Psicología educativa (el aprendizaje), por Victor H. Sarmiento C.
Enviado por Ing.+ Licdo. Yunior Andrés Castillo Silverio
- Panorama general de la psicología
- Psicología
- Naturaleza del aprendizaje y factores concomitantes
- Los conocimientos
¿Qué es el aprendizaje? ¿Cómo aprenden las personas? Aparte de las diferencias cuantitativas, ¿hay diferencias cualitativas con respecto al producto del proceso de aprendizaje? ¿Se producen cambios en el sistema nervioso como resultado del aprendizaje? Esas son, sin duda, preguntas que los buenos profesionales en el campo de la educación y lo futuros educadores que se forman en los institutos normales y las universidades se formulan, porque forman parte de su preocupación por conocer y comprender ese fenómeno psicológico. Esa preocupación es comprensible porque el objetivo inmediato de la labor educativa en general y de la enseñanza en particular es promover y lograr aprendizajes. Por otra parte, cuanto más se profundice en ese conocimiento, mayores posibilidades habrán de desarrollar técnicas adecuadas de enseñanza. Pues bien, en esta obra, que es la continuación ampliada y mejorada de otra obra anterior, Introducción a la Psicología Educativa: Proceso de Aprendizaje, se expone información pertinente obtenida mediante revisión bibliográfica, praxis educativa y sistematización de conocimientos dispersos en diversos campos de la ciencia para ampliar la teoría general del aprendizaje, profundizar en su análisis y proponer teorías adicionales tanto sobre los tipos de conocimientos como sobre sus niveles de complejidad.
La educación como actividad formativa por excelencia no puede prescindir de los aportes de la ciencia; antes, al contrario, debe recurrir a ella para encontrar respuestas a las preocupaciones profesionales que acompañan a diario el quehacer educativo. Y en el caso presente, una de las ciencias que más ha contribuido a comprender los procesos cognitivos, afectivos y de comunicación en el ámbito educativo ha sido la psicología. Esta obra toma como objeto de estudio un proceso cognitivo muy importante: el aprendizaje, y procura abarcar en lo posible todos los aspectos que permitan comprender esa función psicológica tan importante en el ser humano e indirectamente ayuden a diseñar estrategias, técnicas y actividades de enseñanza que optimicen el aprovechamiento escolar y académico de los estudiantes.
El enfoque que se adopta no es parcial, es decir, desde el punto de vista de una teoría en particular o de un paradigma psicológico exclusivo. Más bien se adopta un enfoque panorámico global que incluye los aportes teóricos y metodológicos de los diversos paradigmas psicológicos que han surgido y han dominado el escenario científico a lo largo del siglo XX e inicios de este siglo; desde el estructuralismo fundado por Wilhelm Wundt hasta la moderna biopsicología apoyada por la investigación fructífera de las neurociencias. Un enfoque de esta naturaleza permite, en primer lugar, estudiar tanto la conducta observable como los fenómenos mentales de los seres humanos; en segundo lugar ayuda a evaluar con mayor objetividad las teorías correspon-dientes a cada paradigma.
Esta obra está constituida por tres unidades: la primera parte está dedicada a las bases conceptuales, metodológicas e históricas de la psicología así como a la teoría general de aprendizaje; luego se desarrollan temas que tienen que ver con funciones y procesos complementarios del aprendizaje; finalmente se expone información sobre las principales teorías del aprendizaje que se estudian en los ámbitos académicos así como dos temas sobre la inteligencia.
El autor desea agradecer a la Universidad Salesiana de Bolivia por haberle dado la oportunidad de formar parte de su planta de catedráticos dentro del plan bienio para la formación académica de los docentes del sistema escolar en la carrera de licenciatura en Ciencias de la Educación. Los agradecimientos también se hacen extensivos a los estudiantes y profesionales que acogieron favorablemente la obra anterior a esta y contribuyeron con sus opiniones y críticas constructivas para elaborar esta nueva obra: Psicología Educativa: El Aprendizaje.
Panorama general de la psicología
Una de las preocupaciones más importantes que surgen en la compleja labor educativa que se desarrolla en el aula es la que se relaciona con el aprendizaje. Los docentes quieren saber cómo pueden lograr la adquisición de conocimientos en el aula del modo más efectivo posible, y acuden a su iniciativa, a su marco de referencias o conocimientos acumulados, a la observación del trabajo profesional de sus colegas más experimentados y al marco teórico que les proporcionan las disciplinas educativas tales como la pedagogía en general, la didáctica en particular, la teoría del currículo y la psicología para perfeccionar gradualmente sus métodos y técnicas de enseñanza.
Una de las formas de hallar respuestas a las interrogantes, o soluciones a los problemas relacionados con el trabajo en el aula es acudir a los conocimientos que ofrece la ciencia. Durante los últimos cien años y algo más, la ciencia, a través de la psicología y las neurociencias, ha buscado respuestas, ha puesto a prueba hipótesis, ha perfeccionado sus técnicas e instrumentos de investigación, ha acudido a tecnología sofisticada y ha realizado descubrimientos notables que pueden ayudar a los educadores a comprender los procesos cognitivos —entre ellos el aprendizaje— de los educandos y de ellos mismos para mejorar su labor educativa en el aula.
En este capítulo de introducción estableceremos algunas bases conceptuales y metodológicas, aparte de efectuar un repaso de los paradigmas psicológicos que orientaron el desarrollo de la investigación científica en ese campo así como la elaboración de teorías desde la última parte del siglo XIX.
P. G. Zimbardo, citado por R. Gross[1](p. 6) define la psicología como "el estudio científico de la conducta de los individuos y de sus procesos mentales". También podemos expresar la siguiente definición al respecto: la psicología es la ciencia que estudia la conducta y los procesos mentales de los individuos en cualquier situación en la que se manifiesten, desde la interacción familiar o social cotidiana hasta el lugar de trabajo, incluyendo la escuela.
La conducta y el comportamiento se refieren a acciones observables ta-les como la expresión oral, los gestos, las reacciones, las acciones, las actividades físicas y los cambios fisiológicos. Los procesos mentales tienen que ver con la atención, la percepción, la memoria, el pensamiento y los procesos afectivos.
Las definiciones presentadas integran principalmente dos paradigmas psicológicos: la psicología conductista (cuyo objeto de estudio es la conducta observable) y la psicología cognitiva (cuyo objeto de estudio son los procesos mentales). Los términos conducta y comportamiento son sinónimos, pues el diccionario define la conducta como la manera en que los hombres se comportan en su vida y acciones.
1.2. PSICOLOGÍA EDUCATIVA En la obra de A. Woolfolk (p. 11) se define la psicología educativa como la "disciplina que se ocupa de los procesos de enseñanza y aprendizaje; aplica los métodos y teorías de la psicología y también tiene los suyos".
Por otra parte, Berliner, citado por la misma autora, da a entender que la psicología educativa estudia "lo que la gente piensa y hace conforme enseña y aprende un currículum particular en un entorno específico, donde se pretende llevar a cabo la educación y capacitación" (Woolfolk: 11). La expresión lo que la gente piensa hace referencia a los procesos mentales, y la expresión hace se refiere a la conducta.
De otro modo podemos decir que la psicología educativa es la ciencia que estudia la conducta y los procesos mentales de los individuos en situaciones y ambientes educativos.
Ahora bien, las obras de psicología educativa —que debieran ser de ciencia pura— tienden a convertirse en obras de tecnología educativa, es decir, ciencia aplicada, lo cual les conduce a tomar como objeto de estudio temas que corresponden a los campos de la didáctica, el currículo, la evaluación educativa y aún la estadística. Esto, por supuesto, ha hecho que se descuide el objeto propio de estudio de la psicología educativa: la descripción y explicación de fenómenos conductuales, cognitivos y afectivos estrechamente relacionados con la actividad educativa. La psicología educativa debe ser una ciencia pura, no una tecnología.
Por lo tanto, es pertinente señalar que el objeto de estudio de los métodos y técnicas de enseñanza debe ser propio de la didáctica; la planificación educativa debe corresponder a la asignatura de diseño curricular; la evaluación de los procesos educativos, a la asignatura de evaluación educativa, y el estudio general de los componentes de un proceso educativo junto con otros temas generales de la educación, a la pedagogía.
1.3. MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN DE LA PSICOLOGÍA La psicología en general así como la psicología educativa en particular aplican el método científico tal como se lo entiende en el paradigma positivista-empirista o los métodos científicos como dicen los paradigmas pospositivistas. Por otra parte en el estudio de la conducta y los procesos mentales de los individuos se han aplicado y se aplican enfoques tanto cuantitativos como cualitativos.
Aparte de ello, en la investigación científica se deben aplicar técnicas específicas de recopilación, procesamiento e interpretación de datos. Por ejemplo, para la recopilación de datos existen cuatro grandes grupos de técnicas: observación, experimentación, encuesta y medición. Cada uno de ellos incluye a su vez muchas técnicas específicas. Para el procesamiento e interpretación de datos existen técnicas cuantitativas estadísticas tales como las medidas de tendencia central, las medidas de dispersión, los coeficientes de correlación y las pruebas de hipótesis; pero también existen técnicas cualitativas para procesar e interpretar descripciones densas y narraciones caracte-rísticas de este tipo de investigación 1.
1.4. PARADIGMAS PSICOLÓGICOS CONTEMPORÁNEOS El cuerpo de conocimientos de la psicología en general y de la psicología educativa en particular se ha elaborado desde la perspectiva de diferentes paradigmas, particularmente desde fines del siglo XIX. En opinión del autor de esta obra, conocer el objeto de estudio, los métodos de investigación y los descubrimientos o las conclusiones de cada una de ellos contribuye a entender con mayor claridad el contenido de las innumerables obras sobre psicolología general y sus diversas ramas. En este apartado se destacará lo que interesa aplicar en el ámbito educativo.
1.4.1. Estructuralismo Los primeros esfuerzos por hacer de la psicología una ciencia experimental corresponden a Wilhelm Wundt (1832-1920), filósofo, psicólogo y fisiólogo alemán. Él estableció en 1879 el primer laboratorio psicológico en la Universidad de Leipzig, Alemania. La corriente psicológica iniciada de ese modo se denominó estructuralismo.
Analizar la experiencia consciente en busca de sus sensaciones y sentimientos elementales fue el objetivo propuesto por Wundt. De ahí se desprende que su objeto de estudio consistió en la experiencia consciente de los seres humanos. Como método de investigación aplicó la introspección, es decir, la observación y el análisis de los propios procesos mentales conscientes. Para ello trabajaba con universitarios entrenados para realizar el proceso de introspección.
Lo que conviene rescatar de ese paradigma para su aplicación en el aula en particular y en el proceso educativo en general es el método. La introspección se puede aplicar para tratar de conocer indirectamente los procesos cognitivos del alumno cuando aprende, resuelve un problema o realiza una operación matemática, pidiéndole, por ejemplo, que diga cómo lo hizo. De ese modo se puede descubrir aciertos y errores en su proceso de aprendizaje. También es conveniente aplicar la introspección en la educación de la inteligencia emocional, particularmente en el reconocimiento de emociones y sentimientos cuando están ocurriendo. Pero un campo muy importante de aplicación es el desarrollo de la metacognición, es decir, la adquisición de habilidades para pensar sobre el pensamiento, sobre los procesos mentales que intervienen en la cognición (percepción, memoria, razonamiento, etc.) y la conciencia de los conocimientos que uno posee. Sobre el particular son pertinentes preguntas como las siguientes: ¿Qué temas conoces acerca de la historia de Bolivia? ¿Cómo aprendes mejor, escuchando, leyendo, ?
1.4.2. Teoría psicoanalítica En 1900, Sigmund Freud publica su obra La inter-pretación de los sueños, y de ese modo surge una nueva corriente que usualmente se la denomina te-oría psicoanalítica. Esta teoría puso énfasis en el estudio de los procesos inconscientes del ser humano como los principales motivadores del comportamiento y la causa principal de los tras-tornos psicológicos.
Hoy en día se puede realizar una comple-mentación fructífera —con las respectivas correc-ciones— a esta teoría a partir de los descubrimientos de las neurociencias acerca del papel importante que desempeña el sistema límbico de nuestro cerebro en los procesos emocionales e inconscientes. En los días de Freud este conocimiento no estaba claramente disponible.
La teoría psicoanalítica utilizó métodos de investigación tales como la observación en un ambiente clínico, acompañada de entrevistas clínicas, y la interpretación.
Entre los muchos conocimientos rescatables de esa corriente para su aplicación en el ámbito educativo podemos mencionar la importancia del desarrollo del superyó (superego) como la rama moral o crítica de la personalidad, aquella que en la niñez se representa como la voz internalizada de los padres y los adultos responsables de su educación, y posteriormente como la conciencia y las pautas morales del individuo, que lo guían a lo largo de la vida. La moral del niño es, en cierto modo, heterónoma; es decir refleja lo que le enseñan sus padres y educadores tanto con la palabra como con el ejemplo. Posteriormente irá adquiriendo autonomía con respecto a los valores que él querrá cultivar.
1.4.3 Psicología Gestalt A partir de 1912, año en que Wertheimer publicó un artículo sobre sus experimentos con relación a la percepción2, se desarrolla un nuevo paradigma que llega a denominarse psicología Gestalt o simplemente Gestalt (vocablo alemán que puede traducirse como estructura, hechura, organización o configuración). Fueron cuatro los principales psicólogos que contribuyeron a la conformación y desarrollo de esta corriente: Max Wertheimer (1880-1943), Kurt Koff-ka (1886-1941), Wolfgang Köhler (1887-1967) y Kurt Lewin (1890-1947).
Los psicólogos de esta corriente concentraron sus investigaciones en los procesos de percepción y aprendizaje. Lewin realizó investigaciones en temas referidos a psicología social. Todos ellos aplicaron los métodos de experimentación y observación.
Entre las hipótesis destacables de este paradigma podemos mencionar aquella que afirma que el ser humano tiene la capacidad de percibir totalidades organizadas, formas previsibles, aun cuando falten elementos en el objeto o la situación que se percibe. A esa capacidad se la denomina principio del cierre perceptual.
1.4.4. Conductismo El año 1913, John Broadus Watson, psicólogo de nacionalidad estadounidense estableció las bases de otro paradigma: la psicología conductista o conductismo. En su determinación influyeron notable-mente las investigaciones de Iván Pavlov, fisiólogo ruso, sobre los reflejos condicionados y los métodos de investigación de las ciencias naturales.
Watson rechazó el estudio de los procesos mentales porque consideraba que no eran susceptibles de examen científico y también rechazó la introspección como método de estudio, debido a lo que también consideraba su escasa confiabilidad y subjetividad inherente. Por otra parte, combinó en un solo sistema diversas teorías tales como el pragmatismo filosófico de William James, el funcionalismo psicológico de John Dewey y el condicionamiento clásico de Iván Pavlov Para el conductismo, el objeto de estudio de la psicología es la conducta manifiesta y observable del organismo (tanto del ser humano como de los animales) y se hace distinción entre conducta explícita y conducta implícita. La primera se refiere a todas las actividades observables; la segunda se refiere a la secreción de las glándulas, algunas contracciones musculares y las funciones tanto viscerales como nerviosas.
La conducta se describe esencialmente en términos de estímulo y respuesta. El estímulo es "cualquier modificación del ambiente"3: una tarea, una pregunta, una provocación, un obstáculo, etc. La respuesta es la reacción observable ante el estímulo en términos de acciones, palabras o reacciones fisiológicas.
Los conductistas privilegian el método experimental para realizar sus investigaciones científicas. Ese método, por supuesto, tiene que ir acompañado de la observación directa.
Años más tarde, Burrhus Frederic Skinner (1904-1990), también ciudadano estadounidense contribuyó a la teoría conductista con los conceptos de condicionamiento operante y refuerzo. Se preocupó especialmente por el proceso de aprendizaje y destacó el refuerzo —o contingencia de refuerzo— como el verdadero factor promotor del aprendizaje. El refuerzo se refiere a las expresiones de aprobación o rechazo con relación a las respuestas dadas o las conductas emitidas por el sujeto de observación y a recompensas materiales.
Entre las enseñanzas rescatables del conductismo para el ámbito educativo podemos mencionar las siguientes:
a) Basarse en conductas observables del alumno para emitir juicios acerca de los aprendizajes que va logrando, su nivel de conocimientos y su comportamiento social.
b) Experimentar prácticas innovadoras de enseñanza o aprendizaje, tomar nota cuidadosa de los resultados observables y comparar con grupos de control.
c) Utilizar moderadamente el refuerzo cognitivo o el refuerzo afectivo en forma de recompensas materiales o morales para que el alumno repita conductas deseables o logre aprendizajes curriculares.
1.4.5. Psicología humanista La psicología humanista tiene una fuerte influencia de la filosofía existencialista y se ocupa de estudiar las características que son distintivamente humanas, tales como el amor, el odio, la experiencia, la originalidad, el significado, el libre albedrío, la autodeterminación, la autorrealización y otras.
El término psicología humanista nació en 1958 con la obra de John Cohen denominada Psicología Humanística (Humanistic Psychology); pero sus representantes principales, Carl Rogers y Abraham Maslow, ya habían empezado a publicar sus primeras obras en 1942 y 1954 respectivamente. Rogers desarrolló la teoría del sí mismo y lo que él llamó terapia centrada en el cliente. A. Maslow es autor de la teoría de la auto-rrealización, la cual se expondrá en el capítulo correspondiente a la motivación.
Los psicólogos humanistas aplican con preferencia el método de observación con sus técnicas de estudio de casos e interpretación.
En el ámbito educativo podemos rescatar la preocupación de los psicólogos humanistas por la autoestima, la satisfacción de necesidades básicas de seguridad, amor, pertenencia y estima y la satisfacción de necesidades que promueven la autorrealización.
1.4.6. Psicología cognitiva En 1956, como resultado de un simposio de la ciencia de la información realizado en el Instituto de Tecnología de Massachussets, se sentaron las bases del nacimiento de un nuevo paradigma denominado psicología cognitiva y también teoría cognitiva, pero un acontecimiento definitivo marcó la fecha de nacimiento de este paradigma en 1960.
En efecto, el año 1960 Jerome Bruner y George Miller fundan el Centro de Estudios Cognitivos en la Universidad de Harvard y deciden que la psicología debe estudiar los procesos mentales, rompiendo así una larga tradición impuesta por el conductismo de estudiar solamente la conducta observable.
La psicología cognitiva se caracteriza por estudiar procesos mentales referidos a la cognición, tales como la memoria, la representación y naturaleza del conocimiento, la resolución de problemas, el significado, comprensión y producción del lenguaje, etc.
El método que aplicaron con preferencia, en un principio, fue la simulación por computadora: formulaban hipótesis y elaboraban el software correspondiente que luego lo ponían a prueba en el ordenador. También aplicaron el método de experimentación y ahora recurren a los descubrimientos de las neurociencias para hallar correlaciones entre los procesos mentales y la fisiología del cerebro.
Los conocimientos de la psicología cognitiva se están aplicando tanto en el campo de la educación como en el campo de la psicología clínica.
1.4.7. Biopsicología Este es uno de los últimos paradigmas psicológicos cuyas teorías se están desarrollando sobre la base de las neurociencias. La biopsicología estudia el sustrato biológico en general y el sustrato neuronal en particular que subyacen al comportamiento y los procesos mentales. Recibe otras denominaciones: psicobiología, neurociencia conductual y psicología biológica. Bunge4, con la denominación de psicobiología la define como la ciencia que tiene como objeto la "descripción, explicación y predicción [ ] de estados y procesos psíquicos y de conducta en términos de los mecanismos fisiológicos subyacentes". En la obra Biología de la Mente (p. 7) se afirma lo siguiente: "Hoy estamos en condiciones de ofrecer explicaciones científicas de los mecanismos neurales responsables de llevar a cabo procesos mentales como la memoria, la atención, el aprendizaje, las emociones, el lenguaje, la cognición, la ideación y aun la conciencia".
La preocupación por hallar explicaciones acerca de la conducta y los procesos mentales mediante el estudio del sistema nervioso se remonta al siglo XIX, con las publicaciones de Pierre Paul Broca y Carl Wernicke sobre la afasia motora y la afasia sensorial.
El año 1949 Donald O. Hebb publicó su obra La organización de la conducta: una teoría neuropsicológica5. Karl S. Lashley consolidó ese término con sus investigaciones sobre las bases neurales de la memoria. Posteriormente el término neuropsicología se fue reservando para el estudio de las deficiencias conductuales producidas por daño cerebral (Gross, op. cit.: 46). Otro pionero de la neuropsicología fue Alexander Luria, psicólogo ruso.
Pero el término biopsicología se difundió en la década de 1990 a raíz de las publicaciones de J. P. Pinel; por lo tanto podemos decir que este paradigma psicológico nació en esa década.
La biopsicología utiliza métodos de observación, medición y experimentación, aprovechando la sofisticada tecnología que existe para estudiar el cerebro en pleno funcionamiento.
1.4.8. Psicología transpersonal Como información adicional damos a conocer este nuevo paradigma que aún no se incorpora a los planes de estudio de las universidades. Habíamos visto que la teoría psicoanalítica se preocupó por estudiar la dimensión inconsciente de los seres humanos. Podemos decir que los otros paradigmas se preocuparon principalmente por los procesos conscientes, ya sea que se manifestaran en forma de conductas observables o en forma de procesos mentales. La psicología transpersonal, en su afán de trascender esas dos dimensiones define como uno de sus objetos de estudio la dimensión espiritual del ser humano: estados de conciencia trascendentes, espirituales y unificadores. En otros términos, la psicología transpersonal estu dia los estados no ordinarios, los estados alterados de conciencia, que trascienden el estado de vigilia y también el cambio propiciado por dichos estados en la conciencia ordinaria.
Es una corriente asociada al movimiento New Age (Nueva Era). Este movimiento promueve actividades espirituales, sociales, culturales y políticas, además de actitudes cuyo objetivo es la transformación de los individuos y de la sociedad a través del conocimiento espiritual.
La psicología transpersonal tuvo sus orígenes a fines de la década de 1960, y entre sus principales representantes podemos mencionar a Stanislav Grof, Anthony Sutich, Miles Vitch y Ken Wilber. Abraham Maslow, psicólogo humanista, también es considerado como fundador de este nuevo paradigma; además fue el autor de la denominación transpersonal, que en interpretación de otros psicólogos de esta corriente significa más allá de lo personal o a través de lo personal.
Para la investigación aplica métodos empíricos de observación y experimentación, incluyendo la meditación. En tratamientos clínicos emplean técnicas psicoanalíticas, el método denominado respiración holotrópica y otros.
GLOSARIO: AFASIA. Distorsiones de mayor o menor grado en los procesos de comprensión o producción del lenguaje en personas que hasta entonces habían sido oyentes y hablantes normales. Estos trastornos surgen como resultado de algún tipo de lesión cerebral por traumatismos, tumores o accidentes vasculares.
FISIOLOGÍA. Estudio de los procesos físicos y químicos que tienen lugar en los organismos vivos durante la realización de sus funciones vitales. Estudia procesos como la reproducción, el crecimiento, el metabolismo, la respiración, la excitación y la contracción, los cuales se llevan a cabo dentro de las estructuras de las células, los tejidos, los órganos y los sistemas orgánicos del cuerpo.
CONNOTAR. Sugerir una palabra otro significado, además del primero.
CONDICIONAMIENTO OPERANTE. Una manera de aprendizaje en la que se incrementa o disminuye la probabilidad de repetir una conducta voluntaria en función de sus consecuencias, refuerzos o castigos recibidos.
GRUPO DE CONTROL. Grupo de personas que realizan actividades similares a otro grupo experimental, del cual se diferencia porque no se introduce en él la variable de estudio. El grupo de control trabaja o realiza las actividades en las condiciones que lo hacía anteriormente.
PARADIGMA. Marco de referencia global, compartido por miembros de una comunidad científica, que dicta la construcción de teorías y la investigación empírica.
2. Naturaleza del aprendizaje y factores concomitantes
El aprendizaje es el objetivo inmediato de todo proceso educativo. Pero ¿qué es el aprendizaje? ¿Es una función psicológica independiente o va acompañada de otras funciones psicológicas? ¿Existen factores personales o ambientales que pueden influir en la cantidad y calidad del aprendizaje? En este capítulo se proporcionarán algunas respuestas provenientes de la psicología general, de la psicología educativa y de las observaciones realizadas por el autor de esta obra.
2.1. QUÉ ES EL APRENDIZAJE Etimológicamente el término aprender proviene del latín apprehendere, compuesto por ad, que significa junto a, hacia, etc. y prehendere, que significa coger, asir, tomar o prender.
Ramón de la Fuente, en Biología de la Mente (p. 15), expresa una definición muy sencilla al afirmar que el aprendizaje es "el proceso mediante el cual adquirimos nuevos conocimientos". C. Blakemore (1988, apud Gross: 290), comparando el aprendizaje con la memoria dice lo siguiente: "En el sentido más amplio, el aprendizaje es la adquisición de conocimiento y la memoria es el almacenamiento de una representación interna de tal conoci-miento". J. R. Anderson (1995), citado por Gross (p. 162) dice que el aprendizaje es "el proceso mediante el cual ocurren cambios permanentes en el potencial conductual como resultado de la experiencia". Woolfolk (p. 196) integra las perspectivas cognitiva y conductista al definir el aprendizaje como el proceso mediante el cual la experiencia, es decir, la interacción de una per-sona con su entorno, produce un cambio relativamente permanente en el conocimiento o la conducta.
Ahora bien, el término aprendizaje se refiere tanto a la acción como al efecto de aprender. Las anteriores definiciones ponen énfasis en la acción, en el proceso de aprender. El efecto se refiere a la posesión de conocimientos. En este capítulo estudiaremos el aprendizaje desde el punto de vista de la acción; posteriormente lo estudiaremos como efecto.
Desde una perspectiva constructivista, F. Díaz y G. Hernández (p. 17), refiriéndose al aprendizaje como la construcción del conocimiento, dicen que es un proceso de selección, organización y transformación de información, estableciendo relaciones entre dicha información y sus ideas o conocimientos previos. Aprender un contenido es atribuirle un significado, construir una re-presentación mental a través de imágenes mentales o proposiciones verbales, o bien, elaborar una especie de teoría o modelo mental como marco explicativo de dicho conocimiento. En realidad esa descripción hace referencia a un tipo de aprendizaje promovido por el constructivismo: el aprendizaje significativo según lo concibe David Ausubel.
Por otra parte, el aprendizaje puede ser considerado como un proceso biopsicológico. Decimos biopsicológico porque el cambio producido en el conocimiento, la experiencia o la conducta va acompañado de cambios fisicoquímicos en el sistema nervioso de una persona. Esta teoría neurocientífica del aprendizaje será desarrollada en un capítulo posterior.
Ahora bien, el aprendizaje considerado como una acción consciente y voluntaria va acompañado explícita o implícitamente de los siguientes componentes propios de las acciones conscientes guiadas por el pensamiento racional: finalidad, objeto, metodología y valoración. La finalidad responde a la pregunta ¿para qué se aprende? Las posibles respuestas están relacionadas, en principio, con la motivación y luego con expectativas que van más allá del objetivo inmediato, pues se aprende para satisfacer necesidades personales, para solucionar problemas o para cumplir con el pedido de alguien y luego ese aprendizaje contribuye a desarrollar hábitos, habilidades y cualidades que sirven para desenvolverse en la vida. El objeto responde a la pregunta ¿qué es lo que se aprende? La respuesta remite a los conocimientos que se van a adquirir; estos pueden ser simplemente informativos, tales como datos históricos, reglas gramaticales, fórmulas matemáticas, etc.; pueden ser procedimentales, es decir, referidos a saber hacer algo: efectuar una operación de adición de fracciones, acentuar ortográficamente las palabras, redactar una carta, utilizar un estetoscopio, etc.; pueden ser formativos, es decir, destinados a contribuir al desarrollo de cualidades personales tales como la manifestación de valores éticos, estéticos, religiosos y espirituales en general. La metodología responde a la pregunta ¿cómo se va a aprender? Se refiere al medio, al procedimiento general y a las técnicas específicas que se van a aplicar en el aprendizaje. En este caso podría ser a través de la lectura de un libro, a través de un vídeo, a través de la exposición y explicación de un docente, a través de la aplicación de técnicas de estudio, etc. Finalmente la valoración es el núcleo de un proceso mayor denominado evaluación y responde a las preguntas ¿cuánto se ha aprendido? y ¿qué tan bien se ha aprendido? Las respuestas remiten a la cantidad de conocimientos adquiridos, a la calidad del conocimiento: superficial o profundo, temporal o relativamente permanente y a la medida en que contribuye a solucionar problemas o satisfacer necesidades.
Hasta ahí nos hemos referido al aprendizaje como una acción consciente y voluntaria; pero ¿puede tener lugar de modo inconsciente e involuntario? Sí, eso es posible a través de la percepción subliminal. Eso significa que mientras uno está viendo algo que le agrada —por ejemplo en la televisión—, en el costado de la pantalla pueden aparecer imágenes publicitarias que el ojo humano percibe mediante su visión periférica; pero esa información no llega a la mente consciente y racional sino a la mente emocional e irracional cuyo sustrato neuronal está en el sistema límbico del cerebro. De ese modo la persona puede aprender a preferir ciertas marcas de productos en forma inconsciente. El fenómeno de la percepción subliminal tiene evidencias provenientes de experimentos controlados.
2.2. CÓMO APRENDEN LAS PERSONAS ¿Cómo aprenden las personas? La búsqueda de una o más respuestas a esa pregunta conduce a efectuar una reflexión sobre el proceso, los métodos o estrategias, las técnicas, los medios, los modos y las capacidades naturales que aplican las personas para aprender algo. En este apartado daremos algunas respuestas, las cuales podrán ser complementadas luego con las diversas teorías que se han desarrollado al respecto.
Hablemos, en primer lugar, acerca del proceso general que tiene lugar cuando aprendemos. En el proceso general de aprendizaje intervienen los siguientes subprocesos psicológicos: la atención, la percepción, el pensamiento, la actividad motora y la memoria.
Mediante la atención concentramos el esfuerzo mental en los estímulos sensoriales y los eventos mentales relacionados con el objeto de aprendizaje: estímulos sensoriales tales como la página de un libro, el pizarrón, la voz del docente, una letra en relieve recorrida por los dedos, etc., y eventos mentales tales como el razonamiento, la comparación, la imaginación, etc. A través de la percepción cobramos conciencia de lo que estamos viendo, leyendo, escuchando, tocando, gustando, oliendo o haciendo en el acto de aprender. Si no percibimos bien, el aprendizaje consciente será nulo o deficiente. El pensamiento tiene que ver con actividades mentales tanto reflexivas como de procesamiento de información. A través del pensamiento se decodifican símbolos verbales, matemáticos o de otra índole, se asimila, se comprende o se le da un significado al objeto de aprendizaje; se razona, se imagina y se integra, mediante algún tipo de relación, el nuevo conocimiento con los conocimientos que uno ya posee; además se valora la pertinencia, la credibilidad, la lógica y otros factores de la información. La actividad motora es la ejecución de operaciones manuales o corporales en general que acompañan al acto de aprendizaje, tales como manipular objetos, expresarse oralmente, escribir, dibujar, realizar algún procedimiento, saltar, lanzar una pelota, etc. La memoria participa con el almacenamiento y la recuperación de los conocimientos adquiridos. Sin la memoria, el aprendizaje no quedaría consolidado en nuestra estructura mental ni en nuestra estructura neuronal.
Ese proceso general es complementado con dos funciones psicológicas: la motivación y la voluntad. La motivación es la activación de factores afectivos y racionales que predisponen, en este caso, al aprendizaje o despiertan el interés; los factores afectivos son las emociones y los sentimientos. La motivación puede ser intrínseca, es decir, que el interés nace de la misma per-sona porque el objeto de aprendizaje ayudará a satisfacer alguna necesidad inmediata o mediata, ayudará a solucionar algún problema, satisfará la curiosidad o fortalecerá la autoestima. Pero si no es así la motivación será extrínseca, es decir, provendrá de fuentes externas tales como la solicitud, la exhortación convincente, la promesa de recompensas, el ruego o el mandato de personas allegadas al aprendiz tales como sus padres, los educadores o sus amigos. La voluntad es otra función psicológica que interviene en la decisión de realizar acciones mentales, manuales o corporales relacionadas con el aprendizaje, perseverar en ellas e incorporar el nuevo conocimiento al repertorio de experiencias personales.
El resultado observable de todo ese proceso se manifiesta en un producto denominado desempeño. Sí, el desempeño se refiere a la realización de acciones como producto del aprendizaje —recibe también el nombre de ejecución— y puede manifestarse en forma de respuestas orales o escritas, exposición de conocimientos, ejecución de acciones corporales, construcción de algo y solución de problemas concretos o conceptuales: el desempeño es la de-mostración de que ha tenido lugar el aprendizaje.
En segundo lugar hablemos de los medios sensoriales que las personas utilizan para aprender algo. Unas recurren a un sentido y otras integran las funciones de dos o más sentidos. La vista y el oído son dos de los sentidos a los que más recurren las personas para aprender. Sí, a veces las personas aprenden viendo, otras veces escuchando y, cuando es posible, viendo y escuchando. Las experiencias visuales y auditivas se almacenen en la memoria porque tenemos estructuras neuronales que permiten el almacenamiento de tales experiencias y su recuperación posterior en forma de recuerdo. También se aprende a través del sentido del tacto, es decir, tocando o sintiendo con la piel; por ejemplo las texturas de los objetos, la temperatura, la consistencia, la forma, la profundidad, etc. Igualmente, el cerebro tiene estructuras para guardar la memoria de las experiencias táctiles. El olfato y el gusto son sentidos que intervienen en la adquisición de ciertos conocimientos relacionados con sustancias químicas, sabores de los alimentos, olores y aromas.
En cuanto a las fuentes a las que uno recurre para aprender están el contacto directo con la realidad, la información directa de otras personas, los documentos en general (monumentos, representaciones gráficas, grabaciones, vídeos, películas, etc.) y los documentos escritos (libros, revistas, periódicos y documentos de soporte electrónico).
2.3. FACTORES QUE INCIDEN EN EL APRENDIZAJE En el aprendizaje inciden diversos factores determinando la cantidad y calidad de los conocimientos que se adquieren. En la obra de Marchesi et al. (1991, p. 36), por ejemplo, se mencionan cuatro factores: las actividades de aprendizaje, las características del que aprende, la naturaleza de los materiales y la tarea-criterio, es decir, lo que la tarea demanda: recordar, transferir, solucionar problemas, etc. En esta obra se propone clasificar los factores en internos y externos. Los factores internos, es decir inherentes a la persona que aprende, son de naturaleza biológica, psicológica y sociocultural. Los factores externos son de naturaleza ambiental, psicopedagógica y sociocultural.
Los factores de naturaleza biológica se refieren al estado de salud general, a la edad (y por lo tanto a la maduración del sistema nervioso), al nivel de activación de las estructuras neuronales que subyacen a la atención y al grado de energía corporal o cerebral presente en el momento del aprendizaje. Es obvio decir que las discapacidades, una alimentación deficiente o un estado de cansancio incidirán negativamente en el aprendizaje. Por otra parte el ser humano está preparado para adquirir ciertos tipos de conocimientos a determinada edad y esa potencialidad está relacionada tanto con la maduración del sistema nervioso como con el desarrollo corporal en general.
Los factores de naturaleza psicológica son el nivel de atención, la calidad de la percepción, la habilidades adquiridas con respecto a diversos tipos de memoria, los tipos de pensamiento y procesamiento de información que se han ejercitado (pensamiento lógico o intuitivo, procesamiento lineal y secuencial o procesamiento holístico), las capacidades cognitivas generales que se han desarrollado (análisis, síntesis, deducción, inducción, analogía, abs-tracción, concreción, comprensión, inteligencias, talentos, creatividad y evaluación), el grado de motivación, la personalidad en general y el carácter en particular. Por ejemplo, los niños aprenden mejor si comienzan con percepciones holísticas, prosiguen con actividades analíticas y concluyen con actividades sintéticas. Las inteligencias constituyen también un factor psicológico que interviene en el aprendizaje con sus contenidos y sus habilidades desarrolladas, las cuales determinan el grado de dificultad o facilidad con que serán adquiridos los nuevos conocimientos. Es así que, por ejemplo, una persona con un nivel elevado de inteligencia lingüística aprenderá con mayor facilidad contenidos referidos a gramática, ortografía, composición o crítica literaria.
Los factores de naturaleza sociocultural se refieren a la lengua materna del aprendiz, su marco personal de referencia, es decir, los conocimientos que ya posee, sus creencias y sus prejuicios; todo eso influye en la facilidad o dificultad con que adquiere nuevos conocimientos y en los esquemas mentales con los cuales interpreta la realidad. Las personas que tienen un amplio marco de referencia adquieren con mayor facilidad nuevos y variados conocimientos.
Los factores externos de naturaleza ambiental se refieren al entorno físico del lugar donde se lleva a cabo el proceso de aprendizaje: iluminación, comodidad del mobiliario, equipamiento, clima en general y presencia o ausencia de interferencias o distractores.
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