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Depresion: Que dice la biblia (página 2)


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Tipos de estados depresivos y factores comunes

Consideraremos tres tipos de depresión agrupadas bajo la categoría de trastornos afectivos

Depresión reactiva o neurótica

Depresión endógena

Depresión orgánica

Las tres tienen en común los siguientes factores:

Humor depresivo

Pérdida de placer e interés

Inutilidad y culpabilidad

Baja autoestima

Incapacidad

Pensamientos suicidas

Ansiedad

Dificultades para pensar

Obsesiones y paranoia

Perturbación del sentido del tiempo

Despersonalización (en casos más graves pueden llegar a sentirse apartados de la realidad, como si simplemente fueran observadores sin participar emocionalmente)

Pérdida de energía

Lentitud y agitación

Trastornos del apetito y el peso

Problemas de sueño

Reducción de la líbido (falta de deseo en las mujeres)

Síntomas corporales (jaquecas, náuseas, dolores varios, calambres etc…)

Todos estos síntomas pueden o no estar presentes en la mujer deprimida, estos son un consenso de todos los observados a lo largo de la experiencia.

Para que puedas clasificarte dentro de uno de los tres tipos de depresión mencionados vamos a definirlos con más detalle.

Depresión reactiva

Las depresiones reactivas son las más comunes y del tipo que a todos nos es familiar. No presentan ciclos temporales regulares, por lo general no responden a las terapias físicas (fármacos) no se hallan genéticamente predispuestas y si responden a la terapia cognitivo-conductual.

Este tipo de depresión normalmente parece coincidir con un acontecimiento adverso de la vida, tal como la muerte de un ser querido, el divorcio, las desavenencias conyugales, los problemas económicos o los problemas de desempleo. El inicio de la depresión no tiene porqué ocurrir inmediatamente después del acontecimiento, sino, a veces al cabo de unas semanas o meses. La primera aparición se produce, normalmente en la vida adulta temprana y está caracterizada por sintomatología física y psicológica variada. Es un estado más benigno y no psicótico, aunque, hasta cierto punto, la recuperación se ve influida por factores de personalidad.

Depresión endógena

Este tipo de depresiones son una respuesta a algún proceso endógeno o interno desconocido. Estas depresiones no son desencadenadas por ningún acontecimiento externo; simplemente, se abalanzan sobre la persona afectada. Por lo general, presentan ciclos temporales regulares y pueden ser bipolares o unipolares. La bipolar recibe el nombre de maníaco-depresiva (el individuo pasa repetidamente de la desesperación a un estado de ánimo neutro, de aquí a un estado maníaco hiperactivo y superficialmente eufórico, para volver a la desesperación, pasando por el estado neutro). La unipolar consiste en una alternancia regular de desesperación y neutralidad, sin aparición de manía.

Las depresiones endógenas responden a menudo al tratamiento con fármacos y pueden tener un origen hormonal. También pueden hallarse genéticamente predispuestas (ej. si la madre es depresiva y el padre alcohólico es posible que el descendiente llegue a ser depresivo. Se ha dicho que en los hombres el alcoholismo es el equivalente de la depresión en las mujeres) y sus síntomas suelen ser más graves que los de las depresiones reactivas.

Depresión orgánica

Cuando se hace un diagnóstico de depresión es importante descartar las bases orgánicas, puesto que el efecto y la conducta depresiva están asociadas muchas veces a una lesión cerebral o a la acción de ciertos fármacos.

Formulaciones de la depresión en la psicoterapia conductual

Para el tratamiento de las depresiones más comunes, las reactivas, se han formulado tres teorías en la psicoterapia conductual.

Baja proporción de reforzamiento

Según Lewinsohn la depresión se debe a una baja proporción del reforzamiento positivo seguido de respuestas específicas, bien porque existen pocos acontecimientos reforzadores en el ambiente del paciente y porque éste no suele tener respuestas gratificantes (posiblemente por falta de habilidades sociales). Según él los síntomas cognitivos y verbales de la depresión son consecuencia de la ausencia de respuestas que crea esta pérdida de reforzamiento. Es decir, el individuo deja de hacer más esfuerzos para obtener los resultados deseados porque los anteriores fracasaron. La terapia se dirige a identificar fuentes potenciales de reforzamiento en el ambiente del paciente y a desarrollar métodos para aumentar su disponibilidad (entrenamiento en habilidades sociales).

Pérdida de control: indefensión aprendida

El defensor de esta teoría es Seligman y sugiere que una persona se deprime cuando cree que su conducta tiene poca o ninguna influencia sobre el resultado de los acontecimientos, es decir, no tiene ningún control. La terapéutica incluye:

Cambiar la posibilidad de acontecimientos provocadores de depresión con cambios ambientales.

Reevaluar las metas y las normas del paciente para que se vuelva más realista y reducir la posibilidad de que insista en el fracaso (pueden utilizarse varios tipos de terapias cognitivas para ello).

Desarrollar expectativas de control, por ejemplo, resaltando la variedad de habilidades sociales y comunicativas relevantes del paciente, aumentando el repertorio de actividades generales de modo que existan más oportunidades de resultados positivos y proporcionar estrategias de autocontrol eficaces.

Modificar atributos poco realistas de los fracasos, resaltando las circunstancias que impiden el resultado deseado.

Modificar atributos poco realistas de éxito, resaltando las cualidades personales relevantes (fomento de la autoestima).

Distorsiones cognitivas

Postulado por Beck, sugiere que el estado depresivo surge de distorsiones cognitivas basadas en un conjunto de pensamientos negativos respecto a la visión del individuo de sí mismo, del mundo y del futuro. La terapia de dirige a la variedad creciente de actividades del paciente, identificando los pensamientos automáticos que siguen a la percepción de una dificultad, generando pensamientos alternativos (no depresivos) de índole más realista y adaptable, poniendo a prueba la credibilidad de estas alternativas y modificando los supuestos inadaptados que parecen caracterizar los pensamientos automáticos que conducen a las respuestas depresivas.

Depresión y suicidio

La enfermedad psiquiátrica con más riesgo de suicidio es la depresión (entre un 10 y un 15%). Los momentos de la enfermedad con más riesgo son cuando disminuye la inhibición y la melancolía (empiezan a mejorar) o cuando se inicia la depresión. Los tres síntomas de la depresión relacionados con el suicidio son:

Aumento del insomnio

Aumento del abandono del cuidado personal

Aumento del deterioro cognitivo

Existen varias opiniones sobre la significación de los síntomas psiquiátricos en el paciente suicida, aunque la mayoría de las revisiones nos indican que en una proporción del 70%, los intentos de suicidio presentan una condición depresiva que es fácil de reconocer. Los depresivos endógenos corren mayor riesgo que los depresivos reactivos, los intentos de suicidio son impulsivos, pueden decidirse una hora antes.

Los intentos de suicidio son especialmente comunes entre las mujeres menores de 35 años (más entre 15 y 24 años), los hombres lo hacen en edad más avanzada. Por clases sociales es más común en las más bajas, pero más efectivo entre las clases altas y grupos profesionales de alto estatus económico.

Factores asociados al riesgo de suicidio:

En general los pacientes suicidas están dispuestos a hablar de sus intenciones y para algunos la necesidad de desahogarse con alguien que les toma en serio es terapéuticamente positivo. Cuando existe la  posibilidad de suicidio se le debe animar a que hable de ello y procurar emplear tiempo en el futuro para seguir hablando del tema con lo cual se puede facilitar el ingreso temporal en una unidad psiquiátrica y/o proporcionar la ayuda necesaria para atenuar la circunstancias que provocan el intento suicida.

¿Cómo experimentan la depresión los latinos?

Los individuos de distintas culturas manifiestan síntomas de depresión de diferentes maneras. Además de cambios en su estado de ánimo, los latinos tienden a experimentar la depresión con dolores y malestares (como dolor de estómago, de espalda o de cabeza) que persisten a pesar del tratamiento médico. Los latinos a menudo describen la depresión como sentirse nerviosos o cansados. Otros síntomas incluyen: cambios en el sueño o en el apetito, inquietud o irritabilidad y dificultad en la concentración y la memoria.

"Ya no disfrutaba de las cosas como antes, y pensé que mis problemas para recordar palabras y nombres tenían que ver con mi edad. Me olvidaba dónde ponía las cosas, y me sentía como aturdida." — Clara, 68

"Después de dar a luz a mi bebé, pensé que estaría feliz, pero me sentía cada vez peor. Estaba muy triste y me sentía culpable de no disfrutar de mi nuevo bebé. A pesar de que el doctor decía que no tenía nada, padecía de dolores de cabeza terribles que duraban horas . . . Lloraba por nada, y lo único que quería era dormir todo el día." — Conchita, 30

"Después del accidente, no podía trabajar. Estaba preocupado porque no sabía cómo mantener a mi familia. Me irritaba y me enojaba con frecuencia y, a veces, bebía para relajarme. Dormir era difícil, y siempre estaba cansado. Sentía que no podía hacer nada bien y no me sentía bien conmigo mismo. Estaba avergonzado de pensar que necesitaba ayuda." — Juan, 51

 

¿En qué se diferencian la depresión clínica y la tristeza?

Es normal sentir tristeza en ciertas situaciones de la vida. Dejar su país de origen y extrañar a la familia, la muerte de amigos o familiares, el divorcio, la pérdida de trabajo y hasta la pérdida de la salud pueden causar sentimientos de tristeza. Los inmigrantes pueden creer que la tristeza y el estrés son parte del traslado a un nuevo país. Si la tristeza o el estado de ánimo depresivo continúa por más de dos semanas, es posible que esté experimentando depresión clínica y debe buscar ayuda profesional.

La depresión clínica es una enfermedad médica tratable, igual que la diabetes o la tensión alta. Muchos creen erróneamente que la depresión es "normal" en personas mayores, adolescentes, madres primerizas, mujeres menopáusicas o en personas con enfermedades crónicas. La verdad es que la depresión clínica nunca es "normal," no importa la edad o situación de la vida.

Cualquiera que experimente síntomas depresivos debe ser diagnosticado y tratado.

¿Quiénes son propensos a sufrir de depresión clínica?

Sea usted de origen mejicano, puertorriqueño, cubano, centroamericano, o sea su familia procedente de Colombia, Panamá, la República Dominicana, o cualquier país de la América Latina, usted puede sufrir una depresión clínica. Personas de cualquier edad o nivel económico pueden experimentar la depresión clínica. La depresión causa pérdida del placer en la vida diaria, tensión en el trabajo y las relaciones, complica condiciones médicas, o incluso puede llevarle al suicidio.

¿Quiénes tienen un riesgo mayor de sufrir depresión?

Un historial familiar de depresión clínica aumenta el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Si alguien en su familia ha sufrido de depresión, las probabilidades de padecerla usted son altas. Sin embargo, la depresión clínica también puede ocurrir en personas que no tienen parientes con depresión.

Las mujeres padecen el doble de la tasa de depresión clínica que los hombres. Aunque las razones no son del todo claras, existen diferencias biológicas en las mujeres, como los cambios hormonales y la composición genética, que pueden contribuir a la depresión. Además, los factores sociales, como crecientes presiones en el trabajo, responsabilidades de la familia, las expectativas de la mujer, el incremento en el porcentaje de abuso sexual y la pobreza, aumenten la depresión clínica entre las mujeres.

La depresión clínica se junta con ciertas enfermedades, como el cáncer, la parálisis, las enfermedades del corazón, la enfermedad de Parkinson, la demencia de Alzheimer, y la diabetes. Por cierto, se debe informar a su médico sobre cualquier síntoma depresivo que se manifieste junto a otras enfermedades para tratar la depresión además de la enfermedad física.

Síntomas de la depresión clínica

No todos experimentan la depresión clínica de la misma manera; los síntomas varían según las personas. Revise la siguiente lista de síntomas y señale los que usted ha sentido. Consulte a su doctor o a un profesional de la salud mental, si experimenta CINCO o más de estos síntomas por un período mayor de dos semanas o si los síntomas son tan severos que interfieren en su vida diaria.

Lista de Síntomas

Estado de ánimo de tristeza, ansiedad o "vacío" persistentes

Dormir muy poco o dormir demasiado

Pérdida del apetito o de peso, o aumento del apetito y de peso

Pérdida del interés o placer en las actividades de que disfrutaba antes

Inquietud o irritabilidad

Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento (como dolor de cabeza, dolor crónico, estreñimiento y otros desórdenes digestivos)

Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones

Fatiga o pérdida de energía

Sentimiento de culpa, desesperanza o inutilidad

Pensamientos sobre la muerte o el suicidio

¿Se puede tratar la depresión?

La depresión clínica es una de las enfermedades médicas más tratables. Más del 80 por ciento de las personas con depresión pueden recibir tratamiento con muy buenos resultados, mediante medicamentos, psicoterapia o la combinación de ambos. Solamente un profesional de la salud calificado puede diagnosticar la depresión clínica y mientras más pronto comience el tratamiento más eficaz será.

Algunas personas se sienten avergonzadas de buscar ayuda y se niegan a hablar sobre asuntos tan personales con un extraño. Otras creen que la depresión desaparecerá por sí misma, o aun peor, que la gente pensará que están perdiendo el juicio. Tales puntos de vista son erróneos. Hay quienes se dan al alcohol o a las drogas para conseguir alivio, práctica que sólo puede agravar la depresión.

 "Aunque fue difícil al principio hablar con alguien que no conocía, mi terapeuta no me criticó, me escuchó y entendió mi situación. confié en él, de modo que cuando sugirió que probara los medicamentos para ayudarme a dormir, sentirme menos cansado y menos inquieto, pensé que debía hacerlo. Luego de un mes de terapia y de tomar medicamentos, sentí esperanza de nuevo. Me siento como antes y mi familia está aliviada y contenta con los resultados del tratamiento." — Juan, 51

 ¿Cómo funcionan los medicamentos y la psicoterapia?

La forma más común de tratar la depresión clínica es con medicación antidepresiva, psicoterapia o la combinación de ambas. Los antidepresivos no forman hábito, no cambian su personalidad y le ayudarán a tener un mejor estado de ánimo, apetito, y sus patrones de sueño volverán a la normalidad. Los antidepresivos restauran el equilibrio químico normal en las partes del cerebro que gobiernan las emociones.

En la mayoría de los casos, la depresión puede tratarse de modo ambulatorio. Pueden pasar entre una y ocho semanas antes de que se note alguna mejora. Los efectos secundarios (sueño, estreñimiento o boca seca) son pasajeros y, por lo general, desaparecen después de dos semanas.

Es importante que tome los medicamentos tal como están recetados. Comuníquese regularmente con su doctor sobre cómo se siente. Si está bajo tratamiento por cualquier otro problema médico, asegúrese de que todas las personas que lo traten estén enteradas de los medicamentos que toma. El tipo y la dosis se receta específicamente para usted, tomando en cuenta sus síntomas, edad y peso.

La psicoterapia incluye tratamiento individual, familiar o de grupo. Los psicólogos clínicos, psiquiatras, trabajadores sociales o consejeros están adiestrados para entender y ayudarle a manejar mejor sus problemas.

"Después de casi cinco semanas de iniciar la terapia de grupo y la medicación, ¡qué sorpresa!, mejoró mi concentración y memoria. Otras cosas también mejoraron, sentí el cuerpo más liviano y más fuerte, y lleno de ánimo." — Clara, 68

¿Cuál es el primer paso para obtener ayuda?

El primer paso es hablar con alguien en quien confía: un pastor, consejero escolar o su médico de familia, para obtener información sobre los recursos en su comunidad. Consulte la lista de recursos al final de este folleto para mayor información sobre el tratamiento de la depresión.

¿Cómo pagar el tratamiento?

Si tiene un seguro privado o un plan de una organización del cuidado de la salud (HMO), los costos del tratamiento pueden estar cubiertos. Si no cuenta con un seguro o no puede pagar un tratamiento, su comunidad tiene centros de salud mental financiados con fondos públicos y otros programas que cobran de acuerdo con lo que usted pueda pagar. Si usted o su familia depende de la asistencia pública, su plan Medicaid probablemente cubre los gastos del tratamiento. Póngase en contacto con la Asociación de la Salud Mental local para que le ayuden a encontrar un programa de salud mental en su comunidad.

¿Qué otras cosas pueden ayudarme en mi tratamiento?

Hablar con seres queridos puede proveer el apoyo necesario cuando se está pasando por momentos difíciles en la vida. Su pastor o los miembros de la iglesia son una gran fuente de apoyo y de optimismo, y pueden referirle a un profesional de la salud mental en su comunidad. Hay que tener muy presente que, para los que sufren de depresión clínica, este apoyo no sustituye la atención de un profesional de la salud. Así como la diabetes y la tensión alta merecen atención médica, la depresión clínica es una enfermedad médica seria que requiere del tratamiento ofrecido por un proveedor de salud mental calificado.

Las hierbas y otras medicinas no tradicionales pueden ayudar a combatir la depresión; sin embargo, es importante que un profesional de la salud mental le evalúe, si sospecha que padece de depresión. Informe a su doctor puntualmente de todos los tratamientos en que esté participando.

Los miembros de la familia o amigos de confianza pueden tomar parte activa en el tratamiento, lo cual incluye enterarse de la manera en que pueden participar y apoyar al afectado miembro de la familia a fin de impedir una recaída.

"Mi fe me ayudó a abrigar esperanzas y a buscar tratamiento. "Ayúdate que yo te ayudaré', dice Dios, y yo lo creo. Busqué el tratamiento médico adecuado y asistí a todas mis citas, tomé las medicinas con regularidad y las cosas mejoraron considerablemente. Le dije al doctor acerca de las vitaminas y otros medicamentos que estaba tomando. Los cambios en mi estilo de vida también ayudaron. Camino todos los días y tomo el sol por la mañana." — Yvette, 24

¡Usted puede disfrutar de la vida nuevamente! Reconociendo los síntomas de la enfermedad y sometiéndose a tratamiento, seguramente logrará vencer la depresión clínica.

Durante muchos años te has sentido contento y animado. Has sido muy concienzudo en el trabajo y te has preocupado por tu familia, haciendo muchas cosas en común con los demás. Has tenido muy pocas dolencias físicas. Pero, ahora, algo ha cambiado. Ves que te comportas de modo diferente. La gente que te conocen te dicen: "No eres el mismo. ¿Qué te pasa?.

Encuentras difícil levantarte de la cama por la mañana; si tienes algunas responsabilidades con respecto a otros miembros de la familia no tomas mucho interés en ellas. Te has vuelto indeciso y aun olvidadizo. Parece que cuesta concentrarte. No tienes ganas de reír, la comida parece haber perdido el sabor, y la actividad sexual no tiene atractivo. Es como si te estuvieras encerrando dentro de ti mismo, no te gusta que los familiares o los amigos te digan nada; y no quieres hablar por teléfono ni asistir a reuniones de carácter social, que antes te gustaban tanto. Empiezas a cortar el contacto con los demás.

Es posible que tengas dificultades para dormirte, o bien te despiertas por la noche y te vas revolviendo por la cama hasta que amanece, molestado por pensamientos sombríos y negativos. O bien te pasas durmiendo 16 horas al día, o te duermes durante el día con frecuencia. No importa lo que duermas, siempre te sientes agotado. Tus ideas parecen sombrías. Es como si no hubiera manera de salir de las presentes circunstancias. Tienes la impresión que nadie se interesa por ti y tú tampoco te interesas en nadie. Todo pensamiento animado y positivo ha desaparecido. Es como si hubiera una nube negra encima de tu cabeza y te estuviera siguiendo por todas partes. Es posible que hayas notado algunos cambios físicos. Tienes molestias o dolores vagos; puedes creer que tienes alguna enfermedad seria.

Hay muchas otras indicaciones, pero si estás experimentando los síntomas descritos (o los has experimentado alguna vez), puedes tener idea de que estás (o estabas) deprimido. Si nunca has experimentado ninguna depresión (y esto es más bien raro) recuerda que la depresión es penosa para el que la experimenta y, a veces, también para los que rodean a la persona afligida por ella.

¿Cuán comunes son las depresiones?

No está solo, lea las siguientes estadísticas.

* Algún tipo de depresión afecta a más de 17.5 millones de norteamericanos cada año (¡no incluye el resto del mundo!).

* Más de 1 en cada 5 norteamericanos padecerán de alguna depresión durante su vida.

* Casi un tercio de todos los casos no son tratados.

* La depresión puede afectar a cualquier persona, aunque las mujeres son afectadas el doble que los hombres.

La depresión afecta a la mayoría en un punto u otro de la vida. Nadie es inmune a ella. Algunos la experimentarán sólo en una forma liviana, mientras que otros se hunden en la desesperación. Aún la Biblia refleja en algunos de sus Salmos profundos sentimientos aflictivos que experimentaron sus autores:

"Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu."(Salmo 34)

"Oh Señor, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está saturada de males, y mi vida está al borde de la tumba. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza, abandonado entre los muertos, como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, se quienes no te acuerdas ya, y que fueron arrebatados de tu mano." (Salmo 88:1-5).

Los escritores de tiempos antiguos describían la depresión como melancolía. La primera descripción clínica de la melancolía fue hecha por Hipócrates en el siglo IV a.C. Hipócrates se refirió también a los ciclos similares de la manía y la depresión. (Jellife, 1921).

Areteo, un médico que vivió en el siglo II d.C., describe al paciente melancólico como: "triste, abatido, sin sueño…Adelgaza por su estado de agitación y pérdida de sueño reparador…En un estado más adelantado se quejan de mil fruslerías y desean la muerte."

Plutarco, en el siglo II d.C., presenta una descripción particularmente vívida y detallada de la melancolía:

El enfermo parece un hombre a quien odian y persiguen los dioses con ira. El futuro le espera mucho peor; no se atreve a emplear ningún medio para evitar o remediar el mal para que no se halle que está luchando contra los dioses. El médico, el amigo que quiere consolar son ahuyentados. "Dejadme – dice el desgraciado -, soy un impío, maldito, odiado por los dioses, sufro el castigo que me corresponde." Se sienta solo, aparte, envuelto en saco o harapos. De vez en cuando se agita, medio desnudo, en el suelo, confesando un crimen u otro. Ha comido o bebido algo que no debía. Ha hecho algo que el Ser Divino desaprueba. Los festivales en honor de los dioses no le producen ningún placer sino más bien temor. (citado por Zillborg, 1941.)

¿Quién sufre depresiones?

La depresión puede afectar a todo el mundo, los dos sexos, todas las edades, ricos y pobres. El hecho de que una persona este triunfando en la vida no le protege contra las posibilidades de una depresión. Ni tampoco hay tipos especiales más propensos a la depresión que otros. Los artistas, las estrellas de cine, los políticos, gente con cargos públicos, actividades creativas y delicadas, celebridades, gente ambiciosa, son las personas que presentan más propensión a la depresión que otros. Pero estas personas son más visibles que otros, y si la depresión se presenta en ellos, todo el mundo parece enterarse.

Otro tipo de persona que puede ser un poco más propenso a la depresión que otros, es el que no ha experimentado sino éxitos desde la infancia. El que nunca ha experimentado la derrota puede hundirse al primer contratiempo.

¿Son las mujeres más propensas a la depresión que los hombres? Las mujeres son tratadas por depresión dos o tres veces más frecuentemente que los hombres. Pero, esta evidencia se basa en visitas clínicas, y nuestra sociedad, de un modo tradicional, facilita que las mujeres admitan debilidades y problemas y busquen ayuda, mientras que insiste en que los hombres deben mantenerse estables y hacer buena cara al mal tiempo. Por desgracia, en nuestra cultura, a los hombres se les enseña a no admitir debilidad y no revelar sus sentimientos interiores. Es interesante notar que el número de alcohólicos masculinos es superior al de las mujeres; y que el porcentaje de suicidios es tres veces más alto en los hombres que en las mujeres. Los hombres resuelven sus depresiones de modo distinto que las mujeres. 

¿En qué consiste el estar deprimido?

Vamos a examinar en detalle en qué consiste el estar deprimido. A continuación, diez de las características más comunes de la depresión:

1. La persona experimenta un sentimiento general de que no hay esperanza, no hay interés en el futuro, hay tristeza y apatía. Es un sentimiento de abatimiento general.

2. Cuando una persona está deprimida pierde la perspectiva. La vida, el empleo, la familia, todo se ve distinto cuando se está deprimido. Un enfermo dijo: "Hay una diferencia real entre estar preocupado o afligido y estar deprimido. Cuando mi esposa y yo tenemos alguna discusión, lo siento, no me gusta, pero es parte de la vida. Hacemos la paces muy pronto. Puede que me preocupe, pero cuando voy a la cama puedo dormir, y todavía estoy animado. Pero cuando estoy deprimido es algo distinto. Duele todo el cuerpo, es como si estuviera enfermo físicamente. No puedo dormir cuando voy a la cama por la noche, y no puedo dormir en toda la noche. Aun cuando a veces tengo ánimos, este cambio de humor esta sobre mí casi cada día. Me hace ver distintas todas las cosas. Si tengo un altercado con mi conyugue, el matrimonio me parece sin futuro. Si tengo un problema en el negocio, al que normalmente reaccionaria con algo de tensión y contrariedad, pero que resolvería pronto y de modo apropiado, me siento un fracaso y un mal regocíjate, y estoy luchando con la confianza en mí mismo en vez de hacerlo con los problemas que tengo delante."

3. La persona deprimida experimenta cambios en sus actividades físicas: comida, sueño, sexo. El interés sexual desaparece y algunos hombres son, en este período, impotentes. Esto refuerza su sentimiento de fuerza de valor. Una disminución del interés sexual debe llamar la atención sobre la posibilidad de una depresión. Algunos pierden interés en la comida, mientras otros comen en cantidades exageradas. Algunos se pasan el día durmiendo; otros no pueden dormir.

4. Hay una pérdida general de estimación propia. La persona se siente menos segura de sí misma y pone en duda su valor personal. La confianza propia está en un punto muy bajo.

5. Hay una tendencia a evitar a los demás debido a un temor sin fundamento de ser rechazado. Por desgracia, el comportamiento de una persona deprimida puede dar lugar a algo de rechazo por parte de los otros. La persona deprimida suprime sus actividades predilectas, no contesta por teléfono si le han dejado recado, busca maneras de evitar hablar o ver a los otros.

6. Hay el deseo de escapar de los problemas y aun de la misma vida. Hay ideas de marchar de casa y escaparse, así como de evitar a los otros. Las ideas suicidas están presentes debido a la sensación de que la vida carece de valor o futuro.

7. Una persona deprimida es hipersensible a los que otros dicen o hacen. Puede interpretar mal las acciones o comentarios y se vuelve irritable debido a su percepción falsa de estas cosas. Con frecuencia llora fácilmente debido a estas falsas interpretaciones.

8. La persona tiene dificultades en controlar sus emociones, especialmente la ira. La ira puede ser dirigida contra uno mismo o contra otros. La ira contra uno mismo está basada en los sentimientos de falta de valor y una falta de conocimiento de cómo resolver la situación.

9. El sentimiento de culpa está presente con ocasión de la depresión. Esta culpa puede ser real o imaginaria. Con frecuencia los sentimientos de culpa proceden de la idea de ser responsable del malestar de los otros o haber hecho algo mal.

10. Con frecuencia la depresión lleva a un estado de dependencia de otras personas. Esto refuerza el sentimiento de invalidez; entonces la persona se irrita ante su inutilidad.

Cuando se piensa en la depresión, es importante distinguir entre las varias formas de ella. Una cosa tan simple como no comer o no dormir como se debe y no reposar suficiente, pude ser causa de depresión. La persona que no come regularmente y duerme suficientes horas, puede hallarse deprimido porque está engañando a su cuerpo en cuanto al alimento y al descanso que necesita para funcionar propiamente. Los estudiantes del "colegio" (universidad), con frecuencia sufren de este tipo de depresión. El remedio es simple y evidente; comer bien y descansar lo suficiente.

Las reacciones a ciertas drogas pueden afectar el humor o disposición de una persona. La medicación administrada para corregir un disturbio físico, puede causar un cambio químico en el cuerpo que da lugar a un humor abatido. Todas las drogas o fármacos afectan el cuerpo y la mente en alguna forma. Si una medicina da lugar en el cerebro o en el sistema nervioso a una condición tóxica, puede resultar de ello una depresión extrema. Si una persona toma sedantes o tranquilizantes durante un largo periodo de tiempo, puede ser un candidato a una depresión tóxica. Los síntomas son apatía, indiferencia y dificultad para concentrarse. A veces, la persona se da cuenta de pensamientos raros e ilógicos que interfieren con su juicio sentado normal. En muchos casos de depresión y toxicidad por fármacos, la situación se clara cuando se deja de ingerirlos. Si una persona está tomando alguna clase de medicación, recetada por el médico o no, y se siente deprimida, debe ir a ver a su médico y consultar el caso. El médico puede determinar los efectos secundarios de la medicina y determinar si se debe cambiar la dosis o la medicación. Es imprudente tomar medicación por cuenta propia.

Hay muchas causas físicas de la depresión. Infecciones del cerebro o del sistema nervioso, infecciones del cuerpo generalizadas, hepatitis e hipoglicemia son causas de depresión. Trastornos hormonales, hipotiroidismo, hipertiroidismo, irregularidades hormonales ováricas y un desequilibrio de las secreciones de las glándulas suprarrenales o la pituitaria pueden procurarla. Generalmente hay otros síntomas y alteraciones en el cuerpo, concomitantes con el trastorno depresivo en estos casos.

La ira reprimida hacia dentro puede conducir a la depresión. De hecho, la ira reprimida es interpretada comúnmente como un sinónimo de depresión. Este tipo de ira ha sido desviada desde su fuente original a la propia persona. Como escribió William Blake en "El árbol envenenado":

Estaba airado contra mi amigo; le mostré mi ira, y desapareció. Estaba airado con mi enemigo; No se lo dije y la ira creció.

La depresión reactiva, generalmente llamada pena depresiva, sigue inmediatamente a la pérdida de una persona amada, un empleo o alguna oportunidad importante. La intensidad de este tipo de depresión es mayor inmediatamente después de la perdida y va disminuyendo al pasar el tiempo. Durante este período, las funciones usuales de la persona en la vida se hallan deterioradas, pero todavía operan dentro de límites normales. Hay un sentimiento de vacío debido a la pérdida. En general, sin embargo, los sentimientos sobre uno mismo y la estimación propia no se alteran. Esperamos este tipo de pena depresiva cuando una persona pierde un familiar o un amigo. La pena es importante por su contribución a que la persona recobre su capacidad de funcionamiento normal. Jesucristo mismo experimentó sentimientos de este tipo cuando estaba en el jardín de Getsemaní: "Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a sentir gran angustia. Entonces les dijo: mi alma está abrumada de una tristeza mortal; quédense aquí, y velen conmigo…" (Mateo 26:37, 38).

Otro tipo importante de depresión es endógeno o bioquímico, engendrado interiormente. Es causado por un trastorno del sistema químico del organismo. La depresión resulta cuando el cerebro y parte del sistema nervioso deja de funcionar debidamente

La causa principal

Cualesquiera que sean los muchos factores que causan depresión en una persona, tales como el cansancio físico, medicinas, enfermedades del sistema nervioso, perdida de un familiar, desajustes bioquímicos, etc., existe un punto crucial y el más importante que afecta a todo ser humano en cada aspecto de su vida incluyendo la depresión. Este punto crucial es la necesidad de que Dios habite en el corazón del hombre por medio de Jesucristo. La Biblia nos enseña que los seres humanos somos "tri-partitas", es decir, fuimos creados cuerpo, alma y espíritu. Cuando nos referimos al corazón, estamos hablando del espíritu de la persona. En el alma está la identidad, las emociones, los sentimientos, la voluntad. El espíritu es la parte del hombre que se conecta directamente con Dios y se comunica con El por medio de la oración, adoración y alabanza. Cuando Dios habita en el corazón del hombre, todo su ser, alma cuerpo y espíritu, pueden tener una relación con el Creador.

Si queremos vencer la depresión, el primer paso a tomar antes de ir a un médico, o antes de ir a un psicólogo, es establecer esa conexión con Dios por medio del sacrificio hecho por Jesucristo para que nuestra vida sea transformada. Cuán maravillo es saber que eres muy importante para alguien que realmente se interesa por nosotros. Saber que un ser supremo puso sus ojos sobre mí.   Aunque tu padre y tu madre te hallan rechazado y tu familia te haya dicho: "¡no sirves para nada, no vales un centavo"!, Dios te amó tanto que te dio la vida y dio a su propio Hijo para que pudieras vivir con esperanza en el mañana y del futuro.

Ese que te dio la vida te dice: "yo he venido para que tengas vida y vida en abundancia."  Hoy se abre una puerta de salida a tu desesperación y a tu depresión.  Ahora mismo mientras lees estas palabras, está entrando un rayito de esperanza a tu corazón.   Esa luz es Jesús el Salvador, quien dijo: "He aquí yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él, y él conmigo." Aunque Jesús murió, la noticia más maravillosa de aquel tiempo fue que al tercer día resucitó. Su tumba está vacía. El venció la muerte para darte vida, venció el pecado para que pudieras acercarte a Dios. El llevó tu depresión, tristeza, tu dolor, tu angustia, tu desesperación y las clavó en la cruz para darte paz, esperanza, la vida eterna, una razón para vivir.

Él no te ofrece religión. Es más, Jesús llamó a los religiosos de su época hipócritas, porque sabía que la religión ni salva ni puede cambiar al ser humano.   Solo lo que él te pide es que lo invites a venir a tu vida y corazón y el cambiará las circunstancias, borrará tus pecados, te dará esperanza para vivir, podrás realmente experimentar el verdadero amor y la paz que hasta ahora no has tenido. Una paz que sobrepasa todo entendimiento humano.

Quizás tu pienses que los escritores de esta página son unos fanáticos, o están locos, pero no es así, sino que hablamos por experiencia propia. Hemos vivido en nuestra propia carne la desesperación de no tener salida, de sentir un vacío y una angustia tan grande en el alma que el suicidio parecía la única solución.   Sin embargo, el día que Jesús llegó a nuestras vidas, él no nos mandó a cambiar, solo dijo: "ven tal y como eres y yo me encargaré de lo demás. 

¿Quieres confiar en Jesús?  ¿quieres tratar una vez más? Quizás esta sea tu última oportunidad. No la rechaces…

¿Que debes hacer?

Solamente repite esta simple oración:

Dios de los cielos, yo me arrepiento de todos mis pecados. Acepto a Jesucristo como mi Salvador y mi Señor… ven a mi corazón Señor Jesús y dame vida eterna…yo acepto el sacrificio que hiciste por mí en la cruz del Calvario..te entrego mi vida…y de ahora en adelante te seguiré…amén.

Si has hecho esta oración de corazón, te garantizamos que tu vida a partir de hoy no será la misma. Ahora debes conocer más a Jesús a través de su palabra, la Biblia. Debes buscar una iglesia donde congregarte y aprender más sobre los caminos de Dios.

Si has hecho la oración aceptando a Cristo, conéctate a los siguientes enlaces para más información sobre los primeros pasos que debes tomar. Dios te bendiga:

LA DEPRESIÓN

Diez pasos sobre cómo combatir la depresión

El poder de la depresión:

La depresión tiene gran poder en nuestras vidas si no nos cuidamos. No podemos, como seres humanos, evitar los aspectos negativos de la depresión sin la ayuda de Dios. Concluimos que es humanamente imposible evitar la depresión. Una de las fallas de la psicología moderna de la motivación a través del éxito, y otras formas humanísticas de auto superación (hay muchos libros en todas las librerías sobre ese tema), es que dejan la impresión que las personas no necesitan la ayuda de Dios para librarse de la depresión. Sin la ayuda de Dios, cualquier medio de quitar de la persona la depresión es meramente temporal y no tardará en regresar. Estoy convencido que si ustedes quieren obtener la victoria duradera sobre la depresión, deben hacer que sus vidas sean correctas delante de Dios. Es asombroso ver cuánta depresión existe en el mundo sólo porque las personas no se han entregado completamente a Dios. La depresión tiene mucho poder sobre una vida no entregada a Dios.

Primero paso:

Acepta que eres una creación de Dios así como eres. Agradece a Dios que eres el objeto de su gran amor y que él te hizo así como eres. Muchos pasan la vida deprimidos porque les gustaría ser diferentes. Es increíble ver cuánto tiempo se pierde por parecer diferente. No quiero decir que no debemos cuidarnos. La Biblia dice que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y como tal hay que usarlo con sabiduría mientras estamos sobre la tierra, para que tengamos una buena apariencia. Pero cuando la apariencia pasa a ser la única preocupación, nos deprimimos porque nuestra apariencia no es tan buena como la de los demás. No tenemos los ojos iguales al de fulano o el cabello igual que fulano o su cuerpo, dientes, etc. Entonces estamos en una situación difícil. Los actores o actrices de la televisión son perfectos. Es difícil tener la misma apariencia que ellos. Parecen que son supra humanos.

Segundo paso:

Acepta el perdón de Dios de tus pecados. Otra vez es un problema de conciencia. Uno de los pasos para vencer la depresión es tener una conciencia tranquila. Al encontrar pecados en nuestras vidas debemos confesarlos. Muchos quieren ser bautizados nuevamente por no creer que fueron bautizados de la manera correcta. ¡Hazlo de nuevo! No debe haber problemas en cuanto a eso. Dice 1 Juan 1.8,9: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". En Hebreos 10.17 leemos: "Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones". Dios ya no se acordará de nuestros pecados. Sabemos que no hay nada que podemos hacer sobre el pasado, pero podemos hacer mucho en el día de hoy. Si hacemos todo lo que podemos el día de hoy, el día de mañana seremos mejores personas. Necesitamos la actitud del apóstol Pablo, quien dijo: "Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta…" (Filipenses 3.13). Que Dios nos ayude a personarnos a nosotros mismos y seguir adelante con nuestras vidas. Si no podemos aceptar el perdón de Dios, la depresión continuará molestándonos.

Tercer paso:

Mírate a través de los ojos de Dios. Gracias a Dios por su presencia en nuestras vidas. Recordemos lo que dijo Pablo en Filipenses 4.13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Ese es el espíritu que necesitamos en Jesucristo.

Cuarto paso:

Visualiza cómo Dios te está perfeccionando. Resiste la tentación de pensar en ti como un fracaso, porque todos hemos fracasado de una manera u otra. No debemos pensar en nosotros como fracasos, sino como personas que estamos creciendo en Cristo y madurando. Leí una calcomanía que decía: "Por favor ten paciencia conmigo; Dios no ha terminado todavía su labor en mí".

Quinto paso:

Visualiza tus metas en la vida y escríbelas. Eso es algo que ayuda mucho en la vida. Mientras leo libros sobre este asunto, he encontrado que varias personas que ayudan a los minusválidos emocionalmente hablan mucho de eso. ¡Apúntalo! Así estaremos activando nuestro subconsciente que nos ayudará a lograr tales metas. Haz una lista de las cosas positivas y las negativas, y las metas que estás intentando lograr. Entonces dedícate a la oración y empieza a hacer planes para que tales planes sean realizados. Muchos se deprimen al descuidar sus metas, porque al descuidar las metas descuidan sus sueños. Y al perder los sueños estamos perdidos. No importa la edad que uno tenga, es vital tener metas. Debemos escribirlas, orar por ellas, etc., y empezar a movernos hacia esa dirección.

Sexto paso:

Sé siempre positivo. No hay lugar en la fe cristiana para personas negativas. En Jesucristo no podemos anticipar nada más que el éxito. Evita la compañía de los que están siempre quejándose, irritados o criticando. Debemos a como dé lugar evitar imitarlos. Las críticas, así como las ideas negativas son malas y también contagiosas. Al notar que tales ideas empiezan a cercarnos debemos hacer algo positivo para detenerlas. Porque esas ideas sólo sirven para causar la depresión. Cada vez que pensamos o mencionamos ideas negativas, más deprimidos quedamos. Al aconsejar a las personas escucho muchas cosas semejantes. En primer lugar, la persona me dice que está totalmente equivocada. Luego dice que lo que está haciendo está mal. Pero cuanto más menciona el problema, más se persuade a sí misma de que lo que está haciendo tiene un buen propósito. Parece que eso la lleva a una depresión aún más profunda. Oremos para que vea lo que está haciendo consigo misma. Mantenga sus conversaciones positivas y la mente también positiva. Filipenses 4.8 dice que debemos pensar en cosas positivas. Como cristianos debemos concentrar la mente en cosas positivas.

Los melancólicos: Los que tenemos algo de melancólicos en el temperamento debemos luchar con más ahínco para evitad esos pensamientos negativos. Debemos esforzarnos para ser positivos, con la mente también positiva. Ese es el secreto para mantenerse alejado de la depresión. Hay que luchar unos más que otros, según sus temperamentos.

Séptimo paso:

Anticipe la vida abundante que Dios tiene reservada para cada uno de nosotros. Dios ha preparado un plan para nuestra vida y se trata de un plan flexible. Lo hace flexible a propósito. No podemos leer el capítulo 12 de Romanos y no creer en eso. Dios tiene un propósito para ti y para mí. Creo que el plan es flexible y nos toca a nosotros llenar los espacios vacíos. Dios nos ayudará a edificar nuestras vidas y nos libraremos de la depresión.

Octavo paso:

Busca primero el reino de Dios. Mateo 6.33 deja muy claro que el cristiano no debe permitir en su vida la avaricia o el egoísmo. Aunque busquemos una carrera exitosa o busquemos ganancias materiales, nunca debemos permitir que eso sea el objetivo principal en la vida. Cualquier situación en que nuestra búsqueda de poder, prestigio, posesiones o placeres sea contrario a la voluntad de Dios, estamos equivocados. Eso también causa la depresión.

Noveno paso:

Entrégate a Dios y sirve a tu prójimo. Lo que más recompensa y satisface es el resultado del servicio a la gente. Eso es una terapia emocional. Quizás haya algunos que tengan serios motivos para estar más deprimidos que yo, porque han sufrido pérdidas que yo nunca he sufrido. Me he fijado cómo algunos han luchado y han vencido situaciones personales difíciles para ir a auxiliar a los necesitados. Eso es más eficaz sobre la depresión que la medicina. Creo que funciona, ya que lo he probado en mi propia vida. Una de las grandes alegrías de ser predicador es poder ayudar a alguien a reconstruir su vida. Es una gran satisfacción. A veces predicamos un sermón que ayuda a una persona a cambiar de vida y eso es una gran satisfacción. Los deprimidos tienden mucho a pensar solamente en ellos mismos y sus pensamientos son egocéntricos. La recompensa de servir a los demás es un beneficio para la eternidad, pero también una gran ayuda en la vida diaria.

Décimo paso:

Da gracias en todo. 1 Tesalonicenses 5.18 dice: "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús". Si podemos desarrollar en nuestros corazones un espíritu de gratitud, cada día es una garantía absoluta en contra del poder negativo de la depresión. ¡Ojalá que desarrollemos un espíritu de gratitud!

Entiendo que podemos trivializar el problema. Porque no hay soluciones sencillas. No hay una causa sencilla para la depresión. Sin embargo la ira no procesada parece ser la raíz de toda forma de depresión. Y eso fue lo que le pasó a Caín. Caín estaba enojado (Génesis 4.5).

No hay soluciones sencillas, aunque la vida en Cristo sea la base de todas las respuestas sobre el problema de la depresión. Las soluciones pueden ser muy complicadas, pero sí existen. Creo que la depresión es tratable. Creo también que la depresión es curable.

¡Acuérdate de lo que dijo Dios a Caín! Génesis 4.7: "Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él".

Dios nos ayudará a obtener la victoria sobre la depresión. Muchas veces los problemas son tan serios en la iglesia que nos dan ganas de abandonar todo. Pero hay auxilio en las Escrituras. En los Salmos 37.3 dice: "Confía en Jehová y haz el bien". Eso es lo único que podemos hacer en esta vida. Si podemos lograr eso, la depresión jamás será victoriosa en nuestras vidas. No significa que jamás nos deprimiremos. Sino que la depresión jamás obtendrá la victoria. Confía en el Señor y haz el bien. Dios nunca te abandonará. No desistamos de luchar, porque la depresión es poderosa.

Aprendamos a ser victoriosos sobre ella a través de Jesucristo, nuestro Señor. Es maravilloso tener un Señor que nos puede ayudar en nuestras luchas diarias. Es por eso que ofrecemos la invitación, porque Jesús puede ayudarte.

Algunos de los síntomas de una persona deprimida, pueden ser el desánimo, la falta de apetito, y el sueño excesivo.Recuerdo que en una oportunidad de mi vida, en la cual me sentía muy deprimido, quise pasar a la historia como un Shakespiare moderno, acuñando la siguiente frase:

"Soñar, Soñar, es mejor Soñar,Porque aunque los sueños sean malosTerminan al despertarPero del sueño de la vidaSolo despertamos,Hasta que morimos"

En qué estado de ánimo me encontraría en ese momento, de hasta tal vez desear la muerte. Comparar la vida con la muerte, haciendo referencia a que es una pesada de la cual despertamos hasta que morimos, desear mejor estar durmiendo porque si algo sale mal, despertamos y todo acabo.

Aunque la frase me sigue pareciendo interesante por lo poético de su contenido, ahora pienso de una forma diferente y sé que hay una salida para los estados depresivos.

Pero ¿Que puede provocar la depresión?.  Proverbios 13:12 nos dice: La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido.  ¿Tienes algún deseo o anhelo que no hayas cumplido en tu vida?, creo que todos tenemos más de uno, y eso es bueno, porque nos esfuerza a luchar, a seguir viviendo, a tratar de alcanzar ese anhelo. Sin embargo en algunos momentos, esos anhelos pueden convertirse en obsesiones destructivas que dañan nuestra vida, y pueden llegar a convertirse en un motivo muy fuerte para estar deprimidos, sobre todo cuando vemos que por más que nos esforzamos no podemos alcanzar ese deseo.

Yo pensaba en una oportunidad por ejemplo, que me hubiera gustado ser el rey de Inglaterra en la época en la cual dominaba casi todo el mundo, tenía que aprender a mandar, tenía que aprender Inglés, tal vez hasta tenía que ir a una academia militar, como lo hace la realeza británica, pero un momento que pasa, por más que me esfuerce, no tengo sangre real británica, ni vivimos la época en la que tenía colonias por todo el mundo, entonces ¿me deprimo porque lo que yo deseo no lo puedo alcanzar…?. Sé que a muchos les provoca risa, pero muchas veces nuestros deseos pueden estar desproporcionados en esa forma, y al ser inalcanzables y no poder alcanzarlos nunca, nos provoca depresión y desanimo a tal punto que en ocasiones nos puede llevar a pensamientos de suicidio.

En versión Dios Habla Hoy de la Biblia, encontramos la siguiente frase expresada por el rey David:

"SEÑOR, no es orgulloso mi corazón,ni son altaneros mis ojos,ni voy tras cosas grandes y extraordinariasque están fuera de mi alcance"

Tal vez lo que esta fuera de tu alcance es un amor platónico y eso te deprime.  El rey David había aprendido el secreto que aprendió el Apóstol Pablo siglos más tarde cuando dijo en Filipenses 4:11-13:  "No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."

Esto no lleva al segundo punto, a veces las cosas son inalcanzables y nos deprimen, pero en otras solo vemos el lado malo de las cosas y esto también nos deprime.  Hay un dicho popular que dice que no hay dos glorias juntas, y en parte tiene mucha razón. En la vida siempre vamos a tener cosas a favor y cosas en contra, esto es bueno por esto y aquello, pero tiene este y este defecto. Tú mismo que leerás este artículo, y que tal vez te esfuerzas por ser lo mejor te frustras muchas veces al darte cuenta que también cometes errores. Entonces, ¿Qué hacemos?. Hay otro dicho popular que dice que las cosas son del color del cristal con que se miran. Las cosas buenas y malas, siempre van a estar ahí, pero tú puedes elegir cuál de ellas mirar. Esto es como aquel ejemplo del vaso a la mitad, que para mucho este medio lleno, y para otros medio vació. Recuerdo en una oportunidad en la cual habíamos comprado un almuerzo bufe de comida china con mi familia, yo estaba sentado a la mesa renegando porque a mi parecer nuestra situación económica no era muy buena, yo talvez quería estar comiendo ese mismo bufe pero en la Muralla China. Recuerdo que sentado a la mesa exclame luego de un suspiro: "Cuando vendrán tiempos mejores". De pronto sentí como si alguien me hubiera abofeteado con mucho cariño, solo para hacerme reaccionar y dentro de mi resonaron las palabras que decían: Luis, que te pasa, si estas comiendo un gran banquete y aun así piensas que estas mal". En ese momento recibí la amonestación del Señor a mi corazón que rearguyo mi corazón de una forma muy especial, yo estaba viendo lo que no tenía y por eso no estaba disfrutando lo que si tenía.

Con esto no te digo que conviertas tu vida en un sepulcro conformista que no hace nada, se conforma con todo, y espera que todo le caiga del cielo, no, no es eso lo que Dios quiere, sigue con tus seños, lucha por ellos, pero aquí llegamos a la tercera causa de la depresión, no te afanes.

Que es el afán, yo lo definiría como un pensamiento excesivo que se apodera de nuestras mentes y nos anula para poder pensar en otras cosas, nos hace muchas veces trabajar "alocadamente" como aquel niño que con los ojos vendados comienza a lanzar "palazos" en todas direcciones para tratar de golpear la piñata y que los dulces caigan de ella. El afán va asociado a la impaciencia y la ansiedad. Hay cosas que Dios muchas veces ya tiene preparadas para nosotros, pero por nuestra impaciencia nosotros lo arruinamos. Que útil puede ser un cuchillo de acero inoxidable con diseño especial para un ama de casa que cocina, pero que nefasto puede ser para un niño o niña de 4 o 5 años que quiera jugar con él. Dice la Biblia en Eclesiastés 3:11 que Dios lo hizo todo hermoso en su tiempo. Y dice también, que hay un tiempo para todo.

A nosotros nos tocó vivir los días de la velocidad, los trasportes son más rápidos, las comunicaciones son más rápidas, las noticias nos llegan también más rápidamente, y toda nuestra vida se mueve en sí, a un ritmo mayor de lo que los papas de nuestros abuelos estuvieron acostumbrados a vivir. Queremos ser millonarios a los 30 años o menos, queremos graduarnos de la universidad antes de los 25, queremos experimentar el noviazgo a los 11 0 12 años, ¿qué está pasando?.

La mayoría se han iniciado en una relación amorosa a una edad en la cual, ni ellos mismos saben lo que quieren, no hay metas para la vida como pareja, no hay afinidad de pensamientos, lo que existe en la mayoría de los casos es solamente una fuerte atracción física. Me gusta, le gusto, quiero con esa persona. No hay madurez, ni emocional, ni física, ni sentimental. Muchas veces las jovencitas se han sentido rechazadas en sus hogares y encuentran la atención y cariño en un muchacho que lo único que quiere es disfrutar su sexualidad con ella. Les sucede lo del niño pequeño con el cuchillo, comienzan a jugar con fuego, una cosa lleva a otra, y al final terminan quemándose. Oímos de muchos abortos, la muchachita linda de la casa, ahora será mama, vemos muchas madres solteras, vemos hijos que no conocen a sus padres, o vemos padres que nunca pueden ver a sus hijos. Esto también puede llevar a las personas a depresión. Aquí tengo dos consejos que aprendí de un pastor muy querido: Numero Uno: Es mejor prevenir que lamentar; y Número Dos, lo que puedas arreglar, arréglalo y lo que no olvídalo, ya no hay nada que hacer.Sin embargo en muchos casos jugar con fuego no nos lleva a extremos tan malos, algunas veces las niña no queda embarazada, o no les gusto el tipo de hierva que se fumaron, tratan de corregir su vida, se apartan del mal, y eso está bien porque dice la Biblia que "el que confiesa su pecado y se aparta, alcanza misericordia" (Proverbios 28:13), pero eso no hace que recobre su virginidad, no hace que recupere las neuronas perdidas por su adicción a las drogas, etc., hay consecuencias, quedan secuelas y un sentimiento de culpa puede invadir nuestras vidas. Palabras como: Ahora nadie te va a querer, eso que hiciste no tiene perdón, etc., resuenan constantemente en nuestra mente, y también deprimen nuestra vida.

Cuando realmente amamos a Dios y hacemos algo malo, su Espíritu Santo nos redarguye para salvación, pero también el Diablo puede venir con acusación y aprovecha esa ocasión para destruirnos. Que debemos hacer entonces, la Biblia nos cuenta que hubo alguien que dio su vida, en lugar de tu vida, la Biblia dice que todos pecamos y por lo mismo estábamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:9-23), sin embargo El dio lo más preciado que tenía, porque nos amó, envió a su único hijo, para que todo aquel que en el crea no se pierda, más tenga vida eterna (Juan 3:16), pero vida no es existencia, Jesús dijo: "Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10), no sé y no importa cuál sea la causa de tu depresión, Dios si la sabe y la conoce y está en este momento ahí contigo, tal vez la causa de tu depresión sea el afán, Él te dice: "por nada estéis afanosos" (Filipenses 4:6), tal vez la causa es que no puedes alcanzar tus sueños, Él te dice: "Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos y mis pensamientos más que vuestros pensamientos" (Isaías 55:9). Tal vez este deprimido por tu situación económica, Él te dice: "No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás? Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?" (Lucas 12:22-28). Y si estas deprimido por que cometiste un pecado que tal vez no solo afecto tu vida sino también la de otras personas, Él te llama hoy diciendo:

"Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta:aunque vuestros pecados sean como la grana,como la nieve serán emblanquecidos;aunque sean rojos como el carmesí,vendrán a ser como blanca lana".Isaías 1:18.

Los brazos de amor de nuestro divino salvador, están hoy abiertos para ti, no importa cuál sea la causa de tu depresión Él está hoy cerca de ti para ayudarte, abre hoy tu corazón a Cristo Jesús y obtén una nueva esperanza de vida. Donde quiera que estés inclina hoy tu rostro y si quieres cierra tus ojos, para hacer una oración a Dios en tus propias palabras para que Él te ayude, y cuando termines y levantes tu rostro ten por seguro que no estarás igual. Jesús te Ama.

¿Pregunta? "¿Qué dice la Biblia acerca de la depresión? ¿Cómo puede un cristiano vencer la depresión?"

La depresión es un padecimiento que se ha propagado grandemente afectando a millones de personas, tanto a cristianos como a no cristianos. Quienes sufren de depresión pueden experimentar intensos sentimientos de tristeza, ira, desesperanza, fatiga y una variedad de otros síntomas. Pueden empezar a sentirse inútiles y aún pensar en el suicidio, perdiendo interés en cosas y personas con las que antes disfrutaban. Con frecuencia la depresión es disparada por las circunstancias de la vida, tales como la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el divorcio o problemas psicológicos como el abuso o la baja autoestima. La Biblia nos dice que estemos llenos de gozo y alabanza (Filipenses 4:4; Romanos 15:11), así que aparentemente Dios propone que vivamos vidas con gozo. Esto no es fácil para alguien que atraviesa por una situación depresiva, pero ésta puede mejorar a través de los dones de Dios en la oración, estudios bíblicos y su aplicación; grupos de soporte, grupos en casas, compañerismo con otros creyentes, confesión, perdón y consejería. Debemos hacer un esfuerzo consciente para no estar absortos en nosotros mismos, sino más bien dirigir nuestros esfuerzos al exterior. Los sentimientos de depresión con frecuencia pueden resolverse cuando el que sufre quita la atención de sí mismo y la pone en Cristo y los demás.La depresión clínica es una condición física que debe ser diagnosticada por un médico especialista. No es causada por circunstancias desafortunadas de la vida, ni los síntomas pueden ser aliviados por voluntad propia. Contrariamente a lo que algunos creen en la comunidad cristiana, la depresión clínica no siempre es causada por el pecado. En ocasiones la depresión puede ser un desorden que necesita ser tratado con medicamentos y/o consejería. Desde luego, Dios es capaz de curar cualquier enfermedad o desorden; sin embargo, en algunos casos, el consultar a un doctor por una depresión, no es diferente al acudir a un médico por una herida.Hay algunas cosas que pueden hacer quienes sufren de depresión, para aliviar su ansiedad. Deben asegurarse de estar firmes en la Palabra, aun cuando no sientan deseos de hacerlo. Las emociones pueden confundirnos, pero la Palabra de Dios permanece firme e inmutable. Debemos mantener firme también nuestra fe en Dios, y acercarnos aún más a Él cuando pasemos por tribulaciones y tentaciones. La Biblia nos dice que Dios nunca permitirá en nuestras vidas, aquellas tentaciones que estén más allá de nuestra capacidad para manejarlas (1 Corintios 10:13) Aunque el estar deprimido no es pecado, el cristiano si es responsable de la manera como responda a la aflicción, incluyendo el obtener la ayuda profesional que necesite. "Así que, ofrezcamos siempre a Dios por medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre" (Hebreos 13:15).

Pregunta: "¿Qué dice la Biblia acerca de la depresión? ¿Cómo puede un cristiano vencer la depresión?"

Respuesta: La depresión es un padecimiento que se ha propagado grandemente afectando a millones de personas, tanto a cristianos como a no cristianos. Quienes sufren de depresión pueden experimentar intensos sentimientos de tristeza, ira, desesperanza, fatiga y una variedad de otros síntomas. Pueden empezar a sentirse inútiles y aún pensar en el suicidio, perdiendo interés en cosas y personas con las que antes disfrutaban. Con frecuencia la depresión es disparada por las circunstancias de la vida, tales como la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el divorcio o problemas psicológicos como el abuso o la baja autoestima.La Biblia nos dice que estemos llenos de gozo y alabanza (Filipenses 4:4; Romanos 15:11), así que aparentemente Dios propone que vivamos vidas con gozo. Esto no es fácil para alguien que atraviesa por una situación depresiva, pero ésta puede mejorar a través de los dones de Dios en la oración, estudios bíblicos y su aplicación; grupos de soporte, grupos en casas, compañerismo con otros creyentes, confesión, perdón y consejería. Debemos hacer un esfuerzo consciente para no estar absortos en nosotros mismos, sino más bien dirigir nuestros esfuerzos al exterior. Los sentimientos de depresión con frecuencia pueden resolverse cuando el que sufre quita la atención de sí mismo y la pone en Cristo y los demás.La depresión clínica es una condición física que debe ser diagnosticada por un médico especialista. No es causada por circunstancias desafortunadas de la vida, ni los síntomas pueden ser aliviados por voluntad propia. Contrariamente a lo que algunos creen en la comunidad cristiana, la depresión clínica no siempre es causada por el pecado. En ocasiones la depresión puede ser un desorden que necesita ser tratado con medicamentos y/o consejería. Desde luego, Dios es capaz de curar cualquier enfermedad o desorden; sin embargo, en algunos casos, el consultar a un doctor por una depresión, no es diferente al acudir a un médico por una herida.Hay algunas cosas que pueden hacer quienes sufren de depresión, para aliviar su ansiedad. Deben asegurarse de estar firmes en la Palabra, aun cuando no sientan deseos de hacerlo. Las emociones pueden confundirnos, pero la Palabra de Dios permanece firme e inmutable. Debemos mantener firme también nuestra fe en Dios, y acercarnos aún más a Él cuando pasemos por tribulaciones y tentaciones. La Biblia nos dice que Dios nunca permitirá en nuestras vidas, aquellas tentaciones que estén más allá de nuestra capacidad para manejarlas (1 Corintios 10:13) Aunque el estar deprimido no es pecado, el cristiano si es responsable de la manera como responda a la aflicción, incluyendo el obtener la ayuda profesional que necesite. "Así que, ofrezcamos siempre a Dios por medio de Él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre" (Hebreos 13:15).

Depresión

Para María cada día es una nueva batalla para lograr seguir adelante. Muchos días no tiene ánimo suficiente ni siquiera para levantarse de la cama y cuando su marido vuelve a casa por la noche la encuentra todavía en pijama y con la cena sin preparar. Llora muy a menudo y hasta sus momentos de mejor humor se ven continuamente interrumpidas por ideas de fracaso e inutilidad. Tareas tan insignificantes como vestirse o hacer la compra le resultan muy difíciles y el menor obstáculo le parece una barrera infranqueable. Cuando se le recuerda que todavía es una mujer atractiva y se le sugiere que salga a comprar un vestido nuevo contesta, "esto es demasiado difícil para mí, tendría que atravesar la ciudad en autobús y probablemente me perdería, además ya no soy atractiva".

Su forma de hablar y de andar es lenta y su rostro tiene un aspecto triste. Antes era una mujer vivaz y activa, colaboraba en asuntos sociales de su barrio, le gustaba leer, pintar y era una anfitriona encantadora. Entonces ocurrieron dos cosas: Su hijo empezó a ir a la escuela y su marido fue ascendido a un puesto de gran responsabilidad que lo obligaba a permanecer demasiado tiempo fuera de casa.

Partes: 1, 2, 3, 4
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