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La Timidez paradigmática: ¿La próxima entidad diagnóstica del DSM?

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

  1. Exordio
  2. Introducción
  3. La apariencia tímida como "enfermedad"
  4. La Ansiedad Social
  5. Ser tímido: ¿presenta obstáculos en la vida de quienes lo son?
  6. Una breve historia de la ansiedad como entidad diagnóstica
  7. Cuando emociones normales se convierten en "enfermedades mentales…"
  8. En conclusión
  9. Bibliografía
  10. Apéndice

"¿Se avergüenzan de la abominación que cometieron? ¡No, no sienten la menor vergüenza, no saben lo que es sonrojarse!" Libro de Jeremías VI, 15

"¿Por qué razón el pensamiento de lo que otros pueden creer acerca de nosotros afecta nuestra circulación capilar…?" Charles Robert Darwin (1872) En la Expression of the Emotions in Man and Animals.

"Estuve leyendo la lista de síntomas de la depresión, de los diez yo tengo nueve." Autor desconocido.

Dr Félix E F Larocca

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Exordio

En el año 2013 aparecerá la nueva tirada del Diagnostic and Statitiscal Manual of Mental Disorders – V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales – V) (DSM-V).

Con esta nueva edición se presentará una compilación fresca de nuevas categorías que serán añadidas al ciclópeo "manual" con el propósito de lograr la meta de que, hasta el más anodino de los comportamientos humanos, se convierta en una entidad diagnóstica en busca de un remedio farmacológico para su tratamiento.

"Una etiqueta y una píldora para curarla." Parece ser el lema de Big Pharma (BP) (La Gran Industria Farmacéutica.)

DSM y sus arbitrarias categorías clasificatorias, a pesar de su inmerecida influencia, afectan la psiquiatría norteamericana y la mundial, como también influyen la medicina forense, las aplicaciones del derecho civil y del derecho criminal, la psicología industrial, las ciencias económicas y más — mucho más — abarcando áreas innumerables, y, a veces, insospechadas del proceder humano.

Por éstas, y otras razones, debe de interesarnos a todos (no sólo a los médicos y a los profesionales de las ciencias del comportamiento) lo que este tratado extensivo, representa en términos políticos y de control de la psiquiatría, una rama de la medicina, que por años existiera, sin la influencia de tres organismos que hoy la controlan: La Asociación Psiquiátrica Americana-APA (como religión secular), DSM (como su texto sagrado) y la industria farmacéutica (Big Pharma) como su patrocinador financiero.

Todo lo expresado, realizado en contubernio indiscreto entre los que producen los fármacos y los psiquiatras representados en los comités de DSM que improvisan las etiquetas "diagnósticas".

Para una diatriba mordaz contra el uso desenfrenado de estos fármacos, de las industrias que los manufacturan y de los facultativos que los promueven, visiten: http://english.aljazeera.net/indepth/opinion/2011/07/20117313948379987.html

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¿Tímida o tarada?

Para nosotros, los ejercicios diagnósticos no pueden ser concebidos como si fueran una lista de síntomas organizados en orden, para ser chequeados sin pensar — como estilan los "manuales" DSM — sino como un proceso de observación clínica, deductiva, detallada, y siguiendo parámetros establecidos por el método de observación y corroboración científica.

Por ejemplo, un psiquiatra novel, entrevistando una paciente sospechada de sufrir de la anorexia nervosa, le pregunta: "¿Sufre usted de un disturbio de su imagen corporal?"

A lo que, la sorprendida mujer responde, "no sé de lo que usted me habla, doctor"

De lo que el facultativo, pensativamente infiere: "esta persona no sufre de la anorexia nervosa." A pesar de la contundente evidencia soportando el diagnóstico.

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El desmayo en tiempos de Shakespeare (Much ado about nothing!)

Ejemplo palmario del proverbio de la parábola de los nueve sabios ciegos y el elefante. (http://www.monografias.com/trabajos63/universo-holografico/universo-holografico)

Los DSM no se apodan a sí mismos "Biblias de la Psiquiatría" por razones triviales, sino porque reconocen la creciente influencia que, inmerecidamente, hasta ahora han logrado ejercer, influyendo el pensamiento de una mayoría de prosélitos incautos.

Nuestro objetivo en esta contribución a la literatura de la ciencia nosológica, será aclarar el sitio justificado donde comportamientos normales como son la timidez, el retraimiento y la ansiedad social, legítimamente pertenecen, residiendo siempre, fuera del ámbito de ser expresión de la disfunción mental.

Asimismo, mientras avanzamos nuestro propósito establecido, una crítica se efectuará acerca de la tendencia diagnóstica sobre-inclusiva, característica del DSM, proporcionando reflexiones acerca de la incertidumbre y destino de ciertas entidades que han dejado de existir y de otras que esperan su debut en ediciones futuras de éste, desproporcionado y extraño, vademécum.

Mientras tanto, nos preguntamos, ¿cómo es posible que un volumen del tamaño del DSM-IV se conozca como un "manual"?

Introducción

En el pasado, la timidez, el recato y el retraimiento se consideraban rasgos tan deseables como admirables, especialmente cuando servían para realzar los encantos característicos del sexo femenino.

En su oda a la Vida Retirada Fray Luis de León (1527-1591) nos entona:

¡Qué descansada vida

la del que huye el mundanal ruido

y sigue la escondida

senda por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido!

Por su parte, Baltasar Gracián, en sus aforismos sensatos nos exhorta a que practiquemos la modestia en obra y palabra.

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Timidez vencida Jan Saudek

Siguiendo esos sentimientos, adaptándose a los tiempos, y obedeciendo a la tiranía que impone la resaca — siempre en vaivén — de las modas, el colorete, en antaño se aplicaba liberalmente, para dar la impresión de la modestia distintiva, esperada de las mujeres jóvenes. El rubor, como el desvanecimiento (a veces histriónico), asimismo, estuvo en boga durante la Era Victoriana

La timidez, en aquellos tiempos, atraía la atención, lo que hiciera de manera favorable.

Eso sucedería en épocas románticas, ya pasadas, porque con el avance de los años, y, mientras otras ciencias continuaban sus avances progresivos, la psiquiatría clínica se transformaba discretamente en una rama anacrónica de la medicina en la cual, poco comportamiento normal, hoy no califica como desequilibrio psíquico, basado en los arbitrajes diagnósticos dictados por DSM-ETC.

Siguiendo el ejemplo trazado por Szasz y otros pensadores rigurosos, en esta ponencia tomamos como pauta un comportamiento inocente, la ansiedad social, y veremos como DSM, en todas sus permutas parciales, la ha corrompido, transformándola en una caricatura nosológica, sin bases científicas para hacerlo.

En este artículo igualmente insistimos en que, como clínicos y académicos, bajo las circunstancias, tenemos la obligación de mantener una actitud cautelosa, aunque dispuesta, para contrarrestar esta proclividad mal encauzada antes de que el lema de "una etiqueta diagnóstica y una píldora para curarla" se convierta en una charada de conveniencia pecuniaria para algunos, al menoscabo de nuestra profesión y pesadumbres para nuestros pacientes.

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Selección sexual: Coqueta coronada (Lophornis ornatus)

Nuestro objetivo en esta contribución a la literatura de la psiquiatría nosológica será aclarar el lugar justificado donde la timidez, el retraimiento y la ansiedad social, legítimamente, pertenecen y nuestra razón para hacerlo

Procedamos

Darwin reconoció la importancia única de ser tímido — especialmente en nuestra especie — cuando describe prolijamente esta disposición, única humana, en su tratado Expression of the Emotions in Man and Animals, haciéndolo desde el ángulo de su explicación fenomenológica y sin la más remota sugerencia de que este comportamiento fuera representativo de descarrío evolutivo o de condición patológica. De hecho, Darwin iría más lejos, cuando expresara lo siguiente: "…ruborizarse hace, a quien lo sufre, sentirse cohibido y a quien lo observa, incómodo, sin que proporcione el menor servicio a ninguno de los dos." Como tampoco a nadie causa daño, añadimos nosotros. (Para un análisis detallado de estos conceptos, véase El Cerebro Social en: http://www.monografias.com/trabajos64/cerebro-social/cerebro-social)

Obviamente, para el ilustre naturalista el rubor de la persona tímida representaba contingencia normal sin mayores consecuencias.

¿Por qué razón, si no confiere ventaja alguna, desde el punto de vista de la evolución, algunas personas se ruborizan y otras no? ¿Por qué razón la membrana del himen perdura? Y, ¿por qué razón existe el apéndice vermicular? (/trabajos72/membrana-himen-destino-mujer/membrana-himen-destino-mujer)

Aún no lo sabemos.

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Cuando en otras ocasiones escribiéramos acerca del fenómeno de la timidez y de su expresión, el sonrojo, lo hicimos entendiendo, que en la mayoría de los casos, esta disposición representaba ocurrencia común — con raras excepciones clínicas — sin que adquiriera la importancia de constituir una disfunción emocional diagnosticable, sujeta a alguna modalidad de tratamiento psiquiátrico, y al uso de fármacos para su tratamiento. (Para más información acerca de las excepciones clínicas vayan a: /trabajos49/timidez/timidez)

La apariencia tímida como "enfermedad"

Por ejemplo, una hermosa mujer, ostensiblemente cohibida, oculta sus ojos, recatadamente, bajo el ala de su sombrero mientras, que evadiendo la mirada de otros, evita advertir el escrutinio de quienes la observan.

Estudiando su comportamiento: "luce tímida", algunos opinarían.

Pero, en la actualidad, no es así.

En tiempos remotos, esta acción banal, y sin significado especial alguno, pudo haber señalado la respuesta sutil, propia de una damisela atractiva y retraída a la vez, aprensiva de la reacción que en otros su hermosura despertara. Pero hoy, es el anuncio televisivo de una droga patentizada que se vende bajo el nombre de Zoloft (SSRI o Inhibidor Selectivo de la Recaptación de la Serotonina), aprobado por la FDA (Administración Federal de las Drogas Estadounidense) como uno de los tantos fármacos que, alegan sus fabricantes, son específicos para el tratamiento del Trastorno de la Ansiedad Social (DSM-IV-TR 300.23).

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La Ansiedad Social

"¿Es ella tímida o sufre de la Ansiedad Social?", ilustra la leyenda del anuncio, sugiriendo que la bella mujer no está autoconsciente del efecto de su hermosura, sino que manifiesta la condición de ser trastornada mental, y que, por lo tanto necesita que tome un SSRI (¡pronto!) o sufra las consecuencias.

¿Está la mujer perturbada mentalmente, o no lo está? Es nuestra pregunta

Es posible que la enigmática beldad padezca de un caso de la llamada "ansiedad social", que antes hemos descrito en éste y otros portales. Ya que, de veras, existen algunas personas que, solamente en casos extremos, sienten tanto temor al rechazo que no se arriesgan a enfrentar una simple entrevista laboral, salir con amigos, o aun comer en público. Así, que, a pesar de todas las complicaciones posibles, y, en casos aislados, drogas como el Zoloft puede representar, para ellos, alivio transitorio, pero — por sus efectos secundarios potenciales — sólo como si fueran cuchillos de doble filos. (Larocca, FEF: Los enigmas de la Obesidad: Sus causas en monografías.com)

Pero, es, igualmente probable, que la mujer en cuestión puede que sea simplemente, persona, por naturaleza, retraída o introvertida — rasgos que nuestra sociedad no acepta muy bien — aunque existen quienes, si estos comportamientos florecen en una mujer atractiva, los consideran "virtudes" codiciables.

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Recato victoriano

Sin embargo, cuando caracterizamos estas conductas, como si fueran expresiones de disfunciones psicológicas, ésta misma actitud justifica la razón por la cual tantos ven como misión propia la de recomendar "curas" o remedios para ellas.

Para lograr el mencionado propósito, la manera común en que se expresa este entusiasmo terapéutico, es alentando a estas personas, totalmente sanas, a que busquen tratamiento de algún tipo, haciendo que individuos, por naturaleza reservados, sean percibidos como si fueran mentalmente desajustados.

Lo que disminuye la autoestima.

Esta exagerada tendencia hace a todos una injusticia formidable, porque la timidez y la introversión — o más precisamente, el temperamento sensitivo y circunspecto, desde donde ambas tendencias proceden, son, simplemente, normales.

Ser tímida es un rasgo atractivo para la mujer delicada, remilgada, y poco asertiva, porque facilita, a quien se sienta atraído por este tipo de persona, evitar la percepción de trabas posibles en llegar a conocerlas, que algunas mujeres de temperamento extrovertido, con frecuencia, despiertan. En ese sentido, el comportamiento representa un elemento de armonía adaptiva entre los sexos. (Véase: The Mating Mind por Geoffrey Miller Anchor Books.)

Continuando

En teoría, en su causalidad, la timidez y la ansiedad social se distinguen fácilmente, aunque una tenue línea divisoria imprecisa se extiende entre ambas.

Supongamos que la mujer en el anuncio del SSRI goza de una posición laborar sólida, disfruta de una unión matrimonial estable y se rodea por un círculo amplio de amistades — una existencia envidiable por cualquier estándar — pero, con la excepción de que soslaya ciertas situaciones, como es hablar en público, porque no las disfruta, porque no forman parte de sus actividades y, porque les causan moderada molestia.

En ocasiones aisladas, ella se reprocha a sí misma por esta timidez que la ha acompañado toda la vida. Pero, ¿está ella enferma o simplemente, necesita entendimiento para ignorarla, o entrenamiento, de ser imprescindible, para conquistar sus inhibiciones innatas?

DSM-ETC entra en la escena

Antes del año 1980, nuestra pregunta se hubiese considerado extraordinaria.

La Ansiedad Social no existía hasta que apareciera ese mismo año en el famoso "manual", DSM-III bajo el epónimo de "Fobia Social". (Para entender mejor lo antedicho léase: Lane, C: (2007) Shyness: How Normal Behavior Became a Sickness Yale, pp. 138- 142.)

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Hasta entonces, la anonimidad relativa de que esta condición gozara pronto fue descartada cuando firmas farmacéuticas recibieron aprobación de la FDA para tratar este tipo de desazón con medicamentos de tipo SSRI, dedicando cientos de millones de dólares, haciendo alboroto cirquense, para divulgar su existencia. Acerca de esto último, es digno de mención que la versión actual del DSM, DSM-IV-TR, reconoce el hecho de que el miedo de salir a la escena y la ansiedad en situaciones sociales son fenómenos muy comunes y que per se no constituyen signos de patología emocional — lo que puede que así sea sólo por el momento — nos apresuramos a añadir. Ya que pocos pueden predecir con certeza los horrores que DSM-V (en estado actual de gestación) nos traerá como sorpresas cuando vea la luz del día en el 2013.

A pesar de haber manifestado un poco de mesura en este respecto, los autores del "manual" no quedarían satisfechos deteniéndose en lo objetivo, sino que continuarían insistiendo en que un diagnóstico de este supuesto "malestar" se justifica cuando la ansiedad "interfiere de modo significativo" con la función laboral o si la persona sufre "angustia pronunciada" acerca de la misma (lo que nunca nos dicen quienes establecen estas categorías diagnósticas es ¿cómo se determinan las variables subjetivas?)

La respuesta

De acuerdo a los argumentos finales, la respuesta a nuestra pregunta es obvia: La mujer en el anuncio de Zoloft, es, de veras — si sólo, para DSM y Pfizer, la industria que produce el fármaco — una mujer "enferma."

Ni más, ni menos.

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Lo que a los merchantes de píldoras mucho les complace, ya que cuando se cataloga una nueva "enfermedad", ellos "inventan" la medicina específica para "curarla". ("Abandonad toda esperanza vosotros que aquí habéis entrado." Dante, La Commedia.)

La razón para que así se construya es que DSM, como sistema basado en decisiones personales e intereses pecuniarios, inevitablemente (como hemos dicho en otras ponencias) refleja actitudes culturales e intereses creados de índoles variadas. Por un tiempo, esta nomenclatura, identificaba la homosexualidad como enfermedad, hasta que, realizando que no se produciría una píldora para "curarla" y no pudiendo resistir las presiones ejercidas por grupos disconformes y belicosos, cedió a las mismas y cambió de idea. Lo que confirma que el concepto de "enfermedad" para DSM es un asunto simple de oportunismo maleable, a veces efímero (como viéramos en el ejemplo de la homosexualidad), dinero y conveniencia. (Véanse las referencias al respecto citadas en la bibliografía, y en especial consulten: Creating Mental Illness por Allan V Horwitz.)

Aunque DSM-IV-TR no ha tratado manifiestamente de incorporar en sus manuales la categoría de la "timidez" como jerarquía establecida, ha llegado muy cerca de alcanzarlo con la inclusión en los mismos del Trastorno de la Personalidad por Evitación (301.82); lo que hace, mientras persiste en su determinación de, eventualmente, lograrlo. Tampoco es secreto para nadie que DSM contempla incluir en su futura nomenclatura la etiqueta de la "introversión". (Timidez e introversión no son sinónimas. Las personas tímidas temen los juicios negativos de otros, los introvertidos simplemente prefieren entornos tranquilos y poco estimulantes.)

Pero, a pesar de ser normales, la timidez y la introversión comparten un estado devaluado en un mundo, como el nuestro, que celebra la extraversión asertiva.

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El prisma de los temperamentos

La tiranía de la participación social, para algunos seres humanos, comienza temprano en la vida

En ciertos planteles escolares modernos los pupitres de los alumnos se disponen en círculos cerrados, porque supuestamente, la aportación conjunta mejora el aprendizaje.

El mensaje aquí siendo: Hay que socializar, quiérase o no se quiera, o puédase o no se pueda….

En otras palabras que la exposición y la visibilidad son consideradas partes indispensables del avance personal, de donde provienen ciertas tácticas como show and tell, cuando niños se paran frente a la clase y hablan específicamente de una experiencia para ellos interesante.

Para jóvenes tímidos o reticentes este último ejercicio puede convertirse en una fuente de angustia de la que, a veces, tratan de escapar, enfermándose, o fingiendo estar enfermos, para evitarlo.

Variaciones de estas tácticas de tareas colectivas son comunes, asimismo, en el entorno industrial.

Muchas empresas organizan para sus trabajadores asignaciones en equipo, y muchas oficinas dispensan con paredes entre cubículos de empleados, para mejorar la interacción del personal.

Ser tímido: ¿presenta obstáculos en la vida de quienes lo son?

La timidez misma no es impedimento para los logros personales medidos por el adelanto individual.

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El mercader de las pócimas curalotodo

Personas destacadas, tímidas, y que son introvertidas, han sido parte de toda nuestra historia.

Charles Darwin, Marcel Proust y Albert Einstein, entre muchos, fueron famosos por sus evasivas pertinaces de actividades sociales. (Para una lista detallada de celebridades retraídas visiten: http://www.shakeyourshyness.com/shypeople.htm)

Asimismo, como lo hemos expresado en otros artículos, la timidez se encuentra representada en el reino animal, donde 15-20% de las especies son reservadas, no muy gregarias, y comúnmente se mantienen a una distancia. Resultando en que unas son sociables mientras que otras no los son.

Las cebras son indóciles, mientras que los caballos son domesticables.

Cada grupo deriva ventajas adaptivas de conducirse como fuera programado por la Naturaleza, para su género.

Unos viven en árboles, mientras que otros viven en madrigueras.

Lo que significa que la selección natural puede cambiarlo todo, cuando circunstancias lo requieran, como lo ha hecho por eones.

Se estima que entre un 15 y un 20% de los seres humanos nacen siendo tímidos o introversos. Uno los distingue fácilmente cuando observa niños jóvenes en grupos escolares.

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Tímido, introvertido y posiblemente afectado por la llamada "ansiedad social" de DSM-ETC

Los que son extrovertidos corren, brincan, investigan, hacen amigos y terminan gozando toda experiencia con la mayor intensidad.

Los otros permanecen cerca de sus madres o de los adultos con quienes se sienten confortables.

Acerca de esto, los psicólogos evolucionistas nos informan que los extrovertidos sufren más injurias como consecuencia de accidentes, con frecuencia se envuelven (de adultos) en relaciones extramaritales y asimismo se reporta que conductores de autobuses, que son de tendencia gregaria, tienen el mayor número de los accidentes detrás del volante.

Por contraste, los introversos se sientan tranquilos mientras aprenden por observación en lugar de acción. Éstos detectan las cosas peligrosas antes de que otros lo hagan, reparando en más detalles de los que los demás distinguen.

A medida que crecen, los retraídos avanzan en los campos de su elección, porque debido a su parsimonia, tienden a asimilar con cuidado la información frente a ellos, poniéndola en perspectiva y utilizándola como ventaja.

Muchos individuos conocidos por su creatividad han expresado que su genio se debe a su renuencia hacia el trabajo en equipo y al usufructo de la soledad de que disfrutan. Steve Wozniak, de Apple Computers lo describe en su autobiografía "¡Woz".

Igualmente, es un hecho reconocido que artistas y escritores trabajan mejor cuando lo hacen a solas.

A pesar de la reserva inicial que los caracteriza, los niños tímidos tienden a compensar con el desarrollo de empatía y la aplicación de habilidades éticas, porque su incomodidad relativa los hace más perceptivos de las dificultades que otros experimentan.

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Onicofagia (categoría diagnóstica en espera de su clasificación por DSM-V)

Lo que es deseable.

Por la última razón es importante que los mayores apoyen al niño retraído en lugar de reprenderlo, como tantos adultos tienden a hacerlo.

La ansiedad social puede resultar en otras ansiedades como es la bien conocida "fobia escolar" (de la que hablaremos más adelante), o laboral (la ergofobia, de la que hemos hablado), o con el uso de sustancias, a veces ilícitas, para reducir la molestia por ésta causada. (/trabajos50/fobia-al-trabajo/fobia-al-trabajo)

No todo es fácil para el niño, como futura persona reticente, en ciernes

Muchos padres tienen problemas con la tolerancia al niño tímido, arguyendo que es un mundo muy "cruel" en el que vivimos y que solamente quienes "se paran para ser contados" disfrutarán de algún éxito en la vida, lo que no, del todo es así, opinamos nosotros.

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¿Trastorno de pánico con agorafobia? DSM-IV-TR 300.21

Nuestra especie es como un prisma que refracta la luz de los estilos de comportamiento en variadas longitudes de ondas.

Tenemos al líder y al buen seguidor, a quien toma riesgos (a veces sin reflexionar), y a quien tantea las posibilidades antes de proceder.

Unos escuchan y otros hablan. Pero algunos, de los que poco dicen, son trabajadores cuyas contribuciones pueden que — aun, no apareciendo ser espectaculares — confirmen el hecho de que, sin ellos y sus aportes, la empresa donde laboran no lograría prosperar tan bien como lo hace.

Mi punto aquí es que es asunto desatinado tratar de medicalizar, por sus inquietudes acompañantes, un rasgo característico y normal, como es la timidez, ya que caracteriza a una vasta porción de la raza humana bien ajustada.

La creencia errónea en que la psiquiatría y la "psicología neurocientífica" pueden establecer conexiones precisas entre nuestros conflictos emocionales y nuestros fenómenos físicos no es más que una ilusión, sustentada por el uso de metáforas tan insensatas como son desacertadas. Famosa entre las últimas encontramos el cliché, como explicación, que algunos médicos utilizan cuando dicen que la gente sufre de un "desequilibrio químico", cuando la infelicidad los afecta.

Aunque en contenido, estas explicaciones proveen los neuropsiquiatras, y a aquellos quienes los siguen, la impresión de que ellos han resuelto el rompecabezas de la ansiedad; lo que es falso, porque piezas muy importantes del acertijo aun se desconocen. (Para una crítica balanceada de esta forma de razonamiento asombroso revisen: D S Weisberg, F C Keil, J Goodstein, E Rawson, J R Gray: The Seductive Allure of Neuroscience Explanations Journal of Cognitive Neuroscience, 20(3), 470-477 DOI: 10.1162/jocn.2008.20040)

A los científicos les displace conceder que existan vacíos en sus conocimientos, porque se han acostumbrado a pensar que poseen una explicación bioquímica o genética para cada rasgo o disfunción que consideran.

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Animal sin ansiedad social. No necesita SSRI

Sin embargo, y si persistimos en ese mismo espíritu tratando de forzar las personas reservadas a ser sociables, por cualquier medio, vamos a descubrir el hecho triste de haberles lastimado sus egos — creándoles más sinsabores — por haber interferido con su progreso en harmonía con sus proclividades particulares e innatas. Justificando el aforismo: "A veces es más fatal, la medicina que el mal" (Proverbio antiguo.)

Una breve historia de la ansiedad como entidad diagnóstica

La Biblia (el texto sagrado, en este caso), en sus páginas, hace mención de la ansiedad exhortándonos siempre recurrir a la fe en Dios para reducir sus impactos espirituales, y físicos (añadimos nosotros).

Aunque ya en el en el Siglo XIX Carl Westphal había acuñado el término agorafobia colocando víctimas de esta forma de ansiedad dentro del ámbito del ejercicio diagnóstico. Más adelante, asimismo encontramos a Pierre Janet proponiendo que claustrofóbicos y "otros neuróticos" sufren de ideas obsesivas que culminan en lo que, él llamara "psicastenia", improvisando su propia etiqueta, "fobia social", detallando una variedad de miedos que traslapan con la ansiedad social (phobies sociales) que él describiera mucho antes de DSM.

Freud, por su parte, empezaría, en aquel entonces, a elaborar sus propias lucubraciones para explicar la angustia del neurótico.

Este investigador y escritor prolífico delineó una visión neurológica para el entendimiento de las enfermedades mentales en su Proyecto para una Psicología Científica el que comenzara en el 1895 y que se publicara, post mortem en el 1950, de acuerdo a sus deseos.

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"No me dejes, aquí, porque tengo miedo…"

En este último tratado, el Padre del Psicoanálisis destaca el hecho de que la ciencia no puede rendir cuentas de los mecanismos de la ansiedad basando sus premisas exclusivamente en un modelo biológico, ya que muchas de sus manifestaciones no tienen orígenes orgánicos, como es fácil de entenderse — por lo menos, en el ser humano — por su exclusiva capacidad de abstracción e introspección, por la presencia de una mente inconsciente, y por su habilidad de hacer uso del simbolismo.

En su metodología Freud, pretendía transcender los límites dicotómicos que otros habían impuesto entre lo somático y lo estrictamente psíquico.

Parece fácil para algunos olvidar que nuestras inquietudes y preocupaciones son productos de la imaginación, que representan melodramas pequeños de fallos personales, y calamidades anticipadas. Solamente percibiéndolos de esta manera lograremos captar la importante noción de que las explicaciones biológicas para ciertas "enfermedades mentales" sólo pueden tener aplicaciones muy limitadas. (Para más detalles acerca de estos asuntos visiten: /trabajos50/anamnesia-historia-personal/anamnesia-historia-personal)

A mediados de los años 1890s el famoso investigador vienés escribió un ensayo acerca de la ansiedad, cuyas formulaciones clínicas se apartaban radicalmente del campo de la biología, llamándolo "Justificación para Separar de la Neurastenia, un Síndrome Particular: La Neurosis de Ansiedad." (http://www.elalmanaque.com/psicologia/freud/9.htm)

En gesto de inspiración presciente Freud listó los síntomas de esta nueva entidad:

  • Irritabilidad general

  • Anticipación angustiada

  • Compunciones de conciencia

  • Ataques acompañados de palpitaciones, sudoración profusa, vértigo, hiperventilación e insomnio.

El rechazo de Freud a mezclar lo psíquico y lo fisiológico significaba que era posible distinguir entre la tensión somática y la emocional, basado en su propio reconocimiento de que la mente "traduce" esas sensaciones físicas impartiéndoles una vida psicológica propia.

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Extroversión

El afecto, visto de esta manera, en su interpretación, representa una versión dislocada o transpuesta de esas impresiones, añadiendo que "la ansiedad neurótica está relacionada con la libido del mismo modo que el vinagre lo es al vino."

No satisfecho con su analogía explicativa usando la reciprocidad entre el vinagre y el vino, Freud prosigue de la siguiente manera:

"Una mujer que padece de la ansiedad anticipatoria se imaginará, cada vez que el marido tose, cuando tiene un resfriado, que éste pronto caerá victima de la pulmonía, anticipando sus exequias, todo visto con el ojo de la mente. Si, cuando viene de camino a su casa nota dos personas frente a la morada, no puede evitar el pensamiento de que uno de sus hijos ha caído de la ventana, si el timbre de la puerta suena, es porque alguien trae malas noticias."

Estas fantasías pueden, a su manera, suministrar a quienes las padecen una medida de control, porque, aunque consuman energía psíquica en forma de sentimientos de inquietud, permiten, a quienes las toleran, coligar sus angustias a alguna explicación plausible, aunque a todas vistas las que empleen sean irracionales. ("… Una de las maniobras psicológicas más efectivas para sobrevenir las incertidumbres y las ansiedades resultantes de confrontar lo desconocido es tener una medida de control, resultado del entendimiento, de toda nueva situación que confrontamos." FEFL en Los enigmas de la Obesidad: Sus "curas" en monografías.com.)

Cuando emociones normales se convierten en "enfermedades mentales…"

Dos incidentes nos asistirán en considerar esta sección de nuestra tesis en su sentido cardinal y heurístico.

  • Primero: El Escándalo Sokal (ya descrito en otras de mis publicaciones)

El escándalo Sokal fue una famosa treta concebida por el físico Alan Sokal para decepcionar al equipo editorial de la respetable revista académica Social Text.

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En 1996, Sokal, entonces profesor de física en New York University, envió un "trabajo" para que fuese incluido en dicha publicación. Por medio de esta tesis, el erudito académico deseaba corroborar sus sospechas de que cualquier revista científica aceptaría un artículo colmado de tonterías, siempre y cuando:

a) Apareciera legítimo a los árbitros de la publicación "académica", yb) Apoyara los prejuicios ideológicos de los editores.

La ponencia titulada "Transgressing the Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity" ("La Transgresión de las Fronteras: hacia una Hermenéutica Transformativa de la Gravedad Cuántica") se publicó en la edición primavera/verano de 1996 de Social Text. La contribución en cuestión mantenía la asombrosa teoría de que la gravedad y la física cuántica eran constructos sociales, es decir, que la gravedad existe porque la sociedad se comporta como si ésta existiera.

El mismo día de su publicación, en otro periódico científico, Lingua Franca, Sokal anunciaba que su proposición era un engaño.

La admisión de su artimaña causó un pandemonio entre los estupefactos miembros de la facultad de la Universidad de Duke, donde se publica Social Text. Sokal reveló que su famosa tesis constituía "un pastiche de jerga postmodernista, pasajes aduladores, citaciones pedantes; pero carente de todo sentido", que se "apoyaba en las referencias más estúpidas que habían podido encontrase dentro del campo de las disciplinas matemáticas y físicas" hechas por académicos de humanidades. (Para más detalles: http://es.wikipedia.org/wiki/Esc%C3%A1ndalo_Sokal)

  • El segundo escándalo

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Se refiere a una contribución que apareciera en las páginas de Science (organismo oficial de la prestigiosa American Academy of Sciences) una de las publicaciones científicas más respetables del mundo.

Para este proyecto ocho voluntarios, personas normales, fueron persuadidos por los investigadores a visitar 12 hospitales pretendiendo que ellos oían voces de manera constante, repitiéndoles las palabras: "vacío", "hueco" y "ruido".

En este caso, con la excepción de uno de los voluntarios, todos fueron hospitalizados, sometidos a "tratamiento psiquiátrico", y dados de alta con un diagnóstico de "esquizofrenia en remisión".

Como resultado de estos dos sucesos, nuestras conclusiones son claras: Todo lo que se tome como ciencia no siempre resulta siendo científico, y, que, por su parte, el campo de la psiquiatría necesita orientación objetiva desde sus propios rangos y no la que negocian los comités de psiquiatras agitados, que sirven en los comités de tareas de DSM.

La ansiedad social, la timidez, y la fobia escolar: A veces, productos de nuestra civilización

Luisa era una joven tímida, recatada y muy graciosa de catorce años de edad.

Por razones desafortunadas, ella y su madre fueron forzadas a mudarse de una ciudad donde vivieran con su papá, y donde Luisa, asistiera una escuela católica exclusiva para hembras.

Antes del éxodo obligado de Luisa y su madre, los padres de la niña habían finalizado un amargo divorcio que dejaría a la joven adolescente asolada y contundida.

Luego de arribar a su nueva destinación, Luisa, hija única, descubrió, con aprensión y temor, que su nuevo colegio era de enseñanza mixta, que las pocas compañeras que en la clase hubiera, hacían mofa de ella por ser virgen y por no tener novio, mientras que, los varones por su parte, no tardarían en hacerla víctima de gestos provocativos, insinuaciones eróticas y proposiciones de actos lascivos.

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Realizando que su madre no necesitaba más problemas en su vida, la niña se resignó, de necesidad, a exponer a todos sus compañeros de clase su timidez, por medio del retraimiento social.

Lo que decidiera sin comunicar a su madre lo que le estaba sucediendo en el colegio.

Muy pronto empezaron a aparecer las pasquinadas anónimas en su menoscabo, producidas furtivamente por otros miembros de su grupo escolar, en las que se afirmaban que Luisa era una disoluta prostituta que dispensaba sus favores sexuales por dinero.

Por las noches, la niña, se retiraba sollozando hasta conciliar un sueño inquieto y poco restaurativo, despertándose por las mañanas sin deseos de comenzar la jornada o de asistir a su plantel de enseñanza.

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Siderodromofóbico notable quien nunca soslayó el viaje en trenes

Los fines de semana eran lo mejor, si sólo porque el papá, ocasionalmente, la venía a visitar, acompañándola a los parques cercanos donde podía corretear y disfrutar de los juegos disponibles.

Un evento — costumbre tradicional del colegio — pero aciago, e inevitable para la joven, se presentó. Éste sucedió cuando la profesora indicara, un viernes, que el lunes siguiente Luisa iba describir ante la clase la experiencia de ser hija única, ya que era ella, entre todos los alumnos, la única que no tuviera hermanos.

Así nos conocimos cuando la tratáramos por un caso de la fobia escolar, complicación de un trastorno afectivo inducido por el estrés.

El temor a sus coetáneos desencadenó en esta chica la respuesta que Walter B Cannon describiera como "fight or flight response". (Larocca, FEF: La obesidad: Sus causas en monografías.com)

Aunque no sean "enfermedades", nos preguntamos ¿cuáles son los orígenes de la timidez, el rubor y la ansiedad social?

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