Desigualdades en la distribución de la renta en los países desarrollados (II)
Enviado por Ricardo Lomoro
- Las víctimas silenciosas de la pobreza en las economías avanzadas (I)
- La cortina de humo: la culpa es de las… "víctimas" (o cómo negar la evidencia)
- Los parados de larga duración en los EEUU (de lo cíclico a lo estructural)
- La deslocalización competitiva (una "aniquilación" consentida del trabajador local)
- El coste de la desigualdad (distribución de ingresos y pobreza): actualización de la Hemeroteca (enero 2012 – enero 2013)
- Anexo: El eclipse de la razón
Las víctimas silenciosas de la pobreza en las economías avanzadas (I)
– Antecedentes (decíamos ayer…)
Del Ensayo: El "factor" Bernanke: otro "Maestro" que se cae del tabernáculo (Parte II) – Publicado en Junio de 2013
(Hagiografía -no autorizada- del heterodoxo "socializador" de las pérdidas del sistema financiero)
Apartado 10 – Canción triste de Main Street (el Día de la víctima)
– Los daños colaterales (escrito a principios del año 2012)
¿Coyunturales o estructurales?
De la "macro"…
(Marzo 2011) Entre 1950 y 1990, la época de la antigua forma de luchar contra la inflación en las contracciones por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, la tasa de desempleo en los Estados Unidos posterior a la recesión se reducía en un 32,4 por ciento por término medio durante un año respecto de su valor inicial hacia su tasa natural. Si la tasa de desempleo de los EEUU hubiera comenzado a seguir esa vía después de llegar a su punto máximo en la segunda mitad de 2009, ahora ascendería a 8,3 por ciento, en lugar de a 8,9 por ciento.
(Abril 2011) Estados Unidos reabre el debate sobre si el fenómeno de la globalización -en términos de deslocalización- beneficia o no a la economía del país, concretamente por la debacle que conlleva en materia de empleo. Los datos del Departamento de Comercio pertenecientes a la primera década del siglo XXI muestran que las multinacionales estadounidenses -que dan trabajo al 50% de la población ocupada del país- redujeron en 2,9 millones los puestos laborales en territorio nacional, mientras emplearon a 2,4 millones de personas más en el extranjero.
(Junio 2011) Hace más de tres décadas, el comercio y la tecnología empezaron a abrir una brecha entre las ganancias del nivel más alto y las demás. La paga de los titulados por prestigiosas universidades ha remontado el vuelo. Pero la paga y prestaciones de la mayoría de los trabajadores se han mantenido o bajado. Y la consiguiente división también ha hecho que las familias estadounidenses de clase media se sientan menos seguras.
(Junio 2011) Los datos de los EEUU, el Reino Unido, la periferia de la eurozona, Japón e incluso las economías de los mercados emergentes están dando señales de que parte de la economía mundial -en especial las economías avanzadas- puede estar estancándose, si es que no entrando en una recesión de doble caída. También ha aumentado la aversión global al riesgo, así como la opción de seguir "extendiendo y fingiendo" o "demorando y rezando" sobre Grecia se está volviendo cada vez menos deseable, y es cada vez más probable el fantasma de una salida desordenada.
(Junio 2011) Japón podría enfrentarse a una tercera "década perdida" de débil crecimiento económico que lo obligará a luchar por reducir la peor carga de deuda entre los países desarrollados, según advirtió el lunes la agencia de calificación Moody's.
(Julio 2011) La economía global se encuentra en medio de su segundo "pánico" del crecimiento en menos de dos años. Tendremos que acostumbrarnos a ellos. En un mundo post-crisis, son claras señales de una recuperación fallida.
(Julio 2011) Según una amplia gama de indicadores -el crecimiento del empleo, los niveles de desempleo, el crédito bancario, la producción económica, el crecimiento del ingreso, los precios de las viviendas y las expectativas de los hogares de bienestar financiero- la recuperación de la economía estadounidense desde el final de la recesión, en junio de 2009, ha sido la peor, o una de las peores, desde que el gobierno comenzó a seguir estas tendencias tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
(Julio 2011) En la recesión más reciente y en las dos anteriores -1990-91 y 2001- en los EEUU, los empleadores han sido más rápidos a la hora de despedir empleados y recortar sus horas de trabajo que en las recesiones que las habían precedido. Muchos de ellos también fueron más lentos para volver a contratar. Como resultado, la "recuperación sin empleo" se ha convertido en la norma.
(Agosto 2011) Nos enfrentamos a dos problemas que interactúan: una economía global que está perdiendo la batalla para restaurar el crecimiento y la ausencia de respuestas creíbles de política. Demasiados países parecen centrarse más en los resultados políticos que en el desempeño económico. Los mercados simplemente reflejan estas fallas y riesgos.
(Diciembre 2011) Las perspectivas para la economía mundial en 2012 están claras, pero no son auspiciosas: recesión en Europa, crecimiento anémico en el mejor de los casos en Estados Unidos, y una abrupta desaceleración en China y en la mayoría de las economías emergentes.
(Diciembre 2011) El aumento de la desigualdad -debido en parte a la reestructuración corporativa que ha eliminado empleos- está reduciendo más aún la demanda agregada, porque los hogares, los más pobres y quienes perciben ingresos laborales tienen una mayor propensión marginal a gastar que las empresas, los hogares más ricos y quienes perciben rentas de capital. Por otra parte, a medida que la desigualdad impulsa protestas en todo el mundo, la inestabilidad social y política podría representar un riesgo adicional para el desempeño económico.
… a la "micro"
(Octubre 2009) Un estudio de la Cruz Roja muestra que un número cada vez mayor de personas en Europa está buscando ayuda debido a la crisis económica global.
(Enero 2011) El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, se dirigió a las familias británicas y no escondió la dura situación a la que éstas enfrentan, sino todo lo contrario. Advirtió que en 2011 las familias continuarán viendo recortada su renta disponible, "un precio inevitable que hay que pagar" por la crisis financiera. Con la inflación en tasas preocupantemente altas, el poder adquisitivo de los británicos acabará en 2011 en niveles de 2005, un estancamiento tal que hay que irse 80 años atrás en el país anglosajón para ver algo similar, añadió.
(Febrero de 2011) El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss Kahn, ha alertado el 1 de febrero que el mundo se enfrenta a "la perspectiva de una generación perdida de gente joven, destinada a sufrir durante toda su vida lo peor del desempleo y sus condiciones sociales".
(Febrero 2011) Estados Unidos en los años 70, tenían 20 millones de empleos manufactureros, con una población total de unos 220 millones. A principios del año 2011, sólo se mantienen 12 millones de empleos en las fábricas norteamericanas, pero con una población total de 320 millones de habitantes. En los años 70, Estados Unidos controlaba el 28% de la fabricación mundial de bienes y China sólo el 4%. En enero de 2011 Estados Unidos produce el 20% mundial y China el 19%.
(Febrero 2011) Desde que asumió el cargo el presidente Obama, en enero de 2.009, el número de estadounidenses que necesitan cupones de comidas se ha disparado desde los 32 millones hasta los 43 millones. La tasa de desempleo ha pasado desde el 7% hasta el 9%. Esa es la realidad de la situación.
(Febrero 2011) A lo largo de la crisis, algunos analistas han preferido utilizar en lugar de la tasa oficial de paro en EEUU, una tasa alternativa más amplia que también proporciona el Bureau of Labor Statistics (conocida como U-6). Se trata del indicador que, además de los desempleados, tiene en cuenta a todas aquellas personas que están disponibles para trabajar pero no buscan activamente empleo, y a quienes trabajan a tiempo parcial por razones económicas (como el recorte de horas por la reducción en la producción debida a la crisis). Aplicando esa metodología, el desempleo alcanzó el máximo en octubre de 2009, llegando al 17,4%, y tras bajar y volver a subir, en enero (2011) se sitúa en el 16,1%, el nivel más bajo desde abril 2009. En este caso, también ha caído respecto a diciembre 2010, en el que se situó en el 16,7%.
(Febrero 2011) Para el 90% de los estadounidenses, los ingresos se han mantenido prácticamente invariables durante los últimos diez años. Sin embargo, el 10% restante ha visto crecer su patrimonio a un ritmo creciente. De acuerdo con los datos recogidos por CNNMoney.com, desde la década de los 70 el incremento ha sido constante y las diferencias, cada vez más evidentes. Si en 1950 el 90% de la población controlaba el 68% de la economía, en 2009 un exiguo 10% de los estadounidenses tenían en sus manos casi la mitad de la riqueza del país.
(Mayo 2011) La destrucción de empleo, el repunte del precio de los productos básicos, el encarecimiento de la gasolina y, por su fuera poco, los ajustes impulsados por el gobierno para reconducir sus cuentas públicas que, en última instancia, inciden sobre todos los ciudadanos. Toda una suma de factores que reducen cada vez más la riqueza de los hogares y, como muchos coinciden, hacen plantearse si la clase media estadounidense está en peligro de extinción.
(Mayo 2011) Sólo el 24,9% de los norteamericanos podrían conseguir 2.000 dólares en 30 días, según un estudio publicado por el National Bureau of Economic Research. Annamaria Lusardi de la George Washington School of Business, Daniel J. Schneider de Princeton University y Peter Tufano de la Harvard Business School preguntaron: "¿Cuánto confía usted en que podría conseguir 2.000 dólares si surgiese una necesidad inesperada durante el mes que viene?" Un 24,9% afirmó estar seguro de que podría, un 25,1% dijo que probablemente podría, un 22,2% dijo que probablemente no y un 27,9% que seguro que no.
(Mayo 2011) ¿Estamos condenados a una recuperación sin empleo? ¿Es el futuro uno en el que los trabajos son tan escasos que muchos trabajadores tendrán que aceptar una miseria para encontrar un empleo, y volverse cada vez más dependientes de las transferencias sociales a medida que los salarios del mercado caen por debajo del nivel de subsistencia? ¿O deberían las sociedades occidentales esperar una nueva ronda de magia tecnológica, como la revolución de Internet, que produzca una nueva ola de creación de empleo y prosperidad?
(Junio 2011) España cuenta con una tasa de población en riesgo de pobreza del 19,5%, por encima de la media de la UE-27, que se sitúa en el 16,3% (población en riesgo de pobreza se define a aquellas personas que, incluyendo las transferencias sociales, se sitúan por debajo del umbral de pobreza). Entre los países de la UE la mayor proporción de población en riesgo de pobreza corresponde a Letonia, con un 25,7%, figurando a escasa distancia Rumanía (22,4%) y Bulgaria (21,8%). Lituania supera levemente el 20%, mientras que Estonia y Grecia comparten un 19,7%. España figura en el séptimo lugar de la UE-27 con una tasa de población en riesgo de pobreza del 19,5%, si bien alcanza un 25,2% en la población mayor de 65 años. Mientras, Italia (18,4%), Portugal, el Reino Unido y Polonia (los tres con cifras por encima del 17%) también superan la media europea. La mayoría de países de la UE (16 en total) logran situar el porcentaje de población en riesgo de pobreza por debajo del promedio. Alemania, Malta, Irlanda y Luxemburgo cuentan con cifras en torno al 15%, mientras que Suecia, Dinamarca y Francia ya bajan al entorno del 13%. Austria (12%), Eslovenia (11,3%), Países Bajos (11,1%), Eslovaquia (11%) y sobre todo la República Checa, con tan sólo un 8,6%, figuran entre los países con menor riesgo de pobreza entre su población.
(Septiembre 2011) La tasa de pobreza en Estados Unidos aumentó en 2010 por cuarto año consecutivo hasta el 15,1%, lo que representa 46,2 millones de personas que viven con menos de 1.000 dólares al mes, según los datos divulgados hoy por la Oficina del Censo.
(Septiembre 2011) La desaceleración económica mundial podría generar un fuerte incremento del desempleo en el año 2012 en el conjunto de los países del G20, según un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OCDE.
(Octubre 2011) Según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una organización de investigación financiera independiente, los ingresos medios de la población británica bajarán un 7% hacia finales de la presente década. Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%, vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8 millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad.
(Noviembre 2011) La crisis financiera mundial ha hecho mucha mella en el empleo. La factura en puestos de trabajo ha sido alta en casi todo el mundo. Cicatrizar esta herida costará mucho tiempo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que harán falta cinco años, hasta 2016. Según los cálculos de la agencia dependiente de la ONU, recuperar los niveles de empleo previos al estallido financiero precisa 80 millones de empleos. Sin embargo, "la reciente desaceleración económica" hace que esto no sea posible a corto plazo, por lo que retrasa un año su pronóstico inicial de recuperación.
(Diciembre 2011) Uno de los legados de la última gran bonanza económica vivida entre las grandes potencias y los países emergentes es una brecha mayor entre ricos y pobres. La desigualdad ha aumentado al nivel más alto de los últimos 30 años en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), debido sobre todo a la creciente diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos de un hogar. Lo ha hecho precisamente en esos años de crecimiento, según el informe hecho público ayer por la OCDE con datos de 2008, previos a la Gran Recesión.
(Diciembre 2011) El último informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso sobre la desigualdad no analizaba detalladamente el 1% más alto, pero un informe anterior, que sólo llegaba hasta 2005, sí lo hacía. De acuerdo con ese informe, entre 1979 y 2005 los ingresos después de impuestos y ajustados a la inflación de los estadounidenses con una posición media en la distribución de la renta aumentaron un 21%. El número equivalente para el 0,1% más rico aumentó un 400%.
(Diciembre 2011) La crisis está dejando descolgados a muchísimos jóvenes. En España, 800.000 ciudadanos entre 18 y 24 años ni estudian, ni trabajan. Representan uno de cada cinco, una de las cuotas más elevadas de la Unión Europea. En los tres últimos años han empeorado las cifras de la llamada generación ni-ni. En 2008 suponían el 13,9% de los europeos de 18 a 24 años y en 2010 eran ya el 16,5%, según alerta un reciente estudio del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop). Y todo indica que los datos de 2011 van a ser todavía peores…
La cortina de humo: la culpa es de las… "víctimas" (o cómo negar la evidencia)
– ¿Los pobres son los causantes de la crisis? (Project Syndicate – 19/1/11)
(Por Simon Johnson) Lectura recomendada
Washington, DC.- Estados Unidos sigue desgarrado por un acalorado debate sobre las causas de la crisis financiera de 2007-2009. ¿Hay que echarle la culpa al gobierno por lo que salió mal? Y, si fuera así, ¿de qué manera?
En diciembre, la minoría republicana en la Comisión de Investigación de la Crisis Financiera (FCIC, por su sigla en inglés) intervino con una narrativa de disenso preventiva. De acuerdo con este grupo, las políticas equivocadas del gobierno, destinadas a aumentar la cantidad de propietarios de viviendas entre la gente relativamente pobre, empujó a demasiada gente a contraer hipotecas de alto riesgo que no podían pagar.
Potencialmente, esta narrativa puede ganar mucho respaldo, especialmente en la Cámara de Representantes controlada por los republicanos y en las vísperas de la elección presidencial de 2012. Pero, mientras que los republicanos de la FCIC escriben elocuentemente, ¿tienen alguna prueba para respaldar sus aseveraciones? ¿La gente pobre en Estados Unidos es responsable de causar la crisis global más grave en más de una generación?
No, según Daron Acemoglu del MIT (y autor junto conmigo en otros temas), que presentó sus conclusiones en la reunión anual de la Asociación de Finanzas de Estados Unidos a principios de enero. (Las diapositivas están en su sitio web del MIT.)
Acemoglu desglosa la narración republicana en tres interrogantes diferentes. Primero, ¿hay pruebas de que los políticos estadounidenses responden a las preferencias o deseos de los votantes de menores ingresos?
La evidencia en este punto no es tan definitiva como a uno le gustaría, pero lo que tenemos -por ejemplo, a partir del trabajo de Larry Bartels de la Universidad de Princeton- sugiere que, en los últimos 50 años, prácticamente toda la élite política estadounidense dejó de compartir las preferencias de los votantes de ingresos bajos o medios. Las opiniones de los funcionarios se acercaron mucho más a las que comúnmente se hacen oír en la cima de la distribución de ingresos.
Existen varias teorías con respecto a por qué se produjo este cambio. En nuestro libro 13 banqueros, James Kwak y yo destacamos una combinación del creciente papel que juegan los aportes de campaña, la puerta giratoria entre Wall Street y Washington, y, sobre todo, un cambio ideológico hacia la idea de que las finanzas son buenas, que más finanzas es mejor y que lo mejor son las finanzas sin control. Existe un corolario claro: las voces e intereses de la gente relativamente pobre poco cuentan en la política norteamericana.
La evaluación que hace Acemoglu de la investigación reciente sobre el lobby es que las partes del sector privado querían que se relajaran las reglas financieras -y trabajaron duro e invirtieron mucho dinero para obtener este resultado-. El ímpetu por un gran mercado de hipotecas de alto riesgo surgió del interior del sector privado: "innovación" por parte de prestadores hipotecarios gigantes como Countrywide, Ameriquest y muchos otros, respaldados por los grandes bancos de inversión. Y, para hablar sin rodeos, fueron algunos de los mayores jugadores de Wall Street, no los propietarios excesivamente endeudados, los que recibieron rescates gubernamentales después de la crisis.
Acemoglu luego pregunta si existen pruebas de que la distribución de ingresos en Estados Unidos empeoró a fines de los años 1990, lo que llevó a los políticos a aflojar las riendas en lo que concierne a prestarle dinero a gente que estaba "rezagada". Los ingresos en Estados Unidos, efectivamente, se volvieron mucho más desiguales en los últimos 40 años, pero el momento elegido no encaja con esta historia en absoluto.
Por ejemplo, a partir del trabajo que hizo Acemoglu con David Autor (también del MIT), sabemos que los ingresos correspondientes al 10% que más gana subieron marcadamente durante los años 1980. Los ingresos semanales crecieron lentamente en el caso del 50% que menos gana y del 10% que menos ganaba en ese momento, pero al sector menos favorecido en la distribución de ingresos en realidad le fue relativamente bien en la segunda mitad de los años 1990. De modo que nadie tuvo que pelearla más que este segmento en la víspera de la locura de las hipotecas de alto riesgo, que se produjo a principios de los años 2000.
A partir de datos de Thomas Piketty y Emmanuel Saez, Acemoglu también señala que la dinámica de la distribución de ingresos para el 1% que más gana en Estados Unidos parece diferente. Como sugirieron Thomas Philippon y Ariell Reshef, el marcado incremento de este grupo en el poder de ingresos parece más relacionado con la desregulación de las finanzas (y quizás otros sectores). En otras palabras, los grandes ganadores de la "innovación financiera" de todo tipo en las últimas tres décadas no fueron los pobres (ni siquiera la clase media), sino los ricos –la gente que ya cobraba mucho.
Finalmente, Acemoglu examina el papel del respaldo del gobierno federal a la vivienda. Sin duda, Estados Unidos durante mucho tiempo ofreció subsidios a la vivienda ocupada por sus dueños -principalmente a través de una deducción impositiva para los intereses hipotecarios-. Pero este subsidio en absoluto explica el momento del auge del sector inmobiliario y de los descabellados préstamos hipotecarios.
Los republicanos de la FCIC acusan con firmeza a Fannie Mae, Freddie Mac y otras empresas patrocinadas por el gobierno que respaldaron los préstamos para la vivienda mediante garantías de diferentes tipos. Tienen razón cuando dicen que Fannie y Freddie eran "demasiado grandes para quebrar", lo que les permitió pedir dinero prestado a un menor costo y asumir más riesgo -con un escaso financiamiento de capital para respaldar su exposición.
Pero, si bien Fannie y Freddie se lanzaron a hipotecas dudosas (particularmente aquellas conocidas como Alt-A) e hicieron operaciones con prestadores de alto riesgo, esto representaba algo relativamente pequeño y surgió tarde en el ciclo (por ejemplo, 2004-2005). El principal ímpetu para el auge surgió de toda la maquinaria de la securitización de "sello privado", que era justamente eso: privado. De hecho, como señala Acemoglu, los poderosos jugadores del sector privado consistentemente intentaron marginar a Fannie y Freddie y excluirlas de los segmentos de mercado en rápida expansión.
Los republicanos de la FCIC están en lo cierto al ubicar al gobierno en el centro de lo que salió mal. Pero este no fue un caso de sobrerregulación o de exceso de alcance. Por el contrario, 30 años de desregulación financiera, que fue posible gracias a que se cautivó el corazón y la mente de los reguladores, y de políticos tanto republicanos como demócratas, le dieron a una estrecha élite del sector privado –principalmente en Wall Street- casi todas las ventajas del auge inmobiliario.
La parte negativa recayó en el resto de la sociedad, en especial en las personas de bajo nivel educativo y mal remuneradas, que ahora perdieron sus casas, sus empleos, las esperanzas para sus hijos o todo a la vez. Esta gente no causó la crisis. Pero está pagando por ella.
(Simon Johnson, ex economista principal del FMI, es cofundador de un importante blog de economía, http://BaselineScenario.com, profesor en el MIT Sloan y miembro sénior en el Instituto Peterson para la Economía Internacional. Su libro, 13 banqueros, que escribió junto con James Kwak, está actualmente disponible en tapa blanda. Copyright: Project Syndicate, 2011)
"Las ganancias del cuarto trimestre de las mayores compañías de Estados Unidos han sido excepcionalmente vigorosas, con importantes avances en los sectores de telecomunicaciones y energía y una recuperación en los servicios financieros". (The Wall Street Journal – 1/2/11)
Excluyendo a las compañías financieras, cuyas pérdidas de 2009 sesgaron los resultados, las utilidades de las empresas del Standard & Poor's 500 crecieron 17% tomando como base los resultados reportados por compañías que representan 54% del valor del índice. Más de 50% de las empresas del índice ya han divulgado sus resultados.
S&P calcula que el crecimiento de las ganancias será de alrededor de 51% en 2010, un incremento porcentual solamente superado por el récord de 243% en 2009 y el avance de 77% en 2003.
– "Maquillaje" (el "efecto desánimo" altera las cifras reales del paro en los EEUU)
"Conocíamos recientemente la noticia de que la tasa de desempleo en EEUU bajó al 9% en enero, desde el 9,4% en el anterior mes, lo que supone 600.000 personas desempleadas menos. Además, la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics, BLS) estadounidense revisó al alza los datos de creación de empleo de los dos anteriores meses (noviembre y diciembre)"… El "efecto desánimo" maquilla el paro de EEUU (Libertad Digital – 15/2/11)
Una buena noticia que, sin embargo, escondía un dato menos halagüeño: el número de empleos creados durante el primer mes de 2011 fue el más bajo en cuatro meses. Lo que es peor, este número estuvo muy por debajo de las estimaciones (36.000 frente a alrededor de 145.000).
Los recientes desarrollos en el mercado laboral estadounidense no proporcionan una imagen nítida e inequívoca de la situación actual y la que se espera en los próximos meses. En función de dónde se ponga el énfasis y los datos que se proporcionen, uno podrá ver las cosas de una manera o de otra.
Sí parecen existir avances en la buena dirección en los últimos meses. Así, por ejemplo, la intensa destrucción de empleo que se vio en 2009 se revirtió en 2010, y el desempleo comienza a remitir. Sin embargo, conviene tener en cuenta ciertos factores preocupantes que oscurecen en parte las buenas noticias en creación de empleo y bajada de la tasa de paro.
Uno de estos factores es la fuerte reducción en la tasa de participación en la fuerza laboral que se ha producido en los últimos años, especialmente tras 2008, como consecuencia de la crisis. Esta tasa se define como la fuerza laboral como porcentaje de la población mayor de 16 años y que no pertenece a las Fuerzas Armadas ni otras instituciones como las prisiones. Como puede observarse en el gráfico, esta tasa sigue cayendo con intensidad en la actualidad, mientras que el desempleo se está reduciendo.
En mayor perspectiva histórica, la tasa de participación en la fuerza laboral se ha situado recientemente en niveles que no se veían desde mediados de la década de los 80. Esta bajada tiene una manifestación en el aumento en el número de trabajadores "desanimados", aquéllos que dejan de buscar activamente empleo porque creen que no hay trabajos disponibles que se ajusten a sus características.
Según el BLS, los desanimados son un subgrupo de aquéllos que no forman parte de la fuerza laboral, pero que desean y están disponibles para trabajar, que han buscado un empleo en el último año, pero que no son contados como desempleados porque no buscaron activamente trabajo en las cuatro semanas previas a la encuesta (método por el cual se llega a los datos finales de empleo).
El anterior gráfico proviene de los datos del BLS y contabiliza a aquéllos trabajadores desanimados. La buena noticia es que en los datos de enero (2011) ha habido una importante caída en este número, pasando de 1.318.000 en diciembre (2010) a 993.000 en enero (2011). No obstante, cuantitativamente, este grupo no es apenas relevante para explicar los movimientos del empleo.
A lo largo de la crisis, algunos analistas han preferido utilizar en lugar de la tasa oficial de paro, una tasa alternativa más amplia que también proporciona el Bureau of Labor Statistics (conocida como U-6). Se trata del indicador que, además de los desempleados, tiene en cuenta a todas aquellas personas que están disponibles para trabajar pero no buscan activamente empleo, y a quienes trabajan a tiempo parcial por razones económicas (como el recorte de horas por la reducción en la producción debida a la crisis).
El siguiente gráfico muestra la evolución de esta tasa en la última década, en la que se observa el mismo perfil respecto a la tasa oficial. Alcanzó el máximo en octubre de 2009, llegando al 17,4%, y tras bajar y volver a subir, en enero (2011) se sitúa en el 16,1%, el nivel más bajo desde abril 2009. En este caso, también ha caído respecto a diciembre 2010, en el que se situó en el 16,7%.
Otro factor preocupante, es la intensa divergencia que se ha abierto en el desempeño del empleo en el sector privado frente al sector público. Esta divergencia se ve claramente observando el contraste entre los dos siguientes gráficos. El primero indica el número de empleados en trabajos no agrícolas por el sector público, mientras que el segundo contabiliza a los empleados del sector privado.
Situándonos a principios de 2010 podemos observar cómo el número de empleados del sector privado alcanzó un mínimo, mientras que los empleos del sector público no habían notado en absoluto los efectos de la crisis. El boom económico que ha experimentado durante la crisis el área de la capital administrativa del país, Washington D.C., es una manifestación de esta situación.
No sólo esto sino que, en términos de salarios, éstos han crecido en promedio a ritmos mayores para los empleados del sector público que para los del sector privado en la última década.
Según el BLS, desde 2001 a 2009 los salarios anuales medios privados crecieron un 24,9%; los del Estado en general un 30,1%; y los de los empleados del Gobierno federal crecieron un 38,4%.
Sin embargo, el problema más serio del mercado laboral estadounidense es, probablemente, el del elevado aumento de los parados de larga duración.
Los parados de larga duración en los EEUU (de lo cíclico a lo estructural)
"El 45% de los parados de EEUU llevan más de 27 semanas buscando trabajo. Ni el gasto público ni la política monetaria ayudan a solventar este problema"… Los parados de larga duración crecen a un ritmo sin precedentes en EEUU (Libertad Digital – 22/2/11)
Tal y como admiten desde el BLS, ha habido un incremento sin precedentes en el número de personas en una situación de desempleo de muy larga duración durante la recesión actual". Cerca del 11% de todos los parados habían estado buscando trabajo durante alrededor de 2 años o más en el cuarto trimestre de 2010, añaden.
Por ello, la oficina estadística ha decidido hacer un cambio en su metodología. Mientras que antes contabilizaban a los parados de larga duración hasta 2 años, a partir de ahora lo amplían hasta 5 años. A medida que el número de parados de muy larga duración se hace relevante cuantitativamente, se hace conveniente tenerlos en cuenta en las estadísticas, de ahí el cambio.
Un gráfico que ilustra esta cruda realidad reciente del mercado de trabajo norteamericano es el siguiente, que muestra la duración (en semanas) media de los desempleados desde 1950.
Algo parece ir muy mal en la economía en general, y en el mercado laboral en particular. Todavía se desconoce si esta preocupante realidad remitirá cuando la economía se recupere, volviendo así a la normalidad. Pero al menos en estos momentos, la imagen de que en Estados Unidos las personas que pierden su empleo lo vuelven a encontrar enseguida, no se ajusta a los datos. No obstante, no todo es desesperanza. Algunos estadounidenses no se quedan de brazos cruzados ante la incapacidad de encontrar empleo por cuenta ajena, y están comenzando a trabajar por su cuenta y riesgo, como informa Los Angeles Times.
La ingente cantidad de personas que ha perdido su empleo, especialmente intenso en el sector de la construcción, no parece capaz de encontrar un nuevo trabajo. Esto es problemático en sí mismo, pero también porque aquellas personas que permanecen durante largo tiempo fuera del mercado laboral se deprecian, pierden destrezas y habilidades, reduciéndose así aún más sus posibilidades para encontrar empleo.
En cuanto a las causas de este fenómeno, se señalan varias. Por un lado, varios analistas atribuyen este problema a la necesidad de que estas personas adquieran distintas destrezas y cualificación que los hagan atractivos para sectores diferentes a la construcción (u otros sectores en declive), tesis que no convence en absoluto a otros, como Paul Krugman.
Por otro, la incertidumbre que todavía persiste entre los empresarios, en buena parte amplificada por las políticas de la Administración Obama, no favorece a la contratación de nuevos trabajadores ni a la puesta en marcha de nuevos proyectos empresariales que absorban la mano de obra ociosa.
Como señala Robert Higgs, "el reto más importante del Gobierno es restaurar la confianza perdida. Hasta que las perspectivas económicas no sean más claras y brillantes, el mercado laboral, en el mejor de los casos, solo continuará la ligera y tímida mejora que vimos en 2010". Además, también se ha señalado a la prolongación de las prestaciones por desempleo, cosa que se discute por otros economistas.
En cualquier caso, ante este problema los estímulos fiscales y monetarios no parecen soluciones efectivas; ya sea porque el mayor gasto público o la inyección monetaria no consiguen ajustar las destrezas de los trabajadores a lo que demandan los empresarios, o porque estas medidas no generan las bases del crecimiento económico de largo plazo.
En este sentido, se han expresado distintos responsables del banco central norteamericano (FED). Ben Bernanke, su presidente, afirmó en octubre (2010) que la FED no es capaz de transformar a los trabajadores de la construcción en trabajadores de la industria, apuntando a esta cuestión.
Según el vicepresidente de la FED de St. Louis, quien criticó la segunda ronda de estímulos monetarios, la política de la FED puede hacer poco para que se genere empleo debido a que parte del desempleo es "estructural", es decir, que existe un desajuste entre las destrezas que los trabajadores tienen y las que demandan los empresarios. En la misma línea habló Charles Plosser, presidente de la FED de Philadelphia, en una reciente entrevista con The Wall Street Journal.
Tampoco tiene por qué solucionar estos problemas el dedicar grandes cantidades de dinero público a educación. Por un lado, porque gastar más para solucionar un problema no asegura de ninguna manera que ese problema se vaya a resolver, mas cuando son cuestiones complejas cuyas causas pueden ser variadas, como el caso de la educación.
Por otro, algunos analistas señalan las dificultades que están comenzando a tener los jóvenes estadounidenses con alta cualificación para encontrar un empleo acorde con su preparación, lo que genera insatisfacción. De hecho, algunos hablan de "burbuja en la educación": demasiada gente estudiando carreras universitarias para lo que puede absorber la economía productiva (cuando podían tomar caminos alternativos, como la apertura de negocios propios).
Malos tiempos (y lo que te rondaré, morena…)
"La economía estadounidense recordará 2011 como un mal año. Los mercados financieros tienen problemas y aparecen señales de advertencia. El precio del petróleo no deja de subir, el mercado inmobiliario experimenta grandes problemas, la vida se encarece para las familias y las revueltas en Oriente Medio y África junto a la situación en Japón no hacen más que desestabilizar el panorama internacional"… Malos tiempos para la economía de EEUU (El Economista – 24/3/11)
Desde la crisis de 2008 el sistema financiero, lejos de estabilizarse, cada vez parece ser más vulnerable. Según asegura The American Dream, los grandes desequilibrios financieros a nivel mundial llegarán a un "punto de inflexión" y será entonces cuando la economía estadounidense experimente graves problemas.
A marzo de 2011, estos son algunos de los indicadores que hacen prever lo peor en el país norteamericano:
1. La gasolina está a punto de rebasar el precio psicológico de los 4 dólares en algunas zonas del país. El precio medio en San Diego es de 3.977 dólares y de 3.955 en Riverside y San Bernardino.
2. El precio del petróleo subió cerca de la marca de los 105 dólares, lo que augura más subidas para los consumidores en el precio de la gasolina.
3. En el pasado mes de febrero, los precios de los alimentos aumentaron al mayor ritmo conocido desde hace 36 años.
4. Para colmo, el coste de la vida en Estados Unidos alcanzó un nuevo máximo en febrero, según aseguraron fuentes gubernamentales.
5. Según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, las ventas de casas ya existentes en Estados Unidos descendieron un impresionante 9,6% en febrero y los datos de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios aseguran que el precio medio de una casa es el más bajo en nueve años.
6. Algunos expertos creen que el desplome inmobiliario se agravará. El destacado analista de la vivienda Gary Shilling advierte que los precios de la vivienda tenderán a caer otro 20%.
7. En cuanto a las hipotecas, la Asociación de Banqueros Hipotecarios asegura que unos 8 millones de estadounidenses tienen pendiente por lo menos un mes de atraso en sus pagos.
8. Según la Oficina del Censo de EEUU, el número de nuevos permisos de construcción bajó en febrero un 20,5% y en palabras de John Carney, de CNBC, un gran descenso en los permisos de construcción suele indicar que se acerca una recesión.
9. El 31% de los propietarios de viviendas que respondieron a una reciente encuesta de Rasmussen Reports indican que se sienten con el agua al cuello en el pago de sus hipotecas.
10. Las familias cada vez tienen más deudas y se quejan de la presencia de 'cobradores de deudas', que ha aumentado un 17% respecto al año pasado.
11. Meredith Whitney advierte que, aunque puede tardar, todavía veremos una ola de incumplimientos de bonos municipales por valor de cientos de miles de millones de dólares.
12. En el panorama internacional, la guerra en Libia está ejerciendo una presión al alza sobre el precio del petróleo, y esto no es más que otra carga para la economía estadounidense.
13. Yemen, Egipto, Costa de Marfil… buena parte de Oriente Medio y África viven revoluciones o problemas graves de estabilidad. Estos factores también afectan a la estabilidad económica mundial.
14. Los daños del tsunami en Japón afectan directamente a los trabajadores americanos. GM ha tenido que alterar su producción debido a los problemas con el abastecimiento.
15. Hay indicios de que la cantidad de radiación liberada por el daño causado en Fukushima es mucho mayor de lo que se ha asegurado. En caso de que los niveles de radiación continuaran aumentando en el norte y centro de Japón es posible que muchas personas fuesen evacuadas de Tokio, algo que sería devastador para la economía mundial.
Con este panorama futuro, ¿qué esperanza les queda a las familias de clase media estadounidenses? ¿qué pueden hacer? Según The American Dream, los estadounidenses deben ahorrar dinero, aunque ello signifique sacrificar vacaciones o compras superficiales. Es el momento oportuno para saldar las deudas, antes de que la crisis empeore y con ello la situación general…
Así y todo, la "América corporativa", erre que erre, sigue adelante con la deslocalización
"Estados Unidos reabre el debate sobre si el fenómeno de la globalización -en términos de deslocalización- beneficia o no a la economía del país, concretamente por la debacle que conlleva en materia de empleo. Los datos del Departamento de Comercio pertenecientes a la primera década del siglo XXI muestran que las multinacionales estadounidenses -que dan trabajo al 50% de la población ocupada del país- redujeron en 2,9 millones los puestos laborales en territorio nacional, mientras emplearon a 2,4 millones de personas más en el extranjero"… Las multinacionales de EEUU recortan empleo nacional, pero contratan en el extranjero (El Confidencial – 22/4/11)
Los datos fueron recogidos en el periódico estadounidense The Wall Street Journal en un artículo publicado en la tercer semana de marzo (2011). Las cifras contrastan con las relativas a la década de los 90, cuando el número de trabajadores que constituían dichas compañías experimentó un aumento en el total de empleados que ejercían tanto en el interior como en el exterior del país. De este modo, durante los últimos diez años del siglo XX, el incremento acumulado de empleados dentro de EEUU fue de 4,4 millones, mientras en el exterior se produjo un aumento de 2,7 millones de personas empleadas.
En este sentido, The Wall Street Journal señala que la tendencia subraya la creciente importancia que están adquiriendo otras economías, con los países asiáticos al frente, para las multinacionales estadounidenses, mientras queda en evidencia la vulnerabilidad de Estados Unidos para el propio país en una época de estancamiento en la creación de empleo y salarios congelados. Los analistas más críticos apuntalan que los datos podrían reflejar una pérdida de atractivo de Estados Unidos como territorio en el que las grandes compañías puedan invertir y contratar.
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