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Antecedentes para el trabajo con la Formación Ciudadana del profesional de la educación

Enviado por Arnaldo Polo Vega


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

La formación ciudadana del profesor de la Educación Técnica y Profesional, debe estar en correspondencia con la integración de un sistema de saberes y valores que determinan la posición vital activa y creativa del sujeto social e individual y las exigencias en la formación de las nuevas generaciones. Esta investigación aborda la problemática planteada en la formación de profesores para la educación técnica y profesional y asume como problema científico: "¿Cómo fortalecer la Formación Ciudadana del profesor en formación de la Educación Técnica y Profesional en el contexto de la profesión? La metodología a utilizar constituye una integración de indagaciones teóricas y empíricas, lo que permitirá la elaboración de la propuesta. En el artículo se abordan los antecedentes históricos de este proceso.

Palabras claves: Educación técnica y profesional, Formación ciudadana, Profesor en formación.

Title: Antecedents for the work with the Civic Formation of the professional of the education, necessary study in the elaboration of a model for the Technical Education and Professional.

Summary

The civic formation of the professor of the Technical and Professional Education, it should be in correspondence with the integration of a system of knowledge and values that determine the social fellow's active and creative vital position and singular and the demands in the formation of the new generations. This investigation approaches the problem outlined in the formation of professors for the technical education and professional and it assumes as scientific problem: " How to strengthen the professor's Civic Formation in formation of the Technical Education and Professional in the context of the profession? The methodology to use constitutes an integration of theoretical and empiric inquiries, what will allow the elaboration of the proposal. In the article the historical antecedents of this process are approached.

Key words: Technical and professional education, civic Formation, Professor in formation.

Introducción

En el profesor de la Educación Técnica y Profesional y a partir de indagaciones empíricas, de la observación espontánea, de consultas realizadas a especialistas de la UCP "Héctor A. Pineda" y de la propia participación del investigador en la práctica docente, se observan las siguientes insuficiencias relacionadas con su modo de actuación profesional acorde con las exigencias actuales de la Formación Ciudadana, así como para el desarrollo con eficiencia del proceso de educación y que constituyen la situación problemática:

• Débil identidad profesional que repercute en la falta de responsabilidad ante los resultados de su trabajo, dificultades con la autoestima y el abandono profesional.

• Insuficiente creatividad de los profesores para realizar las acciones de transformación educacional, a partir de las potencialidades del diagnóstico y sobre todo en la toma de decisiones sobre estos aspectos.

• Existen conductas y actuaciones que reflejan la no correspondencia con las normas legales y morales, para el desarrollo de las relaciones sociales que se establecen en el proceso pedagógico.

• Los saberes éticos, jurídicos y políticos que integran el contenido de lo ciudadano y de su formación aparecen de forma fragmentada y asistemática en el currículo de la formación de los profesores de la Educación Técnica y Profesional.

Estas insuficiencias evidencian una contradicción entre la manifestación de síntomas de degradación moral en actitudes y conductas de una parte de los individuos y las aspiraciones humanistas y progresistas de las amplias masas por el logro de un individuo más digno, íntegro, virtuoso y solidario y en consecuencia se formula el siguiente problema científico: ¿Cómo fortalecer la Formación Ciudadana del profesor en formación de la Educación Técnica y Profesional en el contexto de la profesión? Para intentar contribuir a la solución de este problema, se traza como objetivo: proponer un modelo pedagógico para fortalecer la Formación Ciudadana del profesor en formación de la Educación Técnica y Profesional en el primer año de las especialidades que se estudian en la UCP "Héctor A. Pineda Zaldívar" en el contexto de la profesión.

Desarrollo

Según lo expresado por el Dr. C Antonio Sáez Palmero: "La educación del ciudadano ha sido objeto de las más diversas interpretaciones a lo largo de la historia de la civilización, y ello ha dependido del prisma filosófico a través del cual se ha visto, pero no siempre se ha tenido en cuenta un enfoque objetivo, consecuente, que tome como punto de partida el análisis de las condiciones que ofrece la sociedad para el progreso del individuo, el grado de desarrollo de la conciencia y la actividad".(Sáez, 2000: 5).

De acuerdo con la opinión del Dr.C Miguel Limias David , para analizar una concepción de ciudadano y de su formación, es necesario tener en cuenta 3 aspectos esenciales:

  • Las características esenciales de la relación individuo- sociedad e individuo- estado en cada sociedad (el tipo de socialidad que la caracteriza), lo que se expresa en la especificidad de la participación de los sujetos en la vida pública.

  • La especificidad del poder público, lo que se expresa en los fundamentos sociales, el programa ideológico – cultural en que se inspira, los valores que promueve y defiende, así como el contexto interno y externo en que se desenvuelve.

  • Las cualidades concretas, condicionadas y estructuradas históricamente, de los sujetos en la participación política.(Limias, 2003: 61).

La comprensión de la educación del hombre como ciudadano tiene como premisa el surgimiento y desarrollo de las ciudades, un hito de los más trascendentales en el proceso civilizatorio mundial. La nueva organización social es fruto del perfeccionamiento alcanzado por las fuerzas productivas, que trajo consigo la aparición de la propiedad privada sobre los medios de producción, e hizo más específica la división social del trabajo y de los instrumentos de producción, factores determinantes en la polarización de la población en castas, estamentos y clases sociales.

Tales condiciones determinaron la organización política de estas comunidades humanas, la división de sus habitantes en gobernantes y gobernados, y el establecimiento de determinados derechos y deberes políticos de acuerdo a la posición económica que ocuparan en la ciudad. Así el concepto literal que se tenía del ciudadano como habitante de la ciudad evolucionó hasta adquirir un rango político, selectivo, que requirió de una educación que lo preparara para el desempeño de las tareas sociales correspondientes con su status, de esta forma aparece ya en los albores de la civilización la necesidad de pertrechar a los poseedores de esta distinción de conocimientos útiles para su rango social.

De los pensadores prominentes de ese período histórico es Aristóteles (384-322) quien descuella como el más grande de los filósofos de la Antigüedad. En la especulación filosófica aristotélica la ciudad es una "comunidad política" a la cual se subordinan los ciudadanos, y en ella el rasgo distintivo es la convivencia social, el respeto individual y colectivo de las normas y costumbres establecidas, de ahí que el concepto de ciudadano nace vinculado a la preparación del individuo para establecer relaciones armoniosas con el estado y la sociedad a partir del conocimiento de las normas y leyes que regulan esta relación.

Desde Aristóteles se conoce que ciudadano es aquel que participa del ejercicio del poder público, idea reforzada por Cicerón al caracterizar al poder político como "res pública" o "cosa pública.

Con la entrada de la humanidad a la Edad Media se produce un rompimiento con todo lo progresivo que fue capaz de expresar el pensamiento científico – natural y social de la Antigüedad. En las nuevas condiciones el optimismo y el entusiasmo por la cultura que prevaleció en los antiguos perdieron sentido, en lugar del valor de lo humano se estableció el monopolio de la vida espiritual de los hombres por la Teología.

Durante la Edad Media, los derechos del ciudadano pierden su caráctervico y político, asociándose a elucubraciones teológicas. Con San Agustín se engendra la idea del cristiano como ciudadano perfecto, ajena al ideal configurado en Grecia, por esto la noción del ciudadano participativo e igual es rechazada a favor de la pasividad del creyente. Como se observa todos los espacios sociales resultan reducidos a la esfera de las relaciones éticas disueltas en la fe.

A partir del siglo XII cuando – con el desarrollo de las ciudades y del comercio, comienza a surgir un nuevo tipo de sociedad, donde la servidumbre y las relaciones de vasallaje, fundadas en los vínculos de dependencia personal se fueron descomponiendo, como resultado de la aparición de nuevas formas de posesión territorial, de producción y circulación de la riqueza, condicionados por la nueva división social del trabajo- se abre paso paulatinamente una nueva forma de sociedad basada en el vínculo del individuo a las cosas, a los objetos, en calidad de mercancías.

El proceso de descomposición de la Edad Media, unido al surgimiento de condiciones socioeconómicas, políticas y espirituales reflejados en los ideales y valores proclamados por las Revoluciones Burguesas despertaron el interés por la Formación Ciudadana. Es importante destacar como las condiciones socioeconómicas y políticas de la sociedad exigían la existencia de un individuo libre jurídicamente que apareciera en el mercado del trabajo libre de las trabas feudales y en capacidad de convertirse en mercancía, esta necesidad se reflejó en los ideales políticos y jurídicos que sirvieron de base a las primeras declaraciones que refrendaban los derechos de los individuos ante la sociedad.

Los precursores de las Revoluciones Burguesas de estos siglos, hablan de los derechos humanos, del ejercicio de la ciudadanía con un sentido universal. La Declaración de Derechos del Hombre, reivindica la dignidad humana y urge al ciudadano en la participación de la vida pública y en la solución de los problemas del gobierno, razón por la cual se hace necesaria una preparación amplia y eficiente que debe realizar principalmente la escuela.

Coincidimos con lo expresado por el Dr. Antonio Sáez cuando señala que- "…Estos valores son los pilares de una nueva concepción educativa, que además de la atención que brindó al conocimiento del mundo natural, incorporó los conocimientos que la nueva clase consideró como vitales para el hombre dada su condición de miembro de una determinada sociedad política, e integrante a su vez de la sociedad civil, situación que trajo consigo una mayor influencia de las teorías políticas, éticas, jurídicas y sociológicas en la educación, y la conformación de un sistema de conocimientos encargados de ofrecer información sobre las instituciones políticas y sociales, sin los cuales los ciudadanos no estarían en condiciones de desempeñar sus funciones." (Sáez, 2000: 6).

Los grandes progresos del hombre, sobre todo, del pensar filosófico, en los problemas esenciales de la vida y el conocimiento humano pasaron a ocupar un primer plano.

El pensamiento filosófico, político y jurídico de John Locke, Voltaire y Montesquie, constituyen hitos esenciales en la conformación de la concepción liberal burguesa acerca del ciudadano y de su formación, la cual tiene en Juan Jacobo Rosseau, su remate y máxima expresión de la tendencia progresista del pensamiento social burgués. Para el filósofo francés todo orden social debe fundarse en convenciones, y las relaciones estamentales derivadas del régimen feudal imposibilitaban la realización de tales acuerdos entre los hombres, de ahí su convicción de que la República Burguesa era el único régimen político donde el hombre estaba en condiciones de materializarlos. El Estado burgués es, según su prédica, un Estado de derecho, y es allí donde los hombres disfrutarían de las libertades civiles y la igualdad de los hombres independientemente de su nacimiento.

En ese escenario ideal analiza la gestión política de los "ciudadanos como partícipes de la autoridad soberana", precisando el sentido que da al vocablo ciudadano, cuyo significado se había perdido y tendía a crear confusión, por lo que era necesario distinguir al habitante de la ciudad, del ciudadano, pues éste último es portador de los derechos políticos que emanan de la autoridad legítima del contrato social, gracias a lo cual el individuo participa de la autoridad soberana (el Estado), del cual es coautor de las leyes. De este modo, cada ciudadano se relaciona como miembro del poder soberano con los particulares, y como particular con el poder soberano. En ese rejuego dialéctico que propone están contenidas las bases formales de la democracia burguesa moderna.

De acuerdo con los preceptos jurídicos y morales de la sociedad burguesa los hombres están todos situados a un mismo nivel de igualdad, obviando los factores que condicionan la situación real de los mismos en dicha sociedad, a diferencia de las sociedades anteriores- donde el problema de los derechos, la libertad y la dignidad humana tenían que plantearse como la libertad del esclavista o del señor feudal, pues solo se reconocían formalmente dignidad a determinadas funciones sociales, ciertos títulos o calidad de individuos- , con el capitalismo aparece el individuo como tal, lo que permite establecer la dignidad del hombre en general.

Esta concepción fue duramente criticada y superada por el marxismo, quien ubica al hombre en su contexto histórico y como resultado de las relaciones sociales. Marx pone al descubierto la inconsistencia de la concepción liberal burguesa al proclamar "Libertad, Igualdad y Fraternidad" para todos en abstracto y defender a toda costa el individualismo burgués, en las condiciones económicas y sociales que brinda dicho sistema para el progreso del individuo y para su actividad social.

Según Sáez Palmero, el fundador del Marxismo demuestra que tanto la concepción que se tiene del ciudadano y del hombre constituyen abstracciones perjudiciales para el desenvolvimiento del hombre- ciudadano en la sociedad enajenándolo de la situación real en que vive. Cuando en el Capitalismo se habla del ciudadano, que es la primera abstracción, no se tienen en cuenta las formas concretas de los diversos tipos de vida real de los hombres particulares y de su actividad, por lo que no va más allá de una caracterización general y formal para todos que no permite a ninguno reconocer en la categoría de ciudadano su propia vida concreta. La segunda abstracción se produce en la esfera de las necesidades personales y aspiraciones que en esa sociedad adquieren un sello egoísta. La vida familiar o personal está aislada de la vida concreta, diaria, real del trabajo y de la actividad social, porque se considera como algo "general humano" y no vinculado a una forma material determinada de existencia.

La etapa actual de desarrollo de la sociedad en distintos países del mundo exige una reflexión profunda acerca de la especificidad, concepción y direcciones principales de la Formación Ciudadana, como condición indispensable para el desarrollo de la sociedad, a partir de la búsqueda de fundamentos teóricos legados por el pensamiento social anterior que orientan en la solución de los problemas que hoy se le plantean a la sociedad y al ciudadano.

Según el estudio «Contenidos asociados al concepto de ciudadanía en el marco de las políticas educativas», que fue realizado, gracias al Programa de becas CLACSO-ASDI para investigadores por Gabriela Fernández en el 2001, en los años setenta y ochenta se inició un debate de carácter filosófico sobre la naturaleza del individuo y sobre sus derechos en relación con el Estado, la comunidad y la cultura, la cuestión de la ética y los fundamentos de la filosofía política. Los protagonistas de este debate fueron, por una parte los liberales, encabezados por Rawls, Dworkin y Gauthier, y, por otra, los comunistaristas, como Arendt, Walzer, Taylor y Sandel. El debate, desarrollado en Norteamérica y Europa, tuvo dos esferas: la metodológica y la normativa sobre la concepción de individuo y de comunidad.

Tanto la teoría comunistarista como la individualista propia de los liberales tienen una imagen del individuo. Los comunitaristas sostienen que los vínculos sociales determinan a las personas, y que la única forma de entender la conducta humana es referirla a sus contextos sociales, culturales e históricos. Los individualistas, por su parte, plantean que la comunidad se constituye a partir de la cooperación para la obtención de ventajas mutuas, y que el individuo tiene la capacidad de actuar libremente.

Este debate entre liberalismo y comunitarismo es quizá el más vigente en nuestros días. Frente al tema Bárcena hace un planteamiento muy interesante, en el que asocia la postura liberalista con un tipo de ciudadanía entendida como estatus, y la postura comunitarista con un tipo de ciudadanía entendida como práctica. El mismo autor señala que el punto de encuentro entre ambas líneas de pensamiento sería lo que llama «juicio político»:

"Para llegar a ser ciudadano activo en la comunidad debemos estar motivados, formados y gozar de oportunidades para ello. Además, la tradición cívica republicanista ha pasado por subrayar la importancia del ejercicio de la virtud cívica, la participación en la construcción del interés común y el cumplimiento de los deberes cívicos desde un ideal moral de servicio a la comunidad. Sólo así, desde esta tradición, el individuo accede a la condición de plena ciudadanía, ya que ésta es una actividad intrínsecamente deseable que entraña un compromiso moral». (Bárcenas, 1997: 83-84)

Las reflexiones actuales acerca del ciudadano y de su formación, como expresión de las concepciones que se asumen en cuanto al individuo y su relación con la sociedad, constituye una premisa para la fundamentación del proceso de modelación de la Formación Ciudadana en la sociedad cubana actual, teniendo en cuenta que la noción de ciudadano que estamos rescatando en la actualidad, en el contexto de nuestra sociedad, no rompe con la persona, está en unidad con la dimensión de hombre, con la dimensión humana, es diferente a la connotación que tiene la noción de ciudadano en el pensamiento liberal burgués. Hablamos de ciudadano y de proyecto de vida, de sentido de vida, de felicidad.

Coincidimos con Limia que el concepto de ciudadano , desde nuestro proyecto social, desde nuestra ideología, significa la participación consciente y voluntaria en la vida política, la inmersión en esa vida política y el compromiso con ella en un sentido amplio, incluyente, a partir del interés común y la subordinación común y consciente a un fin jurídico, ético y político.

La Dra. Regina Venet., entiende por Formación Ciudadana, el "Proceso continuo y sistemático de apropiación individual de un sistema de saberes y valores que determinan la posición vital activa y creativa del sujeto social e individual ante la vida pública y se expresa en las relaciones que establece en los espacios de convivencia". (Venet, 2003: 8).

Esta definición destaca el carácter procesal, individualizado y activo de la Formación Ciudadana, en el contexto de distintos espacios de convivencia, aspectos significativos para conformar una definición en correspondencia con el objeto de la investigación.

Según el destacado psicólogo cubano Manuel Calviño: "La condición de ciudadano se instituye psicológicamente como una actitud que define el sujeto para sí y que supone la conformación dentro de su proyecto de vida, de patrones de comportamiento de interacción participación en la vida sociopolítica de la sociedad, la participación en el proceso de generación de condiciones más beneficiosas y más plenas para él y para los otros". (Calviño, 2003: 33)

El análisis de las consideraciones anteriores permite demostrar que la Formación Ciudadana capta el aspecto valorativo y comunicativo de la actividad del individuo, pues su desarrollo se mueve en la eterna contradicción entre el ser y el deber ser, penetrando en lo significativo, no sólo para la existencia individual, sino también para la colectiva.

Al respecto el Guerrillero Heroico Ernesto Guevara expresaba: "…. hay que trabajar todos los días, trabajar en el sentido interno de perfeccionamiento, de aumento de la comprensión del mundo que nos rodea…conocer bien el por qué de las cosas y plantearse siempre los grandes problemas de la humanidad como problemas propios." (Guevara, 1975: 63).

La definición y caracterización del proceso de Formación Ciudadana constituye uno de los problemas teóricos y metodológicos que se discute a escala internacional, así como la preparación de los maestros, profesores, padres y autoridades en general para contribuir a dicha formación.

Esta conceptualización tiene en cuenta las innumerables relaciones que se establecen entre la sociedad y los individuos en un contexto socio histórico determinado, así como la especificidad ético, política y jurídica del comportamiento ciudadano, integrador de conocimientos habilidades, hábitos y valores. Al respecto el Dr. Armando Hart señala: "Las normas y principios que pueden orientar la conducta humana tienen que ver con la educación, la cultura y en especial con la formación política y ética ciudadanas."(Hart, 1993: 3).

La profundización filosófica y sociológica del proceso Formación Ciudadana exige penetrar en la relación individuo – sociedad, como expresión de la relación sujeto – objeto, relación que, según Limias interviene como una totalidad resultante integral del funcionamiento del organismo social en su conjunto y su análisis tiene implicaciones jurídicas, políticas, éticas, económicas, socio clasistas generacionales, familiares, socio profesionales y culturales de gran significado para la precisión del contenido y las formas del proceso de Formación Ciudadana.

La precisión de las invariantes de la Formación Ciudadana constituye un imperativo de la sociedad que resulta de la integración de las diferentes facetas de la actuación ciudadana, los distintos espacios donde ella se desarrolla y las formas de la conciencia social que se reflejan, los cuales tipifican la tendencia general de este importante proceso formativo

A juicio del autor, desde esta perspectiva, el modo de actuación ciudadano en la sociedad cubana debe corresponderse con un sistema de valores que en calidad de reguladores de la conducta, caracterizan el comportamiento y la actividad ciudadana en la sociedad, integrados en los siguientes invariantes: la identidad social, la responsabilidad ciudadana, la convivencia y la participación ciudadanas.

Esta concepción acerca de la Formación Ciudadana exige de los agentes educativos y en especial del maestro, un desarrollo profesional en correspondencia con las características de este proceso, lo que ha constituido históricamente una idea rectora en el pensamiento pedagógico universal y cubano, manifestándose de forma peculiar en la historia de la formación de maestros en Cuba.

Conclusiones

El estudio del proceso histórico de formación del maestro en Cuba, durante los siglos XIX y XX, permite revelar las tendencias que caracterizaron el proceso de Formación Ciudadana sustentado en el pensamiento social y pedagógico de la época sintetizado en José Martí y en la actividad educativa desarrollada en las escuelas normales, los que contribuyeron al surgimiento de sentimientos patrióticos, una adecuada conducta social y un compromiso con la educación de las nuevas generaciones de cubanos.

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Autor:

MsC. Arnaldo Polo Vega

Profesor del Centro de Informática y Comunicaciones de la Universidad de Ciencias Pedagógicas "Héctor Alfredo Pineda Zaldívar". Como docente imparte clases a los profesores en formación en la especialidad de Informática.

País: Cuba

Institución: Universidad de Ciencias Pedagógicas "Héctor A. Pineda Zaldívar"