor si tiende a fines morales, Kant plantea que debe lograr el perfeccionamiento del hombre, y en la misma evidencia la falta de orientaciones en la sociedad al plantear: "no hay una idea exacta de los fines para los cuales el hombre deber ser educado" Hegel con su profundo sentido religioso se plantea como fin la elevación de los valores en los educandos, Conte infunde un carácter más científico pero marca sus fines en la formación de un hombre acto para enfrentar la sociedad. Interesante en estos momentos que vivimos nos resultó la definición de John Stuart Miles quien plantea que el fin de la educación es conservar las conquistas de la civilización y aún superarlas en lo posible, Dewey plantea que la educación es un instrumento de reconstrucción social, político y moral. En los pedagogos cubanos del siglo XIX encontramos definiciones que por sus fines armonizan con las comentadas anteriormente: Luz y Caballero dijo: "Educar es templar el alma para la vida". En la definición martiana también se refiere a los valores humanos, a la elevación de la espiritualidad del hombre.

    Más tarde García Galló alude a una concepción multilateral del hombre, con un sentido más amplio que abarca las esferas: intelectual, física y moral, ésta es la concepción que se ha enriquecido y que se mantiene vigente en estos días, las autoras asumen a Gladys Valdivia y Guillermina Labarrere al definir como educación:

    "Proceso organizado, dirigido y sistemático, de formación del hombre mediante la actividad y la comunicación, que se establece en la transmisión de conocimientos y experiencias acumuladas por la humanidad. En este proceso se produce el desarrollo de capacidades, habilidades, se forman convicciones y hábitos de conducta".

    La educación tiene un carácter procesual, inicia con el nacimiento y no termina hasta la muerte, por tanto exige continuidad, y sistematicidad como garantes de su internalización y automatización y posterior socialización, esto nos orienta a reflexionar en la necesidad de fomentar la educación de la familia como gestora principal de este proceso, la que debe ser preparada para de forma intencionada desarrollar las acciones educativas que permitan la formación ciudadana de sus miembros.

    Sustancial es también detenernos en el medio que plantean las autoras, donde reafirman su posición dialéctico – materialista en la comprensión del desarrollo de la personalidad: la transmisión de toda la cultura asimilada por la humanidad a través de la actividad y la comunicación.

    Esta interpretación que se adscribe a las concepciones psicológicas de Vigotski, Danil Elkonin, Lidia Bozhovich entre otros y que durante la última década del pasado siglo tomaron mayor relevancia en Latinoamérica y Europa, permite adentrarnos en el objeto de nuestro escrito; comprendiendo la actividad como aquellos procesos mediante los cuales el hombre, respondiendo a sus necesidades se relaciona con la realidad, relaciones que no responden solamente a necesidades materiales, en esta temática las necesidades espirituales desempeñan un rol fundamental, ya que constituyen la base de formaciones motivacionales que orientan la actuación moral del sujeto. Importante es tener en cuenta además qué percepción tiene el mismo de esa relación, cómo la refleja, y el contenido de ésta; lo que obliga a estudiar el contexto en que se desenvuelve el individuo como condición indispensable a considerar en el proceso de educación de la personalidad.

    En consecuencia con la posición filosófica antes declarada, es necesario comprender que si existe actividad como procedimiento de satisfacción de necesidades, la propia actividad conjunta genera una nueva necesidad: la de comunicación, entiéndase ésta como proceso de interacción, de intercambio de ideas, vivencias, como proceso de construcción individual y de socialización de lo personal. Entiéndase ambas categorías entonces como pilares de la educación de la personalidad y debe comprenderse además el significado que tienen ambas si se pretende dirigir el proceso educativo desde una perspectiva preventiva.

    ¿Qué es la prevención? ¿Cómo lograr un enfoque preventivo de la labor educativa que realiza la escuela?.

    En la literatura consultada sobre psicología educativa, teoría y metodología de la educación, sociología, filosofía de la educación se observó una baja frecuencia de utilización del término prevención y otros de similar significado.

    Encontramos registrado el término con más frecuencia en la literatura clínica (relacionado a diversas especialidades de la medicina), donde se abordan incluso sus niveles, interesantes apuntes tomamos de la clínica psiquiátrica infantil que luego someteremos a consideración.

    El término es usado frecuentemente también en temas legales, o sea, en la literatura relacionada con el Derecho, es abordado con mayor amplitud en Derecho penal.

    Se registra el término trabajo preventivo en las publicaciones de la Interpol y otros cuerpos policiales, en diversos países lo utilizan o emplean otros sinónimos vinculados al trabajo con delincuentes juveniles, pandillas callejeras, drogadictos, etc.

    Se alude en algunas fuentes relacionadas con las personas con alguna forma de necesidad educativa especial, enfatizándose en los niveles más complejos(intervención preventiva), los niveles elementales se diluyen en las definiciones de educación familiar, educación para las masas, educación popular y otros proyectos que si realmente son buenos si los valoramos desde sus fines, están débilmente sustentados teóricamente.

    En Cuba el término prevención es ampliamente utilizado no sólo en la clínica, la legalidad y la policía (órgano de Ministerio del Interior); existe una comisión en el ámbito gubernamental que se ocupa de la atención de todos los problemas sociales que puedan conducir a trastornos, traumas, u otras consecuencias en la población; es ampliamente utilizado también en la red educacional con énfasis en la enseñanza especial, y todos sus servicios e instituciones.

    A pesar de ello las investigaciones de diversos autores cubanos se mueven en este campo, buscando alternativa para potenciar la eficiencia del trabajo preventivo de los que se han podido tomar algunas de sus conceptualizaciones sobre las que vamos a reflexionar a continuación.

    En el trabajo de los consejos de Atención a menores se opera con la siguiente definición:

    " Adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias en el desarrollo, o cuando ocurran que no tengan consecuencias psicológicas, físicas, y/o sociales negativas."

    Ésta terminología es usada fundamentalmente en el trabajo con menores que viven en condiciones familiares inadecuadas, de modo que su explotación está más relacionada con el campo de las alteraciones en el comportamiento, que con otras necesidades. Antes de adentrarnos en este campo, explicaremos algunos de los cuestionamientos que nos hicimos en la búsqueda, ¿no existe prevención en otras entidades?, sí, al consultar la clínica de entidades como el retraso mental, la deficiencia auditiva, la deficiencia visual, etc., encontramos que los niveles elementales de prevención están cubiertos por los programas de salud, educación para la salud , el programa materno- infantil, que garantizan la información a la población, la atención a las embarazadas , el parto y el seguimiento a los niños desde su nacimiento, estudios genéticos durante el embarazo , que pueden contribuir a la eliminación de riesgos. Los niveles secundarios y terciarios de prevención se cubren con una red de instituciones psicopedagógicas que cuenta con un amplio respaldo clínico, que garantiza la socialización e integración de esas personas a la vida sociolaboral.

    La situación más difícil es la relacionada con las alteraciones en la conducta, ya que las mismas comienzan a sedimentarse desde las primeras etapas y si no son atendidas pueden agravarse, es precisamente en ese campo donde los autores van a profundizar, añadiendo que la terminología que sugerimos es aplicable a las entidades abordadas con anterioridad.

    La primera parte de la definición antes citada, orienta al trabajo educativo a escala macro y micro social donde la familia juega un rol determinante, además de la influencia que pueden ejercer los medios masivos de difusión, es necesario que las vías no formales y formales de educación desde las más tempranas edades asuman la labor educativa con enfoque preventivo, lo cual quiere decir que se vaya al diagnóstico de la comunidad vecinal, de la familia, y de los niños, buscando elementos discordantes, incongruentes con las necesidades de los niños, manifestaciones llamativas en la conducta, que puedan tender a la desviación posteriormente, las cuales deben ser atendidas desde su origen, partiendo de las potencialidades que pueden tener ellos mismos, evitando que se estabilicen y se organicen, estructurándose como un trastorno en el desarrollo de la personalidad.

    En este momento de reflexión es necesario enfatizar en la presencia de hábitos tóxicos con sus consecuencias, las conductas psicopatógenas de padres y otros adultos que rodean al menor, con énfasis en la sobreprotección, el rechazo, la permisividad o su contrario el autoritarismo, las conductas culpabilizantes, las inconsistencias en el manejo educativo y otras. Otro factor importante son las conductas sociopáticas de los padres y otros adultos que rodean al menor: los malos ejemplos , la violencia, el trato irrespetuoso, la falta de motivos morales socialmente valiosos, la integración deficiente a la vida social: el estudio, el trabajo, etc., van gestando estos modos de actuación en los niños, la falta de exigencias, coherencia y armonía en el sistema educativo gravita desfavorablemente en la maduración y configuración de la personalidad.

    En un segundo momento se refiere a la intervención sobre las causas y las manifestaciones que pueden desencadenar, o sea que se relaciona propiamente con la intervención preventiva, dirigida a eliminar las causas y síntomas que surjan por la inadaptación del sujeto a esas condiciones, a rectificar aprendizajes equivocados, etc. En este momento el diagnóstico es esencial para lograr un despliegue de las acciones educativas con fines preventivos, por ello es necesario ampliar en algunas categorías que se relacionan con la prevención, que no deben dejarse de tener en cuenta.

    Luego de comentar la definición anterior, apuntando algunas cuestiones consideramos que para ser utilizada en el campo de la educación debe enriquecerse, por eso ofrecemos la aportada por la profesora Celia Díaz Cantillo en su tesis doctoral:

    "Prevención educativa: proceso dialéctico, de orientación sistemática, anticipatorio, continuo, que atiende a la diversidad, que parte del diagnóstico sistémico y holístico del sujeto, dirigido conscientemente a la formación y fortalecimiento de cualidades, motivos, intereses, sentimientos, valores, capacidades intelectuales y actitudinales en los adolescentes, donde se integra lo curricular y lo familiar en un contexto interactivo y socializado".

    Aunque la autora lo especifica a la adolescencia, etapa en la que ella realiza su investigación, es aplicable a todas las edades, ella incluye formaciones psicológicas típicas de esa edad, pero estas comienzan a construirse en el individuo desde las edades más tempranas de la vida.

    Aceptamos la prevención educativa como un proceso dialéctico de orientación, porque la misma debe conducir a que el sujeto se conozca a sí mismo, descubra necesidades y potencialidades, que conozca su medio y se vea como parte de él, buscando que se inserte en él de modo activo y creador, de manera que se utilice su inteligencia en la toma de decisiones y en la explotación de las oportunidades que se le ofrecen en aras de lograr su autodeterminación. Otra razón más es la necesidad de orientación que tiene todo individuo para enfrentarse a la vida, con los retos que pone en cada momento: y citamos a Agustín Dosil.

    " El hombre siempre ha mirado el cielo y nunca ha dejado de admirar las estrellas, posiblemente comenzó a actuar inteligentemente a partir del momento en que intentando encontrar algún orden en aquella infinitud que veía identificó las constelaciones que le llevarían a encontrar la polar y así se orientó"

    Como proceso anticipatirio lo comprendemos también, la distinción especial de la actividad del hombre está dada en la posibilidad de anticipar las metas que va a alcanzar, determinar sus fines y planear acciones y operaciones que permitan concretarlas, la prevención exige además de esta capacidad, la de descubrir nexos causales, interpretar la realidad actual y predecir el futuro, estudiar el fenómeno y plantear las vías para lograr enriquecer los niveles próximos de modo que se obtengan resultados óptimos en el proceso formativo.

    Sugiere además un carácter sistemático y continuo: luego de asumir una concepción dialéctica para el análisis es necesario que el desarrollo se asuma desde su carácter procesual, sin detenerse, en constante cambio y enfrentamiento a las metas que implican la aparición de nuevas configuraciones personales, las que a la vez se van enriqueciendo y ampliando en etapas sucesivas, si son abordadas con sistematicidad.

    En este proceso en el que tiene mucho que ver lo social no puede concebirse al sujeto aisladamente es necesario asumir el enfoque holístico configuracional, estudiar al sujeto en su contexto y sus manifestaciones como resultado de las cualidades, formaciones,etc, que va configurando subjetivamente desde su actividad y las relaciones de comunicación que establece con el medio, significa estudiarlo integralmente sin atomizar esferas de su personalidad.

    Cuando se habla de un enfoque holístico de la prevención en la conducta no debe marginarse la posibilidad de reflexión, de valoración, de decisión del sujeto. La integración de los elementos afectivos, volitivos, valorativos, cognitivos y metacognitivos del sujeto en aras de la autorregulación y autodeterminación de su comportamiento.

    Interesante es cómo la autora enfatiza en la necesidad de que sea un proceso dirigido conscientemente, el trabajo preventivo no puede ser casual, tiene que ser pensado, planificado, las acciones preventivas en las estrategias educativas no pueden ser un aparte, la estrategia educativa debe tener la prevención como un eje transversal de modo que la formación ética, los valores, los intereses, las capacidades intelectuales y actitudinales que declara la autora en su definición deben formarse sobre este sustento y debe hacerse pensando no sólo en qué quiero formar, sino en quién lo voy a formar, qué condiciones lo rodean , qué recursos tengo, y cómo lo voy a lograr(cómo , que está menos abordado en la literatura pedagógica).

    Desde su definición la autora concibe la prevención a un nivel primario, a partir de búsqueda de fortalezas que eviten la aparición de la desviación o alteración, coincidimos con ella en reconocer la importancia de este momento, pero la práctica educativa con sujetos con necesidades educativas especiales nos ha llevado a valorar niveles secundarios de prevención.

    En la clínica psiquiátrica infantil se habla de tres niveles de prevención, que están relacionados con las posibilidades adaptativas y de aprendizaje de los sujetos y con el momento de aparición de los factores que condicionan la disontogénesis o alteración.

    En el nivel primario se toman medidas cuando todavía no se han producido las deficiencias, se realiza en un marco supuestamente sano, sobre individuos incorporados a grupos de riesgo, considerando un importante e identificable mínimo de factores causales de orden biológico, psicosocial, económicos y ambientales, que asociados puedan producir una alteración determinada, comprometiendo el desarrollo normal del sujeto.

    A un nivel secundario la prevención se refiere a la intervención más directa y efectiva sobre los niños, adolescentes y jóvenes con determinados problemas, el trabajo a este nivel es más largo y trabajoso e implica la supresión de las causas y la eliminación de síntomas o manifestaciones condicionadas por éstas, en términos educativos significa reeducar: transformar determinados patrones erróneos y formar nuevos.

    En este nivel los mecanismos de resistencia al cambio aún son débiles, debe aprovecharse este momento, las estrategias educativas no deben ser segregacionistas, es esencial la equiparación de oportunidades, la escuela debe conducir a la igualdad y para ello es necesario concebir la prevención con una dimensión compensatoria.

    La escuela puede lograrlo porque tiene entre sus posibilidades el alcance de sus influencias y su capacidad movilizativa, la duración y sistematicidad de su labor, el carácter científico de su trabajo, el reconocimiento del papel del colectivo y del sistema de relaciones que promueve y el papel conductor del docente, por ello debe lucharse porque los gobiernos cumplan sus promesas y se escolarice a todos los niños y niñas en edad escolar, sólo si se logra esto, la escuela podrá convertirse en institución reguladora de la desigualdad, ofertando sus servicios e influencias a los más vulnerables y necesitados en aras de que su desigualdad no se acentúe.

    La equiparación de oportunidades desde la escuela implica acceso de todos los niños y niñas a todos los recursos que ésta oferta, que se dé más a quien tiene menos, cuando decimos se dé más enmarcamos todo lo que el niño pueda carecer cuando crece en situaciones de riesgo o desventaja social, que debe interpretarse en posibilidades de participación, reconocimiento a sus logros, ayudas suficientes, posibilidades de integración, respeto a sus diferencias, afecto incondicional, confianza en sus posibilidades y apoyo para potenciar su seguridad.

    La prevención terciaria está encaminada a la adopción de medidas correctivo – compensatorias que posibiliten el tratamiento oportuno a aquellos casos que por diversas causas ya sean portadores de determinadas insuficiencias en el desarrollo psíquico, por lo que es necesario organizar un sistema de acciones para eliminar aquellas afectaciones que puedan ser eliminadas o equilibrar el desarrollo de las que no se puedan corregir.

    ¿Cuáles son los principios que rigen el trabajo preventivo?

    1. Detección y atención temprana a grupos de riesgo, lo cual implica detectar en las edades más tempranas la posible presencia de factores que pueden originar desviaciones, para aprovechar los períodos sensitivos de cada uno de los procesos psíquicos, de manera que la plasticidad del cerebro propicie la formación de nuevos reflejos más adecuados, así como detectar alguna dificultad que pueda empezar a surgir en su génesis.
    2. Carácter sistémico de la evaluación y el tratamiento: que significa ir controlando cada una de las acciones que se vayan ejecutando y sus efectos sobre el desarrollo del sujeto e ir enriqueciendo las mismas en la medida que sea necesario.
    3. Enfoque ecológico: el cual implica que se tomen en cuenta todos los elementos que influyen sobre el desarrollo del sujeto, es decir los aspectos familiares, escolares, comunitarios y personales.
    4. Carácter dialógico de la decisión y la acción preventiva, que significa la existencia de diálogo, comunicación, intercambio entre todos los factores que están implicados en la valoración e interacción con el sujeto

    Para la instrumentación práctica de estas concepciones es necesario contar con algunas definiciones que operacionalmente son necesarias, en Cuba se expresan como Categorías del trabajo preventivo y se definen como:

    _ Factor de riesgo: aquellas situaciones educativas difíciles que enfrenta el menor en su medio familiar o microsocial, que pueden poner en peligro el desarrollo adecuado de su personalidad y que pueden ser afectivas(espirituales) o materiales. Dentro de éstos encontramos la ausencia de alguno de los progenitores, (lo que clasifica a la familia como incompleta) y la manifestación de abandono o desatención familiar del menor, que alguno de los progenitores o ambos sufran de alcoholismo, enfermedades psiquiátricas o dependencia de psicofármacos, drogas, etc, que manifiesten conductas antisociales o delictivas, hayan sido sancionados o estén en privación de libertad, además de estos deben tenerse en cuenta aquellos que están por encima de la influencia familiar como son factores del contexto social de tipo económico, cultural, religioso y de condiciones de vida, tanto material como espiritual que pueden determinar una situación desventajosa.

    La determinación de indicadores para valorar estos factores debe ajustarse al contexto, según Blanco Pérez "La elaboración de un sistema de indicadores para el diagnóstico de la desventaja social es un asunto problemático que producirá polémica entre los interesados por las modificaciones en la estructura socioclasista, en la tipología familiar, en los sistemas de valores, en las motivaciones de los sujetos, etc."

    La incidencia de éstos factores depende de:

    • El momento en que se producen.
    • Intensidad con que se manifiestan.
    • La plasticidad que tenga el sujeto para enfrentarse a los mismos.

    _Situación de desventaja social: cuando un menor se somete a la influencia de factores de riesgo durante un tiempo prolongado, aún cuando la intensidad de manifestación sea discreta y se rompa con el equilibrio adaptativo del sujeto, se generan probadas alteraciones en su desarrollo, limitándolo para el disfrute y beneficio de las oportunidades de desarrollo existente.

    Estas alteraciones pueden manifestarse en cualquiera de las esferas de regulación de la personalidad o combinadas.

    De forma general son comunes en estos menores manifestaciones de un bajo desarrollo emocional, inmadurez, inseguridad, desconfianza, bajo nivel de orientación hacia el estudio, expresiones de carencia afectiva, alteraciones atencionales,(bajo nivel de concentración y cambio frecuente), bajo rendimiento académico, reacciones emocionales inadecuadas.

    Las manifestaciones son diversas, como lo son las causa que le originan, por ello no queremos dejar una imagen absoluta de lo antes dicho, en esta categoría es esencial comprender que son manifestaciones aisladas, con poca estabilidad y organización, a pesar de matizar el comportamiento del alumno y su rendimiento escolar no llegan a alcanzar el rango de desviación.

    Cuando la desventaja social es acentuada, apareciendo en los menores manifestaciones marcadas que provocan una tendencia al agravamiento de la conducta porque se van combinando síntomas, configurando manifestaciones más complejas y enraizadas aunque no lleguen a la variedad y estabilidad de un trastorno conductual, hace a los menores en esta situación más vulnerables, en ellos es común la presencia de reacciones agresivas, evasión ante los conflictos, respuestas inadecuadas en la comunicación y una mayor intensidad en las manifestaciones antes declaradas, a esta categoría se denomina proclives.

    De este estado es fácil evolucionar a uno más complejo, cuando se produce una desarmonía entre los elementos cognitivos y afectivos que sustentan la autorregulación, y esto proporciona un desequilibrio entre las condiciones del medio y las posibilidades personales de adaptación, de integración autodeterminada y autorregulada, que es consecuencia de una baja autoestima, de una percepción distorsionada del medio y su sistema de relaciones por los problemas de comunicación, se configura de forma estable y con gran variedad de síntomas una alteración en el desarrollo de la personalidad que repercute fundamentalmente sobre la conducta.

    ¿Cómo lograr un enfoque preventivo de la labor educativa para evitar que ocurra lo antes planteado?

    – La realización de un diagnóstico integral, personalizado, optimista y lo más tempranamente posible.

    • El colectivo pedagógico tiene que ser un modelo moral para los alumnos.
    • El cumplimiento de los programas con un enfoque educativo y personalizado.
    • Integralidad en la concepción de las actividades del proceso docente – educativo.
    • Protagonismo de los alumnos a través de sus organizaciones estudiantiles.
    • Proyección educativa hacia la comunidad.
    • Orientación y educación familiar. Protagonismo del consejo de escuela.
    • La interacción adecuada sistemática con los elementos de la cultura que promuevan un crecimiento espiritual de estos menores y la equiparación de oportunidades para su integración social (la introducción de nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la implementación de cursos para la superación de jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo, los cursos de extensión cultural para jóvenes penados, la formación de trabajadores sociales, en el caso específico de Cuba).

    Antes de concluir las autoras coinciden en la necesidad de enfatizar algunas ideas, primeramente destacar el papel determinante del medio social como factor desencadenante del desarrollo con énfasis en el proceso de educación (entiéndase educación en sentido amplio).De lo antes expuesto se infiere que es necesario preparar a las influencias educativas, en la concepción preventiva, de modo que su actuación se dirija responsablemente a los niveles primarios.

    Otro aspecto que debemos observar es el papel de la escuela como centro rector de la labor educativa, la que debe lograr un diagnóstico integral, personalizado, optimista y con enfoque ecológico que permita la toma de decisiones acertadas en la intervención educativa y en la equiparación de oportunidades en aras de ofertar lo que cada cual necesita.

    Este enfoque preventivo debe convertirse en un eje transversal en el diseño curricular donde se tengan en cuenta las diversa dimensiones del curriculum de modo que abra la escuela a la diversidad y potencie la integración social de sus escolares.

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    Autor:

    LIC. Alicia Reyes Díaz.

    LIC. Jixy Martínez Galiano.