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Historia de vida: Pacheco, un llanero del siglo XX (página 3)


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La literatura hispánica y latinoamericana ha usado la sátira agudamente para encarnar al pueblo con sus deseos, anhelos y necesidades básicas. Posición que resulta ser, en el caso que nos atañe: la de un habitante de los llanos guariqueños. Quien pone de manifiesto una posición de rebeldía contra varias expresiones de la elite dominante, entre otras la representada por los señores dueños de hatos.

La novela picaresca española caracteriza al pícaro como un personaje alejado de lo ortodoxo, en la contextura social de la España de la época. La vida del pícaro es una vida vulgar, que la página "Wikipedia, La enciclopedia libre", en Internet, define con las siguientes palabras, para referirse especialmente al pícaro de la literatura hispánica: "no vamos a encontrar los arranques de heroísmo o de santidad a que la circunstancia histórica nos tiene acostumbrados, una vida casi alucinada, al borde del cotidiano portento. No; el pícaro se mueve en los medios menos literarios. Su genealogía no es, ni mucho menos, escogida, y sus procederes no revelan el ascetismo ni la profunda meditación. Lázaro es hijo de un molinero oscuro, y su madre se amanceba al quedar viuda; Guzmán es fruto de unos amores no muy limpios, y Pablos anda adoctrinado por una ascendencia en la que hay delincuentes, e incluso un verdugo.". (VILLA A., M. E., 2006). Tal cual Pacheco.

En Pacheco es innegable esa identidad con la picaresca de origen hispánica. Con la salvedad de que se trata de un personaje real, cuya existencia se enmarca en una sociedad de los llanos venezolanos en las que se puso de manifiesto, de manera bastante reconocida por historiadores y sociólogos, un mestizaje étnico en que participa el negro africano, el español y el indio, el híbrido aludido por Bolívar en su discurso en el Congreso de Angostura, al expresar que la base de la República de Venezuela no era europea, no era de indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. "Americanos por nacimiento y europeos por derechos". (Discurso de Angostura, Bolívar). Un prototipo humano que se repite en la novelas de Gallegos y en los escritores nacionales más importantes que escriben sobre el llano, donde siempre hay un Pacheco de sorprendente alegría ante las vicisitudes de su existencia, que acompaña con chistes todos los instantes de su vida y de la vida de su grupo social. Pudiera decirse que aquí opera el humor como mecanismo de resistencia social

En la literatura costumbrista venezolana es significativa la presencia del personaje Palmarote, creado por el escritor calaboceño Daniel Mendoza (1823-1870). Aunque los historiadores de la literatura no lo ubican como personaje picaresco, se trata de un llanero que antecede al personaje Pajarote de la novela Doña Bárbara. Mendoza escribió dos cuadros de costumbres cuyo personaje principal es este guariqueño, que muy bien puede ser, -de ser un personaje real-, un antepasado de Pacheco, en razón de que procedía de una región en la que la familia Mendoza se desplazaba: Calabozo, Cazorla, Guayabal, Arichuna, San Fernando. (Información del doctor Adolfo Rodríguez). Autor éste para quien Palmarote viene siendo como el modelo llanero de la picardía española.

Traemos, de seguidas, a este autor calaboceño, Daniel Mendoza, quien de Palmarote nos dice, en la obra UN LLANERO EN LA CAPITAL, un relato que muy bien pudo ser un cacho de Pacheco. Citamos:

"En esta sazon y coyuntura atravesábamos mi paisano y yo la plazoleta de San Francisco. Aquí tiene U., le dije, la iglesia de San Francisco, y ese edificio que ve U. á su izquierda es lo que fuera un tiempo el convento de los frailes franciscanos, destinado hoi á las sesiones de las Asambleas legislativas. Acerquémonos.

-Y diga U. Dotor, ¿a onde se han ido esos fraires?

-A la eternidad, Palmarote. Después de la estincion de los conventos todos han muerto ya.

-Serian traviesos los tales fraires, Dotor, porque yo sé unas historias de sus paternidades … ¿Y dice U. que aquí biben ahora esas señoras Asambleas?

-Decia yo, Palmarote, que en ese local se hacen nuestras leyes.

-Caramba, Dotor! ¿Y pa una cosa tan pequeña un caseron tan grande? Pues andarán ellas toas regás quini frutas de maraca.

-Continuaremos, si le place, Palmarote, y volviendo esta esquina, ganaremos la calle de Las Leyes Patrias. Mire U. ese paredon, que arrancando desde aquel edificio que ve U. allí recorre toda la manzana! Todo eso es el convento de Reverendas Madres Concepciones.

-Hum, malo, malo! ¿Tan serca de los fraires esas madres? ¿Y no es pecao que las monjas sean madres, Dotor?

-No, Palmarote; es un título que se da á las religiosas, quienes renunciando al mundo y abrazando una religion de las aprobadas, se dice que son esposas de Jesucristo, nuestro Padre, así como á los clérigos se les llama padres, considerados como esposos de la iglesia, nuestra madre.

-¿Y qué dirán esas santas mujeres de nuestras cosas, Dotor? Y gordasa que estarán ahí entrese potrero, y cómo chocaran al tranquero por berse á toa sabana!"

Insistimos en que no existe intención alguna de asimilar la vida de José Bonifacio Pacheco con la literatura. Aunque sí, adelantar esbozos para un futuro trabajo, acerca de potenciales de personajes reales para una producción literaria, sociológica, o antropológica; ramas de las ciencias sociales que poco han estudiado la presencia de personajes que impactaron la vida de este conglomerado social y tal vez siguen impactándolo, hasta el punto de convertirse en un referente significativo de su identidad local.

2.- PACHECO Y EL HATO

Pacheco, como la generalidad de los hombres y mujeres que vivieron en San Jerónimo de Guayabal en el siglo que recién finaliza, estuvo íntimamente relacionado con el hato llanero, Pacheco vivió casi toda su vida en un hato, siempre como peón, como bien se desprende de las fuentes.

El hato llanero del siglo XX, -tiempos en los cuales vivió nuestro personaje-, y el hato llanero de hoy, al igual que el hato llanero colonial, -que fue legado directo del conquistador español-, fue y es una gran propiedad rural. El hato llanero es una unidad de producción agrícola y pecuaria que tiende hacia un autoabastecimiento de modelo primitivo, de autoconsumo; que por característica común, -en los vastos llanos del país Colombia y el país Venezuela-, tiene al latifundio. Que económicamente tiene un carácter a veces arcaico o feudal, o en el mejor de los casos de capitalismo primitivo, pero definitivamente marcada por el señorío del patrón frente al dominado social de la gran propiedad, que es el peón, que en nuestro caso se llamaba José Bonifacio Pacheco.

El hato llanero de San Jerónimo de Guayabal en el siglo XX estuvo bajo el mando, generalmente de un "encargao", que contaba con la ayuda de una mano de obra que le permitió producir para garantizar la reproducción del status social del propietario. Bajo tales condiciones le tocó vivir a Pacheco, y para sobrevivir a las limitaciones propias de su condición social, de ser un desclasado, sin parentescos definidos, sin la educación que le garantizara un mínimo de movilidad social; a lo cual se añade un cuadro físico que le impedían ser un aventajado para las labores rústicas propias del llano. Condicionantes que influyeron determinantemente en la conformación de esa condición satírica, irónica o chusca, que operó en su vida como un sistema de defensa y ataque ante las circunstancias que lo rodearon.

De ello resultaron las anécdotas de su vida que se fueron propalando no sólo como evidencia de su particular biografía, si no que vinieron a fungir como recursos de cuantos, de una u otra manera, han tenido que enfrentar situaciones similares a las que Pacheco experimentó en vida, se representa así la función social y étnica del chiste.

En los vecindarios llaneros siempre nos encontramos con un Pacheco, es decir con un personaje que ante los problemas del día a día siempre tiene a mano una respuesta relancina, característica esta que es explicada por muchos de los estudiosos del tema de la etnicidad llanera como debida a la presencia de los españoles provenientes de Andalucía en la conquista de estos espacios de tierra plana de Colombia y Venezuela. El autor V.M. Ovalles, en el prologo de la obra Un Andaluz del Llano-Alto, en este sentido nos dice: "Varias regiones del Llano fueron pobladas por hijos del Mediodía de España.

"Y en algunas de ellas se ha acentuado tanto el carácter andaluz, que, por el ingenio, la gracia, las exageraciones y las fanfarronadas, nuestros llaneros se parecen a los campesinos de Andalucía.

"Pero detrás de tales características existe como fondo el patriotismo del llanero, que es intenso.

"El hombre de las llanuras es burdo, pero noble y sincero.". (Ovalles, 1937, pp 4).

Esta obra que recién se refiere, es registrada y editada en el año 1937, y se trata del relato de las anécdotas de Baldomero: "un tipo que se hizo popular en el oriente del Guárico, a causa de sus exageraciones, en las cuales podía verse una reminiscencia del carácter andaluz. Entre otros oficios, ejerció por algunos años el de peón-correo, y en él, según sus propias referencias, tuvo aventuras: "que él mismo se asustaba de ellas"…". (Ovalles, 1937, pp 5).

Baldomero, tal cual Pacheco, de acuerdo con lo implícitamente observado en esta obra, Un Andaluz del Llano-Alto, tuvo la capacidad de estar en varios tiempos y en los más disímiles poblados del oriente del Estado Guárico y parte del Estado Anzoátegui. Transcribimos un cuento de Baldomero en el oriente del Guárico, que bien pudo ser uno de Pacheco en el Sur de esta misma entidad:

"LA COLEADA DE BALDOMERO

-Nunca me has contado nada de tu vida de llanero.

-Si usté lo cré, le contaré argo por encimita.

-Yo no dudo de tu palabra, Baldomero, porque tú no me dices mentiras …

-Y a mucha honra, niño!

-Bueno: ¿y qué fué?

Baldomero se aclaro el pecho, cogió una mascada de tabaco, y dijo:

-Mire, niño: antes de yo arquirí la burra que me mató el tigre, y que Dios guarde, tuve una yegua, que era la "insoria" de las yeguas del Llano.

Era yo un mocetón, que en cuestión de juerza y brío, no había más que pedí.

En unas colíaderas en Chaguaramas, el día de San Lorenzo, que usté sabe es el patrón del pueblo, yo no sé porque, los coliadores estaban retardaos; y la gente empezó a sirvalos.

A mí me dio rabia, que en un día del patrón jueran a botá su fama tan mal botá; y me enderecé a casa y ensillé la yegua.

Pero, por tentación de Pilato, en lo que yo asomo a la calle, me sirvan también…

Les menté la máe; y me jui derechito casa de de don José Lorenzo Belisario, y le dije que me echara un palo de ginebra, reforzao.

Don José Lorenzo, en cuestión de decencia, no reconoció nunca padrote, y me echó un vaso lleno. Me lo bebí, truqui-truqui y sentí que la sangre se me encendió más …

Entonces convidé a mi compáe Avelino Ledezma, que era macho e verdad sobre un caballo, y por eso lo llamaban "el mono", que me acompañe un toro.

Me empiné sobre los estribos y miré por encima del corso, a vé qué toro me gustaba y me enamoré de un borcelano, y lo mandé a echá.

El toro era un relámpago; pero al brincá el tranquero, y antes que pusiera las patas en el suelo, yo ya le había cogío el rabo.

Mi compáe me cerró el toro, y la yegua se abrió; pero yo iba con la sangre tan caliente, que levanté el toro en el aire y le dí güertas por encima de mí.

Mi compáe Avelino me gritaba: tire el toro que se le malogra la yegua! …

Pero yo no podía tiralo, porque cuando intentaba hacelo, de toos los tablaos me gritaban entonce:

¡Aquí nó! ¡Aquí nóo!! ¡¡¡Aquí nóo!!! …

Y tuve que llegá, dándole güertas al toro en el aire, hasta la punta de la empalizá, y allí lo tiré poe encima; y el bicho estaba tan asustao, que no tuvo ganas de ná! …

Mi compáe Avelino, loco de contento, me abrazó, y me dijo: bájese a ve si se le han reventao las costillas a la yegua; y se quedó armirao de que no le sucedió ni pizca.

Y el pueblo me llevó en procesión y me daba vivas, y de los tablaos las niñas me tiraban ramos …

-¡Eso sí que fué un palo de coleada, Baldomero! …

Pero si no es por la yegua, no la hago, niño; ahora no se consiguen yeguas así!!! …".(Ovalles, 1937, pp 21).

3.- PACHECO, EL CHISTE Y LA RISA

El hombre ríe. La risa es un carácter propio de la humanidad, la risa ha ocupado un lugar importante en la vida del hombre, de los pueblos y de las religiones. Para los griegos la alegría del alma formaba los bellos días de la vida. Aristóteles describía a la risa como un ejercicio valioso para la salud.

San Jerónimo de Guayabal es un poblado llanero, que en tanto tiene el componente hispánico en la mezcla de etnias que ha dado como resultado la Latinoamérica de hoy, es Occidental; y en esa medida, emulamos la actitud sobria, seria, formal, que no altere las formas sociales. En este clima le correspondió a Pacheco destacar las habilidades que le permitieron vivir hasta la avanzada ancianidad

Las exigencias del trabajo rústico del llano, las presiones económicas y sociales de la comunidad, marcan el estilo de vida de un poblado llanero como Guayabal, sobriedades que no hacen que el hombre llanero no tenga esa particular manera de vivir, y de sentir la risa y el cuento chistoso. Es en este ámbito de alegría donde se abre un espacio para que Pacheco no sólo sobreviva, sino que viva un trecho largo en el tiempo del siglo XX, y ancho en el espectro social del Sur del Estado Guárico.

No se debe descartar que acciones como la de Pacheco, -bien sea el personaje real o el creado por el imaginario popular- representen una alternativa de distensión en las horas de solaz como respuesta frente a la tensión representada por lo recio del trabajo de llano, acción de distensión que beneficia directamente a la actividad productiva del hato, cuestión ésta que sólo asomamos para que posiblemente sea vista a los ojos de una investigación futura, de un área de la ciencia más relacionada con la eficiencia de estas unidades de producción pecuaria.

Colocamos en los siguientes párrafos, al personaje Pacheco y sus chistes, en posición de comparación con lo que han dicho respetados autores que han estudiado el campo de la psicología. El padre del denominado psicoanálisis, Sigmund Freud, analizó en su obra, El chiste y su relación con el inconsciente: "… la relación del chiste y la descarga que provoca en el individuo, describiéndolo como tensión-distensión". (FREUD, 1948). Es asimilable esta tensión-distensión descrita por Freud en el individuo, con la importante función de distensión que cumplen en los llaneros los momentos de solaz que se realizan en el amplio y agreste llano colombo-venezolano, momentos que son conformados por reuniones informales, como el encuentro de grupos en los caminos o en los bares; o menos informales, como el bautizo de un recién nacido o un matrimonio; que fueron los escenarios ideales para que estuviera José Bonifacio Pacheco en persona, y son los teatros de la vida propios para que un actor improvisado represente al personaje, donde todos los espectadores esperan alegres el momento de los cuentos de Pacheco.

Sigmund Freud le da, a la situación de risa, de cuentos chistosos, de alegría después de la extenuante jornada, capital importancia. Escribía el estudioso vienés, siendo crítico con los estudiosos de su tiempo, que: "Todo aquel que haya buceado en las obras de Estética y de Psicología a la rebusca de una aclaración sobre la esencia y las relaciones del chiste, habrá de confesar que la investigación filosófica no ha concedido al mismo hasta el momento toda aquella atención a que se hace acreedor por el importante papel que en nuestra vida anímica desempeña."(Idem). La situación descrita por Freud para una realidad de hace casi exactamente un siglo de distancia en el tiempo, desde el otro lado del Atlántico, es hoy vigente. El rol que juega la risa en la vida de nuestro personaje, debe ser, -es opinión del autor de la presente historia-, tema para posteriores investigaciones del campo de la sociología, que toquen la existencia de Pacheco en el alma del pueblo llanero, o del campo de la psicología, que hurgue en el comportamiento de José Bonifacio Pacheco y de todos los pachecos del llano venezolano y su posición de chiste como una actitud redentora ante el sometimiento del patrón de sus acciones y amo de la tierra donde nace y vive.

Ya lo había dicho el siglo antepasado el autor Juan Pablo, quien es citado por Freud en la obra en estudio, así: "La libertad produce el chiste, y el chiste da libertad". (Idem)

GLOSARIO

A costilla: Venezolanismo por a costa de. A costilla ajena, a expensas de otro.

Acomodar: Regionalismo por aparearse, por realizar el acto sexual con dominio sobre la otra pareja. El patrón acomodaba a la sirvienta.

Acostase: Regionalismo por acostarse.

Ajorcao: Regionalismo por ahorcado.

Agradecé: Regionalismo por agradecer.

Ai: Regionalismo por ahí. Entonces.

Ajorcao: Regionalismo por ahorcado.

Alcabala: Puesto de policía colocado a la entrada de los poblados.

Alguacilero: O peón de mes. Regionalismo por mandadero

Alpargata: Calzado rústico de suela y tejido.

Amansador: (De amansar). Domador, picador.

Amoltigua: Regionalismo por amortigua.

Andestá: Regionalismo por donde está.

Aparecío: Venezolanismo por aparecido. Se usa en los llanos con el mismo significado de: espanto, muerto, bulto, espíritu, ánima.

Apero: Se refiere a las piezas que componen el aparejo de montar a caballo o en burro.

Arquirí: Regionalismo por adquirir.

Armirao: Regionalismo para admirado.

Asustao: Regionalismo para asustado.

Aventao: Regionalismo por aventado. Hinchado.

Bajá: Regionalismo por bajar.

Bajaita: Regionalismo por bajadita.

Barrea: Venezolanismo. Inmovilizar, amarrar las patas del animal.

Barroso: Venezolanismo. Color de res.

Bolas: Venezolanismo por testículos.

Borcelano: Regionalismo por porcelana. Color de res.

Botá: Regionalismo por botar.

Brincá: Regionalismo por brincar.

Buscá: Regionalismo por buscar.

Cacho. Cuento anecdótico corto.

Cachalero(a): Venezolanismo. Adjetivo para calificar al ganado cimarrón; se usa en los llanos centrales de Venezuela.

Cagao: Regionalismo por cagado. Cagar: Evacuar el vientre. (Diccionario de la Lengua Española, Vigésima Segunda Edición, 2001).

Calentame: Regionalismo por calentarme.

Cantagallo: Población del Municipio Roscio del Estado Guárico.

Caña: Venezolanismo. Aguardiente claro. Planta gramínea con que se elabora la bebida alcohólica.

Cañaveral: Terreno dedicado al cultivo de la caña.

Capón: Venezolanismo. Cerdo castrado.

Capotera: Saco, maleta de viaje ordinaria, alargada, con una boca en cada extremidad, se usa, generalmente, amarrada a la parte trasera de la silla del montar.

Cargá: Regionalismo por cargar.

Carajo: Regionalismo. Palabra malsonante.

Cazorla: Parroquia foránea del Municipio San Jerónimo de Guayabal.

Cebruno: Regionalismo, color con el que se describe al caballo oscuro, no completamente negro. Dicho del color del caballo cervuno. Cervuno, dicho del color de un caballo o de una yegua: intermedio entre el oscuro y el zaino. (Diccionario de la Lengua Española, Vigésima Segunda Edición, 2001).

Chinchorro: Hamaca de red de hilo o de moriche.

Chiquero: Corral pequeño.

Cola: (Pedir la … o dar la…). Expresión venezolana que indica que se solicita ser trasladado sin pagar por el transporte, o trasladar a otra persona en las mismas condiciones de gratuidad.

Colgá: Venezolanismo por colgar. Colgar: extender el chinchorro para ser usado.

Coliadera: Regionalismo por coleadera. Coleo: arte llanero de derribar al toro.

Colte: Regionalismo por corte. Llamado así a un pedazo de tela o género suficiente para hacer un vestido.

Coméselo: Regionalismo por comérselo.

Comía: Regionalismo por comida.

Compai, compae: Compa, compañero.

Coño: Venezolanismo. Interjección. Palabra malsonante, parte externa del aparato sexual de la mujer.

Coqui: Mote que se le da a los cocineros.

Corotá: De coroto, venezolanismo por utensilio de cocina, "…escudilla o recipiente indígena hecho con la mitad de una totuma: los llaneros lo usan todavía para beber agua o aguardiente." (Rosemblat, Ángel: BUENAS Y MALAS PALABRA, 1978.).

Cré: Regionalismo por cree.

Cumplí: Regionalismo por cumplir.

Desdesta: Regionalismo por desde esta.

Despacho: Regionalismo, entrega de víveres por compromiso de trabajo.

Desquitame: Regionalismo por desquitarme.

Dir: Regionalismo por ir.

Dolmío: Regionalismo por dormido.

Dormí: Regionalismo por dormir.

Dormío: Regionalismo por dormido.

Dormirse la mosca. Regionalismo. Expresión llanera que indica que se descuida.

Echale, echá: Regionalismo por echarle, echar.

Encargao: Regionalismo por encargado, responsable.

Encorvaíto: Regionalismo por encorvadito.

Enjalma: Especie de aparejo de bestia de carga. Armadura que conforma el sillón. Montura.

Enjalmá: Regionalismo por enjalmar. Enjalmar: Poner la enjalma a una bestia. (Diccionario de la Lengua Española, Vigésima Segunda Edición, 2001).

Enterrá: Regionalismo por enterrar.

Entroel: Regionalismo por dentro de.

Firmá: Regionalismo por firmar.

Forriando: Resoplando.

Fósfaro: Regionalismo por fósforo.

Gobielna: Regionalismo por gobierna.

Goldo: Regionalismo por gordo.

Grabá: Regionalismo por grabar.

Güerta: Regionalismo por vuelta.

Hato:"El hato es típica institución llanera, y para tener ese nombre debe llenar una serie de condiciones. La Ley de Llanos del Estado Apure, del 26 de mayo de 1937, establece (Artículo 114): "Las posesiones de los criadores se dividen en hatos y fundaciones. Los primeros son los que consten de dos mil quinientas hectáreas de terreno en adelante y contengan más de dos mil reses. Las segundas, las que no lleguen a estas cantidades, encuéntrense o no en terrenos propios." "(Rosemblat, A. 1978).

Insoria: Regionalismo. Describe a la persona con capacidad extraordinaria para realizar un arte u oficio .

Jacé: Regionalismo por hacer.

Jacelas: Regionalismo por hacerlas.

Jaciendo: Regionalismo por haciendo.

Jalló: Regionalismo por halló.

Jinchá: Regionalismo por hinchar.

Jodé: Regionalismo por joder. Joder: molestar, fastidiar, destrozar, arruinar, echar a perder. Para expresar enfado, irritación, asombro.

Jue: Regionalismo por fue.

Jueran: Regionalismo por fueran.

Juerza: Regionalismo por fuerza.

Jugá: Regionalismo de jugar.

Jui: Regionalismo por fui.

Jumo: Regionalismo por humo.

Jurungá: Regionalismo por hurgar.

Lamber: Regionalismo por lamer.

Lambiojo: Se le dice así en estos llanos al insecto himenóptero que también llaman avispa en otras regiones de Venezuela.

Las Tres Lagunas: Poblado del Municipio Guayabal.

Levantá: Regionalismo por levantar.

Los Indios: Poblado del Municipio Guayabal.

Llamá: Regionalismo por llamar.

Llevá: Regionalismo por llevar.

Macetazo. Venezolanismo para indicar un golpe con un mazo.

Macetió. Regionalismo por maceteó.

Madrugá. Regionalismo por madrugada, o madrugar.

Mae: Regionalismo por madre.

Mano e" pilón: Venezolanismo. Es parte de instrumental usado antiguamente para pilar maíz.

Mano e" topocho: parte del racimo de este fruto perteneciente a la familia de las musáceas.

Marío. Venezolanismo por marido.

Matá. Regionalismo por matar.

Matalo. Regionalismo por matarlo.

Matates. Regionalismo por mataste.

Maute: Venezolanismo. Becerro de uno o dos años.

Méenese: Regionalismo por muévase.

Metío: Regionalismo por metido.

Morao: Regionalismo por morado.

Moriche: Por to" el moriche. Regionalismo, se dice que es acertada la puntería sobre la cabeza.

Muelto: Regionalismo por muerto.

Mujé: Regionalismo por mujer, para referirse a esposa o pareja.

Namás: Regionalismo por nada más.

Necesidá: Regionalismo por necesidad.

Obligao: Regionalismo por obligado.

Parar: Regionalismo por prestar atención.

Parapara: Población del Municipio Roscio del Estado Guárico.

Parí: Regionalismo por parir.

Pegá: Regionalismo por pegar.

Peldieron: Regionalismo por perdieron.

Peldíos: Regionalismo por perdidos.

Perdé: Regionalismo por perder.

Perico: Poblado del Municipio Guayabal.

Periquera:

Picaresca (Novela): La novela picaresca es un subgénero literario narrativo en prosa de carácter pseudobiográfico, muy característico de la literatura española, si bien trascendió a la literatura europea. Surgió en los años de transición entre el Renacimiento y el Barroco durante el llamado Siglo de Oro español. (De Wikipedia, la enciclopedia libre).

Pitón: Tubo de hierro con el que se remataban algunas armas antiguas.

Platá: Regionalismo para indicar plata, como sinónimo de gran cantidad de dinero.

Pol: Regionalismo por por.

Polque: Regionalismo por porque.

Queje: Regionalismo por "en casa de …".

Rascao: Venezolanismo por emborrachado. Ebrio.

Real: Venezolanismo. Dinero. Moneda fraccionada de Venezuela. Equivale a 50 céntimos de bolívar, (medio bolívar).

Rebullicio: Venezolanismo. Movimiento desordenado y súbito.

Recao: Regionalismo por recado. Mensaje.

Relancina: Regionalismo por rápida, veloz.

Retozar: Dicho de una persona o de un animal: Travesear con otros. Saltar y brincar alegremente. (Diccionario de la Lengua Española). En el llano preferentemente se dice que retozan los animales o los niños, es común oír en el Sur del Guárico: "Los becerros están retozando", o: "estaba retozando como muchacho chiquito".

Rial: Regionalismo por real.

Sacá: Regionalismo por sacar.

Santero: Como americanismo se acepta: Persona que tiene tiendas o comercio de santería. En el llano venezolano también se entiende que santero es el encargado de cargar el santo por los vecindarios.

Sírvalos: Regionalismo por silbarlos.

Taba: Regionalismo por estaba.

Taban. Regionalismo por estaban.

Tacaramajal: Sitio del Municipio San Jerónimo de Guayabal.

Tamos: Regionalismo por estamos.

Tendío: Regionalismo por tendido.

Topocho: Fruto comestible familia del plátano y el cambur. Mano de… Racimo de la fruta.

Tos: Regionalismo por todos.

Traites: Regionalismo por trajiste.

Tranquero: Puerta rústica conformada por rolas de madera colocadas en forma vertical.

Trapiche: Molino para procesar la caña de azúcar.

Truqui-truqui: Regionalismo onomatopéyico por tragar rápido.

Usté: Regionalismo por Usted.

Veldá: Regionalismo por verdad.

: Regionalismo por ver.

Vaina: Venezolanismo. Palabra malsonante, contrariedad, molestia.

Volvaguen: Con esta pronunciación aproximada se refieren en la zona a la marca de vehículos automotores alemana Volkswagen.

Vaquería: Jornada que consiste en salir a la sabana a recoger el ganado.

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ANEXOS

edu.red

A.- Fragmento poco visible de la deteriorada Partida de Nacimiento de Pacheco.

B.- En este espacio debería ir la fotografía del lugar donde nació José Bonifacio Pacheco. La Partida de Nacimiento referida nos informa que el ciudadano Pacheco nació en Hato Viejo, jurisdicción del Municipio Guayabal. La investigación permitió determinar que este Sitio existe, mas los habitantes del lugar no indican que en él, en la primera década del siglo pasado, haya nacido o vivido algún ciudadano de apellido Pacheco.

C.- Este espacio debería estar dedicado a la imagen del lugar donde reposan los restos del personaje de esta Historia de Vida, o la Partida de Defunción. Ninguno de estos testimonios ha podido ubicarse.

edu.red

D.- La fotografía de este llanero de Guayabal no es la de Pacheco, pero bien podría serlo. Es la fotografía de uno de los informantes.

DEDICATORIA

A Andrea y a Serafín, MIS PADRES.

A Caujaral,

caserío llanero donde nació Andrea, MI MADRE,

Jurisdicción del Municipio San Jerónimo de Guayabal.

Pueblo hoy desaparecido por la acción del hombre.

A Usibocabunocu,

aldea indígena donde nació Serafín, MI PADRE,

Jurisdicción del hoy Estado Delta Amacuro.

Pueblo hoy desaparecido por la acción de la naturaleza.

A la naturaleza y a los hombres todos.

Y a la Villa de Todos los Santos de Calabozo,

ciudad donde nací, vivo y he de morir.

RECONOCIMIENTO

"A todos los llanos, llaneros, llanerólogos y llanerófilos con quienes tuve ocasión de comunicarme para esclarecer un poco las realidades acerca de un mundo implacablemente ficcionalizado.".

Especialmente al llanero-llanerólogo-llanerófilo, Adolfo Rodríguez, tutor de la presente, y quien redactó el párrafo que precede.

A la Profesora Irma Mendoza, por Maestra.

A Orlando Arciniegas y Gustavo González, por Profesores.

A Ubaldo Ruiz y Jeroh Montilla, por compañeros.

A Rubén Páez y Héctor Cruz, por llanerófilos que han estado cerca.

Agradezco a quienes me ayudaron a ubicar las Fuentes Orales:

A Yuny Bautista, Freddy Jabano, Luisa Rivero "La Paraulata del Llano" (†), Freddy Hernández "Lambiojo" (†), Francisco Jabano, Pedro Martínez, Trina de Jabano, Argenis Mirabal y Truman Caña, entre otros.

Agradezco a las Fuentes Orales en Guayabal:

A Freddy Jabano, Francisco Jabano, Antonio Navarro, Simón Daniel, Lorenzo Álvarez, Luisa Rivero "La Paraulata del Llano" (†), Emilio José Rodríguez Blanco, Pedro Martínez, Doña Eustoquia "Toca" Colina, Ramón Gutiérrez, Juan Ramón Seijas, Eduardo Ramón Pérez Rojas, José Correa, Carmen Pantoja, Rafael Castro, Presidente del Concejo Municipal del Municipio San Jerónimo de Guayabal, Elia Pantoja, José María Brizuela, Rafaela Carrasquel, Alfredo Ramón Franco y Margarita Orta.

A las Fuentes Orales fuera de Guayabal:

A Reinaldo Ceballos y Luis Gómez, entre otros.

A mi pana Juan Montoya, hoy fallecido, quien me relató toda la historia. Por su inspiración.

Y especialmente a la Ingeniera Ernestina Fajardo Brito, -mi esposa-, quien además de ayudarme a ubicar las fuentes, y grabarlas, luego fue alma y arma del acto de derramar, de la forma más organizada posible, el producto de estas fuentes, -la mayoría de las veces inconsistente y etéreo-, en el presente texto.

 

 

 

 

Autor:

Eduardo López Sandoval

Partes: 1, 2, 3
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